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MINISTERIO DE CULTURA
PROGRAMA NACIONAL DE CONSERTACIÓN
CONVENIO DE APOYO A ACTIVIDADES ARTÍSTICAS Y CULTURALES
INFORME DE AVANCE
AJUSTE METODOLÓGICO Y TRABAJO DE CAMPO
Necoclí
Febrero de 2005
PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA DEL LITORAL Y CUENCAS HIDROGÁFICAS DEL MUNICIPIO DE NECOCLÍ
TABLA DE CONTENIDO
PRESENTACIÓN........................................................5
2. ÁREA DE ESTUDIO................................................37
2.1 ASPECTOS FÍSICOS............................................................................................................ 39
2.2 ASPECTOS BIÓTICOS........................................................................................................ 44
3. OBJETIVOS........................................................46
3.1 GENERAL.............................................................................................................................. 46
3.2 ESPECÍFICOS...................................................................................................................... 46
4. ASPECTOS CONCEPTUALES.......................................48
4.1 ARQUEOLOGÍA Y TURISMO............................................................................................... 48
4.1.1 Hacia una definición del turismo eco-cultural....................................................49
4.1.2 Turismo, arqueología y patrimonio........................................................................57
4.2 ARQUEOLOGÍA E INTERCULTURALIDAD...........................................................................61
4.3 CULTURA, TERRITORIO Y TERRITORIALIDAD..................................................................63
4.3 TERRITORIALIDAD, CAMBIO SOCIAL Y SECUENCIAS DE OCUPACIÓN.........................66
7. PRODUCTOS ESPERADOS........................................131
BIBLIOGRAFÍA.......................................................147
PRESENTACIÓN
De otro lado, la situación geo-ambiental del municipio, potencializa aún más las
posibilidades de desarrollar un turismo eco-cultural, pues Necoclí cuenta con
características especiales como son su ubicación geográfica en el extremo oriental
del Golfo de Urabá, litorales y sitios panorámicos de alto valor patrimonial desde el
punto de vista del paisaje y entornos ecológicos de alta biodiversidad y fragilidad,
en el cual el turismo será un factor que debe ser canalizado en busca de la
sostenibilidad, entendida como el desarrollo de las comunidades locales sin
detrimentos patrimoniales ni ambientales. Como vemos, se requiere fomentar una
cultura del conocimiento y promoción del patrimonio paisajístico, cultural y
ambiental del Municipio, mediante actividades académicas e investigativas que
permitan reflexionar en torno al futuro desarrollo de la localidad.
De otro lado, los territorios del Municipio de Necoclí son los depositarios de un
enorme patrimonio arqueológico, pues en sus suelos aún yace sepultado un sinnúmero
de objetos, rasgos, restos humanos, estructuras habitacionales y vestigios
zoológicos y botánicos, de comunidades que se pueden remontar a más de dos mil
años. De singular importancia resulta el hecho de que en la jurisdicción de este
municipio, tuvieron lugar los primeros contactos entre europeos y americanos
continentales, lo que supone la presencia de elementos de la cultura material de
aquellos expedicionarios que incursionaron en el territorio, entremezclados con
materiales indígenas en las capas más superficiales de los suelos. Respetando la
normatividad y la integridad de estos bienes, este patrimonio posibilita contarle a
los visitantes turistas una historia propia que reafirme las identidades locales y
promueva entre los foráneos una manera diferente de ocupar el tiempo "libre"
conociendo de primera mano las riquezas patrimoniales y escuchando historias
inéditas sobre eventos oceánicos y continentales.
Con Relación a la Política Nacional Cultural, el Documento COMPES que acoge el Plan
Nacional de Cultura 2001 – 20101, plantea en su presentación que los lineamientos de
las acciones gubernamentales deben tender a
En este mismo sentido, el documento COMPES precisa que los valores culturales se
constituyen en una de las bases para el desarrollo y la cohesión social, generando
1
Documento COMPES. República de Colombia. Departamento Nacional de Planeación. Lineamientos para la
Sostenibilidad del Plan Nacional de Cultura 2001 – 2010 “Hacia una Ciudadanía Democrática Cultural” . Ministerio
de Cultura. DNP: DDS. Bogotá, D.C., 10 de mayo de 2002.
2
Ibíd.
3
Ibíd.
4
Ibíd.
El turismo cultural bien puede ser considerado como una industria cultural, sobre
todo cuando el patrimonio histórico y arqueológico juega un papel activo en su
modelación; como ya se mencionó, el interés de la investigación es precisamente
buscar la integración de estos dos ejes para lograr armonizar el desarrollo con las
características socioculturales e históricas de la región en la cual se inscribe.
“[...] Crear alianzas locales para asociar a los dos sectores alrededor de
programas culturales de calidad y ampliar su cobertura [...] impulsar la
creación de centros de memoria apoyados en las bibliotecas, archivos,
museos y otras unidades de memoria, y estimular la formación de valores,
sentido de pertenencia y conciencia de la conservación [...]” 7.
Cabe anotar además que parte importante de los recursos de esta investigación son
aportados por la Dirección Municipal de Educación, bajo el rubro de “Mejoramiento
de la Calidad de la Educación”. Esto muestra que el municipio de Necoclí está
acogiendo las disposiciones políticas emanadas por el COMPES en materia cultural.
Igualmente, en esta misma línea de relaciones entre los sectores cultural y
educativo, el proyecto arqueológico busca impulsar los centros de memoria,
contemplando los museos veredales y municipales, elementos planteados por el
COMPES como vinculantes de las esferas cultural y educativa.
8
Ibíd.
En síntesis, encontramos que hay una fuerte concordancia entre los objetivos del
proyecto y las políticas nacionales emanadas desde el COMPES y producidas
mediante un proceso participativo que culminó con el plan nacional de cultura.
Una de las líneas, la denominada Cultura como Eje de Desarrollo, busca abordar
aspectos tales como las industrias culturales, el turismo cultural y la cultura como
eje de desarrollo de los planes territoriales y sectoriales 11; esta línea se encuentra
plenamente relacionadas con los productos esperados de la investigación, pues se
parte de que la riqueza patrimonial de Necoclí es una fortaleza a la hora de planear
un desarrollo sostenible y respetuoso de la multietnicidad y la pluriculturalidad,
elementos característicos de este ente territorial.
9
Ibíd.
10
OEI. Informe del Sistema Nacional de Cultura – Colombia. http://www.mincultura.gov.co/1.
11
Ibíd.
12
Ley 300 de 1997.
13
Ministerio de Comercio, Industria y Turismo – Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial.
2004. Política para el Desarrollo del Ecoturismo. Fondo de Promoción Turística de Colombia. Bogotá.
Como vemos, desde lo conceptual se establece una tímida relación entre cultura y
medio ambiente, que no se desarrolla en ninguna de las nueve líneas estratégicas de
forma directa, prevaleciendo un enfoque puramente ambientalista.
Por las características de los recursos culturales y naturales, estos pueden ser
considerados a la par al momento de diseñar políticas que busquen la planificación y
promoción de un turismo pedagógico; el presente estudio considera los parámetros
conceptuales establecidos por el gobierno nacional para la industria turística. El
proyecto puede entonces aportar elementos desde lo patrimonial y lo cultural para
enriquecer las políticas de ecoturismo a nivel nacional, contribuyendo desde lo
teórico y desde la praxis, para que se trascienda hacia una perspectiva del turismo
eco-cultural, que consideramos más holística y adecuada para la realidad colombiana.
De otro lado, el interés del gobierno nacional por la recuperación, difusión y
promoción de los valores culturales e históricos de la región de Urabá se ve
reflejado en la Ley 935 de diciembre 30 de 2004; este acto legislativo resalta la
importancia de esta región en el proceso de poblamiento y encuentro de culturas
diversas que fueron la base de la etnicidad colombiana. El Artículo segundo exalta
14
Ibíd.
El Artículo 3 de esta misma Ley, autoriza al gobierno nacional para que incorpore el
la Ley General de Presupuesto los recursos necesarios para el
Cabe resaltar que los objetivos que busca alcanzar la “prospección Arqueológica del
Litoral y Cuencas Hidrográficas del Municipio de Necoclí”, están íntimamente
relacionados con los alcances del artículo anterior, pues los resultados de esta
investigación arrojará parte de los insumos que se requieren para la difusión,
promoción e internacionalización de los valores culturales de esta región,
principalmente aquellos que tienen una singular importancia histórica y arqueológica.
Así mismo, el proyecto aportará información relevante para la monografía de Urabá
que esta estipulada en este artículo. Estos elementos muestran la necesidad y la
pertinencia de que el Ministerio de Cultura siga apoyando financieramente esta
iniciativa municipal, pues se convierte en un esfuerzo piloto para canalizar los
recursos de la nación con fundamentos científicos y totalmente articulados a la
política nacional para el patrimonio y el desarrollo de la región de Urabá. El
Municipio de Necoclí, en cabeza de la actual administración “ Primero la Comunidad”,
visualizó que los recursos patrimoniales y culturales son una fuente importante para
el desarrollo local y en este sentido se adhiere a la política nacional y a los
lineamientos establecidos en la ley mencionada.
15
Ley 935 de 2004.
16
Ibíd.
Con motivo de la efemérides de los 100 años de la provincia de Urabá como parte
del Departamento de Antioquia, el Congreso de Colombia quiere rendir homenaje a
este territorio y sus gentes, y para esto autoriza en el Artículo sexto de esta Ley
17
Ibíd.
18
Ibíd.
Cabe resaltar que en la fase de campo de esta investigación fue posible localizar un
extenso sitio que contiene material arqueológico de origen europeo que muy
probablemente corresponda a una de las primeras ocupaciones españolas en tierra
continental, sitio que bien podría ser el lugar para escenificar el “choque e
integración de las etnias y culturas” que menciona dicho artículo. El público
reconocimiento que quiere hacer el Congreso de Colombia a partir de la elaboración
de un monumento y sus respectivas adecuaciones locativas, debe considerar los
aportes de la investigación científica que brinden una base sólida al encuentro de
culturas y los posteriores procesos de mestizaje que son propios de la identidad
colombiana. En este sentido, el sitio identificado cobra especial relevancia ya que
representa precisamente el inicio de dicho proceso.
Por último cabe mencionar que la elaboración del presente monumento podría ayudar
al desarrollo territorial, pues se articularía con una serie de senderos y recorridos
que se pretenden diseñar como parte de la escenificación del patrimonio en función
del crecimiento turístico y económico de Necoclí. De otro lado, un monumento de
esta naturaleza también puede cumplir funciones educativas y pedagógicas que lo
conviertan en aulas vivas que promocionen los valores, la historia y la identidad del
pueblo colombiano.
19
Gobernación de Antioquia. Plan de Desarrollo de Antioquia 2004-2007 Marco Estratégico
20
Ibíd.
21
Ibíd.
22
Ibíd.
En el municipio de Necoclí están dadas las condiciones para que los recursos
culturales se conviertan en un componente fundamental de ese desarrollo humano,
integrado en sus particularidades culturales, naturales e históricas, proyectado
para durar en el tiempo y armonizado con las condiciones territoriales, pensando en
un crecimiento económico sin detrimento de sus recursos estratégicos para el
desarrollo. El estudio arqueológico se inscribe en esta búsqueda y está íntimamente
relacionado con las operaciones y acciones relacionadas con esta línea estratégica:
23
Ibíd.
24
Ibíd.
25
Ibíd.
26
Ibíd.
27
Ibíd.
28
Ibíd.
29
Ibíd.
30
Ibíd.
