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Alfons Bataller
Director de la colección: Lluís Pastor
ISBN: 978-84-9064-389-1
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Autor
Alfons Bataller
QUÉ QUIERO SABER
DEFINICIÓN DE PROYECTO 13
Los objetivos 14
Elementos y participantes 15
Consideraciones iniciales 18
La definición y la metodología 19
La complejidad 20
Los disparadores de coste 21
La viabilidad técnica 23
La viabilidad operativa 24
Análisis coste-beneficio 25
PLANIFICACIÓN DE PROYECTOS 27
Definición 27
Elementos del proceso de planificación 28
9
Diferencias entre planificación y estimación 33
Errores en la planificación 33
Herramientas de seguimiento de proyectos 35
Diagramas de flujo 35
Diagramas de proceso 36
Hoja de control 37
Gráficos de control 37
Diagramas causa-efecto 37
Diagrama de Gantt 38
Diagramas PERT 40
HERRAMIENTAS DE
PLANIFICACIÓN 43
Criterios para la selección de la herramienta 44
Herramientas en el mercado 46
Microsoft Project 46
OpenProj 49
CONSEJOS Y RECOMENDACIONES 51
La concepción del proyecto 52
La planificación de lo desconocido 55
La burocracia del proyecto 57
La tecnología dentro del mundo real 60
¿Cómo se incluyen las leyes en el proyecto? 62
Bibliografía 69
10
LLEVAR UN PROYECTO A BUEN
PUERTO
11
daciones basados en buenas prácticas para llevarlos
«finalmente» a buen puerto.
12
DEFINICIÓN DE PROYECTO
13
El logro de estos objetivos se consigue mediante
la realización de una actividad compleja, susceptible
de descomponerse en una serie de tareas interdepen-
dientes entre sí en cuanto a su orden de ejecución.
La definición anterior la podemos ampliar de mo-
do que incluya aspectos no considerados. Un pro-
yecto es una acción en la que los recursos humanos,
financieros y materiales se organizan de una nueva
manera para realizar una tarea diferente. En esta, te-
niendo en cuenta unas especificaciones y dentro de
unos límites de costes y tiempos, se intenta conseguir
un cambio beneficioso dirigido según unos objetivos
cualitativos y cuantitativos.
Estos elementos implican que un proyecto supo-
ne un riesgo y una incertidumbre considerables, y por
lo tanto su éxito dependerá en gran medida de una
gestión adecuada.
Los objetivos
14
Los objetivos también han de incluir información
de su ámbito; zona geográfica, la organización que
debe desarrollarlo, etc.
Como en cualquier otra definición de objetivos,
los objetivos de un proyecto deben cumplir las con-
diciones resumidas habitualmente en la expresión in-
glesa SMART, que hace referencia a concreto, cuanti-
ficable, alcanzable, relevante y temporal (specific, mea-
surable, achievable, relevant, trackable).
Elementos y participantes
15
temente del tipo de proyecto, podemos destacar los
participantes siguientes: cliente (director de proyecto,
control financiero, explotación, etc.); proyectista/as
(director de proyecto, diseño conceptual, instalacio-
nes, ergonomía, etc.); equipo del proyecto (encarga-
dos de la ejecución directa de las tareas del proyec-
to); suministradores (compras, gerente, etc.); gestor
de proyecto (gestor, responsable planificación, res-
ponsable de costes, etc.) y otros actores (administra-
ciones públicas, compañías de servicios, etc.).
A continuación analizaremos con más detalle la
figura del director de proyecto, que asume el grue-
so y la responsabilidad de su gestión y su desarrollo.
Entre sus tareas específicas hay que destacar las seis
siguientes:
16
• Desarrollar las capacidades de las personas ads-
critas al proyecto (instruir).
17
los documentos que se han de producir y gestio-
nar).
5) Gestión de la calidad. Conjunto de herramientas
que permiten establecer los procedimientos por
los que se comprobarán los resultados interme-
dios y finales del proyecto para garantizar que se
adecuan a lo que se indica en la definición del
proyecto.
Consideraciones iniciales
18
El peso otorgado a cada uno de los ejes de análisis
dependerá en general del perfil de la persona o grupo
de personas que toman la decisión sobre la viabilidad.
Como podemos imaginar, la realización de esti-
maciones no es una tarea sencilla. Apuntamos a con-
tinuación brevemente los principales aspectos relati-
vos a las estimaciones iniciales.
