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Acción de libertad
El accionante denunció amenaza a su derecho a la libertad de locomoción citando al efecto los arts.
22 y 23 de la Constitución Política del Estado (CPE).
I.1.3. Petitorio
Solicita se le conceda la tutela, disponiéndose que el Juez de Partido de Trabajo y Seguridad Social
Primero del departamento de Cochabamba, asuma las medidas necesarias para lograr la devolución
del mandamiento de apremio.
I.2.3. Resolución
2) Dentro del proceso seguido en contra del accionante, el demandante a través de su representante
Ibón Morales de Ortega por escrito de 28 de septiembre de 2017, hace la devolución del
mandamiento de apremio, emitiéndose el Auto de 23 octubre de 2017, notificándose con dicha
Resolución al accionante el 26 del mismo mes y año; antes del planteamiento de esta acción de
defensa; por lo que, corresponde denegar la tutela.
III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO
El accionante denuncia la lesión de su derecho a la libertad de locomoción; toda vez que, dentro
del proceso laboral que se encuentra con sentencia ejecutoriada, seguido en su contra, se expidió
mandamiento de apremio y no fue devuelto al juzgado por el demandante; bajo el antecedente que
posteriormente la expedición 4 del mandamiento se firmó entre partes un acuerdo transaccional
definitivo; a la fecha de interposición de la presente acción tutelar, la autoridad demandada no se
pronunció respecto a esta solicitud, ingresando en omisión negligente. En consecuencia,
corresponde analizar en revisión, si tales argumentos son evidentes, a fin de conceder o denegar la
tutela solicitada.
En este sentido, de los elementos y pruebas principales, se tiene del memorial presentado por el
accionante y referente al pronunciamiento a su solicitud fue efectuada fuera del plazo que establece
el art. 79 del Código Procesal del Trabajo (CPT), que esta previsto por ley y para el caso de no estar
normados, desarrollar los actuados procesales dentro de un término razonable, por cuanto sus
dilaciones indebidas y retardaciones injustificadas, atentaran los derechos fundamentales de las
partes que van exigiendo mayor celeridad en la tramitación de sus causas. En este marco, respecto
al incumplimiento del plazo de cinco días para emitir resolución referente a la petición del
accionante, (fs. 40 a 42), realizó su solicitud el 5 de septiembre de 2017. Por su parte, la autoridad
demandada, emite Resolución el 23 de octubre de 2017; por lo que, se concluye que la autoridad
emitió la Resolución fuera del plazo de cinco días, establecido por la norma. Existiendo un evidente
incumplimiento de los plazos y que de acuerdo al informe del Juez demandado, no justifica el retraso
del pronunciamiento a la solicitud del accionante. De conformidad con los entendimientos
desarrollados en el Fundamento Jurídico III.1 del presente fallo constitucional, la autoridad
demandada al no emitir pronunciamiento expreso, con relación al mandamiento de apremio,
amenazó el derecho a la libertad de locomoción del accionante; por lo que, corresponde otorgar la
tutela solicitada por encontrarse el caso dentro de las previsiones y alcances de la acción de libertad;
siendo que. involucra la posibilidad de una futura restricción a la libertad en actuaciones o trámites
judiciales o administrativos que se constituyen en dilaciones indebidas que retardan o evitan
resolver la situación jurídica. En consecuencia, la Jueza de garantías al denegar la tutela solicitada,
obró incorrectamente, tomando en cuenta que; a pesar de haber cesado la dilación indebida
vinculada al derecho de la libertad del accionante; en el entendido que se emitió el pronunciamiento
a su solicitud cuatro días antes, de la presentación de la acción de libertad. Por cuanto corresponde
exhortar a la autoridad tener mayor cuidado en lo posterior cuando asuma conocimiento de alguna
solicitud vinculada con la libertad de locomoción, debiendo priorizar estos trámites por encontrarse
8 de por medio el derecho a la libertad de quien la solicita; según los entendimientos
jurisprudenciales desarrollados en el Fundamento Jurídico de la presente Sentencia Constitucional
Plurinacional, aquello con el propósito fundamental de evitar que, en lo sucesivo, se reiteren ese
tipo de conductas que son reñidas con el orden constitucional. Consecuentemente, la Jueza de
garantías al denegar la tutela solicitada, no efectuó una adecuada compulsa de los antecedentes y
los alcances de protección de esta acción tutelar.
POR TANTO
I.2.3. Resolución
a) De la revisión de los actuados dentro del cuaderno de investigación, así como lo esgrimido por el
accionante, pese a su petitorio ambiguo, impreciso y confuso, se realizó un análisis de las acciones
tanto policiales como del Ministerio Público, de lo cual, no se evidenció actuaciones que se pudieran
considerar atentatorias y violatorias de las garantías del impetrante de tutela por parte de la
autoridad recurrida; sin embargo que, no se observa aprehensión ilegal, ni ausencia de orden de
allanamiento, constatándose además de obrados imputación formal presentada en su contra;
El accionante denuncia la lesión de sus derechos a la libertad y locomoción, toda vez que dentro
del proceso penal seguido en su contra, la autoridad demandada no hizo un control y valoración
efectiva de la investigación en su proceso; siendo que, su persona no cuenta con recursos
económicos ni tiene familiares para dicho efecto, inobservancia que impide que su proceso avance.
En consecuencia, corresponde en revisión verificar si tales extremos son evidentes a fin de conceder
o denegar la tutela solicitada.
De la revisión de los antecedentes que cursan en obrados, se tiene imputación formal deducida por
el Ministerio Público contra el accionante por la presunta comisión del delito de violación, además
que ya contaría con acusación formal en su contra (Conclusión II.1). Cabe precisar en el presente
caso, que el impetrante de tutela no consigna desarrollo alguno de los derechos y garantías que
pretende sean tutelados, menos expresa un petitorio claro al respecto, limitándose a describir los
antecedentes y actos que dieron lugar a su procesamiento, deduciéndose que su reclamo trasunta
en la falta de control y seguimiento a su procesamiento por parte de la autoridad demandada.
Bajo ese enfoque, la jurisprudencia desarrollada en el Fundamento Jurídico III.1. de este fallo
constitucional, sostiene que la acción de libertad no abarca a todas las formas en que puede ser
vulnerado, sino, queda reservada para aquellos entornos que conciernen directamente al derecho
a la libertad física y de locomoción, en esa razón se identifican dos requisitos concurrentes sin los
cuales no es posible la tutela del debido proceso vía acción de libertad, los cuales son que:
1) El acto lesivo, entendido como los actos ilegales, las omisiones indebidas o las amenazas de la
autoridad pública, denunciados, deben estar vinculados con la libertad por operar como causa
directa para su restricción o supresión; y,
2) Debe existir absoluto estado de indefensión. En ese sentido, respecto al primer requisito, los
actos lesivos denunciados por el accionante relacionados a que las citaciones de ley no se
cumplieron en su proceso, que su declaración se celebró el 4 de noviembre de 2017, que su
declaración se efectivizó el día de aprehensión, que sus denunciantes no fueron detenidos y que no
se hizo un control y valoración efectiva de la investigación, son actos que carecen de vinculación
directa con el ejercicio de su derecho a la libertad física, puesto que los actos propios de la
investigación denunciados y el hecho de no efectuar control y seguimiento por parte de la autoridad
demandada al proceso, no se constituyen en la causa directa de la restricción o privación de su
derecho a la libertad física, consecuentemente la situación jurídica del accionante no deviene de los
hechos denunciados, ni depende de una eventual subsanación de los presuntos defectos omisivos
denunciados, denotándose más al contrario que los mismos no guardan vinculación directa con el
derecho a la libertad del accionante. Con relación al segundo presupuesto, no se advierte que el
accionante haya estado impedido de ejercer su derecho a la defensa, constando incluso en actuados
la interposición de memoriales como solicitudes de requerimientos, solicitud de fotocopias del
cuaderno de investigación justamente para asumir defensa en la causa instaurada en su contra,
circunstancias que denotan la inexistencia de indefensión absoluta de su parte. En consecuencia,
ante la no concurrencia de los presupuestos exigidos en la jurisprudencia constitucional citada en el
Fundamento Jurídico III.1. de este fallo constitucional para que el debido proceso sea analizado vía
acción de libertad, corresponde denegar la tutela solicitada, sin ingresar análisis de fondo del caso.
En consecuencia, el Tribunal de garantías, al denegar la tutela solicitada, adoptó una decisión
correcta.
POR TANTO
El 19 de abril de 2017, les dieron a conocer la Resolución Administrativa (RA) RA/AEMP/ 94/2016
de 23 de diciembre, que está destinada a tener efectos de manera exclusiva en los importadores de
vehículos nuevos siendo que la misma tiene por objeto “…regular a nivel nacional el mercado de
prestación de servicios de mantenimiento y reparación de vehículos automotores nuevos dentro
del plazo de cobertura de la garantía otorgada por el proveedor” (sic); así también, refiere que “…no
implicará perdida de la garantía del vehículo transferido al cliente, dentro del periodo otorgado por
la empresa comercializadora, aun cuando el comprador o usuario haya realizado con anterioridad,
el mantenimiento o reparación del vehículo en un taller independiente, señalando que, en su caso,
la responsabilidad del comprador o usuario debe asegurarse bajo su responsabilidad, que las
autopartes y repuestos utilizados sean originales y nuevas” (sic). Asimismo, establece que el taller
autorizado o independiente preste servicios de posventa, inclusive cuando el comprador o usuario,
sea quien provea los repuestos originales o nuevos. Por último, determina que “…en caso de que el
comprador o usuario que requiera de Asistencia Técnica urgente e inmediata, podrá recurrir a los
servicios técnicos de personal, talleres de mecánica, servicio de grúa o remolques independientes,
escenario o situación producto de caso fortuito o fuerza mayor que no implicará la perdida de
cobertura de la garantía del proveedor” (sic). La garantía a la que se refiere la Resolución
mencionada ut supra es el contrato, documento privado, por el cual el proveedor asegura al
comprador o usuario el buen funcionamiento del vehículo durante un periodo de tiempo o
kilometraje determinado, o la mercadería vendida y que el comprador puede reclamar cualquier
defecto de funcionamiento dentro del plazo de Ley o un plazo mayor acordado entre partes. Pero
en este caso como empresa de buena fe otorgan a sus clientes, la garantía de funcionamiento y
calidad de los productos pero siempre y cuando no incurran en las causales que hacen que se exima
la garantía, tales como que el vehículo reciba mantenimiento en un taller no autorizado por su
empresa, puesto que se perdería la certeza del accionar y uso correcto del servicio de
mantenimiento y no alteración, modificación de las autopartes o si se utilizan repuestos no
legítimos, etc. La RA RA/AEMP/94/2016 ahora cuestionada por la empresa CROWN LTDA., lesiona
su derecho al comercio obligándoles a mantener la garantía de funcionamiento y reparación del
vehículo, a pesar de que el vehículo hubiere sido intervenido por terceros no autorizados, que en
los hechos desnaturalizaría la garantía acordada, ya que el proveedor perdería la certeza del buen
funcionamiento y calidad de producto vendido, asumiendo una responsabilidad y garantía de la cual
no está obligada. Es decir la referida Resolución se limita a decidir y resolver sin motivación y
fundamentación, haciendo únicamente alusión a la disposición y no a las razones que llevan a tal
autoridad disponer aquella determinación. Finalmente, denuncian la vulneración del contenido del
derecho marcario; es decir, sobre la marca, imagen, nombre y la confianza de sus productos y
servicios que son entregados.
I.1.3. Petitorio
b) Ordene al Director Ejecutivo de la AEMP que emita una nueva resolución respetando las
obligaciones de los distribuidores de vehículos y maquinarias, constantes en los contratos de
distribución y representación, donde se deje establecido que en aquellos vehículos automotores y
maquinarias que se sometan a mantenimiento en talleres no autorizados por los distribuidores la
garantía del distribuidor queda sin efecto de forma automática, precautelando el mercado legal de
vehículo y maquinaria, ajustándose a las normas que rigen el libre ejercicio del comercio en el país
e internacionalmente
I.2.4. Resolución
El Juez Público Civil y Comercial Decimosegundo del departamento de Santa Cruz, constituido en
Juez de garantías, por Resolución 10/2017 de 13 de octubre, cursante de fs. 254 vta. a 262 vta.,
denegó la tutela solicitada, bajo los siguientes fundamentos: a) La RA RA/AEMP/ 94/2016, al regular
el mercado de servicios de mantenimiento y reparación de vehículos motorizados nuevos, no
vulneró los derechos que indica la parte accionante; b) No se le restringió su derecho a seguir
trabajando a poder importar y vender vehículos y movilidades, o que las personas acudan a los
centros o talleres mecánicos utilizados por éstos, simplemente permitió que el propietario pueda
escoger el servicio de taller técnico de su preferencia; c) De lo establecido sobre la garantía para
vehículos motorizados de fábrica es preciso equilibrar ambos derechos; es decir, el derecho que
tiene la empresa accionante al trabajo -proporcionar un servicio- y el derecho del propietario de
acudir a un servicio técnico automotriz de su confianza; y, d) En cuanto a la vulneración del derecho
al ejercicio del comercio, debido proceso en su fuente del derecho a las resoluciones motivadas y/o
fundadas, de la revisión de la RA RA/AEMP/ 94/2016 y de las fundamentaciones realizadas no se
evidencia las lesiones alegadas por la parte accionante y sus adhesiones.
Al respecto la SCP 1118/2017-S3 de 31 de octubre sostuvo que: “El Código Procesal Constitucional
en su art. 54, sobre el carácter subsidiario de la acción de amparo constitucional y los supuestos de
excepción que posibilitan su interposición directa, señala: ‘I. La Acción de Amparo Constitucional no
procederá cuando exista otro medio o recurso legal para la protección inmediata de los derechos y
garantías restringidos, suprimidos o amenazados de serlo. II. Excepcionalmente, previa justificación
fundada, dicha acción será viable cuando: 1. La protección pueda resultar tardía. 2. Exista la
inminencia de un daño irremediable e irreparable a producirse de no otorgarse la tutela’. Así, el
Tribunal Constitucional anterior a través de la SC 1337/2003-R de 15 de septiembre -vigente de
acuerdo a la configuración procesal contenida en el nuevo texto constitucional y lo dispuesto en el
art. 54 del CPCo-, sostuvo que la acción de amparo constitucional constituye un instrumento
subsidiario ‘…en la protección de los derechos fundamentales, subsidiario porque no es posible
utilizarlo si es que previamente no se agotó la vía ordinaria de defensa y supletorio porque viene a
reparar y reponer las deficiencias de esa vía ordinaria’. Siguiendo con la citada Sentencia
Constitucional, el extinto Tribunal Constitucional estableció reglas y sub reglas de improcedencia de
la acciónde amparo constitucional por su carácter subsidiario, por el que no procederá cuando:
III.2. En el marco del sistema de regulación financiera sobre las resoluciones administrativas
definitivas de carácter general
Al respecto, el DS 27175 de 15 de septiembre de 2003 el cual tiene por objeto reglamentar la Ley
de Procedimiento Administrativo 2341, para el Sistema de Regulación Financiera (SIREFI), en su art.
17.I indica el concepto de resolución administrativa, así para los fines de este Reglamento, señala:
“…Resolución Administrativa es aquel acto administrativo que expresa la decisión de la autoridad
reguladora, con alcance general o particular, emitida por las Superintendencias del SIREFI, en
ejercicio de sus potestades públicas y que produce efectos obligatorios sobre los administrados” (las
negrillas nos pertenecen). Asimismo, el art. 18 del DS 27175 refiere que: “Las Resoluciones
Administrativas son de carácter general cuando sus determinaciones y efectos jurídicos alcanzan a
la totalidad, a un sector o a un conjunto determinado de sujetos regulados…” (las negrillas fueron
añadidas); así también, el art. 25.I del referido Decreto Supremo estableció que: “Los
Superintendentes Sectoriales del SIREFI deberán notificar a los operadores de sus respectivos
mercados financieros, as resoluciones que emitan a través de los medios y mecanismos que
dispongan las leyes sectoriales o los que hayan adoptado las Superintendencias Sectoriales
respectivas, debiendo contar en todos los casos con una constancia de notificación que evidencie la
diligencia de acuerdo a reglamento. Las resoluciones de alcance general podrán ser publicadas en
un periódico de circulación nacional por una sola vez, para efectos de notificación” (las negrillas son
nuestras), y por último, el art. 35 de la misma norma, refiere que: “Los procedimientos
administrativos no recursivos concluyen por una de las siguientes formas: a. Resolución definitiva,
b. Desistimiento y renuncia del sujeto regulado o interesado, c. Imposibilidad material de
continuarlo por causas sobrevinientes, d. Inactividad del sujeto regulado o interesado, cuando su
concurso sea imprescindible, e. Silencio administrativo de acuerdo a Ley” (las negrillas nos
corresponden).
La parte accionante denuncia la lesión de sus derechos marcario, al comercio y al debido proceso
en sus elementos de fundamentación, motivación y congruencia; por cuanto, la autoridad
demandada emitió la RA RA/AMEP/ 94/2016 la cual dispone que “…no implicará perdida de la
garantía del vehículo transferido al cliente, dentro del periodo otorgado por la empresa
comercializadora, aun cuando el comprador o usuario haya realizado con anterioridad, el
mantenimiento o reparación del vehículo en un taller independiente, señalando que en su caso la
responsabilidad del comprador o usuario debe asegurarse, bajo su responsabilidad…” (sic). De la
revisión de antecedentes que cursan en el expediente, se tiene que la RA RA/AEMP/ 94/2016,
pronunciada por la autoridad hoy demandada tiene por objeto y ámbito “Regular a nivel nacional el
mercado de prestación de servicios de mantenimiento y reparación de vehículos automotores
nuevos dentro del plazo de cobertura de la garantía otorgada por el proveedor” (sic [Conclusión
II.1]); asimismo, dicha Resolución fue publicada en el periódico Cambio el 24 de enero de 2017
(Conclusión II.2). En cuanto a lo denunciado por el accionante en relación a que la precitada
Resolución ahora impugnada habría lesionado sus derechos marcario, al comercio y al debido
proceso, conforme lo glosado en el Fundamento Jurídico III.1 de la presente Sentencia
Constitucional Plurinacional sobre el carácter subsidiario de la acción de amparo constitucional y los
supuestos de excepción que posibilitan su interposición directa, en el caso concreto se tiene que la
RA RA/AEMP/ 94/2016 al ser un acto administrativo es susceptible de impugnación. Por cuanto,
habiendo sido publicada dicha Resolución el 24 de enero de 2017 y surtido sus efectos desde esa
fecha, la parte as resoluciones que emitan a través de los medios y mecanismos que dispongan las
leyes sectoriales o los que hayan adoptado las Superintendencias Sectoriales respectivas, debiendo
contar en todos los casos con una constancia de notificación que evidencie la diligencia de acuerdo
a reglamento. Las resoluciones de alcance general podrán ser publicadas en un periódico de
circulación nacional por una sola vez, para efectos de notificación” (las negrillas son nuestras), y por
último, el art. 35 de la misma norma, refiere que: “Los procedimientos administrativos no recursivos
concluyen por una de las siguientes formas: a. Resolución definitiva, b. Desistimiento y renuncia del
sujeto regulado o interesado, c. Imposibilidad material de continuarlo por causas sobrevinientes, d.
