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Diáfanamente

PRIVATIZACION Y QUIEBRA FRAUDULENTA

En 1989 tomó posesión de la Presidencia de Venezuela Carlos Andrés Pérez,


quien negoció un préstamo por $ 4320 millones de dólares al Fondo Monetario
Internacional para paliar la crisis económica del país. Entre las condiciones para
recibir el crédito se pedía la privatización de las empresas no estratégicas en
manos del estado. VIASA fue una de las primeras marcas para la venta.

La tinta roja seguía corriendo y, con las nuevas políticas gubernamentales


adoptadas en 1989, VIASA se convirtió en un objetivo inmediato de la
privatización, Desde 1991 las condiciones laborales de VIASA desmejoraron
notablemente, los pagos se atrasaron varias veces y, lo que es más grave, a los
aviones los comenzaron a desvalijar. La corrupción y las regalías de pasajes de
los gobiernos de turno minaron la rentabilidad de la aerolínea, y entonces, bajo el
diagnostico del Iesa y Cedice, llegó la privatización. El gobierno de Carlos Andrés
Pérez comenzó a "sacudirse" de varias empresas que daban pérdidas, por lo que
Venezolana Internacional de Aviación, VIASA, se puso a la venta y nació la idea
de que los empleados de la aerolínea mantuvieran una participación del 20%, los
inversionistas privados el 60% y el Estado se reservaba el descanso de una
acción de oro.

El 18 de enero de 1990 el gobierno de Pérez aprobó el decreto No 727. Este


ajustó, entre otras cosas, los límites a la participación de capitales extranjeros en
ciertas empresas de Venezuela con el objetivo de iniciar el proceso privatizador.
Posteriormente, el Fondo de Inversiones de Venezuela (FIV) envió invitaciones a
18 entidades financieras con experiencia en este proceso. De las 18 solo 12
respondieron y finalmente se eligió a CS First Boston de EE.UU. como asesora. El
22 de junio de 1991 se cerró el periodo para presentar recaudos en la licitación
del 60% de las acciones de VIASA.

Entre los requisitos para participar estuvieron:


Un consorcio entre venezolanos y una o varias líneas aéreas de prestigio.

Que las líneas aéreas tuviesen ingresos por 1000 millones de dólares en últimos 3
periodos fiscales.

Que los venezolanos tuvieran un capital de al menos 330 millones de dólares.

Tres consorcios presentaron ofertas al FIV pero uno fue rechazado por no
cumplir los requisitos y otro se había retirado, ellos eran: Nippon Airlines y USAir.
Los dos restantes fueron el consorcio formado por la aerolínea española Iberia, el
Banco Provincial y la Sociedad Financiera Provincial. El otro consorcio lo
conformaron la línea aérea holandesa KLM y la brasileña Vasp, el banco
estadounidense Northwest, MBM, el Consorcio Mercantil, CIMA, Valores Menaxa e
Inversiones Piapoco. Desde el principio hubo interrogantes sobre la participación
de Iberia ya que era una empresa del estado español al borde la quiebra (en 1996
el gobierno español declaró que la aerolínea apenas valía una peseta) pero tras
ser seleccionado, el 7 de agosto el consorcio liderado por KLM se retiró de la
licitación por considerar que el precio mínimo fijado por el gobierno de Venezuela
en 135 millones de dólares era superior al precio real de VIASA. La oferta de
Iberia fue de 145,5 millones de dólares.

IBERIA LINEAS AEREAS DE ESPAÑA, S.A., es una Sociedad Mercantil Anónima


inscrita y registrada de conformidad con las Leyes de la provincia de Madrid,
Estado Español, y domiciliada según consta de asiento de registro inscrito en el
registro Mercantil de la Circunscripción Judicial del Distrito Federal y Estado
Miranda, bajo el N° 71, al Tomo 16ª, de fecha 1955 la cual fue la aerolínea
licitante favorecida en agosto de 1991, compitiendo contra KLM, socio de VIASA
en el pasado. Iberia había adquirido la compañía Aerolíneas Argentinas en 1990.
Entonces, la línea estatal española estaba embarcada en una política de
expansión en América latina, que la llevó a adquirir también la venezolana VIASA
y la chilena Ladeco. La negociación estableció que la aerolínea Iberia comprara el
45% de VIASA. Otro 15% fue vendido al Banco Provincial SAICA-SACA; y el
restante 40% quedó en manos del Fondo de Inversiones de Venezuela (FIV).