Mirando ahora una esfera subregional, encontramos fuertes vínculos del presente
estudio con una de las líneas estratégicas definidas en el Plan de Gestión Ambiental
Regional 2002 - 2012 de la Corporación para el Desarrollo Sostenible de Urabá —
CORPOURABA—; se trata de la línea 2 denominada "Articulación de los Procesos
Productivos a la Gestión Ambiental, específicamente con el objetivo de "Fomentar y
orientar el ecoturismo como mecanismo para la protección de áreas naturales". Para
mirar la relación directa con esta línea, piénsese en que el área seleccionada para el
estudio, la cual cubre las zonas potenciales de desarrollo turístico y las zonas
protegidas mediante las figuras de ecosistemas protegidos y estratégicos; además
como se ha mencionado, el interés se centra en la escenificación del patrimonio
arqueológico en función de actividades lúdicas y recreacionales, actividades
directamente relacionadas con la promoción del ecoturismo" 31.
Esta misma entidad, en su Plan de Acción Trianual establece unos principios que se
articulan con la presente investigación. Con relación a las potencialidades y
limitaciones de la Subregión Norte, donde se localiza el Municipio de Necoclí y el
Área de Estudio, se destaca en el PAT que el turismo es un elemento importante
para el desarrollo sostenible tanto ambiental como social; sin embargo se asocia a
limitaciones relacionadas con el déficit hídrico en algunas épocas del año y las bajas
coberturas de las redes de agua potable. Se resalta la existencia de escenarios
apropiados para desarrollar actividades ecoturísticas y etnoturísticas, tales como el
turismo de sol y playa, escenarios naturales de alto contenido paisajístico y de
diversidad ecológica como las ciénagas, ensenadas y volcanes de lodo, así como
31
CORPOURABÁ. 2002. Plan de Gestión Ambiental Regional (PGAR) 2002 - 2012.
32
CORPOURABA. 2004. Plan de Acción Trienal 2004-2006.
Una de las Metas del Milenio retomadas por la Corporación pretende reducir
significativamente el nivel de pobreza, para lo cual formuló un Objetivo de
Desarrollo que busca generar ingresos y empleo por medio del uso sostenible de la
biodiversidad y la promoción de sistemas de producción sostenibles, íntimamente
ligado al Plan Nacional de Desarrollo y a las Políticas Ambientales Nacionales, donde
se hace hincapié en la necesidad de generar ingresos a partir de mercados verdes,
promoción de la diversidad étnica y la educación ambiental, entre otros. El turismo
eco-cultural bien puede ser considerado como un "mercado verde", pues se ajusta a
una política de protección y promoción de la fragilidad ambiental y patrimonial de la
zona norte de Urabá, potenciando la posibilidad de desarrollo sin detrimento de la
oferta ambiental para las generaciones futuras. La presente investigación, como se
33
Ibíd.
34
Ibíd.
partir del cual es posible estructurar programas y proyectos puntuales tales como
"la Casa de las Culturas", museos etnográficos y arqueológicos " insitu" o en salas
organizadas, así como monumentos conmemorativos que hagan alusión al choque y
encuentro de culturas. De igual forma es posible derivar del conocimiento adquirido
sobre la región representaciones del patrimonio y del paisaje que resalten la
importancia de la memoria del territorio, permitiendo promocionar un turismo eco-
cultural y educativo, con fuertes componentes de participación donde los individuos
puedan articular dichos saberes con el conocimiento tradicional y los discursos
locales del pasado.
Tratando de articular los posibles aportes de este proyecto con los planteamientos
realizados en el PBOT Municipal, encontramos que se vincula directamente con la
política establecida para territorios indígenas, patrimonio cultural, histórico y
natural, de proyección local, departamental y municipal; así pues, el patrimonio
arqueológico que contiene el municipio se constituye en un bien cultural que requiere
su valoración y promoción, elementos que pueden darse a partir de estudios del
patrimonio y los bienes arqueológicos y culturales; de igual forma, dadas las
características de este patrimonio, que pueden contener los testimonios
artefactuales de los primeros contactos entre europeos y americanos continentales,
pone de manifiesto la necesidad, como lo establece la política, de vincularlo
internacionalmente; igualmente sucede con las evidencias arqueológicas más
antiguas, donde es evidente una fuerte relación con regiones aledañas como lo son el
Istmo de Panamá, la Costa Atlántica Colombiana y las últimas estribaciones de la
Cordillera Occidental, incluyendo las cuencas medias y bajas de los ríos Sinú y San
Jorge. Es evidente que si no se desarrollan investigaciones de este tipo será
imposible realizar dicha proyección y no aprovechar adecuadamente las
potencialidades de los mismos para reforzar el desarrollo local con fuertes
elementos de identidad, que le permitan a los pobladores "empoderarse" en el
desarrollo turístico, a partir de discursos que pueden ser demandados por "otros".
Este mismo modelo de desarrollo regional estipula que hay que promover programas,
planes y proyectos que permitan desarrollar alternativas en pro de la autonomía
municipal, con el fin de ser competentes en los ámbitos departamental, nacional e
internacional. Dado que el turismo es una de las actividades de mayor desarrollo y
promoción en el municipio, este sector deberá plantear, conjuntamente con los
demás sectores y con la administración municipal, estrategias que le den a esta
actividad una identidad propia que a su vez le permita ser competitivo con relación a
los otros mercados turísticos de la Costa Atlántica; potenciar el patrimonio en
función del turismo podría darle dicha identidad a este sector y ofrecer
alternativas recreacionales que generen un tipo de flujo turístico particular que en
la actualidad no es captado, dado que son otras las alternativas que se le ofrecen al
consumidor. De esta forma es posible aportar a la autonomía y competitividad del
sector turístico del municipio directamente, e indirectamente de otros sectores
Según el acuerdo que adopta el PBOT, elaborado a partir del Artículo 20, Decreto
reglamentario 879 de 1998, de la Ley 388 de 1997, la imagen objetivo del futuro
subregional,
37
Ibíd.
38
Ibíd.
Este estudio busca también ayudar a definir más claramente las zonas de protección
histórico-cultural (zph-c), pues en la zonificación del suelo rural de áreas silvestres
o protegidas que contiene la formulación del PBOT, solo se incluyeron los territorios
indígenas (resguardos), dejando de lado las áreas de interés patrimonial. Se busca
pues proponer acciones encaminadas a garantizar la conservación de los bienes
arqueológicos patrimoniales promoviendo su valoración tal como lo estipula el
decreto 1984 de 1989, en su artículo siete, numeral nueve.
39
Para una mayor comprensión de los alcances y contenidos de este seminario, ver el documento que contiene la
propuesta general.
40
CORPOURABA. Agenda Ambiental del Municipio de Necoclí. Apartadó, 1997.
41
Ibíd.
42
Ibíd.
43
Ibíd.
2. ÁREA DE ESTUDIO
44
CORPOURABA. Características Geográficas del Golfo de Urabá. En WWW.corpouraba.gov.co, 2003.
45
CORPOURABÁ. 2004. Plan de Acción Trienal 2004-2006. Abril de 2004.
las cuencas de los ríos Murindó, Jedega, Chageradó, Murrí, entre otros 46. Es de
resaltar que tanto el Municipio de Necoclí, como el área de Estudio definida, se
ubican en las dos primeras vertientes descritas.
46
CORPOURABA. Características Geográficas del Golfo de Urabá. En WWW.corpouraba.gov.co, 2003.
47
Ibíd.
48
CORPOURABA - Municipio de Necoclí. Documento Técnico de Soporte para el Plan Básico de Ordenamiento
Territorial Municipal. Necoclí – Antioquia, 1999.
la porción occidental de las cuencas media y baja del río Mulatos; incluye además
las zonas de humedales conformadas por las Ciénagas de La Marimonda y El Salado,
así como el complejo de humedales y manglares asociados al Caño La Marimonda y al
Río Necoclí y los humedales y zonas inundables de la ensenada de Rionegro (Mapa 2).
Se pretende cubrir un sector de Urabá que sea representativo de los diferentes
entornos ambientales y físicos y que a la vez sea de alto potencial arqueológico,
según las problemáticas del poblamiento prehispánico y colonial temprano que se
tienen para esta región.
49
INGEOMINAS, 1988. En: IGAC. Características Geográficas de Antioquia. Bogotá, 1992.
50
CORPOURABA - Municipio de Necoclí. 1999. Op. cit.
Con relación a las geoformas específicas asociadas al corredor costero del Área de
Estudio, es posible identificar cinco unidades básicas que corresponden a playas
naturales, terrazas erosivas, playas artificiales, conjunto de cordones litorales y
stocks o remanentes rocosos. Las playas naturales se conforman de arena media,
51
Ibíd.
52
Ibíd.
53
Ibíd.
54
Franco, 1992. En: CORPOURABA - Municipio de Necoclí. 1999. Op. cit.
55
CORPOURABA - Municipio de Necoclí. 1999. Op. cit.
56
Ibid.
57
Ibid.
Con relación a las geoformas de la franja costera se afirma que en ella predomina
como rasgo característico, una terraza marina de topografía plana, de hasta seis
Km. de ancho y 36 m de alto; esta Terraza se encuentra acompañada de geoformas
levantadas que forman escarpes, acantilados, pináculos, barras de playa y depósitos
lagunares59.
58
Ibid.
59
Ibíd...
60
Ibíd.
Desde el punto de vista hidrológico, el río Mulatos es la principal cuenca, no sólo del
Área de estudio, sino también del sistema hídrico de la región norte de Urabá, y en
el cual sobresale su afluente el río Mulaticos y otros cauces menores; existen
además otros causes menores que vierten sus aguas al golfo, entre los que se
destacan los ríos Caimán Viejo, Necoclí, Bobal, así como el caño La Marimonda 63.
61
IGAC. Características Geográficas de Antioquia. Bogotá, 1992.
62
INVIAS. Estudio Sociocultural y Consulta Previa para el Mejoramiento de la Vía Turbo - Necoclí. Comunidad
Tule de Ipkikuntiwala. Medellín, 2003.
63
IGAC. 1992. Op. cit.
Con relación a los recursos de importancia forestal, con mayor potencial maderable
se encuentran el piskin (Albizia sp.), cedro macho (Guárea aligera), güino (Carapa
guianensis), sangre gallo (Iryanthera ulei), sandé (Brosimum utile) y laurel (Ocotea
sp.). Otras especies con usos comerciales encontradas en la zona son: el caracolí
(Anacardium excelsum), el roble (Tabebuia rosea), el cedro (Cedrela odorata),
choibá (Dipterix oleifera), nogal (Cordia alliodora), olleto (Lecythis tuyrana), tometo
(Symphonia globulifera), hobo (Spondias mombim) y laurel (Nectandra sp.)73.
70
CORPOURABA - Municipio de Necoclí, 1999. Op. cit.
71
Ibíd.
72
Ibíd.
73
INVIAS. 2003. Op. cit.
3. OBJETIVOS74
3.1 General
3.2 Específicos
74
Los Objetivos que se presentan en este informe, fueron ajustados a partir de la realidad patrimonial de la
zona de estudio y las particularidades del desarrollo territorial planteadas para el Municipio de Necoclí. Por lo
tanto presentan pequeñas diferencias con los presentados en el proyecto enviado al Ministerio de Cultura.
4. ASPECTOS CONCEPTUALES
Para iniciar esta discusión se hace necesario asumir el turismo desde una
perspectiva antropológica que integre los diversos fenómenos que entran en juego
en los diferentes contactos que provoca esta actividad y que ayuden a prefigurar los
mecanismos de escenificación del patrimonio arqueológico a la hora de utilizarlos
como atractivos recreativos y de esparcimiento. Entendemos entonces por turismo,
Los subsistemas arriba mencionados, deben analizarse a la luz de dos variables que
son la cultura y la imagen. La primera de ellas se ve transformada continuamente,
75
Santana, Agustín y Fernando Estévez. 1996. "Antropología del Turismo". En: Ensayos de Antropología Cultural.