Inactividad del sujeto regulado o interesado, cuando su concurso sea imprescindible, e. Silencio
administrativo de acuerdo a Ley” (las negrillas nos corresponden). III.3. Análisis del caso concreto La
parte accionante denuncia la lesión de sus derechos marcario, al comercio y al debido proceso en
sus elementos de fundamentación, motivación y congruencia; por cuanto, la autoridad demandada
emitió la RA RA/AMEP/ 94/2016 la cual dispone que “…no implicará perdida de la garantía del
vehículo transferido al cliente, dentro del periodo otorgado por la empresa comercializadora, aun
cuando el comprador o usuario haya realizado con anterioridad, el mantenimiento o reparación del
vehículo en un taller independiente, señalando que en su caso la responsabilidad del comprador o
usuario debe asegurarse, bajo su responsabilidad…” (sic). De la revisión de antecedentes que cursan
en el expediente, se tiene que la RA RA/AEMP/ 94/2016, pronunciada por la autoridad hoy
demandada tiene por objeto y ámbito “Regular a nivel nacional el mercado de prestación de
servicios de mantenimiento y reparación de vehículos automotores nuevos dentro del plazo de
cobertura de la garantía otorgada por el proveedor” (sic [Conclusión II.1]); asimismo, dicha
Resolución fue publicada en el periódico Cambio el 24 de enero de 2017 (Conclusión II.2). En cuanto
a lo denunciado por el accionante en relación a que la precitada Resolución ahora impugnada habría
lesionado sus derechos marcario, al comercio y al debido proceso, conforme lo glosado en el
Fundamento Jurídico III.1 de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional sobre el carácter
subsidiario de la acción de amparo constitucional y los supuestos de excepción que posibilitan su
interposición directa, en el caso concreto se tiene que la RA RA/AEMP/ 94/2016 al ser un acto
administrativo es susceptible de impugnación. Por cuanto, habiendo sido publicada dicha
Resolución el 24 de enero de 2017 y surtido sus efectos desde esa fecha, la parte la referida norma
indica que: “La interposición de cualquier recurso no suspenderá la ejecución de la resolución
impugnada. No obstante, tratándose de actos que causen un efecto o perjuicio irreversible, de oficio
o a solicitud del recurrente, la Superintendencia que dictó la resolución podrá, fundando su decisión,
suspender la ejecución del acto mientras se agote la vía administrativa. Si la Superintendencia
Sectorial no dispuso la suspensión de los efectos de su resolución, la Superintendencia General del
SIREFI podrá hacerlo dentro del trámite del recurso jerárquico”. Así también, el Tribunal
Constitucional Plurinacional bajo este entendimiento resolvió un caso similar en la SC 1299/2006-R
de 18 de diciembre.
Por tanto, este Tribunal concluye que en el caso de autos, no habiéndose cumplido con los
presupuestos para aplicar la subsidiariedad que permitan a esta jurisdicción pueda ingresar al
análisis de fondo de la problemática planteada, corresponde denegar la tutela solicitada. En
consecuencia, el Juez de garantías, al denegar la tutela solicitada, obró de forma correcta.
POR TANTO
Conforme consta en los antecedentes de la acción de amparo constitucional que dieron lugar al
pronunciamiento de la citada SCP 0006/2018-S4, el Juez de garantías que resolvió la referida acción
tutelar a través de Resolución 5/2017 de 22 de septiembre, fue el Juez Público Civil y Comercial
Vigésimo Cuarto del departamento de Santa Cruz, y no así el Juez Público Civil y Comercial “Décimo
Cuarto” como erróneamente se hizo constar en la Sentencia Constitucional Plurinacional aludida,
apartado I.2.4 y en la parte dispositiva. Asimismo, la fecha correcta de la Resolución 5/2017 es 22
de septiembre y no 22 de “noviembre” como por error involuntario se consignó en la parte
dispositiva de dicho fallo constitucional; constituyéndose estos en errores formales, corresponde
ser enmendados de oficio, cuya enmienda de ningún modo implica la modificación de fondo o el
cambio sustancial de la Sentencia Constitucional Plurinacional en cuestión, por lo que concierne
proceder a su enmienda dentro de los alcances y los límites reconocidos en el art. 13.II del CPCo.
POR TANTO
Acción de libertad
I.2.3.Resolución
Mediante Resolución 9/2017 de 20 de septiembre, cursante de fs. 24 a 27 vta., la Sala Penal Primera
del Tribunal Departamental de Justicia de Oruro, constituida en Tribunal de garantías, denegó la
tutela solicitada bajo los siguientes fundamentos: i) La presente demanda no responde a la
naturaleza de la acción de libertad establecida en los arts. 125 de la CPE y 47 del Código Procesal
Constitucional (CPCo); puesto que, no se ha demostrado ni manifestado que la vida del
representado del accionante se encuentre en peligro; que estuviera ilegalmente perseguido,
indebidamente procesado o siendo privado de su libertad; por el contrario, se tiene evidenciado
que el imputado se halla sometido a procesamiento penal por la presunta comisión de los delitos
de lesiones graves y leves; proceso dentro del cual, se le impuso medida cautelar de detención
preventiva mediante Resolución de 28 de julio de 2017; ii) La negativa a la cesación a la detención
preventiva de 4 de septiembre de 2017, se enmarca en el debido proceso, al haber el accionante
ejercido su derecho a la defensa, presentando en audiencia de la fecha, todos los elementos que
consideró necesarios; iii) Del mismo modo, se observa que contra la resolución de denegatoria de
la cesación a la detención preventiva, el procesado formuló recurso de apelación; situación que,
hace prever que la detención preventiva fue dispuesta dentro de un proceso, en el que se resolvió
la situación jurídica del ahora accionante; iv) El Tribunal de garantías se halla impedido de disponer
medidas sustitutivas por no ser una facultad dentro de sus competencias; y, v) En lo que refiere a
los principios de favorabilidad y presunción de inocencia, éstos no han sido vulnerados; por lo que,
mediante la presente acción de libertad, no se puede tutelar el debido proceso reclamado; de forma
que, no ha existido indefensión absoluta y el acto denunciado de lesivo no ha sido la causa directa
de la privación de libertad.
De acuerdo a los alegatos del accionante, sus derechos al debido proceso y a la libertad, fueron
lesionados por las autoridades demandadas; debido a que, inicialmente el Juez de la causa, al
resolver una solicitud de cesación a la detención preventiva, denegó su pretensión sin efectuar una
correcta valoración de los elementos de convicción, aportados por su parte, con la finalidad de
enervar las causales por las que se le impuso medida cautelar de detención preventiva; por tal
motivo, impugnó el fallo del juzgador mediante recurso de apelación incidental; sin embargo, los
Vocales de la Sala Penal Tercera del Tribunal Departamental de Justicia de Oruro, confirmaron el
fallo del inferior, respecto a la ocupación lícita y mantuvieron latentes los riesgos de obstaculización
descritos en el art. 235.1, 2 y 4 del CPP, agregando que, para la acreditación de trabajo, al contrato
a futuro presentado, debía adjuntarse no solamente la inscripción a FUNDEMPRESA, conforme
exigió el Tribunal a quo; sino que, además debió acreditarse la inscripción en el padrón municipal,
sin establecer de manera fundamentada, la norma legal en la que sustentaban dicha exigencia. De
los argumentos expuestos por el accionante, se tiene que éste considera que el derecho al debido
proceso y a la libertad, habrían sido lesionados por los Vocales demandados, por no haber efectuado
una correcta valoración de los elementos de convicción presentados a efectos de desvirtuar
aquellos que dieron lugar a la imposición de medida cautelar de detención preventiva, careciendo
además los fallos emitidos por el Juez de la causa así como por el Tribunal de apelación, de una
debida fundamentación al no señalar la normativa legal en la que se basaron para exigir certificación
de FUNDEMPRESA e inscripción en el padrón municipal de la empresa en la que a futuro, prestaría
sus servicios, así como para requerir la acreditación de cambio de ocupación. Ahora bien, conforme
se tiene expresado en el Fundamento Jurídico III.1 de la presente Sentencia Constitucional
Plurinacional, la acción de libertad, posee una naturaleza jurídica caracterizada por la sumariedad e
inmediatez, debido a los derechos que mediante ella se protegen: la libertad física, la libertad de
locomoción y el derecho a la vida; es 11 precisamente que, en base a esta naturaleza específica y
especialísima que su estructura se configura sobre los siguientes presupuestos de activación,
establecidos por el art. 125 de la CPE, que hacen la procedencia de esta acción tutelar y se resumen
en cuatro: a) Atentados contra el derecho a la vida; b) Afectación de los derechos a la libertad física
como a la libertad de locomoción; c) Acto y omisión que constituya procesamiento indebido; y, d)
Acto u omisión que implique persecución indebida, de ahí que, la activación de este mecanismo y la
viabilidad de su consideración en sede constitucional, dependa de que los actos reclamados se
enmarquen dentro de estos presupuestos; es decir que, sino no se cumplen los mismos, no habrá
lugar a consideración de la demanda constitucional formulada. En cuanto al procesamiento
indebido, este se configura como la transgresión de las reglas procesales, en la tramitación de una
causa así como en la vulneración de las garantías que hacen al debido proceso entre las que se
encuentra el derecho de toda persona sujeta a procesamiento de quien lo juzga emita resoluciones
debidamente fundamentadas y motivadas; así, conforme a lo señalado en el Fundamento Jurídico
III.2 de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional, en lo que respecta a la aplicación,
modificación o suspensión de una medida cautelar de carácter personal, el Juez se halla compelido
a fundamentar en derecho su decisión en base a los elementos de prueba aportados a efectos de
establecer la concurrencia o no de los requisitos previstos por el art. 233 del CPP, en el marco de lo
previsto por los arts. 234 y 235 del mismo cuerpo normativo; es decir, que la autoridad jurisdiccional,
está inexcusablemente obligada a expresar los motivos de hecho y derecho en los que basa su
determinación, no pudiendo reemplazar esta argumentación, por la simple relación de documentos
o requerimientos de las partes, sino, por el contrario, se halla impelido a exponer los presupuestos
jurídicos que motivan la imposición, modificación o supresión de la medida, citando al efecto la
normativa legal aplicable al caso así como los elementos de convicción concurrentes que fundan su
decisión. Lo propio sucede respecto a los Tribunales de alzada; los que, en la misma medida, se
encuentran constreñidos a motivar y fundamentar sus resoluciones, precisando los elementos de
convicción que le permiten asumir determinada decisión, debiendo al efecto justificar la
concurrencia de los presupuestos jurídicos exigidos por el art. 233 de la norma referida y una o
varias de las circunstancias señaladas por los arts. 234 y 235 del CPP, esto, por cuanto solamente a
través de la emisión de una decisión motivada, se podrá inferir de manera objetiva las causales por
las que se determina mantener o revocar una medida cautelar; si bien, por mandato del art. 251 del
adjetivo penal las medidas cautelares son susceptibles de impugnación mediante recurso de
apelación incidental y por ende puede ser modificadas por un Tribunal de alzada, esto no implica
que la instancia 12 jerárquica pueda abstenerse de pronunciar un resolución debidamente
fundamentada. Ingresando en el análisis de la problemática, es preciso con carácter previo
establecer que el asunto elevado en revisión se realizará a partir de la Resolución emitida por el
Tribunal de apelación; por cuanto, es dicha instancia la que, en todo caso debió o deberá reparar
los errores en que pudiera haber incurrido la autoridad inferior; por ende, la decisión a la que arribe
este Tribunal, subsumirá en sus efectos al fallo emitido por el Juez Público Mixto e Instrucción Penal
Segundo de Huanuni del departamento de Oruro. En este contexto, siendo que el agravio
denunciado vía acción de libertad se resume al hecho de que los Vocales demandados, no hubieran
efectuado una debida fundamentación y motivación sobre la exigencia de acreditación de
inscripción de la empresa en FUNDEMPRESA y en el padrón municipal de la empresa en la que a
futuro obtendrá una ocupación, de la revisión del Auto de Vista 106/2017 de 13 de septiembre; se
tiene que, los miembros del Tribunal de apelación analizando lo decidido por el Juez de la causa,
establecieron que respecto a la exigencia de éste, se realice una declaración ampliatoria sobre el
cambio de ocupación, resultaba de marcada importancia; puesto que, inicialmente el accionante
había sostenido, tener como ocupación la albañilería, situación que no podía modificarse
injustificadamente “…de la noche a la mañana…” (sic) dentro de una investigación penal, existiendo
a dicho efecto mecanismo legales que deben ser cumplidos por el impetrante de tutela; asimismo,
en lo referente al empleo futuro, si bien los demandados tuvieron por acreditado el mismo a través
de la exhibición del contrato laboral, consideraron preciso reforzar la validez del mismo con
documental adicional que acredite la funcionalidad de la actividad económica de la empresa,
adjuntando a dicho fin el NIT, registro de FUNDEMPRESA, padrón municipal, entre otros; señalando
que, respecto a los riesgos de obstaculización, que toda la fundamentación efectuada se encuentra
dirigida a la primera resolución; en la cual, se asumió la detención preventiva, enfatizando que si no
estaba de acuerdo con esa postura tenía la oportunidad de recurrir ante una segunda instancia; y
que, al no haberlo hecho le corresponde desvirtuar con nuevos elementos aquellas razones de su
detención. De lo anteriormente expuesto, se tiene por evidente que los Vocales demandados, sí se
pronunciaron respecto a la necesidad de presentación de documental adicional que acredite la
licitud del trabajo a futuro, estableciendo de manera clara y concreta, dentro del marco de la
razonabilidad y objetividad, que únicamente a través de la exhibición de la documental extrañada
podría evidenciar la funcionalidad material de la empresa que pretendía contratar los servicios del
accionante; razones que, para este Tribunal, resultan suficientes y motivadas; en consecuencia, al
no ser evidente la ausencia de fundamentación y motivación en la Resolución emitida en apelación,
confirmando la Resolución que rechazó la cesación a la detención preventiva del ahora accionante,
corresponde denegar la tutela impetrada En consecuencia, el Tribunal de garantías, al denegar la
tutela, con otros fundamentos ha evaluado en forma correcta los datos del proceso y las normas
aplicables al mismo.
POR TANTO
El 31 de mayo de 2017, el Hospital Boliviano Japonés “Roberto Galindo Terán”, fue citado mediante
cédula judicial expedido por del Juzgado de Partido del Trabajo y Seguridad Social del Tribunal
Departamental de Justicia de Pando, con el Auto de 17 de mayo de 2017; que homologó el Acuerdo
RNF 114/17 de 27 de abril del mismo año, disponiendo que el referido Hospital pague la suma de
Bs.11 574.-(once mil quinientos setenta y cuatro bolivianos) tanto a Alex Eduardo Espinoza Foronda,
como a Ronald Lazcano Ramos, al tercer día de su citación. Ante este injusto fallo, que no fue
sometido al procedimiento que rige en materia laboral, el 5 de junio de 2017, el indicado nosocomio
interpuso recurso de reposición con alternativa de apelación, que fue rechazado por Auto de 7 del
mismo mes y año por el Juez de la causa; hecho que motivó formulen recurso de apelación,
correspondiéndole la Resolución de 16 de junio de 2017 que dispone el rechazo del recurso. En
mérito a ello, formuló recurso de compulsa que dio lugar a que se pronuncie el Auto de Vista 279/17
de 28 de agosto de 2017, mediante el cual los Vocales de Sala Civil, Familiar, Social, Niña, Niño y
Adolescente, Contencioso Administrativo del Tribunal Departamental de Justicia de Pando, en
aplicación del art. 218.II.2 del Código Procesal Civil (CPC), confirmaron las Resoluciones apeladas de
7 de junio y 17 de mayo, ambas de 2017. Dicha decisión ocasionó que el Hospital presente recurso
de casación contra la indicada Resolución, el mismo que fue resuelto mediante el Auto 311/17 de
15 de septiembre de 2017, por las autoridades demandadas, concediendo el recurso y
determinando en el parágrafo II, la ejecución provisional de la Sentencia, encomendando su
ejecución al Juez de la causa, quien para efectivizar la misma deberá ordenar la garantía hipotecaria
ofrecida por Ester Ziza Nuñez Apaza y otras seguridades de ley, conforme el Decreto Supremo (DS)
21858 de 19 de enero de 1988; fallo que al ser considerado ilegal, fue observado por el Hospital
Boliviano Japonés “Roberto Galindo Terán” mediante recurso de reposición, específicamente contra
el parágrafo II, lo que motivó que las autoridades demandadas emitan la Resolución 408/17 de 27
de septiembre de 2017, confirmando su decisión, señalando además, que sea la autoridad judicial
quien califique el monto real del bien para constituir la hipoteca, no así las Salas Sociales de los
Tribunales Departamentales de Justicia; ante ello, solicitaron la correspondiente aclaración,
complementación y enmienda, misma que fue declarada no ha lugar mediante el Auto 417/17 de 2
de octubre de ese año. Conforme al instituto jurídico de la ejecución provisional de autos de vista
en material laboral, si bien se encuentra permitida por el art. 217 del Código Procesal del Trabajo
(CPT), para que se pueda dar esta ejecución que sea confirmatoria de la sentencia de primera
instancia, debiendo cumplirse con lo preceptuado en los arts. 1 y 2 del DS 21858 de 19 de enero de
1988; es decir, que la Sala demandada debía exigir “…necesariamente garantía hipotecaria,
previamente calificada por la Corte Nacional de Trabajo, para la ejecución provisional de todo auto
de vista condenatorio por monto que sobrepase la cantidad de diez mil 00/100 bolivianos (Bs
10.000.-) y que estuviese pendiente de recurso de nulidad ante la Corte Suprema de Justicia de la
Nación” (sic), extremo que no ocurrió en el presente caso, por cuanto el Auto 311/17 fue emitido
vulnerando el art. 115.II de la CPE (las negrillas son añadidas).