La definición y la metodología
19
siguientes: identificar el proyecto, presentar en para-
lelo las alternativas técnicas y las operativas, hacer la
estimación económica y llevar a cabo el análisis de
viabilidad económico final.
La metodología presentada no es única y es tan
solo un posible esquema. Las diferentes estimaciones
que hay que realizar se describen más adelante y tie-
nen como objetivo lograr el máximo conocimiento
del proyecto antes de decidir ejecutarlo.
La complejidad
20
• La tecnología y otros elementos cambian muy rá-
pidamente.
• Falta experiencia a la hora de valorar desarrollos,
especialmente de proyectos largos.
• Tendencia hacia la subestimación.
• Tendencia a basarse en el índice de productividad
de quien hace la estimación.
• Interpretaciones poco adecuadas en las relaciones
lineales entre la capacidad requerida por unidad
de tiempo y el tiempo disponible.
• Tendencia a reducir las estimaciones para dismi-
nuir el importe económico del proyecto.
• Falta de costumbre de incluir la formación nece-
saria para la capacitación del personal.
• No se consideran los «disparadores» de coste.
21
consigue con ninguna receta mágica. De todos mo-
dos, planteamos algunas opciones para minimizar el
margen de error:
22
ciones de los proyectos provocan que esta tarea tenga
una dificultad importante. Un buen estimador debe-
ría cumplir los requisitos siguientes: tener una buena
formación y una experiencia profesional que lo ayu-
den a entender y solucionar los problemas de la ges-
tión de proyectos; tener una posición en la organiza-
ción que le permita adoptar un juicio independiente;
utilizar un método que pueda ser explicado, cuestio-
nado, discutido y auditado por otros expertos; si uti-
liza una herramienta de estimación, esta debe ajus-
tarse a su propósito de estimación y ha de respetar
el método que utilizaría el estimador si trabajara «a
mano»; aplicar su experiencia en cada estimación. Es
decir, describir los problemas a los que ha tenido que
enfrentarse, las soluciones, etc., y finalmente docu-
mentar su estimación, incluyendo los resultados ob-
tenidos y cualquier información necesaria para hacer
repetible y verificable el proceso de estimación.
La estimación será más ajustada a la realidad en
función de la proximidad a la finalización de la eje-
cución del proyecto, dado que la cantidad de infor-
mación de la que se dispone es más abundante. Es
decir, cuanto más nos acercamos a la finalización del
proyecto, más fiables serán las estimaciones.
La viabilidad técnica
23
califica, según sus características tecnológicas. Se eva-
lúa ante un determinado requisito o idea para deter-
minar si es posible llevarlo a cabo satisfactoriamente
y en condiciones de seguridad con la tecnología dis-
ponible. Para hacerlo, hay que verificar factores co-
mo la durabilidad, la operatividad, las implicaciones
energéticas o los mecanismos de control.
Los condicionantes técnicos representan una de
las partes que permiten hacer la estimación de la via-
bilidad del proyecto. Para poder efectuar una valora-
ción correcta de cada una de las opciones posibles
hay que identificar siempre el esfuerzo asociado con
cada tecnología; la capacidad/necesidad de aprendi-
zaje; el impacto económico y estructural de la evolu-
ción de la tecnología; la madurez de la solución, y la
posibilidad de integrarla en el resto de la compañía.
Las informaciones que se obtengan de este análi-
sis son las principales fuentes de hipótesis para todas
las estimaciones relativas al proyecto.
La viabilidad operativa
24
• Áreas que intervendrán directamente en su apli-
cación, por lo que tienen la obligación de conocer
el proyecto de manera detallada.
• Áreas afectadas por la implantación del proyecto,
dado que deberían cambiar o adecuarse a este.
• Área responsable del manejo de los recursos eco-
nómicos, para cuantificar el coste del proyecto de
manera más específica.
Análisis coste-beneficio
25
de proporcionar a los profesionales criterios que los
ayuden en la planificación de proyectos y la evalua-
ción de alternativas.
El resultado del estudio efectuado acaba con la
presentación de un estudio final de viabilidad que tie-
ne que incluir los diferentes elementos utilizados y
una lista detallada de los argumentos que deben per-
mitir tomar la decisión de llevar o no a término el
proyecto.
