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INTRODUCCION

¿QUE ES LA TANATOLOGIA?
El término tanatología deriva del griego antiguo. En la mitología griega, Thanatos
(θάνατος, "muerte"; logos, definición o tratado) es la personificación de la muerte.

Desde la perspectiva psicológica está enfocada a establecer, entre el enfermo en


tránsito de muerte, su familia y el personal médico que lo atiende, un lazo de
confianza, seguridad y bienestar, además de propiciar en el paciente terminal los
cuidados necesarios que le aseguren una muerte digna y en paz.

La tanatología es una disciplina integral que aborda todo lo relacionado con el


fenómeno de la muerte en el ser humano: la pérdida, el sufrimiento psicológico, las
relaciones significativas del enfermo, el dolor físico, las voluntades anticipadas, los
aspectos legales, la observancia del trato humanitario que ha de brindarse al
paciente moribundo y el apoyo en el acompañamiento para él y su cuidador, ya
que la pérdida la sufren ambos. Aplica el método científico o técnicas forenses,
tratando de resolver y enfrentar las situaciones conflictivas que suceden en torno a
ella, desde distintos ámbitos del saber, como son la medicina, la enfermería, la
psicología, la antropología física, la religión y el derecho.

Pretende curar el dolor de la muerte y de la desesperanza tanto del enfermo


terminal como de sus familiares y de aquellas personas que, por diferentes
motivos, tengan ideación o conductas suicidas, con base en la prevención y la
intervención. No aboga por una actitud de dar meros consejos o consuelos. Por lo
demás, "Ayudar a bien morir" será una meta tanatológica cuando la muerte de un
paciente está cercana, pero "no" la finalidad principal.

Los objetivos de la tanatología se centran en la calidad de vida del enfermo


terminal, y evitar la prolongación innecesaria de la vida, así como su acortamiento
prematuro, propiciando una muerte adecuada, que se caracteriza por las
siguientes acciones:
 atención al sufrimiento psicológico
 atención a las relaciones significativas del enfermo
 atención del dolor físico
 atención al sufrimiento espiritual
 atención a las últimas voluntades

Serrano Ruiz-Calderón JM. La eutanasia. Eiunsa. 2007.


EL SIGNIFICADO DE LA MUERTE
Se define a la muerte (a veces referida por los eufemismos deceso, defunción,
fallecimiento, óbito, expiración, perecimiento, fenecimiento o cesación) como un
efecto terminal que resulta de la extinción del proceso homeostático en un ser
vivo; y con ello el fin de la vida. Puede producirse por causas naturales (vejez,
enfermedad, consecuencia de la cadena trófica, desastre natural) o inducidas
(suicidio, homicidio, eutanasia, accidente, desastre medioambiental).

El proceso de fallecimiento, si bien está totalmente definido en algunas de sus


fases desde un punto de vista neurofisiológico, bioquímico y médico, aún no es del
todo comprendido en su conjunto desde el punto de vista termodinámico y
neurológico, y existen discrepancias científicas al respecto.
En tanto existen miles de discrepancias desde la filosófico hasta lo religioso para
definir este proceso pero para este trabajo tomaremos la definición previamente
vista.

Serrano Ruiz-Calderón JM. La eutanasia. Eiunsa. 2007.


