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11 ~~().:) Ca~+-\ i CAPinJLO Il

c&('\-e~ro.. 1 !194 Cine y realidad

2.1. EL ESPLENDOR DE LO AUTÉNTICO

·Una imagen resulta hermosa no porque lo sea en si ... , sino por-


que es el esplendor de lo auténtico•. Asi comentaba Jean Luc Godard,
entonces 0959) crîtico de Cahiers du cinéma, India de Roberto Ros-
sellini, y lo hada aludiendo, aunque fuera con un guiiio, a ciertos
conceptos en torno a los que giraba la cuesti6n del realismo cinema-
togrâfico. La frase de Godard resume con la sequedad de un !erna un
comportamiento muy difundido. Por un lado, rechaza la imagen ·be-
lla en sî misma• y, por tanto, perfectamente suficiente y aut6noma
(una imagen-imagen, podrîamos decir), por otro, alude a algo de Jo
que la imagen es solo una propuesta y una prolongaci6n, esto es, al
esplendor del mundo, a la verdad de las cosas; en una palabra, a la
rea/idad.
Una manifestaci6n contra la imagen-imagen y una recuperaci6n
del esplendor y de la autenticidad de Jo real. En torno a estos ejes gira
el debate sobre el realismo cinematogrâ.fico, y a partir de ellos se pro-
ponen las famosas metâforas del cine como ventana abierta de par en
par al mundo o espejo de la vida. Pero tratemos de profundizar las
distintas direcciones y etapas de la investigaci6n mas alla de Jo que
nos sugiere la frase de Godard.
Ante todo tres observaciones. La primera es de orden mas gene-
ral. La exigencia de medirse directamente con la realidad no nace a
mediados de los anos 40, sino que la encontramos ya antes en distin-
tas ocasiones. Sin embargo, hasta la inmediata posguerra no pasara
de pretensi6n marginal a hip6tesis s6lida; entre otras cosas porque ya
no se basa como antes en razones de estilo o en motivos de eficacia,

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sino en una suerte de necesidad intrinseca. En efecto, la idea es que realismo, que recorre de principio a fin el debate italiano sobre el
el cine debe orientarse hacia Jo real a causa de su ·base fotografica•, cine neorrealista. También se pregunta si esta representacion nos
que le permite convertirse en testigo y documenta por estar cons- debe devolver la realidad en toda su densidad y plenitud, mas alla de
truido para registrar Jo que se encuentra frente a la camara. De ahi su la forma en que aparece, o si, por el contrario, solo debe darnos los
vinculo intimo, no ocasional o externo, con la realidad; y de ahi tam- perfiles, quizas los mas imperceptibles, pero solo los perfiles; y por
bién una vinculacion natural, debida al estatus mismo del medio. En eso mismo, si de algûn modo prolonga la experiencia que tenemos
consecuencia, se pasa de las declaraciones de poética o de las preten- del mundo, resucitandola en la pantalla, o si, por el contrario, nos
siones culturales a una propuesta teorica precisa. la ofrece como un hecho cumplido, limitandose a describirla como
Segunda observacion. Esta propuesta teorica comporta un giro mejor sepa. Es la diferencia entre un realismo por asi decir existen-
radical del credo mas extendido en el periodo de entreguerras, esto cial, el que propane Bazin, y un realismo funcional, el propuesto por
es, que el cine no podia ser arte precisamente por constituir un ins- Kra ca uer.
trumenta meramente reproductor. Si no posee validez estética, se de- Pero comprenderemos mejor estas lineas divisorias recorriendo
da, es porque copia la realidad como tai en vez de asumirla en un algunos episodios decisivos del debate. Comenzaremos por los teori-
juego de particulares y universales y, también, porque copia meca- cos italianos mas vinculados a la experiencia del cine neorrelista; pa-
nicamente en vez de pasar a través de la mediacion de un director saremos mas tarde a Bazin y a Kracauer, que representan probable-
•creador•. La referencia inmediata es, sin duda, la posicion crociana o, mente el punto de mayor explicitacion de los problemas, y que nos
mas generalmente, idealista de tantos teoricos italianos de los anos 20 conducen hasta finales de los anos 50. Concluiremos con otros desa-
y 30, cuyo empeno principal era precisamente mostrar la distancia rrollos de la investigacion en los anos sucesivos, durante los cuales
que media entre la imagen filmica y la realidad, asi como el pape! aparece de nuevo en contextos ya distintos, mezclada con investi-
que el autor juega en la reelaboracion de los materiales originalesi. gaciones de tipo metodologico (Pasolini) o de tipo hermenéutico
Por el contrario, en el debate de la posguerra, la dimension reproduc- (Deleuze).
tora del cine se convierte en su fuerza; solo respetandola, mas aûn,
anteponiéndola al resto de los elementos, se encuentra el cine con-
sigo mismo. No debe sorprendernos que tanto en el ~mbito de la re- 2.2. EL CINE COMO RECONQUISTA DE LA REALIDAD: EL DEBATE NEORREALISTA
flexion italiana sobre el neorrealismo (dirigida por estudiosos que
acaban de liberarse de los dictados de Benedetto Croce) como entre El neorrealismo italiano ofrece en la inmediata posguerra un
los teoricos del estilo de Bazin o Kracauer (que se alimentan de prin- fuerte estimulo a la vez que un valioso terreno de controversia. Alen-
cipios distintos; respectivamente, de la fenomenologia y del positi- tados por las obras debidas a Rossellini, Visconti y De Sica, muchos
vismo) se valore la ·base fotogrâfica· del cine, a partir de la cual se estudiosos, tanto en Italia como en el extranjero, se interesan por los
deben examinar ahora las cosas, pues adecuandose a ella puede des- vinculos que establecen el cine y la realidad. Sin embargo, las relacio-
plegar el cine sus potenciales capacidades artisticas. nes entre el panorama cinematogrâfico y la investigacion historica no
Tercera observacion. Si dentro del debate todos resaltan el vincu- son lineales. Si bien es cierto que los filmes neorrealistas hacen que
lo intimo entre la realidad situada frente a la camara y la imagen que surjan y se desarrollen ciertas posiciones teoricas, no lo es menos que
la representa, los términos de ese vinculo varian de un teorico a otro. el trabajo de investigacion supera a menudo las cuestiones concretas
Las diferencias son mûltiples. Por ejemplo, se plantea si la represen- y cuenta también con otras motivaciones. Mas claramente, es la apari-
tacion debe resaltar la singularidad de lo que se reproduce o, al con- cion de una serie de obras loque· descubre la existencia de una co-
trario, devolvernos una vision global del mundo; y, por eso mismo, rrientez, pero Jo que modela la reflexion concreta son otras exigencias
si debe tener un valor eminentemente documentai o, al contrario, mas amplias.
ser de alguna forma una interpretacion. Es la diferencia entre rea- El debate italiano3 es un buen ejemplo de la complejidad de las
lismo inmediato y realismo critico, o entre realismo empirico y gran
2 Para un balance del movimiento neorrealista y su debate teôrico vid. Miccichè
(ed.) 1975 y Brunetta 1982.
I Nos referimos en especial a teôricos como Antonello Gerbi o Alberto Consiglio. 3 Es necesario hacer dos precisiones iniciales. La primera, que los filmes italianos
Las posiciones de Luigi Chiarini (por referirse mas a Gentile que a Croce) y de Umberto suscitan inmediatamente la discusiôn, incluso en el extranjero, como manifiesta, por
Barbara (cuyos elementos idealistas resultan menos claros) son mas complejas. ejemplo, el interés de la revista L'écran français. La segunda, que el nuevo estallido

