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EL REPARTO AGRARIO Y LA REDISTRIBUCIÓN DEL AGUA

EN LA LAGUNA

Lourdes Romero Navarrete1

El 6 de octubre de 1936 fue emitido el decreto presi- al movimiento campesino lagunero un matiz muy
dencial que ordenó la aplicación de un amplio progra- heterogéneo.4
ma de reparto agrario en La Laguna, región asentada En estas circunstancias, el reparto de 1936 fue
en la cuenca del Nazas y el Aguanaval que comparten notoriamente trascendente por diversas razones. Se
los estados de Coahuila y Durango.2 El decreto esta- impuso como una medida que podría hacer converger
ba sustentado en un activo movimiento campesino la multiplicidad de intereses que se venían configu-
que había conseguido asignación de tierras ejidales rando entre los agraristas laguneros; el instrumento
desde 1917. En este año, por decreto de Venustiano sería la creación de los ejidos colectivos, que a su vez
Carranza, los habitantes de Villa Juárez y Bermeji- fue un esquema que constituyó un punto de inflexión
llo, ambos en el estado de Durango, recibieron las en la política agraria que venía definiéndose desde
primeras dotaciones de tierra que se otorgaron en 1917. Pero, si bien el reparto de 1936 fue singular-
La Laguna.3 Al mismo tiempo, las poblaciones de mente importante en relación con la tierra, no lo fue
Gómez Palacio, San Pedro de las Colonias y Lerdo menos con el agua. En un medio deficitario del re-
iniciaron solicitudes de dotación, que en los dos últi- curso como el que prevalece en La Laguna, el reparto
mos casos se resolvieron favorablemente en 1922 y de agua fue un proceso igualmente álgido.
1928 respectivamente. De manera concomitante, Este artículo tiene el propósito de plantear algu-
surgieron innumerables organizaciones de agriculto- nos rasgos que caracterizaron el marco de aplica-
res, no siempre compactas, las cuales fueron dando ción de la legislación sobre agua en el escenario
lagunero de 1936, momento de singular importancia
porque por primera vez se aplicaron en La Laguna
1
CIESAS,
Programa Noreste, Saltillo, Coahuila. las legislaciones recientemente creadas para regular
2
El nombre de la región se remonta al siglo XVIII, cuando el el agua, tales como la Ley de Irrigación (1926), la
término tenía una connotación meramente geográfica. Las cróni- Ley de Aguas de Propiedad Federal (1934) y su regla-
cas jesuitas denominan como La Laguna a la extensa área inun- mento (1936). El análisis se apoya en diversos expe-
dada anualmente que se prolongaba desde la parte alta del río dientes del Archivo Histórico del Agua, abiertos a
Nazas hasta la laguna, hoy desierto de Mayrán. La Comarca
Lagunera está asentada en la cuenca de los ríos Nazas y Agua- instancias de los nuevos actores, entre quienes desta-
naval y su territorio comprende actualmente 58 260 kilómetros can ejidatarios, pequeños propietarios, usuarios de
cuadrados, distribuidos en 15 municipios, 10 del estado de zonas federales y municipios urbanos.
Durango (27 357 kilómetros cuadrados) y cinco de Coahuila (30 La Laguna, como un espacio geoeconómico, re-
903 kilómetros cuadrados). Las fuentes de agua superficial de monta su origen a la segunda mitad del siglo XIX y
la comarca las constituyen los ríos Nazas y Aguanaval, cuyo es-
currimiento medio anual es de 2 508 milímetros cúbicos, de los debe buena parte de su existencia al río Nazas. Du-
cuales 1 672 inciden en la región lagunera. Véase Comisión
Nacional del Agua, Diagnóstico de la región administrativa VII,
4
Cuencas Centrales del Norte, subregión Comarca lagunera, To- William Meyers, Forja del progreso, crisol de la revuelta. Los
rreón, 1999. orígenes de la Revolución en la Comarca Lagunera, Instituto
3
Cámara Agrícola Nacional de la Comarca Lagunera, “Informe Estatal de Documentación del Estado de Coahuila, Saltillo, 1997;
General de la Comisión de Estudios de la Comarca Lagunera, María Vargas-Lobsinger, La Comarca Lagunera; de la revolu-
designada por el secretario de Agricultura y Fomento, Cultura”, ción a la expropiación de las haciendas, 1910-1940, INEHRM-
México, 1930, pp. 310 y 315. UNAM, México, 1999.

