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Tema:

ANÁLISIS DE LOS CONTRATOS ADMINISTRATIVOS DE INVERSIÓN

Que como parte del curso:

Arbitraje

Presentan las alumnas:

ANTONELLA VANESSA NUÑEZ CARDENAS

ANDREA PÉREZ RAYMONDI

JUNIO, 2018
ÍNDICE

1. Introducción

2. El Estado y el Arbitraje

2.1. Los limites privados del Poder Público

3. El Arbitraje del Estado

3.1. La inmunidad soberana

3.2. La teoria de los actos del Estado

3.3. El arbitraje de los contratos administrativos de inversion

4. El convenio CIADI

4.1. Condiciones para acceder al CIADI

4.2 Apropósito del concepto “inversión”

4.3 Carácter voluntario del CIADI derecho procesal de tutela cautelar

4.3.1 El arbitraje sin convenio - (BITs)

4.3.2 El arbitraje sin convenio - (Ley Interna)

5. Conclusiones

6. Bibliografía

3
1. Introducción

“La prefación es aquel rato del libro en que el autor


es menos autor. Es ya casi un leyente y goza de
los derechos de tal: alejamiento, sorna y elogio. La
prefación está en la entrada del libro, pero su
tiempo es de posdata…”

Jorge Luis Borges (Inquisiciones)

La idea que con maestría expone el autor en el epígrafe citado refleja con fidelidad la
sensación de apartarse por un momento de la investigación realizada e invitar al lector
a participar de la aventura que toda investigación supone.

En efecto, cuando elegimos el tema de los Contratos Administrativos de Inversión no


sabíamos aún, tratándose de un área tan vasta y con no pocas complejidades, qué
aspecto abordaríamos, la tarea se tornaba aún más ardua para quien se encuentra en
sus primeros años de la carrera de Derecho, la doctrina ha sido, sin embargo; de lo más
estimulante.

Revisamos diversos artículos, diversos enfoques y diversos marcos legales, finalmente


hallamos en “El arbitraje sin convenio arbitral” un tema sumamente fértil para la
investigación ya que su regulación implica establecer límites al derecho administrativo.
Anticipamos al lector que desde nuestra posición entendemos que un arbitraje sin un
convenio arbitral es perfectamente válido.

Descubrimos también que el Derecho es claramente un sistema en el cual sus distintas


vertientes se hayan comunicadas entre sí, hemos tratado, sin embargo; de enfocar el
tema dentro de los parámetros del área elegida. La estructura de la investigación incluye
una referencia a fuentes directas como diversos BITs celebrados por el Perú, Ley de
Contrataciones con el Estado y su Reglamento, Convenio CIADI, Reglamento y Reglas
entre otras. Al mismo tiempo hemos prestado particular atención a fuentes indirectas
como la doctrina de juristas especializados en el ámbito del Derecho Administrativo y el
Arbitraje como el Dr. Alfredo Bullard, Fernando Cantuarias Salaverry, Ana María Arrarte,
entre otros.

Todo esto nos ha servido de soporte para el tema a analizar, paralelamente hemos
prestado particular atención a la forma en cómo la legislación en sus distintas áreas del
derecho regula de distintas maneras y con distintos instrumentos, como Tratados,
Decretos, Actos administrativos, Leyes, etc. los Contratos administrativos de Inversión.

4
Nos queda claro que el asunto no está finalmente resuelto, creemos que corresponderá
al órgano legislativo resolver las controversias e ir afinando y armonizando criterios, a
fin de proveer al sistema de un nivel adecuado de predictibilidad.

2. El Estado y el arbitraje

Una reflexión preliminar que debemos atender es que en nuestro ordenamiento jurídico
se ha establecido con carácter obligatorio que las controversias de la ejecución de
obras públicas deben realizarse por medio del arbitraje, excluyendo a los órganos
jurisdiccionales -como el Poder Judicial- del conocimiento de estas controversias. En
este contexto nos encontramos con un roce de entre la naturaleza del arbitraje y el
derecho administrativo, puesto que el arbitraje se caracteriza esencialmente por su
naturaleza “siu generis”, al provenir de la voluntad de las partes someter sus
controversias a arbitraje; mientras que el derecho administrativo tiene como esencia el
poder soberano o ius imperium del Estado.

