Está en la página 1de 12

¨El Colegio de la Patria es el que ha formado mayor proporción de hombres eminentes,

comparativamente tiene el más alto porcentaje de laureados y de individualidades


sobresalientes en cualquier campo de la inteligencia organizada.

Si bien sobre esta cuestión se ha escrito mucho, basta para corroborar mis afirmaciones la
consulta de publicaciones recientes que desde distintas perspectivas tratan el tema, tales
como, ¨La alta sociedad en la Buenos Aires de la Belle Époque¨ (3), ¨La Educación de los que
influyen¨ (4) o ¨La educación de las elites¨(5)

“Postulación para el cargo de rector del Colegio Nacional de Buenos Aires” del Dr. Lucio
Gustavo Sanchez

http://ordotempliis.blogspot.com/2008/03/la-masoneria-y-el-colegio-nacional-de.html

Si bien desde 1617 la orden de los Jesuitas dictaba una docencia elemental en la ciudad, el 25
de mayo de 1661 los Jesuitas se instalaron en un nuevo local en el mismo sitio que hoy ocupa
el Colegio (la manzana de las actuales calles Bolivar, Moreno, Perú y Alsina) y para la fecha de
la expulsión de la orden de los jesuitas el 2 de julio de 1767 se había terminado la construcción
del Colegio Grande de San Ignacio. Luego, el Gobernador Juan José Vértiz inauguró el 10 de
febrero de 1772 el Real Colegio de San Carlos y una vez elevado Vértiz a la jerarquía de Virrey
estableció el 3 de noviembre de 1783 también el Real Convictorio Carolino coexistiendo la
autoridad del convictorio con la de los reales estudios. Posteriormente por orden de la
Asamblea del Año XIII el Colegio se fusionó con el Seminario Conciliar.

