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El gestor cultural, propiamente entendido como el profesional de la gestión cultural o gestión de

la cultura, alberga en si términos muy amplios y por lo tanto, puede llegar a ser muy confusa la
línea que delimita su distinción.

Por las comunes confusiones que a veces plantea la definición de la profesión, incluso, cuando sus
características principales varían según el territorio, hemos querido detallar desde el Màster de
Gestión Cultural UOC-UdG los aspectos imprescindibles de la profesión del gestor cultural que
podría tratarse de una definición global.

4 aspectos imprescindibles de la profesión del gestor cultural:

1. El gestor cultural es un mediador entre la creación, la participación y el consumo cultural.

2. Como profesional, debe poder desarrollar un trabajo artístico y cultural, y articular su


inserción en una estrategia social, territorial y de mercado.

3. Es imprescindible tener una visión panorámica del sector cultural, donde complete la
viabilidad del proyecto cultural del que se responsabiliza en todos los campos que se
relacionan: sociales, políticos, territoriales y de mercado.

4. Estar cualificado para poder desarrollar de forma satisfactoria las responsabilidades


asumidas.

Si bien ya hemos dicho que el gestor cultural puede tener diferentes definiciones en cuanto a la
práctica de la profesión en si, hay profesiones que no sería correcta su utilización como gestor
cultural. Las confusiones más comunes son considerar “gestor cultural” como “técnico de cultura”
o bien “animador sociocultural”. Estos dos, pueden participar en la cultura o actividades
culturales, pero distan de los parámetros especificados anteriormente.

¿Qué competencias debe tener un gestor cultural?

Como determina el manual de buenas prácticas de gestión cultural, las competencias necesarias
para poder desarrollar de forma satisfactoria esta profesión, son:

1. La eficacia -> capacidad para alcanzar el objetivo. Para ello será preciso:

 Trabajar con una meta clara y procurar el éxito del resultado

 Apostar por la constante mejora

 Actitud proactiva y cooperante con el equipo

2. La eficiencia -> Equilibrio entre recursos y resultados

 Armonía entre condiciones económicas, sociales, territoriales y técnicas

 Por encima de todo calidad

 Aportar mejoras en el funcionamiento de las instituciones o entidades culturales


 Sostenibilidad

 La creatividad, la flexibilidad e innovación son elementos indispensables a la hora de


abordar las buenas prácticas como gestor cultural.

3. El criterio -> Tener la capacidad de abordar el proyecto, la programación con


discernimiento y saber apostar por la mejor opción. Para ello será necesario tener:

 Conocimiento de la materia

 Añadir valor al proyecto (propio o con conocimiento de terceros)

 Toma de decisiones en temas de gestión de una forma razonada

4. El conocimiento –> nivel de conocimientos óptimo para poder valorar el trabajo,


sobretodo en prácticas artísticas.

 Conocimiento para poder valorar e interpretar el trabajo y el proyecto

 Detectar el talento

 Desarrollar unos códigos que faciliten el diálogo entre el artista y el gestor.

5. La flexibilidad -> El trabajo profesional del gestor cultural se ve implicado en constantes


cambios y dinamismos del cual es preciso una respuesta asertiva. Implica:

 Tener capacidad de adaptar-se a los plazos de la gestión más formal (informes,


presupuestos, normativas…)

 Respuestas rápidas adaptadas a las circunstancias.

 Trabajo en equipo.

 La flexibilidad no sólo implica adaptación, también iniciativa y capacidad emprendedora


frente a los cambios.

es el responsable de programar y organizar diferentes actividades, tanto sociales como culturales,


y planificar qué proyectos son necesarios para conseguir el desarrollo social de un pueblo, una
ciudad, un barrio o un centro cívico.

"Un gestor, un promotor, un emprendedor, un creativo, un impulsor, una persona con sensibilidad
artística y deseos de cambiar el mundo, su mundo (su hábitat, su comunidad, su barrio, su ciudad),
con acciones, pequeñas o grandes, que terminen en proyectos y hechos concretos: así se define y
se siente un gestor cultural".

Para el diccionario, un gestor cultural "es aquel profesional que motivado por la inquietud y el
interés en la cultura e independientemente del área de conocimiento de su formación académica,
opta por dedicarse a promover, incentivar, diseñar y realizar proyectos culturales desde cualquier
ámbito”.

la elaboración de los proyectos. Desmenusó parte por parte todas las etapas, cómo separar
términos, analizar las variables para que sea más atractivo y no solamente para las autoridades
que presentamos. Siempre hay que pensar en el marco de la comunidad en la que estemos
inmersos, analizar el contexto.

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La formación de Gestores Sociocultural, constituye una necesidad contemporánea perentoria,


dada la importancia que la cultura y sus procesos han alcanzado. A dicha necesidad han tratado de
dar respuestas disímiles sistemas educacionales desde las últimas décadas del pasado siglo. En
esta intencionalidad han surgido variados modelos de formación que van desde las experiencias
más empíricas, hasta las más teóricas pasando por sistemas que combinan ambas.

La presente comunicación muestra una alternativa desde la pedagogía y la contextualización del


proceso formativo, que sirve para el empoderamiento-competitivo social de estos gestores, desde
la dinámica formativa de las Sedes Universitarias Municipales, como nuevo espacio de
aprendizaje. Haciendo énfasis en la Transposición sociocultural como categoría dinamizante de
estos procesos.}

La experiencia se inició en nuestros estudios de maestría en 2005 y abordó primero la formación


de los Promotores Culturales y luego se potenció a través del taller FORJA de la UNEAC, que se ha
consolidado a partir de la interacción con los grupos de Licenciatura en Estudios Socioculturales de
la SUM Manzanillo. La investigación aporta un constructo teórico que es el Modelo transpositivo
de saberes contextualizado para la formación de competencias profesionales en los gestores
socioculturales que se forman en el contexto de la universalización. Es un modelo que al ser
presentado en el congreso Universidad 2010, en la habana provoco interés en el universo
académico.

La gestión sociocultural y la formación de gestores socioculturales

La sociedad contemporánea, inmersa en la llamada globalización o mundialización, que al decir de


García Canclini(2002) "esta produciendo culturas hibrida", se debate en lo ideológico entre
múltiples corrientes de pensamiento que inscriben la dicotomía ¨certeza vs. no certeza¨,
como signo regente en los procesos decisorios que ocurren en cuanto a la formación del hombre.

En la actualidad, emergen nuevas profesiones, con el interés de resolver encargos sociales que se
han revelado desde la segunda mitad del pasado siglo y que hoy constituyen terrenos de las
investigaciones sociológicas y pedagógicas más recurrentes. Junto a esto la cultura ha alcanzado
una importancia capital dentro del entramado sociopolítico actual, al extremo que la UNESCO
declara que ¨el siglo XXI será cultural o no será.¨ (UNESCO 1998), al tiempo que un acucioso
profesor como es George Yudice habla de ¨El recurso de la Cultura: usos en la era Global¨(Yudice
2002)

Es la Gestión Sociocultural, una de estas nuevas áreas de intervención del cientifista social. A
diferencia de la Psicología social o la Antropología social, esta actividad tiene un carácter más
interventor y decisor en los procesos socioculturales que se desarrollan a nivel de barrio,
comunidad o región geográfica y cultural. La preparación de un profesional de la gestión
sociocultural, demanda cada día de nuevas y complejas posturas desde lo epistemológico y lo
metodológico, con el interés de empoderar profesionalmente, a un actor social que muchas veces,
decide o mediatiza el curso del desarrollo sociocultural de un grupo comunitario.

Abordar la gestión sociocultural como disciplina científica y la formación de los gestores


socioculturales demanda en cualquier investigación de una indagación histórico lógica que situe
los derroteros de este proceso, pero que además denote y connote las particularidades propias de
un área del saber que por su emergencia se esta constituyendo en campo disciplinar activo del
actual desarrollo humano.

Hemos leído con profusión a distintos estudiosos de la gestión cultural y de la formación de los
gestores socioculturales, entre estos destacan A, Martinell, García Canclini, J. L. Pinto, Martín
Barbero, Luís Porta, Rubens Bayardo, José A. Gordillo, Cristian Antoine, todos coinciden en que
aunque en Ibero América se dan pasos en los procesos formativos de los gestores culturales se
evidencian todavía deficiencias en los planteamientos académicos sobre estas formaciones.