I.2.4.Resolución
La Jueza Pública de Familia Segunda del departamento de Pando, constituida en Jueza de garantías,
mediante Resolución de 25 de octubre de 2017, cursante de fs. 45 a 47 vta., denegó la tutela
solicitada, asimismo dejó sin efecto la medida cautelar, respecto a la ejecución provisional de la
sentencia, bajo los siguientes fundamentos:
1) Actualmente la Sala Civil, Familiar, Social, Niña, Niño y Adolescente, Contencioso Administrativo
del Tribunal Departamental de Justicia de Pando, asume la responsabilidad de conocer y resolver en
grado de apelación las resoluciones pronunciadas por las Juezas y Jueces de Partido de Trabajo y
Seguridad Social, según lo establecido en el art. 59 de la Ley del Órgano Judicial (LOJ).
2) La palabra “podrá” del art. 127 del CPT, bajo la interpretación gramatical, hace entender que es
una facultad que puede o no hacer valer, diferente del término “deberá” que sería sinónimo de un
obligación que no es el caso, pues no se está obligando a la “Corte Nacional de Trabajo”, la ejecución
provisional de la sentencia de primera instancia, sino que los Vocales están facultando y
encomendando al Juez de Trabajo, la ejecución de su misma resolución confirmada por las
autoridades demandadas.
3) Por esa razón; ya sea que la Sala de apelación o el Juez de primera instancia ejecuten la sentencia,
lo harán valorando la fianza hipotecaria en proporción al monto de salarios devengados, teniendo
ambas partes la posibilidad de observar los puntos que fueron manifestados en esta acción, pues a
este Tribunal de garantías no le corresponde valorar las pruebas aportadas para su ejecución.
La Norma Suprema en su art. 115.II, establece lo siguiente: “El Estado garantiza el derecho al debido
proceso, a la defensa y a una justicia plural, pronta, oportuna, gratuita, transparente y sin
dilaciones” (las negrillas nos corresponden). La jurisprudencia constitucional a través de la SC
0371/2010-R de 22 de junio, con relación al debido proceso, señala que:”…constituye el derecho de
toda persona a un proceso justo y equitativo, en el que sus derechos se acomoden a lo establecido
por disposiciones jurídicas generales aplicables a todos aquellos que se hallen en una situación
similar; comprende la potestad de ser escuchado presentando las pruebas que estime convenientes
en su descargo (derecho a la defensa), y la observancia del conjunto de requisitos de cada instancia
procesal, a fin de que las personas puedan defenderse adecuadamente ante cualquier tipo de acto
emanado del Estado que pueda afectar sus derechos. Se entiende que el derecho al debido proceso
es de aplicación inmediata, vincula a todas las autoridades judiciales o administrativas y constituye
una garantía de legalidad procesal que ha previsto el Constituyente para proteger la libertad, la
seguridad jurídica y la fundamentación o motivación de las resoluciones judiciales (SSCC 0119/2003-
R, 1276/2001-R, 0418/2000-R, y otras)” (SC 0827/2003- R de 17 de junio)” (las negrillas nos
corresponden). Por su parte la SCP 0791/2012 de 20 de agosto, manifestó: “La trascendencia del
debido proceso se encuentra en íntima vinculación con la realización del valor justicia en el
procedimiento, así lo ha entendido este Tribunal cuando en la SC 0999/2003-R de 16 de julio, señalo
que: ‘La importancia del debido proceso está ligada a la búsqueda del orden justo. No es solamente
poner en movimiento mecánico las reglas de procedimiento sino buscar un proceso justo, para lo
cual hay que respetar los principios procesales de publicidad, inmediatez, libre apreciación de la
prueba; los derechos fundamentales como el derecho a la defensa, a la igualdad, etc., derechos que
por su carácter fundamental no pueden ser ignorados ni obviados bajo ningún justificativo o excusa
por autoridad alguna, pues dichos mandatos constitucionales son la base de las normas adjetivas
procesales en nuestro ordenamiento jurídico, por ello los tribunales y jueces que administran
justicia, entre sus obligaciones, tienen el deber de cuidar que los juicios se lleven sin vicios de
nulidad, como también el de tomar medidas que aseguren la igualdad efectiva de las partes’” (las
negrillas nos corresponden). Sus elementos esenciales son: los derechos al juez competente,
imparcial e independiente; al juicio previo, a la defensa técnica y material, a la doble instancia, a la
tutela judicial efectiva, al acceso a la justicia, la presunción de inocencia, la garantía de favorabilidad
para el procesado o imputado; la garantía de prohibición de aplicación retroactiva de ley sustantiva;
la garantía de prohibición de doble sanción por un mismo hecho; la garantía de la cosa juzgada, la
garantía de la igualdad procesal, entre otras. En este orden vinculándose a la normativa del bloque
de convencionalidad, la SCP 2184/2012 de 8 de noviembre ha determinado que “…se tiene que el
debido proceso en su contenido esencial, está configurado por garantías específicas, como ser: La
garantía de la presunción de inocencia, que en una terminología contemporánea se denomina
garantía del Estado de inocencia; la garantía de favorabilidad para el procesado o imputado; la
garantía de prohibición de aplicación retroactiva de ley sustantiva; la garantía de prohibición de
doble sanción por un mismo hecho; la garantía de la cosa juzgada, la garantía de la igualdad procesal,
entre otras, cuyos contenidos esenciales deben ser desarrollados a la luz del principio de
progresividad reconocido por el art. 13.I de la CPE, a efectos de una aplicación extensiva, favorable
y efectiva, acorde con los postulados del Estado Constitucional de Derecho, como presupuesto
esencial del Estado Plurinacional de Bolivia” (las negrillas son nuestras). Su comprensión y alcance
se hace extensible en toda actividad sancionadora, sea en el ámbito judicial o administrativo,
conforme entendió la SC 0042/2004 de 22 de abril, razonamiento que se encuentra ratificado a
través de una sólida y reiterada jurisprudencia, como ser la SSCC 0142/2012 de 14 de mayo y la
2222/2012 de 8 de noviembre, entre otras.
De la compulsa de los antecedentes que fueron remitidos a este Tribunal, se llega a evidenciar que,
dentro del proceso laboral seguido por Alex Eduardo Espinoza Foronda y Ronald Lazcano Ramos
contra el Hospital Boliviano Japonés “Roberto Galindo Terán” -ahora entidad accionante-, el Juez de
la causa procedió a la homologación del Acuerdo RNF-114/17 de 27 de abril de 2017, ordenando el
pago a los trabajadores en el plazo de tres días, motivando que el citado nosocomio formule
apelación, misma que fue resuelta por los Vocales -ahora demandados-, mediante el Auto de Vista
279/17 de 28 de agosto de 2017, que confirmó las resoluciones apeladas. Posteriormente, el 31 de
agosto del año mencionado, la entidad accionante interpuso recurso de casación en el fondo y en
la forma contra el citado Auto de Vista, en mérito a ello las autoridades demandadas a través del
Auto 311/17 de 15 de septiembre de 2017, concedieron el recurso ante el Tribunal Supremo de
Justicia; asimismo, en el parágrafo II del auto, determinaron, conforme al art. 217 del CPT la
ejecución provisional de la Sentencia, encomendaron su ejecución al Juez de la causa, quien para
efectivizar la misma debería ordenar la garantía hipotecaria ofrecida, de acuerdo al DS 21858, y
habiendo formulado la entidad hospitalaria recurso de reposición, pronunciaron el Auto 408/17 de
27 de septiembre de 2017, confirmando su anterior fallo, y finalmente ante la solicitud de
aclaración, complementación y enmienda, la misma fue declarada no ha lugar. Con carácter previo,
es pertinente aclarar que de acuerdo al art. 6 del CPT, anteriormente la jurisdicción especial del
trabajo y seguridad social, se ejercía por la Corte Nacional de Trabajo y Seguridad Social, como
tribunal de apelación, además de los juzgados del trabajo y seguridad social, como juzgados de
primera instancia y la Corte Suprema de Justicia en su Sala Social y Administrativa –hoy Tribunal
Supremo de Justicia-, como Tribunal de casación. Actualmente, la Corte Nacional del Trabajo que
dicho sea de paso tenía jurisdicción en todo el territorio del Estado, ya no existe, en su lugar se
crearon las salas en materia de trabajo y seguridad social, con asiento en todos los Tribunales
Departamentales de Justicia, cuyas atribuciones se hallan previstas en el art. 59 de la Ley 025 Ley
del Órgano Judicial (LOJ), entre ellas está precisamente la de conocer en grado de apelación las
resoluciones pronunciadas por las juezas o jueces de partido de trabajo y seguridad social, conforme
a ley. Una vez aclarado ese aspecto, y establecido con precisión los antecedentes procesales
concernientes al presente caso, de un análisis minucioso, se evidencia en principio que en el proceso
laboral instaurado por los demandantes Alex Eduardo Espinoza Foronda y Ronald Lazcano Ramos,
aún no existe sentencia ejecutoriada con calidad de cosa juzgada, por estar pendiente de resolución
el recurso de casación en el fondo y en la forma, presentado por el Hospital Boliviano Japonés
“Roberto Galindo Terán” y concedido por los Vocales demandados, disponiendo su remisión ante el
Tribunal Supremo de Justicia; en ese estado del proceso, las citadas autoridades jurisdiccionales, en
cumplimiento al art. 217 del CPT, determinaron la ejecución provisional de la sentencia,
encomendando dicha labor al Juez de la causa, quien para efectivizarla debe ordenar la garantía
hipotecaria ofrecida, conforme al DS 21858. Ahora bien, en primer lugar el art. 217 del CPT,
establece la posibilidad de que la “Corte Nacional del Trabajo y Seguridad Social” -hoy Sala en
Materia de Trabajo y Seguridad Social-, ejecute provisionalmente sus autos de vista con la condición
que sean confirmatorios de las sentencias de primer grado; en el presente caso, los Vocales
demandados mediante el Auto 311/17, determinaron la ejecución provisional de la Sentencia -en
este caso la Resolución que determinó la homologación del Acuerdo RNF-114/17-, y no así del Auto
de Vista; consecuentemente, dicha labor está encomendada al Juez a quo como la autoridad
jurisdiccional que fue la que emitió el mencionado fallo, y habiéndose confirmado mediante Auto
de Vista 279/2017; decisión lógica ya que la misma se encuentra plenamente respaldada por lo
previsto en el art. 402 del Código Procesal Civil (CPC) actual -aplicable por analogía en material
laboral, en virtud a lo dispuesto por el art. 252 del CPT-, referido a la ejecución provisional y
ejecución definitiva de las sentencias; más aún si se toma en cuenta que, tanto la demanda laboral
incoada por los demandantes Alex Eduardo Espinoza Foronda y Ronald Lazcano Ramos contra el
Hospital Boliviano Japonés “Roberto Galindo Terán”, así como los demás antecedentes presentados,
se encuentran radicados ante el Juez de origen, es decir, ante el Juzgado de Partido de Trabajo y
Seguridad Social del departamento de Pando donde se presentó la demanda. En segundo lugar, el
citado Auto de Vista también refirió que para efectivizar la ejecución provisional de la sentencia, el
Juez de la causa debe ordenar la garantía hipotecaria ofrecida por Ester Ziza Nuñez Apaza, conforme
al DS 21858; extremo que tiene coherencia con lo dispuesto en el párrafo anterior, al haber
determinado las autoridades demandadas que sea precisamente el juez de la causa quien efectúe
dicha labor, vale decir, la exigencia necesaria de una garantía hipotecaria, previamente calificada
por éste -antes de la ejecución-, así como todo lo concerniente y previsto en el DS 21858, al ser de
su exclusiva responsabilidad, conforme al razonamiento expresado en el Fundamento Jurídico III.2
de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional; esta determinación fue adoptada por el
legislador, a fin de salvaguardar los derechos de la parte demandada o empleador que podrían verse
lesionados o afectados por la ejecución provisional, instituyendo por ello la calificación -previa a la
ejecución- de la fianza de resultas reconocido en la normativa procesal laboral. Finalmente, por todo
lo expuesto, no se evidenció la vulneración del derecho al debido proceso alegado por la entidad
accionante, expresado en el Fundamento Jurídico III.1 de la presente Sentencia Constitucional
Plurinacional, por cuanto lo determinado por las autoridades demandadas, en ningún momento va
en contra de un proceso justo y equitativo que desconozca lo establecido por las disposiciones
jurídicas como el art. 217 del CPT y el DS 21858, menos vulneró la garantía constitucional de
protección oportuna y efectiva por parte de los jueces y tribunales, denunciado también a través de
esta acción de defensa, correspondiendo en consecuencia denegar la tutela impetrada.
Consecuentemente, la Jueza de garantías al haber denegado la tutela, obró correctamente.
POR TANTO
Acción de libertad
Mediante memorial de 17 de agosto de 2017, interpuso incidente de nulidad por actividad procesal
defectuosa por defectos absolutos y nulidad de imputación formal, poniendo en evidencia que la
totalidad de los actos de investigación, las evidencias recolectadas, actuados policiales, citaciones y
notificaciones en que se fundamentó la imputación formal de 14 de junio de igual año presentada
dentro del proceso penal que le sigue el Ministerio Público, fueron realizados de manera ilícita e
ilegal al haber sido citado en un domicilio ajeno a su persona, dejándolo en estado de indefensión,
vulnerando y lesionando sus derechos constitucionales. En franco desconocimiento de la normativa
legal el Juez de Instrucción Penal Segundo de Sacaba del departamento de Cochabamba, emitió la
Resolución de 30 de octubre de 2017 que declaró infundado su incidente, omitiendo referirse sobre
la invalidez e ilegalidad de los actos investigativos, evidencias recolectadas y/o actos procesales
viciados de nulidad, por lo que mediante escrito de 3 de noviembre del mismo año, planteó
apelación incidental, recurso “…que al presente cuenta con proveído de admisión y traslado a las
demás partes” (sic). No obstante las irregularidades señaladas, el 15 de noviembre de 2017 la citada
autoridad jurisdiccional, instaló la audiencia de aplicación de medidas cautelares donde de manera
infundada, vulnerando sus derechos constitucionales de locomoción, presunción de inocencia,
favorabilidad, al trabajo y de protección a la familia dispuso su detención preventiva en el Penal de
San Pedro de la localidad de Sacaba, pese a que acreditó con documentación idónea y pública los
elementos arraigadores naturales como ser familia, trabajo, ocupación y no tener antecedentes
penales.
I.2.3. Resolución
POR TANTO
Acción de libertad
Dentro del proceso penal seguido en su contra por el Ministerio Público a denuncia de Elvira Villa
Benítez, por la presunta comisión del delito de abuso sexual, la Sala Penal Segunda del Tribunal
Departamental de Justicia de Tarija el 7 de diciembre de 2016, radicó la presente causa y dispuso la
celebración de la audiencia de apelación incidental para el 16 del mismo mes y año a horas 15:30,
designándole un abogado defensor de oficio, a quien debía notificarle en persona. Su persona fue
oportunamente defendida por su abogado de confianza en la audiencia de control jurisdiccional
realizada, por ello, lo correcto y pertinente hubiera sido que por igualdad y un debido proceso, se
le notifique personalmente con la citación de la audiencia de apelación señalada o en su defecto a
su abogado patrocinante para estar a derecho y no conculcar sus derechos y garantías
constitucionales; no obstante, de manera ilegal le designaron un defensor de oficio que no conocía
el contenido de los antecedentes del proceso, deduciéndose de esta forma que el nombramiento
de dicho abogado lo efectuaron de manera inconsulta, cuya participación lejos de asumir una
correcta defensa y fundamentada, dio lugar a lo solicitado por la parte apelante en perjuicio suyo,
lesionando así su derecho a una defensa pronta, oportuna y de su “confianza”. Sostiene que, al llevar
a cabo una audiencia de apelación sin su conocimiento, se vulneró el principio de igualdad procesal,
ocasionando una persecución indebida en su contra, al no haber sido notificado menos a su defensa
técnica con el señalamiento del indicado actuado procesal, dejando entrever una clara decisión
arbitraria por parte de las autoridades demandadas; motivo por el cual, interpuso la presente acción
en procura de la tutela constitucional.
I.2.4.Resolución
El Juez de Sentencia Penal Primero de Yacuiba del departamento de Tarija, constituido en Juez de
garantías, mediante Resolución 03/2017 de 25 de octubre, cursante de fs. 239 a 242 vta., concedió
la tutela demandada, disponiendo el restablecimiento inmediato de las formalidades legales
omitidas, debiendo a tal efecto imprimir nuevamente el trámite respectivo para el tratamiento y la
resolución del recurso de apelación incidental previsto en el art. 251 del CPP interpuesto por el
representante del Ministerio Público y la víctima denunciante contra el Auto Interlocutorio de 17 de
noviembre de 2016, pronunciado por el Juez de Instrucción Penal Tercero de Yacuiba del
departamento de Tarija, debiendo al ordenar las diligencias de notificación a las partes, tomar en
cuenta el entendimiento asumido en la SCP 0224/2012 de 24 de mayo, en cuanto al ejercicio del
derecho a la defensa material que les asiste a las partes durante la tramitación del proceso penal,
debiendo cumplir con la notificación del imputado -hoy accionante-, con su notificación en el
domicilio procesal señalado en el escrito de interposición de la presente acción, dejando sin efecto
legal lo actuado a partir de fs. 138 en adelante del cuaderno de la causa ofrecido como prueba
dentro la presente acción tutelar. A tal fin, expresó los siguientes argumentos:
1) Habiendo asistido el abogado de confianza del accionante en la audiencia de control jurisdiccional
y demás actuaciones investigativas y judiciales; correspondía que, por igualdad procesal se le tenga
que notificar personalmente con el señalamiento de la audiencia de apelación incidental,
garantizando de este modo el ejercicio pleno de su derecho a la defensa; puesto que, el abogado de
oficio no conocía a profundidad el proceso.
3) En el caso de autos, se evidencia que la solicitud de tutela planteado tiene directa vinculación con
el derecho a la libertad del accionante; sin embargo, surge a raíz de la determinación asumida por
parte de los Vocales demandados, de convocar a una audiencia y de revocar las medidas sustitutivas
a la detención preventiva dictadas a favor de aquel, por el Juez de la causa.
4) Sobre la base de la previsión contenida en el art. 119.II de la CPE, el derecho a la defensa cobra
mayor relevancia en el proceso penal dada la supremacía de los bienes o valores jurídicos que se
ponen en juego, motivo por el que debe ser interpretado a la luz de los Tratados y Convenios
Internacionales sobre Derechos Humanos ratificados por el Estado boliviano, de acuerdo al
entendimiento asumido en la SCP 0224/2012.