El Director Supremo Juan Martín de Pueyrredón el 2 de junio de 1817 creó en este mismo
emplazamiento de la calle Bolivar el Colegio de la Unión del Sud. Durante el mandato de
Pueyrredón el Colegio tuvo un espíritu ágil y moderno, incluyendo el estudio de lenguas vivas
(francés, inglés e italiano) y una posición liberal, contraria al escolasticismo. Por primera vez la
docencia de filosofía estuvo a cargo de un laico, Juan Crisóstomo Lafinur y se iniciaron estudios
de ciencias naturales dirigidos por el sabio francés Bonpland. El proyecto de Pueyrredón incluía
la creación de una Universidad, pero ello fue recién posible en 1821 durante el gobierno de
Martín Rodríguez en virtud de la tenacidad de sus ministros Esteban de Luca y Bernardino
Rivadavia y del primer Rector de la Universidad de Buenos Aires, Antonio Sáenz, todos ex
alumnos del Colegio de San Carlos. Así en 1823 bajo la égida de la flamante Universidad de
Buenos Aires el Colegio de la Union del Sud se transformó en el Colegio de Ciencias Morales
dirigido por Miguel Belgrano. Rivadavia pretendía conferir al nuevo colegio un carácter
nacionalizador, y otorgó becas a hijos de ¨ciudadanos beneméritos¨ del interior e 4 introdujo
los cargos de ´adjuntos¨ de carácter docente y disciplinario a cargo de alumnos aventajados
que así se iban formando en la tarea pedagógica al modo lancasteriano. El Colegio era
internado de la Universidad, poco a poco fue ampliando sus planes de estudio y alcanzó su
esplendor en 1825. (1) NUEVAMENTE LA INFLUENCIA RELIGIOSA Caído el gobierno de
Rivadavia la influencia religiosa vuelve a hacerse patente. El gobernador Viamonte refunde el
Colegio con el de Estudios Eclesiásticos originando el Colegio de la Provincia de Buenos Aires.
Después de una campaña del diario rosista ¨La Gaceta Mercantil¨ en pro de la disolución del
colegio, ésta fue decretada por el gobernador Balcarce en septiembre de 1830. En 1836 Juan
Manuel de Rosas entrega el colegio a seis religiosos jesuitas que fueron luego expulsados
acusados de complotar con los unitarios. Entre 1836 y 1841 se lo denomina Colegio de los
Jesuitas o Colegio de San Ignacio y a partir de 1842 bajo la dirección de Marcos Sastre y de un
ex - jesuita se lo denomina Colegio Republicano Federal. Durante el período rosista el colegio
deja de ser público pasando a ser un establecimiento particular aunque recibe una subvención
oficial, su estructura se asemeja a la del período colonial. Caído Rosas en febrero de 1852, el
gobernador Pastor Obligado, en 1854, restableció la vieja institución denominándola Colegio
Eclesiástico – Seminario y Colegio de estudios generales al mismo tiempo- bajo la dirección del
canónigo Eusebio Agüero. (1) EL PRIMER MODELO, AÚN SUBSISTENTE. La formación de los
grupos dirigentes y de las personalidades que influirían en los campos científico, cultural,
educativo, profesional, etc. Un Colegio que inculca en sus educandos el compromiso con la
sociedad, sus características, sus necesidades y sus desafíos. ¨Al asumir Bartolomé Mitre la
presidencia de la Nación unificada, en 1862, sólo dos colegios dependían del poder central, el
Montserrat, nacionalizado junto con la Universidad de Córdoba en 1854, y el de Concepción
del Uruguay, de data reciente (1849). No existía un plan pedagógico concreto ni unidad de
criterio y esfuerzos. Corregir esa deficiencia en forma orgánica fue objetivo de Mitre, que
aspiraba a ordenar la educación, con sentido total, nacional.¨(1) A los efectos de cumplir con
dicho propósito el 14 de marzo de 1863 el presidente Mitre dicta el decreto Nº 5.447 que en
su artículo 1º dispone ¨…bajo la denominación de ¨Colegio Nacional¨, se establecerá una casa
de educación científica y preparatoria, en que se cursarán las Letras y Humanidades, las
Ciencias Morales y las Ciencias Físicas y Exactas.…¨ fundando así el Colegio Nacional de Buenos
Aires. En los considerandos del citado decreto puede leerse ¨ Considerando: Que uno de los
deberes del Gobierno Nacional es fomentar la educación secundaria, dándole aplicaciones
útiles y variadas, a fin de proporcionar mayores facilidades a la juventud de las provincias que
se dedica a las carreras científicas y literarias; Que es sentida por todos la falta de una casa de
educación de este género, en que los 5 jóvenes que han cursado las primeras letras se
preparen convenientemente para las carreras que han de seguir…¨ En correspondencia con el
primero de los propósitos el art. 6º del decreto citado disponía ¨Serán educados por ahora en
dicho Colegio por cuenta de la Nación, cuarenta niños pobres de toda la República, pudiendo
admitirse cien internos por cuenta de sus padres o tutores, y los externos que admita el
local,…..¨ En concordancia con el segundo considerando el artículo 2º del decreto referido
dispone ¨…sus certificados de estudios (los que expida el Colegio) serán válidos en las
Universidades de la República, a fin de ingresar a estudios mayores, u optar a grados
universitarios. ¨ El 5 de mayo de 1863, al inaugurar las sesiones del Congreso Nacional el
presidente Mitre explicitó la cuestión diciendo ¨ Sobre la base del Colegio Eclesiástico
existente en esta ciudad,…,podía fundarse sin gravamen para el erario un colegio en que se
educase un número proporcionado de jóvenes de todas las Provincias. Así procedió el
gobierno,…¨. ¨ Colocando este establecimiento en el centro de los recursos que ofrece la
Capital, bajo la dirección de distinguidos profesores, él debe necesariamente prestar
importantes servicios en la formación de ciudadanos virtuosos y capaces, que al volver a sus
hogares, llevarán además los sentimientos de fraternidad indispensables en la comunidad en
los primeros años de vida, y la influencia tan benéfica para la estrecha unión de los pueblos.¨. ¨
Bajo su inmediata y especial atención, este Colegio podrá servir de norma para regularizar la
enseñanza de los establecimientos que costea la Nación, y en los demás que se propone crear
con vuestro auxilio en otras localidades, ajustándola a un plan uniforme como es de notoria
conveniencia.¨ ¨Con esta fundación, Mitre reivindicaba a Pueyrredón y a Rivadavia,
colocándose en su misma línea educativa.¨ (1) ¨El plan de estudios, dictado por decreto Nº
5848, comprendía tres ramas principales: letras y humanidades; ciencias morales y ciencias
exactas. El predominio de la tendencia humanista no excluía una importante atención
científica.¨ (1) El presidente Bartolomé Mitre, que era miembro de la Logia Masónica
“Confraternidad Argentina” (9) (10) y (11), confió la dirección de estudios del Colegio a
Amadeo Jacques, en marzo de 1863. Si bien el canónigo Eusebio Agüero continuó al frente del
Colegio, fue casi un rector simbólico, sólo eran de su competencia las cuestiones disciplinarias
y económicas, ya era anciano y no tardó en alejarse, falleció en 1864. Amadeo Jacques en su
corto período rectoral (marzo de 1864 a octubre de 1865) ejerció sobre el Colegio un poderoso
influjo renovador. ¨Autor del plan de estudios de 1863, Jacques pretendía dotar de un sentido
propedéutico a la enseñanza secundaria; es decir , que el bachiller fuese algo así como un
grado universitario inicial, y que tuviese carácter formativo mediante el adecuado equilibrio de
las humanidades clásicas y las científicas. También aconsejó que este ciclo preparatorio tuviera
una duración superior a la de cinco años, que se le asignó en principio. Jacques era enemigo de
la especialización prematura; comprendía bien, por otra parte, las necesidades del país en
materia educativa.¨(1) Amadeo Jacques, había nacido en Francia, fue influído por el
eclecticismo filosófico de Victor Coussin y fue una figura descollante de la generación del 48.
Participó en la revolución de 1848, reclamando desde las columnas de su edición ¨La libertad
de pensar¨, un régimen republicano con amplias garantías de libertad y fines sociales. 6
Durante el rectorado de Jacques y los posteriores la influencia clerical desapareció casi por
completo, transformándose el Nacional Buenos Aires en un colegio con un fuerte sentido laico.
Sin embargo, los acontecimientos de 1884, los de junio de 1943, y el hecho de que por ese
entonces se confiara la dirección de la Revista de la UBA (RUBA) al padre Hernán Benítez, de
notable predicamento sobre el ánimo de las once conducciones del Colegio que se sucedieron
entre 1943 y 1955, nos podrían llevar a la conclusión de que el influjo religioso cede
definitivamente recién en diciembre de 1955. En 1876 el ministro Onésimo Leguizamón
suprimió el internado en todos los colegios nacionales donde aún subsistía y ello trajo
aparejado que los alumnos provenientes de las provincias del interior que estudiaron a partir
de esa fecha en el Colegio disminuyera notablemente. Desde julio de 1876 y hasta 1884 ejerció
el rectorado del Colegio don José Manuel Estrada. Durante su presidencia Julio A. Roca crea el
Consejo Nacional de Educación nombrando a Domingo Faustino Sarmiento su primer
presidente. Por su iniciativa se reunió en Buenos Aires el Primer Congreso Pedagógico
Sudamericano que elaboró las bases de una nueva política educacional, en las que se incluía la
eliminación de la religión como materia de enseñanza en las escuelas oficiales. Las inquietudes
expresadas en el Congreso originaron el proyecto de Ley de Educación Común elaborado por el
Poder Ejecutivo, en el que se omitía toda alusión al problema religioso (rechazado en
Diputados en 1883). Ese año el ex ministro de Instrucción Pública Onésimo Leguizamón
presentó un proyecto que dotaba a la educación de tres características: laica, gratuita y
obligatoria. El proyecto provocó debates que excedieron el claustro parlamentario; la prensa y
la opinión pública tomaron partido en grupos antagónicos: liberales y clericales. De este
enfrentamiento surgieron varias y diferentes posiciones: por un lado, el positivismo, que
encarnaba la verdad científica en contra de la verdad revelada y había hecho camino y contaba
con muchos sostenedores. En cambio, el catolicismo, al menos como fuerza política, carecía de