EL DUELO
El duelo es el proceso de adaptación emocional que sigue a cualquier pérdida
(pérdida de un empleo, pérdida de un ser querido, pérdida de una relación, etc.).
Aunque convencionalmente se ha enfocado la respuesta emocional de la pérdida,
el duelo también tiene una dimensión física, cognitiva, filosófica y de la conducta
que es vital en el comportamiento humano y que ha sido muy estudiado a lo largo
de la historia.
Según el modelo descrito por el libro de la doctora Elisabeth Kübler-Ross (1926-
2004) "Ondeath and dying", el duelo se manifiesta en cinco fases:
Fase de Negación. Negarse a sí mismo o al entorno que ha ocurrido la pérdida
Fase de Enfado, Indiferencia o Ira: Estado de descontento por no poder evitar la
pérdida que sucede. Se buscan razones causales y culpabilidad.
Fase de Negociación. Negociar consigo mismo o con el entorno, entendiendo los
pros y contras de la pérdida. Se intenta buscar una solución a la pérdida a pesar
de conocerse la imposibilidad de que suceda.
Fase de Dolor Emocional (o depresión). Se experimenta tristeza por la pérdida.
Pueden llegar a sucederse episodios depresivos que deberían ceder con el
tiempo.
Fase de Aceptación. Se asume que la pérdida es inevitable. Supone un cambio
de visión de la situación sin la pérdida; siempre teniendo en cuenta que no es lo
mismo aceptar que olvidar.
El duelo suele durar entre 6 meses y un año, cuando se trata de la pérdida de un
ser querido muy allegado (Madre, hijo, cónyuge...). En el caso de que los síntomas
no cesaran después de estos períodos de tiempo y provocaran problemas para
desenvolverse en su vida rutinaria, es muy importante acudir a un profesional de la
psiquiatría y/o psicología, ya que la persona afectada puede estar sufriendo un
episodio de depresión crónico, lo que implicaría un duelo patológico. No siempre
se cumplen todas las etapas, ni necesariamente ocurren en el orden señalado.

Serrano Ruiz-Calderón JM. La eutanasia. Eiunsa. 2007.


DEFINICION DE EUTANASIA
Para aclarar lo que es la Eutanasia, lo que debemos hacer primero es definir el
término.

Etimológicamente Eutanasia significa “buena muerte”, lo cual proviene del


griego eu (bien, bueno) y thanatos (muerte), lo que se puede entender y conocer
popularmente como “agonía serena o muerte dulce, muerte por piedad”. En un
sentido más técnico sería “muerte sin sufrimiento ocasionada a quien padece una
enfermedad incurable o dolorosa”.

Es la muerte provocada por propia voluntad y sin sufrimiento físico, en un enfermo


incurable, a fin de evitarle una muerte dolorosa. La práctica consiste en
administrar las drogas, fármacos u otras sustancias que alivien el dolor del
paciente aún que con ello se abrevie la vida de este.

Caen fuera de este concepto las muertes causadas a enfermos ancianos,


enfermos mentales y otras muertes como homicidio y asesinato, tampoco se
considera Eutanasia, no aplicar al enfermo incurable un medio extraordinario de
costo muy elevado o de tecnología sofisticada que pueda procurar el alargue de la
vida del paciente, pero no su curación.

Es indudable que el primordial derecho que puede asistir hoy a todo ser humano
es el de la vida, pero cuando este derecho se ve afectado por unas lamentables
condiciones de salud, cabe preguntarse si se está cuidando la vida o prolongando
la agonía que nos puede llevar a la muerte. Y en un momento así ¿Qué debemos
hacer?...

El mismo paciente puede inducirse la muerte sin el conocimiento ni la cooperación


de otras personas. Puede también ser provocada por otros a petición del enfermo
o con su consentimiento. En todos estos casos se habla de Eutanasia voluntaria.

Si se causa la muerte contra la voluntad del paciente o sin su consentimiento,


hablamos entonces de una Eutanasia involuntaria.

Serrano Ruiz-Calderón JM. La eutanasia. Eiunsa. 2007.


Estos medios con los cuales se causa la muerte pueden coincidir todos en una
intervención positiva, por ejemplo, en una sobre dosis de píldoras conciliadoras del
sueño o en otra clase de medicinas, o una inyección de cloruro de potasio, que
cause de inmediato la muerte. A veces se usa el término “dar una muerte piadosa”
para esta clase de intervención. Con todo, lo normal es que se le llame Eutanasia
positiva, activa, o directa. En cambio se llama Eutanasia negativa, pasiva o
indirecta a la omisión de un tratamiento eficaz, o sea, al hecho de no prolongar el
proceso de morir por medio de máquinas o aparatos que mantiene la vida del
paciente, como por ejemplo, el respirador artificial.

Gafo J. La eutanasia. El derecho a una muerte humana. Temas de Hoy. 2008.