El investigador y académico español Alfons Martinell es muy enfático cuando plantea que ¨quizás
lo más peligroso de estos procesos es la falta de estudios sobre las competencias básicas de los
perfiles de la gestión cultural donde se ha reflexionado muy poco¨ (Martinell 2002)

A juicio nuestro es preciso situar el concepto de gestión cultural para fijar entonces los modos en
que los distintos perfiles de esta profesión se dan en interrelación gestor-contexto cultural y en los
procesos formativos actuales.

1.1.1 ¿A que llamamos Gestión cultural

La gestión cultural es un término que hace su aparición a finales de la 2da guerra mundial,
adquiere connotación a partir de la década de los 70, alcanzando relevancia en la década del 80 y
la del 90. Se pudieran situar varias acepciones e implicaciones de este término pero a nuestro
parecer las que más se aproximan a esta mirada investigativa son las siguientes:

La Gestión Cultural significa la realización práctica de las políticas culturales.

La expresión Gestión Cultural está ligada, fundamentalmente, a cuatro transformaciones


contemporáneas de la dimensión cultural, según el antropólogo Néstor García Canclini ellas son:

a) La extensión de la noción de cultura por motivos filosóficos, políticos, sociales y jurídicos.

b) La crisis de las nociones de política y desarrollo a partir de la década de los setenta.

c) La necesidad de políticas culturales que gestionen ámbitos más allá de la cultura artística, la
cultura tradicional y el patrimonio.

d) La aceptación e importancia de repensar rigurosamente las interrelaciones entre economía y


cultura."

Según el propio García Canclini "en un inicio la Gestión Cultural pretendió ser una propuesta
distinta de "actividad cultural" a la realizada por los llamados: "animadores y promotores
culturales"; "administradores y gerentes culturales" o "trabajadores culturales" en Iberoamérica, a
diferencia de otras regiones donde se utilizaron denominaciones como "mediadores culturales",
"ingenieros culturales" o "científicos culturales"".

En sentido general la Gestión Cultural es el proceso de dirección en función de la creación de


condiciones para el desarrollo de la cultura.

Para nosotros la Gestión Cultural es una disciplina científica que toma los principios generales de
la gestión, pero que se contextualiza en los procesos culturales y por ende se mueve en una nueva
dimensión. Lo cual demanda una nueva epistemología, metodología y praxiología; constituyendo
su campo de accionar el amplio espectro de actividades relacionadas con el universo artístico y
cultural.

Se suscitan distintas denominaciones genéricas a los profesionales de la misma. En una mirada a


otros lares hemos podido significar que: mientras en España posee una importante tradición la
noción de animadores y promotores culturales, en Estados Unidos y Francia la noción de
administradores y gerentes culturales, acentúa la posibilidad y necesidad de organizar la actividad
cultural con principios y criterios empresariales. En tanto la denominación de trabajadores
culturales es característica y bastante difundida en América Latina.

Por su parte en Cuba se trabaja fundamentalmente con los promotores culturales, los promotores
de salud, los instructores de arte y los licenciados en estudios socioculturales, y se reconoce que:
"…En la actualidad existen diferentes modelos de gestión que se ajustan o adaptan a diferentes
procesos culturales. Entre ellos se encuentran:

 La gestión por Programas y Proyectos de Desarrollo.


 Dirección por Objetivos
 La planificación estratégica.
 La gestión integrada de proyectos.
 Gestión de la calidad
 La gestión del conocimiento.
 La Planificación Estratégica Integrada." (Cultura 2003)

1.1.2 Estado de la formación de los gestores culturales en el espacio Iberoamericano

Al realizar los estudios indagatorios sobre la realidad de la formación de los gestores culturales
hemos constatado una dispersión y una expansión de las ofertas formativas de acuerdo con los
diferentes contextos educacionales. Lo anterior signa el escenario iberoamericano de la formación
de estos gestores. Según Martinell (Martinell 2006) "…hay un grupo de factores que inciden sobre
esta realidad, a saber:

La evidencia de una cierta dispersión y lectura sobre la gestión cultural, y la necesidad de


encontrar referentes comunes con los elementos desencadenantes para la creación de redes
impulsadas por organismos multilaterales u organizaciones supranacionales. Lo anterior evidencia
la necesidad de avanzar en un proceso de autoafirmación de formadores que refuerce el sector y
como un incremento del capital humano para la gestión cultural en el espacio iberoamericano el
cual viene en ascenso, pero con desarrollos desiguales.
Existe la necesidad de fomentar la formación en gestión cultural en cada uno de los países de
acuerdo con las necesidades locales, sus antecedentes y realidades, pero sin perder de vista el
sentido de la cooperación internacional y el intercambio de experiencia.

La circulación de reflexiones, manuales y saberes en el campo de la gestión cultural es aun


incipiente. Por ello, se requiere compendiar y sistematizar mejor las experiencias acumuladas, por
cuanto, la gestión cultural, en el momento actual, tiene a su favor insumos importantes que se
encuentran desordenados y desestructurados por la forma en que se ha desarrollado el sector."

Las prácticas en estas formaciones especializadas se iniciaron en seminarios, cursos y encuentros


sobre gestión cultural, y avanzaron actualmente hacia la consolidación de ofertas formativas a
nivel profesional, con la promoción de diplomados y el diseño en curso de postgrados y estudios
de pregrados o licenciatura en desarrollo cultural. Hemos de significar que la intencionalidad
formativa de estos gestores en muchos caso esta marcada por el fin que se persigue,
direccionando este proceso dicho fin.

Estructuras Institucionales de la formación en Gestión Cultural.

Al analizar los procesos de formación de los recursos humanos para la cultura en Iberoamérica se
observa una gran variedad de instituciones involucradas en el desarrollo de los mismos. "…Esta
amalgama va desde los Institutos, Municipalidades, ONG, Universidades hasta estructuras
supranacionales adscritos a instituciones de carácter integrador regional. Una serie de variables
hacen muy compleja la actualidad de esta formación. Es por ello que en el presente trabajo se
centra la atención en las metodologías y sistemas para tratar de mostrar una panorámica de este
universo." (UNESCO 2004)

Niveles Académicos

Dada la propia estructuración de la Gestión Cultural, sus antecedentes en las prácticas


comunitarias y de la sociedad civil, así como la dificultad de identificarla con un campo disciplinar
específico ha motivado una gran variedad de formas institucionales de las ofertas formativas.
Existen actualmente los siguientes tipos o niveles formativos:

Formación Formal Secundaria , Terciaria o Técnica Universitaria (Grado- pregrado - ler y 2do ciclo
universitario) 3 ó 5 años Post Universitaria con los Post Título, Postgrado, Diplomado,
Especialización Maestrías y Doctorados

Formación no formal Cursos y seminarios Diplomados y Formaciones Puntuales Talleres, Jornadas


y Congresos

En Cuba se trabajan fundamentalmente las siguientes: Seminarios, Diplomados, el Técnico Medio


en Promoción Cultural y la Licenciatura en Estudios Socioculturales, la cual se ha venido
desarrollando en las sedes municipales universitarias. Significamos además que en nuestro país
existe la licenciatura en comunicación social que se aproxima a los intereses formativos de estos
gestores.

1.1.3 Programas, contenidos, áreas temáticas y especialidades.


Al hablar de los programas y contenidos, estos responden a las definiciones de los perfiles, la
estructura formativa y el nivel académico que se pretenda. A continuación presentamos el
siguiente sistema de ordenación de los contenidos de los programas de formación en gestión
cultural:

1) Los Contenidos orientados a la formación de conceptos teoricos.. 2) Los Contenidos orientados


a la formación sobre el contexto o entorno. 3) Los contenidos de la Formación en bases y técnicas
de gestión. 4) Los Contenidos de la Formación en aspectos jurídicos e institucionales.5) Formación
sobre los diferentes ámbitos del sector cultural (patrimonio, artes plásticas, turismo cultural, etc.)
6) Formación para la praxis profesional.

Las diferentes instancias o estamentos que intervienen en la formación en Gestión Cultural, son
una muestra de su diversidad como de un cierto desorden del sector. En los análisis y debates
sobre esta formación y su institucionalización en los predios académicos emergen algunos
elementos condicionantes, ellos son:

Es muy significativo que su origen se situé en la educación no formal por la iniciativa de las
organizaciones civiles y públicas que detectan la necesidad ante la ausencia de intervención
normativa de los organismos públicos de la cultura. Lo cual revela una carencia en las políticas
formativas de gestores socioculturales a nivel estatal.

