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Apo 21:1 Cielo nuevo y tierra nueva Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque
el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más.
Resumen:
Finalmente, los capítulos 21 y 22 ilustran la última fase del Plan de Dios ¡con
el establecimiento de los nuevos cielos, la nueva tierra y la nueva Jerusalén!
En este tiempo, la tierra será la sede del gobierno de Dios. Este gobierno
continuará creciendo, literalmente sin fin. Tome tiempo para leer Isaías 9:7 y
Lucas 1:33.
Resumen:
Isa 65:17 Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no
habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento.
En este capítulo, ya ha pasado el Milenio; el reinado de Dios por Cristo en
esta tierra actual. Ahora viene una nueva creación, un cielo nuevo, y una nueva
tierra, como al principio cuando Dios todo lo hizo bueno:
Gén 1:31 Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran
manera…
Dios nos va a sorprender. En un principio, Él todo lo hizo bueno en gran
manera; ahora todo lo hará mejor. En un principio no había una humanidad
exaltada; ahora, Dios hará una nueva creación para esa humanidad salvada y
exaltada.
Comentario
Pedro dijo:
2Pe 3:10-13 Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos
pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras
que en ella hay serán quemadas. 11 Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no
debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, 12 esperando y apresurándoos para
la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos,
siendo quemados, se fundirán! 13 Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y
tierra nueva, en los cuales mora la justicia.
Así que hay un fin de esta creación tal y como la conocemos. No obstante,
otra explicación sería, que del material que haya quedado, una vez Dios lo haya
purificado por fuego, recree un cielo reciente y una tierra reciente.
Sea cual sea la cuestión, lo cierto es que vienen cosas maravillosas para
todos aquellos que amamos al Señor.
nuestro espacio-tiempo, pero que ya ha existido desde la eternidad ante los ojos
de Dios.
Creo que esa ciudad existe literalmente. Así lo expresó el Señor a sus
discípulos:
Así pues, no cabe duda. Existe tal ciudad en el cielo, y está ahora mismo ante
Dios, o ¿quizás está viniendo para aquí? Francisco Lacueva dice lo siguiente: ―…la
idea sostenida por muchos autores de que la nueva Jerusalén existía ya antes de
ahora en el cielo, y se hallará, durante el Milenio, en torno a la tierra, como un
satélite girando en su órbita, siendo retirada de la escena durante la destrucción
de la primera tierra y el primer cielo, para descender después a la nueva tierra y
posarse allí para siempre.
La ciudad de Dios estará llena de los que son de Dios entonces. Tengamos
en cuenta, que para Dios, cuando se habla de ciudades, no se habla tanto de
calles, plazas y edificaciones (aunque lógicamente las hay, así como en la Nueva
Jerusalén cuya descripción veremos más adelante), sino de vidas.
(V. 3) “Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios
con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo
estará con ellos como su Dios:
Claramente se nos dice que tal ciudad es el continente de la esposa de
Cristo, porque es el tabernáculo de Dios, (gr. skene), que significa literalmente,
“tienda de campaña. La traducción literal de ―El morará con ellos, es ―El
acampará con ellos (gr. Skénosei).
Todo ello era ejemplo de lo que será, una vez el pueblo sea santo del todo,
sea la Esposa del Cordero. Realmente, en ese momento se llevará a cabo la total y
perfecta unión y comunión entre los hombres de Dios, y el Dios de los hombres.
Comenta Nee: ―Las lágrimas son comunes entre los hombres de la tierra,
pero ahora, Dios va a limpiar sus lágrimas al eliminar sus causas como son, la
muerte, la pena, el dolor y otras. Todas ellas son el resultado del pecado.
Las primeras cosas pasaron, lo que tiene que ver con esta tierra, en esos
momentos se habrá acabado; ¿qué sorpresas nos aguardan de parte de un
Creador fiel y amoroso? Como dice la Palabra:
1Co 2:9 Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en
corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman.
En esos momentos, esa palabra obtendrá su total y definitivo cumplimiento.
