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JAVIER

RODRIGUEZ
NICOLÁS
ROSALES
BUENAVENTURA ANA ISABEL VALLEJO SOLARTE - 215013196
UNIVERSIDAD DE NARIÑO

ALDER
21 DE NOVIEMBRE DE 2019
El apellido Buenaventura posee raíces europeas. Hacia el año 1650, arribo
a España una familia siciliana, conformada por Antonio Buenaventura y
Vicenta Lombardo. Jacinto Mateo Antonio Vicente de Buenaventura, hijo
de este matrimonio se caso con la española Gertrudis Calderón de la
Barca, y juntos migraron en el siglo XVIII a las Américas. Llegaron al
territorio entonces gobernado por el virreinato de la Nueva Granada y se
instalaron en Santiago de Cali, ciudad que había sido fundada en 1536
por Sebastián de Belalcázar. Cinco generaciones después, Cornelio
Buenaventura Torres, formó un hogar con Julia Emma Alder.
En estas condiciones tuvo lugar la conformación y primeros años de la
familia Buenaventura Alder, concibiendo 11 hijos, donde Nicolás era el
segundo hijo y el primer hombre. Su padre era de espíritu aventurero, no
tenía una ocupación laboral definida, comerciante con éxitos y fracasos.
Su madre poseía un nivel escolar básico, pero cuando se caso con don
Cornelio se decido al hogar, tenia trabajos eventuales como hortelana y
comerciante que la sustentabas cuando don Cornelio se ausentaba por
mucho tiempo.
Nicolás era el centro de atención, lo llevaba su padre a pasear a los
pueblos y ciudades aledañas a cazar pescar, etc. Nicolás heredó de su
padre su infinita creatividad, la cual, contrario a lo que se cree, suele
expresarse de mejor manera en las preguntas que en las respuestas. Para
cualquier observador era evidente que tejía con enorme cuidado sus
analogías para favorecer la comprensión y preguntaba de manera
socrática para empoderar a sus interlocutores. Nicolás era, como son los
grandes docentes, libre pensador, apasionado, comprometido,
dialogante, profundo y reflexivo.
Se refería a los temas más complejos recurriendo a las analogías más
sencillas y volvía a preguntar a quien se sentía poseedor de la verdad.
Era incisivo con los dogmáticos. Al final de su vida concluyó, como Platón,
que las revoluciones futuras llevarían a los intelectuales al poder. Aunque
tejía bellamente sus pensamientos, como buen conversador, escribió
menos de lo que habló, su compromiso ético, su transparencia, su
obsesión por desarrollar el pensamiento crítico, su cultura y su lucha
frontal contra el dogmatismo son lecciones de las cuales todos los
maestros tendríamos que aprehender.

Nicolás Buenaventura Alder nace en


Cali, Colombia 25 noviembre de 1918 y
muere en Bogotá 13 octubre de 2008. Fue
un intelectual de orientación Marxista con
variados intereses que incluían el arte,
la dramaturgia, la economía y la filosofía,
siendo su vocación central la educación y
la pedagogía. Orientó su actividad hacia la
formación de adultos que ejercían
liderazgo político o que actuaban al interior
de movimientos sociales campesinos y
obreros colombianos durante la segunda
mitad del siglo XX.
En la última etapa de su vida aportó en pedagogía de los derechos
humanos, la paz y a ciudadanía.
Realizó estudios en el Colegio Santa Librada de Cali y luego adelantó
estudios a distancia de ingeniería rural en la Universidad de
Scranton de Pensilvania (Estados Unidos), obteniendo el título en 1945.
En la década de 1960 realizó estudios de pedagogía de la historia
en Moscú.
Contexto: Colombia en los años 40 y parte de los 50 vivió una guerra civil
llamada La Violencia, promovida por los partidos tradicionales, Liberal y
conservador, que culminó con la caída de la dictadura militar de Rojas
Pinilla y el establecimiento del sistema político llamado del Frente
Nacional, que excluyó a los sectores de izquierda y de movimientos
sociales de la participación política. En este periodo Nicolás Buenaventura
inició su labor como historiador y pedagogo popular y se afilió al Partido
Comunista Colombiano, PCC. Profundizó en varios temas, entre ellos
historia del trabajo y como tal participó en labores de reconstrucción del
sindicalismo que había sido perseguido en esos años. Se desempeñó como
profesor de la Universidad Santiago de Cali en los años setenta y publicó
varios ensayos sobre la historia de la Nueva Granada y la Independencia
de Colombia. En el periodo 1965-1970 dirigió en Cali con un grupo de
jóvenes historiadores e investigadores sociales el Centro de
Investigaciones Marxistas (CIM), y luego se trasladó a Bogotá donde
dirigió, y con sus recursos económicos financió, el Centro de Estudios e
Investigaciones Sociales (CEIS), organismo de educación política para
trabajadores y estudiantes.
Su investigación sobre los iguazos o trabajadores agrícolas temporarios,
principalmente los de la Caña de Azúcar en el Valle del Cauca, y
metodológicamente se puede considerar que, dado el grado de
compromiso político e investigativo de Buenaventura con el sindicalismo
de ese periodo, es pionera de la investigación-acción participativa, que
poco tiempo después el sociólogo Orlando Fals Borda, su amigo,
teorizaría.
Durante la década de 1980 colocó sus esperanzas, de cambio social en
los procesos de paz y en particular en el desarrollo del movimiento
político Unión Patriótica, que fue la propuesta que la guerrilla de
las Farc adelantó con ciudadanos y organizaciones civiles para encontrar
salida al conflicto armado, mediante una tregua de la lucha armada y
luego la futura superación de las formas armadas de acción política. El
exterminio de la Unión Patriótica, castigó severamente a los sectores
democráticos de la izquierda y de los movimientos sociales, sindicales,
barriales y campesinos, frustrando este proceso.
Nicolás Buenaventura, con la caída del socialismo en la Unión Soviética a
inicios de la década del 90, participó intelectualmente en los procesos
críticos a las formas ortodoxas del accionar del Partido Comunista
Colombiano, que llevaron al retiro voluntario de varios importantes
dirigentes. Él continuó con su trabajo intelectual, encontrando espacios
laborales alternativos a su militancia política de casi cinco décadas. Fue
docente investigador en el SENA, La Universidad Pedagógica Nacional y
asesor del Ministerio de Educación Nacional de Colombia y asesor de
la Unesco en los temas de educación, pedagogía, derechos humanos y
planificación de la educación en Colombia buscando contribuir a mejorar
la democratización de la enseñanza. Escribió profusamente en la prensa
y publicó en este, su último periodo de la vida, nuevos ensayos de
historia, literatura y pedagogía. Entre los años 2002 y 2007, actuó como
asesor de la Secretaría Distrital de Educación de Bogotá.

BIBLIOGRAFIA:
Apuntes.
https://www.wikidata.org/wiki/Q47456006
https://www.google.com/search?rlz=1C1SQJL_esCO861CO861&sxsrf=A
CYBGNSYmsZx8tL8mnN5tIUuvT2uSxHmWg:1574363184280&q=nicolas
+buenaventura+alder&tbm=isch&source=univ&sa=X&ved=2ahUKEwj0t
uLy__vlAhWSzlkKHf4MB2kQsAR6BAgHEAE#imgrc=ldbesEmJ2aDaTM:
https://www.magisterio.com.co/articulo/nicolas-buenaventura-alder-y-
los-grandes-maestros
http://buenaventuralder.blogspot.com/
http://bibliotecadigital.univalle.edu.co/bitstream/10893/3770/3/3350_0
418057p.pdf

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