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Sebastian Mejía Morales

sebastian.mejia1@utp.edu.co

De mundos posibles a composibles en Leibniz

Resumen

El artículo indaga en los conceptos composibilidad y posibilidad en el corpus leibniziano. La


tesis que defendemos es que la teoría de los mundos posibles en Leibniz puede ser ampliada y
comprendida por medio de los desarrollos de Leibniz en el concepto de la composibilidad.
Leibniz con estos dos conceptos, el de composibilidad y posibilidad nos ofrece un
acercamiento a la mente Dios y, en suma, en ellos comprendemos la respuesta a la pregunta:
¿por qué existe el ser y no el vacío? De allí que el trabajo gravite sobre la relación de
composibilidad y sobre el mejor de los mundos posibles que reúne y liga las substancias.

Palabras clave: composibilidad, posibilidad, mundos posibles.

Introducción

La teoría de los mundos posibles en Leibniz es crucial para entender los alcances de la
metafísica de Leibniz. Por medio del concepto de composibilidad que nosotros distinguimos
de la posibilidad, queremos mostrar que ambos conceptos son muy distintos a la idea de
contradicción, con ellos el autor salva la razón de los serie de cosas contingentes, alejándola
de la arbitrariedad. De aquí que la intención del trabajo sea investigar los alcances de lo que
se ha denominado en el pensamiento anglosajón como la teoría de los mundos posibles y la
teoría de la composibilidad. Ambas teorías son una manera de entender no solo el optimismo
del autor, sino los alcances de la principiatología leibniziana en general. La primera sección
del trabajo investiga en los alcances de la teoría de los mundos posibles en Leibniz, el
objetivo de la sección es establecer los alcances del concepto posibilidad como una manera
que nos lleva a los mundos posibles por medio de la pregunta por qué existe algo y no más
bien nada. La segunda sección se centra en el concepto de composibilidad como la manera en
que el absoluto determinó que series-mundo (series rerum) pasarían de ser meros posibles
lógicos a posibles reales. Nuestra tesis apunta a que solo las series-rerum que guardan una
relación de composibilidad más alta pueden pasar de la posibilidad a la existencia plena. De
aquí que lo posible en Leibniz necesite de lo composible sino no podría hallarse una razón del
por qué Dios eligió unas cosas más que otras, ya que en la mente Divina todos los posibles
ameritan existir, pero existirán solo los más composibles.

1) Dios eligió el mundo más posible

Para acercarnos a la teoría de los mundos posibles debemos comprender que el origen es un
cuestionamiento que podría expresarse así: ¿Por qué existe este mundo y no otro? O lo que
sería igual ¿Por qué existe algo y no nada? 1 Leibniz convirtió este cuestionamiento en una
forma de adentrarse en los vericuetos de la mente Divina por medio de su creación. Así en el
pensamiento del autor la pregunta nos conduce irremediablemente a Dios y de allí a la
creación, convirtiéndose esto último en el fundamento de una metafísica modal. Leibniz
siempre nos dice que nada es arbitrario y más que eso, todo tiene su razón de ser 2. Pero
debemos preguntarle a Leibniz ¿De dónde procede tal certeza? Algunos en la respuesta del
autor denunciaron un optimismo radical3. Otros vieron a un pensador aburrido que no innovó
en su filosofía4. Lo cierto es que la respuesta de Leibniz más allá del movimiento del
pensamiento que genera, se convirtió en un punto de partida que pretende escarbar en la
razón del ser y del mundo o en otras palabras: pretende conectar dos pisos que en el barraco
son manifiestos, esto es, al Creador con su creación.

Para Leibniz no es posible saber la razón sobre cualquier cosa que exista 5. Esto por la
dificultad que engloba el principio de razón suficiente, a saber, jamás podemos conocer la
auténtica razón por la que algo es o existe, por ejemplo, si en el campo, en lo que fuera un
paseo matutino, vemos una garrapata colgada de la parabólica de una hoja, ¿cómo puedo
saber por qué existe esa garrapata y no otra?. Si indagamos en ella, en sus notas más claras,
en un examen rápido es posible distinguir detalles de la serie6-garrapata. Podríamos saber
algunas de sus singularidades como que tiene: 1) percepción de la luz; 2) percepción olfativa
de la presa; 3) percepción táctil del mejor sitio. 7 Sin embargo, nunca, no importa “el estado

