Está en la página 1de 17

SEMINARIO BÍBLICO LA HERMOSA

ASIGNATURA:

METODOLOGIA DE LA INVESTIGACION

PROFESOR:

DANIEL ESPIRITU ALVARES

ATORES:

JUAN CARLOS SUBAUSTE YUPANQUI

PAUCARCHUCO LEDESMA MADELEINE

LIMA – ATE

2019
Índice

I Resumen ......................................................................................................................... 3

II Introducción .................................................................................................................... 4

3.1 Definiciones .......................................................................................................... 5

3.2 El autor de la predestinación y los objetos de ella ................................................ 6

3.2.1 El autor ................................................................................................... 6

3.2.2 Los objetos de la predestinación ............................................................ 6

3.3 Partes de la predestinación .................................................................................... 7

3.3.1 La elección ............................................................................................. 7

3.3.2 Reprobación ........................................................................................... 8

3.4 La predestinación y Juan Calvino ....................................................................... 11

3.5 Predestinación y omnisciencia de Dios ............................................................... 12

3.5.1 El Judaísmo .......................................................................................... 12

3.5.2 El Islam ................................................................................................ 12

3.5.3 En la filosofía ....................................................................................... 12

3.5.4 Catolicismo .......................................................................................... 13

3.6 Supra e infralapsarianismo .................................................................................. 13

3.7 ¿Elección o predestinación? ................................................................................ 14

3.7.1 La elección ........................................................................................... 14

3.8 La doctrina de la predestinación en la historia .................................................... 14

IV Conclusión .................................................................................................................... 16

V Bibliografía ................................................................................................................... 17
I Resumen

En el presente trabajo monográfico estudiaremos todo lo relacionado a la predestinación,

para lo cual primero definiremos la predestinación de acuerdo al pensamiento de diferentes

autores, el autor de la predestinación y los objetos, también veremos acerca de las partes de

a predestinación, la teoría de la predestinación y Juan Calvino, la predestinación y la

omnisencia de Dios, acerca de la comparación de la doctrina de la predestinación y la

elección y la doctrina de la predestinación en la historia.


II Introducción

La predestinación es el decreto de Dios mediante el cual ciertas almas han sido

predeterminadas para salvación -- los llamados elegidos. De nuevo, este es un concepto

que muchos ven como un poco injusto. Sin embargo, todos los atributos de Dios le

permiten conocer la historia con anterioridad. Por lo tanto, se puede decir que somos

"predeterminados" o elegidos por conocimiento previo, porque el tiempo no tiene ningún

poder sobre Dios. Pero, ¿no le dio Dios al hombre libre albedrío (el ejercicio de nuestra

propia voluntad)? La respuesta a eso es sí. Sin embargo, porque Dios es omnisciente, Él ya

sabe el resultado de las decisiones que los hombres tomarán y utiliza esas decisiones para

lograr Su propósito.

Predestinación en el sentido más amplio es la predeterminación eterna del designio

universal de Dios y en el más restringido la preordenación en los inescrutables consejos de

Dios, por un inmutable decreto eterno, de un determinado número de seres humanos para

salvación eterna, lo que es llamado elección, y un cierto número para condenación eterna,

lo que es denominado reprobación. La doctrina, históricamente, resulta de la búsqueda de

la certeza de la salvación, que se resuelve en una fe consciente en el fundamento

imperecedero de la gracia en Dios.


3.1 Definiciones

Algunas de las definiciones de ciertos autores acerca de la predestinación:

El primer autor nos dice que, El significado de predestinar es “fijar un destino

previamente”. Algo así como los aviones cazas que tienen un sistema de fijación para sus

misiles, de forma que entre tanto el avión que persiguen no queda fijado por el sistema del

ordenador aún se puede escapar; pero una vez fijado al blanco no hay escapatoria posible.

Todo hombre puede aceptar o rechazar a Cristo. Pero una vez aceptado y nacido de nuevo,

queda fijado al blanco y ya nadie puede cambiar eso. (Madrigal, 2005, pág. 75)

Así también (…) En efecto, la Providencia se relaciona con los tres órdenes de la

naturaleza, de la gracia y de la unión hipostática, ordenados los tres al mismo fin supremo:

la manifestación de la bondad de Dios. Pero, en tanto la providencia general no logra

siempre ciertos fines particulares, que no siempre son queridos con voluntad eficaz, sino

sólo con voluntad antecedente e ineficaz, la predestinación lleva siempre, e infaliblemente

a los elegidos a la vida eterna, que Dios quiere eficazmente para ellos. (Garrigou, 1946,

pág. 229)

