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Este proceso de desarrollo dio origen en el año de 1994 al Sistema de Aseguramiento de Calidad
Nacional, permitiendo dar ordenamiento a la Educación Superior y lo cual se encuentra
fundamentado en un conjunto de normas que permiten una construcción del concepto de
calidad desde los diferentes organismos a nivel nacional.
En el año 2003 a través del decreto 2566, la presidencia de la República establece las
Condiciones Mínimas de Calidad para la oferta de programas de Educación Superior,
constituyéndose ésta en la primera regulación que diera paso a una estructura de Calidad para
las IES y la oferta de programas de pregrado y posgrado.
En la Ley 1188 de 2008 en su Artículo 20, se establece como requisito fundamental las
Condiciones de Calidad a nivel Institucional y de los programas, lo cual es ratificado a través del
otorgamiento del Registro Calificado para la oferta de programas de pregrado y posgrado.
Desde el CNA se logra establecer un concepto claro de lo que se asume como calidad en la
Educación Superior lo que hace referencia a la síntesis de características que permiten reconocer
un programa académico específico o una institución de determinado tipo y hacer un juicio sobre
la distancia relativa entre el modo como en esa institución o en ese programa académico se
presta dicho servicio y el óptimo que corresponde a su naturaleza. (CNA, lineamientos para la
Acreditación de Programas, noviembre de 2006, enero de 2013).
Por su parte, el CESU (2018), organismo estatal que toma las decisiones de las regulaciones de
la educación superior, señala que:
El concepto de calidad aplicado a la educación superior hace referencia a la síntesis de
condiciones que, teniendo en cuenta la identidad institucional, permiten evaluar, en un tiempo
determinado, como las instituciones y los programas logran los resultados de aprendizajes de
los estudiantes y contribuyen con el desarrollo de los territorios y del país, lo anterior sobre la
base de la autorregulación y en comparación con los referentes de evaluación reconocidos
nacionalmente por el CESU (p,4)
De acuerdo a Harvey y Green (1993) y Harvey y Knight (1996) (citado en Silva, Bernal &
Hernández, 2014), ha sido amplia la revisión del concepto de calidad, y la preocupación de
trascender en las definiciones tradicionales. Estos autores distinguen “siete concepciones de la
calidad de la educación superior, así: 1. Calidad entendida como excelencia o excepcionalidad,
2. Calidad entendida como perfección (cero errores) 3. Calidad entendida como cumplimiento o
congruencia con el propósito institucional, 4. Calidad entendida como transformación del
estudiante, 5. Calidad entendida como “cota mínima”, 6. Calidad entendida como “justiprecio”
(valor contra costo), 7. Calidad entendida como mejoramiento continuo”. (pp. 11 – 12 ).
Según López (2006) citado en Castaño & García (2012) "la calidad es un concepto relativo
asociado al proyecto institucional, a sus objetivos, finalidades y resultados, a su eficiencia y
costo, a su aptitud para cumplir su compromiso social o bien para satisfacer las necesidades de
sus usuarios, destinatarios o clientes" (López, 2006, p. 38). Sin embargo, Castaño & García
(2012) afirman que a pesar de que en “la educación se hable de usuarios, destinatarios y clientes
no debe suponer que se le dé a la educación superior una visión de tipo comercial, sino que al
verla desde la gestión por procesos se da paso a una visión más organizacional, reconociendo
en la misma diferentes áreas de gestión como lo son la gestión directiva o la gestión académica,
las cuales requieren diferentes estrategias y puntos de vista para abordarlas, por lo tanto supone
un cambio cultural importante, que permite situar al usuario de la educación como eje principal
de ésta, entendida a su vez como la suma de servicios prestados a unos destinatarios finales que
son los alumnos, padres y sociedad” (p.12)
En la misma línea, Bernasconi (2009) (citado en Castaño & García, 2012), afirma que “la calidad
de la educación superior no puede medirse en términos absolutos, porque depende de los
objetivos que la institución se haya planteado” (Castaño & García, 2012). De igual forma, las
argumentaciones del autor se orientan a identificar las intenciones de las instituciones
educativas en medir su calidad en un deber ser, y no en sus circunstancias o contextos
particulares donde estas estén inmersas.