Ordena que lo ponga por escrito, así hoy lo podemos leer; la razón es que
esas palabras son del todo verdad. Es la manera que tiene la Palabra de
asegurarnos que lo que viene es mucho mejor que lo que hay ahora. Muchos dicen
“no hay futuro”; Dios dice, por el contrario, sí lo hay, y es reciente y perfecto. Yo le
creo a Dios.
Hay varias razones para estar sedientos: ¿Cuán sedientos estamos de Dios?
David lo expresaba así:
Sal 42:1-2 Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh
Dios, el alma mía. 2 Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me
presentaré delante de Dios?
Esta no es una sed de índole natural, sino espiritual. Va de la mano con el
hambre que hemos de tener por la Palabra de Dios, cuando Jesús exclamó:
―Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la
boca de Dios‖ (Mateo 4: 4). Existe también otra sed derivada de la de arriba. Jesús
dijo:
Mat 5:6 Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán
saciados.
Esa es la sed que debemos tener a causa de la indignación que nos debe
producir el ver la maldad proliferando en este mundo. Seremos también saciados
de esa sed de justicia, cuando el Reino venga a nosotros.
Aún existe una sed más íntima, es la de buscar la llenura del Espíritu Santo,
que significa una comunión íntima con Dios (ver la mujer samaritana de Jn. 4).
Claramente lo definió a continuación:
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Juan 7:37-39 En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz,
diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. 38 El que cree en mí, como dice la Escritura,
de su interior correrán ríos de agua viva. 39 Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los
que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún
glorificado.
(V. 7) “El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será
mi hijo:
Dice la Palabra en otro lugar que Dios nos ha hecho más que vencedores
(Ro. 8: 37). Eso significa que Dios lo ha hecho todo ya para que así sea. Por lo
tanto, quien no llegue, es que no recibe de Dios, y no recibe, porque el que se dice
creyente, realmente no lo es.
Rom 8:16-17 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de
Dios. 17 Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que
padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.
2Ti 3:12 Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán
persecución;
Todas las promesas de bendición y victoria finales, conllevan un bagaje de
sufrimiento por causa del Nombre. Para los primeros discípulos esto era motivo,
no de tristeza, sino de alegría y gozo:
Hch 5:41 Y ellos salieron de la presencia del concilio, gozosos de haber sido tenidos por
dignos de padecer afrenta por causa del Nombre.
También, los mentirosos son los que enseñan doctrina falsa a sabiendas, y
tuercen los caminos del Señor. Dijo al respecto Jesús:
Mar 9:42 Cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor
le fuera si se le atase una piedra de molino al cuello, y se le arrojase en el mar.
Todos los fornicarios, y los que los animan, serán condenados en el lago de
fuego.
Es una vida humana. ¿Qué ha sido, y que va a ser, de todos esos embriones
que se desecharán? Cada muerte de un embrión humano es muerte de un ser
humano; es un homicidio.
Nunca llegó a ser tomada una decisión sobre el destino de algunos de los
embriones almacenados. En los últimos 20 años, desde el inicio de la FIV, muchos
de los donantes de óvulos y esperma cambiaron de casa, se volvieron a casar y
cambiaron de nombre, o tal vez han muerto.
Hechiceros e idólatras
Pero la Palabra ya nos viene advirtiendo desde hace muchos cientos de años
que el castigo eterno está establecido para todos, grandes y pequeños; para todos
los que obstinadamente se recrean en el mal. Todos tendrán su parte en el lago
que arde con fuego y azufre, y que nunca dejará de ser.
Aquí Juan escribe lo que uno de los ángeles, curiosamente, uno de los siete
“que tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras, le dice. Es una
descripción de la nueva Jerusalén.
(V. 9) “Vino entonces a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas
llenas de las siete plagas postreras, y habló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te
mostraré la desposada, la esposa del Cordero:
Este ángel, el mismo que en su día derramará sobre este planeta una de
esas siete últimas plagas de parte de Dios, tiene en esos momentos un cometido
muy diferente; mostrarle a Juan la esposa del Cordero.