Adicional a lo anterior, La predestinación conduce al hombre a una crisis en el

momento de la revelación y decisión. Ella lo condena atendiendo a la relación que, por

naturaleza como pecador, guarda para con Dios. Y en esa relación Dios lo rechaza; pero

también lo elige atendiendo a la relación según la cual, el pecador es llamado en Cristo y

para la cual fue destinado en la creación. (…) (Berkhof, 1949, pág. 123)

Entonces podemos definir la predestinación como el proyecto que tiene Dios para

nosotros, no se considera una elección a la cual nosotros podamos decidir qué hacer con

nuestras vidas, sino acerca de cómo Dios proyecta nuestras vidas para cumplir con su

misión, queda en nosotros saber entender los indicios de Dios para cumplir con nuestra

misión de vida.
3.2 El autor de la predestinación y los objetos de ella

3.2.1 El autor

El decreto de predestinación es sin duda alguna, en todas sus partes, el acto

concurrente de las tres personas de la Trinidad, que son una en su consejo y voluntad. Pero

en la economía de la salvación, como está revelada en la Escritura, el acto soberano de la

predestinación se atribuye más particularmente al Padre.

3.2.2 Los objetos de la predestinación

Para abarcar todos los objetos de predestinación. Incluye a todas las criaturas

racionales de Dios, es decir:

1. Todos los hombres, tanto buenos como malos. No solamente se incluyen como grupos;

sino como individuos

2. Los angeles buenos y malos. La Biblia habla no sólo de ángeles malos y de ángeles

malvados, que no guardaron su primer estado; sino que también hace mención explícita

de ángeles elegidos, implicando, por lo tanto, que hubo también ángeles no elegidos.

a. Mientras la predestinación de los hombres, puede concebirse como

infralapsariana, la de los ángeles únicamente puede entenderse como

supralapsariana. Dios no eligió a cierto número de entre la masa de los ángeles

caídos.

b. Los ángeles no fueron electos o predestinados en Cristo como Mediador; sino

en Cristo como Cabeza, es decir, guardan con Él relación ministerial.

3. Cristo como Mediador. Cristo fue objeto de predestinación en el sentido de que

4. Un amor especial del Padre, distinto de su acostumbrado amor para el Hijo, descansó

sobre éste desde toda eternidad.

5. En su carácter como mediador fue adornado con la imagen especial de Dios, a la cual

han de ser conformados todos los creyentes.


6. El Reinó toda su gloria y los medios conducentes a su posesión fueron ordenados por

El, a fin de que El los conceda a los creyentes. (Berkhof, 1949, pág. 125)

3.3 Partes de la predestinación

La predestinación incluye dos partes, es decir, elección y reprobación, la

predestinación tanto de los buenos como de los malos para su destino final y para

determinados fines inmediatos que servirán a manera de instrumental la realización del

destino final correspondiente a cada uno.

3.3.1 La elección

1. La idea bíblica de la elección. La Biblia habla de elección en más de un sentido.

Está

a. La elección de Israel como pueblo para privilegios especiales y para servicios

especiales, Deut. 4:37; 7:6 8; 10: 15; Os. 13: 5.

b. La elección de individuos para algún oficio, o para el desempeño de algún

servicio especial, por ejemplo, Moisés, Ex 3, los sacerdotes, Deut. 18: 5; los

reyes I Sam. 10: 24; Sal 78: 70, los profetas, Jer. 1: 5, y los apóstoles, Jn. 6: 70;

Hech. 9: 15.

c. La elección de individuos para ser hijos de Dios y herederos de la gloria eterna,

Mat. 22 : 14; Rom. 11: 5 ; I Cor. 1: 27 y 28; Ef. 1: 4; I Tes. 1: 4; I Ped. 1: 2; II

Ped. 1: 10. Esta última es la que vamos a considerar aquí como parte de la

predestinación. Puede definirse como aquel acto eterno de Dios por el cual, en

su soberano beneplácito, y sin tomar en cuenta ningún mérito visto de antemano

en ellos, elige cierto número de hombres para hacerlos recipientes de gracia

especial y de eterna salvación. Con más brevedad puede decirse que elección es

el eterno propósito de Dios de salvar a algunos de la raza humana, en y por

medio de Jesucristo.
2. Las características de la elección. Las características de la elección son idénticas con

las de los decretos en general. El decreto de elección:

a. Es una expresión de la soberana voluntad de Dios.

b. Es inmutable.

c. Es eterna.

d. Es irresistible.

e. No se puede acusar de injusticia.

