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LECTURA BASE
Asignatura: Enfoque Evaluativos
Estimado alumno(a):
El siguiente texto es una lectura esencial para las temáticas de estudio de su
programa de Magíster. Además, se espera que usted logre comprender las diversas
visiones respecto a los contenidos tratados en él, con el fin de abordar los desafíos
que se presenten desde una perspectiva de conocimiento e intervención integradora.
UNIDAD 2
LA EVALUACIÓN
EDUCATIVA: CONCEPTO,
PERÍODOS Y MODELOS.
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LA EVALUACIÓN EDUCATIVA: CONCEPTO,
PERÍODOS Y MODELOS
Resumen: El propósito es ofrecer al lector un recorrido por los modelos que han
fundamentado la evaluación educativa, lo que permite reflexionar acerca de la evaluación
como una estrategia útil y necesaria para el mejoramiento de la calidad de la educación.
Se inicia el artículo con el concepto de evaluación, funciones y normas. En la exposición se
continúa ubicando la evaluación en cuatro períodos o generaciones. Estos temas constitu-
yen las bases para desarrollar el tema de los enfoques evaluativos que han tenido influencia
en el ámbito educativo. Este artículo se deriva del marco conceptual que sustenta un
proyecto de investigación acerca de la evaluación del plan de estudios en la Universidad de
Costa Rica, inscrito en el Instituto de Investigación para la Educación (INIE), antiguo IIMEC.
Para complementar la información bibliográfica se incluye aspectos de la experiencia acu-
mulada de la autora, producto de los procesos de investigación participativa que se han
realizado con las unidades académicas. En otras publicaciones se ofrecerán al lector los
lineamientos metodológicos para evaluar el plan de estudios que surgen de la investigación.
Abstract: The purpose is to offer the reader an overview of the models that have
served as a foundation of the educative evaluation, which allows to reflect upon the evaluation
as a useful and necessary strategy for the improvement of the quality of the education. The
article starts with the concept of evaluation, its functions and standards. Evaluation is
categorized in four periods or generations. These topics deal with the evaluation approaches
that have had influence on the education environment. This article derives from the
conceptual framework that supports an investigation project about the evaluation of the
curriculum in the University of Costa Rica, registered in the Institute of Research in Education
(INIE), previously known as IIMEC. In order to complement the bibliographical information,
it includes the author´s accumulative experience on collective research. In future publications,
the methodological guidelines will be offered to the reader in order to evaluate the curriculum
that arises from the investigation.
1
Magister Scientiae en Educación con énfasis en Investigación Educativa. Licenciada en Ciencias de la Educación
con énfasis en Currículo. Bachiller en Enseñanza Especial con énfasis en Trastornos de la Comunicación.
Profesora de la Escuela de Formación Docente de la Facultad de Educación de la Universidad de Costa Rica.
Investigadora del Instituto de Investigación en Educación (INIE). Miembro de la Comisión de Investigación y
Trabajos Finales de Graduación. Correo electrónico: aimora@cariari.ucr.ac.cr
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Key words: EVALUATION/ PERIODS OF EVALUATION/ EVALUATION APPROACHES AND
MODELS OF EVALUATION/
El Joint Committee on Standards for Educational Evaluation señala que "la evaluación
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es el enjuiciamiento sistemático de la validez o mérito de un objeto" (Stufflebeam y Shinkfield,
1995, p. 19). De tal manera, que en un estudio es importante tanto lo bueno como lo malo
de la situación evaluada, de lo contrario no se trata de una evaluación. En consecuencia,
Stufflebeam y Shinkfield (1995, p. 20), consideran que la evaluación es un proceso comple-
jo pero inevitable. Es una fuerza positiva cuando "sirve al progreso y se utiliza para
identificar los puntos débiles y fuertes, y para tender hacia una mejora". Las bases de
valoración que deben considerarse al evaluar algo son: expectativas de los usuarios, mérito
del servicio y hasta qué punto éste es necesario. Además, se deben considerar otros
aspectos de la evaluación: así como la viabilidad y la equidad y si requiere ser comparada,
centrándose en un producto o servicio. También se debe tener claridad en las principales
utilizaciones tales como: el perfeccionamiento, la recapitulación y la ejemplificación y hasta
qué punto los evaluadores requieren cualificaciones especiales.
Otra posición señala a la evaluación como una herramienta para la rendición de cuen-
tas. El concepto no es solo rendir cuentas de los aciertos y desaciertos de un plan o
programa de estudios o del desempeño profesional, sino también recibir retroalimentación
para el mejoramiento académico y personal tanto del personal docente como de la pobla-
ción estudiantil y, por ende, de la institución educativa. La evaluación educativa, se puede
considerar como un instrumento para sensibilizar el quehacer académico y facilitar la inno-
vación (González y Ayarza, 1996).
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En los procesos participativos que ha realizado la autora en sus proyectos de investigación,
el clima organizacional de la evaluación se inicia con la indagación de la forma en que las
personas interesadas entienden el proceso evaluativo y como se han llevado a cabo otras
evaluaciones anteriores; es decir, que ha sido lo positivo de esos procesos y qué se debe
mejorar. Este paso se considera necesario, dado que la experiencia ha demostrado que las
personas no están dispuestas a emprender procesos participativos sino encuentran motiva-
ción y justificación para cambiar las prácticas tradicionales de la evaluación. También se
indaga acerca de sus necesidades, expectativas y del compromiso que se asume ante el
desarrollo de la evaluación. Luego se plantea un anteproyecto, se analiza con las personas
interesadas y se realizan los ajustes pertinentes. En un proyecto participativo es necesario
definir los niveles de participación de las personas involucradas y trabajar coordinadamente,
es importante que se sientan parte del proceso y de la toma de decisiones.
FUNCIONES DE LA EVALUACIÓN.
Cualquier tipo de evaluación que se realice en el ámbito educativo, debe cumplir con
funciones como las que se citan a continuación (Posner, 1998; Hernández, 1998; Díaz
Barriga, 1999):
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las motivaciones y actitudes del personal docente hacia el trabajo.
En general, las normas del Joint Committee "aconsejan que los evaluadores y las
personas involucradas en este proceso cooperen entre sí para que las evaluaciones puedan
cumplir cuatro condiciones principales" (Stufflebeam y Shinkfield (1995, pp. 26-27):
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• Ser útil al facilitar informaciones acerca de virtudes y defectos así como soluciones para
mejorar.
• Ser factible al emplear procedimientos evaluativos que se puedan utilizar sin mucho
• problema.
• Ser ética al basarse en compromisos explícitos que aseguren la necesaria de coopera-
ción, la protección de los derechos de las partes implicadas y la honradez de los resulta-
dos.
• Ser exacta al describir el objeto en su evolución y contexto, al revelar virtudes y
defectos, al estar libre de influencias y al proporcionar conclusiones.
Estas normas pueden aplicarse en cualquier etapa del proceso evaluativo, ya sea al
decidir si hay que realizar la evaluación, al planearla y llevarla a cabo, al presentar los
resultados y aplicar las conclusiones. En los procesos de evaluación participativa que ha
realizado la autora, se parte analizando las funciones de factibilidad y ética. La función de
utilidad está muy ligada a la de exactitud, lo que depende, en gran medida, del nivel de
compromiso y responsabilidad con que se desarrollo la evaluación.
Período pre-tyleriano. Este es el período más antiguo, como dato curioso se cree que este
tipo de evaluación data aproximadamente del año 2000 a.C. Autores como Guba y Lincoln
(1989), consideran que este período se inicia a finales del siglo pasado y sigue vigente.
Tiene relevancia a finales del siglo pasado, en los Estados Unidos, con el inicio del movi-
miento para la acreditación de instituciones y programas educativos y, en los primeros años
de este siglo, con la aparición de los tests estandarizados como instrumentos de medición y
evaluación (Rama 1989). Se ha caracterizado por "centrar la atención de la calidad de la
educación en el rendimiento de los estudiantes, medición que se realiza mediante tests o
pruebas"; a este período se ha denominado "primera generación: de la medición". (Dobles,
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1996, p. 80)
Período tyleriano. En los primeros años de la década de los treinta, Ralph Tyler presenta
una renovada visión del currículo y la evaluación. Plantea el modelo de planificación
curricular tecnológico, en el cual pone énfasis en la selección y organización del contenido,
así como en las estrategias para transmitir la información y evaluar el logro de los objetivos.
Para Tyler, la evaluación determina en que medida han sido alcanzados los objetivos y para
ello, sugiere realizar comparaciones entre los resultados y los objetivos propuestos en un
programa de estudios (Tyler, 1974 y Rama, 1989). De acuerdo con la clasificación de Guba
y Lincoln (1989), se le llama "segunda generación: descriptiva".
Período del realismo. En los años 60, en los Estados Unidos, la evaluación se comienza a
profesionalizar y, a raíz de ese fenómeno, en educación se plantea la necesidad de elaborar
nuevos proyectos para el desarrollo del currículo; especialmente, en ciencias y matemática.
Crombach recomienda que se reconceptualice la evaluación "como un proceso consistente
en recoger y formalizar información que pueda ayudar a quienes elaboran los currículos"
(Rama, 1989, p. 38). En la clasificación de Guba y Lincoln (1989), este periodo aparece
después de 1957 y se le denomina "tercera generación: de juicio". Este se caracteriza por
"los esfuerzos para enriquecer los juicios, en donde el evaluador asume el papel de juez,
aunque mantiene el de técnico, así como también las funciones descriptivas…" (Dobles,
1996, p. 81).
Período del profesionalismo. A partir de la década del 70, la evaluación empieza a tomar
auge como una profesión que relaciona la evaluación con la investigación y el control (Rama,
1989, González y Ayarza, 1997).
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Período de autoevaluación. En las últimas décadas, con la proliferación de instituciones de
educación superior, en Latinoamérica, se ha visto la necesidad de competir por calidad
académica. Se parte de la premisa que todos los esfuerzos educativos, incluyendo la evalua-
ción deben buscar el crecimiento cognitivo y el desarrollo personal de todos los participantes
en el procesos de enseñanza y aprendizaje (Hernández, 1998). Esto conlleva a proceso de
autoevaluación con miras a la acreditación de carreras profesionales.
"En las generaciones anteriores, los parámetros han sido construidos a priori…". En la
llamada cuarta generación "los límites y parámetros los construyen las personas que partici-
pan en la evaluación, como elemento importante dentro del mismo proceso de evaluación",
se considera que en el campo de la acreditación no encuentra evidencias que permitan
afirmar que se ha entrado a la cuarta generación (Dobles, 1996, p. 81).
Reformas curriculares. En las reformas más recientes se destacan requisitos básicos para
enfrentarlas (Imbernón, 1991; Villarini, 1996, Posner, 1996; Yus, 1998, Hernández, 1998):
• Una reforma curricular sólo funciona cuando las personas involucradas: docentes, estu-
diantes, entre otras, participan activamente en el proceso. De esta manera, conocen,
interiorizan y asumen una actitud racional ante el compromiso que tiene la institución
educativa con la sociedad en cuanto al desarrollo científico, cultural, político y axiológico.
• En las reformas curriculares es necesario considerar la necesidad de desarrollar estrate-
gias para la capacitación docente. También es necesario buscar mecanismos para que
esta capacitación trascienda a procesos de autoformación de docentes en servicio. Con
el desarrollo de esas actividades, los profesionales de la docencia, puede generar
cambios de actitud hacia la enseñanza de su disciplina, lo que sin duda, redunda en la
formación integral de los nuevos profesionales. Algunos aspectos a considerar:
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• Asume, con sentido de investigador, permanente el enfoque y el diseño curricular
que lo caracteriza como docente. Esto permite una relación de alcance y secuencia
entre la asignatura que imparte y las demás asignaturas del plan de estudios.
• Interioriza el papel del docente actual, el cual se concibe como mediador en los
procesos de construcción del conocimiento y que para ello es necesarios asumir el
aprendizaje continuo y permanente como una forma de vida.
• Asume, con visión prospectiva, los alcances de la globalización del conocimiento y
los cambios culturales del mundo contemporáneo. Esto le exige al docente diseñar
nuevas estrategias dentro de nuevos paradigmas educativos y culturales que res-
pondan al reto de un desarrollo humano integral, sustentable y auto sostenido, que
permita la supervivencia del equilibrio ecológico, mental y natural.
• Para que la evaluación tenga valor formativo para todos los participantes en las
acciones evaluadoras, es imprescindible el conocimiento, análisis y debate conjunto
de las evidencias que afloren durante el proceso de evaluación.
En este apartado se consignan los principios teóricos de las posiciones que han adop-
tado los sistemas de educación latinoamericanos en los últimos años. Los modelos han
tenido sus épocas de auge y han evolucionado de acuerdo con los períodos y las reformas
educativas. En la actualidad, gran cantidad de estudios consultados, señalan a la evaluación
participativa y la evaluación fundamentada en competencias, como estrategias para el
cambio.
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• Las investigaciones encubiertas donde la intención del cliente es obtener, mantener
o incrementar una esfera de influencia, poder o dinero.
• Los estudios basados en las relaciones públicas cuya intención es ayudar al cliente a
crear una imagen positiva del objeto evaluado.
• Los estudios basados en objetivos. Se parte de objetivos fijados por las personas
interesadas o por el conjunto de participantes en el proceso. El propósito más
común es determinar si los objetivos se han cumplido. Este tipo de estudio es el
que más frecuentemente se utiliza con el nombre de evaluación. Dentro de las
críticas que se le hacen a este método cabe resaltar que la información llega dema-
siado tarde para ser utilizada en el perfeccionamiento de los servicios, y que esta
información es, a menudo, de muy poco alcance como para constituir una base
sólida a la hora de enjuiciar el valor de un servicio (Stufflebeam y Shinkfield, 1995,
p. 71). Por lo tanto, en algunas situaciones es necesaria la evaluación dirigida al
control y medición y, en otros a la de rendición de cuentas.
