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de la planificación didáctica
La transmisión de la cultura es uno de los aspectos más importantes y más preocupantes para una
sociedad. Lo anterior refiere a la tarea de pasar, de unas generaciones a otras, el corpus de
conocimiento acumulado: saberes y técnicas, valores y creencias, conocimientos, modos, maneras,
costumbres, etc. El cumplimiento esta tarea se realiza a partir de: socializar a los nuevos miembros de
una comunidad y la de garantizar que los conocimientos no se pierdan y contribuyan al mantenimiento
de la sociedad en el futuro. A esta transmisión se le denomina EDUCACIÓN.
La forma de organizar el traspaso de la cultura se organiza por distintos niveles los que toman
decisiones referidas a cómo se debe producir esa transmisión. Esas decisiones se plasman en
documentos que tienen su ámbito de aplicación y conllevan a su cumplimiento, pero dejan un espacio
de autonomía para el siguiente nivel, a esto se le denomina Currículo. De esta manera se produce una
serie de planificaciones en cascada que cumplen con la necesidad social de organizar el proceso de
enseñanza y aprendizaje. Aspectos ya abordados en la clase 2 cuando se refieren los niveles de
planificación del currículo. En este material nos centraremos en el nivel micro por ser donde se vive y
se satisfacen las demandas actuales de modelación del hombre.
Cada uno de estos niveles de planificación del currículo como es lógico se diseña y/o planifican. La
pregunta es ¿Por qué es necesario Planificar?
Necesita la arquitecta un proyecto, el cocinero una receta, las gerencias unas líneas estratégicas y las
productoras cinematográficas, un guiòn. Toda actividad que pretenda culminarse con éxito necesita
planificarse. Toda tarea o conjunto de tareas necesita un plan, un proyecto, para evitar la
improvisación, para anticiparse a los imprevistos, para afrontar el día a día con el menor nivel de estrés
posible.
Más tarde, la experiencia y la confrontación con la realidad nos permitirán innovar y dejar espacios y
tiempos para el toque personal, pero la garantía de los resultados la ponen básicamente el tener en
cuenta con tiempo las grandes cuestiones: qué, cómo y cuándo.
Los docentes, como cualquier otro profesional, necesitan planificar su actividad. Esta planificación
resulta imprescindible, para cumplir con lo estipulado por instancias superiores y contextualizarlo en
nuestro entorno y para alejarse del intuicionismo y del activismo. A esto se le denomina planificación
didáctica.
Las diferentes definiciones de planificación responden a distintas concepciones de la enseñanza y sus
procesos. Entre ellas se pueden citar:
La planificación es un proceso mental. Este proceso mental se pone de manifiesto, se explicita,
mediante una diagramación o diseño, que es al que comúnmente se denomina planificación.
La planificación de la enseñanza es una actividad mental que realizan de una u otra manera
todos los profesores. El proceso deliberativo que implica, al margen de que quede o no
plasmado en un programa escrito, genera, a partir de los esquemas cognitivos previos, una
serie de guiones y planes mentales… (Pérez Gómez, 1984; Shavelson, 1986).
Se considera que la planificación didáctica es simultáneamente un proceso mental realizado por un
docente y un producto de ese proceso, producto comunicable, analizable, modificable. Esta diferencia
conceptual, que implica una necesaria complementariedad entre ambos es importante de destacar, ya
que cualquier modificación de la cual queramos hacernos cargo deberá definir si lo que se desea
modificar es la forma que la planificación como producto adopta, o si desea enfocar sus mejores
esfuerzos en el modo en que este proceso mental organizativo, anticipatorio y mediador se lleva a
cabo.” (Pastorino, Harf, Spinelli, Violante, Windler, 1995).
Planificar es decidir. Es responsabilizarnos de la parcela que nos corresponde del proceso educativo.
Constituye un conjunto de decisiones adoptadas por el profesorado de una especialidad en un centro
educativo, al respecto de una materia o área y del nivel en el que se imparte, todo ello en el marco del
proceso global de enseñanza-aprendizaje. Se decide y explicita.
Qué – Cuándo - Cómo ENSEÑAR.
Qué – Cuándo -Cómo EVALUAR
Las prescripciones normativas, la naturaleza de los contenidos a impartir, el contexto en el que se
desarrolla la labor, así como las peculiaridades de cada docente y las de los estudiantes, orientan la
planificación.
