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Jorge J.

Saurí

Qué es
Diagnosticar
en Psiquiatría

l:-s:. Cup. del Prof.


" C A N BLNíTü"

Ej.: ^ inv.: .

Bonum editorial
Segundo Módulo

MATERIA DEL
DIAGNÓSTICO1
Discernir y decidir, propósitos de la tarea diagnóstica se llevan a
cabo conociendo, reconociendo y nombrando conjuntos de signos. Esto
implica captar estos datos y por lo tanto plantea una pregunta: ¿en
cuál campo los aprehende quien realiza la tarea? La respuesta parece
obvia. Sin embargo registrar y procesar datos, unos espontáneos,
pasibles de ser captados directamente sin intermediación técnica, y
otros suscitados, obtenibles por medios instrumentales tales como las
pruebas psicológicas, radiografías, exploraciones específicas, etc... es
un quehacer complejo en el cual participan lo atribuible al objeto junto
con lo propio del diagnosticar. Se trata, en realidad, de un encuentro
entre los protagonistas del diagnóstico que se lleva a cabo en diferentes
campos sensoriales, dos de los cuales son los destacados por la labor
psiquiátrica: aquél de la Mirada y el de la Escucha.
El campo de la Mirada diagnóstica
Mirar, actividad intencional, tiene por finalidad aprehender e
incorporar en la esfera de lo propio, configuraciones de datos visuales
mediante el registro de las notas ostensivas de lo diagnosticado
configuradas en un espectáculo. Como consecuencia, el diagnosticador
capta totalidades significativas expuestas ante-los-ojos con las cuales
realiza su tarea. También la visión aprehende notas visuales, pero entre
ver y mirar existe la diferencia marcada por la intención de demorarse
en lo ofrecido a la vista. La Mirada no sólo registra, también retiene y
esto graba huellas que pueden, luego, ser evocadas y recordadas pues
es una actividad de orden antropológico, no meramente sensorial. En
otras palabras capta conjuntos representativos con significación
específica pero también los retiene porque a diferencia del mero ver,
ella se demora en lo aprehendido y al hacerlo comienza a morar en él.
Mirar es, en cierto modo, habitar con lo mirado y, por consiguiente,
"ubicarlo". ¿Qué significa esto?
"Ubicar", es decir saber dónde se halla el espectáculo mirado
implica una doble operación recíproca: "situar" lo mirado y "situarse"
respecto de él. No se trata sólo de objetivar lo mirado de modo
dimensionante sino de encontrarse con él en un espacio vivido, en el
cual es posible diferenciar un "acá" y un "allá" en relación a "mí", lo
cual sucede siempre que miramos algo porque "en mi esfera primor-
dial, mi cuerpo, relacionado consigo mismo, está dado en el modo del
hic; todo otro cuerpo -y también el cuerpo del Otro- lo está en el modo
del illic" 2. ¿Qué implica que la Mirada ubique "acá y allá"?
Examinemos el punto con más cuidado. Mi lapicera, ubicada "acá", comprometido "espacio personal" nunca totalmente situado "acá" ni
en mi escritorio, absolutamente cercana a mí, se integra conmigo al "allá". Se trata de un espacio primigenio de encarnación, "espacio cero",
modo como lo hacen "mi" cuerpo, "mis manos" o "mis" ojos; pero las fundamento y origen de sus ulteriores determinaciones -espacio
letras que trazo con ella se sitúan "allá", en el papel que escribo. No transicional, espacio de la ilusión, etc... donde entre el "acá" y el "allá"
dejan por ello de ser integradas en la "esfera de lo mío" pero lo están juega el espectáculo que capta el espectador. Tales presencias -la del
con menor intensidad porque entre ellas y yo existe la distancia diagnosticador, y la de los conjuntos que aprehende en el campo de la
generada por la actividad en la cual participó la lapicera como un Mirada- tienen carácter evidente y no necesitan ser demostradas, ni
intermediario. "Acá" y "allá" designan pues velaciones especiales del derivadas de algo previo. Como consecuencia, lo aprehendido se vive
mundo-de-la-vida vinculadas al mirar algo que ocupa un lugar como real pero esto no garantiza la verdad de lo mirado.