Los autores consideran a Ralph Tyler como el pionero de este tipo de estudios.
Desarrolló el primer método sistemático de evaluación educacional como parte de su traba-
jo en los años treinta y principios de los cuarenta. Considera que la evaluación "debe
determinar la congruencia entre trabajo y objetivos" Para este autor, el procedimiento para
evaluar un programa involucra (Stufflebeam y Shinkfield, 1995, p. 92):
• Establecer metas u objetivos. Tyler no los diferenciaba; sin embargo, se puede inferir
de sus escritos que las metas eran ideales y los objetivos eran submetas.
• Ordenar los objetivos en amplias clasificaciones.
• Definir los objetivos en términos de comportamiento.
• Establecer situaciones y condiciones según las cuales se puede demostrar la consecución
de los objetivos.
• Explicar los propósitos de la estrategia al personal más importante.
• Escoger o desarrollar las técnicas evaluativas apropiadas.
• Recopilar los datos de trabajo.
• Comparar los datos con los objetivos de comportamiento.
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Este método ha sido de gran impacto en la educación, ya que la evaluación educacio-
nal se había centrado casi exclusivamente en el estudiante, con el aporte de Tyler, se
atienden otros aspectos del programa. Al respecto, proporciona medios prácticos para la
retroalimentación mediante la reformulación o redefinición de objetivos. La estrategia
tyleriana ofrece la oportunidad que "el evaluador con iniciativa pudiera examinar los datos
más relevantes del proceso mediante el cual se desarrollaba el programa", con el propósito
de resaltar la importancia y la utilidad de la evaluación tanto para juzgar el proceso de un
programa como sus resultados finales. Esto nunca fue promulgado por Tyler ni puesto en
práctica por sus seguidores contemporáneos, sino que lo utilizaron otros posteriormente,
como Scriven en la evaluación formativa y Stufflebeam en la evaluación del proceso
(Stufflebeam y Shinkfield, 1995, pp. 94-97).
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mas en el ámbito educativo y que la "...información final que no resulta útil como guía para
el proceso de desarrollo" (Stufflebeam y Shinkfield, 1995, p. 72). Este tipo de evaluación
todavía tiene gran influencia en la concepción de evaluación de los educadores, romper
estos esquemas es una de las principales causas de resistencia al cambio, con que se ha
encontrado la autora en las investigaciones realizadas.
Los métodos más usados son el estudio de casos, informes contrapuestos y la evalua-
ción respondente. El pionero en este tipo de estudios es Stake (1967); con la propuesta de
evaluación respondente, el autor presenta una alternativa frente a diferentes métodos
evaluativos, tales como: el modelo pre-test y post-test (evaluación preordenada), el modelo
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acreditativo (autoestudio y visita de expertos), la investigación aplicada al modelo didáctico
(Cronbach), la evaluación orientada hacia el consumidor (Scriven), la evaluación orientada
hacia la decisión (Stufflebeam), la metaevaluación (Scriven), la evaluación sin metas (Scriven)
y la evaluación contrapuesta (Owens y Wolf).
• Los estudios políticos. Sirven para identificar y valorar los méritos de diversas políticas
que compiten en una sociedad o segmento social. Se considera a Joseph Rice (1900), el
pionero de este enfoque. Los métodos usados incluyen la Técnica Delphi, la planifica-
ción experimental y cuasiexperimental, los guiones, los pronósticos y los procedimientos
judiciales. La principal ventaja de este estilo de evaluación es que "... resultan esen-
ciales como guía de las instituciones y de la sociedad. Su principal inconveniente es que,
una vez más, acaban corrompidos o subvertidos por el ambiente político en el que se
desarrollan" (Stufflebeam y Shinkfield, 1995, p. 75).
Han colaborado en este enfoque, entre otros, Owens y Wolf (1972), que presentan el
método contrapuesto de evaluación, investigan los pro y los contra de un programa con el
fin de clarificar sus principales problemas. La intención final de este método es proporcio-
nar evidencias sólidas a quienes toman las decisiones. Este tipo de evaluación representa
"un gran paso hacia el final de una etapa que empezó con el método orientado hacia los
objetivos de Tyler" (Stufflebeam y Shinkfield, 1995, p. 293). Este modelo ha tomado
diversas formas; por ejemplo, el modelo judicial de R. Wolf, en el cual se trata de estable-
cer un acuerdo en el contexto de un desacuerdo. Puede funcionar conjuntamente con
otros modelos propuestos tales como el modelo de Scriven, Stufflebeam y Provus.
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ción.
Dentro de los usos principales del modelo se pueden señalar las siguientes (Stufflebeam
y Shinkfield, 1995):
Los estudios basados en el consumidor. El propósito de este enfoque es "… juzgar los
valores relativos de los bienes y servicios alternativos y, como consecuencia, ayudar a los
contribuyentes y clientes a tener criterios para elegir y adquirir esos bienes y servicios". Los
métodos incluyen listas de control, valoración de las necesidades, evaluación de los objeti-
vos, planificación experimental y cuasiexperimental, análisis del "modus operandi" y el aná-
lisis de los costes. Dentro de las ventajas resalta el hecho de que se trata de una "...valora-
ción sólida e independiente concebida para proteger a los consumidores…". Su principal
desventaja es que puede llegar a independizarse de quienes lo practican que quizá no pueda
ayudarles a la hora de servir mejor a los consumidores, además requiere de un experto en el
tipo de recursos que atiende al consumidor (Stufflebeam y Shinkfield, 1995, pp. 75-76).
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algunos problemas tales como: la validez del contenido, el nivel del vocabulario, la utilidad
de los medios, la durabilidad de los materiales y la eficiencia, entre otros aspectos. La
evaluación sumativa suministra información acerca del valor del objeto después de haber
sido desarrollado y puesto en el mercado (Stufflebeam y Shinkfield, 1995, pp. 241-247).
Estas propuestas son consideradas por Stufflebeam y Shinkfield (1995), como verda-
deras evaluaciones, a pesar de que reconocen la ausencia de credibilidad externa. En este
apartado se han incluido los modelos que conciben, en sus principios teóricos, a la evalua-
ción como un proceso de valoración del estado total del objeto de estudio. Se citan los más
relevantes:
Al respecto se mencionan algunos aspectos relevantes en las cuatro fases del modelo
de evaluaciónde Stufflebeam y Shinkfield (1995):
• Evaluación del contexto. En este tipo de evaluación, los objetivos principales son la
valoración del estado global del objeto, ya sea la institución, el programa, la población o
la persona en relación con las deficiencias, virtudes, problemas y características del
marco global en que se desenvuelve. También, se puede examinar si las metas y
prioridades existentes están en consonancia con las necesidades que debe satisfacer el
objeto. Los resultados de la evaluación deben proporcionar los lineamientos para ajus-
tar o realizar los cambios necesarios en las metas y prioridades del proyecto evaluado.
La metodología puede incluir gran variedad de valoraciones del objeto y diferentes
tipos de análisis.
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permite plantear hipótesis acerca de los cambios necesarios. Otros aspectos metodológicos
incluyen construcción de instrumentos de estudio tales como: encuestas, análisis de infor-
mes existentes, test diagnóstico, técnica para llegar a consenso y, talleres de análisis y
reflexión, entre otros.
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• En el informe de los resultados débe señalarse la participación de los involucrados
en el proceso evaluativo.
• También es necesaria una amplia colaboración en el plan para la administración del
estudio. Así como también reviste gran importancia evaluar las evaluaciones; es
decir, realizar la metaevaluación que abarca, entre otros, los criterios, procesos y
técnicas empleadas para evaluar evaluaciones.
• Para que una evaluación sea solvente debe abordar las cuestiones adecuadas, ser
exactas en sus definiciones, ser comprensibles y ser justas para las personas que
están siendo evaluados.
Consideran que los intentos de valoración de los productos educativos deben dejar
paso a un "estudio intensivo del programa como totalidad: su base lógica, su evolución, sus
operaciones, sus logros y sus dificultades", la "metodología iluminativa contempla el progra-
ma como un todo", dándole énfasis a la descripción cualitativa del fenómeno y menos a la
descripción cuantitativa (Stufflebeam y Shinkfield, 1995, p. 313).
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observación en las aulas así como en las entrevistas con docentes, estudiantes y participan-
tes. No obstante, se utilizan otras técnicas para la recopilación de datos en otras, tales
como: los cuestionarios, los tests y el análisis de contenido de fuentes documentales.
Cada grupo toma decisiones distintas, es por ello que no es suficiente emitir un juicio
dicotómico, funciona o no funciona el proyecto o programa evaluado. La persona responsa-
ble de la evaluación se debe comunicar con la audiencia de una manera más natural y
efectiva que en la evaluación tradicional.
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en práctica de ese tipo de evaluación. Es casi imposible suponer que la totalidad de
personal docente desarrollen la práctica educativa desde la perspectiva constructivista.
Por otra parte, en la práctica educativa surge gran variedad de problemáticas y es
posibles que no todos los problemas se puedan resolver desde esta perspectiva. Por lo
tanto, la evaluación de este tipo de proceso educativo es más complejo, el evaluador en
general, no dispone de instrumentos y estrategias adecuadas para abordar la evalua-
ción. Tomando en cuenta que los problemas educativos nunca tienen una única causa ni
radican exclusivamente en un sólo aspecto del plan o programa de estudios o del proyec-
to educativo. En este caso es difícil señalar un método o técnica evaluativa; es reco-
mendable la perspectiva sistémica, ésta permite contextualizar a la institución educati-
va dentro de un sistema, en interacción con otros sistemas; de manera tal, que cual-
quier cambio en un elemento exige cambios en el sistema.
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como: estudiantes, docentes, autoridades académicas, personal administrativo y de apoyo
técnico, entre otras participaciones de interés para el proyecto. Debe concebirse como una
evaluación integral que analiza profundamente el plan o programa de estudios en sus
distintas etapas: planteamiento, ejecución y administración, además permite delinear un
plan de trabajo para realizar las modificaciones que sean necesarias.
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como el conocimiento, las actitudes y las destrezas necesarias para desempeñar una ocupa-
ción dada. La manera como los sistemas educativos están abordando la competencia
laboral difiere en cada país, y depende de las necesidades del mercado laboral y de la
evolución que ha tenido el proyecto educativo para incorporar una formación basada en
competencias. En Costa Rica no se conocen aplicaciones de este enfoque en la educación
superior. No obstante, algunos docentes entrevistados, mencionan que los planes de estu-
dios deben dar énfasis al desarrollo de habilidades para la competencia profesional. Al
respecto se tienen datos de planes de estudio fundamentados en competencias en Colom-
bia; en el nivel de educación secundaria técnica como el Covao y el CIPET han empleado
modelos basados en normas de competencia.
• Competencias laborales genéricas. Esto es, saberes y destrezas generales que son
aplicables a una gama de ocupaciones relativamente amplia.
• Competencias ocupacionales específicas, o saberes y destrezas que demanda cada
ocupación en particular.
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vida. En este sentido, el plan de estudios debe prever espacios de interacción y de encuen-
tro interpersonal que rescaten y promuevan valores, e incrementar el diálogo como estrate-
gia para la solución de conflictos; asimismo generar espacios de participación comunitaria y
de amistad. De manera que, el futuro profesional se desarrolle y se prepare para contri-
buir al cambio y a la transformación social. Las competencias de apoyo se consideran un
nivel de esta competencia.
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Por lo tanto, el diseño metodológico para evaluar el plan de estudios fundamentado en
competencias debe contemplar esta modalidad desde la definición del perfil académico-
profesional En el perfil fundamentado en competencias se centra en el área profesional o
laboral, tratando que el área humanística y de apoyo logren equilibrar la formación del
profesional. Antes de elaborar los programas de los cursos es necesario verificar el perfil
profesional, previamente elaborado mediante consultas a los académicos de la carrera, a la
población estudiantil, a los representantes de entes empleadores entre otros; es decir, se
contextualiza el programa. La estructura de un plan de estudios por competencias necesita
un modelo de evaluación diferente al tradicional, dado que las competencias propuestas
tienen dos opciones se alcanzan o no se alcanzan las competencias en forma integral, no
tendría sentido afirmar, por ejemplo que un nivel de subcompetencia se alcanza y que la
competencia general se alcanza parcialmente o no se alcanza.
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tes, director o decano, personal administrativo y otros) y acciones y preguntas generadoras
sugeridas, estas las propone el CEA con el propósito de acceder al cumplimiento del indica-
dor. Este último apartado tiene como propósito que las unidades académicas puedan rela-
cionar las acciones y preguntas con los criterios, indicadores y pautas determinados por el
Sistema Nacional de Acreditación de la Educación superior (SINAES). Por su parte el SINAES,
presenta a las instituciones interesadas en la acreditación, el "Manual de Acreditación"
(SINAES, 2000). Los aspectos básicos de este proceso de autoevaluación integral se relacio-
nan con la institución educativa y con la carrera o programas tales como: personal académi-
co, curriculum, estudiantes, administración, infraestructura y equipamiento y, el impacto y
pertinencia del curriculum de la carrera.
Es importante mencionar que en la Universidad de Costa Rica cada día son más las
carreras que se abocan a los procesos de autoevaluación con miras a acreditación. Hasta
agosto del 2004 se han acreditado las siguientes carreras: Licenciatura en Medicina y Ciru-
gía (Sede Central), Licenciatura en Trabajo Social (Sede Central), Licenciatura en Biología.