Del 60% del capital social de VIASA, Iberia afrontó el pago del 45% y el resto
lo asumió el Banco Provincial. El 40% restante se repartió en partes iguales entre
el estado venezolano y los trabajadores de la compañía. En el convenio de venta
firmado por el presidente del FIV, Gerver Torres, y el de Iberia, Miguel Aguilo, el
comprador también se comprometió a absorber 60% del pasivo de la empresa,
que sólo entre deuda financiera y laboral ascendía a unos 100 millones de
dólares.

Posteriormente a la adquisición se inició una reestructuración que no sacó a


VIASA de sus problemas y que empeoró los de Iberia, que según el senador
español Juan José Uceta se encontraba en quiebra técnica. El comentario vino a
raíz de las enormes pérdidas de la aerolínea española en 1993. Esta situación
ejerció presión sobre la empresa para deshacerse de sus intereses en Sur
América.

McDonnell Douglas MD 82 (DC-9-82)

Aerolíneas Argentinas al igual que VIASA debieron entonces endeudarse en


favor de su empresa administradora Iberia a tasas siderales para pagar su propia
adquisición.

Iberia literalmente ordeñaba a las aerolíneas VIASA y Aerolíneas Argentinas,


y en un cierto momento los venezolanos nombraron un representante de las
acciones que poseían del 20% de los empleados de VIASA y expusieron el
desangre económico sin reinversión al cual estaba siendo sometida la empresa la
que sería como una de las causas de la quiebra. Si bien se podría argumentar que
no era prudente vender la compañía propiedad de un gobierno y llegar a perder
con otro gobierno la propiedad que tenían como empresa, el cambio de las viejas
formas administrativas de VIASA con las nuevas impuestas por Iberia era una
batalla cuesta arriba.

Todos los aviones de VIASA fueron puestos bajo propiedad de Iberia, los
Airbus fueron devueltos a PAM, el ex 727 de Iberia que fue usado por VIASA y
que competía en las rutas de Estados Unidos frente al 757 de American o el
Airbus A300-600 y el 757 de United, además, ahora todos los materiales eran
centralizados y comprados en las oficinas de Iberia en Madrid dejando a las
oficinas de Caracas sin ninguna utilidad.

Durante muchos años, VIASA ofreció su servicio en la ruta entre el aeropuerto


Internacional Simón Bolívar y el aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín de
San Juan de Puerto Rico. Esta ruta fue una de las primeras que se cortaron
después de que VIASA terminó su relación con KLM.

Los cambios eran muy notables luego de la administración de Iberia, el livery


de VIASA que consistió siempre en ser color plata en el vientre, color blanco en la
parte superior del fuselaje con cheatlines azul oscuro y azul claro degradados que
llegaban hasta el final del avión en el comienzo de la cola, fue drásticamente
cambiado.

El 19 de diciembre de 1995, un incidente en un avión de VIASA ocupó paginas


de la prensa mundial, un DC-10 de VIASA en la ruta Caracas-Roma tuvo que
aterrizar de emergencia en la Gran Canaria tras haber padecido lo que se
denomina técnicamente "una turbulencia de aire claro" (una especie de vacío),
que causó 40 heridos quienes fueron trasladados a varios hospitales de Las
Palmas, tan sólo cuatro permanecieron la anoche ingresados o en observación,
pero ninguno en estado grave. El incidente se produjo hacia las dos de la
madrugada, cuando el vuelo 727 se encontraba a unas dos horas del archipiélago
canario. En apenas 30 segundos, el aparato descendió unos 1.000 metros desde
una altura de 15.000 pies a la que se hallaba. La virulencia de la rápida caída hizo
que muchos de los 154 pasajeros en su mayoría italianos, aquéllos que no tenían
abrochados los cinturones de seguridad, se estrellaran contra el techo del avión o
rebotasen contra los asientos delanteros. Cuarenta, tres de ellos niños, sufrieron
luxaciones de hombros, fracturas de clavícula, roturas de tabique nasal y
mandíbula y contusiones.
La mayor parte de los viajeros prosiguieron más tarde hacia su destino,
Roma, en el mismo avión, en cuyo interior se produjeron numerosos
desperfectos, pero sin que afectaran las condiciones de vuelo.