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cosas. El modo en que se desarrolla es indicativo: Roma, ciudad de 1948-49. Veamos las razones que conducen a la adopci6n de esta
abierta (Roma città aperta), que impone al mundo la nueva escuela nueva actitud. Algunas son exquisitamente cinematogrâficas, por
es de 1945; Paisà, que de alguna manera proporciona al movimient~ ejemplo, la constataci6n del amplio reconocimiento que reciben en el
su manifiesto, es de 1946; pero la teoria italiana se concentra en el extranjero las peliculas italianas, y la aparici6n de dos obras definiti-
neorrealismo s6lo a partir de 1948-49. Antes hay una especie de nece- vas como Ladr6n de bicicletas (Ladri di biciclette) y La tierra tiembla
sidad de recuperar los hilos del pasado y agotar un discurso intermm- (La terra trema). Por el contrario, otras razones trascienden el cine·
pido. Tenemos, por ejemplo, la propuesta de un tema que ya se ha- por ejemplo, la participaci6n en la Jucha politica de la época (en 1~
bia manifestado a finales de los anos 30, nos referimos a la definici6n vîspera de las elecciones de 1948, se asume la defensa del neorrea-
de una •tercera via• que estaria abordando el cine sonoro, y cuyos lismo frente a los ataques y a la censura, como signo de compromiso
ejemplos podrian ser Ivan el Terrible (Ivan Groznij) de Eisenstein, persona!); el deseo de encontrar un territorio de amplia controversia
Les enfants du paradis de Carné y Enrique V (Henry V) de Olivier4. (se habla de neorrealismo, como ocurri6 en el Congreso de Pemsa,
Y tenemos también la propuesta de un enfrentamiento con una esté- de septiembre de 1949, para establecer un entramado de relaciones
tica ·oficial·, la de Croce, para obligarla a abandonar sus ultimas resis- entre estudiosos de distintas procedencias y campos)7. De nuevo se
tencias y a reconocer la plena capacidad artistica del cines. Incluso los mezclan discusiones cinematogrâficas con reivindicaciones mas ge-
criticos que al principio de la década habian defendido en la revista nerales.
Cinema el retorno al realismo se encuentran en parte desplazados, Las observaciones que acabamos de realizar nos permiten trazar
porque entre ellos la batalla por recuperar a Verga y su lecci6n habia mejor el marco del debate. Ante todo, los términos en juego son los
predominado sobre la idea de la narraci6n ·filmada directamente•, siguientes: la teoria se enfrenta a su propia historia (retoma y supera
aunque también ésta se encuentra en las paginas de la revista6; Rosse- las ideas de Croce); responde a imperativos sociales (la presencia de
llini parece desbaratar esta jerarquia con sus dos peliculas y aden- un comprorniso, la adhesion a la izquierda, que a menudo constituye
trarse por un camino no del todo previsto. Por tanto, los estudiosos una auténtica rnilitancia); retoma algunos ternas de fondo (el neorrea-
italianos perciben parcialmente la importancia del momento en un lismo visto como contribuci6n a la nueva identidad cultural de un
cine que esta naciendo, lo que significa que la teoria depende de la pais recién salido de la guerra). Hay, ademâs, una periodizaci6n posi-
producci6n contemporanea, pero también de la propia historia y las ble; a una fase (1945-1948), en la que la producci6n cinematogrâfica
propias exigencias. no encuentra una clara correspondencia en la teoria, sigue otra fase
Volveremos a encontrar una mezcla de impulsos diversos cuan- 0949-1955), en la que algunos filmes que se consideran esenciales
do la atenci6n al neorrealismo sea ya completa, es decir a partir obligan a plantearse ciertos interrogantes sobre el cine, sobre su pa-
pel y su destino, para acabar con una fase (de 1955 en adelante) en
la que el anâlisis cornienza a ofrecer signos tanto de saturaci6n como
del debate teorico en Italia llega acompaiiado de un resurgir del interés por el cine, de renovaci6n. Si bien este es el marco general, hay que aii.adir que
baste pensar en la aparicion de una coleccion prestigiosa como la ·Biblioteca cinemato- dentro de él se oyen ciertas voces de especial valor por la ejemplari-
griifica· editada por el Poligono (y dirigida por G. Viazzi y A. Buzzi), en las escenogra- dad de sus posiciones o de sus motivos. La primera de elias es, sin
fias ilustradas de la ·Cineteca Domus· editada por la Domus, en el renacimiento de la
revista Cinema, en la difusion de los rotativos Vitagliano, etc. duda, la de Cesare Zavattini, escen6grafo, director y animador incan-
4 Vid. la reseiia critica del debate que esta ba teniendo lugar en Bianco e Nera 1, sable, pero también te6rico consciente y lucido. No resulta facil sinte-
1947; y la intervencion de U. Barbara, ·Ancora della terza fase overossia del ftlm•, en el tizar sus numerosas aportaciones, a menudo ocasionales y siempre
mismo ejemplar de la revista, que con ese numero reanuda la publicacion. desbordantes (una gran parte de las referidas al neorrealismo, recogi-
5 Vid. el debate inaugurado por L. Chiarini con ·L'immagine filmica· en Bianco
e Nera, 6, 1948, seguido de C.L. Ragghiani con .Croce e il cinema come arte•, en Bian-
co e Nera, 8, y concluido por el propio B. Croce con •Una Jettera•, en Bianco e Nera,
10, 1948.
6 Se acostumbra a relacionar directamente la reflexion del grupo Cinema con el 7 Para una reconstrucci6n de las relaciones entre politica y cultura cinematogrâfica
nacimiento del neorrealismo; en realidad ambos desarrollan caminos en parte paralelos en ese periodo, vid. Brunetta 1982 (que subraya acertadamente el peso especifico del
(pese al pape! fundamental de Visconti). M. Alicata y G. De Santis apoyaron la recupe- manifiesto publi~ado en L'Unità, ei 22 de febrero de 1948, Brunetta 1982, pâg. 144, en-
racion de Verga con ·Verità e poesia: Verga e il cinema italiano·, en Cinema, 127, 1941, tre un elevado numero de llamarruentos y cartas abiertas). Resulta estimulante la inter-
y con ·Ancora di Verga e del cinema italiano•, en Cinema, 130, 1941. La idea de un cine vendon de A. Abruzzese, ·Il rapporta politica-cultura durante il neorealismo· en Po-
mas directo fue sostenida, entre otros, por M. Antonioni, ·Per un fùm sul fiume Po·, en litica e cu/tura ne/ dopoguerra, Quaderno della Mostra Internazionale de 'Pesaro
Cinema, 68, 1939. Para un anâlisis de la contribucion del grupo al pensamiento neorre- Pesaro, 1974. Vid. también las actas del Congreso de Perusa en edicion de U. Barbara:
alista vid. Miccichè 1990. Il cinema e l'uomo maderno, Le edizioni sociali, 1950.

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das y revisadas por Mino Argentieri, se encuentran ahora en Zavat- excluya a nadie. Pues bien, el cine es un perfecto instrumenta de co-
tini 1979), pero trataremos de recabar algunas de sus Hneas funda- nocimiento: ·Ningun otro medio camo el cine presenta esta capaci-
mentaless. dad original y congénita de fotografiar las cosas que, en nuestra opi-
Zavattini parte de la idea de que la guerra y la Jucha por la libera- nion, merecen ser mostradas en su cotidianeidad . .. Ningun medio
ciôn han enseiiado a todos, es decir también a los cineastas, a valorar expresivo tiene camo el cine la posibilidad de ofrecer conocimiento a
la riqueza de la realidad y a descubrir el valor de Jo actual. De ahi la un numero mayor de personas• (Zavattini 1979, pag. 98). Sin duda tal
exigencia de acercar el espectaculo a la vida, hasta hacerlos coincidir vocacion ha sido traicionada a menudo. Méliès, con su estilo fabuloso
literalmente. ·Es necesario que el espacio entre vida y espectâculo se impuso a Lumière y a la voluntad de este ultimo de mantenerse al
quede anulado· (Zavattini 1979, pag. 103). El camino hacia esa coinci- lado de la vida. Pero hay que encontrar las razones originarias del
dencia habla experimentado dos etapas. Primera se introdujeron ele- cine; rechazar las servidumbres econômicas y volver a ofrecer un es-
mentos auténticos dentro de la ficciôn y se inventaron historias Jo pacio al testimonio de quien trabaja (contra los productores, ·dicta-
mas cercanas posible a la realidad. Pero no bastaba; era necesario re- dura de los artistas•); rechazar la divisiôn del trabajo, impuesta por la
cuperar los acontecimientos concretos en si mismos y hacer de la rea- maquinaria, y responsabilizar al maxima al director (contra la colabo-
lidad en cuanto tai un relata. ·Un intenta eficaz no consiste en inven- raciôn, autor unico); rechazar las fôrmulas preexistentes y abrirse a
tar una historia que se parezca a la realidad, sino en contar la realidad las posibilidades (•Lo unico preestablecido es loque nosotros somas.
camo si fuera una historia· (Zavattini 1979, pag. 103). 0, también: •No Por eso, el argumenta sera sustituido por el hombre en toda su pleni-
se trata ya de convertir en "realidad" las cosas imaginadas (hacer que tud, disponible, y al mismo tiempo desarmado, ante los hechos•, Za-
parezcan verdaderas, reales), sino de hacer significativas en grado vattini 1979, pag. 75); rechazar las gramaticas y las retoricas, y dejarse
maxima las cosas tai como son, casi coma si se contaran elias solas· guiar por las cosas mismas (·Ya no hacen falta cânones o reglas de es-
(Zavattini 1979, pag. 97). Es decir, ha de ser la vida la que se asome tilo ... ; la forma sera aquella que aconsejen los hechos, las cosas que
directamente a la pantalla. Como es natural, nacera un espectaculo ocurren y que se expresan de forma inmediata•, Zavattini 1979, pagi-
que ya no mantiene vinculos con la ficciôn, una historia alejada del na 68); rechazar al actor sacerdote y favorecer al hombre auténtico,
artificio. La pelicula valorara la dimension de lo corriente, de lo nor- con su nombre y apellido. En una palabra, desechar cualquier via que
mal; descubrira la importancia de lo que tenemos deEmte de los ojos no sea la analitico-documental y favorecer el reflejo directo de las co-
sin darnos cuenta de que esta ahi. En particular, ningun hecho se sas, la inmediatez, la actualidad, la duracion. ·El cine debe contar lo
considerara la simple premisa de otro hecho, inmediatamente aban- que esta ocurriendo. La câmara esta hecha para mirar ante nosotros•
donado, sino que éste •permanecera• en escena, la cual tiene en si (Zavattini 1979, pag. 83). De ahi la idea de un auténtico seguimiento
misma una densidad ilimitada. Ningun fotograma sera un simple de la realidad: ·Ha llegado el momento de arrojar a la basura los guio-
•puente• hacia el proxima fotograma, sino que cada uno de ellos sera nes, para seguir a los hombres con la câmara• (Zavattini 1979, pagi-
igualmente intenso y revelador. ·Cada momento es infinitamente rico. na 83). Ésta es la leccion del neorrealismo, y con ella se descubre la
No existe lo banal· (Zavattini 1979, pag. 104). De tal forma que al ha- necesidad de reconocer al cine su mision de explorador del mundo.
blar de espectaculo y de narracion es necesario situarse fuera de la lo- En la linea idealmente opuesta a la de Zavattini podemos situar a
gica que hasta entonces los habla caracterizado, renunciando a seguir Guido Aristarco. De nuevo nos encontramos ante una actividad in-
tesis preestablecidas, probadas por un final negative o positive, se- vestigadora muy amplia (la reflexion sobre el neorrealismo, confiada
guo los casos, para obedecer unicamente a la Hamada de la realidad, sobre todo a las criticas que aparecieron en Cinema, primera, y en
pues en la realidad •no somas ni buenos ni malos, ni santos ni dia- Cinema nuovo, después, corre paralela a una reflexiôn sistematica
bles, simplemente somas· (Zavattini 1979, pag. 56). sobre el propio estatus del discurso teorico, que comenzo con el en-
Pero ~por qué esta via que resalta la vida, con sus distintos mo- sayo ·Urgenza di una revisione dell'attuale indagine critica· y conti-
mentes y su ser tai cual? Hay también una razon moral, vinculada a la nuo con la publicaciôn de la Storia delle teoriche del film)9. Dentro
necesidad que los hombres tienen de conocerse, conocerse para po- de esta variada gama de intervenciones, sin embargo, es posible en-
der solidarizarse, conocerse para constituir una comunidad que no contrar un nucleo comun de pensamiento que sustituye la idea de un
encuentro cara a cara con la realidad por una relaciôn mucho mas