representación nacional. Roca no vaciló en declararse laico. Así la ley 1420 se aprobó en julio
de 1884 y obligó a poner enérgico freno a la intervención del Vaticano. (2) En abril de 1884 el
vicario a cargo de la diócesis de Córdoba, Jerónimo Clara, dio una pastoral aconsejando a los
padres no mandar a sus hijos a la escuela normal porque algunas maestras eran protestantes.
La repercusión fue inusual y negativa. (2) Al producirse el conflicto de 1884 entre el presidente
Julio A. Roca y el Nuncio papal, monseñor Mattera, el rector del Colegio don José Manuel
Estrada intervino en la polémica y fue separado de sus cátedras y de la dirección del Colegio.
Su reemplazante fue Amancio Alcorta, (1884 – 1890), quien era miembro de la Masonería (9)
(10) y (11), (si bien los autores que consulté coinciden en ello, difieren en cuanto a su
pertenencia a la ¨Logia Docente¨ y su grado), fue así evidente la decisión de Roca en el sentido
de cortar definitivamente los lazos del clero con el Colegio. Una serie de conflictos, algunos
generados por la ley 1420 y otros por la ley del Registro Civil (de 1886) llevarían al gobierno
nacional a la ruptura con la Santa Sede. El 18 de octubre de 1886 el Ministro de Relaciones
Exteriores, Francisco 7 Ortiz, devolvió al nuncio monseñor Mattera su pasaporte y lo conminó
a abandonar el país en veinticuatro horas. El último influjo religioso se dio al intervenirse la
Universidad en 1943. El colegio cambia nuevamente de denominación y pasa a llamarse a
partir del 6 de junio de 1944 ¨Colegio Universitario de San Carlos ¨ El 13 de junio de 1944 es
nombrado rector el presbítero Juan Ramón Sepich quien debió retirarse el 9 de octubre de
1944. El Presidente Mitre tuvo la idea, y la llevó a la práctica, de crear un Colegio que
contribuiría a formar las futuras generaciones que dirigirían los destinos políticos de la
República Argentina y a educar a los jóvenes favoreciendo su compromiso con la sociedad, sus
características, sus necesidades y sus desafíos. Es por ello que muchos de ellos devendrían en
integrantes de las elites en el ámbito académico, científico, literario y profesional. El Rector de
la Universidad de Buenos Aires, Ricardo Rojas, en su discurso en el Colegio el 12 de agosto de
1926 dijo: ¨Mi presencia en este estrado no obedece a pasivo cumplimiento de un deber
oficial, sino a móviles más dinámicos de simpatía humana, que nacen de mi culto por la
tradición de este colegio histórico en el cual se formaron hombres de nuestra emancipación, y
al cual después de ciento cincuenta años de labor civilizadora, podríamos, por antonomasia,
llamarle ya el ¨Colegio de la Patria¨.(1). ¨El Colegio de la Patria es el que ha formado mayor
proporción de hombres eminentes, comparativamente tiene el más alto porcentaje de
laureados y de individualidades sobresalientes en cualquier campo de la inteligencia
organizada. En él estudiaron entre otros los presidentes Berardino Rivadavia, Justo José de
Urquiza, Carlos Pellegrini, Roque Saenz Peña y Marcelo T. de Alvear, (no he mencionado a los
ex presidentes de facto), dos premios nobel argentinos – Bernardo Houssay y Carlos Saavedra
Lamas – y un sinnúmero de científicos, juristas, literatos y personalidades públicas.¨(1) Al
perder el carácter nacionalizador que habían intentado darle Pueyrredón, Rivadavia y Mitre su
rol de formador de dirigencias políticas y de académicos, profesionales, literatos, científicos y
en suma de personalidades que influyesen en los destinos del país se circunscribió
fundamentalmente a la Ciudad de Buenos Aires y parte de la Provincia de Buenos Aires. El
Colegio sigue formando hasta hoy alumnos que demuestran su compromiso con la sociedad,
sus características, sus necesidades y sus desafíos. (artículo 8º inc. d) del Reglamento General
para los Establecimientos de Enseñanza Secundaria de la Universidad de Buenos Aires,
Resolución (CS) 4767 / 08). Sus egresados siguen hoy destacándose en las ciencias, la cultura, y
también en el campo político. Sólo como ejemplo de esto último, puedo mencionar que el ex
gobernador de la Provincia de Buenos Aires Felipe Solá y el ex jefe de gobierno de la Ciudad
Aníbal Ibarra son ex – alumnos del Colegio, también lo son el actual Subsecretario General de
la Presidencia de la Nación, el Vicepresidente del Banco Central, el Presidente de Aerolíneas
Argentinas, el Ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, el Secretario General de las 62
Organizaciones, entre muchos otros. Baste pensar que al dictarse la Constitución de la Ciudad
de Buenos Aires en 1996, los convencionales constituyentes que eran ex -alumnos del Colegio
superaban en número a cualquiera de los diversos bloques partidarios. Si se analiza la
conformación de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires 8 (desde 1996 al 2010) podrá
advertirse que la cantidad de legisladores que han sido ex alumnos del Colegio ha sido siempre
mayor a la cantidad de egresados de cualquiera de los establecimientos secundarios (públicos
o privados) de la Ciudad o de la Provincia de Buenos Aires. Si bien sobre esta cuestión se ha
escrito mucho, basta para corroborar mis afirmaciones la consulta de publicaciones recientes
que desde distintas perspectivas tratan el tema, tales como, ¨La alta sociedad en la Buenos
Aires de la Belle Époque¨ (3), ¨La Educación de los que influyen¨ (4) o ¨La educación de las
elites¨(5). EL SEGUNDO MODELO, AÚN SUBSISTENTE. Colegio preparatorio de estudios
universitarios. En su memoria correspondiente al año 1910, el Rector de la Universidad de
Buenos Aires, Eufemio Uballes, advertía que desde años atrás se intentaba separar los estudios
secundarios generales de los que debían ser preparatorios para el ingreso a las Facultades,
atribuyendo ¨la escasísima preparación de los jóvenes que pretenden ser admitidos en la
Universidad ¨ a que se confundía en una sola clase de institutos dos tareas diversas: la
instrucción secundaria en general ¨debe tender a dotar al alumno del mayor número posible
de nociones prácticas e inmediatamente aplicables¨ , mientras que ¨la instrucción preparatoria
de los estudios superiores debe prescindir de la utilidad inmediata y preocuparse, sobre todo,
de la disciplina mental del alumno¨. Propugnaba la reincorporación del Colegio a la
Universidad de Buenos Aires o bien la creación de un liceo bajo la dependencia de la UBA. La
perseverante acción del Rector Uballes fue tenida en cuenta por el Poder Ejecutivo y otro ex
alumno, el Presidente Roque Sáenz Peña, dicta el 4 de noviembre de 1911 el decreto que en su
artículo 1º dispone: ¨Anéxase el Colegio Nacional de Buenos Aires de esta Ciudad a la
Universidad de la misma, con todo su personal, edificio en construcción, gabinetes,
laboratorios y demás material de enseñanza.¨ En los considerandos del decreto se plasman las
ideas de Uballes, así se lee: ¨Considerando: Que el Rector de la Universidad de esta Capital ha
representado encarecidamente al Poder Ejecutivo, por modo especial en su última Memoria,
la necesidad de un liceo de segunda enseñanza donde sean preparados los aspirantes a cursar
los estudios profesionales o meramente científicos de sus respectivas Facultades, según las
exigencias de los mismos; Que de la preparación con que los alumnos ingresen en las
Facultades universitarias depende en gran parte el provecho que obtienen de su enseñanza y
el éxito en el cultivo ulterior de las ciencias que la constituyen; como también ,
consiguientemente, el adelanto y difusión de ellas en el país; Que la instrucción secundaria
general que se imparte en los colegios nacionales debe ser integral y bastarse a sí propia para
su objeto, consistente en suministrar a la mayoría de los habitantes los conocimientos
necesarios para actuar con eficacia en la vida individual y colectiva, conscientes de sus
derechos y deberes; Que este concepto de la enseñanza secundaria general no se aviene con
el carácter de preparatoria de la superior o universitaria que hasta el presente se la ha dado a
falta precisamente de institutos especiales 9 de la índole del que con insistencia propicia el
Rector de la Universidad; …..; Que siendo las mismas Universidades las que preparan a los
alumnos que han de recibir la enseñanza de sus Facultades, podrán hacerlo correlacionando
debidamente los estudios preparatorios con los universitarios y graduando con acierto su
duración; Que el medio más fácil, rápido y económico de llevar a la práctica la reforma que
prestigia la Universidad es el que se adoptara con predicho decreto del 22 de febrero de 1907
(el decreto de Quintana anexando el Colegio a la UBA y que no llegó a hacerse efectivo), o sea
la organización correspondiente al fin que se tiene en vista; ¨ A su vez en el artículo 3º del
mencionado decreto se dispone: ¨La Universidad reorganizará el personal del Colegio en la
forma requerida por la condición de instituto preparatorio para el ingreso en sus estudios, que
en adelante debe tener, y los cargos directivos y docentes se proveerán por el Poder Ejecutivo
a propuesta en terna del Consejo Superior.¨ (Todos los destacados en negrita son míos). ¨Pero
la anexión no conformó a todos. El 13 de noviembre de 1911 renunció el Rector del Colegio,
Enrique de Vedia, manifestando ¨inavenible incompatibilidad entre mis ideas sobre educación
secundaria ¨ y las que el decreto trasuntaba. ¨Soy un convencido – agregaba- de la
extemporaneidad de los dos ciclos de nuestra escuela secundaria, que se basta y sobra para
preparar jóvenes capaces de ¨actuar con eficacia en la vida individual¨ y en las aulas
universitarias, cuya alta dirección ejercen en la actualidad distinguidos caballeros que salieron
de este Colegio Nacional y que no necesitaron cursar estudios especiales de preparación para
estudiar descolladamente en aquéllas¨. Acaso el rector Enrique de Vedia temía que el Colegio
perdiese su sentido formativo,…, y se tornase una simple fábrica de aspirantes a cursar
carreras profesionales; acaso desconfiase de una ¨iniciación¨ universitaria prematura. Lo cierto
es que se alejó definitivamente del Colegio y pasó a dictar cátedras en otros.¨(1)

