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RESUMEN 1

HUBERMANN, Leo
Los bienes terrenales del hombre
Edición castellana: Imprenta Nacional de Cuba, 1961; en Colombia: Editorial La
Oveja Negra, Ltda., abril de 1972. (Se cita por esta edición.)
(Título original: Man's Wordly Goods. The History of the Wealth of
Nations, 1936.)
 
CONTENIDO DE LA OBRA
En el Prefacio, el autor explica el propósito del libro: «es una tentativa para
explicar la historia con la teoría económica y la teoría económica con la historia»
(p. 9). Es un intento de relacionar una y otra, mostrando la íntima unidad que se
da entre las dos y la mutua dependencia que muestran en todo momento. El libro
no es «una historia de la economía ni es una historia del pensamiento económico,
sino una parte de ambas. Aspira a explicar, en términos del desarrollo de las
instituciones económicas, por qué ciertas doctrinas surgieron en un momento
determinado, cómo tuvieron su origen en la misma contextura de la vida social y
cómo se desarrollaron, fueron modificadas y finalmente desechadas cuando el
diseño de esta contextura fue cambiado» (ibid.).
CAPÍTULO I.— Clérigos, guerreros y trabajadores
Se hace aquí un análisis del sistema de posesión de la tierra en la época
feudal, sustentando la tesis de que «la sociedad feudal consistía de estas tres
clases, clérigos, guerreros y trabajadores, con estos últimos al servicio de las dos
primeras, la eclesiástica y la militar. Así lo entendió por lo menos una persona
que vivió en aquella época y que lo comentó en esta forma: ‘Para el caballero y el
clérigo, ha de vivir quien hace el trabajo’» (pp. 13-14).
Durante todo el capítulo se insiste en la injusta situación a que se ve sometido
el siervo: menos maltratado, es verdad, que el esclavo de otros siglos, pero, de
todos modos, desposeído de todo derecho personal.
CAPÍTULO II.— Aparece el comerciante
Se narra, de una manera somera y sencilla, el cambio operado en la vida
feudal con el incremento del comercio. Si, en un principio, el feudo era
autosuficiente, poco a poco —con el crecimiento de la población— va
haciéndose necesario buscar productos que no se tienen en él. Nace así el
intercambio de cosas por cosas: el dinero aún se emplea poco. Va surgiendo
entonces la actividad comercial, en lo cual influye mucho un hecho importante:
las Cruzadas, que con sus grandes movimientos de personas de toda índole, van
creando el interés por los objetos de otras regiones.
Nace así un género especial de personas, los comerciantes, que se encargan de
poner las mercancías cerca de los lugares de consumo. Un núcleo importante en
el Mediterráneo lo constituye Venecia, que fue —dice el autor del libro— una de
las ciudades más beneficiadas por las Cruzadas. Al crecer el comercio se hace
necesario efectuar las transacciones con mayor agilidad: el dinero adquiere un
papel importante y nace entonces el cambista o «cambiador» de dinero.
CAPÍTULO III.— Vamos a la ciudad
Con el auge del comercio crece la población flotante, especialmente en puntos
neurálgicos de confluencia de caminos y desembocaduras de ríos. Esta población
se va agrupando alrededor de la catedral o de los sectores fortificados
llamados burgos. Nace entonces el fauburg o «fuera del burgo», donde se
instalaban los comerciantes y viajeros a la sombra del burgo. Poco a poco se
organiza la vida del fauburg, se fortifica también y se constituye en algo
organizado y con vida propia. Van naciendo las ciudades; la movilidad del dinero
aumenta, el comercio y las relaciones se hacen más ágiles y la posesión de la
tierra deja de tener el interés tan grande que tuvo antes.
Pronto los comerciantes quieren tener leyes propias y se van organizando más
y más. Se puede hablar entonces de una sucesiva independencia, de una libertad
conquistada paulatinamente de la rigidez esclavizante de los feudos.
Más tarde se fueron organizando dentro de estas ciudades «fuera del burgo»
los gremios, con un sistema duro y cerrado contra quienes no pertenecían a él.
Tales gremios se fueron haciendo cada vez más fuertes, hasta llegar casi a
dominar en las ciudades, llegando a tener una gran influencia en lo que antaño
eran los señores feudales. «En el primer periodo feudal, la tierra sola era la
medida de la riqueza de un hombre. Después de la expansión del comercio
apareció una nueva clase de riqueza: la del dinero. En aquel periodo feudal el
dinero había sido inactivo, fijo, sin movimiento; ahora se hizo activo, vivo,
fluido. En el feudalismo los clérigos y los guerreros que poseían la tierra estaban
en un extremo de la escala social, viviendo a expensas del trabajo de los siervos,
quienes estaban en el otro extremo del orden social. Ahora un nuevo grupo
apareció: la clase media, que subsistía de otra manera, comprando y vendiendo.
En el periodo feudal la posesión de la tierra, única fuente de riqueza, trajo al clero
y a la nobleza el poder para gobernar. Después, la posesión del dinero, nueva
fuente de riqueza, dio una participación en el gobierno a la ascendiente clase
media» (pp. 52-53).
CAPÍTULO IV — Nuevas ideas por viejas ideas
Con el incremento del comercio, el dinero fue adquiriendo una importancia
cada vez mayor, ya que permitía hacer negocios con agilidad. Por este motivo se
fue introduciendo la costumbre de pedir prestado dinero con el fin de hacer
negocios ventajosos para el comerciante.
Este nuevo sistema da lugar al interés que se paga por el préstamo de una
cantidad de dinero. En la época feudal, quien pedía prestado algo, lo hacía por
absoluta necesidad personal inmediata; cobrar interés era entonces abusar de la
indigencia de alguien: se consideraba como usura y se condenaba en las leyes
civiles y en las de la Iglesia.
En el tránsito hacia la normalización del interés, la doctrina de la Iglesia se
mantiene igual: la usura es pecado. Pero, poco a poco, se va avanzando en la
consideración del negocio del dinero, con lo cual se comprende que quien pide
prestado intenta hacer una ganancia con ese dinero. Por lo cual, un interés
moderado se vuelve, lógicamente, lícito y aceptado por todos: por las leyes
civiles y las eclesiásticas.
CAPÍTULO V.— El campesino se libera
En este capítulo se narra el proceso que Huberman llama de la liberación del
campesino de su antigua vida de esclavo de los señores feudales. Y analiza cómo
se va haciendo —y, por tanto, va aumentando su valor— el producto agrícola y,
consiguientemente, la tierra. El campesinado va comprendiendo esta importancia
y busca librarse de tener que trabajar para su señor. Muchos emigran y alquilan
tierras; otros logran que se cambie el sistema y se les deje trabajar en los antiguos
feudos, en condiciones más favorables.
La peste que asoló Europa en la mitad del siglo XIV y diezmó brutalmente la
población hizo escasear los brazos trabajadores, que se valorizaron más. Luego,
en el mismo siglo, se produjo la revuelta de los campesinos: aunque fue vencida
y muchos fueron condenados a muerte, la causa del campesinado ganó mucho en
fuerza y en posición.
CAPÍTULO VI.— Y ningún extraño trabajará...
La artesanía va dejando de ser algo casero y local para convertirse en un
asunto comercial. Aparecen también los gremios de artesanos y se van
diferenciando poco a poco los niveles: maestros, aprendices y jornaleros,
formándose de este modo las clases sociales, al mismo tiempo que las pugnas en
busca de privilegios o tratando de evitar las injusticias de las clases superiores.
Las clases más pudientes se organizan para presionar a los más pobres y éstos
se organizan para defender sus derechos: surge la lucha de clases como un
proceso necesario.
CAPÍTULO VII.— Ahí viene el rey
En este capítulo se quiere describir el origen del poder real y del sentimiento
nacionalista en el siglo XV.
La creciente comercialización obliga a los mercaderes a proteger sus negocios
contra bandidos y asaltantes —generalmente, dice el autor, provenientes de los
pequeños grupos armados de los señores feudales—, y entonces se reclama un
poder central, con mejores medios y armas para defender el derecho al libre
comercio: surge la necesidad de un rey.
Con el poder real, cuyos ejércitos son profesionales y necesitan ser pagados a
alto precio, el monarca tiene necesidad de acudir a las tasas económicas y a
préstamos de los comerciantes. El autor presenta aquí a la Iglesia como otro
poder que entra en pugna con el rey, por dividir la lealtad de sus súbditos y por
los tributos que se enviaban a Roma (p. 109).
CAPÍTULO VIII.— El hombre rico
Es una descripción sucinta de un periodo de la historia que comprende
aproximadamente los siglos XIV-XVI. Se narra el flujo, cada vez mayor, de la
actividad comercial, la devaluación de la moneda, la ampliación de las rutas y la
búsqueda de nuevos campos para el negocio del dinero y de los bienes fungibles.
Aparecen las grandes compañías de comerciantes asociados para ampliar su
capacidad y aumentar sus ingresos. Con tales empresas surgen también las
grandes fortunas, y de allí se derivan las influencias notables de financieros como
los Peruzzi (1300), los Médici (1440) y, el grupo más potente, los Fugger, que
tuvieron mucho que ver en el desarrollo de la historia europea. El autor atribuye,
por ejemplo, a la ayuda económica de Jacob Fugger (banquero alemán) el triunfo
de Carlos V de España sobre Francisco I de Francia para ceñir la corona del
Sacro Imperio Romano.
CAPÍTULO IX.— Pobre, mendigo, ladrón
El flujo del dinero, de manera muy especial con el descubrimiento de América
y la explotación de las minas de plata y oro por parte de España, con la
consiguiente expansión de dichos metales por el resto de Europa, produjo una
subida de precios escandalosa.
El dinero empezó a ofrecerse más y a valer menos. Como siempre, sufren los
asalariados, los que tienen una pensión fija: porque nunca el salario crece al ritmo
de los precios. «Para el obrero esto significaba o estrecharse el cinturón o, si no,
luchar por más altos jornales con los que afrontar la carestía de la vida , y no
hacerse un mendigo. Las tres cosas ocurrieron como resultado de la revolución
de los precios» (p. 138).
Los mendigos aumentan desmesuradamente, convertidos a veces en
merodeadores y salteadores, que han quedado a la orilla del camino de los
señores del dinero: los comerciantes.
La tierra alcanzó también un valor más alto, tanto en la explotación agrícola
como —especialmente al aumentar el precio de la lana— en la cría de ovejas.
Nació la institución del cercado de las propiedades, desalojando de ellas a los
agricultores y arrendatarios. Se cometieron verdaderas injusticias, tal como
aparece, por ejemplo, en el siguiente texto de un sermón del obispo Latimer ante
los cortesanos del rey Eduardo VI: «Vosotros, terratenientes, lores antinaturales
que aumentáis las rentas, ya tenéis por vuestras posesiones cada año demasiado
(...)» (p. 143).
Las leyes civiles también intentaron reprimir los abusos, pero no fueron
cumplidas. Y, como siempre ha ocurrido, cuando los campesinos se rebelaron y
trataron de luchar contra las situaciones injustas, fueron castigados severamente.
«Obsérvese un importante cambio en este periodo. La vieja idea de que la
importancia de la tierra estaba de acuerdo con la cantidad de trabajo en ella, había
desaparecido. El desarrollo del comercio y de la industria y la revolución de los
precios habían hecho el dinero más importante que los hombres, y la tierra era
considerada ahora como fuente de ingresos. Las gentes habían aprendido a
tratarla como trataban a la propiedad en general, y se convirtió en objeto de
especulación, que se vendía o se compraba para ganar dinero. El movimiento del
‘cercado’ causó muchos sufrimientos, pero extendió las posibilidades de mejorar
la agricultura. Cuando la industria capitalista tuvo necesidad de obreros, encontró
parte de los que demandaba en aquellos infortunados desposeídos de sus tierras,
que ahora sólo tenían su trabajo como medio para ganarse la vida» (p. 145).
CAPÍTULO X.— Se necesita ayuda hasta de niños de dos años
Con la expansión del mercado aparece una figura nueva. Es el intermediario,
que reemplaza al pequeño fabricante en la consecución de la materia prima y en
la venta del producto manufacturado. Surgen así las pequeñas industrias
domésticas, en las que trabajan casi todos los de la casa —hasta los niños— para
producir más y entregar más a quien ha puesto la materia prima. Reciben un
salario por la manufactura. El intermediario se convierte, cada vez más, en el
dueño de las cosas: es el capitalista, para quien trabajarán los artesanos como
meros asalariados.
El capitalista va ganando importancia a medida que el mercado aumenta y
crece la explotación de las minas, en las que se requiere la inversión de fuertes
sumas de dinero.
En el siguiente esquema resume Huberman las sucesivas etapas de la
organización industrial:
«Sistema de la casa o de la familia: Los miembros de la familia producen
artículos para su propio uso, no para la venta. El trabajo no era para abastecer un
mercado exterior. Tiempo de la Baja Edad Media.
»Sistema de los gremios: Producción realizada por maestros independientes,
empleando dos o tres hombres, para un mercado exterior, pequeño y estable. Los
obreros poseían las materias primas con las cuales trabajaban y las herramientas
necesarias para trabajar. No vendían así su labor, sino el producto de ésta. Hasta
el final de la Edad Media.
»Sistema doméstico (de putting-out): Producción realizada en el hogar para
abastecer un creciente mercado exterior, por maestros artesanos con ayudantes,
como en el Sistema de los Gremios. Con esta importante diferencia: los maestros
no eran ya independientes; todavía eran dueños de sus herramientas, pero
dependían, para las materias primas, de un empresario, que había aparecido entre
ellos, y el consumidor. Ahora venían a ser simples asalariados, trabajando por
pieza. Siglos XVI, XVII y XVIII.
»Sistema fabril: Producción para un mercado cada vez más amplio y
fluctuante, realizada fuera del hogar, en los edificios del patrono y bajo estricta
supervisión. Los obreros han perdido completamente su independencia; no
poseen ni la materia prima, como bajo el Sistema de los Gremios, ni sus
herramientas, como bajo el sistema doméstico. La pericia no es tan importante
como anteriormente, por el creciente empleo de la maquinaria. El capital se hace
más importante que nunca. Siglo XIX hasta nuestros días» (pp. 154-155).
No es, aclara el autor, una división perfecta. Cada etapa aparece cuando la
otra está vigente y permanecen simultáneas durante mucho tiempo. En un país
una se adelanta a la otra..., y todavía en este siglo XX perviven algunas de sus
formas en determinados sistemas de los países industrializados.
CAPÍTULO XI.— Oro, grandeza y gloria
Se narra en este capítulo, de una manera esquemática, el proceso de la lucha
por el enriquecimiento de las naciones. El nuevo concepto de nacionalidad
sustituye en los siglos XVI y XVII al de ciudad.
Al nacer el Estado como concepto político, surge también el concepto de
Estado económico. Lo que hace rico a un país es el oro o la plata que pueda
tener. Se crean entonces leyes de protección y defensa de estos metales. Donde
no se tienen, se busca cómo lograrlos. Los economistas acuden entonces a la
industria: hay que fomentarla, con el fin de vender a otros países suficientes
productos y así recibir en plata y oro el precio de lo que se vende.
Se subsidian las industrias; se ponen trabas a la introducción de productos
manufacturados y se busca una balanza comercial lo más firme posible. Entra en
pugna entonces el interés de los diversos países por sus productos, sus medios de
transporte, etc., debido a su idea de que hay una relación directa entre la
producción del propio país y la disminución de la del rival.
Esto conduce inexorablemente a las guerras económicas, provocadas por los
mercantilistas, que —con razones valederas— hacen de sus propios intereses
comerciales un interés nacional. Huberman hace suya una frase del arzobispo de
Canterbury en el año 1690, como resumen de todo el capítulo: «En todas las
contiendas y disputas que en los últimos años han sobrevenido en esta esquina
del mundo, he encontrado que aunque la intención ha sido buena y espiritual, la
postrera finalidad y verdadero propósito fueron el oro, la grandeza y la gloria
secular» (p. 175). El autor, que a lo largo del libro presenta a la Iglesia como gran
aliada del capitalismo, no duda en utilizarla —cuando tiene ocasión— en apoyo
de sus tesis.
CAPÍTULO XII.— ¡Dejadnos hacer!
El exceso de interés de los estados en la sociedad mercantil produjo no sólo el
sistema de subsidio ya anotado, sino que fue creando un intervencionismo
exagerado. Los negociantes se dieron cuenta de las limitaciones y clamaron por
la libertad del mercado. En todas partes se esbozaron teorías que intentaban
demostrar que el interés del país no estriba fundamentalmente en la cantidad de
oro y plata de que disponga, sino en el incremento del intercambio comercial.
Uno de los teóricos más importantes de este periodo es Adam Smith, cuyo
libro La riqueza de las naciones se constituyó en la biblia del hombre de
negocios que pedía libertad. En él explica que lo más importante para el negocio
—y, por tanto, para el país— es el aumento de la productividad sin restricciones.
Esto se logra mediante la división y la especialización en el trabajo, la cual
aumenta o disminuye de acuerdo con la extensión del mercado. El mercado, a su
vez, se extiende hasta sus máximos límites mediante el comercio libre. Por
consiguiente, el comercio libre trae el aumento de la productividad y lleva al
enriquecimiento de la nación.
El grito de libertad —laissez faire— ha sido dado por los capitalistas, que,
haciendo respetar la propiedad privada como algo sagrado, quieren producir cada
vez más a menor costo y así obtener un excedente —surplus— que haga rentable
en abundancia sus industrias.
Los fisiócratas, con su convencimiento de que el origen de la riqueza está en
la naturaleza, habían dado al comerciante y al industrial la idea de que el capital
debe producir no solamente el precio del trabajo del asalariado, sino también ese
excedente que la agricultura da y que la industria igualmente debería dar al
dueño: es decir, al capitalista.
CAPÍTULO XIII.— El viejo orden cambia...
Es el último capítulo de la primera parte del libro. Se narra en él la situación
social de los habitantes de los países en esa época del siglo XVII al XVIII,
destacando la existencia de tres estados: el del clero, el de la nobleza y el del
pueblo raso. Dentro del tercer estado se distinguen dos grupos principales: el de
los campesinos y trabajadores y el de la burguesía del dinero y la cultura.
Poco a poco va fraguándose la acción por la que el tercer estado —el
absolutamente mayoritario y el menos favorecido siempre— se sacudirá el yugo
opresor que todavía, como en la época feudal, lo aprieta. El prototipo de esta
época es la Revolución francesa, que es hecha por la clase baja contra el
despotismo de las clases privilegiadas y resulta en beneficio de la burguesía.
El resumen lo presenta el autor con una cita de Karl Marx tomada de El 18
Brumario de Louis Bonaparte:
«Desmoulins, Danton, Robespierre, Saint-Just, Napoleón, los héroes, como
también los partidos y masas de la gran Revolución francesa (...), realizaron la
obra de su día, que no era otra que liberar la burguesía y establecer la moderna
sociedad burguesa. Los jacobinos desplazaron el terreno en que el feudalismo
tenía sus raíces y cortaron las cabezas de los magnates feudales que allí vivían.
Napoleón estableció en toda Francia las condiciones que hicieron posible el
desarrollo de la libre competencia; la explotación de la propiedad agraria después
de la partición de las grandes haciendas o latifundios; y que pudiesen ser
empleadas las fuerzas de producción industrial de la nación. Más allá de sus
fronteras hizo por doquier una limpieza de las instituciones feudales» (p. 203).
La Revolución fue un golpe de fuerza en Francia, cien años más tarde del
golpe de opinión en Inglaterra, con los mismos resultados. «En Inglaterra por
1689 y en Francia después de 1789, la lucha por la libertad de mercado resultó en
una victoria de la clase media. El año de 1789 puede enmarcar bien el fin de la
Edad Media, porque en él la Revolución francesa dio el golpe de muerte al
feudalismo. Dentro de la estructura de la sociedad feudal de clérigos, guerreros y
trabajadores, surgió un grupo de clase media. A través de los años fue ganando
fuerza y libró una larga y dura pelea contra el feudalismo, caracterizada por tres
batallas decisivas. La primera, la reforma protestante; la segunda, la llamada
históricamente ‘Gloriosa Revolución’ en Inglaterra; y la tercera, la Revolución
francesa. Al concluir el siglo XVIII fue al fin lo bastante poderoso para destruir
el viejo orden feudal. Y en vez del feudalismo, un sistema social distinto,
fundado en el libre cambio de mercancías, con el objetivo primordial de hacer
utilidades a expensas del trabajo ajeno, fue instaurado por la burguesía.
Nosotros llamamos a ese sistema: capitalismo» (p. 205).
SEGUNDA PARTE
¿ DEL CAPITALISMO A...?
CAPÍTULO XIV.—¿De dónde vino el dinero?
Este capítulo se dedica al origen del capitalismo.
El dinero —explica Huberman— fue utilizado al principio como tal: para
conseguir lo necesario para vivir, alimentarse, etc. Con el advenimiento del
comercio, paulatinamente el dinero se fue convirtiendo en capital: es decir, en un
medio de enriquecimiento, mediante la especulación y la explotación del trabajo
del asalariado, a quien ya no se le paga todo lo que produce. El dueño del dinero
compra el trabajo del obrero, como una mercancía, al precio más bajo posible,
procurando obtener, del producto que el obrero logra con sus manos, el mayor
rendimiento.
Pero ¿de dónde saca el capitalista su dinero? La historia muestra en los siglos
XVI y XVII el origen del dinero acumulado: la explotación de las colonias
españolas, holandesas, portuguesas e inglesas, y de la esclavitud de los negros del
África. Con citas de K. Marx se va «mostrando» cómo el origen del dinero que se
convierte en capital —es decir, dinero que produce dinero— está unido siempre a
la explotación del hombre a sangre y fuego. Los medios de producción se fueron
quedando en manos de los que tienen el dinero, de tal manera que los
desposeídos se ven obligados a vender lo único que les queda: su fuerza de
trabajo, para poder malamente subsistir. El país de mayor incidencia de la
mentalidad capitalista fue, sin duda alguna, Inglaterra.
Anota Huberman que al cambio de mentalidad se adapta también la Iglesia.
Pero no es ya la Iglesia católica, que, para él, permanece unida al sistema feudal,
sino el naciente protestantismo, que asume plenamente como ley de vida y
camino de salvación el nuevo modo de vivir, con su afán de lucro y
enriquecimiento.
CAPÍTULO XV.— La revolución en la industria, la agricultura y los
transportes
Un brevísimo capítulo, en el que se dice, en dos palabras, que con la máquina
de vapor se revolucionó la industria; con el cultivo de nuevos y mejores
productos, la agricultura mejoró notablemente, al tiempo que sirvió para
fomentar el crecimiento de la población; y surgió la necesidad de transportes más
rápidos y eficaces, para movilizar rentablemente todo lo que ahora se estaba
produciendo. «El crecimiento de la población, la revolución de los transportes, la
industria y la agricultura estuvieron interrelacionados. Cada uno actuó y
reaccionó sobre los otros. Estas fueron las fuerzas que construían un mundo
nuevo» (p. 233).
CAPÍTULO XVI.— La semilla que tú siembras, otro la cosechará...
La primera parte de este capítulo describe el trato degradante que los
propietarios de las fábricas e industrias dieron al obrero en la sociedad de la
Inglaterra de los siglos XVIII y XIX: la jornada de quince-dieciséis horas, el
trabajo de los niños hasta el agotamiento, la preferencia del cuidado de las
máquinas sobre el hombre, etc. Y la inutilidad de las protestas del obrero, pues
las leyes, hechas por los ricos, les favorecían siempre a ellos mismos, a expensas
de la explotación del pobre.
Se intentó buscar en la democracia y en el voto universal una defensa a los
intereses de su clase. Pero con ello, realmente, no se consiguió mejorar su
situación. Los obreros siguieron entonces luchando por sus intereses y fueron
tomando conciencia de clase. Este es un paso importante. Nace entonces el
sistema de los sindicatos como instrumento adecuado, tal como lo señala
Friedrich Engels en 1844: «Si la centralización de la población estimula y
fomenta la clase proletaria, fuerza el desenvolvimiento de los obreros aún más
rápidamente. Los trabajadores comenzaron a sentirse como clase, como un
conjunto; comenzaron a percibir que, aunque débiles como individuos, forman un
poder unidos; su separación de la burguesía, el desarrollo de puntos de vista
peculiares a los obreros y correspondientes a su posición en la vida fueron
propiciados. Y se despertó la conciencia de la opresión y el trabajador alcanzó
importancia social y política. Las grandes ciudades son la cuna de los
movimientos de trabajadores; en la ciudad, los trabajadores comenzaron a
reflexionar sobre su propia condición y a luchar contra ella; en la ciudad, la
oposición entre el proletariado y la burguesía se manifestó inicialmente; de la
ciudad proceden los sindicatos, el Cartismo y el socialismo» (p. 255).
Los sindicatos —sigue Huberman— se convierten en el mejor medio para que
la clase proletaria pueda defender sus derechos contra la clase opresora
capitalista: para luchar por realizar lo que Percy Bysshe Shelley describe en uno
de sus poemas y el autor pone como «sumario de este capítulo sobre las
condiciones siguientes a la revolución industrial y la respuesta de los trabajadores
a esas condiciones.
‘Hombres de Inglaterra, ¿por qué aráis
para los señores que os tienen subyugados?
¿Por qué tejéis, con esfuerzo y cuidado,
los ricos vestidos que vuestros tiranos llevan?’
 