HISTORIA DE LA EUTANASIA
Las prácticas eutanásicas y el suicidio por motivos altruistas, eran bastante
frecuente en los pueblos primitivos; destacándose tres categorías:

*Suicidios de hombres una vez han llegado a la vejez o son atacados por una
enfermedad.

*Suicidios de mujeres a la muerte de su marido.

*Suicidios de clientes o servidores a la muerte de sus jefes.

En Grecia y en Roma, hubo numerosos defensores y algún detractor de la


eutanasia, como lo atestiguan numerosos documentos y testimonios literarios.

Platón en su obra Fedón describe el comportamiento de Sócrates en sus


últimos días. "Sócrates fue condenado a muerte, sus amigos le prepararon un plan
de fuga, pero él prefirió acatar la ley y murió por ello. Pasó sus últimos días de
vida con sus amigos y seguidores. Poco antes de cumplir su sentencia se bañó,
para evitar con ello que las mujeres tuvieran que lavar su cadáver. Una vez limpio
bebió el veneno, y cuando sintió sus piernas ya pesadas, se acostó dignamente
sobre sus espaldas, sin quejarse ni mostrando sufrimiento alguno, si no al
contrario él era la persona más optimista que se encontraba en ese lugar ya que
toda la demás gente sufría al saber que Sócrates iba a morir.

Gafo J. La eutanasia. El derecho a una muerte humana. Temas de Hoy. 2008.


Acto que despertó la admiración de cuantos lo rodeaban". En su libro III de La
República, afirma que "cada ciudadano tiene un deber que cumplir en todo estado
bien organizado y habrá que establecer una legislación para el estado que cuide
de los ciudadanos bien constituidos de alma y cuerpo. También se menciona que
todos aquellas personas que no son sanos corporalmente se les deje morir".

Hipócrates se opuso a la eutanasia. Para él eran fundamentales la santidad de


la persona y el verdadero bienestar del paciente. Reconoció, sin embargo, que se
podría violar fácilmente esta ética ya que los médicos, no tienen sólo el poder para
curar sino también para matar. Por esta razón hizo que los médicos se
comprometieran éticamente con el denominado Juramento Hipocrático: "Y no daré
ninguna droga letal a nadie, aunque me la pidan, ni sugeriré un tal uso, y del
mismo modo, tampoco a ninguna mujer daré pesario abortivo, sino que, a lo largo
de mi vida, ejerceré mi arte pura y santamente." El juramento permitió a la
medicina proteger al paciente vulnerable.

David Hume, (1711 a 1776) justifica la eutanasia cuando dice "si el disponer de la
vida humana fuera algo reservado exclusivamente al todopoderoso, y fuese
infringir el derecho divino el que los hombres dispusieran de sus propias vidas, tan
criminal sería el que un hombre actuara para conservar la vida, como el que
decidiese destruirla".

Los Utilitaristas, a finales del siglo XVIII y en el XIX, en su pensamiento mantienen


que cualquier acción es moralmente buena cuando produce mayores beneficios
que perjuicios, y por lo tanto, el valor ético de la conducta está determinado por el
carácter práctico de los resultados. Bentham identifica el "bien" con el placer o la
felicidad, y el "mal" con el dolor o la infelicidad y defiende "el mayor bien para el
mayor número de gente". En relación a la eutanasia su posicionamiento está

Gafo J. La eutanasia. El derecho a una muerte humana. Temas de Hoy. 2008.


basado en que será mayor el bien y la felicidad, tanto para el enfermo como para
su familia, ayudando al enfermo a morir de una forma digna o a prolongar el
sufrimiento.

La Revolución Francesa creó la tradición jurídica de la no punición del suicidio


que se refleja en la casi totalidad de la actual codificación penal.