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Boletín del Archivo Histórico del Agua

“Plano núm. 1, Región Lagunera, croquis de localización”, 1948,


Coahuila y Durango. AHA, Consultivo Técnico, c. 43, exp. 326

rante esta etapa, la región recibió el impacto de los 23 canales distribuidos desde la zona alta del río
programas de colonización, del impulso a las tecnolo- Nazas a la laguna de Mayrán, regando aproximada-
gías de punta aplicadas en las actividades primarias, mente 90 000 hectáreas pertenecientes a propie-
de la demanda de un mercado interno en expansión, tarios privados.5
así como del fomento a la iniciativa privada, caracte- Uno de los mecanismos creados para contener los
rísticas de aquel período que detonaron el crecimien- conflictos entre los usuarios del Nazas, sobre todo
to económico, que en el caso lagunero se basó en la los que cotidianamente ocurrían entre los ribereños
producción algodonera y en el empleo de las aguas de la parte alta y baja, fue el Reglamento para la
de los ríos Nazas y Aguanaval como principales Distribución de las Aguas del Nazas, publicado en
medios de producción.
A medida que La Laguna se consolidó como un
nodo de crecimiento económico, la demanda de agua 5
Hay varios datos respecto de la superficie cultivada a fines del
aumentó y los conflictos por el recurso se hicieron siglo XIX. El informe levantado por los ingenieros Leopoldo Za-
una constante. A esta situación se sumaron las fuer- mora y Federico Wulff en octubre de 1887 consigna la existencia
tes variaciones en los volúmenes de las corrientes, de 35-1/4 sitios de tierra cultivada y 188-3/4 de eriaza, en la que
característica proveniente de su naturaleza torren- se incluían terrenos del Bolsón de Mapimí y de la “laguna” del
cial. Para 1887 había siete presas construidas en el Tlahualilo. Por su parte, el informe entregado por el ingeniero
Ramón Ibarrolla al secretario de Fomento afirma que había en
transcurso del Nazas: San Fernando, Santa Rosa, La Laguna 97 211 hectáreas cultivadas, correspondiéndole 67
Calabazas, Torreón o Coyote, Guadalupe, San Pedro 952 a Coahuila y 29 259 a Durango. Archivo Municipal de Torreón
y La Colonia, a partir de las cuales se alimentaban (AMT), Tlahualilo, c. 1, octubre de 1887.

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1895.6 Esta normatividad se elaboró luego de una a la conformación de un sinfín de agrupaciones en