1 La pregunta en Leibniz (1982), p. 475 Está referida sobre cómo algo pasa de ser lógicamente posible a
lógicamente real. De aquí que los posibles que pasan al acto son sólo aquellos que alcanzan el máximo de
posibilidad.
2 En la proposición Nada es sin razón en Leibniz (1982), p. 92. Aquí nos propone que la razón suficiente se
cumple cuando se dan todos los requisitos necesarios para que una cosa exista.
3 Me refiero al personaje de Pangloss en Voltaire (2006)
4 Me refiero a los comentarios de Hegel (1995), pp. 353-354
5 En Leibniz (1982), p. 614. § 38: “Por ello la última razón de las debe estar en una substancia necesaria en la
cual el detalle de los cambios está solo eminentemente, como en su fuente: y a esto es a lo que llamamos Dios”
6 Para el uso del término “serie” en Leibniz (1982), p. 614. Monadología § 37
7 Deleuze (1982) utiliza la garrapata para ilustrar el pliegue-despliegue
anterior a que se remonte jamás se descubrirá en dichos estados una razón perfecta de por qué
existe un mundo más bien que nada, ni por qué es tal como es” (1982, p. 472) La garrapata
por sí misma es un micro-universo infinitamente plegado, de allí que no importa la calidad de
las indagaciones, nunca podremos dilucidar su razón de ser en el mundo. Solo de Dios como
la “inteligencia extramundana” o la “unidad dominante” (cfr. Leibniz, 1982, p. 472) que rige
y construye el universo podemos esperar tal designio. De aquí se sigue que, si no podemos
encontrar la razón de las cosas en ellas, solo queda que la razón provenga de un “afuera” de
ellas, esto es, de Dios8.

Dios eligió el mundo más posible, solo eso puede explicar que este mundo exista en
lugar de otro y más que eso, que exista esa garrapata y no otra cosa. A la pregunta ¿por qué
existe algo y no más bien nada? Leibniz responderá con la teoría de los mundos posibles.
Pero antes de hablar de dicha teoría, es necesario hablar de la posibilidad en Leibniz. Algo
posible es aquello que puede ser o no ser, es decir, lo posible siempre tendrá un lado ambiguo
porque no contiene necesidad alguna. Lo posible en Leibniz se diferencia de las verdades
necesarias y de las contingentes, tiene su propio estatuto. Sin embargo, el único posible
necesario para Leibniz es Dios:

De este modo el argumento antedicho prueba por lo menos que Dios existe
necesariamente, si es posible. Lo cual es en efecto un excelente privilegio de la
naturaleza divina de no tener necesidad sino de su posibilidad o esencia para existir
actualmente y es lo que precisamente se denomina Ens a se (ser por sí) (Leibniz,
1982, pp. 309-310)

El argumento al que se refiere Leibniz es su innovación respecto del argumento de


San Anselmo9 en dónde prima la posibilidad antes que la idea de Dios 10. Para Leibniz no es
imposible que un ser como Dios existiera y mucho menos que él sea la razón de la
prevalencia del ser sobre el no-ser. Así la posibilidad es todo aquello que tiene potencia de

8 En Leibniz (1982), p. 614, § 37: “Y como todo este detalle no encierra sino otros contingentes anteriores o
más detallados, cada uno de los cuales todavía necesita de un análisis similar para dar razón de él, no se ha
logrado avanzar: la razón suficiente o última tiene que estar fuera de la secuencia o series de este detalle de las
contingencias, por infinito que pudiera ser”
9 El argumento en San Anselmo (1998) Proslogion
10 Leibniz (1982), p. 194. En Sobre la síntesis y el análisis universal, recurrirá, antes que al concepto o a la
idea de Dios, a la posibilidad del concepto de Dios. Así como una rosa tiene su esencia en el invierno, esto es,
todavía es posible hablar de la rosa aun cuando un crudo invierno nos oculte su presencia, de la misma manera
la idea de Dios es posible por lo menos en términos de su esencia si hablamos solo de la posibilidad.
existir. Sin embargo, sólo la mente Divina puede ser la fuente que puede explicar cómo un
posible contingente puede pasar de la mera posibilidad de ser a la existencia plena.

Si tenemos esto en mente podemos entender por medio de una analogía la teoría de
los mundos posibles de Leibniz como un cálculo matemático cuyas fórmulas simbolizan
mundos infinitos, donde cada uno amerita existir con la misma fuerza. Leibniz nos dice en la
Monadología § 53 lo siguiente: “como en las ideas de Dios hay una infinidad de universos
posibles y de ellos no puede existir más que uno solo” (1982, p. 119). La infinidad de
mundos posibles que Dios comparó los unos con los otros puede representarse por medio del
cálculo de compatibilidad, claro que solo por analogía, jamás podemos atribuirle
directamente esta forma de proceder a Dios. Para elegir este mundo Dios miró infinidad de
mundos posibles y los comparó los unos con los otros. Luego si el mundo actual es el
resultado de la combinación A B. C. en lugar de C. D es porque la primera tiene más
posibilidad para existir y en términos más amplios, de las dos, es la que entraña la relación de
composibilidad más alta entre las substancias que engloba. Podríamos suponer que la mente
divina escudriño de la misma manera en cada uno de los mundos posibles y al final, según sus
designios, se decidió por el actual más que por otros.

