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TRES ARTÍCULOS SOBRE LA RESILIENCIA DEL

VENEZOLANO

LA RESILIENCIA DEL VENEZOLANO


Como si algo mágico se hubiese apoderado del venezolano, hoy los ciudadanos le hacen
frente a la grave crisis que vive el país, poniendo su mejor cara y actitud a las adversidades que
le ha tocado vivir.

Este comportamiento que forma parte del venezolano, pero del que muy poco se habla, es
conocido por los expertos en psicología como resiliencia.

Por ejemplo, ante la escasez de harina se la ingenia haciendo la arepa de yuca; de productos
detergentes a jabones artesanales, productos de limpieza, hasta realizar panes caseros. Y así,
un sin fin de acciones más sofisticadas.

También, de ingeniárselas para buscar otros ingresos, de vende ropa de poco uso. Personas
profesionales a buscar otros oficios, y muchas otras alternativas hasta para rendir la comida y
muchos otros productos de importancia para la vida cotidiana.

¿Pero, que es la resiliencia?

La resiliencia es el término que define la transformación positiva de adversidades en fortalezas


y da la esperanza para volver a empezar con la energía del aprendizaje regenerador, comentó
el psicólogo clínico Norbey Marin.

Resistir y recuperarse de situaciones desfavorables y disfrutar el sentido creativo de la vida son


competencias que propone esta innovadora herramienta de la psicología aplicada, según lo
explicó Marín, doctor en psicología clínica.

Estas fortalezas se centran en tres herramientas conductuales básicas: el humor, la creatividad


y la capacidad de adaptación.

Con el humor, se logra disminuir su sensación de amenaza y siente que puede controlar la
crisis, es decir, que de forma espontánea alcanza manejar su estrés.

Creatividad a flor de piel

Otra característica resiliente del venezolano es su creatividad, por cuanto hace de su


conocimiento bien profesionalizado o sin serlo un instrumento genial para crear nuevas formas
de manejar trabajos o bienes, lo cual le hace acreedor de una excelente reputación dentro del
país y fuera también.

Pero en cuanto a su capacidad de adaptarse, llegó a indicar que esto puede llegar a ser muy
peligroso, porque puede terminar por acostumbrarse y resignarse.
Sobre este mismo tema en una entrevista en Con todo y Penzini, por Globovisión, el doctor
Renny Yagosesky, opina que a pesar del brillante empuje del venezolano “El sentido de humor,
la capacidad de adaptación y la creatividad son características comunes en los venezolanos
que los han hecho inmunes y resilientes a la peor crisis que ha vivido el país».

Pero debemos tener mucho cuidado porque por esos mismos factores vistos de manera
negativa podrían hacernos olvidar lo que pasa rápidamente, banalizar la situación con ayuda
del humor, y resignarnos a vivir mal, acotó el especialista.

Con estas reflexiones es importante resaltar que hay que tomar en cuenta los años que el
venezolano ha tenido que poner a prueba su equilibrio físico y emocional para superar la crisis.

Esa capacidad de salir fortalecido de las adversidades, es lo que llaman los psicólogos
«resiliencia”

Por tanto, es vital manejar este entusiasmo con mucha táctica. Aún hay quien sigue
percibiendo amenazas a esa capacidad de superar adversidades.

Y es que a diario la realidad aplastante del país pone a prueba esa capacidad de salir adelante.

Como progresivamente las acciones y actitudes resilientes están en constante proceso de


evolución, con resultados cada vez más satisfactorios, los expertos recomiendan:

10 sugerencias para activar, mantener y habituarse a la resiliencia

1: Levántate: las adversidades de la vida son oportunidades para sacudirse el polvo y reanudar
el camino.

2: Recuerda y olvida: recuerda los buenos momentos, olvida los malos y recuerda las
enseñanzas de ambos.

3: Confía: hay personas con las que puedes contar, en especial contigo mismo, ríndete,
entrégate, es seguro.

4: Aprende: la conciencia moldea el mundo, aprende a crear el mundo que deseas con tu
inteligencia y pasión.

5: Recréate: dale la bienvenida a la felicidad, levanta la frente y fluye con la vida, juega, retoza,
sonríe.

6: Ama y déjate amar:deja ver tu alma luminosa, entrega amor con amor, quienes te han
amado, hoy te aman más.

7: Libérate: desata nudos corporales y muévete, baila, salta la cuerda, mueve tu mente y tu
espíritu.

8: Perdónate: corrige la situación, levanta el castigo, el perdón libera, es oportunidad de


corregir y mejorar.