De esta manera, encontramos que detrás de la solución de controversias, derivadas


de la ejecución de obras públicas, se encuentra la realización de un interés
eminentemente público, a resolverse en un arbitraje con carácter privado y particular.
En palabras del jurista Alfredo Bullard: “El encuentro aparece entonces como uno
“contra natura” en el que las cosas son puras al revés y la soberanía del Estado y sus
potestades públicas, quedan sometidas a un sistema privado de solución de
controversias. Entramos así a un mundo en el que lo público queda sometido a lo
privado (…)”1. (Énfasis nuestro).

Esto ha llevado a algunos juristas a decir que el derecho administrativo se ha


“contractualizado”, al existir una vinculación del Estado cada vez mayor con las
empresas e individuos. Sin embargo, debemos señalar que el Estado no solo participa
en la economía de manera directa por medio de la celebración de contratos, sino que
busca fomentar que la contratación con terceros, particulares o no, sea la más eficiente.
Por este motivo es necesario crear un ambiente de confianza para que quieran
vincularse con el Estado, ya sea invirtiendo, abasteciendo bienes y servicios, o
implementando infraestructura.

En ese sentido, la doctora Ana María Errarte Señala: “Uno de los aspectos centrales
para ello, es asegurarles que de surgir conflictos en sus relaciones jurídicas y
económicas, éstos serán solucionados de manera: imparcial, pronta, adecuada, y que

1Bullard, Alfredo. Enemigos Íntimos, El arbitraje y los Contratos Administrativos. Revista Peruana
de Arbitraje.

5
lo que se resuelva, será respetado y cumplido, incluso por él2”. Ello nos deja con una
reflexión, pues si el Estado opta por otorgarle al arbitraje la facultad de resolver
controversias provenientes de contrataciones públicas, admitiendo que este constituye
un mecanismo más confiable que el jurisdiccional, el arbitraje debe realizarse de la
manera más transparente e imparcial posible.

2.1. Los límites privados del Poder Público

Naturalmente, se ha percibido al derecho administrativo como un mecanismo público


que poner límites a la acción privada, por el poder soberano que ostenta el Estado
para tutelar los excesos de los intereses particulares. Bajo esta premisa, diremos que
la propiedad privada debe ceder ante la facultad del estado de expropiar predios
cuando sea de la realización una obra pública. Sin embargo, debemos señalar que
estos casos son excepcionales, y requieren requisitos particulares que imponen límites
a la acción estatal. Nos referimos a los derechos fundamentales, como el derecho de
propiedad, libertad de comercio o libre contratación, los cuales en una ponderación de
derechos priman sobre el poder soberano del Estado.

No obstante, nos encontramos ante otra dificultad entre ambas ramas del derecho
cuando el Estado interactúa contractualmente con los particulares, pues el Estado al
estar revestido de un manto privado y público, puede hacer uso de estas en cualquier
situación a su discreción. Así, nos encontramos ante múltiples casos en los cuales el
Estado puede concesionar un servicio para que un particular lo explote, y
posteriormente intentar expropiarlo.

Ante casos como los planteados anteriormente, es que surgen los convenios de
estabilidad jurídica, donde el Estado renuncia a ejercer el ius imperium, dando una
garantía a los contratantes de que mientras esté vigente la relación contractual, las
reglas al momento de la celebración del contrato no cambiarán.

3. El arbitraje del Estado

Como se ha mencionado en los párrafos precedentes, el Estado tiene la facultad


expresa de someter a arbitraje las controversias que surjan de la relación contractual

2Arrarte, Ana María. Apuntes sobre el arbitraje administrativo y la materia arbitrable respecto de
adicionales de obra. Revista Peruana de Arbitraje. Pág 141.

6
a tribunales constituidos en virtud de tratados en vigor3. Para que esto sea posible, es
indispensable que en los contratos que celebre el Estado, se incluya una cláusula o
convenio arbitral que materialice la voluntad de las partes a someterse a este medio
de resolución de controversias.