En lo referente a las notificaciones en materia penal, de manera general el art. 160 del CPP, señala
que las mismas tienen por objeto hacer conocer a las partes o terceros las resoluciones judiciales,
pues éstas deben ser notificadas obligatoriamente al día siguiente de dictadas, excepto en el caso
de que la ley o el juez disponga un plazo menor; y en el caso de dictarse durante las audiencias
orales, se notificarán en el mismo acto por su lectura.
Asimismo, el art. 161 de la norma citada anteriormente, respecto a los medios de notificación
señala: “Las notificaciones se practicarán por cualquier medio legal de comunicación que el
interesado expresamente haya aceptado o propuesto, excepto las notificaciones personales” (las
negrillas nos corresponden). Por otra parte, el art. 162 del mismo compilado adjetivo penal, describe
sobre el lugar de las notificaciones señalando: “Los fiscales y defensores estatales serán notificados
en sus oficinas y las partes en el domicilio que hayan constituido en su primera actuación o, en su
defecto, en estrados judiciales; salvo el caso de notificaciones personales” (las negrillas son
nuestros). Sobre este punto, el art. 163.1 del citado código, señala que se debe notificar
personalmente la primera resolución que se dicte respecto a las partes; asimismo, de manera
general todas las notificaciones se efectuarán mediante la entrega de una copia de la resolución al
interesado y una advertencia por escrito acerca de los recursos posibles y el plazo para
interponerlos, dejando constancia de la recepción. De otro lado, en su último párrafo indica que si
el interesado no fuera encontrado, la notificación personal se la practicará en su domicilio real,
dejando copia de la resolución y de la advertencia en presencia de un testigo idóneo que firmará la
diligencia. Con relación al otro tema mencionado, el art. 251 del CPP refiere: “(APELACIÓN). La
resolución que disponga, modifique o rechace las medidas cautelares, será apelable, en el efecto no
suspensivo, en el término de setenta y dos (72) horas. Interpuesto el recurso, las actuaciones
pertinentes serán remitidas ante el Tribunal Departamental de Justicia, en el término de
veinticuatro (24) horas. El Tribunal de Apelación resolverá, sin más trámite y en audiencia dentro de
los tres días siguientes de recibidas las actuaciones, sin recurso ulterior”. En lo concerniente a la
notificación al imputado con el señalamiento de audiencia para la consideración y resolución del
recurso de apelación incidental, la SC 0803/2010-R de 2 de agosto, recogiendo otros entendimientos
jurisprudenciales, señaló: “La jurisprudencia constitucional ha establecido que no es obligatoria la
notificación personal con el señalamiento de audiencia de consideración de medidas cautelares en
apelación a las partes, toda vez que dicho actuado procesal no está previsto por el art. 163 del CPP,
entendimiento desarrollado, entre otros fallos en la SC 0013/2010-R de 6 de abril (…)” (las negrillas
nos corresponden).
Entendimiento reiterado en las Sentencias Constitucionales Plurinacionales 2364/2012 de 22 de
noviembre y 0045/2015-S1 de 6 de febrero entre otras. De donde se concluye que la notificación
con la providencia que señala audiencia de consideración de la apelación de medidas cautelares, no
es obligatorio que sea practicada de manera personal a las partes, debido a que dicho actuado
procesal no se encuentra previsto dentro de las causales descritas en el art. 163 del CPP. Sin
embargo de lo señalado precedentemente, cabe aclarar que cuando el recurso de apelación deba
ser conocido y tramitado por un Tribunal de alzada, que se encuentre en un asiento judicial distinto
respecto del juzgado de origen donde se sustancia el proceso principal -supuesto que acontece en
el caso de las provincias, considerando la distancia que existe entre éstas y el Tribunal de apelación
conformada por las Salas Penales de los Tribunales Departamentales de Justicia, que tienen asiento
judicial en las capitales de departamento-, se deberá disponer la notificación con la providencia que
señala día y hora de audiencia para considerar la apelación de medidas cautelares, en el domicilio
procesal que las partes hayan constituido en su primera actuación, en cumplimiento a la previsión
legal contenida en el art. 162 del adjetivo penal, referido al lugar donde deben practicarse las
notificaciones, con el fin de garantizar la presencia de las mismas y de sus abogados patrocinantes
al actuado procesal antes referido, y de ese modo no vulnerar el derecho a la defensa de las partes.
Sobre este tema, la SCP 0224/2012 refirió lo siguiente: ”El art. 119.II de la CPE dispone que: ‘Toda
persona tiene derecho inviolable a la defensa’, derecho que cobra mayor relevancia en el proceso
penal dada la supremacía de los bienes o valores jurídicos que se ponen en juego, motivo por el que
debe ser interpretado a luz de los Tratados y Convenios Internacionales de Derechos Humanos
ratificados por el Estado boliviano, de acuerdo a lo establecido en la última parte del art. 13.IV de la
Ley Fundamental. En ese entendido, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos en su art.
14.3 señala que: ‘Durante el proceso, toda persona acusada de un delito tendrá derecho, en plena
igualdad, a las siguientes garantías mínimas: d) A hallarse presente en el proceso y a defenderse
personalmente o ser asistida por un defensor de su elección…’. De igual forma, la Convención
Americana sobre Derecho Humanos, en su art. 8.2 expresa que: ‘Durante el proceso, toda persona
tiene derecho, en plena igualdad, a las siguientes garantías mínimas: d) derecho del inculpado de
defenderse personalmente o de ser asistido por un defensor de su elección y de comunicarse libre
y privadamente con su defensor’. Ambos instrumentos internacionales que forman parte integrante
del bloque de constitucionalidad por mandato del art. 410.II de la CPE, establecen con claridad que
uno de los componentes del derecho a la defensa, y concretamente de la defensa técnica, es el
derecho que tiene el imputado a contar con un abogado de su elección, que ha sido definido como:
‘(…) el derecho esencial del imputado de elegir un jurista que lo asesore y defienda (facultad de
elección) desde el primer momento del procedimiento seguido en su contra.’ (Maier, Julio B.J.:
Derecho Procesal Penal, Fundamentos; pág. 549). Por su parte, Binder expresa que: ‘El imputado
también tiene el derecho -amplio, en principio- a la elección de su defensor. Se trata de un asistente
de confianza y, por tanto, el imputado debe tener la mayor libertad posible para elegirlo. Es él quien
debe controlar la calidad del defensor y quien debe admitirlo o no.’ (Binder, Alberto: Introducción
al Derecho Procesal Penal, pág. 160). Bajo ese entendimiento, la inviolabilidad de la defensa técnica
implica necesariamente el derecho de contar con un abogado defensor de confianza, es decir, de
libre elección por el imputado, desde el primer acto del proceso hasta el fin de la ejecución de la
sentencia, entendiéndose por primer acto del proceso cualquier sindicación en sede judicial o
administrativa, con mayor razón si el imputado no posee conocimientos jurídicos, o aún
poseyéndolos, no puede ponerlos en práctica con idoneidad (arts. 5 y 9 del CPP). En el supuesto de
que el imputado una vez consultado no elige a su defensor, porque no quiere o no puede designarlo,
o si el elegido no acepta inmediatamente el cargo, de oficio se le debe nombrar un defensor. En éste
último supuesto, debe precisarse que el derecho a la defensa no se agota con la simple designación
de oficio del defensor o su presencia ineficaz, sino que debe observarse la asistencia efectiva de la
defensa técnica, ya que el mero formalismo de la designación y presencia del defensor no puede
prevalecer sobre el ejercicio material del derecho, de acuerdo al mandato de eficacia de los
derechos fundamentales, consagrado en los arts. 14.III, 109.I, 196.I y 410 de la CPE” (las negrillas
corresponden al texto original).
POR TANTO
Acción de libertad
Refiere que el 2 de junio de 2017, solicitó audiencia de modificación de medida cautelar en atención
a su necesidad de trabajo; sin embargo, la Jueza demandada suspendió las audiencias señaladas,
con el argumento de tener excesiva carga procesal, postergando a la fecha más de quince audiencias
y transcurrió más de cinco meses que no se resuelve la solicitud formulada, vulnerando sus derechos
y garantías constitucionales. Por tal motivo, interpuso la presente acción de libertad ante la demora
de la celebración de la audiencia de medidas cautelares, considerando que el principio de celeridad
persigue como principal objetivo que el proceso se concrete a las etapas esenciales y que en cada
una de ellas se cumplan los plazos perentorios dispuestos por la normativa legal; puesto que, la
administración de justicia debe ser rápida y oportuna en la tramitación de las causas, lo contrario
daría lugar a la retardación de justicia.
El accionante alega la lesión de los derechos a la libertad, al debido proceso y al trabajo, sin citar
norma constitucional alguna.
I.2.3.Resolución
La Jueza de Sentencia Penal Cuarta del departamento de La Paz, constituida en Jueza de garantías,
mediante Resolución 17/2017 de 10 de noviembre, cursante de fs. 7 a 8 vta., “concedió” la tutela
demandada, disponiendo que la Jueza de Instrucción Anticorrupción y contra la Violencia hacia la
Mujer Primera del departamento de La Paz, instale la audiencia de modificación de medidas
cautelares solicitada por el accionante, el día viernes 17 de noviembre de 2017, a horas 17:30 y
resuelva conforme a derecho y a los datos del proceso. A tal efecto, expresó los siguientes
fundamentos:
a) El accionante se encuentra con detención domiciliaria desde hace dos años, habiendo solicitado
audiencia de modificación de medidas cautelares para que se le permita salida laboral; la misma
que es objeto de suspensión constante por la Jueza demandada, constituyendo actos lesivos que
llegan a vulnerar la materialización del derecho al debido proceso y el acceso a la justicia.
b) La no presentación del informe oral y/o escrito por parte de la autoridad demandada, hace
presumir veraces los hechos denunciados.
c) En el entendido de que, el accionante se dirigió ante la Jueza de la causa, bajo cuyo control se
encuentra la precautela de sus derechos constitucionales, consideró agotados los medios idóneos y
eficaces para lograr el restablecimiento de sus derechos, siendo que ante la constante dilación, se
ve reflejado un procesamiento indebido; y,
Con carácter previo al análisis del presente caso, es preciso señalar que la Jueza de garantías, en su
Resolución 17/2017 (Conclusión II.2), señaló que la autoridad demandada no presentó su informe
escrito, ni compareció a la audiencia de acción de libertad, menos remitió el cuaderno de control
jurisdiccional, a objeto de establecer la veracidad de los hechos denunciados por la parte
accionante; como resultado de ello, de la revisión de obrados en sede constitucional, se evidencia
que tampoco fue remitida toda la documentación pertinente; a fin de que, la misma sea analizada
y valorada por parte de este Tribunal en virtud a la problemática planteada y se emita la resolución
que corresponda. No obstante de lo referido precedentemente, se cuenta con la versión del propio
accionante expresada en la audiencia de acción de libertad celebrada el 10 de noviembre de 2017
(Conclusión II.1), de donde se extrae que el 6 de julio del mismo año, presentó solicitud de
modificación de medidas cautelares y hasta el presente no se pudo llevar a cabo su audiencia, siendo
reiteradas las suspensiones; asimismo, refirió que se encuentra más de dos años con detención
domiciliaria, solicitando se defina su situación jurídica, añadiendo que la Jueza demandada, fijó la
audiencia para el viernes a horas 17:00, presumiendo la suspensión de dicho actuado judicial,
concluyendo además que la misma incurrió en faltas graves según la Ley 025 y de continuar con
aquello, se remitan antecedentes al Consejo de la Magistratura así como al Ministerio Público para
realizar las acciones legales correspondientes. Ahora bien, conocidos los antecedentes del caso y de
acuerdo a lo precisado en el Fundamento Jurídico III.1 de la presente Sentencia Constitucional
Plurinacional, la acción de libertad traslativa o de pronto despacho se constituye en el mecanismo
procesal idóneo y efectivo en caso de existir vulneración al principio de celeridad respecto a trámites
judiciales o administrativos que se encuentran directamente vinculados con el derecho a la libertad,
vale decir, cuando existen dilaciones indebidas que retardan o evitan resolver la situación jurídica
de una persona que se encuentra privada de libertad. En consecuencia, se infiere que la denuncia
efectuada por el accionante en la presente acción de libertad, referida a la demora en la celebración
de la audiencia de modificación de medida cautelar que solicitó ante la Jueza demandada, así como
las continuas suspensiones del mencionado actuado procesal, no se encuentran directamente
vinculadas con el derecho a su libertad personal; debido a que, no conlleva una restricción o futura
restricción a la misma, considerando que la situación jurídica del imputado - ahora accionante- ya
fue definida con anterioridad por la autoridad jurisdiccional competente, extremo que se evidencia
por la propia versión del accionante en la audiencia de acción de libertad, al señalar que se
encuentra más de dos años con detención domiciliaria; por consiguiente, se deduce que la solicitud
de audiencia de medida cautelar que solicitó, tenía la finalidad de obtener una posible modificación
a las medidas sustitutivas a la detención preventiva que le fueron impuestas por la Jueza de
Instrucción Anticorrupción contra la Violencia hacia la Mujer Primera del departamento de La Paz -
ahora autoridad demandada-, al haber pedido a través de esta audiencia, horario laboral en
atención a su necesidad de trabajo, conforme se evidencia del memorial que presentó; extremo que
de acuerdo a los razonamientos establecidos por la jurisprudencia constitucional desarrollada en
este fallo constitucional, no se halla vinculado con el derecho a la libertad del accionante, menos
que las dilaciones indebidas que denuncia, estén retardando o demorando resolver su situación
jurídica procesal que como se dijo líneas arriba, ya fue definida en tanto dure el proceso penal
seguido en su contra; pretendiendo que se otorgue la tutela demandada, a objeto de que la Jueza
demandada lleve a cabo dicha audiencia en la fecha indicada -según sostuvo en la audiencia de
acción de libertad. En tal sentido, no encontrándose la problemática planteada dentro de los
alcances de la acción de libertad en su modalidad de traslativa o de pronto despacho, corresponde
denegar la tutela impetrada, no advirtiéndose en consecuencia la vulneración de los derechos
alegados por el accionante. Consiguientemente, la Jueza de garantías al haber concedido la tutela
demandada, no obró correctamente y aplicó de forma errónea la jurisprudencia constitucional
establecida para el presente caso
POR TANTO
Dentro del proceso penal seguido a instancias del Ministerio Público contra su persona y otra, por
la presunta comisión del delito de feminicidio, el 2 de junio de 2017, la comisión de fiscales emitió
Resolución de Sobreseimiento, que fue impugnada por la madre de la víctima como parte
querellante. El 19 de junio de 2017, la abogada del ahora accionante se presentó en instalaciones
de la Fiscalía y cuando se aprestaban a notificarla con la Resolución de 19 del mismo mes y año de
ratificación de sobreseimiento, el acto no fue llevado a cabo porque la funcionaria de la Fiscalía
solicitó que retorne al día siguiente para proceder con dicha notificación. A su retorno, la Resolución
de ratificación de sobreseimiento fue cambiada por otra Resolución de 19 de igual mes y año de
revocatoria, advirtiéndose en consecuencia la existencia de dos resoluciones, una que ratifica el
sobreseimiento y otra que la revoca, ambas incoherentes en su fundamento, toda vez que existe
una deliberada omisión de valoración con objetividad en cuanto a la de revocatoria, vulnerando el
principio de verdad material, pues dicha Resolución es contraria a los hechos investigados.
El accionante, señala como lesionados sus derechos a la libertad, al debido proceso en sus
elementos de fundamentación, motivación, congruencia, verdad material y al principio de seguridad
jurídica, citando al efecto los arts. 23, 115.II, 178.I, 180 y 306.I de la Constitución Política del Estado
(CPE).
I.1.3. Petitorio
c) Establezca la responsabilidad de las autoridades demandados, por vulnerar sus derechos con una
decisión irreversible, injusta que falta a la verdad y pide se remitan antecedentes al Ministerio
Público por la comisión de hechos delictivos que no son convalidados.
I.3.5 Resolución
La Jueza Pública Civil y Comercial Tercera del departamento de Tarija, constituida en Jueza de
garantías, mediante Resolución 130/2017 de 26 de octubre, cursante de fs. 98 vta. a 107 vta.,
denegó la tutela solicitada, en base a los siguientes argumentos: i) Resulta evidente la emisión de
dos Resoluciones contradictorias y antagónicas sobre un mismo supuesto: el sobreseimiento
decretado por los fiscales de materia a favor del ahora accionante, que constituye una irregularidad
procesal, ya que, fueron pronunciados por la misma autoridad fiscal en la misma fecha (19 de junio
de 2017), hecho que no fue negado por la autoridad demandada; empero, la juzgadora no puede
ingresar a averiguar las causas o las razones de la existencia de esas dos Resoluciones, por el carácter
sumario y especial de este medio de defensa, aspecto que en su caso podrá ser investigado a través
de los medios legales idóneos a los que la parte puede acudir; ii) De acuerdo a los datos del proceso
y lo manifestado por el accionante, la Resolución que ratificara el sobreseimiento tampoco fue
notificada a las otras partes del proceso, siendo la segunda Resolución; es decir, aquella que
revocara el sobreseimiento decretado a favor del accionante que fue notificada a las partes, y
publicitada a través de los medios de comunicación, única Resolución que procedimentalmente
tiene validez procesal en el proceso penal, por lo que corresponde entrar a analizar si vulneró o no
el debido proceso; iii) No se precisó en la demanda de amparo y tampoco se subsanó en la
ampliación de los fundamentos realizados en audiencia, los presupuestos que debió cumplir el
accionante para pretender la revisión de la legalidad ordinaria en sede constitucional, pues de
acuerdo a lo precisado en la SC 0085/2006 de 25 de enero, el accionante debe:
b) Precisar los derechos o garantías constitucionales que fueron lesionados por el intérprete,
estableciendo el nexo de causalidad entre éstos y la interpretación impugnada, dado que solo de
esta manera la problemática planteada por el recurrente tendrá relevancia constitucional.
El accionante señala como lesionados sus derechos a la libertad, al debido proceso en sus elementos
de fundamentación, motivación, congruencia y verdad material; y, al principio de seguridad jurídica;
toda vez que la Fiscal Departamental de Tarija en suplencia legal emitió dos resoluciones contrarias
el mismo día, la primera ratificando la Resolución de Sobreseimiento dictada a su favor y la segunda
revocando la Resolución de Sobreseimiento. En consecuencia, se procederá a analizar si en el
presente caso corresponde conceder o denegar la tutela solicitada.