Las actuales exigencias de la sociedad demandan un profesional protagonista del proceso que sea
artífice de su planificación y que no se limite a aplicar los planes y programas elaborados
externamente. Este manifestará las siguientes características en su quehacer.
Interesado en la diversidad de los estudiantes y de sus situaciones.
Toma decisiones y diseña su práctica en el marco del currículum abierto y flexible
Analiza la realidad, formula hipótesis, planifica y evalúa para orientar el proceso.
Actúa de manera crítica y reflexiva.
Necesita trabajar en equipo.
Al ser conceptualizada como un proceso mental, la planificación didáctica considera diversos aspectos
que difícilmente los profesores pueden abordar de manera exhaustiva o explícita en el documento
escrito al que comúnmente denominan planificación didáctica: conocimiento de sus alumnos, del
contexto, del contenido que se aborda, de la teoría pedagógica en la que sustentan su práctica –
principios pedagógicos-, y el conocimiento de los enfoques de enseñanza presentes en los Programas
de estudio.
Para que la planificación adquiera un sentido práctico en el aula, es necesario discernir entre el
proceso de planificación didáctica como tal, y el instrumento escrito –formato– que se requiere para
registrar, analizar, comunicar y evaluar las decisiones tomadas respecto a la intervención pedagógica
que habrá de realizarse en un período de tiempo determinado.
Si bien el formato o planificación escrita, resume y concreta el proceso mental que incluye la
consideración de los elementos mencionados, constituye sólo una parte del proceso. La planificación
didáctica inicia desde que el docente tiene conocimiento del grupo y nivel que atenderá en el ciclo
escolar y culmina hasta su cierre, lo cual se hace evidente en las orientaciones que apoyan su
desarrollo en la escuela y en el aula. (Tomado del documento Orientaciones para la Planificación.
Educación Primaria. Documento de Trabajo. Dirección General de Desarrollo Curricular. SEB-SEP)
La planificación como proceso mental se refiere a todo aquello que el profesor realiza de manera
previa, durante y al final del desarrollo de la clase para diseñar, seleccionar e implementar
determinadas actividades en el aula. La planificación como producto del proceso se refiere al
documento escrito, es decir, al formato, esquema o texto que se emplea para comunicar la
intencionalidad didáctica de la misma.
La planificación como producto y los componentes curriculares.
La dificultad mayor de la planificación no radica en este proceso de pensamiento mental, sino en cómo
explicitarlo. El proceso de planificación ocurre en todos los docentes con mayor o menor intención.
Incluso el docente que manifiesta que no planifica, no puede dejar de reconocer que, en el nivel de
proceso, de una u otra manera trata de anticipar cursos de acción: piensa en términos de: ¿qué se
podría hacer hoy?, ¿cómo puedo aprovechar los materiales que conseguí?, ¿cómo hago para que los
chicos se interesen en tal o cual propuesta?, etc. El argumento que se podrá emplear entonces es
“¿para qué se necesita escribir la planificación sí, de todos modos, el docente puede, y efectivamente
planifica, en tanto proceso mental?”.
Planificar por escrito a través de un modelo de planificación ayuda a:
Organizar el pensamiento de modo coherente y consistente, y respondiendo a una lógica sintáctica
y semántica.
Actuar a modo de memoria del pensamiento, [la escritura] es una comunicación duradera.
Permitir la confrontación y contrastación con otras producciones, propias y ajenas, anteriores y
actuales.
Facilitar la reflexión sobre los procesos decisorios del quehacer docente.
Apuntar a la producción conjunta en lo referido a la planificación didáctica: estimular el
“compartir”.
Facilitar la coherencia entre los diversos componentes didácticos: su selección, gradualidad,
complejidad y articulación.
Permitir el acceso inmediato y constante del docente a un instrumento organizador de sus
prácticas en el momento y lugar que así lo necesite.
Optimizar el seguimiento de la concreción de las intenciones, apuntando a garantizar que se
enseña lo que se quiere enseñar.
Permite la búsqueda de una relación armónica entre la planificación áulica, la planificación
institucional, y por ende apunta a responder a los lineamientos del Diseño Curricular vigente.
Exige una selección lo más precisa posible de la información que porta, ya que se intenta que el
texto contenga aquella considerada relevante para los fines previstos.