Joan Prat y Ángel Martínez, Editores. Editorial Ariel S.A, Barcelona: 288.
Por otro lado, la imagen, es decir la representación abstracta que los individuos
tienen de las otras identidades, inicia un proceso de reconfiguración en el viaje,
donde objetos, tradiciones, expresiones populares, etc., se incorporan al bagaje del
viajero, enriqueciendo su universo de la representación y la praxis. Igual sucede con
el anfitrión, pues de algunos de los visitantes tomara elementos culturales que se
reflejarán en los usos del lenguaje, la organización del espacio domestico, la
valoración de los recursos naturales, las preferencias musicales y de vestuario, etc.
Desde nuestra perspectiva, se trata de sentar las bases para pensar el territorio en
términos de una vocación alternativa que tome la Cultura como eje modelador de la
promoción de servicios; desde este punto de vista propugnamos por un turismo eco-
cultural entendido como aquel que oferta los recursos naturales así como lo que
atañe a los habitantes de la localidad, su identidad y la historia territorial;
específicamente consideramos el turismo cultural como
Si partimos del hecho de que aquello que porta el turista es una búsqueda de
diferenciación, una búsqueda ancestral de vivencias que lo identifiquen, se espera
que la inversión del tiempo y dinero dedicados al esparcimiento y al descanso, se
refleje en un turismo más activo, de habitar territorios ajenos que lo diferencien e
igualen; es decir se trata de un juego donde se presentan transposiciones de
identidades donde el foráneo se funde en la cultura lugareña sin que ninguno ponga
76
Ibíd.
77
Raposeiras, Francisco León. 2003. "Turismo cultural: una estrategia para el futuro". III Encuentro de
Turismo Cultural-NayA, Buenos Aires, 30-31 octubre y 1° noviembre de 2003. "El turismo: espacio de diálogo
intercultural" http://www.naya.org.ar/.
En el mismo orden de ideas podemos pensar que en la medida que cuando se viaja se
sueña con el punto de llegada, espacios cargados de sentido se hacen sugestivos en
la búsqueda de identidades dispersas. A nuestro parecer, un diseño de desarrollo
que parta de una evaluación respetuosa del contexto en el cual quiera tener una
injerencia coherente, debe partir de una evaluación de las potencialidades y las
debilidades con las que se cuenta, y el recurso histórico y arqueológico son
elementos fundamentales en la toma de decisiones con respecto a la vocación local
del desarrollo.
Las tendencias contemporáneas del turismo han hecho que este comience a
modificar la oferta de ocio tradicional hacia un turismo menos regulado y con un
mayor contenido informativo y vivencial, elementos que pueden subsanarse por
medio de estrategias como las enmarcadas dentro de un turismo eco-cultural. Con
relación a lo anterior se ha planteado que
El turismo cultural goza de algunas ventajas siempre y cuando se mire como una
actividad que recoja las diferentes expectativas y motivaciones de los individuos a
la hora de emprender un viaje de descanso o esparcimiento. Se ha considerado que
entre estas ventajas se destacan las relaciones transversales que se establecen
mediante su práctica, pues directa e indirectamente el viaje involucra para el
visitante diferentes actividades, no limitándose a las puramente ecológicas y
culturales; se presenta entonces el turismo cultural como complemento que
enriquece las demás topologías turísticas (Turismo de Sol y Playa —descanso, buen
clima, sol y playa, diversión—, Turismo residencial —descanso en 2ª vivienda, visitas
a familiares, retorno a provincia de origen—, Turismo Rural —conocer entornos
naturales y rurales, experiencias extraurbanas—, excursionismo —Conocer en un
78
Ibíd.
Esta primera ventaja comparativa que se expone para el turismo cultural muestra
que la cultura es un bien de consumo de primer orden, lo que implicaría para las
regiones que pretenden adoptarlo como parte del modelo de desarrollo, ofertar
calidad en cuanto a los bienes culturales consumibles.
79
Ibíd.
80
Bonet i Agustí, Lluís. 2003. "Turismo cultural: una reflexión desde la ciencia económica". Estudio comparativo
sobre "Turismo y Cultura". En: Raposeiras, Francisco L. 2003. Op. cit.
81
Raposeiras, Francisco L. 2003. Op. cit.
Las ventajas mencionadas hacen del turismo cultural una estrategia dinamizadora de
las áreas rurales, donde es posible beneficiarse de la escenificación de los vestigios
del pasado y las prácticas tradicionales, interés que flota en las mentes de algunos
viajeros, que encuentran en la historia y la cultura una forma de recreación,
formadora y constructiva. Un elemento importante a resaltar es que el turismo eco-
cultural debe ser entendido como una actividad económica complementaria en los
entornos rurales, pues si se convierte en la principal, desaparecería la esencia misma
que la posibilita, es decir, las prácticas culturales locales. Se trata pues de
armonizar la oferta turística con las características sociales, culturales y naturales
del territorio84.
82
Ibíd.
83
Ibíd.
84
Ibíd.
Luego de esbozar las ventajas del turismo como elemento modelador del desarrollo,
pasamos a dilucidar algunos impactos negativos que esta actividad trae consigo. En
primer lugar, aquellas que afectan directamente al ambiente, las cuales dependen de
la capacidad instalada y las características naturales, así como de la dinámica de las
actividades que se le proponen al visitante.
Cuando el turismo se hace masivo, como es el caso del turismo único de sol y playa
que prevalece actualmente en Necoclí, los atractivos ofertados se usan más
intensamente y se genera sobrecarga y degradación si no se llevan a cabo los
correctivos necesarios que, a su vez, deben ser inducidos por los agentes que tienen
que ver con el turismo si se busca su sostenibilidad. En este sentido se ha
argumentado que
85
Ibíd.
86
Fernández, Guillermina y Aldo Guzmán Ramos. 2003. "Informar, sensibilizar y educar para un turismo
sostenible". En: III Encuentro de Turismo Cultural-NayA, Buenos Aires, 30-31 octubre y 1° noviembre de 2003.
"El turismo: espacio de diálogo intercultural" http://www.naya.org.ar/.
Los impactos sobre el ambiente son aquellos generados sobre algunos componentes
del medio biofísico, tales como la vegetación, el agua, el aire, la fauna y la geología.
Los impactos generados sobre la vegetación son los que tienen que ver con
recolecciones botánicas indiscriminadas intensivas sin parámetros científicos que
pueden generar cambios en la composición florística o producir la extinción de
especies; la intensidad y tipo de cobertura vegetal que cubre al paisaje, el cual
puede verse alterado en su variedad y capacidad de carga por la intención,
intensidad y frecuencia de las visitas de los turistas y de la apertura de nuevas
ofertas turísticas. La calidad del agua, para el consumo y para el disfrute en mares,
ríos, lagunas, etc., pero sobre todo en los sitios de playa, se puede ver afectada ya
que si no se dispone de una política de manejo de desechos, las aguas residuales de
la descarga de las acciones propias del turismo, así como por la descarga de
desechos tóxicos en el mar, ciénagas, ensenadas y ríos, tanto como la saturación
turística que genera desabastecimiento 87. Este impacto en la zona norte de Urabá
puede ser significativo si se tiene en cuenta la baja disponibilidad del recurso que
en la actualidad no cubre la demanda de la población residente; de igual forma se
satura en temporadas vacacionales, generando desabastecimiento a la población
local, situación que se ve agravada si se tiene en cuenta el déficit en el saneamiento
básico de la localidad.
87
Ibíd..
88
Ibíd..
89
Raposeiras, Francisco León. Turismo cultural: una estrategia para el futuro. III Encuentro de Turismo
Cultural-NayA, Buenos Aires, 30-31 octubre y 1° noviembre de 2003. "El turismo: espacio de diálogo
intercultural" http://www.naya.org.ar/
90
Ibíd.
De otro lado, el uso adecuado del patrimonio en acciones turísticas ha sido poco
legislado, pues las disposiciones se centran en su conservación, preservación,
91
Santana, Agustín. Patrimonio Cultural y Turismo: Reflexiones y Dudas de un Anfitrión . En: Primer Congreso
Virtual de antropología y arqueología. Octubre, 1998 www.naya.org.ar
estudio y difusión, básicamente a cargo de entidades del Estado 92. Desde las
políticas estatales, poco se ha considerado la promoción del turismo cultural y
patrimonial, como estrategia de esparcimiento con fuertes contenidos educativos,
que ayuden al fortalecimiento de la identidad nacional y al reconocimiento y respeto
de las diferencias.
92
Es de anotar la importancia que a un nivel regional comporta el Museo Universitario de la Universidad de
Antioquia, en su sección de antropología, en la cual vienen adelantando un proceso de modernización, donde
sobresale la colección arqueológica curada más representativa del país. No obstante, el patrimonio arqueológico
se encuentra distribuido por todas las regiones, y los nativos de los territorios de donde proviene ese
patrimonio no tienen un absceso directo al él.
93
Santana, Agustín. 1998. Op. cit.
94
Ibíd.
95
Guzmán R. Aldo y Guillermina Fernández. Informar, sensibilizar y educar para un turismo sostenible. En:
Segundo Congreso Virtual de antropología y arqueología. Octubre, 2003 www.naya.org.ar
Por último, abogamos por posturas como las expresadas por Santana (1998) quien
afirma que también se debe demandar
Escenificar el patrimonio que está íntimamente relacionado con grupos actuales que
lo consideran propio, bien desde la perspectiva histórica o por adscripción, para
ponerlo a disposición de actividades recreativas y turísticas, lleva implícito una
relación pluricultural que, para que sea eficaz, horizontal y no actúe en desmedro de
la integridad ética y cultural de los grupos involucrados, debe partir desde los
principios de la interculturalidad como estrategia de comunicación y
relacionamiento, donde se de un reconocimiento explícito a las identidades y a los
intereses de todas aquellas partes que conforman el grupo de interesados. Se ha
demostrado que en encuentros de identidades lo más efectivo y ético es acudir al
relacionamiento intercultural. De acuerdo a lo anterior podemos considerar a la
interculturalidad como
96
Santana, Agustín. 1998. Op. cit.
97
Facultad de educación. Universidad Nacional de Comahue. Argentina, 2000.
98
Eddine, 2001.
99
Eddine, 2001.
Con relación al concepto de cultura, valga aclarar aquí en primera instancia, que se
busca trascender las definiciones clásicas que lo ubican exclusivamente como
expresión y manifestación de las bellas artes, especialmente. Esta connotación es
importante, pero también limita el alcance de una gestión cultural y patrimonial, si
nos atenemos sólo a esta acepción.
Teniendo en cuenta lo anterior, la cultura puede ser considerada como una red o
trama de sentidos, desde donde buscamos dar significados a los fenómenos o
eventos de la vida cotidiana101. Sería pues una producción de sentidos, de los
fenómenos y eventos de la vida cotidiana para un grupo humano determinado . Si se
quiere escenificar las distintas manifestaciones culturales de las poblaciones
asentadas en el Municipio de Necoclí para el desarrollo turístico, en realidad nos
estamos preguntando ¿qué sentido tiene la vida para los habitantes de este
territorio?
101
Austin, 2000.
102
Sahlins, 1998: 2.
103
Geertz, 1973; Citado por Colmenares, 1987.
104
Sahlins, 1988.
105
Cañedo, 2000.
106
Duque y otros, 1996.
107
Molano, 1989.
