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El ensayo de Donald D¿rvidson"Ilental Events" se publicó originahnentc en

L. Foste¡ J. W. Swanson (eds.), Experience and' Theory, The University of


SUCESOS
MENTALES
-"
Massachus'etts Press, 19?0. Esta editoiial cedió a Crítiea los derechos de tra
versión c¿stellan¡.

Los sucesosmentalestales como percepciones,recuerdos,de-


cisionesy acciones,se resisten a ser capturados en la red no-
mológica de la teoría {ísica' ¿Cómo puede leconciliarse este
hecho con el papel causal de los sucesosmehtales en el
mundo físico? Reconciliar la libertad con el determinismo
causal es un caso especial del problema, si suponemosque
el determinismo causal implica formalmente la captura en
la red nomológica y la libertad requiele escapar de ella.
l'ero la cuestión más amplia puede subsistir, aun para quien
crea que un análisis correcto de la acción libre muestra que
no hay conflicto con el determinismo. La autonornía (liber-
tad, autorreglamentación) puede o no oponerse al determi-
nismo; Ia anomalía (no caer bajo una ley) es, parecería,
otro asunto.
Parto del supuesto de que la dependencia causal y la
anomalidad de los sucesosmentales son hechos innegables.
Mi intento es por tanto explicar, frente a las aparentes difi-
cultades,cómo puede ser esto. Sim¡ratizocon Kant cnando
clice:

. . . ni la {ilosofía más sutil ni la razón común del hom-


bre pueden nunca excluir la libertad. Hay, pues, que su-
poner que entre la libertad y necesicladnatural de unas
y las mismas accioneshumanas no existe verdadera con-
l ) R ( c ) 1 9 8 1 . Ulir ,e r sid a d Na cio n a l Au tó n o m a rl c l \fóxi co
Gudad Universitaria, México 20. D. F. 1 l)aniel Bennet. Sue Larsnn y Richad Rorty me ayudaron e influyeron,
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C"ot". for Aclvanced Studv in tht-. Behaviorsl Sciences financiaron r¡¡i
ISSN0r85.2604 investisar,ión.
tradicción; pol'que no cabe suprimir ni el concepto clt' a L¡ metttal: si un hornbre percibe que url barcr-' se aproxi-
naturaleza ni el concepto de libertad. Sin embargo, esta ma, entoncesla aproximación del barco debe haber causado
aparente contradicción debe al menos ser deshecha por en é1 la creencia de que el barco se est6 aproximando. (Na-
modo convincente, aun cuanclo no pudiera nunca conce' da depende de aceptar éstos como ejemplos de interacción
birse cómo sea posibie la libertad. Pues si incluso el pen' causal.)
saiento de Ia libertad se contradice a sí mismo o a Ia na' Aunque la percepción y la acción muestran los casosmás
turaleza. . . tendría que ser abandonadopor completofren' obvios en que los sucesos{ísicos y los mentales interactúan
te a la necesidatlnatural." causalmente, creo que podrían darse razones para pensar
que en última instancia todos los sucesosmentales, quizás a
Generalicemoslas accioneshumanas a sucesosmentales, través de relaciones causalescon otros sucesosmentales, tie-
sustituyamos libertad por anomalía, y ésta es urra descrip' nen conexiones causales con sucesosfísicos. Pero el argu-
ción de mi problema. Y, por supuesto, la conexión es más mento no afectaría los casos,si los hubieseode sucesosmen-
cercana, puesto que Kant creía que la libertad implica for' tales que no tuyieran sucesosfísicos como causaso efectos.
malmente la anomalía. El segundo principio dice que donde hay causalidad debe
Permítasemeahora tratar cle {ormular de una manera mís haber una ley: los sucesosrelacionados como causa y efecto
cuidaclosala "aparetrtecontradicción" acerca de ios sucesos caen bajo leyes deterministas estrictas. (Podemos llamar a
mentalesque quiero discutir y finalmente disipar'. Puede con- éste el principio del carácter nomológico de la causalidad.)
sitlerarseque surge de tres principios. F,ste principio, igual que el primero, se 'tratará aquí como
Iil primer principio afirma que al menos algunos-suce' un supuesto, aunque diré algo a manera de interpretación.'
sos méntales intelactúan causalmente con sucesosfísicos.
El tercer principio es que no hay leyes deterministas es.
(Podemosllamar a éste el principio de interaccióncausal.)
trictas sobre las cuales los sucesosmentales puedan prede-
,\sí, por ejemplo, si alguien hundió el Bismarcfr, entonces
cirse y explicarse (la anomalía de lo mental).
varioi sucesosmentalestales como percepciones,señalamien'
La paradoja gue deseo discutir surge para quien se in.
tos, cálculos, juicios, decisiones,accionesintencionales y
clina a aceptar estos tres supuestoso principios, y piensa
r:ambiosde creencia, tlesempeñanuI] papel causal en el hun'
que son inconsistentesuno con otro. La inconsistencia,por
climiento del Bisrnarcl¡. En particular, yo señalaría que el
supuesto,no es {ormal a menos que se añadan más premi-sas.
hecho de que alguien hundió el Bismarcll implica formal-
Sin embargo, es natural razonar que los primeros dos prin-
rnente que'éI moviír su cuerpo de cierto modo a causa cle
cipios, el de la interacción causal y el del carácter nomoló-
suceso-q mentalesde ciertos tipos y que ese movimiento cc¡r'
per" gico de la causalidad, juntos implican que al menos algu.
¡roral causó?a su vez?gue el Bismarck se hundier,a.o-La-
nos sucesosmentales pueden predecirse y explicarse en base
cepción nos ilu-"tra cómo la causalidad puede ir de lo físico
a leyes, en tanto que el principio de la anomalía de Io men.
2 E. Kant: lunrlamentncíón de la met¿lísi.ce tle l¿Lscosütmlt¡e.s. Traducción tal niega esto. Muchos filósofos han aceptado, con o sin ar-
rle X{anuel García Morente. Col. Aust¡¿rl, Espasa-Calpe Argentina, Buenos gumento, que los tres principios llevan a una contradicción.
Aires, 1946; pp. 126'727.
i iiefi""do estas tesis en mi a¡tículo "Actions, Reasons & Causes", pulrli'
+ Desarolló la teais eobre la causalidad ¿sumida aquí, en mi trabajo titu-
cado en The lournal ol Philosophy r.x 11963), pp' 685'?00 v.en un trabajo
..Ageircv,'. preientado en el sobre-Agente. Acción lado "Cansal Relations", publicado en The lou.mal Phílnsophy, lxrv (196?),
I,osterior titulado -de -coloquio
n n r iim b r e d r 1 9 6 8 : l]ni versi n' of Western Ontcl i o. pp. 691-703, la estipulación de gue las leyes
i. R"zón en el meg -sean deterministas es más fuer-
i,on,lon. Canada. te de lo que requerimos en este razonsmiento. y se debilitar6,