8 Vid. G. Moneti (ed.), Lessico zavattiniano, Venecia, Marsilio, 1992; un material


que resulta muy ûtil para entender la reflexion te6rica de Zavattini. 9 Respectivamente, en Cinema, 48, 1950, y Turin, Einaudi, 1951.

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compleja; la _orie~t~~ion del cine hacia la vida por un mayor cultiva pues, constatar lo que sucede en el mundo, sino que es necesario en-
de e_sta predtspo~!Cton natural; la conquista de la realidad al margen tender sus motivas y sus dinamicas. Y si para dibujar un diagrama de
de form~las prevtstas por un aprovechamiento de las experiencias de este tipo se necesitan estructuras literarias como la trama, ello no
la gran hteratura a la hora de narrar el mundo. En una palabra, se sus- constituye un impedimenta, pues solo por prejuicio separamos el
tituye la estética del seguimiento por lo que, como veremos, podria cine de otros medios expresivos. Por el contrario, ·el problema del
llamarse la estética de la reconstrncci6n. realismo en el arte es un problema general, comun a la literatura, a las
Este nucleo de pensamiento se organiza alrededor de los filmes artes figurativas, al teatro y al cine• (Aristarco 1955b). Sobre este fondo
cuya critica realiza Aristarco. A proposito de La tierra tiembla, por unitario, el trasvase de medios de un area a otra se haœ posible cuan-
ejemplo, Aristarco resalta que Visconti va camino de ·hacer estilo· del do permite mejorar la captacion de los datos y ensanchar la optica de
neorrealismo, como habia hecho Verga con el naturalismo. En ambos la observacion. Mâs aun, resulta deseable cuando permite abandonar
autores, la verdad no coïncide ya con el reflejo exterior de las cosas, el piano de la simple captacion del hecho para llegar a un encuadre
sinoque •Se identifica con la creacion poética· (Aristarco 1950). En La total de los fen6menos o a una explicacion exhaustiva de los mismos;
tierra tiembla advertimos esta tendencia en la busqueda de una di- en el caso de un filme, cuando permite pasar ·de un cine de docu-
mension mayor que la simple descripcion del ambiente, hasta la fron- menta, de cronica, de denuncia ... a un cine critico• (Aristarco 1955a).
tera misma de la ·investigacion psicologica, espiritual y social del En semejante situaci6n, la recuperacion del argumenta, como la recu-
drama•, y en la utilizacion de medios expresivos desconocidos, •em- peracion del personaje, no constituye ya un filtro o una barrera, sino
pleados en estricta relacion con el significado espiritual y humano un instrumenta util para proporcionar al discurso una mayor ejempla-
que poco a poco van asurniendo· (ibid.). De ello nace positivamente ridad, un valor mas amplio. Porque, conviene repetirlo, lo que se pre-
un disefi.o complejo, que utiliza el material humano e iconografico tende es aferrar el sentido de los hechos representados mâs allâ de su
para reconstruir en toda su plenitud y ejemplaridad un mundo del simple manifestacion, en su disefi.o completa y en su generalidad. Es
que no solo se nos ofrecen los perfiles, sino también la logica y las ra- decir, se quiere un conocimiento efectivo de los fenomenos, que el
zones de fondo. cine no alcanza registrando los hechos, sino ahondando en ellos. Por
Este tipo de argumentacion (que Aristarco propane en cada una eso, ref!ejar el mundo significa a la vez reproducir sus contornos y su-
de sus criticas, sirviéndose del discurso sobre cada filme para analizar perponer a éstos lo que los ha determinado. Precisamente, ir mâs allâ
el cine en general) aparece en su forma mas acabada en la célebre de las apariencias, captar una logica y extraer una leccion.
controversia a proposito de Senso, que supondria el paso del neo- Hacer del neorrealismo un estilo, superar las apariencias, adop-
rrealismo al realismo. Pero, iqué implica este paso? Es la afirmacion tar los instrumentas del gran relato. Aristarco parece replicar de esta
de una exigencia mucho tiempo menospreciada: el cine no debe con- forma al deseo de inmediatez y de abolicion de todo filtro propio de
tentarse con registrar los hechos, mas aun, no tiene por gué limitarse Zavattini. Su inspiracion es evidentemente la estética de Lukacs (aun-
a observar y describir; por el contrario, puede abordar la narracion que también el Gramsci de Letteratura e vita nazionale). En cual-
cuando ésta sirva para evidenciar el disefi.o que subyace a los aconte- quier caso, a un realismo puramente descriptivo, Aristarco opone un
cimientos y puede llegar a una completa participacion con los hechos •realismo critico· capaz de reflejar no solo las situaciones concretas,
cuando ésta sirva para garantizar la plenitud y la capacidad persuasiva sino lo que es tipico de una condicion historica y humana.
del conjunto. De modo que el cine puede extender su radio de ac- Naturalmente el debate sobre el neorrealismo no se ha limitado a
cion, porque tiene la capacidad y porque es conveniente. De hecho, estas dos posiciones que hemos resaltado aqui por su ejemplaridad 10 .
narrar y participar, en vez de observar y describir, le permite ver mas Existen otras intervenciones de las que conviene dar fe. Ante todo,
alla de la superficie del fenomeno, para recoger sus mecanismos in- debemos recordar a dos estudiosos cuyo magisterio se habia expre-
ternas y sus razones ocultas. El resultado es un retrato mas completa sado ya en los anos 30, Luigi Chiarini y Umberto Barbaron. El pri-
de la realidad, en la que a la presentaci6n de los hechos se suma la
comprension de sus causas y en la que al registra de los aconteci-
rnientos se afi.ade la percepcion de la logica que los sostiene. JO La ejemplaridad no solo te6rica, sino también •polîtica· de Zavattini, representa
·Existen diversos grados de realismo, como existen diversos gra- en cierto modo la vertiente ·ut6pica• del neorrealismo, en tanta que Aristarco elabora
dos de realidad (la realidad como se percibe), que los directores des- una ·linea· que quiere ser •realizable•.
l i De Chiarini debemos recordar al menas la direcci6n de la Rivista del cinema
cubren seglin su tendencia y capacidad de profundizacion· (Aristarco, italiano, durante la primera mitad de los afios 50; de Barbara, su puesto oficial dentro
1955b). El cine, en principio, apunta a los grados mas altos; no basta, del PCI.