III.1. Sobre la motivación y fundamentación de las resoluciones emitidas por el Ministerio Público.
Alcance y efecto de una revocatoria de sobreseimiento
Los arts. 73 del Código de Procedimiento Penal (CPP) y 57 de la Ley Orgánica del Ministerio Público
(LOMP), establecen la obligatoriedad de fundamentación de las resoluciones por parte de los
fiscales, en ese entendido la jurisprudencia constitucional, a través de la SC 1523/2004-R de 28 de
septiembre, señaló que: “…toda decisión emitida dentro de un proceso penal que no implique
cuestión de mero trámite sino que concierna al fondo de lo que se investiga debe ser
necesariamente motivada o lo que es lo mismo, debidamente fundamentada, lo que significa, que
tanto el fiscal o los jueces que conozcan el proceso, sea en control jurisdiccional o para resolver el
fondo, deberán dictar sus requerimientos o resoluciones cumpliendo las exigencias de la estructura
de forma como de contenido de las mismas. En particular en lo relativo al contenido de fondo, no
sólo deberán circunscribirse a relatar lo expuesto por las partes sino también citar las pruebas que
aportaron las partes, exponer su criterio sobre el valor que le dan a las mismas luego del contraste
y valoración que hagan de ellas dando aplicación a las normas jurídicas aplicables para finalmente
resolver. Si no proceden de esa forma y dictan una resolución sin respetar la estructura señalada,
resulta obvio que su decisión será arbitraria y considerada subjetiva e injusta, pues el sujeto procesal
a quien no le sea favorable no podrá entender y menos saber la razón jurídica de la decisión; y de
incurrirse en esta omisión al disponer sobreseimiento a favor de la parte imputada, la víctima podrá
impugnar el requerimiento ante el superior jerárquico, y si éste igualmente incurre en la misma
omisión, quedará abierta la jurisdicción constitucional para que acuda a la misma en busca de
protección a sus derechos a la seguridad jurídica y de acceso a la justicia o tutela judicial efectiva,
cuyo alcance no abarca, como se dijo, a que la parte acusadora pretenda que este Tribunal obligue
a un Fiscal a presentar obligatoriamente la acusación si no únicamente a que dicha autoridad emita
su requerimiento conclusivo debidamente fundamentado como lo exigen las normas previstas por
los arts. 45 inc. 7) de la LOMP, 73 y 323.3 del CPP”. Ahora bien, pese a que la jurisprudencia
constitucional es genérica, corresponde precisar que entre los efectos de una ratificatoria de
sobreseimiento se encuentra el impedimento para un nuevo procesamiento penal a la persona
sobreseída por el mismo hecho, pues lo contrario lesionaría la garantía de la persecución penal
única; por lo que, a objeto de dar protección a los derechos de la víctima el análisis de la justicia
constitucional respecto a la fundamentación debe ser in extensa. Por el contrario, el efecto de la
revocatoria de sobreseimiento no es en absoluto similar a una sentencia condenatoria, ni contiene
los mismos resultados, ya que pronunciada por el Fiscal Departamental, el Fiscal de Materia deberá
emitir acusación formal delimitando el objeto del proceso al identificar a los posibles autores o
partícipes del hecho delictuoso, hechos que deben probarse en juicio; por otra parte, el procesado
ejerce su derecho a la defensa, pudiendo demostrar en juicio si la acusación fiscal es errónea, siendo
en ese entendido el juez un tercero imparcial, quien luego de valorar la prueba de cargo y de
descargo judicializada, emitirá un pronunciamiento al respecto. Por otro lado, la revisión sobre la
fundamentación que efectúa la justicia constitucional, solo podrá realizarse cuando las
incongruencias sean evidentes; empero, de ninguna manera corresponderá revisar la contundencia
o no de las pruebas consideradas por un Fiscal Departamental en la emisión de una acusación, pues
esta atinge exclusivamente al Ministerio Público. Con ese mismo razonamiento, la SCP 1147/2017-
S3 de 9 de noviembre, cita la SCP 1215/2012 de 6 de septiembre, cuando al respecto estableció que:
“…por regla general, la jurisdicción constitucional está impedida de ingresar a valorar la prueba, por
ser una atribución conferida privativa y exclusivamente a las autoridades jurisdiccionales o
administrativas; empero, tiene la obligación de verificar si en dicha labor: a) Las autoridades no se
apartaron de los marcos legales de razonabilidad y equidad; b) No omitieron de manera arbitraria
la consideración de ellas, ya sea parcial o totalmente; y, c) Basaron su decisión en una prueba
inexistente o que refleje un hecho diferente al utilizado como argumento. Claro está que además
de ello, en cualquier caso, se debe demostrar la lógica consecuencia de que su incumplimiento
ocasionó lesión de derechos fundamentales y/o garantías constitucionales al afectado; lo que se
traduce en relevancia constitucional. Supuestos que constituyen excepciones a la regla aludida;
dado que se admite injerencia de la jurisdicción constitucional, únicamente cuando se evidencian
dichas vulneraciones; empero, dicha competencia se reduce únicamente a establecer la ausencia
de razonabilidad y equidad en la labor valorativa, o bien, si existió una actitud omisiva en esta tarea,
ya sea parcial o total; o finalmente, si se le dio un valor diferente al medio probatorio, al que posee
en realidad, distorsionando la realidad y faltando al principio de rango constitucional, como es la
verdad material, pero en ningún caso podrá pretender sustituir a la jurisdicción ordinaria,
examinando directamente la misma o volviendo a valorarla, usurpando una función que no le está
conferida ni legal ni constitucionalmente”.
Del análisis de los antecedentes cursantes en obrados, se extrae que dentro del proceso penal
seguido por el Ministerio Público contra Elías Fernando Garzón Ortega y otra por la presunta
comisión del delito de feminicidio, la comisión de fiscales emitió la resolución de sobreseimiento
respecto al mencionado imputado, que fue impugnada por la querellante. Ante ese actuado, la Fiscal
Departamental de Tarija en suplencia legal, emitió en la misma fecha dos resoluciones: una de
ratificación de sobreseimiento en favor del accionante y otra, de revocatoria de sobreseimiento en
su contra. Al considerar que el hecho descrito vulneró sus derechos, el imputado interpuso acción
de amparo constitucional, solicitando se conceda la tutela y en consecuencia se deje sin efecto la
Resolución que revocó su sobreseimiento. En el caso de autos, llevada a cabo la audiencia de amparo
constitucional el 26 de octubre de 2017, la Jueza constituida de garantías, consideró que si bien
existen dos Resoluciones que resuelven la impugnación del sobreseimiento, la juzgadora no puede
ingresar a averiguar las causas o las razones de la existencia de estas dos Resoluciones por el carácter
sumario y especial de este medio de defensa. Aspecto que en su caso podrá ser investigado a través
de los medios legales idóneos a los que la parte accionante pudiera acudir. La Resolución que ratificó
el sobreseimiento no fue notificada a las otras partes del proceso, y fue la segunda resolución, es
decir, aquella que revocó el sobreseimiento decretado a favor del accionante la que fue publicitada
por la notificación. Por consiguiente, fue esta Resolución que adquirió validez procesal en la causa
penal. La Jueza de garantías, estableció que no se precisó en la demanda de amparo y tampoco se
subsanó en la ampliación de los fundamentos realizados en audiencia, los presupuestos que debió
cumplir el accionante para pretender la revisión de la legalidad ordinaria en sede constitucional, no
explicó porqué la labor interpretativa impugnada resulta insuficientemente, arbitraria,
incongruente, absurda, ilógica o con error evidente, que identifique en su caso, las reglas de
interpretación que fueron omitidas por el Órgano Judicial o administrativo; no precisó los derechos
o garantías constitucionales que fueron lesionados por el intérprete, estableciendo el nexo de
causalidad entre estos y la interpretación impugnada, dado que solo de esta manera la problemática
planteada por el recurrente, tendría relevancia constitucional; y, no estableció el nexo de causalidad
entre la ausencia de motivación, arbitrariedad u otra situación absurda, por no aplicar la
interpretación que conforman el bloque de constitucionalidad fueron lesionados con dicha
interpretación. Resulta exigible realizar una ponderación a efectos de la presente acción de defensa
por parte del accionante, que muestre a la justicia constitucional el porqué la interpretación
desarrollada por la autoridad fiscal, vulnera sus derechos y garantías previstos en la Constitución
Política del Estado. Respecto a la motivación o fundamentación de las resoluciones, esta es una
exigencia que obliga a cada autoridad que dicte una resolución a exponer los hechos, realizar la
fundamentación legal y citar las normas que sustenta la parte dispositiva de la misma. En el presente
caso, la figura del sobreseimiento en materia penal, se constituye en una forma de conclusión del
proceso penal instaurado que libera de responsabilidad al presunto autor de un delito penal.
Resolución impugnada que es remitida ante el Fiscal superior jerárquico para que se pronuncie
confirmando o revocando la misma. Es así que cuando la Fiscal Departamental revoca la Resolución
de Sobreseimiento, no implica la determinación de culpabilidad del imputado y que esto pueda
considerarse como un acto que agrave su situación procesal, es una segunda opinión jerárquica. En
el caso que se analiza, la Fiscal Departamental de Tarija resolvió la impugnación al sobreseimiento,
revocando el mismo y ordenando en consecuencia se acuse en el término de diez días. De acuerdo
a lo señalado precedentemente, la Jueza de garantías, no tiene competencia para cuestionar los
hechos fácticos sobre los que el Ministerio Público basó dicha Resolución para promover la acción
penal, puesto que dicha entidad tiene potestad exclusiva de acuerdo al art. 40 numerales 1, 2, 3 de
la LOMP. Ahora bien, de la Resolución cuestionada se desprende que la misma es razonable por
cuanto la Fiscal demandada a tiempo de resolver la situación jurídica del accionante, dictó un fallo
fundamentado exponiendo los motivos que sustentan la decisión, del porqué resolvió revocar el
sobreseimiento dispuesto a su favor, de ahí que, la decisión, asumida por la autoridad demandada
resulta razonable y fundamentada. Así pues, en el juicio propiamente dicho, será la autoridad
judicial del departamento de Tarija, quien valorará la prueba de cargo y descargo presentada por el
representante del Ministerio Público y el imputado -ahora accionante-, respectivamente, emitiendo
un pronunciamiento a través de la correspondiente sentencia, por lo que la justicia constitucional
únicamente podrá revisar la fundamentación de la Resolución de revocatoria de sobreseimiento,
cuando esa decisión sea ininteligible por la falta de congruencia. En ese sentido, el accionante podrá
desvirtuar lo sostenido por el representante del Ministerio Público en el trascurso del proceso penal;
por lo que, en el marco de los estándares de fundamentación descritos precedentemente, no se
advierte falta de fundamentación y motivación en la Resolución de revocatoria de sobreseimiento,
emitida por la Fiscal Departamental de Tarija en suplencia legal, conforme al razonamiento
precedente, no teniéndose por lesionado el debido proceso en su elemento de fundamentación. En
el presente caso, el accionante solicitó se deje sin efecto la Resolución que revocó el sobreseimiento,
alegando que no se realizó una apropiada valoración de la prueba omitiendo la verdad material,
empero, como se señaló en el Fundamento III.1 de esta Sentencia Constitucional Plurinacional,
solamente en caso de concurrir los mencionados presupuestos jurisprudenciales, puede operar el
control tutelar con la finalidad de restituir así los derechos fundamentales afectados; supuestos que
en el caso concreto no se advierten, lo que impide a este Tribunal que de manera excepcional
efectúe esa labor, por no tener potestad ni competencia para valorar la prueba; tampoco le está
permitido convertirse en una instancia dentro del proceso para conocer el fondo de la investigación,
pues su función se limita a reparar lesiones a derechos y garantías constitucionales dentro de la
investigación pero no resolver lo que se está investigando. Finalmente, respecto a los derechos a la
libertad y principio de seguridad jurídica supuestamente vulnerados, el accionante se limitó a
realizar una simple enunciación, sin hacer ninguna precisión ni fundamentación sobre cómo fueron
lesionados, consiguientemente, no corresponde otorgar la tutela solicitada. No obstante, debemos
mencionar que al denunciarse que la Fiscal Departamental de Tarija en suplencia legal, emitió dos
Resoluciones contrarias sobre un mismo aspecto, una de las cuales no hubiese sido oportunamente
diligenciada por la Fiscal Asistente, corresponde que estos hechos sean de conocimiento del
Ministerio Público, a efectos de que sean investigados. En razón a los fundamentos expuestos, la
Jueza de garantías, al haber denegado la tutela impetrada, actuó correctamente.
POR TANTO
2º REMITIR por Secretaría General del Tribunal Constitucional Plurinacional, una copia legalizada
de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional, al Ministerio Público, a efectos de que se
levante las respectivas diligencias investigativas respecto a los hechos que se denuncian.
Por memoriales presentados el 5 de mayo de 2017 y 31 de enero de 2018 (fs. 156 a 160; y, 200 y
vta.), el accionante manifestó que el Juez de garantías rechazó sin motivo ni sustento jurídico la
queja por incumplimiento de la SCP 0865/2016-S2 de 12 de septiembre, formulada por su parte, a
través del Auto 03/2017 de 9 de febrero, alegando que el nuevo Auto de Vista SCCFII 247/2016 de
27 de junio, evidencia que los Vocales demandados, sí se pronunciaron sobre los agravios
reclamados en el recurso de apelación interpuesto por la Cooperativa de Ahorro y Crédito “San
Francisco Ltda.” contra el Auto interlocutorio dictado por el Juez de la causa, dentro el proceso
ejecutivo contra esta institución -que dispuso la adjudicación por compensación-; porque, no otra
cosa significa, la revocatoria parcial ahí dispuesta, que cambia la forma en que se resolvió el Auto
de Vista S.C.C.FAM 372/2015 de 24 de noviembre, que confirmó la Resolución apelada, habiéndose
expuesto las razones de la determinación, en cuanto a que no son ciertas las nulidades invocadas;
en todo caso, la entidad ejecutada debió hacerlos valer oportunamente por vía incidental y no a
través del recurso de apelación, por lo que no se habría provocado indefensión, pretendiendo culpar
de sus errores 2 procesales a las instancias jurisdiccionales, siendo el motivo para no tomarlas en
cuenta en el nuevo Auto de Vista, cumpliéndose así lo dispuesto por el Juez de garantías, pero ante
todo, por la SCP 0865/2016-S2, es de exclusiva responsabilidad de los vocales demandados la forma
en que resolvieron la alzada; sobre esto, el Juez de garantías no tiene tuición ni competencia para
dejarla sin efecto. Aduce el impetrante, que el Juez de garantías no explicó las razones por las cuales
concluye que las autoridades demandadas sí se hubieran pronunciado sobre todos los agravios del
recurso de apelación, lo que hace que su Resolución sea inmotivada, si hubiese considerado que se
resolvieron todos los puntos de ésta, debió fundamentar cómo se tomaron en cuenta y analizaron
dichos aspectos y no simplemente referir que sí los resolvieron, si bien el segundo Auto de Vista
dispone la revocatoria parcial; empero, deja incólume la adjudicación por compensación colectiva,
cambiando únicamente la forma de resolución, mientras que en la parte considerativa, simplemente
hace críticas a la resolución del Juez de garantías y se pronuncia sólo sobre los defectos de nulidad
y no sobre los puntos de apelación 2.1, 2,2 y 2,3, absteniéndose así de ingresar al análisis, el hecho
de resolver cambiando palabras, no significa que todos los puntos fueron tomados en cuenta. En el
Auto de Vista SCCFII 247/2016 en el numeral 1 en el Considerando II, no se resuelve ningún punto
de la apelación; el numeral 2 intenta fundamentar que el Auto de Vista anulado es correcto y no es
necesaria la nulidad de obrados porque puede ser corregido y que se dejó sin modificación la parte
de la adjudicación; en el numeral 3 se intenta justificar lo injustificable, admitiendo que existen
acreedores con anotaciones que gozan de privilegio, pero que se los notificará para que se opongan
cuando se emitan las escrituras públicas y estén inscritas en DD.RR., lo que resulta absurdo y vulnera
derechos de terceros; en el numeral 4 menciona que el Juez no hubiese incumplido del todo con las
observaciones procesales de orden público, sin explicar qué cumplió y qué no, incurriendo en total
falta de fundamentación, refiriendo también que no existiría indefensión de la entidad accionante
que sea motivo de nulidad y que su única intención sería retroceder el proceso para evitar la entrega
del bien adjudicado, concluyendo que las denuncias de nulidad no se las tomó en cuenta por no ser
pertinentes ni correctas, persistiendo así la falta de fundamentación por incongruencia omisiva;
toda vez que, no se ingresó a resolver el fundamento del porqué no corresponde la adjudicación por
compensación colectiva, tomando en cuenta que no es un proceso concursal. Se incumplió la
Resolución del Juez de garantías y la SCP 0865/2016-S2; habida cuenta, que la incongruencia entre
la parte considerativa y resolutiva persiste, ya que el Auto de Vista SCCFII 247/2016, se limita a
pronunciarse sobre los defectos de nulidad denunciados en el recurso de apelación (puntos 1.1 y
1.2), señalando que no es necesaria la nulidad de obrados porque puede ser corregida, sin ingresar
a ningún análisis de los puntos 2.1, 2.2 y 2.3, con el fundamento erróneo de que fueron resueltos
en el Auto de Vista S.C.C. FAM 372/2015, que quedó sin efecto al concederse la tutela; por lo que la
fundamentación de la parte considerativa al 3 resolver supuestamente el punto 2 de la apelación
sería la misma en ambos Autos de Vista, igual que la parte resolutiva, pues se revoca en forma parcial
la Resolución apelada dejando incólume la adjudicación por compensación colectiva, revocando
sólo la parte del levantamiento de gravámenes, ordenando nuevamente la liquidación de adeudos
para luego emitir las escrituras públicas. Pese a advertir que existen errores por parte del Juez a quo
en el Auto de Vista dictado, resulta inconcebible que no se revoque la adjudicación por
compensación colectiva, por que dicha Resolución sea incongruente entre la parte considerativa y
resolutiva, lo correcto sería revocar totalmente la resolución, por haberse vulnerado derechos del
deudor y de terceros. En el recurso de apelación se reclamó que el proceso de adjudicación llevado
a cabo a solicitud de la acreedora por el Juez a quo, sólo se activa cuando el acreedor es uno;
empero, se aplicó dicha figura sin base legal sobre un conjunto de acreedores, sin fundamentar por
qué se toma en cuenta a unos y omite a los demás, cuando lo que correspondía era abrir un proceso
concursal, solicitando se analice la legalidad del proceso de adjudicación y se lo dejara sin efecto,
sin que el Auto de Vista S.C.C.FAM 372/2015 haya dado respuesta alguna a este punto, tampoco el
Auto de Vista SCCFII 247/2016, incurriendo en falta de fundamentación
El art. 203 de la Constitución Política del Estado (CPE), establece que: “Las decisiones y sentencias
del Tribunal Constitucional Plurinacional son de carácter vinculante y de cumplimiento obligatorio,
y contra ellas no cabe recurso ordinario ulterior alguno”. Al respecto, el ACP 0006/2012-O de 5 de
noviembre, determinó que: “…frente a un eventual incumplimiento o demora en la ejecución de
una decisión constitucional, el legislador ha dispuesto para la etapa de ejecución de fallos, un
mecanismo procesal idóneo para la denuncia por incumplimiento de decisiones emergentes de
acciones tutelares, destinado a consolidar una real materialización y por ende un efectivo
cumplimiento a sentencias constitucionales con calidad de cosa juzgada. El art. 16 del CPCo
concordante con la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional, expresamente señala: ´I. La
ejecución de una Resolución Constitucional con calidad de cosa juzgada, corresponde al juzgado o
tribunal que inicialmente conoció la acción. II. Corresponderá al Tribunal Constitucional
Plurinacional, conocer y resolver las quejas por demora o incumplimiento en la ejecución antes
referida; asimismo…´. 6 Por lo expresado, corresponde, a través de la labor hermenéutica y a la luz
de una interpretación ‘de y conforme a la Constitución’, determinar las reglas de un debido proceso
aplicables a la etapa de ejecución de fallos por denuncias referentes a quejas por demora o
incumplimiento en la ejecución de sentencias emanadas de acciones tutelares. En este contexto, en
esta etapa procesal, el juez o tribunal de garantías que conoció la acción tutelar, una vez conocida
la queja por demora o incumplimiento en la ejecución de sentencias emanadas de acciones
tutelares, con la finalidad de asegurar un debido proceso, en el plazo de veinte cuatro horas desde
el conocimiento de este mecanismo, solicitará informe y demás medidas o documentación
pertinente a la autoridad o particular obligado a cumplir una decisión emergente del control tutelar
de constitucionalidad, quien deberá remitir lo solicitado ante el juez o tribunal de garantías, en un
plazo no mayor a tres días, para que en primera instancia, el juez o tribunal de garantías, establezca
la demora o incumplimiento en la ejecución de una decisión emergente del control tutelar de
constitucionalidad, si fuera el caso. El juez o tribunal de garantías, en el plazo máximo de cuarenta
y ocho horas, mediante auto expreso, rechazará la queja o la concederá, asumiendo en este último
supuesto las medidas necesarias para el cumplimiento de estas resoluciones, entre las cuales puede
requerir la intervención de la fuerza pública, la remisión de antecedentes al Ministerio Público o la
imposición de multas progresivas, entre otras. Con la resolución pronunciada por el juez o tribunal
de garantías, se notificará a las partes procesales, estando facultado el activante de la queja, en caso
de estimar dilación o incumplimiento de la resolución emergente de una acción tutelar, a presentar
la misma ante el Tribunal Constitucional Plurinacional, en los términos establecidos por el art. 16.II
del CPC o, queja que deberá ser presentada en el plazo de tres días computables a partir de la
notificación con la resolución emitida por el juez o tribunal de garantías. En este supuesto, el juez o
tribunal de garantías, en el plazo de veinte cuatro horas, deberá remitir todos los antecedentes
relevantes a la queja ante el Tribunal Constitucional Plurinacional. Por su parte, el Tribunal
Constitucional Plurinacional, mediante la sala que emitió la sentencia con calidad de cosa juzgada,
resolverá mediante Auto Constitucional la queja interpuesta por demora o incumplimiento a
resolución constitucional con calidad de cosa juzgada, debiendo confirmar total o parcialmente o
en su caso revocar, la decisión del juez o tribunal de garantías que conoció inicialmente la queja por
mora o incumplimiento a decisiones constitucionales con calidad de cosa juzgada constitucional,
decisión que deberá ser cumplida de manera inmediata”.