9: Renace: sal de cosas viejas, de trastos físicos y mentales, regálalos, bótalos, véndelos, todo
está en tu alma.
10: Cuídate: eres un precioso instante en la historia del universo, siempre hay tiempo de volver
a empezar. [Tomadas del libro Resiliencia de la Dra. Jazmín Sambrano]

VIAAna Isabel Laguna http://www.notitarde.com/venezolano-resiliencia-tragedia-


venezolana/

Resiliencia: clave para sobrevivir en


Venezuela
https://www.derechos.org.ve/opinion/resiliencia-clave-para-sobrevivir-en-venezuela

María Yanes | La resiliencia es una facultad inherente o mejor dicho innata en todos los seres
humanos y la conocemos como la capacidad que tiene el individuo de superar situaciones
adversas ante cualquier circunstancia con la importancia de que al lograr vencer la fatalidad se
debe salir más fortalecido y alcanzar un estado de bienestar no solo en lo personal y familiar
sino en el medio de trabajo donde se desenvuelve. No obstante, las crisis ante las cuales nos
pudiéramos enfrentar son temporales o circunstanciales y están relacionadas generalmente
con enfermedades y muertes, violencia, conflictos sociales, bélicos o desastres naturales. A
través de la historia han habido ejemplos de personas resilientes que han salido adelante y han
sido ejemplo de vida, también países o pueblos los cuales se han provisto de esta gran facultad
para sobrevivir y resistir ante las adversidades ocasionadas por las condiciones nombradas
anteriormente o por sistemas de gobiernos autoritarios, adquiriendo la fortaleza necesaria
además de vencer la resignación para salir de ellos de manera pacífica, democrática,
constitucional y lo han logrado. Un ejemplo al respecto lo dio el pueblo chileno hace 28 años.
El pasado 5 de Octubre se conmemoró en ese país el triunfo del plebiscito para sacar del poder
al General Augusto Pinochet tras 15 años de férrea dictadura.

Los venezolanos de por si somos resilientes, sin embargo, debemos robustecer más aun esa
capacidad ya que vienen momentos difíciles, para alcanzar la fortaleza necesaria con el fin de
cambiar un modelo político de estirpe autoritario e inconstitucional

La crisis social por la que atravesamos los venezolanos cada año se profundiza y deja al
descubierto el fracaso de un modelo político y económico el cual ha conllevado a una baja
calidad de vida en la población. Sin embargo, más que un modelo de las características
mencionadas algunos piensan que se ha acompañado de una estrategia fríamente calculada y
que a luces de analistas o expertos en esta materia su único fin es alcanzar el objetivo de
minimizar al individuo como tal y así poder ejercer el control social característico de regímenes
autoritarios. La pobreza y la miseria son la base de sustentación de este tipo de sistemas de
gobierno, cuesta creer que en la modernidad del siglo XXI todavía puedan existir. Lo más
asombroso es que este control es ejercido por una minoría ostensible pero “dueños” de la
mayoría de los poderes del Estado Venezolano, algunos de manera ilegítima. Quienes
lamentablemente todavía gobierna de manera inescrupulosa, transforman la mentira en
verdad y lo derecho lo voltean al revés, además provistos también de una gran ignorancia y
mediocridad, a esto se suma la gran corrupción desplegada a lo largo de estos 17 años, los más
oscuros de nuestra historia. Quienes conducen el país no solamente lo han realizado de
manera inconstitucional también han inculcado en la sociedad venezolana emociones
negativas que han generado una condición de stress permanente lo que también influye en el
estado de salud de la población ocasionando alteraciones en el área cardiovascular, sistema
inmunológico y digestivo, los más afectados por esta situación de ansiedad. Además ejercen el
poder desplegando antivalores como el odio, corrupción, violencia, impunidad e intolerancia.
Los venezolanos de por si somos resilientes, sin embargo, debemos robustecer más aun esa
capacidad ya que vienen momentos difíciles, para alcanzar la fortaleza necesaria con el fin de
cambiar un modelo político de estirpe autoritario e inconstitucional el cual nos ha coartado la
libertad y la paz así como la adecuada calidad de vida que debe tener la sociedad , por
supuesto todas las familias venezolanas que la conforman. La unión es fundamental y si bien la
dirigencia política que se opone a este régimen es importante, más lo es el pueblo venezolano
que no tiene que esperar a que sea convocado ya que debemos salir de manera espontánea,
pacífica y contundente a fin de defender nuestro derecho de elegir libremente y de manera
democrática a quienes consideremos deben conducir las riendas del país, como lo manifiesta
la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Más del 80% de los venezolanos
rechaza este sistema de gobierno el cual ya adquirió la connotación de dictadura. Debemos
transformar las emociones negativas en positivas para lograr este objetivo, esto forma parte
de la resiliencia a la que debemos sumar una actitud de resistencia. No debemos sucumbir a la
desesperanza y resignación. Tenemos que luchar y reaccionar ante esta “grave alteración del
orden democrático y constitucional” como lo expresó el Sr Luis Almagro, Secretario general de
la Organización de Estados Americanos (OEA) al referirse a Venezuela. Estoy segura que
lograremos transformar la violencia y el odio en tolerancia y respeto, la impunidad en justicia y
por supuesto alcanzaremos la libertad y democracia.