De esta manera lo prescribe el Artículo 45 inciso 1 de la Ley de Contrataciones con el


Estado: “Las controversias que surgen entre las partes sobre la ejecución,
interpretación, resolución, inexistencia, ineficacia o invalidez del contrato se resuelven
mediante conciliación o arbitraje, según el acuerdo de las partes. Las controversias
sobre la nulidad del contrato solo pueden ser sometidas a arbitraje”. Es importante
mencionar que como consecuencia de ello, este medio alternativo de solución de
controversias es un medio frecuentemente utilizado por el Estado para solucionar
conflictos, ante la necesidad de tener un mecanismo confiable e independiente, libres
del monopolio estatal de jurídica.

Asimismo, se vuelve una consecuencia natural que los mecanismos privados


comiencen a encargarse de las cuestiones publica. Encontrándonos ante el fenómeno
de la desestatización de la justicia en las relaciones entre los particulares y el estado.
Durante los últimos años hemos podido observar cómo este fenómeno se ha
enraizado en la administración de justicia estatal.

De esta manera, podemos tener un resultado en el cual el Estado se somete a


tribunales privados, aun cuando no existirá un convenio arbitral. Para entender este
fenómeno es necesario tener en claro los aspectos de la inmunidad soberana y la
teoría de los actos del Estado, que se desarrollaran a continuación.

3.1. La inmunidad soberana

En palabras de Dr. Bullard, la inmunidad soberana es de naturaleza subjetiva, es decir,


está vinculada al sujeto estatal que invoca tal calidad para impedir el sometimiento de
una controversia a un tribunal extranjero o a un tribunal arbitral, sea para que esta sea
resuelta o para que la decisión a la que se ha arribado sea ejecutada de manera
efectiva. Todo ello debido a que la indemnidad que confiere el derecho internacional

3 Art. 63 de la Constitución: “(...) El Estado y las demás personas de derecho público pueden
someter las controversias derivadas de relación contractual a tribunales constituidos en virtud de
tratados en vigor. Pueden también someterlas a arbitraje nacional o internacional, en la forma en
que lo disponga la ley”.

7
tiene su origen en el principio de igualdad soberana, el cual confiere a los países,
igualdad el ejercicio de su soberanía en su territorio y las personas que se encuentren
en él.

A su vez, podemos entenderla como inmunidad de jurisdicción, en la cual una Corte


distinta a la Corte del Estado mismo puede conocer de una controversia que involucre
a este último; o como inmunidad de ejecución, que implica que una decisión adoptada
por una Corte no puede ser ejecutada contra un Estado por una Corte de un Estado
distinto.

3.2. La teoría de los actos del Estado

A diferencia de la inmunidad soberana, la teoría del acto de Estado se relaciona con


la naturaleza objetiva del tema a sujetarse al Poder Judicial o al arbitraje. Se evalúan
las funciones que el Estado puede desarrollar, pues algunas no pueden ser delegadas
o son esencialmente estatales, como las facultades regulatorias, la potestad tributaria
o el manejo cambiario y monetario. En estos casos, donde el Estado realiza actos de
poder soberano, se impide el sometimiento a los tribunales arbitrales.

Es preciso señalar que nos podemos encontrar ante casos en los cuales sea difícil
distinguir cuando el Estado puede ser parte de las controversias. En ese sentido,
debemos evaluar si el Estado es parte de la relación y, por tanto, si del arbitraje se
concluye que sus actos, sin importar su naturaleza, estarán sujetos a la decisión de
los árbitros, siempre y cuándo guarden relación con sus obligaciones contractuales.

3.3. El arbitraje de los contratos administrativos de inversión

Como hemos podido apreciar a lo largo de este ensayo, existe cierto grado de
complejidad cuando nos referimos a la arbitrabilidad de los contratos administrativos,
sin embargo, la discusión se torna más compleja cuando nos referimos a los contratos
administrativos de inversiones. Abordaremos en particular dos supuestos en los que
la complejidad se hace más evidente.

En primer lugar, cuando nos encontramos ante inversiones que requieren de garantías
estatales con el uso del poder de ius imperium, como los regímenes tributarios o
cambiarios, ya mencionados en los párrafos precedentes. En segundo lugar, cuando
se compromete la entrega de facultades que se consideran de manera originaria como

8
estatales, como los contratos de concesión de servicios públicos, en el cual el particular
es quien presta el servicio que de manera originaria debería realizarla el Estado.