En junio de 1996 una huelga de empleados causó la cancelación de 500


vuelos. Ese año VIASA transportó 937.000 pasajeros, 38.900 menos que en 1995,
y declaró pérdidas por 18 millones de dólares. Esta situación llevó a la Junta
Directiva a aprobar un plan de restructuración para salvarla de la quiebra.

28/11/1996 VIASA aprueba un plan que prevé despidos y reducir capital, así
lo anunciaba el País de Madrid. La junta general de accionistas de VIASA aprobó
ayer el plan de viabilidad presentado por Iberia, cuya aplicación supondría
conseguir unos beneficios de 14 millones de dólares en 1997 (unos 1.800
millones de pesetas), frente a unas pérdidas previstas de 18 millones de dólares
en 1996. El plan intenta alejar el fantasma de la quiebra de la compañía aérea
venezolana y recoge una drástica reestructuración que incluye la reducción de la
plantilla y del capital social con una reorganización de rutas. El plan, que cuenta
con el visto bueno de los socios mayoritarios -Iberia y el estatal Fondo de
Inversiones de Venezuela (FIV)-, dejará sin efecto todos los convenios colectivos
existentes hasta ahora con los trabajadores esta medida afecta especialmente al
colectivo de pilotos y personal de vuelo en general, que verán congelado su
sueldo y reducida en un 30% la cuantía de sus dietas. Asimismo, el plan prevé
una reducción de plantilla de 94 pilotos, 140 auxiliares de vuelo y 146 empleados
de tierra. Además, quedarán sin efecto ciertas garantías que tenían los pilotos,
como la subida automática del IPC o el cobro en dólares de la mitad de su sueldo.
Los trabajadores tienen de plazo hasta el próximo 15 de enero de 1997 para
aceptar el plan.

Por otro lado, para maquillar el desangre, un balance No auditado fue


presentado por Iberia al 31-12-96 y utilizado por los administradores para
solicitar el Atraso de la empresa VIASA en febrero de 1997, en violación al Código
de Comercio, Ley de Impuesto Sobre la Renta, Ley del Ejercicio de la Contaduría,
Doctrina y Jurisprudencia, igualmente se mantuvieron activos ocultos fuera de
balance (Acciones de Sita) igual que pasivos ocultos fuera de balance (Fondo de
Jubilación de los ex trabajadores e hipotecas constituidas fraudulentamente
sobre todas las aeronaves de VIASA) en favor de Iberia (su propietaria y
administradora), 5 Aviones DC10-30 y 5 aviones B-727-200, todo en fragante
violación a la Ley de Mercado de Capitales (empresa dominante vs. empresa
dominada), Código de Comercio, Código Penal, Ley Contra la Corrupción (activos
pertenecientes al Estado Venezolano en un 40 %) y jurisprudencia, Simulación de
deudas (Condonación de Iberia a VIASA de unas supuestas deudas quirografarias
por un valor de US$ 30.000.000 con el objeto de maquillar el Balance No Auditado
y hacer que su activo fuese mayor que su pasivo), en violación al Código de
Comercio y Código Penal. Lo que conlleva a una consecuencia: Quiebra
Fraudulenta.

En medio de la creciente tensión, el 22 de enero de 1997, la DISIP detuvo al


director de operaciones terrestres de VIASA, Juan Vergara, y al adjunto a la
presidencia de la empresa para mantenimiento de la flota, Javier Abollado, ambos
empleados de Iberia cuando iban a tomar un vuelo hacia España. La detención se
realizó debido a una denuncia en la que se especificaba un daño al patrimonio
nacional. Dos de ellos, Juan Vergara y Javier Abollado, fueron detenidos por la
policía venezolana la noche del miércoles y luego puestos en libertad sin cargos
en medio de una fuerte tensión. La detención se produjo como consecuencia de
una denuncia a Iberia de perjudicar el patrimonio nacional venezolano. Tanto el
Gobierno de Venezuela como los sindicatos, con quienes Iberia no ha podido
negociar un plan de viabilidad, culpan a la compañía española de la quiebra de
VIASA.