Y por otro la ausencia de identificación de su importancia por parte de las instituciones formativas
a nivel técnico y superior que no han contemplado incorporar esta oferta dentro de sus respuestas
a las necesidades del sector cultural. Lo cual demuestra el peligroso atraso en el cual pudieran
estar envuelta las universidades como conciencia pedagógica de los estados.

1.1.4 Comparación entre la realidad Cubana y la de Iberoamérica.

Es preciso hacer algunas consideraciones sobre ambas realidades con el objetivo de situar la
investigación en el lugar apropiado, de lo revisado y constatado se puede concluir que:

1. Cuba cuenta con una Profesionalización Institucional de la figura del Promotor Cultural y una
carrera a nivel de Técnico Superior con alguna experiencia en su implementación. Además en Cuba
están presentes algunas otras ofertas formativas a nivel Universitario, destacando la carrera de
licenciatura en Estudios Socioculturales.

2. En Iberoamérica se observa una gran dispersión de los esfuerzos formativos y desigualdades en


los desarrollo que van desde países con una sólida red formativa hasta insipientes intentos de
desarrollo de estas ofertas. Pero es necesario destacar que muchos potencian las maestrías en
gestión cultural y demuestran un avance en el planteamiento de mallas curriculares que refrendan
estos procesos formativos.

3. Es importante reconocer la existencia de una relación de complementación e intercambio de


información entre estas realidades y el modo en que el sistema institucional de Educación artística
en Cuba ha sabido apropiarse de las más valiosas experiencias en este terreno con que se cuenta a
nivel Iberoamericano. Aunque pensamos es necesario redimensionar el concepto de gestor en
busca de poder configura el currículo formativo y que en el mismo se potencie todas las
dimensiones del proceso de gestión cultural.
1.1.5 El gestor cultural. Competencias y perfiles profesionales.

En nuestras investigaciones hemos podido observar que los gestores culturales se estructuran de
acuerdo con la reglamentación y la legislación de cada país.

Las funciones y competencias de los gestores culturales evolucionan paralelamente a la realidad


social, y adquieren una importancia de acuerdo con la función que se les otorga en los
planteamientos y contenidos de las políticas públicas, en tanto estas modelan el desarrollo
sociocultural de las regiones. Una primera aproximación a los perfiles de la Gestión Cultural ilustra
la amplitud del espacio y ámbitos de este sector. Su misma diversidad se refleja en las múltiples
funciones profesionales y no profesionales, de acuerdo con la gran variedad de estructuras
organizativas, procedimientos, proyectos y finalidades. Una segunda reflexión plantea la necesidad
de situar los perfiles en las diferencias entre funciones profesionales y no profesionales. La
evolución del propio ámbito de acción de la gestión cultural obliga al diseño de perfiles de acuerdo
con las funciones que pueda desempeñar el gestor cultural, los cuales van desde los entornos
comunitarios o barriales de actuación, hasta los procesos de las industrias culturales pasando por
la actividad en instituciones como museos, bibliotecas, galerías etc.

Una relación de aplicaciones de estos perfiles nos conducen a enumerar los siguientes: Directores
Artísticos, Productores, guionistas, guías de museos, comunicadores, trabajadores sociales en
comunidades, Programadores culturales, instructores de arte, curadores de exposiciones,
coreógrafos, escenográfos, divulgadores, etc.

Una reflexión sobre la transdiciplinaridad y la transposición sociocultural

Todo lo antes expuesto permite refrendar que la formación de los gestores socioculturales, en la
actualidad, se da en un escenario mundial caracterizado por procesos muy complejos, lo cual
condiciona respuestas pertinentes desde la educación.

Un acercamiento a estas complejas realidades demanda de los investigadores, académicos y


sistemas formativos nuevas posturas epistemológicas, metodológicas y praxiológicas en el proceso
de enseñanza aprendizaje que han generado una gran cantidad de asunciones teóricas. Hemos de
destacar que teorías como la Holístico-configuracional del Dr Homero Fuente y sus colaboradores,
y la Teoría de la complejidad, del eminente pedagogo Edgar Morin se convierte de hecho en
plataformas interventora en estos procesos investigativos y formativos. Al indagar en los
prepuestos teóricos y metodológicos de estas dos ultimas concepciones científicas, se nos revela la
trascendencia que puede tener la Transposición Sociocultural como instituyente de los procesos
formativos de los gestores socioculturales, en tanto la transposición parte del reconocimiento de
las representaciones sociales y los imaginarios socioculturales que están presentes en cualquier
contexto cultural, es decir reconocen lo complejo y lo holístico como parte integrante del proceso
u objeto social.

A juicio de este investigador la Transposición Sociocultural es un proceso complejo y humanizante


que se revela en la relación vivencial entre un sujeto y un contexto cultural en una dinámica de
reconocimiento, aprehensión, intervención y validación de estadios de desarrollo socioculturales.
La transposición sociocultural se erige por tanto en un proceso de desarrollo humano que
adquiere en un sujeto la dimensión de auto desarrollo. Para algunos pudiera parecer que la
transposición sociocultural es una nueva accesión al termino Transculturación, acuñado por el
Sabio cubano Fernando Ortiz, pero en realidad a juicio nuestro es una indagación más profunda,
puesto que la transculturación se evidencia y connota como un resultado visto en las naciones y la
transposición se fundamente en el proceso a nivel individual y su connotación de imaginarios y
cosmovisiones.

Se precisa entonces construir un modelo formativo que dilucide los insterticios de esta relación
sujeto-contexto cultural como par dialéctico dinamizador de los constructos epistemológicos,
metodológicos y praxiológicos que corporizan el concepto de gestión cultural.

Nuestra mirada a este proceso de desarrollo se enfoca desde el reconocimiento instituyente que
las representaciones sociales y los imaginarios culturales aportan al desarrollo humano y pueden
signar la dinámica formativa del gestor sociocultural.

Hemos de reconocer que la estructuración de las representaciones y los imaginarios culturales


posibilita la implementación de metodologías, procedimientos metodológicos o métodos para
potenciar la relación sujeto -contexto cultura. Es por ello que la Transposición sociocultural se
dilucida como un proceso de contextualización en el cual intervienen la relación y transposición de
imaginarios sociocultures, los cuales en su proceso de transposición generan connotaciones
axiológicas.

El modelo transpositivo de saberes contextualizados. Apuntes a sus categorías fundamentales y su


funcionalidad

La esencia de esta propuesta comunicacional esta en la presentación del modelo transpositivo de


saberes contextualizados y de sus categorías fundamentales, así como un breve acercamiento a
sus dinámica de manera que el lector pueda aprehender sus esencialidades. A continuación
procedemos a dar cumplimiento a este objetivo.

1.3.1 Contextos, dialogo de saberes y aprendizaje.

El aprendizaje constituye esencialidad en el desarrollo de la sociedad humana, este se da


inevitablemente en la actividad y la comunicación, lo cual acontece en un contexto sociocultural
determinado y se propicia a partir del dialogo de saberes. Conformar un planteamiento teórico y
metodológico de este tema, ha sido pretensión de numerosas escuelas de pensamiento y de
encumbrados filósofos y pedagogos. Autores como Noan Chonscky, García Cancline, Bonfill
Batalla, Claude Lévi-strauss, Pierre Bourdeux, Edgar Morin, Michael Maffesoli y U. Eco abordan el
carácter dialógico en la adquisición de conocimientos. Un análisis serio de la interrelación entre
estas categorías obliga a un planteamiento conceptual de cada una de ellas. Para algunos autores
el contexto es una realidad social o escenario en el cual se desarrolla una actuación o expresión
social. El diccionario de la lengua española reconoce al contexto en una de sus acepciones como:

1.- m. Conjunto de circunstancias que rodean o condicionan un hecho: no podemos analizar esa
situación fuera de su contexto.

En tanto Wikipedia (Wikipedia,2008), lo denomina como ¨El conjunto de circunstancias en


que se produce el mensaje: lugar y tiempo, cultura del emisor y receptor, etc y que permiten su
correcta comprensión. También corresponde a donde va escrita la palabra, es decir, a oración
donde ella se encuentra. También puede ser una forma de recopilación escrita o un entorno
habitual es forma de decir un contexto cerrado.¨ así se plantea por esta propia fuente que ¨El
contexto es la agrupación de circunstancias específicas de lugar y tiempo, principalmente, en qué
se está produciendo el acto de la comunicación¨

Las conceptualizaciones anteriores parten de una abstracción situada en lo puramente


comunicativo-lingüístico. En el caso de la intervención social es importante consignar que el
reconocimiento de los entornos socioculturales lleva a una mirada desde la antropología social, la
psicología y la sociología, muy marcada por el desarrollo histórico y las políticas gubernamentales.
En su teoría del campo cultural un sociólogo como Pierre Bourdieu (Moreno,2006) deja sentada la
existencia de fuerzas y vectores socioculturales que dinamizan los procesos de conformación de
las obras artísticas, así como las agrupaciones y contextos humanos.