‘La semilla que vosotros sembráis, otros la cosechan
la riqueza que encontráis, otros la guardan;
las telas que vosotros tejéis, otros las llevan;
y las armas que vosotros forjáis, otros las usan.
 
Sembrad la semilla, pero no dejéis que el tirano la coseche;
encontrad la riqueza, pero que ningún impostor la acumule;
tejed vestidos, pero que ningún ocioso los lleve;
forjad armas, pero sólo para usarlas en vuestra defensa!’» (p. 259).
CAPÍTULO XVII.— ¿Leyes naturales? ¿De quién?
Con citas de Adam Smith y de David Ricardo, y algunas también de Nassau
Senior y John Stuart Mill, se quiere demostrar que estos representantes de la
economía clásica intentaron con sus teorías justificar el intento de los patronos de
no mejorar el salario de sus trabajadores.
En dichos textos clásicos de la economía capitalista se fundamenta la libertad
del comercio y la pugna abierta por una mayor rentabilidad, dejando siempre al
obrero en la peor condición. La doctrina del Fondo de Jornales —fijo e inmóvil
— es un ejemplo de lo que se quiere convertir, por los tratadistas de la política
económica, en una ley natural de la economía. Si el fondo de jornales de cada
industria no puede variar, el aumento de lo que se paga a cada obrero sólo podrá
hacerse en base a una disminución del número de obreros.
Dentro del capítulo se hace una breve referencia a las teorías de Malthus sobre
el ritmo desmesurado del crecimiento de la población previsto por él para
Inglaterra. En base a sus ideas, los economistas clásicos argumentan que una
buena parte de la culpa de la pobreza de los trabajadores la tiene el aumento del
número de sus hijos: ellos mismos, por tanto, son los culpables de su miseria. Si
quieren mejorar sus condiciones han de disminuir el número de sus hijos. Los
patronos nada tienen que hacer entonces para mejorarles su condición.
Al final del capítulo se da una larga cita de Friedrich List, de su libro Sistema
nacional de Economía Política (1841), en el que se ataca de manera terminante
el sistema del comercio libre internacional. Propugna una protección nacional
seria y decidida, antes de permitir que los países se lancen a la libre competencia,
abierta, con las demás naciones. Es, pues, un sistema nacional de economía,
opuesto al sistema internacional: una negación rotunda de la infalibilidad del
sistema económico hasta entonces vigente.
Huberman concluye el capítulo con un auténtico panegírico: «La economía
clásica, tan popular e influyente en la primera mitad del siglo XIX, comenzó a
perder algo de sus fuerzas en la segunda mitad. Fueron tiempos en que
comenzaron a aparecer las obras de un hombre que, aceptando algunos de los
principios expuestos por los clásicos, los llevó por un camino diferente a
conclusiones muy distintas. También era alemán. Se llamaba Karl Marx» (p.
281).
CAPÍTULO XVIII.— ¡Proletarios del mundo, uníos!
La primera parte de este capítulo está dedicada a Karl Marx.
Ante la explotación de los obreros, los socialistas soñaban con acabar en el
futuro con la situación de injusticia en que vive el proletariado. Según el autor,
Marx, sin esos sueños utópicos, da la verdadera respuesta: no mirando al futuro,
sino analizando el pasado para ver cómo y por qué se ha llegado al presente.
En el estudio que hace Marx —fundamentalmente en su obra El Capital
— investiga hondamente cómo el trabajo del obrero se ha convertido
paulatinamente en una mercancía, la única que el trabajador posee, que ha de
vender si quiere subsistir. Pero al venderla resulta que tiene que trabajar más de
lo que su fuerza de trabajo requiere para ganar el jornal: ese tiempo de más es la
ganancia que el propietario recibe por el trabajo del obrero: la plusvalía. Es decir,
el propietario se enriquece precisamente con las horas de trabajo que no le paga
al trabajador.
Huberman hace el siguiente esquema de las tesis de Marx, resumiendo el
proceso en forma de breves proposiciones:
— «Al sistema capitalista le incumbe la producción de artículos para la venta:
mercancías.
— »El valor de la mercancía es determinado por el tiempo de trabajo
socialmente necesario invertido en su producción.
— »El obrero no posee los medios de producción (tierras, herramientas,
fábricas, etc.).
— »Para vivir, el obrero tiene que vender la única mercancía que posee: su
fuerza de trabajo.
— »El valor de su fuerza de trabajo, como el de todas las mercancías, es la
cantidad de tiempo para producirlas; en este caso, la cantidad necesaria para que
el obrero viva.
— »Los jornales que le son pagados, por consiguiente, serán iguales a sólo lo
necesario para su manutención.
— »Pero esta cantidad el obrero puede producirla con una parte de su jornada
de trabajo (menos del total).
— »Esto significa que sólo una parte del tiempo el obrero estará trabajando
para sí mismo.
— »El resto del tiempo de la jornada de trabajo, el obrero estará trabajando
para el patrón.
— »La diferencia entre lo que el obrero recibe en jornales y el valor de la
mercancía que produce es la plusvalía.
— »La plusvalía o valor excedente es para el patrono o propietario de los
medios de producción.
— »Es la fuente de las utilidades, intereses, rentas, las ganancias de la clase
propietaria.
— »La plusvalía es la medida de la explotación del trabajo y del hombre en el
sistema capitalista» (pp. 293-294).
Pasa luego Huberman a ridiculizar las teorías de los llamados socialistas
utópicos, tales como Robert Owen, Charles Fourier, Saint-Simon, Etienne
Cabet..., quienes creían que la solución del proletariado se podría conseguir con
la colaboración de los burgueses. Marx y Engels se ríen de este fantástico sueño.
Al proletariado no lo puede salvar sino el proletariado. Es inútil acudir a los
sentimientos y al bolsillo de los burgueses. El cambio a la nueva sociedad no
vendrá por el esfuerzo de la clase dirigente, sino a través de la acción
revolucionaria de la clase trabajadora. «Durante casi cuarenta años hemos
insistido en que la lucha de clases es la fuerza motriz esencial de la historia y, en
particular, que la lucha de clases entre la burguesía y el proletariado es la máxima
palanca de la revolución social moderna» (carta a Bebel, Liebknech y otros
radicales alemanes, escrita por Engels de acuerdo con K. Marx en 1879) (p. 297).
La explicación de la lucha de clases como fuerza motriz esencial de la historia
está dada por el concepto de historia que tienen Marx y Engels. Los
acontecimientos históricos, dicen, no son cuestión de oportunidad ni accidentes
sin conexión entre sí; no son consecuencia del poder de las ideas ni tienen su
origen en la influencia de los grandes hombres. Todos los cambios ocurridos en
la sociedad son resultado de las fuerzas económicas de dicha sociedad. La
economía, la política, el derecho, la religión, la educación de cada civilización
están ligadas. Cada una depende de las otras y es lo que es por causa de las otras.
De todas estas fuerzas, la económica es la más importante, el factor básico. La
piedra angular del arco son las relaciones que existen entre los hombres como
productores. El modo de vida del hombre está determinado por el modo de
producción que prevalece dentro de cada sociedad en un momento dado.
«Marx lo expone así: ‘He sido llevado por mis estudios a la conclusión de que
las relaciones legales, así como las formas de los estados, ni podrían ser
entendidas por sí mismas ni explicadas por el llamado progreso general de la
mente humana, sino que están enraizadas en las condiciones materiales de la vida
(...). En la producción social que los hombres realizan, ellos entran en relaciones
definidas, las cuales corresponden a un estado definido de sus fuerzas materiales
de producción. La suma total de estas relaciones de producción constituye la
estructura económica de la sociedad, el verdadero fundamento sobre el cual se
levantan superestructuras legales y políticas y a las cuales corresponden las
formas definitivas de la conciencia social. El modo de producción en la vida
material determina el carácter general de los procesos sociales, políticos y
espirituales de la vida. No es la conciencia del hombre lo que determina su
existencia, sino lo contrario, su existencia social lo que determina la conciencia
(...). Igualmente, los conceptos del bien, de la justicia, de la educación, etc. —la
serie de ideas que cada sociedad tiene—, están adaptadas a la etapa particular de
desarrollo económico que cada sociedad ha alcanzado’» (pp. 298-299).
A partir de estas teorías, Marx y Engels concluyen que el capitalismo ha
surgido necesariamente como lucha ante el sistema feudal. Y que, como
superación del capitalismo, la sociedad futura será, necesariamente también, la
socialista. Superando la explotación de la mayoría por unos pocos, con el
«establecimiento de una nueva sociedad armoniosa en la que la propiedad y el
control de los medios de producción serían transferidos de las manos de unos
pocos apropiadores capitalistas a las de muchos productores proletarios» (p. 303).
El autor de dicho cambio ha de ser, tiene que ser, el proletariado. Y a ellos se
dedica Marx, siendo personalmente el miembro más activo e influyente de la
Asociación Internacional de Trabajadores (la primera Internacional), fundada en
Londres el 28 de septiembre de 1864.
Toda la teoría del comunismo queda reducida entonces a «la abolición de la
propiedad privada» (p. 304). ¿Mediante qué sistema? La revolución. Derrocando
con la violencia todo el orden existente. En ella los proletariados sólo van a
perder sus cadenas; tienen, en cambio, un mundo por ganar. «¡Proletarios de
todos los países, uníos!» «Se debe entonces emplear la fuerza y la sangre tiene
que correr, no porque ellos (los revolucionarios) quieran usar la violencia, sino
porque la clase dirigente no cedería sin ello» (p. 308). La revolución es, por
tanto, absolutamente necesaria.
Marx y Engels preveían el inminente hundimiento del capitalismo. Querían
entonces preparar el proletariado para que —con su conciencia de clase—
recibieran la historia adoptando totalmente el socialismo. «Entonces, por primera
vez, el hombre en cierto sentido estará finalmente diferenciado del resto del reino
animal y emergerá de las meras condiciones animales de existencia en
condiciones realmente humanas (...). Sólo desde ese momento el hombre, más y
más conscientemente hará su propia historia; sólo desde ese momento las causas
sociales puestas en movimiento por él tendrán en lo principal y en una medida
constantemente creciente los resultados que él se proponga. Será la ascensión del
hombre del reino de la necesidad al reino de la libertad» (pp. 309-310).
CAPÍTULO XIX.— Si yo pudiera, anexaría los planetas...
Se hace una descripción somera de los grandes trust: «carteles», asociaciones
comerciales y combinaciones de empresas para dominar la competencia y
controlar los precios. Igualmente, en el comercio del dinero, lostrust de los
banqueros, con su grande influencia. El capitalismo del viejo estilo se hace
entonces capitalismo de nuevo estilo: de la libre competencia se pasa —después
de 1870— al capitalismo de monopolios.
Se produce entonces tanto, se tiene tanto dinero y se necesitan tantas materias
primas, que se debe recurrir a una solución práctica: nace el imperialismo y la
dominación y explotación de las colonias. Los países industriales, como
Inglaterra, Estados Unidos, Francia, Alemania, Italia (...), buscan colonias donde
vender sus productos, sus excedentes comerciales; donde invertir su capital
sobrante y extraer a bajo precio, y sin agotar sus propias reservas, la materia
prima que necesitan para abastecer sus grandes industrias.
De la explotación del hombre se ha pasado ahora a la explotación de pueblos
enteros.
CAPÍTULO XX.— El eslabón más débil
Este capítulo también es breve, como el anterior, y se puede resumir en tres
partes:
a) El consenso unánime entre los economistas de que lo que interesa al
sistema capitalista, por encima de todo, es ganar.
b) La afirmación de que en dicho sistema y de manera permanente se
producen crisis económicas, por imposibilidad de mantener un equilibrio
constante entre los diversos factores de la producción y el mercado: el
capitalismo lleva, en su misma esencia, la crisis.
c) La conclusión de que sólo en el sistema marxista es posible solucionar las
crisis económicas que se pueden plantear.
CAPÍTULO XXI.— Rusia tiene un plan
Se describe el advenimiento del socialismo marxista al poder en Rusia,
mediante la revolución bolchevique, dirigida por Lenin. Y el esfuerzo, a partir de
entonces, por construir una sociedad comunista en la que se cambie
fundamentalmente el enfoque del capitalismo individualista. Se trata, dice
Huberman, de «un esfuerzo colectivo para el beneficio colectivo, en vez del
esfuerzo personal para la ganancia individual». Por medio de un sacrificio
descomunal de todos los rusos ya en 1936 se puede hablar de que los logros
intentados están básicamente conseguidos.
El plan ruso —Huberman lo dice de mil modos— funciona maravillosamente
en todos los campos, sin posibilidad de crisis, ni de falta de estímulos para el
trabajo, ni de peligros para el proletariado: sus componentes opinan y
prácticamente deciden en todos los proyectos que el Gobierno propone al pueblo
mediante sus comisarios locales. Han desaparecido las clases sociales y se puede
decir que todos tienen responsabilidad en las decisiones del Gobierno. Es verdad,
eso sí, que se está exigiendo un sacrificio grande a todo el pueblo, pero se hace
plenamente explicable y tolerable por el futuro feliz que se promete: el paraíso ha
empezado ya a lograrse en la tierra.
Y ¿cuál es el fundamento de estos maravillosos logros? Lo explica el autor
antes de terminar: «Mientras se escribía este capítulo, llegaron noticias de haber
sido terminada la nueva Constitución de la URSS, la cual no entró en vigor
inmediatamente. Primero tenía que ser sometida a todo el pueblo, a través de la
Unión Soviética, para ser discutida, criticada y enmendada. He aquí algunas de
las más importantes disposiciones del proyecto inicial:
‘Artículo 1. La Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas es un Estado
socialista de obreros y campesinos.
’Artículo 4. El fundamento económico de la URSS consiste en la propiedad
socialista de los instrumentos y medios de producción, firmemente establecida
como resultado de la liquidación del sistema capitalista de economía, la abolición
de la propiedad privada de los instrumentos y medios de producción y la
abolición de la explotación del hombre por el hombre.
’Artículo 11. La vida económica de la URSS está determinada y dirigida por
el plan económico del Estado, con los propósitos de aumentar la riqueza pública,
un incremento sostenido del nivel material y cultural de los trabajadores, el
fortalecimiento de la independencia de la URSS y de su capacidad defensiva.
’Artículo 118. Los ciudadanos de la URSS tienen el derecho a trabajar, el
derecho a tener trabajo garantizado y el pago de su labor de acuerdo con su
cantidad y calidad.
’El derecho al trabajo es asegurado por la organización socialista de economía
nacional, el crecimiento sostenido de las fuerzas productivas de la sociedad
soviética, la ausencia de crisis económicas y la abolición del desempleo’» (pp.
387-388).
CAPÍTULO XXII.— ¿Renunciarán al azúcar(...)?
Es el capítulo final. En él se hace un parangón entre el plan comunista en la
Unión Soviética y los diversos planes de la economía en los países capitalistas.
Se anota que, por el excesivo respeto a la propiedad privada —que parece
siempre intocable— y el deseo siempre insatisfecho de ganancias, todos los
planes fracasan en el mundo occidental, ya que es imposible dar gusto a todos los
intereses económicos de cada sector industrial y comercial. Cuenta menos el
bienestar de los pobres que el interés de ganancia de los ricos. Por eso los planes
capitalistas incluyen la destrucción de cosechas, antes que repartir los sobrantes
entre los necesitados.
Como el pueblo no puede aceptar esta situación, el mundo capitalista tiene
que recurrir permanentemente a la represión, y acaba por caer, inexorablemente,
en el fascismo de corte mussoliniano o hitleriano. Y, con ellos, el flagelo mayor,
para el cual parecen estar siempre preparados los fascistas: la guerra.
Con una moraleja termina el libro, tomada de la historia de Arthur Morgan,
acerca de cómo se capturan los monos en las Indias orientales: «Los nativos
toman un coco y hacen, en la corteza, un agujero lo bastante grande, nada más
para que la mano vacía del mono pase a través. Colocan en el interior unos
terrones de azúcar. Después atan el coco a un árbol. El mono desliza su mano
dentro del coco, agarra el azúcar e inmediatamente pretende retirar la mano. Pero
el agujero no es lo bastante grande para que el puño cerrado del simio, con los
terrones, pueda salir; como la gula del animal no tiene límites, ¡prefiere morir con
la mano presa en el coco a renunciar al azúcar!» (p. 404).
 