Licenciatura en Farmacia y Licenciatura en Psicología (CONARE, SINAES, 2004). La autora
ha tenido la oportunidad de participar como lectora en proceso de autoevaluación de carre-
ras con miras a la acreditación y, con base en la experiencia se puede señalar que los
procesos evaluativos que emprenden las carreras los llevan a un análisis y reflexión profunda
de su práctica educativa y, de las acciones que deben emprender en aras del mejoramiento
de la calidad de la educación. En los procesos realizados por las carreras se evidencian
procesos participativos que involucran docentes, estudiantes, autoridades académicas y
entes empleadores, especialmente. Se señalan las fortalezas y las estrategias para la solu-
ción de las debilidades. Sin duda, que estas acciones y otras que surgen como producto de
la autoevaluación, marcan la diferencia en la calidad de la educación.
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Yus, Rafael. (1998). Temas transversales: Hacia una nueva escuela. Barcelona, España:
Editorial Graó, Serie Transversalidad.
- 209 -
REVISIÓN Y ANÁLISIS DEL MODELO DE
EVALUACIÓN ORIENTADA EN LOS OBJETIVOS
(RALPH TYLER - 1950)1
Este estudio fue pensado para examinar la efectividad de ciertos currículos renovado-
res que se estaban empleando en 30 escuelas. La pregunta clave de investigación del estudio
fue: ¿Cuán bueno o mejor eran estos nuevos currículos en comparación con los ya existen-
tes?
Posterior a este estudio, Tyler plantea la necesidad de una evaluación científica que
sirva para perfeccionar la calidad de la educación. El autor considera la evaluación como “el
proceso para determinar hasta qué punto los objetivos educativos han sido alcanzados”
(Tyler, 1950 p. 69).
Al publicar su modelo evaluativo, Tyler trata de enfatizar una gama de objetos educa-
tivos, como los currículos, destacando también la necesidad de establecer, clarificar y defi-
nir los objetivos en términos de rendimiento, como una etapa inicial del estudio educativo.
- 210 -
esencialmente cambios producidos en los seres humanos, es decir, ya que los objetivos
alcanzados producen ciertos cambios deseables en los modelos de comportamiento del estu-
diante, entonces, la evaluación es el proceso que determina en nivel alcanzado realmente
por esos cambios de comportamiento”.
En cuanto a las estrategias, para Tyler los objetivos irán de los más generales a los más
específicos.
Para ello Tyler utiliza objetivos medibles como parámetro comparativo, para lo cual
utiliza diseños experimentales y cuasi experimentales, ya que éstos le permitirán medir el
alcance de los cambios. Tyler consideraba que cualquier evidencia válida sobre el comporta-
miento o el rendimiento de los alumnos proporciona un método evaluativo apropiado. Es
esencial en este modelo la utilización de los test y pruebas estandarizadas para la recolec-
ción de información.
- 211 -
desarrollar, a la toma de decisiones sobre los aciertos o fracasos de la programación, en
función de los resultados de los alumnos.
Este modelo otorga información por medio de la evaluación sumativa al grupo que ha
diseñado el programa, y a los que se preocupan de su aplicación.
El concepto de Tayler de evaluación ha sido a menudo aplicado con una rigidez que
Tyler nunca propugnó. Éste proponía estrategias y técnicas prácticas para la recolección y
análisis de la información, ya fueran cuantitativas o cualitativas, requeridas para el proceso
de evaluación. Sin embargo, se terminó validando los datos cuantitativos, reduciendo con
esto la riqueza de la evaluación (Madaus, Scriven & Stufflebeam, 1983).
Siguiendo el modelo de Tyler, pueden asociarse las metas de un programa con los
ideales por los que se lucharía, mientras que los objetivos se asociarían con entidades
medibles.
. Tyler puso las bases de un estilo evaluativo «orientado hacia los objetivos».
. Indicó que las decisiones acerca de los programas debían estar basadas en la congruen-
- 212 -
cia entre los objetivos del programa y sus resultados reales.
• Si se logran los objetivos, se toman decisiones en una dirección concreta.
• Si no se alcanzan o sólo se alcanzan parcialmente, deben tomarse decisiones respecto a
las áreas programáticas que se deben revisar.
• Tyler previó que su modelo evaluativo sería utilizado principalmente por profesores y
elaboradores de los currículos para identificar aciertos y errores del programa curricular.
• El modelo puede ser útil como guía y apoyo del aprendizaje escolar. Puede ser usado en
clase (depende de la agudeza del profesor que sea usado positivamente).
• Puede encargarse del diagnóstico y posterior tratamiento de los defectos del proceso de
aprendizaje, ya sea individual o por grupos.
• Tyler también creía que la evaluación era útil para proporcionar a la dirección de una
escuela información acerca de algunos aspectos (con propósitos administrativos).
- 213 -
programa a lo largo del desarrollo, debido a la consideración de la evaluación como un
producto terminal, en cuanto que sólo se emiten juicios de valor respecto al producto
final.
• Enfatizan en lo previsto y no tienen en cuenta los efectos secundarios o los resultados no
previstos del programa que son importantes también.
• Los encargados de la evaluación y la enseñanza tienen la propiedad de los informes de
evaluación, por tanto, la audiencia de la evaluación son los productores del programa,
no sus usuarios.
Metfessel y Michael (1967, citados en Stufflebeam & Shinkfield, 1987) señalan las ocho
etapas siguientes:
a) poniendo primero las metas que más ampliamente abarcan las intenciones teóricas
del programa;
b) luego los objetivos específicos en términos operacionales, para permitir una valora-
ción objetiva siempre que sea posible;
c) desarrollando finalmente criterios de enjuiciamiento que permitan la definición de
los resultados más significantes y relevantes, el establecimiento de prioridades rea-
listas en términos de necesidad social, de la facilidad del alumno, de la retroalimen-
tación alumno- maestro y de la disponibilidad de personal y de recursos materiales.
- 214 -
3. Traducir los objetivos específicos de rendimiento a una forma inteligible que pueda
ponerse en práctica para facilitar el aprendizaje en el ambiente escolar.
4. Seleccionar o crear una variedad de instrumentos que suministren valores de los que se
pueda colegir la efectividad de los programas a la hora de conseguir los objetivos que se
habían propuesto.
5. Llevar a cabo observaciones periódicas, a través de la utilización de instrumentos varia-
dos, para calibrar el alcance del cambio en el rendimiento que resulta válido respecto a
los objetivos seleccionados.
6. Analizar los datos proporcionados por la valoración del cambio a través de la utilización
de métodos estadísticos apropiados.
7. Interpretar los datos relativos a los objetivos específicos según ciertas normas de enjui-
ciamiento y ciertos valores que se consideren apropiados para los niveles a los que se
desea llegar en el trabajo; de esta manera, se podrá llegar a conclusiones que propor-
cionen información acerca de la dirección de la evolución, el proceso de los estudiantes
y la efectividad de todo programa.
8. Hacer recomendaciones que proporcionen una base para futuros perfeccionamientos,
modificaciones y revisiones de toda gama de metas y objetivos específicos con el propó-
sito de mejorar el programa; proporcionar continua información, basada en recomen-
daciones, a todos los individuos implicados en el programa; prepararse para cuando
vuelva a recomenzar el ciclo del proceso evaluativo, una ves que los resultados ya hayan
sido presentados a las audiencias correspondientes” (p.99).
En resumen, se puede decir que las etapas de evaluación según Metfessel y Michael
incluyen una amplia gama de representantes de la comunidad escolar; formula metas y
objetivos; crea o selecciona instrumentos para la recopilación de datos; recopila, analiza e
interpreta los datos; y formula recomendaciones. Metfessel y Michael enfatizan que cuando
las decisiones presumieran algún tipo de enjuiciamiento, estas debían contenerse en todas
las fases del proceso evaluativo, ya que las personas participantes de cada etapa deben
estar listas para reajustar sus actividades según el carácter y cantidad de información que
vayan recibiendo.
En relación a esto, los autores señalan que los evaluadores deben ser cautos puesto
que las valoraciones pueden indicar falsos progresos o falsos retrasos relacionados con:
• Prácticas dentro y fuera del ambiente escolar que no son parte de los objetivos especí-
ficos de rendimiento.
• Diferencias no identificadas, como resultado de los efectos de profesores y demás
profesional básico de la escuela.
- 215 -
• Fallas en diversos aspectos de la recopilación de datos y el análisis.
• Errores en la planificación investigativa y en la metodología estadística.
- 216 -
profesores o entre padres y administradores promovidas por los padres); respuesta de los
padres a las cartas e informes, y llamadas telefónicas de los padres, de la comunidad y del
personal de los medios de comunicación.
Objetivos de la evaluación
1. Analizar los contenidos de los Programas o líneas de acción que ejecuta SERNAM en la
línea de recursos del Fondo SERNAM, usando como parámetros los fines y objetivos del
Acuerdo con el Gobierno de Suecia y los objetivos y líneas de acción del Plan de Igualdad
de Oportunidades para las Mujeres 1994-1999.
1. Apoyo a tres (Santiago, Valparaíso y Talca) de los Centros de Información de los Dere-
chos de las Mujeres (CIDEM) que existen en el país (en adelante será referido como
CIDEM).
- 217 -
Resultados esperados y algunos indicadores de su logro
Respecto de los aspectos relacionados con los CIDEM (primer aspecto), se estima que,
al menos, se deberían encontrar los siguientes resultados en cada uno de los siguientes
aspectos:
1. Apoyo a tres (Santiago, Valparaíso y Talca) de los Centros de Información de los Dere-
chos de las Mujeres (CIDEM) que existen en el país (en adelante será referido como
CIDEM):
1.1 Objetivos de los CIDEM de acorde con los fines y objetivos del Acuerdo con el
Gobierno de Suecia (en adelante, el Acuerdo).
1.2 Que los CIDEM tengan expresamente formulados los siguientes objetivos:
a) informar a las mujeres acerca de sus derechos.
b) informar a las mujeres sobre los servicios y beneficios que otorga el Estado.
c) difundir masivamente los derechos de las mujeres.
d) recolectar información sobre los problemas y demandas más importantes de las
mujeres.
1.3 Que exista en los CIDEM una metodología clara para entregar información y orienta-
ción personalizada a las mujeres que la requieran, respecto de los derechos de las
mujeres y de los servicios y beneficios que otorga el Estado.
1.4 Que dentro de las líneas de acción de los CIDEM esté contemplada al menos una
difusión masiva de los derechos de las mujeres en algún medio de comunicación de
masas dentro del plazo de 1995-1998.
1.5 Que esté contemplado en las actividades de los CIDEM entre 1995-1998 algún meca-
nismo para recabar y sistematizar información sobre los problemas y demandas más
frecuentes de las mujeres.
- 218 -
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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- 219 -
1. LA EVALUACIÓN
1.1. INTRODUCCIÓN
La validez es el concepto del que se ocupa el Marco. Se puede decir que una prueba o
un procedimiento de evaluación tiene validez en la medida en que pueda demostrarse que lo
que se evalúa realmente (el constructo) es lo que, en el contexto en cuestión, se debería
evaluar y que la información obtenida es una representación exacta del dominio lingüístico
que poseen los alumnos o candidatos que realizan el examen.
Pero más importante que la fiabilidad es la precisión de las decisiones que se adoptan
en relación con un determinado nivel de exigencia. Si el informe de la evaluación da resulta-
dos tales como aprobado o suspenso, o Niveles A2+, B1 o B1+, ¿qué exactitud tienen estas
decisiones? La exactitud de las decisiones depende de la validez que tenga el nivel concreto
(por ejemplo, el nivel B1) para el contexto. También depende de la validez de los criterios
utilizados para tomar la decisión y de la validez de los procedimientos mediante los cuales se
- 220 -
aplicaron esos criterios.
Hay muchos tipos diferentes de evaluación y estos asuntos tienen que ver con ellos. Es
un error suponer que un enfoque (por ejemplo, un examen público) es necesariamente
superior en sus efectos educativos que (por ejemplo, la evaluación que realiza el profesor).
Efectivamente, constituye una ventaja importante el hecho de que una serie de niveles
comunes -como son los niveles comunes de referencia del Marco posibiliten la relación entre
sí de formas distintas de evaluación.
La tercera sección del capítulo presenta las opciones entre distintos tipos de evalua-
ción. Estas opciones se presentan en forma de pares opuestos; en cada caso se definen los
términos utilizados y se analizan las relativas ventajas y desventajas con respecto al propó-
- 221 -
sito de la evaluación en su entorno educativo. También se exponen las consecuencias que
conlleva el ejercicio de una u otra de las opciones alternativas, para después indicar la
adecuación del Marco de referencia con el tipo de evaluación concreta.
En resumen, las categorías que el Marco de referencia comunicativas son las siguien-
tes:
- 222 -
Interacción Expresión
(espontánea, turnos breves) (preparada, turnos largos)
Orales Conversación Descripción de su especialidad aca-
Debate informal démica
Cooperación centrada en el obje-
tivo
Escritos Informe o descripción de su especia-
lidad académica
Para elaborar los detalles de las especificaciones de la tarea, el usuario puede consul-
tar la sección 4.1, "el contexto del uso de la lengua" (ámbitos, condiciones y restricciones,
contexto mental), la sección 4.6, que se ocupa de los "textos" y el capítulo 7, que analiza
"las tareas y su papel en la enseñanza de la lengua", sobre todo la sección 7.3, que estudia
"la dificultad de la tarea".
Las escalas constituyen una fuente para el desarrollo de escalas de valoración que
evalúan el logro de un objetivo concreto de aprendizaje, y los descriptores pueden contri-
buir a la formulación de los criterios. El objetivo puede ser un nivel amplio de dominio
lingüístico general, expresado en un nivel común de referencia (por ejemplo, B1). Puede
ser, por el contrario, un conjunto de actividades, destrezas y competencias, como se anali-
zó en la sección 6.1.2, que se ocupa de "las competencias parciales y la variedad de objeti-
vos con relación al Marco de referencia". Un objetivo modular de este tipo se podría perfilar
en una "parrilla" de categorías por niveles, como la que se ha presentado en el Cuadro 2.