Los contenidos de este estudio deberían incluir lo
siguiente: objetivos generales del proyecto, plantea-
miento para la elaboración del proyecto, capacidad
organizativa para llevarlo a cabo, esquema de selec-
ción tecnológica, estimaciones económicas, estudio
de viabilidad económica y análisis DAFO relativo al
proyecto.
Los destinatarios del estudio serían el responsable
financiero, el jefe de sistemas, el jefe de recursos hu-
manos, el responsable de formación, el responsable
de mantenimiento y representantes del personal.
26
PLANIFICACIÓN DE PROYECTOS
Definición
27
lo que está debidamente planificado puede contro-
larse.
A partir de los requisitos del cliente –externo o
interno–, la planificación aborda las etapas siguien-
tes: análisis de los objetivos del proyecto; desglose
de las tareas del proyecto; organización de las tareas;
programación del proyecto (y eventualmente repro-
gramaciones), y organización y puesta a punto de los
recursos necesarios.
28
1) Determinación de los requisitos del cliente. Es
un elemento básico para poder garantizar el éxito
del proyecto, así como también que nos hagamos
cargo completamente de lo que desea lograr el
cliente mediante el desarrollo del proyecto.
2) Determinación de necesidades y estrategias. En
esta segunda actividad es cuando hay que definir
las posibles opciones de desarrollo del proyecto.
Se realizan las diferentes estimaciones que se han
descrito en el apartado anterior.
3) Definición de los objetivos del proyecto. Una vez
se ha conseguido llevar a cabo una definición
completa del proyecto, es posible determinar los
objetivos. Hay que recordar que estos objetivos
deberán responder a las características SMART,
ya definidas previamente.
4) División por tareas. Esta es la primera parte del
proceso de planificación del proyecto que se di-
ferencia de lo que hemos visto hasta ahora a lo
largo de los apartados anteriores. En este mo-
mento es cuando el director de proyectos des-
grana el trabajo en elementos tan pequeños co-
mo se pueda e identifica para cada uno de ellos
los recursos y los esfuerzos que se requieren pa-
ra realizarlos. La elección adecuada del concepto
de actividad es el elemento clave que nos permite
efectuar correctamente esta fase de la metodolo-
gía. Se entiende como actividad aquella unidad
mínima de proyecto en la cual podemos identifi-
car claramente el elemento de partida o input, la
29
manipulación que se debe efectuar sobre el ele-
mento de partida y el elemento resultante o out-
put.
Esta descomposición en tareas debe efectuar-
se con la máxima diligencia posible, dado que se-
rá la base de todas las actividades que se han de
realizar en el resto del proceso de planificación.
5) Elaboración del programa de trabajo o progra-
mación. La programación se basa en la división
del proyecto en fases secuenciales en las que
se agrupan las actividades identificadas anterior-
mente. Esta agrupación de tareas nos permitirá
determinar los recursos necesarios y efectuar los
presupuestos correspondientes.
Para un buen desarrollo de la programación es
importante identificar los acontecimientos más
importantes; desarrollar detalladamente la se-
cuencia en la que se deben hacer las tareas y la
red de interrelaciones entre ellas; calcular la du-
ración de cada una de las actividades, que deberá
coincidir con la del reparto de tareas; utilizar los
tiempos definidos en cada una de las actividades
para calcular la duración total del proyecto; iden-
tificar las restricciones y las disponibilidades de
tiempos en relación con los acontecimientos im-
portantes, e identificar las restricciones de recur-
sos. Otros aspectos que hay que tener en cuen-
ta son la necesidad de tiempo extra, el coste de
viajes y reuniones, la realización de pruebas, la
participación en revisiones, el tiempo dedicado
30
a apoyo administrativo o los desarrollos iniciales
antes de empezar el proyecto.
6) Control y revisión. Esta fase consiste en el se-
guimiento del proyecto. El seguimiento es la re-
copilación y el almacenamiento de datos sobre
tiempos, recursos, costes y hechos asociados a un
proyecto para el análisis y el estudio de su evolu-
ción real, comparándola con la planificación.
La finalización del proceso de estimación de-
be ser el inicio de la planificación. Con la plani-
ficación hecha, empezaremos el seguimiento del
proyecto. Las entradas del proceso de seguimien-
to serán la estimación y planificación del proyec-
to, además de los datos reales recabados durante
su evolución.
El director de proyecto efectúa el seguimien-
to del proyecto (a partir de varias herramientas
que veremos más adelante) mediante diferentes
tareas, entre las que destacan las siguientes:
31
– Revisión de los documentos del proyecto.