En los últimos tiempos, a partir del reconocimiento de la Diversidad cultural, la comunidad


científica, política y artística ha acuñado con fuerza el termino Dialogo de saberes. el cual
representa la concreción en el universo trasdiciplinar del intercambio de constructos académicos y
de la memoria o acervo cultural de los pueblos. Al campo de la comunicación social le corresponde
inexorablemente la comprensión de los diálogos verbales y no verbales que se producen en la
actividad humana. Estos diálogos se dan en espacio y tiempo, siendo además condicionados por
herencias culturales y factores de otras índoles que condicionan un entorno comunicativo pre
formatico.

En la realidad antes expuesta se producen los procesos de aprendizaje tanto académicos o


extradocentes. La existencia de la sociedad de la información esta condicionando que estos
diálogos de saberes se vean cada día más mediatizados por el impacto de la ciencia y la técnica, lo
cual obliga a los profesionales de la educación y la comunicación a elucubraciones teóricas que
conduzcan a nuevas epistemologías, metodologías y praxis en el nivel de las esferas de las
corrientes de pensamiento que permitan un correcto aprovechamiento de eso que se ha dado en
llamar potencialidades de la cultura.

Hoy los viejos paradigmas académicos, desaparecen, se tambalean o se rescriben. Al debate entre
Modernidad y Postmodernidad se le asocian nuevos términos: Complejidad, Caos, Post holísmo.
etc. ellos están desencadenando procesos de investigación e intervención en la práctica educativa
universal que van a preponderar los contextos por encima del academicismo ramplón. Esto ha
sacudido teorías como el positivismo, el cognitivismo, el conductismo, la escuela de lo histórico-
cultural y otras. Lo cual habla de la necesidad social de construcciones del aprendizaje adaptadas a
los nuevos tiempos. En la dinámica anterior se inscriben desde los años setenta del siglo XX
algunos estudios teóricos europeos, que hablan de transposición de saberes, destacando Yves
Chevallard (Chevallard,2006) con su enunciación de la transposición didáctica para impartir las
matemáticas.

1.3.2 El entorno formativo de los gestores socioculturales. Relación entre norma curricular y
contextos culturales

El diseño Curricular como instrumento de la didáctica y la pedagogía se constituye en


direccionador de los procesos de formación universitaria. En el caso de la carrera Licenciatura en
Estudios Socioculturales que se imparte en las SUM un acercamiento a la estructuración curricular
revela que esta es una carrera de 6 años donde los contenidos, temas, asignaturas y disciplinas
buscan conformar un profesional que desde una fuerte formación humanística pueda intervenir
en los procesos de dinámica sociocultural que se producen en comunidades. Los estudios
realizados revelaron la asunción de una postura formativa desde la academia que privilegia la
investigación sociocultural y que no potencia las otras tres dimensiones que a consideración de los
autores conforman el ciclo efectivo de actuación de los gestores socioculturales, que serian la
Gestión, la Promoción y la Evaluación sociocultural.

Al entorno formativo de los gestores socioculturales se agrega otro elemento que termina de
desvirtuar la esencia del proceso de enseñanza-aprendizaje y es que la relación universalidad de
saberes y contextualización, se afecta por el no entendimiento de los valores socioculturales, que
el contexto aporta y por la baja efectividad de los procesos investigativos y laborales que los
estudiantes de esta carrera realizan durante el desarrollo de sus estudios.

La asunción de nuevos modelos y estrategias formativas, que reconozcan la relación entre diseño
curricular y contextualización, permitirá desde su estructuración, potenciar otros procesos
inherentes a la universidad como son la extensión universitaria y la práctica laboral investigativa
de los dicentes. Convirtiéndose en una problemática estratégica para el proceso de
universalización.

1.3.3 Modelo Transpositivo de Saberes Contextualizados

Para el planteamiento del Modelo Transpositivo de Saberes Contextualizados en la formación de


competencias profesionales de los gestores socioculturales es necesario entender algunas
categorías relativas al desarrollo cultural, la gestión cultural y a la dinámica del aprendizaje en los
procesos de formación de los gestores socioculturales. Se precisa el planteamiento del par
dialéctico constituido por las categorías, Preservación y Creación Cultural, las cuales signan la
dinámica de los procesos de desarrollo sociocultural.

Es importante apuntar que la categoría preservación cultural, a la vez que condiciona modos de
actuar; instaura y modela otras categorías propias del proceso de actuación sociocultural como
son la Información, la identificación y la difusión cultural. En tanto la categoría Creación Cultural
denota al carácter trasgresor del comportamiento humano en la dinámica entre acerbos y
patrimonio cultural como estructuras instituidas y las nuevas creaciones o productos culturales
que buscan su legitimación social. El esquema siguiente grafica estos criterios.

El correcto planteamiento de la relación preservación y creación cultural enrumban el estudio


hacia las distintas profesiones que pueden desarrollar los gestores culturales en sus ámbitos de
actuación y hacia las estructuras de relaciones sociales e institucionales que se establecen en el
sistema de la cultura cubana. Ha de notarse que denominaciones como conservador, restaurador,
curador, historiador de arte, etc. entran en un gran grupo que pudiéramos asociarlo a los
fenómenos de la preservación, al tiempo que los guionistas, directores artísticos, pintores,
músicos, cineastas conformarían a los llamados creadores culturales. Es importante comprender
que esta segmentación en realidad clarifica el perfil profesional pero no desconoce que en
cualquiera de estas labores hay una mezcla entre la preservación y la creación cultural, lo cual
denota la complejidad de este análisis.
La gestión sociocultural (Quintanilla, 2005) tiene una concreción temporal que pudiera ser descrita
a través del siguiente gráfico. El cual signa alcances formativos y profesiones en el ámbito de
actuación de estos gestores

De lo antes expuesto se denota el encargo social y la necesaria respuesta desde la universidad a


esta realidad. He aquí donde interviene el Modelo Transpositivo de Saberes Contextualizados para
la formación de competencias profesionales en los gestores socioculturales al combinar encargo
social, Profesiones, perfiles profesionales, Diseño curricular, dinámica grupal y contextual y dialogo
de saberes. El modelo presupone la relación tríadica que se da entre Saberes académicamente
legitimados, que constituyen el basamento curricular y los saberes contextuales que se dan en los
contextos sociales y los cuales son mediados en un proceso de dialogo cultural el cual ocurre en el
proceso formativo y que gravita en la formación de un nuevo conocimiento en el discente, como
muestra el gráfico.

El modelo al partir del balance entre los saberes académicamente legitimados y los saberes
contextuales condiciona de inmediato a cualquier docente a una reelaboración temática,
conceptual e instrumental de las temáticas que trata el curso en función de las competencias
profesionales que el modelo del profesional prefigura para esa etapa de desarrollo. Reconociendo
la interrelación docencia, investigación, práctica laboral como contexto múltiple de desarrollo de
las potencialidades transformadoras del estudiante.

Bajo este presupuesto el modelo configura el tratamiento por temáticas, tipos de actividades
docentes, investigativas y laborales que permite una reordenación y recontextualización curricular
y que parte del conocimiento cultural precedente en el discente y permite la configuración del
proceso docente que conduce a la obtención del conocimiento cultural trasformado.

El modelo reconoce el carácter esencialmente humanista de la formación de los gestores


socioculturales y la necesaria instrumentación metodológica de los procesos de intervención
sociocultural, que condicionan la formación de los gestores. Refrendando entonces el dialogo
entre saberes académicos instituidos y los saberes contextuales que son contenidos en los
imaginarios sociales, obsérvese como la relación entre unidad universal semántica y conector
contextual va a marcar la posibilidad de dialogo entre el referente del contexto académico
portado en el currículo y el referente del contexto social.

Las gráficas siguientes dan cuenta de esta relación.