En estos casos, nos encontramos ante facultades que son asumidas de manera
inherente por el estado, motivo por el cual existe una mayor resistencia a la
abritrabilidad, lo cual se agrava con la existencia de una cláusula relativamente común
en las leyes de arbitraje respecto a la no arbitrabilidad de asuntos vinculados con las
facultades inherentes del Estado4. En vista de ello, son los estados, quienes mediante
tratados internacionales que ofrecen un mayor grado predictibilidad, a diferencia de las
leyes internas, han dado seguridad a los inversionistas mediante el desarrollo de
esquemas legales que los favorezcan.

4. El convenio CIADI

5
El convenio CIADI, celebrado en Washington , tiene como finalidad la
institucionalización del arbitraje, enmarcándolo como un mecanismo efectivo de
solución de controversias en materias de inversión y otorga a los inversionistas
foráneos acceso mediante el consentimiento de las partes a someterse a ese foro. De
esta manera, el Convenio posibilita al inversionista, frente a actos de supuesta
soberanía (actos de ius gestionis que se disfrazan de actos ius imperium), a someter
a arbitraje los actos arbitrarios del Estado que lo liberan del cumplimiento de las
obligaciones celebradas por contrato de inversión.

Un arbitraje que se somete al CIADI se "desarrolla solo bajo sus propias normas, sin
la intervención de la legislación arbitral y del poder judicial del lugar donde físicamente
se lleve a cabo el proceso, como cualquier otro estado6". En, este sentido, el CIADI
cuenta con independencia de los sistemas nacionales y con un desapego de sus
controles jurisdiccionales, esta característica se debe a que no nace de una delegación
de poderes departe del Estado a una entidad de solución de controversias ajena a la
judicial, sino que nace de la voluntad de las partes, pues el Estado en base a su
soberanía y actuando como privado decide someterse a un sistema de solución de
controversias diferente al nacional.

4
Enemigos Intimos. Pag. 194.
5 Convención sobre Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones entre Estados y Nacionales e otros Estados
miembros del Banco Mundial. Fue ratificada por el Peru el 9 de agsoto de 1993.
6 Bullard, Alfredo. Revista Peruana de Arbitraje. Pag 123

9
La jurisdicción del CIADI se encuentra afecta, también por las condiciones del
instrumento mediante el cual las partes deciden someter determinadas controversias
al arbitraje internacional. Por lo general, las partes pueden sumergirse dentro de la
aplicación del convenio de Washington mediante clausulas especificas de
sometimiento dentro de Tratados Bilaterales de Protección Reciproca de Inversiones
(bits7) o por medio de una clausula de convenio arbitral del inversionista (esta puede
encontrarse dentro del contrato como puede ser accesoria)8.

La Jurisdicción del CIADI, según el informe 22 del Informe de los directores ejecutivos,
se entiende como:

"22. El término "jurisdicción del Centro" se usa en el convenio como una expresión
adecuada para indicar los límites dentro de los cuales se aplicarán las disposiciones
del convenio y se facilitarán los servicios del Centro para procedimientos de
conciliación y arbitraje. La jurisdicción del Centro es tratada en el Capítulo II del
convenio (Artículos 25 al 27)9."

Por ello, para que el Tribunal cumpla con lo conferido por las partes, debe ceñirse a
los requisitos establecidos en el artículo 25, porque de estos nace el poder que se les
ha conferido. Cumpliendo con los mismos, se podrá afirmar que el Tribunal CIADI tiene
jurisdicción.

4.1 Condiciones para acceder al CIADI

Para lograr acceder a un arbitraje ante el CIADI se debe cumplir con los requisitos
establecidos en el articulo 25. inc. 1 de la Convención:

i) Requisito rationi personae.- que el Estado receptor donde se ubica la inversión


y el Estado al que le corresponde la nacionalidad del inversionista hayan
ratificado la Convencion del CIADI.

ii) Requisito rationi voluntatis.- que las partes hayan expresado su consentimiento
al CIADI

7 El bits por su siglas en ingles "Bilateral Investment Treaties"


8 Para efectos del presente trabajo, tomaremos en cuenta otras fuentes como el sometimiento al
CIADI mediante norma de Derecho Interno del Estado receptor de la inversión, esto será revisado
mas adelante.
9 http://icsidfiles.worldbank.org/ICSID/ICSID/StaticFiles/basicdoc-spa/partB-section05.htm

10
iii) Requisito rationi materiae.- que nos encontremos ante un conflicto de relevancia
jurídica entre inversionista y Estado que provenga de una inversión.

iv) Requisito formal: debe constar por escrito el acuerdo.