- 223 -
Al analizar la utilización de descriptores, resulta esencial distinguir entre:
Los primeros son muy apropiados para la evaluación que realiza el profesor o para la
autoevaluación respecto a tareas de la vida real. Estos dos tipos de evaluación se realizan
sobre la base de una representación muy pormenorizada de la capacidad lingüística del
alumno desarrollada durante el curso en cuestión y son atractivos porque pueden ayudar
tanto a alumnos como a profesores a centrarse en un enfoque orientado a la acción.
Esto refuerza el hecho de que las valoraciones pueden tener muchas funciones dife-
rentes; lo que resulta apropiado para una finalidad puede no serlo para otra.
1. Construcción: Como se vio en la sección 9.2.1, las escalas de las actividades comunicativas
ayudan a definir las especificaciones para el diseño de tareas de evaluación.
2. Informe: Las escalas de las actividades comunicativas también pueden ser muy útiles
para informar de los resultados. A las personas interesadas en los resultados del sistema
educativo como, por ejemplo, los empresarios, suelen interesarles los resultados de
- 224 -
conjunto más que un perfil detallado de competencia.
3. Autoevaluación del alumno y evaluación por el profesor: Por último, los descriptores
de las actividades comunicativas se pueden utilizar para la autoevaluación que realiza el
propio alumno y para la evaluación que realiza el profesor de varias maneras, de las
cuales ofrecemos algunos ejemplos:
Este uso de los descriptores ha venido siendo cada vez más habitual durante los
últimos diez años. La experiencia ha demostrado que la consistencia con que profesores y
alumnos pueden interpretar los descriptores se mejora si estos describen no sólo LO QUE el
alumno sabe hacer sino también EN QUÉ MEDIDA lo hace bien o mal.
Los descriptores de aspectos del dominio lingüístico se pueden utilizar de dos formas
en relación con el logro de los objetivos.
- Autoevaluación del alumno y evaluación por el profesor: Siempre que los descriptores
sean enunciados positivos e independientes, se pueden incluir en listas de control para la
autoevaluación del alumno o para la evaluación por el profesor. Sin embargo, la mayoría
de las escalas existentes tienen el problema de que los descriptores a menudo están
redactados de forma negativa en los niveles inferiores y con referencia a la norma hacia
la mitad de la escala.
- 225 -
texto de la escala. En el anejo A se analizan algunas formas de desarrollar descriptores que
eviten estos problemas.
Existen básicamente tres formas de presentar los descriptores para que se puedan
utilizar como criterios de evaluación:
• En primer lugar, se pueden presentar los descriptores como una escala, a menudo
combinando descriptores de distintas categorías en un párrafo holístico por cada nivel.
Éste enfoque es muy frecuente.
• En segundo lugar, se pueden presentar como una lista de control, generalmente una
lista por nivel, a menudo con descriptores agrupados bajo encabezamientos, es decir,
en categorías. Las listas de control son menos corrientes para la evaluación que se
realiza en el acto.
• En tercer lugar, se pueden presentar como una "parrilla" de categorías seleccionadas,
en realidad como un conjunto de escalas paralelas para categorías separadas. Este
enfoque posibilita un perfil de diagnóstico. Sin embargo, existen límites al número de
categorías que los examinadores pueden manejar.
- Escala de dominio: Se presenta un cuadro descriptivo que defina los niveles adecuados
para determinadas categorías; por ejemplo, desde el nivel A2 al B2. La evaluación
entonces se realiza directamente en esos niveles, utilizando posiblemente otras mejo-
ras como, por ejemplo, un segundo dígito o signos de suma para conseguir una mayor
diferenciación si se desea. De ese modo, aunque la prueba de actuación fuera dirigida
al nivel B1, y aunque ninguno de los alumnos alcanzase el nivel B2, todavía sería posible
que los mejores alumnos consiguieran el nivel B1+, B1++ o B1.8.
- Escala de valoración: Se selecciona o define un descriptor para cada una de las catego-
rías que describa el nivel de exigencia requerido para aprobar un módulo o un examen
concreto de esa categoría. A ese descriptor se le denomina entonces "Aprobado" o "3" y
la escala es referida a la norma respecto a ese nivel (una actuación muy deficiente =
"1"; una excelente actuación = "5"). La formulación de "1" y "5" podrían constituirla
- 226 -
otros descriptores extraídos o adaptados de los niveles contiguos de la escala que apare-
ce en la sección apropiada del capítulo 5; también el descriptor puede ser formulado en
relación con la redacción del descriptor definido como "3".
Las escalas de los niveles comunes de referencia pretenden facilitar la descripción del
nivel de dominio lingüístico alcanzado en los diplomas y certificados existentes y de esa
forma permitir la comparación entre sistemas. Los estudios de medición reconocen cinco
formas clásicas de relacionar evaluaciones separadas: (1) equiparación; (2) calibración; (3)
moderación estadística; (4) punto de referencia, y (5) moderación social.
Los tres primeros métodos son tradicionales: (1) producción de versiones alternativas
de la misma prueba (equiparación), (2) relación de los resultados de distintas pruebas en
una escala común (calibración), y (3) corrección según la dificultad de las pruebas o la
exigencia de los examinadores (moderación estadística).
- 227 -
El Marco de referencia ofrece unos principios para solucionar el primer problema en
relación con el aprendizaje de lenguas modernas en un contexto europeo. Los capítulos del
4 al 7 elaboran un esquema descriptivo que intenta categorizar de forma práctica el uso de
la lengua, las competencias y el proceso de enseñanza y aprendizaje, de manera que ayude
a los alumnos a poner en funcionamiento la capacidad lingüística comunicativa que quere-
mos fomentar.
El anejo A ofrece a los lectores una visión general de los métodos utilizados para
desarrollar escalas de descriptores y relacionarlos con la escala del Marco.
La Guía del usuario para examinadores elaborada por ALTE (Documento CC-Lang (96)
10 revisado) proporciona unos consejos pormenorizados sobre el modo de hacer operativos
los constructos de las pruebas, así como sobre la forma de evitar distorsiones innecesarias
derivadas de los efectos del método de la prueba.
- 228 -
1 Evaluación del aprovechamiento Evaluación del dominio
2 Con referencia a la norma (RN) Con referencia a un criterio (RC)
3 Maestría RC Continuum RC
4 Evaluación continua Evaluación en un momento concreto
5 Evaluación formativa Evaluación sumativa
6 Evaluación directa Evaluación indirecta
7 Evaluación de la actuación Evaluación de los conocimientos
8 Evaluación subjetiva Evaluación objetiva
9 Valoración mediante lista de control Valoración mediante escala
10 Impresión Valoración guiada
11 Evaluación global Evaluación analítica
12 Evaluación en serie Evaluación por categorías
13 Evaluación realizada por otros perso- Autoevaluación
nas
La evaluación del dominio, por otro lado, es la evaluación de lo que alguien sabe o es
capaz de hacer en cuanto a la aplicación en el mundo real de lo que ha aprendido; represen-
ta, por tanto, una perspectiva externa.
Los profesores tienen una tendencia natural a interesarse más por la evaluación del
aprovechamiento, con el fin de conseguir retroalimentación para la enseñanza. A los empre-
sarios, los a administradores educativos y a los alumnos adultos les suele interesar más la
evaluación del dominio lingüístico, esto es, la evaluación de los resultados, lo que la persona
sabe hacer ahora. La ventaja de la evaluación del aprovechamiento es que se encuentra
cerca de la experiencia del alumno. La ventaja de la evaluación del dominio es que ayuda a
todos a ver dónde están; los resultados, así, son transparentes.
- 229 -
la capacidad para desenvolverse en el mundo real) debería ser teóricamente pequeña. La
evaluación del aprovechamiento tiene un componente de dominio en la medida en que
considera el uso práctico de la lengua en situaciones adecuadas y pretende ofrecer una
imagen equilibrada de la competencia emergente. Según una evaluación de dominio se
compone de elementos lingüísticos y de tareas comunicativas basadas en un programa
transparente y adecuado y ofrece al alumno la oportunidad de mostrar lo que ha logrado,
tiene un elemento de aprovechamiento.
La clasificación de los alumnos por grado o calidad, eso es con referencia a la nor-
ma, supone que la valoración y la posición de cada uno se establece con respecto a los
compañeros.
Como una reacción contra la referencia a la norma está la clasificación con referencia
a un criterio, de este modo el alumno es evaluado meramente en función de su capacidad
en la asignatura de que se trate, sin tener en cuenta la capacidad de sus compañeros.
- 230 -
concreto, y (b) la determinación de los "puntos de corte": la puntuación o puntuaciones de la
prueba que se consideran necesarias para alcanzar el nivel de dominio establecido de la
prueba.
- 231 -
comunes de referencia y el objetivo que hay que alcanzar en el enfoque de maestría se
puede describir en el cuadro conceptual de las categorías y los niveles ofrecidos por el Marco
de referencia.
A menudo se considera la evaluación como algo exterior al curso, algo que tiene lugar
en momentos determinados con el fin de tomar decisiones; la evaluación continua es una
evaluación que está integrada en el curso y que contribuye de forma acumulativa a la
evaluación final del curso. Aparte de calificar los deberes de casa y las pruebas breves de
aprovechamiento, que pueden ser esporádicas o habituales, la evaluación continua se puede
realizar de las siguientes formas: mediante listas de control o "parrillas" cumplimentadas por
los profesores o por los alumnos, mediante la evaluación de una serie de tareas específicas,
mediante la evaluación formal sobre la base del libro de texto o manual, y mediante una
carpeta de muestras de trabajo, en fases distintas de acabado y en diferentes momentos
del curso.
- 232 -
tos de la competencia (capítulo 5) se pueden utilizar para dar calificaciones en la evaluación
realizada en momentos concretos.
La evaluación sumativa resume el aprovechamiento al final del curso con una califica-
ción. No es necesariamente una evaluación de dominio lingüístico; de hecho, gran parte de
la evaluación sumativa es una evaluación referida a la norma, realizada en un momento
concreto y de aprovechamiento.
Esta preparación o formación del alumno, esto es, la toma de conciencia, se ha venido
denominando "evaluación formativa". Se puede utilizar una variedad de técnicas que ayudan
a prepararse para la toma de conciencia; un principio básico consiste en comparar la
impresión (por ejemplo, lo que dice que sabe hacer de una lista) con la realidad (por
ejemplo, escuchar realmente el material del tipo mencionado que aparece en la lista de
control y comprobar si lo entiende de verdad). DIALANG relaciona de esta forma la
autoevaluación con la actuación en un examen. Otra técnica importante es analizar mues-
- 233 -
tras de trabajo - tanto ejemplos neutros como muestras provenientes de alumnos- y
fomentar en los alumnos el desarrollo de un metalenguaje personalizado sobre el nivel de
calidad deseable; en ese caso, pueden utilizar este metalenguaje para hacer un seguimiento
de su trabajo en busca de puntos fuertes y débiles y formular un contrato de aprendizaje
autodirigido.
Aunque podría parecer que los niveles comunes de referencia serían más adecuados
para la evaluación sumativa, la retroalimentación procedente incluso de la evaluación sumativa
puede ser de diagnóstico y, por ello, formativa, tal y como demuestra el Proyecto DIALANG.
- 234 -
Los descriptores del capítulo 5 que definen distintos aspectos de la competencia en
niveles diferentes pueden ser utilizados para desarrollar criterios de evaluación en pruebas
directas. Los parámetros del capítulo 4 pueden servir de base para la selección de temas,
textos y tareas para pruebas de evaluación directa de las destrezas de expresión y pruebas
de evaluación indirecta de destrezas de comprensión oral y escrita. Los parámetros del
capítulo 5 pueden además permitir la identificación de competencias lingüísticas clave que
pueden incluirse en una prueba indirecta de conocimientos lingüísticos, así como de compe-
tencias clave de carácter pragmático, sociolingüístico y lingüístico en las que centrarse a la
hora de formular las preguntas para realizar pruebas de las cuatro destrezas basadas en
ítems.
Por desgracia, nunca se pueden evaluar las competencias directamente. Hay que
basarse siempre en una serie de actuaciones a partir de las cuales se intenta generalizar una
idea del dominio lingüístico, que se puede considerar como competencia "en uso", llevada a
la práctica.
En este sentido, por tanto, todas las pruebas evalúan sólo la actuación, aunque par-
tiendo de esa evidencia se puede intentar extraer inferencias respecto a las competencias
que subyacen.
Sin embargo, una entrevista requiere más "actuación" que completar los huecos de
frases, y, a su vez, completar huecos requiere más "actuación" que elegir entre varias
opciones.
- 235 -
procedimientos de evaluación oral son pruebas de actuación en cuanto que hacen generali-
zaciones respecto al dominio lingüístico a partir de actuaciones de una serie de estilos de
discurso que se consideran adecuados al contexto y a las necesidades de aprendizaje de los
alumnos. Algunas pruebas equilibran la evaluación de la actuación con una evaluación de los
conocimientos de la lengua como sistema, mientras que otras no lo hacen.
Esta distinción es muy parecida a la que existe entre pruebas directas e indirectas. El
Marco de referencia se puede utilizar de forma parecida; las especificaciones del Consejo
de Europa de distintos niveles (Plataforma, Umbral, Avanzado) ofrecen además, en las
lenguas en las que están disponibles, una descripción detallada y adecuada del conocimiento
de la lengua meta.
- 236 -
describir dichas pruebas como pruebas puntuadas objetivamente.