Es importante acotar como la implementación de acciones de carácter didáctico desde el empleo


del modelo en la estructuración curricular de contenidos, se debe al carácter dialógico de los
saberes y a la dinámica comunicativa educacional propia de las unidades culturales. A la hora del
tratamiento a cualquier temática o saber es importante comprender que en el plano individual del
aprendizaje el estudiante va aportar un imaginario y una cosmovisión que se va a contrastar con el
imaginario y la cosmovisión que se pretende instituir desde la academia y que además es
moldeada por el contexto cultural donde ocurre este proceso, teniendo en cuenta el siguiente
planteo.
MODELO DE LA DINÁMICA FORMATIVA DEL GESTOR SOCIOCULTURAL

Instrumentación de la propuesta. Experiencias en escenarios concretos. La prospección de


escenarios formativos

Instrumentación de la propuesta. Experiencias desarrolladas en escenarios concretos.

Para la instrumentación de este constructo teórico se estructuró sistema de procedimientos


metodológicos que le dan un carácter de praxis al conocimiento alcanzado y permitieran validar su
pertinecía, eficacia y eficiencia en los procesos formativos de Gestores socioculturales. Este
sistema de procedimiento posibilita intervenir en un amplio espectro, que va desde el proceso
formativo del técnico en gestión sociocultural hasta las actividades o programas de postgrado
sobre esta temática en los centros universitarios o de superación para la cultura. Su esencia se
basa en la intencionalidad formativa y en el principio de la lógica formativa intencionada de la
transposición sociocultural contextualizada como la lógica de la formación de los gestores
socioculturales.

Durante la investigación se ha asumido tres entornos de validación, ellos son:

El trabajo los 3 últimos años con estudiantes del año terminal de la carrera Licenciatura en
Estudios Socioculturales de la SUM Manzanillo, durante el proceso de preparación para sus
exámenes finales. Y el desarrollo una experiencia tutoral con estudiantes de la maestría en
Educación Superior de la Universidad de Granma, los cuales abordan el tema de la formación de
gestores socioculturales, unos desde la mirada al extencionismo universitario y otros desde el
ángulo de la preparación académica en la apreciación del fenómeno cultural y musical cubano.

El desarrollo durante 3 años del El taller de formación de interventores culturales en la UNEAC,


experiencia denominada Taller Forja. En él participan varios promotores y gestores culturales de la
localidad de Manzanillo. Los integrantes del taller han implementado en grupo e individualmente
proyectos de intervención socio comunitaria en determinadas áreas de la localidad. En dicho taller
se han podido implementar cursos generales y específicos sobre las siguientes temáticas: La
gestión del Producto artístico. Proyectos culturales, estructuración y desarrollo. Gestión de la
Dirección y Producción artística en Comunidades.

Y el proceso de formación de los Promotores Culturales emergentes que a través del Centro de
Superación para la cultura estudian en Manzanillo. Lo anterior a condicionado un proyecto
socioeducativo a propuesta del sectorial de cultura de Granma para este fin en la provincia.

En las tres experiencias se denota la efectividad de la inserción a la práctica docente y formativa


de las categorías y las regularidades y tendencias del modelo, así como los procedimientos
metodológicos que de él emanan.

1.4.2 La prospección de escenarios formativos. Nuevas áreas de incidencias

Las experiencias obtenidas nos posibilitan desarrollar un procedimiento para la prospección de


escenarios de intervención sociocultural desde una dualidad formativa e interventora. Por ello
vamos desarrollando actualmente algunas experiencias colaborativas con la Dirección municipal
de cultura en Manzanillo para modelar desde el modelo transpositivo la formación de Operadores
de audio, Luminotécnicos y Directivos asociados al teatro y los espectáculos.
En este sentido ha sido desarrollado un curso de formación de operadores grabadores y
musicalizadores durante 2009 en el cual las asignaturas constituyentes de la malla cunicular, se
moldearon desde la intencionalidad formativa del modelo transpositivo de saberes
contextualizado y ello contribuyo a que en los test evaluadores finales los niveles de
sistematización cultural en cuanto a su profesión fueran mucho mas altas que en experiencias
anteriores.

Conclusiones

Hemos podido revelar las interioridades del proceso de transposición Sociocultural y su dinámica
como proceso instituyente en la formación de los gestores socioculturales. Así como su
constatación como instrumento de intervención en el desarrollo humano.

En el mismo sentido podemos informar que la investigación desarrollada aporta los siguientes
resultados:

1.- El modelo transpositivo de saberes contextualizados para la formación de competencias


profesionales en los gestores socioculturales. El modelo elaborado se ha empleado con éxito en la
formación de los estudiantes de la carrera Estudios Socioculturales y en la preparación
complementaria de estudiantes de las carreras técnicas de Promotor Cultural y de gestores
socioculturales y lideres naturales que trabajan en el sistema de la cultura, en la localidad de
Manzanillo y la provincia de Granma en los últimos 3 años.

2.- El modelo ha propiciado realizar investigaciones sobre la formación de los Gestores


Socioculturales desde otras aristas como: la Gestión extensionista universitaria y la incursión de
los medios de audiovisuales en los procesos de aprendizaje; al constituirse en referencia de varios
proyectos de tesis a nivel de maestría y el proyecto doctoral de uno de sus autores.

3.- El modelo aborda el proceso de desarrollo de la dimensión Aprender a aprender en el


profesional de la gestión sociocultural desde la asimilación de referentes culturales diversos y
asume con atrevimiento concepciones modernas del aprendizaje desde el reconocimiento de los
entornos grupales de aprendizaje, la socialización del conocimiento y el empleo de las NTIC´s. pues
ha permitido elaborar varios software sobre gestión sociocultural.

El término Cultura

Desde los primeros pasos dados por la humanidad, se han dado diversos encuentros entre el
género humano y el resto de la existencia que lo contenía. Estos fueron los generadores de las
cuestiones que afectaran al cuerpo y al sentir humano. La naturaleza de su género ha obligado al
mismo a descubrirse creador y capaz de trascender en el tiempo. En este proceso ha practicado
formas; éstas le han dado un sentir que no lo hacía enteramente gozoso; luego le sobrevino un
momento en que todo se movía en su entorno, él no; y entonces un nuevo sentir incómodo, ahora
dentro de él todo se movía, por fuera nada. En otras palabras, las formas practicadas remitían a
satisfacerse de las formas más primitivas e imaginables, éstas le ocasionaban problemas físicos y
espirituales, las que fueron descubiertas paulatinamente en momentos en que empezó a practicar
concientemente lo que lo diferencia del resto de los seres vivos, “el pensar”. Con ésta práctica
aprendió, se conoció a si mismo, y se comprendió diferente a la naturaleza. Aquí empezó el
proceso de los interminables encuentros que continuarían en las infinitas preguntas y respuestas
que el mismo se hiciese y daría. Éstos encuentros, el proceso conciente de pensar, hacerse
preguntas y darse respuestas; no fueron ni mas ni menos que las relaciones que él empezaba a
construir con todo lo que existía en su entorno; una práctica de nuevas formas. Y el hecho se
reitera, durante toda su existencia; encuentros, el pensar conciente, inconformidad, preguntas,
respuestas, construcciones relacionales con lo existente en su entorno; “una práctica de nuevas
formas”.

Definitivamente éstas prácticas de formas modificadas continuamente, a partir de las


incomodidades físicas y espirituales del género, no son otra cosa que construcciones relacionales
que fueron dando sentido al existir humano, creativo, innovador, crítico, deseoso de verse
inmerso en otro amanecer, y nuevamente preguntarse a si mismo cuestionando sus relaciones
existentes y creando nuevas formas.

Así es como defino en un sentido comprimido y globalizador, al significado del término “cultura”:
Todas las prácticas de las formas creadas y modificadas, con el correr del tiempo y la evolución del
proceso del pensar conciente, en la construcción relacional que desarrolla el género humano, a
partir del encuentro con todo lo que existe en su entorno y en sí mismo.

De lo antes expuesto se deduce que el término “cultura” encierra, dimensiones muy claras para
comprenderlo:

Que éste se transforma permanentemente –dimensión evolutiva-; que es el encuentro del hombre
con lo demás existente, lo que lo lleva a generarse cuestionamientos y respuestas a si mismo -
dimensión filosófica-; que el género humano crea prácticas de formas para las construcciones
relacionales, diferencialmente definidas por las particularidades respecto de la evolución social en
el propio entorno –dimensión ideológica-; que el proceso del pensar conciente responde
modificando las prácticas de las formas de construcción relacional, para dar respuestas
direccionadas –dimensión política-; que las prácticas de las formas relacionales consigo mismo,
también son diferenciales en tanto práctica de formas individuales –dimensión artística-; que es
necesario un proceso en el que coaccionan : el sentir respecto de lo interior y lo exterior al
humano, el pensar conciente, la insatisfacción con las prácticas de las construcciones relacionales
existentes, la creatividad, la visión innovadora –dimensión gestora-

Y el análisis de las dimensiones que componen la significación del término “cultura” nos aporta
con firmeza, la intencionalidad subyacente en la gestación de la cultura. Que no es otra que
construir hegemonía, fuerzas de dominio, y fuerzas de defensas, éstas últimas fortalecidas en la
identidad y diferenciación de otras prácticas de formas relacionales. Y todas ellas con el objeto de
trascender con sentido, en el tiempo.