6 7
los sucesoscolno irrdiricluosirrepetibles y fec|atlt-rs,talcs co"
parece, sin embargo, que los tres principios son vetd¡-
'\Ie mo la erupción particular de un volcán, el (primer)" 1".-t'
,le.os, de tal manera que lo que debemos hacer es erplica-r
miento o muertC de una persona, la celebración de ia Serie
y disípar la apariencia de contr-atlicción;esta es esencial-
Mundial de 1968, o el proferimiento histórico de las pala-
nrente la línea kantiana.
bras ooY,sin embargo se mueve." Podemosconstruir fácil-
El resto de este trabajo se desarrolla en tres partes. La
mente enunciadosdá identidad acerca de sucesosin<livirlua-
rrrimera describe una versión de la teoría de la identidad
les; algunosejemplos (verdaderoso falsos) serían:
ile lo menral y lo físico que muestra cómo es posible recon-
ciliar estos tres principios. La segunda arguye que no pue' La muerte de Scott - la muerte del autor tlc Wat;erley;
de haber leyes psicofísicas estrictas; éste no es exactamente El asesinato del Archiduque Fernando -- el suceso qu(-'
el principio de la anomaiía de lo mental, pe.ro' aunado o inició la Primera Guerra Mundial;
c,ieitossupue-stos razonabies,lo implica. La última parte tra' La elupción del Vesubio en el año 79 d.C. --' la causa
ta de moirar que a partir del hecho cle que no puede haber cle la destrucción de Pompeya.
leyes psicofísicas estrictas, y de nuestros otros dos princi-
pils, podemos in{erir la vertlad de una versión de la teoría La teoría que discuto no habia acerca de plocesos,e,sta-
dos ni atributós si éstos di{ielen cle los sucesosinclividuales.
de laldentidad; esto es, una teoría que identifica al menos
algunos sucesosmentales con sucesosfísicos. Resulta claro ¿iQuésignifica decir que un sucesoes físico o mentall
qrie esta 'oprueba" de la teoría de la identidad será, a lo lrna respuestanatural es decir que un sucesoes físico si es
clescriptlble en un vocabulario pulamente físico; mental si
más, condicional, puesto que clos de- sus premisas -carecen
de ápoyo y el argumento en pro cle la tercera puede pare- e-*destriptible en'términos mentales.Pero si aquí se enlierr-
poü Pero aun quien no se persuada cle de que un sucesoes físico, digamos, si algún predicado {í'
""*o. "ott.l,tyente. puede interesarseen saber cómo
las premisas. sico es verdadero de é1, entonceshay la siguiente dificultad'
la verdad cle
Asumamos que el predicado '¡ tuvo lugal en Noosa Fleatls'
es po-"ible reconciliarlas y hacer que sirvan p-ara establece'r
per-teneceal- vocabulalio físico; entonces,tambiérr el predi'
uná versión rle la teoría de la identidad de lo mental' I"i-
cado '.r no tuvo lugar en Noosa }Ieads' debe pertenecer al
nalmente, si el argumento es bueno, debería poner un hasta
vocabulario {ísico. Sin embargo, el predicado ',u tuvo o lrrr
aquí el punto de vista, común a muchos -amigosy a algunos
tuvo lugar en Noosa Fleads' es verdadero de todo suceso,seil
de las teorías de la identidad, rle a-ue eJ apoyo
"riemigos mental o'físico.u Pociríamosexcluir los predicaclosque seatt
puru ü1". te.ría-qsólo pueclelrr.ovenir.clel descubrimiento rie
tautológicamenteverdaderos para todo suceso,pero esto no
leyes psicofísica.".
nos ayuda, puesto que cada sucesoes verazmente descripti-
ble por '¡ tuvo lugar en Noosa Heads', o bien. por-'{ no tu-
I vo lugar en Noosa Heads'. Se necesitaun en{oque cli{erente."
'i D avi dson rñade es ta pal abra entre ¡raréntes i spara hac er notrr ql r(' r¡i
es obvio que el nacintiento sea un suceso único, esto es' que suceda un-a-sola
La mutu¿r consistenciade los tres princi¡rios se mostrará rcz en l a d " una pet' s ünh.E s to s e pi ens a i gual mente de 1a muerte. [N . ' l "l
describientlouna tesis sobre lo mental y lo {ísico que no "i da depen.de de asumir que podemos decir intrrligiblemente que_Ios
5 El asunto
sucesos rnenlales tiencn rttra ubicació¡r; pero éste' es ull sttpucsto que tlt'lrl
contenga contradicción interna y que irnplique {ormalmente ser verdar.lero si la teoría de la identitlad lo es, -v aq¡í no estov tratando tlr'
los trás principios. f)e acuerrlo con esta tesi-r, los sucesos ¡robar
' 6 h teoría. si¡ro dtr {orntr¡la¡la.
L)elxr ¿ l,et: Rorvie el en{atizar esta difitrrltad.
rnentalesson idénticos a los sl¡cesosfísicos. Entendemosa

B
Podemosllamar verbos mentalesa aquéllos que expresall tencionaliclad.Así, las accionesitttencionalesse incluyen cla-
actitudes proposicionales como creer, intentar, desear, espe- lamente en el dominio de lo mental, junto con los pensa'
l'ar, conoceropercibiro notar, recordaro etc. Tales verbos se rnientosoesperanzasy sentimientos (o los sucesosligados a
caracferizan por el hecho de que a veces aparecen en ora' éstos). Lo que puede parecer dudoso es si el criterio inclui-
ciones con sujetos que refieren a personas, y se completan rá sucesosque a menudo se han considerado paradigmas de
con oraciones subordinadas en las cuales parecen quebran. lo mental. ¿Es obvio, por ejemplo, que sentir un dolor o ver
tarse las reglas usuales de susütución. Este criterio no es una imagen residual contará como mental? Las oraciones
preciso, puesto que no deseo incluir estos verbos cuando (lue nos dan razón de tales sucesosparecen estar libres de
iigu.a.r én conteitos completamente extensionales ('Él co' la mancha de la no-extensionalidad, y lo mismo sería verda-
noce París', 'Él percibe la luna' pueden ser algunoscasos)o dero de los reportes de sensacionescrudas, datos cle los sen'
ni tampoco excluirlos siempre que no vayan seguidos de tidos, y otras sensacionesno interpretadas, si acaso las haY.
oracionessubordinadas.Una caracterizaciónalterna de la cla' Sin embargo, el criterio, de hecho, no sólo cubre el tener
se de verbos mentales deseadapodría ser que son verbos psi' tlolores e imágenes residuales, sino mucho más aún. To-
eológicostal como se usan cuando crean eontextosaparente' memos algún sucesoque intuitivamente aceptaríamos com()
mente no extensionales. físico: digamos, la colisión de dos estrellas en el espacio
oel
I-lamemos a una descripción cle la forma suceso que distante. Debe haber un predicado puramente físico 'Px' ver'
osucesor es
es M', o bien una oración abierta de la forma dadero de esta colisión, y de otras, pero verdadero sólo de
M', una descripción m,ental o una oracíón meüal abier¿a si ésta en el momento en que ocurrió. Este momento particular',
y sólo si la expresión que reemplaza a'M' contiene al me' sin embargo, puese precisarse como el mismo instante en el
nos, esencialmente,un verbo mental. (Esencialmente, para que Jones advierte que un lápiz empieza a rodar sobre su
excluir casos donde la descripción o la oración abierta sea escritorio. La colisión estelar distante esoasí, el sucesox tal
lógicamente equivalente a otra que no contenga vocabula- que Pr" y .r es simultáneo a que Jones advierta de que un
rio mental.) Ahora podemos decir que un sucesoes mental lápiz empieza a rodar sobre su escritorio. La colisión ha sido
si y sólo si tiene una descripción mental, o (siempre y cuan- ahora señalada por una descripción mental y debe ser con-
clo el operador de la descripción no sea primitivo) si hay siderada un sucesomental.
una oración mental abierta que sólo sea verdadera de ese Esta estrategiaprobablementesirva para mostrar que to'
suceso.Los sucesosfísicos son aquéllos que señalamosme- do sucesoes un sucesomental; ohviamente no hemos ca¡l-
diante descripcionesu oraciones abiertas que sólo contienen, turado el concepto intuitivo de Io mental. Sería instructivrr
esencialmente,el vocabulario físico. Es menos importante tratar de enmendar la falla, pero eso no es necesario para
caracterizar un 'r'ocabulario físico porque con respecto al nuestros propósitos presentes.Con lo mental podemos per-
mental es, por así decirlo, recesivo al determinar si una des- mitirnos la extravagancia espinoziana,puesto que las inclu-
cripción es física o mental. (Habrá aquí algunos comentarios sionesaccidentalessólo pueden reforzar la hipótesisde que
sobre la naturaleza del vocabulario físico, pero estos co- todos los sucesos mentales son idénticos a sucesosfísictls.
mentarios estarán muy lejos de proporcionar un criterio.) Lo que importaría sería que omitiéramos incluir sucesos
Con respecto a la contrastaciónpropuesta de lo mental, el mentaleshechos y derechos,pero de esto no parece haber
rasgo distintivo de lo mental no es que sea privado, subje- peligro.
tivo o inmaterial, -"inoque exhibe lo cluc Brentatrollamó in- Quier',,describir, v ¡rosteriormetrtetlefentler,una versión