Estas redes de interacción pueden extenderse más allá de los límites de una
sociedad o región, y pueden ser tan extensas como las identidades que se simbolizan
a través de señales explícitas y reiterativas, las cuales pueden ser rastreadas en los
patrones distribucionales del registro arqueológico. Consecuentemente, los
desarrollos locales y regionales no pueden ser explicados sin referencia a eventos
de amplia magnitud, que fueron contemporáneos y que estarían expresados en las
112
Colmenares, Germán. Sobre Fuentes, Temporalidad y Escritura de la Historia. En: Boletín Cultural y
Bibliográfico. Banco de la República. Vol. XXIV. N° 10. p. 3-18. Bogotá, 1987.
113
Schortman, E. M. Interacción interregional en prehistoria: la necesidad de una nueva perspectiva.
Anthropology / sociology Department, Kenyon College. Grambier, OH 43022. American Antiquity, 54 (1): 52-65.
1989; Schortman, E. and Urban, P. Modelling Interregional Interaction in Prehistory. Advances in
Archaeological, Method and Theory, vol. 11. Academic Press Inc. 1987; Schortman, E. and Urban, P. The place of
interaction studies in archaeological thought. En: Resources, power and interregional interaction . Plenum press.
New York. 1992.
114
Ibid.
5. ESTADO DEL ARTE DE LA ARQUEOLOGÍA REGIONAL
115
"Se a denominado como el área intermedia a una gran parte de centro y sur América, que se localiza entre los
dos grandes desarrollos de Mesoamérica y Andes Centrales, caracterizados arqueológicamente por tener
prolongadas secuencias de ocupación que derivaron en complejas sociedades con tendencias a una organización
política estatal. Contrario a éstos, en la llamada área intermedia, nunca los procesos sociales que se dieron en
épocas prehispánicas, conllevaron a sociedades complejas como resultado de un largo proceso de evolución. Lo
particular de esta área, es que en ella se localizan importantes desarrollos en el Holoceno temprano y medio que
llevaron en muchos casos a la sedentarización e incorporación de una nueva tecnología como es la alfarería, así
como a procesos de manipulación intensiva de vegetales, que muy posiblemente generaron la incorporación de
practicas agrícolas y/o hortícolas." (Duque, Marcela e Iván D. Espinosa. " Los alfareros tempranos del yacimiento
045. Programa de Arqueología de Rescate Porce II. Fase de Análisis e Interpretación" . Universidad de
Antioquia - CISH. Medellín, 1998.)
116
Lafaye, Jacques. Aculturación, asimilación, sincretismo e integración nacional. En: Identidad y
transformación de las Américas. 5° Congreso internacional de Americanistas. Ediciones UNIANDES. Bogotá,
1988.
117
Friedel, Stuart. Prehistoria de América. Editorial Crítica. Barcelona, 1996: 34-35
Posteriormente Friedel y Service propusieron esquemas evolucionistas en los que las
sociedades son clasificadas de acuerdo a sus desarrollos político sociales. Service
propone los estadios de bandas, tribus, jefaturas o cacicazgos y estados. Friedel
desarrolla una secuencia similar: igualitaria, de rango, estratificada y estado. La
transición entre una etapa y otra era explicada por cambios tecnológicos y
crecimiento demográfico. En la década de los 60 con la aplicación de estos
conceptos, se llegaron a producir largas secuencias de desarrollo cultural
prehistórico y se formularon leyes generales del cambio cultural comparables con
las leyes de las ciencias físicas118.
Los nueve períodos planteados para exponer el estado del arte son el período
temprano, el arcaico, el formativo temprano, el formativo tardío, los desarrollos
regionales, los grupos étnicos y primeras poblaciones en el Siglo XVI, primeras
121
Ibid.
PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA DEL LITORAL Y CUENCAS HIDROGÁFICAS DEL MUNICIPIO DE NECOCLÍ
Este período corresponde a las ocupaciones humanas más antiguas del continente,
que comienzan a poblarlo desde el pleistoceno; se trata de pequeñas bandas de
cazadores recolectores con una amplia movilidad, dedicados básicamente a la caza
de megafauna y a la recolección de frutos y vegetales, presentando además ausencia
de agricultura y asentamientos permanentes.
Los materiales arqueológicos que caracterizan este período son artefactos líticos
muchos de ellos con talla bifacial, entre las que se destacan las puntas de proyectil,
los raspadores plano-convexos y las cuchillas laterales. Para las regiones de Urabá y
el Darién, las investigaciones arqueológicas realizadas muestran que estos
territorios estuvieron ocupados desde épocas muy tempranas, al juzgar por el tipo
de evidencias que se han reportado. El posible poblamiento temprano por parte de
grupos cazadores – recolectores cuenta con algunas evidencias sin dataciones
absolutas en el Golfo de Urabá, específicamente en el sitio de Bahía Gloria (margen
occidental del Golfo), donde se halló una punta de proyectil acanalada similar a las
del Complejo “Lago Madden” en Panamá 123. Aunque no existen investigaciones
sistemáticas sobre cazadores - recolectores en Urabá, vacío que se puede
contrastar con otras zonas aledañas donde este tipo de evidencias han sido
ampliamente reportadas, como es el caso del Istmo de Panamá, donde la secuencia
de ocupación en este período, se remonta desde los 11200 AP a los 7000AP,
caracterizada por una multiplicidad de artefactos líticos con dataciones absolutas,
entre los que se destacan las puntas acanaladas, las puntas cola de pescado, las
puntas clovis, los raspadores terminales en forma de espuela, así como lascas
bifaciales utilizadas para actividades de corte 124.
122
Bray, Warwick. "Cruzando el tapón del Darién: una visión de la arqueología del istmo desde la perspectiva
colombiana". En: Boletín del Museo del Oro, Banco de la República, No. 29 de 1990: 9
123
Correal, Gonzalo. "Evidencia de cazadores - recolectores especializados en el sitio La Gloria, Golfo de Urabá".
En: Revista de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales , 15 (58), Bogotá. 1983.
124
Ranere, Anthony y Richard G. Cooke . "Evidencias de ocupación humana en Panamá a postrimerías del
pleistoceno y a comienzos del holoceno". En: Ambito y ocupaciones tempranas de la América tropical . Inés
Cavelier, Santiago Mora editores. Fundación Erigaie - ICANH. Bogotá, 1995.
125
Idem: 9
126
Botiva C., Alvaro. Arqueología de rescate. Línea de interconexión a 500 Kv. San Carlos - Sabanalarga,
Segundo circuito - Sector norte. Contribución a la arqueología de la Costa Atlántica. En: Arqueología de rescate
en líneas de transmisión eléctrica . ISA, 1994.
127
Correal, Gonzalo. "Exploraciones arqueológicas en la Costa Atlántica y valle del Magdalena". En: Revista
Caldasia. Universidad Nacional. Vol. XI, No 55. Bogotá, 1977.
128
Ibid.
129
Ibid.
Continuando con la posible secuencia de ocupación para Urabá y las zonas aledañas,
encontramos el período arcaico, que se extiende por unos tres mil quinientos años,
entre los 7000 AP hasta los 4500 AP. Aunque en la zona de Urabá no se han
encontrado evidencias puntuales para este período, es posible suponer su existencia
dada la cercanía geográfica que existe entre esta región y desarrollos fuertemente
consolidados para este período localizados en el Istmo de Panamá. Es de resaltar
además que en la Costa Atlántica Colombiana hay una ausencia total de este tipo de
evidencias.
130
Ibid.
Como dijimos, los desarrollos arcaicos más cercanos a la zona de Urabá, han sido
reportados para el Istmo de Panamá, donde la información arqueológica ha
permitido definir dos modos de vida: El “conchero costero” que enfatiza en la
explotación de recursos acuáticos como peces, moluscos, crustáceos, aves playeras
y ciertos mamíferos y el modo de vida asociado a los “abrigos rocosos” que al
parecer fueron ocupados temporalmente por grupos dedicados a la recolección de
frutos silvestres, a la caza de mamíferos pequeños como Zainos y posiblemente a la
agricultura de frutales y tubérculos. Para este periodo, se tienen los sitios del
Cerro Mongote, la Casita de Piedra en el Cañón del río Chiriquí, el Abrigo de
Aguadulce, la Cueva de Bustamante, la Cueva de los Ladrones y el sitio El Hornito 133.
131
Friedel, Stuart. 1969 Op. cit: 3-4
132
Bray,W. 1990. Op. cit: 12
133
Kan Rios, Jorge. La primera oleada de población sobre el Istmo de Panamá. En: http://sunl4.usma.ac.pa/arq”.
134
Bray,W. 1990. Op. cit: 12
Al igual que con el período anterior, en éste no se hallan reportes para la región de
Urabá, aunque sí se encuentran sitios asociados al formativo en zonas circundantes
como lo son el Istmo de Panamá y la Costa Atlántica Colombiana.
En Panamá se han reportado varios sitios del formativo temprano, entre los que se
destacan los sitios Monagrillo y Lago Gatún. En el primero se identificó una
ocupación humana que va desde 2500 al 1200 a. C. (4500 - 3200 AP), que consiste en
un montículo formado por una gran acumulación de conchas mezclada con abundante
cerámica de los tipos Monagrillo simple (enrollado, textura granulosa y sin
decoración), Monagrillo Inciso (enrollado, mejor alisada y decorada con motivos
geométricos, punteados y líneas incisas, trabajadas antes de la cocción) y Managrillo
rojo (similar al Monagrillo simple, decorada con pintura roja en la cara externa con
motivos geométricos). La industria lítica asociada a esta ocupación consistía en
cortadores y moledores sin una elaboración especial, al igual que morteros para
moler sin formas definidas y manos de moler. La fauna asociada a esta ocupación se
135
Ford, James. A Comparison of Formative cultures in the Americas . Smithsonian Institution Press.
Washington, 1969.
136
Reichel Dolmatoff, G. 1987. Op. cit.
137
Ibid.
138
Kan Rios, Jorge. Op. cit.
139
Reichel Domatoff, G. 1987. Op. cit.
140
Reichel Dolmatoff, G. Monsú. Un sitio Arqueológico. Biblioteca Banco Popular. Bogotá, 1985.
milenio antes de Cristo (1.280 a.C.). Se estableció una secuencia cultural de cinco
ocupaciones, dos de las cuales (las más antiguas, Turbana y Monsú)) se asocian a
material cerámico que no presenta desgrasante de fibra vegetal; mientras que las tres
restantes (Pangola, Macaví y Barlovento) si lo tienen. Según los datos arqueológicos es
posible afirmar que la economía de estos grupos estaba basada en la caza y la pesca,
aunque para la ocupación de Barlovento que es la más reciente, se puede suponer la
existencia de la agricultura sistemática, por la presencia de azadas de concha y
artefactos líticos; además durante la ocupación de Turbana (la más temprana), es
posible suponer la existencia de una aldea formada por grandes casas ocupadas por
grupos sedentarios dedicados parcialmente al cultivo de la yuca141.
141
Ibid.
142
Reichel Dolmatoff, G. Excavaciones arqueológicas en Puerto Hormiga departamento de Bolívar . Serie
Antropológica. No 2. Ediciones Universidad de los Andes. Bogotá, 1965.
143
Botiva, Álvaro. Contribución a la arqueología de la Costa Atlántica. Línea de Interconexión a 500 KV San
Carlos - Sabanalarga, Segundo Circuito - Sector Norte. En: Arqueología de Rescate en Líneas de transmisión
Eléctrica. ISA. Medellín, 1994.
144
Reichel Dolmatoff, G.. 1965. Op. cit.
