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Fundamentos filosóficos de la Logoterapia

Fundamentos filosóficos de la Logoterapia

Dr. Roberto Almada1 1

Estos apuntes pretenden ser de ayuda para aquellos que se


encuentran por primera vez con la obra de Viktor Frankl y su
Logoterapia. Acceder, aunque sea someramente, a las fuentes
filosóficas que constantemente usa este autor allana el camino para
una comprensión completa y correcta de su obra y evita frecuentes
equívocos. Los psicólogos y los médicos en general, no estamos
entrenados para el uso del lenguaje filosófico y, por consiguiente,
tienen dificultad para entender, en una primera lectura los ya
complejos conceptos frankleanos.

Cuando estaba redactando la tesis de especialización en Psiquiatría


sobre los aspectos religiosos en la vivencia de los enfermos
psiquiátricos, me encontré con la Logoterapia de Frankl. Confieso que
dediqué mucho tiempo a buscar pistas en textos y diccionarios
filosóficos para comprender mejor su libro La presencia ignorada de
Dios. Finalmente, los conceptos de ese texto resultaron
fundamentales para esa tesis. No fue fácil entender algunos
neologismos frankleanos teniendo sólo como base mis estudios de
medicina y psiquiatría y mis nociones de psicoterapia aplicada. En mi
“desesperación” por no perderme detalle de la Logoterapia, retomé
la Universidad para hacer una licenciatura en Filosofía. De todas
maneras, ese estudio fue también una fuente de gozo. La filosofía

1
Dirección e-mail: robalmada@gmail.com Página web: www.robertoalmada.it
Dr. Roberto Almada

pudo darme el placer de un pensamiento gratuito, purificando mi


pragmatismo médico. Y al final alcancé lo buscado; con el tiempo la
Logoterapia se fue haciendo cada vez más transparente para mi
2 entendimiento, pero aún me quedan espacios desconocidos para
seguir andando.

Desde esta experiencia, se comprenderá el deseo de ahorrar a los


que se inician en la Logoterapia mis fatigas. Con estos apuntes se
invita al lector a recorrer brevemente algunos tramos importantes de
la historia de las ideas; especialmente aquellos en donde podemos
descubrir las fuentes filosóficas de la Logoterapia de Viktor Frankl.

El creador de la Logoterapia es un ejemplo de la fecundidad teórica


que ofrece a la psicoterapia el uso de los conceptos filosóficos. Es un
antecedente inevitable del “counseling filosófico” que tanta difusión
está teniendo en occidente.

Frankl insiste reiteradamente en la base filosófica y antropológica de


la Logoterapia. Pertenece a la rara categoría del psiquiatra filósofo. El
siglo XX tuvo un florecer de este tipo de psiquiatras que
enriquecieron la historia de la ciencia: Jaspers, Allers, Ey, Binswanger,
Minkowski, etc. El pensamiento común de estos autores es la
existencia de un peligro de filosofía inadvertida que lleva a los
expertos en salud mental a una falta de comprensión de los
pacientes y sus situaciones. Karl Jaspers advertía sobre el riesgo de
una psiquiatría indiferente a la filosofía.

Jaspers hace notar que entre los psicopatólogos (expertos en


enfermedades mentales) surgen, de tiempo en tiempo, movimientos
intelectuales que intentan imponer un saber total a través de un
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grandioso esquema teórico y con ello pretenden dar un


conocimiento absoluto del mundo psico-espiritual del hombre.
Concretamente, describía estas teorías como
3
construcciones particulares, medios auxiliares limitados de la
explicación, y (presentados) como construcciones totales, con la
pretensión de un valor propio, en verdad (se presentaban como)
filosofías. Se vistieron, correspondiendo al carácter positivista del
pasado siglo (el XIX), con ropaje científico-natural y psicológico,
metódicamente, todas se redujeron a un poder de interpretación de
la realidad, escaparon a todas las alternativas de la decisión, no
2
pudieron por tanto ser probadas ni refutadas .

Las filosofías inadvertidas no pueden ser demostradas ni


impugnadas y esto les niega la pretensión de ser una ciencia
demostrada.

La indiferencia filosófica no fue nunca un pecado de Viktor Frankl.


El maestro fue “literalmente” atrapado por la filosofía, ya en su
adolescencia. Por aquellos años participaba de un grupo de trabajo
filosófico y con dieciséis años pronunció su conferencia inicial sobre
el sentido de la vida. En sus memorias recuerda que con esa edad
había ya desarrollado dos de sus pensamientos fundamentales: el
primero, que nosotros en realidad no debemos preguntar por el
sentido de la vida porque más bien somos nosotros los que
venimos interrogados. Y el segundo, que el sentido último
trasciende la capacidad de comprensión; en él sólo se puede creer

2
JASPERS K., Psicopatología general, Fondo de cultura económica, México,
1993, p. 851.
Dr. Roberto Almada

y siempre se cree, aun si se trata de una fe inconsciente3. Los


adolescentes son metafísicos por naturaleza, pero no se le puede
negar a Frankl una gran precocidad.
4
Ya psicoterapeuta, y todavía miembro de la Asociación de
Psicología Individual de Alfred Adler (1927), la lectura de Max
Scheler lo sacude y despierta de lo que él mismo llama su propio
“sueño psicologísta”. Frankl cuenta que llevaba como una Biblia el
libro Formalismo de la Ética de este autor.

Si en el siglo pasado el peligro de la indiferencia filosófica


denunciado por importantes pensadores era consciente, en el
nuevo milenio el reto es todavía mayor pues hemos perdido el
sentido del riesgo. La fragmentación de las ciencias en esta etapa
post-moderna nos lleva hacia una gran confusión epistemológica,
que hasta podría llegar a detener el progreso de lo científico. Para
superarla hay que dar un paso necesario y urgente: el que va del
fenómeno al fundamento; de los distintos saberes y ciencias a la
metafísica o sabiduría.

Hay también razones deontológicas para insistir en esto. La


psicoterapia pretende ser un método de tratamiento basado en el
encuentro entre profesional y paciente y en el desarrollo de un
diálogo entre ellos, en un ambiente aséptico de cualquier visión de
mundo ética o religiosa. Nuevamente, la sabiduría de Jaspers nos
auxilia para comprender el alcance del desafío de esta labor

3
Cfr., FRANKL, V., Lo que no está escrito en mis libros. Memorias, San Pablo,
Buenos Aires, 1997, pp. 45-46.
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aparentemente inocua. El psiquiatra alemán se pregunta en forma


provocativa:

¿Quién puede atreverse a iluminar el alma individual hasta en sus


fundamentos, cuando no sabe de antemano si el individuo puede estar 5
parado sobre sí mismo autónomamente, (…) o si frente a la impotencia
humana, los medios de la gracia de una instancia objetiva pueden ayudarle
y son bienvenidos? (…) Aquí donde la razón filosófica tiene la dirección,
depende todo de la personalidad del médico y de su concepción del
4
mundo .

Con el método psicoterapéutico la ciencia psiquiátrica se atiene a una


objetividad hipotética y no sabe si la realidad que tiene delante, el
hombre doliente, se adecua a su idea. Por eso Jaspers hace un apelo,
casi una provocación, a los profesionales: “Los médicos y los
psiquiatras tienen que empezar a pensar”5.

Para Viktor Frankl el ser espiritual es lo “no pensado” en


psicoterapia:

Pero quien hable de la persona espiritual como si ésta fuera meramente


una cosa, dice el padre de la Logoterapia, demuestra no entenderla, ya
que la persona se sustrae a la objetivación. La existencia personal no se
deja objetivar íntegramente. Nunca estará la existencia ante mí, ante mi
vista, como objeto, sino que está siempre detrás de mi pensamiento,
detrás de mí como sujeto. Así la existencia es en última instancia, un
6
misterio .

La necesidad de un pensamiento abarcativo, de una comprensión


completa del hombre, de la sabiduría resulta evidente para quien

4
JASPERS, K., op. cit., p. 917.
5
JASPERS, K., Autobiografía filosófica, Morano, Napoli, 1969, p. 29.
6
FRANKL, V., Homo patiens, Plantin, Buenos Aires, 1955, p. 26.
Dr. Roberto Almada

quiera verdaderamente servir a las personas con la tarea


psicoterapéutica. Y esto aun a costa de dejar de lado saberes
parciales. En esto la Filosofía es una herramienta ineludible.
6
Existen elementos de conexión entre la Logoterapia y la Filosofía.
La Logoterapia es una filosofía. Y por ello decimos que las raíces de
la Logoterapia ahondan (y afondan) en la gran historia de las ideas
(desde el siglo IV aC. hasta nuestros días) y no sólo en el
positivismo científico del ochocientos. Se darán cuatro razones:

1. La Logoterapia funciona como una cosmovisión filosófica;


es decir, representa un estilo de vida que toma sus
principios de la gran filosofía griega. Logos, nous, destino
son palabras rescatadas por Frankl en esa tradición para
integrarlas en una visión completa de la vida y de la
persona humana. Y, obviamente, para después ser usadas
como remedio a los males de la época contemporánea.
2. Es también una crítica a los reduccionismos psicológicos,
sociológicos y espiritualistas. “Dime con quién polemizas y
te diré quién eres”. Esta crítica se desarrolla dentro de las
corrientes filosóficas contemporáneas de la
Fenomenología, el Existencialismo y el Personalismo. Frankl
sigue a autores de estas corrientes como Scheler, Hartman,
Heidegger, etc…
3. Es una terapia a partir de la Filosofía. Es la aplicación de
conceptos filosóficos a la tarea psicoterapéutica. En ese
sentido, es un antecedente del “counseling filosófico”. Esta
corriente prefiere distanciarse de la psicoterapia; en
cambio, Frankl, hombre de diálogo, se encuentra bien en la
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tradición filosófica sin renunciar a la medicina y a la


psicoterapia.
4. La psicopatología viene usada como fuente de análisis
cultural y filosófico de la época presente. Las neurosis de 7
falta de sentido, neurosis noógenas descriptas por Frankl
ofrecen una plataforma para el estudio de la sociedad post-
moderna en donde la falta de sentido adquiere
dimensiones sociales con desajustes específicos para los
distintos grupos etarios (depresión en los ancianos, tóxico
dependencia y violencia juvenil, etc.…)

Este trabajo se limitará a la enucleación del primer punto. Los otros


podrán ser analizados durante el estudio de la teoría
logoterapéutica. Por lo tanto, se recorrerá la historia de la Filosofía
subrayando aquellas palabras y conceptos que, se piensa, Frankl
tenía en mente cuando sus ideas se iban configurando en su
espíritu. Generalmente, él no menciona directamente al autor o a
la corriente filosófica a la cual se refiere. Esta omisión es porque
simplemente da por descontado conocimientos básicos de Filosofía
en los lectores. Le resultaría entonces una falta de respeto dar
referencias sobre algo que supone un conocimiento obvio.

En estas páginas, nos atrevimos a agregar a nuestras disquisiciones


filósofos que no fueron leídos por el fundador de la Logoterapia,
como es el caso de Karol Wojtyla con la intención de enriquecer el
discurso teórico.

Se debe empezar por la palabra que representa a toda la teoría,


aquella que Frankl eligió para dar nombre a su psicoterapia, a la
que llamó Logoterapia, una terapia centrada en el sentido. Sin duda
Dr. Roberto Almada

el primer concepto filosófico, la primera palabra, el alfa, debería ser


Logos.

8
Logos
Logoterapia: terapia centrada en el sentido. Logos se traduce como
razón, sentido y es importante subrayar que desde el comienzo del
pensamiento filosófico griego indique el dejar hablar a las cosas sin
imponerles un sentido extraño, más bien dejando que se
manifiesten, que se impongan. Frankl propone una psicoterapia
que promueve el Logos de la existencia; o sea el factor espiritual en
el que se custodia el significado de la vida. ¿Quiénes de los filósofos
griegos desarrollaron este concepto? ¿Con qué connotaciones fue
pensado?