serie de negociaciones entre los usuarios, que a pro- ambos sectores, que, sin embargo, no constituyeron
puesta de las autoridades de la Secretaría de Fomen- grupos homogéneos estrictamente. Del lado de los
to, acordaron la división de las asignaciones en gastos propietarios privados había una gama de intere-
económicos, normales y máximos. Estas magnitudes ses que no necesariamente eran compartidos por
se aplicarían en tres periodos distintos del año agrí- las diversas asociaciones de particulares. Algunos
cola, en tanto las concesiones serían respetadas bajo intentaron conservar sus propiedades trayendo
el derecho de prelación, previa presentación de los campesinos de sitios distintos a La Laguna para for-
títulos correspondientes. La administración y la vi- mar sindicatos en sus antiguas tierras –sindicatos
gilancia estarían a cargo de la Comisión Inspectora blancos–, hecho que generalmente derivó en la con-
del Nazas, dependiente de la propia secretaría.7 frontación con los llamados sindicatos rojos. Hubo
En 1909, al reformularse el reglamento a instan- también quienes iniciaron largos procesos adminis-
cias de los ribereños superiores, la disputa por la dis- trativos para que se reconocieran sus antiguos de-
tribución se tornó especialmente problemática. Los rechos.9 No obstante, la mayoría reconoció la expro-
usuarios de ambas partes del río iniciaron sendos liti- piación como un hecho prácticamente consumado, por
gios que requirieron la intervención de las autoridades lo que se concentró en buscar la manera de conservar
locales, estatales y federales. Los procesos legales ad- el límite máximo permitido; éste, de acuerdo con lo
quirieron tal complejidad y relevancia que los alegatos estipulado en la Ley de Dotaciones y Restituciones
fueron decisivos en la estructuración de los primeros de Tierras y Aguas de 1927, era de 150 hectáreas; el
ordenamientos dirigidos a institucionalizar los dere- resto fue vendido por algunos, en tanto otros trami-
chos de agua: específicamente, influyeron en el diseño taron certificados de inafectabilidad.10 De esta forma,
de la Ley de Aguas de Jurisdicción Federal emitida la lucha de los propietarios privados consistió predo-
en 1910, primer ordenamiento en la materia bajo el minantemente en hacer valer los derechos reconoci-
gobierno republicano.8 dos a la pequeña propiedad en la legislación vigente.
Conforme transcurrió el tiempo, el reglamento de Por su parte, algunas organizaciones campesinas
1895 se volvió obsoleto. Las propiedades se fueron se opusieron abiertamente a integrar ejidos y otras se
fraccionando, rentando y vendiendo a otros propieta- negaron a apoyar las dotaciones a agricultores recién
rios privados, de tal forma que sólo unos cuantos pre- establecidos. A pesar de sus diferencias, en mayo de
dios continuaron siendo exclusivos de una toma. 1936 La Laguna fue escenario de una huelga general
Asimismo, se otorgaron concesiones de excedentes en la que participaron sindicatos campesinos y obre-
no sujetos a tandeo y algunas caducaron o modifica- ros que recibieron apoyo de otras asociaciones en el
ron sus volúmenes, transformaciones sobre las que país; en este ambiente se produjo el decreto de 1936.
no se llevó un control riguroso. Pero el cambio más Con un enfoque abiertamente corporativista, el
significativo, sin duda, fue el que empezó a operarse cardenismo se deslindó de las prerrogativas concedi-
luego de 1917 con la incorporación de los ejidos como das por las administraciones anteriores a la propie-
nuevos usuarios de los canales. Las asignaciones se dad privada rural e impulsó la formación de los ejidos
otorgaron sobre excedentes a través de concesiones, colectivos. El 6 de octubre de 1936, fecha que aún
permisos provisionales y oficios simples, sin cumplir mantiene un alto contenido simbólico en la memoria
con las formalidades legales. colectiva lagunera, Lázaro Cárdenas emitió un his-
Los decretos expropiatorios, por un lado, y las tórico decreto ordenando el reparto agrario en la re-
exigencias organizativas requeridas a los campesi- gión. La disposición trajo como resultado la forma-
nos por la legislación agraria, por otro, dieron lugar ción de 296 ejidos dotados con una superficie de 146
277 00 00 hectáreas de riego, que aunadas a los terre-
6
Una versión provisional fue publicada en 1891. Véase José
Trinidad Lanz Cárdenas, Legislación de aguas en México, t. III,
9
Gobierno del Estado de Tabasco, México, 1982. Entre los diversos procesos destacan los que emprendieron los
7
En la medida en que los canales regaban generalmente una sola Arocena y los González Fariño. Véase Archivo Histórico del Agua
propiedad, el reglamento no incluyó los nombres de los predios (AHA), Aprovechamientos Superficiales, c. 343, exp. 7218, f. 806.
a los que estaba asignada la dotación, problema que complicará Entre los ejidatarios se pueden citar las solicitudes de la Legión
la distribución luego de las afectaciones de 1917. de Veteranos de la Revolución, a través de sus distintas células
8
Véase Lourdes Romero Navarrete, “Legalidad y conflictos por o fracciones y la Unificación de Veteranos de la Revolución, Aso-
las aguas del Nazas, el litigio entre la Compañía del Tlahualilo ciación Fraternal Patriótica de Matamoros, Coahuila. Véase AHA,
y el gobierno de México, 1885-1912”, en Estudios de Historia Aprovechamientos Superficiales, c. 347, exp. 7226, f. 801.
10
Moderna y Contemporánea, núm. 24, Instituto de Investigaciones AHA, Aprovechamientos Superficiales, c. 347, exp. 7226, ff.
Históricas-UNAM, 2002. 642-649.