l0 I]
()ti
La últilna oración tle esta cita c¡trizástleb¡ ertteuclerse
tle l¿rteoría de la identidad que niega que pueda haber leyes
estrictas que conecten lo mental y lo físico. La posibilidad el sentido de que para cada rayo Ce luz eriste una descarg,t
misma cle tal teo¡ía se oscurece fácilmente por Ia manera eléctrica que se dirige a la tierra, provenietrtecle una nube
en que las teorías de la identidad suelen defenderse y ata' de moléculas de agua ionizatlas,con la cual es idéntico. Aquí
carse. Charles Taylor, por ejemplo, concuerda con los defen' tenemosuna ontología honesta de sucesosindividuales y llo-
sores de las teorías de la identidad en que la única'obase" demos clarle un sentido literal a la iclenticlad.I'oclernostanl'
para aceptar tales teorías es el supuesto de que pueden es' bién ver cómo podría haber identidades sin leyes correla-
tablecerselas correlaciones o leyes que enlacen sucesosdes' cionales. Es posible, sin embargo, tener una ontología de
critos como mentales con sucesosdescritos como físicos. Di- sucesoscon las condiciones de intlividuación especi{icadas,
ce:'olis fácil ver por qué esto es así: a menosque un suceso cle tal manera, que cualquier identidad implique una ley co-
nrental daclo vaya invariablemente acompañadodeodigamoso rrelacional. Kim, por ejempio, sugiere que Fa y Có "clescri'
lln proceso cerebral dado, no hay ningún fundamento_para ben o refieren al mismo suceso" si y solo si a:b y la
discutir siquiera una identidad general entre los dos.oo'Acto propiedad de ser F- la propiedad de ser G. I'a identidad
seguido Taylor concede (correctamente, pienso) qn" puede tle propiedades a su vez implica {ormalmente que (")
haber identidad sin leyes correlacionales,pero por ahora me (l'r<+Gx).'No es extrairo que Kim diga:
interesa hacer notar la confusión que surgiría del enuncia'
do que acabo de citar. ¿Qué puede significar aquí "un su' Si el dolor es idéntico al estaclocerebral B, debe haber
ceso mental dado'o? No un sucesoparticular, fechado, pues ulla concomitanciaentre las ocurrenciasde dolor y las ocu'
no tendría sentido hablar de un sucesoindividual que vaya rrencias del estado cerebral B... Por tanto' una condi'
"invariablemente acompañadooode otro. Taylor piensa evi- ción necesariade la identidad entre dolor y estadocerebral
dentementeen sucesosde una clase d,ada. Sin embargo, si B, es que las dos expresiones'tener dolor' y 'tene,r_el- es-
las finicas identidades son entre clases de sucesos,la teoría tado cérebral B' tengan la misma extensión. . . . No hay
de la identidad presupone leyes correlacionales. observación concebible que confirmase o refutase 1a
Las siguientes observacionestípicas muestran la misma iilentidad y no la correlación asoeiacla.'o
tendencia a incluir leyes en la formulación de la teoría de
identidad: pp, 163-165 de la versión reimpresa en Tfu Philosophy o! tr[índ', ed. V.9' Chapel
iÉnelewood Clilfs, N. J., 19621. Pa¡a otro ejemplo véase a David K. Ler¡is.
Cuando digo que una sensaciónes un proceso cerebral o "An-Argument fo¡ the ldentity Theory", Tlte Jourrual' ol Philosophy, trl.l'r
(19ó6),-pp. 17-25. Aquí se hace explícito el supuesto cuando Len'is toma los
que el rayo es una descarga eléctrica, estoy usando 'es'
sucesos C.:mo universal.s (p. 17, notalt a pie de página I y 2). No sugiero
en el sentido de identidad estricta... no hay dos cosas: crr¡e Smart y Lewis están confundidos, solo que sus maneras de enunciar la
un rayo de luz y una descarga eléctrica. Hay una sola teoría de la'identidad tiende a obscurecer la distinción entre sucesos particu.
lares y tipos de sucesos, de la cu¡l depende la formulación de mi teo¡ía.
cosa, un rayo de luz que científicamente se describe co' e Jaegwon Kim. "On the Psycho-Phyeical ldentit-v Theory", Amerícan Phi-
mo una descarga eléctrica hacia la tierra, proveniente cle lasophícal Quarterlt, rlr (1966)' p. 231.
una nube de moléculas de agua ionizadas.t to lbítl., pp, 27-2Í1. Richard Brandt y Jaegwon Kim proponen aproximada-
mente el mismo criterio en "The togic of the ldentity Theory", The Jottrn"al
of Phítosaphy uv (1967), pp. 515.537. Hacen notar que bajo su concepción
? Charles Taylor. "Mind-tsody ldentity, a Side Issue?" The Phítosophícal
de identidad de suceso, la teoría de la identidad "hace una demanda más
lLeuíew. rxxvr (1967), p. 202. fuerte que la de qne haya tan sólo una correlación físic,r¡-{enoménica mírs
8 .f. '.1. C. Smart. "Sensrtions and BraiIr Proc¡sst'¡". The Phílosophícol
difusc" (p. 5lB). No discuto ls demanda mÁs fue¡tc.
Reliew, r.xvnI (1959), pp.141-156. I-os pasajescitados se enctlentranen