Para los filósofos griegos la palabra Logos sirve para diferenciar su


forma de pensar del Mito; por lo tanto, además de razón, significa
orden y, más precisamente, orden en el discurso.

El Logos y Heráclito
Entre los primeros que usaron la palabra Logos con un sentido
preciso se encuentra el gran sabio Heráclito. Habitaba la ciudad de
Éfeso y vivió entre el VI y el V siglo. Lo llamaban “el oscuro” porque
su lenguaje era difícil, intuitivo y escribía a través de aforismos. Su
obra Sobre la naturaleza es de hecho, un conjunto de aforismos
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recopilados en forma de libro. Las citas del filósofo que seguirán


pertenecen a esta recopilación7.

Su misteriosa manera de escribir era intencional, con ello evitaba


9
ser leído por quien pudiera criticarlo por ignorancia. Sólo los
iniciados podían entenderlo. Su carácter era altanero, esquivo y
huraño. Todo esto lo lleva a ser un escritor singular con ideas
revolucionarias para la época.

Se podría colgar en la puerta de un consultorio su afirmación


acerca del alma: “Ni aun recorriendo todos los caminos llegarás a
encontrar los límites del alma; tan profundo es su logos” (22 B 45
Diels – Kranz). Recordar cotidianamente esta máxima sirve para
acercarnos a nuestros pacientes con respeto y reverencia, sin
pretender comprender todo de ellos.

Para Heráclito, el Logos es el principio de todas las cosas, la ley que


gobierna el andar del mundo. El principio fue buscado por los
filósofos precedentes, llamados naturalistas, en los elementos de la
naturaleza. Este Logos no sólo rige el devenir del mundo, sino que
7
A los presocráticos se los cita siguiendo la obra fundamental de Diels en
la revisión de Kranz: Die Fragmente der Vorsokratiker, 6 ed. por W. KRANZ,
3 vol., Berlín 1960 (Dublín 1968). Esta ha servido de base para ed. más
breves en otros idiomas, que suelen seguir su numeración; está ordenada
por los filósofos presocráticos, a cada uno de los cuales corresponde un
número (a Heráclito el 22); dentro de cada filósofo hay dos apartados: A,
que recoge doxógrafos referentes a ese filósofo, numerados
correlativamente; B, que recoge los fragmentos de ese filósofo, también
numerados correlativamente; se suele citar indicando esos datos, por
ejemplo: Heráclito, 22 B 18 Diels – Kranz. Citaremos a Heráclito con ese
criterio en base a una edición italiana: BRODERO, E., Eraclito.
Testimonianze e frammenti, Fratelli Bocca Editori, Torino, 1910.
Dr. Roberto Almada

le habla, con signos, al hombre, si bien la mayoría de las personas


“no sabe escuchar ni hablar” (22 B 19 Diels – Kranz). El orden real
coincide con el de la razón, una “armonía invisible, mejor que la
10 visible” (22 B 54 Diels – Kranz). De todas maneras, Heráclito se
lamenta de que una buena parte de los humanos viva relegada en
su propio mundo, incapaz de ver el real: “Es necesario seguir lo
común, y a pesar de que el Logos es común, muchos viven como si
tuvieran una sabiduría propia y privada” (22 B 133 Diels – Kranz). Se
refiere al pensamiento mítico visto como pluralidad de mitos y, por
lo tanto, de diversos grupos humanos contrapuestos.

Si el Logos es la verdad, el conocimiento y la sabiduría consisten en


acceder a él. Por ende el sabio, el filósofo, no es quien conoce un
gran número de cosas, sino quien sigue la ley de Dios como se
manifiesta en el Logos. En Heráclito Logos no quiere decir
simplemente razón o sentido, sino que es más bien la regla por la
cual todo se realiza y la ley común a todo; justamente por ello
gobierna todas las cosas. Por lo tanto, si se traduce Logos como
razón impersonal y totalizante estamos en su misma pista.

Hay también una novedad en la visión del Logos del alma: el mismo
posee en sí una fuerza de crecimiento. Heráclito afirma: “Hay un
logos del alma que crece en sí mismo” (22 B 115 Diels – Kranz). En
los poemas homéricos los cambios del alma se daban por acciones
externas (los dioses) y, por lo tanto, no cabría responsabilidad en
las acciones del hombre. Esta opinión viene tajantemente negada
por Heráclito, ya que afirma que el hombre debe buscarse a sí
mismo y que su destino está determinado únicamente por su
carácter, lo que implica que es responsable de sus actos y no el
producto de poderes caprichosos (destino, dioses).
Fundamentos filosóficos de la Logoterapia

Antecedentes de conceptos frankleanos en Heráclito:

1. Reflejos del “alma sin confines”, encontramos en la tesis


frankleana de la presencia ignorada de Dios.
11
2. Heráclito recuerda que el hombre debe escuchar el Logos.
Frankl indica que es la vida misma la que ofrece un sentido
al hombre, al que éste debe responder.
3. En Heráclito está claro la relación vital entre palabra y
ética: “La sophia (sabiduría) consiste en decir cosas que son
verdad y en hacerlas” (22 B 112 Diels – Kranz). No sólo la
conciencia del sentido, sino también la voluntad de sentido
explican una vida completa para hombre en la Logoterapia.
4. La Logoterapia puede ser vista como una psicoterapia que
despierta la conciencia para que se superen formas
individualistas de concebir el propio mundo. Ya Heráclito lo
afirmaba: “Hay que seguir el común, el Logos, porque deja
que las cosas se manifiesten sobre la sabiduría propia para
que los hombres vivan despiertos y no dormidos” (22 B 2;
73 Diels – Kranz).
5. Para Heráclito el Logos es común. A la palabra “común” le
damos un cierto sentido de “ordinario”. Esta interpretación
está de acuerdo con la idea de Frankl de que el Logos es
poseído por el hombre común, el de la calle, que sabe con
una comprensión pre-lógica y no explicita, la verdad de que
Dr. Roberto Almada

la persona se realiza sólo cuando se olvida de sí8. Se volverá


sobre esta idea en la Fenomenología.

12
El Logos y el estoicismo
El gran maestro Zenón se encontraba con sus discípulos bajo un
pórtico (stoà) de Atenas. Era de origen semita, y por no ser
ciudadano ateniense no podía adquirir un edificio para su escuela
de Filosofía. No parecía ser un problema para Zenón, también la
sombra del pórtico podía albergarla. Por ello sus discípulos fueron
llamados estoicos que significa precisamente “Los del pórtico”.

Estamos al final del siglo IV aC., la escuela de “Los del pórtico” es


contemporánea a la llamada “Del Jardín” de Epicúreo. Éste y Zenón
compartían la crítica al trascendentalismo platónico y, por esto,
adherían a un cierto pensamiento materialista, pero el fundador
del estoicismo era contrario a pensar el hombre como un simple
conjunto de átomos y a la identificación del bien con el placer. Y
existía otra diferencia con Epicuro, en la escuela de Zenón se
aceptaban las críticas al pensamiento del maestro, las revisiones,
profundizaciones y hasta la posibilidad de cambiar las ideas ya
establecidas. Esto produjo el gran desarrollo del estoicismo;
mientras que el epicureísmo quedó fosilizado en las enseñanzas
canónicas del maestro aceptadas en forma dogmática. Quien
piensa que las cosas rígidas se conservan por más tiempo se

8
Un logoterapéuta argentino, Francisco Brentones, tituló por esta razón
un libro suyo La Logoterapia es obvia (BRENTONES, F., La Logoterapia es
obvia, San Pablo, Buenos Aires, 1995).
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equivoca; las cosas rígidas se rompen fácilmente. Lo sabía Frankl


cuando hablaba de la necesidad de “degurificar” a la Logoterapia.

En la época de Zenón se distribuía el estudio de la Filosofía en tres


13
partes: la lógica, la física y la ética. La imagen que perfectamente
explicaba esta tripartición era la de un recinto de árboles frutales.
La lógica era representada por el muro que circunscribía el jardín;
los árboles eran la física y la ética adquiría su significación en los
frutos. La Lógica era la estructura del razonamiento, la Física la
materia y la ética el “para qué” de todo el conjunto: hacer feliz al
hombre a través de sus acciones.

Para los estoicos el Logos es el principio unitario, el cual con sus


tres distintas valencias genera las tres partes de la Filosofía. El
Logos es la fuerza divina que todo produce y gobierna, la razón
seminal, por tanto, origen de todas las cosas. Es el principio del ser
y la verdad. Es razón, cosmos y consciencia.

Por ende, desde la Lógica, el Logos es principio de verdad; con sus


leyes de razonamiento y conocimiento constituye el objeto
específico de la Lógica. Es asimismo el objeto constitutivo del ser
del cosmos; luego, objeto de la Física como origen material y
sustrato de todo lo que existe. Por último, el Logos es principio
final; o sea, determina el sentido de todas las cosas, además el
“deber ser” del hombre. Es también el objeto de la ética.

Es importante para el estudio de la Logoterapia y para comprender


los escritos autobiográficos de Viktor Frankl tener claro el concepto
de “destino”. Éste nace con la sabiduría estoica y tiene que ver con
el Logos.
Dr. Roberto Almada

El destino es para los estoicos la serie irreversible de las causas,


como el orden natural y necesario de todas las cosas. Es un
entretejido indisoluble que une a todos los seres. Es el Logos por el
14 cual las cosas que fueron, fueron; las que advienen, advienen y las
que llegarán, llegarán. Y como todo depende del Logos también las
cosas más insignificantes son necesarias. Zenón llamaba al destino
la fuerza motriz de la materia y lo identificaba con la providencia y
la naturaleza. Contrariamente, los epicúreos pensaban que las
cosas eran fortuitas. Claramente para los estoicos nada es casual,
todo es providencia.

El Logos, la razón del mundo, guía todas las cosas que son
absolutamente racionales y no pueden ser diversas de como son.
Todo se dirige hacia el fin que le fue asignado. La libertad del sabio
consiste en el querer lo que el Logos quiere.

Estamos ante una visión teológica de la realidad. No se debe olvidar


que Zenón era judío y posiblemente recibió de su tradición
espiritual algunas ideas como la de la Providencia, interpretada en
forma no trascendente y, por consiguiente, asociada a un cierto
fatalismo, presente en los pueblos orientales.

Dentro de esta concepción se debe abordar el tema de la libertad


humana. Si hasta la caída de un cabello está determinada, qué
sentido tiene hablar de responsabilidad y, por ende, de consciencia
ética.

Los estoicos dirán que la verdadera libertad del sabio consiste en


uniformarse al propio destino. El destino es el Logos y querer el
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destino es querer el Logos. La libertad consiste en construir la vida


en sintonía con el Logos.

Séneca, autor estoico romano, al inicio de nuestra era dirá en


15
forma lapidaria: “Fata volentem ducunt, nolentem trahunt” (el
destino conduce al que se somete y arrastra al que se resiste).
Acompañar al destino quería decir comprender sus razones, sus
leyes íntimas y entonces sintonizarse con él.

Frankl sigue la misma línea y distingue los hechos que no pueden


modificarse de los que sí. Estos últimos llaman a la respuesta libre.
Por eso dice “Llamamos destino, en efecto, a lo que se sustrae
esencialmente a la libertad del hombre, lo que no se halla en su
poder ni es de ello responsable”9. De todas maneras, siempre
existe en la persona, aun en las situaciones más condicionantes, la
posibilidad de elegir una actitud con la que responder a la situación
inmodificable. A esta forma de libertad se la llama libertad interior.

Frankl, a través de sus notas autobiográficas, explica su actitud


frente al destino. En principio Frankl describe una actitud fatalista
en el prisionero del campo de concentración:

El prisionero de un campo de concentración temía tener que tomar


una decisión o cualquier otra iniciativa. Esto era resultado de un
sentimiento muy fuerte que consideraba al destino dueño de uno y
creía que, bajo ningún concepto, se debía influir en él. Estaba
además aquella apatía que, en buena parte, contribuía a los
sentimientos del prisionero. A veces era preciso tomar decisiones

9
FRANKL, V., Psicoanálisis y Existencialismo, Fondo de Cultura Económica,
Méjico, 1978, p. 132.
Dr. Roberto Almada

precipitadas que, sin embargo, podían significar la vida o la muerte.