MASONERÍA

La disciplina arquitectónica se ve atravesada constantemente por aspectos políticos-


socialeseconómicos y lineamientos teóricas de índole nacional e internacional que determinan
la conformación y transformaciones físicas en la ciudad y gestan productos u objetos culturales
en diferentes momentos históricos, los cuales forman parte de la producción a escala urbana.
Estos a su vez, a lo largo de la historia, podrán permanecer, transformarse o sustituirse en
forma parcial o total. Entre los que permanecen y a su vez poseen determinados valores para
sus habitantes, conformarán su patrimonio cultural. Dentro del mismo la valorización de obras
arquitectónicas y urbanas masónicas es un reciente patrimonio a ser considerado.

La Masonería es una Sociedad de ámbito internacional y estructura jerárquica basada en la


fraternidad entre sus miembros, los cuales se agrupan en logias y hacen uso de ritos y signos
emblemáticos.3 . Esta Sociedad ha estado presente desde el siglo XVIII en nuestro país, y parte
de sus 1 Docente e Investigadora perteneciente al Instituto de Estudios de Historia, Patrimonio
y Cultura Material. Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad Nacional
de Mar del Plata. 2 Maestría en Gestión e Intervención del Patrimonio Arquitectónico y
Urbano. 3 Según la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones, la masonería es
una sociedad iniciática Filosófica, Filantrópica y Progresista Filosófica porque aspira a estudiar
las leyes de la naturaleza por la razón, Filantrópica porque lucha por el bien común y
Progresista porque hace un culto de libertad de conciencia, en tanto busca al verdad como
cada uno la entiende. miembros, estuvieron relacionados con las Guerras de Independencia4 .
Además de la presencia de integrantes de esta Sociedad en cargos políticos, como el caso de
presidentes y vicepresidentes, las logias generalmente conformaban parte de las instituciones
fundantes en muchas localidades del interior de la provincia. La relevancia de su estudio
responde a dos inquietudes: 1) Los trabajos y estudios sobre esta temática tienen escasa
difusión a nivel nacional como ointernacional y, 2) La pérdida y el estado crítico actual de
muchos de estas obras. En los avances de la tesis, esta ponencia se centrará en la investigación
histórica, valores y aspectos simbólicos de los casos elegidos, tales como los templos de
Buenos Aires, La Plata y Rosario.

Fundación del Colegio Nacional por decreto de 1863.

Se inicia en la Argentina, con la presidencia de Mitre, una era de resurrección científica. Es la era en
que, paralelamente a la organización nacional, se organiza también la ciencia. Es la era en que los
hombres de gobierno son hombres de cultura: historiadores, escritores, poetas. Mitre, Sarmiento,
Avellaneda, Gutiérrez, no sólo dirigen los destinos políticos de la nación, sino también estructuran y
conforman su vida cultural. Es una etapa constructiva, la "segunda Argentina", y que se cierra con la
crisis político-económica del 90. Es un nuevo período extravertido, en que la Argentina vuelve sus
miradas hacia el exterior y organiza su ciencia bajo direcciones europeas y norteamericanas. Es el
período en que la gran figura de Sarmiento es símbolo y es realidad.
Al asumir Mitre la presidencia de la Nación unificada, en 1862, sólo dos colegios dependian del poder
central: el Montserrat, nacionalizado junto con la Universidad de Córdoba en 1854, y el de
Concepción del Uruguay, de data reciente (1849).

No existía un plan pedagógico concreto, ni unidad de criterio y esfuerzos. Corregir esa deficiencia en
forma orgánica fue objetivo de Mitre, que aspiraba a ordenar la educación, con sentido total,
nacional. Sirviendo este propósito, dictado el 14 de marzo de 1863, el decreto N§ 5447, de
fundamental importancia, refrendado por el Ministro Eduardo Costa, decía:
Que uno de los deberes del Gobierno Nacional es fomentar la educación secundaria ,
Que esta casa puede establecerse sin mayor recargo del presupuesto, sobre la base del Colegio
Seminario y de Ciencias Morales que existe actualmente en la Capital:
Sobre la base del Colegio Seminario y de Ciencias Morales, y bajo la denominación de "Colegio
Nacional", se establecerá una casa de educación cientifica y preparatoria, en que se cursarán las
Letras y Humanidades, las Ciencias Morales y las Ciencias Físicas y Exactas, con arreglo al programa
anexo a este decreto, y según la distribución de materias que en él se determina.
Nombró Rector del Colegio el Dr. Eusebio Aguero, y nómbrase de Director de los Estudios a D.
Amadeo Jacques, quien propondrá oportunamente los profesores que han de servir las cátedras. La
dirección profesional era independiente y estabaexclusivamente a cargo del Dircetor de estudios.