VALORACIÓN TÉCNICA Y METODOLÓGICA
El libro está escrito en una forma sencilla y gráfica. Resulta fácil de leer y
puede ser convincente para una persona de poca capacidad crítica. Sin embargo,
la pobreza de su documentación, el apriorismo de muchas de sus afirmaciones, la
gratuidad de sus críticas y la superficialidad de sus juicios de valor, hacen que al
leerlo con cierto interés de análisis resulte un libro poco serio. Es más bien una
especie de arenga antirreligiosa y anticapitalista, en la que une estos dos
conceptos como si formaran parte de un único enfoque de la vida y de la historia.
Con frecuencia se utiliza una serie de citas entrecomilladas de las cuales no se
menciona el autor. En muchas ocasiones se limita a introducir la cita con una
frase como: «muchos historiadores discuten (...)», «un famoso historiador (...)»,
«un documento inglés de 1316 (...)» No aparecen argumentos serios y en cambio
sí se observa una insistencia casi obsesiva en hacer afirmaciones rotundas contra
la Iglesia católica, hacia la cual manifiesta una aversión notable y a la que
atribuye —sin demostrar nada— grandes injusticias e intereses mezquinos,
negándole todo carácter de sobrenaturalidad o, siquiera, de rectitud humana. El
tono tajante de sus afirmaciones deja muy hondas dudas sobre este estudio de la
incidencia de la economía en la historia del hombre.
El libro, con la pretensión de hacer una historia económica, parece una
diatriba —especialmente en su primera parte— contra la visión que el autor tiene
de la religión y de la sociedad eclesiástica, bajo el pretexto de la presencia de la
Iglesia como aliada del capitalismo y opresora de las clases inferiores de la
sociedad. Los planteamientos que se hacen carecen de verdadera altura por la
falta de objetividad y de serenidad para enjuiciar los acontecimientos.
Falta una visión más amplia de los hechos y un análisis más profundo de
todos los factores que inciden en el desarrollo histórico, político, económico,
cultural y religioso de una época determinada. Resulta demasiado simple
pretender —sin demostrarlo— que todo lo que sucede a lo largo de la historia
depende única y exclusivamente del afán de dinero.
A través de toda la narración —sencilla, gráfica, fácil de leer— se insiste
permanentemente en que las doctrinas van surgiendo de la misma vida social y se
van desarrollando, son modificadas y finalmente desechadas según el diseño de
la contextura económica de esa vida social, en un verdadero proceso dialéctico de
la historia.
La vida de los pueblos aparece dirigida exclusivamente por el desarrollo del
comercio y por la avidez del dinero, en un proceso de tesis, antítesis y síntesis. La
historia se va forjando en pos del poder económico. Para Huberman no tienen
ningún valor las ideas, siempre a rastras de los intereses comerciales. Insiste
continuamente en que los criterios éticos y morales, la justicia y el bien van
evolucionando según convenga a la situación de los privilegiados o según el
ritmo de los acontecimientos económicos. Hay en todo ello un desprecio latente
por los valores del espíritu, por los ideales, por lo trascendente en el hombre. No
cabe Dios, no cabe lo sobrenatural; no cabe lo espiritual: todo lo que acontece es
un simple juego de intereses comerciales.
En conclusión, la historia no está hecha por otros personajes que los
comerciantes, los banqueros, las gentes del dinero. Da la impresión de que todo
lo demás: las universidades, las ideas, los ideales, los valores del espíritu..., no
cuentan en absoluto en el desarrollo histórico del hombre. La dimensión
espiritual del ser humano no aparece para nada en todo el libro: si acaso se la
menciona tangencialmente, es para negarla o para hacer ironías sobre ella. Todo
—el Estado, la Iglesia, la cultura, la moral...—, absolutamente todo, se mueve al
ritmo del dinero, del poder económico. Se llega verdaderamente a una
supersimplificación elemental de los acontecimientos tan completa, que basta un
poco de criterio y de objetividad para descubrir en ella la poca seriedad de la
argumentación.
Las relaciones del hombre con el hombre y de los diversos pueblos entre sí
aparecen siempre como las del explotador y el explotado. El avance de la historia
está marcado por la creación de sistemas para sojuzgar, por el dinero, a los
demás. Aunque, evidentemente, la denuncia de las injusticias tiene parte de
verdad, la simplificación monotemática que hace quita al análisis amplitud y
perspectiva, convirtiendo el libro en un estudio sin valor a la hora de poderlo
citar como autoridad en cualquier comentario serio de la historia económica
mundial.
No se puede negar que la historia está plagada de errores, de equivocaciones y
de pecados en las relaciones humanas. Pero esto no autoriza a un autor que
pretende hacer un recorrido por la historia del hombre a silenciar todo lo positivo,
lo sublime, de muchas manifestaciones sinceras y constantes de caridad y de
justicia, de generosidad y de desprendimiento, de grandeza de alma que aparecen
con la evidencia de los hechos en el acontecer humano, especialmente después
del advenimiento del cristianismo.
 
VALORACIÓN DE LAS CONCLUSIONES
Huberman, en el presente libro, parece querer llegar a dos conclusiones
fundamentales. La primera, que la historia humana es la lucha perpetua entre el
hombre opresor y el oprimido, entre el dueño del dinero y el pobre, entre el
capitalista y el proletario. La solución a esta pugna abierta sólo se encuentra en la
lucha de clases y en la dictadura del proletariado que —mediante la revolución—
debe librarse de sus cadenas. Se ofrece entonces el comunismo como la
realización histórica de la justicia social, redención total de la miseria, liberación
verdadera del hombre.
La otra conclusión se saca sobre todo de la primera parte del libro, en la que
se ofrece una visión de la Iglesia católica tan negativa, que quien la acepte no
podrá menos que calificar la religión como algo que debe ser arrasado.
a) Huberman y la Iglesia católica
Son continuas las referencias, a través de toda la narración, en las que se
intenta presentar a la religión católica como la gran aliada del capitalismo en la
explotación inmisericorde de las clases oprimidas.
En el catolicismo no se quiere ver más que una fuerza humana, poderosa,
injusta y llena de ambiciones económicas y comerciales. «La Iglesia era el mayor
terrateniente de la época feudal. Los hombres preocupados por la clase de vida
que habían hecho y querían asegurarse que irían a la diestra de Dios, antes de
morir daban tierras a la Iglesia» (p. 26) [1] . Este tono de ironía y de burla hacia
todo lo que tenga un carácter sobrenatural aparecerá en toda la obra. En el mismo
primer capítulo, por ejemplo, al referirse a los diezmos —con los que los
cristianos colaboran al sostenimiento del culto católico— cita, sin mencionar el
nombre, a «un famoso historiador» que afirma que «el diezmo constituía un
impuesto agrario, un impuesto sobre los ingresos y un impuesto de muerte más
oneroso que cualquier otro conocido en los tiempos modernos (...)» (p. 27). Llega
a decir Huberman que «una razón para que a los sacerdotes se les prohibiera el
matrimonio era simplemente que los jefes de la Iglesia no querían perder ninguna
de las tierras de ésta mediante las herencias de los hijos de sus funcionarios»
(ibid.).
Alguna vez parece paliar un poco lo negativo de su visión acerca de la Iglesia
católica —a la que menciona siempre con desprecio— diciendo que «en los
inicios del feudalismo la Iglesia había sido un elemento progresista, activo. Había
preservado buena parte de la cultura del Imperio romano. Estimuló la enseñanza
y estableció escuelas. Ayudó a los pobres, cuidó a los niños sin hogar en sus
orfelinatos y fundó hospitales para los enfermos (...)» (ibid.). Pero, unas líneas
más adelante, agrega: «Algunos creen que su obra caritativa fue sobrestimada.
Admiten el hecho de que la Iglesia ayudó a los pobres y a los enfermos. Pero
señalan que era el más rico y más poderoso terrateniente de la Edad Media y
arguyen que en proporción a lo que pudo hacer con su tremenda riqueza, no hizo
ni aun lo que la nobleza. Mientras suplicaba y demandaba ayuda de los ricos para
su obra de caridad, tuvo buen cuidado de no drenar muy profundamente en sus
propios recursos. También estos críticos de la Iglesia dicen que si ésta no hubiera
explotado a sus siervos tan duramente, si no hubiera sacado tanto del paisanaje,
hubiera habido menos necesidad de tanta caridad» (p. 28).
Al hablar de ese movimiento masivo de carácter religioso-espiritual,
Huberman se refiere a las Cruzadas como una movilización general de interés
comercial, utilizando incluso la ironía mordaz: «La tercera cruzada —son sus
palabras— no tuvo por objeto la recuperación de la Tierra Santa, sino la
adquisición de beneficios comerciales para las ciudades de Italia. Los cruzados
dejaron a un lado Jerusalén, por las poblaciones comerciales costeras» (p. 34). Y
más adelante: « (...)mientras los venecianos estaban dispuestos a ayudar a la
Cruzada ‘por el amor de Dios’, no dejaban que este gran amor les cegase hasta el
punto de renunciar a una notable participación en el botín» (p. 35).
Antes había afirmado que «el deseo de rescatar a la Tierra Santa era genuino y
fue apoyado por muchos que no tenían interés en ello. Pero la verdadera fuerza
del movimiento de las Cruzadas y la energía con que fue realizado se basó
principalmente en las ventajas que ciertos grupos podían ganar» (p. 32). Estos
grupos son, para el autor, los siguientes:
a) La Iglesia, que «quería extender su poder, porque mientras mayor fuese el
área de la cristiandad, más grande sería el poder y la riqueza de la Iglesia» (p.
33).
b) Iglesia e imperio bizantinos: que «vio en ellas (las Cruzadas) el medio de
contener el avance musulmán en su propio territorio» (ibid.).
c) Los nobles y caballeros, que buscaban botín.
d) Los círculos italianos de Venecia, Génova y Pisa, para mejorar su
comercio.
Cuando, en el capítulo IV del libro, se narra la conversión que sufre el sistema
de préstamos de dinero y se clarifica el concepto de la usura, de tal manera que la
Iglesia —sin dejar de calificar la usura como pecado— acepta en sus normas
morales el interés comercial porque ve en él una legítima compensación de las
ganancias obtenidas con el dinero prestado, Huberman aprovecha para una nueva
invectiva contra la religión católica. La acusa de doble moral y de ir adaptando la
doctrina a los afanes comerciales. No distingue el autor entre un cambio en la
doctrina —que no se puede dar y no se da evidentemente— y una aplicación de
las reglas morales a las circunstancias distintas que van surgiendo.
Capítulo por capítulo, casi página por página, la insistencia reiterativa en el
ataque a la Iglesia no cesa. Todo lo malo que el autor encuentra en la historia —
siempre desde el ángulo de visión que se ha propuesto, en el que muestra un
prejuicio notable y no disimulado— lo atribuye a la religión, llamando a la
Iglesia «inmortal, pero desalmada corporación» (p. 70), acusándola de
deshumanizada y presentándola como un poder puramente terreno y, dentro de
las instituciones humanas, la peor. Sólo ve una faceta de la parte humana,
ampliada, deformada, destacando protuberantemente errores humanos —
inevitables unos, opinables otros— para atribuirlos a la esencia misma de la
Institución fundada por Jesucristo con un fin exclusivamente espiritual: la
salvación eterna del hombre.
Todo esto hace —como dijimos atrás— que en el libro toda objetividad quede
destruida por su evidente aversión al catolicismo. Más que un análisis histórico-
económico, parece un panfleto publicitario, hecho de eslóganes fáciles de recibir,
con el fin de desacreditar, de hacer odiar a la religión católica. «Los numerosos
abusos de la Iglesia —dice— no podían pasar inadvertidos. La diferencia entre la
Iglesia que predicaba y la Iglesia que actuaba era tal, que hasta el más estúpido
podía verla. Su concentración en hacer dinero por cualquier método, no
importaba cual fuese, era cosa corriente» (pp. 109-110).
Su explicación de la Reforma protestante es igualmente el de un problema
político económico: «La lucha tomó un disfraz religioso, como bien dijo Engels.
Se la llamó Reforma protestante. Pero fue, en esencia, la primera batalla decisiva
de la clase media contra el feudalismo» (p. 114).
Igual postura toma cuando se refiere, en el capítulo XIV, a la colonización y
conquista de los países recién descubiertos —siglos XVI y XVII— y a la
evangelización por parte de la Iglesia obrada en favor de sus habitantes.
Huberman quiere presentar a ésta como cómplice voluntaria de la explotación de
las colonias y del mercado humano de los negros del África. Basta tener un poco
de conocimiento de la realidad de la misión del cristianismo, lleno de caridad y
de afán apostólico hacia los habitantes de los nuevos países y colonias, para ver
cómo resulta falso todo lo que en dicho capítulo se afirma sin demostraciones. O
cómo se presenta una visión parcial de ciertos hechos, en la que se pretende
mostrar una causalidad directa entre la presencia de misioneros evangelizadores y
las injusticias innegables de algunos de los conquistadores. Porque si algo hizo la
Iglesia en este sentido, fue atenuar el rigor de la conquista, velar por la justicia y
la caridad en el trato y erigirse en la mejor defensora de los derechos humanos de
los indígenas en los países conquistados. Las situaciones injustas se dieron, no
por la presencia de la Iglesia, sino a pesar de ella.
Por otra parte, el libro —con una ceguera comprensible por
los aprioris marxistas— no descubre nada bueno en los que han tenido dinero o
poder; no acepta ningún valor espiritual ni reconoce ninguna labor positiva a
quienes, con esfuerzo y sacrificio —mezclado inevitablemente con errores y
pecados—, han abierto para el mundo rutas nuevas, han forjado naciones y han
intentado —con mayor o menor éxito— mejorar la situación del hombre.
b) La solución a través del comunismo
Ante las consecuencias del análisis hecho en la primera parte del libro, en el
que el sistema capitalista, en todas sus formas, es el culpable de toda la situación
de opresión y de injusticia que presenta la historia del mundo, Huberman ofrece
su solución: el comunismo, tal como se le conoce en Rusia y que tuvo su origen
en las ideas de Marx y Engels y su realización en el liderazgo de Lenin y su
revolución bolchevique.
La situación histórico-política se presenta de tal manera que ciertamente no
cabe sino una postura racional y lógica: la incitación a la violencia, a la
revolución, como único remedio ante la situación creada. (Véase, por ejemplo, el
cap. XVI.)
Apoyado en los errores del capitalismo y de sus teorizantes, Huberman va
llevando al lector de la mano al convencimiento de que la redención del
trabajador está en su conciencia de clase oprimida y en la necesidad del despertar
violento y de la lucha contra los opresores (cap. XVII).
La invitación a la lucha de clases se hace cada vez más clara. Y a ello se llega
en el capítulo XVIII, que es quizá el central de todo el libro. Es el momento
culminante al que Leo Huberman quiere llegar: que el lector acepte que la única
salida de la sociedad, el único remedio para los males del mundo y del hombre es
la sociedad plenamente comunista, a la que sólo se llega por medio de la lucha de
clases y la dictadura del proletariado. Se anuncia ya, como cosa inminente, la
caída total del sistema capitalista y se ofrece en la tierra un auténtico paraíso de
paz y de prosperidad a los trabajadores.
El capitalismo, dice, sufre de crisis recurrentes, en las que siempre le va mal al
obrero y al pobre, que es «el eslabón más débil» (cap. XX). Esto se resolverá con
la solución que la Unión Soviética ha adoptado de reemplazar el capitalismo por
el método marxista.
Y en el capítulo XXI se hace gala de un optimismo incontrolado. Es la
exaltación alborozada de un paraíso en la tierra. En Rusia todo funciona bien, no
hay nada que temer y los fallos son tan poco notables que ni siquiera vale la pena
que se mencionen. Hay que volver a leer despacio dicho capítulo porque cuesta
un poco aceptar que Huberman pueda llegar a ese extremo de optimismo por la
bondad del sistema. Ha caído, quizá sin darse cuenta, en el sueño, que con tanta
ironía desprecia, de los que Marx llama «socialistas utópicos».
 