inmediato, y si bien lo mirado está ubicado respecto de mí, no es mi Vayamos a un ejemplo. Estoy viviendo en un pueblo de campaña,
propiedad porque ni ésta ni el proceso conducente a ella son asuntos y los enfermeros a cargo de la posta sanitaria me llaman para asistir a
de proximidad o lejanía. Por otra parte, como la persona está siempre una paciente. Llego a una casa modesta cuyo patio está atestado de
total y absolutamente presente a sí misma excepto cuando se enajena, vecinos llorando o buscando noticias, y me conducen a una habitación.
cuando mira con intención diagnóstica se involucra del mismo modo En una cama, una muchacha, presa de convulsiones, parece haber
en esa actividad cognoscitiva. Al usar su Mirada quien diagnostica se perdido el conocimiento, y agitándose en el lecho adopta llamativas
relaciona con aquello a diagnosticar que está "allá" acercándolo al posiciones extrañas mientras quienes la rodean -familia, y parientes-
espacio del "acá" donde se desenvuelve su actividad. Ese allá, lugar aseguran que ha sido "ojeada". Mi Mirada registra un encadenamiento
de "lo lejano a uno mismo" donde se entrecruzan y recortan relaciones de sucesos, un espectáculo integrado por un conjunto de signos que
y vínculos, está situado a una distancia constantemente comprobada me permiten reconocer vina crisis histérica; pero para sus parientes,
por la Mirada, que busca controlar el peligro ínsito en su relación en la amigos y vecinos se trata de un raro e incomprensible conjunto de
esfera de lo propio. En realidad "el Otro está allá, a distancia, separado, escenas extraordinarias. Gracias a mi conocimiento, he reconocido estos
y se me da como viendo lo mismo que yo veo, porque si yo estoy allá, signos como manifestaciones patológicas y llegado a conclusiones que,
en su lugar, veo lo mismo que él ve. La presuposición de un espacio por influencia de pautas socioculturales, no están al alcance de los
común e intersubjetivo juega, por lo tanto, a pleno"3. De este modo la demás espectadores: los signos observados me "dijeron" algo que
Mirada diagnóstica "especializa" según sea la preocupación decodifiqué de acuerdo con una clave científica. Sin embargo, los signos
dominante: el médico no "mira" el mismo espacio hospitalario que el observados, sólo producen parte de las notas constitutivas de "lo
paciente internado, ni éste el que su visitante, quien lo hace de modo vivido" por la paciente en quien las escenas también se encadenan
diferente a la enfermera pues cada uno mira a su manera. Y es en este según códigos pautados culturalmente. Debido a esto las convulsiones
espacio, espacio de la Mirada personal e intersubjetiva, que se y los gestos se "miran" de modo diferente, y sus mensajes se decodifican
desarrollan y ubican los espectáculos y notas con las cuales trabaja la de modos también diferentes. En otras palabras, que la Mirada diagnóstica
tarea diagnóstica; mas aunque por lo general tal espectáculo inlorma utiliza un código convencional de reconocimiento, selecciona notas
acerca cíe lo diferente a mí mismo, no siempre es así porque puedo perceptibles, no todas espontáneas, entre las cuales establece equivalencias
transformarme en "espectáculo-para-mí", lo cual plan lea un problema según sea la coincidencia entre los signos icónicos -convulsiones,
que el diagnosticador debe solucionar: ¿para quién es el es|n vl.u ulo? actividades, etc.- y las unidades del código de reconocimiento usado. Tal
¿a quién va destinado? ¿Es una manifestación propi.i o el modo de operación es compleja y peligrosa pues usar de un código para conocer la
hacerlo visible al diagnosticador? ¿En qué medida se l í a l a de una significación de "lo mostrado", puede llevar a confundirlo con el "código
autocontemplación? Y como éstas, otras tantas pregunliis diagnóstico" donde se combinan el perceptivo, los de reconocimiento,
Ahora bien, al m i r a r , el diagnosticador lo h a r r de:.de un los icónicos y el desarrollado por el aprendizaje.