10
El prisionero hubiera preferido dejar que el destino eligiera por él .

Posteriormente, cuenta su propia experiencia:


16
Y ahora se disponía por segunda vez el transporte al campo de
reposo. Y también ahora se desconocía si era una estratagema
para aprovecharse de los enfermos hasta su último aliento, aun
cuando sólo fuera durante catorce días o si su destino serian las
cámaras de gas o un campo de reposo verdadero. El médico jefe,
que me había tomado cierto apego, me dijo furtivamente una
noche a las diez menos cuarto: “He hecho saber en el cuarto de
mando que todavía se puede borrar su nombre de la lista; tiene de
tiempo hasta las diez”. Le dije que eso no iba conmigo; que yo
había aprendido a dejar que el destino siguiera su curso: “prefiero
quedarme con mis amigos”, le contesté. Sus ojos tenían una
expresión de piedad, como si comprendiera... Estrechó mi mano en
silencio, a modo de adiós, no para la vida, sino desde la vida.
Despacio, volví a mi barracón y allí encontré a un buen amigo
esperándome: “¿De verdad quieres irte con ellos?” me dijo con
tristeza. “Si, voy a ir”. Se le saltaron las lágrimas y yo traté de
consolarle. Todavía me quedaba algo por hacer, expresarle mi
última voluntad. “Otto, escucha, en caso de que yo no regrese a
casa junto a mi mujer y en caso de que la vuelvas a ver, dile que yo
hablaba de ella a diario, continuamente. Recuérdalo. En segundo
lugar, que la he amado más que a nadie. En tercer lugar, que el
breve tiempo que estuve casado con ella tiene más valor que nada,

10
FRANKL, V., El hombre en busca de sentido, Herder, Barcelona, 1991, p.
63.
Fundamentos filosóficos de la Logoterapia

11
que pesa en mi más incluso que todo lo que hemos pasado aquí... .

Se comprende su apego al destino como valor ético, y por lo tanto,


17
libre; es lo que se deja traslucir en ese “prefiero quedarme con mis
amigos”. Lo vemos también dueño de cada uno de esos dramáticos
momentos en el mensaje póstumo a su esposa.

Luego de estos párrafos sobre el destino, se retoma el tema del


Logos, visto ahora como fundamento de la ética.

Para los estoicos se vive para alcanzar la felicidad y para ello el


eslogan propuesto es: “vivir conforme a la naturaleza”. Por
naturaleza entendemos cosmos y también razón humana. El logos
del hombre es un momento del Logos cósmico. La característica
específica del hombre consiste en ser dotado de razón. Séneca
dice:

¿Cuál es la natura específica del hombre? La razón, que cuando es


recta y perfecta da al hombre la plenitud de la felicidad. De
consecuencia, si cada cosa cuando realiza perfectamente su fin
específico, es digna de alabanza y alcanza su fin natural, y si el bien
específico del hombre es la razón, entonces, una vez que la haya
plenamente realizada será digno de alabanza y habrá alcanzado su
fin natural. Esa razón perfecta toma el nombre de virtud y no es
otra cosa que la coherencia moral. Por lo tanto, sólo esto en el
hombre es el bien, porque uno solo es su bien específico12.

11
FRANKL, V., El hombre en busca de sentido, op. cit, p. 62.
12
SENECA, Carta, 76,9.
Dr. Roberto Almada

Cicerón dirá que la sabiduría de vivir según la razón es similar a la


danza o al arte escénico, porque el actor y el bailarín deben seguir
un estilo de vida bien determinado, coherente y conveniente. El fin
18 de la danza está dentro de sí misma, el fin de la danza es la propia
perfección. Y es por ello que se asemeja a la virtud. Estas
consideraciones llevan a los estoicos a pensar que la virtud tiene
valor en sí misma y es autosuficiente.

Luego de estas consideraciones quedan pocas dudas acerca de la


filiación estoica del fundador de la Logoterapia. Cicerón y Frankl
acuerdan en su concepción del pasado como tiempo humano. El
sabio antiguo dice: “Todas las cosas verdaderas son, pues,
necesarias en el pasado, porque son inmutables y no pueden
convertirse de verdaderas en falsas”. Frankl expresa el mismo
concepto: “el haber sido es una forma de ser, la más segura”13. Esta
coincidencia no parece casual.

Sócrates, el primer logoterapeuta


Frankl sostiene que el significado de la vida se encuentra en nuestro
interior y que el terapeuta solamente estimula con su presencia el
descubrimiento de esta realidad inconsciente. Nadie puede prescribir
a otro el significado de la propia vida.

Según Cicerón, “Sócrates hizo que la filosofía bajara del cielo a la


tierra y la dejó morar en las ciudades y la introdujo en las casas
obligando a los seres humanos a pensar en la vida, en las buenas

13
FRANKL V., El hombre en busca de sentido, op. cit, p. 121.
Fundamentos filosóficos de la Logoterapia

costumbres, en el bien y en el mal”14. Frankl tiene mucho de


socrático: fundamentar su enseñanza en la propia coherencia moral;
el estilo pobre y austero de su vida; el humorismo y la no
prescripción de la verdad a lo que se corresponde con una fe 19
incondicionada en el hombre como generador de verdad y de
sentido.

Casi todos los libros que afrontan el tema de la Logoterapia aplicada


mencionan como una de las técnicas de esta escuela el diálogo
socrático. Es más un arte que una técnica; escuchemos como su
creador lo describe según Platón:

El oficio de partear tal como yo lo desempeño, se parece en todo lo


demás al de las matronas, pero difiere en que yo lo ejerzo sobre los
hombres y no sobre la mujeres, y en que asisten al alumbramiento,
no los cuerpos, sino las almas. La gran ventaja es que me pone en
estado de discernir con seguridad, si lo que el alma de un joven
siente es un fantasma, una quimera o un fruto real. Por otra parte, yo
tengo de común con las parteras que soy estéril en punto a sabiduría,
y en cuanto a lo que muchos me han echado en cara diciendo que
interrogo a los demás y que no respondo a ninguna de las cuestiones
que se me proponen, porque yo nada sé, este cargo no carece de
fundamento. Pero he aquí por qué obro de esta manera. El Dios me
impone el deber de ayudar a los demás a parir, y al mismo tiempo no
permite que yo mismo produzca nada. Ésta es la causa de que no
esté versado en la sabiduría y de que no pueda alabarme en ningún
descubrimiento que sea una producción de mi alma. En
compensación, los que conversan conmigo, si bien algunos de ellos

14
CICERÓN, Tusculanae Disputationes, V, 4, 10. De Viktor Frankl podríamos
hacer el mismo elogio; y otras semejanzas se suceden según quienes han
sido sus discípulos.
Dr. Roberto Almada

se muestran muy ignorantes al principio, hacen maravillosos


progresos a medida que me tratan, y todos se sorprenden de este
resultado, y es porque el Dios quiere fecundarlos. Y se ve claramente
que ellos nada han aprendido de mí, y que han encontrado en sí
20
mismos los numerosos y bellos conocimientos que han adquirido, no
habiendo hecho yo otra cosa que contribuir con el Dios a hacerles
15
concebir .

Aquel que crea que la psicoterapia nació en el siglo XIX la empobrece


y le quita una de sus herencias más redituables. Cualquier trabajo se
vuelve insignificante sin sus antecedentes más nobles y, de alguna
manera, los más heroicos.

El diálogo socrático presenta las siguientes características:

1. La verdad no viene del exterior, sino que está dentro del


individuo. Se la alcanza a través del diálogo en el que se
realiza un proceso de interiorización para buscarla y
encontrarla.

2. El diálogo no crea la verdad, sino que la revela.

3. Esta revelación se da en un proceso de reflexión, a partir de


las respuestas a las preguntas que Sócrates propone.

4. Sócrates busca adaptarse a su interlocutor, presentando


como tema de diálogo un asunto que sea de su interés e
intentando encontrar, como punto de partida, un elemento
común que suscite un acuerdo entre ambos.

15
PLATÓN, Teeteto en PLATÓN, Diálogos, Editorial Porrúa, p. 301.
Fundamentos filosóficos de la Logoterapia

5. Para desarrollar la cuestión, antes de comenzar se acuerda


una metodología.

6. Al inicio, las ideas presentadas por el interlocutor son


21
generales e imperfectas. Sócrates no las refuta ni las niega de
forma directa e inmediata. Procura, al contrario, examinarlas
y perfeccionarlas progresivamente, por etapas, a través de
reflexiones, confrontándolas y comparándolas con datos de
la experiencia. La psicoterapia es del paciente.

7. La intención que tiene con su método inductivo es la de


separar del concepto aquello que no le pertenece, a fin de
enunciarlo en forma más precisa y clara buscando lo que es
en él universal e inmutable, esto es, lo que él tiene de
esencial.

8. Como meta final, busca una solución al diálogo, decir lo que


la cosa es, definirla, presentando las características que le
son esenciales y que la diferencian de todas las otras cosas
que no son ella.

La aplicación de estos principios al coloquio psicoterapéutico que en


la línea frankleana tiene como objetivo develar el sentido del ser y de
las situaciones, es lo que se considera “diálogo socrático” aplicado a
la Logoterapia.
Dr. Roberto Almada

Es también socrático el concepto de libertad interior16. Hasta él, la


libertad era externa es decir jurídica o política. Con Sócrates la
libertad asume un significado moral de dominio de la razón y el
22 conocimiento sobre las emociones.

Aristóteles y el Nous
Dimensión noética, neurosis noógena, noodinámica, son algunos de
los neologismos acuñados por Frankl usando como raíz la palabra
griega nous, que significa intelecto, espíritu. En esta sección nos
interesa el carácter espiritual del nous. Que sea una forma espiritual,
y por lo tanto su imposibilidad de enfermar, es un baluarte de la tesis
frankleana. El origen de este concepto es aristotélico.

Así se refiere el gran Aristóteles cuando habla del nous en el libro


dedicado justamente a este tema, Acerca del alma:

“Así pues, el denominado intelecto del alma -me refiero al intelecto con que
el alma razona y enjuicia- no es en acto ninguno de los entes antes de
inteligir. De ahí que sería igualmente ilógico que estuviera mezclado con el
cuerpo: y es que en tal caso poseería alguna cualidad, sería frío o caliente y
tendría un órgano como lo tiene la facultad sensitiva, pero no lo tiene
realmente. Por lo tanto, dicen bien los que dicen que el alma es el lugar de
las formas, si exceptuamos que no lo es toda ella, sino sólo la intelectiva y
que no es las formas en acto, sino en potencia... Y es que la facultad sensible
17
no se da sin el cuerpo, mientras que el intelecto es separable" .

Baluarte de la Logoterapia es también este último concepto


aristotélico: la separabilidad. Para Frankl existe una frontera clara y

16
Sobre esta realidad conviene leer el testimonio de Frankl en el capítulo La
libertad interior en FRANKL, V., El hombre en busca de sentido, op. cit., pp.
70-73.
17
ARISTOTELES, De Anima, Libro 3, cap. 4, nn. 20-25.
Fundamentos filosóficos de la Logoterapia

precisa (separable) del espíritu con respecto a la materialidad


psicofísica.

En síntesis el nous aristotélico presenta estas características: está


23
separado de la materia, no mezclado con ella, impasible (no sufre),
inmutable y eterno. Es el lugar de la ciencia y de la ciencia suprema,
la Filosofía, obviamente. Por lo tanto es aquello que hay de “divino”
en el hombre, porque la actividad propia del Dios es justamente la
contemplación perfecta e ininterrumpida de la verdad.

Aristóteles quiere alejarse de Platón, el mundo de las ideas le parece


muy abstracto y piensa que la ciencia se construye desde lo que se
ve, no en un espacio sobrenatural. De todas maneras termina
llevando el espacio sobrenatural al interior del hombre, en su
intelecto-nous. Y como nos pasa a menudo, que vivimos alejándonos
y luego acercándonos, Aristóteles vuelve a su maestro cuando
reconoce una no materialidad al mundo del nous justamente como
capaz de intelegir el mundo de las ideas.