Además de entregarlos al cliente según los pla-
zos previstos, es necesario que los documen-
tos contengan todo cuanto se ha determinado
previamente y se debe efectuar la revisión de
control de calidad correspondiente.
32
Diferencias entre planificación y estimación
Errores en la planificación
33
Los errores se pueden clasificar según sus oríge-
nes. A continuación os presentamos los principales:
relacionados con el factor humano, el proceso, el
producto y la tecnología.
Errores relacionados con el factor humano son
los siguientes: motivación insuficiente, trabajadores
conflictivos, heroísmos (es habitual pensar que po-
demos hacer lo imposible y que somos capaces de
cualquier cosa); añadir personal a un proyecto retra-
sado; oficinas ruidosas y con poco espacio; fricción
entre las personas que desarrollan el proyecto y los
clientes; expectativas poco realistas; ausencia de apo-
yo efectivo de la dirección; compromiso insuficiente
de los participantes en el proyecto; falta del input de
usuario; exceso de interlocutores o interlocutores in-
eficaces; intereses políticos.
Errores relacionados con el proceso son estos:
planificación excesivamente optimista; gestión de
riesgos insuficiente; errores debidos a la subcontra-
tación; abandono de la planificación ante la presión
del tiempo; pérdida de tiempo en la fase preparatoria
de un proyecto; planteamiento de demasiados obje-
tivos a la vez; recorte de actividades fundamentales
ante un retraso; diseño inadecuado, y control de ca-
lidad insuficiente.
Errores relacionados con el producto son, por
ejemplo, replanificar para recuperar retrasos de la
planificación inicial sin alterar los plazos iniciales; po-
ner un exceso de requisitos con inestabilidad; plan-
tear demasiados objetivos a la vez; desarrollar el pro-
34
yecto sin centrarse en los objetivos; negociar según
el modelo de «tira y afloja»; orientar el desarrollo en
la investigación.
Errores relacionados con la tecnología son aho-
rros sobrestimados gracias a herramientas o métodos
nuevos; cambio de herramientas en medio del pro-
yecto y falta de sistemas de control de versiones de
código fuente.
Diagramas de flujo
35
Diagramas de proceso
36
Hoja de control
Gráficos de control
Diagramas causa-efecto
37
sobre un output y, generalmente, se utilizan como he-
rramientas de análisis para la resolución de proble-
mas.
También reciben el nombre de sistema Sedac.
Desarrollado por Deming R. Fukuda, este sistema
responde a las siglas de la expresión structure for en-
hancing daily activities through creativity (estructura para
la mejora de las actividades diarias mediante la crea-
tividad).
Diagrama de Gantt
38
• Cada barra simboliza una tarea del proyecto.
• El eje horizontal representa el tiempo.
• Verticalmente, y en la columna izquierda, se escri-
be una relación de las tareas.
39
Diagramas PERT
40
distribución de recursos humanos, dado que en caso
contrario el retraso global se producirá seguro.
Para dibujar un gráfico PERT, hay que seguir cin-
co pasos:
41
Cabe señalar que los softwares de gestión de proyectos reúnen las
mejores características de PERT (sobre todo, el análisis del camino
crítico) incorporadas a gráficos de Gantt, hecho que vuelve inne-
cesario efectuar el diagrama de PERT.
42
HERRAMIENTAS DE PLANIFICACIÓN
43
El principal elemento que hay que considerar es
que un software para la gestión de proyectos debe
permitirnos cruzar los datos anteriores para poder
disponer de una visión permanentemente actualiza-
da del avance de los proyectos y las tareas. Asimis-
mo, debe ayudarnos a determinar el impacto de la si-
tuación real sobre costes y presupuestos y evaluar el
grado de utilización de los recursos humanos y ma-
teriales.
44
so multiusuario (restricciones según grupos y ca-
tegorías de usuarios).
• Funcionalidades de gestión de proyectos: ges-
tión de recursos humanos; creación y seguimien-
to de proyectos; seguimiento presupuestario; ge-
neración automática de informes.
• Funcionalidades de gestión documental (solo si es
multiusuario): control de versiones; definición de
flujo de trabajo para la validación de documentos;
herramienta de distribución de documentación y
comunicación automatizada de liberación de ver-
siones.
• Seguridad: registro de accesos; control de palabras
clave; realización de copias de seguridad; expor-
tación/importación de datos; compatibilidad con
plataformas y paquetes ofimáticos.