12
t3
La situaciónpuecleaclararsemediante una cuádruple cla' r¡uc (o'rlonccbirque el ,lrlc cle la luga no-lue-más-quettn
si{icación de teorías de la relación entre sucesosmentales y sucesoneuronal complejo", etcétera).
fisicos que enfatice la independencia de las tesis acerca de Aunque la posición que describo niega que haya leyes psi'
leyes y las tesis de la identidad. Por un lado están aquéllas cofísicas, es consistentecon el punto de vista de que las ca-
que afirman, y aquéllas que niegan la existencia de leyes racterísticas mentales dependen en cierto sentido, o super'
psicofísicas; por otro, aquéllas que dicen que los sucesos vienen, de las característicasfísicas. Tal superveniencia1-ro'
mentales son idénticos a los físicos, y aquéllas que lo nie' dría tomarse en el sentido de que no puede haber clos suce'
gan. De tal manera, las teorías se dividen en cuatro tipos: sos parecidos en todos sus aspectosfísicos pero di{erentes en
mr¡nismo nomológico, que afirma gue hay leyes correlacio- algún aspectomental, o de que un objeto no puede alterarse
nales y que los sucesoscorrelacionadosso,nuno (los-mate- en algún aspecto mental sin que se altere en algún aspecto
rialistás iertenecen a esta categoría) ; du.alísmonornológico, {ísico. La dependenciao superveniencia de este tipo llo im'
que complende varias formas de paralelismoo interaccionis- plica reductibilidad mediante una ley o definición; si así
mo y epifenomenalismo; dualisrno anómalo, que combina el fuera, podríamosreducir las plopiedadesmorales a descrip'
dualismo ontológico con el fracaso general de leyes qre c9' tivas, y hay buenas razones para creer que esto no puede
rrelacionen lo mental y lo físico (cartesianismo). Y final- hacerse; y seríamos capaces de reducir a propiecladessin-
mente estáel monismoonóma\o,que clasifica la posiciónque táeticasla verdad en un sistemaformal, y sabemosque esto,
rleseoocupar.tt en general, no puede hacerse.
iil monismo anómalo se parece al materialismo en su a{ir- Este último ejemplo es una analogía útil con respecto al
rnación de que tocloslos sucesossotr físicos, pero rechaza la tipo de monismo sin leyes que estamos considerando. Pién'
tesis, considerada generalmeuteesencial al materialismo, de seseen el vocabulario {ísico, como el vocabulario completo
de algún lenguaje L con los recursos adecuadospara expre'
que los fenómenos mentales aclmiten explicaciones exclusi-
sar cierta parte de las matemáticas,y con su propia sintaxis.
l'amente físicas. El monismo anómalo muestra un sesgo on' overdadero'en-l',
L,' es L más el predicado de verclad el cual
tológico -"ólo en tanto que admite la posibilidad de que no
es "mental". En I (y por tanto en f,') es posible señalar,
todoi los sucesossean mentales, mientras insiste en que to'
con una descripción definida o con una oración abierta, ca-
dos los suce-qos son físicos. Tal monismo débil, que no se
da oración en la extensión del predicado de verdad, pero si
apoya en leyes correlacionales o en economíasconceptuales,
de 'oreduccionismoo'; en I es consistenteno existe ningún predicado de la sintaxis
no Darece merecer el término
(del vocabulario"físico"), no importa cuán complejo,que se
todo caso no es apto para inspirar el refleio del no-es-más'
aplique a todas las oracionesverdaderas de I y sólo a ellas.
o'ley psicofísica" bajo la forma de
11 El nronismo anómalo está más o menos ¡econocidn como una posición No puede haber ninguna
nosilrle nor Herhert Feisl. en su artículo "The 'Mental' and the 'Physical"" un bicondicional '(r) (x es verdadero-en-I si y sólo si .n
i,ublicadl en Concepts, Theoríes ond the Mínd, Bod'y Problems. vol. r¡, l\f i-
ogopor un predicado o'físico"
es g)' donde reemplazamas
nessota Studies in Thé Philo,ooph-vof Science (X{inneapolis. I95B); Sydnev
Shoemaker, "Zif{'s Other }finds", The |ournal of Phílosophy' r.xtr- (1965)' (un predicado de l,). De manera similar, podemos señalar'
, , . . 5 t i g : l ) a v i d Ra n d a l L u ce . "M in d - Bo d v ld e n titv arrd P hsi co-physi calcbrr,.l - cada sucesomental usando sólo el vocabulario físico, percr
xvr r ( 1 9 ó 6 ) . p p . I- 7 : v Ch a lle s T al l or. ap. ci t., P híl osophi r.al. . '-
a t i o n ' ' , S ¡ u . . die s.
n. 20?. Alco narecido
""Püvsicalism"
a mi posición es aceptado tentativamente por Thomai ningún predicatlo puramente físico, no importa cuán com-
. The Philosophícal Rnia4 r*\rrv (1965) pp. 339-
Ñae"l- en plejo sea, tiene, por ley, la misma extensión que un predi-
356] v brevemente avalado por P. F. Stlartson en Freedom und the IYíII. etl.
l). F. Pears (London, 1963). pp' 63'67' cado mental.

I4 I5
Ya tiebería ser evidentecómo el monismo anómalo recon- rece llama¡se rl¡a prueba; y la clase tle irretl¡ctibiliclacl es
cilia los 1¡g-eprincipios originales. La causalidad y la iden' difelente. Pues, si el monisiuu anómalo es correcto, no sólo
tidad son relaciones entre sucesosindividuales, no importa cada suceso mental puecle señalarse específicamente-usan'
cómo se les describa. Pero las leyes son lingüísticas; y así do sólo conceptosfísicos, sino que, como el número de su'
los sucesospueden instanciar leyes y, por tanto, predecirse cesosque lra¡o cada predicado mental puede, hasta don'
de sabemos, """.,ser finito, es muy posible que exista una ora'
o explicarse a la luz de leyes, sólo en la medida en que esos
ción física, abierta, coextensivacon cada predicado mental,
.u""io, se describan de una u otra manera. El principio de
interacciíln causal maneja los sucesosen extensión y pgr
J aunque el construirla podr'ía involucrar el teclio de una al-
tanto es ciego a la dicotomía físicomental. El principio de
la anomalía rle lo mental concierne a los sucesosdescritos
l ternáción pesada y no instructiva. De hecho, aún si no asu'
mimos la finitud, parece no haber una razón que nos obligue
corno mentales, porque los sucesosson mentales sólo en la a negar que podría haber predicados coextensivos'uno men'
rneclida en gue se les describe así. El principio del carácter tal y uno físico.
rromológico de la causalidad debe leerse cuidaclosamente: La tesis es más bien que lo mental es nomológicamente
clice qué cuanclolos sucesosse relacionan como clusa y efec- irreductible: puede habel enunciados generales uerdad,eros
to, tienen descripcionesque instancian una ley. No clice qug que relacionen lo mental y lo físico, enunciadosque tengan
catla enunciadoiingular cau..alvercladeroinstancieuna ley." lá forma lógica de una ley; pero no son legaliforntes (en-urr
sentido {uerte gue se describirá). Si por alguna casualidad
absurdamente remota nos tropezáramos con una generaliza-
il ción psicofísica verdaclera no estocástica,no tendríamos ra'
zón alguna para creerla más que aproximadamente verda'
No dehe forzarse la analogía, reciétt mencionada,entre el lu" dera.
gar de lo mental dentro de lo físico y el lugar de lo semán' Al declarar que no hay leyes psicofísicas(estrictas) ¿in'
tico en un mundo sintáctico. Tarski probó que un lenguaje vadimos los dominios empíricos de la ciencia, lo que sería
consistenteno puede (bajo algunos supuestosnaturales) con- una forma de hybrís contra la cual suele prevenirse a los
tener una oración abierta 'Fx' verdadera de todas las ora' filósofos? Por supuesto que juzgar legaliforme o ilegal un
ciones verdaderas de ese lenguaje y sólo de ellas. Si fuera enunciado, no es decidir su verdad sin reservas; respecto a
forzada nuestra analogía, entoncesesperaríamosuna pruebar la aceptación de un enunciado general sobre la base de sus
oPro instancias, el juzgarlo legaliforme debe hacerse a priori.
de que no puede haber una oración abierta física ver-
rladéra de lodos los sucesosque tienen alguna propiedad Pero tal apriorismo relativo no justifica por sí mismo la fi'
mental y sólo de ellos. De hecho, sin embargo, nada de lo que losofía, pues en general los fundamentos para decidir con'
I {iar en un enunciado sobre la base de sus instancias, resul-
puedo clecir acerca de la irreductibilidad de lo mental me-
tarán gobernados por aspectosteóricos y empíricos gue no
12 Lu ob-"enación de que la suLstitutividad de'la identidad falla en el con'
I se distinguen de aquellos que provienen de la ciencia. Si el
texto de explicación, la hace en relación a este &sullo No¡¡¡ran NtfbST--qn
-Materialism caso de las supuestasleyes que enlazan lo mental y lo físico
"scientific and tl-¡e Identity Ttleorl'", Dialogue tn (1964'65).
nn. 123-124. Véase también mi artículo
ooActions. Reasons and Causes" en es diferente" sólo puede serlo porque admitir la posibilirlad
f!¡e lot¿rnal ol Phílosophy. rx (lf)63), pp. 69tí-699 y "The lndividuntion of de 'tales leye-. equivaldría a eambiar el tema. Por cambiar
Er,ents" en fis.says in llonor al CarI C. Hempel. ed. llescher et al. (Dor'
, l r e c h t , 1 9 6 Q ). el tema quiero cleciraquí: clecidirno aceptarel critcrio clelrr