No obstante, y para ser justos, toda evaluación debería ser lo más objetiva posible.
Las consecuencias de las valoraciones personales que conllevan las decisiones subjetivas
respecto a la selección de contenido y la calidad de la actuación se deberían reducir tanto
como fuera posible, sobre todo cuando se trata de una evaluación sumativa. Esto es debido
a que los resultados de las pruebas, muy a menudo, se utilizan por terceros para tomar
decisiones respecto al futuro de las personas que han sido evaluadas.
Como se vio al principio de este capítulo, el primer paso que hay que dar para reducir
la subjetividad de las valoraciones realizadas en todas las etapas del proceso de evaluación
es desarrollar una comprensión común del constructo implicado, un marco común de refe-
rencia. El Marco de referencia pretende ofrecer dicha base para la especificación del con-
- 237 -
tenido y quiere ser una fuente de desarrollo de criterios específicos definidos para las
pruebas directas.
Valoración mediante escala consiste en determinar que una persona está en un nivel o
banda concreta de una escala compuesta por algunos de estos niveles o bandas.
Valoración mediante lista de control consiste en evaluar a una persona en relación con
una lista de aspectos que se consideran adecuados para un nivel o módulo concreto.
- 238 -
Valoración guiada: valoración en la que se reduce la subjetividad del examinador al comple-
mentar la impresión con una evaluación consciente relativa a criterios específicos.
La expresión "valoración guiada" se utiliza aquí para describir la situación en la que esa
impresión se orienta hacia una valoración meditada mediante un enfoque de evaluación.
Dicho enfoque supone: (a) una actividad de evaluación que sigue algún tipo de procedimien-
to, y, en su caso, (b) un conjunto de criterios definidos que distinguen entre las distintas
puntuaciones o calificaciones, y (c) algún tipo de formación dirigida a la normalización. La
ventaja del enfoque guiado de la valoración es que, si se establece de esta forma un marco
común de referencia para el grupo de examinadores, la consistencia de las valoraciones
puede aumentar considerablemente. Esto ocurre sobre todo si se proporcionan "puntos de
referencia" en forma de muestras de actuación y de vínculos fijos con otros sistemas. La
importancia de dichas orientaciones aumenta por el hecho de que la investigación en varias
disciplinas ha demostrado repetidas veces que, si no hay un trabajo de formación para
unificar criterios de evaluación, las diferencias en el rigor de los examinadores pueden
explicar casi tantas de las diferencias que existen en la evaluación de los alumnos como las
que explica su capacidad real, dejando los resultados prácticamente al azar.
- 239 -
La evaluación analítica consiste, por su parte, en analizar distintos aspectos de forma
separada.
Esta distinción se puede realizar de dos formas: (a) en función de lo que se busca; (b)
en función de cómo se alcanza una banda, una calificación o una puntuación. Los sistemas a
veces combinan un enfoque analítico en un nivel con un enfoque holístico en otro.
- Qué se evalúa: Algunos enfoques evalúan una categoría global como, por ejemplo, "la
expresión oral" o "la interacción", asignando una puntuación o una calificación. Otros,
más analíticos, exigen que el examinador asigne resultados separados para varios as-
pectos independientes de la actuación. Sin embargo, en otros enfoques, el examinador
tiene que partir de una impresión global, analizar mediante distintas categorías y reali-
zar después una valoración holística meditada. La ventaja que tienen las categorías
separadas de un enfoque analítico es que animan al examinador a observar detenida-
mente; proporcionan, además, un metalenguaje para la negociación entre examinado-
res y para la retroalimentación que se da a los alumnos. El inconveniente es que existen
abundantes testimonios que sugieren que los examinadores no pueden mantener fácil-
mente separadas las categorías de una valoración holística, y, también, sufren una
sobrecarga cognitiva cuando se les presentan más de cuatro o cinco categorías.
- Cálculo del resultado: Algunos enfoques equiparan de forma holística la actuación obser-
vada con descriptores de una escala de valoración, ya sea la escala holística (de carácter
global) o analítica (de tres a seis categorías de una "parrilla"). Dichos enfoques no
suponen ninguna aritmética; se informa de los resultados o bien con un solo número o
bien con un "número de teléfono" que abarca todas las diferentes categorías. Otros
enfoques más analíticos exigen dar una determinada nota para varios elementos distin-
tos y después sumarlas para dar una puntuación, que posteriormente se puede convertir
en una calificación. Una de las características de este enfoque es que se ponderan las
categorías, es decir, a cada una de las categorías no le corresponde igual número de
elementos.
- 240 -
1.3.12. Evaluación en serie / evaluación por categorías
La evaluación por categorías supone una sola tarea de evaluación (que puede tener
distintas fases para crear discursos diferentes, como ya se vio en la sección 9.2.1) en la que
se valora la actuación en relación con las categorías de una "parrilla" de puntuación: el
enfoque analítico esbozado en 9.3.11.
Como los examinadores sólo pueden abordar un número pequeño de categorías, hay
que llegar a acuerdos en el proceso. La elaboración de tipos de actividades comunicativas de
la sección 4.4 y la lista de distintos tipos de competencia funcional recogida en la sección
5.2.3.2 pueden contribuir a la determinación de tareas apropiadas para la evaluación en
serie.
Evaluación realizada por otras personas: valoraciones realizadas por el profesor o por
el examinador.
- 241 -
va a ser aceptado para un curso), la autoevaluación puede ser un complemento eficaz de las
pruebas y de la evaluación que realiza el profesor. La precisión aumenta en la autoevaluación:
a) cuando la evaluación se hace en relación con descriptores claros que definen patrones de
dominio lingüístico y, en su caso, b) cuando la evaluación se relaciona con una experiencia
concreta. Esta experiencia puede ser en sí misma incluso una actividad de examen; proba-
blemente también se realiza con mayor precisión cuando los alumnos reciben alguna forma-
ción específica. Dicha autoevaluación estructurada puede llegar a guardar correlación con
las evaluaciones que realizan los profesores y con las pruebas, igualando a la correlación
(nivel de validez concurrente) que habitualmente existe entre los profesores mismos, entre
las pruebas y entre la evaluación que realiza el profesor y las pruebas.
Los usuarios del Marco de referencia pueden tener presente y, en su caso, determi-
nar:
- Hasta qué punto se evalúan los resultados del aprendizaje en relación con niveles y
criterios definidos (referencia a un criterio) y hasta qué punto se asignan las calificacio-
nes y las evaluaciones según la clase en que se encuentra el alumno (referencia a la
norma).
- 242 -
• Se les informa de los niveles de exigencia (por ejemplo: descriptores comunes,
muestras de actuaciones).
• Se les anima a ser conscientes de la existencia de una serie de técnicas de evalua-
ción.
• Se les forma en técnicas y en interpretación.
- Hasta qué punto es deseable y viable implicar a los alumnos en su autoevaluación referi-
da a descriptores definidos de tareas y a aspectos de dominio en distintos niveles, en la
aplicación de esos descriptores en - por ejemplo- la evaluación en serie.
Sea cual sea el enfoque adoptado, cualquier sistema práctico de evaluación tiene que
- 243 -
reducir el número de categorías posibles a un número viable. La experiencia demuestra que
más de cuatro o cinco categorías comienzan a provocar una sobrecarga cognitiva, y que
siete categorías es psicológicamente un límite máximo, lo que hay que seleccionar. Respec-
to a la evaluación oral, si se considera que las estrategias de interacción son un aspecto
cualitativo de la comunicación adecuado para la evaluación oral, las escalas ilustrativas
contienen catorce categorías cualitativas pertinentes:
Los siguientes cuatro ejemplos demuestran cómo se puede llevar a cabo todo esto.
Los tres primeros ejemplos son breves anotaciones sobre las formas de utilizar las catego-
rías como criterios de pruebas en los enfoques de evaluación existentes; el cuarto ejemplo,
por su parte, muestra cómo se unieron y se volvieron a formular los descriptores de las
escalas del Marco de referencia con el fin de ofrecer una "parrilla" de evaluación para una
finalidad concreta en una ocasión determinada.
- 244 -
Ejemplo 1:
Fluidez Fluidez
Alcance general
Corrección y alcance Riqueza de vocabulario
Corrección gramatical
Control de vocabulario
Pronunciación Control fonológico
Aprovechamiento de la Coherancia Éxito en la tarea
tarea Adecuación sociolingüística Necesidad del apoyo del in-
terlocutor
Comunicación interactiva Estrategias de turnos de pa- Alcance y facilidad del man-
labra tenimiento de la intervención
Estrategias de colaboración
Desarrollo temático
Nota sobre otras categorías: En las escalas ilustrativas, las especificaciones sobre el éxito
en la tarea están en relación con la clase de actividad implicada bajo el título de Actividades
comunicativas. El Alcance y facilidad de la intervención se incluye en el apartado Fluidez de
esas escalas. No tuvo éxito el intento de escribir y calibrar los descriptores sobre Necesidad
de apoyo del interlocutor para incluirlos en el conjunto de escalas ilustrativas.
Ejemplo 2:
- 245 -
Ejemplo 3:
Ejemplo 4:
Contexto:
En el anejo A se explica cómo fueron clasificados por escalas los descriptores ilustrativos
en un proyecto de investigación realizado en Suiza. Al final del proyecto de investigación, los
profesores que habían participado fueron invitados a un congreso para presentar los resul-
tados y fomentar la experimentación realizada en Suiza con el Portafolio europeo de las
lenguas (European Language Portfolio). En el congreso, dos de los temas de debate fueron
(a) la necesidad de relacionar la evaluación continua y las listas de autoevaluación con un
marco general, y (b) las distintas formas de utilizar en la evaluación los descriptores clasifi-
cados por escalas del proyecto. Como parte de este proceso de análisis, se clasificaron
vídeos de algunos de los alumnos investigados con referencia a la "parrilla" de valoración
presentada como cuadro 3 en el capítulo 3. En ella se presenta una selección de descriptores
ilustrativos refundida y reinventada.
- 246 -
Criterios para la prueba Escalas ilustrativas Otras categorías
Los sistemas distintos con alumnos distintos en contextos distintos simplifican, selec-
cionan y combinan las características de formas distintas para distintos tipos de evaluación.
En realidad, en vez de ser muy larga, la lista de catorce categorías quizá sea incapaz de
incorporar todas abarcar la totalidad.
Los usuarios del Marco de referencia pueden tener presente y, en su caso, determi-
nar:
- La forma en que se simplifican las categorías teóricas para constituir enfoques operativos
en su sistema.
- Hasta qué punto los principales factores utilizados como criterios de evaluación en su
sistema pueden ser situados en la serie de categorías presentadas en el capítulo 5 para
el que se ejemplifican escalas en el Anejo B, Documento B4, siempre que se desarrollen
más detalladamente para abarcar adecuadamente ámbitos específicos de uso.
- 247 -
LA GENERACIÓN EMERGENTE EN LA EVALUACIÓN
DE LOS APRENDIZAJES: CONCEPCIONES Y MODELOS.
RESUMEN
ABSTRACT
The present model of evaluation of the learnings in the First and Second Stage of the
Venezuelan Basic Education is sustained theoretically in the fourth generation of the
evaluation, which is conceived like a democratic, respondiente process, negotiated, iluminativo
and integrated to the process of education and learning. From which in the present article
of documentary cut it is made a revision of the theoretical constructions on the conceptions
and models that base the qualitative educative evaluation from the perspective of the
constructivista approach, which allows to reflect about the emergent generation of the
evaluation like a useful and necessary strategy for the transformation of the educative
action for the sake of the formation of a man who rescues his autoconciencia in the
- 248 -
knowledge of his own realities
Key words: Qualitative evaluation, interpretativo and critical constructivista paradigm, ap-
proaches.
INTRODUCCIÓN
- 249 -
Algunas consideraciones sobre el paradigma cualitativo en el escenario de la
evaluación educativa.
Las concepciones sobre la evaluación educativa han estado asociadas a distintas postu-
ras paradigmáticas relacionadas con la visión sobre la relación sujeto-objeto. Desde esta
perspectiva, los enfoques teóricos y metodológicos tradicionales que sustentan la evaluación
en el campo de la educación se basaron en el paradigma positivista, fundamentado en la
creencia de una realidad objetiva, el dualismo sujeto objeto y una aproximación experi-
mental para medir, estimar el logro de objetivos, o establecer indicadores para emitir
juicios.
Esta evaluación era considerada como "la evaluación científica", la cual surge en edu-
cación dentro de un paradigma esencialmente cuantitativo y de mentalidad tecnocrática
que condiciona su desarrollo hasta nuestros días. Tal como refiere Salguero Moya (s.f.):
(…) la evaluación no tenía otro objeto que, ser un mecanismo de control, selección y
dominación. El carácter científico, cuya intencionalidad es medir, más que evaluar los apren-
dizajes, las instituciones y los programas académicos, así como, procesos que intervienen
en el quehacer educativo, hace difícil incorporar enfoques que no respondan al enfoque
positivista.
Sin embargo, en los años sesenta surge el debate hacia el paradigma de la evaluación
científica tradicional, iniciado por la crítica de Guba y Lincoln (1990), ya que era considera-
do como reduccionista e irreal para los complejos sistemas sociales, y proponen una
evaluación basada en el enfoque hermenéutico-constructivista, dentro de un proceso am-
- 250 -
pliamente participativo que busque llegar a una agenda de negociación. A partir de allí, los
autores construyeron una propuesta que propugna la existencia de diferentes realidades
como construcciones sociales de los individuos, considerando la interacción entre lo obser-
vado y el observador, y en el se utiliza métodos participativos para la integración de las
experiencias y creencias de los diferentes actores. (Salguero Moya, ob.cit.).