En el estudio de la dimensión gestora, se denota también una gestión social y una gestión artística,
puesto que la cultura, el arte y la sociedad, coexisten e interactúan en un mismo espacio temporal
y social, retroalimentándose; esto da sentido a perfiles para la gestión profesional
interrelacionados pero diferenciales, tales como podrían ser el: gestor cultural, el gestor artístico,
el gestor social, o cualquier tipo de otros que aporten al dinamismo de la cultura.
En un principio la hegemonía del género humano dominando a la naturaleza. Con el encuentro de
diferentes culturas, la construcción de hegemonía y dominio de unas sobre otras. Y he aquí lo que
da razón de ser al Gestor Sociocultural; y para el abordaje del perfil profesionalizado y particular
del mismo, tomaré un referente mas conocido, que también forma parte del perfil del Gestor
Sociocultural.

El Gestor Cultural se ocupara de promover la cultura y la industria cultural, defendiendo los


acervos identitario de su propio entorno social, gestando para satisfacer la voluntad cultural y
otras necesidades que atañen a la ocupación de tiempo libre, de tiempo de ocio, de contención
social, de la educación informal; y para su actividad construye poder dentro de organizaciones que
aportan y se desempeñan en relación a la permisidad de las políticas culturales aplicadas por el
poder que conduce la provincia, región o país.

–Si bien autores de alta jerarquía también incluyen a docentes de toda laya, yo interpreto a los
que se desempeñan dentro del sistema para la educación formal, como gestores de las políticas
culturales de turno y no en el sentido amplio que les compete a los demás gestores.-

El Gestor Sociocultural, se abocará a la búsqueda de la construcción de un poder capaz de


transformar las realidades hegemónicas que imperan por sobre la cultura local, reivindicando el
objeto que le diese el sentido genuino a la construcción cultural. Y en este recorrido obrará para
intervenir en las cuestiones sociales, impulsando la evolución de los sectores a una situación de
igualdad de oportunidades en tanto a las posibilidades de construcciones colectivas para el
desarrollo de las potencialidades humanas. Para ello se apoyará en la participación dentro
organizaciones de carácter multidisciplinario y mixto, diseñando proyectos que articulen las
diferentes políticas, en la razón de ser la “cultura” fuente de toda actividad desarrollada en pos de
la proyección evolutiva y trascendental de la realización humana. Éste es otro aspecto diferencial
del G.Sc., puesto que la meta para la construcción del poder va más allá de los límites locales.

Los que tenemos por misión ejercer la gestión sociocultural sentamos nuestro accionar en el
proceso continuo de aprender desde la percepción meticulosa de los elementos que conforman
los recortes muestras tomados de la realidad, el análisis etiológico de los mismos y de la
construcción de mapeos, del entramado de las relaciones fundantes de la cultura; destacando los
aspectos individuales de los actores en relación directa con los colectivos a los que pertenecen.

¿Quien es un Técnico Superior en Gestión Sociocultural?

Infinita sería la lista si tuviéramos que incluir en esta clasificación, a todos los que de alguna
manera operan profesionalmente en el campo de lo cultural o social. Y si aun nos redujéramos a
señalar a los que con buen criterio se desempeñan como catalizadores de la sociedad, captando la
voluntad cultural para luego volcar en acciones dinamizantes para el desarrollo humano; todavía
no nos alcanzaría la página para nominar la multiplicidad de perfiles que estarían incluidos en esta
denominación.

Para diferenciar el perfil del Técnico Superior en Gestión Sociocultural hago hincapié en una
característica fundamental del criterio para la gestión. “En toda gestión sociocultural debe
prevalecer la intencionalidad de transformar las relaciones en vínculos”.
Transformar relaciones en vínculos hace que los participantes en las acciones, llámese gestores,
beneficiarios, responsables de instrumentación política, etc.; vean en la intervención sociocultural
un espacio que los identifique; que los convoque a un estado espiritual satisfactorio y de goce; que
la fe en que los resultados de un determinado proyecto, programa o política en la que participan,
los conllevará a una nueva realidad en que sus potencialidades humanas podrán desarrollarse en
plenitud, favoreciendo la individualidad como al colectivo. De estos sentires, devendrían los
elementos esenciales que harían a la sustentabilidad de todo emprendimiento: voluntad para
búsqueda del consenso, creatividad para las innovaciones, sensibilidad y apertura intelectual para
comprender las manifestaciones; lucidez para captar las cualidades individuales para el
desempeño eficiente y eficaz en la división del trabajo; la potenciación del sentido de pertenencia
de cada uno de los participantes, convirtiéndolo en un multiplicador de voluntades; y el deseo de
ser parte de continuas acciones transformadoras en beneficio común.

Para ello se cuenta con una formación académica que fortalece:

- Las posibilidades comunicativas desde el adiestramiento en el manejo de diferentes lenguajes y


formas expresivas.

- El reconocimiento de uno mismo como individuo inmerso en una realidad micro y macro social,
la historia que lo justifica e identifica, y la interacción modificadora entre él y el contexto.

-La interpretación con sensibilidad humanística de la realidad de los “entramados relacionales


fundantes de la cultura”, para el diseño de las formas adecuadas tendientes a transformarlas.

Y para responder a la pregunta, de una manera reduccionista digo:

El Técnico Superior en Gestión Sociocultural es un creador de espacios generadores de vínculos.

Entendemos por vínculo a "toda relación profunda, cargada de afecto, libre y permanente,
aceptada desde el interior de la persona y que la afecta por entero". "El vínculo es lo que le
permite al hombre integrarse a la realidad y a la vez incorporarla a su propio ser" Dra. Prof. María
Cristina Lucchetti

Se entiende por gestor cultural aquel profesional que motivado por la inquietud y el interés en la
cultura, e independientemente del área de conocimiento de su formación académica, opta por
dedicarse a promover, incentivar, diseñar y realizar proyectos culturales desde cualquier ámbito.
Como su propio termino indica el gestor cultural es aquel que tiene que tomar decisiones entre un
conjunto de recursos, posibilidades, técnicas e instrumentos que se ponen a disposición de un
objetivo final vinculado éste al desarrollo de su comunidad desde una óptica sociocultural.

Entre las funciones del gestor cultural están

- Establecer estrategias de desarrollo de la organización.


- Combinar con eficacia los recursos disponibles tanto humanos, materiales como
financieros.
- Aprovechar las oportunidades del entorno.
- Relacionarse bien con el exterior.
- Adaptarse a las características del contexto socieconómico.

Podría definirse al gestor cultural como el especialista encargado de dar forma a los contenidos
culturales. Para ello debe integrar funciones diversas relacionadas con la gestión administrativa,
económica, formativa, comunicativa y artística e intermediar entre los diferentes agentes locales
que interactúan en lo cultural.

Su perfil no tiene por qué corresponderse con el de un profesional formado en el ámbito técnico
artístico o en el de gestión propiamente dicha, si no más bien debe estar capacitado para
aprehender los diversos procesos culturales que suelen ser complejos y muy diversos. El gestor
cultural puede desarrollar su actividad profesional en muy diversas áreas, tanto públicas como
privadas; con fines lucrativos como no lucrativos. Los gestores culturales utilizan las mismas
técnicas de gestión que cualquier otro profesional con responsabilidad sobre la administración de
recursos con unos objetivos determinados. Sin embargo, la aplicación de la gestión a la cultura
tiene unas especificidades que permiten hablar de gestión cultural.

Se pueden diferenciar tres tipos de gestores culturales:

1. El Creativo: Es aquel que suele solucionar problemas complejos asociando ideas, personas y
recursos materiales para que respondan a demandas éticas y estéticas. Suele ser un profesional
que favorece los encuentros entre las personas.

2. El Ingeniero: Planifica a partir de las ideas. Define la misión de trabajo y no suele improvisar.
Tiene al equilibrio entre los recursos económicos y las aspiraciones culturales o estéticas. Es el
gestor que relaciona las partes del trabajo con el objetivo diseñado.

3. El comunicador: Amplía conocimientos y promueve el intercambio para que surjan nuevas


iniciativas. Utiliza medios que realcen el contenido con calidad y equilibrio ético, económico y
estético.