CONCLUSIÓN FINAL
Todo el libro es una requisitoria contra la propiedad privada y un intento de
justificar históricamente la estatalización total de los bienes de producción. Sus
argumentos se basan en una visión parcializada de los sistemas económicos de
corte capitalista, apoyándose en verdades a medias, lo que da a sus afirmaciones
un cierto aire de verosimilitud.
Sin embargo, la narración entera adolece de cierta ingenuidad: todos los males
—sin excepción— han venido al mundo por el capitalismo en sus mil formas
históricas; la Iglesia ha estado siempre inexorablemente con los explotadores del
pueblo. En cambio, todos los bienes de un paraíso terreno se tendrán dentro de la
sociedad socialista con los postulados marxistas, tal como lo ofrece al mundo el
comunismo ruso. Este podría ser el resumen de todo el libro.
Gran cantidad de manifestaciones de crítica a situaciones históricas irregulares
son excesivamente rotundas y sin matices para que se puedan aceptar sin más.
En este libro, la persona humana no cuenta para nada, y el espíritu parece
proscrito de sus páginas: todo se reduce a buscar el bienestar terrenal. Para
Huberman las ideas y los ideales no tienen nada que hacer en el proceso de la
vida de los hombres. Todo, absolutamente todo, depende de la evolución natural
de la materia, de la economía, de los intereses comerciales.
La religión —cuando se la hace intervenir, en ocasiones forzando incluso su
presencia en la situación que se analiza— siempre aparece como un elemento
negativo, molesto. Las frases más duras, llenas de ironía o de burla, se escriben
contra todo lo que tenga que ver con lo religioso.
No cabe duda que el autor del libro escribe con apasionamiento, con rabia,
con fanatismo. No acepta nada de aquellos que no entran en su idea de la historia,
de la economía.
De todos modos, por la elementalidad de la exposición —y a pesar de que en
muchas ocasiones, al menos en la traducción consultada, haya muchas
incorrecciones de lenguaje—, el libro se lee con facilidad y deja en la mente poco
formada y poco penetrante una sensación de verosimilitud que puede desorientar.
Como, además, en vez de exponer doctrinas introduce abundantes ejemplos de
situaciones extremas y mucha anécdota ilustrativa de su visión de la historia, el
lector desprevenido puede aceptar inconscientemente su análisis de los hechos.
Desde el punto de vista de la doctrina cristiana es, a todas luces, un libro
completamente rechazable. No solamente por su aversión y sus ataques a la
Iglesia católica, sino también por la negación sistemática de los valores del
espíritu humano, por el desprecio de la ley natural y el desconocimiento de la
trascendencia del hombre. Es una postura completamente atea y materialista, que
reniega necesariamente de toda creencia religiosa. «Entre las formas del ateísmo
moderno —dice el Concilio Vaticano II— debe mencionarse la que pone la
liberación del hombre principalmente en su liberación económica y social.
Pretende ese ateísmo que la religión, por su propia naturaleza, es un obstáculo
para esta liberación, porque al orientar el espíritu humano hacia una vida futura
ilusoria, apartaría al hombre del esfuerzo por levantar la ciudad temporal. Por
eso, cuando los defensores de esta doctrina logran alcanzar el dominio político
del Estado, atacan violentamente a la religión, difundiendo el ateísmo, sobre todo
en materia educativa, con el uso de todos los medios de presión que tiene a su
alcance el poder público (...). Enseña la Iglesia que la esperanza escatológica no
merma la importancia de las tareas temporales, sino que más bien proporciona
nuevos motivos de apoyo para su ejercicio. Cuando, por el contrario, faltan ese
fundamento divino y esa esperanza de la vida eterna, la dignidad humana sufre
lesiones gravísimas —es lo que hoy con frecuencia sucede—, y los enigmas de la
vida y de la muerte, de la culpa y del dolor, quedan sin solucionar, llevando no
raramente al hombre a la desesperación» (const. Gaudium et Spes, nn. 20 y 21).
Por otro lado, es necesario advertir —con palabras de Pablo VI— que «la
lucha de clases erigida en sistema vulnera e impide la paz social y desemboca
fatalmente en la violencia y en el atropello, llevando a la abolición de la libertad,
para terminar luego en la instauración de un sistema extremadamente autoritario
y con tendencias totalitarias» (Pablo VI, aloc. a los trabajadores en el 75
aniversario de la Rerum Novarum, 22-V-1966).
Sobre la situación del comunismo en Rusia en el año 1937 —por las mismas
fechas en las que fue escrito el libro que comentamos— dice Pío XI lo siguiente:
«Cuando se arranca del corazón de los hombres la idea misma de Dios, los
hombres se ven impulsados necesariamente a la moral feroz de una salvaje
barbarie. Y esto es lo que con sumo dolor estamos presenciando: por primera vez
en la historia asistimos a una lucha fríamente calculada y cuidadosamente
preparada contra todo lo que es divino. Porque el comunismo es por su misma
naturaleza totalmente antirreligioso y considera la religión como el ‘opio del
pueblo’, ya que los principios religiosos, que hablan de la vida ultraterrena,
desvían al proletariado del esfuerzo por realizar aquel paraíso comunista que
debe alcanzarse en la tierra. Pero la ley natural y el Autor de la ley natural no
pueden ser conculcados impunemente; el comunismo no ha podido ni podrá
lograr su intento ni siquiera en el campo puramente económico. Es cierto que en
Rusia ha contribuido no poco a sacudir a los hombres y a las instituciones de una
larga y secular inercia y que ha logrado con el uso de toda clase de medios,
frecuentemente inmorales, algunos éxitos materiales; pero no es menos cierto,
tenemos de ello testimonios cualificados y recientísimos, que de hecho ni
siquiera en el campo económico ha logrado los fines que había prometido, sin
contar, por supuesto, la esclavitud que el terrorismo ha impuesto a millones de
hombres. Hay que repetirlo: también en el campo económico es necesaria una
moral, un sentimiento moral de la responsabilidad, los cuales, ciertamente, no
tienen cabida en un sistema cerradamente materialista como el comunismo. Para
sustituir este sentimiento moral no queda otro sustitutivo que el terrorismo que
presenciamos en Rusia, donde los antiguos camaradas de conjuración y de lucha
se eliminan mutuamente; terrorismo que, por otra parte, no consigue contener, no
ya la corrupción de la moral, pero ni siquiera la disolución del organismo social»
(Pío XI, enc. Divini Redemptoris, 19-III-1937, en Doctrina pontificia.
Documentos sociales, BAC, Madrid, 1959, nn. 21-23).
Y una última reflexión: la pretendida solución universal del socialismo es una
utopía engañosa, que en vez de ofrecer caminos de seguridad total y de bienestar
definitivo, sólo pretende «quitarle a las gentes humildes la confianza en un orden
sobrenatural para sepultarlas en un materialismo que borra todos los horizontes
espirituales. Se busca sustituir la servidumbre del patrón por la servidumbre del
Estado. Se persigue cambiarle de marco a la pobreza para que no brille en ella
ninguna esperanza, sino el rencor de su resentimiento. Pero ¿son felices los
pueblos sometidos a ese proceso revolucionario? ¿Lo aceptan por satisfacción o
por temor? ¿Representa para ellos el fin de sus frustraciones? Al respecto, Andrei
Amarik, el intelectual ruso actualmente bajo prisión por el cargo de revisionismo
y de agresión al sistema soviético, responde de esta manera a la cuestión: ‘En los
albores de su existencia, los ideales socialistas parecían el ansiado sueño de una
sociedad insofisticada. Engendraron muchas esperanzas radiantes y promovieron
en los estratos más amplios de la humanidad un entusiasmo apasionado. El
socialismo, tal como fue construido en Rusia o edificado en territorios ocupados
por tropas soviéticas, hizo añicos esas ilusiones. Engendró insatisfacción,
indignación y protesta en los mejores corazones y en las mejores mentes. ¿Por
qué? Porque minó la posición del hombre dentro de la sociedad, limitándolo o
despojándolo de sus bienes, derechos y autoridad, o sea de aquello que le ha
permitido defender su vida y afirmar su valor en la sociedad. Porque trajo
consigo una negación de las libertades humanas, quedándose atrás de la mayoría
de los países capitalistas a pesar de la abundancia de sacrificios y de los
excesivos esfuerzos de doscientos millones de personas en el país más rico del
mundo. Porque, finalmente, atrajo los vicios de la sociedad capitalista en una
escala monstruosa’» (Juan Zuleta Ferrer, Diagnóstico de nuestro tiempo,
Medellín, 1974, pp. 7).

RESUMEN 2
 
LOS BIENES TERRENALES DEL HOMBRE
 
 
 
PRIMERA PARTE
DEL FEUDALISMO AL CAPITALISMO
 
                                                                                                 I.      CLÉRIGOS, GUERREROS Y
TRABAJADORES
 
EN LA EDAD MEDIA MAS EXACTAMENTE EN LA ÉPOCA DEL FEUDALISMO, EXISTÍAN LOS
CLÉRIGOS, LOS GUERREROS Y LOS TRABAJADORES, Y PARA QUE LAS PERSONAS DE ESA
ÉPOCA PUDIERAN UTILIZAR TRAJES Y ARMADURAS SUNTUOSA EN ESPECIAL LOS
CLÉRIGOS Y LOS GUERRERO, EXISTÍAN EL GRUPO DE LOS TRABAJADORES, LOS CUALES
TENÍAN TIERRAS DE CULTIVO, PERO ESAS LAS TENÍAN QUE TRABAJAR A PARTE DE LAS DE
ELLOS, POR QUE LAS DEL SEÑOR ERAN LAS QUE DEBÍAN SER CULTIVADAS PRIMERO Y
COSECHADAS PRIMERO PARA QUE DE AHÍ SACARAN LO NECESARIO PARA PODER VESTIR Y
ALIMENTAR A LOS CLÉRIGOS, Y A LOS GUERREROS. EL TRABAJADOR ERA QUIEN ESTABA
AL SERVICIO DEL CLÉRIGO Y DEL GUERRERO, AUNQUE ESTE TENIA TIERRAS, LAS CUALES
ESTABAN DIVIDIDAS EN FRANJAS, Y  ESTOS O SEA LOS ARRENDATARIOS ESTABAN
OBLIGADOS A HACERLE TODO AL SEÑOR ANTES QUE ELLOS. LA MAYORÍA DE LOS
ARRENDATARIOS TENIA SU PROPIA TIERRA Y QUIENES NO TENÍAN ERAN LA SERVIDUMBRE
DEL SEÑOR PERO TAMBIÉN EXISTÍAN LOS VILLANOS QUE ERAN SIERVOS CON MAS
LIBERTADES PERSONALES Y ECONÓMICAS Y TENÍAN MAS PRIVILEGIOS Y MENOS DEBERES
CON EL SEÑOR.
 
LAS TIERRAS DE CULTIVO ESTABAN DIVIDIDAS E N FRANJAS DE CULTIVO, Y SEGÚN
COSTUMBRES NO PODÍAN SEMBRAR LO MISMO AÑO CON AÑO  ASÍ QUE UN AÑO
SEMBRABAN YA COSA Y OTRO AÑO OTRA, Y OTRO MAS LA DEJABAN DESCANSAR.
 
LA TIERRA DEL SEÑOR ERAN LLAMADA HEREDAD, Y LOS TRABAJADORES NO PODÍAN
CASARSE FUERA DE ELLA EXCEPTO CON PERMISO ESPECIAL.
 
CUANDO UN SIERVO MORÍA SU HEREDERO DIRECTO PODÍA HEREDAR LA TIERRA PAGANDO
UN IMPUESTO.
 
                                                                                                                            II.      APARECE EL
COMERCIANTE
 
EN ESTA ÉPOCA APARECIÓ EL COMERCIANTE, Y EN LAS IGLESIA ERA MUY COMÚN
ENCONTRAR COFRES LLENOS DE DINERO, PERO LO MALO DE ESTO ERA DE QUE UNA VEZ
QUE EL DINERO ENTRABA ESTE YA NO SALÍA, PORQUE DECÍAN QUE QUERÍAN TENER MAS
RIQUEZA PERO AL CONTRARIO NO SABÍAN QUE EN EL PUEBLO SE HACIA MAS POBRE CADA
DIA Y TODOS LOS PRODUCTOS ENCARECÍAN DEBÍA A QUE EL DINERO SE MANTENÍA
INMÓVIL, FIJO E IMPRODUCTIVO.
 
EN LA PRIMITIVA SOCIEDAD EL SIERVO Y SU FAMILIA PRODUCÍAN SUS PROPIOS
ALIMENTOS Y CONSTRUYAN O HACÍAN LO QUE NECESITARAN, ASÍ QUE COMO EL SEÑOR
NO HACIA NADA DE ESO PRONTO TUVO A LOS ARTESANOS COMO PARTE DE SU
SERVIDUMBRE, PERO COMO NO TODOS SABÍAN HACER DE TODO SE NECESITABA EN
OCASIONES EL INTERCAMBIO DE PRODUCTOS.
 
PERO LO MAS INTERESANTE ES QUE NO PODÍAN INTERCAMBIAR CUALQUIER COSA EN LOS
MERCADOS, SOLO PODÍAN INTERCAMBIAR EL SOBRANTE DEL SEÑOR, YA QUE ESTE ESTA
SUPERVISADO POR EL OBISPO O DEL SEÑO.
 
AUNQUE AL PRINCIPIO EL INTERCAMBIO NO ERA DEMASIADO INTERCAMBIADO, DESPUÉS
SE CONVIRTIÓ EN LUGAR DE PASO DE MILES DE EUROPEOS, YA QUE ESTOS NECESITABAN
ABASTECERSE, DE ALIMENTOS Y VESTIDO.
 
ALGUNAS CIUDADES VEÍAN EN LAS CRUZADAS PARA LA RECUPERACIÓN DE LA TIERRA, Y
ESTOS BUSCABAN EL BENEFICIO COMERCIAL, PERO PARA LA IGLESIA LAS CRUZADAS NO
TUVIERON GRAN IMPORTANCIA, PERO ESO NO ERA CIERTO YA QUE LAS CRUZADAS
AYUDARON A QUE SE DIERA UNA CRECIENTE CLASE DE COMERCIANTES POR TODO EL
CONTINENTE.
 