El plan pedagógico de Mitre

EL 5 de mayo de 1863, al inaugurar las sesiones del Congreso Legislativo. Mitre precisó sus
propósitos de la siguiente manera: "Colocado este establecimiento en el centro de los recursos que
ofrece la Capital, bajo la dirección de distinguidos profesores, él debe necesariamente prestar
importantes servicios en la formación de ciudadanos virtuosos y capaces, que al volver a sus hogares,
llevaran además los sentimientos de fraternidad indispensables en la comunidad en los primeros
años de la vida, y la influencia tan benéfica para la estrecha unión de los pueblos.
"Bajo su inmediata y especial ateneión, este Colegio podrá servir de norma para regularizar la
enseñanza de los establecimientos que eostea la Nación, y en los demás que se propone crear con
vuestro auxilio en otras localidades, ajustándola a un plan uniforme como es de notoria
convenieneia".
Con esta fundación, Mitre reivindicaba a Pueyrredón y Rivadavia, colocándose en su misma línea
educativa El Colegio significó una importante contribución a la unidad nacional, y el punto de partida
de un amplio programa: establecimiento modelo, a cuyo ejemplo se trazaron los restantes.

En diciembre de 1864, Mitre fundó los colegios nacionales de Catamarca, Mendoza, Salta, San Juan y
Tucumán, creando una red cuya trama continuaron Sarmiento y Avellaneda.
El plan de estudios, dictado por decreto Nø 5848, comprendia tres ramas principales: letras y
humanidades; ciencias morales, y ciencias exactas El predominio de la tendencia humanista no
excluía una importante atención cientifica.
Aguero enfermó, no tardó en alejarse y murió en 1864.

Jacques lo sucedió, y le bastaron pocos meses, pues falleció al año siguiente, para ejercer un poderoso
influjo renovador.

El rectorado de Jacques.