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mera (especialmente el Chiarini de 1951 a 1952) parte de una oeta
otra parte, nuestra meta es delimitar el marco de la inves~igaci6n mâs
distinci6n entre espectaculo cinematogriifico y filme. El espectâculo
que realizar una lista exhaustiva. Y el marco del neo~realts~o es muy
es una zona compleja en la que predomina el esplendor escenogrâ-
claro. La idea de fondo es que el cine debe «reconqutstar• ltteralmente
fico y la voluntad de contar, la captaci6n del publico y el juego d~ la
la realidad. Los caminos son, sin embargo, dos: por un lado se resalta
ficci6n. Estamos en la tradici6n del montaje teatral, en el que el cme
la inmediatez con la que el medio refleja el mundo (la poética del se-
ofrece nuevas y mâs amplias posibilidades técnicas. Por el contrario, guimiento de Zavattini); por otra lado, se subrayan las mediacion;s
escoger el camino del filme pura significa renunciar a los filtros tradi-
necesarias para un auténtico reflejo (la poética de la reco?struc~i?n
cionales, es decir, a la ficci6n, a la narraci6n y a la puesta en escena, y
de Aristarco). Dentro de esta polaridad encontramos ademas posteto-
establecer una relaci6n directa con la realidad. Es el camino del neo-
nes que resaltan ora el compramiso entre bas~ foto~rafic~ y ~~crea­
rrealismo, que de esta forma recupera la lecci6n ~ri~i~al de Lu~ière. ci6n poética (Chiarini), ora el papel de la fantasta y la tmagmacton del
Con todo la relaci6n directa con la realidad no stgmftca ausencta de director (Barbara), ora la complementaci6n entre documentalismo y
mediaci6~, puesto que es el director quien debe reelabo~a~ creati- lenguaje (Di Giammatteo). Reencontraremos muchas de est~s mo~iva­
vamente los datos de partida. Sencillamente, no debe tratetonar el
ciones en dos te6ricos muy activas en la posguerra, Andre Bazm y
fundamento fotografico de la pelicula, como ocurre cuando se super-
Sigfried Kracauer. Su influjo sobre el debate, la densidad de sus dis-
ponen a la toma unos esquemas preestablecidos. Habrâ que recono-
cursos, su prapia relaci6n con la experiencia neorrealista, son dife-
cer, pues, el papel de la câmara y pedirle colaboraci6n para ex-
rentes (en favor del primera sobre el segundo). Sin embargo, ambos
plorar el mundo; o mejor aun, habrâ que consentir a la câmara que
nos permiten esclarecer las razones que llevan a atribuir al cine una
fije ella misma los acontecimientos, hasta •actuar a su vez sobre el
vocaci6n realista.
hombre· (Chiarini 1952) e indicar a este ultimo c6mo representar lo
que le radea.
Por otra parte, este equilibrio de reelaboraci6n creativa y respeto
2.3. EL CINE COMO PARTICIPACION EN EL MUNDO: ANDRÉ BAZIN
por el fundamento fotogrâfico del filme constituye el elemento pecu-
liar del cine respecto al resto del arte, su rasgo distintivo, su •especifi-
El ensayo que abre la colecci6n de los escritos de Bazin (fechado
cidad·. Contra quienes piensan que lo esencial de un filme estâ en el
en 1945) nos ofrece ya en las primeras lineas una imagen muy suges-
montaje, Chiarini recuerda que su caracter consiste ·en la posibilidad
tiva: en el origen de las artes plâsticas habria un •complejo• psicoana-
de elaborar artisticamente, sin mediaciones literarias o teatrales pre-
litico concreto, el de la momia. De hecho, la estatua y el cuadra, que
vias, un material aun informe desde el punto de vista estético· (Chia-
repraducen los rasgos de los hombres y de los objetos, tienden, al
rini 1952). En una palabra, en la capacidad de sorprender lo real y
menos en su génesis ideal, a realizar un embalsamamiento para con-
darle forma sin traicionarlo ni en el espiritu ni en la letra.
servar en cierto modo lo que estâ destinado a desaparecer. En resu-
Chiarini parece ocupar un punto intermedio entre la inmediatez
men, en la base de la escultura y de la pintura estâ la idea de la_lucha
que desea Zavattini y las mediaciones aceptadas por Aristarco. Tam-
contra el tiempo que corrompe las cosas y los cuerpos, y su sueno pa-
bién Barbaro ocupa una zona intermedia, aunque insista con mayor
ralelo de vencer a la muerte: ..fijar artificialmente las apariencias car-
tes6n en la fantasia y la imaginaci6n del director como elementos
nales del ser quiere decir arrebatarlo al flujo del tiempo, reconducirlo
constitutivos del filme, y sobre el montaje como principio de cons-
a la vida· (Bazin 1958 [1973], pâg. 3). De ello se deriva una obsesi6n
trucci6n estética (Barbaro 1953). Algunos estudiosos mâs j6venes,
repraductora, anterior a la experiencia estética. Ademâs de la voluntad
como Fernaldo Di Giammatteo, confieren a esta posici6n intermedia
de expresarse prapia del artista estâ ·el deseo completamente psico-
un sentido algo distinto. Si es cierto que el cine tiende al documentai,
l6gico de sustituir el mundo exterior por su doble· o el instinto de •sai-
también lo es que no puede evitar un lenguaje. La capacidad de un var al ser mediante la apariencia· (Bazin 1958 [1973], pâgs. 5 y 3).
filme para reflejar la realidad se conjuga indisolublemente con su ca-
pacidad de .. hablar• del mundo (Di Giammatteo 1950).
Interrumpimos aqui esta relaci6n necesariamente sintética 12 . Por el frente de izquierdas en complicidad con ciertos ambientes conservadores. Sin em-
bargo, su discurso resulta interesante pues, por un lado, intenta una lectura del neo-
rrealismo a través del filtra de la estética neoescolastica y, par otro, tematiza la capaci-
dad del neorrealismo para representar, ademas de un universo visible, ·los movimientos
12 Entre otras muchas participaciones en el debate, habria que resaltar quizâs la del
del alma invisible· (F. Morlion, ·Le basi filosofiche del neorealismo italiano•, en Bianco
padre Félix Morlion. Se trata de una figura contravertida, acusada de mtentar ·ramper•
e Nero, 4, 1948), abriendo una via que continuacin posbazinianos como Agel.

40 41
L~ fotografia reali~a _e~te deseo profundo, afiadiendo un rasgo el cine, mâs que a una serie de imâgenes, recuerda a la Sâbana Santa,
esenCial: la absoluta obJetlvldad de la operacion. En efecto, en la foto- esto es, a una figura que nace de la superposicion efectiva de un
grafia tenemos ·la satisfaccion completa de nuestro apetito de ilusion lienzo a un cuerpo y que mantiene vivo en el primera la presencia
mediante una reproduccion mecanica de la que se excluye al hom- del segundo. En definitiva, entre el cine y la realidad hay una relacion
bre•; la representacion se convierte en un puro acto técnico, sin inter- existencial, una continuidad profunda, pues ambos se emparentan
ferencia de recreacion. En definitiva, mientras «todo arte se funda en ontologicamente.
la presencia del hombre, solo en la fotografia disfrutamos de su au- Mâs allâ de las metâforas (que, sin embargo, reproducen adecua-
sencia, pues nos emociona en tanto que fenomeno natural, como una damente el tono del discurso baziniano, cuyos principios se expresan
flor o un cristal de nieve cuya belleza es inseparable de los origenes frecuentemente a través de sugerencias, gestos y paradojas), la trama
vegetales o telûricos• (Bazin 1958 [1973], pâg. 7). La consecuencia es resultante es clara: el cine se adhiere a la realidad, es mâs, participa
doble. Por un lado, ·la objetividad de la fotografia le confiere un po- de su existencia. Y lo hace por una necesidad psicologica que ya con-
der de credibilidad que no tiene ninguna obra pictorica· (Bazin 1958 du jo a la escultura y a la pintura a salvaguardar la apariencia de los
0973), pâg. 8). Al fijar las apariencias, ya nadie puede disfrazarlas; lo seres contra el paso del tiempo y la amenaza de la muerte. Lo hace
reproducido se representa ante nosotros prâcticamente solo, en toda gracias a una posibilidad técnica que ya permitio a la fotografia regis-
su evidencia y en toda su riqueza. Por otra parte, esta radicalizacion trar objetivamente los hechos del mundo. Lo hace también gracias a
del juego consiente a la fotografia destacarse de otras artes plâsticas: unas elecciones estéticas que subrayan su capacidad de acompafiar el
·Liberacion y cumplimiento al mismo tiempo, la fotografia permite a propio discurrir de la vida. La consecuencia es que el realismo cine-
la pintura desembarazarse definitivamente de la obsesion realista y matogrâfico (realismo psicologico, técnico y estético al mismo tiem-
encontrar su autonomia estética· (Bazin 1958 (1973), pâg. 10). Las ar- po)13 no es un método entre otros, sino Jo que distingue con mayor
tes plâsticas pueden asi recorrer un camino de investigacion, pero si hondura su naturaleza.
lo inician es porque la fotografia se ha hecho cargo directamente del Tenemos, pues, una adhesion a la realidad; mâs aûn, una partici-
•complejo de la momia· que estaba al principio del camino. pacion en su existencia. Este dato aparece en todos los ensayos de
El cine lleva hasta sus ûltimas consecuencias esta linea interna de Bazin, incluso cuando se enfrenta a otras situaciones. En el piano his-
la historia del arte, afiadiendo a la objetividad fotogrâfica la reproduc- torico, por ejemplo, el origen del medio aparece literalmente domi-
cion del tiempo: ·Por primera vez, la imagen de las cosas es también nado por el mito del realismo absoluto. Los precursores, desde
la de su duracion y casi la momia del cambio• (Bazin 1958 [1973], pâ- Niepce a Muybridge y hasta el mismo Lumière, persiguieron una
gina 9). Por tanto, lo existente se representa no solo en sus aparien- ·representacion total e integral de la realidad· (Bazin, 1958 (1973),
cias y a través de un proceso automâtico, sino también en su devenir pâg. 13). Todas las conquistas posteriores, del sonido al color y a la
y la posibilidad de semejanza se hace total. De ahi el estrecho vinculo pantalla panorâmica, asi como al progresivo abandono de los mode-
entre cine y realidad; el primera se superpone literalmente a la se- los teatrales y literarios, no hacen mâs que confirmar esta vocacion
gunda y se convierte mâs que en su copia en su ·huella digital•. 0 me- original. Hasta tai punto que con ciertos filmes neorrealistas como
jor aûn, el cine, calcando la realidad en todos sus aspectos la pro- Ladr6n de bicic/etas asistimos a la perfecta identidad con la vida: ·Ya
longa de algûn modo y ·se suma a la creacion natural, en vez de susti- no hay actores, ni historia ni puesta en escena, es decir, por fin, en la
tuirla con otra· (ibid.). ilusion estética perfecta de la realidad, ya no hay cine• (Bazin 1962
En efecto, esta capacidad del cine, que subraya una vocacion ya [1973], pâg. 318). Si existe un destino que el medio persigue, éste no
inherente a la fotografia y a las artes figurativas, debe ser cultivada es otro que su disolucion en el mundo.
con atencion; como veremos, se deben evitar los atajos propios del En la misma linea, el principio al que el cine obedece se hace
•truco•, por muy eficaces que sean, mientras que deben valorarse los explicita en todas las situaciones que podriamos definir circulares, alli
momentos en que la câmara hace de testigo y posible participante. En donde la estrecha conexion de la realidad con la imagen consiente
resumen, hay que excluir ciertos procedimientos y favorecer otros. que una alimente a la otra, y viceversa, pues los dos polos interactûan
No obstante, Jo que cuenta en realidad no son los resultados indivi-
duales, es decir, los distintos grados de ·verosimilitud· de este o aquel
filme, sino el principio mismo: el cine posee una tai proximidad al 13 Esta triple dimension del realismo baziniano ha sido bien analizada por G. Gri-
mundo que puede convertirse en su réplica y en su extension. En gnaffini en la introducci6n de un libro editado por ella, La pelle e l'anima. Jntorno alla
este sentido nos encontramos muy lejos de la logica de la ilustracion; Nouvelle Vague, Florencia, La Casa Usher, 1984.