50.- Qué c.s DiagnosluMr ni I \ K | U U | i í.i


Eco, estudiando el punto, distingue varios modos de codificación: conectadas entre sí, buscando su filiación genética y evolutiva; mas
icónico, constituido por lo aprehendido -en nuestro ejemplo las dado que la práctica señalizante es transeúnte, cambiante y polisémica,
convulsiones y posturas extrañas-; iconográfico donde se imponen las descubre nuevas designaciones combinadas en cada cambio de
convenciones y pautas dominantes propias del medio cultural del cual horizonte. En otras palabras, que la Mirada "mira" la secuencia de
surge el código- "mal de ojo" o patología mímica-; tropológlco donde escenas constitutivas, enmarcándolas en anticipaciones (protensiones
este código estructura figuras irónicas análogas a las verbales -se trata en el sentido de Husserl) y retenciones; con vacíos, saltos y separaciones
de metáforas de algo reprimido-; tópico constituido por los lugares que se enriquecen mutuamente debido a la polisemia de lo icónico. Y
comunes vigentes en ese momento histórico, y, por fin, uno cntinicinico en esta totalidad de escenas, estos signos icónicos se distribuyen de
pues la información icónica es directa y no procede por explicación de acuerdo con una preceptiva integrada por un animador, un montaje y
premisas4. Y como los mensajes captados por la Mirada diagnóstica una perspectiva. Veamos más de cerca estos puntos:
están configurados de esta suerte, se hace necesario decodificar lo
captado siguiendo cada uno de estos códigos. Recordemos los dibujos
del paroxismo histérico reproducidos en la Iconograplñc de la Snlpctrierc: a) Encuadre y montaje
en uno de ellos, el cuerpo de una mujer con la cabeza apoyada en la
almohada y los pies en la cama, describe un pronunciado arco convexo, Concurre a la consulta una persona vestida de azul, de aspecto
y en otro la paciente -quizá la misma- estira convulsivamente sus brazos atildado que hace extraños gestos. Mi Mirada capta el espectáculo como
incorporándose en su lecho. Quien diagnostica mira estos mensajes si fuera una suerte de representación teatral y aunque trate de no
como representaciones de movimientos convulsivos; iconográ- involucrarme con lo desconocido, el esfuerzo es inútil: mirar y ser
ficamente se trata de gestos privados, inusuales, insólitos -arc-cn-cc.rclc mirado, expone, arriesga, compromete y abre las puertas a la tentación
o movimientos terroríficos, tropológicamente son metáforas de deseos de "cerrar los ojos". Mirar, además, nunca es una actividad "ingenua",
reprimidos, lo tópico remite a la agitación personal corpórea que por es intencional, selecciona y diferencia presencias "ahora" y "ya". Puedo
tratarse de gestos, refieren a una condición inmediata, sin haber mirado y también tener el propósito de hacerlo: sólo miro en el
intermediación de la palabra. Y la Mirada busca algo común entre ellos. presente vivido y concreto en un espacio libre de obstáculos capaces
En este caso la información está mediada por señales agrupadas en de ocultar "lo mirable". Y aunque puedo asir aisladamente una o varias
secuencias semánticamente analogables a las frases de un discurso; escenas, el aprehender el espectáculo registra encadenamientos
pero esta semejanza no va muy lejos. Los signos icónicos no pueden encuadrados en límites fijados por el diagnosticador. Como
reemplazar a las palabras y esto ilegítima cualquier intento de asimilar consecuencia, aprehende "lo mirado" como un espectáculo dispuesto
miembro a miembro la comunicación lingüística con la visual. En las del modo determinado. O sea que en la tarea diagnóstica, la Mirada
iconografías mencionadas, la articulación de las secuencias gestuales concilia dos modos distributivos: encuadre y montaje. El primero ubica
carece de la fuerza y persistencia necesarias para sostener una unidad y encierra en un cuadro; el segundo combina las notas aprehendidas.
mayor, y aunque los gestos se confederan, son insuficientes para Ambas modalidades conducen a diversos resultados: una escena muy
construir una unidad dicente superior a cada una de ellos. Las señales, definida donde se destacan ciertas notas atrapa la atención del
designan, no significan, y su decir es poco preciso. Mas como la espectador y le da importancia circunstancial -las "actitudes
designación informa acerca de las relaciones, no de la "cosa", la pasionales" en la histeria, por ejemplo-; el borrado, les quita valor, las
captación de mensajes icónicos facilita la construcción de un saber disminuye pero también las hace más inquietantes -las indefiniciones
prescindente de las posibilidades agrupativas de las categorías lógicas del comportamiento psicopático-, etc... lo cual encauza y conduce el
o gramaticales. Por este motivo la Mirada diagnóstica descompone el diagnosticar sometiéndolo a las normas de la situación. Al const i t u i rsi •
espectáculo en "campos pragmáticos topológicos", esto es en escenas con un medio cultural, la Mirada capta lo encuadrado en él, apivliem le

