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valenciana
La ciudad de Valencia y su Huerta circundante han tando sus características constructivas y planteando
formado históricamente un tándem inextricable. Pero soluciones técnicas de conservación. La constatación
si dicha trabazón ha hecho posible la génesis de este inesperada de algunas soluciones constructivas poco
ecosistema cultural de más de mil años de existencia, comunes ha despertado el interés en ahondar en estu-
desde la segunda mitad del siglo XX el paisaje de la dio específico las técnicas mixtas de tierra en el con-
huerta se ha visto devorado por la expansión coloni- texto tratado.
zadora de la propia ciudad, hasta el punto de poner Pero para comprender mejor su razón de ser, he-
en peligro su supervivencia. A esta realidad desalen- mos de partir de la aproximación al concepto de al-
tadora se une otra no menos halagüeña: la crisis en- quería y conocer someramente su evolución tipológi-
démica que viene arrastrando la producción agrícola ca, al menos desde el período tardomedieval
valenciana en las últimas décadas por la fuerte com- cristiano hasta mediados del siglo XX, momento en
petencia con otros mercados. que se erigen las últimas alquerías en la huerta valen-
Para paliar esta situación, la administración auto- ciana.
nómica ha emprendido un Plan de Acción Territorial
con el que definir estrategias dirigidas a salvaguardar
la Huerta como paisaje vivo y vinculado a la activi- CONCEPTO DE «ALQUERÍA»
dad agrícola. Una de sus líneas tácticas está orientada
a la protección del patrimonio cultural y visual, in- Podemos señalar hasta tres significados diferentes y
cluyendo muchas de sus edificaciones históricas, en- acumulativos del vocablo alquería, siempre vincula-
tre las que se encuentran molinos, barracas y alque- dos a formas de poblamiento disperso del medio ru-
rías. ral en tierras de regadío.
Paralelamente, desde la Universitat Politècnica de Etimológicamente, el término proviene del árabe
València, se viene desarrollando el Proyecto de Inno- hispánico alqaríyya, y este a su vez del árabe clásico
vación y Mejora Educativa «Con las manos», dirigi- qaryah,2 para indicar una agrupación pre-urbana de
do por la profesora Camilla Mileto, que pretende casas, entre 10-15 y hasta 100, que constituían un nú-
«profundizar en el conocimiento de la arquitectura de cleo de población colectiva con un cabeza de familia
tierra, entendiendo su importancia como patrimonio (Guinot 2002, 33). Con la conquista cristiana se des-
local, y sus posibilidades en el diseño de una nueva truyeron muchas de ellas; algunas como Aledua, Bo-
arquitectura más sostenible».1Los alumnos de Res- filla o Benicalaf se despoblaron posteriormente, y
tauración Arquitectónica han venido analizando di- otras progresaron a ciudades vigentes como Alfarp o
versos edificios tradicionales de la Huerta, contras- Benifaraig.
Figura1 Figura 2
Alquería valenciana (fragmento). Óleo de Joaquín Sorolla Alquería de Falcó, ss. XV-XVII
La tapia valenciana los ladrillos a tizón con una separación similar en ho-
rizontal y en vertical, de 6-15 cm (II) ó 4-10 cm (III);
Entre las alquerías estudiadas no se han localizado una profundidad de la costra de cal entre 5 y 10 cm
muros de tapia común ni de tapia real, pero sí una (II) ó 2 a 8 cm (III); y un espesor de muros compren-
gran incidencia de tapia valenciana en algunas de sus
múltiples versiones. Se trata de una técnica que deri-
va de la tapia calicostrada y se caracteriza por la in-
corporación de ladrillos al encofrado. La separación
entre hiladas marca el espesor de las tongadas, te-
niendo en cuenta que el mortero fresco de cal se acu-
ña sobre la base de la hilada de ladrillos y contra el
encofrado. La presencia de ladrillos permite reforzar
las caras de los muros y, dependiendo de la variedad
de tapia, también la cohesión interna del muro entre
las caras reforzadas y el relleno interior de tierra. Se
trata de una técnica peculiar –aunque no exclusiva–
del área levantina española, a caballo entre la tapia
más genérica y la fábrica de ladrillo aparejado.