t6 T7
ment¿rlen rórrnino-"rlel vo.¿rbulariocle l¿rsactitudes pr.ol)o- tle los intetttosdc reduc-
sor'¡tt't-'trtlente
[]na carar:ter'ística
sicionales. l,sta breve r_espuesta
no evita, sin embargo, ot.u, ción definicional es cuán poco palece clepetrderde la cues-
ramificaciones del problema, por no haber una línáa clara tión de la sinonimia entre el definiens y eI d,efinientlum,Por
entre cambiar el tema y cambiar lo c¡ueu'o dice acerca de supuesto, imaginando contraejemplos desacreditamos las
un viejo tema, lo cual es admitir, aL menos en el presente aseveracionesde sitronimia. Pero el patrórt del {racaso nos
contexto, que no hay una línea clara entre {ilosofía v cien- obliga a una conciusiónmás fuerte: si encont¡amosun enun-
cia. Donde no hay límites {ijos sólo el tímido no ai.riesga ciado abierto {ormulaclo en términos conductistas y ex¿cta'
nunca un paso nrás. mente coextensivocon algún predicado mental, natla podría
Para agudizar nuestra apleciación del carácter anomoló- lazonablementepersuadirnosde que lo hemos encontrado.
gico de las generalizacionei físicomentales consideremosun Sabemos demasiado acerca del pensamiento y Ia conducta
asunto afín: el fracaso del conductismo definicional. como para avalar enunciadosprecisosy univelsalesque los
¿;por
c¡uéestamosdispuestos(como asumo que estamos) a atan_ enlacen. Las creencias y los deseosse revelatt en la conduc-
donar el intento de dar una definición explícita dá los con- ta sólo modi{icadosy rnediadospor otras cleenciasy deseos,
ceptos mentales en términos conductistasi Seguramente no actitudes y atenciones,sin límite. Claramente este holismo
sólo porque todos los intentos de hecho sean cJnspicuamente del reino de lo mental es un indicio tanto de la autonomía
inadecuados.Más hien se debe a que estamospersuadidos, como del carácter anómalo de lo mental.
como lo estamos en muchas otras Íormas de reiuccionismo
Estas notas a propósito del concluctismoclei'inicionalnos
definicio'al (el naturalismo en la ética, el instrumentalismr¡ proporcionan.en el mejor de los casos,indicios de por qué
y.el operacionalismoen las ciencias,la teoría causal del sig-
no deberíamosesperarconexionesnomológicasentre lo men-
nificado, el fenome'alismo, etcétera __el catálogo de l;,
tal y lo físico. El asunto central invita a un mayor deteni-
derrotas filosóficas-), de que hay un sistema ei los fra- miento.
casos. Supongamos que tratamos cle clecir, sin usar ningún Los enunciadoslegaliformes son enunciadosgener:ales que
r:onceptomenta_I,qué es para una persona creer que hay vi-
sostienenpropuestas contrafácticas y subjuntivas, y son sos-
da en Marte. Una línea que podríámostomar es ésta: cuan_ tenidospol sus instancias.No hay (desdemi punto de vista)
do se emite un cierto sonido en la presencia del suieto criterio de lo legaliforme que no conlleve una petición de
(" ¿H^y vida en Marte?"), él emite otro sonido (o,Sí,,).pÉro,
principio, lc¡ cual no es decir que no hay razones para juz-
por supuesto,esto muestra que él cr.eeque hay vida en Mar. gar en casosparticulares.La legaliformidad es cuestiónde
te sólo si entiende el español, si su emisión áel sonido fue grado, lo cual no es negar que pueda haber casos{uera cle
intencional y fue una respuesta a los sonidos gue significa.
debate.Y, dentro cle los límites establecidospor las condi-
algo en español, y así sucesir,amente.para cada def"iciencia ciones de comunicación,hay lugar pala una amplia varia-
clescubiertaailadimos una nuev& estipulación. pero sin im. ción entre los inclividuos en el patrón de los enunciados a
portar cómo arreglemos y ajustemoslas condicionesno men- los cuales se asignan grados diversosde nomologicidad.En
tales, siemp'e encontraremosla nece-"idadde una condición torlos estos resoectosla nomoloeicidad es muv semeiantea
adicional (siempre y cuando el sujeto note. entíenda. etc6te- pues rmb,rs están
la analiticidad';como era de
la) que es de caráctermental.'3 ".p",'u..".
enlazadasal significado.
rra f,l 1s¡1s se desarrolla en Roderick chishorm, perceiuíng (Ithaca. 'Todas las esmeraldasson verdes' es leealiforme en tanto
New
Y o r k , 1 9 5 7 ) , ca p . ll. que sus instanciaslo confirman, pero 'todas las esmeralrlas

