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Bernardo Stamateas: El miedo a la vejez

¿Cuántos tenemos más de cuarenta? ¿Cuántos tenemos menos que cuarenta? ¿Cuántos
tienen más de treinta? La vejez tiene mala prensa en nuestra cultura pero Bernardo Stamateas
en esta nota nos ayuda a encontrar el enfoque justo con respecto a esta etapa de la vida.

Vejez para nuestra cultura actual es igual a soledad, a enfermedad, igual a muerte. Cuando
uno era chiquito nos decían, el viejo de la bolsa. No nos decían el joven de la bolsa, porque los
que tienen la bolsa, siempre eran los viejos. Es como en los cuentos, las brujas son las viejas
feas y malas, y las hadas son las jóvenes y las lindas. O sea, joven igual belleza, vejez igual
fealdad. En Brasil había una tribu en donde a los papás, cuando se enfermaban, el hijo tenía la
honra de agarrar un mazo y matarlo. Porque a todo hombre que no servía para la guerra, se lo
dejaba en mitad del camino, o los hijos lo mataban.
Básicamente, la crisis de la mitad de la vida tiene que ver con las mujeres, el gran miedo en las
mujeres es a perder la belleza, y el miedo de los hombres es a perder la potencia.
¿Cuándo te sentiste viejo por primera vez?, te acordás cuando fue eso, que se hayan sentido
viejos:
- Cuando te trataron de usted.
- Cuando le guiñaste el ojo a una rubia y ella te dio un pañuelo para que te saques la basurita
del ojo.
- Cuando los regalos de tu cumpleaños fueron cremas para las arrugas, pegamento para los
dientes postizos, tintura  para el pelo y bastón de madera importada.
- Cuando te dijeron un piropo y ahí levantaste un monumento conmemorativo.
- Cuando miraste los jean de tus hijas y dijiste: ¿cómo pudo ser que yo, alguna vez, entraba en
ese pantalón?
- Cuando le contaste a todo el mundo que fuiste al gimnasio.
- Cuando hay más remedios en la mesita de luz.
- Cuando cuidar tu jardín, es la parte más importante de toda tu vida.
¿Por qué lloran las mujeres? el noventa y nueve por ciento de las mujeres lloran por un varón.

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Bernardo Stamateas: El miedo a la vejez

¿Por qué lloran los varones? el noventa y nueve por ciento, porque se les rompió el coche.
Hay varios mitos.
Primer mito y vamos a cancelarlo. Perder la juventud es perder todo, falso. Si perdés la
juventud es lo más maravilloso, Te dicen: ¿qué te queda en la vejez? nada.
Pero preguntate a vos misma: ¿En qué etapa de la vida tuvimos todo?, en ninguna.
Uno dice, en la vejez uno no tiene todas las cosas, pero ¿en qué etapa las tuvimos todas?, en
ninguna.
¿En qué etapa fuimos ciento por ciento feliz?, en ninguna.

Uno mira para atrás, idealiza a los jóvenes, pero ¿te acordás cuando eras adolescente? te
salieron los granos, el pelo, que  te enamorabas, que  no te daban bolilla, el sufrimiento que
tuvimos en nuestra adolescencia, pensamos que perder la juventud es perder todo, y la vejez
no es el fin de la vida, porque el fin de la vida es la muerte, no la vejez, la vejez es una etapa, y
el problema está en que nunca voy a anclar en ninguna etapa de mi pasado.

Hay personas que recuerdan su infancia, porque dejaron el ancla emocional ahí, hay personas
que recuerdan la adolescencia, la juventud, porque dejaron el ancla ahí. Tenés que levantar el
ancla esta noche, porque la vida continúa, ninguna etapa es más linda que otra, todas las
etapas de la vida tienen su encanto, aunque parezca mentira, y tenemos que descubrir dónde
está ese encanto y disfrutar esa etapa en la que nos encontramos. Cada año es un trofeo y una
medalla más, que se cuelga en nuestro pecho. ¿Cuántos tienen muchos trofeos?