De las cuatro variedades de tapia valenciana pro-
puestas por Valentina Cristini y Francesca Martella
en su estudio cronotipológico (2015, 458), que van
desde las muestras más antiguas de la primera mitad
del siglo XIV hasta las más recientes del XVIII, en el
área abordada se han detectado las modalidades II, Figura5
III y IV (figura 4).Los tipos II (ss. XIV-XVI) y III Detalle típico de una alquería con muros de tapia valencia-
(ss. XVI-XVII) se caracterizan por la disposición de na del siglo XVIII
La fábrica de ladrillos
Figura 6
Detalle típico de una alquería con muros de ladrillo visible
A partir del siglo XVI, la fábrica de ladrillos apareja-
dos comenzó a convivir con la tapia valenciana. En
el XVII se iniciaba el declive de la tapia, siendo sus- gen un volumen compacto de una crujía con vertiente
tituida por la fábrica en la segunda mitad de la centu- única y, con posterioridad, se le endosó otro cuerpo si-
ria, de manera que en el XVIII ya no era usual que se métrico por la parte trasera, dándole la apariencia de
utilizasen encofrados para alzar los muros. Con todo, una construcción de doble crujía. El testero sur evi-
es posible que en el mundo rural dicha transición se dencia tal diacronía con paños de tapia valenciana del
dilatase en el tiempo. tipo II, datables en los siglos XIV o XV, y paños de fá-
La fábrica de ladrillos que predomina en los siglos
XVII y XVIII es la que Cristini (2015, 466) califica de
visible, debido a que «no presenta las características
de las enlucidas, pero tampoco se pueden considerar
como aparejos cara a vista». Son fábricas que dejan
entrever los ladrillos entre las juntas selladas, algo que
tiene que ver con el proceso mismo de ejecución. Por
entonces los ladrillos artesanales adolecían de imper-
fecciones y falta de homogeneidad; de ahí que se re-
vocasen o sellasen las juntas (Íd. 2005, p. 469). La fá-
brica se elaboraba con tendeles muy gruesos (2-5 cm)
y llagas casi inexistentes, utilizando un mortero de cal
rico en áridos de grano medio. La junta se dejaba ini-
cialmente sin acabar, formando un plano inclinado con
pendiente hacia el exterior y, una vez fraguado el mor-
tero, se completaba con una mezcla más fina hasta en-
rasar con los ladrillos. De esta manera se conseguía un
acabado bruñido, que le proporcionaba a la fábrica
una textura como listada (figura 6).
La alquería de Tallarrós constituye un buen ejemplo Figura7
donde compararlas texturas de la tapia valenciana y el Testero de la alquería de Tallarrós, cerca de Valencia (ss.
ladrillo visible (figura 7). La casa comprendía en ori- XV-XVII).
La fábrica de adobes
Figura 9 Figura 10
Refuerzo en esquina de fábrica de ladrillo en muro de ado- Detalle típico de una casa de labrador de finales del XIX
be (Alquería del Pollastre)
adintelados de ladrillo en rosca. Curiosamente, en al- Siendo que desde el siglo XVI la vivienda tiende a
querías como Tronaes, las series de triples huecos de situarse a ras de suelo, no es muy habitual encontrar
la andana combinan las dos fórmulas: dinteles en el balcones en la arquitectura diseminada de la huerta
nivel superior y arcos en el resto. valenciana. Los hay en modelos de casas nobles (al-
Los dinteles están formados por pequeños rollizos quería de la Torre, Juliá, Falcó…), que se acompañan
o prismas de madera desbastada apoyados en las de barandillas de forja a las que pueden superponerse
jambas, en número de dos, tres o más piezas en fun- rejas sobresalientes que encierran todo el hueco.
ción del espesor del muro, de la sección de las piezas Las alquerías con andana carecen de balcones.
y de la luz del hueco. Es habitual que queden prote- No obstante, suelen contar con algún hueco
gidos de la intemperie por un enlucido, de ahí que se balconera para la entrada y salida de productos a la
coloquen retranqueados ligeramente del plano de cambra. En estos casos la barandilla puede ser
acabado de fachada. Para mejorar la adherencia con removible. Como complemento para el izado de las
el revestimiento se aplican incisiones en su superficie cosechas se disponía de una polea metálica
o se trenzan cuerdas de esparto o tomiza a su alrede- suspendida en la vertical del portón principal, junto
dor (Mileto-Vegas 2011, 179). al cual se posicionaba el carro antes de proceder a la
En cuanto a los arcos, las más de las veces se apa- carga y descarga.