- 251 -
La concepción constructivista del aprendizaje y de la enseñanza postula que aprender
consiste fundamentalmente en construir significados y atribuir sentido a lo que se aprende,
y que los alumnos y alumnas llevan a cabo este proceso de construcción de significados y de
atribución de sentido a partir de la experiencia personal y de los conocimientos, sentimien-
tos y actitudes con los que se aproximan a los contenidos y actividades escolares (p.3).
Esto quiere decir que el ser humano aprende solo cuando le atribuye significado a las
cosas de acuerdo a los intereses propios y a sus necesidades, así como también a los valores
que este mantenga en un momento determinado y el grado de desarrollo y comprensión
para la información que desea obtener; para esto requiere pasar por un proceso de inter-
pretación que se realiza como parte de la vida diaria.
Por tal razón los métodos cualitativos de evaluación están diseñados en gran medida
para enfocar los procesos de la práctica educativa, con el objeto de proporcionar la infor-
mación requerida para la formulación y reformulación racional de la acción didáctica (eva-
luación formativa). La misión de la evaluación cualitativa es facilitar un proceso plural y
democrático mediante el esclarecimiento e ilustración de sus participantes.
- 252 -
orden a entender, interpretar e intervenir del modo más adecuado. La información ni es
univoca ni monopolio de un grupo o estamento, es un instrumento válido para el contraste y
la reformulación de interpretaciones y actuaciones de cada individuo que interviene en la
actividad educativa.(p. 16).
Cabe entonces señalar que la evaluación debe considerar que el estudiante está some-
tido a una condición especial de observación en donde se deben considerar las condiciones
que le ofrece el medio para que se dé el aprendizaje. De esta forma las apreciaciones
recogidas producto de la observación permitirán confrontar el criterio del evaluador con el
del evaluado, del resultado de esta confrontación se determinará la negociación en cuanto a
las conclusiones y recomendaciones generando en ambos una posición crítica ante el cambio
real en su formación.
Dentro del enfoque interpretativo y crítico surgieron ocho modelos, cada una de los
cuales se corresponde con la cuarta generación de evaluación constructivista propuesta por
Guba y Lincoln en 1990. A saber: evaluación basada en la crítica artística, evaluación basada
en la negociación, evaluación iluminativa, evaluación respondiente, evaluación democráti-
ca, evaluación sin referencia a objetivos, evaluación para el mejoramiento de la calidad de
vida, evaluación integrativo adaptativo. (Ver Gráfico 1)
- 253 -
Evaluación basada en SUBMODELOS
la crítica y artística
Jenkis y Kemmis
Elliot Einsner (1976) La Evaluación respondiente
Stake (1967)
Evaluación basada en
la negociación La Evaluación Iluminativa
Elliot (1982) Parkett and Hamilton (1972)
Scriven (1967)
La evaluación democrática
Evaluación para el Salcedo (1995)
mejoramiento de
la calidad de vida
Valbuena (1987)
Evaluación
integrativo-adaptativa
Skager y Dave (1977)
Los proponentes principales de esta tendencia son Elliot Eisner y la escuela de orienta-
ción cualitativa que se originó en torno a él dentro de la Universidad de Standford. Creando
este modelo que rompe radicalmente con los modelos experimentales convencionales.
- 254 -
concepción de la enseñanza como arte y del profesor como artista. El evaluador es una
especie de experto en educación lo que observa tal como ocurre en un medio cultural
saturado de significados. Tal interpretación "densa descripción" depende de la comprensión
del contexto, de los símbolos, reglas y tradicionales de los que participa cualquier persona,
objeto, fenómeno o acontecimiento (Eisner, 1977).
Para Eisner (1981) la crítica educativa toma la forma de un documento escrito cuya
finalidad es ayudar a otros a ver, comprender y valorar la cualidad de la práctica educativa
y sus consecuencias. Para el referido autor en este documento pueden identificarse tres
aspectos consecutivos:
- El tercer aspecto se refiere a la tarea de realizar juicios de valor acerca de los méritos
educativos de lo que ha sido descrito o interpretado. Para Eisner (1981) la evaluación es
ante todo una actividad de valoración porque la misma educación es una actividad
normativa. Para determinar el valor educativo de los sucesos percibidos, la crítica edu-
cativa valora tales acontecimientos utilizando criterios que sean adecuados para su
carácter. La evaluación implica valorar situacionalmente no con criterios "standard"
universales y definitivos, sino en función de las peculiaridades que singularizan y definen
cada situación educativa concreta.
- 255 -
cualidades que emergen en la vida del aula. Trata de capturar la esencia de lo singular, lo
relevante, las relaciones que definen el comportamiento de las personas y desarrollo de los
procesos. Este enfoque utiliza por tanto, teorías, modelos, esquemas y conceptos para
distinguir y discriminar lo relevante y explicar lo complejo y latente, pero requiere también
el uso de capacidades de intuición, de comprensión y empatía, para sumergirse en el curso
vivo de los acontecimientos.
"el modelo de negociación concibe la enseñanza como un proceso dinámico cuyo signi-
ficados y cualidades están combinados continuamente, son raramente predecibles y a me-
nudo no pretendidos y ideosincráticos.
Esta perspectiva se concentra en los procesos del programa y en cómo los participan-
tes y la audiencia perciben el programa en desarrollo y sus efectos. El fin de este enfoque es
perfeccionar la comprensión de los interesados en la evaluación, mostrándoles como otros
perciben el programa evaluado y enfrentando al lector con sus mismas creencias y formas
de interpretación.
- 256 -
Para Gómez (1993), la evaluación basada en la negociación representa un modelo
cualitativo de evaluación, que agrupa varios sub-modelos, entre los que menciona. Evalua-
ción iluminativa, respondiente, estudio de casos y democrática. En este sentido, desde esta
evaluación, según Alfaro (ob.cit) se promueve una práctica evaluativa y educativa
multidireccional, interactiva, consensual. Para esto es necesario:
En cuanto a este enfoque conviene citar a Habermas (1989) quien plantea que
debemos tratar así al prójimo no como a un oponente, sino como a un sujeto que tiene,
igual que nosotros, dignidad y autonomía y, por lo tanto, capacidad para responder de sus
actos. Sólo así se puede entrar con una interacción plena con él, en el plano de la
intersubjetividad, si suponemos que el preguntarle podría dar razón de sus actos y explicar
por qué en una situación dada ha actuado así y, no de otra manera.
Evaluación iluminativa.
- Los estudios sobre evaluación deben comprender una tendencia holística y tener en
cuenta el amplio contexto en que funciona la innovación educativa.
- Se preocupan más de la descripción e interpretación que de la medida y la predicción.
- Se orientan al análisis de los procesos más que al análisis de los productos.
- La evaluación se desarrolla bajo condiciones naturales o de campo y no bajo condiciones
experimentales de tipo laboratorio.
- Los métodos mas usados para recoger información son la observación y la entrevista.
La evaluación Iluminativa implica también la adquisición de nuevos supuestos, conceptos y
terminología, por tanto se hace necesario entender dos conceptos muy significativos
para este enfoque, como lo son: El sistema de instrucción y el medio de aprendizaje.
(Parlett y Hamilton,1972).
- 257 -
estudios o programas de contenidos y un cuerpo detallado de técnicas y equipos. Es un
producto teórico, un modelo abstracto que al aplicarse sufre importantes modificaciones en
virtud del medio, los alumnos y el profesor. Por ello solo puede evaluarse con verdadero
sentido de las condiciones concretas de su aplicación.
Estructura conceptual subyacente: los supuestos teóricos pueden reducirse a los si-
guientes:
- 258 -
- No puede comprenderse un sistema vivo y abierto si se considera aislado de su contexto
más amplio.
- La comprensión de un sistema como el aula, requiere el análisis de su funcionamiento
relativamente autónomo y el comportamiento interrelacionado de cada uno de sus
elementos.
- Es imprescindible conocer y descubrir la biografía individual del sistema que se estudia y
la percepción subjetiva que cada uno de los participantes tiene del programa educativo
y su desarrollo.
- Los individuos están inevitablemente impregnados por el pensamiento informal que
define el medio de enseñanza de forma más extensa e intensa de lo que ellos mismos
son conscientes.
- No existe una única realidad de donde derive directamente una verdad objetiva. Exis-
ten, por el contrario numerosas perspectivas y puntos de vista que el evaluador debe
considerar, indagar y contrarrestar desde una posición de natural observador.
- La realidad de cada aula es singular e irrepetible. La pretensión de generalizar leyes
universales debe matizarse por la necesidad de considerar lo singular que define cada
espacio y cada experiencia.
- La neutralidad que asume el evaluador no quiere decir que sea imparcial ya que, este
debe explicitar sus propias concepciones. Debe centrar su tarea en la recolección de
datos, organizar las opiniones, para luego contrastarlas y permitir la proliferación de
formas de análisis posible.
- La negociación del evaluador con el resto de los participantes implicados en el programa
para definir su función dentro de esta. Este proceso es muy importante ya que le
permite al evaluador ganar la confianza necesaria para recoger información más com-
prometida, oculta y relevante, de esta forma limita la posibilidad de reflejara en el
informe todo cuanto él conoce. El evaluador debe conservar un alto grado de madurez y
responsabilidad profesional para equilibrar el derecho a la intimidad y el derecho a
conocer.
Por otra parte, pueden distinguirse cuatro líneas esenciales que la evaluación iluminativa
debe respetar:
- El investigador no debe investigar con modos y formas con los que él rechazaría ser
investigado.
- 259 -
- Debe comprender los diferentes puntos de vista sin manipulara el proceso.
- El valor y el derecho de los individuos que informan debe reconocerse en todo momento
y deben tener la oportunidad de expresarse sobre cuestiones que les conciernen.
- Los que participan en el programa y han sido evaluados deben sentir que se han enri-
quecido al intervenir en la investigación, que su pensamiento se ha movilizado y su
comprensión desarrollado. En ningún momento deben sentir el agobio de una investiga-
ción que les juzga sin considerar sus circunstancias y sus opiniones.
- Los datos de estudio de casos son, paradójicamente, cercanos a la realidad pero difíci-
les de organizar. Su fuerza y realismo provienen de su concordancia y armonía con la
propia experiencia de los participantes y por ello proporcionan una base natural para la
generalización.
- Permite la generalización ya sea sobre una instancia o desde una instancia o una clase.
Su fuerza particular reside en su atención a lo oculto y complejo de cada caso.
- Debe representar las discrepancias y conflictos que aparecen entre los puntos de vista
que adoptan los participantes.
- Toda la información recogida debe formar un archivo de material descriptivo suficiente-
mente rico para admitir subsiguientes interpretaciones.
- Es una plataforma para la acción. Se origina en un mundo de acción y se propone
contribuir a su control y perfeccionamiento.
- Es la forma más accesible y pública que existe si se compara con otros informes de
investigación y evaluación. Puede contribuir a la democratización del conocimiento y de
los procesos de adopción de decisiones.
- 260 -
Evaluación respondiente.
Stake (1967) basó sus estudios en articular una concepción de la evaluación que
reflejara la complejidad y particularidad de los programas educativos de modo que la eva-
luación sirva realmente a los problemas e interrogantes que se plantean los profesores.
El modelo que propone contempla dos matrices de datos que permitan la descripción y
el juicio respectivamente. Cada matriz se divide en dos columnas: intenciones y observacio-
nes para la matriz de descripción y estándar y juicios para la matriz de juicio. En cada
matriz se recogen tres tipos de datos sobre antecedentes, datos sobre procesos y datos
sobre resultados.
- Se orienta a describir las actividades más que a definir las intenciones del programa.
- Le da mayor importancia a los problemas que a las teorías.
- Siempre toma en cuanta todas las interpretaciones de todos aquellos que están
involucrados en el programa.
- Trabaja para darle respuesta a las necesidades de información y al nivel de conocimien-
to de quienes se encuentran interesados en el programa.
- 261 -
- Enfatiza la necesidad de involucrar a los interesados en el análisis y valoración de los
programas.
Por otra parte es importante señalar que este modelo confronta algunos problemas en
cuanto a la escasa consideración a la precisión de datos, la dificultad de distinguir entre
descripción y análisis, la confianza en la capacidad de los participantes para analizar, en sus
comentarios sobre el retrato ofrecido, las interacciones complejas y los factores latentes y
por último la tendencia a la sobrevaloración de la naturaleza y función política de la evalua-
ción.
Evaluación democrática.
Al respecto, MacDonald (1976) plantea que para conocer la realidad y sus significados
relevantes es necesario sumergirse en el curso real y vivo de los acontecimientos y conocer
las diversas interpretaciones que hacen de las mismas los que las viven. Por tanto la fuente
de los datos como los destinatarios de los informes son todos cuanto participan en un
programa educativo y por tanto el modelo de evaluación debe ser democrático.
El citado autor refiere que no solo la evaluación tiene este propósito cognitivo sino que
también su propósito principal es facilitar y promover el cambio en cuanto a las concepcio-
nes, creencias y modos de interpretar de los que participan en el programa educativo, es
decir, un nuevo concepto de "el profesor como investigador".
- 262 -
En este mismo orden de ideas Elliot (1982) manifiesta la importancia de perfeccionar
los instrumentos subjetivos de percepción y análisis y toma de decisiones de los docentes y
alumnos como medio para modificar la practica educativa, para esto es importante
enfrentarlos cognitivamente a sus propias representaciones, proponiendo para ello "la
autoevaluación" que favorece el desarrollo del pensamiento libre y autónomo y se constitu-
ye en un recurso permanente para investigar y experimentar en su propia realidad natural.
Por tanto el evaluador cumple una función de orientador, promocionando una tarea
neutral que favorece el dialogo, la discusión, la búsqueda y el análisis para comprender el
funcionamiento real del programa desde las diferentes interpretaciones de sus participantes
y provoca la iniciativa para reformular y reconducir su desarrollo.