Así que nuestro destino será la ciudad santa, la nueva Jerusalén. Acerca de
estas cosas, relata con gran elocuencia Nigel J. L. Darling, diciendo:
―Este vislumbre que la Biblia nos concede, nos deja la impresión de una
gloria excelsa, que excede a nuestra humana comprensión; de una hermosura de
santidad que sobrepasa todo conocimiento; y de una felicidad desbordante,
perfecta y perdurable, que no tiene parangón en nuestra experiencia, y que, por lo
tanto, no puede concebirse. Todo ello es debido al hecho de que esa ciudad
desciende del mismo Dios.
En esa ciudad única, solamente habitarán todos aquellos que hayan pasado
a través de Jesucristo, tanto de origen judío, como gentil. En ella, estarán los
salvos de todas las edades, aun los salvos de la época del Milenio que aún tiene
que venir.
Por ello, tiene la “gloria de Dios” en ella. Juan intenta comparar el resplandor
que emana de esa ciudad, comparándolo con el que produce una piedra preciosa
de gran valor; como si fuera un jaspe, pero a la vez, diáfano, traslúcido como el
cristal.
(V. 12) “Tenía un muro grande y alto con doce puertas; y en las puertas,
doce ángeles, y nombres inscritos, que son los de las doce tribus de los hijos de
Israel”:
Todas las ciudades de la antigüedad tenían muros que las rodeaban. Ya que
no existirán enemigos en ese tiempo, desconocemos el porqué de ese muro
alrededor de la nueva Jerusalén, a no ser que sirva para hacer una diferencia entre
los dignos y los indignos (ver V. 27).
Cada puerta tiene un ángel que la guarda. Cada puerta tiene el nombre de
cada una de las tribus de Israel. Esto último es particularmente interesante,
cuando lo comparamos con este otro versículo, que analizaremos más adelante:
“Y el muro de la ciudad tenía doce cimientos, y sobre ellos los doce nombres de
los doce apóstoles del Cordero.
Solamente se puede ser salvo a través de Cristo. Tanto los judíos como los
gentiles, somos uno solo y un nuevo hombre a través de la fe en Jesucristo, el
único Mesías dado por Dios a los hombres.
(V. 13) “al oriente tres puertas; al norte tres puertas; al sur tres puertas; al
occidente tres puertas:
Tres puertas por cuatro lados, hacen un total de doce. Ese es número que en
la Biblia expresa gobierno. El gobierno de Dios está en esa ciudad. Habiendo tres
por cada lado, eso implica que el acceso de todos los dignos a la ciudad está
garantizado, no importa su procedencia.
(V. 14) “Y el muro de la ciudad tenía doce cimientos, y sobre ellos los doce
nombres de los doce apóstoles del Cordero:
Si las doce puertas tenían cada una de ellas los nombres de las tribus de
Israel (entre otras cosas, simbolizando el A.T.); el muro tiene doce cimientos, sobre
los cuales están los nombres de los doce apóstoles de Cristo.
¿Qué querrá decir todo esto? El muro es lo que produce división entre lo
santo (la ciudad), y lo profano y maldito (lo que no es la ciudad). Así pues, para
entrar en esa ciudad santa, y habitar allí, los que así busquen hacerlo, deberán ser
del espíritu de lo representado en ese muro.
(V. 15) “El que hablaba conmigo tenía una caña de medir, de oro, para
medir la ciudad, sus puertas y su muro:
Ese era el ángel anteriormente aludido. La caña de medir era un instrumento
utilizado para tal fin en la antigüedad. Esta vez es de oro, porque es lo apropiado
para medir la ciudad santa.
Podría ser, no obstante, que la ciudad no sea un cubo, lo cual no sería muy
estético, y difícil de asimilar, sino más bien que tenga forma piramidal, siendo la
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altura de dicha pirámide igual a cada lado del cuadrado de su base. Lacueva
apunta en esta dirección, así como W. M. Smith; J. F. Walvoord; M. Trezzi; (citados
por Lacueva mismo).
Dicho autor argumenta así al respecto: ―Así se entiende mejor que el río de
agua viva salga del trono de Dios y del Cordero (Apo 22:1). Si el muro de la ciudad
tiene unos 64 metros de altura, este tamaño…resultaría pequeñísimo en
comparación de la altura (de la ciudad); pero ya no es tan desproporcionado si la
ciudad, en lugar de tener estructura cúbica, la tiene piramidal.