Los Eugenistas buscan el perfeccionamiento de las cualidades de la raza


humana mediante el estudio de la herencia. Aunque la idea de eugenesia estaba
ya presente en la República de Platón, el actual concepto se fraguó durante la
segunda mitad del siglo XIX con el darwinismo social, fundamentado en la
perfección de la especie humana y en una confianza cada vez mayor en la ciencia
como forma de conocimiento. Cuando sus lemas, "lucha por la supervivencia" y
"ley del más fuerte", se aplicaron a la sociedad, es cuando aparece la eugenesia
moderna. A partir de 1900, con la aparición de la genética moderna, las corrientes
interesadas en "mejorar" la raza humana se transformaron en un movimiento
institucionalizado, los Eugenistas, en el que cabe destacar dos corrientes: la
eugenesia positiva que se centra en aumentar el potencial educativo de los
individuos especialmente "adaptados", y la eugenesia negativa que subraya la
necesidad de apartar a aquellos particularmente "inadaptados". Entre 1910 y 1940
el movimiento, estrechamente asociado con un sentimiento de superioridad blanca
anglosajona, fue especialmente intenso en Inglaterra, Estados Unidos y Alemania.

Karl Binding y Alfred Hoche en 1920 utilizan el término eutanasia, para proponer la
muerte de personas social y económicamente inadaptadas como los enfermos
mentales o minusválidos.

Gafo J. La eutanasia. El derecho a una muerte humana. Temas de Hoy. 2008.


A finales de 1939, Hitler autorizó, por primera vez, la aplicación de la eutanasia, a
un niño ciego, deficiente mental, y con sólo dos extremidades, que se encontraba
ingresado en una clínica de Leipzig. En 1939 la Alemania Nazi aprobó una norma
por la que se obligaba a informar a las autoridades, del nacimiento de niños con
defectos físicos, y tres peritos decidían si el niño debía o no seguir viviendo. Poco
después, Hitler dictó las normas legales que legitimaron la eutanasia en Alemania.
Por primera vez en la historia, una autoridad política, emanada de unas elecciones
democráticas, aprobaba la supresión de "vidas humanas sin valor”
Después de la segunda guerra mundial la eutanasia se vuelve un tema tabú.

Gafo J. La eutanasia. El derecho a una muerte humana. Temas de Hoy. 2008.


EUTANASIA EN MEXICO
La legislación sobre eutanasia en México distingue entre eutanasia activa y
pasiva. Desde el 7 de enero de 2008 la ley permite a personas con enfermedades
terminales -o a sus parientes más cercanos si se encuentra inconsciente- rechazar
medicación y tratamiento que pueda extender la vida (lo que se conoce como
eutanasia pasiva) en Ciudad de México, en el estado de Aguascalientes (desde 6
de abril de 2009) y desde el 1 de septiembre de 2009, en el estado de Michoacán.

Si bien el procedimiento exacto puede variar, las leyes regionales que tratan sobre
los testamentos en vida -normalmente denominados "de Voluntad Anticipada"-
generalmente requieren que un notario público atestigüe las instrucciones dejadas
por el paciente.

Para la eutanasia activa, los partidos políticos PRD y PRI han introducido
proyectos de ley para descriminalizarla en el Senado (2007)4 y la Asamblea
Legislativa de la Ciudad de México (2009), pero no han conseguido cambiar el
artículo 166 bis 21 de la Ley General sobre Salud que define la eutanasia como
homicidio por caridad.

Por el contrario, en 2010 había 18 estados donde la presión de la iglesia católica


había conseguido modificar la Constitución para proteger lo que denomina
"derecho a la vida", descartando así cualquier iniciativa que contemple la
eutanasia activa dentro de ese estado.

De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre muerte digna 2016, 68,3 % de los
mexicanos se posicionan en favor de la opción de poder adelantar la muerte en
caso de que la persona esté en fase terminal, mientras que 31,7% están en
contra.

Eduardo JG, Eutanasia: El parlamento holandés apoya el proyecto de Ley del Gobierno: Continúa
penalizándose la eutanasia, 78 reglamentado el procedimiento de denuncia, La Haya, Ministre Van
Justitie, 30 de Noviembre de 1993, p. 3.
EUTANASIA EN EL MUNDO
En latinoamérica, Colombia fue el primer país que introdujo a su constitución una
ley de eutanasia y suicidio asistido, y el único en el mundo donde la medida es
reconocida como un derecho fundamental por el Tribunal Constitucional.