Hacia finales del segundo milenio antes de la era cristiana, se asentaron en la Costa
Atlántica grupos humanos en populosas aldeas a orilla de grandes ríos como el
Magdalena. En Malambo, sitio localizado a la orilla de una laguna del mismo nombre que
forma el río Magdalena al sur de Barranquilla, se obtuvo una amplia secuencia
cronológica que abarca desde el 3070 +/- 200 AP. hasta 1270 +/- 50 AP. Al parecer
una fase anterior de esta misma tradición se encontró al norte del departamento del
Atlántico cerca al río Magdalena en la finca llamada Los Mangos, a 5 Km. de Malambo.
145
Oyuela, Augusto. "Dos sitios arqueológicos con desgrasante de fibra vegetal en la serranía de San Jacito
(Departamento de Bolívar)". En: Boletín de Arqueología. Año 2. No 1. FIAN. Bogotá, 1987.
146
Reichel-Dolmatoff, G y A. Dussan. Arqueología del bajo Magdalena.Estudio de la cerámica de Zambrano .
Biblioteca del Banco Popular - Colcultura, 1991.
147
Plazas, Clemencia; Ana M. Falchetti. "Cerámica arcaica en las Sabanas de San Marcos, Sucre". En: Boletín de
Arqueología. Año 1. No 2. FIAN. Bogotá, 1986.
148
Angulo, Carlos. Guajaro en la arqueología del norte de Colombia . Fundación de Investigaciones Arqueológicas
Nacionales. Banco de la República. Bogotá, 1988.
Como vemos, las evidencias de este período que se extienden por toda el área
Intermedia, que para Colombia involucra la región caribe y el Macizo Central
Antioqueño, tienen algunas regularidades que se convierten en indicadores de este
lapso temporal y manifiestan tendencias sociales de las comunidades de esta época. Se
trata pues de un horizonte cultural, que hace alusión a sociedades que explotaron
varias zonas ecológicas, aunque parece haber existido especializaciones en la captación
de recursos, así como unas restricciones deliberadas; se ha afirmado que la tendencia
hubiese sido hacia la explotación de zonas donde abunda el recurso hídrico como las
ciénagas, los ríos, los litorales, las ensenadas y los estuarios153; con el estado de
conocimiento actual del Área Intermedia, esta apreciación sólo es aplicable a los
desarrollos observados para la Costa Atlántica, el Istmo de Panamá y la Costa Pacifica
Ecuatoriana, pues se han reportado asentamientos de este mismo período en zonas
montañosas rodeadas de otro tipo de recursos, como es el caso de la Cuenca Media del
Río Porce en la Región Central Antioqueña.
Siguiendo con la secuencia planteada para la zona de influencia regional del proyecto,
encontramos unos tipos de ocupaciones que se relacionan con la secuencia conocida
como Momíl en la Costa Atlántica y las sabanas de Córdoba y Sucre, presentando
fuertes similitudes con los desarrollos formativos tardíos del Istmo de Panamá. El
único reporte sobre este tipo de sociedades en la región de Urabá, se encuentra
representada por las evidencias recuperadas en excavaciones en la margen occidental
del golfo (Urabá chocoano), municipio de Capurganá, donde se identificaron dos
ocupaciones superpuestas que se reemplazan gradualmente. La más antigua presentó
similitudes con los materiales arqueológicos estudiados para el bajo Sinú, en el sitio
de Momíl, mientras que la más tardía se asocia a complejos culturales del período
siguiente156.
156
Bedoya, María del C. Y Naranjo, M. E. Reconocimiento arqueológico en el litoral Atlántico. Capurganá . Tesis de
grado. Universidad de Antioquia. Medellín, 1985.
157
Reichel-Dolmatoff, Gerardo y A. Dussan. "Momíl: Excavaciones en el río Sinú". En: Revista
Colombiana de Antropología, Vol. V, pp. 111-333, Bogotá, 1956; id.; "Momíl: Dos fechas de
radiocarbono". En: Revista Colombiana de Antropología, Vol. XVII, p. 187, Bogotá, 1974.
158
Ibid.
159
Reichel-Dolmatoff, G. y A. Dussan, 1974. Op. cit
160
Ibíd.
161
Reichel Dolmatoff, G. 1987. Op. cit.
Otro rasgo a resaltar de la cerámica de Momíl son las figurillas modelas con
representaciones antropomorfas y zoomorfas, siendo éste un elemento
representativo del formativo medio y tardío. También se encuentran pintaderas,
pendientes y volantes de huso modelados en cerámica.
162
Ibid.
163
Ibid.
164
Ibid.
165
Ibid.
166
Ibid.
167
Ibid.
168
Espinosa, Iván y E. Nieto. "Línea de interconexión a 230 kV. Cerromatoso - Urabá". En: Arqueología en
Estudios de Impacto Ambiental. Edición Gerencia de Expansión – Grupo de Estudios Ambientales. Medellín,
1998.
El sitio de Momíl evidencia una amplia relación entre los grupos de la costa caribe
con los desarrollos de Centroamérica y Mesoamérica, manifestados en vasijas con
reborde basal, recipientes trípodes altos, soportes mamiformes, ocarinas
ornitomorfas, etc. De otro lado estos rasgos también se extienden hacia el Caribe
Oriental en Venezuela.
En cuanto a las relaciones establecidas entre Momíl y los desarrollos del formativo
tardío en Mesoamérica se afirma que:
169
Reichel- Dolmatoff, G y A. Dussan. 1991. Op. cit.
170
ibid.
171
Bischof ,1966. En: Bray, W, 1990. Op. cit: 24.
Como vemos el sitio de Momíl y las evidencias allí recolectadas, pueden ser
considerados como una manifestación típica de un Horizonte Cultural que se
desarrolló en los últimos siglos del milenio precedente a la era Cristiana, cubriendo
una vasta zona de la denominada Área Intermedia, entre Mesoamérica y Venezuela,
por toda la franja costera y las porciones bajas de las cuencas que desembocan en
ella.
172
Reichel Dolmatoff, G. 1987. Op. cit.
173
Ibid.
174
Ibid.
175
Bray, Warwick. 1990. Op. cit: 24
176
Reichel-Dolmatoff, G. 1987. Op. cit.
177
En Panamá se han asociado claramente dos sitios con el Primer Horizonte Pintado, estos son Isla Carranza en
el Darién, con una fecha de 70 155 a. C. y La India 1, en Tonosí con una fecha de 20 ± 100 a.C. Asociaciones
menos confiables han sido establecidas para los sitios Taboguillal y Aristide del período IV en la zona central de
Panamá. Cooke,1976 En: Bray, W. 1990. Op. cit.
primera cerámica pintada de Panamá, ubicadas a fines del primer milenio antes de
Cristo178. También se ha dicho que
178
Bray, Warwick. 1990. Op. cit: 24
179
Reichel-Dolmatoff, G. 1987. Op. cit
180
Ibid.
Como habíamos mencionado, para el Golfo de Urabá sólo se ha reportado un sitio con
evidencias de este período, localizado en la margen occidental en jurisdicción del
municipio de Capurganá; esto sumado a los últimos reportes para el alto Sinú, nos
manifiestan el potencial del área elegida en la investigación para contener vestigios
asociadas a esta secuencia y a estas temporalidades. Es de anotar que este período
es de vital importancia para entender los desarrollos posteriores, los cuales se
encuentran medianamente documentados para la zona de Urabá y que se relacionan
directamente con los desarrollos regionales o cacicazgos que habitaron la región
desde los inicios de la era Cristiana hasta los momentos del contacto euro-
americano, en el Siglo XVI.
181
Bray, W. 1990. Op. cit:26
el cultivo del maíz con la pesca fluvial, caracterizada por una cerámica con nuevos
elementos, entre los que sobresalen las copas con base anular y borde ancho, copas
pequeñas con soportes múltiples, cazuelas y platos de base plana y algunas vasijas
antropomorfas182. Con relación a los aspectos decorativos se afirma que
Entre los aspectos sociales más característicos de las comunidades de este período,
son una tendencia a la descentralización política que trae como consecuencias el
desarrollo de una serie de unidades autónomas que reflejan su diversidad en
manifestaciones particulares de la cultura material, presentándose en áreas
geográficas específicas, mostrando además una adaptación a situaciones ecológicas
más diversas que en el período anterior. Así mismo los desarrollos sociales de esta
época muestran una mayor dependencia de las actividades agrícolas, especialmente
el maíz, aunque también se evidencia una mayor diversificación de esta actividad,
pues entran en escena la domesticación de un número importante de especies
vegetales adaptadas a diferentes microambientes.
182
Reichel-Dolmatoff, G. y A. Dussan. "Reconocimiento arqueológico de la hoya del río Sinú". En:
Revista Colombiana de Antropología. Vol. VI, pp. 29-157, Bogotá. 1957.
183
Reichel-Dolmatoff, G. 1987. Op. cit.
mientras que el ultimo, guarda estrechas relaciones con los materiales encontrados
a todo lo largo de la costa norte del litoral Pacifico. 184
Entre los años 1977 y 1986, se realizaron dos campañas arqueológicas en la margen
oriental del Golfo de Urabá; la primera de ellas exploró toda la zona costera desde
Turbo hasta Arboletes, donde se estudiaron algunos Concheros, que fueron
relacionados con períodos muy tempranos de ocupaciones denominadas “arcaicas”,
que ya habían sido estudiadas para otras partes de la región Caribe colombiana 185.
184
Liné, 1929; en Santos, G. "Las etnias indígenas prehispánicas y de la conquista en la región del Golfo de
Urabá". En: Boletín de Antropología . Universidad de Antioquia. Vol. 6/ No. 22. Medellín, 1989.
185
GIAP. Campaña Arqueológica en Urabá. Universidad de Antioquia, Medellín, 1980.
186
Santos, Gustavo. "Las etnias indígenas prehispánicas y de la conquista en la región del Golfo de Urabá". En:
Boletín de Antropología . Universidad de Antioquia. Vol. 6/ No. 22. Medellín, 1989: 87
187
Otero, H.; Mejía, D y Ramírez, H. El Complejo Cultural de Urabá en el sitio del Cerro del Aguila . Monografía
de Grado. Departamento de Antropología, Facultad de Ciencias Sociales y Humanas, Universidad de Antioquia.
Sin Publicar, Medellín, 1990.
Con relación a la dispersión de este complejo cerámico, fue posible establecer que
se extendía, aparte de ambas márgenes del golfo de Urabá, por la región del alto
Río Sinú, donde se ubicaron varios sitios, entre los que se destacan Frasquillo y El
Cabrero, ambos en jurisdicción del Municipio de Tierralta (Córdoba) 189.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, es posible pensar que los grupos humanos
relacionados con el Complejo Cultural Urabá – Tierralta y por el Estilo Cerámico
Modelado Inciso, ocuparon un basto territorio desde por lo menos 1.000 años antes
del contacto, hasta la conquista española. El área de dispersión de este complejo y
por consiguiente de los grupos humanos asociados a él, cubría ambas márgenes del
golfo de Urabá, el alto río Sinú, la Serranía de Abibe y la Serranía de San Jerónimo
en la cuenca media del río San Jorge; En esta última región, parece que antecede a
188
Santos, G. Op. cit.
189
Reichel-Dolmatoff, G y A. Dussan, 1958. 1957. Op. cit. "Reconocimiento Arqueológico de la hoya del río Sinú".
En: Revista Colombiana de Antropología . Bogotá, 1958; Botiva, Álvaro. El Alto Sinú, 17 sitios de asentamiento
ribereño. Proyecto Hidroeléctrico del Alto Sinú. ICAN – CORELCA. Sin publicar, Bogotá, 1991.
190
Espinosa, Iván D. y E. Nieto. 1998. Op. cit.