4.2 Apropósito del concepto “inversión”

Al no desarrollar en el convenio de Washington una definición al concepto “inversión”,


ha generado que arbitraje CIADI se vea en la obligación de interpretar el término a fin
de disponer una correcta aplicación del requisito de rationi materiae.

En la doctrina no ha sido un término fácil de definir, no hemos encontrado doctrina


pacifica respecto a la conceptualización especifica del termino inversión. Sin embargo,
la doctrina mayoritaria define que existen dos tipos de definición, aquella que regula la
inversión en sentido amplio 10 (con una definición por extensión, también podemos
encontrar frases como “cualquier tipo de activo o cualquier tipo de interés económico”)
y una definición en sentido estricto o limitada11 (basada en una lista cerrada, también
podemos encontrar frases como “de acuerdo con las leyes del Estado receptor”).

4.3 Carácter voluntario del CIADI

El CIADI es siempre voluntario para el estado, como sabemos la característica básica


de los términos generales del arbitraje12 es el resultado del acuerdo de voluntades de
las partes quienes deciden cual será el mecanismo para la resolución de sus
controversias a través de un convenio arbitral. En los arbitrajes en materia de Inversión
no existe ninguna diferencia, por ello el CIADI ha dejado visible su posición respecto
de este tema, señalando con reiteración en sus laudos que son las partes quienes a
través de su consentimiento deciden resolver sus controversias en el CIADI.

Como hemos mencionado, para que las controversias entre Estados y nacionales de
otros Estados en materia de inversión puedan someter su Arbitraje al CIADI debe de

10 http://investmentpolicyhub.unctad.org/Upload/Documents/inversi%C3%B3n%20%5BCompatib

ility%20Mode%5D.pdf

11Ídem
12A diferencia de la ley de contrataciones con el Estado que obliga a que los contratos con el
estado siempre sean Arbitrables, sin distinción de cuantia.

11
existir común voluntad de las partes. Esto quiere decir, que no bastara con la
ratificación del Tratado, sino que se requiere de un acuerdo posterior, como hemos
mencionado con anterioridad este acuerdo de voluntades se puede realizar mediante
convenio arbitral con el inversionista o por medio de un BIT suscrito entre dos países
miembros.

El consentimiento no significa que las partes se someten indefinidamente o


permanentemente al CIADI como corte de arbitraje, sino que las partes se someten a
tribunales ad hoc que se constituyen de común acuerdo entre las partes para llegar a
una solución respecto a algún conflicto o controversia específica.

4.3.1 El arbitraje sin convenio - (BITs)

Como hemos anticipado al lector, pueden existir arbitrajes llevado al CIADI sin
necesidad de un convenio arbitral, esto se puede desarrollar por la legislación interna,
los BITS o los Tratados Multilaterales. Estando a ello, el Dr. Bullard Alfredo señala que
“debe quedar claro que no todos los BITs contienen cláusulas de ese tipo. Sin embargo,
es común encontrar un marco que autoriza a suscribir convenios arbitrales, sin que el
simple hecho de ser nacional de un Estado autorice solicitar un arbitraje con el otro
Estado13”.

Los arbitrajes sin convenio ha llevado a que algunos autores afirmen que no existe un
real acuerdo entre las partes y que por lo tanto, ante la inexistencia de un acuerdo no
podría someterse el arbitraje a la CIADI e incluso podría ser resuelto por el poder
judicial ante la nulidad del convenio por contener un vicio de la voluntad.