2) Los composibles del mejor de los mundos

En este punto nos quedan algunas preguntas por resolver, la más manifiesta es: ¿cómo Dios
determina que mundo elegir y en base a qué principio escoge, entre la variedad de mundos
posibles, el mejor de esos mundos? Dicha pregunta nos lleva solo al principio de la elección
de lo mejor, para sacarlo a luz podemos empezar examinando en el § 5 del Discurso de
metafísica, allí Leibniz hablará de la bondad y de la de economía de Dios frente al mundo:

Él (Dios) hace todo de la mejor forma y nada puede dañar a quienes aman (..) se
puede decir, pues, que el que obra perfectamente es semejante a un geómetra
excelente que sabe encontrar las mejores construcciones de un problema; es semejante
a un buen arquitecto que dispone del sitio y de los fondos destinados al edificio, del
modo más ventajoso (1982, p.284)

Aquí vemos nuevamente la analogía no solo matemática en la forma en que procede


Dios, también en la primera parte sale a luz el principio de lo mejor como la base de la razón
de la existencia de este mundo. Nuevamente en § 48 de Monadología Leibniz lo amplía aún
más: “La Voluntad, que efectúa los cambios o producciones según el principio de lo mejor”
(1982, p. 616). Será la Voluntad de Dios la responsable de la elección de este mundo y la
responsable de sus cambios. Si bien distinguimos este proceder de Dios, todavía con esto no
resolvemos el interrogante: ¿qué características tiene este mundo para ser elegido en lugar de
otros igual de posibles? No podemos decir que solo de la posibilidad de los mundos el
Absoluto pueda tener una base para discernir cual de todos debe existir. Por eso nuestra tesis
apunta a que la base para que Dios eligiera la serie-mundo (series rerum) actual y no otra es
porque esta serie es la que entraña más composibilidad. Lo anterior es posible entenderlo por
medio de la compatibilidad de la serie-mundo. Así si tenemos la serie A.B.C.D. y afirmamos
que son idénticos según la esencia, además que son igualmente perfectas y todas ameritan la
existencia; si afirmamos que D es incompatible con A y B pero que A es incompatible con
cualquiera excepto D, e igualmente B y C, tendremos solo esta combinación A.B.C como
existente, excluido D. Si quisiéramos que existiera D solo podría existir con C. Tendríamos la
combinación C.D que es mucho más imperfecta que A.B.C 11. Aquí podemos deducir que las
cosas que existen son las más perfectas, es decir, las que cumplen con todos los requisitos de
la voluntad Divina. Se sigue que la composibilidad es el máximo de perfección de una serie
de posibles, la composibilidad se distingue de lo posible porque es un máximo al que nunca
podría aspirar por sí mismo la simple posibilidad. Solo aquella serie rerum que cumpla con
todos los requisitos podrá ser la más compatible con el mundo mejor y, en términos de
composibilidad es la única que amerita pasar de la mera posibilidad, gracias a su perfección,
a la actualidad. Ahora, lo posible por sí mismo no puede ser una justificación para elección de
la serie, necesitamos de lo composible como aquel máximo de perfección en donde descansa
aquella razón de la serie de cosas que engloba el mundo.

Los composibles del mejor de los mundos excluyen a los otros posibles que el
absoluto considero, ésto porque todos los posibles no pueden existir “no se desprende que
todos los posibles existan; ello se desprendería, claro está, si todos los posibles fueran
composibles” (Leibniz, 1982, p. 502) Pero no todos los posibles son composibles, son
composibles solo aquellos que cumplen con todos los requisitos y los que son compatibles
con el mejor de los mundos. De aquí que la razón para que exista la serie-mundo (series
rerum) actual es porque dentro de los infinitos mundos y de las infinitas combinaciones de
11 Para Leibniz (1982), p. 151. Todas las experiencias se pueden demostrar a priori, esto por la verdad
primera: todo posible exige existir, la proposición es para las verdades contingentes o de hecho y nos habla
sobre la razón de la existencia de las cosas, es decir, algo existe porque es compatible con el mundo mejor.
series que podría englobar dichos mundos, la actual es la que guarda una relación
composibilidad más grande entre todas y por eso el absoluto eligió está más que otras.