Reflexiones finales
- 263 -
je, los logros y las limitaciones del alumno como ser integral.
- 264 -
REFERENCIAS
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- 267 -
LOS SUPUESTOS TÉCNICO-EPISTEMOLÓGICOS DE LA
EVALUACIÓN CURRICULAR EN EDUCACIÓN.
RESUMEN
- 268 -
THE TECHNICAL-EPISTEMOLOGICAL SUPPOSED OF THE CURRICULUM
EVALUATION IN EDUCATION.
Abstract
- 269 -
INTRODUCCIÓN
Cuando aún no se han acallado los ecos de la polémica acerca de si las ciencias sociales
son o no son ciencia, surge un nuevo desafío: reflexionar acerca de la tecnología en estas
disciplinas. Mitcham (1989) afirma, "Así como no existe la ciencia unificada, de acuerdo con
el proyecto de los reduccionistas neopositivistas de los años treinta, así tampoco existe la
ciencia unificada de la técnica en el sentido de una teoría unitaria tecnológica que incluya
todas las reglas tecnológicas".
Aunque el marco teórico es heterogéneo, porque los filósofos han utilizado de manera
diferente los conceptos de "técnica" y "tecnología": sosteniendo unos, que la técnica incluye
a la tecnología, otros, que la tecnología involucra a la técnica -y existe una tercera distin-
ción en que se usa indiscriminadamente uno u otro término-; los problemas lógico-
epistemológicos de la tecnología han sido objeto de análisis de varios pensadores, lo que
facilita la discusión del tema y la toma de posición según se los considere a los términos
sinónimos o no.
Bunge (1966) considera los términos "tecnología" y "ciencia aplicada" como sinónimos,
aceptando la distinción entre ciencia pura y ciencia aplicada o tecnología. En esta concep-
ción subyace la idea de "conocimiento" como "conocimiento científico", conocimiento éste
que se obtiene mediante la aplicación del método científico, y que se expresa en enunciados
verdaderos.
¿Cómo se da la relación entre ciencia pura y ciencia aplicada? Pareciera que mediante
la aplicación de un enunciado general a un caso particular. Si esto fuera así, la aplicación
consistiría en una ejemplificación de los enunciados universales. Pero, en este proceso de
traducción de enunciados universales a enunciados singulares no se puede reconocer la
"acción humana" como categoría de análisis que permita identificar como se fabrican las
cosas. Reconociendo en Bunge, a un pensador de la tradición enunciativa de la ciencia, se
puede afirmar que desde este enfoque no se da cuenta del hacer, lo que hace suponer que
son tres las diferenciaciones posibles.
- 270 -
Cuando hablamos de tecnología, ¿estamos significando también lo que es la técnica?,
o ¿son dos términos con distinto alcance y significado? Si hay una diferenciación entre
"técnica" y "tecnología", ¿cuándo estamos hablando de la técnica y cuándo lo hacemos de la
tecnología? En la distinción que hace Bunge el concepto de técnica no aparece, en cambio,
Quintanilla (1991) utiliza el concepto de técnica para referirse a "sistemas de acciones
intencionalmente orientados a la transformación de objetos concretos para conseguir de
forma eficiente un resultado valioso" y define "tecnología" como "el tipo de técnicas produc-
tivas que incorporan conocimiento y métodos científicos en su diseño y desarrollo".
Cuando hablamos de "técnica" pareciera que se refiere a cómo han sido comúnmente
fabricadas las cosas y qué cosas han sido hechas y fabricadas, es decir, lo que Singer
entiende por "tecnología"; porque me parece que el tipo de conocimiento que está a la base
de la técnica es de una naturaleza diferente al conocimiento incorporado en la tecnología.
Entre los autores que profundizan el análisis de la relación entre ciencia y técnica,
encontramos que Feibleman (1972) defiende la distinción entre ciencia pura, ciencia aplica-
da y tecnología.
Propone la hipótesis de que toda ciencia pura es aplicable. Señala que los ciencia
aplicada y tecnología no han sido claramente distinguidos. Una diferencia entre ambos
términos es el tipo de aproximación a la realidad, así la tecnología tiene un problema más
cerca de la práctica. Según este autor, tanto la tecnología como la ciencia aplicada utilizan
hipótesis, pero la diferencia principal radica en los métodos. La ciencia aplicada adopta los
descubrimientos de la ciencia pura y las hipótesis se deducen de la teoría, en cambio, en la
tecnología, las hipótesis son derivadas de la experiencia, el método aplicado es por ensayo y
error.
Pareciera que existen dos modus operandi, uno para cada sector del conocimiento. La
ciencia aplicada se encontraría más próxima a la teoría, y la tecnología, a la práctica.
- 271 -
ensayo y el error se hace difícil de sostener si no dilucidamos cuál es el tipo de conocimiento
que subyace a la noción de tecnología.
Para Jarvie (1972), desde el punto de vista lógico, la tecnología es parte de nuestro
conocimiento. La tecnología se diferencia de la ciencia porque tiene distinto objetivo.
Mientras la ciencia se ocupa de los enunciados verdaderos, la tecnología busca la efectivi-
dad. Tomando la distinción de Ryle, quien distingue dos sentidos de la palabra conocer o
saber: "el saber qué" y "el saber cómo", Jarvie sostiene que ambos son partes indispensa-
bles del conocimiento humano.
Aquí se plantea un nuevo problema:¿el "saber qué" y el "saber cómo" son ambos
conocimiento? Y si lo son, ¿el saber enunciativo tiene la misma categoría de conocimiento
que el saber cómo? ¿Existe alguna relación de dependencia entre estos saberes? Pareciera
que no. Porque cierto conocimiento que empieza siendo enunciativo y se transforma por
entrenamiento en un saber cómo, puede ser olvidado; y al cabo de algún tiempo sólo quede
un saber cómo. Si bien no parece haber una relación de dependencia entre ambos saberes,
esto no significa que no haya ningún tipo de relación entre ellos. Ni el éxito práctico es
garantía de la verdad, ni las leyes teóricas son garantía de desarrollo tecnológico, pero de la
aplicación de leyes teóricas se han obtenido buenos resultados, y de la reflexión sobre la
praxis se construyeron teorías.
Hablar de "teoría" nos obliga a explicitar que entendemos por teoría. Hoy hay una
enorme confusión sobre este concepto, todos hablamos de teoría y praxis, pero con signifi-
cados diferentes.
- 272 -
conocimiento no existiría técnica exitosa".
A las preguntas ¿qué relación existe entre la ciencia pura, la ciencia aplicada y la
tecnología?, ¿cuáles son los aspectos teóricos?, ¿cuáles son los aspectos prácticos de la
tecnología?, ¿qué ha pasado con esta conceptualización en la actualidad?, me parece intere-
sante intentar responderlas analizando teorías y tecnologías en el ámbito de las ciencias de
la educación, más específicamente, de un aspecto de la educación como lo es la evaluación
curricular, porque considerando el carácter intencional de la acción educativa resulta difícil
referirse a los procesos educativos sin aludir a la evaluación curricular.
Cabe preguntarse ¿la evaluación educativa es una actividad aplicada, sin teoría, o la
presencia explícita o implícita de la teoría enmarca la praxis evaluativa?
Una manera de elucidar este problema nos lleva a explicitar los elementos constituti-
vos que aparecen siempre en todos los intentos de realizar una evaluación educativa. En
primer lugar, tenemos que considerar lo que se aplica, es decir, un conjunto de conocimien-
tos sobre los procesos educativos. Estos conocimientos pueden ser teorías, generalizaciones
empíricas o principios que conforman una dimensión teórico-conceptual, que es general y
descontextualizada.
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En tercer lugar, es necesario disponer de procedimientos o pautas de actuación que
permitan ajustar el conocimiento teórico a las características particulares del ámbito de
aplicación, nos referimos a la dimensión tecnológica.
Según Tyler (1973), "el análisis de las experiencias de aprendizaje se propone verificar
si se relacionan con los objetivos adoptados y satisfacen otros importantes principios psico-
lógicos, en la medida en que se los pueda precisar.... El concepto de la evaluación significa
que ella debe juzgar la conducta de los alumnos, ya que la modificación de las pautas de
conducta es precisamente uno de los fines que la educación persigue".
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"hipótesis de las causas" y la "hipótesis de la finalidad".
Según Kaspar, "La teoría evolutiva del conocimiento realiza un cambio paradigmático
con respecto a las posiciones tradicionales, porque, al concebir el conocimiento apriorístico
de un individuo como el producto de un aprendizaje en su historia, es abandonado el núcleo
estructural de las epistemologías filosóficas".
Trasladado al plano psicológico, encontramos que la Teoría del aprendizaje por recep-
ción significativa, postulada por Ausubel (1968), sostiene que la existencia de una estructu-
ra pertinente en el sistema de pensamiento mejora el aprendizaje y proporciona a la nueva
información un significado potencialmente mayor.
Si bien hay una relación entre ciencia y tecnología -considerando la evaluación educa-
tiva como tecnología-, no significa que necesariamente la tecnología demande de la ciencia
básica para su desarrollo, ni que la ciencia necesite de las demandas de lo que hacen los
hombres para el avance en la investigación básica. Los ámbitos de producción de la ciencia
y de la tecnología pueden tener distinto desarrollo, puede haber avance tecnológico sin la
elaboración de nuevas teorías, y a su vez, pueden desarrollarse nuevas teorías sin implicaciones
en la tecnología -al menos por un largo periodo de tiempo-.
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Con respecto a la evaluación educativa la producción tecnológica fue muy superior en
el enfoque conductual, basta mencionar en educación la multiplicidad de tests estandarizados
elaborados por empresas o instituciones no ligadas necesariamente al sistema de enseñan-
za. Los tests cuyas mediciones están destinadas a valorar habilidades cognitivas específicas,
como la comprensión en el estudio, se conocen como tests de rendimiendo.
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que al educador le toque actuar -es en el contexto social de la práctica educativa donde se
fijan los objetivos-, y la dimensión metodológica es propiamente la dimensión tecnológica
de la educación (Böhm, 1990).
Como método, la evaluación emplea procedimientos objetivos para obtener una infor-
mación segura e imparcial. Pero esta información debe ser interpretada, por eso la "evalua-
ción" es definida por Stufflebeam y Shinkfield (1987) como "el enjuiciamiento sistemático
de la valía o el mérito de un objeto".
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nuevo orden mundial que se presenta fragmentado con una creciente desigualdad y múlti-
ples contradicciones y paradojas, intentamos realizar algunas enunciaciones que obran de
marco general en la evaluación curricular de la educación infantil.
Al analizar la compleja realidad que nos toca desentrañar se advierte que una de sus
características fundamentales está condensada en la globalización por sus distintos fenó-
menos y paradojas.
Múltiples son las causas-consecuencias de esta nueva versión del capitalismo expresado
en la globalización que inciden en la evaluación del currículo, entre ellas, caben destacarse
las más riesgosas:
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f. el aumento de las diferencias entre los que tienen conocimientos y estrategias apropia-
das para puestos de trabajo y los que no los tienen;
g. el aumento de las influencias de la tecnología informática y comunicacional en la vida
cotidiana, en las representaciones y hasta en las prácticas de los sujetos (Sposetti y
Buzzi, 1997).
Intentando centrar nuestra mirada en los indicadores más relevantes de nuestro mun-
do contemporáneo advertimos que el final del siglo XX será recordado por numerosas razo-
nes beneficiosas, pero para nuestros propósitos hay por lo menos dos que son preocupantes
y se constituyen en un desafío para generar propuestas desde la universidad: a) el aumento
de los excluidos y, b) la explosión de las tecnologías en general y de la tecnología informática
y comunicacional en especial, por eso, enfocamos, desde la universidad, nuestra mirada
hacia la evaluación de los currículos y las posibilidades de los materiales tecnológicos.
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Asimismo demandaron el desarrollo de competencias para comprender los cambios,
estimulando la creatividad para lograr una concepción sobre el futuro que procure la innova-
ción. En el análisis de la gestión en ciencia y tecnología en el marco de los acuerdos de la
Conferencia, se tuvo como supuestos: 1) la formulación de políticas que contemplen la
comprensión de la vinculación entre ciencia, tecnología y sociedad como base del desarrollo
de una cultura para la innovación; 2) el progreso de la investigación científica como funda-
mento necesario para nutrir el desarrollo y la actualización tecnológica; y 3) el desarrollo y la
profundización del nexo entre Ciencia y Producción que promuevan una constante incorpo-
ración de tecnología y desarrollo científicos aplicables a la producción.
Hacia el interior de los mismos se debe procurar mejorar algunas capacidades a través
de diferentes programas como el de capacitación del personal y servicios educativos, entre
otros. Desde la formación de los profesores en educación infantil se puede estar preparando
a los nuevos miembros de la sociedad, aquí es donde el currículo y los materiales tecnológi-
cos adquieren una connotación especial, por eso nos cuestionamos cómo evaluar un currícu-
lo en educación infantil.
Nada más polisémico en la teoría pedagógica como el término de currículo. "El currí-
culo es como un calidoscopio en el que confluyen tradiciones y variables de signo muy
diverso, con sus pertinentes connotaciones éticas y políticas. Así éste se presenta como
estructura académica, contexto normativo de la interacción educativa y experiencia" (Rué,
1996: 58).
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Esta aparente falta de consenso se debe fundamentalmente a que, las diferentes
alternativas parten de ideas sobre proceso educativo y sujeto de educación, inspiradas en
concepciones éticas y socio-políticas culturales y psico-pedagógicas diferentes, las que se
ven reflejadas en las propuestas, que cada postura sobre el currículo expresa.
