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La obra de Chejov se ubica temporalmente antes de la revolución Rusa de Octubre de 1917, por

lo que tenemos presente aún una clara división de clases, con el Zarismo, o la nobleza,
representada en la familia de Liubov Andreevna Ranevskaya, que posee un vasto Jardín de
Cerezos, y que no produce absolutamente nada, dado que su riqueza, proviene de su posición
dentro de la nobleza, y no de la producción o del trabajo.

A medida que se presentan los diferentes personajes, se hace evidente la división de clases
existente, habiendo una clase relegada a la servidumbre, con Firs como claro exponente, y una
nueva y creciente clase comerciante o burguesa, representada en Lopajin.

Luego de presentar a los personajes y sus diferentes relaciones, el autor nos introduce en la
situación. La familia no puede afrontar sus deudas, y está inmersa en una profunda crisis
financiera, pagando intereses de una deuda irremontable. Tal vez se pueda encontrar aquí una
alegoría a la crisis que estaba atravesando la economía rusa antes de la revolución, con una
agricultura deprimida que no lograba alimentar al pueblo, y una nobleza vetusta que no lograba
encontrar la salida a la crisis.

La figura del comerciante Lopajin, como representante de la nueva clase social que estaba
irrumpiendo en la economía y en la política rusa, la burguesía. Es Lopajin quien intenta hacerle
ver la crisis a la familia, pero sin éxito. No obstante, trata por todos los medios de salvar la
situación, y les recomienda vender el Jardín de los Cerezos para comenzar un emprendimiento
de arrendamiento de casas de veraneo, algo que es descartado todo el tiempo por Liubov
Andreevna Ranevskaya, que no logra dimensionar el problema, clara alegoría de que la clase
Zarista no lograba ver la revolución que se estaba gestando en el pueblo hambriento,
considerando que, como tantas veces antes, “algo” sucedería que vendría a solucionar todos los
problemas. Prueba de esta apatía es que la familia sigue gastando dinero sin tomar real
conciencia del problema que enfrentan.

A través del personaje Trofimov, el estudiante, el autor hace una fuerte crítica a esta clase noble,
o de adinerados, ya que dice que son en verdad despreciables, que no están interesados por
ninguno de los saberes que devela el positivismo de la época. Luego de esta crítica a la nobleza,
habla de Lopajin como un animal necesario, es decir, si bien le demuestra su desprecio, lo
considera necesario para mantener la paz y Marx diría que es necesaria para hacer la revolución,
que primero tendría una faceta burguesa y luego una proletaria. A través de una democracia
burguesa, el proletariado podría ir ganando espacio en la toma de decisiones, ya que como
teorizaba Marx, era irremediable que el proletariado siguiera creciendo en cantidad a medida
que se acrecentara la acumulacion de capital. En el capítulo XXIII del El Capital, Marx teoriza no
solo sobre la acumulacion del capital, sino tambien sobre la concentración del mismo, en
capitales cada vez más grandes, que absorben a los más pequeños, o que se unen formando
capitales cada vez más grandes. El capital necesita entonces de mano de obra para poder
desarrollarse, pero crece más rápido su concentración que la rapidez que tiene el proletariado
en ofrecer mano de obra para trabajar. Al mismo tiempo, es condición de este capital para poder
mantener su desarrollo, tener un “ejército industrial de reserva” formado por grandes
cantidades de obreros sin trabajo, que mantendrán el “costo” de la mano de obra, lo más bajo
posible.

En otro pasaje, se interrumpe la charla con un ruido lejano y queda sin explicación. Es cuando
Firs, el siervo, recuerda la Emancipación, una serie de reformas que el Zar Alejandro II se vio
obligado a llevar a cabo en 1861, luego de una revuelta. Tal vez al recordar este hecho, el siervo
quiera aludir a que una nueva concesión de derechos iba a ser necesaria por parte del Zar, ya
que el creciente malestar de la población se estaba haciendo palpable, en el contexto de una
nobleza debilitada.

Luego Trofimov dice “toda Rusia es nuestro jardín”, tal vez significa que los zares y la nobleza no
podían pagar sus deudas y afrontar la crisis, y aun asi, seguian como si nada ocurriera, a pesar
del hambre del pueblo ruso. Aprovecha también para hacer una crítica al retraso que tenía Rusia
en relación a las demás naciones.

En este sentido, recordemos que Marx escribió El Capital en Inglaterra, y que al imaginar o
predecir una revolución del proletariado, lo hacía mirando la creciente masa de trabajadores que
había en Inglaterra. Desde luego nunca había pensado que la revolución fuera a ocurrir en Rusia,
un país aún atrasado respecto de la segunda revolución industrial, y con una población en su
mayoría rural campesina, y no obrera fabril.

Finalmente, es Lopajin el que compra la finca, con el Jardín de los Cerezos, y hace que empiecen
los trabajos de tala inmediatamente. Tal vez es una alusión del autor a que la burguesía no
solamente estaba sosteniendo a la nobleza zarista, sino que finalmente, esta burguesía iba a
tomar el lugar de la nobleza. Lopajin al comprar el Jardin de los Cerezos, marca la diferencia con
los nuevos tiempos que se acercan, deja atrás la tradición, y apuesta a una nueva forma de
prosperidad, basada en el comercio, y no en la nobleza acomodaticia.

Imagen final de la nobleza teniendo que encontrar nuevas formas de subsistir. Gaev encuentra
trabajo para un banco. Varia como ama de llaves.

Firs, representando a una clase de servidumbre que no tiene lugar en la nueva Rusia. Sin amo,
no tiene a quien servir, y muere, mientras los golpes de las hachas marcan el paso del tiempo y
la llegada de una nueva época.

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