Otro mito es que :la vida comienza a los cuarenta. Decí: falso. ¿Cuándo empieza la vida?
cuando nosotros queremos que empiece, hay gente que se murió antes de morirse, hay gente
que todavía no empezó a vivir, porque la vida no empieza a los cuarenta o cincuenta, empieza
cuando uno dice: empezó, cuando uno organiza proyectos. Cuando uno cumple cuarenta y se
enferma, piensa que ya se va a morir, porque pensamos tengo cuarenta, mañana soy viejo,
pasado estoy muerto, así en ese sentido. Pensamos que la vida comienza a los cuarenta
porque siempre miramos para atrás:
- Cuando tenemos treinta miramos al de veinte y decimos ¡qué joven es el de veinte!,
- Cuando tenemos cincuenta miramos al de cuarenta y decimos ¡qué pibe es el de cuarenta!
- Cuando tenemos sesenta miramos al de cincuenta y decimos ¡qué pibe es el de cincuenta!
- Cuando tenemos ochenta miramos y decimos ¡mira estos jóvenes de sesenta años, qué bien,
qué jóvenes, cómo me gustaría ser así!

Y nosotros no tenemos que mirar para atrás, tenemos que mirar para adelante. Viejo es el que
tiene veinte años más que yo.

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Un chiste dice que la vida se empieza corriendo y se termina caminando, porque Dios nos
arranca con fuerzas en la infancia y terminamos la vida caminando, porque Dios nos quiere
enseñar a disfrutar del paisaje, lo importante no es correr o caminar, lo importante es estar en
carrera, lo importante es hacer lo que tenemos que hacer.

Yo no me voy a echar a dormir, yo no voy a frenar los sueños que tengo, yo voy a seguir
adelante. Tenemos que saber que la vida no empieza a los cuarenta, empieza cuando
decidimos que empieza, y hoy vamos a decidir que la vida empieza con todo su esplendor,
poder y gloria y gracia para todo lo que vamos a cumplir.

Tercer mito: la vejez te pone feo. Hasta los treinta años, la cara que uno tiene no es
responsabilidad propia, pero después de los treinta sí. Todas las emociones después de los
treinta van a parar a la cara.Ya salió un libro de Goleman que habla sobre la cara. Él hizo una
investigación de la cara y descubrió que todo resentimiento, bronca, va a la cara después de
los cuarenta, uno ya es responsable de la cara que tiene. Pero cuando uno mira a la gente
joven, también ve gente fea, porque vejez no es sinónimo de fealdad, porque hay gente joven
que tiene tanto dolor, tanta bronca acumulada, que lo ha juntado a pesar de que tenga pocos
años de vida.

Tipos de viejos que existen


Las mujeres: la sufridora crónica. La vieja sufridora. Le dicen ¿cómo estás? y te sacan  su lista
de desgracias, les encanta tener cara de lástima, es todo dolor, se quejan por las lágrimas que
uno derrama en la vida y está la vieja que sufre, sufre y sufre, la conocés bien, porque ellas
dicen que tienen la carga del dolor de toda la familia y sufren, tienen su lista de desgracias y
ante cualquier dolor dicen, sí papá, ya voy allá, el padre me está llamando.

Está la chismosa controladora. Aman los chismes sexuales. Son esas viejas que buscan a ver
de que chisme se enteran, dicen por ejemplo, yo me enteré que Darío, se acostó con una tal
Viviana, que los de mundoeva parece que tal otra cosa, y así van desparramando chismes
contra todos. Es muy malo eso, son esas mujeres que son muy reprimidas y les encanta el
chusmerío, van averiguando y hablan y cuanto más sexual mejor, dicen por ejemplo, me enteré
que Bernardo se acuesta con una de Utilísima, lo que no se enteró la vieja, que Alejandra está
en Utilísima, pero ya no importa, eso es un detalle. Son personas a las que les gusta controlar,
controlan al hijo, controlan a la nuera, al yerno, a todos, controlan, son malas ¿cuántos
conocen a estas personas?