5 2 . - Que os Diagnosticar en Psiquiatría |.U|i S.IIIII ', t


el moni,ijc del espectáculo registrando importancias y restricciones, con reales e imaginarios, y presentándolos en diversas versiones
s.uTilk'.i o subraya notas buscando mayor nitidez y definición de lo perspectivas, lograron que la Mirada registre algo que "no es pero
percibido. Como consecuencia "encuadre"y "montaje" concurren a parece ser". Una estatua ecuestre en medio de una iglesia no es ha-
"ubicar" lo aprehendido en el seno de una totalidad que requiere ser bitual pero puede estar colocada allí; también son posibles las
identificada. Los límites de la Mirada diagnóstica coinciden, en otras hornacinas y columnas en una bóveda y si la Mirada logra percibirlas
palabras, con aquellos de las "formas" reconocidas por la cultura lo es porque el trampantojo sugiere algo posible. De hecho la aprehensión
de un espectáculo no se limita a su ahora y, quien diagnostica adelanta
cual hace absurdo querer diagnosticar con "nuestras formas" lo que la
"aquello que puede ser" como, cuando viendo representar la ópera
Mirada aprehendió en otras culturas. La psiquiatría transcultural insiste
en este punto. vemos a Otello sacar su puñal y dirigirlo a su pecho, ya prevemos su
suicidio. Diagnosticar es también en el campo de la Mirada, "pre-ver"
lo que podrá mirarse. Tal pre-visión supone pues que la Mirada capta
más allá de lo percibido y que, de algún modo, "adelante" lo mirable.
b) Perspectiva
Sucede en orden a esta pre-visión, propia de la Mirada diagnóstica, lo
que a los "pre-juicios", en orden al entendimiento, que remiten a
Por otra parte, mirar es una actividad cumplida desde un "punto fenómenos del mundo-de-la-vida anteriores a la visión o al
de vista" que sitúa "lo mirado" en determinada relación respecto del enjuiciamiento. Tal anterioridad respalda la Mirada y todos sabemos
Sujeto. Tal puesta de mirar el espectáculo desde determinados cómo es necesario un aprendizaje para poder mirar de modo adecuado.
parámetros espaciales produce "efectos", entre los cuales el Mirar permite pues pre-ver -diagnosticar permite en cierta manera
trampantojo y la anamorfosis, -la ilusión y la deformación- son de es- pronosticar- porque de algún modo anticipa lo por verse; pero esta
pecial interés diagnóstico. anticipación, hemos visto más arriba, surge por efecto del trampantojo,
que engaña y crea una ilusión constituida por materiales provenientes
del espectáculo mirado y de los deseos del diagnosticado,) Pero es
1.- Trampantojo c ilusión'
menester tener en cuenta que, mientras la ilusión se desarrolla con
posibilidades -Ucello, da Rocha y Goya pintaron-, la fantasía prescinde
En virtud del "efecto" de perspectiva llamado trampantojo, la de ella. Tal hecho es importante porque mirar de modo diagnóstico
Mirada puede caer en "engaño" y capta dimensiones inexistentes, pondera posibilidades y adelanta eventualidades, haciendo participar la
cuando coinciden diversos puntos de vista en un solo espectáculo. liste ilusión generada por la perspectiva de la cual nunca está totalmente libre.
fue un procedimiento frecuentemente usado en la plástica donde Diagnosticar no queda ceñido a lo actual e introduce lo que "podrá-ser",
existen ejemplos célebres. Quien en Florencia entra a Santa María dei esto es el pronóstico. Mirar registra y adelanta lo posiblemente presente,
Fiori, cree ver en su interior un monumento ecuestre pero, acercándose, en una actividad donde participa la actividad imaginaria del
comprueba que se trata de la representación bidimensional de Giovanni diagnosticador y la alimentada por lo mirado) En otras palabras, en ese
Acuto; algo similar se produce al mirar el artesonado de Conceicao da espacio relacional de encuentro donde si bien juega el deseo de quien
Praia en San Salvador de Bahía que aparece como una bóveda mira, nace también el peligro de "mirar" sólo lo que se desea. Todo "efecto
flanqueada por hornacinas y columnas, y en la cúpula de San Antonio de perspectiva" remite a referencias intermedias generadas por el
en la Florida : Goya se las ingenió para hacer ver gente asomándose interjuego de lo amanado en una operación donde participan activamente
en balaustradas, etc... En los tres casos las pinturas son bidimensionales, el encuadre y el montaje, generando relaciones de verosimilitud, capaces
pero las perspectivas con las cuales trabajó el pintor fueron amañadas de inducir, de no ser criticadas, miradas equívocas. Nadie mira desde un
de suerte de producir una ilusión. Ucello en primer caso, José Joachirn punto "cero", y siempre lo hace en perspectiva.
de Rocha en el segundo, Goya en el tercero vinieron datos concretos