De igual forma, Vizcarra, Boza & Monteiro (2011) ubican a la calidad en relación con la eficiencia,
eficacia, productividad y acreditación, permeadas por es afectada por los cambios y aspectos
globales externos, como el mercado, la ciencia y la tecnología, los nuevos conocimientos, “o por
dinámicas internas del propio sistema, que hacen que se formulen nuevas alternativas, nuevas
propuestas, de manera que el juicio de calidad pierde vigencia, está afectado por la
obsolescencia” (p. 295)
Por otro lado, para Fresan (2007) hablar de calidad es referirse por un lado al interior de la
institución, y por otro al sistema educativo que lo rodea. Aguerrondo (2003) (citado en Fresan,
2007) afirma que la calidad de un sistema educativo se mide en función de su contribución a la
integración social. La UNESCO (2005, p.2) "considera que el desarrollo cognitivo del educando
es el objetivo explícito más importante de todo sistema educativo", por lo tanto resulta
fundamental el rol de la educación en la “promoción de las actitudes y los valores relacionados
con una buena conducta cívica, así como en la creación de condiciones propicias para el
desarrollo afectivo y creativo del educando".
Sin embargo existen dificultades para algunos autores tratar de definir el concepto de calidad.
Andión (2007, citando a Buendía, 2007, p. 76) señala que: El concepto de calidad en educación
es de difícil aprehensión y varía dependiendo de los contextos institucionales y de los elementos
que se analizan. Es delicado definir la calidad en la educación superior puesto que no se trata de
un problema semántico o etimológico. Si partimos del hecho de que cualquier definición
encierra visiones de sociedad, la vida y la educación, y una postura política, social y cultural, por
tanto, no es un valor absoluto, neutro o universal (p. 85).
Para Castaño & García (2012), en los conceptos que rodean la definición de calidad en la
educación superior se encuentra su carácter multidimensional. En relación a esto, Quiroz (2007,
citando a Rodríguez, 2005; Parker, 2002., p.94) argumenta que la calidad en la educación incluye
la multidimensionalidad y relatividad. Explica que en el resultado de la calidad educativa
convergen diversos elementos, que dependen de aspectos del sistema de una nación juegos de
poder, coaliciones o políticas.
Así mismo, El Consejo Nacional de Acreditación de Colombia (CNA) aclara que la calidad está
determinada por elementos como “la universalidad, la integridad, la equidad, la idoneidad, la
responsabilidad, la coherencia, la transparencia, la pertinencia, la eficacia y la eficiencia con que
la institución cumple con las grandes tareas de la educación superior y se expresa, como se ha
dicho, en un conjunto de aspectos que permiten reconocer si se cumplen o no las condiciones
para la acreditación institucional”. (p. 8)
En Colombia, según la Ley de Educación Superior (Castaño & García, 2012), la calidad se
relaciona con la integración de varios aspectos el resultado académico, los medios y procesos
empleados, la infraestructura institucional, las dimensiones cualitativas y cuantitativas del
servicio prestado y las condiciones en que se desarrolla cada institución.
Por lo anterior, se puede considerar la calidad de la educación superior, “como una construcción
histórica de la sociedad, que demarca las acciones sobre sí misma en un contexto propio con
condiciones endógenas particulares y que le permite de alguna manera construir esa sociedad
que se desea” (Castaño & García, 2012).
Referencias
Silva B., J, Bernal G., E. & Hernández S., C. (2014). Modelo de aseguramiento interno de la calidad
para las instituciones de educación superior en el marco del mejoramiento continúo de la
calidad de la educación superior en Colombia. MEN, Bogotá.
Bernasconi, A. (2009). Gestión de la calidad en las universidades: ¿por dónde partir? ¿Cuáles son
las dimensiones claves? Conferencia presentada en la Vil jornada universitaria: calidad de los
aprendizajes y formación universitaria, desafíos y estrategias. Universidad Católica de Uruguay.
Disponible en: http://www.cpce.cl/investigadores-anillo/6-andres-bernasconi.
Vizcarra, N.E., Boza, E.G., Monteiro, E. (2011). La no neutralidad en la evaluación de la calidad y
modelos de evaluación de la educación superior, casos de: Colombia, Argentina y Brasil. Revista
da Avaliacao da Educacao Superior, 16 (2), 291-315. Disponible en:
http://www.scielo.br/pdf/aval/v16n2/a04v16n2.pdf.