En 2015 se aprobó la regulación del procedimiento para aquellos pacientes con


enfermedades terminales, mayores de edad y que hayan manifestado de forma
verificable su voluntad de morir. A principios del 2018 se convirtió en el tercero en
el mundo, después de Holanda y Bélgica, que regula esa práctica también entre
los pacientes menores de edad que se rehusen a padecer los sufrimientos de una
enfermedad terminal.

Holanda fue el primer país europeo en legalizarla. La ley entró en vigor en abril de
2002, aunque esta práctica era tolerada desde 1993. La ley holandesa considera
legal la intervención directa y eficaz del médico para causar la muerte de un
paciente que sufre una enfermedad irreversible o que se encuentra en fase
terminal y con padecimiento insoportable. Los requisitos son muy estrictos: El
paciente debe residir en Países Bajos, la petición de eutanasia o de ayuda al
suicidio debe ser reiterada, voluntaria y producto de la reflexión, los sufrimientos
deben ser intolerables y sin perspectivas de mejora, el paciente debe haber sido
informado de la situación y del pronóstico y el médico que vaya a aplicar la
eutanasia está obligado a consultar el caso con un compañero (o dos en el caso
de que el sufrimiento sea psicológico), que tiene que emitir el correspondiente
informe.

También en Bélgica se permite desde 2002 la eutanasia, que debe ser solicitada
conscientemente por una persona mayor de edad o menor emancipado, capaz,
con pronóstico de enfermedad irreversible, que padezca un sufrimiento físico o
psíquico constante e insoportable o una enfermedad grave incurable. La solicitud
debe realizarse por escrito, de manera voluntaria y reiterada y escrita y firmada
por el paciente o por un adulto designado por este.

Keown J. La eutanasia examinada. Perspectivas éticas, clínicas y legales. Fondo de Cultura


Económica. 2004.
El facultativo además debe dejar pasar un mes entre la petición y la
realización de la eutanasia. Los médicos tienen, entre otras, la obligación de
consultar a otro especialista en la patología correspondiente, quien a su vez
realizará un informe. En la legislación belga está prevista la eutanasia para
pacientes no terminales.

En febrero de 2008 Luxemburgo se convirtió en el tercer país del mundo en


despenalizar la eutanasia, aprobando la ley sobre el derecho a una muerte digna.
En Suiza, sin embargo, no está permitida legalmente, pero un vacío legal autoriza
el suicidio asistido. El suicidio asistido también se permite en algunos estados de
Estados Unidos: Oregón, Washington, Montana, Vermont, Colorado, California y
Washington DC.

En Australia, la eutanasia asistida solo es legal desde este año en el estado de


Victoria, cuya capital es Melbourne y está restringida a pacientes con
enfermedades terminales en pleno ejercicio de sus facultades mentales y con una
esperanza de vida de menos de seis meses.

En Canadá, la eutanasia es legal desde 2016, aunque restringida solo a enfermos


terminales.

El suicidio asistido también está permitido o no está penalizado en países como


Albania, Japón, Corea del Sur o Alemania. Este último tiene un vacío legal que
permite que asociaciones como Ayuda a Morir o la sección alemana de la suiza
Dignitas faciliten medicamentos para morir a personas con enfermedades
terminales o graves padecimientos, aunque son los propios afectados los que
deben tomarlos. La normativa aprobada en 2015 establece penas de hasta tres
años de prisión por ofrecer el suicidio en "términos comerciales".

Keown J. La eutanasia examinada. Perspectivas éticas, clínicas y legales. Fondo de Cultura


Económica. 2004.
TIPOS DE EUTANASIA

- EUTANASIA ACTIVA O POSITIVA:


Es el hecho de provocar directa y voluntariamente la muerte de otra persona para
evitar que esta sufra o que muera de un modo considerado indigno.

Cabe dentro de esta definición distinguir entre dos formas: directa o indirecta.

Eutanasia activa directa: es aquella en que la acción que se realiza tiene como
efecto inmediato la muerte del sujeto

Eutanasia activa indirecta: es aquella en la que la acción tiene un efecto inmediato


buscado como bueno, como aliviar el dolor del paciente, y otro efecto paralelo no
querido, que es la muerte del mismo.