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¿Qué nos pasa a los hombres? a los hombres después de los cuarenta nos baja la
testosterona, la hormona masculina, por eso muchos varones, a medida que pasan las edades,
tenemos como gestos, como que se nos va la voz, entonces qué nos pasa, cuando nos baja
esta hormona, nos agarra insomnio, vos te despertás a las tres de la mañana, no sabés porqué
y empezás con las pantuflas, caminás al baño, a mi me pasó y a ti te pasará. Cuatro de la
mañana, fui al baño, no sabia qué hacer, le digo a Ale, estás durmiendo, sí, ¿querés que
charlemos? ¿A cuántos les pasó esto?
Nos pasa cuando nos baja la testosterona, estamos siempre cansados y se lo decimos a todo
el mundo, estoy muy cansado, y cuando ella toma la iniciativa, ¡no! estoy muy cansado, me 
pasó también, hoy es una noche de sanidad interior para mí. Me dijo Alejandra: ¿tenés ganas
de que vayamos a Starburks? ¿querés que nos tomemos un café? no, son las diez de la
noche, es tarde, estoy cansado.
Y después nos enfermamos y nos quejamos de la pavada más chiquita, por ejemplo me duele
el oído, tráeme un te.

Hay varios tipos de viejo


Primer lugar, el conquistador seductor, le agarra el viejazo, se hace el pibe, tiene una de
cuarenta, la cambia por dos de veinte, tiene una de sesenta, tres de veinte, y así
sucesivamente la cuenta, la persona, como niega que perdió la juventud, y no puede aceptarlo,
necesita buscar pibas jóvenes para seducirlas, porque cree que les va a venir por ósmosis la
fortaleza, entonces se ponen a hacer plata para pescar a alguna chica, alguna que necesita el
papá, o la plata y algunos hombres usan anteojos tipo Mister Magu y dicen, nadie se va a dar
cuenta.
Otros viejos, por falta de testosterona y no aceptar la pérdida de la potencia, se vuelven
tacaños, amarretes, son tacaños, algunos viejos porque perdieron años, perdieron pelo,
perdieron dientes, y dicen plata no voy a perder, ya perdí de todo.

El  hombre conquistador es tacaño, mandón. Viejo cascarrabias, esos son los más
insoportables. Viejo mandón. Se creen que son artistas, tocala de nuevo Darío, se creen que
están en la Casa Blanca, no se visten, se enfundan para disparar, buscan el momento para
amargarle la vida a su compañera, cuando están en una fiesta, en el mejor momento, le dice a
la esposa, vamos, nos tenemos que ir. Le dice, no comas más que estás engordando, tiene
sexo cuando él quiere, tiene actitudes despóticas, son cascarrabias amargados.

Como vencer el miedo a la vez y ser siempre vigente:

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Primero: Ser despertado a nuevos proyectos extraordinarios, porque si estoy con vida todavía
tengo mucho para hacer. Tenés que hacer una casa más grande que la que hoy has hecho,
lograr un sueño más grande que todo lo que has hecho, porque tenés que despertar y el
despertar es para hacer cosas grandes para vos y para los demas. No importa mi edad, sino
hacia donde voy. Mi personalidad no se destruye, con el tiempo se pule ¿A cuántos nos pasó
que nos costó despertarnos una mañana?
¿A cuántos nos pasó que teníamos que ir a jugar al fútbol y ni dormimos? estamos esperando
la hora. La otra vez mi hija iba a ir a una clase de canto, y estaba despierta desde las cinco de
la mañana, porque la esperaba una buena noticia.

No tengo que hacerme el actor, ni la vieja mandona, ni el viejo cascarrabias, yo tengo sueños
grandes dentro de mi, y cuando esos sueños se me hicieron conscientes me desperté a las
ganas de vivir.
Leí que los osos, cuando tienen una osita, y ésta o el osito, ya van a ser maduros, la mamá osa
lo sube a un árbol, y el osito sube fácil, cuando están bien arriba la mamá osa se queda quieta,
porque cuando el osito baja, se convirtió en adulto, pero he aquí  que el osito no quiere bajar, y
la mamá le ruge. Miren la naturaleza que Dios hizo, que sabia, el osito dice, o me bajo, o me
come, y se baja, detrás se  baja la mamá contenta, ya no tiene un osito bebe, ya tiene un oso
hecho y derecho.

Necesitas un rugido que te despierte, porque ya es hora de crecer, de que vuelvas a tomar los
sueños grandes porque los sueños no caducan, no tienen fecha de vencimiento.

Segundo: Siempre habrá recursos y revanchas.

Tercero: voy a pelear por lo mío. Pelea por tu familia. Pelea por tu milagro. Tenés que pelear
por lo tuyo.

Licenciado Bernardo Stamateas


Mail de Bernardo Stamateas: bernardoresponde@gmail.com
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