18 T9
son vel'zulcs' nt¡ lcl es. por cuanto '\'erzult signil'ica 'obsct'- para el otro. Respectoa la legali{ormidad, los enunciaelos
vadas verdes, antes del tiempo r y despuésde t azuleso,y -.i oTodaslas esmeraldasso¡l
psicofísicos solr rnás semejantesa
lodas nuestras observacionesse realizaran antes de I y reve- oTodas
verzules' que a las esmeraldas son verdeso.
laran unilormemente esmeraldas verdes, ésta no sería una Para que esta tesis sea plausible debe modificarse seria'
razón para esperar que otras esmeraldasfueran azules. Nel- mente. El hecho de que las esmeraldasexaminadas antes de
son Goodman ha sugerido gue esto muestra que algunos pre- t sean verzules no sólo no es razón para creer que todas las
dicados, 'verzul' por ejemplo, son inapropiados para las le- esme-raldasson verzules, sino que ni siquiera es razón para
yes (y por tanto un criterio de predicados apropiados po- r:reer (si conocemosel tiempo) qtie cualesquiera esmeraldas
dría conducir a un criterio de legali{ormidad). Pero me pa- no observadasseanverzules. Sin embargo, si un sucesode un
oTodas
lece oue el carácter anómalo de las esmeraldas son cierto tipo mental ha sido generalmente acompañado de un
verzules' muestra sólo que los predicados 'es una esmeral- sucesode un cierto tipo físico, ésta suele ser un& buena razón
oes
da'y verzul'no son apropiadosel uno para el otro: la para esperar que otros easos continúen guardando aproxi'
verzulidacl rlo es una propiedad inductiva de las esmeraldas. madaménte esta proporción. Se asume que las generaliza-
La verzulidad es, sin embargo, una propiedad inductiva de ciones que incorporan tal sabicluría práctica son sólo apro'
entidades de otros tipos, por ejemplo de los esmeriros. (Algo ximadamente verdaderas, o se enuncian explícitamente en
es un esmeriro -"i, examinado antes de ¿, es una esmeralda, términos probabilísticos, o se les aísla cle los contraejemplos
y después de I es un zafiro.) No sólo 'Todos los esmeriros mediante generosascláusulas de escape.Su importancia ra'
son verzules' está implicado {ormalmente por la conjunción dica principalmente en el apoyo que brindan a alirmaciones
de los enunciados legaliformes 'Todas las esmeraldas son singulares y a las explicaciones de suces-o!Particu'
verdes' y 'Todos los zafiros son azules?,sino que no veo ra- "ausal".
lares relaciJnadas con éstas. El apoyo deriva del hecho de
zón para rechazar la intuición de que es en sí mismo legali- que tal generalización, aunque tosca y va-ga,puede aportall
{orme.'o Los enunciados nomológicos aúnan predicados que 6uenur razones para creer que lo que subyace' en un caso
sabemos,a priori, hechos uno para el otro -esto es, lo sa- particulaq es una regularidad que potlría formularse clema'
bemos independientementede saber si las pruebas apoyan nera precrsa y sln cLudas.
trojot y overde'
una conexión entre ellos-: 'azrtl'r están he- En nuestro diario trato con sucesosy accionesque deben
overzul',
chos para las esmeraldas, los zafiros y las rosas; preverse o entenderse,forzosamente hacemos uso de la ge'
oazulerde',overrojo'estánhechospara las zafaraldas,los es-
neralización esquemáticay sumaria, pues no conocemosuna
meriros, las esmerrosas. ley más precisa; o bien, de conocerla' carecemosde una des'
La dirección en la cual se ha encaminaclola discusión es: cripción de los sucesosparticulares en los que estamos-in'
los predicados mentales y los físicos no están hechos uno terlsados que mostrara la pertinencia de la ley. Pero- hay
una distinóión importante que debe hacerse dentro de la
14 Este punto de vista lo aceptan Richard C. Jeffrey, "Goodman's Query".
'l'he Jownol ol Phil.osoph.r.rxu (196ó), p. 286 ss; Jol¡n R. 'Wallace, "Good- categoría de la burda regla empírica. Por una parte, hay ge'
man, Logic, Induction", p. '318, en la misma reviste y edición. John M. Vic- neralizaciones cuyas instancias positivas nos dan pie para
kers, "Characterigtics of Projectible Predicates", The |ournol, ol Phílosophl'-
rxrv (1967) p. 285. En las páginas 328-329 v 286-287 de estas emisiones de creer que la generalizaci1n misma podría mejorarse aña'
las revistas, respectivamente, Goodman disputa la legaliformidad de los enun- diénclole otras estipulaciones y cor"rdicittnesformuladas en
ciados como 'oTodos los esmeri¡os son ve¡zule-""; sin embargo, no puedo ver
qtre rebata la tesis de mi ortículo oEmerosesbv f)ther Nrrmcs", The Iournal al el mismo vocabulario general que la generalización original.
Ph.ilosophy r.rur (196ó) pp. 778"780. Tal generaiizaciónapunla a la folrna y al vocabulario tle la

2A 27
lcy acabada: podernosclccir quc es ulta generalizaciln ho- A menos que se sostengae".taley (o alguna variante rcfi-
monómica, Por otra parte, ltay generalizaciones qtre, ins. nada), no es fácil dar sentido al conceptode longitud. No
tanciadas,pueden darnos razón para creer que se está tra- habría manera de asignar númerospara registrar ni siquiera
bajando con una ley precisa, misma que, empero, sólo pue- la gradación en longitud" y mucho menos para cumplir las
de establecersetrasladándose a un vocabulario diferente. exigencias,más fuertes, de la meclición sobre una escala de
Podemos llamar heteronóntic¿.sa tales generalizaciones. proporción. Esta advertencia vale no sólo para cualquiera
Supongo que la mayoría de nuestro saber práctico (V de los tres objetos implicados direct¿mente en una intran'
científico) es heteronómico.Illlo se debe a que puede espe- sitividad: es fácil mostrar (dados unos cuantos supuestos
rarse que una ley sea precisa. expiícita y, hasta donde sea esencialesmás, respectoa la medición cle longitud) que no
posible, sin excepciones,sólo si sus conceptosse deducen hay ninguna asignaciónconsistentede gradación-acualquier
de una teoría cerrada comprehensiva.Esta teoría ideal pue- obieto, á met"tosque (I) se sostengaen completa gener¿r-
rle o no ser determinista,pelo si alguna teoría verdadera lo lidad.
es, ésta lo es. Dentro cle las ciencias físicas encontramos Obviamente, (L) por sí sola no puede agotar el signifi-
omáslargo que', pues de otra forma no diferiría de
generalizaciones homonómicas, generalizacionestales Qüe, cado de
si la evidencia las sostiene,tenemos entonces razón para 'más caliente que' o 'más tarcle que'. Debemos suponer que
creer que puedan precisarse indefinidamente recurriendo a hay algún contenido empírico, aunque di{ícil de {ormular
omás
otros conceptos{ísicos; hay una asíntota teóretica de cohe- en-el vocabulario con el que contamos. que distingue
r:encia perfecta con todas las pruebas, predictibilidad per' largo que' de los otros predicatlos diádicos transitivos cle
fccta (bajo los términos del sistema),explicacióntotal (nue- tn"áid"; y sobre las bases de este contenido empírico pode-
vamentebajo los 'términosdel sistema). O quizás la teoría mos afirmar gue una cosa es más larga que otra. Imagine-
írltima sea ¡rrobabilística,y la asíntota no llegue a la per- mos que este contenido empírico ha sido dado parcialmente
oO (x.
fección; pero, en ese caso. no tendremosnada mejor. nrediánteel predicado: r)'. Así, tenemoseste 'opos-
Para asegurarque un enunciadoes homonómico.corregi- tulado de significado":
ble dentro de su propio dominio couceptual, es necesario ------'+'
(S) O (', ;) L (*' Y)
que deduzcasus conceptosde una teoría con fuertes elemen-
tos constituiivos.He aquí la ilustración más simple posible;
si funciona, será obvio que la simpli{icación podría subsa- que interpreta parcialmcnte (tr). Pelo ahora (I) V (S) pro'
narse. ducen, juntas, una teoría empírica de gran Íuerza, puesto
La medicirin cle longitud, peso,temperatura o tiernpo, de- que juntas implican formalmente,qug no existen tres obje-
los a, b y c, tales que O (o, b), O (b, c\ y O (", o). Pero
¡rencle(entre rnuchasotlas cosas,por supuesto) de la exis-
tencia en caclacaso de una relación diádica que sea transi- ¿qué es lo que impide que esto suceda si 'O (x, y)' es un
tiva ,v asimétrica: má-"caliente que, más tarde que, más pe- predicado que podemos aplicar siempre con confianza? Su-
sado que, etcétera.'l'omemosla relación rná.slargo que {'omo póngase qve creetnos obsewar una triada intransitiva: ¿',quíl
nueslro ejem¡rlo.La ley o po-"tuladode transitiviclades: és lo que decimos? Podríamos considerar (1,) falsa, pero
entoncesno tendríamos ninguna aplicación para el collcep-
(L) f' @, y') I' (v, u) --'------' I' (x, z) to rle longitutl. Podríamos decir que (S) proporciona una
"v
prueba errr'uteapala la longiturl; ¡tero entonr:esno es claro

