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Saurí
Qué es
Diagnosticar
en Psiquiatría
Ej.: ^ inv.: .
Bonum editorial
Segundo Módulo
MATERIA DEL
DIAGNÓSTICO1
Discernir y decidir, propósitos de la tarea diagnóstica se llevan a
cabo conociendo, reconociendo y nombrando conjuntos de signos. Esto
implica captar estos datos y por lo tanto plantea una pregunta: ¿en
cuál campo los aprehende quien realiza la tarea? La respuesta parece
obvia. Sin embargo registrar y procesar datos, unos espontáneos,
pasibles de ser captados directamente sin intermediación técnica, y
otros suscitados, obtenibles por medios instrumentales tales como las
pruebas psicológicas, radiografías, exploraciones específicas, etc... es
un quehacer complejo en el cual participan lo atribuible al objeto junto
con lo propio del diagnosticar. Se trata, en realidad, de un encuentro
entre los protagonistas del diagnóstico que se lleva a cabo en diferentes
campos sensoriales, dos de los cuales son los destacados por la labor
psiquiátrica: aquél de la Mirada y el de la Escucha.
El campo de la Mirada diagnóstica
Mirar, actividad intencional, tiene por finalidad aprehender e
incorporar en la esfera de lo propio, configuraciones de datos visuales
mediante el registro de las notas ostensivas de lo diagnosticado
configuradas en un espectáculo. Como consecuencia, el diagnosticador
capta totalidades significativas expuestas ante-los-ojos con las cuales
realiza su tarea. También la visión aprehende notas visuales, pero entre
ver y mirar existe la diferencia marcada por la intención de demorarse
en lo ofrecido a la vista. La Mirada no sólo registra, también retiene y
esto graba huellas que pueden, luego, ser evocadas y recordadas pues
es una actividad de orden antropológico, no meramente sensorial. En
otras palabras capta conjuntos representativos con significación
específica pero también los retiene porque a diferencia del mero ver,
ella se demora en lo aprehendido y al hacerlo comienza a morar en él.
Mirar es, en cierto modo, habitar con lo mirado y, por consiguiente,
"ubicarlo". ¿Qué significa esto?
"Ubicar", es decir saber dónde se halla el espectáculo mirado
implica una doble operación recíproca: "situar" lo mirado y "situarse"
respecto de él. No se trata sólo de objetivar lo mirado de modo
dimensionante sino de encontrarse con él en un espacio vivido, en el
cual es posible diferenciar un "acá" y un "allá" en relación a "mí", lo
cual sucede siempre que miramos algo porque "en mi esfera primor-
dial, mi cuerpo, relacionado consigo mismo, está dado en el modo del
hic; todo otro cuerpo -y también el cuerpo del Otro- lo está en el modo
del illic" 2. ¿Qué implica que la Mirada ubique "acá y allá"?
Examinemos el punto con más cuidado. Mi lapicera, ubicada "acá", comprometido "espacio personal" nunca totalmente situado "acá" ni
en mi escritorio, absolutamente cercana a mí, se integra conmigo al "allá". Se trata de un espacio primigenio de encarnación, "espacio cero",
modo como lo hacen "mi" cuerpo, "mis manos" o "mis" ojos; pero las fundamento y origen de sus ulteriores determinaciones -espacio
letras que trazo con ella se sitúan "allá", en el papel que escribo. No transicional, espacio de la ilusión, etc... donde entre el "acá" y el "allá"
dejan por ello de ser integradas en la "esfera de lo mío" pero lo están juega el espectáculo que capta el espectador. Tales presencias -la del
con menor intensidad porque entre ellas y yo existe la distancia diagnosticador, y la de los conjuntos que aprehende en el campo de la
generada por la actividad en la cual participó la lapicera como un Mirada- tienen carácter evidente y no necesitan ser demostradas, ni
intermediario. "Acá" y "allá" designan pues velaciones especiales del derivadas de algo previo. Como consecuencia, lo aprehendido se vive
mundo-de-la-vida vinculadas al mirar algo que ocupa un lugar como real pero esto no garantiza la verdad de lo mirado.