Con relación al tipo de entornos ecológicos que manejaban estos grupos humanos, su
distribución muestra la utilización de regiones aledañas a las planicies marinas
(Golfo de Urabá y la zona aledaña a San Bernardo del Viento) y regiones de
montañas como el Alto Sinú, la Serranía de San Jerónimo y la Serranía de Abibe. Se
trataba de un grupo humano que cultivaba maíz, y explotaba recursos en las costas
marinas, en los ríos y quebradas, al igual que en los bosques mediante la caza, la
pesca y la recolección. Al juzgar por la gran cantidad de pesas de red encontradas
en los yacimientos asociados a este complejo, un aspecto importante dentro de su
economía fue la pesca con atarraya o con otro tipo de redes, tecnología que al
parecer estaba ausente en otros grupos vecinos contemporáneos como los de la
Segunda ocupación de la hoya del San Jorge.
De acuerdo con la cronología existente para este Complejo, se observa que las más
antiguas se localizan en el Alto Sinú, mientras que en Urabá son de finales del Siglo
VIII de la era cristiana. Lo anterior muestra que los grupos humanos portadores de
la tradición cerámica Modelada Incisa, se desarrollaron primero en la cuenca del Río
Sinú y muy posiblemente en la del San Jorge y Serranía de San Jerónimo, los cuales
se desplazaron hacia la región de Urabá y probablemente también hacia la zona
montañosa de Abibe. No obstante este desplazamiento, la zona del Alto Sinú
continuo siendo ocupada por estos grupos hasta la conquista española 192.
191
Santos, Gustavo. Op. cit.
192
Espinosa, Iván D. y E. Nieto. 1998. Op. cit.
Así mismo los hallazgos arqueológicos en Santa María La Antigua del Darién
muestran la permanencia de dicho complejo cerámico hasta el momento del contacto
con los españoles194.
Se ha planteado además que estas dos culturas pudieron haber tenido un mismo
origen a partir de los grupos portadores de la Tradición Cerámica Granulosa Incisa,
la cual se desarrolló en el Bajo San Jorge y en la Depresión Monposina. Es posible
193
Santos, G. 1989. Op. cit: 78
194
Arcila, Graciliano. 1986. Op. cit.
195
Reichel-Dolmatoff, G y A. Dussan. 1957. Op. cit.
196
Ibíd.
197
Espinosa, Iván D. y E. Nieto. 1998. Op. cit
198
Plazas, Clemencia. Ana M.Falcheetti, J. Sáenz y S. Archila. La sociedad hidráulica Zenu: Estudio arqueológico
de dos mil años de historia en las llanuras del caribe colombiano . Colección Bibliográfica. Banco de la República,
Santa Fe de Bogotá, 1993; Reichel-Dolmatoff, G y A. Dussan, 1957. Op. cit.
“Esto he dicho aquí por que el capitán Rodrigo de Bastidas descubrió parte
de esta costa; y lo mas peligroso della fue lo que el vido destos flecheros
hasta el Golfo de Urabá, a la entrada del cual esta una punta que llaman
Caribana, de donde se deriva este nombre Caribe, como cabeza o solar
solariego de los caribes [...]. En esta provincia de Caribana se acaba la
gente de los flecheros de la hierba, la cual dura desde cenima de la Isla
de Trinidad y algo mas al occidente, y de la otra parte del Golpho de
Urabá, en la costa del poniente, dóes la cuenta y entrada de aquel poderoso
rió de Sanct Johan [Atrato] y adelante es la lengua que llaman de Cueva y
no usan los indios flechas [...]. Aquella provincia y lengua de Cueva, la cual,
so ciertos limites, la mando llamar el Rey Católico Castilla de oro; é allí he
yo residido algún tiempo”200.
199
Espinosa, Iván D. y E. Nieto. 1998. Op. cit.
200
Oviedo, G. Historia general y natural de las indias, Tomo II. Madrid, 1852: 133 - 134.
“el sitio donde se fundó la población de Santa María la Antigua del Darién
pertenecía, según las crónicas examinadas, a la provincia y lengua de los
Cueva. Además, la posibilidad de que se tratara de un Macrogrupo
lingüístico hace probable que formaran un mismo grupo étnico a pesar de
los contrastes culturales, como debió ocurrir con la identidad cultural
entre los Cueva y los Urabaes”201.
De otro lado, un estudio histórico detallado sobre la población cueva 203, demuestra
claramente que existían diferencias culturales y étnicas muy marcadas entre estos
grupos y los Urabaes de la margen oriental del Golfo. Así mismo, haciendo una
mirada detallada de las fuentes primarias, se puede deducir que el Río Atrato no se
constituía en una frontera cultural, pues los habitantes de la cuenca del actual río
Tanela, sus alrededores y en general toda la vertiente oriental de la actual Serranía
del Darién, tenían más afinidad con los habitantes de la margen oriental, que con los
de la Lengua Cueva, quienes posiblemente ocupaban el territorio más norteño de
dicho Golfo, otros sectores de la Costa Atlántica panameña, el Istmo de Panamá,
incluyendo las cuencas de los ríos Chiman, Chucunaque, Bayano y Chepo, vertientes al
Océano Pacifico204.
“Todo lo que hay desde este río [Atrato] hasta unas montañas de que luego
are mención, que se llaman de Abibe, es llano, pero lleno de muchos montes
y muy ásperas arboledas y muchos ríos [...]. Todo lo más del camino se anda
por ríos, por no haber otros caminos, por la grande espesura de la tierra
[...]. En todos estos montes hay grandes manadas de puercos que he dicho;
en tanta cantidad que hay atajo de más de mil juntos, con sus lechoncillos
[...]. Hay grandes dantas, muchos leones y osos crecidos y mayores tigres.
En los árboles andan de los más lindos y pintados gatos que pueden ser en
el mundo, y otros monos tan grandes [...]. Los ríos llevan tanto pescado que
con cualquiera red se tomara gran cantidad [...]. Por los árboles que están
juntos a los ríos hay una que se llama iguana que parece una serpiente [...].
205
Ibíd.:32-33
206
Se entiende por grupo étnico aquel conglomerado humano que se identifica y se auto-adscribe a un grupo y
además es adscrito por los otros. En otras palabras, “en la medida en que los autores utilizan las identidades
étnicas para categorizarse a si mismos y a los otros, con fines de interacción, forman grupos étnicos” Barth, F.
Los Grupos Etnicos y sus Fronteras. Fondo de Cultura Económica, México, 1976: 34
Con relación al patrón de ocupación territorial, según las fuentes, los Urabaes tenían
poblaciones nucleadas en forma de aldeas, dirigidas por un principal o un cacique. En
los escritos de la conquista se afirma que:
Aunque se tienen pocos datos respecto a las actividades económicas de este grupo
humano, de acuerdo a la región que ocupaban, se puede pensar, que además de
explotar los recursos del mar y del bosque, cultivaban gran cantidad de productos,
entre los que se destaca el maíz.
Según las crónicas, este grupo étnico vivía básicamente de la agricultura sin olvidar
que con la pesca y la caza complementaba su dieta alimenticia. Así describían la
utilización de los recursos:
207
Cieza de León, P. La crónica del Perú. Ediciones de la revista Jiménez de Quesada, Bogotá, 1971: 57.
208
Ibid: 50.
209
Simón, F. P. Noticias historiales de la conquista de tierra firme en las indias occidentales . Tomo V. Banco
Popular. Bogotá, 1981: 261.
210
Oviedo, G. 1852. Op. cit: 142
“Donde quiera que hay mar e ríos hay pescados y pescadores; y estos indios
de Cueva y Urabá son muy dados a este exercicio de las pesquerias. Por
que a la verdad desta gente tienen esta provincia por principal
mantenimiento suyo el pescado, asi por que son muy inclinados a ello, por
que como con más facilidad lo pueden haber en abundancia e a menos
trabaxo que las salvajinas de puercos e venados, que también matan y
comen. E asi en la pesqueria como en la monteria, se aprovechan mucho de
las redes que hacen en henequen e cabuya e asi mismo de algodón, que
tienen mucho e bueno, de que natura los ha proveydo, e hay boscagese
matas grandes como arboles dello [...]. También matan e montean los
animales que he dicho y otros a lanzadas e en cepos que les arman e a
veces en oxeo con cantidad de gente, e los atajan e reducen a lugares
estrechos. Después que los han muerto, como no tienen cuchillos para los
desollar cuarteándolos, hacen las partes con piedras de pedernales e con
hachuelas de piedra que tienen enhastadas; e asan la carne sobre unos
palos que ponen a manera de trebedes o parrillas en hueco [...]” 211.
Por otro lado, refiriéndose a la obtención de recursos por parte de los Urabaes, de
la región de Urabá y la nueva población de San Sebastián de Buenavista, en la
margen occidental del Golfo, se afirmaba que:
Con relación a la organización política, los datos hacen pensar que los Urabaes eran
un grupo de jefaturas, cada una controlada y dirigida por un señor o cacique, y muy
posiblemente subordinada a una gran jefatura regional. Una jefatura es considerada
como un grupo humano que
211
Ibid: 137.
212
Cieza de León, P. 1971. Op. cit: 50
por una productividad mayor. Pero en segundo lugar y mas indicativo del
nivel evolutivo, la sociedad es también mas compleja y mas organizada
siendo particularmente distinguible de las tribus por la presencia de
centros que coordinan actividades religiosas, sociales y económicas” 213.
Prueba de que al parecer los Urabaes tenían una organización cacical o señorial, es
el comentario en que se afirmaba que:
Todo parece indicar que los Urabaes, para el intercambio de sus productos hacia el
exterior de sus territorios, utilizaban pueblos como intermediarios, donde se
centralizaban las transacciones y mercados regionales, a donde acudían pobladores
de diversos grupos humanos. Los datos históricos muestran que los Urabaes
utilizaban cuatro pueblos para llevar a cabo sus actividades de comercio, que son
213
Service, En: Alcina, J. Las Jefaturas en la Perspectiva Arqueológica En: Actas del seminario espacio
y organización social. Universidad Complutense, Madrid, 1990.
214
Cieza de León, P. 1971. Op. cit: 71.
Es posible entonces afirmar que los Urabaes se integraban en una gran comarca
comercial, donde los Zenúes aportaban principalmente sal, mantas de algodón,
productos agrícolas y esclavos, demandando principalmente oro; los Urabaes, por su
parte, aportaban productos del bosque, mientras que los grupos del Alto Zinú
ofrecían mantas de algodón y productos del bosque, aunque su aporte fundamental
era ser los intermediarios de las transacciones comerciales.
El pueblo de Guacuce localizado en las cabeceras del Río Sinú, se comunicaba con la
población Nutabe del noroccidente Antioqueño por el corredor natural que ofrece el
Río Ituango; con Buriticá por una de las estribaciones del Nudo de Paramillo; con
Urabá por la cuchilla que da origen a la serranía de Abibe y con la zona de los
Zenúes por el corredor natural del mismo río. Allí llegaba gran parte del oro
explotado por los Nutabes y los indígenas de Buriticá y circulaba en dos direcciones
principales: hacia el norte, tratando de cubrir la gran provincia del Zinú, hacia el
occidente abarcando la región de Urabá y el Istmo de Panamá. El oro procedente de
Buriticá también circulaba hacia la gran provincia del Zinú donde se intercambiaba
por prisioneros de guerra de la región de Guacuce.
“[...] no hay en todas sus tierras [Urabá], ni se ha hallado hasta ahora oro
de mina, ni corrido, pero con todo eso, son muy ricos de joyas de oro
215
Langebaek, Carl. Noticias de caciques muy mayores . Editorial Universidad de Antioquia – ediciones
UNIANDES. Bogotá, 1992.
fundido que lo han en rescate de los indios del río arriba del Darién y aun
de los riquísimos pueblos de Funucuná y Dabaibe desde muy antiguo
hubieron grandes riquezas [...]” 216.