Al día siguiente, 23 de enero de 1997, VIASA realiza su último vuelo e Iberia


decide que su filial venezolana VIASA deje de volar, por lo que decidió la
cancelación de todas las operaciones de su participada venezolana VIASA, la que
este día ha dejado de volar. La junta directiva de la compañía, en la que Iberia
tiene mayoría, acordó la decisión por motivos de seguridad y tras estudiar el
balance de VIASA, prácticamente en quiebra, ya que con un capital social de dos
millones de dólares había cerrado el pasado ejercicio con unas pérdidas de 30
millones de dólares (unos 4.000 millones de pesetas). La asamblea de accionistas
acordó reunirse el día 8 de febrero para decidir el futuro de la compañía, aunque
"la junta directiva de VIASA instará a los accionistas a reunirse en un plazo
breve", según un comunicado leído el día anterior por el asesor jurídico de VIASA.

La sorpresiva suspensión de nueve vuelos que debían salir del aeropuerto


internacional de Maiquetía afectó aproximadamente a 1.500 pasajeros, incluidos
los que debían tomar conexiones internacionales, que quedaron plantados en el
aeropuerto de Caracas. Iberia llamó a una asamblea luego que los trabajadores
rechazaran el plan de reestructuración y el gobierno de Rafael Caldera se negó a
inyectar fondos a la empresa para pagar unos 150 millones de dólares que tenía
en deuda. El ministro de Cordiplan, Teodoro Petkoff, explicó la decisión
arguyendo caos en las finanzas de VIASA y una mala administración por parte de
Iberia. En VIASA, La Junta Directiva decide el cese de las operaciones y convoca
una asamblea para decidir la quiebra.

Iberia, que junto al banco de inversiones Banpro (Banco Provincial después)


tiene el 60% de VIASA, manifestó que no aportará más capital si el socio local, el
grupo público FIV, (40%) no hace lo mismo. La crisis de la compañía ha
provocado la negociación entre los dos Gobiernos para buscar una salida que
resuelva la situación.

Iberia por su parte planteó la imposibilidad de seguir inyectando fondos de


manera unilateral a una compañía en la que ha enterrado ya 36.000 millones de
pesetas desde 1991 y nunca ha visto una peseta de beneficio. Si el FIV no aporta
dinero, Iberia está dispuesta a dejar que VIASA quiebre tras el rechazo que el
grupo público venezolano y los sindicatos han manifestado a su plan de
viabilidad, el que incluía congelación salarial, reducción de la plantilla entre un
15% o un 20% y la aportación por parte del FIV de 23,1 millones de dólares.
Iberia aportaría 25,1 millones de dólares por la vía de capitalizar deuda y reducir
intereses, fundamentalmente VIASA debe a Iberia 151 millones de dólares (unos
20.000 millones de pesetas).

Aunque fuentes oficiales del Ministerio de Industria español afirmaron que la


crisis de VIASA, de momento, es un asunto entre compañías, "aunque se sigue
con mucho interés", las negociaciones entre los gobiernos de España y Venezuela
para buscar una salida son intensas.

VIASA tiene 2.400 trabajadores, de los que 822 son personal de tierra.
Realiza 85 vuelos semanales en los que transporta a unos 17.500 pasajeros.
Las aeronaves de Viasa quedaron destruidas luego de la administración de Iberia

Otro McDonnell Douglas DC-10/30 de Viasa que finalizó su vida útil en las manos y con el Livery de Iberia

Este McDonnell Douglas terminó su vida en el aeropuerto argentino de Ezeiza, luego de aterrizar bajo una tormenta, se desplazó hasta salirse de la pista y dañar el tren de nariz,
hundiéndose en el fango los motores 1 y 3, el seguro lo dió como pérdida total.
Otro DC-10/30 que pasó a las manos de la fatídica Iberia

Caracas, 18 de febrero de 2010


LA QUIEBRA DE VIASA Y LA INOPERANCIA DE LA JUSTICIA CUANDO SE
ENCUENTRA EN PODER DE INTERESES OBSCUROS
(A trece años del cierre de VIASA)
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela establece, clara y
diáfanamente, los derechos y garantías que amparan a los ciudadanos que
habitan en Venezuela, mediante los cuales regula que la actividad del Estado no
atropelle la vida de todos los habitantes del país, tales como: el Estado garantiza
los derechos humanos (Art. 19 y 29); igualdad ante la Ley (Art. 21); garantía de
acceso a la Justicia (Art. 26); indemnización a las víctimas (Art. 30); derecho a la
defensa y al debido proceso (Art. 49); protección a la familia (Art. 75); derecho al
trabajo (Art. 87 y 89); protección a la prestaciones sociales y cesantía (Art. 92);
y tutela judicial efectiva (Art. 257), entre otros.

