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Este texto ofrece al lector una visión del desarrollo histórico del currículum como campo
de estudio y especialización derivando de él preguntas acerca de sus supuestos paradigmas y
horizontes. Leído como un proceso, el estudio del currículum remite necesariamente a los
sujetos permitiendo reconocerlo como un espacio hipotético o un pretexto para la construcción
de las identidades. Visto así, el currículum aparece definido como un espacio para la creación
y detención de sentidos de las elaboraciones y las propuestas educativas.
The currículum da cuerpo a los supuestos que predominarán durante todo el siglo veinte;
este texto se consideraba el inicio del proceso de formación de la teoría curricular. Ahí se definió
su desarrollo, los criterios de prestigio más aún de eficacia a partir de los que se juzgaría al
currículum. Currículum making: past and present y The foundations of currículo-making fueron
elaborados por un comité,2 que estudió durante dos años el problem a del currículum en los
Estados Unidos. La declaración conjunta de los miembros del comité,3 destacaba, en términos
generales que el programa4 debía mostrar interés en las necesidades y actividades tanto de la
vida del niño como de la sociedad adulta, al constituir la niñez y la adultez un desarrollo global;
“los datos de la vida adulta sirven para determinar qué es de valor permanente; los datos de la
* Tomado de la Vasija. Revista independiente especializada en educación y ciencias del hombre, año 1, volumen
1 num. 2, abril-julio, México, 1998, pp. 69-82
1 Estos libros son la síntesis del 26º. Anuario de la Sociedad Nacional de Estudios de la Educación
2 El comité estaba formado por William C. Bagley, Frederick G. Bonser, William H. Hikpatrick y Harold Rugg de la
Universidad de Columbia, Nueva York; Franklin Bobbit, Werret W. Chartens, George S. Counts y Charles H.
Judd, de la Universidad de Chicago; Stuart A. Counts, de la Universidad de Iowa; Frederick J. Nelly, de la
Universidad de Minnessota, y George, Stuart A. Counts, de la Universidad de Cornell. Algunos de los miembros
del comité fueron discípulos de John Dewey o habían tenido contacto de trabajo con él, su teoría pedagógica fue
sustancial para la conformación del campo curricular.
3 La declaración conjunta del comité fue organizada en once rubros: 1) medidas prácticas para la introducción del
programa escolar, 2) redacción del programa a la luz del estudio del desarrollo del niño y de la vida social, 3)
redacción del programa y el estudio científico de la sociedad, 4) la escuela como una institución consciente para
la mejora social, 5) el programa y la integración social, 6) camino en las concepciones del aprender y en las
materias del programa escolar, 7) la necesidad para el maestro de un bosquejo de experiencias deseables
planeadas de antemano, 8) el lugar de las materias escolares en la instrucción, 9) estudio continuo y progresivo
de los programas, medida de los resultados de la instrucción, 10) el papel de las instituciones de formación del
magisterio en la reconstrucción del programa y, 11) problemas de organización escolar en la redacción de
programas.
4 El programa es usado como sinónimo de currículum en esta época.
vida infantil sirven para fijar qué es lo apropiado para la educación en cada estadio del desarrollo
infantil”.5
Las formas de aprendizaje más idóneas son las que se dirigen a aspectos intelectuales
y generalizaciones, a los hábitos o destrezas útiles y a las actitudes y apreciaciones. El
“aprendizaje verdadero” es cualquier cambio de conducta que modifica de manera permanente
las reacciones del individuo en su ambiente. La prueba de un aprendizaje es el surgimiento de
la conducta apropiada; en este sentido el programa fue concebido como una sucesión de
experiencias y empresas que tienen un máximo de semejanza con la vida para el alumno. Él
aprende de manera más efectiva aquello que es vital o valioso. El criterio reorganización del
programa debe ser una probada contribución dentro del proceso de aprendizaje.
5 William H. Kilpatrick, Harold Rugg, Carleton Wshuburne y Fredecirk G. Bosner, The foundatiosn of curriculum-
making. New York, Arno Press & New York Times, 1927, p.16.
