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LA MUJER EN LA TRAGEDIA GRIEGA

Lo primero que hay que tener en cuenta es que la cultura griega es


fundamentalmente una cultura oral, por eso la tragedia clásica
cumple la función de una enciclopedia, de todo el saber enciclopédico
de la época, como antes lo habían cumplido los poemas homéricos.

En segundo lugar la tragedia griega saca los argumentos de obras


anteriores, lo que hace que las historias ya sean conocidas por el
público.

En la tragedia griega los personajes femeninos tienen mucha


importancia y mucha presencia, pero, paradójicamente, en la
vida social griega las mujeres no tienen ninguna importancia1.
Por ejemplo en Las Troyanas las mujeres –los personajes femeninos–
hablan mucho y son auténticas protagonistas, pero no tienen ningún
poder, el poder está en manos de los hombres. Las mujeres son
reducidas a botín de guerra.

Otro dato a tener en cuenta es que las relaciones entre las mujeres
siempre se presentan conflictivas en las obras teatrales, son
relaciones para mal: relación Antígona/Ismena, Clitemnestra/ Electra.

Los personajes femeninos que encontramos en la tragedia griega


podemos dividirlos en 3 grandes tipos:

•Personajes femeninos de mujeres que se pueden


considerar más próximas a la normalidad: Ismena, Crisotemis,
Alcestis, etc.
1
Con la salvedad de la hetaira, figura intermedia entre la prostituta de alto nivel y la dama de
compañía, similares en muchos aspectos a las geishas japonesas.
Eran mujeres independientes y, en algunos casos, de gran influencia (Aspasia, Friné, Thais…),
a quienes se les obligaba a utilizar vestidos distintivos -generalmente túnicas transparentes de
color azafranado. También solían llevar el rostro maquillado y se teñían- y que tenían que
pagar impuestos. Componían un colectivo formado principalmente por antiguas esclavas y
extranjeras (metecas), y tenían un gran renombre debido a sus cualidades en de danza y
música, así como por sus propios talentos físicos. Existen evidencias de que, al contrario de la
mayoría del resto de las mujeres griegas de la época, las heteras recibían educación. También
es importante señalar que las hetairas no sólo eran las únicas mujeres que podían tomar parte
en los simposios, sino que sus opiniones y creencias eran además muy respetadas por los
hombres.

“Tenemos a las hetairas para el placer, a las criadas para que se hagan cargo de nuestras
necesidades corporales diarias y a las esposas para que nos traigan hijos legítimos y para que
sean fieles guardianes de nuestros hogares” (Demóstenes)
•Personajes femeninos de mujeres que se pueden
considerar perversas: Medea, Clitemnestra, etc.

•Otro tipo de personajes femeninos: Antígona.

Pero…¿qué mueve a estas heroínas? Veamos su diferente


evolución…

*Clitemnestra: en la primitiva versión de Esquilo, Clitemnestra


mata a su marido en venganza por la muerte de su hija Ifigenia,
sacrificada a los dioses. Clitemnestra, a su vez, muere a manos de
sus hijos Orestes y Electra. Finalmente Apolo perdona a Orestes el
matricidio.

Las versiones posteriores del asunto suavizan la crueldad del


personaje y así, Eurípides nos aporta razones que nos llevan a
entender el crimen de Clitemnestra.

*Electra, sin embargo, mantiene sus razones básicas en las


diferentes versiones que llegan hasta hoy. Su carácter es siempre
repugnante: solo quiere la venganza. Electra no busca la
colaboración de nadie para consumarla, sino que incluso se apropia
del papel de Clitemnestra y ejerce de “madre” de Orestes, de
manera que, en su “pureza”, Electra resulta mucho más perversa que
su madre.

Veamos el antagonismo de ambos personajes en su comportamiento:

Clitemnestra (esposa) infiel / Electra (hija) fiel

Clitemnestra no casta / Electra casta

Clitemnestra lasciva / Electra no lasciva

Clitemnestra la vengadora / Electra la víctima

Clitemnestra mala madre / Electra maternal sin hijos

Un personaje femenino diferente, “aislado”, diríamos es Antígona


sin lazos afectivos con otras mujeres (ruptura de Antígona y su
hermana Ismene, obediente a las leyes humanas), pero a la que
tampoco ayudan los dioses. Antígona está sola en escena, sin apoyo
de ningún dios (a pesar de su valerosa defensa de la ley divina:
enterrar a los muertos) y sola muere- ahorcamiento-.

Otro personaje “perverso” es Medea que representa a la extranjera:


siempre tiene que salir huyendo, es como una refugiada de hoy día.
De los muchos episodios vividos por Medea, y de los que tuvo que
salir huyendo (uno de ellos, de su patra en La Cólquida,
acompañando a su amante Jasón en su huida con el Vellocino de
Oro), Eurípides sólo nos cuenta la estancia de Medea en Corinto.
Eurípides introduce al personaje de Medea en una tragedia de
protagonista único: Medea está siempre en escena, es protagonista
única, y solo sale de escena para matar a sus hijos. Medea, aún
siendo un personaje femenino, aparece caracterizada como un héroe
masculino –escena final de huida, ayudada por el dios Helios-.

La venganza de Medea alcanza también a otra mujer, la princesa


corintia Glauce: “No se distinguía la expresión de sus ojos ni su bello rostro, la
sangre caía desde lo alto de su cabeza confundida con el fuego, y las carnes se
desprendían de sus huesos, como lágrimas de pino, bajo los invisibles dientes del
veneno.

Frente a la grandeza de estos personajes femeninos en la tragedia


griega, en las versiones posteriores, que llegan hasta nuestros
días, muchos de estos personajes se desmitifican, y en algunas
literaturas como la española esos personajes tienen muy escasa
presencia e influencia.

Finalmente, y a modo de conclusión, podemos decir que si sacamos


a los personajes femeninos de la tragedia griega esta no tendría
razón de ser, desaparecería.

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