S4.- Que es DLiímostirar en P s i q u i a t r í a


2.- Anamorfosis i/ deformación

En función de otro artificio de perspectiva, la anamorfosis, "lo


mirado" es irreconocible hasta tanto no se lo mira desde el ángulo
convencionalmente vigente. Durante los siglos XVI y XVII se cultivó
con especial fruición esta ingeniosa representación, artificio central del
conocido cuadro de Holbein el joven quien, a los pies de los
embajadores holandeses en la corte de Inglaterra, representó un objeto
que, cuando se restituye la perspectiva central dominante en el resto
del cuadro, muestra ser una calavera. Estamos aquí ante una II
deformación topológica de las pautas figurativas y de las relaciones
dominantes que guardan las partes del todo entre sí. Cuando
retorcemos una muñeca de goma se deforma y "aparece" con otra El campo de la Escucha diagnóstica
figura pero, al ceder la presión vuelve a su forma natural. En este caso,
como en la anamorfosis, "lo deformado" puede retornar al "sistema Quien realiza la tarea diagnóstica mira, pero también escucha y al
figurativo dominante" cuando lo aprehendemos desde las normas hacerlo obtiene nuevos datos para cumplir su cometido. La Mirada,
vigentes que determinan y seleccionan las relaciones objetivas para hemos visto, aprehende "lo mirado" aquí-y-ahora y también la Escucha
percibir algo, indican hacerlo. En el objeto irreconocible del cuadro de necesita la presencia de lo captado, pero su registro alcanza un área
Holbein, esto es, en la representación del cráneo, están conservadas más dilatada. Escuchar va más allá, no la limita la opacidad, y, libre de
las relaciones naturales de los huesos pero todo aparece deformado, este sometimiento, puede asir lo invisible. Su independencia respecto
han variado los modos habituales de relación. La convención de la inmediatez es pues mayor, y en virtud de ello aprehende signos
dominante condiciona a la Mirada a cumplir su función en una más allá de su vecindad fáctica. Tal propiedad era utilizada en las
determinada "perspectiva". Pero si bien la anamorfosis es deformación, legiones romanas en donde el scnlcator tenía por misión acercarse a las
también es posibilidad de regeneración, aunque cambia, no anula el posiciones enemigas, escuchando voces y ruidos para detectar si se
habitual horizonte de posibilidades dominantes. Si el trampantojo in- trataba de gente en movimiento, de traslado de ingenios, de trabajos
troduce el futuro, la ilusión y el peligro de tomar por real lo que no es, de fortificación, etc.; pero como estos signos podían estar cifrados y
la anamorfosis lo hace con la deformación, proceso propio de la disfrazados -puedo hacer ruido para que no se escuche algo- era
actividad imaginaria en relación con el contexto sociocultural y menester dar un segundo paso e interpretar lo aprehendido. Mas el
espiritual. sculcator no se acercaba al enemigo de modo inocente, ni lo hacía como
Lo señalado respecto al trampantojo y a la anamorfosis, a la ilusión quien oye una mera conversación o la exposición de un tópico; para
y a la deformación marca los límites y obstáculos a la intención cumplir su misión necesitaba prestar atención, estar prevenido, y esto
identificatoria de la Mirada, cuando busca reconocer lo expuesto por entonaba su actitud. También el diagnosticador escucha
el espectáculo. Su operación no es infalible; puede ser burlada -esta es intencionalmente, escruta, examina, tiende su oído hacia algo y, como
la función de la máscara o el disfraz- y también ser víctima de un el auxiliar de las legiones, interpreta que detrás de la manifiesta, existe
ocultamiento. Sin embargo, como puede retornar a "lo mirado" otra significación. La Escucha -fenómeno carente del poder probatorio
rehaciendo el camino ya hecho, esta posibilidad le concede una valiosa de la Mirada- pone en entredicho la seguridad que ésta otorga y
elasticidad. Mirando, quien diagnostica, discierne y decide, conoce y requiere la interpretación de lo registrado poniendo en marcha dudas
reconoce. y sospechas. Y así como la Mirada capta espectáculos, la Escucha, de