Los extrabajadores de la empresa Venezolana Internacional de Aviación, S.A.


(VIASA), hemos atravesado durante trece largos años, un arduo camino de lucha
ante los diferentes organismos del Estado, y ante los Tribunales Civiles, del
Trabajo y Penales venezolanos, a fin de lograr que nos sean pagadas nuestra
prestaciones sociales.

Los responsables de esta deuda social con los extrabajadores son los
accionistas de VIASA, la empresa IBERIA, líneas aéreas de España y el Banco
Provincial, a quien le corresponde un sesenta por ciento (60%) de la deuda con
los extrabajadores por tener igual porcentaje accionario en la empresa; y el
Estado venezolano, con un cuarenta por ciento (40%); éste representado por el
extinto Fondo de Inversiones de Venezuela (FIV), hoy sustituido por BANDES.

Es importante que sepamos que VIASA sigue existiendo como empresa hasta
que sea totalmente liquidada, mientras tanto, persisten las responsabilidades y
obligaciones de sus accionistas para con los acreedores.
Penosamente debemos señalar que mientras la empresa IBERIA y el Banco
Provincial, quienes formaban el consorcio que administró fraudulentamente a
VIASA, el Estado venezolano, representado por el FIV, no hacía absolutamente
nada para evitar las pillerías que cometía el consorcio IBERIA y Banco Provincial,
que llevaron a VIASA al cierre y posterior quiebra.

Pero no menos oprobiosa fue la actuación complaciente del ex Juez CARLOS


RAFAEL GUIA PARRA, quien para la época del cierre de VIASA, estaba a cargo
del Tribunal Tercero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de
la Circunscripción Judicial del Area Metropolitana de Caracas (hasta el año
1999), quien fue el artífice de admitir la medida de atraso mediante la cual los
saqueadores de VIASA lograron dejar en ruinas a la empresa, ya que los
administradores de VIASA, dígase IBERIA, la dejaron sin bienes aprovechables,
incluyendo el edificio propiedad de la empresa, la Torre VIASA, la cual en virtud
de no haber podido cargar con ella fuera del país, la hipotecó. Y en el caso del
Centro de Entrenamiento “Cap. Simón Arocha” en Parque Caiza, que ya se
encontraba listo para ser ofrecido en venta a tres inversionistas (marzo de 2008)
para generar ingresos a favor de los acreedores, el Gobierno sorpresivamente,
tres días antes de que se llevara a cabo la oferta, la declaró como bien de
beneficio público. Eso sí, sin que hasta ahora haya pagado nada por el centro de
entrenamiento, ni haya decidido nada respecto a la expropiación, causándole a
los acreedores un grave daño, ya que gracias al limbo jurídico creado por la
actuación del Gobierno, los acreedores no pueden disponer de su propiedad para
cubrir parte de sus deudas. Como dice el dicho: “el gobierno ni lava ni presta la
batea”.

Solo con la llegada de la Dra. ADA URIOLA como Jueza del Tribunal Tercero
Mercantil (año 2.000), y luego de haber sido destituido el ex Juez GUIA PARRA,
por el cúmulo de ilegalidades que cometió en el proceso de VIASA, y por tener
más de cuarenta y cinco denuncias en su contra ante el extinto Consejo de la
Judicatura (Organismo que regulaba la actuación de los Jueces); se logró poner
orden en el proceso de VIASA, la ex Jueza decretó la quiebra (13-12-2000),
y ofició a la Fiscalía General de la República para que solicitara la declaración de
Quiebra Fraudulenta de VIASA ante los Tribunales penales. Adicionalmente la
Dra. URIOLA logró rescatar cinco millones de dólares de los Estado Unidos de
Norteamérica ($5.000.000,00), pertenecientes a VIASA, que mantenía escondido
la empresa IBERIA en una cuenta en Canadá. Es de señalar que inicialmente la
cantidad dinero perteneciente a los activos de VIASA depositada en Canadá era
de siete millones doscientos cuarenta mil dólares de los Estado Unidos de
Norteamérica ($7.240.000,00), pero IBERIA logro apropiarse de más de dos
millones doscientos mil, más los intereses bancarios que produjo ese dinero.

El veintidós (22) de febrero de dos mil ocho, la Sala de Casación Civil del
Tribunal Supremo de Justicia, dictó sentencia en el recurso de avocamiento
interpuesto por extrabajadores de VIASA.

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