EN AQUELLA ÉPOCA EL TRANSPORTE NO ESTABA LO SUFICIENTEMENTE DESARROLLADO Y
POR ESO EN OCASIONES SE LE IMPOSIBILITABA REALIZAR EL COMERCIO FUERA DE SUS
TIERRAS.
 
LAS CONOCIDAS FERIAS ERAN UN PASO ADELANTE HACIA EL COMERCIO, ESTAS ESTABAN
ARREGLADAS DE TAL MANERA QUE DURABAN TODO EL AÑO, ASÍ QUE TENÍAN CARÁCTER
DE PERMANENCIA, PORQUE CUANDO TERMINABA UNA COMENZABA OTRA, EN LAS FERIAS
SE COMERCIABAN PRODUCTOS PROCEDENTES DE TODO EL MUNDO AL CONTRARIO QUE EN
LOS MERCADOS QUE SOLO SE NEGOCIABAN PRODUCTOS AGRÍCOLAS Y LOCALES.
 
LAS FERIAS PAGABAN IMPUESTOS PERO ESTÁN NO SE NEGABAN A PAGARLOS YA QUE
SABÍAN QUE GANARÍAN MAS DE LO QUE PAGARÍAN, DE TAL CONSECUENCIA SUS
ACTIVIDADES, AL TRAFICAR CON EL DINERO LOGRARON DE ESTA UNA PROFESIÓN
ESPECIALIZADA.
 
                                                                                                                                   III.      VAMOS A LA
CIUDAD
 
EL CRECIMIENTO DE LAS CIUDADES FUE LA CAUSA PRINCIPAL QUE IMPULSO EL
COMERCIO, LA VIDA AGRÍCOLA Y LA INDUSTRIAL.
 
LAS CIUDADES SE FUNDABAN PRINCIPALMENTE EN LOS CRUCES DE LOS CAMINOS, EN LA
DESEMBOCADURA DE UN RIÓ O ALGÚN TERRENO FAVORABLE. LOS MERCADERES
AMBULANTES EN OCASIONES TENÍAN QUE ESPERAR LARGO TIEMPO EN DETERMINADO
LUGAR, DEBIDO A LAS CONDICIONES CLIMATOLOGIÍTAS.
 
SE CREO EL FAUBURG, QUE SIGNIFICA FUERA DEL BURGO, ESTE SE DIO YA QUE LOS
COMERCIANTES SE REUNÍAN FUERA DEL BURGO, HASTA LLEGO A SER MAS IMPORTANTE
QUE EL BURGO. LOS SEÑORES FEUDALES ESPERABAN COBRAR IMPUESTOS, O DERECHOS
HASTA DE LAS TIERRAS QUE NO LES PERTENECÍAN. LOS CAMPESINOS O LOS
ARRENDATARIOS APRENDIERON QUE LA UNIÓN HACE LA FUERZA YA QUE LO VIERON
CUANDO VIAJABAN JUNTOS, PORQUE COMO YA VIAJABAN EN GRUPOS LOS BANDOLEROS O
LOS PIRATAS YA NO SE ATREVÍAN A ENFRENTARSE AL GRUPO, EN CAMBIO CUANDO IBAN
SOLOS SI; ASÍ QUE CUANDO NEGOCIABAN SE UNÍAN PARA OBTENER MEJOR GANANCIA
CON LOS RECURSOS AUMENTADOS, ASÍ FUE COMO SE CREARON ASOCIACIONES
LLAMADAS “GUILDS” MEJOR CONOCIDOS COMO GREMIOS, O HANSES QUE ERAN LAS
UNIONES MERCANTILES, CUYO OBJETO ERA GANAR PARA LAS CIUDADES LA LIBERTAD
NECESARIA, SI ESTOS NO LOGRABA SUS OBJETIVOS PELEABAN PARA OBTENERLOS.
 
LA GENTE A APARTE DE BUSCAR SU LIBERTAD, BUSCABA CAMBIAR LAS COSTUMBRES DEL
FEUDO, YA QUE ESTAS NO LES PARECÍAN, PORQUE PARA PODER HACER ALGO
NECESITABAN EL PERMISO DEL SEÑOR, NO PODÍAN HACER LAS COSAS LIBREMENTE PERO
DESCUBRIERON QUE CON EL
 
                                                                                                        IV.      NUEVAS IDEAS POR VIEJAS
IDEAS
 
LA MAYORÍA DE  LOS NEGOCIOS SE HACEN CON DINERO PRESTADO, CON EL PAGO DE SU
RESPECTIVO INTERÉS.
 
HUBO UNA ÉPOCA EN LA ERA UNA OFENSA CARGAR INTERESES POR EL USO DE UN DINERO
Y POR ESTO SE PROHIBIÓ EL PRÉSTAMO CON INTERESES.
 
EN TIEMPO FEUDALES LA INFLUENCIA DE LA IGLESIA SOBRE LA POBLACIÓN ERA MUCHO
MAYOR QUE HOY Y VENIA CON ENOJO CON USURA. SEGÚN LA IGLESIA LA USURA ERA
CONSIDERADO UN PECADO.
 
LOS GOBIERNOS TAMPOCO ESTABAN DE ACUERDO CON LA USURA, ASÍ QUE EMITIERON
SUS LEYES EN CONTRA DE ESTA.
 
EL FEUDO EN EL COMERCIO ERA PEQUEÑO,  EL FABRICANTE HACE LO QUE PUEDE PARA
PONER FUERA A SU COMPETIDOR, LA VENTA MAS BARATA ERA LANZADO A UNA GUERRA
COMERCIAL.
 
NO SE CONSIDERABA SALUDABLE, NI ÉTICO TENER MAS DEL DINERO NECESARIO PARA
SUBSISTIR.
 
                                                                                                                                 V.      EL CAMPESINO SE
LIBERA
 
LA SOCIEDAD FEUDAL MARCABA RELACIONES ENTRE EL AMO Y EL SIERVO YA FIJADAS
POR LA TRADICIÓN, POR LO QUE EL CAMPESINO NO PODÍA MEJORAR SU SITUACIÓN. EL
RESTO DEL TERRITORIO ERA FORESTA, PANTANO Y YERMO.
CON ESTO LOS SEÑORES COMPRENDIERON QUE ERA BENEFICIOSO QUE SUS TIERRAS
IMPRODUCTIVAS FUESEN CONVERTIDAS EN PRODUCTIVAS POR LOS PIONERO, QUIENES
ENTONCES PAGABAN UNA RENTA ACTUAL POR EL PRIVILEGIO DE CULTIVARLAS.
 
ALGUNOS SEÑORES EMPRENDEDORES TUVIERON GRAN ÉXITO EN ESTE NEGOCIO DE
ALQUILAR LO QUE ANTES SOLO HABÍA SIDO YERMOS.
LOS SIERVOS PODÍAN ENCONTRAR AHORA QUE ERA LIBRE, TIERRA QUE NO IMPLICABA EL
SERVICIO DEL TRABAJO, SINO SOLO UNA RENTA MONETARIA.
 
EL SEÑOR HABÍA COMPRENDIDO QUE EL TRABAJO LIBRE ERA MAS PRODUCTIVO QUE EL
TRABAJO ESCLAVO. ERA MEJOR QUE EL TRABAJO JORNAL. GRANDES NÚMEROS DE
SIERVOS, ADEMÁS DE COMPRAR LA LIBERTAD DE SU TIERRA DE LA OBLIGACIÓN DE
SERVICIOS DE TRABAJO, TAMBIÉN COMPARABAN SU LIBERTAD PERSONAL.
LA TIERRA NO FUE TOCADA POR EL AZOTE, PERO SU VALOR ESTABA EN RELACIÓN CON SU
PRODUCTIVIDAD Y EL FACTOR ESENCIAL DE ESTA ERA EL TRABAJO. Y COMO LA OFERTA
DE BRAZOS DIMINUYO, LA RELATIVA DEMANDA AUMENTO. LA LABOR DEL CAMPESINO
VALIÓ MÁS QUE ANTES.
 
LOS SEÑORES FEUDALES NO PUDIERON IMPEDIR EL PROCESO DEL DESARROLLO AGRARIO.
LA ANTIGUA ORGANIZACIÓN FEUDAL FUE DESTRUIDA POR LA PRESIÓN DE LAS FUERZAS
ECONÓMICAS, QUE NO PODÍAN SER RESISTIDAS.
 
                                                                                                       VI.      “Y NINGÚN EXTRAÑO
TRABAJARA…”
 
LA INDUSTRIA CAMBIO.
 
LA FAMILIA REALIZABA SUS MUEBLES, TEJÍA E HILABA SU ROPA, ERAN LOS ARTESANOS
DE LAS VILLAS ENTRE LOS CIERVOS DEL SEÑOR.
EL AUGE DE LAS CIUDADES Y  EL EMPLEO DEL DINERO DIERON A ESTOS ARTESANOS LA
OPORTUNIDAD DE ABANDONAR LA AGRICULTURA Y GANARSE LA VIDA CON LA
ARTESANÍA Y SE LE IBA BIEN SE APOYABA DE UN AYUDANTE.
HABÍA DOS CLASES DE AYUDANTES, LOS APRENDICES, VIVIAN CON SU MAESTRO,
TRABAJABAN Y APRENDÍAN EL OFICIO Y LOS JORNALEROS, SI AL FINAL DEL EJERCICIO EL
APRENDIZ APROBABA PARA SER ARTESANO, POSEÍA PONER SU TALLER.
 
ORGANIZARON UNA ASOCIACIÓN LLAMADA “GREMIO” TODOS LOS QUE TRABAJABAN EN
UN OFICIO DETERMINADO EN UNA CIUDAD, TODOS LOS QUE TENÍAN EL MISMO TRABAJO
MAESTROS Y AYUDANTES PERTENECÍAN AL GREMIO, PORQUE EL APRENDIZ Y EL PATRÓN
NO TENÍAN UNA DISTANCIA ALEJADA.
 
EL GREMIO DE LOS TAWYERS, O CURTIDORES DE PIELES BLANCAS EN LONDRES QUE
TENÍAN SUS ORDENANZAS DE LOS GREMIOS ARTESANOS:
ü      AYUDA DE 7 DENARIOS A LOS QUE NO PUEDAN TRABAJAR.
ü      NINGÚN EXTRAÑO TRABAJARA EN DICHO OFICIO.
ü      NADIE TOMARA AL HOMBRE QUE SIRVA A OTRO PARA TRABAJAR CON EL.
ü      SI ALGUNO NO SE DIRIGE CON RESPETO A SU MAESTRO, EL GREMIO NO LE
DARÁ TRABAJO.
ü      NADIE QUE NO HAYA SIDO APRENDIZ SERÁ LIBERADO DE ESTE.
 
PELEARON POR LOS MONOPOLIOS RESPECTIVOS DE SUS CIUDAD, NO PERMITIERON LA
PARTICIPACIÓN DE INTRUSOS EN SU MERCADO, MIENTRAS SE ASEGURABAN QUE LOS
GREMIOS AJENOS NO SE INMISCUYERAN EN SU MONOPOLIO, TENÍAN AL MISMO TIEMPO
CIUDADES EN LAS QUE NO HABÍA PRACTICAS DESLEALES.
LOS SUPERVISORES DE LOS GREMIOS EJERCÍAN FUNCIONES DE SUPERVISIÓN DE PESOS Y
MEDIDAS DE LAS MATERIAS PRIMAS USADAS POR LOS MIEMBROS Y SUPERVISABAN EL
PRODUCTO TERMINADO.
 
EL ARTESANO SABIA LA MATERIA PRIMA COSTABA Y QUE ESTO DETERMINABA EL PRECIO
DEL PRODUCTO TERMINADO, EL CAMBIO EN LA CONDICIONES SOCIALES Y ECONÓMICAS
TRAJO UN CAMBIO EN LAS IDEAS ECONÓMICAS.
CUANDO EL MERCADO CONSISTIÓ SOLO DE COMPRADORES Y VENDEDORES DE ARTÍCULOS
FABRICADOS EN LA CIUDAD, EL EXTENDERSE EL COMERCIO, LAS CONDICIONES QUE
AFECTABAN AL MERCADO FUERON VARIABLES Y EL PRECIO JUSTO YA NO ERA PRACTICO.
 
LA PRIMERA CAUSA DE RUPTURA EN LOS GREMIOS FUERON LA IGUALDAD ENTRE
MAESTROS Y LA FACILIDAD CON QUE LOS ARTESANOS PODÍAN SER MAESTROS.
 
LAS UNIONES DE JORNALEROS EN LONDRES EN 1936 Y MAS TARDE EN FRANCIA,
PRETENDÍAN CONSEGUIR SALARIOS MAS ALTOS PARA SUS MIEMBROS, ESTO SE AGRAVO
CON LA MUERTE  NEGREO (LA PLAGA). CON LA GRAN DEMANDA DE TRABAJO, LOS
SALARIOS AUMENTARON ENORMEMENTE.
 
ASÍ SE PROMULGARON LAS LEYES CON ALTOS PAGOS EN LAS ALDEAS, LOS JORNALEROS
SALÍAN MEJOR QUE MUCHOS OTROS TRABAJADORES A LOS QUE NO SE LES PERMITÍA
UNIRSE A ESAS ORGANIZACIONES.
DESPUÉS DEL PERIODO DE DESORDEN, LOS GREMIOS ENCONTRARON SU DECADENCIA, EL
PODERÍO DE LAS CIUDADES LIBRES SE DEBILITO Y SE VIERON CONTROLADAS DESDE
AFUERA POR ALGUIEN MUY FUERTE COMO UN REY, PRÍNCIPE O DUQUE.
 
                                                                                                                                        VII.      AHÍ VIENE EL
REY
 
LA INDUSTRIA DEJO LA CASA DE FAMILIA PARA IRSE A LA CIUDAD., PARA LOS GREMIOS
LOS PRODUCTOS DE SUS MONOPOLIOS ERAN TAN EXTRANJEROS COMO LOS QUE
PROVENÍAN DE L EXTRANJERO., AUNQUE LOS PAÍSES NO EXISTÍAN, PERO CERCA DEL
SIGLO XV SURGIERON, ASÍ QUE PRONTO COMENZARÍAN LAS DIVISIONES TERRITORIALES,
PARA PODER IDENTIFICAR LOS PUEBLOS, Y ESTOS SE IDENTIFICABAN CON LA MISMA
LENGUA, O POR LAS REGULACIONES SOCIALES QUE TUVIERAN, YA QUE AHORA NO LE
DEBÍAN LEALTAD A UN SEÑOR FEUDAL NI MUCHO MENOS AUN BURGUÉS AHORA A QUIEN
DEBÍAN LEALTAD ERA AL REY.
 
LOS CAMBIOS EN LA PRODUCCIÓN Y EL SISTEMA DE VIDA PROPICIARON NUEVAS
INSTITUCIONES SOCIALES. LOS DE LA CLASE MEDIA PUGNABAN POR UNA DEFENSA DE
INTERESES, ASÍ COMO POR SEGURIDAD DE SUS NEGOCIOS. AUNQUE EL REY EXISTÍA Y
TENIA AUTORIDAD ESTA NO BASTABA YA QUE ESTA ERA MUY DÉBIL.
 
LOS PASOS EN UNA AUTORIDAD CENTRAL TARDARON EN LLEGAR, ALGUNOS DE LOS
PODERES COMO EL DE LOS LORES, LOS BARONES O LOS FEUDALES DIMINUYERON, POR SU
DESCENSO ECONÓMICO, OCASIONADO POR GUERRAS Y POR PERDIDA DE TIERRAS Y
SIERVOS.
 
LA PÓLVORA, LA ARMADURA Y EL CAÑÓN FUERON LOS MEJORES ALIADOS DE LOS RICOS Y
DE LA REALEZA. EL REY Y LOS GRUPOS COMERCIALES SE HACÍAN PRESTAMOS PARA ASIA
PODER RECIBIR BENEFICIOS A CAMBIO.
 
NO HABÍA UN SISTEMA NACIONAL DE IMPUESTOS, POR LO CONSIGUIENTE LOS
COMERCIANTES ERAN LIBRES DE DIVAGAR SIEMPRE Y CUANDO TUVIESEN LA ORDENANZA
DEL  REY.
 
EL PODER DE LA MONARQUÍA DESTRUYO LOS MONOPOLIOS LOCALES, E BENEFICIO DE
TODA NACIÓN, DESTRUYENDO LAS LEYES Y ORDENANZAS DE LOS MONOPOLIOS, EN
ALGUNAS CIUDADES EL ESTADO REEMPLAZO LA CIUDAD, PERO EN ALGUNAS OTRAS NO
FUE TAN FÁCIL DE INSTITUIRLA.
 
LAS LEYES CONTABAN EL DINERO DE OBTENÍAN DE LOS MAGISTRADOS, LA BURGUESÍA Y
EMPLEADOS, LOS BURGUESES APOYABAN AL ESTADO ECONÓMICAMENTE HABLANDO, LO
QUE LOS AYUDO A TENER PRIVILEGIOS TANTO ECONÓMICOS  COMO SOCIALES.
 
EN LA MONARQUÍA SOLO PODÍA SER ACEPTADO UN JEFE DE ESTADO, EL ÚNICO RIVAL DEL
GRAN PODER DE LOS SOBERANOS ERA LA IGLESIA, PERO COMO  LA IGLESIA NO ACEPTABA
QUE EL ESTADO TUVIERA DOS JEFES DE ESTADO Y MUCHO MENOS QUE UNO FUERA EL
OBISPO Y OTRO FUERA EL REY, HUBO RIÑAS CONSTANTES ENTRE AMBAS PARTES.
 