45
trario dejará de ser (para nosotros) una herramienta
como tal.
Herramientas en el mercado
Microsoft Project
46
yectos. Entre las principales características que pode-
mos destacar encontramos las siguientes:
47
es el de copiar y pegar el calendario obtenido como
imagen en otras aplicaciones.
Vistas las ventajas y las limitaciones de esta herra-
mienta, veamos cómo se realiza la definición de un
proyecto con Microsoft Project. Consta de los pasos
siguientes:
48
programas habituales de Microsoft. Los datos intro-
ducidos en este apartado nos permitirán generar pre-
supuestos del proyecto.
Si disponemos de Project Server, también podre-
mos identificar riesgos del proyecto, agregar docu-
mentos al proyecto y publicar información del pro-
yecto en la web.
Finalmente, destacamos un par de utilidades más:
la creación de la línea de base y la visualización del
camino crítico. La creación de la línea de base per-
mite guardar el calendario inicial como planificación
base del proyecto, de manera que en todas las actua-
lizaciones posteriores que hagamos podremos con-
trolar las desviaciones. La visualización del camino
crítico se puede hacer seleccionando la vista de dia-
grama PERT y el programa nos indica en rojo el ca-
mino crítico del proyecto.
A pesar de que puede parecer complicado, el pro-
pio programa dispone de muchos asistentes que fa-
cilitan enormemente el trabajo.
OpenProj
49
Podemos afirmar que OpenProj es una alternativa
completa a la opción presentada anteriormente. Ade-
más, tiene una ventaja adicional: es multiplataforma,
dado que podemos encontrar versiones tanto para
Windows como para Mac y Linux.
Evidentemente no todo son aspectos positivos.
Podemos decir que su estabilidad es inferior a la de
Microsoft Project y que el calendario previsto de nue-
vas versiones, a pesar de que el desarrollador lo ha
hecho público, no se está cumpliendo del todo.
Su uso es muy parecido al de Microsoft Project y
presenta la mayoría de sus funcionalidades excepto
las de informes, que son ligeramente inferiores. El
esquema de trabajo es el mismo que el comentado
para Microsoft Project.
50
CONSEJOS Y RECOMENDACIONES
51
que pueden ser un punto inicial para el desarrollo de
una experiencia sólida.
52
para conseguir poder trabajar durante todo el viaje.
Las nuevas unidades ya incorporan puntos de cone-
xión a red de 220V en clase turista.
En segundo lugar, se debe aclarar si el proyecto
puede tener o no un resultado definido. La definición
de un proyecto tiene que ser lo suficientemente cla-
ra como para permitir su ejecución. En algunos ca-
sos podemos tener muy claras las expectativas de los
usuarios, podemos tener muy claros los requisitos del
proyecto, pero podemos tener ante nosotros un pro-
yecto que tiene un resultado no definido.
En un caso como este, cualquier resultado obte-
nido podrá ser válido y hacer que el proyecto sea un
éxito. Por el contrario, determinar el resultado sin sa-
ber si es lo que queremos conseguir puede hacer que
el proyecto nos deje un mal sabor de boca a pesar de
haber permitido obtener un resultado magnífico. Un
ejemplo de proyecto sin resultado definido a priori es
la transformación de la ría de Bilbao. Sin embargo,
visitar hoy las cercanías del museo Guggenheim es
claramente un resultado maravilloso.
En tercer lugar, hay que definir de manera realis-
ta la financiación. Las estimaciones de los proyectos
son la herramienta que nos permite determinar su
viabilidad. Esta viabilidad está determinada por una
financiación del proyecto. En un exceso de optimis-
mo se suele ser muy blando en el momento de definir
las partidas económicas vinculadas a los proyectos y
esto hace que el coste real del proyecto sea mucho
más elevado de lo previsto. Por este motivo, en los
53
proyectos se pueden apreciar dos resultados diferen-
tes: se reduce el alcance del proyecto para acomodar-
lo a los recursos económicos disponibles o se incre-
menta la financiación y puede ser que se incremente
el periodo de ejecución o que otros proyectos no se
ejecuten.
Las obras públicas ejemplifican bien el caso en el
que la ejecución final no se ajusta a lo previsto debido
a un incremento de costes. Uno de los casos más co-
nocidos es que en nuevas urbanizaciones, por restric-
ciones económicas, no se incluyen las canalizaciones
para los servicios de telecomunicaciones y después
no es posible dotar de servicios al vecindario.