6.- Ouó os Diagnosticaron Psiquiatría


espectro aprehensivo más amplio, registra discursos integrados por percepción de sonidos hasta las experiencias espirituales. Pero no para
voces y silencios. Captación de conjuntos sígnicos y procesamiento de oír, supone, además, prestar atención para recibir los mensajes y
ellos son pues, sus dos momentos constitutivos. cuidarlos con intención decodificante. De este modo, al configurarse
en discursos, las voces y los silencios adquieren poder convocante e
impelente, llaman y mueven a la acción, particularidad aprovechada
por la retórica para "poblar" el ambiente e inducir resonancias. Este
a) Captación de conjuntos sígnicos fónicos "lleno" provocado por las voces, su mutua resonancia induce a
reflexionar, a meditar y a obrar, lo cual, yendo más allá que el horizonte
Los conjuntos fónicos que la tarea diagnóstica capta en el campo abierto por la imagen, profundiza en lo descubierto. Y de este modo lo
de la Escucha están integrados por discursos, esto es por totalidades escuchado enriquece apartando de lo concreto. Tal apartamiento
significativas compuestas por voces y silencios que articulados, entre aumenta la posibilidad de operar con presencias ideales -decir "perro"
sí, configuran una unidad sistémica ordenada, estructurada y no implica necesariamente la presencia del animal- al ritmo de un
socialmente edificada según las pautas y convenciones vigentes. Por actividad intersubjetiva que condiciona y presta ropaje al proceso. Y si
ese motivo para quien, por ejemplo, maneja el idioma alemán escuchar bien para transmitirse mensajes, los animales emiten sonidos
la voz Hcrr le permite aprehender algo significativo, pero para quien ordenados según diversos patrones fónicos -las ballenas braman, los
desconoce esta lengua no pasa de ser un sonido, y algo similar suele pájaros trinan, los vacunos mugen- la persona también puede hacerlo,
suceder cuando alguien canta en una lengua desconocida de la que se pero además emite voces, es decir sonidos significativos ordenados en
capta el ritmo, el tono y su duración, pero no su significación. Las discursos. Probablemente el animal no se escucha a sí mismo pero se
voces constitutivas de los discursos son sonidos significativos oye; la persona, al escucharse en el momento de hablar, capta también
antropológicos con afinidad de origen con el logas en general, aunque su valor social y espiritual. Este hecho estaba ya insinuado en la raíz
no con su substancia sonora y física. Por este motivo la voz, expresión indoeuropea *wck de la cual derivó uocare -llamar emitiendo voces-,
significativa concretada en palabras y en frases, "transforma en carne encatio -rectutar y convocar a los soldados a las armas,- invocare -hacerlo
al cuerpo de la palabra..., (y) hace del Korpcr un Leibl, un gestigc en sentido religioso- y otros tantos. Con igual significación, el griego
Lciblichkcit. La voz fenómenológica sería esa carne espiritual que signa ossa nombró las voces de los dioses, de los animales, el tumulto del
hablando y está presente en sí -que continúa escuchándose- en combate o el renombre de alguien, extensión semántica apoyada en el
presencia del mundo"6. Subrayemos este punto: la Escucha diagnóstica valor de la voz como sostén de lo dicho. Mas en el área semántica del
aprehende discursos constituidos por voces y silencio encadenados español "hablar", los pocos vocablos -hablista, hablador y hablante-
significativamente en frases o combinaciones de frases; pero tales que la constituyen, designan el carácter del agente, mientras sus
discursos sólo alcanzan tal estamento significativo al ser captadas por derivados cultistas -fábula, fabulista, fabuloso, confabular- subrayan
una persona capaz de atestiguar por ellas. Se puede decir el carácter participativo. Hablar -fenómeno captado por la Escucha-
metafóricamente que una campana tiene voz, que existen voces del es, en efecto, hacer discursos dándose a entender por signos fónicos,
silencio, pero no discursos pues estos se constituyen en nostridad en tratar de algo platicando acerca de ello y conocer mediante la
correspondencia con la Escucha del otro. Por este motivo integran el intervención del lenguaje.
mundo de lo "constituido" donde tienen existencia convencional, Ahora bien, los discursos escuchados, dije más arriba, no están
institucional, social, comunitaria que los diferencia cié los gritos y de prefabricados, se "hacen" con la Escucha del otro si bien los grupos
los aullidos, expresiones sonoras, solitarias e individuales. sociales proporcionan "modelos", seleccionan mensajes y ejercen
Mas escuchar no es un acto pasivo, y tal como lo muestra una censuras. En tal hacer, de peculiar importancia para la tarea diagnóstica,
incursión en el área semántica centrada en el verbo oír -oíble, oído, se presentifica lo materialmente avísente. No es lo mismo, en efecto,
