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UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN MARTÍN

FACULTAD DE INGENIERÍA AGROINSDUSTRIAL


ASIGNATURA: ÉTICA Y DEONTOLOGÍA PROFESIONAL
DOCENTE: ING. M.SC. RAEFAEL SEGUNDO VELA PAREDES

VALORES Y
ANTIVALORES
Por: Sebastián Jesús Gómez Saldaña
26 de septiembre de 2019

I. INTRODUCCIÓN
La sociedad globalizada en la que se vive hoy en día, presenta un flujo de
información referente a los valores del individuo a ciertas tendencias de actitud y
comportamiento que suponen un éxito sobresaliente, pero si hablamos solo de
eso, suena un poco fragmentario, debido a que también existe actitudes malas o
un lado equivocado, siendo lo opuesto a ello que viene a ser los antivalores.
Todos llevamos una formación cada uno distinto al otro, pero con la intención de
educar, orientada a un comportamiento en función de realizarnos como personas,
inculcarnos hábitos buenos y con cualidades para crear mejores seres humanos.
Evaluando distintos contextos que engloban este tema, se puede establecer que
va ligado a la educación y a la moral, haciendo un enlace entre estos dos
términos, estaríamos hablando de una educación moral. La educación moral
quiere formar hábitos de convivencia que refuercen valores, pero es conveniente
que debe infundir para que se convierta en un ámbito de reflexión individual y
colectiva que permita elaborar racional y autónomamente principios generales de
valor, principios que permitan enfrentarse críticamente a realidades. Esto ayuda a
analizar críticamente la realidad en que vivimos que ayude a idear formas más
justas y cotidianas de convivencia. Una persona con principios consiste en abrirse
caminos en valores, las oportunidades que pueda obtener y las metas que pueda
alcanzar también es gracias a la formación que logra haber llevado. Es importante
resaltar que existe lo paradójico, un lado equivocado, así como hay una escala de
valores morales también la hay de valores inmorales o antivalores, donde nos
deshumaniza y degrada, muchas veces llevando el rechazo de la sociedad.

II. DESARROLLO

La axiología (de axios, valor, digno de estima y logos, tratado) es una rama de la
filosofía que tiene como objeto la reflexión de los valores, puede ser definida como
la teoría de los valores, en este ámbito se estudian, en ocasiones por oposición de
significado, los llamado valores negativos (antivalores). La axiología se divide en
dos grandes ramas: ética, en cuanto a teoría de los valores morales o de lo bueno,
las buenas practicas o de llevarse a cabo una excelente educación moral, una
persona consiente de lo bueno y lo malo; y la estética, en cuanto a teoría de los
valores artísticos o de todo lo bello.
Existe variables definiciones de lo que son los valores, pero todas llevan a un
mismo significado; los valores son principios que nos permiten orientar nuestro
comportamiento en función de realizarnos como personas. Son creencias
fundamentales que nos ayudan a preferir, apreciar y elegir unas cosas en lugar de
otras, o un comportamiento en lugar de otro. También son fuente de satisfacción y
plenitud. El Valor, es una cualidad especial que hace que seres y cosas sean
estimados, ya sea llevarse la aceptación o el rechazo. Algunos autores definen
como, Mendoza, Ladrón de Guevara y Martínez (2008) hacen referencia a una
definición de valores hecha por Rokeach (1979) donde éste último dice que los
valores son “una creencia perdurable respecto a que un modelo de conducta
específico o un estado de existencia es preferible, en el aspecto personal y social,
que un modo de conducta o estado final de existencia opuesto o converso”. En
este sentido, vale la pena hacerse la pregunta: ¿Cuál es la utilidad del
reconocimiento de los valores? Según Puig (1995), la utilidad de los valores tiene
que ver precisamente con todo aquello que contribuye a reconocerlos: las
emociones, el juicio y la acción. Los valores se reconocen emocionalmente y a la
vez incrementan las capacidades para reaccionar emotivamente, dan pauta o
criterios de juicio y finalmente se convierten en guías de la propia acción.
Ahora bien, en el ámbito que incumbe a esta investigación, los valores se deben
traducir en el adecuado equilibrio de conocimientos, habilidades, intereses,
actitudes y comportamientos que incluyen su capacidad autorregulatoria, auto
reflexivo y auto crítica, llevando a una síntesis de reacciones subjetivas frente a
cualidades que se hallan en el objeto, sin mencionar factores sociales y culturales.
En este sentido, autores como Bermúdez (1997), Pereira (2001), Frisancho (2001),
referenciados en Beltrán, Torres, Beltrán y García (2005) dan cuenta de los
variados modelos en ética y valores que se han tratado de aplicar y/o adaptar en
los programas de educación superior existentes en diversas instituciones de
educación universitaria, con el objetivo de salvaguardar el sentido ético y su
consecuente comportamiento en las personas en etapa de formación.
Para hacer mención de las clases de valores y refutando a estos, los antivalores,
tenemos: Valores sensoriales; lo agradable-lo desagradable, lo placentero-lo
doloroso, lo sabroso-lo insípido, etc. Valores vitales; lo fuerte-lo débil, lo saludable-
lo insalubre, la vida-la muerte, etc. Valores sociales y jurídicos; la amistad-la
enemistad, lo justo-lo injusto, lo digno-lo indigno, lo solidario-lo egoísta, la
igualdad-la desigualdad, etc. Por lo normal la convivencia humana. Valore éticos;
lo bueno-lo malo, lo correcto-lo incorrecto, lo justo-lo injusto, lo aceptable-lo
inaceptable, lo honesto-lo deshonesto, lo honrado-lo falso, etc. Valores estéticos;
aquellos que derivan la apreciación de la belleza-de las cosas o de los hechos: lo
bello-lo feo, lo elegante-lo ridículo, lo armonioso-lo arrítmico, etc. Valores teóricos
o cognoscitivos; lo verdadero-lo falso, lo racional-lo irracional, lo lógico-lo ilógico, lo
riguroso-lo incierto, lo válido-lo inválido, la certeza-lo falso, etc. Valores religiosos;
lo sagrado-profano, lo crédulo-lo incrédulo, lo divino-lo diabólico, la caridad-la
envidia, etc. Haciendo también mención de antivalores morales: esclavitud,
angustia, deshonestidad, arrogancia, odio, guerra, irrespeto, irresponsabilidad,
altanería o soberbia, intolerancia social, etc.

III. CONCLUSIÓN
Es sustancial la aplicación de una formación humanística en la educación superior,
porque fuera de interés científico y académico, existen los rasgos establecidos
para un buen profesional, educado en valores, responsabilidad, ética, honestidad,
compañerismo y el trabajo en equipo, ya que en su vida profesional se encontrará
con distintos tipos de tentativas o personas que no llevan una buena práctica de
valores, y es necesario tener la capacidad de una toma de decisión correcta o de
lo bueno, una capacidad de educación moral ya formada, una aplicación de
normas del lado pedagógico, en este campo se considera a los valores una de las
características fundamentales en el desarrollo del ser humano, son idóneos de ser
aprendidos, no solo como un sistema de normas establecido, sino desde un punto
de vista crítico. Es parte de la vida equivocarse en nuestro actuar, por distintos
factores que pueda existir, pero esto no conlleva a hacerlo un hábito, porque
existen consecuencias que nos perjudican como humanos y ante la sociedad
mancillando nuestra reputación, también dejando en tela de juicio en la toma
decisiones.

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