Según el Dr. Sanchez Bravo “los acuerdos más recientes de protección de las
inversiones tiene como elemento común el compromiso del Estado receptor de la
inversión de aceptar someter al CIADI toda diferencia que opondría a un nacional del
otro Estado contratante. (…) este compromiso da al arbitraje otra dimensión,
distinguiéndolo del arbitraje convencional. Estamos frente a lo que la doctrina ha
venido calificando como arbitraje unilateral14”. Al respecto, el mismo autor se cuestiona
si nos encontramos ante un arbitraje suscrito de forma anticipada basado solo en el
comportamiento de una de ellas (el Estado) y referido a colocar una clausula CIADI en

13 Bullard, Alfredo. Enemigos Íntimos, El arbitraje y los Contratos Administrativos. Revista


Peruana de Arbitraje. Pag. 211
14 Sánchez, Guillermo. El arbitraje internacional CIADI y la protección de las inversiones. Nuevas

tendencias y alcances de los BITs. Revista Peruana de Arbitraje. Pag 331.

12
todo contrato en los que llegue a formar parte con un nacional del Estado con el que
se firma el BIT; o si por el contrario nos encontramos en un compromiso directo del
Estado de someterse al arbitraje CIADI si lo opone un nacional de un Estado con el
que firma un Bit, porque de ser entendida la última opción nos encontraríamos ante un
arbitraje sin acuerdo específico, independientemente de todo vínculo contractual entre
las partes de dicha Litis.

Consideramos que un arbitraje de inversiones, con relación a la fuente rationi voluntatis,


reúne las mismas características del arbitraje nacional y el Estado lo que realiza en los
BITs que regulan una cláusula de sometimiento al CIADI es una oferta unilateral que
lleva consigo que las inversiones que se realicen en cumplimiento de los requisitos
establecidos en dicho Tratado, puedan someterse al arbitraje CIADI. Asimismo, el
inversionista consiente al aceptar la oferta más tarde, ya sea por escrito ante el Estado,
o en cualquier momento mediante la presentación de una solicitud de arbitraje,
perfeccionando de esta manera un acuerdo arbitral CIADI.

Otro punto a destacar, es que el Convenio “no exige ninguna fórmula rituaria, solemne
y única para el otorgamiento de ese consentimiento15”. Es más, “tampoco exige que el
consentimiento de ambas partes se haga constar en un mismo instrumento16”. En este
sentido, no puede entenderse que por el hecho de que las partes no firmen el
documento de manera instantánea este acuerdo no sea válido, pues el documento
puede perfeccionarse de manera sucesiva, primero el estado mediante su oferta que
consta por escrito en el BIT y posteriormente el del inversor extranjero del Estado parte
del BIT.

Ahora, ¿qué podríamos hacer si nos encontramos ante un Bit que no nunca fue
ratificado? Esta situación particular sucedió con el caso “Československa
obchodníbanka, a.s17. vs. República Eslovaca, el Acuerdo de Consolidación firmado
entre las partes, preveía en su art. 7 que el mismo “deberá estar regido por el Derecho
de la República Checa y el Tratado sobre Promoción y Mutua Protección de
Inversiones entre la República Checa y la República Eslovaca del 23 de noviembre de
1992”.

El BIT en referencia nunca entró en vigor, por lo cual el tribunal arbitral tuvo que pasar
a considerar si la referencia a un BIT, realizada en un contrato, que no está en vigor

15 Claros, Pedro. El sistema arbitral del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas
a Inversiones (CIADI)
16 Idem
17 Banco Checoslovaco

13
en el plano internacional, constituye y equivale a la prestación del consentimiento
requerido por el Convenio de Washington. El Tribunal al efecto consideró:

(…) la eliminación de la frase (después de su ratificación) puede juzgarse como


indicativo bien de que las partes estaban convencidas de que el BIT ya estaba en vigor
(…) o, lo que es más probable, de que ellos deseaban que la referencia al BIT fuera
una expresión válida del consentimiento para los fines de su contrato, incluyendo la
provisión para el arreglo de disputas, independientemente de que el TBI entrara en
vigor en el plano internacional (destacado nuestro)18.

De esta manera a juicio del Tribunal el consentimiento puede ser otorgado en un


contrato mediante la incorporación de las disposiciones de un BIT por referencia,
aunque el tratado no esté vigente en el plano internacional y, asumió además que lo
que prima es la voluntad de las partes. Por ello, las partes al colocar el BIT en su
contrato siempre tuvieron la intención de incorporar sus disposiciones al mismo, con
la finalidad de hacer del arbitraje internacional el método elegido para el arreglo de
disputas.