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Boletín del Archivo Histórico del Agua

nos eriazos y urbanos, ascendieron a 447 515 00 acuerdo presidencial en virtud del cual se levan-
hectáreas, todo ello en un tiempo récord de 45 días. taría un padrón de pequeños propietarios con super-
Pero los problemas que se venían presentando en la ficies no mayores a 20 hectáreas, a fin de dotarlos
distribución de las aguas del Nazas adquirieron en- de agua.
tonces una proporción de crisis. Las asignaciones de La Comisión Mixta de Aguas inició sus trabajos
cada canal no siempre resultaron proporcionales a en el propio año de 1936. Levantó informes porme-
las superficies ejidales y en la mayoría de los casos norizados sobre la manera como el reglamento de
fueron insuficientes. Para entonces, la superficie to- 1895 y las modificaciones de 1909 venían rigiendo
tal aproximada de los terrenos de riego en posesión la distribución, advirtiendo que ya no tenían una
de ejidos era de 135 000 hectáreas, en tanto que la de aplicación efectiva, por lo que la propuesta inicial
los pequeños propietarios era de 89 000, correspon- de trasladar los volúmenes asignados a cada toma a
diendo 60% a los primeros y 40% a los segundos.11 los terrenos ejidales resultó inoperante. Pero esto
Dos medidas fueron planteadas como urgentes era sólo una parte del problema: también había que
para resolver este problema: la construcción de una resolver la cuestión de los derechos adquiridos por
presa de almacenamiento y la revisión inmediata los propietarios asentados en La Laguna desde el
del reglamento de distribución de las aguas del Na- siglo XIX y atender las solicitudes campesinas en las
zas de 1895. Respecto de la presa, desde principios proporciones necesarias.
del siglo XX se había empezado a plantear la necesi- Efectivamente, el artículo 15 del reglamento otor-
dad de construirla e incluso se había determinado gaba a los ribereños el pleno dominio de las aguas
el lugar en el que posteriormente se construyó; sin que entraban a sus tomas y les autorizaba a vender-
embargo, los trabajos de edificación se iniciaron las o transferirlas independientemente de la autori-
hasta 1936. La presa, conocida como El Palmito y dad. Por otra parte, el fraccionamiento y la clasifica-
oficialmente denominada Lázaro Cárdenas, fue con- ción de tierras en eriazas o de riego y los certificados
cluida 10 años más tarde.12 En relación con el nuevo de inafectabilidad adquiridos por muchos propieta-
reglamento, su elaboración había sido prevista en rios eran condiciones que complicaban el esquema
el decreto cardenista que dispuso la creación de la de distribución vigente. La comisión determinó así
Comisión Mixta de Aguas, integrada por especialis- esperar a que concluyera el reparto de tierras para
tas de la Secretaría de Agricultura y Fomento, del proceder a definir, bajo criterios apoyados tanto en
Departamento Agrario y de los bancos Nacional de la Ley de Irrigación como en la Ley de Aguas de Pro-
Crédito Ejidal y banco Nacional de Crédito Agríco- piedad Federal y en su reglamento, las proporciones
la.13 La comisión debía presentar un estudio sobre y los mecanismos bajo los cuales debía distribuirse
las condiciones en que se efectuaba la distribución el agua.
según el reglamento de 1895 y adaptar los volúmenes El nuevo ordenamiento fue publicado en el Diario
de cada toma al reparto ejidal. Mientras tanto, por Oficial de la Federación el 1 de agosto de 1939 bajo
acuerdo presidencial expedido en diciembre de 1936, el título de Reglamento para la Distribución de las
la administración de las aguas del Nazas, hasta Aguas del río Nazas, en el Distrito de Riego de la
entonces a cargo de la Comisión Inspectora, fue tras- Región Lagunera, Estados de Coahuila y Durango.15
ladada a la Comisión Nacional de Irrigación.14 El La nueva regulación se desprendió de tres principios
15 de abril de 1938, anunciando las medidas que ha- sustantivos en la administración y gestión del agua,
brían de asentarse en el reglamento, se emitió un definidos en la legislación de aguas vigente: el siste-
ma distrital de riego; la gestión del agua con base en
los usuarios organizados, y una distribución basada
11
Roque Leyva Rodríguez, La tenencia de la tierra y la infraes- en un sistema de preferencias de acuerdo con los usos
tructura hidroagrícola dentro del contexto del reparto agrario y no con los derechos adquiridos con anterioridad.
en la región lagunera, mimeo. Agradezco al doctor Tomás Martí- En virtud del reglamento, la autoridad pública,
nez Saldaña haberme proporcionado una copia de este informe
levantado en 1986. es decir, la Comisión Nacional de Irrigación, estaría
12
Alejandro Tortolero, El agua y su historia, México y sus desa- a cargo de la Gerencia del Distrito de Riego. Los usua-
fíos hacia el siglo XXI, Siglo XXI, México, 2000, p. 102. rios debían organizarse en sociedades denominadas
13
Informe de los trabajos llevados a cabo por la Comisión de juntas locales de agua, cuya función debía ser admi-
agua Mixta de la Comarca Lagunera, creada por acuerdo presi- nistrar y ejecutar las obras de conservación y mejora-
dencial de 6 de octubre de 1936; AHA, Aprovechamientos Super-
ficiales, c. 347, exp. 7226, ff 802.
14
AHA, Aprovechamientos Superficiales, c. 347, exp. 7226, ff.
15
476-478. Ibid., ff. 408-415.

