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Juan Velasco Alvarado fue un militar y político peruano que lideró un golpe de estado en 1968 derrocando al presidente Fernando Belaúnde Terry. Gobernó Perú hasta 1975 implementando reformas como la reforma agraria y nacionalizando empresas. Su gobierno enfrentó críticas de la izquierda por considerar sus reformas insuficientes y de los militares por sus políticas de nacionalización. Fue reemplazado por el general Francisco Morales Bermúdez.
Juan Velasco Alvarado fue un militar y político peruano que lideró un golpe de estado en 1968 derrocando al presidente Fernando Belaúnde Terry. Gobernó Perú hasta 1975 implementando reformas como la reforma agraria y nacionalizando empresas. Su gobierno enfrentó críticas de la izquierda por considerar sus reformas insuficientes y de los militares por sus políticas de nacionalización. Fue reemplazado por el general Francisco Morales Bermúdez.
Juan Velasco Alvarado fue un militar y político peruano que lideró un golpe de estado en 1968 derrocando al presidente Fernando Belaúnde Terry. Gobernó Perú hasta 1975 implementando reformas como la reforma agraria y nacionalizando empresas. Su gobierno enfrentó críticas de la izquierda por considerar sus reformas insuficientes y de los militares por sus políticas de nacionalización. Fue reemplazado por el general Francisco Morales Bermúdez.
peruano que presidió el país al frente de una junta militar (1968-1975), tras derrocar en un golpe de Estado al presidente Fernando Belaúnde Terry (1963-1968).
Juan Velasco Alvarado cursó sus estudios
secundarios en el colegio San Miguel de Piura. Ya en Lima, ingresó en la Escuela Militar de Chorrillos tras aprobar los exámenes respectivos. En 1934 egresó como subteniente de infantería. Como militar, recorrió la entera geografía peruana, y fue además agregado militar en Francia. En enero de 1968, bajo la presidencia de Fernando Belaúnde Terry, fue nombrado comandante general del Ejército y presidente del Comando Conjunto.
Ocupando tales cargos, el 3 de octubre de ese año Velasco dio un golpe de
Estado, derrocó a Belaúnde e inició el denominado gobierno revolucionario de la Fuerza Armada. Este gobierno emprendería profundos cambios, desde la reforma agraria o educativa al redimensionamiento del Estado y de las estructuras de poder.
Apoyándose en los estamentos nacionalistas del Ejército y en la burguesía,
Juan Velasco Alvarado llevó a cabo una política reformista de carácter antiimperialista. Nacionalizó las empresas petrolíferas norteamericanas y británicas, y en 1970 realizó importantes reformas agrarias que le enfrentaron con el APRA. También reformó el poder judicial, la banca, la minería y la industria, pretendiendo una mayor participación popular en la vida económica y política del país.
En 1972 reanudó relaciones con la Cuba de Fidel Castro. Su gobierno desató
críticas de la izquierda, que consideraba sus reformas insuficientes, y de los militares, que estimaban injusta su política de nacionalizaciones. A partir de 1973, y a raíz de la amputación de una pierna, empezó a menguar su capacidad de mando en el gobierno de la República. El 29 de agosto de 1975 fue relevado de la presidencia por un movimiento institucional encabezado por el general Francisco Morales Bermúdez (1975- 1980), quien hasta entonces ocupaba el cargo de primer ministro; con el mandato de Morales Bermúdez se iniciaba la segunda parte del «docenio militar» (1968-1980), que concluiría en 1980 con el retorno a la democracia. Juan Velasco Alvarado murió en Lima el 24 de diciembre de 1977, a los 67 años de edad. Su sepelio fue uno de los más multitudinarios que se recuerdan en el Perú de las últimas décadas.