6 William H. Kilpatrick, Harold Rugg, Carleton Wshuburne y Fredecirk G. Bosner, op. cit. New York, Arno Press &
7 Virgel E. Eric y Ralph W. Tyler, Toward improved currículo Theory. Citado en Herbert M. Kliebard, op. cit., en
Gimeno Sacristán, J. y Pérez Gómez, A. La enseñanza: su teoría y su práctica, Madrid, Akal, 1989, p. 225
8 El sentido que se da en este trabajo al concepto paradigma es acuñado por Kuhm, se retoma implícitamente la
idea de que una comunidad de estudiosos en una escuela de pensamiento que define los puntos de partida,
métodos y concepciones interpretativas de las investigaciones; no son teorías sino las maneras de pensar o
pautas para la investigación que pueden conducir al desarrollo de la teoría. Así, un paradigma es una forma de
percibir la realidad de una comunidad científica, posee una estructura definida conformada de supuestos
teóricos, criterios metodológicos y formas de aplicación en la realidad para transformarla.
9 Existen otras clasificaciones como la de William Pinar que establece una caracterización a partir de los llamados
El plan es el campo de las intenciones no el de los medios y las estrategias, estas últimas,
dependen más de factores empíricos. Robert M. Gagné (1973) aboga por las contribuciones
del enfoque sistémico, la tecnología educativa, (con ella el interés por las diferencias
individuales, la ciencia conductual y las teorías del aprendizaje) y el uso de los medios técnicos.
Gagné plantea que para mejorar la planificación de la enseñanza se debe iniciar por los
resultados, “la razón fundamental de planificar la enseñanza es hacer posible la consecución
de un cierto conjunto de objetivos (… éstos) consisten en actividades humanas que contribuyen
al funcionamiento de las sociedades (que comprenden el desempeño del individuo en ésta) y
que pueden adquirirse por aprendizaje”.11
Una de las expresiones de esta corriente técnica en el campo del currículum es la que
considera al producto del sistema educativo para el logro de actividades profesionales, igual
que una empresa, la escuela es un sistema de producción que para lograr eficiencia y control
de calidad requiere del análisis de actividades complejas y de su transformación en
competencias concretas que puedan ser producidas en el sistema.
Una competencia es la descripción de algo que debe ser capaz de hacer una persona
que trabaje en un área laboral concreta. Se trata de la descripción de una acción,
conducta o resultado que la persona en cuestión debe poder realizar (…)
En México el debate sobre el campo curricular aparece porque hay un elemento de crisis
del sistema (década de los sesenta),13 surge la pregunta ¿cuál es la relación entre los
requerimientos sociales y las respuestas educativas?, las demandas sociales se entienden
como los requerimientos del aparato productivo. El surgimiento del planeamiento curricular en
México se estructura bajo la idea de currículum como sistema tecnológico. Las dos
investigaciones que logran articular la problemática curricular son María de Ibarrola y Raquel
10 James Popham y Eva L. Baker, los objetivos de la enseñanza, Buenos Aires, Paidós, 1970, p. 79
11 Robert Gagné, la planificación de la enseñanza. Sus principios, México, Trillas, 1976.
12 John Elliot, El cambio curricular, Madrid, Morata, 1993, p. 145
13 Es necesario indicar que la aparición de los paradigmas del currículum tiene relación con lo que Tudesco
denomina el agotamiento de los paradigmas socio-educativos en América Latina; éstos son: paradigma de la
teoría educativa liberal, paradigma economicista y el paradigma de los enfoques crítico-reproduccionista. Cfr.
Juan Carlos Tudesco, El desafío Educativo: calidad y democracia, Buenos Aires, Grupo Editor Latinoamericano,
1987.
Glazman en la Comisión de Nuevos Métodos,14 sus planteamientos tuvieron gran influencia e
intervinieron directamente en la construcción de la propuesta del Colegio de Ciencias y
Humanidades de la UNAM. La propuesta de Ibarrola y Glazman rompió con las lógicas de
planificación vigentes y contribuyó a la formulación de proyectos innovadores como la
Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco, así como en algunas propuestas
refuncionalizadoras como las Escuelas Nacionales de Estudios Profesionales y el Colegio de
Bachilleres.
Ya se mencionó que no sólo hay una coexistencia de paradigmas sino también una
mezcla de los mismos tal es el caso de la línea de Ibarrola y Glazman que podemos identificar
como de la racionalidad técnica, no obstante, algunos de sus planteamientos se conjugan con
el paradigma del currículum como plan para el aprendizaje”.15
14 Cfr. María de Ibarrola, “La Comisión de Nuevos Métodos de Enseñanza de la UNAM”, Revista del Centro de
Estudios Educativos, 1975. Comisión de Nuevos Métodos de Enseñanza, Diseño de planes de estudio, 1985,
Vol 1-5 Raquel Glazman y María Ibarrola, Planes de Estudio, Propuestas institucionales y realidad curricular,
México, Nueva Imagen, 1980. Alicia de Alba et. al, “Panorama del currículum universitario 1970-1990: México y
Argentina”, Cuadernos del CESU, México, Centro de Estudios sobre la Universidad UNAM, 1995: Margarita
Panza, Pedagogía y currículum, México, Gernika, 1988.