-EUTANASIA PASIVA O NEGATIVA:


Supone el acto de privar a un enfermo, generalmente en estado terminal, de
aquellos medios médicos que podrían prolongar su vida de forma innecesaria,
tanto por lo que se refiere al tiempo de la vida como a las condiciones en que se
viviría.
Keown J. La eutanasia examinada. Perspectivas éticas, clínicas y legales. Fondo de Cultura
Económica. 2004.
En la actualidad el tema de la eutanasia vuelve a cobrar relevancia al aparecer un
nuevo factor determinante en torno al tema: la autonomía de la voluntad de los
pacientes. En épocas anteriores los motivos en que se ha basado la sociedad para
aceptar o condenar la eutanasia han sido muy diversos (políticos, sociales,
culturales, religiosas...), pero en muy pocas ocasiones se tuvo en cuenta la
voluntad del paciente. Así pues, el problema principal hoy día consiste en saber si
existe un derecho subjetivo de la persona a disponer de su propia vida hasta el
punto de poder decidir cuándo ponerle fin.

El objeto de este trabajo es aclarar en qué caso es necesario aplicar


Eutanasia, saber si es necesario por parte del paciente algún documento que
acredite que está dispuesto a someterse a la Eutanasia, y como fin práctico el
ensayo me sirve para profundizar mis conocimientos acerca de este concepto que
se utiliza en casos determinados en que se decide la muerte de un paciente que
ya ha sido desahuciado.

Es indiscutible el derecho del paciente a decidir sobre su propio tratamiento, por lo


tanto se reconoce el derecho a morir de un paciente terminal, pero bajo
condiciones legales cuidadosamente determinadas, lo que implica la necesidad de
otorgar a su consentimiento valor, siempre que se haya informado previamente.
No es menos cierto que le asiste al paciente el derecho a negarse a recibir
tratamiento si lo estima conveniente a sus intereses personales. El derecho del
paciente se encuentra restringido por el requisito de escribir un documento, que
debe ser renovado de tiempo en tiempo de acuerdo con diversas estipulaciones
para que conserve su validez. Todo paciente crítico hospitalizado sin un

Keown J. La eutanasia examinada. Perspectivas éticas, clínicas y legales. Fondo de Cultura


Económica. 2004.
documento “Esta es mi Voluntad o Testamento Vital”, ajustado a la ley, corre el
riesgo de que lo sometan a tratamientos inútiles que prolongan su proceso de
morir.

La preocupación principal de cualquier legislación sobre la muerte natural debería


ser afirmada, de manera práctica, el derecho natural de cualquier persona a no ser
sometida a tratamientos inútiles. El Estado no nos concede este derecho.
Hablando con más propiedad, él debe venir en defensa de tal derecho, ya que lo
tenemos en virtud de nuestra propia naturaleza.

El moralista McCormick en un artículo escrito en 1981 suavizó su posición


referente a la legislación sobre “Esta es mi Voluntad” porque “un impresionante
número de médicos, abogados y legisladores siguen creyendo que la afirmación
de una persona no es válida sin el respaldo de una ley”. “Soy de parecer que las
principales objeciones contra la legislación a cerca del derecho a morir esta
todavía en pie.

El propósito de tal legislación, afirma el derecho natural de un paciente


terminal a morir en paz, es recomendable y moralmente justa. Con todo, este
objetivo no se alcanza con facilidad, porque las leyes exigen un documento legal,
una voluntad expresa, antes de que se tome la decisión de no aplicar las técnicas
para mantener la vida”

Keown J. La eutanasia examinada. Perspectivas éticas, clínicas y legales. Fondo de Cultura


Económica. 2004.
Basándonos en lo anterior nacen una serie de interrogantes sobre la Eutanasia y
su aplicación:

1) ¿Es correcto llamar a la Eutanasia una “muerte dulce o sin dolor?”