Jacques comprendía la misión del Colegio, y contaba para realizarla con dotes extraordinarias:
personalidad, talento, juventud, honda formación pedagógica y filosófica, y hasta una talla imponente
que infundía respeto por mera presencia.
Nacido en Francia, nieto del pintor Gérard, influído por el eclecticismo filosófico de Victor Cousin,
Jacques era figura descollante de la generación del 48, amigo y compañero de Alfred de Musset, de
Gustave Planche, de Jules Simon. Cursó la Escuela Normal Superior, ocupando a temprada edad,
cátedras y tribunas.
Educador, promotor de la ciencia y la cultura Nació en París (Francia) el 4 de julio de 1813. Murió en
Buenos Aires el 13 de octubre de 1865 El nombre de Amadeo Jacques está para siempre ligado con la
historia del Colegio Nacional de Buenos Aires, del que fuera profesor y rector, y con la cultura de
Buenos Aires y Tucumán. Jaques nació en Francia en 1813. Estudió en el Liceo de Borbón y en la
Escuela Normal de París, donde orientó su vocación hacia las ciencias naturales. Luego de obtener el
título de profesor, dio clases en Amiens y Versalles y, a los 24 años, obtuvo el doctorado en letras en
la Sorbona, con dos tesis: una latina (De platonica idearium doctrina) y otra francesa (Aristóteles,
historiador de la filosofía). Poco después, obtuvo también el diploma de licenciado en ciencias
naturales en la Universidad de París. Luego de 1840, enseñó en la Escuela Normal Superior y en el
Liceo Luis el Grande de París y editó varias obras filosóficas, entre ellas algunas de Leibnitz. Por esa
época, además, preparó, en colaboración, un Manual de Filosofía para uso de los colegios, que fue
una obra muy utilizada en varios países europeos. Por motivos políticos, Jacques debió abandonar los
claustros parisinos. En 1847, se le prohibió ejercer la docencia en Francia, por lo cual decidió
marcharse del país, y radicarse en Montevideo, a donde llegó en 1852, recomendado por Humboldt.
Luego se trasladó a Paraná, atraído por el progresismo cultural que esbozaba el gobernador
entrerriano Urquiza. En esa ciudad, Jacques se dedicó a la daguerrotipia y a la agrimensura. Poco
después, viajó a Buenos Aires, donde dictó algunos cursos libres, a Rosario, y nuevamente a Entre
Ríos, donde fue presentado a Urquiza, por entonces Presidente de la Confederación Argentina. Fue
nombrado al frente de la Dirección de Catastro, pero al poco tiempo abandonó la provincia, para ir a
Córdoba, y luego a Santiago del Estero. En 1856, fue nombrado Agrimensor General de la provincia y
agregado científico a una expedición científica al Chaco y el río Salado, experiencia que sería luego
asentada en la obra Excursion ou Rio Salado et dans le Chaco, editada en París en 1857. Luego pasó a
residir en Tucumán, donde realizó distintas labores y donde se relacionó con buena parte de la alta
sociedad de la ciudad de San Miguel. En 1858, fue nombrado Director del Colegio de San Miguel,
donde desarrolló una vasta obra renovadora de los sistemas y metodologías pedagógicos. Asumió
también la función de bibliotecario del Colegio y aumentó de tal modo la colección bibliográfica, que
pronto fue la base de la Biblioteca Pública de San Miguel. En 1860, luego de algunas desavenencias
de índole política y de algunos hechos desgraciados que tuvo que sufrir, Jacques renunció a su cargo.
Se dedicó entonces al periodismo, como redactor de El Eco del Norte y El Liberal. En esos diarios,
publicó varios proyectos de reglamentos sobre instrucción pública. Después, el vicepresidente de la
República, el tucumano Marcos Paz, lo invitó a trasladarse a Buenos Aires, y le ofreció ser Director de
estudios del Colegio Nacional, institución que había sido creada por Bartolomé Mitre poco tiempo
antes, y que era dirigida, en ese entonces, por Eusebio Agüero. Algunos años más tarde, a la muerte
de Agüero, Jacques pasó a ocupar el rectorado del Nacional. En esa función, transformó
completamente la enseñanza, introduciendo las nuevas ideas cientificistas que provenían de Europa y
planeó la educación primaria, secundaria y universitaria, con la base de una enseñanza de tipo
universalista que debía preparar al alumno "a aprender todo". El Colegio Nacional, bajo la égida de
Jacques, se convirtió pronto en un modelo a imitar por los demás colegios del interior del país.
También, junto con otros grandes pensadores de ese tiempo, como Juan María Gutiérrez, preparó
una obra de suma importancia, el Plan de Instrucción Pública, que tuvo mucha influencia en los
planes educativos de fin de siglo XIX. También fue, durante varios años, profesor de física
experimental y química y autor de un Curso de Filosofía, que se editó en Francia, y que fue la base de
la enseñanza de esa disciplina en nuestro país. Jacques murió el 13 de octubre de 1865. Sus restos
fueron despedidos por una comitiva muy nutrida, que incluía a todos los alumnos del Nacional, a las
personalidades más destacadas de la cultura y la política argentina, y por una gran cantidad de
vecinos. La figura de Jacques, fundador del Círculo Literario en 1864 y uno de los miembros de la
Generación del ´80
Fundó revistas, publicó libros. Participó en la revolución de 1848, reclamando desde las columnas de
su edición "La libertad de pensar", un régimen republicano con amplias garantias de libertad y fines
sociales. Pero al producirse el golpe de estado de Napoleón lII, Jacques fue perseguido. Expulsado de
sus cátedras, clausuradas sus publicaciones, en 1851 tomó el camino del exilio, como tantos
compatriotas ilustres: Tocqueville, Hugo, Quinet, etc.
En 1852 llegó a Montevideo, y luego a nuestro pais, donde asociado con Alfredo Cosson, para
subsistir se dedicó primeramente a la daguerrotipia, novedad muy en boga.
En 1855, el gobierno de Urquiza le encomendó varias investigaciones de carácter geográfico y
económico, en el Chaco y Tucumán. Prealizó desde entonces diversos estudios antropológicos,
zoológicos, botánicos, hizo pie en Santiago del Estero y luego pasó a Tucumán, donde contrajo enlace
y ejerció durante cuatro años la dirección del Colegio de San Miguel, que organizó entre dificultades
de toda indole.Por consejo de Marcos Paz, Mitre lo llamó a Buenos Aires en 1863. La influencia que
Jacques ejerció, durante su breve rectoria del Colegio, en el movimiento cultural y el desarrollo
educacional del pais, aún perdura.
Autor del plan de estudios de 1863, Jacques pretendia dotar de un sentido propedéutico a la
enseñanza secundaria; es decir, que el bachillerato fuera algo así como un grado universitario inicial,
y que tuviese carácter formativo mediante el adecuado equilibrio de las humanidades clástcas y las
científicas. También aconsejó que este ciclo preparatorio tuviera una duración superior a la de cinco
años, que se le asigno en principio. Jacques era enemigo de la especialización prematura; comprendía
bien, por otra parte, las necesidades del país en materia educativa. Y fue bajo su influjo que la
comisión creada por el gobierno para elaborar un proyecto de instrucción general y universitaria, al
expedirse en 1865 aconsejó la institución de estudios que educasen para el comercio, la agrimensura,
la minería; y de escuelas primarias superiores que enseñasen de acuerdo a las características
regionales; amén de otras innovaciones en materia universitaria."Juvenilia". El Colegio en la
literatura. Es muy posible que los méritos de su rectorado, no hubieran bastado para hacer subsistir
la imagen de Jacques con la fuerza vital que aun hoy la acompaña, si no hubiese contado con el
auxilio de las páginas, vibrantes de admiración, que Miguel Cané le dedicó en "Juvenilia"; libro que
retrata con vivacidad el período en que su autor cursó las aulas del Colegio (1863-1868), recordando
las travesuras del internado y la personalidad de profesores y condiscípulos.
El Colegio ha inspirado otras expresiones literarias de mérito, como la "Elegía al viejo Nacional
Central", de Baldomero Fernández Moreno, y diversos trabajos de Manuel Podestá, Martín García
Merou, Enrique Larreta, Aníbal Ponce, Federico Tobal, Florencio Escardó, Ricardo Guiraldes,
Ricardo Rojas, Paul Groussac, Osvaldo Loudet, Juan Mantovani, Ricardo Sáenz Hayes,Marco Denevi,
Manuel Antín,PedroPico,etcetera.A Jacques sucedió su viejo amigo Alfredo Cosson, quien siguió las
hondas huellas del maestro hasta 1876, en que debió retirarse afectado por una dolencia mental. En
esa misma fecha el ministro Leguizamón suprimió el internado en todos los Colegios Nacionales
donde aún subsistía.
Allá por 1877 tuvo luga la primera exposición Industrial de la República, que el presidente Avellaneda
inauguro en el celebre patio de arena del Colegio. El rector, desde un año antes, era José Estrada.
E1 18 de enero de 1881 la Universidad fue nacionalizada; se suprimieron los estudios preparatorios
que quedaron a cargo del Colegio, y una comisión proyectó que éste pasase a depender de la Facultad
de Humanidades, pero el Congreso nunca trató tal proyecto.
Al producirse el conflicto de 1884 entre el presidente Roca y el Nuncio papal, Estrada intervino en la
polémica y fue separado de sus cátedras y de la dirección del Colegio, despidiendo a sus alumnos con
una alocución memorable.
Lo reemplazó Amancio Alcorta (1884-90), autor de muy valiosos estudios sobre la enseñanza
secundaria en nuestro país; y luego Adolfo Orma (1890-92). A esta altura, la disciplina interna se
había resentido y los conflictos de ese orden hicieron crisis en un episodio durante el cual, los
alumnos abuchearon al inspector general de enseñanza, don Santiago Fitz Simons. Este solicitó de
inmediato al Poder Ejecutivo la exoneración del rector, a quien acusó de "abandono o falta de tino"
"en el cumplimiento de sus funciones.
Orma fue separado por decreto del 25 de abril, que firmaron el presidente Pellegrini y su ministro
Balestra. Quince días más tarde, se designó el sucesor, Valentín Balbín, ingeniero y hombre público,
ex condiscípulo de Cané. Pero aquella circunstancia llevó a un grupo de personas, encabezadas por el
rector destituído, a fundar elInstituto Libre de Segunda Enseñanza, adscripto a la Universidad desde
1893 y que hasta hoy sigue el mismo plan de estudios del Colegio, sin llegar a ser realmente un
incorporado. En 1911 el Colegio admitió como tales a tres colegios particulares (el Salvador, el
Lacordaire y el de Nuestra Señora de Luján), pero el 10 de junio de 1912 el ministro Garro dejó sin
efecto la incorporación. Reestablecida más tarde, subsistió poco más de dos lustros.El rector Balbín
(1892-96) y sus sucesores Juan P. Aguirre (1896-1900) y Manuel B. Bahía (1900-02), debieron
afrontar proproblemas disciplinarios, e inclusive una notoria politización del alumnado; que influído
por las agitaciones iniciadas en 1890, llegó a constituir un Comité en el mismo Colegio, editando un
periódico que rregentearon los futuros dirigentes radicales Mario Guido y José P. Tamborini. El
hecho en sí no era novedoso, si se recuerda el apasionado enfrentamiento entre "porteños" y
"provincianos" que Cané relata.
En 1902 asumió el cargo de rector don Enrique de Vedia, que ya lo habia sido del Colegio de
Concepción del Uruguay. A él alude Fer nández Moreno cuando en su "Elegía", recuerda la "renegrida
barba rectoral". Era hombre de vasta cultura; admirador de Echeverría, en su tiempo los alumnos del
Colegio donaron a la ciudad una estatua del prócer civil, modelada por el profesor Torcuato Tasso.
Erigida en los jardines de Paiermo, en 1957 se la trasladó a la plaza San Martín.
Por entonces ( 1903 ) comenzaron las obras de reedificación del Colegio, parte de cuyo edificio fue
demolido, funcionando sus cursos en espacio reducido y precario durante mucho tiempo, pues las
tareas se suspendieron en 1906, y sólo estuvieron totalmente concluidas treinta anos más tarde.
Anexión del Colegio a la Universidad. Entretanto, la ciudad crecía y sus necesidades educativas
también. El Colegio Nacional fue origen de cuatro secciones que dependían de la casa central y
estaban a cargo de vicerrectores; "la Norte" (antece- dente del actual Colegio Nacional Sarmiento);
"la Sud" (Colegio Na- cional Rivadavia); "la Oeste" (Colegio Nacional Mariano Moreno), y "la
Noroeste" (Colegio Nacional Avellaneda). Queda dicho que la sede tradicional comenzó a ser
conocida como el "Colegio Nacional Central", nombre que oficialmente nunca tuvo, sino que
comprendía un sentido jerárquico y geográfico.
Durante mucho tiempo el Colegio, tan vinculado a la Universidad desde los orígenes, había cumplido
una finalidad preparatoria de estudios superiores.Por decreto del 22 de febrero de 1907, el Poder
Ejecutivo resolvió transferir a las Universidades de Córdoba y La Plata los respectivos Colegios
Nacionales, y a la de Buenos Aires, el Colegio y el Instituto del Profesorado Secundario. Su propósito
era realizar un ensayo, cuyo resultado serviría para fijar la orientación de los establecimientos de
pendientes del Ministerio, mientras la Universidad obtenía la oportunidad dad de completar la
práctica de un régimen que ella misma había creado.Esta incorporación fue aceptada por Córdoba y
La Plata; y también por el Consejo Superior de la Universidad de Buenos Aires, el 12 de abril. Sin
embargo dicho Consejo puntualizó ciertas disidencias con el decreto de anexión, solicitando que se
ampliaran atribuciones para organizar y designar personal, modificar planes agregando un sexto año
de estudios polifurcados, etc. En suma, una resolución del ministro Bibiloni del 22 de octubre,
suspendió la anexión del Colegio y del Instituto de Profesorado. El Poder Ejecutivo no accedía a
aquellos requerimientos, y el intento se desdibujó hasta nuevo estudio.En su memoria
correspondiente al año 1910, el rector de la Universidad Eufemio Uballes, advertía que desde años
atrás, se intentaba separar los estudios secundarios generales de los que deberían ser preparatorios
para el ingreso a las Facultades, atribuyendo "la escasísima preparación de los jóvenes que pretenden
ser admitidos en la Universidad", a la que confundía en una sola clase de institutos, dos tareas
diversas: la intrucción secundaria en general "debe tender a dotar al alumno del mayor número
posible de nociones prácticas e inmediatamente aplicables", mientras que "la instrucción
preparatoria de los estudios superiores debe prescindir de la utilidad inmediata, y preocuparse sobre
todo, de la disciplina mental del alumno". Terminaba propugnando la reincorporación del Central a
la Universidad, o bien la creación de un liceo bajo dependencia de ésta.
La perseverante acción del Rector Uballes fue oída por el poder Ejecutivo; y otro ex-alumno, el
presidente Roque Sáenz Peña, dictó el 4 de noviembre de 1911, el decreto de anexión del Colegio
Nacional de Buenos Aires de esta Ciudad a la Universidad de la misma, y desde el 19/1/12, pasó a
depender de la Universidad, como parte integrante de ella.