Los componentes del currículo y el sentido de la planificación en la práctica docente.
El Plan de Estudios y los Programas de estudio de las asignaturas, constituyen los ejes rectores de la
planificación, pues su propósito es orientar su intencionalidad en el marco de los enfoques de
enseñanza que apoyan la práctica docente. Algunos elementos propuestos en estos documentos, son
referentes en la planificación en un sentido amplio, pues aunque la mayoría expresa metas a lograr en
un mediano y largo plazo, sirven de base para definir las situaciones didácticas que se llevarán a cabo.
Estos referentes son:
a) Las competencias para la vida y los rasgos del perfil de egreso: que se constituyen en
metas de largo plazo, ya que expresan lo que los estudiantes consolidarán durante su formación a lo
largo de ese período educativo.
b) Las competencias de asignatura: que en conjunto definen los conocimientos, las
habilidades, actitudes y valores que los estudiantes deben desarrollar de manera gradual en cada
espacio curricular, por lo que la práctica docente deberá orientarse hacia su desarrollo.
c)Componentes específicos de la estructura de los programas de estudio que sustentan el
enfoque. Cada asignatura organiza su programa de estudio a partir de diferentes componentes –
ámbitos o ejes. No obstante, ante el desafío de planificar actividades de todas las asignaturas, es
necesario enfatizar que éstos son útiles para comprender la estructura y enfoque didáctico de la
asignatura; por lo que el colectivo puede decidir si considera necesario incorporarlos en el documento
escrito para la planificación.
Aunque en colectivo se acuerden los elementos a considerar en la planificación didáctica, también es
conveniente respetar algunas diferencias individuales en el diseño de cada uno de los docentes.
Atendiendo a lo anterior. Es oportuno referirse a cuáles y que características debe contener la
Planificación Didáctica para que esta represente a ese profesor constructivista, reflexivo y artífice de
su planificación. El proceso de planificación didáctica consta de los siguientes elementos:
1) Justificación teórica.
2) Contextualización.
3) Objetivos.
4) Contenidos.
5) Metodología.
6) Criterios e instrumentos de evaluación.
7) Atención a las necesidades educativas específicas.
A continuación se desglosan cada uno de los apartados describiendo sus componentes.
1) JUSTIFICACIÓN TEÓRICA.
La justificación teórica es la filosofía que impregna toda la planificación. Ella está compuesta por los
siguientes los componentes.
Las intenciones educativas. En ella el profesor manifiesta su concepción de la enseñanza.
Las demandas sociales. Estas pueden ser de dos tipos: de competencia profesional o educativa
en general.
La lógica curricular y su incidencia en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Las peculiaridades
de la materia, las dificultades conceptuales o de otra índole, continuidad en la etapa, la
actualidad, interés y significatividad.
Metodología: Anticipa grandes líneas metodológicas que se concretarán en el apartado
metodológico: agrupamientos, recursos, actividades, etc.
Los temas transversales: Alude a los propuestos por la institución educativa en su Proyecto
Educativo Institucional o a acuerdos propuestos por los Departamento Docentes.
2) CONTEXTUALIZACIÓN.
Se entiende por contexto el entorno social, histórico y geográfico en el que se realiza labor docente.
Contextualizar es adaptar el proceso de enseñanza-aprendizaje a las diferentes coyunturas
geográficas, históricas y sociales. Esas diferencias producirán una serie de consecuencias que van
desde las características de los estudiantes, sus intereses, motivaciones y ritmos de aprendizajes a los
recursos disponibles: naturales, patrimoniales, culturales, etc.
En las planificaciones es esencial tener en cuenta desde cada realidad los: parámetros geográficos e
históricos, los análisis sociológicos, la trayectoria del centro educativo y otros elementos que por su
importancia merece ser reseñados en un momento de especial sensibilización como: las catástrofes
naturales, momentos históricos, políticos, etc.
3.- OBJETIVOS.
El proceso de planificación, implica intencionalidad y por tanto requiere establecer objetivos.
El trabajo con los objetivos de planificación didácticos se deduce a la referencia a los objetivos de
etapa y de área. Haciéndose necesario establecer algunas consideraciones previas:
La naturaleza de los objetivos dependerá del enfoque que lo oriente.
Se diseñan de lo general a lo particular y se pasa de grandes intenciones a metas didácticas.