Uno de los términos más apropiados que se le puede dar a la Eutanasia, dentro de
los propósitos de la Eutanasia está el hacer de la muerte de un paciente terminal
algo lo menos doloroso posible, teniendo en cuenta que dicho paciente ya no tiene
esperanzas de vida, y ha debido aguantar todo el sufrimiento que conlleva una
enfermedad de dichas características, por lo que se trata de acabar lo más pronto
posible con tales padecimientos y procurar al paciente una muerte que sea algo
así como una liberación de los calvarios soportados en vida, por lo cual es
correctamente llamada una muerte sin dolor.

2) ¿Es lícito dejar morir a un paciente incapaz de tomar decisiones, no aplicándole


o suspendiéndole un tratamiento inútil?

Sí, un paciente terminal, en buenas condiciones mentales, puede lícitamente


rehusar un tratamiento inútil, las personas responsables de un paciente inepto
mentalmente deben poseer tal derecho. En el caso de menores de edad, la
práctica médica reconoce el derecho de los padres a rehusar un tratamiento inútil.
Sin embargo, se ha dado un buen número de casos en los que el hospital a
rechazado la decisión de los padres, y ha recurrido a los jueces para obtener la
autorización de un tratamiento.

El 5 de mayo de 1980 la Santa Sede promulgó un documento con el título:


“Declaración sobre la Eutanasia”. Aquí se repite la doctrina tradicional de la Iglesia
Católica expuesta por Pío XII y luego la aplica a las condiciones actuales. Allí se
afirma:

“No se puede imponer a nadie la obligación de recurrir a un tipo de tratamiento


que, aunque ya esté en uso, todavía no está libre de peligro o es demasiado
costoso. Su rechazo no equivale al suicidio; significa más bien o simple aceptación
de la condición humana, o deseo de evitar la puesta en práctica de un
procedimiento médico desproporcionado a los resultados que se podrían esperar,
o bien una voluntad de no imponer gastos excesivamente pesados a la familia o a
la comunidad”.

Keown J. La eutanasia examinada. Perspectivas éticas, clínicas y legales. Fondo de Cultura


Económica. 2004.
De lo cual se desprende la siguiente interrogante:

¿Quién está autorizado para tomar la decisión de dejar morir a un enfermo


terminal sin que se prolongue innecesariamente su proceso de morir?

De acuerdo con el orden de la naturaleza, tal derecho corresponde a aquellos que


tienen el deber de velar por tal persona. Tales son los miembros de la familia, los
padres, los cónyuges, hijos y parientes cercanos. Este derecho no pertenece a las
autoridades públicas, ya que, los ciudadanos no son propiedad del Estado. De
acuerdo con el principio de subsidiaridad las autoridades públicas poseen tal
derecho y tal deber sólo cuando no existen miembros o deudos competentes de la
familia que ejerciten este derecho.

Keown J. La eutanasia examinada. Perspectivas éticas, clínicas y legales. Fondo de Cultura


Económica. 2004.
ARGUMENTOS A FAVOR DE LA EUTANASIA.
Para apoyar la eutanasia es necesario realizar un análisis profundo y reflexivo al
respecto, sin dejarse influir por las concepciones morales y religiosas que cada
uno de nosotros posee, lo cual es sin duda difícil, pero consideramos que al existir
un derecho a la vida y todo cuanto ello implica, la dignidad y libertad de la persona
humana, es también imprescindible que exista un derecho a morir dignamente y
esto se traduce en la eutanasia positiva, que es una salida válida para un enfermo
terminal que ya no desea sufrir más, es una decisión íntima y personal, que sólo
corresponde tomar a la persona en cuestión.

La vida es el valor esencial y debe ser protegida por el Estado con todos los
medios posibles, pero no podemos dejar de lado la parte humana del tema y ser
honestos al señalar que la muerte debe ser lo menos traumática y dolorosa
posible y esta alternativa ofrece la eutanasia, la cual dista de ser un crimen, sus
motivos son de misericordia tanto para el que sufre como para aquellos que lo
rodean.

Además al prolongar artificialmente la existencia de una persona, a cualquier


costo:

¿Estamos hablando realmente de vida o sólo de una existencia biológica?

No debemos olvidar, como antes señalábamos los motivos humanitarios frente al


sufrimiento innecesario de un enfermo terminal solo se alarga su agonía y no su
vida.