rejan con ayuda de cimbra, recibiendo los ladrillos
con yeso o mortero de cal, sin encofrar. Se distinguen
por su trazado preciso, perfilado de los ladrillos y re- Durmientes y aleros
ducido espesor de las juntas. Previamente se deben
haber alzado las jambas hasta la cota inferior del ex- En los muros de tapia valenciana no es habitual en-
tradós, dejando preparados los planos inclinados de contrar durmientes bajo forjados en base a la buena
apoyo, desde los que se emprende el arco. Aunque consistencia del soporte. Sin embargo, los cargaderos
menos corriente, es posible encontrar arcos ejecuta- juegan un papel fundamental para evitar cizallamien-
dos en el interior de una tapiada. El resultado, muy tos y aplastamientos localizados en paredes de ado-
desigual al no poder controlar con garantías el re- bes o tapia común. Y así, los muros de las barracas se
planteo de las piezas, hace pensar en la intención remataban con vigas soleras (cadorsa) de «18-16 cm
más que probable de acabado con enlucido. que servían de apoyo a los tirantes inclinados y hori-
zontales de la estructura de cubierta y al techo o pla-
no superior accesible» (Del Rey, ARV). Estos dur-
Huecos mientes de coronamiento vienen a desempeñar una
labor añadida de atado o zunchado perimetral de toda
No abundan las portadas de piedra en las alquerías va- la obra.
lencianas con excepción hecha de las construcciones Las soluciones de aleros de rasillas, muy recurren-
de tipo señorial (Falcó, Juliá, Apoderats, Fonda…). La tes en el ámbito de estudio, se caracterizan por su
mayoría son de ladrillo, y forman arcos de medio pun- efectividad, sencillez constructiva y vuelo contenido
to o carpanel, rebajados y portones adintelados. Solían (25 a 35 centímetros). Se elaboran con una, dos o
contar con guardarruedas a ambos lados del umbral tres hiladas de baldosas o ladrillos voladas sucesiva-
para que los quicios no fueran rozados por los ejes de mente, colocadas a tizón,8 sobre las que avanzan li-
los carros.7Los del seiscientos se presentan como gran- geramente las bocatejas. En construcciones nobles
des bloques de piedra redondeados y muy masivos. como la alquería de Falcó o de la Torre, las rasillas
Posteriormente se fueron estilizando. proporcionan el soporte que permite la formación de
Con respecto a las ventanas, son típicos del XVIII aleros más refinados, moldurados con yeso. La línea
los abocinados de yeso, que forman derrames en todo de cumbrera en las casas compactas de una crujía no
su perímetro para expulsar las aguas y proteger el suele situarse a borde, sino separada ligeramente del
marco de las carpinterías sin mermar la entrada de plano posterior, generando un minúsculo faldón que
luz y aire. En general, lo derrames son planos, si bien cuenta con alero propio aunque más simplificado.
el capialzado superior puede presentarse también Alternativamente, los aleros se forman por prolon-
volteado. gación del entramado de tejado, a base depares de
madera y tablero bajo tejas. Este recurso es más re- tras que el resto de las fachadas podía incluso quedar
petido en cuerpos anexos que en casas compactas, si sin tratamiento alguno.
bien se pueden encontrar en algunas alquerías anti- Como caso singular, en el volumen más oriental
guas, como la Campaneta, del siglo XVIII. de la alquería del Moro se desvela bajo otras capas
posteriores de acabado un motivo decorativo típico
del Barroco, consistente en el simulado de sillares
Revestimientos sobre el enlucido, pintados en dos tonos.
6. Tal como recoge Villanueva (1827, VIII), el recibido lencia: Generalitat Valenciana. Véase también: <http://
con barro de la mampostería era una alternativa a la arquitecturaruralvalenciana.blogspot.com.es/> (ARV)
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7. Voz «guardarruedas» (DRAE, ed. 23ª). en l’horta. Valencia: Consell Valencià de Cultura.
8. En ocasiones, la hilada intermedia puede aparecer en García Soriano, L. 2015. «La restauración de la arquitectura
esquinilla. de tapia de 1980 a la actualidad a través de los fondos del
9. Esta circunstancia, no obstante, supone una dificultad Ministerio de Cultura y del Ministerio de Fomento del Go-
añadida para el estudio de la composición de los mu- bierno de España. Criterios, técnicas y resultados». Tesis
ros, ya que sólo permite observarlos a partir de descon- doctoral, Universidad Politécnica de Valencia.
chados no reparados o de edificios en ruina. Gozálvez Gómez, V. 1915. Estudio constructivo de la Ba-
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