FERNANDO BELAÚNDE TERRY
político peruano que fue dos veces Presidente de la República (1963-1968 y 1980-1985). Realizó sus estudios primarios en el Colegio La Recoleta de Lima. Entre 1924 y 1930 cursó la enseñanza secundaria en París, adonde había sido deportado su padre por el gobierno del presidente Augusto Leguía. Luego estudió arquitectura en la universidad estadounidense de Austin (Texas), por la que se graduó en 1935. De vuelta a Perú se dedicó a la vida académica, a divulgar las nuevas corrientes urbanísticas y a impulsar la profesionalización de la arquitectura en Perú. Para ello fundó la revista El Arquitecto Peruano en 1937, así como la Asociación de Arquitectos del Perú y el Instituto de Urbanismo del Perú, que años después sería incorporado a la entonces Escuela Nacional de Ingenieros. Durante el gobierno de José Luis Bustamante y Rivero fue elegido diputado, cargo que ejerció hasta octubre de 1948, cuando se produjo el golpe de Estado del general Manuel A. Odría. Como muchos de sus contemporáneos, fue un firme opositor a la dictadura odriísta, razón por la cual, con el apoyo de un grupo de sus estudiantes universitarios, conformó el Frente de Juventudes Democráticas en 1955, con el fin de lanzar su candidatura para las elecciones presidenciales del año siguiente.
Su candidatura fue cuestionada por el Jurado Nacional de Elecciones, pero en
una jornada cívica conocida como el “Manguerazo” por la represión sufrida ante la policía que utilizó carros lanza-aguas, logró el reconocimiento de su candidatura. Aunque fue derrotado por Manuel Prado y Ugarteche, quedó en un expectante segundo lugar que lo ubicó en el centro del espectro político nacional.
Convencido de sus posibilidades para lograr en una próxima convocatoria la
presidencia de la República, en junio de 1956 convirtió el Frente de Juventudes Democráticas en el partido Acción Popular. De esta manera, Acción Popular pasó a formar parte de una nueva generación de partidos políticos (junto con la Democracia Cristiana y el Movimiento Social Progresista) formados a partir de las experiencias desarrolladas durante el gobierno del Frente Democrático Nacional y la oposición a la dictadura de Odría.
Para afianzar sus posibilidades presidenciales inició un recorrido por el interior
del país, periplo que lo llevó hasta las zonas más alejadas. A partir de sus impresiones y notas de viaje por las diversas regiones, fue elaborando las bases ideológicas del nuevo partido (condensadas en la frase “El Perú como doctrina”), cuyo objetivo principal era emprender la realización de obras públicas por medio del trabajo comunitario de los pueblos, recogiendo de esta manera la experiencia histórica del pasado incaico. Dicho reconocimiento se resumiría más adelante en la frase “El pueblo lo hizo”.
Belaúnde se presentó por segunda vez como candidato en las elecciones
generales de 1962, que se vieron frustradas por serios cuestionamientos de fraude; Acción Popular participó activamente en esa campaña, que requirió finalmente intervención militar. Al año siguiente, con el apoyo electoral de la Democracia Cristiana, venció en las nuevas elecciones generales.
Fernando Belaúnde asumió la presidencia el 28 de julio de 1963 en medio de
una gran expectativa popular, contando con el apoyo de la Iglesia, las Fuerzas Armadas y los más importantes medios de prensa; prometió realizar en los primeros cien días las reformas más importantes que el país esperaba. Sin embargo, no contaba con mayoría parlamentaria, que estaba en manos de la alianza prooligárquica entre el Partido Aprista Peruano y la Unión Nacional Odriísta. De esta forma, entre las trabas impuestas por dicha mayoría y las dudas del presidente, las reformas no fueron realizadas plenamente.
Su gobierno se caracterizó sobre todo por la realización de importantes obras
públicas, especialmente en las áreas de viviendas y comunicaciones; en este último terreno destacó el inicio de la construcción de la Carretera Marginal de la Selva, que unió la costa con las alejadas provincias del oriente peruano, especialmente San Martín, que se convirtió en un importante polo de desarrollo regional.