(…) la gestión podría verse como el proceso por el cual se da origen a algo lo que, de por sí, implica
movimiento, crecimiento, transformación creadora, relaciones de todo tipo. Corominas
homologa gestionar con gerenciar (acepción que, con el tiempo, ancló casi con exclusividad en
su referencia económica). Entonces la gestión será la puesta en acto o el gerenciamiento de un
proyecto. O, dicho de otra manera, la ejecución de: - un proyecto - un programa - un plan - una
política. Y, conviene subrayar, siempre está ligada a acción. La gestión, entonces, podría
considerarse como ese conjunto de gestos a través de los cuales llegamos a dar sentido histórico a
una forma de estar siendo en el mundo (Ariel Olmos, 2008, p.53

En la cita anterior, Ariel Olmos, citando a Corominas, presenta aspectos sobre la significación del
término gestión y el por qué se asocia, en ocasiones, la gestión con la gerencia. Este aspecto
justifica, además, el uso reiterado de la gestión en la esfera o campo de la economía. Estos autores
enfatizan en el hecho de que toda gestión implica acción, y es un elemento clave que, de una
u otra manera, transversaliza y tipifica la gestión en sí misma.
La gestión reclama una capacidad de definir objetivos y diseñar el proyecto como eje y
metodología de la acción.

Cuando se refiere a proyectos, también puede ser programa o plan, e incluso, una política, como
plantea Ariel Olmos, al citar a Corominas. Bajo el esquema que se decida, lo importante es la
proyección que se realice y estar abiertos a la búsqueda de alternativas o soluciones, para lo
cual ya se perciben (a criterio de la autora) algunas características: sensibilidad, creatividad,
capacidad para observar, escuchar, determinado protagonismo o liderazgo que permita el
avance o conducción hacia el cumplimiento de los objetivos propuestos.

Gestionar es escuchar, dialogar, negociar en beneficio de los integrantes de la organización con


independencia de sus roles, funciones y ubicación en la estructura de la organización. Es crear
condiciones, las necesarias, para el logro de las metas compartidas. Gestionamos el capital
humano, los procesos culturales, el conocimiento, el medio ambiente, las finanzas, las
economías, el patrimonio, las comunicaciones, la información y otros intangibles que
identifican a las organizaciones (pp. 102-103).

La gestión cultural, a pesar de su corta vida, se acompaña de múltiples acepciones y


nombramientos: promoción cultural, gestión cultural, gestión de lo cultural, animación
sociocultural, mediación cultural, administración cultural, gestión de la cultura, arts
management o gerencia cultural. Al respecto, Rubens Bayardo (2007) apunta que “lo que está en
el centro del debate no es la gestión, sino los modos y las conceptualizaciones que la orientan
en tanto que cultural. Lo imprescindible y central es lo que se entienda por gestión y cómo se le
conciba” (Román García, 2011, p. 8).

La gestión de la cultura implica una valoración de los intangibles y asumir la gestión de lo


opinable y subjetivo circulando entre la necesaria evaluación de sus resultados y la visibilidad de
sus aspectos cualitativos. La gestión de la cultura ha de encontrar unos referentes propios de su
acción adaptándose a sus particularidades y encontrar una forma de evidenciar, de forma muy
diferente, los criterios de eficacia, eficiencia y evaluación (…).

La gestión cultural se construye sobre una opción de entender la función del profesional sin
entrar en otros aspectos del mundo cultural que han de quedar en manos de sus verdaderos
protagonistas (creadores, políticos, ciudadanos, etc…) (Alfons, 2001, pp. 12-13). El encargo social
de esta profesión es muy contemporáneo y responde a un reclamo actual, directamente vinculado
a las políticas culturales y a la necesidad de mejorar las acciones y la calidad de los proyectos que
se realizan. Su desempeño está relacionado con la creación como producto cultural, que se
gestiona potenciando su valor más cultural, que económico.

…) la gestión cultural se ha encontrado con la necesidad de demostrar su especificidad y proveer


de suficientes recursos para su reconocimiento social. La formación en gestión cultural se
configura como respuesta a una demanda de capacitación de un gran número de profesionales
que se incorporaron profesionalmente a las organizaciones e instituciones públicas culturales
(p.25). Es así que se estudia gestión cultural como tecnicatura, máster, postgrado, cursos,
entre otros. Se crearon espacios on-line, un ejemplo lo constituye el Portal Iberoamericano de
Gestión Cultural, donde se circulan boletines. Así pues, los espacios que representan y
defienden esta profesión continúan incrementándose.
La gestión cultural nació como una herramienta y en poco tiempo se convirtió en una profesión.
“¿Y qué se necesitó para convertirla en una profesión? Tres elementos sustanciales:
desarrollo, comunidad y riqueza cultural que configurarán otra mirada a la gestión cultural, sus
posibilidades y los para qué de su existencia (Román García, 2011, p. 10).

Martinell (1999) explica que los agentes sociales, de acuerdo con los principios, finalidades y
valores a los que opten y puedan desarrollar, adquieren un protagonismo que podría
resumirse en las siguientes funciones: analizan e interpretan la realidad de la propia sociedad,
dan una respuesta a sus problemas, demandas o necesidades, y auto-organizan servicios para su
bienestar. Posibilitan y canalizan la participación y la incorporación de grupos y personas a los
trabajos y a la acción para su comunidad, originando un proceso desde la privacidad y el
individualismo a la acción pública y social. Son aglutinadores y creadores de estados de opinión
sobre temas que les afectan y sobre la creación de las condiciones necesarias para difundir sus
opciones, con la finalidad de que se tenga en cuenta un determinado tema. Pueden ayudar a
estructurar y construir las demandas de carácter social, cultural y educativo que concentran
estados individuales o grupales, y trasladarlas de forma colectiva, a las organizaciones y al
aparato de la administración del Estado. Son una plataforma para fomentar la auto-organización
de servicios y la asunción de responsabilidades públicas por sistemas de delegación en la
prestación de servicios. Ejercen una función prospectiva, al descubrir y evidenciar nuevas
necesidades o problemáticas de la sociedad y despertar una preocupación en los estamentos
oficiales por esos temas. Además, son una plataforma de organización de la iniciativa
privada y lucrativa, a partir del establecimiento de organizaciones propias.

Para hablar de gestión sociocultural es necesario detenerse en el término sociocultural y


aclarar que no es una simple unión o sumatoria de lo social y lo cultural, como erróneamente se
asume en algunos contextos. Es cierto que lo sociocultural resulta poco específico, ambiguo, sin
embargo, su utilización ha ido en aumento en las últimas décadas, y hoy, se utiliza de manera
reiterada y asociado a los más disímiles contextos o esferas, así como por los distintos
medios de comunicación. Por lo que resulta casi cotidiano escuchar expresiones como éstas:
proyecto sociocultural, enfoque sociocultural, alternativa sociocultural, mirada sociocultural,
análisis sociocultural, proyección sociocultural, entre otras.

Este aspecto apunta a dos aristas, por una parte, su utilización indiscriminada puede estar
asociada al desconocimiento del término en su esencia y, por ello, se incorpora como un “adjetivo
de moda”. Sin embargo, hay una segunda arista que no puede negarse y es el carácter
multidisciplinar de esta palabra. Hacer referencia a lo sociocultural, es el reconocimiento en sí, a la
interrelación que se da en la sociedad entre los más diversos aspectos, lo social, lo cultural, lo
cotidiano, lo popular, la identidad, las raíces, los conflictos, el sentido de pertenencia, lo
antiguo y lo moderno, el legado que han dejado las generaciones anteriores en interacción con lo
que está en construcción, con lo que se le incorpora, lo que perdura y lo que queda en el camino

Estas son las razones para tener en cuenta que al hablar de un proyecto sociocultural, es
necesario identificar una serie de aspectos medulares, entre ellos: afectados y beneficiados,
situación que enfrentan, cómo y dónde viven, estado de las relaciones interpersonales,
tradiciones, creencias, religión que profesan, gustos, preferencias, antecedentes del lugar, del
grupo, del problema, potencialidades que poseen para enfrentar o dar solución a sus dificultades,
debilidades que reconocen pueden afectarles, y esto no es más que una caracterización general,
profunda, la cual, en muchos escenarios, ya se le llama caracterización sociocultural. Ella brinda
informaciones vastas para comprender por qué surge un proyecto, con qué cuenta y los retos que
enfrentará.