1) Varios actuados fueron notificados en Secretaria del Juzgado, sin que como ejecutados hayan
tenido conocimiento del proceso de adjudicación, dejándolos en indefensión.
4) La adjudicación por compensación del inmueble, necesariamente debió ser dentro de un proceso
concursal, lo que no ocurrió en el caso, ya que no es posible adjudicar a varios acreedores dentro
de un proceso ejecutivo individual (Conclusión II.2 de la Sentencia). En mérito al recurso de
apelación, los vocales demandados dictaron el Auto de Vista S.C.C.FAM 372/2015, confirmando el
Auto apelado (Conclusión II.3 de la Sentencia); al respecto, la SCP 0865/2016-S2, cuyo
incumplimiento ahora se denuncia, en su Fundamento Jurídico III.4. Análisis del caso concreto,
determinó: i) Sobre la falta de notificación con los actuados de la adjudicación por compensación,
que fueron realizados en Secretaría del Juzgado, el accionante tenía la obligación de estar al
corriente del trámite de ejecución de sentencia, no pudiendo alegar indefensión; ii) Respecto a la
falta de congruencia, resulta cuestionable que se haya confirmado el Auto apelado, pese a que las
autoridades demandadas reconocieron reiteradamente que el Juez a quo cometió una serie de
errores al no fundamentar adecuadamente con datos correctos, verdaderos y actualizados de los
montos adeudados, vulnerándose los derechos a la propiedad y defensa en juicio tanto del deudor
como de los demás acreedores; no habiendo respetado tampoco el grado de prelación de éstos, de
las anotaciones preventivas que pesan sobre el inmueble y que no se manejaron datos claros y
precisos, incurriendo en una serie de irregularidades y errores 8 de interpretación legal detectadas
por el Tribunal ad quem, existiendo total incongruencia entre la parte considerativa y resolutiva; y,
iii) En relación a la falta de fundamentación respecto al reclamo sobre este proceso de adjudicación
llevado a cabo por el a quo, sólo se activa cuando el acreedor es uno, pero que en el caso concreto
se aplicó esta figura jurídica sin base legal alguna, sobre un conjunto de acreedores, cuando lo que
correspondía era abrir un proceso concursal, constatándose que las autoridades demandas no
dieron respuesta a este punto planteado por el accionante, omitiendo referirse a dicho reclamo. A
partir de la denuncia por incumplimiento de la Sentencia Constitucional Plurinacional, que confirmó
en todo la Resolución del Juez de garantías y concedió la tutela solicitada, advirtiendo que el Auto
de Vista en cuestión, vulneró el derecho a la congruencia en las resoluciones judiciales y que adolece
de fundamentación respecto a una cuestión precisa alegada por el recurrente; se entiende que el
nuevo Auto de Vista dictado como emergencia de la acción de amparo constitucional planteada,
debía salvar las omisiones detectadas para el efectivo restablecimiento de los derechos vulnerados.
En ese sentido se tiene que, revisado el Auto de Vista SCCFII 247/2016, en su Considerando I hace
una relación de los antecedentes del recurso de apelación y de la Resolución del Juez de garantías;
en su Considerando II.1. hace alusión a la Resolución del Tribunal de garantías y los fundamentos de
la decisión adoptada; en el numeral 2, se trata de justificar la determinación de confirmación parcial
dispuesta en el Auto de Vista anulado como emergencia del amparo y que no se confirmó
totalmente la Resolución recurrida, porque la anulación del Auto apelado no puede operarse, pues
no es necesario anular obrados, ya que el mismo puede ser corregido, al haberse dejado “incólume
o sin modificación la parte de la adjudicación dispuesta” (sic) a favor de la ejecutante y demás
acreedores, situación que se califica “ser totalmente correcta” (sic); en el numeral 3, se señala que
al ser evidente la existencia de anotaciones y restricciones sobre el inmueble, también de
acreedores privilegiados y que las adjudicatarias no tienen la misma acreencia sobre la entidad
demandada, por lo que el Juez a quo deberá precisar los montos correctos del adeudo de cada uno
de los adjudicatarios, para luego compensarlos, pero que para ello no era necesario dejar sin efecto
toda la Resolución y menos anularla, pues ello significaría retroceder en el proceso, ocasionando
perjuicio en la ejecución de la sentencia, reiterando a continuación que “la parte de la adjudicación
está totalmente correcta y no se la puede dejar sin efecto” (sic), para lo cual no se puede alterar
derechos de terceros emergentes de actos jurídicos debidamente inscritos; “aclarándose y
puntualizándose entonces que, la adjudicación efectuada no está del todo incorrecta, pues en forma
genérica ha cumplido con la ley y a operado una declaración titularidad” (sic), que se operará recién
con la emisión de las escrituras públicas y se harán oponibles a terceros cuando se inscriban en
DD.RR. correspondiendo que en el caso concreto se efectúe la compensación de adeudos de manera
individual; en el 9 numeral 4 concluye afirmando que el Juez a quo no incumplió totalmente con la
observancia de normas procesales de carácter público o sustantivo legales; respecto a la
impertinencia de una adjudicación por compensación en ejecución de fallos de un proceso
ejecutivo, la entidad accionante únicamente tiene la intención de retroceder el proceso y evitar la
entrega del bien adjudicado y que los defectos de nulidad debieron ser denunciados en su momento
en la vía incidental, ratificando que no existe indefensión, pues la denuncia sobre errores en la
comunicación en que se funda la impugnación, no son pertinentes y correctas, razón por la cual no
fueron tomadas en cuenta en el Auto de Vista demandado. Finalmente en la parte resolutiva del
fallo, a tiempo de revocar en forma parcial el Auto apelado, determinaron dejar “sin modificación
la adjudicación genérica dispuesta” (sic). Conforme se vio, la SCP 0865/2016-S2 puntualmente
estableció que existió falta de fundamentación respecto al reclamo del accionante en su recurso de
apelación, que el proceso de adjudicación por compensación llevado a cabo por el Juez a quo, sólo
se activa cuando el acreedor es uno, pero en el caso concreto se aplicó dicha figura jurídica sobre
un conjunto de acreedores, cuando correspondía abrir un proceso concursal. En ese marco, se
entiende que en virtud a la anulación del primer Auto de Vista, en mérito a la concesión de la tutela,
dispuesta por el Juez de garantías en la Resolución A.A.C. 1/2016 y que posteriormente fue
confirmada en su totalidad por la indicada Sentencia Constitucional Plurinacional, el nuevo Auto de
Vista SCCFII 247/2016, fue dictado como emergencia de la determinación adoptada en sede
constitucional, inexcusablemente debió pronunciarse sobre el indicado reclamo; empero, no se
advierte que así lo haya hecho, puesto que conforme se tiene relacionado en el párrafo anterior,
sobre el particular, se limita a ratificar que se deja incólume y sin modificación la adjudicación
dispuesta, la que se indica primero y luego se reitera, es totalmente correcta y que no puede
dejársela sin efecto; para más después, señalar de manera confusa que la adjudicación “no está del
todo incorrecta”, pues de forma genérica ha cumplido con la ley, cuando conforme se tiene
determinado en el recurso de apelación se cuestionó como agravio, que dicho procedimiento no
tenía base legal alguna, lo que debió ser respondido y resuelto puntualmente, explicando cuál el
sustento legal en que se apoyó el procedimiento de adjudicación y las razones jurídicas por las que
no se abrió el proceso concursal extrañado por el apelante, sobre lo que no se dice absolutamente
nada, simplemente señala en forma genérica, se cumplió con la ley y que el Juez a quo “no incumplió
totalmente” (sic) con la inobservancia de normas procesales de carácter público o sustantivas
legales, lo que resulta insuficiente y además confuso, pues no se explica los motivos por los cuales
no se puede dejar sin efecto la adjudicación, incumpliendo así su deber de una adecuada
fundamentación, sin explicar tampoco los motivos por los que se dispone dejar sin modificación la
“adjudicación genérica dispuesta” (sic). 10 Consiguientemente, analizada la denuncia del
accionante, se advierte falta de fundamentación en el nuevo Auto de Vista dictado, en relación al
punto anteriormente mencionado, de donde se establece, incumplimiento de la SCP 0865/2016-S2
al respecto.
POR TANTO
1º REVOCAR la Resolución 03/2017 de 9 de febrero, dictada por el Juez Público, Civil y Comercial
Segundo del departamento de Chuquisaca, constituido en Juez de garantías; y consiguientemente,
declarar HA LUGAR la denuncia de incumplimiento de la SCP 0865/2016-S2 de 12 de septiembre,
formulada por Ricardo Quispe Abasto, en representación legal de la Cooperativa de Ahorro y Crédito
“San Francisco Ltda.”.
Por memorial presentado el 29 de noviembre de 2017 (fs. 757 a 759), Ariel Morales Vásquez, en
representación legal de Agfa Gevaert NV de Bélgica y Agfa Gevaert Ltda. de Chile, terceros
interesados en la acción de amparo constitucional referida al exordio, manifiesta que siendo
agraviante, ilegal e injusta la Resolución 28/2017 de 27 del mismo mes y año emitida por la Sala
Penal Primera del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, constituida en Tribunal de garantías,
de conformidad a los arts. 16 y 17 del Código Procesal Constitucional (CPCo) objeta esa
determinación, ya que no se puede desconocer el contenido y alcances de la SCP “0495/2017” (sic)
-lo correcto es, 0495/2016-S2 de 13 de mayo- que al ser la decisión final de tutela, es la que debe
ser cumplida y ejecutada, no pudiéndose desconocer que la ratio descidendi constituye la base de
la decisión específica o el fundamento que da significado jurídico a la parte resolutiva o decisum del
fallo. El Tribunal de garantías soslayó maliciosamente analizar y considerar el contenido del punto
III.4. Análisis del caso concreto, de la indicada Sentencia Constitucional Plurinacional, donde se
establece que el Tribunal Constitucional Plurinacional circunscribió su consideración a dos aspectos
puntuales: El primero, referido a la falta de fundamentación o motivación del Auto Supremo
impugnado respecto al daño a la imagen y reputación comercial, estableciendo que el Auto Supremo
incurrió en falta de fundamentación sobre el particular concediendo por ese aspecto la tutela
solicitada; el segundo, sobre el interés del 6% anual que fue diferido ilegalmente por el Auto de Vista
para su resolución en ejecución de sentencia y que el Auto Supremo impugnado declaró no haber
lugar por no ser demandado este aspecto por la parte actora; sobre lo cual, el Tribunal
Constitucional Plurinacional, determinó que la decisión asumida por las autoridades demandadas
resultaba apegada a derecho, denegando la tutela en cuanto a este aspecto; por lo que no es
correcta la forzada fundamentación contenida en la Resolución 28/2017 de 27 de noviembre, que
asume que al haberse confirmado en todo la Resolución de garantías 37/2015 de 13 de mayo, las
autoridades demandadas estaban obligadas a acoger punto por punto todas las intencionadas e
interesadas determinaciones que en su momento asumió el Tribunal de garantías; ya que al
conceder parcialmente la tutela, conforme a los fundamentos jurídicos expuestos en la Sentencia
Constitucional Plurinacional, delimitando la tutela concedida precisamente a los fundamentos
contenidos en la SCP 0495/2016-S2. En consecuencia, las autoridades demandadas al haber emitido
el nuevo Auto Supremo observando los fundamentos jurídicos expuestos en el indicado fallo
constitucional, cumplieron a cabalidad lo determinado por el Tribunal Constitucional Plurinacional.
Agrega que si el Tribunal de garantías hubiera revisado de forma imparcial y objetiva el informe de
las autoridades demandadas, habría establecido que los Magistrados de la Sala Civil del Tribunal
Supremo de Justicia, cumplieron a cabalidad determinaciones expresas, claras y precisas asumidas
por el Tribunal Constitucional Plurinacional y que el incidente de incumplimiento atendido por la
Sala Penal Primera del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, constituye un hecho ilegal,
pretendiendo interpretaciones y alcances distintos a los expuestos en la Sentencia Constitucional
Plurinacional; siendo así que el fallo impugnado, ubica a la Resolución del Tribunal de garantías por
encima de la referida Sentencia Constitucional Plurinacional, grosero error que debe ser reparado.
La Sala Penal Primera del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, constituido en Tribunal de
garantías, a través de la Resolución 28/2017, cursante de fs. 750 a 755, declaró ha lugar la queja
presentada por Emilio Von Bergen Arraya, en representación legal de La Papelera S.A., por haberse
emitido el Auto Supremo 784/2017 de 25 de julio, incumpliendo el alcance de la SCP 0495/2016-S2,
conminando que sin espera de turno, se dicte uno nuevo, cumpliendo estrictamente 3 el contenido
del indicado fallo. Como fundamentos se señalan los siguientes:
b) Al no haber pronunciado el Auto Supremo acorde a todos los puntos establecidos en la parte
dispositiva de la Resolución 37/2015, que se encuentran expresamente establecidos en los incs. a),
b) en sus numerales 2, 4, 5, 6, 7 y 8 e inc. c), confirmado en todo por la SCP 0495/2016-S2
incumplieron dicho fallo constitucional.