En cuarto lugar, hay que determinar si los requi-
sitos definidos harán que el usuario obtenga los re-
sultados previstos. No podemos olvidar que el usua-
rio del resultado del proyecto no somos nosotros. La
definición de un nuevo proyecto implica que el clien-
te o usuario nos indique sus requisitos. Estos requi-
sitos serán determinantes para que podamos definir
un resultado del proyecto. Lo que hay que evaluar es
realmente si con la definición de requisitos que se ha-
ga queda completamente definido el modo como el
usuario quiere hacer uso de los resultados previstos.
Un problema muy típico en la definición de un
proyecto es que le preguntemos al usuario cuál es el
problema o situación que quiere solucionar o mejo-
rar con el proyecto pero no le preguntamos de qué
manera quiere trabajar una vez que el proyecto esté
terminado. En estos casos es cuando definimos los
54
resultados de los proyectos para solucionar su pro-
blema pero con nuestra manera de trabajar.
Un caso típico de no pensar en el usuario final del
sistema es el de los formularios web de muchas em-
presas. Para ver a qué nos referimos, elegid cualquier
buscador de internet, introducid las palabras «alqui-
ler de coches» y visitad los tres primeros enlaces. En
unos casos veréis que son páginas web para conduc-
tores que quieren alquilar un coche y en otros que
son páginas donde los profesionales del alquiler de
vehículos dan la opción a los usuarios de acceder a
sus programas informáticos de soporte.
La planificación de lo desconocido
55
Un buen ejemplo de este tipo de proyectos es la
puesta en marcha de la TDT, que tiene unas caracte-
rísticas específicas que la hacen única y, por lo tanto,
sometida a una gran incertidumbre en su definición.
Algunos proveedores de equipamiento planificaron
este proyecto siguiendo los parámetros de la puesta
en marcha de redes de telefonía móvil.
Y a pesar de que la experiencia nos lleva a buscar
referencias en proyectos parecidos, no se puede con-
fundir la réplica de proyectos de gran similitud con su
clonación total. Un error habitual que podemos co-
meter es clonar proyectos tecnológicamente idénti-
cos pero que difieren en aspectos aparentemente se-
cundarios. Es posible que estos elementos secunda-
rios representen lo que lo hacen único.
Por ejemplo, la implantación de redes de telefo-
nía móvil en diferentes países ha representado una
opción de crecimiento para las empresas operadoras
pero estas han pecado de exceso de confianza. Algu-
nos de estos operadores interpretaron que se podía
encarar del mismo modo el desarriollo de una red
GSM en España que en algunos países de África. No
contaban con el hecho de que en estos países la pene-
tración existente de la telefonía fija era prácticamente
nula y que la accesibilidad al móvil hizo que en poco
tiempo el 35% de la población accediera al servicio.
La saturación de la red fue inmediata.
El camino crítico es otro elemento que será defi-
nidor del desarrollo de nuestro proyecto. La existen-
cia de un camino crítico al proyecto es el primer ele-
56
mento que puede introducir distorsiones en la dura-
ción del proyecto. El camino crítico se determina por
aquella concatenación de actividades que en caso de
retardo lo retrasan directamente. Es habitual confun-
dir esto con la concatenación de las principales ac-
tividades del proyecto (por su significación concep-
tual). Por ejemplo, en la migración de un operador
de móvil a otro nuevo, una gran corporación consi-
deró que el camino crítico afectaba básicamente a la
gestión de la portabilidad numérica de las líneas de
telefonía móvil. La sorpresa fue que un problema en
la logística de distribución de los terminales dejó a
buena parte de los trabajadores de la empresa sin te-
léfono móvil durante una semana. El camino crítico
no era un elemento vinculado a la tecnología.
57
Pongamos un caso real. En la realización de un
proyecto, una empresa de servicios incluyó en un acta
de reunión una frase en la que decía al cliente: «pon-
dremos a su disposición a todo el personal que sea
necesario para lograr el éxito del proyecto y su finali-
zación según los acuerdos efectuados». Fruto de esta
afirmación la empresa tuvo que contar con un equipo
de cuatro personas a tiempo completo durante tres
meses para cumplir la promesa y sin poder facturarlo
al cliente.
