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No resulta extraño subir al ascensor por la mañana y oír frases del estilo de: «lo que nos han
hecho ha sido un engaño, no nos habían avisado»; «es una injusticia que no se nos recompense
por esto»; «es una canallada plantear un despido de ese modo». En todas las organizaciones
se escuchan a diario comentarios y juicios acerca de sus miembros, lo que pone de
manifiesto que todos realizamos valoraciones éticas sobre comportamientos humanos. En
este sentido, la dimensión ética es un dato de experiencia común. Y esto ocurre tanto en la
universidad, como en el hospital, el despacho de abogados, la jefatura de policía o cualquier
empresa mercantil.
El término ética procede precisamente de la voz griega «ethos», que significa uso o costumbre.
Aquí se utilizará indistintamente como sinónimo de moral, cuyo origen es el término
latino «mos-moris», algo perteneciente al carácter de la persona, o modo acostumbrado de
obrar, acción o costumbre.
Figura 1.1. ¿Es la ética una tarea pasiva? La mejora humana como tarea esforzada.
Figura 1.3. ¿Por qué la ética constituye un generador de confianza en las relaciones humanas?
En las personas con las que se trabaja cada día, codo con codo, es porque su comportamiento
es previsible. En el cuadrante inferior derecho de la Figura 1.3, se recogen los dinamismos de la
confianza en las relaciones cruzadas entre personas con distintos puestos y niveles en la organización,
en los planos vertical y horizontal
La Figura 1.4 muestra como las actuaciones éticas continuadas, propias de individuos con
calidad humana –veraces, justos, leales, etc.–, tienen repercusiones en la propia toma de decisiones,
y ésta a su vez en aspectos de orden psico-social y técnico-económico. Quienes trabajan en
organizaciones socialmente responsables, es razonable que se sientan orgullosos de pertenecer a ellas, de
poder dar respuestas a las demandas sociales. Un ejemplo de este fenómeno en el ámbito empresarial es
el creciente interés por aparecer en los ranking de «mejores empresas en las que trabajar» de algunas
conocidas organizaciones, punto que se analizará en el capítulo sexto. Cuando la organización
contribuye al bien común y sus miembros se sienten orgullosos
de ello, cabe esperar que den un servicio que vaya más allá de lo estrictamente exigible, se puede hablar
entonces de excelencia organizativa, un concepto ampliamente utilizado que, lógicamente, viene
asociado al de buena reputación y al prestigio.
Figura 1.4. ¿Cómo se destruye la confianza? Círculo vicioso vs círculo virtuoso de la ética (1).
Figura 1.5. ¿Cómo se destruye la confianza? Círculo vicioso vs círculo virtuoso de la ética (2).
Figura 1.6. ¿Qué razones justifican considerar la dimensión ética en las organizaciones?
Como se ha intentado reflejar en la Figura 1.6, las razones técnico-económicas para actuar éticamente
son fundamentales, pero por sí solas no siempre justificarían la necesidad de tener en cuenta esta
dimensión, se requiere una mayor reflexión. Unida a esta razón, está la cuestión social. La respuesta es
que junto a las razones expuestas, que son razones de conveniencia importantes, las razones de primer
orden para no olvidar la ética en las organizaciones no son de conveniencia, son razones de necesidad.
La representación gráfica de la Figura 1.6, quiere reflejar el carácter fundamental del primer
tipo de razones que, aunque no se vea, como ocurre con los cimientos de un edificio,
constituye la base sobre la que seguir construyendo
Las razones de tercer orden, o razones técnico-económicas para considerar la ética, son las
que más se ven, están en lo más alto, y pueden llegar a ser fuente de ventaja competitiva frente
a otras organizaciones.
Las razones de primer orden están en la base. Las personas siguen siéndolo al constituir
organizaciones. Éstas son razones irrenunciables, pues las organizaciones humanas dejan de
ser humanas, se deshumanizan, cuando dejan de ser éticas. La dimensión religiosa del trabajo estaría, en
este sentido, entre las razones de primer orden. Actuar bien, por el hecho de saberse mirado con bondad
por el Creador, es un tipo de motivación que nada tiene que ver con aspectos psicológicos, políticos,
sociológicos o técnico-económicos.
Figura 1.7. ¿Por qué tiene esta estructura un libro sobre ética profesional?
Para terminar con la descripción de la estructura del libro, en la quinta parte del texto se incluye un
apéndice destinado a profundizar en cuestiones de ámbito más teórico. El comentario que se realiza
permite ofrecer una idea de los contenidos que podrán encontrarse en esa lectura. Junto a estos escritos
breves, se añade en cada capítulo la referencia a un texto clásico de la literatura universal, cuyos
contenidos sirven de fundamento sólido a lo expuesto en el capítulo. El primer texto recomendado será
la Ética a Nicómaco, de Aristóteles.re