Así podemos comprender las razones de Leibniz para decir que vivimos en el mejor
de los mundos posibles, esto lo debemos entender en términos de composibilidad y no en
términos de las aspiraciones humanas en dicho mundo. La expresión ha dado lugar a muchas
críticas y polémicas, en las cuales se intentó socavar la credibilidad de la metafísica de
Leibniz. Pero las razones para afirmar esto en la metafísica de Leibniz deben ser entendidas
en términos de posibilidad y composibilidad.

Conclusiones

1) La teoría de los mundos posibles en Leibniz es la respuesta clara a su pregunta: ¿por


qué existe algo y no más bien nada? Esa pregunta se volvió una manera de conectar
dos pisos, esto es, el Creador y su creación. La teoría de los mundos posibles es el
embrión que Leibniz consideró como una manera de justificar la existencia de este
mundo. De los mundos infinitos que Dios consideró para existir, los más posibles de
todos ellos, tenían en sí mismos requisitos que los hacían sustentables para la
existencia. La posibilidad es la manera cómo Leibniz por medio de analogías
matemáticas, nos enseña que el cálculo que haría Dios para discernir el mejor de esos
mundos no es arbitrario.
Dios es la esencia que solo necesita ser posible para existir, por eso la razón de la
existencia del mundo actual, sólo puede llegar de él. De aquí que Leibniz conecte por
medio de la posibilidad dos cosas fundamentales, a Dios y al mundo. Si Dios es el ser
existificante sin el cual la razón del mundo y de las cosas que engloba no tendrían
manera de explicarse, entonces solo en él, esto es, en la menta Divina puede darse una
manera de entender el mundo. Por eso la teoría de los mundos posibles, apunta
radicalmente a una explicación de la elección del mundo por medio de la
compatibilidad de uno de esos mundos sobre los demás. Finalmente si el mundo que
conocemos es el resultado de una serie rerum en lugar de otra es gracias a que de
todas las posibilidades, nuestro mundo, era el más posible y el más composible para
las cosas que engloba.
2) La teoría de la composibilidad es la manera de completar los mundos posibles de
Leibniz. No es posible explicar, basados en mera posibilidad la elección de la serie de
cosas existentes. La composibilidad es el máximo de perfección de un conjunto de
posibilidades. Si tomamos un conjunto de posibles cualquiera y entre ellos
encontráramos que todos cumplen con una serie de requisitos, no podríamos en base a
ello elegir cuál de todos es la mejor. Para esto Leibniz asegura que las series rerum
que deben existir son aquellas en la que su compatibilidad sea la más alta entre todas
las otras posibilidades que estaban sobre la mesa. La perfección de los posibles, en
últimas, es lo que inclina la balanza hacia la existencia. Finalmente la composibilidad
es apenas una ganancia de Leibniz para poder justificar la polémica expresión sobre
que este es el mejor de los mundos. Finalmente está tesis se adecua al pensamiento de
Leibniz porque no rompe con el principio de elección de lo mejor, ya que, Dios elige
siempre lo más perfecto y no puede según lo anterior, escoger lo que es contrario a su
perfección. Nosotros por medio del concepto, encontramos que la afirmación sobre
que este es el mejor de los mundos, no es un salto de fe al vacío, en ella, Leibniz
escudriñó los recovecos de la menta Divina con la intención de entender la razón de la
prevalencia de unas cosas sobre otras. Allí, el autor encontró que lo que existe por lo
menos, debe ser más perfecto que otras cosas que de la misma manera podrían existir,
dadas otras condiciones y otros requisitos.
Bibliografía

Anselmo (1998) Proslogion. (trad. Judit Ribas y Jordi corminas). Editorial Tecnos

Copleston (1996) Historia de la filosofía IV. Editorial Ariel

Deleuze (1988) El pliegue. (trad. José Vázquez y Umbelina Larraceleta) Editorial Paidós

G. W. Hegel (1955) Lecciones sobre la historia de la filosofía III (trad. Wenceslao Roces)
Fondo de Cultura económica

Kant (1987) Los progresos de la metafísica desde Leibniz a Wolff. Editorial Tecnos

López y Graña (1989) Sobre los principios de la filosofía. Editorial Gredos

Ortega y Gasset (1958) La idea de principio en Leibniz. Alianza editorial

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W. Leibniz (1982) Leibniz escritos filosóficos (trad. R. Torreti, E. Zwanck, E de Olaso)


Editorial Charcas

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