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sin ninguna direcci6n obligada. Se plantean aquî los sugerentes anali- aparece en la pantalla con toda su riqueza, hasta el punto de que es
sis bazinianos sobre los reportajes bélicos, con su idea de que los el espectador quien tiene que descifrarla: la mirada puede vagar libre-
campos de batalla son también el escenario donde se deciden los mente para descubrir el mundo. Es el caso del piano secuencia, en el
destines de las naciones y el plat6 donde se desarrolla un espectaculo que se restituyen los heches en toda su integridad, ..nos apremia per-
de gran fuerza emotiva (se combate tanto para vencer como para ser petuamente en su integridad; somos nosotros quienes elegimos este
filmados, y al contrario; de modo que ·el mundo realiza una astuta o aquel aspecte• (Bazin 1958 [1973], pag. 100). Pero entre los memen-
economîa del presupuesto de sus guerras, ya que éstas se utilizan con tos de mayor intensidad estan también aquellos en que el cine se
dos fines, el de la Historia y el del Cine ... •, Bazin 1958 [19731, pag. 21). aproxima a una realidad en sî misma "no captable•, mostrando el
De la misma forma cabe aquî el analisis de los bigotes de Chaplin, riesgo y el limite. Es el caso de los documentales de guerra, con la câ-
·robados· por Hitler, que se arriesga asî, sin quererlo, a la parodia que mara en la linea de fuego, o de los documentales de aventuras, en los
el actor ha ce de él en El gran dictador (The Great Dictator) (Hitler, que para robar una imagen mas a la realidad, el câmara se arriesga
"imitando a Charlot, habîa puesto en marcha una estafa de la existen- a morir (cjr. Bazin 1958, pag. 49). En todas estas situaciones, el cine
cia que este ultimo no iba a olvidar. Por eso se Jo harîa pagar caro nos devuelve ellatido mismo del mundo14.
un os a fi os des pués ... Disponiendo de la existencia de Hitler, Charlot Tai es el nuclee de la reflexion baziniana, como aparece, sobre
se la arrebat6 para aniquilarla·, Bazin 1958 [1973], pags. 50-51. En re- todo, en las paginas de Qu'est-ce que le cinéma, colecci6n de sus en-
sumen, una mascara que se convierte en una realidad que a su vez se sayos mas significatives. Pero convendrîa precisar algunos de sus
reconvierte en mascara desacralizadora). E igualmente se plantean puntos. Bazin, que trata de ver en el realisme una necesidad basica
aquî los analisis de los filmes soviéticos sobre Stalin, ejemplos extre- de todas las artes, suele definir la posici6n del cine por contraste con
mos de confusion de papeles (el cine fue el principal encargado de otros ambitos expresivos (piénsese en sus analisis comparados con el
exaltar su mito, presentando a Stalin ante el pueblo y, de la misma teatro o la literatura, Bazin 1959). Pese a su interés primordial por la
forma, gracias a los documentales que se le proyectan, Stalin ·visi- naturaleza estética del medio, no olvida el trabajo concreto de la
taba· Rusia; dado que su relaci6n con el mundo quedaba casi exclusi- puesta en escena o los factores econômicos y sociales que condicio-
vamente confiada a las imagenes visionadas, •no serîa exagerado afir- nan la realizaciôn del filme. En este sentido, su teorîa no resulta tan
mar que Stalin llega a convencerse de su propio talento a través del "idealista• como se le reprocha a principios de los afios 70, sino que
espectaculo de los filmes stalinistas·, Bazin 1958 [1973], pag. 49). El es también una •morfologîa• y una •pragm:'itica• (por servirnos de tér-
cine permite esta circularidad como ningun otro medio y encuentra minos actuales) del cine. De la misma forma, conviene precisar tanto
en ella sus propias raîces. las raîces como las consecuencias de esta reflexion. Bastara recordar,
Por ultimo, el principio que guîa el cine, es decir, su realisme ra- por un lado, la influencia sobre Bazin de un cierto catolicismo francés
dical, determina tanto sus tabues como sus mementos de mayor in- inconformista (desde Legaut a Esprit), su lejanîa del compromise sar-
tensidad. Los primeros se refieren sobre todo a los trucos que inter- triano (con el rechazo del arte •util•, sobre todo por sus contenidos;
vienen en la falsificaci6n de la realidad y en la creaci6n de situacio- en particular contra Sadoul) y su proximidad a la fenomenologîa (por
nes y emociones para las que no existe una verificaci6n objetiva. De ejemplo, en la version propuesta por Maurice Merleau-Ponty)1s. De
ahî la prohibici6n, no solo formai, de introducir en dos encuadres
distintos Jo que debe ocurrir en la misma escena para ser significative
14 No hace falta subrayar la espléndida •perversidad· de Bazin, para quien la muerte
(es el famoso montaje prohibido: separar con un corte a la fiera que es obscena cuando se reduce a espectaculo, pero sublime cuando sirve para revelarnos
amenaza del hombre amenazado serîa renunciar a la credibilidad în- el mundo ...
tima de la situaci6n). Pero el tabu se refiere también a la representa- 15 De Merleau-Ponty vid. sobre el texto completa de la conferencia ·Il cinema e la

ciao de todo Jo que abarca una realidad hasta tal punto exclusiva que nuova psicologia•, contemporanea del ensayo que abre la colecci6n baziniana (mas
tarde, Merleau-Ponty 1948). La idea es que la filosofia y la psicologia modernas nos
no tiene réplica. De ahi la prohibici6n del amor: ·El amor se vive, no han ensenada que no existe un •YO• contrapuesto al universo concreto, sino una con-
se representa• (Bazin 1958 [1973], pag. 32). Y sobre todo, la prohibi- ciencia que impregna en las distintas situaciones y que se mide con las otras concien-
ci6n relativa a la muerte: ·La representaci6n de la muerte real es tam- cias. A partir de este punto se puede aferrar completamente el realismo del cine. Por
bién una obscenidad, no ya moral como en el caso del amor, sino un lado, el filme tiene un significado, como lo tienen las cosas, pues •se dirige a nues-
tra capacidad de descifrar tâcitamente al mundo o a los hombres y de coexistir con
metafîsica. No se muere dos veces· (ibid.). ellos· (Merleau-Ponty 1948 (1962), pag. 80. Por otro Iado, la pelicula traduce en com-
En la lînea opuesta encontramos los puntos de mayor intensidad portamientos los estados de animo y de esta forma los objetiva, sin por ello convertir-
cinematografica. Son, por ejemplo, los mementos en que la realidad los en acciones independientes o impedir que resulten inteligibles.

