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TODOS SANTOS EN LA CULTURA

QUECHUA
T’anta wawas, escaleras, caña de azúcar,
coronas, suspiros, el vaso con agua y los toritos
forman parte de las mesas de Todos los
Santos, que hoy reciben a las almas de los
difuntos mayores.
Se conoce que la cultura quechua momificaba a
sus muertos y que, en cierta época del año, los
dolientes los sacaban de sus chullpares e
instalaban una mesa donde les otorgaban
alimento. A su llegada, los españoles calificaron
este acto como un sacrilegio y poco a poco, las
momias fueron remplazadas por las t’anta
wawas.
Las mesas para los difuntos encierran una fuerte carga simbólica. CORREO DEL SUR
visitó algunas instituciones, donde instalaron estas mesas y rescató el significado de
algunos de sus elementos.
Las gradas en la mesa representan los tres niveles del universo: el Janaqpacha (cielo), el
Kay Pacha (vida terrenal) y el Uku Pacha (purgatorio).
Al mediodía de hoy, según las tradiciones, descienden las almas adultas y en el primer
nivel de la mesa, colocan el Santo Cristo, la imagen del difunto, las coronas y las cadenas,
que simbolizan el portal por el que ingresan los difuntos.
En los siguientes niveles están las t’antawawas, que representan la forma física de las
almas, las escaleras, por donde descienden y ascienden al cielo, el vaso con agua (se dice
que los difuntos llegan cansados, por lo que este elemento es imprescindible) y también
están los t’antatoritos (toritos de pan), que permiten a las almas llevar su cargamento.
No debe faltar la caña de azúcar, que se convierte en el bastón que emplean para allanar el
camino que recorren; las mistelas, que representan a la fruta de la temporada; los
“suspiros” de azúcar (el último suspiro del difunto) y todos los platillos preferidos del
fallecido. En la mesa siempre se colocan velas porque, dicen, iluminan el camino de las
almas.
Para armar la mesa de un adulto, se extiende un mantel negro o morado. Las cadenas
también son del mismo color. En el caso de los angelitos, se emplea una tela blanca (que
simboliza la pureza de los niños que murieron) y las cadenas, en estos casos, son celestes
o rosadas de acuerdo con el sexo del niño que falleció.

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