inmediato, y si bien lo mirado está ubicado respecto de mí, no es mi Vayamos a un ejemplo. Estoy viviendo en un pueblo de campaña,
propiedad porque ni ésta ni el proceso conducente a ella son asuntos y los enfermeros a cargo de la posta sanitaria me llaman para asistir a
de proximidad o lejanía. Por otra parte, como la persona está siempre una paciente. Llego a una casa modesta cuyo patio está atestado de
total y absolutamente presente a sí misma excepto cuando se enajena, vecinos llorando o buscando noticias, y me conducen a una habitación.
cuando mira con intención diagnóstica se involucra del mismo modo En una cama, una muchacha, presa de convulsiones, parece haber
en esa actividad cognoscitiva. Al usar su Mirada quien diagnostica se perdido el conocimiento, y agitándose en el lecho adopta llamativas
relaciona con aquello a diagnosticar que está "allá" acercándolo al posiciones extrañas mientras quienes la rodean -familia, y parientes-
espacio del "acá" donde se desenvuelve su actividad. Ese allá, lugar aseguran que ha sido "ojeada". Mi Mirada registra un encadenamiento
de "lo lejano a uno mismo" donde se entrecruzan y recortan relaciones de sucesos, un espectáculo integrado por un conjunto de signos que
y vínculos, está situado a una distancia constantemente comprobada me permiten reconocer vina crisis histérica; pero para sus parientes,
por la Mirada, que busca controlar el peligro ínsito en su relación en la amigos y vecinos se trata de un raro e incomprensible conjunto de
esfera de lo propio. En realidad "el Otro está allá, a distancia, separado, escenas extraordinarias. Gracias a mi conocimiento, he reconocido estos
y se me da como viendo lo mismo que yo veo, porque si yo estoy allá, signos como manifestaciones patológicas y llegado a conclusiones que,
en su lugar, veo lo mismo que él ve. La presuposición de un espacio por influencia de pautas socioculturales, no están al alcance de los
común e intersubjetivo juega, por lo tanto, a pleno"3. De este modo la demás espectadores: los signos observados me "dijeron" algo que
Mirada diagnóstica "especializa" según sea la preocupación decodifiqué de acuerdo con una clave científica. Sin embargo, los signos
dominante: el médico no "mira" el mismo espacio hospitalario que el observados, sólo producen parte de las notas constitutivas de "lo
paciente internado, ni éste el que su visitante, quien lo hace de modo vivido" por la paciente en quien las escenas también se encadenan
diferente a la enfermera pues cada uno mira a su manera. Y es en este según códigos pautados culturalmente. Debido a esto las convulsiones
espacio, espacio de la Mirada personal e intersubjetiva, que se y los gestos se "miran" de modo diferente, y sus mensajes se decodifican
desarrollan y ubican los espectáculos y notas con las cuales trabaja la de modos también diferentes. En otras palabras, que la Mirada diagnóstica
tarea diagnóstica; mas aunque por lo general tal espectáculo inlorma utiliza un código convencional de reconocimiento, selecciona notas
acerca cíe lo diferente a mí mismo, no siempre es así porque puedo perceptibles, no todas espontáneas, entre las cuales establece equivalencias
transformarme en "espectáculo-para-mí", lo cual plan lea un problema según sea la coincidencia entre los signos icónicos -convulsiones,
que el diagnosticador debe solucionar: ¿para quién es el es|n vl.u ulo? actividades, etc.- y las unidades del código de reconocimiento usado. Tal
¿a quién va destinado? ¿Es una manifestación propi.i o el modo de operación es compleja y peligrosa pues usar de un código para conocer la
hacerlo visible al diagnosticador? ¿En qué medida se l í a l a de una significación de "lo mostrado", puede llevar a confundirlo con el "código
autocontemplación? Y como éstas, otras tantas pregunliis diagnóstico" donde se combinan el perceptivo, los de reconocimiento,
Ahora bien, al m i r a r , el diagnosticador lo h a r r de:.de un los icónicos y el desarrollado por el aprendizaje.