El calendario es otra herramienta de la documen-
tación del proyecto. Y como tal, ha sido definido para
facilitar la tarea de todo el equipo de trabajo. Si no se
hace uso de él, no se consigue sacar un rendimiento
adecuado y al final se deja de utilizar. Un caso típico
es la creación de un calendario o diagrama de Gantt
del proyecto en su inicio que no se vuelve a actuali-
zar. El otro caso relacionado es aquel en el que solo
una parte del equipo de trabajo utiliza el calendario
como herramienta de gestión de proyectos. Esto ha-
ce que en las reuniones de seguimiento del proyecto
o en las tareas de remisión de información al cliente
no todo el mundo utilice los mismos datos. Sea cual
sea el caso, implica que no se aprovechan las herra-
mientas disponibles.
La transferencia del conocimiento es otro elemen-
to importante en la gestión del proyecto. Hay que
garantizar que el destinatario de nuestros proyectos
disponga de toda la información para que pueda ex-
plotar los resultados de manera completa. Sucede a
58
menudo que en el momento de difundir los resulta-
dos al cliente, se suele dar documentación con un ni-
vel de detalle reducido, hecho que genera en el clien-
te la sensación de poco control respecto al sistema o
solución implantada y desconfianza con el proveedor
porque se tiene la percepción de que se busca man-
tener captado al cliente.
Un ejemplo recurrente lo encontramos en la im-
plantación de sistemas informáticos en las empresas.
Es habitual que los proveedores no suministren ma-
nuales de operación con un nivel de detalle aceptable.
Por este motivo, el uso del sistema por parte de los
usuarios se realiza de modo que no se logra el nivel
de mejora en la productividad que se esperaba.
Además de nuestros clientes, la transferencia del
conocimiento implica también a nuestra organiza-
ción. No podemos limitar al equipo de trabajo la ex-
periencia asociada con el proyecto. A veces, debido
al esfuerzo invertido en la documentación del pro-
yecto en cuanto a la entrega de información al clien-
te, a menudo queda fuera del alcance del proyecto el
traspaso de cierta documentación de tipo metodoló-
gico que hace referencia a este. En este caso el cono-
cimiento no se extiende más allá de los integrantes
del equipo de trabajo.
En muchas empresas las réplicas (más o menos
idénticas) de un proyecto no se hacen de manera
inmediata y por este motivo no siempre se pueden
mantener los equipos de trabajo (a menudo algunos
de los integrantes del equipo han abandonado la em-
59
presa). En algunos casos, si la documentación del
proyecto es limitada, la situación de réplicas de pro-
yectos se convierte en una nueva ejecución, con el
esfuerzo y coste asociado que esto implica.
60
vicio porque el personal no era capaz de utilizar co-
rrectamente el software.
Sumar más recursos técnicos no siempre puede
solucionar un problema tecnológico. Hay que ser
gestor de proyectos con una visión global de todos
los aspectos que forman parte de él. Esto supone que
por mucho que se conozca más una área que otra,
hay que tener suficiente sentido común para deter-
minar que las carencias tecnológicas no hay que so-
lucionarlas siempre con investigación. Podemos im-
plantar otras soluciones simplemente pagando algo
más.
Es habitual considerar que los problemas de tec-
nología se pueden solucionar únicamente mediante
recursos técnicos cuando en general se trata «simple-
mente» de un problema presupuestario. Por ejemplo,
en el caso de algunas torres para alojar equipamiento
de televisión y telefonía móvil se produjo un proble-
ma de suministro eléctrico derivado del hecho de que
las acometidas no permitían cubrir el pico de poten-
cia necesaria en el arranque. Para solucionarlo, mien-
tras no se podía mejorar el suministro se dotó a los
vehículos que iban a realizar tareas de mantenimiento
y reparación de un equipo electrógeno que permitía
dar la potencia adicional.
Otra situación que puede causar inconvenientes
es considerar que la solución tecnológica implantada
puede aportar soluciones a todos los problemas. Es-
to en general es cierto por los problemas preexisten-
tes, pero lo que la gente olvida es que aparecerán nue-
61
vos. Sobrevalorar una tecnología cuando todavía no
ha sido suficientemente probada puede implicar un
fracaso en el proyecto. Las características de la nue-
va herramienta suelen ser validadas generalmente en
el laboratorio y no se dispone de datos procedentes
de casos reales. El resultado es que las características
reales no son siempre tan buenas como las previstas
inicialmente.