15 Ver apartado III este trabajo.
16 Thomas S. Popkewitz, Sociología política de las reformas educativas. El poder/saber en la enseñanza, la
El término “currículum básico” sugiere que, sean cuales fuesen las experiencias de
aprendizaje que lleven a cabo los alumnos, debe haber ciertas materias esenciales como núcleo
de un programa de estudios. El currículum básico lo formarán aquellas actividades o estudios
que todos los alumnos deben llevar a cabo. El término implica también que dicho núcleo
constituirá sólo una parte del programa completo de los alumnos (…) la noción de currículo
básico que se desarrolla a nivel nacional (…) implica cierto grado de acuerdo nacional sobre la
naturaleza y composición de tal núcleo.17
Educación, 1993.
24 Cfr. Secretaría de Educación Pública, Plan y programas de estudio 1993, México, SEP, 1993.
25 Hilda Taba, Elaboración del currículo, Teoría y práctica, Buenos Aires, Troquel, 1974, p. 25
conceptualmente a la construcción teórica con otros dominios del conocimiento, fueron
subrayados los principios básicos comunes como los veía el científico. El principio para explicar
mejor el fenómeno curricular es el cuidadoso y consistente uso de terminología técnica, análisis
y clasificación de conocimiento y conjeturas, y el uso de investigación predictiva para
incrementar el número de generalizaciones firmes, o de leyes.
Mauritz Jonhson (1967) distinguió entre currículum y el desarrollo del proceso curricular
para él un currículum es la salida de un sistema de desarrollo curricular, pero aclara que dicho
desarrollo no es currículum. Definió al currículum como una serie de estructuras que intentan
tener consecuencias de aprendizaje; es decir se relaciona con el contenido que los alumnos
deberán aprender y no con las estrategias utilizadas para alcanzar ese aprendizaje. Las
experiencias que los alumnos tienen en la escuela se convierten en parte de la instrucción.
Jonhson establece seis aspectos importantes del currículum: 1) un currículum es una serie
estructurada que intenta tener consecuencias en el aprendizaje, 2) la selección es un aspecto
esencial de la formulación del currículum, 3) la estructura es una esencia característica del
currículum, 4) el currículum guía la instrucción, 5) la evaluación curricular involucra la validación
tanto de la selección como de la estructura y 6) el currículum es el criterio para la evaluación
instruccional.27
Beauchamp, por su parte (1968), sitúa al currículum como un documento que planifica el
aprendizaje, pero agrega que todo currículum implica un sistema que consiste en la
organización del personal y de los procedimientos requeridos para producir un currículum,
26 Cfr. Thomas Faix, “Toward a science of currículo: Estructural functional análisis as a conceptual system for theory
and research”. Tesis doctoral, Madison, University of Wisconsin, 1964.
27 Mauritz Jonson. “Definition and models in currículo theory”, Educational Theory, 17, abril, 1967, 127-140.
implementarlo, evaluarlo y modificarlo a la luz de la experiencia. El resultado fundamental de
un sistema curricular es un currículum, la función del sistema es mantener al currículum
dinámico. “El currículum establece guías y líneas de intervención, la instrucción concreta en
cada caso singular las formas convenientes de la intervención.
… abarca todas las oportunidades del aprendizaje provistas por la escuela. Por esto
consideramos como sinónimos el currículum y al programa de la escuela. En otro
sentido, el currículo de un alumno individualmente considerado, comprende las
oportunidades de aprendizaje que éste selecciona y experimenta. Éste es el currículum
elegido (currículum had). Aunque todos los planificadores del currículum tratan de
promover un currículum planificado que resulte de óptimo beneficio para los estudiantes,
generalmente proveen un número mucho mayor de oportunidades de las que cualquier
estudiante individualmente seleccionaría y experimentaría. Es en este programa
planificado total, y en el ajuste de sus partes individuales con las restantes y con los
alumnos individualmente, en el que estamos ante todo interesados.29
Troquel, 1970, p. 17
entre “nuestra familiaridad con las escuelas y nuestra ignorancia acerca de ella”.31 Las
características más sobresalientes de la organización escolar se revelan cuando el proceso de
escolarización es visto en el proceso que se inicia con los niños pequeños y termina con los
adultos participando en los campos profesionales o políticos. Esta secuencia se lleva a cabo a
través de una serie de ámbitos institucionales cada uno con propiedades estructurales propias.