El art. 203 de la Constitución Política del Estado (CPE), establece: “Las decisiones y sentencias del
Tribunal Constitucional Plurinacional son de carácter vinculante y de cumplimiento obligatorio, y
contra ellas no cabe recurso ordinario ulterior alguno”. Al respecto, el AC 0006/2012-O de 5 de
noviembre, determinó que: “…frente a un eventual incumplimiento o demora en la ejecución de
una decisión constitucional, el legislador ha dispuesto para la etapa de ejecución de fallos, un
mecanismo procesal idóneo para la denuncia por incumplimiento de decisiones emergentes de
acciones tutelares, destinado a consolidar una real materialización y por ende un efectivo
cumplimiento a sentencias constitucionales con calidad de cosa juzgada. El art. 16 del CPCo
concordante con la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional, expresamente señala: ‘I. La
ejecución de una Resolución Constitucional con calidad de cosa juzgada, corresponde al juzgado o
tribunal que inicialmente conoció la acción. II. Corresponderá al Tribunal Constitucional
Plurinacional, conocer y resolver las quejas por demora o incumplimiento en la ejecución antes
referida; asimismo…´. Por lo expresado, corresponde, a través de la labor hermenéutica y a la luz de
una interpretación ‘de y conforme a la Constitución’, determinar las reglas de un debido proceso
aplicables a la etapa de ejecución de fallos por denuncias referentes a quejas por demora o
incumplimiento en la ejecución de sentencias emanadas de acciones tutelares. En este contexto, en
esta etapa procesal, el juez o tribunal de garantías que conoció la acción tutelar, una vez conocida
la queja por demora o incumplimiento en la ejecución de sentencias emanadas de acciones
tutelares, con la finalidad de asegurar un debido proceso, en el plazo de veinte cuatro horas desde
el conocimiento de este mecanismo, solicitará informe y demás medidas o documentación
pertinente a la autoridad o particular obligado a cumplir una decisión emergente del control tutelar
de constitucionalidad, quien deberá remitir lo solicitado ante el juez o tribunal de garantías, en un
plazo no mayor a tres días, para que en primera instancia, el juez o tribunal de garantías, 8 establezca
la demora o incumplimiento en la ejecución de una decisión emergente del control tutelar de
constitucionalidad, si fuera el caso. El juez o tribunal de garantías, en el plazo máximo de cuarenta
y ocho horas, mediante auto expreso, rechazará la queja o la concederá, asumiendo en este último
supuesto las medidas necesarias para el cumplimiento de estas resoluciones, entre las cuales puede
requerir la intervención de la fuerza pública, la remisión de antecedentes al Ministerio Público o la
imposición de multas progresivas, entre otras. Con la resolución pronunciada por el juez o tribunal
de garantías, se notificará a las partes procesales, estando facultado el activante de la queja, en caso
de estimar dilación o incumplimiento de la resolución emergente de una acción tutelar, a presentar
la misma ante el Tribunal Constitucional Plurinacional, en los términos establecidos por el art. 16.II
del CPCo, queja que deberá ser presentada en el plazo de tres días computables a partir de la
notificación con la resolución emitida por el juez o tribunal de garantías. En este supuesto, el juez o
tribunal de garantías, en el plazo de veinte cuatro horas, deberá remitir todos los antecedentes
relevantes a la queja ante el Tribunal Constitucional Plurinacional. Por su parte, el Tribunal
Constitucional Plurinacional, mediante la sala que emitió la sentencia con calidad de cosa juzgada,
resolverá mediante Auto Constitucional la queja interpuesta por demora o incumplimiento a
resolución constitucional con calidad de cosa juzgada, debiendo confirmar total o parcialmente o
en su caso revocar, la decisión del juez o tribunal de garantías que conoció inicialmente la queja por
mora o incumplimiento a decisiones constitucionales con calidad de cosa juzgada constitucional,
decisión que deberá ser cumplida de manera inmediata”.
III.2.De la legitimación del tercero interesado para impugnar la Resolución que resuelve una
denuncia de incumplimiento
III.3.Análisis de la impugnación
En primer término, resulta necesario dejar establecido que la SCP 0495/2016-S2 de 13 de mayo, fue
dictada por los anteriores ex Magistrados del Tribunal Constitucional Plurinacional, quienes en ese
entonces conformaban la Sala Segunda, los que en todo caso, conocen con mayor precisión los
sentidos y alcances del fallo que profirieron. Realizada esa aclaración, a los efectos de resolver la
impugnación formulada, corresponde remitirse a la parte resolutiva de la indicada Sentencia
Constitucional Plurinacional, que señala:
“CONFIRMAR en todo la Resolución 37/2015 de 13 de mayo, (…) pronunciada por la Sala Penal
Primera del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz; y, en consecuencia,
CONCEDER parcialmente la tutela solicitada (…), conforme a los Fundamentos Jurídicos expuestos
en la presente Sentencia Constitucional Plurinacional” (sic). Revisada la parte dispositiva de la
Resolución 37/2015 de 13 de mayo, dictada por el Tribunal de garantías, éste dispuso en primer
término,
“CONCEDER EN PARTE la tutela constitucional impetrada (…) dejando sin efecto el Auto Supremo
07/2015 de 12 de enero (…) debiendo los magistrados demandados emitir otro resolviendo el
recurso de casación conforme a derecho, considerando los siguientes argumentos:” (sic);
describiendo a continuación a detalle, en sus incs. a), b) numerales 1 al 11 e inc. c), los puntos que
debe contener el nuevo Auto Supremo a dictarse, en reemplazo del que fuera dejado sin efecto, en
virtud a la concesión parcial de la tutela, según se tiene relacionado en la Conclusión II.1 del presente
Auto Constitucional Plurinacional. En ese marco, al haber la SCP 0495/2016-S2, confirmado en todo
la indicada Resolución, se debe entender que la entonces Sala Segunda de este Tribunal
Constitucional Plurinacional, dio por bien hecho todo lo determinado por el Tribunal de garantías,
consecuentemente, las autoridades judiciales demandadas, a tiempo de emitir el nuevo Auto de
Vista, estaban obligadas a pronunciarse sobre todos y cada uno de los puntos contenidos en la parte
dispositiva de la Resolución del Tribunal de garantías, pues de no hacerlo, incurrirían en
incumplimiento de la misma y por ende de la Sentencia Constitucional Plurinacional, que se reitera
confirmó en su totalidad la misma. Ahora bien, del examen del Fundamento Jurídico III.4 de la SCP
0495/2016- S2, resulta evidente que la entonces Sala Segunda del Tribunal Constitucional
Plurinacional, circunscribió su consideración a dos aspectos puntuales, conforme anota el
impugnante y asumen los Magistrados del Tribunal Supremo de Justicia -ahora demandados- sobre
los que se centra básicamente la fundamentación del nuevo Auto Supremo; empero, ello no quiere
decir, que necesariamente se haya tenido que prescindir de los demás aspectos contenidos en la
parte dispositiva de la Resolución del Tribunal de garantías; pues al respecto, en dicho fundamento
jurídico ni en ninguna otra parta del fallo, se hace precisión en ese sentido, tampoco las partes, ni
el tercero interesado, formularon en su momento la aclaración, enmienda y complementación
correspondiente y si bien se concede parcialmente la tutela solicitada fue, porque el Tribunal de
garantías, en su momento, se pronunció en similar sentido al conceder en parte dicha tutela. En ese
sentido y sobre la base de los parámetros anteriormente establecidos, corresponde ingresar al
análisis de la determinación cuestionada y resolver la impugnación planteada. Así, se tiene que el
Tribunal de garantías en la Resolución 28/2017, realiza una precisa relación de los antecedentes del
caso, que culmina con el Auto Supremo 784/2017 de 25 de julio; el que, fue dictado en cumplimiento
de lo dispuesto en la SCP 0495/2016-S2, fallo que declara infundado el recurso de casación en la
forma y en el fondo casa parcialmente el Auto de Vista recurrido y deliberando en el fondo declara
probada en parte la demanda, pronunciándose, según advierte el Tribunal de garantías, sobre cinco
aspectos puntuales contenidos en sus incisos a), b), c), d) y e); ingresando luego a cotejar con lo
expresado por el accionante en su queja por incumplimiento y lo informado por las autoridades
demandadas, para finalmente concluir que éstas incumplieron el indicado fallo Constitucional, pues
estaban en la obligación de analizar y resolver todos y cada uno de los aspectos detallados en la
Resolución 37/2015, confirmanda en su totalidad por la Sala Segunda de este Tribunal, no siendo
evidente que únicamente debieron pronunciarse sobre dos aspectos observados. En consecuencia,
no resultan atendibles los agravios expresados por el impugnante, ya que no es evidente como
afirma, que la SCP 0495/2016-S2 al ser la decisión final de la tutela, es la que debe ser cumplida y
ejecutada, olvidando que conforme a lo que se establece en el art. 129.V de la Constitución Política
del Estado y 40.II del CPCo, la decisión del Juez o Tribunal de garantías que conceda la acción de
amparo constitucional, es de cumplimiento y ejecución inmediata, sin perjuicio de su remisión para
revisión, no pudiéndose entonces, como lo hace el indicado, pretender la existencia de prelación
entre ambos fallos; más aún cuando en el presente caso, la Resolución del Tribunal de garantías fue
confirmada en su totalidad por la SCP 0495/2016-S2.
Consiguientemente, el Tribunal de garantías, al declarar ha lugar a la queja presentada, realizó un
correcto análisis.
POR TANTO
La parte accionante denuncia la vulneración del derecho a la educación, sin citar normativa
constitucional en la que se ampare.
I.1.3. Petitorio
I.2.4. Resolución
La Jueza Pública de Familia Primera del departamento de Tarija, constituida en Jueza de garantías,
pronunció la Resolución 05/2017 de 17 de octubre, cursante de fs. 456 a 464 vta., concedió la tutela
solicitada, y habiendo sido restitución el derecho vulnerado, al haberse ya registrado a los menores
en el RUDE, dispone que el Director del Colegio La Salle de Tarija, remita en el plazo de tres días ante
la Dirección Departamental de Educación de Tarija, toda la documentación, de cada uno de los
niños, indicando el paralelo a inscribir y las calificaciones de los tres bimestres cursados; para luego
remitirlo al Ministerio de Educación; posteriormente, se proceda a la inscripción en el RUDE
respetando la secuencia de los grados académicos; recomendando a su vez al Director del Colegio
obrar con la debida seriedad, responsabilidad, prontitud y diligencia a tiempo de inscribir a los
menores; todo ello, en base a los siguientes fundamentos:
a) Los accionantes son un grupo de niños representados por sus progenitores; por lo que, es
admisible la excepción a la subsidiariedad,
b) Siendo el derecho a la educación, un derecho fundamental de los niños, se tiene que proceder a
su registro en una Unidad Educativa, respetando y cursando todos los grados o niveles de
preparación y formación pedagógica, acorde a su edad y desarrollo de sus potencialidades físicas,
motoras e intelectuales.
c) No es justo y legal que por causas no atribuibles a su persona y de carácter administrativo, sean
privados del registro en el RUDE, no obstante haber sido ya inscritos, cumpliendo con los requisitos
exigidos por la norma.
d) Si a tiempo de inscribir a los niños, éstos tenían cuatro años; por negligencia del Director del
Colegio, se dejó pasar el tiempo, hasta que cumplieron cinco años, en el mes de junio.
III.2. El interés superior del niño, niña y adolescente busca la máxima satisfacción de sus derechos
La SCP 1879/2012 de 12 de octubre, sobre el particular señaló: “De todo lo relacionado se concluye
que, los niños, niñas y adolescentes son un grupo de vulnerabilidad que tienen amparo privilegiado
por parte del Estado, traducido en un tratamiento jurídico proteccionista en relación a sus derechos
fundamentales y garantías constitucionales; a objeto de resguardarlos de manera especial
garantizando su desarrollo físico, mental, moral, espiritual, emocional y social en condiciones de
libertad, respeto, dignidad, equidad y justicia. Siendo imprescindible resaltar que tal circunstancia
de prevalencia concedida no sólo por consagración constitucional sino por expreso reconocimiento
de diversas disposiciones de derecho internacional, obliga a que todas las decisiones que deban
tomar las autoridades en conocimiento de situaciones que puedan afectar los intereses del niño,
sean asumidas velando por su interés superior; cumpliendo de esa manera la protección
constitucional a la que están compelidos en su favor la familia, la sociedad y el Estado. En ese orden,
la Corte Constitucional de Colombia, en su Sentencia T397/04 de 29 de abril de 2004, consideró que:
‘…las autoridades administrativas y judiciales encargadas de determinar el contenido del interés
superior de los niños en casos particulares cuentan con un margen de discrecionalidad importante
para evaluar, en aplicación de las disposiciones jurídicas relevantes y en atención a las circunstancias
fácticas de los menores implicados, cuál es la solución que mejor satisface dicho interés; lo cual
implica también que dichas autoridades tienen altos deberes constitucionales y legales en relación
con la preservación del bienestar integral de los menores que requieren su protección deberes que
obligan a los jueces y funcionarios administrativos en cuestión a aplicar un grado especial de
diligencia, celo y cuidado al momento de adoptar sus decisiones, mucho más tratándose de niños
de temprana edad, cuyo proceso de desarrollo puede verse afectado en forma definitiva e
irremediable por cualquier decisión que no atienda a sus intereses y derechos’. En suma, resulta
evidente que los derechos de los niños son prevalentes mereciendo un trato prioritario al contar
con interés superior dentro del contexto jurídico vigente; por lo que tanto los jueces y tribunales de
garantías como este Tribunal Constitucional Plurinacional, no podrán abstenerse de conocer
acciones de tutela que los involucren, precisamente como se tiene establecido por la preeminencia
que da la Norma Suprema a este sector de vulnerabilidad y la tutela necesaria que deben merecer
en casos de evidente transgresión a sus derechos fundamentales. Así lo determinó este Tribunal, en
relación a acciones de libertad conforme se verá en el apartado siguiente” (las negrillas
corresponden al texto original).
Los representantes de los accionantes menores de edad, denuncian que habiendo inscrito a los
mismos en la primera sección del Colegio La Salle de Tarija, de acuerdo a lo previsto en la RM
001/2017, se les comunicó el 2 de mayo de 2017, que no podían ser registrados en el RUDE; debido
a que, no cumplían con la edad requerida; razón por la que, efectuaron representaciones ante el
Director del Colegio y el Director Departamental de Educación de Tarija, este último les indicó que
luego de haber realizado consulta al Viceministro de Educación Regular del Ministerio de Educación,
se les negó la inscripción de los menores en el RUDE; con lo que, consideran que se lesionó el
derecho a la educación de sus hijos, ya que no se tomó en cuenta el interés superior de las niñas y
niños. En este entendido, de los datos adjuntos a la presente acción tutelar, se tiene que Carlos
Daniel Bass Werner Subirana y Ana Andrea Calabi Martínez en representación de su hijo AA; José
Rodrigo Castellanos Vásquez y María Josefina Peñarrieta Acosta de Castellanos, por su hijo BB;
Marcelo Ugarte Urquidi e Isabel Borda Peñarrieta, en representación de su hijo CC; Herbert
Conzelmann Blacud y Marcia Marisol Montero López, por su hijo DD; Franz Moisés Tolay Portal y
Gladys María Velasco Molina, en representación de su hijo EE; José Ricardo Rodríguez Mogro y
María del Carmen Bass Werner Liebers, por su hijo FF; y, Gonzalo Ríos Cortes y Fátima Valeria
Guzmán Figueroa, en representación de su hijo GG, presentaron sus cédulas de identidad, los
correspondientes certificados de nacimiento y cédulas de identidad de sus hijos; así como también
los carnet de vacunas; cumpliendo de esa manera con los requisitos previstos en el art. 8 de la RM
001/2017, para la inscripción en el primer curso del nivel inicial, tal cual se tiene de los respectivos
contratos de prestación de servicios educativos suscritos entre los padres de familia y la unidad
educativa el 16 de enero de 2017. De igual manera se tiene que el Jefe departamental de la
Defensoría de la Niñez y Adolescencia -Gobierno Autónomo Municipal de Tarija-, mediante nota de
3 de mayo de 2017, tal cual consta en la Conclusión II.3 del presente fallo constitucional, solicitó al
Director Distrital de Educación de Cercado del departamento de Tarija, regularice la inscripción de
los menores de edad en la primera sección; ya que, ingresaron con cuatro años de edad cumplidos;
asimismo, los representantes de los accionantes, por nota presentada el 5 de mayo de 2017 ante el
Director del Colegio La Salle de Tarija, manifestaron su preocupación por el comunicado que se les
hizo el 2 del mismo mes y año, mediante llamada telefónica, donde se les indicó que sus hijos no
podían ser ingresados al RUDE (Conclusión II.4); motivo por el que, el Director del Colegio, por nota
de 8 de mayo de 2017, hizo conocer que se solicitó la inscripción de los niños y niñas, y que están a
la espera de respuesta (Conclusión II.6); no obstante, el Director Departamental de Educación de
Tarija, mediante nota de 19 de mayo de 2017, indicó que, se regularizará la situación de los menores,
procediéndose a su inscripción como extemporáneos al segundo año de escolaridad de educación
inicial en familia comunitaria; determinación que, fue ratificada mediante nota de 14 de junio de
2017, además de poner en conocimiento la nota “0484/20”, suscrita por el Viceministro de
Educación Regular del Ministerio de Educación, que dispone que la Dirección del Colegio regularice
la inscripción de los niños como extemporáneos al segundo año de escolaridad. No obstante
haberse asumido esta última determinación, la representante del Viceministro de Educación
Regular, en la audiencia de garantías de 17 de octubre de 2017, hizo conocer que en la actualidad
ya se procedió al registro de los menores en el RUDE; por lo que, solicitó se deniegue la tutela sin
ingresar al fondo del asunto, por haberse subsanado la presunta lesión de derechos. En este
comprendido, debemos señalar que, de acuerdo a lo precisado en la SCP 1541/2014 de 25 de julio,
para que se deniegue la tutela, por la existencia de un hecho superado, los efectos del acto
reclamado deben terminar con anterioridad a la notificación con la demanda de amparo; ser
notificada válidamente al accionante; y, además debe existir prueba que acredite lo indicado. En el
caso concreto, los efectos del acto reclamado recién fueron puestos a conocimiento de los
accionantes en la audiencia de garantías, mediante la presentación de impresiones de los RUDE de
los menores de edad, lo que quiere decir que, la cesación de los efectos reclamados fueron
posteriores a la notificación con la acción de amparo constitucional; razón por la que, corresponde
ingresar a resolver el fondo del asunto, al margen de haberse subsanado la lesión denunciada; e
incluso con independencia de que la Defensoría de la Niñez y Adolescencia de Tarija, presentó
demanda de medida de protección ante el Juzgado de la Niñez y Adolescencia Primero del
departamento de Tarija; habida cuenta que, cuando se trate de un grupo vulnerable como los niños
y adolescentes, corresponde aplicar la excepción a la subsidiariedad de este medio de defensa
constitucional, tal como la uniforme jurisprudencia constitucional dejó establecido. En este
entendido, tomando en cuenta las afirmaciones realizadas por los accionantes y la Defensoría de la
Niñez y Adolescencia de Tarija; en el sentido que, los niños fueron inscritos a los cuatro años y que
por lo tanto correspondía que cursen primera sección; y, la afirmación efectuada por las autoridades
demandadas, en el sentido que al haber cumplido cinco años antes del 30 de junio de 2017,
correspondía que los niños cursen la segunda sección; es menester referirnos previamente a lo