El concepto del nous nos muestra un Frankl aristotélico: “Mientras la


frontera entre lo consciente y lo inconsciente se nos presenta porosa
(…), será poco en cambio todo cuanto digamos de la neta línea
divisoria que separa lo espiritual de lo impulsivo”18.

La consecuencia es que las enfermedades psicofísicas no pueden


destruir el ser espiritual. El desorden fruto de la enfermedad puede
enturbiar la manifestación del ser espiritual pero no más de esto.

18
FRANKL, V., La presencia ignorada de Dios, Herder, Barcelona, 1991, p. 23.
Dr. Roberto Almada

La tridimensionalidad del ser en Agustín de Hipona


24

La tridimensionalidad del ser así como Frankl nos la presenta no


resulta una novedad en la evolución de las ideas. Para hacer un
diagnóstico es necesario distinguir la dimensión originaria de la
enfermedad: física, psicológica o espiritual. Un autor del V siglo,
Agustín de Hipona (San Agustín), expresaba con una narración esta
necesidad. Del escrito surge la realidad de las distintas dimensiones
de la verdad, algunas más fenoménicas y otras fundamentales. Para
este autor cristiano, el Logos estoico, como razón cósmica de la
evolución, se explicita como “la voluntad de Dios” o “Ley suprema de
la justicia”. Con una mirada penetrante descubriremos en el relato
causas fisiológicas (médicas), causas psicológicas y causas de sentido.
Podremos también ver en este texto una descripción del Burn out en
el siglo V.

Vayamos al texto:

“Imaginemos un sabio cuya alma razonable sea ya partícipe de la inmutable y


eterna verdad, que la consulta acerca de todas las acciones y no haga
absolutamente nada que no haya visto tenerse que hacer en ella, para actuar
virtuosamente en la sumisión y en la obediencia a ella. Y supongamos que
este hombre, después de haber interrogado la ley suprema de la justicia
divina, oída misteriosamente con los oídos de su corazón, y por mandato de
ella, agotase su cuerpo en alguna obra de misericordia y contraiga una
enfermedad y, consultados a los médicos, sienta al uno diagnosticar como
causa de la enfermedad la falta de humor en el cuerpo, el otro el exceso de
humores; el uno de ellos indicaría la verdadera causa, el otro se equivocaría,
pero sea el uno que el otro indicarían causas próximas, o sea las corpóreas.
Fundamentos filosóficos de la Logoterapia

Pero si se buscara la causa de aquel agotamiento y se encontrara que es la


fatiga voluntaria, ya se habría llegado a una causa superior, procedente del
alma que gobierna el cuerpo e influye sobre de él. Pero tampoco ésta sería la
causa primera. Esta causa primera es para identificarse sin duda en la misma
sabiduría inmutable, que el alma de este sabio sirvió por amor, y a cuyos 25
mandatos misteriosos obedeció en el emprender la fatiga voluntaria; y por lo
tanto se descubrirá con absoluta exactitud la causa primera de aquella
19
enfermedad que estaría en la voluntad de Dios” .

Para Frankl existen dos leyes de la tridimensionalidad del ser:

La primera, una misma cosa proyectada desde su propia dimensión a


otras distintas inferiores, se dibuja de manera que las figuras se
contradicen. Y la segunda: distintas cosas proyectadas desde su
dimensión a una misma dimensión que sea inferir, se dibujan de tal
manera, que son polivalentes20.

En nuestro ejemplo agustiniano podríamos inferir que los médicos


usando sólo la dimensión corpórea discutieron la causa de la
enfermedad sin comprender que se trataba de un sabio que agotó su
cuerpo en una obra de misericordia a la cual se ofreció siguiendo la
voluntad de Dios.

Y con esta mirada reductiva arriesgamos de concluir que todos los


agotamientos son iguales; el agotamiento de nuestro sabio tanto
como él de un cocainómano que sufre un trastorno de dependencia
al juego. Pero es evidente que uniformar así los pacientes elimina las

19
Cfr. SANT’AGOSTINO, De Trinitate, III-3, en In cammino verso la Patria,
Città Nuova, Roma, 1993, p. 144.
20
Cfr. FRANKL, V., Senso e valori per l’esistenza, Cittá Nuova, Roma, 1998,
pp. 38-40. En español, FRANKL, V., Fundamentos y aplicaciones de la
Logoterapia, San Pablo, Buenos Aires, 2005.
Dr. Roberto Almada

condiciones de tratamiento eficaz. El accionar médico necesita


distinguir para ofrecer una ayuda adecuada, que será diversa para
cada caso. “El médico que trató a dos neuróticos de la misma
26 manera, se equivocó al menos con uno”, advertía Jaspers.

Unidad y totalidad de la persona es un concepto omnipresente en los


escritos frankleanos. Es como si Frankl tuviese miedo de que la
“tridimensionalidad del ser” permitiera pensar un hombre a estratos,
a capas. Conviene recordar en este momento un paso de Teoría y
terapia de las neurosis:

“No deben considerarse lo somático y lo psíquico como escalones o estratos


existentes por sí mismos, sino precisamente como dimensiones del ser
unitario y totalitario que es el hombre. Sólo entonces puede comprenderse
de una manera antropológica adecuada esta unidad y totalidad. Sólo
entonces puede comprenderse la compatibilidad de lo inconmensurable, o
sea, la unidad del ser que es el hombre, a pesar de la multiplicidad de sus
21
dimensiones que lo constituyen” .

Es el ser espiritual que constituye esta unidad. “Allí” se encuentra lo


específicamente humano y por lo tanto sólo podríamos llamar
acciones humanas a aquéllas que surgen desde esa dimensión.
Continuando nuestro viaje por la historia de las ideas que influyeron
a la Logoterapia, llegamos al siglo XIII y a la fundación de las
universidades, busquemos en esas aulas parisinas a los grandes
maestros…

21
FRANKL, V., Teoría y terapia de las neurosis, Herder, Barcelona, 1992, p
68.
Fundamentos filosóficos de la Logoterapia

Las acciones humanas en Tomás de Aquino


Veamos en una página brillante de la escolástica, el cómo la acción
humana surge de lo específico humano: el ser espiritual. Nos viene
desde un gran autor medieval: Tomás de Aquino. Se trata de una 27
página trascendental para la ética filosófica de todos los tiempos, y
que llegó hasta la Logoterapia de Viktor Frankl que la incorpora
plenamente. Basta traducir algunos términos medievales al lenguaje
frankleano y sentiremos la Logoterapia latiendo ya en el siglo XIII.

“De entre las acciones que el hombre realiza, sólo pueden considerarse
propiamente humanas aquellas que son propias del hombre en cuanto que
es hombre. El hombre se diferencia de las criaturas irracionales en que es
dueño de sus actos. Por eso, sólo aquellas acciones de las que el hombre es
dueño pueden llamarse propiamente humanas. El hombre es dueño de sus
actos mediante la razón y la voluntad; así, se define el libre albedrío
como facultad de la voluntad y de la razón. Llamamos, por tanto, acciones
propiamente humanas a las que proceden de una voluntad deliberada. Las
demás acciones que se atribuyen al hombre pueden llamarse del
hombre, pero no propiamente humanas, pues no pertenecen al hombre en
22
cuanto que es hombre” .

El hombre “dueño” de sus actos sugiere el tema de la libertad de


voluntad. La libertad se sostiene con la razón (Logos) y la voluntad.
Por lo tanto las acciones humanas son libres, razonadas y puestas en
acto por la voluntad.

“Ahora bien, todas las acciones que proceden de una potencia son causadas
por ella en razón de su objeto. Pero el objeto de la voluntad es el bien y el
23
fin. Luego es necesario que todas las acciones humanas sean por un fin” .

22
SANTO TOMAS, Suma Teológica, I-II, q. 1, a. 1.
23
Ibid.
Dr. Roberto Almada

La voluntad se orienta al fin. Y aquí reconocemos la idea frankleana


de la voluntad de sentido. Los tres pilares de la Logoterapia: libertad
de la voluntad (como libre albedrío), voluntad de sentido (como
28 voluntad deliberada) y sentido de la vida (como bien-fin) están
presentes en esta antigua página de la Suma teológica del Doctor
Angélico. La genialidad de Frankl está en el llevar la filosofía clásica
(dormida en los tratados de las grandes bibliotecas) a la praxis
psicoterapéutica. Al fundador de la Logoterapia tenemos que
agradecerle el llevar las grandes ideas filosóficas que de por sí poseen
una fuerza inagotable, al hombre de la calle, al psicólogo en su tarea,
al médico invadido por la tecnología con el riesgo de ofrecer una cura
sin la certeza de que sea un acto humano.

Frankl llama noodinámica a

“la dinámica espiritual dentro de un campo de tensión bipolar en el cual un


polo viene representado por el significado que debe cumplirse (el fin) y el
24
otro polo por el hombre que debe cumplirlo (con su voluntad deliberada)” .

Por lo tanto la noodinámica (con terminología tomista) es la dinámica


de las acciones humanas.

Frankl culmina su tarea de escritor, ya en los últimos años de su vida,


revisando y reeditando en inglés el libro ya citado La presencia
ignorada de Dios. En esa revisión cambia el título de este libro por
Man’s search for ultimate meaning25, Hombre en busca de sentido

24
FRANKL, V., El hombre en busca de sentido, op. cit., p. 104.
25
FRANKL, V., Man’s search for ultimate meaning, Perseus, Cambridge,
2000; en español, FRANKL, V., El hombre en busca de sentido último, Paidos,
Barcelona, 1999.
Fundamentos filosóficos de la Logoterapia

último. Una nueva “coincidencia” de Frankl con Tomás de Aquino


quien también afronta con ese mismo término la cuestión del sentido
de la perfección del hombre. Veamos como lo explica el santo
medieval en su Suma Teológica: 29

“El fin último puede considerarse de dos modos: uno, refiriéndonos a lo


esencial del fin último; y otro, a aquello en lo que se encuentra este fin. Pues
bien, en el primer caso, todos coinciden en desear el fin último, porque todos
desean alcanzar su propia perfección, y esto es lo esencial del fin último,
como ya se dijo.
Pero en cuanto a aquello en lo que se encuentra el fin último no coinciden
todos los hombres, pues unos desean las riquezas como bien perfecto, otros
los placeres, y otros cualquier otra cosa. Del mismo modo que lo dulce es
agradable a todos los gustos, pero unos prefieren la dulzura del vino, otros la
de la miel, otros la de cualquier otra cosa. Sin embargo, se debe considerar
propiamente como dulzura más agradable la que satisface al gusto más
refinado. De igual modo se debe considerar como bien más perfecto el
26
deseado como fin último por quien tiene el afecto bien dispuesto” .

Simplificando, podemos decir que todos coincidimos en el deseo de


un fin último: nuestra perfección, nuestra realización plena, nuestra
felicidad. Conscientes o no, buscamos nuestra plenitud.

Pero si nos preguntamos en donde encontrar esa plenitud la


respuesta será distinta en cada uno de nosotros. Precisamente, como
enseña Frankl, el sentido es único e irrepetible para cada uno. Y
siguiendo a Santo Tomás tendríamos que agregar que en esa
diversidad existe una diferencia jerárquica, hay “bienes más
perfectos”. La cuestión de cuál es la mayor perfección se resuelve en

26
SANTO TOMAS, Suma Teológica, I-II, q. 1, a. 7.
Dr. Roberto Almada

“aquella deseada por el sabio” (recordemos cuanto en el Medioevo


viene respetada la persona madura y con autoridad).

Frankl debe resolver la cuestión en pleno modernismo. Por lo tanto


30
se apela a la conciencia individual responsable:

“Así pues existen situaciones en las que el hombre se ve confrontado con


una pluralidad de valores entre los que tiene que elegir, es decir, ha de
escoger entre principios que se contradicen unos a otros.
Si dicha elección no ha de hacerse arbitrariamente sino responsablemente,
de nuevo hay que referirlo y remitirlo a la conciencia, única que hace que el
hombre tome su decisión con libertad, pero no arbitrariamente sino
27
responsablemente” .