EN ALEMANIA ESTALLO UNA REBELIÓN DE CAMPESINOS, HACIENDO A SUS PARTIDARIOS
NACIONALISTAS, YA QUE LA OPOSICIÓN RELIGIOSA DE ROMA NO COINCIDIÓ CON SUS
INTERESES, IMPULSANDO A SU GENTE A EXPULSAR A TODOS LOS EXTRANJEROS,
INCLUYENDO A CLÉRIGOS Y MONARCAS. ASÍ QUE EL REY PODÍA CONTENER LAS LUCHAS,
PERO LAS ESCUELAS CATÓLICAS SE VOLVIERON INDEPENDIENTES, QUE FUERON
FUNDADAS POR LOS COMERCIANTES.
 
LA CLASE MEDIA ENCONTRÓ EL CAMINO DEL PROGRESO EN EL SISTEMA FEUDAL, ANTES
DE QUE LA CLASE MEDIA DESTRUYERA AL FEUDALISMO, HUBO LA LLAMADA REFORMA
PROTESTANTE QUE SE REFERÍA A QUE CADA PAÍS TENIA QUE ATACAR LA ORGANIZACIÓN
CENTRAL DE LA IGLESIA.
 
                                                                                                                                       VIII.      EL HOMBRE
RICO
 
LOS REYES DE LA EDAD MEDIA QUE QUERÍAN SER COMO EL REY MIDAS SE VOLVIERON A
LA REVALORACIÓN COMO UN SUSTITUYO CONTABLE PARA OBTENER DINERO.
 
LAS DEVALUACIONES SIGNIFICAN LA REDUCCIÓN DE LA CANTIDAD DE ORO O DE PLATA
DE LA MONEDA. EL VALOR DE LA MONEDAS EN CIRCULACIÓN DEPENDE DEL VALOR DE SU
CONTENIDO EN METAL, DE MODO QUE MIENTRAS MENOS PLATA U ORO HAYA EN UNA
MONEDA, MENOS VALOR TENIA ESTE, A PESAR DEL HECHO DE QUE TENGA LA MISMA
DENOMINACIÓN QUE OTRA.
 
CUANDO EL VALOR DEL DINERO CAMBIA RÁPIDAMENTE PERJUDICA AL COMERCIO, YA
QUE LOS PRECIOS SUBEN, Y LOS QUE TIENEN INGRESOS FIJOS SUFREN. HUBO 17 CAMBIOS E
N EL VALOR DE LA MONEDA.
 
LAS GANANCIAS QUE SE PUEDEN OBTENER DEL DINERO, EL PRIMERO SE OBTIENE
MEDIANTE EL ARTE DE CAMBIO, POR LA USURA Y POR LA ALTERACIÓN DEL VALOR DEL
DINERO. COMO RESULTADO DE LAS ALTERACIONES EL PUEBLO NO PODÍA SABER YA CUAL
ERA EL VALOR DE LA MONEDA.
 
EN LA ÉPOCA EN LA QUE EL ORO Y LA PLATA ERAN TAN INDISPENSABLES LA EXPANSIÓN
DEL COMERCIO CONDUJO A SU VEZ EL DESCUBRIMIENTO DE GRANDES DEPÓSITOS DE 
METALES  PRECIOSOS
 
LA EXTENSIÓN DEL MERCADO FUE MUCHO MAYOR QUE EN NINGÚN OTRO TIEMPO.
 
CUANDO LA PRODUCCIÓN ES LIMITADA, LAS UTILIDADES SUBEN.
 
HUBO GRANDES GUERRAS LAS CUALES FUERON CASI CONTINUAS, Y COMO HABÍA QUE
PAGARLAS, ESTA ERAN FINANCIADAS POR LOS HOMBRES RICOS, TAMBIÉN POR LOS
COMERCIANTES Y ALGUNOS BANQUEROS DE LA ÉPOCA.
 
                                                                                                                    IX.      POBRE, MENDIGO,
LADRÓN...
 
LA EDAD DE LOS FUGGER FUE TAMBIÉN LA EDAD DE LOS MENDIGOS. LAS CIFRAS DEL
NÚMERO DE MENDIGOS EN LOS SIGLOS XVI Y XVII SON ASOMBROSAS. EN 1630 UNA
CUARTA PARTE DE LA POBLACIÓN DE PARÍS ESTABA FORMADA POR LIMOSNEROS Y EN
LOS DESTRITOS RURALES DE FRANCIA SU TOTAL ERA IGUALMENTE GRANDE, PERO SE
QUEDABA ATRÁS INGLATERRA, HOLANDA Y SUIZA.
 
LOS JORNALEROS Y LOS OBREROS NO ESTABAN EXENTOS A DIFERENCIA DE LOS
COMERCIANTES.
SIN DUDA ALGUNA TAMBIÉN RESULTARON PERJUDICADOS LOS RENTISTAS, QUIENES
VIVÍAN DE ANUALIDADES Y PENSIONES O DEL PRODUCTO DE VALORES CON UN
DETERMINADO INTERÉS.
 
LA CRIANZA DE GANADO OVINO FUE UNA OPORTUNIDAD DE OBTENER DINERO
CONVIRTIENDO LAS TIERRAS DE LABRANZA EN TIERRAS  PASTORILES.
 
ESTO ERA MAS DINERO PARA EL LORD Y PÉRDIDA DE SU OCUPACIÓN Y DE UN MEDIO DE
VIDA PARA LOS LABRADORES. CUANDO UN NUEVO ARRENDATARIO SE ENCARGABA DE LA
POSESIÓN SE PAGABAN LAS RENTAS Y LAS MULTAS  SE HACÍAN ESTACIONARIAS.
 
CON LA FINALIDAD DE EXPULSAR AL ARRENDATARIO SE UTILIZÓ CUALQUIER MEDIO
POSIBLE, INNUMERABLES ALDEAS QUEDARON ABANDONADAS DEBIDO QUE LA
POBLACIÓN FUE MURIENDO DE HAMBRE, ROBANDO, MENDIGAN.  A LA POSTE SE LA
PROMULGAN  LEYES CONTRA LAS CERCAS.
 
                                                                   X.      SE NECESITA AYUDA HASTA DE NIÑOS DE DOS
AÑOS
 
LA EXPANSIÓN DEL MERCADO CREO UN INTERMEDIARIO, CUYA LABOR FUE HACER QUE
LOS ARTÍCULOS PRODUCIDOS POR LOS OBREROS LEGASEN AL CONSUMIDOR. EN
INTERMEDIARIO LE LLEVA LA MATERIA PRIMA, Y SE ENCARGA DEL PRODUCTO ACABADO.
EL MÉTODO POR EL CUAL EL INTERMEDIARIO EMPLEA UN NUMERO DE ARTESANOS PARA
QUE TRABAJEN SU MATERIAL EN SUS CASA ES LLAMADO DOMESTICO. PERO MIENTRAS EL
MÉTODO DE FABRICACIÓN SIGUE SIENDO EL MISMO, LA COLOCACIÓN DE LOS PRODUCTOS
QUEDA SOBRE UNA NUEVA BASE CON EL INTERMEDIARIO ACTUANDO COMO
COMERCIANTE.
 
CADA OBRERO TIENE UN TAREA PARTICULAR. ESTA AHORRA TIEMPO Y ACTIVA LA
PRODUCCIÓN.
 
LA TRADICIÓN GOBERNABA LOS GREMIOS. LOS VIEJOS MÉTODOS, EL VIEJO MERCADO, EL
VIEJO MONOPOLIO, EL NEGOCIO COMO SIEMPRE ERA LO MAS ADECUADO A LOS GREMIOS.
EL GREMIO QUERÍA CAMBIAR LOS MÉTODOS VIEJOS, ABASTECER EL NUEVO MERCADO Y
COMBATIR EL VIEJO MONOPOLIO GREMIAL.
 
EL  CAPITAL TUVO UNA PARTE IMPORTANTE. COSTABA MUCHO DINERO COMPRARA LAS
MATERIAS PRIMAS PARA UNA REGIÓN DE OBREROS. FUE EL HOMBRE CON DINERO, EL
CAPITALISTA, QUIEN VINO A SER LA CABEZA DIRECTORIA DEL SISTEMA DOMESTICO. LOS
GOBIERNOS CONCEDIERON MONOPOLIOS A LOS QUE SE ATUVIERAN A ARRIESGAR SUS
DINERO EN ESTAS AVENTURAS. LAS NUEVAS INDUSTRIAS FUERON ORGANIZADAS DESDE
EL COMIENZO SOBRE UNA BASE CAPITALISTA.
 
LOS ARTESANOS INDEPENDIENTES TENDIERON A DESAPARECER, Y EN SU LUGAR SURGIÓ
UNA CLASE DE ASALARIADOS CADA VEZ AMAS DEPENDIENTES DEL CAPITALISTA-
COMERCIANTE- INTERMEDIARIO-EMPRESARIO.
 
                                                                                                                            XI.      ORO GRANDEZA Y
GLORIA
 
DESPUÉS DE ORGANIZAR EL ESTAFOP NACIONAL SE VOLTEA A LA CREACIÓN DE UN
ESTADO ECONÓMICO TRATANDO DE ENRIQUECER ALA NACIÓN POR MEDIO DE LEYES
MERCANTILES SE DA EL SURGIMIENTO DEL MERCANTILISMOS EL CUAL PLANTEA QUE UN
RACIONE S RICA POR LA CANTIDAD DE ORO Y PLATA QUE ESTA POSEE Y POR ESTO LAS
NACIONES ESTABLECEN UNA SERIE DE RESTRICCIONES A LA EXPORTACIÓN DE ORO Y
PLATA PORQUE ESTO GENERA LA PERDIDA DE RIQUEZAS D ELA NACIÓN Y SE CREA UN
SISTEMA QUE PROMUEVE A LA EXPORTACIÓN SOBRE LA IMPORTACIÓN, DE UNA NACIÓN
ADEMÁS DE LOS SUBSIDIOS A LOS PRODUCTOS EXPORTADORES NACIONALES PARA QUE SE
PRODUZCA MAS RIQUEZA, Y UNA POLÍTICA PROTECCIONISTA DE LAS NACIONES, ADEMÁS
DE TENER EN MENTE QUE UN PAÍS SOLO DEBE CONSUMIR DE SU PROPIA INDUSTRIA Y
EXPORTAR DE ESTA Y EL REINO FOMENTE LA ATRACCIÓN DE PRODUCTORES HACIA LA
NACIÓN.
 
EL MERCANTILISMO IMPONE  AL LOS PRODUCTORES Y NO LES PERMITE QUE EXISTA UN
COMERCIO LIBRE, SINO EN BENEFICIO DE LA NACIÓN Y TENER UN CONCEPTO DE QUE LA
INDUSTRIA ATRAÍDA GENERABA EMPLEOS, FOMENTABA Y DABA PRIVILEGIOS A LOS
MONOPOLIOS, COBRANDO UNA CUOTA O MAS BIEN PAGOS POR LOS PRIVILEGIOS.
 
LA NACIÓN SE PREOCUPO POR  ENRIQUECERSE A EXPENSA DE QUE DE PERJUDICAR A SUS
MISMOS PRODUCTORES ESTA PLANTEA LA POLÍTICA MERCANTILISTA.
 
                                                                                                                                      XII.      ¡DEJADNOS
HACER!
 
LA RIQUEZA DE LAS NACIONES (ADAM SMITH) PROVOCA REBELIONES EN 1776.
LOS HOMBRES RICOS QUERÍAN EJERCITAR EL PODER QUE LES DABA EL CAPITAL.
1820, OCHO DE MAYO, DIARIO DE LA CÁMARA DE LO COMUNES: “UNA PETICIÓN DE LOS
COMERCIANTES DE LA CIUDAD LONDINENSE FUE PRESENTADA Y LEÍDA  EXPONIENDO QUE
EL COMERCIO EXTERIOR ES CREADOR EMINENTE DE LA RIQUEZA Y PROSPERIDAD DE UN
PAÍS, PERMITIENDO IMPORTAR LOS PRODUCTOS Y ARTÍCULOS PARA LOS QUE EL SUELO,
CLIMA, CAPITAL E INDUSTRIA DE OTRAS NACIONES O TERRITORIOS ESTÁN MEJOR
PREPARADOS Y EXPORTAR A AQUELLAS PRODUCTOS Y ARTÍCULOS PARA LOS CUALES LA
SITUACIÓN PROPIA ES MÁS ADECUADA".
 
ADAM SMITH SE DEDICÓ A ESTUDIAR LAS CAUSAS QUE INFLUYEN EN LA PRODUCCIÓN Y
DISTRIBUCIÓN DE LA RIQUEZA.
 
LAS COLONIAS EN LA LUCHA POR LA RIQUEZA DE LA MADRE PATRIA FUERON DE GRAN
AYUDA.
CON EL COMERCIO EL ESTADO CONSOLIDA SU GRANDEZA. EL MERCANTILISMO FUE
COMERCIALISMO.
 
                                                                                                                  XIII.      “EL VIEJO ORDEN
CAMBIA”
 
EN EL SIGLO XVIII FRANCIA CARGABA DE IMPUESTOS AL POBRE Y EXCLUYENDO AL RICO.
 
EL CLERO Y LA NOBLEZA CREÍAN QUE SERIA FINAL  DE RANCIA CUANDO EL GOBIERNO
FRANCÉS ESTABA EN APUROS, ALGUNOS FUNCIONARIOS PENSABAN QUE TENÍAN QUE
GRAVAR A LOS PRIVILEGIADOS AL IGUAL QUE LOS QUE NO TUVIERAN PRIVILEGIOS.
 
EL CLERO Y LA NOBLEZA ERAN EL PRIMER Y SEGUNDO ESTADO RESPECTIVAMENTE, EL
PUEBLO ERA EL TERCERO.
 
LA REVOLUCIÓN FRANCESA ESTALLO EN 1789, LOS CAMPESINOS HABÍAN PODIDO
AHORRAR LO SUFICIENTE DE LA PORCIÓN QUE LES QUEDABA DESPUÉS DE PAGAR TODOS
LOS IMPUESTOS DE LA TIERRA, ESTO ESTALLO PORQUE UN TERCIO DE FRANCIA ESTABA EN
LAS MANOS DEL TRABAJADOR, Y COMO LO HABÍAMOS VISTO EN CAPÍTULOS PASADOS,
APRENDIERON A UNIR FUERZAS. LOS CAMPESINOS NECESITABAN AYUDA Y DIRECCIÓN Y
LA VINIERON A ENCONTRAR EN LA BURGUESÍA.
 
LA BURGUESÍA ASPIRABA A QUE SU PODER POLÍTICO CORRIESE AL PAREJO DE SU PODER
ECONÓMICO, TUVIERON UNA OPORTUNIDAD Y ESTA SE DIO PORQUE FRANCIA SE VIO EN
VUELTA EN TAL CONFUSIÓN QUE NO PUDO SALIR DE LOS VIEJOS MÉTODOS, Y EL
RESULTADO FUE UNA REVOLUCIÓN.
 
CUANDO EL AMBIENTE SE TRANQUILIZO AL TERMINO DE LA BATALLA SE VIO QUE LA
BURGUESÍA HABÍA GANADO EL DERECHO DE COMPRAR Y VENDER EN LOS PAÍSES
CONQUISTADOS POR NAPOLEÓN, LA REVOLUCIÓN AYUDO A TERMINAR CON EL
FEUDALISMO, CARACTERIZADA POR TRES BATALLAS LA PRIMERA LA REFORMA
PROTESTANTE, LA SEGUNDA LA REVOLUCIÓN EN INGLATERRA Y LA TERCERA FUE LA
FRANCESA, ASÍ QUE EN LUGAR DE L FEUDALISMO SE VIO UN SISTEMA SOCIAL DISTINTO
FUNDADO EN EL CAMBIO LIBRE DE MERCANCÍAS CON EL OBJETO DE HACER UTILIDADES,
AHORA COMÚNMENTE CONOCIDO COMO CAPITALISMO.
 
 
SEGUNDA PARTE
DEL CAPITALISMO A…?
 
                                                                                                             XIV.      ¿DE DONDE VINO EL
DINERO?
 
ANTES DEL CAPITALISMO, EL CAPITAL SE ACUMULO ATRAES DEL COMERCIO, PERO ERA
NECESARIO ALGO MAS, QUE EL CAPITAL ACUMULADO PARA QUE LA PRODUCCIÓN
CAPITALISTA PUDIERA COMENZAR. FUE EN INGLATERRA DONDE EL CAPITALISMO SE
DESARROLLO EN GRAN ESCALA.
PRIMERO LOS TERRATENIENTES LES INTERESABA TENER UTILIDADES A EXPENSAS DE LA
TIERRA, CUANDO ESTA QUEDABA EN MANOS DE AGRICULTORES SE CONVERTÍAN EN
HOMBRES QUE GANAN LA SUBSISTENCIA TRABAJANDO PARA OTROS.
 
UN MUNDO DOMINADO POR COMERCIANTES REQUERÍA RELIGIÓN DIFERENTE DE LA DEL
MUNDO DOMINADO POR EL CLÉRIGO Y LOS GUERREROS.
 
EN UNA SOCIEDAD DONDE LA FINALIDAD ERA EL LUCRO, LA IGLESIA TENIA QUE ACTUAR
DE MANERA DIFERENTE, ES DECIR, EL CAMINO DE LA RIQUEZA DEPENDE DE LA INDUSTRIA
SIN DESPERDICIAR TIEMPO Y DINERO
 
LA MORAL, LA POLÍTICA, LA LITERATURA Y LA RELIGIÓN, CONSPIRARON PARA PROMOVER
EL AHORRO, PROVOCANDO LA ACUMULACIÓN DE CAPITAL QUE VENDRÍA A HACER DEL
COMERCIO, ASÍ FUE COMO LLEGO A SER CAPITALISTA EL NUEVO SISTEMA.
 
 
                XV.      LA REVOLUCIÓN EN LA INDUSTRIA, LA AGRICULTURA Y LOS
TRANSPORTES
 
CON LA INVENCIÓN DE LA MAQUINA DE VAPOR VINO UN CAMBIO IMPORTANTE EN EL
MÉTODO DE PRODUCCIÓN, QUE SIGNIFICABA EL AUGE DEL SISTEMA DE FABRICAS EN
ESCALA, YA QUE EL SISTEMA MANUFACTURERO REPRESENTO UN AUMENTO EN LA
PRODUCCIÓN.
 