Muchos pequeños y medianos proyectos fueron realizados por intermedio de
Cooperación Popular, contando con el aporte del trabajo comunitario de sus beneficiarios y el apoyo de jóvenes universitarios. Pero también existieron factores internos del gobierno que explican el fracaso del proyecto reformista: la devaluación monetaria de 1967, las denuncias de contrabando contra importantes funcionarios del gobierno, las denuncias contra el arreglo con la International Petroleum Company por los yacimientos petrolíferos de La Brea y Pariñas, y sobre todo la falta de firmeza política frente a sus opositores.
En medio de la decepción de los que inicialmente los apoyaron y previniéndose
una victoria electoral de la oposición en las elecciones de 1969, el general Juan Velasco Alvarado encabezó un golpe de Estado la noche del 3 de octubre de 1968. Durante el largo destierro (de 1968 a 1977) que siguió a su derrocamiento, sobrellevado principalmente en Estados Unidos, ocupó cátedras como profesor invitado en las universidades de Harvard, American, Johns Hopkins, Columbia y George Washington. Regresó a Perú en 1977, cuando fueron convocadas elecciones para una Asamblea Constituyente en 1978 y elecciones generales para 1980.
En las elecciones generales de 1980 fue elegido para un nuevo período
presidencial. A pesar de sus orígenes reformistas, la política del gobierno fue la de continuar desmantelando las reformas realizadas por el general Juan Velasco Alvarado, tarea que ya había sido iniciada por el general Francisco Morales Bermúdez. Las medidas fueron inicialmente democráticas: se convocaron elecciones municipales (suspendidas durante el régimen militar) y se devolvieron los diarios a los propietarios expropiados en 1974.
En el campo económico, aunque mantuvo el control preponderante del Estado
en la economía, inició un moderado proceso de privatización de las empresas públicas, especialmente en el campo de la banca, la minería y el petróleo. Pronto la inflación, la devaluación paulatina de la moneda y el incremento de la deuda externa se convirtieron en los principales problemas económicos.
El fenómeno subversivo que surgió paralelo a su gobierno, expresado en el
Partido Comunista del Perú – Sendero Luminoso (PCP-SL), fue asumido inicialmente con escepticismo, lo que contribuyó a la expansión del movimiento. A fines de 1982, Belaúnde ordenó la intervención militar para combatir al terrorismo, que vino emparejada con la aplicación de una estrategia de “guerra sucia” y de violación de los derechos humanos con muy pocos resultados patentes. A pesar de ello y de los efectos desastrosos del Fenómeno del Niño en 1983, continuó su política de obras públicas, especialmente en lo referido a la educación, vivienda y carreteras. El desprestigio de su segundo gobierno se expresó en el escaso apoyo electoral a su partido en las elecciones de 1985.
Una vez concluido su mandato, no volvió a presentarse como candidato a la
presidencia, pero se mantuvo en la escena política como un punto de referencia de opinión con respecto a los problemas que aquejaban al país y a las diversas coyunturas políticas. En 1987 se opuso a la estatificación de la banca planteada por el entonces presidente Alan García Pérez, del Partido Aprista Peruano, y fue uno de los más firmes impulsores de la formación de una alianza electoral para las elecciones generales de 1990 que llevó como candidato al escritor Mario Vargas Llosa, incluso con la oposición de algunos sectores de su partido. Este frente estuvo conformado, además de por Acción Popular, por el Partido Popular Cristiano, la Convergencia Democrática y el Movimiento Libertad. Derrotados por el ingeniero Alberto Fujimori, de la formación Cambio 90, se mantuvo en una cauta oposición frente a su régimen, a pesar de las constantes denuncias de ilegalidad y autoritarismo. Senador vitalicio por mandato constituyente y presidente del partido Acción Popular, estuvo casado con Carola Aubry, con la que tuvo tres hijos y de la que se divorció en 1963. Más tarde contrajo matrimonio con Violeta Correa. Además de una recopilación de sus discursos presidenciales durante su segundo mandato, publicó diversas obras a lo largo de su vida: La conquista del Perú por los peruanos (1959),Pueblo por pueblo (1960) y Carretera Marginal de la Selva (1967), además de un libro autobiográfico titulado Autoconquista del Perú.