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otro lado, bastara citar la actividad de animacion y promocion que contrar: la necesidad de disolverse en el flujo de la vida que es uno
durante toda su vida Jo llevo a participar en el movirniento de los ci- de los rasgos caracterîsticos del cine maderno.
neclubs, a no ahorrar trabajos escritos y a promover los Cahiers du
cinéma, con los que •nutre· a una nueva generacion de crlticos y ci-
neastas. Pero mas alla de estos datos, ûtiles para entender el marco 2.4. EL CINE COMO DOCUMENTACION DEL MUNDO: S!GFRIED KRACAUER
en que se mueve Bazin16, queda una idea de fondo que se patentiza
en todas y cada una de las ocasiones, esto es, que el cine, antes aûn Si la exploracion de André Bazin puede parecer orientada y pro-
que representar la realidad, participa de ella hasta el punto de repro- fética, la de Sigfried Kracauer, estudioso aleman obligado por el na-
ducirla en toda su densidad y consistencia, liberar su sentido escon- zismo a emigrar a los Estados Unidos, es sistematica y concreta. Uno
dido y mostrar sus sobresaltos întimos, en una palabra hasta el punto se apoya en situaciones extremas para captar los desarrollos de
de mostrar su esencia. fondo, otro pasa lista a los comportamientos corrientes para identifi-
El realismo ontol6gico de Bazin consiste precisamente en este car unas capacidades de base; uno persigue una hipotesis radical, la
sueiio de •comunion· y de ·verdad•. Una teorîa que se demuestra ex- , de una perfecta identidad entre imagen y realidad, otro se interroga
traordinaria a la hora de captar algunos mecanismos fondamentales sobre un dato concreto, el hecho de que en la pantalla reaparezcan
del cine o algunos de los motivas de su fascinacion: la întima capaci- personas y objetos. Los dos estudiosos operan indudablemente en
dad persuasiva de muchas de sus imagenes, la inmediatez y la densi- contextes distintos: uno sobre el terreno de la crîtica militante, otro
dad de cuanto aparece en la pantalla, la adhesion espontanea a lo en el ambiente académico. De igual modo es distinta su influencia en
que se nos presenta ante la vista. Una teoria que ejerce un influjo de- el debate; el primero (que constituye todavîa un punto de referencia)
terminante sobre todo el pensarniento cinematogrâfico de la posgue- goza de un puesto central en la investigacion teorica; el segundo (que
rra. Una teorîa, por ûltimo, que parte de experiencias marginales y algunos vuelven a valorar en la actualidad) aparece mas desdibujado.
anomalas para seiialar una necesidad recurrente que poco después Con todo, se pueden leer sus contribuciones en paralelo, como dos
reaparecerâ con prepotencia. formulaciones de la misma exigencia: por una parte, un realismo
Aclaremos este punta para concluir. Bazin, buscando ejemplos existencial, vinculado a la posibilidad del cine de participar en la vida
para sus teorîas en obras marginales respecta al cine dominante (el del mundo; por otra, un realismo funcional, vinculado a la posibili-
neorrealismo, pero también los filmes etnograficos, para niiios, cientî- dad del medio de reproducir los perfiles de las cosas y documentar la
ficos, etc., ademas de las obras maestras de Renoir, De Sica, Wyler y existencia. Pero, procedamos con orden y releamos uno de los ûlti-
Welles, aunque interpretadas de una forma voluntariamente parcial) mos libros de Kracauer, sintomaticamente titulado Tbeory of Film, en
habla de algo que en ûltima instancia no existe mas que como ten- cierta forma la suma de sus investigacion en este campo17.
dencia necesaria pero subterranea o como hipotesis aûn pendiente También Kracauer, como Bazin, parte de un analisis de la fotogra-
de explotacion. En definitiva, su suefio captaba bien la esencia del fîa, considerada la progenitora inmediata del cine; aunque de hecho
cine, pero no encontraba verificacion en los filmes concretos. Una si- éste nace de la combinacion de muchos otros elementos dispares,
tuacion que, como hemos vista, era recurrente en la posguerra. Sin desde la !interna magica al fenaquistoscopio, no es menas cierto que
embargo, lo que Bazin veîa iba a estallar poco después en la expe- ·la fotografîa, especialmente la instantanea, tiene prioridad absoluta
.riencia del cinema verità, en el empleo de las técnicas ·ligeras•, como entre estos elementos, porque fue y sigue siendo el factor decisivo en
el 8 o el 16 mm., en el vîdeo, y mas generalmente en todos los mo- la determinacion de la sustancia del cine, en cuya naturaleza sobre-
mentos tîpicos de las ûltimas décadas, que han intentado sorprender
la realidad desde cerca, tratando de captarla ·sobre el terreno•. Esta-
mas, pues, ante una vision anticipada o una sensibilidad adivinatoria, 17 Kracauer, tras haberse interesado por el cine desde principios de los afios 20
ya que, en pleno cine clasico, Bazin ve sus puntos incandescentes y hasta la llegada del nazismo como critico de la Franlifurter Zeitung, vuelve sobre la
los sîntomas de una inminente renovacion, y se prepara de esta cuesti6n en la segunda mitad de los afios 40, en calidad sobre todo de historiador y so-
ci6logo de cariz académico. Hablaremos de esta actividad en posteriores capitulas, su-
forma para la cita con lo que la muerte prematura le iba a impedir en- brayando su contribuci6n a los métodos de analisis del cine, y prestaremos atenci6n
también a un libro mas interesado en definir la naturaleza del media. Sin embargo,
como se vera, hay un vinculo entre el Kracauer te6rico ·esencialista• y el Kracauer te6-
16 Para un examen completa de la vida y la obra de Bazin, uid. D. Andrew, André rico ·disciplinar• (y con el Kracauer critico). El hecho de que hablemos de él en dos
Bazin, Oxford, Oxford Univ. Press, 1978. momentos distintos resalta la duplicidad de su inspiraci6n.

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vive . ~Kracauer 1960 [~962], pag. 85). Ahora bien, la fotografia se ca- palabras, el cine es el instrumenta ideal para registrar la realidad fi-
ractenza por una proptedad fundamental, la de reproducir la realidad sica, por eso tiende naturalmente hacia ella· (Kracauer 1960 [1962],
material que nos circunda, por lo que puede tanto registrar los aspec- pag. 86). El resultado es que ambos obedecen al mismo ·principio es-
tas inmediatamente visibles como revelar los que a primera vista son tético· basico y siguen un mismo tipo de •inclinacion naturaJ ...
imperceptibles. De modo que la vocacion de la fotografia es realista, Para el primer aspecta Kracauer recuerda la regla segun la cual
aunque a menudo se utilice con otros fines. De este hecho se derivan una obra es tanto mas valiosa estéticamente cuanto mas se funda-
dos consecuencias, una estética, la otra, por decirlo as!, estructural. menta en las principales propiedades del medio; pues bien, conside-
Ante todo, también la fotografia debe obedecer al principio ba- rando las caracteristicas del cine, esta obligacion se vera satisfecha
sica segun el cual ·las obras realizadas dentro de los limites de un me- cuando, como en el caso de la fotografia, siga su tendencia realista, Jo
dio de expresion concreto son tanto mas satisfactorias desde el punto cual parece conducir a una especie de paradoja, pues los filmes que
de vista estético cuanto mas profundizan en las cualidades especîficas sigan esa direccion, incluso cuando •se trate de productos ajenos a
del medio .. (Kracauer 1960 [1962], pag. 65), y dado que las propieda- toda intencion creativa como los noticiarios, los documentales y los
des del medio impulsan en este caso a reproducir la realidad, al usar filmes cientificos y didâcticos, etc., son afirmaciones validas desde el
la fotografia •se debe seguir en todos los casos la tendencia realista, punto de vista estético• (Kracauer 1960 [1962), pag. 98). Y es asl por-
en interés de la estética . (Kracauer 1960 [1962], pag. 67). En otras pa- que encarnan un •comportamiento cinematogrâfico· correcto, que
labras, el fotografo podra expresar también su subjetividad, pero si consiste precisamente en la atencion sistematica al mundo exterior.
quiere obtener unos resultados correctos, si persigue un ·comporta- Por el contrario, el cineasta que solo aspira a expresar sus sueii.os y
miento fotografico• auténtico, tendra que lograr •una mezcla de fideli- obsesiones sigue un camino no motivado estéticamente, pues trai-
dad a Jo real y de esfuerzo creativo ... , en la que este ultimo, por muy ciona las propiedades del instrumenta con el que trabaja, que impul-
fuerte que sea, debe ceder a las exigencias de la primera .. (Kracauer san a la observacion de los datos concretos por encima de todo Jo de-
1960 [19621, pag. 70). mas. Pero, dejando al margen los casos extremos, lo cierto es que en
En segundo lugar, la vocacion realista de la fotografia evidencia el cine, como en la fotografia, •todo depende del justo equilibrio en-
algunas de sus •inclinaciones naturales•, de las que merecen atencion tre la tendencia realista y la tendencia creativa; y el equilibrio se al-
cuatro en particular. ·En primer lugar, la fotografia presenta una afini- canza cuando esta ultima no pretende imponerse a la primera, sino
dad evidente con la realidad inmediata y sin artificios. Las imagenes que acaba por seguirla· (Kracauer 1960 [1962], pâg. 98).
que nos impresionan como intrlnsecamente fotogrâficas parece que En cuanto a las ·inclinaciones naturales•, también éstas se mode-
tienden a devolvernos la naturaleza en vivo, tai y camo existe, inde- lan sobre las que hemos visto anteriormente. De ahi que al interés de
pendientemente de nosotros· (Kracauer 1960 [1962], pag. 73). ·En se- la fotografia por la naturaleza corresponda en el cine la vocacion ha-
gunda Iugar, gracias a su preocupacion por captar la realidad inme- da lo no teatral. Es cierto que la mayor parte de los filmes se basan
diata, la fotografia tiende a poner el acento en los hechos casuales. Lo en una puesta en escena, pero en los mejores ejemplos ésta tiende a
fortuito es el alimenta natural de la instantanea· (Kracauer 1960 desaparecer en favor de una ilusion completa de realidad. 0 también,
[1962], pag. 74). ·En tercer lugar, la fotografia tiende a evocar una au- a la propension de la una hacia los hechos casuales se corresponde
sencia de limites, un infinito ... Ba jo este aspecta existe una analogia en el otro una atracci6n por Jo fortuito, como testimoniaron desde el
entre comportamiento fotografico e investigacion cientifica, pues am- principio los ·finales comicos•, llenos de accidentes y desastres, y
bos intentan penetrar en un universo inagotable, cuya totalidad se continuan probândolo los filmes rodados en la calle, que reflejan un
nos escapa continuamente .. (Kracauer 1960 [1962], pags. 74-75). •En mundo caotico. 0, del mismo modo, a la tendencia de la fotografia a
cuatto y ultimo lugar, el medio presenta una afinidad con Jo indefi- evocar una ausencia de limites corresponde en el cine -el deseo qui-
nido ... Es, pues, justificable hablar de significados multiples, de un mérico de establecer la continuidad de la existencia fisica· (Kracauer
cierto deseo de significado y de similes ... en relaci6n con el trabajo 1960 [1962], pâg. 134); son ejemplo los filmes de viajes, en los que
de la maquina fotogrâfica· (ibid.) aparecen grandes extensiones de la realidad, o los documentales,
Hasta aqui las palabras sobre la fotografia; en cuanto al cine, que se entretienen en los objetos hasta hacer estallar sus dimensio-
Kracauer realiza un analisis muy parecido. Sin duda, no niega que nes, o ciertos filmes psicologicos, que calcan las formas del mono-
este ultimo comporte elaboraciones y desarrollos propios, ni que ex- logo interior alineando una multitud de pensamientos. Por otra parte,
plate procesos técnicos concretos camo el montaje, pero sus propie- a la pasion de la fotografia por Jo indefinido corresponde el gusto del
dades fundamentales •Se identifican con las de la fotografia. En otras cine por lo basto e informe, ya que, pese a que el montaje confiere a