El sabio medieval, modelo para muchos, pasa la posta a la conciencia


responsable de cada uno como criterio de valor. Frankl completa el
pensamiento clásico medieval introduciendo el elemento de la
consciencia personal y corrige el pensamiento moderno con una
libertad no arbitraria sino que responsable.

El positivismo
Dejemos pasar los años y acompañando al gran acontecimiento
político social de la Revolución Francesa encontramos el surgir de un
movimiento crítico al Logos como razón universal y a la posibilidad
que tiene el hombre de conocerlo. Estamos en la edad moderna de la
historia de las ideas. El positivismo es una corriente o escuela
filosófica que afirma que el único conocimiento auténtico es el
conocimiento científico, y que tal conocimiento solamente puede

27
FRANKL, V., La presencia..., op. cit., p. 105.
Fundamentos filosóficos de la Logoterapia

surgir de la afirmación positiva de las teorías a través del método


científico (monismo metodológico).

En síntesis el Positivismo reivindica el primado de las ciencias


31
naturales como único método de conocimiento; también para el
estudio de las realidades sociales y culturales. La ciencia resolverá
con el paso del tiempo todos los problemas humanos y sociales. El
Positivismo está impregnado de un optimismo general y una fe
segura en el progreso fruto de la capacidad, ingenio y laboriosidad
del hombre. El Positivismo es una crítica al dogmatismo idealista, al
espiritualismo y al inmiscuirse de la teología en la resolución de
problemáticas humanas y sociales.

Pronto el Positivismo mostró sus puntos débiles. En principio, se vio


la incapacidad que posee el método de las ciencias naturales para
conocer la sociedad, el hombre, la cultura, etc..., los cuales tienen
propiedades como la intencionalidad, la auto-reflexión y la creación
de significado que son imposibles de medir. Por otro lado, buscando
leyes generales se pierde el conocimiento de aquello que no puede
ser generalizado (por ejemplo la persona).

Y lo más dramático, el progreso tecnológico científico no pudo


resolver el problema humano, lamentablemente en muchos casos lo
agravó (generó el industrialismo con un abismal aumento de las
desigualdades sociales y de las injusticias, gracias a los adelantos
científicos se construyeron instrumentos capaces de masacrar
poblaciones enteras, la contaminación de la naturaleza que lleva al
desastre ecológico, etc…).
Dr. Roberto Almada

Frankl conduce una aguerrida crítica al positivismo. Su desaprobación


de los reduccionismos “científicos”28 es claramente un discurso anti-
positivista.
32
Coherentemente, Frankl adhirió, a su manera, a las tres más
importantes corrientes filosóficas contemporáneas que comparten la
crítica al Positivismo: la Fenomenología, el Personalismo y el
Existencialismo. Veamos, como Frankl tomó los ideales de cada una
de éstas escuelas de pensamiento. No fue un discípulo dócil, la
utilización de los elementos propios de estas escuelas se dio siempre
en forma original, y por esta razón pudo dar un aporte enriquecedor
a las mismas. En el estudio de estas corrientes veremos cuanto
están emparentadas y la dificultad que existe para distinguirlas.

La Fenomenología
La descripción sintética que haremos de la Fenomenología tiene el
solo objetivo de ser una base para examinar la aproximación
fenomenológica frankleana. Es por lo tanto muy somera. Remito al
lector interesado a las diversas fuentes existentes para encarar la
fenomenología.

Esta escuela, fundada por Edmund Husserl (1859-1938), se


caracteriza por estudiar y analizar los fenómenos que llegan a la
conciencia y por ello pretende comprender la esencia de las cosas.
Estudia la relación entre los fenómenos y el ámbito en que se hacen
presente, la conciencia. Para ello pone entre paréntesis la presunción
de la existencia del mundo exterior y los aspectos subjetivos (sin
esencia) de cómo nos es dado el objeto. Va a las cosas es el lema

28
Ver FRANKL, V., El hombre doliente, Herder, Barcelona, 2006.
Fundamentos filosóficos de la Logoterapia

husserliano. El método de poner entre paréntesis objetividad y


subjetividad viene llamado: epoché

Antes de indagar cuanto y como Frankl toma de la fenomenología


33
husserliana para su Logoterapia, veamos el significado que tuvo el
advenimiento de la Fenomenología para la psicología y la psiquiatría
en general. Husserl en sus Meditaciones Cartesianas, indica que la
Fenomenología es para la psicología un cambio constitutivo; un
cambio en el cual la psicología deja de lado la explicación naturalista
de la vida humana, derivada del método científico (se note el anti-
positivismo), para dirigirse a la comprensión trascendental del
hombre29.

Comprenderemos mejor esta afirmación de Husserl con el testimonio


de algunos psiquiatras. Recurrimos en primer lugar a Henri Ey,
psiquiatra francés, experto en historia de la psiquiatría:

“La aparición de las Ideen (1913) de Husserl, fue según J. P. Sartre, el


acontecimiento más grande de la filosofía en los comienzos de siglo. La
fenomenología, destacando la necesidad lógica de una vuelta a la experiencia
humana como objeto de una descripción de las esencias, debía (con Jaspers y
Heidegger en Alemania, y con J. P. Sartre y Merleau-Ponty en Francia)
renovar profundamente la psicología de la conciencia humana, dado que
ésta no era ya considerada como un campo de subjetividad, sino como el
acto por el cual el sujeto se abre al mundo y lo constituye. De tal manera que
la vida psíquica se realiza en cada uno de sus instantes como una manera de
estar en el mundo (Dasein), y particularmente en el mundo de la
coexistencia, de la intersubjetividad de las relaciones con los otros. La
comprensión de estas relaciones, vehiculizada por el lenguaje, su sintaxis, sus
metáforas, su coeficiente de creación personal, constituyen el método por
excelencia de este conocimiento intuitivo y profundo. En esta perspectiva, la

29
Cfr. HUSSERL, E., Meditazioni cartesiane, Bompiani, Milano, 1960, p. 160.
Dr. Roberto Almada

vida de relación deja de ser una serie de funciones que ligan el mundo
exterior al sujeto, para ser la organización del Yo y de su Mundo, la existencia
en tanto que se despliega, en el mundo geográfico de la naturaleza y el
mundo “antropológico” de la coexistencia intersubjetiva, como una red de
34 ideas, comportamiento y lenguaje que realiza la trama real de nuestra
30
vida” .

Karl Jaspers concuerda con Ey definiendo los métodos de exploración


de la relación médico paciente en su Psicopatología general,
rindiendo tributo a la Fenomenología:

“La fenomenología nos da una serie de fragmentos de lo psíquico realmente


vivenciado. (…) Para eludir ambigüedades, empleamos la expresión
«comprender» siempre para la visión de lo psíquico desde dentro. Al hecho
de conocer relaciones causales objetivas, que sólo es visto desde afuera, no
lo llamamos nunca comprender sino siempre «explicar». Comprender y
31
explicar tiene, pues, una significación firme” .

La Fenomenología es, como testimonia un anciano y venerable


maestro de la psiquiatría italiana, Bruno Callieri, “algo que nos
consciente vibrar con ‘quien’ tenemos de frente, en un cara a cara
cuya dimensión supera la prevista por el setting, la inscripta en los
estatutos de toda metapsicología y la prescripta por la objetividad del
proceso científico”32.

La descripción de algunas ideas y autores de la Fenomenología


psiquiátrica permiten enumerar a Frankl entre esta especie de
científicos. Veamos de que manera Frankl adhiere a la
Fenomenología desde su propia pluma: “La fenomenología tal como

30
EY, H., BERNARD, P., BRISSET, CH., op. cit., pp. 40-41.
31
JASPERS, K., Psicopatología general, cit., pp. 35-36.
32
CALLIERI, B., MALDONADO, M., DI PETTA, G., op. cit., p. 15.
Fundamentos filosóficos de la Logoterapia

yo la entiendo, habla más bien del lenguaje de la autocomprensión


humana prereflexiva que no interpreta un determinado fenómeno
según pautas preconcebidas”33.
35
La previa lectura de Ey, Jaspers y Callieri nos ayudan a comprender la
fenomenología de Frankl. Frankl pretende una comprensión
inmediata, intuitiva, sin prejuicios científicos, en red, de la
Logoterapia a partir del hombre común. La verdad se manifiesta
“clara y distinta” si escuchamos al hombre de la calle “vibrando” en
el vínculo con éste.

Un comentario, si la verdad camina por las calles donde no hay


pensamientos preconcebidos podríamos concluir que cierta literatura
divulgativa psicológica, que abundantemente encontramos en los
medios de difusión, perjudica el esclarecimiento de la verdad.
Cuando el ser del hombre común se ve afectado constantemente por
razonamientos que emparchan su vida desde afuera, que le dicen lo
que es correcto pensar desde la ciencia, se vuelve sordo a su voz
interior donde el logos es capaz de expresar sus verdades. Volvamos
a las cosas, a las personas comunes y sencillas, volvamos a la
inmediatez de las relaciones, volvamos a comprender desde la
intuición. En este sentido la Logoterapia es Fenomenología.

Max Scheler
Pero existen otros elementos fenomenológicos que llegan a Frankl:
se trata de la fenomenología de los valores. La Fenomenología llega a
Frankl a través de un discípulo de Husserl: Max Scheler. Cuenta

33
FRANKL, V., Psicoanálisis y existencialismo. De la psicoterapia a la
Logoterapia, Fondo de Cultura Económica, Méjico DF, 1966, p. 18.
Dr. Roberto Almada

Frankl “en esa época (se refiere al 1927, cuando deja


definitivamente la Psicología individual adleriana) reconocí
definitivamente mi propio psicologismo. Fui sacudido y despertado
36 totalmente por Max Sheler, cuyo Formalismo en la ética llevaba
conmigo como una biblia. Era hora para semejante autocrítica del
34
propio psicologismo” . Claramente Scheler confirma a Frankl la
necesidad de superar todo tipo de psicologismo y lo define y
distingue de la psicología individual de Adler.

¿Cuáles son los elementos de la ética scheleriana que influyeron en la


Logoterapia?

Scheler se centró en el estudio de la ética oponiéndose tenazmente


al formalismo kantiano que rechazaba la felicidad y las realidades
concretas como motivo válido para la acción moral (el único motivo
kantiano aceptable era el deber) y le opuso una ética material de los
valores, es decir, una ética con contenidos específicos y estructurada
alrededor de la idea de valor.

Scheler reflexionó sobre la intencionalidad (idea de su maestro


Husserl) de las emociones y sus objetos intencionales (los valores).
Menciona que hay un cosmos objetivo de valores al que sólo se
puede acceder por la intuición emocional; la razón es ciega para el
valor. Encontramos este concepto en la obra frankleana35.

34
FRANKL V., Lo que no está escrito en mis libros, San Pablo, Buenos Aires,
1997, p. 51.
35
Ver los capítulos II y III de FRANKL, V., La presencia…, op. cit.
Fundamentos filosóficos de la Logoterapia

Esta nueva noción de “valor”, que surgía del análisis fenomenológico


de la experiencia moral de la persona hacía ver con claridad que el
hombre encontraba frente a sí valores que motivaban la acción.
37
Por otro lado, Scheler se opone a la pretensión nietzscheana de crear
valores, puesto que los valores son siempre los mismos, no cambian,
lo que cambia es nuestra percepción de ellos. Cada época, cada
cultura, descubre distintos valores e ignora otros. Los valores como
indica Frankl, son universales.

En los valores, encuentra Scheler un fundamento objetivo, material y


a priori de la ética: los valores no pueden ser confundidos ni con
cosas ni con bienes, entendidos éstos como propiedades de las cosas.