En general los distintos autores que se ocupan del rastreo sobre la teoría curricular:
(Gimeno Sacristán, 1989; Frigerio, 1991; Litwin, 1995) por citar los más consultados,
coinciden en advertir que hay diversidad, por cuanto las posiciones parten de principios
ordenadores distintos, pero a la vez hay una manifiesta recurrencia que permite agrupar las
posiciones en por lo menos cuatro perspectivas diferentes, las que a veces en la práctica no
son excluyentes entre sí, a saber:
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zar. Esta concepción evidencia la racionalidad técnica, que según Schon (1983) encierra una
triple concepción de fondo con respecto a la concreción y desarrollo curricular (Citados por
Frigerio, 1991): a) la noción de currículo como problema técnico, b) la relevancia de los
expertos externos en su elaboración y, c) la toma de decisiones y su capacidad de control
sobre el proceso, a través de la evaluación externa.
Esta postura es más abarcadora, integradora e innovadora, por cuanto posibilita por
un lado, ampliar la visión de variables y dimensiones que constituyen tanto el diseño, la
estructura como el desarrollo, puesta en acción y evaluación del currículo, y por otro,
permite mayor protagonismo de los sujetos-actores, quienes deben actuar autónomamente
-dentro de ciertos parámetros socio-culturales e institucionales- esto es, requiere de suje-
tos-actores reflexivos, capaces de tomar decisiones fundadas y de trabajar en equipos.
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206-214) que el mismo plantea, la estructura profunda y la estructura superficial.
De las diversas posturas se advierte que, pese a la diferencia en todas las concepciones
se encuentra una preocupación generalizada acerca de los procesos y de la cuestión funda-
mental: la relevancia de los contenidos a enseñar que en un sentido general implica la
importancia del conocimiento.
Esta relevancia, según Frigerio, G. (1991: 18-19) se puede agrupar en dos categorías
según se enfatice: 1) las fuentes del conocimiento, y 2) el uso del conocimiento. La primera
corresponde esencialmente a los modelos centrados en las disciplinas ya sea entendidos los
contenidos como datos permanentes, valores consolidados; o bien, como fuente de princi-
pios básicos que recorren cada disciplina. La segunda, la que pone el acento en el uso del
conocimiento, puede concebirse como la búsqueda de la funcionalidad y transferencia procesual
y estratégica.
Que las diversas concepciones hablen de la importancia del conocimiento indica que la
fuente -texto, material computacional, realidad empírica- de la cual se obtenga tiene un
valor direccional y determinante en relación a las intenciones y decisiones educativas plas-
madas en el diseño curricular y atendidas en el desarrollo y proceso de realización, por
tanto, no puede el docente profesional desentenderse y dejar en manos de editoriales y del
mercado, tan importante y preocupante componente curricular que posibilita la concreción
de la propuesta, esto es, el currículo realizado, que dice del tipo y alcance del conocimiento
aprendido.
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La evaluación curricular. De la teoría a la práctica
c. Postular una formación general con libertad de cátedra y currículo abierto, donde el
alumno le de su propia coherencia a la formación de grado; y una formación específica
con contenidos prefijados con los que el alumno adquiera la formación teórico-práctica
que le permita opciones futuras de especialización.
e. Atender las transformaciones del mundo del trabajo, los avances tecnológicos y las
consecuentes necesidades del redimensionamiento de la calificación laboral y agencias
de formación para el trabajo, mediante un proceso de formación polivalente (da Cunha,
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1997) y crítica para lo que se requiere:
f. Articular las disciplinas con la informática por cuanto el uso de las estrategias de compu-
tación se ha convertido en un requerimiento para el trabajo. De la articulación que se
logre entre las disciplinas e informática dependerá en gran medida el éxito en los
alumnos en lo que respecta al trabajo futuro. Además una propuesta renovadora del uso
de la informática deber ir acompañada de un Laboratorio de instrumentación "virtual"
(Chacón Rugeles, 1997) en el cual se van a construir instrumentos virtuales para los
ciclos de especialización de las carreras.
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CONCLUSIONES
La evaluación del currículo desde esta perspectiva educativa infantil, requirió necesa-
riamente la referencia a una teoría que permitiera identificar los problemas, emitir juicios
y tomar decisiones.
- 286 -
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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TYLER, R.W. (1973). Principios básicos del curriculo. Troquel, Argentina. p. 107
- 289 -
LA EVALUACIÓN DEL APRENDIZAJE:
“UN FENÓMENO COMPLEJO”
Manuel Medina S.
Aníbal Ponce R.
Álvaro Vergara S.
Departamento de Ciencias Básicas
Magíster en Enseñanza de las Ciencias,
Universidad del Bío-Bío
Chillán, Chile
Agosto, 2008
RESUMEN
INTRODUCCIÓN
Al enfrentarnos con esta temática nos hemos dado cuenta que en el ambiente educa-
cional existe una falta de claridad o precisión sobre los conceptos referidos a la evaluación.
Nuestra experiencia como alumnos de pregrado, los debates, la lectura, las investigaciones,
las discusiones, los documentos entregados por el ministerio y en nuestra labor docente, nos
han permitido en la actualidad darnos cuenta de ello. Es por eso que nos parece adecuado
dar como punto de partida la clarificación conceptual de las definiciones de evaluación y
evaluación educacional así como medición y medición de aprendizaje.
Por otro lado, el complejo fenómeno de la evaluación educativa nos motiva a hacer
referencia a las diversas patologías existentes que afectan a grupos y a relaciones entre
individuos en el sistema educacional, es decir, a los elementos del sistema educativo, llá-
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mense instituciones, planes y programas de estudios, docentes, alumnos, problemas políti-
cos, académicos, administrativos.
Dentro del campo educativo se pueden evaluar muchos aspectos: instituciones, planes
y programas de estudios, profesores, alumnos, problemas políticos, académicos, adminis-
trativos, para dar sólo unos pocos ejemplos.
Para cada caso, son múltiples los atributos o elementos que se pueden incluir en una
evaluación. Por ejemplo, en las instituciones se pueden evaluar desde sus instalaciones,
hasta la eficiencia con la cual se ejerce el presupuesto y la calidad de los servicios que se
ofrecen.
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Para cada situación del proceso evaluativo se puede optar por distintas modalidades
metodológicas.
Las posibilidades de evaluación que surgen al combinar los casos, atributos, niveles y
modalidades metodológicas son, en realidad, innumerables y complejas. Todo este campo
intrincado y diverso es el que subyace y está contenido bajo un sólo término: evaluación
educativa.
Por ello, al hablar de evaluación educativa se debe precisar el caso, los atributos, los
niveles y las modalidades metodológicas de referencia, para evitar confusiones y prevenir el
riesgo de bordar discursos carentes de significado, ya que al considerar la evaluación desde
su interpretación más general y abstracta, se pierde toda relación con su práctica y ejerci-
cio.
Dentro del campo educativo se suelen confundir los conceptos de evaluación y medi-
ción. En algunos casos se les identifica como iguales, y en otros se intenta una diferencia-
ción extrema que las coloca como ajenas una de la otra. Ambas posiciones son imprecisas.
El patrón que se usa para realizar las mediciones, así como el atributo medido, pueden
tener una escala intervalar o de razón. La primera tiene un cero arbitrario como punto de
partida de la medición y la segunda un cero absoluto. En educación, según sea el caso, se
puede tener mediciones de ambos tipos.
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En educación se pueden hacer evaluaciones sin una medición previa, como puede ser
el caso de obras creativas, originales, en arte, o bien, la evaluación hecha por compañeros,
o la autoevaluación, las cuales se basan en una opinión crítica. En estos casos la evaluación
puede prestarse a juicios infundados, pero es factible de realizar. Lo contrario, no tiene
sentido, hacer mediciones sin evaluación.
La evaluación del aprendizaje es el proceso que permite emitir juicios de valor acerca
del grado cuantitativo y cualitativo de lo aprendido. Representa la evaluación de sólo uno de
los atributos evaluables y, como en muchos otros atributos, amerita, para realizar la evalua-
ción, explicitar lo que se entiende por aprendizaje.
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lares.
La evaluación que hacemos los maestros del aprendizaje de nuestros alumnos se ubica
en el nivel singular. Evaluamos a nuestros estudiantes y nuestra decisión afecta a cada uno
de ellos en lo individual.
Con todas sus limitaciones, la medición del aprendizaje proporciona una base para la
evaluación y, si se realiza con fundamento, llega a ser una base bastante firme.
Ahora que ya hemos precisado los conceptos fundamentales, Haremos mención de las
patologías mas significativas en la evaluación educativa.
La evaluación puede ser manejada para servir los intereses del evaluador ya que este
puede llamar “evaluación” a la operación que desee, puede evaluar aquello que le interese,
en las formas y momentos que determine con los instrumentos que considere oportuno y
desde luego para utilizarla en los fines que su particular interpretación aconseje.
La patología que afecta a la evaluación atañe a todas y cada una de sus vertientes: Por
qué se evalúa, quién evalúa, cómo se evalúa, para quién se evalúa, cuándo se evalúa, qué se
evalúa, a quién se evalúa, con qué criterios se evalúa, etc. Por ejemplo, algunas patologías
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los son en cuanto hipertrofian un aspecto o dimensión que planteado en su justa medida
seria positivo (valorar los conocimientos no es un error, pero si lo puede ser el valorar
exclusivamente, obsesivamente los conocimientos, sin tener en cuenta su naturaleza, su
importancia, su interés, su adecuación, su coordinación con otros conocimientos).
Los presupuestos de los que se parte las condiciones que se tienen las estrategias que
se ponen en marcha, los procesos que se desencadenan los ritmos de obtención, la propor-
ción rendimiento/esfuerzo son también elementos que deben evaluarse. No solo por que la
obtención/no obtención de unos resultados esta ligados aquellos factores sino por ellos
mismos constituyen el objetivo de la mirada evaluadora.
En definitiva no solo importa que es lo que sea conseguido, sino el como, a que precio,
con que ritmo, con que medios, con cuantos esfuerzos, para que fines. Analizar solo los
resultados obtenidos, cuando menos parcial. Y la parcialidad suele ir acompañada de impre-
cisión y de engaños.
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la evaluación de conocimiento supone un reduccionismo escandaloso. Existen otra serie de
pretendidos logros que no se contemplan debidamente en el proceso evaluador: Actitudes,
destrezas, hábitos, valores, etc.
Por ejemplo, un individuo que llenase su cabeza de conocimiento pero que es incapaz
de relacionarse y comunicarse no estaría verdaderamente formado.
Existen efectos que no son directamente observables. Estos efectos buscados o no,
suelen pasar inadvertidos a los ojos del evaluador. ¿Se podría objetar que no es posible
evaluar los efectos no observables? No es así. Lo no observable no es equivalente a lo no
existente. Ni a lo no relevante. Ni, por supuesto, a lo no evaluable. Eisner (1981), dice que
la mayoría de los aprendizajes que realiza el alumno en la escuela no se hallan programados
en el currículo explícito.
En la práctica habitual del docente la evaluación está marcada por las correcciones. El
mismo descubre la actitud predominante: “Corregir” significa “enmendar lo errado”. Por
ejemplo, el subrayar las faltas ortográficas para un profesor de lenguaje es mucho más
frecuente que valorar las palabras bien escritas o, por ejemplo, en una prueba de matemá-
tica cerrada con alternativas (SIMCE o PSU) solo se considera el resultado (alternativa
marcada) y no el planteamiento o raciocinio del alumno, donde en el trayecto pudo errar en
algún punto o paso (operatoria, utilización de algoritmos, etc.) Sirvan estos ejemplos como
puntos de referencias para poner de manifiesto esa actitud no solamente mala por negativa
sino por lo parcializante. Se está más atento a los errores que a los aciertos de los alumnos.
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los tiempos, los contextos en que se mueven. Crombach (1963) distingue tres grandes áreas
sobre las que la evaluación toma decisiones. El material de instrucción, los individuos, y la
regulación administrativa. No son solo los individuos los responsables de un proceso o de un
resultado. Hay que contemplar cuales son los medios con los que cuenta, las condiciones en
las que trabaja y los márgenes de autonomía con que cuentan.
Se evalúa cuantitativamente
El alumno, con este procedimiento calificador, sabe lo que tiene que estudiar, como ha
de estudiarlo y, después de la calificación sabe cuanto ha aprendido. El problema se funda
en que no es posible ver cuestiones más importantes:
Sea podido comprobar que la casi totalidad de los instrumentos tiene una configura-
ción estática, anecdótica, aséptica, cuantificadota, descontextualizada.
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Por ejemplo decir que el 48% valoran con una media de 5 el funcionamiento de un
liceo, es un modo de esconder, bajo al cifra porcentual, las innumerables causas que han
llevado a los opinantes a conceder una puntuación.
Cuando se realiza una prueba objetiva, bajo el pretexto de que son mas justas, no
miden a todos por igual, pues las personas son radicalmente diferentes.
Se evalúa competitivamente
Se evalúa Estereotipadamente
Los profesores repiten una y otra vez sus esquemas de evaluación. Cada año los
alumnos se preocupan de saber, cuál es la costumbre evaluadora del profesor. De forma casi
automática, el profesor repite sus formulas. Ni si quiera negocia con los alumnos el plantea-
miento habitualmente practicado. Al comienzo del curso fija el numero, el momento, la
forma y los matices.
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No se evalúa Éticamente
Se evalúa Unidireccionalmente
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CONCLUSION
Cuando hablamos de evaluación del aprendizaje creemos que debe estar referida a
todos los elementos o fenómenos que intervienen en la acción educativa, es decir, aquellos
componentes que están presentes en el concepto más general de análisis que hemos tratado
aquí que es la evaluación educativa y sus múltiples patologías.
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REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
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