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“Tabla de reparto según el reglamento de 1938”, 1938, Comarca Lagunera, Durango y Coahuila.
AHA, Aprovechamientos Superficiales, c. 347, exp. 7626, f. 412

miento de los sistemas de riego a través de cuotas base de tandeo, regulando los aforos en menores,
señaladas a los usuarios, así como vigilar los sumi- medios, mayores, máximos e incluso gastos extraor-
nistros en cada una de las tomas. Las Juntas se inte- dinarios. Los volúmenes se otorgaron bajo el siguien-
grarían por los usuarios de los canales con vigencia te orden de preferencia: a) usos domésticos de los
de un año y en ellas estarían representados usua- fundos legales; b) terrenos ejidales; c) pequeñas pro-
rios de tres usos distintos: públicos y domésticos, eji- piedades menores de 20 hectáreas; d) pequeñas
datarios y pequeños propietarios. La designación de propiedades cuyas superficies oscilaran entre 20 y
los ejidatarios estaría a cargo del comisariado ejidal, 150 hectáreas, y e) terrenos superiores a estas su-
en tanto los demás se elegirían entre sus miembros. perficies.17
Cada junta se integraría por un presidente, electo En la práctica, la aplicación del reglamento gene-
entre los representantes, un secretario, un tesorero ró una multiplicidad de problemas. En primer lugar,
y vocales. tomando en cuenta la cantidad de usuarios registra-
Otra modificación drástica introducida por el dos en el reglamento de 1895, duplicó el número de
nuevo reglamento fue el desconocimiento del sistema beneficiados para el mismo volumen de agua disponi-
de preferencias aprobado en los reglamentos de 1895 ble anualmente, lo que redujo la dotación de agua por
y 1909, medida que automáticamente desconocía la usuario.18 Los pequeños propietarios con superficies
antigüedad en los derechos y, por lo tanto, el uso ex- mayores a 150 hectáreas sólo podrían regar 20 de
clusivo de las tomas reconocidas por los ordenamien- manera segura, cantidad insuficiente si tomamos en
tos anteriores. cuenta que los predios menores a 20 hectáreas equiva-
Respecto de los volúmenes, el reglamento reguló
la distribución a través de nueve presas derivadoras
distribuidas a lo largo de 80 kilómetros y 28 canales.
17
La superficie total a irrigar ascendió a 178 302 hectá- Municipios de Lerdo, Gómez Palacio, Tlahualilo, Francisco I.
reas, con un volumen calculado con base en registros Madero, San Pedro de las Colonias y Torreón, cuyos centros ur-
de las dos décadas anteriores que ascendió a 1 185 banos eran abastecidos eminentemente a base de norias.
18
En 1940, la Liga de Agrónomos Socialistas consideró que la
633 788 metros cúbicos.16 La distribución se haría a desproporción entre volúmenes disponibles y la cantidad de ejidos
asegurarían el fracaso de los ejidos colectivos. Véase La Comar-
16
El cálculo corresponde también al actual volumen del río. ca Lagunera, Liga de Agrónomos Socialistas, México, 1940.