22
nada
Itr quc pelrsamosque sea eI c:on[en'idode la iclea de n{ueuna ción vacile, sitlo porque tlemasiadact'nlusión no deja
acerca de lo cual hallarse confuso, y eI error masrvo corroe
s"u más larga que otra. O poclríamos decir que los ob-
la
"usá que observamosno son objetos rígid,os,como 1o requie-
jetos cl fundamento de la creencia verdaáera, por referencia a
el fracaso' Apreciar los límites de
re la tioría. Es un error creer que estamosobligados a acep- cual podemos interpretar
que inteligible'
tar alguna de estas respuestas.Conceptos tales como el de i;.ir; ; i" cantidad de torpeza y desatino
u"hu"", a los demás, es ver una vez más la
longitud se mantienen en equilibrio merced a cierto núme-
-"tü"",í¿"-n, de.la cuestión acerca de los conceptos que
ro de presiones conceptuales,y las teorías de medición {un' insepaübilidad
de lo que Ia per'
damental se de{olman si forzamos la decisión entre princi- una persona mane1ay la cuestión acerca
pios como (L) V (S): analítico o sintético.Es mejor decir sona'hace con esos conceptosen las formas de creencia'
que todo ei conjunto de axiomas, leyes o postulados para ,t"."o i",ención. En Ia *édidu en que no logramos descu'
" y
li medición de longitud, es parcialmente constitutivo de la brir un esquema coherente y plausible en las actitudes
la posibi'
idea cle un sistema de objetos físicos macroscópicos,rígidos. accionescl" lo, otros, simpl"*"ttt" renunciamos a
Sugiero que la existencia de enunciados legaliformes en la lidad de tratarlos como Personas.
ciencia física depende de la existencia de leyes constitutivas El problema no se relega, sino gue,se Ie da una ubicación
po-
(o sintéticasa príoriJ, como las ele la medición de longitud, centrJl, al apelar a la conducta verbal explícita' Pues no.
dentro del mismo dominio conceptual. a descifrar lo que dice una persona si no
á**ot'"*péru,
Así como no podemos inteligibiemente asignar lortgitutl sus actitudes io*o a sus oracioneso tales
"t
ercualquier objeto a menos que una teoría comprehensivase to.r"ner, desear o querer que sean verdaderas' Em'
""*p."na"*os
teoría
sostengacon respecto a los ohjetos de tal tipoo tampoco po' pezando por estas actitudás, debómos construir una
"á*i
demos inteligiblemente atribuir niuguna actitud proposicio- áeú q"á tu persona quiere-decir, dando así, simultánea'
rral a un agente,excepto dentro del marco de una teoría vi¿r' *""á,'.""teniho a sus actitudes y a sus palabras' En nues'
cons'
ble de sus creencias,deseos,intencionesy decisiones. tra necesidad de hallarla comprensible, trataremos-de
verda'
No hay nitrguna asignación de creencias a una persona, truir una teol:ía que la haga consistente,creyente de
de lo buená (qor nuestros propios medios'
una por una, soble las basesde su conducta verbal, sus elec- ;;^y-;;rnte
r:ionesu otros signos locales -pol más claros y evidcntes .i".aá f""g"). Siendo la vida lo que es, no habrá ninguna
que sean-, pues clamossentido a las creenciasparticulares t"ortu ."n[iliu que satisfaga compietamenteestos requisitos.
menos
sólo en tanto que son cohererltescon otras creencias,prefe' Muchas teorías e{ectuarán un compromiso más o
puede no haber bases obje'
rencias, intenciones,expectativas,miedos, deseos,etcétera. aceptabte"y entre estas teorías
No es simplemente, como en el caso de la medición de lon' tivas para la elección.
gitud, que cada caso contrasta una teoría y depende cle ella, El larácter heteronómico de los enunciadosgeneralesque
sino que el contenido de una actitud proposicional se deriva 1o mental y lo físico se remonta a este papel-central
de su lugar en el esquema. ""ür""
á"-iruá"""ión en la descripción de todas las actitudes-_pro'
No puede considerarsecomo mera caridad concedera la ;;.i;i"*l"., y a la indeterminación de la traducción''u No
gente un alto grado de consistencia: es inevitable si quere-
'15l ,a'i nfl rrenc i ade]adoc tri nadel ai nd.etermi nac i óndel atraduc c i óntl e
mos estar en posición de acusarla signi{icativamentede error cJP¡ ! de .worlil anil oóiec¿.-(Cambridge'
w. ü'dt*;-;;; l; .*po""
y de algún grado de irracionalidad. La conlusión global, "t"t
\fass.,1960),".r." rp"ro,-' oboi a.E n45-Qui nedes artnl l al ac onex i ónentretra-
y hace notsr que "la tesis de Bretano de
como el errol total, es imllerrsable;trtl pr)t'quela imagina' i"""i¿" v
""iiioh"r'p.op*i"ionul"t,
25
24
hay leyes ¡rsicolísicasestrictas,a causa rle los r:rim¡rlomisos III
dispares de los esquemas{ísicos y los mentales. Una carac-
terística de la ¡ealidad física es que el cambio físico puede lil meollo tle la discusión precedente, así como su conclu'
explicarse mediante leyes que lo conectencon otros cambios sión, serán familiares. La existencia de una diferencia c¿'
y condiciones descritas físicamente. Una característica de lo tegorial entre lo mental y lo físico es un lugar común. Acastr
mental es que la atribución de los fenómenosmentales debe parczca extraíro que no diga nada acerca de la supuesta
ser responsable ante el trasfondo de las razones, creencias privacía de 1o mental, o de la autoridad especial que el su-
e intenciones del individuo. No puede haber conexioneses- jeto tiene con respecto a sus propias actitudes proposiciona-
trechas entre las áreas si cada una mantiene fidelidad a su ier, pero esta aparente novedad se desvaneceríasi investi'
propia fuente de evidencia. La irreductibilidad nomológica gásemoscon mayor detalle las basespara aceptar un- esque-
de lo mental no se deriva meramente de la naturaleza incon- ma de traducción. Pasar de la diferencia categorial entre
sútil* del mundo del pensamiento,la preferencia y la inten- lo mental y lo físico, a la imposibilidad de leyes estrictas
ción, pues tal interdependencia es común a la teoría física, que los relacionen, es menos común' pero ciertamente no es
y es compatible con el que haya una única vía correcta de tiu"uo. Si hay, entonces' aiguna sorpresa' será el descubri-
interpretar las actitudes del hombre sin relativizarlas en un miento de que la no-legalidad de lo mental sirve para- ayu-
esquema de traducción. La irreductibilidad tampoco se debe dar a establecerla identidad de lo mental con el paradigma
simplemente a la posibilidad de muchos esquemas igual- cle lo legaliforme, lo físico.
mente elegibles, porque esto es compatible con la elección El razonamiento es el siguiente. Estamos asumiendo, bajo
arbitraria de un esquemacon respectoal cual se hacen asig. el principio de la dependencia causal de lo mental, que
naciones de cualidades mentales. El asunto es más bien que, al menos algunos sucesosmentales son causas o efectos de
cuando usamos los conceptos de creencia, deseosy demás, sucesos{ísicos; el argumento sólo se aplica a éstos. Un se'
debemosestar preparados, conforme la evidencia se acumu- gundo principio (el del carácter nomológico de la-causali'
Ia, para ajustar nuestra teoría a la luz de eonsideraciones áad) dice que cada enunciado singular causal verdadero está
rle cohesiónlógica total: el ideal constitutivo de r¿rcionalidad respaldado por una ley estricta que conecta sucesosde cier'
controla parcialmente cada fase de la evolución de lo que tas clases, a las cuales peltenecen los sucesosmencionados
debe ser una teoría en desarlollo. La elección arbitraria de como causa y efecto. Donde hay leyes burdas, pero homo'
un esquema de traducción impediría tal ajuste oportuno de nómicas, hay leyes que recurren a conceptosdel mismo do'
la teoría; para decirlo de otra manera, una correcta elec- minio conceptual,las cuales son factibles de mejora en cuan'
ción arbitraria de un manual de traducción sería la de un to a precisión y comprehensividad. Subrayamos en la sec-
manual aceptable a la luz de todas las pruebas posibles, y ción ánterior que tales leyes figuran en las ciencias físicas.
ésta es una elección que no podemos hacer. Debemos con- La teoría física promete aportar un sistema comprehensivo
cluir, pienso, que el debilitamiento nomológico entre lo men- cerrado que garantice producir una de-"cripción estanclari-
tal y lo físico resulta esencial en tanto que concibamos al zada y única de cada sucesofísico, {ormulada en un voca'
hombre como animal racional. hulario apropiado a la ley.
la irreductibilidad de las expresiones intencionales eq una con la tesis de l¡ No es plausible que los conceptosmentales pnr sí solo-c
indeterminación de la traducción" (p. 22I\.
* Inconsírtil en el sentido de que no hav partes. No
hay narla separado.
puedan proporcionar tal esquema, simplemente porque- lo
fN. T.l inental. de acuerdr.¡a nuestro primer principio, no constittl'