La anexión no conformó a todos. El 13 de noviembre renunció el rector del Colegio, Enrique de Vedia,
manifestando "inavenible incompatibilidad entre mis ideas sobre educación secundaria" y las que el
decreto trasuntaba.

Lo cierto es que se alejó definitivamente del Colegio central, y pasó a dictar cátedras en otros. Lo
sucedió Eduardo Otamendi (1911-1915), que ejercía hasta entonces funciones de vicedirector. Al
quedar librado este cargo, el rector Uballes designó en el mismo al docente más joven que tenia el
Colegio: Juan Nielsen, profesor de Ciencias Naturales, cuya personalidad pesó hondamente en el
perfeccionamiento ulterior de la institucion.
En 1912, el Consejo Superior de la Universidad dictó la ordenanza sobre plan de estudios, ampliando
la tendencia humanista de su enseñanza: se implantaron seis años de latín, la Historia del Arte y
otras materias, amén de intensificarse los estudios históricos, filosóficos y de ciencias naturales.
También se agregó un sexto año de cultura desinteresada, necesaria a investigadores y profesionales.
A efecto de fijar la estructura del Colegio, el Consejo Superior sancionó poco después otra ordenanza
que organizó su régimen interno, otorgándole un grado de autonomía didáctica y cientifica, y ciertas
atribuciones en orden al nombramiento de personal administrativo y auxiliar que evitaren
menudencias burocráticas.
En 1914, el diputado Saavedra Lamas -ex colegial-, obtuvo que la comisión de presupuesto que
presidía, eliminara la leyenda "anexado a la Universidad", a efecto de devolver el Colegio al régimen
ministerial. Pero en la Cámara, tras intensa polémica, tal dictamen fue rechazado; como rechazados
fueron asimismo otros intentos realizados por el mismo Saavedra Lamas desde el Ministerio de
Instrucción Pública.
Por fin en 1919 el ex-alumno y entonces profesor, doctor Luis Agote planteó, desde su banca de
diputado, un debate de fondo que concluyó con la sanción de su proyecto, convertido en ley Nø
10.654, que decía así:"Art. 1.- Bajo el nombre de Colegio Nacional de Buenos Aires, anéxase a la
Universidad de Buenos Aires el Colegio Nacional (central) entregado a la misma por decreto del 4 de
noviembre de 1911.
Es útil conocer, al menos parcialmente, las discusiones esclarecedoras que se registraron con motivo
de esta sanción. En la sesión del 11 de junio, el diputado Adolfo Dickman, también ex-alumno,
expresó entre otras cosas:

El "Colegio de la patria".