(V. 18) “El material de su muro era de jaspe; pero la ciudad era de oro puro,
semejante al vidrio limpio:
Si la ciudad fulguraba como piedra de jaspe, diáfana como el cristal (v. 11),
el muro sí es de jaspe como tal. En cambio, la ciudad no, la ciudad es de oro, tan
puro, que es transparente. ¡Es difícil imaginar la suntuosidad y gloria de ese lugar!
Ahora bien, estos doce cimientos están adornados con toda piedra preciosa.
Estas piedras preciosas son idénticas a las que llevaban el sumo sacerdote en el
pectoral (ver Exodo 28: 17-20).
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Cada una de ellas representa una virtud y aspecto del carácter de Dios.
También representa la obra del Espíritu Santo en nuestras vidas. Como muy bien
explica Watchman Nee: ―La piedra preciosa es el resultado de la fusión conjunta
de varios elementos debajo de la tierra, a grandes temperaturas y presiones. Lo
que representa la piedra preciosa es la obra de purificación que el Espíritu Santo
hace en la vida del creyente.
Así como las piedras preciosas surgen por el efecto transformador del calor y
de las presiones, la vida del cristiano, para que de un fruto bueno, similar a la
belleza de la piedra preciosa, deberá pasar por el calor del fuego del Espíritu
Santo, y por las presiones de la vida, guiado por Él, para que su carácter refleje la
belleza de Cristo.
La belleza que debe desprenderse del colorido del conjunto de todas esas
piedras preciosas, debe ser sin parangón. La suma de colores emanantes de esas
piedras sería verde, azul, rojo, amarillo, verde mar, verde dorado, púrpura, rosado.
Estoy seguro que allá hay colores que no existen en nuestro mundo actual, y
que consecuentemente, no se pueden describir. Todo lo que nuestro Dios hace es
siempre bello y perfecto en gran manera.
(V. 21) Las doce puertas eran doce perlas; cada una de las puertas era una
perla. Y la calle de la ciudad era de oro puro, transparente como vidrio:
Ese es un lugar real. Ese es el futuro del que persevera en Cristo.
Es interesante el énfasis que se hace del número doce. Ya dijimos que esa
cifra expresa gobierno (nada que ver con el espurio G12). Transcribo, a
continuación, lo dicho por Nigel J. L. Darling al respecto:
Así pues, el encontrar tan a menudo esa cifra o sus múltiplos en relación con
la santa ciudad, nos da a entender que la nueva Jerusalén es la capital del Reino
celestial; y la morada del Dios Todopoderoso (V. 23).
No hay templo
(V. 23) “La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella;
porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera:
La Palabra nos enseña que Dios es luz (1 Jn. 1: 5). Nunca será quitada la
presencia de Dios sobre la nueva Jerusalén; por lo tanto, Su luz estará siempre allí
para alumbrar.
Esa luz, no sólo es luz que permite la visión, sino la verdad, la misma vida, la
eternidad con Dios, ¡Aleluya! No habrá necesidad de despojarse de nada profano
para buscar a Dios.
(V. 24) “Y las naciones que hubieren sido salvas andarán a la luz de ella; y
los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella:
No solamente habrá individuos en esa ciudad, sino naciones también
representadas allí. Este versículo nos transporta al tiempo del Milenio, cuando la
ciudad santa esté flotando en el espacio, cerca de la tierra, pero no sobre ella. La
nueva Jerusalén se posará para siempre sobre la tierra nueva.
Así que, durante el tiempo del Milenio, las naciones que hayan sobrevivido al
juicio, y los mandatarios de ellas, vivirán bajo el gobierno y dirección espirituales
de la santa ciudad. Se les permitirá también llevar lo bueno y santo, como
ofrenda.
(V. 25) Sus puertas nunca serán cerradas de día, pues allí no habrá noche:
Juan reitera lo dicho en v. 24. Esto es señal de que es en firme, y será así. Los
israelitas cuando salieron de Egipto fueron colmados por bienes por parte de los
egipcios opresores. Los judíos recibieron honra por parte de sus enemigos en el
tiempo de Mardoqueo (libro de Ester).