3. El propósito de la elección.

a. Propósito inmediato es la salvación de los elegidos.

b. El propósito final es la gloria de Dios.

3.3.2 Reprobación

Nuestros símbolos confesionales hablan no solamente de elección, sino también de

reprobación. Agustín enseñó tanto la doctrina de reprobación como la de elección;

pero esta "doctrina dura" encontró mucha oposición. Los católicos romanos, los

luteranos, los arminianos y los metodistas generalmente rechazan esta doctrina en

su forma absoluta. Si todavía hablan de una reprobación es la que basan en la

presciencia. Es de perfecta evidencia que Calvino tuvo profunda conciencia de la

seriedad de esta doctrina por el hecho de que la llamó "decretum horribile" (decreto

espantoso). A pesar de eso, no se sintió con libertad para negar lo que consideró

como una importante verdad bíblica. En nuestros días algunos eruditos que

pretenden ser reformados se oponen a la doctrina de la reprobación. Barth enseña

una reprobación que depende del rechazamiento que el hombre hace de la

revelación de Dios en Cristo. Parece que Brunner tiene un concepto más scritural de

la elección que Barth; pero rechaza enteramente la doctrina de la reprobación.

Admite que ésta, lógicamente, se deduce de la doctrina de la elección; pero


amonesta en contra de dejarse guiar por la lógica humana en un caso como éste,

puesto que la doctrina de la reprobación no se enseña en la Escritura.

1. Definición de la doctrina. Merecen énfasis especial los siguientes puntos:

a. La doctrina de la reprobación contiene dos elementos. Según la presentación

más usual en la teología Reformada el decreto de reprobación contiene dos

elementos, que son: preterición, o sea, la determinación de pasar por alto a

algunos hombres; y condenación (llamada algunas veces pre condenación), o

sea, la determinación de castigar a éstos que a causa de sus pecados fueron

pasados por alto. En tal concepto da cuerpo a un doble propósito:

i. Pasar por alto a algunos en el reparto de la regeneración y la gracia

salvadora; Asignarlos por causa de su pecado al deshonor y a la ira de

Dios. La confesión belga menciona solamente al primero de estos

propósitos, pero los Cánones de Dort mencionan también el segundo.

Algunos teólogos Reformados quisieran omitir el segundo de los

elementos de la reprobación. Dabney prefiere considerar la condenación

de los malvados como el resultado de su preterición, resultado ya

previsto y buscado, y de esta manera despojado de su carácter positivo a

la reprobación. Dick opina que el decreto de condenación debe

considerarse como decreto aparte, y no como parte del decreto de

reprobación. Sin embargo, a nosotros nos parece que no tenemos

derecho ni de excluir el segundo elemento del decreto de reprobación, ni

de considerarlo como decreto diferente. El lado positivo de la

reprobación se encuentra tan claramente enseñado en la Escritura como

contrario a la elección que no podemos considerarlo como algo

puramente negativo, Rom. 9 : 21 y 22 Sin embargo, deberíamos notar


varios puntos de diferencia entre los dos elementos del decreto de

reprobación:

ii. La preterición es un acto soberano de Dios, un acto de su mero

beneplácito, en el cual, los deméritos del hombre no entran en

consideración; en tanto que la pre condenación es un acto judicial que

con castigo visita al pecado. Aun los supralapsarianos están dispuestos a

admitir que en la condenación el pecado tiene que ser tomado en

consideración.

iii. El hombre no conoce la razón para la preterición. No puede ser el

pecado puesto que todos los hombres son pecadores. Lo único que

podemos decir, es que Dios, por buenas y sabias razones, suficientes

para El mismo, pasó por alto a algunos. Por otra parte, la razón para la

condenación ya es conocida, es el pecado.

iv. La preterición es puramente pasiva.

b. Debemos estar en guardia, no obstante, en contra de la idea de que la elección y

la reprobación.

c. Deberíase notar que aquella gracia, la gracia con la que Dios favoreció a los

hombres pasados por alto, no es la gracia común, sino su gracia especial, la

gracia que regenera, la gracia que cambia en santos a los pecadores. Es un error

pensar que en esta vida los réprobos estén enteramente destituidos del favor de

Dios. Dios no limita la distribución de sus dones naturales por causa de su

propósito de elección. Ni siquiera permite que la elección y la reprobación

determinen la medida de sus bienes. El réprobo con frecuencia disfruta una

mayor medida de las bendiciones naturales de la vida, que el elegido. Lo que


efectivamente distingue a los réprobos de los elegidos es que estos son hechos

recipientes de la gracia divina que regenera y salva.

