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Serie Navidad 2
Serie Navidad 2
Esta es verdaderamente una de las profecías más asombrosas jamás dadas. Sin
duda, en referencia al nacimiento de Jesús prometido a la humanidad y la
razón de nuestra predicación sin duda Dios revelo a través Isaías.
“Por tanto, el Señor mismo os dará señal: La virgen concebirá y dará a luz un
hijo, y le pondrá por nombre Emanuel” (Isaías 7:14).
El niño que nace es el ser humano Jesús que vino a este mundo como un
bebé, mientras que el Hijo dado es la Segunda Persona eternamente
engendrado por la Divinidad.
Ahora, Isaías describe los nombres divinos que sólo pueden ser verdaderos de
Dios – Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Se
presenta la persona del Mesías como el de un hombre, porque él era un
descendiente de David, pero Él era Dios también.
Hijo nos es dado: Desde la eternidad Dios planeó para “dar” a su Hijo como
propiciación por nuestros pecados. Jesús es el Hijo de Dios y Él existió
eternamente como el Hijo. El Mesías es muchas veces representado como
habiendo sido dado o enviado, o como el regalo de Dios, como se señala en
Hechos 4:12; Juan 3:16; Efesios 1:22; Juan 17:4. El Mesías era
preeminentemente el regalo de Dios para nosotros. El hombre no tenía ningún
derecho sobre Él, y Dios dio voluntariamente Su Hijo como sacrificio por los
pecados del mundo.
Y el principado sobre su hombro: Jesús reinará como Rey de reyes y Señor de
señores y el gobierno del mundo entero estará sobre sus hombros.
Jesús trae la paz de la mente a sus seguidores porque el Señor Jesús “guardará
en completa paz a aquel cuyo pensamiento en Él persevera; porque en Él ha
confiado” (Isaías 26:3). Y cuando Él regresa, Él traerá la paz al mundo como
“Príncipe de Paz”, porque la paz va a caracterizar su reinado sobre la tierra.
Luego que Isaías profetizo el nacimiento de Jesús otro profeta escogido por
Dios anuncia el lugar donde nacería si queremos encontrar verdades las
escrituras son claras
Miqueas, profetizando en el siglo VIII a.C., predijo: “Pero de ti, Belén Efrata,
pequeña entre los clanes de Judá, saldrá el que gobernará a Israel; sus
orígenes se remontan hasta la antigüedad, hasta tiempos inmemoriales”.
Aunque los judíos, como nación, no lo aceptaron como su gobernador, la
profecía dice que «gobernará a Israel». Esto ocurre ahora espiritualmente con
quienes lo aceptan voluntariamente como Mesías y ocurrirá literalmente en su
Segunda Venida.
Durante este tiempo de año, déjenos reflejar que Dios mismo es el gran
signo a Israel y a todo el mundo. La actitud de hombres y mujeres a Dios,
en Cristo, es que revelan el estado de sus corazones y sellan su eterno
destino, si a la vida eterna o para siempre separado de Dios.
Confiamos que usted tomará una decisión para Jesucristo y vida eterna.