Andando el tiempo, los hechos demostraron el acierto de esta experiencia, y pronto surgieron
iniciativas enderezadas a extender los beneficios del sistema. Córdoba y La Plata adoptaron en sus
Colegios, planes de estudio siguiendo las bases del vigente en Buenos Aires, y dejaron claramente
establecido que la docencia secundaria debe ser formativa y ajena a toda preocupación utilitaria. Bien
pudo decir el rector de la Universidad de Buenos Aires, Ricardo Rojas, en su discurso en el Colegio, el
12 de agosto de 1926:
"Grande es la responsabilidad que la Universidad de Buenos podríamos, por antonomasia, llamarle
ya el colegio de la patria".
Esta definición no es caprichosa. El "Colegio de la patria" es el que ha formado mayor proporción de
hombres eminentes. Es un hecho de fácil comprobación que los ex-alumnos se destacan en aulas,
gabinetes, laboratorios, y en todo orden de actividades universitarias, respondiendo a la plástica
modeladora del Colegio. Comparativamente, tiene más elevado porcentaje de laureados y de
individualidades sobresalientes en cualquier campo de la inteligencia organizada.
En él estudiaron los presidentes Carlos Pellegrini, Roque Sáenz Peña y Marcelo T. de Alvear; dos
premios Nobel argentinos - Bernardo Houssay y Carlos Saavedra Lamas-, y un sinnúmero de
científicos como Luis Agote, Angel Gallardo, Ignacio Pirovano (Consuelo nº 3 – pag 347); juristas
como Estanislao Zevallos, Alfredo Colmo, Luis Maria Drago (Estrella del Oriente nº 27 – Pág 189),
Eleotoro Lobos (Libertad nº 48 – 282) y Roberto Repetto ; literatos de la talla de Rafael Obligado,
Ricardo Guiraldes, Baldomero Fernández Moreno, Calixto Oyuela, Eugenio Cambaceres (padre e
hijo, Unión del Plata nº 1 – pág 147), Lucio V López (Logia Docencia – 283) y Enrique Larreta;
personalidades públicas como Antonio Dellepiane (Luis y Alberto – Libertad 48. pag 183), José
Nicolás Matienzo (Logia Docente, pág 303), Pedro Goyena (ver especialmente pag 237, rechazado por
su fanatismo), Aristóbulo del Valle (Logia Docente- 431), José Ingenieros (Unión Italiana 1ª nº 90
junto con su padre, publicó libros sobre masonería), Mario Sáenz, Ernesto Quesada, Belisario Roldán
(Lealtad nº 6 – àg-373), Martín García Merou (Obediencia a la Ley 13 – pag 221), Carlos Ibarguren,
Abel Cháneton (Justicia nº 17 pág 175, publicista) , Manuel Carlés, Nicasio Oroño (Regeneración nº 5
y Libertad nº 48), José León Suárez , Tomás Le Breton, Norberto Piñero, Rodolfo Rivarola (Logia
Docente y La Plata nº 80 - 366), Juan B Justo, Nicolás Repetto, Alfredo Palacios (Libertad nº 48 –
331), Aníbal Ponce, Juan José Díaz Arana, el presidente paraguayo Juan B. Egusquiza y muchos más,
cuya cuenta se hace difícil; incluso algunas mujeres, bajo el sistema de coeducacion existente a
con1ienzos de siglo y reimplantado en 1957.

El "Colegio de Nielsen".

La fecha de anexión coincide, como dejamos dicho, con el advenimiento a los cargos directivos de un
hombre llamado a ejercer gran influencia en los destinos de la casa: Nielsen
Tanto bajo el rectorado de Otamendi como el de sus continuadores José Popolizio (1915-18) y Tomás
Cullen (1918-24), Juan Nielsen fue, como 3acques respecto de Aguero, no un colaborador más, sino
quien orientó, en verdad, toda la política educacional.Egresado del Instituto Nacional del
Profesorado Secundario, no poseía título universitario, hasta que la Universidad de Buenos Aires en
reconocimiento a su mérito, lo doctoró "honoris caúsa" en 1924. Designado por fin rector del Colegio,
lo reorganizó y desde 1924 hasta 1941, le infundió un nuevo impulso creador. En un ciclo de treinta
años, su mano rigió el complejo mecanismo te la casa ,dejando en ella una impronta inconfundible.
No es fácil formular, con detalle, un repertorio de la tarea renovadora ensayada en el "Colegio de
Nielsen", como solía llamarlo el presidente Yrigoyen, consustanciando por tal manera al hombre con
su obra. Obra muchas veces resistida por el misoneísmo y la "tradición" mal entendida.
En un apresurado bosquejo, cabría señalar la terminación del edificio, "gran palacio" donde Nielsen
cuidó cada detalle: luz, colores, dimensiones, conservando por otra parte algunas reliquias del
pasado, tales como la fuente emplazada en el patio "Mariano Moreno"-desarmada hace más de una
década, y luego extraviada-, y un rincón que mantiene la arquitectura antigua, respetando las
características columnas y el embaldosado blanco y negro. Para proyectar la remodelación, asi como
la sede de los Tribunales, el Poder Ejecutivo había contratado al arquitecto belga Maillard. El 21 de
mayo de 1938, al celebrarse el 75ø aniversario del decreto 1 de Mitre, el presidente Ortiz presidió el
acto de inauguración oficial del local, concluído un año antes. En 1 943 fue declarado solar histórico.
Además, se equiparon los gabinetes desmantelados ,cobrando especial auge los de Dibujo y
Geografía. Se edificó el observatorio, cuyo telescopio dotó la Facultad de Filosofía y Letras. Se instaló
en el salón de actos, el órgano donado por el profesor Nicolás Avellaneda ( h. ), y diseñado por su
primer ejecutante, el profesor ingeniero José A. Medina. Se fichó y amplió extraordinariamente la
biblioteca. Se estableció el régimen de concursos para la selección de profesores; y entre los alumnos,
una disciplina severamente patriarcal, adecuada a las condiciones del momento. Los estudiantes sin
recursos recibieron becas, suministradas en forma reservada para que no se sintiesen disminuídos
frente a sus compañeros más pudientes. Fueron implantados los trabajos prácticos, a fin de
abandonar la enseñanza rutinaria y libresca, y despertar vocaciones científicas y experimentales. Se
utilizaron, por primera vez en el país, la cinernatografía y las proyecciones como elementos auxiliares
de la docencia. Conferenciantes y concertistas de fama mundial visitaron el Colegio: Einstein, Ortega
y Gasset, Orlando, Getulio Vargas... y hasta el dúo Gardel-Razzano en alguna oportunidad ilustró con
música vernácula una conferencia, como para que la sensibilidad Popular no quedara ausente de los
claustros académicos.
El 20 de noviembre de 1922, el Consejo Superior de la Universidad instituyó el Premio "Rector
Uballes", medalla de oro y diploma que se otorga "al bachiller sobresaliente" de cada promoción.
Desde entonces, los premios han ido aumentando en cantidad e importancia. Año tras año, el 12 de
agosto, aniversario de la creación de la Universidad, tiene lugar la colación de grados, ceremonia en
la cual el Colegio despide a sus bachilleres y les distribuye diplomas y distinciones. En el período
1952-1956 dicho acto académico fue suspendido.
El 23 de agosto de 1934 quedó constituída la Asociación de Ex Alumnos del Colegio Nacional de
Buenos Aires, que congrega a buena parte de los graduados.Nielsen tampoco descuidó la educación
física de los jóvenes; inaugllró el gimnasio y natatorio cubiertos, en el subsuelo de la casa, y el campo
de deportes ubicado sobre la avenida Costanera.
Docente admirable, que despertó y definió muchas vocaciones, Nielsen vivió exclusivamente
dedicado al Colegio, hasta su muerte acaecida en 1941

También podría gustarte