2. Prueba de la doctrina de reprobación. La doctrina de la reprobación se deduce

naturalmente de la lógica de la situación. El decreto de elección inevitablemente

implica el decreto de reprobación. Si el todo sabio Dios, poseedor de infinito

conocimiento se propuso eternamente salvar a algunos, entonces El, ipso facto, también

se propuso no salvar a otros. Si El escogió o eligió a algunos, entonces ha rechazado

por ese mismo hecho a otros. Brunner nos previene en contra de este argumento, puesto

que la Biblia no enseña ni siquiera en una sola palabra, una divina predestinación para

rechazamiento. Pero nos parece que la Biblia no contradice, sino justifica la lógica en

cuestión. Puesto que la Biblia es ante todo una revelación de redención, no tiene tanto

que decir acerca de la reprobación, como de la elección. Pero lo que dice es

perfectamente suficiente, compárese Mat. 11: 25 y 26; Rom. 9: 13, 17, 18, 21 y 22; 11 :

7; Judas 4; I Ped. 2 : 8. (Berkhof, 1949, pág. 132)

3.4 La predestinación y Juan Calvino

Calvino creía en la predestinación, es decir, en que desde el principio de la

Creación Dios había predeterminado ya quién se salvaría y quién se condenaría. Aunque

pudiera parecer que una doctrina en la que, independientemente de lo que uno haga, Dios

ya ha predeterminado si éste se salvará o no, no sea el mejor estímulo para alentar un

comportamiento moral, en la práctica tuvo gran influencia. Esto lo explica: "puesto que

obrar y vivir en el temor de Dios se interpreta como síntoma de que se es uno de los pocos

elegidos, todos desean descubrir en sí mismos los signos de la gracia divina y obran

convenientemente. La doctrina de Calvino era una especie de profecía que se cumplía a sí

misma."
3.5 Predestinación y omnisciencia de Dios

La discusión de la predestinación implica generalmente la consideración de si Dios

es omnisciente, o eterno o atemporal (fuera del flujo del tiempo en nuestro universo). En

términos de estas ideas, Dios puede ver el pasado, el presente y el futuro, para que Dios

sepa efectivamente el futuro. Si Dios en algún sentido sabe tempranamente lo que

sucederá, entonces los acontecimientos en el universo se predeterminan efectivamente del

punto de vista de Dios. Esto en sí mismo no es predestinación (aunque implique el

determinismo). La predestinación implica que Dios ha determinado el avance de lo que

será el destino de las criaturas, no que esté simplemente enterado.

3.5.1 El Judaísmo

Puede aceptar la posibilidad de que Dios es atemporal; algunas formas de la

teología judía enseñan esta virtud como un principio de la fe, mientras que otras formas del

judaísmo no. Los Judíos pueden utilizar la omnisciencia del término, o la preordenación

como un corolario de omnisciencia, pero rechazan normalmente la idea de la

predestinación como una idea completamente extraña que no tiene lugar en su religión.

3.5.2 El Islam

Tiene tradicionalmente fuertes puntos de vista acerca de la predestinación

semejante a algunos que se encuentran en la cristiandad. En el Islam, Alá sabe y ordena

cualquier cosa que pasa. Los musulmanes creen que Dios es literalmente atemporal, eterno

y omnisciente al mismo tiempo.

3.5.3 En la filosofía

La relación entre la presciencia y la predestinación es una parte central de la

Paradoja de Newcomb.
3.5.4 Catolicismo

Según el misterio del libre albedrío, Dios conoce todo y nosotros actuamos

libremente. Explicación: Dios conoce pero no controla, por lo que no impide la existencia

de nuestra libertad si Dios es omnisciente.

3.6 Supra e infralapsarianismo

La doctrina de la predestinación no siempre ha sido presentada exactamente en la

misma forma. Especialmente desde los días de la Reforma dos diferentes concepciones de

ella, emergieron gradualmente, las cuales fueron designadas durante la controversia

arminiana como Infra- y Supralapsarianismo. Las diferencias ya existentes fueron

definidas más agudamente y acentuadas con mayor fuerza como resultado de las disputas

teológicas de aquella época. Según el Dr. Dijk los dos conceptos que estamos considerando

fueron en su forma original, simples diferencias de opinión respecto al asunto de si la caída

del hombre había estado incluida en el decreto divino. ¿Fue predestinado el primer pecado

del hombre, el pecado que constituyó la caída, o fue simplemente objeto de la divina

presciencia? En su forma original el supralapsarianismo sostuvo lo primero, y el

infralapsarianismo lo segundo. En este sentido de la palabra, Calvino claramente fue

supralapsariano. El desenvolvimiento posterior de la diferencia entre los dos conceptos

comenzó con Beza, el sucesor de Calvino en Ginebra. En ese desarrollo el punto original

de la disputa retrocede al fondo y ocupan el frente otras diferencias, algunas de las cuales

se redujeron a meras diferencias de énfasis. Los infralapsarianos posteriores, como Rivet,