Las cosas son buenas en la medida que ellas realizan y cumplen en


alguna medida un determinado valor o cualidad valiosa (aquí la
diferencia con Kant). Los valores no son “valiosos” porque los
deseamos o estimamos como tales, sino todo lo contrario: los
estimamos y deseamos porque son de suyo, valiosos. El buen actuar
(la moral) consistirá en la realización de los valores de acuerdo con su
naturaleza, orden y jerarquía.

De lo que se trata es de vivir en armonía. No hay que optar por unos


valores y renunciar a otros. Para ello hay que vivir los valores
inferiores de un modo tal que se encuentren ordenados a los
superiores. De esta manera, cada vez que obremos bien en lo más
simple y cotidiano estaremos alabando a Dios, ya que los valores
religiosos se encuentran en la cúspide de la pirámide (El hombre en
busca del sentido último).
Dr. Roberto Almada

Scheler en su libro El puesto del hombre en el cosmos36, define su


antropología filosófica. Es evidente que toda esta doctrina de los
valores es incompatible con una teoría naturalista del hombre. La
38 antropología scheleriana es decididamente personalista.

Scheler se cuestiona sobre: ¿qué es el hombre? Y ¿cuál es su puesto


en el ser? Ve la necesidad de una nueva antropología que examine la
esencia del hombre, en su relación con el animal y con la planta.
Menciona que la palabra hombre aparece con un doble sentido:
primero, indica “los caracteres morfológicos distintos que posee el
hombre como subgrupo de los vertebrados y de los mamíferos” y en
segundo lugar, “un conjunto de cosas que se oponen al concepto de
animal en general”. Frankl siempre nos recordará que la esencia del
hombre va buscada en aquello que lo diferencia y no en aquello que
lo acomuna con los animales.

Se trata de averiguar qué es aquello que da un puesto singular al


hombre, diversísimo e incomparable con el puesto que ocupan los
demás seres vivos. Dicho de otra manera se trata de conocer que es
lo que diferencia al hombre del resto de los animales, si es que hay
algo, y qué grado de legitimidad tiene el conceder al hombre un
puesto singular en el cosmos.

Es así como Scheler recorre a la serie gradual de las fuerzas y


facultades psíquicas, las que coinciden con el límite de la vida en
general, línea fronteriza entre el sustrato material y el fenómeno de
los “seres vivos”.

36
SCHELER M., El puesto del hombre en el cosmos, Editorial Losada, Buenos
Aires, 2003.
Fundamentos filosóficos de la Logoterapia

El grado ínfimo de lo Psíquico, es decir de lo que se presenta


objetivamente como “ser vivo” y subjetivamente como “alma” es el
impulso afectivo (la planta) sin conciencia, ni sensación, ni
representación. Una mera “dirección hacia” y “desviación de”, son 39
los dos únicos estados de este impulso. Pero este impulso afectivo no
sólo pertenece a la planta, sino también a todo el restante mundo
vivo superior. La segunda forma psíquica es el “instinto”.

Scheler menciona que una conducta instintiva debe tener, en primer


lugar, relación de sentido, es decir, debe tender a un fin
relativamente conocido para el ser viviente como un todo. Una
segunda características de la conducta instintiva consiste en que sólo
responde a situaciones que se repiten de un modo típico y son
significativas para la vida de la especie como tal, no para la
experiencia particular del individuo. De esto se desprende que los
instintos son innatos y hereditarios.

Entonces se pregunta: ¿Acaso existe algo más que no sea una mera
diferencia de grado entre el hombre y el animal? ¿Existe entonces
una diferencia esencial? ¿O es que hay en el hombre algo totalmente
distinto, superior a los grados esenciales tratados hasta aquí, algo
que corresponda específicamente a él solo?

Scheler afirma que la esencia del hombre y lo que se puede llamar su


puesto particular, está muy por encima de la inteligencia. Es decir
fuera de las esferas antes señaladas: impulso afectivo, instinto,
memoria asociativa, inteligencia y elección; dominios más bien, de la
biología y la psicología. Incluso este nuevo principio se encontraría
fuera de todo lo que llamamos “vida”. Lo que hace de un hombre, un
Dr. Roberto Almada

Hombre, “es un principio que se opone a toda la vida en general,


incluso a la vida que habita en el hombre” concluye Scheler.

Como ya hemos visto, los griegos llamaron a este principio “razón”


40
(logos), pero Scheler prefiere usar un concepto más amplio no sólo
referido a la razón y al pensar ideas; un concepto que comprenda
también la intuición y una determinada clase de actos volitivos y
emocionales tales como la bondad, el amor, el arrepentimiento, la
veneración, el asombro, el deleite, la desesperación y el libre
albedrío. Tal concepto será el de “espíritu” (nous).

Pero ¿qué es este “espíritu” para Max Scheler? Si damos al espíritu


una función particular, entonces la determinación básica de un ser
espiritual consistiría en su “emancipación” existencial de todo lo
orgánico, su “libertad”. Este ser espiritual ya no estaría atado a sus
impulsos ni al mundo circundante, sino que estaríamos libres del
mundo circunstante, abiertos al mundo. Y tenemos mundo porque
somos capaces de objetivar este mundo (la función de “dar nombre”
a las cosas). Este actuar del hombre tiene su base en lo que Scheler
define como “recogimiento” cuyo fin es la “conciencia de sí”. El
animal no tiene conciencia de sí.

El hombre es, por tanto, el único que, en cuanto persona, puede


elevarse por encima de sí mismo –como ser vivo– y convertirlo todo,
incluso a sí mismo, en un objeto de conocimiento. Scheler habla de
un hombre que puede liberarse, distanciarse del mundo a través de
la objetivación realizada por el espíritu. El mundo se nos “contra-
pone” y nos pide hospitalidad. Es el estar abierto al mundo, es la
libertad humana entendida en su más puro sentido, en su sentido
Fundamentos filosóficos de la Logoterapia

filosófico: como “apertura”. Pero no como una apertura ingenua sino


como deseo de constatar cual es el verdadero Ser de las cosas.

Frankl recurrirá más de una vez a esta dinámica scheleriana usándola


41
como fuerza terapéutica y llamándola con expresiones como la
fuerza indómita del espíritu, antagonismo psico espiritual, etc...
Pienso que también el concepto de auto-distanciamiento tenga un
origen scheleriano.

El Personalismo
El personalismo no es sólo una crítica al positivismo sino que también
es una reacción a dos modelos opuestos: el individualismo y el
totalitarismo (representados por el capitalismo, el nazismo y el
comunismo). El capitalismo por su parte, proclama la libertad del
individuo y su derecho a la propiedad privada sin establecer
mecanismos solidarios entre los sujetos, cada uno debía resolver sus
problemas con sus propias fuerzas y recursos.

Como respuesta al capitalismo, el marxismo, en cambio, ofrecía un


enfrentamiento con el opresor a través de la lucha de clases para
reapropiarse de los medios de producción que habían usurpado los
explotadores. El hombre estaba subordinado a la humanidad total y a
su historia.

El siglo pasado también dio a luz un movimiento totalitario de


nefastas consecuencias con una concepción de la persona muy
particular: el nazismo. Propugnaba la supremacía de una raza sobre
todas las demás y de ahí deduce su derecho a dominar sobre todos
los pueblos. Para Frankl la causa del nazismo se encuentra en el
desarrollo de algunas filosofías totalizantes. El idealismo hegeliano
Dr. Roberto Almada

definía al hombre como un momento o una manifestación concreta


que adopta el Espíritu absoluto que es lo que permanece y al cual
todo, incluso la persona, debe ponerse a su servicio.
42
El Personalismo no es una corriente de pensamiento unitaria y
sistemática. Jacques Maritain decía que no hay una doctrina
personalista, si no aspiraciones personalistas y una buena docena de
doctrinas personalistas. Las doctrinas personalistas fueron perdiendo
fuerza, quizás al mismo tiempo que morían los sistemas contra los
cuales habían nacido y ya Ricoer en 1983, podía escribir: “muerto el
personalismo, retorna la persona”.

¿Cuál es entonces el centro de estas aspiraciones y la doctrina común


a las diversas corrientes del personalismo? Volver a que la persona
sea el centro. Es una corriente de pensamiento que tiene como
centro a la persona. Considera al hombre como un ser subsistente y
autónomo pero esencialmente social y comunitario, un ser libre pero
no aislado, un ser trascendente con un valor en sí mismo que le
impide convertirse en un mero objeto. Un ser moral, capaz de amar,
de moverse en función de una actualización de sus potencias y
finalmente de definirse a sí mismo, sin negar la naturaleza que lo
determina.

El personalismo en Frankl llega a su ápice con las 10 tesis sobre la


persona. Retomemos sus tesis aunque si soy consciente que estamos
repitiendo algunos conceptos37. En una conferencia en Salzburgo en
1949, Viktor Frankl despliega sus ya clásicas 10 tesis sobre la

37
Me gusta pensar que la Logoterapia se aprende no en forma lineal sino
que espiralada. Volvemos a pasar por elementos conocidos pero vistos
desde diferentes perspectivas.
Fundamentos filosóficos de la Logoterapia

persona38. Para la Logoterapia el hombre es una unidad, un todo


psico-fisico-espiritual: un ser caracterizado por su singularidad
individual, su totalidad, su irrepetibilidad u originalidad, su
relacionalidad y su finitud. Pero la esencia de esta existencia se 43
encuentra en su autotrascendencia: ser hombre quiere decir estar
siempre volcado hacia algo o hacia alguien. En esta proyección pasa
por encima de sí mismo y alcanza el mundo, un mundo denso de
seres para encontrar y de significados para realizar. La existencia
humana no es auténtica si no es vista en el sentido de la
autotrascendencia. Este aspecto es el perno de los tres pilares de la
visión antropológica frankleana: la libertad de la voluntad, la
voluntad de significado y el significado de la vida.

El personalismo comunitario de Karol Wojtyla


Personalmente creo que algunas intuiciones del filósofo personalista
Karol Wojtyla, más conocido como Juan Pablo II, podrían enriquecer
a la Logoterapia llevándola al desarrollo de un sentido más pleno. Por
circunstancias que no nos toca a nosotros dilucidar, en el
personalismo frankleano el elemento comunitario no viene
completamente desarrollado, si bien las premisas son claras para
alcanzarlo e invitan y orientan la reflexión en ese sentido.

Un estudio comparativo entre Frankl y Wojtyla no nos tendría que


sorprender, el mismo Frankl sentía que su Logoterapia “agregaba” a
las teorías ya existentes (por ejemplo, el inconsciente espiritual no
sustituye el inconsciente freudiano) y propiciaba un continuo caminar
de la Logoterapia hacia nuevos horizontes, sin cambiar obviamente el
fundamento; con humildad decía “mientras no nos es accesible la

38
FRANKL V., La voluntad de sentido, Herder, Barcelona, 1991, pp. 107-115.
Dr. Roberto Almada

verdad absoluta, debemos conformarnos con las verdades relativas


que se corrigen mutuamente”39.

El personalismo de Wojtyla visto desde la doctrina social


44
Wojtyla se refiere a menudo a aquello a lo que él llama “la verdad
sobre el hombre”, y que responde a la concepción antropológica
cristiana. Podríamos citar muchos escritos de Juan Pablo II, elegí para
este capítulo exponer la antropología cristiana tomando como base
la Carta Encíclica Centesimus annus40, por tratarse de un texto
eminentemente social. Es necesario también recordar que la
antropología cristiana pertenece en cierto sentido a la teología moral
y, al mismo tiempo, necesita de la mediación racional de una
antropología filosófica, que para el papa polaco, coincide con el
personalismo.

Juan Pablo II considera que lo que constituye la trama de toda la


doctrina social de la Iglesia, es la correcta concepción de la persona
humana y de su valor único, porque “el hombre... en la tierra es la
sola criatura que Dios ha querido por sí misma. En él ha impreso su
imagen y semejanza, confiriéndole una dignidad incomparable” (CA,
n. 11). Entonces podemos decir que el punto fundamental de la
antropología cristiana es el hecho de que el hombre es persona -es
decir imago Dei-, y por esta razón goza de una altísima dignidad.