4.3.2 El arbitraje sin convenio - (Ley Interna)

Los arbitrajes sin convenio arbitral también pueden tener como fuente una Ley Interna,
aquí nos encontraríamos con una problemática adicional, esto debido a que la mayoría
son dictados por actos legislativos, por lo cual (como hemos señalado al inicio del
presente trabajo) el Estado podría dejar sin efecto la oferta solo con la modificación de
la legislación vigente. Sin embargo, como la doctrina a interpretado esta situacion se
igual manera que el CIADI, dejando claro que “el inversionista, al hacerse la inversión,
conocio la oferta y el Estado queda vinculado a ella asi la legislación sea modificada
antes del inicio del conflicto”.

18Československa obchodní banka, a.s. vs. República Eslovaca (Caso CIADI nro. ARB/97/4),
decisión
sobre jurisdicción del 24/05/1999. Véase texto en ICSID Review-Foreign Investment Law Journal,
n°14,
1999.

14
5. Conclusiones

 El Estado no solo participa en la economía de manera directa por medio de la


celebración de contratos, sino que busca fomentar que la contratación con
terceros, particulares o no, sea la más eficiente.

 Nos encontramos con una reflexión, pues si el Estado opta por otorgarle al
arbitraje la facultad de resolver controversias provenientes de contrataciones
públicas, admitiendo que este constituye un mecanismo más confiable que el
jurisdiccional, el arbitraje debe realizarse de la manera más transparente e
imparcial posible.

 No obstante, nos encontramos ante otra dificultad entre ambas ramas del
derecho cuando el Estado interactúa contractualmente con los particulares, pues
el Estado al estar revestido de un manto privado y público, puede hacer uso de
estas en cualquier situación a su discreción.

 Un arbitraje de inversiones, con relación a la fuente rationi voluntatis, reúne las


mismas características del arbitraje nacional y el Estado lo que realiza en los
BITs que regulan una cláusula de sometimiento al CIADI es una oferta unilateral
que lleva consigo que las inversiones que se realicen en cumplimiento de los
requisitos establecidos en dicho Tratado, puedan someterse al arbitraje CIADI.

 El inversionista consiente al aceptar la oferta más tarde, ya sea por escrito ante
el Estado, o en cualquier momento mediante la presentación de una solicitud de
arbitraje, perfeccionando de esta manera un acuerdo arbitral CIADI.

 El Convenio no exige ninguna fórmula rituaria, solemne y única para el


otorgamiento de ese consentimiento.

 El convenio tampoco exige que el consentimiento de ambas partes se haga


constar en un mismo instrumento.

15
6. Bibliografía

 Claros, Pedro. El sistema arbitral del Centro Internacional de Arreglo de


Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI)

 Bullard, Alfredo. Enemigos Íntimos, El arbitraje y los Contratos Administrativos.


Revista Peruana de Arbitraje. Pag. 211

 Sánchez, Guillermo. El arbitraje internacional CIADI y la protección de las


inversiones. Nuevas tendencias y alcances de los BITs. Revista Peruana de
Arbitraje. Pag 331.

 A diferencia de la ley de contrataciones con el Estado que obliga a que los


contratos con el estado siempre sean Arbitrables, sin distinción de cuantia.

 http://investmentpolicyhub.unctad.org/Upload/Documents/inversi%C3%B3n%20
%5BCompatibility%20Mode%5D.pdf

 El bits por su siglas en ingles "Bilateral Investment Treaties"

 Para efectos del presente trabajo, tomaremos en cuenta otras fuentes como el
sometimiento al CIADI mediante norma de Derecho Interno del Estado receptor
de la inversión, esto será revisado mas adelante.

 http://icsidfiles.worldbank.org/ICSID/ICSID/StaticFiles/basicdoc-spa/partB-
section05.htm

 Convenio CIADI Reglamento y Reglas

 Ley de Contrataciones con el Estado y Reglamento

 Constitucion Política del Perú

 Arrarte, Ana María. Apuntes sobre el arbitraje administrativo y la materia arbitrable


respecto de adicionales de obra. Revista Peruana de Arbitraje.

16

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