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los hechos una funcion precisa dentro de la trama, los mejores filmes de la câmara es precisamente su condicion de voyeur•; o, tam?ién, ·El
son los que saben recrear el sentido de las cosas tai como son, en su cine es comparable a la ciencia ... •, Kracauer 1960 [1962], pag~. _107
indeterminacion y en su ambigüedad. A estas cuatro ·inclinaciones y 114). La consecuencia es que en Bazin el cine saca a la_ superftcte la
naturales• que fueron primera de la fotografia, el cine aftade una verdad intima de Jo real, mientras que en Kracauer, el etne devuelve
quinta, vinculada a su capacidad de recrear también la duracion de la sencillamente la realidad de los hechos. No cabe duda de que el estu-
realidad: la inclinacion a seguir el flujo de la vida. De ahi la valora- dioso aleman sugiere la existencia de dos pianos de la accion: el cine
cion ·del fluir de las situaciones y los hechos materiales, con todo Jo ·registra• los aspectas ya de por si visibles y •revela· Jo que no es afe-
que son capaces de evocar en términos de sentimientos, pensamien- rrable de forma inmediata, por ser demasiado pequeflo o demasiado
tos y valores· (Kracauer 1960 [1962], pag. 143): el devenir del mundo, grande o demasiado rapido. Pero esta •revelacion· no permite superar
el sucederse de los acontecimientos, el desarrollo de los hombres y las apariencias, simplemente las enfoca, sin llegar nunca al corazon
de las cosas ... , todo ello atrae al cine. de los fenomenos. Como ya se ha dicho, la base realista del cine para
Kracauer aftade, siempre en esta linea, que si bien todo Jo que Bazin nace de una participaci6n; para Kracauer, se concreta en una
existe es teoricamente filmable, hay •Sujetos que podriamos definir capacidad de documentaci6n. Participacion y documentacion, o ver-
"cinematogr:ificos", porque parecen ejercer una atraccion especial dad de las cosas y realidad de los hechos, son dos tendencias claras.
sobre el medio. Como si éste estuviera predestinado a representarlos Con elias se mide la teoria del realismo cinematogr:ifico, y en torno a
(y deseoso de hacerlo)• (Kracauer 1960 [1962], pag. 104). Entre tales elias gira, en definitiva, la investigacion.
sujetos cabria mencionar Jo que nos devuelve el sentido de Jo con-
creto (por ejemplo, los primeras pianos de objetos inanimados) o el
sentido del movimiento (el seguimiento, la danza); incluso Jo que 2.5. REALISMO Y REALISMOS
suele formar parte de la realidad pero no esta en el centra de nuestra
atencion, y que el cine, con sus medios, puede enfocar, como Jo mi- Aunque Bazin y Kracauer esclarecen con sus contribuciones las
nûsculo, Jo gigantesco y Jo transitorio. La câmara de cine, como antes razones de fondo que llevan a identificar cine y realidad, la reflexion
la câmara de fotos, se abre al mundo y busca en éllo que le es afin. no se agota en ellos. Recordaremos, pues, otras aportaciones de
El libro de Kracauer aborda otros muchas ternas: desde la fun- forma sintética. La primera es la de Gyôrgy Lukacs, que dedica al cine
cion que cumple el componente narrativo a los diversos estilos que el un capitula de su monumental Estética (1963), entre una seccion de-
actor debe seguir para crear su pape!; desde las formas que adopta el dicada al jardin y otra a Jo placentero. Lukacs, que retama y aplica ca-
habla a las funciones que asume la mûsica; desde la posicion del es- tegorias que utilizo ya antes (y que han influido sobre ciertas teorias
pectador a las experiencias de vanguardia. Con todo, los puntos que cinematograficas, por ejemplo en Aristarco), parte del hecho de que
hemos tratado hasta aqui, es decir, la forma en que el cine obedece al el cine pone en juego un doble rejlejo de la realidad. Ante todo esta la
•principio estético· basico y a los tipos de ·inclinaciones naturales· reproduccion del mundo propia del caracter fotogr:ifico de las image-
que sigue, asi como a la presencia de ciertos sujetos privilegiados o nes del cine, pues gracias a la câmara y a su técnica, se reproducen
esenciales, nos dice lo esencial, esto es, que el nuevo medio, al in- en la pantalla los perfiles de las cosas en toda su exactitude inmedia-
corporar la fotografia, hereda y desarrolla la tendencia a reproducir la tez. Este primer reflejo comporta un riesgo: la pelicula se encuentra
realidad fisica. En resumen, su destina es hacerse un testigo mas fiel demasiado cercana a la vida diaria y, por tanto, demasiado vinculada
si cabe del mundo. al caracter singular (y visible) de Jo que muestra; no parece lograr
Las conclusiones son aparentemente las mismas que en Bazin; no ofrecernos el sentido de las cosas en su imagen completa y, por eso
obstante (mas alla de la distinta densidad del discurso y de los efectos mismo, mas auténtica. En cambio este reflejo fotografico dota a la pe-
distintos sobre el debate) las diferencias de matiz tienen su peso. En licula de una ·autenticidad llena de significado· (Lukacs 1963 [1970],
ambos, el cine se vincula estrechamente a la realidad, pero en Bazin pâg. 1.263), que en el resto de las artes solo se alcanza •Como resul-
este vinculo tiende a hacer superposiciones de las partes, mientras tado del proceso de transformacion en la reproduccion de la realidad·
que en Kracauer es testimonio de Jo existente. En efecto, para el uno (Lukâcs 1963 [1970], pag. 1.264. El segundo reflejo, probablemente el
el medio intenta actuar en el mundo y con el mundo (hasta el punto mas estético, que se basa en la capacidad de recrear Jo real no solo
de que la representacion puede disolverse y convertirse en vida); en su apariencia, sino en su generalidad y en su ejemplaridad, debe
para el otro, el medio debe, ante todo, analizar las personas y las co- contar con estos datos de partida. La pelicula fracasar:i tanto si se
sas con la actitud del explorador o del cientifico (·La mayor virtud queda ·en la autenticidad inmediata• de sus imagenes como si intenta