A este proceso se le conoce como socialización, y la escolarización es sólo una parte de él.
Los acercamientos tradicionales a la vida de las escuelas se han preocupado por los
objetivos explícitos y por los contenidos del currículum, existe también una gran cantidad de
estudios sobre aspectos pedagógicos y didácticos. Lo que desconocen tanto los acercamientos
tradicionales como los estudios es que las escuelas están integradas a una gran empresa
instruccional que abarca otras instituciones y actividades, como los museos, las librerías, las
bibliotecas, los viajes y los contactos personales. Quizá el mejor maestro es la calle; las
escuelas están lejos de tener el monopolio como agente institucional. Dreeben agrega que
existen aspectos de la organización escolar como la departamentalización de los diferentes
campos del conocimiento que, determinan el acceso de los estudiantes a los diversos niveles
educativos, sin tomar en cuenta el paso de los estudiantes por grupos heterogéneos, se
seleccionan en función de los criterios de heterogeneidad del contenido disciplinario.
Para Dreeben el currículum oculto implica dos elementos: los estudiantes aprenden con
la experiencia social de la escuela, además del contenido, ciertas disposiciones. El segundo
elemento del currículum no escrito, es el aprendizaje de lo no pretendido o previsto. 32
Philiph Jacson (1968) afirma que una ojeada a este lado oculto de la enseñanza puede
aumentar nuestra comprensión de algunos de los rasgos más visibles y conocidos del proceso.
Reconoce que los niños pasan mucho tiempo en las escuelas, “en ninguna otra habitación pasa
tanto tiempo el niño como en la clase”.33 Un elemento distintivo de los salones de clases es su
carácter del espacio físico estable que ofrece un contexto social constante, donde los niños y
los maestros ocupan lugares que confirman sus roles, estatus y funciones sociales. La
estabilidad de la clase también se hace patente en la distribución de los alumnos, que se
identifica con la composición social, cada uno en su respectivo pupitre, en determinada fila, en
un grado escolar. Además de la estabilidad Jackson señala otros dos elementos característicos
del salón de clases, la intimidad social y la uniformidad. La uniformidad se expresa por el
carácter ritual de las actividades cíclicas que se realizan en la clase. Las actividades de
enseñanza no son tan variables, éstas se realizan de acuerdo con normas muy claras, que los
alumnos deben comprender y obedecer.
Elliot E. Eisner (1979) distingue tres tipos de currículum: explícito, oculto o implícito y nulo
o ausente. Sobre el último señala que, aun cuando es paradójico escribir acerca del currículum
que no existe, es necesario tomar en cuenta lo que las escuelas no enseñan porque “la
ignorancia no es un vacío neutral, tiene consecuencias en la consideración de opciones, de las
alternativas que pueden ser examinadas y de las perspectivas desde las cuales uno puede
visualizar una situación o problema”.34 En ningún sentido Eisner pretende que el currículum
incluya todo el conocimiento producido, pero no deja de ser cierto que la misión de la escuela
es la de proporcionar conocimiento, debilitar prejuicios y desarrollar la habilidad para utilizar una
variedad de modos de pensamiento. Entonces, es necesario examinar los programas escolares
para localizar aquellas áreas del pensamiento y aquellas perspectivas que están ausentes, para
precisar si estas omisiones fueron un resultado de la ignorancia o un producto de la elección.
Las dos dimensiones para identificar el currículum nulo son: los procesos intelectuales que las
escuelas enfatizan o descuidan y las áreas de estudio contempladas y ausentes en el currículum
escolar.