La incorporación de un especialista de lo sociocultural a proyectos sociales, económicos o de


innovación, es vital para lograr visualizar los resultados, en cuanto a cómo se beneficiará la
comunidad, qué riesgos puede haber, cómo debe prepararse la población, por ejemplo, ante la
incorporación de un producto o una iniciativa determinada. Este profesional, además, sería el
encargado de velar por los beneficios sociales y culturales que debe arrojar el proyecto.

a gestión sociocultural “(…) es una modalidad de intervención, caracterizada por la gestión


movilizadora y transformadora que se hace con recursos socioculturales. (…) la gestión
puede hacerse fundamentalmente en y desde instituciones, culturales o no, y
comunidades”(Martínez Casanova, 2012b).

Revista Digital de Gestión Cultural. Número 13. Año 8, Mayo de 2018 14 www.gestioncultural.org
ISSN: 2007-3321 Con una idea más clara de lo que se puede asumir como sociocultural, es
momento de retomar el objetivo en aras de presentar lo que se conoce como gestión
sociocultural. La gestión sociocultural “(…) es una modalidad de intervención, caracterizada por
la gestión movilizadora y transformadora que se hace con recursos socioculturales. (…) la
gestión puede hacerse fundamentalmente en y desde instituciones, culturales o no, y
comunidades”(Martínez Casanova, 2012b).

Como puede apreciarse, ubica la gestión sociocultural para su ejecución, en un contexto que
resulta amplio, pues al referirse a instituciones culturales o no, da margen a una lista extensa de
opciones, además de las comunidades, las cuales, cada una tiene sus particularidades y, por tanto,
es diferente a las demás. Se retoma aquí, la idea ya trabajada de movilizadora y transformadora,
ya que toda gestión persigue lograr un cambio, un salto a un nivel superior.

Estas características de la gestión sociocultural, requieren de características en los gestores, en


función de elementos ya tratados, anteriormente, en este trabajo. Por ejemplo, la creatividad, la
búsqueda de alternativas, el enfrentamiento a situaciones no previstas y las habilidades para
superarlas.

El gestor sociocultural puede ser intracomunitario (cuando se trata de individuos que, desde
dentro de la comunidad y como miembros efectivos de ésta, actúan y, al hacerlo, contribuyen a
incrementar la participación-relación-implicación de los miembros con la comunidad y a
fortalecer las características socioculturales de ésta); o extracomunitario (cuando éste actúa
dentro de la comunidad, pero no pertenece a ésta, tiene cierto sentido de contraparte para con
ella, como sucede con figuras tales como el maestro, el médico, trabajador social, etc., que sin ser
miembros de la comunidad se integran con vehemencia a los objetivos y características de ésta)
(Martínez Casanova, 2012a).

La gestión sociocultural es el proceso realizado con recursos culturales, en su sentido más amplio,
dirigido a propiciar, como proceso transformador y de manera progresiva, sostenida e inclusiva,
el desarrollo social, principalmente local y comunitario. Se centra en una lógica de
planeación, organización, dirección, colaboración, mediación, concertación y control de las
acciones, con enfoque multidisciplinar, multilateral y participativo, propiciando la inclusión de
todos los sujetos sociales individuales y colectivos, implicados. Se parte, además, del criterio de
que estos procesos son pertinentes sólo si integran sostenidamente, acciones de investigación,
evaluación, asesoría, capacitación, facilitación, mediación y sistematización

En la gestión sociocultural se asumen modalidades o esferas, como:

 gestión cultural,
 gestión de la información y el conocimiento,
 gestión de la ciencia, la tecnología y la innovación tecnológica,
 gestión medioambiental, gestión del turismo,
 gestión de la prevención en salud, de la prevención y enfrentamiento a desastres y
de la prevención del delito y actitudes antisociales,
 gestión organizacional, gestión en contexto empresarial,
 gestión administrativa y de gobierno,
 gestión del enfoque de género y la sexualidad.

Estas modalidades o esferas de la gestión sociocultural, no pueden verse siempre por


separado, ellas se interrelacionan, incluso, se aprecian y trabajan de manera integrada. Este
desglose o clasificación responde a necesidades de estudio, investigación y prácticas de proyectos
que se ejecutan, sobre todo, a escala local y comunitaria

Gestión cultural y sociocultural: Diferencias

La gestión cultural y la gestión sociocultural están estrechamente relacionadas, la primera,


está más relacionada con las políticas culturales. Caracterizada por las acciones de
facilitación de los procesos, como un ente intermediario que permite canalizar situaciones y
encontrar soluciones para la obtención del resultado esperado o la superación del problema.

La segunda, va más a la transformación de las personas implicadas, del estado inicial o


actual, donde el gestor es un facilitador porque el rol protagónico es más colectivo. No obstante,
se reconoce que hay momentos en que ambas, se entrecruzan entre sí, dado por visiones
que defienden los alcances de esta profesión, área, o especialidad. Además, no se concreta
sólo al marco de las políticas culturales, va mucho más allá, llegando a la cotidianidad, a los
problemas que afectan el día a día de las personas. No deben ser utilizadas como sinónimos, son
procesos diferentes, se trata de establecer la visión con la cual se asume y utiliza cada uno
de los términos.

La gestión cultural ha sido muy trabajada y existen numerosas instituciones, organizaciones


que respaldan su existencia y la importancia del trabajo de sus gestores. Su encargo
fundamental está relacionado con las políticas culturales.

Los gestores culturales son profesionales cuyo encargo es vital para lograr la movilización y
facilitar la aplicación de las políticas culturales. Su desempeño juega un rol vital en los procesos
culturales. Deben reunir una serie de características y desarrollar múltiples habilidades o
capacidades para ejercer con eficiencia y eficacia su labor.
Por su parte, la gestión sociocultural no se circunscribe sólo al contexto de las políticas culturales,
es mucho más amplia. Busca la transformación, por lo que el profesional de esta rama, además de
facilitar procesos y movilizar a las personas, debe lograr su implicación y participación real en los
procesos. Se puede hacer en, o desde instituciones culturales, o no, y en las comunidades, lo
que evidencia un campo de acción muy amplio y heterogéneo. Se trata de gestionar
procesos socioculturales y siempre con el encargo de favorecer o potenciar el desarrollo local o
comunitario. Los procesos socioculturales, son diversos y complejos, se dan tanto a nivel individual
como colectivo, relacionados con los procesos de transformación social, y con los aspectos de la
vida espiritual y cultural de la sociedad, que se dan en la cotidianidad de los sujetos implicados.

El Gestor Cultural es quien se encarga de poner en contacto a la sociedad con la cultura. Debe
tener conocimientos de los diversos lenguajes artísticos y especial habilidad organizativa para
poder transformar ideas creativas en la realización de eventos y actividades culturales de toda
clase. Los profesionales pueden desempeñarse en diferentes organismos estatales o privados
como por ejemplo: teatros, museos, festivales, empresas dedicadas a la industria cultural, centros
culturales y salas de exposiciones.

¿En qué consiste la Carrera de Gestión Cultural?

La Gestión Cultural es una disciplina que abarca todas las actividades relacionadas a un evento o
proyecto cultural, desde su análisis y diseño hasta su producción y gestión. Se puede observar que
a lo largo de los años, las manifestaciones culturales y artísticas se fueron diversificando y
complejizando. La actividad surge, entonces, como respuesta a una demanda de conocimientos
específicos para realizar éstas actividades.

El desarrollo de la cultura implica la creación de nuevos roles dentro del campo. De ésta manera,
la profesión se propone formar expertos que estén capacitados para promover y gestionar
actividades artísticas e implementar y ejecutar políticas culturales. Como también proporcionar las
herramientas necesarias para conocer los diferentes lenguajes artísticos y sus códigos específicos,
la administración, difusión y puesta en valor de los recursos culturales de una sociedad.

Perfil del Estudiante de la Carrera de Gestión Cultural

El interés por la cultura y sus diversas manifestaciones debería ser el factor principal a tener en
cuenta para cualquier persona que se sienta atraída por ésta profesión. A continuación detallamos
algunas características que puede manifestar el perfil de un estudiante de ésta carrera:

 Ser una persona social


 Poseer capacidades resolutivas y de comunicación
 Tener habilidades para producir y gestionar productos y servicios artísticos culturales
 Contar con una actitud proactiva y cooperativa
 Flexibilidad para adaptarse a los continuos cambios
 Iniciativa y personalidad emprendedora
 Comprensión por las diversas expresiones artísticas
 Empatía con los diversos sectores sociales
 Aptitud para ocuparse de varias tareas al mismo tiempo

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