También queda claro que los indios de Urabá aportaban productos de la caza y la
pesca para el intercambio y así obtener oro, cuando Pedro Cieza de León afirma que
“[...] hay entre ellos [indígenas de Urabá] grandes contractantes que llevan
a vender tierra adentro muchos puercos de los que crían en la misma tierra
[...] llevan también sal y pescado; por ello traen oro, ropa y lo que más dello
tienen necesidad [...] cuando los españoles daban en los pueblos destos
indios y los tomaban de sobresalto, hallaban gran cantidad de oro en unas
canastillas que ellos llamaban habas [...]”217.
Otro elemento que pone de manifiesto que parte del oro demandado por los Zenúes
venía a través del intercambio del pueblo Guacuce y demás grupos del alto Zenú, es
el comentario del cronista Enciso, el cual afirma que
216
Simón, F. P. 1981. Op. cit.
217
Cieza de León, P. 1971. Op. cit: 52.
218
Castellanos, Juan de. Elegías de Varones ilustres de indias. Biblioteca de la Presidencia de Colombia. Bogotá,
1955. Tomo 3: 558.
“[...] Los indios que traen el oro lo hacen de unas sierras de donde viene el
río Zenú y que lo cogen y lo traían al lugar que llaman Zenú que esta diez
leguas de la mar sobre el río [...]”219.
Balboa, en su carta enviada al rey en 1513, asegura que parte del oro producido al
interior del Occidente Antioqueño era centralizado por el cacique Dabaibe, el cual
dominaba todo el piedemonte de la cordillera occidental Antioqueña que confluye
hacia los ríos Atrato y Sucio. Este cacique tenía una gran fundición y comercializaba
los excedentes de oro con los indígenas del Golfo de Urabá y el Istmo de Panamá.
Balboa relata así los acontecimientos:
“[...] yendo este río grande arriba [Atrato] 30 leguas sobre la mano
izquierda entra un río muy hermoso y grande, yendo 2 días por el arriba
está un cacique que se dice Dabaibe; es muy gran señor y de muy gran
tierra e muy poblada de gente, tiene oro en mucha cantidad en su casa [...]
de la casa deste cacique Dabaibe viene todo el oro que sale por este golfo
[Urabá], y todo lo que tienen estos caciques de estas comarcas [...] este
cacique coge este oro por que está apartado de la sierra y la manera como
lo hallan es que dos jornadas de allí hay una tierra muy hermosa en la que
hay una gente que es muy caribe y mala [...] es gente de guerra [...] son
señores de las minas; son estas minas según tengo la nueva las más ricas
del mundo [...]”220.
Todo esto muestra que las sociedades indígenas que encontraron los primeros
españoles en la margen oriental del golfo de Urabá y que denominaron de forma
genérica Urabaes, estaban integradas en una red de relaciones que involucraban
interacciones con otros grupos étnicos, por medio de actividades como el
intercambio y la guerra, sin olvidar los múltiples vínculos establecidos a partir de las
relaciones sociales y de parentesco.
219
Enciso, Martín Fernández. Suma de Geografía. Biblioteca Banco Popular. Bogotá, 1974.
220
Balboa, Vasco Núñez. “Carta al rey en 1513”. En: Documentos inéditos relativos descubrimiento, conquista y
organización de las posesiones en América y Oceanía. Madrid, 1984. Tomo 2: 531.
221
VARGAS, Patricia. Los Embera y los Cuna. Impacto y Reacción ante la Invasión Española. siglos XVI Y XVII.
CEREC- Instituto Colombiano de Antropología. Bogotá, 1993.
222
Parsons, James. Urabá Salida de Antioquia al Mar. Geografía e historia de su colonización . Ancora Editores.
Bogotá, 1996: 21-22.
Para el año de 1510, Alonso de Ojeda después de saquear la costa Occidental del
Golfo, desembarca en la aldea indígena de Urabá y construye el caserío y la
fortaleza de San Sebastián de Urabá, posiblemente al norte de lo que hoy es
Necoclí225; asentamiento de corta duración, pero de importancia en la historia, dado
que fue reconocida como la primera colonización en tierra firme en el Nuevo Mundo.
El punto del caserío temporal se localizaba en una loma cuyas crestas llegaban hasta
la costa, y de esta forma tenían acceso al mar y era una fortificación con
facilidades de defenderla de los continuos ataques de la población nativa; de igual
forma, desde allí se tenia acceso a los valles del Atrato y Sinú para realizar sus
expediciones de horror226. Desde este asentamiento se planeaban incursiones de
saqueo y pillaje, ya que los indígenas nunca les permitieron realizar sus propios
sembrados y no recibían ayuda desde las colonias españolas de las Antillas 227.
223
Ibid: 22
224
Vargas, Patricia. 1993. Op cit.
225
Fray Severino de Santa Teresa, primer prefecto apostólico de Urabá, afirma que este asentamiento
temporal se localizó en un lugar que ahora llaman Cañaflechal a cuatro kilómetros al norte del actual Necoclí
(Severino, 1956); de otro lado investigaciones arqueológicas desarrolladas en el Cerro del Águila encontraron
evidencias españolas en jurisdicción del municipio de Necoclí, correspondientes a herraduras, fragmentos de
cadenas y otros objetos metálicos (Ramírez, Héctor y Dora Mejía. Sondeos arqueológicos en el cerro del Aguila.
Municipio de Necoclí. Tesis de grado. U. de A. Medellín, 1985).
226
Parsons, James. 1996. Op. cit.
227
Ibid.
Esta situación hizo que Ojeda partiera en busca de ayuda, quedando la fortaleza a
mando de Francisco Pizarro, quien no ayudaba a la armonía de los habitantes de ese
miserable caserío; Vasco Nuñez De Balboa, quien había participado en expediciones
anteriores, propuso buscar refugio en la margen occidental donde, de acuerdo a su
opinión, las poblaciones nativas eran más amistosas. De esta forma se abandona
definitivamente el maltrecho asentamiento de San Sebastián y se dirigen a instalar
uno nuevo en la margen occidental a unos kilómetros al norte de la desembocadura
del Río Atrato, sobre el Río Tanela, que para ese entonces era el último tributario
de este gran río en su margen izquierda 228.
Esta nueva colonia la bautizaron Santa María de la Antigua del Darién y desde allí,
se dedicaron a saquear y explorar el Istmo, así como la porción baja del delta del
Atrato. Aquí se sentían seguros por que las poblaciones no utilizaban las flechas
envenenadas; los pocos indios hostiles se retiraron hacia otras poblaciones del delta
del Atrato y los que se dejaban capturar, eran llevados a la Española para ser
comercializados como esclavos229.
Desde este nuevo asentamiento se dio el descubrimiento del océano pacifico y las
primeras expediciones por el Atrato, por donde trataron de llegar al famoso centro
ceremonial y comercial de Dabaibe.
228
Ibid.
229
Ibid.
230
Arcila, Graciliano. Santa María la Antigua del Darién . Presidencia de Colombia. Secretaria de Información y
Prensa. Bogotá, 1986.
Aunque por cédula real de 1536 la margen oriental del golfo le pertenecía a la
gobernación de Cartagena, Gutiérrez en sus expediciones comerciales pudo
establecer un pequeño poblado que según la información disponible se localizaba
cerca de la desembocadura del Río Caimán Nuevo, que tuvo que ser evacuado por
orden del licenciado Badillo, quien había llegado a la gobernación de Cartagena a
hacerle residencia a los hermanos Heredia, dándole a Gutiérrez el titulo de
Intendente de Urabá, pero bajo las ordenes de Cartagena 233.
San Sebastián de Buenavista, con el paso del tiempo se fue convirtiendo en un sitio
de relativa importancia, pues por un lado su población se incrementó por la
incorporación de los de Acla, pero por el otro, quizás más significativo, desde allí se
fraguaron las primeras incursiones hacia el territorio antioqueño y hacia el Sinú. De
esta forma el asentamiento se convirtió en puerto obligado de entrada y de salida
del territorio antioqueño en estas épocas de conquista, hasta que Antioquia pasa
definitivamente a la gobernación de Popayán, momento en el cuan el asentamiento de
San Sebastián de Buenavista pierde toda importancia.
Se sabe por carta enviada al Rey en 1551 por Pedro de Heredia, que San Sebastián
todavía existía; en esta misiva se afirmaba, con relación a Urabá,
este más perdida, y de donde los reales quintos de Vuestra Majestad serán
muy acrecentados por la grosedad de las minas que allí hay [...] 234
A mediados del siglo XVI, la ruta al interior de Antioquia por Urabá, era utilizada
por los contrabandistas quienes ingresaban mercancías y sacaban oro sin quintar.
Pero esta ruta se convirtió en peligrosa por que los indígenas cunas al mando de los
caciques Diego, Damaquiel, Carate y Cayba atacaban las caravanas de viajeros por
esta ruta, convirtiéndose en el terror de la región, situación que llevó
definitivamente a la desaparición de este recorrido 235.
En esta época se realizaron algunos intentos desde Cartagena para reducir las
poblaciones nativas de Urabá, sin tener resultados favorables. Los pobladores
originales sobre la margen oriental, al momento de la conquista, desaparecen por
acción de esta, en enfrentamientos con los españoles o de manera indirecta por
acción propia de los nativos, ante la presencia de éstos. Por ejemplo, el relato que
refiere el cronista Cieza de León, en el que dice que un grupo de los Cueva se
enfrenta a los Urabaes en su territorio y
“[...] con gran crueldad los mataron a todos y les robaron sus haciendas, y
quedaron por señores de sus campos y heredades [...]” 236.
Es así como dinámicas propias de disputas territoriales entre los nativos y la acción
de conquista, generaron luchas y desplazamientos de los grupos pobladores
ancestrales, donde paulatinamente fueron perdiendo territorio y autonomía en un
proceso de transformación cultural que les modificaría centenarias tradiciones.
Se hicieron algunos intentos al final del siglo XVI para fundar centros españoles en
esta región, pero no prosperaron por los continuos ataques de la población indígena.
Se destaca el real de minas de San Francisco de Nóvita fundado en 1576 y las
ciudades de Cáceres y Toro que no duraron mucho, probablemente debido a la
rebelión de los Noanamaes en 1586, la catástrofe demográfica causada por el
trabajo forzado en las minas y la peste de viruela237.
Como vemos, los pobladores de Urabá se tuvieron que replegar a otros territorios
para salvaguardarse de las continuas incursiones españolas a este sector costero,
que para esta época era bastante apetecido por los europeos hábidos de oro; en
este repliegue, es posiblemente que se dieran desplazamientos hacia la cuenca del
Atrato, donde también seguramente tenían aliados como también enemigos; de esta
forma se inicia la re-configuración de este territorio y desplazamiento poblacional
en la cuenca media del Atrato; en este punto de la historia, los cunas aparecen como
grupo enemigo de los Chocoes.
237
Castrillón, 1982: 126-127.
238
Parsons,1996:32.
Para cumplir cabalmente los objetivos, este estudio se ordenó en fases, cada una de
las cuales con actividades específicas que permitan el conocimiento detallado de la
problemática arqueológica involucrada en el área de estudio, buscando hacer
aportes científicos y propuestas prácticas ecoturísticas. A continuación se hará una
breve descripción de las fases metodológicas, aunque el orden presentado no
obedezca estrictamente a las acciones cronológicas, pues algunas de ellas se
desarrollarán simultáneamente.
6.2 Zonificación
Unidades de suelo
Zonas de Vida
Geomorfología
Esta técnica se considera la más adecuada para zonificar y definir áreas donde se
puede cruzar la información de cada una de las capas definidas, delimitando zonas
en las cuales es posible identificar restricciones y potencialidades en niveles
progresivos del recurso arqueológico.