Eggleston argumenta que “se apeló a la escuela y al currículo con el fin de que se
transformaran en el instrumento esencial para la legitimación del conocimiento en la sociedad
industrial. En resumen, para que se transformaran en los instrumentos del control social, su
conocimiento, sus estatus, su estratificación y, sobre todo, su poder”. 36 El currículum legitima
el conocimiento, pero a la vez selecciona el conocimiento que ya está legitimado. En esta lógica
A lo anterior, Michel Apple y Nancy King, agregan que el problema de qué se enseña en
la escuela debe ser considerado como una forma de distribución más amplia de los bienes y
servicios de la sociedad; además es necesario, más allá del estudio de la “dimensión oculta”,
responder a las siguientes preguntas: “¿Qué significados subyacentes se negocian y transmiten
en la escuela tras el “material” formal real o contenido curricular? ¿Qué sucede cuando se filtra
el conocimiento a través de los profesores? ¿A través de qué categorías de normalidad y
desviación se filtra? ¿Cuál es el marco de referencia básico y organizativo del conocimiento
normativo y conceptual que pueden realmente los estudiantes? En suma, ¿cuál es el currículum
en uso?”.37
El objetivo o resultado de la modalidad práctica, por otra parte, es una decisión, una
selección y una guía para la acción posible. Las decisiones nunca son verdaderas o
confiables. En cambio, una decisión (antes de llevarse a la práctica) sólo puede juzgarse
de manera comparativa, como probablemente mejor o peor que otras alternativas (…);
una decisión no dura de modo indefinido ni puede aplicarse de manera extensiva. Se
aplica de manera unívoca sólo a los casos para los cuales se buscó. Únicamente por
37 John Eggleston, Sociología del currículo escolar, Buenos Aires, Troquel, 1980, p. 13
38 Michel Apple, Ideología y currículum, Madrid, Akal, 1986, p. 72
analogía es posible trasladarse a otros casos, y entonces el éxito que podemos tener
depende de una mera causalidad.39
El problema central del currículum es el hiato que existe entre las aspiraciones o hipótesis
y la práctica o desarrollo del currículum. La propuesta curricular es una especificación
provisional que los profesores deben someter a la práctica, “se trata de que la investigación y
el desarrollo del currículum deben corresponder al profesor y de que existen perspectivas para
llevar esto a la práctica. Admito que ello exigirá el trabajo de una generación y si la mayoría de
los profesores y no sólo una entusiasta minoría llegan a dominar este campo de investigación,
cambiarán la imagen profesional que el profesor tiene de sí mismo y sus condiciones de
trabajo.”43
Discípulo de Stenhouse, John Elliot (1991) afirma que el currículum siempre se encuentra
en proceso de llegar a ser, se desarrolla en un proceso pedagógico. Un currículum validado es
39 Joseph J. Schwab, Un enfoque práctico para la planificación del currículo, Buenos Aires, El Ateneo, 1974, p. 5
40 Joseph J. Schwab, op. cit., Buenos Aires, El Ateneo, 1974, p. 2-3
41 Ibidem, p. 11
42 La perspectiva de Schwab ha sido continuada por Decaer Walter (1971) con su modelo naturalista, Hill Reid
(1978).
43 Lawrence Stenhouse, Investigación y desarrollo del currículum. Madrid, Morata, 1984, p. 30
aquel donde los profesores tienen conciencia del proceso pedagógico y su contexto. En
continuidad con la concepción que ve al currículum como proceso, surge la investigación acción
cuyo objetivo fundamental es mejorar la práctica y ser ella misma una práctica reflexiva, que
aspira, a su vez, a mejorar la precisión de los valores del proceso. La estructuración del
currículum, asimismo supone la transformación de la cultura profesional que reflexione sobre la
práctica y tome en cuenta las experiencias de los alumnos, padres y maestros a lo largo del
proceso.44
La lectura de los procesos que intenta romper la lógica de sólo atender a los resultados,
también ha sido incorporada en el debate del currículum en México. Tomar en cuenta las
prácticas de los sujetos llevó al estudio de los procesos curriculares y las interpretaciones,
derivaciones y retraducciones que llevan a cabo los maestros, padres, alumnos, etc. A medida
que avanzó la investigación, en este paradigma, se fue orientado hacia la idea de identidad,
entendiendo al currículum como un espacio hipotético o pretexto en la construcción de las
identidades. La interrogante es saber ¿desde dónde los sujetos producen los sentidos? La
respuesta conduce a sus trayectorias y a la multiplicidad de identificaciones que los estructuran.
A raíz del estudio de la producción de sentidos de los sujetos el paradigma atiende a los
procesos de gestión48 que tratan de dar cuenta del “lado oscuro de la vida organizativa”,
reconociendo la manera en que los sujetos se integran a la institución.49
Estamos hablando de la década de los noventa con un paradigma que se proyecta hacia
el estudio e intervención en la relación dinámica que existe entre universos simbólicos y la
construcción de sentidos de los sujetos.
Referencia:
TORRES HERNÁNDEZ, Rosa M. (1998) Paradigmas del currículum; en: La vasija año 1 vol.1, No.2,
México, UPN, abril-julio. Páginas 69-82
47 Cfr. Stephen Kemmins, El currículum: más allá de la teoría de la reproducción, Madrid, Morata, 1993.
48 Stephen Kemmins y MacTaggart Robin, cómo planificar la investigación-acción, Barcelona, Alertes, 1992.
49 Cfr. Alfredo Furlán y Azucena Rodríguez, Gestión y desarrollo institucional, México, Sindicato Nacional de