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EL CERRO HUECO

En las cercanías de la " Ruina Incawasi" , existe un


pequeño pueblo denominado Paullo, aproximadamente a
veinticinco kilómetros distante de la ciudad de Cañete. A
poca distancia de este poblado se yergue un elevado
cerro que tiene una abertura muy grande y profunda, LEYENDAS URBANAS
motivo por el cual se le conoce con el nombre de " Cerro
Hueco" .En este lugar hay muchas ruinas de la época de
DE CAÑETE
los Incas. Cuenta los habitantes del lugar, que después PRESENTA:
del terremoto de 1904 apareció en el " Cerro Hueco”, un
faisán. Ocurrido el movimiento telúrico, muchas personas
habían perdido a sus familiares, entre ellas, un señor que
había quedado solo. Como un entrenamiento, este señor
CERRO EL
caso al faisán, y se lo llevo para tenerlo bajo su cuidado.
Cierta vez se olvidó de darle de la comida, y el faisán
PADRE
desapareció; el señor fue en su busca y después de
varios días lo volvió a encontrar, y lo criaba con más Y
cuidado .Después de muchos años, un día que el señor
descuido al faisán, este desapareció de nuevo; y por más
que el señor lo busco, no lo volvió a encontrar; solo hallo
CERRO
una de sus maravillosa plumas que el pájaro le dijo en el "
Cerro Hueco" . Los habitantes de este pequeño valle cree
HUECO
que este animal, tan hermoso, había sido mandado por José Eduardo F. Montalván Campos
Dios
CERRO EL PADRE

Cuenta los moradores del pequeño pueblo de


San Jerónimo, cerca de Lunahuana, que en el
Coloniaje un Padre Franciscano
en misión Evangelizadora peregrinaba por la
quebrada de San Jerónimo. Al sentirse un tanto
fatigado por el trajinar, decidió descansar
brevemente bajo las sombras de los verdes
molles; pero por tratarse de un lugar
desconocido para él, cuando reinicio su caminata
se extravió de ruta en la parte baja de una
elevada cumbres entre carrizales y tupidas
arboledas a orillas del rió Cañete. En esas
circunstancias se encontró con un hombre de
apariencia humilde y gesto muy atento a quien el
religioso pidió que le guiara. Al accederle y
caminando junto, en un santiamén casi sin darse
cuenta llegaron a la parte alta de un cerro
cercano como para poder contemplar el amplio y
atractivo visual panorámico del valle. Allí, al
preciso instante por misterioso hecho apareció al
lado del Padre una hermosa Capilla pétrea,
convirtiéndose al mismo tiempo el Fraile en
piedra.

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