Como vemos, cada criterio tiene una ponderación diferenciada de acuerdo al peso
que le pretendemos otorgar en función a la intensidad del muestreo que se realice.
Se puede observar que el mayor peso recae sobre la aptitud arqueológica de la
unidad espacial, pues este aspecto es preponderante a la hora de definir zonas de
muestreo que arrojen información significativa sobre el proceso de ocupación de la
región; esto no quiere decir que desconozcamos el papel que debieron jugar otros
espacios —como Humedales— en las dinámicas de cambio y continuidad sociocultural
de las sociedades, pero queremos intensificar el muestreo en aquellos espacios que
puedan contener cultura material, principalmente estratificada y poco alterada.
Este será la pauta fundamental para calificar este criterio. En orden descendiente,
los rasgos y las estructuras que también son parte de las evidencias que componen
el registro arqueológico.
Esto muestra que las intervenciones han estado dirigidas a dos tipos de sitios
arqueológicos: aquellos que contienen información significativa sobre ocupaciones
propias del proceso histórico de esta zona y aquellos sitios que puedan ser
incorporados a recorridos ecoturísticos, como muestra de los antiguos pobladores
cumpliendo una doble función, educativa y recreativa.
240
Ibíd.
Con relación a los primeros, es decir a aquellos sitios con información significativa
sobre los procesos de ocupación prehispánica y colonial temprana, se privilegiaron
los que reflejan el cambio cultural, donde es posible identificar varias ocupaciones
de la historia social y cultural de esta región. También se tuvo en cuenta las
densidades de los materiales y el estado de conservación de los sitios para que la
información recolectada sea lo suficientemente fiable para aportar al conocimiento
del proceso de ocupación de este sector de Urabá.
Estas excavaciones están siendo aprovechadas para tomar muestras de Carbón que
nos permitan asociar las evidencias recuperadas en los Reconocimientos
Sistemáticos a cronologías absolutas y, de esta forma poder establecer secuencias
de cambio cultural que se manifiestan en la diversidad de la cultura material.
Una de las bondades de la clasificación es que los tipos nos permitirán acceder a
aspectos conductuales a partir de los usos dados a los artefactos, en este caso a los
distintos tipos de herramientas, adornos y recipientes cerámicos que se puedan
recuperar en la fase de campo. En el caso de que los datos lo permitan, la
clasificación per se puede ser ampliada con la reconstrucción de las cadenas
operatorias, que abarca todo el proceso de transformación desde la obtención de la
materia prima hasta el uso dado a los artefactos, pasando por su técnica de
manufactura.
6.5.1 La cerámica
Desde el punto de vista arqueológico, la cerámica es uno de los materiales que mejor
se conserva, tanto en forma de piezas completas o fragmentadas como en
fragmentos o tiestos. Estos últimos son por lo general los de mayor frecuencia en
los sitios, por que debido a sus propiedades físicas conservan su forma en la mayoría
de los casos y su decoración cuando la tienen.241
Información general
Los atributos que componen la información general son el código del objeto que
consiste en una numeración consecutiva por sitio arqueológico, permitiendo
identificar inequívocamente cada uno de los objetos cerámicos; la unidad de
muestreo definida como una unidad espacial de área variable; el nivel, entendido
como una capa en una secuencia estratigráfica que puede constar de uno o varios
lechos de deposición cultural, los cuales tienen grosores predeterminados y
presentan material cultural con rasgos tipológicos semejantes 244; el estrato como la
unidad mínima de la estratigrafía arqueológica, formada por una capa con cierta
homogeneidad en relación a procesos bien sea antrópicos y/o geológicos, a partir de
los cuales es posible deducir algunas relaciones cronológicas y secuenciales que se
establecen entre los estratos, la composición pedológica, el aspecto topográfico y
su contenido artefactual245.
241
Cremonte, M. B. Y N. Solis. "Estrategia analítica para el estudio de cerámica arqueológica y materia prima" .
En: Anales de arqueología y etnología . N° 46 – 47. Mendoza, Argentina, 1991-1992.
242
Clarke, David. Arqueología Analítica. Ediciones Bellaterra, S.A. Barcelona, 1984. P: 441
243
Ibid: 440
244
Chang citado por José Echeverría. Glosario arqueológico. Instituto Otavaleño de Antropología. Otavalo, 1981.
También: Harris, Eduard. Principios de estratigrafía arqueológica. Ed: Crítica. Barcelona, 1991. P: 209.
245
Harris, E. Principios de estratigrafía arqueológica. Ed: Crítica. Barcelona, 1991. P: 208-209.
Objeto recuperado
Forma del objeto: Hace referencia a la figura exterior del tipo de objeto, los
nombres de las formas son usadas con el fin de precisar la descripción del objeto
y con criterios clasificatorios.
Características de la pasta
Color: Se refiere al color propio o natural de la pasta con que fue elaborado el
objeto o al color del recipiente después de la cocción. Para medirlo se utiliza la
escala establecida en la Munsell Soil Color Charts (1990).
GRUPO 1 No visible
GRUPO 2 Muy fino
GRUPO 3 Fino
GRUPO 4 Medio
GRUPO 5 Grueso
246
Inicialmente se observará la composición y el tamaño del desgrasante en la totalidad de la muestra, con el fin
de establecer regularidades que permitan definir grupos.
Tratamiento de superficie
Acabado: tiene que ver con el terminado de la pieza y solamente puede ser
observado en aquellos fragmentos que no presenten alto grado de erosión; se
definirán para este atributo tres tipos de variables: bruñido, pulido y no alisado
y además se incluye un campo en el cual debe ser especificada la cara bien sea
interna, externa o ambas.
Baño: es una capa delgada de la misma arcilla de la que se utilizó para fabricar el
núcleo, con una consistencia cremosa.
Material diagnóstico
247
Castaño U., Carlos. "Clasificación taxonómica de artefactos líticos en Buriticá 200, Parque Nacional Sierra
Nevada de Santa Marta, Colombia”. En: Trianea N° 1. P: 5-36. Inderena. Bogotá, 1988.
6.5.3 Ecodatos
Los restos óseos humanos recuperados en las excavaciones serán analizados por un
especialista en antropología física, el cual dará cuenta de aspectos tales como edad,
sexo, enfermedades congénitas, grupos genéticos, etc., con el fin de caracterizar
las poblaciones de los grupos humanos que poblaron la región, tratando así mismo de
contrastar las afinidades y diferencias de las características físicas de los antiguos
248
Basados en la clasificación de García Cook. Tomado del Programa de Arqueología de Rescate Línea
Cerromatoso-Urabá. ISA. Medellín, 1998.
Las muestras dentales por ser la estructura más sólida del organismo, son el
material que mas se conserva. Estos proporcionan información valiosa a través de la
observación de sus rasgos y dimensiones morfológicas, también son de gran utilidad
para realizar pruebas de ADN y además facilitan la búsqueda de información cuando
los restos óseos están fragmentados. La muestra de restos óseos que hasta este
momento se han encontrado se presenta muy fragmentada y poco conservada, la
cual dificulta el análisis de ADN ya que el material genético se conserva muy poco y
se deteriora en muestras con estas características; además, solo tenemos un
esqueleto completo y el resto son fragmentos que no sabemos de cuantos individuos
puedan ser y no se puede realizar la prueba a cada una de las muestras. Seria muy
riesgoso hacer inferencia de solo una muestra de ADN ya que no se puede sacar un
promedio estándar para una población con solo una muestra estudiada y el costo de
las pruebas son muy altas.
que ocuparon del sector (San Sebastián de Urabá) en la época precolonial y la época
postcolonial inmediata.
Para lograr el objetivo, se realizaran una serie de análisis como la cuarteta básica
de identificación (sexo, edad, patrón racial y estatura), patologías óseas y niveles de
salud-enfermedad; es necesario también conocer la edad cronológica de los restos y
saber a que época pertenecen. Si es posible obtener las secuencias de ADN, se hará
el análisis comparativo de los marcadores genéticos con las poblaciones actuales que
se encuentran en la zona, de esta forma comprobar cual grupo indígena habitó la
zona.
249
Langebaek, C. H. 1995. Op cit.
poblaciones más grandes, tienden a ocupar áreas de mayor magnitud; por otro lado,
se ha considerado que grandes poblaciones tienden a romper un mayor numero de
recipientes cerámicos que grupos pequeños, pues el promedio de vasijas rotas por
individuo, debe ser más o menos el mismo sin importar el tamaño de la población 250.
Teniendo en cuenta las consideraciones anteriores, para el cálculo de los cambios
demográficos se optará por establecer un índice entre áreas de ocupación y
densidad de materiales, de tal forma que nos permita hacernos a una idea de los
descensos y aumentos de la población por periodos. Este índice se construirá a
partir de la sustracción de la desviación estándar a la densidad de fragmentos
cerámicos por hectárea ocupada.
Por último, para evaluar el acceso a los recursos y los énfasis económicos de los
grupos involucrados en el proceso de ocupación del área de estudio, se contrastará
la localización de los lotes con las calidades de los suelos y la disponibilidad de
recursos de zonas litorales, aluviales, de colina y humedales; de esta forma será
posible una aproximación a las tendencias productivas y sus influencias en los
patrones de asentamiento.
250
Ibíd.
7. PRODUCTOS ESPERADOS
Este documento se encuentra integrado en los seis primeros capítulos del presente
informe.
Foto 1.
Paisaje de Colinas de San Sebastián
Foto 2.
Paisaje de la Cuenca de la Quebrada El Carlos.
Foto 3.
Panorámica del Conchero Piatra 1.
Foto 4.
Conchero Piatra 1. Corte 1. Nivel 70 Cm.
Foto 5.
Piatra 1. Corte 1. Detalle de Mocasín. Nivel 70 Cm.
En el sector mencionado se identificó material colonial del siglo XVI que ratifica la
importancia de esta localidad en los procesos de poblamiento de la conquista y la
colonia temprana; es posible que por la localización espacial de las evidencias
coloniales, éstas correspondan a las del poblado efímero de San Sebastián de
Urabá, llevado a cabo en 1509 por los conquistadores Ibéricos, elemento que se
constituye en un hito de singular importancia para la historia y la arqueología
Americana y para su incorporación en políticas de desarrollo local, pues es
considerado una de las primeras fundaciones en tierras continentales (Ver Foto 6).
251
Espinosa, Iván D. Y Eduardo Nieto. 1998. Op cit.
Foto 6.
Panorámica del Sitio con Material Colonial.
Foto 7.
Nudo de La Puerca. Corte 1. Entierro 1.
Foto 8.
Nudo de La Puerca. Entierro 1.
El otro enterramiento excavado, se llevó a cabo en una colina media de cima plana en
cercanías del caserío, donde se recuperaron dos cráneos que estaban cubiertos por
media vasija cerámica (Ver Fotos 9, 10 y 11). La huella de poste fue identificada en
una de las colinas que conforman el Nudo de la Puerca.
Foto 9.
La Esperanza. Corte 1. Entierro 1.
Foto 10.
La Esperanza. Corte 1. Entierro 1. Detalle de Cráneos.
Foto 11.
La Esperanza. Corte 1. Planta Final de Estructura Funeraria.
Igualmente se llevan a cabo las delimitaciones de las áreas más susceptibles para
proceder con su delimitación como Áreas de Protección Arqueológica, que permita
posteriormente integrarlos al sistema nacional de bienes patrimoniales protegidos.
En las tablas que se presentan a continuación, se hace una relación de los lotes
arqueológicos identificados en las dos zonas de muestreo. Para cada lote, se
exponen las características generales, el tipo de evidencias recuperadas, el
procedimiento arqueológico empleado y el tipo de sitio identificado.
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