auditor, obediencia- que agrupa fenómenos que van desde la
mostrar una herida con el dedo que decir "es una herida" pues, si bien "juegos de Escucha" de importancia capital para el diagnóstico. En el
la señal muestra y, al hacerlo, posibilita un conocimiento, carece de la campo de la Mirada, sus notas constitutivas se distribuyen
precisión y ajuste del signo fónico. Por otra parte; la Escucha diagnóstica espacialmente polarizadas "aquí" y "allí" pero, como en aquel de la
capta las secuencias fraseológicas, permite conocer el ordenamiento Escucha esta distribución es temporal, lo escuchado se ordena no según
del discurso y recoger lo desplegado por él descubriendo la conexión se enuncian los discursos, sino según como se atiende a ellos. "Antes"
de las significaciones en trayectos o cadenas articuladas. Y como y "después", polos distributivos que marcan el lapso durante el cual
significar es, a la vez que actividad interpersonal, lugar de reenvío, su se escucha, no están necesariamente relacionados con la emisión de
detección abre la posibilidad de recogimiento pues liga lo presente las voces y cuando la persona escucha lo hace "ya" cíe modos no
escuchado a lo ausente significado y, combinándolos, la Escucha mensurables que pueden nombrarse: "ahora" -"al mismo tiempo"- y
diagnóstica se recoge sobre lo captado y se interroga acerca de su "de-lo-uno-y-de-lo-otro". Todas modalidades que remiten al tiempo
trayecto significativos Esta posibilidad de retornar sobre lo escuchado,
constitutivo de la Escucha que podrá durar cronológicamente más o
esto es de re-conocerlo, considera el pro y el contra de lo vivido, afirma
menos, y designan un tiempo constitutivo no una cronología. Y todas
o niega, asevera y duda y, pasando de una preposición a otra, discurre tienen en común que sus notas se encadenan condicionadas por un
acerca de la índole de lo diagnosticado, discriminando al ponerlo en
"horizonte de anterioridad", surgido de lo que fue escuchado "antes"
palabras. Esto aleja el diagnosticar escuchando de la inmediatez
y también de un "horizonte de posibilidades". Escuchar es un acto
sintiente introducida por la Mirada, pero lo acerca a la fascinación
comprometido no meramente objetivo y, en su constitución, interviene
imaginaria. Nombrar -uno de los propósitos del diagnosticar- permite el discurso del Otro. Al acudir un paciente a consultar, solicita nuestra
generalizar el conocimiento marcando diferencias, fundantes de la
atención -atender es una de las significaciones del verbo audirc- y, si
abstracción y conceptualización pero también actualizar el peligro de
escuchamos lo que nos dice, estableceremos nexos entre los que hemos
quedar apresado por esta actividad. De allí que sea necesario abordar
escuchado y lo que escucharemos. Nunca escuchamos algo de golpe
lo escuchado valorando tanto el signo y su encadenamiento con otros, pero sí podemos oír algo de golpe. Cuando asistimos a un concierto,
-esto es, las relaciones semióticas- como las frases y sus articulaciones, por ejemplo, el director golpea con su batuta en el podio; callan entonces
o sea lo semántico. La primera modalidad trata el aspecto distributivo los instrumentos que los intérpretes afinaban y los asistentes hacen lo
y la segunda se centra en el plano combinatorio de la palabra teniendo mismo disponiéndose para escuchar. Escuchar necesita una disposición
en cuenta que el discurso en acción media entre personas. Discriminar previa, un silencio en el cual se distribuirán las voces de acuerdo con
el funcionamiento semántico de lo escuchado permite conocer la la intención de quien las emite, pero también juega con ellas el ir
integración del discurso social, su adecuación al mundo y, también, la
percibiéndolas y seleccionándolas. De hecho, cuando escucho una
regulación del pensamiento. Y como no es una operación inocente ni
sinfonía nunca sé cabalmente cómo será -puedo conocer la música pero
logra nunca captar íntegramente lo vivido, queda sometida a presiones
y deformaciones. no saber nada acerca de los intérpretes, saber acerca de ellos pero no
conocer el estado de ánimo del director, etc... -por lo cual parte de la
Escucha queda librado al azar y a mi subjetividad. Y esto se complica
porque, como todos conocemos, hay personas que no desean escuchar
b) Juegos de la Escucha o sólo quieren escuchar aquello que desean, todo lo cual indica la
existencia de "juegos de la escucha" de gran importancia diagnóstica.
Mas no toda la Escucha consiste en registrar voces y discursos. La Nada de esto es azaroso y, cabe recordar que Huizinga señaló cómo el
actividad no es mecánica sino antropológica e involucra también una juego es creador de ordenamientos diferentes a los habituales. Y
selección de lo captacio y en "juego" con él. En otras palabras, existen también la Escucha crea ordenamientos porque selecciona y combina
las notas recogidas. La Mirada, recordemos, crea ordenamientos