De ahí que la encíclica afirme “con sencillez y energía que todo


hombre -sean cuales sean sus convicciones personales- lleva dentro
de sí la imagen de Dios y, por tanto, merece respeto” (Ibid, n. 22). La
antropología cristiana, que reconoce en el hombre -en todo hombre-
39
FRANKL V., Lo que no está escrito en mis libros, op. cit., p. 116.
40
De aquí en mas abreviada: CA.
Fundamentos filosóficos de la Logoterapia

una dignidad tan alta, tiene en cuenta una realidad de significado


opuesto: frecuentemente el hombre traiciona esta dignidad con el
pecado. “El hombre tiende hacia el bien, pero es también capaz del
mal; puede trascender su interés inmediato y, sin embargo, 45
permanecer vinculado a él” (Ibid, n. 25).

Muchas veces han acusado a los logoterapeutas de demasiado


optimistas, casi ingenuos, con respecto a las posibilidades de la
persona humana. Por ello es valioso comprender la realidad de la
persona humana desde este realismo que nos dice que si bien
estamos llamados a encontrar sentido a nuestras vidas y esto es
magnífico, también podemos boicotearlo. Y de allí el valor de las
técnicas de confrontación en psicoterapia.

Este realismo que no cierra los ojos frente al problema del mal, lleva
también a la toma de conciencia que el hombre, a pesar de sus
miserias y debilidades, es un ser llamado a una existencia plena. En
otras palabras, esta llamada se traduce en una vocación. Usamos
muy frecuentemente en Logoterapia el concepto del “apelar de la
vida”.

Crecer en la dignidad personal significa crecer en la “capacidad de


responder a la propia vocación y, por tanto, a la llamada de Dios. El
punto culminante del desarrollo conlleva al ejercicio del derecho-
deber de buscar a Dios, conocerlo y vivir según tal conocimiento”
(CA, n. 29). Se vea el paralelo con el Sentido último de Frankl. Juan
Pablo II insiste en una visión de la persona humana cuya estructura
esencial es de apertura hacia Dios y hacia los demás. En la realización
de la trascendencia metafísica de la persona -es decir, en el real
trascenderse a sí mismo- se cumple la vocación del hombre:
Dr. Roberto Almada

“el hombre, cuando no reconoce el valor y la grandeza de la persona en sí


mismo y en el otro, se priva de hecho de la posibilidad de gozar de la propia
humanidad y de establecer una relación de solidaridad y comunión con los
demás hombres, para lo cual fue creado por Dios. En efecto, es mediante la
46 propia donación libre como el hombre se realiza auténticamente a sí mismo,
y esta donación es posible gracias a la esencial “capacidad de trascendencia”
de la persona humana” (CA, n. 41).

Aquí sorprendente la similitud en la definición de autrotrascendencia


entre Wojtyla y Frankl que se encuentra hasta en la estructura
sintáctica de la frase. Pero sigamos leyendo y encontraremos una
diversidad enriquecedora.

“El hombre no puede darse a un proyecto solamente humano de la realidad,


a un ideal abstracto, ni a falsas utopías. En cuanto persona, puede darse a
otra persona o a otras personas y, por último, a Dios, que es el autor de su
ser y el único que puede acoger plenamente su donación. Se aliena el
hombre que rechaza trascenderse a sí mismo y vivir la experiencia de la
autodonación y de la formación de una auténtica comunidad humana,
orientada a su destino último que es Dios” (CA, n. 41).

Si el hombre es apertura hacia los otros y se realiza solo donándose,


esta entrega ha de ser libre. En la libertad el hombre se realiza a sí
mismo, y por eso la Iglesia

“al ratificar constantemente la trascendente dignidad de la persona, utiliza


como método propio el respeto de la libertad. La libertad, no obstante, es
valorizada en pleno solamente por la aceptación de la verdad. En un mundo
sin verdad la libertad pierde su consistencia y el hombre queda expuesto a la
violencia de las pasiones y a condicionamientos patentes o encubiertos” (CA,
n. 46).

Quizás la relación libertad-verdad sea una de las claves para entender


la gran diversidad que existe entre la ética social liberal y la ética
Fundamentos filosóficos de la Logoterapia

social cristiana. La encíclica Veritatis splendor, particularmente en el


segundo capítulo, afronta el problema de la relación entre libertad y
verdad.
47
Para Wojtyla la participación y la solidaridad son las virtudes claves
para la vida social. Participación es la acción que toda persona
cumple en unión con otros semejantes, alcanzando objetivos que
solo mediante la acción común son alcanzables. Es una visión
comunitaria de los valores creativos frankleanos. La acción es
personal y el resultado común.

“Esto supone una antropología por la cual el hombre se realiza a través del
otro hombre y no separándose de él y en la que, por lo tanto, la comunidad
41
es una dimensión constitutiva de la autorrealización personal” .

Wojtyla utiliza un concepto marxista, el de alienación, para indicar la


antítesis de la participación. Escribe en el 1976:

“Como antítesis a la participación, la alienación contribuye o (según cuál sea


el factor alienante) hace que surja la ocasión para que el hombre se le prive,
en algún ámbito, de la posibilidad de realizarse en comunidad, tanto en lo
social del <nosotros>, como en lo interpersonal del <yo-tu>. La alienación, en
efecto, puede darse, y muchas veces se da en ambas dimensiones de la
comunidad. Si se trata de la dimensión social, la presencia de los factores
alienantes se manifiesta en el hecho de que la multiplicidad de los sujetos
humanos en los que cada uno es un <yo> determinado, no puede
desarrollarse hacia un <nosotros> auténtico. El proceso social, que debe
conducir a la verdadera subjetividad de todos, se bloquea o hasta retrocede,
porque el hombre no puede encontrarse como sujeto en este proceso. Es
como si la vida social se desarrollara fuera de él, no contra él mismo sino más
bien a sus expensas; y también viviendo y trabajando <junto con los otros>

41
BUTTIGLIONE R, Il pensiero dell’uomo che diviene Giovanni Paolo II,
Mondatori, Milano, 1988, pp. 203-204. La traducción es mía.
Dr. Roberto Almada

no se realiza en esta vida, ya que se haya extrañado a sí mismo, porque la


sociedad, mediante sus estructuras erradas, no le suministra las bases para
42
ello o le niega motivaciones adecuadas” .

48 ¿Y qué decir de la alienación a nivel <yo-tu>?

“Es en ésta dimensión, en general, no comparable cualitativamente, pero


cuantitativamente es a veces aún más tangible. La vida humana transcurre,
tal vez, más en las dimensiones <yo-tu> que en las dimensiones del
<nosotros>. La alienación como antítesis de la participación significa, en esta
dimensión, la limitación o la eliminación de lo que constituye lo que el
hombre es para el hombre, otro “yo”. (…) El yo queda separado, privado de
contactos, y por eso no se revela plenamente ni siquiera a sí mismo.
Desaparece entonces, en las relaciones interpersonales, el “prójimo”, que
43
queda reducido al “otro” o, también, al “extraño”, o, incluso, al “enemigo” .

Pero la solidaridad en cambio, es algo más que la participación. La


solidaridad se da cuando alguien asume, en ciertos momentos, una
tarea que no está vinculada a su responsabilidad en función del bien
común. Para Wojtyla es un llamado a complementar con mi obrar el
obrar de otros y por lo tanto depende de la participación. Podríamos
decir que a través de la solidaridad nos realizamos participando en el
camino de sentido que transita otra persona. Esto se justifica cuando
alguien padece una condición, que le impide responder
completamente a su tarea, a su sentido de vida.

Entre paréntesis recordemos cuanto el movimiento Solidarnosc tuvo


que ver con el renacer del actual estado democrático polaco.

42
WOJTYLA K., El hombre y su destino, Ediciones Palabra, Madrid, 2005, p.
106.
43
Ibid, p. 107.
Fundamentos filosóficos de la Logoterapia

Amor y reciprocidad, la persona como “comunión de


personas”
Karol Wojtyla escribió en 1976 un ensayo que tiene la amplitud de un
pequeño libro y que pretende continuar algunos de los temas y 49
problemas del capítulo final de Persona y acto. Este texto se llama La
persona: sujeto y comunidad44. En él se busca articular una teoría de
la intersubjetividad que supere una cierta noción de intersubjetividad
monadológica.

Con este esfuerzo, Wojtyla se coloca dentro de la tradición del


pensamiento dialógico (Martin Buber, Emmanuel Levinas, etc.) que
sostiene que la persona es un sujeto relacional llamado a la entrega
sincera a los demás. Esta misma idea reaparece en el momento en
que Juan Pablo II escribe sus catequesis sobre el amor humano. Dios
crea al hombre, como unidad-de-los-dos, como varón y mujer, para
que el hombre no esté solo. La creación del hombre es un acto
comunional (de las Personas divinas) que hace radicar justamente la
imagen y semejanza de lo humano con Dios en su carácter relacional.

Wojtyla insistirá en esta idea posteriormente en la Mulieris


dignitatem: el fundamento de la imagen y semejanza con Dios no es
sólo la razón y la voluntad libre (como sostiene, entre otros, Tomás
de Aquino) sino la constitutiva ordenación del varón a la mujer y de la
mujer al varón. Para Juan Pablo II, el ser humano ha sido creado
como “unidualidad relacional”: la Revelación y la experiencia humana
lo manifiestan contundentemente por igual.

44
WOJTYLA K., La persona: sujeto y comunidad, en El hombre y su destino,
op. cit., p. 41-109.
Dr. Roberto Almada

En un ensayo sobre la familia del año 1974, Wojtyla escribe: “se


puede afirmar que el hombre en cuanto persona es capaz de
comunidad, comunidad entendida como communio”45. Mientras que
50 en la vida social, como ya hemos visto, la solidaridad y la
participación son las actitudes claves para la realización social, al
hablar de familia nuestro autor da un salto conceptual que calificaría
extraordinario y absolutamente innovador, la persona es comunión
de personas. Por el otro lado, la comunión es la parte personal e
interpersonal de todas las relaciones sociales. Por ello al
personalismo de Wojtyla se lo ha llamado personalismo comunitario.

Es posible sostener entonces, como hicimos en otras oportunidades,


también desde esta perspectiva, que en psicoterapia lo que cura es el
vínculo, si consideramos a la psicoterapia una forma de relación
social y por lo tanto una especie de comunidad con participación y
solidaridad.

Pero dejemos que el personalista polaco se explique y despliegue su


pensamiento:

“Pues bien, en la realización de la comunión que se produce entre las


personas, la autorrealización se realiza a través del mutuo don de sí, que
posee el carácter de la sinceridad. La persona es capaz de tal don, como ya se
ha dicho precedentemente, porque la auto posesión es una peculiaridad
suya: solamente puede darse a sí mismo aquel que posee a sí mismo. Al
mismo tiempo este don posee el carácter de la sinceridad y precisamente
por esto merece plenamente el nombre de don. Si sirviese a algún interés
por una parte o por otra no sería ya un don. Toda la tradición del

45
WOJTYLA K., La familia como <communio personarum>, Ensayo de
interpretación teológica, en El don del amor, Ediciones Palabra, Madrid,
2005, p. 233.
Fundamentos filosóficos de la Logoterapia

pensamiento cristiano sostiene una dimensión no utilitaria del obrar o del


46
existir del hombre” .

Un comentario: uno de los objetivos más frecuentes en


psicoterapia es dar a la persona la posibilidad de crecer en su auto 51

posesión y alcanzar un diálogo interior que la vuelva siempre más


sincero, en principio consigo misma para hacerlo después con los
demás.