Antonio B, Eutanasia: dignidad y muerte, Ediciones Desalma, Buenos Aires, Argentina, 1991, p.
168.
ARGUMENTOS EN CONTRA DE LA EUTANASIA.
Se considera que es imposible concebir que en nuestro país se acepte una
práctica que atente contra la vida, del modo en que se vea la eutanasia en
cualquiera de sus formas es un asesinato, aun cuando se escude en razones de
índole humanitarias.

El derecho a la vida contemplado en el artículo 19 n°1 es base de nuestro


ordenamiento jurídico y el Estado, que se encuentra al servicio de la persona
humana no puede ni debe permitir la aplicación de este atentado contra la vida, la
cual debe proteger y no brindar los medios para acabar con ella.

No podemos obviar que todas las religiones rechazan la práctica de la eutanasia,


siendo la religión católica el más acérrimo enemigo de la eutanasia, dado que Dios
nos entrega la vida y sólo Él puede determinar en qué momento acaba, sin
intervenir el hombre del modo en que sea.

La práctica de la eutanasia contraviene todos los principios éticos y morales que


sustentan nuestra sociedad, atenta contra los valores religiosos en los cuales se
ha sostenido durante siglos la Iglesia Católica.

Antonio B, Eutanasia: dignidad y muerte, Ediciones Desalma, Buenos Aires, Argentina, 1991, p.
168.
CONCLUSIÓN
Hoy día, gracias a los avances de la medicina se consigue alargar
significativamente la vida de los pacientes, pero no siempre se tiene en cuenta la
voluntad de estos, ocasionándoles con esa continuación una vida llena de graves
padecimientos.

Junto a los avances de la medicina encontramos que los ordenamientos jurídicos


se esfuerzan en proteger la vida humana de tal modo que quede por encima de
otros valores jurídicos. Se puede decir que no hay ningún Estado en el que esté
legalizada la Eutanasia voluntaria activa en México, como mucho encontramos
atenuaciones para las penas de los autores de la misma.

Si se analiza la situación de las personas que solicitan la práctica de la eutanasia,


nos encontramos, además de al paciente, a los familiares del mismo y a los
médicos que les atienden. En cuanto a los familiares, son ellos muchas veces los
que solicitan que no se siga manteniendo con vida a sus seres queridos cuando la
situación en la que ven que se encuentran tan sólo alarga sus sufrimientos
innecesariamente. En cuanto a la postura de los médicos, en muchas ocasiones
se oponen a la práctica de la eutanasia, bien por ir en contra de sus convicciones
o bien por miedo a las consecuencias legales.

Muchos de estos problemas se evitarían si se admitiese la validez de los


testamentos vitales, ya que, en ellos se expresa la voluntad del paciente,
evitándose así que deban ser otras personas, como los familiares, a los que se
somete a una situación muy dolorosa, las que decidan por ellos.

Antonio B, Eutanasia: dignidad y muerte, Ediciones Desalma, Buenos Aires, Argentina, 1991, p.
168.
En el ámbito medico la Eutanasia debe ser sometida a varios cuestionamientos
donde se tome en cuenta evitar el sufrimiento innecesario cuando no se dispone
una cura y a tomar la muerte digna no como un fracaso medico sino como una
decisión enteramente del paciente donde se debe aplicar el aspecto humanístico
de la medicina sin emitir juicios morales.

A final de cuentas el paciente es el único que debería decidir sobre la interrupción


o prolongación de la vida, en el caso de que se encuentre en condiciones para
hacerlo, pero para ello debe estar correctamente informado de su estado de salud
y de las posibles alternativas. Esto es algo que forma parte de los derechos de la
persona ya que la petición de la eutanasia debería de ser un derecho fundamental.

Antonio B, Eutanasia: dignidad y muerte, Ediciones Desalma, Buenos Aires, Argentina, 1991, p.
168.
BIBLIOGRAFIA
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Serrano Ruiz-Calderón JM. La eutanasia. Eiunsa. 2007.

Antonio B, Eutanasia: dignidad y muerte, Ediciones Desalma, Buenos Aires, Argentina, 1991, p.
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