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Boletín del Archivo Histórico del Agua

lían a 7 341 hectáreas, en tanto los que se encontraban A manera de conclusión, se puede afirmar que los
entre 20 y 150 hectáreas ocupaban 54 438.19 tres ejes sobre los que se basó la formulación del re-
Un problema esencial, apuntado en su momento glamento constituyen una fuente reveladora de los
por la Liga de Agrónomos Socialistas, aunque no mecanismos a través de los cuales se buscó cons-
exactamente en relación con el agua, fue la incon- truir la institucionalidad de un gobierno emanado
gruencia entre un sistema productivo basado en la de vías no institucionales. En efecto, tanto el hacer
cooperación y el acceso a los factores de la producción, tabla rasa de los derechos reconocidos por reglamen-
entre ellos el agua.20 Un sistema que se propusiera tos anteriores como por los medios y fines de las
valorizar la producción mediante los ejidos colectivos juntas locales de agua se puede distinguir un siste-
habría implicado un esquema congruente entre orga- ma que buscaba la representatividad y la partici-
nización, crédito, capital y tenencia, entre otros facto- pación activa de los usuarios, condición sine qua non
res. Sin embargo, en la distribución sólo se consideró de un Estado nacional en vías de consolidarse. Con
la disponibilidad, que, como se mencionó arriba, es- ello no buscamos apuntar a que el reglamento efecti-
taba sujeta a las crecientes anuales del río. vamente haya cumplido con un mecanismo realmen-
El reglamento tampoco incluyó una categoría para te democrático –baste señalar que este esquema
los aprovechamientos autorizados con posterioridad también sustenta la operatividad de los consejos de
a la publicación del ordenamiento, problema signi- cuenca–, sino advertir que, en términos de principios
ficativo dado que los movimientos en la tenencia de Estado-nación, la regulación de los años treinta
continuarían a pesar de que su dinamismo disminu- del siglo XX se dibuja como una política pública que
yera. No fue gratuito, entonces, que el otorgamiento opera bajo esta estructura, aunque su aplicación co-
de nuevas dotaciones ejidales trajeran consigo lar- rresponda a la esfera de lo que se denomina imple-
gos procesos administrativos con el fin de introdu- mentación, donde ya no sólo los principios cuentan.
cir modificaciones a la tabla de distribución que se El reparto agrario y la distribución de aguas en La
anexó al reglamento. Esta situación llevó incluso a Laguna constituyen una vía prometedora para
que algunas sociedades de ejidatarios y pequeños abundar en ello.
propietarios pidieran su derogación.21

19 21
AHA, Aprovechamientos Superficiales, c. 347, exp. 7226, f. 629. Véase tabla al final. Las protestas fueron atendidas por la
20
La Comarca, pp. 301-303. Comisión Nacional de Irrigación. Ibid., ff. 620-634.

“Gran avenida en el río Nazas”, 1917, Torreón Coahuila. AHA, Aprovechamiento Superficiales, c. 580, exp. 8424

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