“El don sincero de sí da inicio a la relación y en cierto modo la crea,


precisamente porque está dirigido hacia otra persona o personas. Este
último hecho depende de la forma que tal don asume: en ciertas formas, el
don sincero de sí puede estar dirigido exclusivamente a una persona y ser
adecuadamente recibido por esa sola persona; en otras formas es posible
dirigir el don de la persona a muchas personas y recibirlo por parte de
muchas personas. En todo caso, sin embargo, si este sincero don de sí debe
permanecer siendo un don y realizarse como un don en la relación
interpersonal o también en muchas de estas relaciones, a causa de la
comunidad de las personas, debe ser no solo dado, sino también recibido en
toda su verdad y autenticidad. … la condición para que el don pueda darse, la
condición de su realizarse en la relación o también en las relaciones
interpersonales, es la adecuada acogida de ese don de la persona o del acto a
través del cual ese don de la persona se expresa. Estas son las condiciones
47
elementales de realización de la comunión de personas” .

Y un comentario final, Wojtyla abre a la realidad de la reciprocidad


como elemento esencial del amor, casi como si el amor no
correspondido sea solo un defecto circunstancial y temporal.

46
Ibid, p. 237.
47
Ibid, pp. 238-239.
Dr. Roberto Almada

Autotrascendencia, verdad y amor


Hablando de la teleología en un congreso en Arezzo Italia, en el 1976,
el entonces Cardenal Wojtyla definía la relación entre
52 autotrascendencia y verdad.

“Esta dimensión de la trascendencia propia de la persona humana se


constituye por medio de la referencia a la verdad, al bien, a lo bello en
sentido trascendente y, por consiguiente, de algún modo absoluto. Esta
referencia no permanece como una dimensión abstracta del espíritu sino que
48
penetra en la estructura real del obrar y del ser persona” .

En la acción la conciencia se relaciona con la verdad, con el fin, el


telos.

Comentario, de aquí deducimos que es imposible pensar en el


sentido de la vida sin relacionarlo a la verdad de la vida.

“La expresión misma telos significa a un tiempo <fin> y <confín>. La auto


teleología del hombre indica, por consiguiente, que también el hombre es un
fin en sí mismo. (…) En la referencia a la verdad está contenido, de algún
modo, el <confín> de la estructura personal de la autodeterminación.
Cuando el hombre, en cuanto sujeto de la acción, alcanza este <confín>,
entonces en una cierta medida se realiza a si mismo. La estructura personal
de tal realización corresponde, en base a la experiencia, al auto teleología del
hombre. Esta realización no es absoluta, pero tiene en sí algo de absoluto; se
realiza sobre la base de lo <absoluto del bien>. Puede realizarse sobre esa
base, precisamente, porque tiene origen en el acto de la persona sobre el
fundamento de la relación trascendente con la verdad, en el perfil “vertical”
de la trascendencia del sujeto. En ello consiste la grandeza esencial de la
conciencia, cuando es recta y dice la verdad. El motivo por el que la
conciencia es llamada voz de Dios es que ella revela el punto en el que el
hombre no solo <supera> los límites horizontales del sujeto, sino que también

48
WOJTYLA K., El hombre y su destino, op.cit., p. 145.
Fundamentos filosóficos de la Logoterapia

“se hace más grande que él mismo” consiguiendo al mismo tiempo


precisamente de tal modo, una fundamental armonía consigo mismo.
Precisamente esta armonía consigo mismo, que se realiza sobre la base de la
trascendencia de la persona, de la relación trascendente a la verdad, entra
de algún modo en la definición de la autorrealización o bien de la auto 53
49
teleología del hombre” .

En esto Wojtyla sigue a Aristóteles según el cual no hay libertad sin


verdad50. Encontramos también de alguna manera, el pensamiento
de Platón para el cual el hombre y sus acciones dependen de la
verdad que él ha contemplado antes de nacer. Pero Wojtyla va más
allá y concluye que el verdadero fin de la libertad es el amor. En su
último libro Memoria e identidad expresa que la libertad del hombre
alcanza la más completa realización en el amor de Dios y del
prójimo. Indica que la libertad es para el amor y por el amor ella
puede alcanzar el heroísmo, el dar la vida por el hermano51.

Conclusiones:
Repasemos juntos, según nuestra investigación del personalismo
comunitario, algunas de las tesis sobre la persona de Frankl:

La persona es algo que no admite partición, no se puede subdividir,


escindir, porque es la unidad. Podríamos agregar ahora, gracias a las
enseñanzas wojtylianas, que la persona es también unidad indivisible
de personas, en la realidad de la comunión de personas: familia,
comunidades sociales, etc.…

49
Ibid, p. 146-147.
50
Cfr. ARISTOTELES, Etica Nicomaquea, libro VI.
51
Cfr. WOJTYLA K., Memoria e Identità, Rizzoli, Roma, 2006, p. 54.
Dr. Roberto Almada

Frankl indica que la persona es también una totalidad: la raza, la


masa son entidades pseudo-personales. El hombre que se asimila a
ellas, se disuelve en ellas, dice Frankl. Pero existe una totalidad en la
54 que el hombre asimilándose, no se disuelve, al contrario, se vuelve
más persona. (Ej.: el amor entre un hombre y una mujer, la familia,
etc.).

Cada persona es absolutamente un ser nuevo proclama Frankl. Es


más, “es el único ser que Dios ama por Sí mismo”52, recuerda
Wojtyla.

Para Frankl, la persona es espiritual y posee un organismo psicofísico


instrumental. Wojtyla la llamada “teología del cuerpo” eleva la
dignidad de la “carne” a alturas inimaginables. Especifica la
manifestación corpórea del espíritu en el signo varón mujer. Cito
textualmente los elementos sobresalientes de su pensamiento
extraído de una audiencia general del 198053. Para los que no
estamos muy habituados a los términos teológicos, podemos
simplemente entender la palabra sacramento y sacramentalidad
como “presencia de Dios que actúa a través de un signo visible”.

“Así, en esta dimensión (la corpórea), se constituye un sacramento


primordial, entendido como signo que transmite eficazmente en el mundo
visible el misterio invisible escondido en Dios desde la eternidad. Y éste es el
misterio de la verdad y del amor, el misterio de la vida divina, de la que el
hombre participa realmente. (…) El sacramento, como signo visible, se
constituye con el hombre, en cuanto "cuerpo", mediante su "visible"
masculinidad y feminidad. En efecto, el cuerpo, y sólo él, es capaz de hacer
visible lo que es invisible: lo espiritual y lo divino. Ha sido creado para

52
CONCILIO VATICANO II, Gaudium et spes, n. 24.
53
JUAN PABLO II, Audiencia general del día 20 de febrero de 1980, nn. 4-5.
Fundamentos filosóficos de la Logoterapia

transferir a la realidad visible del mundo el misterio escondido desde la


eternidad en Dios, y ser así su signo.

Por lo tanto, en el hombre creado a imagen de Dios se ha revelado, en cierto


sentido, la sacramentalidad misma de la creación, la sacramentalidad del 55
mundo. Efectivamente, el hombre, mediante su corporeidad, su
masculinidad y feminidad, se convierte en signo visible de la economía
(dinamismo) de la verdad y del amor, que tiene su fuente en Dios mismo y
que ya fue revelada en el misterio de la creación. (…) La inocencia originaria,
unida a la experiencia del significado esponsalicio del cuerpo, es la misma
santidad que permite al hombre expresarse profundamente con el propio
cuerpo, y esto precisamente mediante el "don sincero" de sí mismo. La
conciencia del don condiciona, en este caso, "el sacramento del cuerpo": el
hombre se siente, en su cuerpo de varón o de mujer, sujeto de santidad”.

En definitiva la persona es persona si es comunión de personas. El ser


interpersonal es también uno y total.

Personalmente creo que algunas intuiciones de Karol Wojtyla podrían


enriquecer a la Logoterapia llevándola al desarrollo de un sentido
más pleno. Por lo tanto, me atrevo en estas páginas a proponer una
tesis número 11 a las 10 tesis de la persona frankleanas, que podría
definirse así: La persona es interpersonal, es unidad y comunión de
personas. El amor que alcanza la reciprocidad, especialmente en el
amor entre un hombre y una mujer, genera una comunidad de
personas indivisible, única, total. Y por ello el cuerpo espiritualizado y
el espíritu encarnado son signos visibles del sentido esponsal de la
persona llamada a ser “una sola carne” (Gn. 2,24).

Querer subrayar la dimensión comunional en la Logoterapia de Frankl


es una gran responsabilidad y exige buscar formas de concretización.
Tenemos que asumir y realizar, además de un esfuerzo intelectual,
una experiencia que confirme la teoría. Al iniciar la Sociedad de
Dr. Roberto Almada

Logoterapia en Uruguay, hace ya más de una década, hemos


entendido el concepto de comunión de personas como sujeto
imprescindible en nuestro trabajo logoterapeutico. Con realismo
56 tenemos que decir que trabajar en comunión no siempre fue fácil,
pero siendo también honestos confesamos que los obstáculos
todavía no lograron hacernos abandonar la intención hacia esta
meta. Y Frankl nos tranquilizaría diciendo: “La intención es nuestra, el
efecto es de Dios”.

Decíamos que encontrábamos el personalismo comunitario de Frankl


no suficientemente desarrollado; pero tenemos que corregirnos. Si
bien no suficientemente desarrollado; no ciertamente ausente. A los
15 años un jovencito soñador vienés llamado Viktor escribía una
poesía que contiene, con la hermosa imagen de dos estrellas, la
realidad del amor y de la comunión de personas. Concluyo este largo
capítulo sobre el Personalismo, leyéndola:

“Del ser y de la vida tuve un sueño:


Dos estrellas vi flotar en el espacio;
Ellas deseaban estar juntas
Una.
¡Este querer se convirtió en pérdida
de brillo!
Debían empequeñecerse,
Más de lejos vi,
Que ambas se convertían en
Una estrella única”.54

54
FRANKL, Lo que no está escrito…, op. cit., p. 23-24.
Fundamentos filosóficos de la Logoterapia

El existencialismo
No hay una definición clara y unánime sobre el Existencialismo. Se lo
considera un movimiento filosófico, cuyo postulado fundamental es
que son los seres humanos, en forma individual, los que crean el 57
significado y la esencia de las cosas.

En general se destaca el hecho de la libertad y de la temporalidad del


hombre, de su existencia en el mundo más que su supuesta esencia
profunda. Estas concepciones tienden a escudriñar en lo profundo de
la condición humana.

En la psicología y la psiquiatría, Ludwig Binswanger (1981-1966)


acuñó el término Análisis existencial, sinónimo de Antropoanálisis
(Daseinsanalyse). Este psiquiatra suizo abrazó la Fenomenología y
luego del encuentro con Heidegger inicia la corriente psiquiátrica del
Daseinsanalyse. La enfermedad mental es vista como un proyecto de
mundo de la misma manera que una persona sana formula el suyo.

Frankl usa el término existencial para definir el análisis propio de la


Logoterapia. Se lo usa como Análisis existencial, donde existencial
significa una forma de ser y en especial, el carácter propio del
hombre. El Análisis existencial no es ningún análisis de la existencia;
sino que más bien, es una explicación de la existencia. La persona se
explica y se despliega a sí misma durante su vida. De aquí la
diferencia con Binswanger.

El Análisis existencial es también la antropología que precede a la


Logoterapia. Dejemos que Frankl nos defina su Análisis Existencial:

“Análisis existencial: en esta fórmula, existencial significa una forma de ser y


en especial el carácter propio del hombre. Para esta forma especial de la
Dr. Roberto Almada

existencia la filosofía contemporánea reserva la expresión existencia, y


nosotros, en el análisis existencial y en la Logoterapia, hemos tomado
55
prestada esta expresión con este contenido” .

58 Ex-sistir quiere decir salir de sí mismo y ponerse frente a sí mismo, de


manera que el hombre sale del nivel de lo corporal y psíquico y llega a sí
mismo pasando por el ámbito de lo espiritual. La existencia acontece en el
56
espíritu” .

Hasta aquí hemos intentado seguir la historia de la Filosofía con la


mirada de Viktor Frankl. Seguramente hemos presentado los
elementos más evidentes de las fuentes filosóficas de la Logoterapia.
Finalizando el trabajo espero que se me perdonen las omisiones y
pido al lector hacerme llegar sus descubrimientos personales que
puedan seguir completando este estudio.

55
FRANKL, V., l y ae 165
56
Ibid 65

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