GRACIAS A ESO SE PUDIERON PERFECCIONAR LAS HERRAMIENTAS Y LA MAQUINARIA QUE
ERAN UTILIZADAS EN LA INDUSTRIA , PARA PODER PRODUCIR MAS ARTÍCULOS, CON
MAYOR VELOCIDAD, Y ASÍ MISMO PODER CONSEGUIR MAS Y MEJORES COSECHAS , YA QUE
DE NADA SERVIRÍA NO LLEVARLE AL PUEBLO LO QUE NECESITABA, PERO POCO MAS
TARDE PARA HACER MAS EXACTOS EN EL SIGLO XVIII COMENZÓ CON LA MEJORA DE
ESTOS Y CONSTRUYERON CANALES.
 
LA REVOLUCIÓN DEL TRANSPORTE NO SOLO HIZO QUE EL MERCADO SE AMPLIARA EL
MERCADO DOMESTICO, SINO PERMITIÓ QUE EL MERCADO MUNDIAL SE HICIERA
DOMESTICO
 
                                                    XVI.      “LA SEMILLA QUE TU SIEMBRES, OTRO LA
COSECHARA…”
 
1836, UN ESCRITOR SEÑALA: MAS DE UN MILLÓN DE SERES HUMANOS ESTÁN
LITERALMENTE MURIÉNDOSE DE HAMBRE Y EL NÚMERO ESTÁ IN CONSTANTE
AUMENTO...ES UNA NUEVA ERA EN LA HISTORIA DEL COMERCIO, DE LA QUE UN ACTIVO
CRECIENTE COMERCIO DEBE SER EL ÍNDICE, PARA NO MEJORAR LA CONDICIÓN DEL
TRABAJADOR  Y DE SU CLASE, SINO PARA SU POBREZA Y DEGRADACIÓN.
 
ISRAEL PRESENTA DOS INGLATERRA, EN SU OBRA CIVIL." DOS NACIONES, ENTRE LAS
CUALES NO HAY ÍNTER CURSO NI SIMPATÍA, SON ORDENADO DE DISTINTAS MANERAS Y
NO SON GOBERNADAS POR LAS MISMAS LEYES"
                 
CON LA MAQUINARÍA Y EL SISTEMA FABRIL. EL RICO FUE MAS RICO Y EL POBRE MAS
POBRE.
PARA LOS PROPIETARIOS DE LA PLANTA, LAS MAQUINAS REPRESENTABAN EL CAPITAL.
 
LOS CAPITALISTAS LLEGARON A PENSAR QUE PODÍAN HACER LOS QUE QUISIERAN. NO
HACÍAN DISTINCIÓN ENTRE LAS MÁQUINAS Y SUS TRABAJADORES YA QUE SOLO ERAN
UNA INVERSIÓN MONETARIA. PAGAN BAJAMENTE LAS JORNADAS A LAS MUJERES Y LOS
NIÑOS QUE A LOS HOMBRES. AL PRINCIPIO LOS PROPIETARIOS DE LAS FABRICAS
COMPRARON EL TRABAJO DE INFANTES DESAMPARADOS. MAS TARDE SE DEBIÓ A LAS
BAJAS GANANCIAS DEL PADRE Y LA MADRE OBREROS, LA LABOR INFANTIL FUE EL
FUNDAMENTO DEL SISTEMA.
 
EL LUDISMO SE ENCARGÓ DE DESTRUIR A LA MÁQUINAS LA CUALES ERA ENEMIGAS DEL
HOMBRE. EN INGLATERRA, LA CLASE TRABAJADORA SE ALINEÓ ATRÁS DEL MOVIMIENTO
CARTISTA, EL CUAL LUCHABA POR LA DEMOCRACIA POLÍTICA. STENPHENS DIJO: " EL
CARTISMO NOS ES UN MOVIMIENTO POLÍTICO EN EL QUE LO PRINCIPAL ES GANAR LAS
URNAS. EL CARTISMO ES UNA CUESTIÓN DE "TENEDOR Y CUCHILLO ("BUENA CASA, BUENA
COMIDA Y BEBIDA, Y CORTAS HORAS DE TRABAJO").
 
DE MANERA INDEPENDIENTE SURGEN LOS SINDICATOS SIENDO MAS FUERTES EN LOS
PAÍSES INDUSTRIALIZADOS. CON EL DESARROLLO CAPITALISTA CRECIÓ LA CLASE
OBRERA, EL ESPÍRITU DE CLASE Y LOS MEDIOS FÍSICOS DE COOPERACIÓN Y
COMUNICACIÓN FUERON EVIDENTES.
 
                                                                                                 XVII.      ¿LEYES NATURALES? ¿DE
QUIEN?
 
LOS ECONOMISTAS DEL TIEMPO DE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL, DESARROLLARON UNA
SERIE DE LEYES DE LAS QUE DIJERON SER TAN CIERTAS PARA EL MUNDO SOCIAL Y
ECONÓMICO, COMO LO ERAN LAS LEYES DE LOS CIENTÍFICOS PARRA EL MUNDO FÍSICO.
 
FORMULARON, ASÍ, UN SERIE DE DOCTRINAS QUE ERAN LAS LEYES NATURALES DE LA
ECONOMÍA. DURANTE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL EN INGLATERRA SURGIERON TEORÍAS
ECONÓMICAS BASADAS EN LAS CONDICIONES DEL TIEMPO. A ESTE CONJUNTO DE FERIAS
LO CONOCEMOS COMO “ECONOMÍA CLÁSICA”.
 
EL HOMBRE DE NEGOCIOS MANTENÍA LOS OJOS MUY ABIERTOS A SUS GRANDES
OPORTUNIDADES. ESTABA ÁVIDO DE UTILIDADES. JUNTO A EL, ESTABAN LOS
ECONOMISTAS CLÁSICOS QUE LE DECÍAN EN QUE, EXACTAMENTE, DEBÍA INTERESARSE.
 
EL BIENESTAR DE LA SOCIEDAD ESTA UNIDO AL DEL INDIVIDUO (“TRABAJE PARA SI MISMO
Y ESTARÁ SIRVIENDO AL BIEN DE TODOS”).
 
LA FUSIÓN DEL GOBIERNO ERA PRESERVAR LA PAZ, PROTEGE LA PROPIEDAD Y
ABSTENERSE DE TODA INTERVENCIÓN.
 
LA COMPETENCIA DE SER LA ORDEN DEL DIA, PUES ESTA MANTIENE BAJOS LOS PRECIOS Y
ASEGURA EL ÉXITO DE LOS PODEROSOS Y EFICIENTES, MIENTRAS ELIMINA A LOS DÉBILES
Y EFICIENTES.
 
LAS LEYES DEL MAÍZ, TAN UTILIZADAS EN ESA ÉPOCA, ERAN UNA CLASE DE TARIFA
PROTECCIONISTA PARA EL TRIGO. NO PODIA IMPORTARSE TRIGO HASTA QUE EL PRECIO
DEL COSECHADO EN EL PAÍS, ALCANCE CIERTO NIVEL. ESTO PERMITÍA ASEGURAR AL
AGRICULTOR UN BUEN PRECIO POR SU GRANO.
 
HUBO ESFUERZOS PARA APROBAR LEYES PRODUCIENDO LAS HORAS DE TRABAJO. LOS
ESFUERZOS COMBINADOS DE LOS TRABAJADORES, LOS HUMANITARIO Y LOS
TERRATENIENTES TUVIERON ÉXITO Y LAS LEYES DE LAS FÁBRICAS, RESTRINGIENDO LAS
HORAS DE LABOR Y REGULANDO LAS CONDICIONES DE ESTA, FUERON APROBADAS.
 
“LA ECONOMÍA POLÍTICA ESTABA EN CONTRA DEL TRABAJADOR”. ESTABA DE PARTE DEL
HOMBRE DE NEGOCIOS, ESPECIALMENTE EN INGLATERRA.
 
LA ECONOMÍA CLÁSICA, TAN POPULAR E INFLUYENTE EN LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO
XIX, COMENZÓ A PERDER ALGO DE SUS FUERZAS EN LA SEGUNDA MITAD.
 
                                                                                     XVIII.      ¡PROLETARIOS DEL MUNDO.
UNÍOS…!
 
EL PRINCIPIO MAS IMPORTANTE DE LOS PLANIFICADORES, DE LA UTOPÍA SEA LA
ABOLICIÓN DEL CAPITALISMO. LA UTOPÍA IMPLICA UNA SOCIEDAD PLANIFICADA QUE
SERIA EFICIENTE Y JUSTA.
 
LA UTOPÍA VE EN LA PROPIEDAD COMÚN DE LOS MEDIOS DE PRODUCCIÓN, LA
PRODUCCIÓN DE LOS MEDIOS DE UNA BUENA VIDA.
 
KARL MAX: ERA SOCIALISTA, QUERÍA MEJORAR LA CONDICIÓN DE LA CLASE
TRABAJADORA, QUERÍA UNA SOCIEDAD PLANIFICADA Y QUERÍA QUE LOS MEDIOS DE
PRODUCCIÓN FUESEN DE LA PROPIEDAD DEL PUEBLO. EL HOMBRE DE SU MÁS
IMPORTANTE OBRA ES “EL CAPITAL ANÁLISIS CRÍTICO DE LA PRODUCCIÓN CAPITALISTA”. 
LA ECONOMÍA DE MARX SE LLAMA LA ECONOMÍA DEL TRABAJAR.  EL PUNTO
FUNDAMENTAL DE LA DOCTRINA DE MARX  ES QUE EL SISTEMA CAPITALISTA SE BASA EN
LA EXPLOTACIÓN DEL TRABAJO; A FIRMA QUE EL OBRERO EN LA SOCIEDAD CAPITALISTA,
ES EXPLOTADO COMO LOS SIERVOS NE  LA SOCIEDAD FEUDAL, SOLO QUE ERA DE MANERA
OCULTA Y ASÍ SACO SU TEORÍA DE LA “PLUSVALÍA”, EL VALOR DE LOS ARTÍCULOS
DEPENDE DE LA CANTIDAD DE TRABAJO QUE SE NECESITA PARA PRODUCIRLOS.
 
FREDERICK ENGLES Y MARX: EN 19848,  ANALIZARON LA SOCIEDAD CAPITALISTA Y
SEÑALARON CIERTAS CARACTERÍSTICAS DENTRO DEL SISTEMA DE PRODUCCIÓN QUE,
SEGÚN RAZONABAN.
 
ROBERTA OWEN: ESCRIBIÓ EL LIBRO “DEL NUEVO MUNDO MORAL”, EN EL DESCUBRE LOS
PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DEL NUEVO MUNDO MORAL Y PONE LOS FUNDAMENTOS
SOBRE LOS CUALES RECONSTRUIR LA SOCIEDAD Y RECREAR EL CARÁCTER DE LA RAZA
HUMANA.
 
                                                                           XIX.      “SI YO PUDIESE, ANEXARÍA LOS
PLANETAS…”
 
EL ARGUMENTO DE LA UTILIDAD NO CORRESPONDE AL VALOR, SINO CONFUNDE LA
TOTALIDAD DE LOS USOS POSIBLES DE LA MERCANCÍA O PRODUCTO CON EL SUJETO
ORDINARIO DE EVALUACIÓN.
 
LOS CAPITALISTAS CONTROLABAN LOS PRECIOS.
 
LA EMPRESA CONTROLABA LA OFERTA Y LA REGULABA PARA OBTENER MAYOR
UTILIDAD, ASÍ QUE SURGIERON NUEVOS MONOPOLIOS.
 
DESPUÉS DE LA GUERRA DE SUCESIÓN DE E.U.A., LA PRODUCCIÓN INCREMENTO AL
DISMINUIR EL COSTO POR UNIDAD, MIENTRAS MAYOR SEA LA PRODUCCIÓN ,MAS BAJO
SERÁ EL COSTO DE PRODUCCIÓN.
 
LA UTILIDAD MARGINAL: ERA LA CANTIDAD DE SATISFACCIÓN QUE SE PUEDE RECIBIR DE
UN ARTICULO DEPENDE DE LA QUE YA SE TIENE. MIENTRAS MAS SE TENGA DE UNA COSA,
MENOS SE QUIERE MAS CANTIDAD DE LA MISMA COSA.
 
LOS CAPITALISTAS SE DAN CUENTA QUE SI ELLOS CONTROLAN EL ABASTECIMIENTO DE
UNA ARTICULO, TAMBIÉN CONTROLARAN EL PRECIO.
 
                                                                                                                              XX.      EL ESLABÓN MAS
DÉBIL
 
DURANTE CADA CRISIS COMERCIAL SE DESTRUYAN LOS PRODUCTOS ELABORADOS, Y LAS
FUERZAS PRODUCTIVAS.
 
LA SOCIEDAD SE ENCONTRABA RETRAÍDA, Y HUBO UNA GRAN EPIDEMIA CONOCIDA COMO
LA EPIDEMIA DE LA SÚPER PRODUCCIÓN.
 
DURANTE MUCOS PERIODOS DE LA HISTORIA HUBO CRISIS G PERO UN GRAN MARCADA
DIFERENCIA ENTRE LAS QUE OCURRIERON ANTES DE QUE EL CAPITALISMO SE
DESARROLLARA Y ENTRE LAS QUE OCURRIERON DESDE ENTONCES.
 
LOS ECONOMISTAS ESTÁN DE ACUERDO EN LO QUE DEBE HACER FUNCIONAR EL SISTEMA,
PERO DE MODO ENFÁTICO, NO CONVIENE LO QUE LO HACE FUNCIONAR, YA QUE EL
SISTEMA FALLA, ESTO ES QUE LA UNIDADES CAEN EN UN PERIODO DE CRISIS.
 
EL HECHO DE QUE EL CAPITAL CONSTANTE AUMENTA MIENTRAS EL CAPITAL CONSTANTE
DISMINUYE ES DE TREMEN CÍA IMPORTANCIA.
 
                                                                                                                            XXI.      RUSIA TIENE UN
PLAN
 
LAS TEORÍAS DE MARX AFIRMABAN QUE LA ORGANIZACIÓN POLÍTICA DE UN PUEBLO, SU
RELIGIÓN, SU ARTE, SU FILOSOFÍA, Y SU CIENCIA, SE DEBEN A CAUSAS DE CARÁCTER
ECONÓMICO.
 
FUE EL CREADOR DEL MATERIALISMO HISTÓRICO.
TODA LA HISTORIA SE MANIFIESTA EN LA LUCHA DE CLASES (EXPLOTADOS Y
EXPLOTADORES)
HIZO UN LLAMADO AL PROLETARIADO PARA TRANSFORMAR EL SISTEMA SOCIAL
CAPITALISTA, POR UN SISTEMA SOCIAL SOCIALISTA.
 
 
RUSIA ACLAMA EL FIN DE LAS CLASES SOCIALES. EN MOSCÚ, 21 DE ABRIL, EL ESTADO
SOVIÉTICO MARCHA HACIA EL COMUNISMO. ANDREI ANDREIEFF, SECRETARIO DEL
COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE LA URSS, DIJO A LA LIGA DE JÓVENES
COMUNISTAS  QUE LA DIVISIONES DE CLASES SE ELIMINARON.
AHORA LA URSS AFRONTA UN GOBIERNO PROPIETARIO DE LOS MEDIO DE PRODUCCIÓN.
 
 
LA MAYOR PARTE DE LOS RUSOS ERA ANALFABETAS Y ESTE PLAN LES OFRECE
EDUCACIÓN GRATUITA A TODOS.
 
EL MONOPOLIO EXTRANJERO FUE FUNDAMENTAL EN LA ECONOMÍA DE LA UNIÓN
SOVIÉTICA.
 
                                                                                                            XXII.      ¿RENUNCIARAN AL
AZÚCAR?
 
EL MUNDO OCCIDENTAL ESTABA ENFRENTANDO LA PARADOJA DE LA POBREZA DENTRO
DE LA ABUNDANCIA, LA VIDA ECONÓMICA, DEJADA AS I MISMA, HABÍA TERMINADOS EN
UN DESASTRE Y NO PODÍA SEGUIR POR MAS TIEMPO, DEJADA ASÍ SINO TOMADA DE LA
MANO GUIADA. FRENTE A LA PARADOJA DE LA POBREZA DE MUCHOS DENTRO DE LA
ABUNDANCIA DE POCOS EL MUNDO OCCIDENTAL, SE PLANIFICO. PERO EXISTÍA UNA GRAN
DIFERENCIA ENTRE ALGUNOS PAÍSES, YA QUE EN OTROS PAÍSES LA HABÍA PRODUCCIÓN
PARA EL CONSUMO DE LAS MASAS.
 
EN LOS PAÍSES CAPITALISTAS LA PRODUCCIÓN ERA HACER UTILIDADES. EN LA URSS LA
PROPIEDAD PRIVADA HABÍA SIDO ABOLIDA SOBRE LOS MEDIOS DE PRODUCCIÓN, PERO EN
LOS PAÍSES CAPITALISTAS ESA MISMA PROPIEDAD ES SAGRADA.
 
LOS PAÍSES CAPITALISTA INTENTARON TERMINAR CON LA PARADOJA DE LA POBREZA
DENTRO DE LA ABUNDANCIA, CREANDO ASÍ UN PLAN QUE CONSISTIRÍA EN ABOLIR LA
ABUNDANCIA. EL PROPÓSITO DEL CAPITALISMO PLANIFICADO DE LOS MONOPOLIOS ERA
OBTENER UTILIDADES. LA PRODUCCIÓN DE MAS ARTÍCULOS PARA EL CONSUMO HARÍA
BAJAR LOS PRECIOS Y POR LO TANTO LAS GANANCIAS.
 