Walacus, Mastricht, Turretin, á Mark y de Moor, todos admiten que la caída del hombre

estuvo incluida en el decreto: y de los posteriores supralapsarianos como Beza, Gomarus,

Pedro Mártir, Zanchius, Ursinus, Perkins, Twisse, Trigland, Voetius, Burmannus, Witsius

y Conrie, al menos algunos están completamente dispuestos a admitir que en el decreto de

reprobación, Dios, de alguna manera tomó en consideración el pecado. Nos ocuparemos


ahora con el supra- y el infralapsarianismo en su forma más desarrollada. (Berkhof, 1949,

pág. 133)

3.7 ¿Elección o predestinación?

Al parecer estos dos términos parecen ser similares con una misma finalidad, pero

veremos si es cierto y se cumple.

3.7.1 La elección

(Madrigal, 2005) dice al respecto, propicia LA ENTRADA a un propósito divino.

El hombre puede asentir, según Dios le haya dado o no ese derecho. Es como la decisión

de saltar o no a la piscina para refrescarnos.

De acuerdo al autor podemos definir que la elección es un estado en el cual

podemos elegir en hacer o no alguna cosa o mandato, no estamos en la obligación de

hacerlo, caso contrario a la predestinación en cual ya tenemos un camino trazado.

En este sentido (Madrigal, 2005) nos dice que La “elección” y la “predestinación”

pueden complementarse. Pero en realidad son dos conceptos separados. La elección es

condicional, tiene en cuenta ciertas acciones o decisiones humanas. En cambio, la

predestinación es incondicional. Dios hará lo que ha determinado prescindiendo del

hombre.

Podemos concluir que la elección según el autor nos brinda la opción de poder

elegir un mandato a nuestra conveniencia, así como si elegimos o no el camino de Dios y

sus mandatos.

3.8 La doctrina de la predestinación en la historia

Hasta la época de Agustín la predestinación no constituyó en la historia un asunto

importante de discusión. La mencionan los primitivos Padres de la Iglesia, pero no parece

que tuvieran de ella un concepto muy claro. En lo general la consideran como la


presciencia de Dios con referencia a las acciones humanas, base sobre la cual Dios

determina el futuro destino de los hombres. (Berkhof, 1949, pág. 121)


IV Conclusión

los problemas en relación al libre albedrío y la predestinación. Es obvio que la

Biblia enseña ambos conceptos. Finalmente, yo creo que Dios dirige la historia. Sin

embargo, yo no creo que Él "micro-maneja" la historia. En otros términos, yo creo que

Dios pone a las personas en la historia para que Su voluntad sea cumplida. Esto incluye

poner a Sus seguidores, además de aquellos que se le oponen, en los puntos estratégicos en

la historia. La Biblia nos anima a que nosotros usemos nuestro libre albedrío para escoger

lo bueno por sobre el mal.

Predestinación. Polémica doctrina religiosa que aborda el tema del destino de las

cosas, bajo la creencia de que Dios traza el camino a seguir en la vida de los hombres, en la

cual el hombre tiene libre albedrío. Su significado va muy de la mano con el de la palabra

escogido, o sea, que bajo esta creencia algo o alguien escogido está predestinado por la

voluntad suprema de Dios.

Según la lección calvinista, Dios soporta con una paciencia grande a los vasos de

ira destinados a la perdición, como lo hace con los vasos destinados a la gloria. Es la

perspectiva de la doble predestinación.

Si Dios elige quién es salvo, ¿no afecta eso nuestro libre albedrío de elegir y creer

en Cristo? La Biblia dice que tenemos la libertad de elegir – todo lo que tenemos que hacer

es creer en Jesucristo y seremos salvos.


V Bibliografía

Berkhof, L. (1949). Teología Sistemática. Michigan: Grand Rapids.

Garrigou, L. R. (1946). La predestinación de los santos y la gracia. Buenos Aires:

Ediciones DEDEBEC (Desclée, De Brouwer).

Madrigal, C. (2005). La Predestinación ¿Fatalismo ó Providencia? Estambul.

También podría gustarte