Jor^e ]. Saun .(> I


perspectivos; la Escucha los hace temporales.
de mis explicaciones en las Memorias"'.7 Comparemos estas afirmaciones
Todo esto pone de manifiesto un "uso" de la Escucha -a no ser el
con lo que sucede con la solución de un rompecabezas. Hemos
caso de las escuchas artificiales propias de los aparatos, por ejemplo-
empleado horas en resolver el juego: lo tenemos casi resuelto y, sin
que nunca responde a una modalidad única, lógica o formal. En
embargo, no logramos ubicar la última pieza porque no encaja en el
realidad, existen tantos modos de escuchar como intenciones
espacio libre. Probamos una y otra pieza hasta que alguien nos hace
personales posibilitadas por la urdimbre creencial. Una escucha pura,
notar que hemos colocado mal otra pieza que, pese a parecer encajar
neutra e inocente es algo imposible. Quien diagnostica no puede dejar
bien, no puede ubicarse en ese lugar. Para lograr hacerlo desplazo
de estar influido por los paradigmas y modelos científicos vigentes,
entonces otras piezas ya ubicadas y logro terminar el juego. Al proceder
por la episteme oyente o las ideologías así como por la comunidad
así, he aprendido a solucionar el rompecabezas pues descubrí nuevas
científica a la que pertenece. Un psicoanalista no escucha al modo como
posibilidades de ordenamiento: el juego, esto es el haber ensayado
lo hace un psicodramatista o un psiquiatra académico, pues en cada
usar las diversas piezas y el desplazarlas para descubrir nuevos
uno de ellos la Escucha funciona de modo diferente y en diversos
espacios de ubicación, fue una actividad realizada observando el
juegos, cada uno de los cuales está justificado por la situación en que
conjunto de reglas utilizadas que cambió mi experiencia. Algo similar
se lo aplica. Se puede, en efecto, escuchar descripciones,
sucede con la Escucha en la actividad diagnóstica: donde los "juegos"
argumentaciones, órdenes, interrogaciones, etc... y en cada paso captar
permiten al diagnosticador captar otras significaciones no manifiestas
discursos iguales, pero su significación queda determinada por la
pero existentes. Y uno de estos "juegos", quizá el más importante por
situación. Escuchar plantea siempre la pregunta acerca de la
hermenéutica. ser una actividad propia al diagnosticador, es la práctica de la sospecha.
Detengámonos a considerarlo.
Ahora bien "juego" no significa "caos", ni tampoco desorden; por
el contrario los juegos responden a reglas que delimitan el área en la
cual es válido proceder de tal o cual manera. En el ajedrez, por ejemplo,
los desplazamientos del alfil responden a determinadas reglas, no al c) Práctica de la sospecha
material del trebajo, y quita al jugador -Sujeto agente- cierto margen
de autonomía pues toda significación surge del conocimiento de reglas Escuchar, veníamos diciendo, es una actividad que abarca un área
compartidas. Algo similar sucede en la Escucha diagnóstica: las más amplia que el oír y que no sólo capta voces sino también silencios;
significaciones se originan en la convención social y los "juegos" donde pero esto requiere ir más allá de lo manifiesto y penetrar en la zona de
se concreta el universo del diagnóstico, participan de la lo no dicho, a horcajadas de las significaciones. No sólo existen zonas
correspondencia de lo escuchado con la intención del diagnosticador de la realidad que no se expresan mediante las voces y los discursos
para establecer las transformaciones operadas. Un pasaje del prólogo sino que también éstos pueden ser engañosos, parciales y
que Schreber pusiera a sus Memorias ejemplifica lo dicho. "A lo largo desorientadores; pero, a más de estas circunstancias, la materia máxima
de todos estos cambios, escribe refiriéndose a su intención, se me ha de lo escuchado, las significaciones, son simbólicas y por esto mismo
dado la oportunidad de ampliar sustancialmente el ámbito de mis tienen un doble significado, uno manifiesto y otro oculto, que lo
observaciones personales. De resultas de ello, muchas de las opiniones hermenéutico trata de develar. En otras palabras, detrás de lo
que había expresado anteriormente tendrían que sufrir cierta Escuchado se enmascara otra significación, no necesariamente opuesta,
corrección; en especial no puedo abrigar duda alguna de que el llamado que es necesario traer a la luz. Y esto se logra jugando con las
"jugueteo con seres humanos" (el influjo milagroso) está reducido a significaciones de lo Escuchado. Tal tarea no procede pues buscando
mi persona y a lo que en cada oportunidad constituye mi contorno más la significación en un diccionario pero tampoco a tontas y a locas. Freud
cercano. En virtud de ello tendría que dar un corte distinto a muchas mostró cómo lo inconsciente responde a las leyes del desplazamiento
y la condensación que el estructuralismo ha analogado a los procesos
62.- ( v )ué es Diagnosticar en P s i q u i a t r í a
I»'-,
de la metáfora y de la metonimia. Para la tarea diagnóstica, esto implica Bibliografía
la introducción en ella de la práctica de la interpretación y de la
pregunta acerca de la verdad o no de lo escuchado. Más adelante al 1) Acerca de los temas de la Mirada y la Escucha remito, para
estudiar la lectura hermenéutica volveremos a un tema del cual importa ampliarlos, a mis publicaciones Las histerias. Nueva Visión, Buenos
ahora señalar algunos límites importantes. Escuchar implica pues Aires, 1984 y también a Persona y personalización. Ediciones Carlos Lolhé,
orientar el enjuiciamiento de lo registrado en una dirección diferente a Buenos Aires, 1989.
la aparente. 2) Husserl, E., Meditations cartesienness. 53.
Sin embargo, entregarse de pies y manos a la sospecha, pese a los 3) Franck, D., Chair et corps. Editions de Minuit, París, 1981. p. 44.
innegables méritos de este procedimiento, encierra serios peligros ya 4) Eco, H., La estructura ausente.Lumen, Barcelona, 1972. p. 77.
que para conocer no basta develar lo no dicho a partir de lo dicho, ni la 5) Saurí, J. J., Lecturas de la psicopatología. Editorial de Belgrano,
tarea diagnóstica para en desenmascarar. M. Foucault ha señalado al Buenos Aires, 1972. p. 77ss.
dogmatismo y al nihilismo como los dos riesgos externos8. La sospecha 6) Derrida, J., La voix et le phenomene. P.U.F., París, 1969. p. 15.
puede ,en efecto, extenderse al infinito; detrás de una máscara puede 7) Schreber, D., Memorias de un enfermo neurótico. Ediciones Carlos
existir otra y sacándola, una por una hacer desaparecer y destruir el Lolhé, Buenos Aires, p. 8.
objeto. Este nihilismo borra las diferencias, anula los modos 8) Foucault, M., Nietzsche, Marx, Freud. en Cahiers de Royaumont,
estructurales, desdibuja los niveles constitutivos y, en último término, Minuit, París, 1967. p. 182.
termina por diluir toda posible noción de significación. Esto vuelve la
sospecha contra sí misma y, -sospechamos de la sospecha- entra, al
diluirse las referencias estables en la región donde reinan las alusiones
deliroides que se autoimplican constantemente. La sospecha
psicoanalística a outrance ejemplifica el tema y en el denominado
"psicoanálisis aplicado" las extrapolaciones han sido de una alarmante
frecuencia.
El extremo opuesto, el dogmatismo, surgido de privilegiar una sola
clave interpretativa, crea un código propio y desemboca en una
semiótica particular. Se trata, en realidad, de una suerte de ejercicio
retórico basado en la creencia de la existencia absoluta de los signos,
que clausura el horizonte de posibilidades.

Jorge J. Sauri -.65

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