Un ejemplo de esta tendencia a considerar la nue-
va herramienta como una panacea es la transmisión
de vídeo en alta calidad por los sistemas de telefonía
móvil. Una vez instaurada no se logró el resultado
esperado dado que estas transmisiones penalizan el
ancho de banda disponible para el resto de los usua-
rios que están conectados a la misma estación base.
Como resultado no se puede comercializar el servi-
cio tal como estaba previsto dado que no se puede
garantizar su calidad.
62
nudo los directores de proyectos que tienen un perfil
eminentemente técnico caen en el error de no tomar
en consideración la totalidad de las cuestiones lega-
les que pueden afectar a un proyecto. Consideran, en
general, que no forman parte de su ámbito de com-
petencias. Pero un ejemplo nos da el alcance de los
problemas que esta carencia puede generar. La im-
plantación de redes de televisión por cable promovi-
das por los vecinos de muchos pueblos de Andalucía
fue muy habitual en los años ochenta y noventa. La
implantación de los operadores de cable desde el año
1999 implicó un alud de denuncias por parte de los
titulares de las redes, dado que las redes preexistentes
no disponían del correspondiente título habilitador.
Como acabamos de ver, se deben considerar to-
das las implicaciones legales desde la fase de defini-
ción. Un proyecto tiene significado dentro del en-
torno en el que operará y por lo tanto habrá que
considerar algunas fases del proyecto técnico que im-
pliquen la realización de tareas para la consecución
de permisos y licencias. Y hay que hacer coincidir el
proyecto técnico con la tramitación de las licencias y
permisos, dado que en caso contrario nos podemos
encontrar con que se desestima la solicitud de una
licencia porque el proyecto técnico no se ajusta a lo
que es preceptivo administrativamente.
Es revelador en este sentido el caso de algunas
emisoras de FM que iniciaron la instalación de los
equipos radiantes y los radioenlaces antes de conse-
guir la licencia de emisión. Posteriormente, a pesar de
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resultar adjudicatarios de la concesión, algunos ex-
plotadores se encontraron con que el emplazamiento
donde tenían licencia para emitir no era el lugar don-
de habían ubicado sus centros emisores y la vuelta
atrás no era directa ni en algunos casos viable.
Finalmente, hay que tener en consideración una
cuestión de responsabilidades. La profesión de inge-
niero, igual que otras profesiones liberales, está so-
metida a un régimen estricto de responsabilidades
y sanciones. Muchos profesionales desconocen sus
responsabilidades reales y el límite de su actividad,
por lo que hay que informar al colegio profesional
antes de ejecutar cualquier trabajo. Se han dado ca-
sos en los que ingenieros han firmado actas de cer-
tificación de instalaciones sin tan siquiera visitarlas.
Los problemas aparecen cuando algún usuario hace
alguna denuncia.
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CLAVE DE ÉXITO PROFESIONAL
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dirigido por unos objetivos cualitativos y cuanti-
tativos.
• Para poder afrontar el desarrollo de un proyecto,
habrá que tener muy claro cuáles son sus objeti-
vos y habrá que efectuar una serie de valoraciones
iniciales que nos permitan determinar la razona-
bilidad de su ejecución. Las valoraciones cubrirán
los elementos técnicos, operativos y económicos
de los proyectos.
• La planificación de un proyecto determina QUÉ
hay que hacer, QUIÉN debe hacerlo, CUÁNDO
y con QUÉ RECURSOS se contará para llevar a
cabo las tareas que hay que ejecutar. La planifica-
ción es la premisa del control, dado que solo se
puede controlar lo que está adecuadamente plani-
ficado.
• La planificación se lleva a cabo mediante diferen-
tes herramientas, entre las que destacamos el dia-
grama de Gantt y el de PERT.
• La planificación pierde su sentido si después no se
realiza el seguimiento del proyecto. Las desviacio-
nes respecto a lo que se ha previsto inicialmente
implican reprogramar el proyecto y actualizar los
documentos asociados.
• La realización de todas estas tareas hay que hacer-
la con el máximo de garantías y aprovechando las
herramientas disponibles. Por este motivo se re-
comienda hacer uso de los programas informáti-
cos existentes. Hay muchos y muy variados. Po-
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demos elegir dos de los más conocidos: Microsoft
Project y OpenProj.
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Bibliografía
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Serer Figueroa, Marcos (2001). Gestión integrada de proyectos. Barcelona:
Edicions UPC.
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