EL PLANTEAMIENTO CAPITALISMO ES LA ESCASEZ PARA OBTENER MAYORES UTILIDADES.,
CUANDO LA PROPIEDAD PRIVADA NO ERA UN OBSTÁCULO, PODÍA ACTUARSE TAN PRONTO
COMO SE SINTIERA LA NECESIDAD DE HACERLO, Y POR LO TANTO LOS PLANES
CONCLUYERON.
 
LOS CAPITALISTAS SE OPONÍAN A LA ECONOMÍA NACIONAL PLANIFICADA, PORQUE SE
DIERON CUENTA QUE SIGNIFICABA LA ABOLICIÓN DE SU PROPIEDAD PRIVADA, PERO
TENÍAN OTRA EXPLICACIÓN LA CUAL ERA QUE SE DEBÍA HACER NECESARIAMENTE LA
DISTRIBUCIÓN DE LOS INGRESOS, NO IMPORTABA LA DESIGUALDAD, YA QUE ESTA ESTABA
JUSTIFICAD POR LEYES NATURALES. POR ESO LOS LIDERES DE OPOSICIÓN DE CUALQUIER
CLASE SON CAPITALISTAS.
 
TANTO EN LA ECONOMÍA FASCISTA COMO EN LA ECONOMÍA CAPITALISTA, LA PROPIEDAD
PRIVADA DE LOS MEDIOS DE PRODUCCIÓN Y LA UTILIDAD COMO OBJETIVO PRINCIPAL,
SON BÁSICOS.
 

CONCLUSIONES
 
EN EL LIBRO DE LEO HUBERMAN DE LOS BIENES TERRENALES DEL HOMBRE
SE ANALIZA CADA UNA DE AS ETAPAS QUE DIERON ORIGEN AL CAPITALISMO. 
COMENZANDO POR EL FEUDALISMO Y LOS PASOS QUE STE TUVO QUE SEGUIR PARA QUE
EXISTIERA EL SISTEMA CAPITALISTA.
 
A CONTINUACIÓN PRESENTO UN BREVE RESUMEN DE MI RESUMEN PERO ESTE ESTA MAS
SINTETIZADO EXPLICANDO LO MAS SOBRESALIENTE DEL LIBRO:
 
SEGÚN LA IGLESIA LA USURA ERA CONSIDERADO UN PECADO.
LOS SIERVOS PODÍAN ENCONTRAR AHORA QUE ERA LIBRE, TIERRA QUE NO IMPLICABA EL
SERVICIO DEL TRABAJO, SINO SOLO UNA RENTA MONETARIA.
 
EL SEÑOR HABÍA COMPRENDIDO QUE EL TRABAJO LIBRE ERA MAS PRODUCTIVO QUE EL
TRABAJO ESCLAVO. ERA MEJOR QUE EL TRABAJO JORNAL.
 
LA INDUSTRIA CAMBIO. AUNQUE EL REY EXISTÍA Y TENIA AUTORIDAD ESTA NO BASTABA
YA QUE ESTA ERA MUY DÉBIL. ESTA AHORRA TIEMPO Y ACTIVA LA PRODUCCIÓN.
LOS VIEJOS MÉTODOS, EL VIEJO MERCADO, EL VIEJO MONOPOLIO, EL NEGOCIO COMO
SIEMPRE ERA LO MAS ADECUADO A LOS GREMIOS. FUE EL HOMBRE CON DINERO, EL
CAPITALISTA, QUIEN VINO A SER LA CABEZA DIRECTORIA DEL SISTEMA DOMESTICO.
ANTES DEL CAPITALISMO, EL CAPITAL SE ACUMULO ATRAES DEL COMERCIO, PERO ERA
NECESARIO ALGO MAS, QUE EL CAPITAL ACUMULADO PARA QUE LA PRODUCCIÓN
CAPITALISTA PUDIERA COMENZAR. ES UNA NUEVA ERA EN LA HISTORIA DEL COMERCIO,
DE LA QUE UN ACTIVO CRECIENTE COMERCIO DEBE SER EL ÍNDICE, PARA NO MEJORAR LA
CONDICIÓN DEL TRABAJADOR  Y DE SU CLASE, SINO PARA SU POBREZA Y DEGRADACIÓN.
DOS NACIONES, ENTRE LAS CUALES NO HAY ÍNTER CURSO NI SIMPATÍA, SON ORDENADO
DE DISTINTAS MANERAS Y NO SON GOBERNADAS POR LAS MISMAS LEYES"
                 
CON LA MAQUINARÍA Y EL SISTEMA FABRIL.
EL LUDISMO SE ENCARGÓ DE DESTRUIR A LA MÁQUINAS LA CUALES ERA ENEMIGAS DEL
HOMBRE. ESTABA ÁVIDO DE UTILIDADES.
LA FUSIÓN DEL GOBIERNO ERA PRESERVAR LA PAZ, PROTEGE LA PROPIEDAD Y
ABSTENERSE DE TODA INTERVENCIÓN.
 
LOS CAPITALISTAS CONTROLABAN LOS PRECIOS.
 
EN LOS PAÍSES CAPITALISTAS LA PRODUCCIÓN ERA HACER UTILIDADES. EL PROPÓSITO
DEL CAPITALISMO PLANIFICADO DE LOS MONOPOLIOS ERA OBTENER UTILIDADES. POR
ESO LOS LIDERES DE OPOSICIÓN DE CUALQUIER CLASE SON CAPITALISTAS.
 
TANTO EN LA ECONOMÍA FASCISTA COMO EN LA ECONOMÍA CAPITALISTA, LA PROPIEDAD
PRIVADA DE LOS MEDIOS DE PRODUCCIÓN Y LA UTILIDAD COMO OBJETIVO PRINCIPAL,
SON BÁSICOS.

RESUMEN 3
LOS BIENES TERRENALES DEL HOMBRE

INTRODUCCION
Leo Huberman hace los bienes terrenales del hombre una síntesis de la economía que estudia
la sociedad y los sistemas de la economía desde la época feudal hasta la etapa de posguerra.
Con un lenguaje claro y profundo el autor muestra el surgimiento, proceso y caída de las
doctrinas económicas que han marcad el curso del hombre. Esta obra tiene también un matiz
didactico: huberman entrega al lector herramientas que facilitan la interpretación de los
sucesos para encadenarlos en un panorama histórico global.

El capitulo “AHÍ VIENE EL REY” nos sigue contando la sobre la historia de la época feudal
contándonos cosas como que el latín era el lenguaje que todo el mundo hablaba y en los
colegio en ves de estudiar ingles, español... enseñaban el latin “el latin era la lenguaje
universal de los estudiosos”.

En la época feudal todas las personas que de verdad eran cristianas, que había nacido de una
familia católica tenia que pagar impuestos a la iglesia así fuera católica o no fuera católica,
con gusto o sin gusto además que la vida de todo era a las reglas y pronunciamientos de la
iglesia.

A fines de la edad media surgieron las naciones y las divisiones nacionales se hicieron
marcadas. Nacieron las estructuras y literaturas nacionales. Las leyes nacionales para la
industria sustituyeron a las regulaciones locales, Las leyes nacionales, las leyes nacionales
aun la iglesias nacionales comenzaron a existir la gente empezaron a considerarse a si
mismas no como ciudadanos de Madrid si no como de España y que debían lealtad al rey el
monarca de la nación.

El ascenso de la clase media es el acontecimiento importante de este periodo.

Los cambios que hubo en los medios de producción y el sistema de vida propiciaron el
crecimiento de la nueva clase y el adeversimiento de esta trajo a su vez otros cambios en las
condiciones de vida de la sociedad, las instituciones que habían servido en el y al viejo orden
ahora decayeron y murieron y nuevas instituciones tomaron su lugar.

La clase media quería orden y seguridad y libertad para comerciar.

El rey había sido un fuerte aliado en la lucha contra los señores. Todo lo que disminuyera el
poder de los barones fortalecía el poder real, a cambio de su ayuda los ciudadanos ricos le
hacían prestamos y esto era muy importante por que con el dinero el rey podía pararse sin el
apoyo militar de sus vasallos, podía pagar un ejercito entrenado y permanentemente siempre
a sus servicios.

Las innovaciones técnicas en el campo de las armas hacia necesario un nuevo tipo de
ejercito. El cañón y la pólvora habían hecho su aparición.

El rey estaba agradecido a los grupos comerciales e industriales que le permitieron contratar y
pagar una soldadesca permanente, equipada con los armamentos más modernos. Una y otra
vez el monarca Apelo a la nueva clase de hombres con dinero, por empréstitos y donativos.

No debe creerse en lo absoluto que las personas adineradas procedían de buen grado.
Hacían tales préstamos a los monarcas porque a cambio obtenían ciertos beneficios. Por
ejemplo resulto muy provechoso para los negocios la promulgación de leyes como la siguiente
emitid por la autoridad central en el año de 1389. “Se ordena y se acepta que una medida y un
peso tendrán valides en todo el reino de Inglaterra…… y que todo aquel que sea convicto de
tener o emplear otra medida u otro peso, será condenado a 6 meses de cárcel “.
Para los monarcas resultaba evidente que su poder estaba apoyado en sus finanzas y que
también que solo si el comercio y la industria preoperaban, el dinero llegarían hasta sus arcas.
Por tal motivo, los soberanos prestaron atención al progreso comercial e industrial. En poco
tiempo se llego a comprender que aquellas regulaciones de los gremios ideadas para crear y
sostener un monopolio para beneficiar a un reducido grupo, eran obstáculos para el
crecimiento del comercio y de la industria.

El rey prohíbe celebrar asambleas como fraternidad de artesanía, hermandades y otras


semejante…. a menos que sea con el consentimiento de ellos, permiso y licencia, o con el
consentimiento de nuestro preboste.

“Se ha concluido un pacto táctico entre la realiza y la burguesía industrial de empresarios y


patronos. Estos pudieron al servicio de el estado multiplico a su favor los prvilegios
economicos y sociales. Y subordino a ellos los trabajadores de jornal común dejándolos
obligados a una estricta obediencia”

Los extranjeros habían controlado siempre el comercio de exportación e importación del país,
para lo cual habían comprado a lo sucesivos reyes sus privilegios de comercio.

Los comerciantes aventureros especialmente eran un grupo muy despierto y activo de


hombres que querían invadir el productivo negocio, en manos de extranjeros. Al principio no
pudieron adelantar mucho, porque el rey necesitaba el dinero que recibía a cambio de las
concepciones y porque tomar medidas severas podría significar conflictos con otras potencias.
Pero los comerciantes aventureros ingleses persistieron y en 1534 los venecianos perdieron
sus privilegios.

Acogieron con entusiasmo la formación de un fuerte gobierno central lo bastante poderoso


para sustituir a docenas de regulaciones locales con una regulación comprensiva y
reemplazar la desunión con la unión.

El único rival de gran poder que quedaba a los soberanos era la iglesia el papa y el rey riñeron
una y otra vez.

La diferencia entre la iglesia que predicaba y la iglesia que actuaba era tal, que hasta el más
entupido podía verla. Su concentración en hacer dinero por cualquier método no importaba
cual fuese, era cosa corriente.

Una de las razones del éxito obtenido por lucero fue que no cometió el error de pretender
derrocar a los privilegiados y otra razón igualmente importante del éxito de la reforma radico
en que las apelaciones que Lucero alvino y knox hicieron a sus partidarios eran realmente
apelaciones a su espíritu nacionalista.

La iglesia abría perdido todo su poder si la reforma protestante no hubiese tenido lugar en el
momento en que lo tuvo, la iglesia ya había visto menguado su poder, en cuando a que sus
grandes utilidades estaban ya disminuyendo.

La iglesia provicionaba hombres educados, capacitados para intervenir en los asuntos del
estado, ahora el monarca podía depositar su confianza en un nuevo tipo de hombres
avezados en la practica comercial y conocedores de las necesidades comerciales e
industriales de la nación.

La lucha tomo una invetudura religiosa. Se le denomino la reforma protestante. Pero en su


esencia fue la primera batalla definitiva entre la clase media y el sistema feudal.
BIBLIOGRAFIA

LEO HUBERMAN, los bienes terrenales del hombre

Editorial panamericana

LAS CIENCIAS DE LA VIDA Y LA GESTIÓ N ADMINISTRATIVA


Alain Chanlat

RESUMEN

La compilación de los textos recogidos en esta obra determina una etapa


muy importante en el desarrollo de los acontecimientos que comenzaron
desde varios años atrás. Estamos  convencidos de que el tema aquí tratado
llegue a aclarar las controversias surgidas sobre el porvenir de nuestra
sociedad. Modestamente quisiéramos que este libro pudiera llegar a
resolver en términos modernos el problema del hombre consigo mismo y
con su medio ambiente. Es necesario preguntarnos si el comportamiento
actual que presentamos está sirviendo para asegurar la supervivencia y la
realización de cada ser humano.

* Tomado de: "La rupture entre l'entreprise et les hommes (le point devue
des sciencses de la vie)" Chanlant, Alain. Dufour, Maurice, Montreal,
Editions Quebec / Amerique, 1985. Traducido por Giselle Gálvez A.

CITAS
Ensayo Sobre Las Ciencias De La Vida y La
Gestion Administrativa
Regístrese para 
acceso completo a ensayos

Enviado por VJJE, abr. 2012 | 2 Páginas (309 Palabras) | 36 Visitas


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Las ciencias de la vida y la gestión administrativa
ALAIN CHANLAT*

La compilación de los textos recogidos en contribución que ellas puedan brindar a la esta
obra determina una etapa muy renovación de los conceptos que posee el importante en el
desarrollo de los hombre aClua!. Por lo tanto la reflexión acontecimientos que
comenzaron desde anterior, junto con las recopilaciones varios años atrás. Estamos
convencidos de obtenidas,facilitarán la presentación del que el tema aquE tratado Llegue
a aclarar las pla,l escogido. controversias surgidas sobre el porvenir de nuestra sociedad.
Modestamente Reflexiones criticassobre el quisiéramos que este libro pudiera llegar a
resolver en términos modernos el problema mundo de la gestión del hombre consigo
mismo y con suadministrativa medio ambiente. Es necesario preguntarnos si el
comportamiento actual que A Resumen Histórico presentamos está sirviendo para
asegurar la agestión administrativa como conjunto supervivencia y la realización de cada
ser de prácticas y de conceptos ligados a la humano. El tratar de dar respuesto. a
producción y a la distribución de bieestos temas tan importantes no es una tarea nes y
selVicios, ha existido en todas las sociefácil porque es preciso comprometernos
a adoptar une .'JerspeCliva dades ..Pero no han tomado siempre las mismas formas.
Durante mucho tiempo, en nuestra multidiscipiinaria debido a la variedad y a propia
historia, y aún hoy en sociedades difela complejidad de las dificultades que van rentes a
las nuestras, la esfera económica esligadas a este asunto.

Actualmente vivimos en un mundo sujeto a la ideologEa económica ya los imperativos de


la gestión administrativa y por consiguiente debemos conocer su origen y destacar sus
caracterEsticas más notables. Estas observaciones previas sobre el mundo de
la gestión administrativa son indispensables antes de examinar las connotaciones que las
ciencias de la vida -en el sentido más amplio del... [continua]

PASADO, PRESENTE Y FUTURO DE LA INVESTIGACION INTERDISCIPLINARIA

Por: Ruby Jaramillo

Georges Gusdorf nos presenta un análisis de la evolución de la interdisciplinaridad a lo


largo de la historia, resaltando que el proyecto de la interdisciplinaridad traza, de
época en época, uno de los grandes ejes de la historia del conocimiento, para concluir
finalmente en la necesidad de mantener la interdisciplina de las diferentes ciencias del
saber pero respetando el humanismo, de tal forma que las personas tengan la libertad
de interpretar las situaciones desde su propio punto de vista.

El recuento histórico que hace Gusdorf nos lleva desde la concepción de la universidad
en la edad media, en la que se establecía una comunidad de maestros y de estudiantes
y también una comunidad de disciplinas del conocimiento.

El filósofo Leibniz fue uno de los mas eficaces artífices de la creación de las academias
científicas.

A principios del siglo XVII ya se debatía por el pedagogo checo Jean Amos Komenski,
la fragmentación de las disciplinas y la falta de interrelación entre ellas, afirmando que
una verdadera ciencia, sea la que sea, no puede constituirse aisladamente y mantener
un egoísmo epistemológico, al margen de la comunidad interdisciplinaria del saber y
de la acción.

En el siglo XVIII se desarrolló en Francia el proyecto de la Enciclopedia liderado por


D’Alembert y Diderot en él se buscó reunir y condensar la inmensa masa del saber
disponible en un espacio cada vez mas reducido. En concepto de los creadores de La
Enciclopedia aunque los conocimientos se reunirían en un espacio reducido existiría
un punto de vista elevado en el que se pueda ver de forma integrada todas las ciencias y
las artes.

Ya en el siglo XIX existe una tendencia a la expansión del trabajo científico con
orientación a trabajar por especialidades, lo que ocasiona una fragmentación del
conocimiento. El autor sostiene que la pulverización del saber en sectores muy
limitados arroja al hombre d

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e ciencia a una paradójica soledad, puesto que ha perdido ese sentido de causa común
que reunía a los enciclopedistas a sus sucesores, los ideólogos. A este respecto el siglo
XIX parece caracterizado por un retroceso de la esperanza interdisciplinaria.

En 1808 Napoleón organizó la universidad Imperial un sistema de enseñanza en el que


se distinguen las facultades de ciencias y las facultades de letras. Bajo esta concepción
no se logró la interdisciplinaridad del conocimiento puesto que existía una división del
trabajo concebidos como la literatura y la ciencia.

En el año 1968 afloró el fracaso de las antiguas instituciones por la dispersión del
conocimiento, resaltando que ya desde antes de 1968 la Universidad de Constanza en
Alemania respondía a la eliminación de la limitación de las barreras del conocimiento
en la formación intelectual de las ciencias y las letras.

Concluye que la interdisciplinariedad es uno de los aspectos de la propia idea de


ciencia desde los orígenes d ...

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