Los objetivos de etapa y de área están más cerca de los principios y fundamentos filosóficos
mientras que los didácticos o de aula están más orientados por los fundamentos psicológicos y
pedagógicos.
Lo anterior permite definir los objetivos de la planificación como aquellas metas didácticas
particulares orientadas por las características psicológicas y pedagógicas de los estudiantes a los
que se dirige y deben cumplir tres misiones fundamentales:
Son un medio para alcanzar otros objetivos de rango superior.
Sirven de guía a los contenidos y actividades de aprendizaje.
Proporcionan criterios para el control de las actividades.
Sugerencias para la redacción de objetivos de planificación. Redactarse de manera clara y concreta y
generalmente con el verbo en infinitivo.
4) CONTENIDOS
El manejo de los contenidos, dependiendo de la flexibilidad y la apertura de los currículos de las áreas
comprende las tareas siguientes:
Selección: se refiere a la elección, optando por desglosar la unidad en subunidades más pequeñas
seleccionando el número, la amplitud, la diversidad y la densidad de los contenidos de cada subunidad.
Secuenciación: se refiere a la formulación de los contenidos en función de la complejidad, profundidad,
significatividad y/o cualquier otro criterio que incida en el momento en que esos contenidos deban ser
impartidos.
Organización: se refiere a la relación entre los contenidos, la priorización o jerarquización en la red de
conceptos, así como a la presentación de los mismos. Se debe establecer los criterios por los que
seleccionar, secuenciar y organizar los contenidos. Los más importantes son los siguientes:
Conocimientos previos.
Entorno natural y social.
Nivel del estudiante.
Estructura lógica de la disciplina.
Necesidades cognoscitivas del alumnado.
Que formen parte de una estructura organizada.
Relevantes y funcionales
Recursos con los que se cuenta.
Intereses de los estudiantes.
Proceso de evolución de las ideas científicas
CONCLUSIONES.
Es relevante hacer alusión al momento histórico concreto en el que estamos inmersos ya que este
incide directamente en la planificación didáctica. Este momento se puede vivir como un momento de
incertidumbre o de oportunidad. La oportunidad reside en reflexionar sobre aciertos y errores de los
últimos años y afrontar una etapa distinta en la que aspectos como la atención a la diversidad, la
autonomía del profesorado o la planificación de contenidos más allá de los conceptuales, parecen no
tener vuelta atrás.
Comprender que el proceso de planificación didáctica es esencialmente personológico y por tanto
tiene un matiz personal y diferenciador. Por tanto a la hora de defender las planificaciones, por un lado
no se debe dejar nada de lo que se proponga sin explicar, por muy obvio que parezca y, por otro,
intentar lograr la máxima coherencia tratando de sustentar cada apartado en los anteriores.
La planificación didáctica debe mantener su lógica interna que va desde las intenciones hasta la
evaluación permitiendo la solidez y validez a la práctica.
La planificación didáctica es un proceso amplio y flexible que sirve a los docentes para mejorar su
práctica, al permitirles tomar decisiones anticipadas para el logro de los aprendizajes de los alumnos
de acuerdo a sus ritmos y estilos de aprendizaje. Para ello, es necesario realizar un registro que
permita comunicar el ¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuándo? y ¿Con qué? se espera lograr esos aprendizajes.
El diseño de la planificación didáctica se concreta en la vida cotidiana de la escuela; en el entramado de
relaciones entre estudiantes y maestros, por lo que requiere ajustes y valoraciones continuas, así
como un trabajo individual y colectivo entre los distintos actores que integran el cuerpo docente. De
ahí que más que la forma que adquiera el registro, importa cómo se seleccionan las actividades y los
recursos para movilizar los conocimientos, habilidades y actitudes de los alumnos. Importa cómo los
docentes indagan, enriquecen y elaboran esta tarea en conjunto, pues con ello se fortalece su
quehacer diario.
La planificación centra su utilidad en potenciar el aprendizaje de los estudiantes a través de la
construcción, o bien –selección de otros materiales curriculares– de las situaciones de aprendizaje
desafiantes que los conduzcan durante su trayecto por la educación, al desarrollo de los rasgos del
perfil de egreso, lo que permitirá a quienes accedan a ella, precisar la intencionalidad didáctica
propuesta, para contribuir al fortalecimiento de la práctica docente, orientándola hacia los propósitos
establecidos en el currículo prescripto.
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