26 27
ye un sistema cerrado. Ocurren dcnrasiadascosasque a{ec- iclórrticocoll ullo {ísico, lto se seguiría que esc alguien pu-
tan a lo mental sin ser en -"í mismas partes sistemáticasde diera predecir:o explicar un suce-comental particular (así
lo mental. Pero si combinamos esta observación con la con- rlesclito,pt-rrsu¡ruesto).
clusión de que ningún enunciado psicofísico es (o puede Dos rasp;osde los succsosmetttalesen su relación con los
constituirse en) una ley estricta, tenemos el principio de la físicos -la dependenciacausal y la independencianomo-
anomalía de lo mental: no hay en absoluto leyes estrictas Itigica- se combinan. entonces? pala disolver lo que a me'
sobre las cuales podamospredecir y explicar los fenómenos nudo ha pareciclouna paratlrija: la eficacia del pensamien'
mentales. to y el propósito en el mundt-rmateriril, y su inmunidad a
La demostración de la identidad se sigue fácilrnente. Su- la ley. Cuando repl'esentamos sucesosbajo el rubro de per-
pángase que Í1, un sucesomental, causó p, un suceso{ísico; r:epciones,recuerdos, rlecisionesy ttcrliones,necesariamente
entonces,bajo alguna descripción, h y ¡r instancian una ley loi localizalnos entre los sucesosfísicos mediante la rela'
estricta. Esta ley sólo puede ser física, de acuerdo con el ción de causa y e{ecto; pero este mismo modo de represen'
parágrafo anterior. Pero si nL cae bajo una ley {ísica, tiene t¿icitin.en tanto no cambiemosla expresión,aísla los sucesos
entoncesuna descripción {ísica; lo cual es decir que es un mentalesde las leyes estrictasa las que puede en principio
sucesofísico. Un argumento análogo funciona cuando un su- recurrirse para explir:ar y ¡rredecirlos fenómenosfísicos.
ceso físico causa un suceso mental. Así, cada suce.qomen- Los sucesosmentales,en tanto clase, no puede explicarlos
tal que está relacionado causalmente con un suceso físico, la ciencia física; en cambio, los sucesosmentales particu'
es un sucesofísico. A fin de establecerel monismo anómalo lares sí, cuando conocemosidentidadesparticulares.Pero las
en plena generalidad sería suficiente mostrar que cada su- cxplicaciones de los sucesosmentalesque por lo general
ceso mental es causa o efecto de algún sucesofísico; no in- nos interesan.los relacionancon otros sucesosy condiciones
tentaré esto. mentales.Explicamos, por ejemplo, ias accioneslibres del
Si un sucesocausa otro, hay una ley estricta que dichos hombre apelando a sus cleseos,hábitos, conocimiento y per-
sucesosinstancian cuanclose les describe aclecuadamente. Sin cepciones.Tales explicacionestlc la conducta intencion¿rl
embargo, es posible (y típico) conocer la relación singular operan en un esquema conceptual Iuera tlel alcance directo
sin conocer la ley o las descripcionesrelevantes. El conoci- clelas leyes físicas,al describir la causay el e{ecto,la razón
miento requiere razones, pero éstas son accesiblesbajo la y la acción. como aspeclosde una representaciónpor parte
forma de generalizacionesheteronómicas burdas, legalifor- ,1" t.t.tsujeto humano. La anomalía de lo mental es' por tan-
mes, en la medida en que las instanciashacenrazonableespe- to, una concliciónnecesariallara considerar autónoma la
rar que otras instancias sigan su ejemplo, sin ser legalifor- (loncluyo coll un segunclopasaje de Kant:
¿rc't,iírrt.
mes, en el sentido de ser indefinidamente refinables. Apli-
cando estoshechosal conocimiento de las identidades,vemos Es un problema intplt:scitidible de la filosofía es¡tccula'
que es posible saber que un sucesomental es idéntico con tiva el mostrar, al menos, que su erngañorespectode Ia
algún sucesofísico, sin saber con cuál (en el sentido de que contradicción rellosa en que llensamos al hombre en muy
pueda darse una descripción física única que lo coloque diferente sentidoy relación cuando le llamamos libre que
bajo una ley relevante). Aun si alguien conociera la histo. cuando le consideramoscomo lreclazode la naturaleza,
ria físic'a cnmpleta clel mundo. y cada sucesomental fuera sometirlo a la-. leyes de ésta, I y q*" ambos, no sólo

28 29
pueden muy hien compadersel sino que deben pensarse cuadernog 9' wer'er Dietlerichy Tlans
FriedrichFulda
también como necesaríatnente unídos en el mismo suje- de ESTRIICTURAS
to" ''r ---!t2^^ SNEEDIANAS EN ¿'¿
crítiea :aPITAL DE MARX
10. Arthur C. Danto
AccIoNES BÁsICAs
,1.H. P. Grice
SIGNIFICAD0 I'irrPrerrsa
2. ThomasNagel I I ' Donald l)avidson
FISICAI,ISMO SI,CESOS NIENTAI,ES
i'i. tI. L. ;\. Hart 2. BensonMates
OBLIGACIÓ\ JL]IIÍDICA Y
I}ESCRIPCIOI\ES
Y OBLIGACIÓNI,TORAL REFERENCIA
'1. H. L. A. Hart ljl. Alexiusl{einong
IJNA VISITA A KEI-SEN TEORÍA DEL OBJETO
5. RonaldM. Dworkin ll. lionaldNI. Dworkin
¿ESEL DERECHOU\ CASOSDIFÍCIT,ES
SISTEMADE REGI-AS?
15.I{itarv putnam
6. Flans Kelsen LA NATURALIIZA DII
DERECHOY I,ÓGICA I,OS IISTADOSX,TENTAI,IIS
7. Saul Kripke 16. Ge¡raroR. Carrió
IDENTIDAD D\I/ORKIN Y EL
Y NECESIDAI) POSITIVISI.IOJURÍI)I(]O
8. SidneyShoemaker 17. Hilary?ut1lry
LAS PERSONASY LA VIDA MENTAL DE
sll PASADO ALGIINASI\{ÁQITII{AS

t 8 O p . c í t ., p . 1 2 7 .

30

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