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El Depósito y El Secuestro
El Depósito y El Secuestro
Clasificaciones de depósito.
2214 dispone que “el depósito es de dos maneras: depósito propiamente dicho, y secuestro”.
El depósito propiamente tal puede ser voluntario o necesario. En el primero, la elección del depositario
depende de la libre voluntad del depositante; en el segundo, la elección del depositario es impuestas por
las circunstancias.
El secuestro, a su turno, puede ser convencional o judicial, según se constituya por acuerdo de las partes
o por decreto del juez.
Depósito voluntario.
Artículo 2215: “el depósito propiamente dicho es un contrato en que una de las partes entrega a la otra
una cosa corporal y mueble para que la guarde y la restituya en especie a voluntad del depositante”.
Error en el depósito.
Consigna el artículo 2216 una regla particular relativa a los efectos del error en el contrato de
depósito.
El error sobre la identidad de la persona de uno u otro contratante, o acerca de la sustancia,
calidad o cantidad de la cosa depositada, no invalida el contrato (artículo 2216, inciso 1).
El error que padezca el depositante es inocuo. Solamente el error del depositario acerca de la
persona del depositante o el descubrimiento de que la cosa depositada le acarrea peligro, produce
consecuencias judiciales: “podrá restituir inmediatamente el depósito” (artículo 2216, inciso 2).
Depósito irregular.
Se llama depósito irregular aquel en que el depositario, en lugar de la misma cosa que ha
recibido se obliga a restituir otras del mismo género y calidad.
El depositario no es ya deudor de un especie o cuerpo cierto sino de una cosa genérica. Al igual
que le mutuario, se hace dueño de la cosa y el depósito irregular, por tanto, es un título translaticio de
dominio.
Es el caso de los depósitos de dinero que se hacen en los bancos e instituciones de ahorro. En
verdad, esta forma del depósito, que a través del texto de la ley se presenta como una excepción, es la
forma más común del contrato y su importancia supera, con creces, al depósito ordinario.
El artículo 2221 prescribe que en el depósito de dinero, si no se hace en arca cerrada cuya llave
tenga el depositante, o con otras precauciones que hagan imposible tomarlo sin fractura, “se presumirá
que se permite emplearlo y el depositario será obligado a restituir otro tanto en la misma moneda”.
Depósito necesario
El secuestro
El secuestro es una especie de depósito en poder de un tercero de una cosa que dos o más
personas disputan, mientras se resuelva definitivamente acerca de sus respectivos derechos. El
secuestro es, por consiguiente, una medida conservativa o precautoria.
Ha definido esta variedad de depósito el artículo 2249: “el secuestro es el depósito de una cosa
que se disputan dos o mas individuos, en manos de otro que debe restituirla al que obtenga una decisión
a su favor”.
El depositario recibe la denominación especial de secuestre (artículo 2249, inciso 2).
Clases de secuestro.
El secuestro puede ser convencional o judicial.
Secuestro convencional es aquel que se constituye por un acuerdo de voluntad de las personas
que se disputan el objeto litigioso. Secuestro judicial es aquel que se constituye por decreto de juez
(artículo 2252, incisos 2 y 3).
El secuestro judicial.
El secuestro judicial, como se dijo, se constituye por decreto de juez y se sujeta, además, a las
reglas del Código de Procedimiento Civil, por de pronto, las circunstancias que hacen procedentes el
secuestro judicial al ocuparse de las medidas precautorias.
El artículo 290 de dicho cuerpo de leyes previene que, para asegurar el resultado de la acción,
puede el demandante, en cualquier estado del juicio, aun cuando no este contestada la demanda,
solicitar, entre otras medidas de seguridad “el secuestro de la cosa que es objeto de la demanda.
Procede el secuestro en los siguientes casos:
a) Cuando se reivindica una cosa corporal mueble y hubiera motivo de temer que se pierda o
deteriore en manos del poseedor (artículos 901 del C. Civil y 291 del C. P. C.;
b) Cuando se entablan otras acciones con relación a cosas muebles determinadas y haya motivo de
temer que se pierda en manos de la persona que, sin ser poseedora, tenga la cosa en su poder (artículo
291 de C.P.C.).
De lo expuesto se desprende que, contrariamente a lo que dispone el artículo 2251, el secuestro
judicial recae solo sobre bienes muebles, solamente el secuestro convencional puede recaer,
indistintamente, sobre bienes muebles o raíces.
Se aplican al secuestro judicial las reglas del Código de Procedimiento Civil relativas al
depositario de bienes embargados (artículo 292 del C.P.C.).
El secuestre, en consecuencia tiene la administración de los bienes secuestrados (artículo 479
del C.P.C.) podrá vender, con autorización judicial los bienes sujetos a corrupción o susceptibles de un
próximo deterioro, o cuya conservación sea fácil o muy dispendiosa (artículo 483 del C.P.C.).
Luego que cese en el cargo, deberá rendir cuenta de gestión, en la forma establecida para los
guardadores, sin perjuicio de que el tribunal pueda ordenarle rendir cuentas parciales (artículo 514del
C.P.C.).
Tiene el secuestre derecho a una remuneración que fijara el juez, teniendo en consideración la
responsabilidad y trabajo que el cargo le haya impuesto (artículo 516 del C.P.C.).