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Según la FAO, la degradación del suelo se define como un cambio en su “salud”, lo que
repercute en una disminución de la capacidad de los ecosistemas para producir bienes o
prestar servicios para sus beneficiarios. Es el deterioro o la pérdida total de la capacidad
productiva del suelo a corto y largo plazo (Gardi et al., 2014), lo cual afecta
negativamente la productividad de este recurso y reduce la calidad de vida de la
población en general (Encina e Ibarra, 2000 y Encina e Ibarra, 2003).
SITUACIÓN LOCAL
CAUSAS
Aunque existen diversas causas por las que el suelo pierda nutrientes, entre las más
importantes a nivel global, regional y local, están la extracción por cosechas, erosión y
lixiviación o lavado.
EROSIÓN
Otra causa muy importante por la que se pierden importantes cantidades de nutrientes
del suelo es la erosión, tanto hídrica como eólica, o la combinación de ambos.
Erosión eólica: esta forma de pérdida es el proceso mediante el cual los nutrientes son
transportados por efecto del viento. Este tipo de degradación se acentúa en zonas donde
la precipitación pluvial es escasa, la fuerza del viento es alta y se presenta falta o escasa
cobertura del suelo. Aunque también se presenta en la región oriental, es más común en
la región occidental o Chaco, donde el terreno es plano y existe escasa presencia de
monte alto, lo que favorecen el movimiento y fuerza del viento. Para reducir la
ocurrencia de este tipo de erosión, es muy importante mantener el mayor tiempo posible
al suelo con cobertura vegetal y utilizar rompevientos, buscando con ello reducir la
fuerza o velocidad de los vientos.
LIXIVIACIÓN O LAVADO DE NUTRIENTES
Otra causa muy importante de pérdida de nutrientes está relacionada con el tamaño de
los poros del suelo. Tiene que ver con el tipo de suelo, especialmente relacionado a su
grado textural, pues de ello depende la predominancia de macroporos o microporos. El
suelo con textura gruesa (areno, areno franco, franco y franco arenoso), con
predominancia de macroporos, facilita enormemente el arrastre vertical hacia las
profundidades de grandes cantidades de nutrientes esenciales, alejándolos del alcance de
las raíces que el cultivo requiere para su buen desarrollo. Aunque en el Paraguay, la
pérdida de fertilidad por lixiviación o lavado ocurre en todos los suelos, se acentúa en
aquellos suelos cuyo origen es la roca sedimentaria, arenisca. Estos suelos contienen
predominancia de arena, situación que también hace que se tenga abundancia de
macroporos que favorecen el arrastre y pérdida de nutrientes disponibles en el humus
del suelo o en fertilizantes químicos incorporados. La mejor práctica para reducir la
perdida de nutrientes por lixiviación o lavado, debido al alto contenido de macroporos,
es mejorando el grado de unión o aglutinamiento del suelo mismo. Esto se puede lograr
aumentando el contenido de material aglutinante, principalmente la cantidad de materia
orgánica (humus) en el suelo. Esto se puede conseguir con la incorporación de estiércol
animal y abono verde, sumado a la aplicación del sistema de siembra directa, rotación
de cultivos, entre otros.