Resignación, resistencia, resiliencia

https://alfredoyuncoza.blogspot.com/2019/07/resignacion-resistencia-resiliencia.html?m=1

En el marco del diplomado “Programa avanzado para la gestión de la seguridad” que se realiza
en Caracas, la pasada semana se abordó la “Gestión de crisis y la continuidad de negocios” por
parte de Juan Carlos González, reconocido profesional experto en el área. Se trató de una
actividad pedagógica sumamente dinámica, enriquecida por las intervenciones de los
asistentes.

Una de las secciones que generó mayor cantidad de participaciones, fue la correspondiente a
la resiliencia y su relación con otros conceptos tales como resistencia, resignación y
costumbre. De la claridad de las definiciones y el alcance de estos, bien sea a título personal u
organizacional, se explicarían ciertos comportamientos y el logro de los objetivos
preliminarmente trazados. Pero también la visión está determinada por aspectos culturales,
carga académica y experiencias previas, las cuales influyen de manera determinante sobre la
postura que va a adoptarse en situaciones de crisis.

En lo personal no creo que necesariamente deba hablarse de fases a cumplir donde en orden
estricto casi que, escrito en piedra, deban incluirse los conceptos antes mencionados. De lo
que sí estoy seguro es que de acuerdo con la posición que se asume, los impactos de las crisis
van a ser más o menos severos. Esto reviste especial importancia en un país como Venezuela
donde las crisis de diversa naturaleza y duración aparecen y desaparecen con una frecuencia
muy particular.

Cuando el individuo decide acostumbrarse a una situación determinada, no necesariamente


implica que la acepta, ya que puede tratarse de un proceso de adaptación donde se familiariza
con los riesgos de manera positiva. No puede gestionarse lo que no se conoce, así que
identificar las amenazas, detallarlas y estar al tanto de sus comportamientos y variaciones, es
clave para una gestión exitosa. Ahora bien, también sucede que la costumbre se asume como
un dejar pasar y dejar hacer (“laissez faire, laissez passer”), que suma al individuo como un
elemento más de la crisis, el cual no agrega valor y se deja llevar por la dinámica del entorno
sin ninguna dirección definida. Cuando esto sucede, no sólo incrementa su nivel de
vulnerabilidad, sino que puede contribuir al impacto negativo de los riesgos.

Cuando se decide resistir a las crisis, aunque los factores actitudinales son clave, solamente
una buena intención no es suficiente. Hay que estar consciente de a qué nos enfrentamos y de
las capacidades potenciales y reales de gestión. La fase de resistencia no es eterna ya que en
algún momento los recursos necesarios pueden agotarse o la crisis hacerse tan aguda que nos
supere. Por tanto, la objetividad en el pensar y en el hacer, nos va a permitir hacernos unas
expectativas lo más cercanas a la realidad y evitar el desánimo y la desilusión, que no sólo son
negativos sino contagiosos. Por otra parte, se hace necesario contar con varios planes (b, c, d)
que consideren las dinámicas en los riesgos y sus impactos.

La resignación si bien es una actitud claramente identificada con la falta de acción, es una
opción que no debe ignorarse. Hay quienes prefieren bajar los brazos y dejarse llevar por la
corriente, “para qué resistir si al final va a vencerme”. Con una frecuencia abrumadora se trata
de una posición sin fundamentos sólidos y objetivos, justificada primordialmente por
elementos actitudinales y subjetivos. Cuando se llega a este punto, el efecto “bola de nieve”
puede aparecer acelerando y energizando los impactos negativos de los riesgos. Así mismo, se
convierte en una especie de virus que se propaga en la organización a través de mensajes
transmitidos por el modelaje, cuyo peso es mayor que el verbo.
Cuando el individuo, la organización o la comunidad deciden ser resilientes, una de las
características de su posición es no perder de vista el deseo o la necesidad de volver al estado
original en la que se encontraba antes de ser impactado por la crisis. Incluso, gracias a su
actitud, puede plantearse mejorar o superar esa condición inicial. Para ello se basa en una
visión optimista y realista de lo que son sus potencialidades, de lo que es capaz de alcanzar, y
de un seguimiento permanente a la evolución de los factores que pueden incidir
negativamente en el alcance de lo que se ha planteado como posible.

El ciudadano común y una inmensa mayoría de las organizaciones no puede evitar las crisis,
pero la gestión exitosa de las mismas, traducida en una huella negativa de breve duración, ha
tenido como factor común la actitud, la previsión y la planificación, entre otros. La
improvisación aún en nuestra manera de pensar siempre nos coloca varios escalones por
debajo de lo que deseamos y podemos conquistar.

Publicado en el diario El Universal (Venezuela). Julio 23, 2019

Publicado 1 week ago por Alfredo Yuncoza.

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