La nueva Jerusalén recibirá de igual modo la honra que Dios querrá que
reciba por parte de las naciones que queden en el Milenio, ya que,
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Se ha reconocido que la iglesia reinará como esposa con Cristo. Los santos
del Antiguo Testamento, se conviene, serán resucitados y recompensados en esa
era. Los judíos salvos, que sean hallados justos en el juicio de Israel, junto con los
gentiles salvos, que sean declarados justos en el juicio de los gentiles, en el
tiempo del segundo advenimiento, han de ser los súbditos del Rey en el milenio.
Rom 11:26-27 y luego todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sion el
Libertador, Que apartará de Jacob la impiedad. 27 Y este será mi pacto con ellos, Cuando yo
quite sus pecados.
De este modo, se observará que todas las esperanzas de Israel estaban
basadas en los cuatro pactos determinantes que Dios hizo con ellos, que estos
pactos confirmaban ciertas esperanzas y bendiciones nacionales y requerían la
preservación, continuidad y restauración de la nación si habían de cumplirse
literalmente.
Heb 11:10 porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y
constructor es Dios.
Heb 12:22-23 sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo,
Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles, 23 a la congregación de los
primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos
hechos perfectos,
Parece, por tanto, que mientras las promesas nacionales habían de
cumplirse tanto en el tiempo del milenio como en el milenio, las promesas
individuales habían de cumplirse en el tiempo del milenio, pero no
necesariamente en la tierra milenaria.
c. Será la prueba final divina del hombre pecador en esta tierra antes que la
tierra sea destruida...
b. ¡Al fin El podrá conferir a los humildes de la tierra el lugar y la herencia que
Él siempre tuvo a bien prometerles!
a. ¡El Milenio llevará a las tres clases de santos... y también al Israel terrenal,
a un estado de felicidad indescriptible! . . .
b. Sin embargo, habrá paz al fin entre las naciones; impuesta ciertamente,
pero real. . .
La era milenaria está designada por Dios para que sea la prueba final de la
humanidad caída, en las más ideales circunstancias, rodeada de toda capacidad
para obedecer el mandato del rey, y de la cual las fuentes de tentación serán
quitadas, de manera que se pueda manifestar y probar que el hombre será un
fracaso aun en esta prueba final de la humanidad caída.
En ese período, cuando ese programa sea ejecutado es obvio que los
individuos resucitados, no necesitarán ser probados, por cuanto ya son justos y no
necesitarán someterse a la autoridad del Rey por cuanto están completamente
sujetos a Él.
Sin duda este es el "lugar" que nuestro Señor prometió que El iría a preparar
y al cual El vendría a llevarnos, en Jua_14:2. No es problema en realidad, pues,
No puede haber duda alguna de que esta ciudad celestial está compuesta,
en parte, por la Iglesia, el cuerpo de Cristo en esta era presente.
La pregunta es: "¿Quiénes se unirán a los ángeles no caídos y a los santos de
la Iglesia para reunir el complemento total de los habitantes de aquella ciudad
celestial?"
Otra vez, al cierre de este maravilloso capítulo, dice: Heb 11:39-40 Y todos
éstos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo prometido; 40
proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, para que no fuesen ellos perfeccionados
aparte de nosotros. Ellos no podrán ser perfeccionados aparte de nosotros.
Los vivos se darán cuenta del cumplimiento de las promesas nacionales del
Antiguo Testamento en el milenio, mientras que los resucitados verán el
cumplimiento de la expectativa de una "ciudad que tiene fundamentos" durante la
era milenaria.
Hay ciertos pasajes que parecen indicar que no habrá un gran abismo entre
los salvos de Israel y los salvos de la era de la Iglesia; sino que tendrán una
relación directa los unos con los otros en su estado final:
Juan 10:16 También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo
traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor.
Este pasaje parecería indicar que habrá una relación de todos los salvos
unos con otros, por cuanto tienen relación con el mismo pastor. Todos los
redimidos aparecen como unidos en un rebaño con un pastor.
Mat 19:27-28 Entonces respondiendo Pedro, le dijo: He aquí, nosotros lo hemos dejado
todo, y te hemos seguido; ¿qué, pues, tendremos? 28 Y Jesús les dijo: De cierto os digo que en la
regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me
habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.