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contradecirla; por el contrario, debera servirse de ella para expresar Al menos en apariencia, también Deleuze trabaja con los signas.
las ..objetividades indeterminadas"; y lo lograra, sobre todo, si frente al pues identifica en el cine una imagen-movimiento, dividida a su vez
cambio y a la multiplicidad de la realidad reproducida, restituye una en imagen-percepcion, imagen-afecto, imagen-pulsion, imagen-ac-
..unidad de atmosfera afectiva" (Lukâcs 1963 [1970), pag. 1.287), esto cion, etc., asî como una imagen-tiempo, expresada sobre todo por la
es, reconstruye un mundo en si mismo completa y evidente. imagen-cristal. Sin embargo, estos signos proponen otros tantos es-
Lukâcs, lo repetimos, interviene con la Estética cuando sus cate- lados de la realidad, desde la realidad percibida segûn una perspec-
gorias, experimentadas antes en la literatura, han producido ya resul- tiva determinada, bloqueada en un aspecta singular (la imagen-movi-
tados en el campo de las teorias cinematogrâficas. Afiadamos que su miento) hasta la realidad que condensa una serie completa de posi-
influjo es visible sobre todo en las distintas defensas del realismo so- bles, que se abre a la totalidad (la imagen-tiemp~). Esto quiere decir
cialista, tanto en su version soviética como en las distintas versiones que el cine no es un lenguaje, sino que es el munda que se repre-
nacionalesls. senta en todos sus pianos de existencia, es decir, el mundo tai como
En la lînea opuesta (estamos realmente en otro terreno y en otro es y tai como se modela; tai como aparece y tai como lo pensamos.
espîritu, de los que aquî senalaremos solo los puntos principales) los Entre Pasolini y Deleuze hay a principios de los anos 60 una se-
ecos de la reflexion sobre el realismo cinematogrâfico se vuelven rie de intervenciones que tienen su blanco polémico en las teorias
a encontrar en el vivaz debate que acompana al cinéma verité, es de- realistas. Ahora la idea de la proximidad del cine a la realidad se re-
cir el cine que florecio a caballo de los anos 50 y 60, que exploto las toma para ser desmontada y destruida.
tecnologîas ligeras para documentar desde dentro ciertas situaciones Pensamos en las posiciones asumidas por las revistas Cinéthique
sociales o humanas19, y que subraya la verdad inmediata de las cosas, y Cahiers du cinéma. Quien cree que las imagenes y los sonidos que
la ausencia de filtras y la capacidad de documentacion del cine. aparecen en la pantalla son una copia de Jo existente (ademas de un
Pero la idea de que el cine es por naturaleza reflejo y continua- instrumenta expresivo) olvida que son, ante todo, el fruto de un tra-
don de la realidad constituye también el fondo de ciertas contribucio- bajo; quien ve en la pellcula un calco del mundo exterior (ademas de
nes que, sin embargo, operan en otros marcos de investigacion. Nos un reflejo del mundo interior), oculta el ûnico dato efectivo, es decir,
referimos a dos nombres que mas adelante analizareinos con detalle; el proceso de produccion que le ha dado forma. El realismo es, por
uno para los anos 60, Pier Paolo Pasolini; el otro para los 80, Gilles tanto, una teorîa puramente idealista, que esconde la materialidad de
Deleuze. los elementos en juego: factores técnicos, profesionales, economicos,
Pasolini interviene en el debate abierto por la serniotica. Precisa- ideologicos, anteriores a la creacion de una ilusion de realidad.
mente al referirse a esta Hnea de investigacion, adelanta la impresion Pero pensemos también, mas generalmente, en el debate sobre
de que el cine funciona en cierto sentido como la escritura: es un me- el iconismo, con las contribuciones de Eco, Metz, etc., la reproduc-
dio que ..fija· en la pellcula ciertos comportamientos concretos, como cion del mundo no es un gesto natural, sino que nace de la aplica-
los caracteres ·fijan• en el pape! las palabras que por lo general se cion de algunas leyes lingüîsticas recurrentes; hacer que se reconoz-
pronuncian de viva voz. Ahora bien, la auténtica lengua es la que can en un conjunto de luces y sombras objetos y personas significa
usamos en el discurso oral, mientras que los caracteres grâficos son organizar tales luces y tales sombras segûn ciertos principios fuette-
una simple derivacion; de la misma forma, el verdadero lenguaje es el mente codificados.
de los gestos con los que nos expresamos en la vida, que la pelîcula Tendremos tiempo de retomar todas estas intervenciones. Mien-
se limita a recoger, a comprimir y a reordenar. En consecuencia, el tras, nos interesa subrayar dos cosas. Por un lado, resaltar que el vîncu-
cine es un dispositivo simbolico porque traduce signos preexistentes, lo del cine con la realidad continua planteando problemas de una u
signos naturales. Es, en resumen, una .. Jengua escrita de la accion• (es otra forma; para unos es una conviccion que vuelve de nuevo; para
decir, un lenguaje, pero calcado del lenguaje del mundo), como el otros, una hipotesis a desmentir; para todos es un marco presente.
propio Pasolini resume en una expresion tan eficaz como paradojica. Por otro lado, vemos que la problematica se agranda, pues la existen-
cia de nuevos marcos de investigacion permite situar la vocacion rea-
lista del cine en un horizonte mas amplio. Se plantea aquî la idea, di-
18 fundida a partir de finales de los anos 60, de que el sentido de la rea-
Sobre este tema vid., por ejemplo, B. De Marchi, ·Realisrno socialista e religione
della verità", en Comunicazioni Sociali, 2-3, 1982. lidad procedente de la imagen, o, mejor, el sentido de la realidad que
l9 Sobre este fénorneno vid, par ejemplo, L. Marcorelles, Eléments pour un nou- de ella emana, se debe relacionar tanto con la verosimilitud, es decir
veau cinéma, Paris, Unesco, 1970. con la capacidad de reflejar lo existente, como con la veracidad, es

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decir, con la capacidad de construir mediante signos algo que se pro-
pane como existente. En definitiva, se trata de parecerse a la verdad y
de hacer como si fuese verdad, ya que si el cine nos devuelve la reali-
dad es tanto gracias a un juego de espejos como a un principio cons-
tructivo. Bien mirado, la polaridad existia ya en el enfrentamiento en-
tre Zavattini y Aristarco, y, en parte, entre Bazin y Kracauer; no obs-
tante, ahora confiere una intensidad nueva al problema. El realismo
no parece que dependa tanto del medio en si como de los factores
que en su entorno refuerzan u obstaculizan esta vocaci6n original;
entonces entran en juego los procesos perceptivos (reconocemos con
mayor o menor facilidad lo que vemos en la imagen y lo que vemos
en el mundo), los habitos mentales (al reconocer una figura nos servi-
mas de esquemas ya consolidados), los procedimientos lingüisticos
(hay modos mas o menos eficaces de disponer los elementos en el CAPiTULO III
campo), estrategias de comunicaci6n (afirmar que se dice la verdad
es a veces mas eficaz que decirlo sin redundancia), etc. En resumen, El cine y lo imaginario
el realismo es un asunto complejo, que exige una aproximaci6n plu-
ral (especialmente, pluridisciplinar). Pero con ello, lo repetimos, nos
encontramos en un ambito nuevo del debate, que retomaremos mas 3.1. MAs ALLÂ. DEL ESPEJO
adelante. Volvamos ahora a los anos que siguen a la posguerra y exa-
minemos otra linea de pensamiento: la que asocia el cine con lo ima- Frente a la concepci6n del cine como representaci6n de la reali-
ginario.
dad existe otra, si bien menos conocida, que circul6 también por
aquellos anos, seglin la cualla sabiduria del cine reside sobre todo en
su capacidad de encarnar lo imaginario. Lo que aparece en la panta-
lla no es el mundo, en su evidencia o su concreci6n, sino un universo
nuevo donde se mezclan objetos comunes y situaciones an6malas,
hechos concretos y sensaciones impalpables, presencias reconocibles
y entidades irreales, comportamientos habi~al~s '( 16gicas. sorpren-
dentes. En resumen, el cine abre un espaCio dtstmto, habttado por
muchas mas cosas de las que rodean nuestra vida. Deberemos hacer,
por tanto, como Alicia cuando vuelve al Pais de _las ~a~avillas; si que-
remos realizar de verdad el viaje al que hemos stdo mvttados, no bas-
tara con asomarnos a la ventana y contemplar el paisaje, tendremos
que traspasar el espejo.
Mas alla del espejo. En efecto, podriamos comenzar con esta
frase (reversa de la mas clasica de las metaforas realistas) la recons-
trucci6n de esta parte del debate, aunque no antes de establecer dos
observaciones preliminares. Ante todo debemos decir que la hip6te-
sis sobre la capacidad del cine para crear una dimension distinta ya se
habla difundido ampliamente antes de la guerral, mas incluso que la

I Piénsese en la afortunada defiAiciôn del cine como fâbrica de sueiios, que vuel-
ve a oirse una y otra vez durante los anos 20 y 30, y que da incluso titulo a un libro de
1. Ehremburg, Die Traumfabrik, Berlin, Malik, 1931.

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