1Co 6:2 ¿O no sabéis que los santos han de juzgar al mundo?
Esta porción indica que los santos que son de la Iglesia no han de estar
enteramente disociados de la era milenaria. Si los santos fuesen separados
completamente de dicha era, la única manera en que los doce podrían ejercer el
privilegio prometido a ellos sería perdiendo su posición en el cuerpo de Cristo. Esto
indica que habrá una relación sostenida entre los santos vivos sobre la tierra y los
santos resucitados en la Jerusalén celestial. Los santos ejercerán el ministerio que
ahora cumplen los ángeles (Heb_2:5-6).
Apo 21:12-14 Tenía un muro grande y alto con doce puertas; y en las puertas, doce
ángeles, y nombres inscritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel; 13 al oriente
tres puertas; al norte tres puertas; al sur tres puertas; al occidente tres puertas. 14 Y el muro de
la ciudad tenía doce cimientos, y sobre ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero.
Parece claro que los ocupantes de esta ciudad son de la era del Antiguo
Testamento, de la era del Nuevo Testamento, así como también los ángeles que
no cayeron.
Se dice que estos resucitados son sacerdotes y reinarán con El. Esta primera
resurrección de Apo_20:6 no se puede aplicar solamente a los santos de la
Iglesia, por cuanto los resucitados aquí son aquellos que han pasado por la gran
tribulación y de esa manera no estarían incluidos en el cuerpo de Cristo, puesto
que la resurrección de la Iglesia habrá precedido a ésta.
Mat 25:21 Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre
mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.
En este pasaje, que enseña el hecho del juicio y la recompensa de Israel, es
significativo observar que, aunque se dice que las recompensas son posiciones de
privilegio y de responsabilidad en el milenio, no se dice que el individuo será
introducido al milenio mismo, sino más bien que ejercerá su autoridad durante el
milenio.
Apo 21:3 Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los
hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su
Dios.
La comparación de la declaración que se hace aquí con la de Eze_37:27,
donde se prometió a Israel que Dios establecería su tabernáculo entre los
hombres, y con pasajes de la Escritura tales como Isa_65:19 o Isa_25:8, donde
Dios prometió libertad del llanto, del dolor y de la muerte, demostrará que lo que
se prometió aquí es el cumplimiento de lo que era la expectativa de los santos del
Antiguo Testamento.
Dan 12:3 Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que
enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad.
Una comparación de este versículo con Apo_21:11 y Apo_21:18, en cuyo
contexto se menciona Israel (versículo Apo_21:12), indicará que la gloria reflejada
de Cristo, quien es la fuente de toda luz, era la expectativa de los santos del
Antiguo Testamento.
Heb 11:39-40 Y todos éstos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no
recibieron lo prometido; 40 proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, para que no
fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros.
Parece indicarse aquí que Israel no podrá ser hecho perfecto hasta que el
cuerpo de Cristo haya sido perfeccionado. Esto tendría un significado adicional si
el lugar de perfección de los santos de Israel y el lugar de perfección de los
creyentes de esta era fuesen uno y el mismo lugar.
Esta ciudad celestial será puesta en relación con la tierra al principio del
milenio, y quizá se haga visible sobre la tierra. Desde esta ciudad celestial, el Hijo
mayor de David ejercerá su gobierno mesiánico, en la cual reinará la Esposa, y
desde la cual los santos recompensados del Antiguo Testamento ejercerán su
autoridad en el gobierno.
Los pactos de Dios con Israel garantizan a ese pueblo la tierra, una
existencia nacional, un reino, un Rey, bendiciones espirituales a perpetuidad. Por
lo tanto, tiene que haber una tierra eterna en la cual puedan cumplirse estas
bendiciones. Mediante la remoción de la antigua tierra Israel será introducido a la
nueva tierra, para disfrutar allí para siempre todo lo que Dios les ha prometido.
Entonces será eternamente cierto: Apo 21:3 Y oí una gran voz del cielo que decía:
He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y
Dios mismo estará con ellos como su Dios. La creación de los cielos nuevos y de la tierra
nueva es el acto preparatorio final en preparación para el reino eterno de Dios.
Será entonces verdad que Dios tiene un reino en el cual "mora la justicia"
(2Pe_3:13).
Juan 14:3 Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo,
para que donde yo estoy, vosotros también estéis.
Col 3:4 Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis
manifestados con él en gloria.
1Ts 4:16-17 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con
trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. 17 Luego
nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en
las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.
1Jn 3:2 Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de
ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal
como él es.
Se hace hincapié en la Persona, en todos los pasajes que tratan de la
gloriosa expectativa de la Iglesia, y no en lugar al cual son llevados.
Una relación tal sería la respuesta a la oración del Señor por aquellos que
Dios le había dado a El: Juan 17:24 Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo
estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has
amado desde antes de la fundación del mundo.
Por cuanto la gloria eterna de Cristo se manifestará en el reino eterno, en su
dominio eterno, es natural que la Iglesia esté allí para contemplar esa
glorificación de Cristo para siempre.
Por tanto, parece haber amplias evidencias para sostener el punto de vista
de que esta ciudad es una ciudad literal.
Heb 12:22-23 sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo,
Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles, 23 a la congregación de los
primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos
hechos perfectos,
Apo 3:12 Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más
saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la
nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo.
Sin duda este es el mismo lugar que el Señor tenía en mente cuando dijo:
Parece entonces que el autor incluye no sólo a la Iglesia, sino a los redimidos
del Antiguo Testamento, así como los ángeles, en la compañía de los habitantes
de la nueva Jerusalén.
la ciudad en el capítulo 21, uno al principio del milenio, y otro al comienzo del
estado eterno.
(3) Los santos del Antiguo Testamento no han de estar sujetos a la disciplina
del Rey.
Se concluye, por tanto, que durante el milenio la ciudad celestial será puesta
en relación con la tierra, aunque no será establecida en ella. Los santos
resucitados de todas las edades estarán en su estado eterno y posesionados de
sus bendiciones eternas en esa ciudad, aunque esto no será así con las cosas
abajo en la tierra misma.
Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara
(1Co_13:12).
Vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros
también estéis (Jua_14:3).
Apo 14:13 Oí una voz que desde el cielo me decía: Escribe: Bienaventurados de aquí en
adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos,
porque sus obras con ellos siguen.
C. Una vida de pleno conocimiento.
... Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido
(1Co_13:12).
Apo 21:27 No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y
mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero.
Los Últimos Tiempos Página 37
IGLESIA
PALABRA DE FUEGO Y PODER
Apo 21:4 Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni
habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.
F. Una vida de servicio.
Apo 22:3 Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y
sus siervos le servirán,
G. Una vida de abundancia.
2Co 4:17 Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más
excelente y eterno peso de gloria;
Col 3:4 Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis
manifestados con él en gloria.
I. Una vida de adoración.
Apo 19:1 Después de esto oí una gran voz de gran multitud en el cielo, que decía:
¡Aleluya! Salvación y honra y gloria y poder son del Señor Dios nuestro;
Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía
contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del
trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las
manos; y clamaban a gran voz, diciendo:
Apo 7:9-12 La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al
Cordero ... La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y la honra y el poder y
la fortaleza, sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén.
Ningún individuo redimido podría jamás comprender la gloria de la
perspectiva expuesta ante él.
Hay el peligro de que los redimidos estén tan ocupados con la esperanza de
su propia experiencia de gloria, que la suprema glorificación de la deidad se
pierda.
Por cuanto Apo 5:12… El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las
riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza.
La Esposa no mira sus vestidos
Contemplaré, no la gloria,
De la tierra de Emanuel.
Bibliografía:
Folleto Estudio Completo de Apocalipsis – El Mundo de Mañana. / / Comentarios de la Biblia Plenitud. / / Modulo V
Escatología. Pastor Alex Arenas. // Apocalipsis. La Revelación para estos días finales. MIGUEL ROSELL CARRILLO //
www.navegandodelpasadoalfuturo.com / Seminario Bíblico, Profético e histórico /Apocalipsis. Enrique Rosenthal.