precisado en el art. 8 inc. e) de la RM 001/2017, por ser esta la norma que dio origen de la
problemática planteada: “Las y los niños para su inscripción al Subsistema de Educación Regular
deben contemplar las siguientes edades: Nivel Año de escolaridad Años cumplidos al 30 de junio de
2017 11 Educación Inicial en Familia Comunitaria Primero 4 Segundo 5 Educación Primaria
Comunitaria Vocacional Primero 6 (...)” Así, de una comprensión literal de la misma se puede
entender que la máxima autoridad educativa, dispuso que los niños que cuenten con cuatro años
cumplidos, deberán cursar la primera sección; razonamiento por el cual los padres de familia en el
caso presente, asumieron la decisión de inscribir a sus hijos que tenían cuatro años cumplidos en
enero de 2017 (momento de la inscripción), puesto que consideraban que se encontraban en la
edad requerida para dicho nivel. No obstante, no tomaron en cuenta que la norma educativa, al
disponer que, todo niño que tenga cuatro años cumplidos hasta el 30 de junio de 2017, debe cursar
la primera sección; por ser, la edad la más adecuada para empezar a adquirir habilidades en el
aprendizaje; incorporó un criterio de favorabilidad por el que se admitirá también la inscripción de
aquellos niños menores de cuatro años (tres años y medio aproximadamente) a tiempo de la
inscripción (enero de 2017) pero que cumplirán cuatro años hasta el 30 de junio de 2017;
favorabilidad que fue implementada, con el objetivo de permitir que aquellos niños que estén por
cumplir cuatro años, puedan también ingresar a la educación inicial y no ser perjudicados por unos
meses de diferencia con la edad requerida. En similar sentido, se tiene que la norma al establecer
que todos los niños que tengan cinco años cumplidos hasta el 30 de junio de 2017, deberán cursar
la segunda sección; incorporó un criterio favorable por el que se admitirá también la inscripción de
niños que tengan menos de cinco años (cuatro años y medio aproximadamente) a tiempo de la
inscripción (enero de 2017), pero que cumplirán cinco años hasta el 30 de junio de 2017; no
obstante, cabe aclarar que esta determinación, únicamente se aplicará para casos en los que los
niños no hayan cursado primera sección y que por primera vez estén ingresando al subsistema de
educación regular. En mérito a la interpretación realizada, se tiene que los padres de familia de los
niños accionantes, tenían que haber inscrito a sus hijos en la gestión 2016 a la primera sección, al
tenor de la RM 001/2016, que se encontraba desarrollada en similar sentido a la Resolución
Ministerial 001/2017; en razón a que en enero de 2016, tenían tres años y medio aproximadamente
y hasta el 30 de junio de dicho año, iban a cumplir cuatro años requeridos. Al dejar pasar dicho año
escolar, correspondía que en la gestión 2017, al tenor del art. 8 de la Resolución Ministerial
001/2017, se los inscriba en la segunda sección, debido a que estaban ingresando por primera vez
al 12 subsistema de educación, a los cuatro años y medio de edad aproximadamente e iban a cumplir
cinco años hasta el 30 de junio de 2017; empero, debido a la poca claridad de la normativa analizada,
los padres de familia incurrieron en error, que no fue analizada, explicada y corregida por las
autoridades educativas a tiempo de la inscripción o dentro un plazo razonable posterior a la misma;
para que, de esa forma los padres advertidos del error, puedan regularizar la inscripción de sus hijos
al comienzo de la gestión educativa, pero no así luego de transcurrido mucho tiempo; puesto que,
ello implicaría que por desidia de la administración educativa y mala o escasa información hacia los
padres de familia, se pretendan realizar actos administrativos posteriores en detrimento de los
derechos de los niños y en especial de su derecho a la educación, que se encuentra resguardado
ampliamente por la normativa nacional e internacional. Asimismo, se advierte que de acuerdo a los
informes psicológicos efectuados en los meses de junio y julio de 2017, a los niños ahora
representados, se recomendó no adelantar ninguna etapa a los mismos y más bien continúen su
avance académico; ya que, de hacerlo provocaría un cambio violento que puede ocasionar
problemas en el aula escolar; además que el paso gradual de nivel a otro, compone la obtención de
habilidades sucesivas que le permitan lograr con confianza los objetivos de los siguientes,
respetando su ritmo y desarrollo evolutivo. Consecuentemente, las autoridades demandadas, si
bien tuvieron una interpretación correcta de la norma citada; sin embargo, ello no implicaba que
puedan realizar en cualquier momento, los cambios de nivel de los niños y corregir los errores
administrativos cometidos en la etapa de inscripción, menos a pocos meses de terminar la gestión
escolar tal como sucedió en el caso presente; en razón a que, los niños representados, no pueden
verse afectados por dichas omisiones y errores, y soportar las consecuencias de una falta de claridad
de la norma y las falencias de las autoridades administrativas, que tenían la obligación de orientar a
los padres de familia, desde el momento de la inscripción, respecto al nivel que le corresponde
cursar. Por consiguiente, la inscripción realizada de los niños a primera sección, si bien no
correspondía ser realizada en dicho nivel tal como se tiene expresado precedentemente; sin
embargo, tampoco podía ser corregido mucho tiempo después, incluso meses antes del cierre de la
gestión escolar, ello afectaría en la psiquis de los niños, tal como concluyeron los informes
psicológicos, que constituyen prueba fehaciente en la decisión a asumirse en la presente causa;
habida cuenta que, la jurisdicción constitucional debe buscar la máxima satisfacción de los derechos
de la niñez y adolescencia, en el marco del principio del interés superior del niño desarrollado en el
Fundamento Jurídico III.2 de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional. 13 En mérito a ello,
corresponde conceder la tutela solicitada, por afectación a su derecho a la educación de los niños
representados y disponer que las autoridades educativas excepcionalmente los registren en el
RUDE, les permitan cursar la primera sección y les dejen avanzar a otro nivel respetando su ritmo y
desarrollo evolutivo recomendado en los informes psicológicos mencionados, así como también
realicen todos los demás trámites administrativos necesarios para consolidar su educación desde el
primer nivel de la educación inicial de familia comunitaria; tal como, correctamente lo dispuso la
Jueza de garantías constitucionales; siendo que, el derecho a la educación de los niños, no puede
ser limitado ni menoscabado por las autoridades, menos por sus propias omisiones, tal como se
tiene manifestado en el Fundamento Jurídico III.1 de la presente Resolución. En este mismo sentido,
se recomienda a las autoridades educativas y al Ministerio de Educación, desarrollen con mayor
claridad y precisión las normas que regulen la inscripción de los educandos, con la finalidad que los
padres de familia no se encuentren en situaciones complejas y confusas parecidas a las del presente
caso, que afecten directamente a los derechos de los niños y adolescentes. Asimismo, deben otorgar
la debida orientación a los padres de familia con anterioridad a la inscripción y durante la misma,
así como realizar las observaciones y correcciones del caso dentro un término brevísimo de tiempo
siguiente a la inscripción. En consecuencia, la Jueza de garantías constitucionales, al haber
concedido la acción de amparo interpuesta, obró correctamente.
POR TANTO
Acción de libertad
I.2.3 Resolución
2) Considera también la lesión que sufre “…el derecho a la dignidad, por cuanto se desnaturaliza la
esencia del ser humano, dejando de ser un fin en sí mismo, para responder a un fin ajeno, en este
caso el cumplimiento de una obligación de índole patrimonial…” (SCP 1219/2012 de 6 de
septiembre).
4) Si bien la parte demandada refiere que el cuerpo habría sido entregado de forma voluntaria y
que no se exigió ninguna circunstancia económica, se debe tener presente que esta acción de
libertad fue notificada al Gerente General de la Clínica Copacabana a horas 11:47 del 7 del mismo
mes y año; sin embargo, no se tiene constancia de que el cuerpo haya sido retirado antes de esa
hora; en tal sentido, es evidente que dichos derechos y garantías constitucionales fueron vulnerados
por la parte demandada.
El accionante señala como lesionado el derecho a la dignidad debido a que el Gerente General de
la Clínica Copacabana de Cochabamba, anteponiendo un interés económico impidió que el cuerpo
de la que en vida fuera Zoraida Villarroel Amonzabel sea retirado y pueda tener una cristiana
sepultura. En consecuencia, corresponde en revisión, verificar si tales extremos son evidentes a fin
de conceder o denegar la tutela solicitada.
POR TANTO
Dentro del proceso de divorcio iniciado por Sonia Salvatierra Brezny contra José Javier Durán
Tarabillo, el Juez Público de Familia Cuarto del departamento de Santa Cruz en primera instancia
pronunció Sentencia 38/2017 de 17 de febrero, declarando probada la demanda de divorcio y
disuelto el vínculo matrimonial. Ante esto interpuso recurso de apelación que fue declarado
inadmisible mediante Auto de Vista 176/17 de 26 de julio de 2017, emitido por la Sala Civil,
Comercial, Familiar, Niñez y Adolescencia, Violencia Intrafamiliar o Doméstica y Pública Segunda del
Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz, fundamentando que la inadmisibilidad radicó en
la carencia de expresión de agravios, Resolución que en su criterio consideró oscura e inmotivada al
haber omitido analizar y valorar lo expuesto, lo que se encontrarían debidamente fundamentado,
constituyendo este un acto ilegal que vulnera derechos y garantías constitucionales.
I.2.3. Resolución
La Sala Civil, Comercial, Familiar, Niñez y Adolescencia, Violencia Intrafamiliar o Domestica y Pública
Primera del Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz, constituida en Tribunal de garantías,
mediante Resolución 02 de 13 de octubre de 2017, denegó la tutela solicitada, en base a los
siguientes argumentos:
La SCP 1662/2012 de 1 de octubre, a tiempo de referirse a los requisitos que debe cumplir el recurso
de apelación concluyó que: “De lo relacionado precedentemente es posible concluir que el recurso
de apelación en materia civil, es un mecanismo ordinario de impugnación contra resoluciones de
los jueces o tribunales inferiores, por considerar que la interpretación deducida por éstos, a tiempo
de fallar, causaron agravio a los litigantes, en procura que la autoridad superior en grado, enmiende,
con arreglo a derecho, el daño o daños ocasionados. Dentro de ese marco, a efectos de acceder a
su interposición, se deben cumplir con los requisitos estipulados en la normativa legal vigente;
traducidos en la expresión fundamentada de los agravios sufridos como consecuencia de la
resolución impugnada; aspectos que abrirán la competencia del juez o tribunal de alzada, para
ingresar al análisis de fondo de lo demandado y pronunciar una resolución basada en derecho; no
obstante ello, no es posible exigir que la argumentación contenida en el memorial del recurso, sea
ampulosa; pues basta con que exprese y fundamente sobre los puntos resueltos por el inferior que
son objeto de impugnación por causar lesión de derechos fundamentales y/o garantías
constitucionales. Sin embargo de lo señalado, realizando una interpretación desde y conforme a la
Ley Fundamental, no es admisible la exigencia de una extrema rigurosidad en las formas, que se
traduzca en denegación de justicia, dando lugar a una decisión injusta que infrinja los principios
constitucionales. Precisamente por esas razones, cuando de los datos del proceso sea posible
identificar los agravios sufridos por el apelante, deberá la autoridad jurisdiccional que se encuentra
en conocimiento del recurso de apelación, extraerlos para la resolución del caso; y si el memorial
de demanda, aunque de manera ambigua, exponga medianamente tales agravios, entonces, con
mayor razón deberá prevalecer la justicia material o sustancial sobre la formal, para pasar a emitir
una decisión en el fondo, despojándose de paradigmas que impidan la materialización de la función
de impartir justicia. En consecuencia, será posible rechazar el uso del recurso de alzada, solamente
en aquellos casos de extrema carencia de elementos suficientes para su consideración; es decir, que
ni de los actuados procesales ni de los fundamentos esgrimidos por el apelante se puedan deducir
los daños o lesiones de derechos y garantías”.
Del análisis de los antecedentes, se evidencia que dentro del proceso de divorcio seguido por Sonia
Salvatierra Brezny contra José Javier Durán Tarabillo, ahora accionante, fue pronunciada en primera
instancia la Sentencia 38/2017 de 17 de febrero, que declaró disuelto el vínculo matrimonial,
determinación que cuestionada en apelación, dio lugar a la emisión del Auto de Vista 176/17 de 26
de julio de 2017, por el que las autoridades demandadas declararon su inadmisibilidad al carecer el
recurso de expresión de agravios. Al respecto, los antecedentes glosados, permiten advertir que los
miembros de la Sala Civil, Comercial, Familiar, Niñez y Adolescencia, Violencia Intrafamiliar o
Doméstica y Pública Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz, emitieron Auto
de Vista 176/17, que en lo principal sostuvo: “… en el memorial de apelación el apelante no señala
cual sería el agravio o perjuicio que le habría ocasionado la Sentencia 38/2017, pues, no indica que
norma adjetiva o sustantiva de la materia ha sido quebrantada o que norma debió aplicarse en la
parte considerativa y dispositiva de la resolución apelada, es menester señalar que de la simple
argumentación de ‘antecedentes fácticos’ o enumerar y describir pruebas cursantes en el proceso
no constituye la expresión y fundamentación de agravios que refieren los artículos. 365 del Código
de las Familias y del Proceso Familiar. …debiendo tenerse en cuenta que la expresión de agravios no
es la oportunidad procesal propicia para articular nulidades sobre etapas procesales concluidas,
porque los agravios deben apuntar exclusivamente a los fundamentos de la resolución del Juez a-
quo. Ahora bien, teniendo en cuenta que nos encontramos frente a un recurso de apelación carente
de expresión de agravios, pertinencia entre lo demandado y lo resuelto y su fundamentación que
exigen el artículo 365-II) del Código de las Familias y del Proceso Familiar, no se encuentra abierta
la competencia del Tribunal de Apelación…” (sic); argumentos por los cuales procedieron a declarar
inadmisible el recurso de apelación planteado por el ahora accionante contra la Sentencia 38/2017.
De la revisión efectuada al memorial de apelación se evidencia la exposición de tres puntos de
agravio, a saber: i) Por no haberse dado lugar a la audiencia de conciliación, ii) Vicio de nulidad por
no encontrarse resuelto el incidente de nulidad de fs. 748 a 749 del expediente del proceso de
divorcio; y, iii) Ilegalidad de la disolución del vínculo matrimonial, que si bien no cumple a cabalidad
la exigencia establecida, empero, contiene los elementos mínimos para su consideración, en
aplicación de los principios de eficacia de los derechos fundamentales, prevalencia del derecho
sustantivo sobre el adjetivo, pro actione y favorabilidad consagrados en la Norma Suprema, por
cuanto las autoridades ahora demandadas, se encontraban en la obligación y el deber de dar
respuesta fundamentada a cada una de las pretensiones expuestas en el recurso; puesto, que el
Juzgador debe expresar las convicciones que justifiquen de manera razonable la esencia jurídica de
su decisión a fin de dar por cumplidas las exigencias de la debida fundamentación resguardando el
debido proceso y no escudar su determinación en el hecho de que el recurso de apelación sería
carente de expresiones de agravio, generalizando la misma al señalar que la instancia de alzada no
sería la oportunidad procesal para articular nulidades sobre etapas concluidas; extremos que dieron
lugar a la prevalencia del derecho formal sobre el material, provocando denegación de justicia al
afectado, habida cuenta que se le impidió la concretización de su derecho a la impugnación y por
tanto de su oportunidad de buscar la reparación de los agravios que considera que le perjudican,
extremo que constituye inobservancia a la jurisprudencia glosada en el Fundamento Jurídico III.1.
de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional, respecto al principio de verdad material y
prevalencia del derecho sustancial sobre el formal que exige a los jueces y tribunales de la
jurisdicción ordinaria a garantizar en sus fallos el respeto y cumplimiento de las garantías y principios
constitucionales; en concordancia con la jurisprudencia establecida en el Fundamento Jurídico III.2,
que en ese mismo sentido la SCP 1662/2012, a tiempo de referirse a los requisitos que debe cumplir
el recurso de apelación en la jurisdicción ordinaria civil, realzando el principio de verdad material y
la justicia sustancial sobre la formal, sostuvo que: “…realizando una interpretación desde y
conforme a la Ley Fundamental, no es admisible la exigencia de una extrema rigurosidad en las
formas, que se traduzca en denegación de justicia, dando lugar a una decisión injusta que infrinja
los principios constitucionales. Precisamente por esas razones, cuando de los datos del proceso sea
posible identificar los agravios sufridos por el apelante, deberá la autoridad jurisdiccional que se
encuentra en conocimiento del recurso de apelación, extraerlos para la resolución del caso; y si el
memorial de demanda, aunque de manera ambigua, exponga medianamente tales agravios,
entonces, con mayor razón deberá prevalecer la justicia material o sustancial sobre la formal, para
pasar a emitir una decisión en el fondo, despojándose de paradigmas que impidan la materialización
de la función de impartir justicia”; entendimiento aplicable al caso de autos, ya que debe
garantizarse a cada persona el acceso a la justicia desechando todo rigorismo o formalismo excesivo,
que impida obtener un pronunciamiento judicial sobre las pretensiones o agravios invocados. En
ese entendido, tomando en cuenta que la acción de amparo constitucional es una acción tutelar
que protege los derechos fundamentales y garantías constitucionales en los casos en los que sean
restringidos o suprimidos por actos u omisiones ilegales o indebidas, al estar demostrado que las
autoridades demandadas vulneraron los derechos del accionante, corresponde conceder la tutela
solicitada. En consecuencia; el Tribunal de garantías, al haber denegado la tutela solicitada, obró de
manera incorrecta, porque no efectuó una adecuada compulsa de los antecedentes procesales.
POR TANTO
Acción de libertad
Zenobia Tapia Barrera, inició demanda de asistencia familiar contra Luis Alberto Fernández –hoy
accionante representado sin mandato−, proceso que se encuentra radicado en el Juzgado Público
de Familia Quinto del departamento de La Paz, el cual se tramitó mientras se encontraba detenido
preventivamente en el Penal de “San Pedro” dentro de otro proceso iniciado por la misma señora y
en el que cumplió la pena establecida; sin embargo, pese haber pagado la liquidación de asistencia
familiar, dispuesta el 24 de abril y el 15 de septiembre de 2017, efectuando el correspondiente
depósito por el monto adeudado el 2 de octubre del referido año en la Entidad Bancaria “LA
PRIMERA E.F.V.” y solicitar se deje sin efecto toda medida de “aprehensión” (siendo lo correcto
apremio) dispuesta en su contra, hasta el momento de la interposición de la presente acción tutelar,
el Juez demandado no emitió mandamiento de libertad a su favor; encontrándose por ello, detenido
ilegalmente.
I.2.2. Resolución
El Tribunal de Sentencia Penal Décimo del departamento de La Paz, constituido en Tribunal de
garantías, por Resolución 69/2017 de 13 de octubre, cursante de fs. 14 a 15 vta., resolvió denegar
la tutela solicitada por el abogado del accionante en representación sin mandato; bajo el
fundamento de que el mandamiento de libertad fue expedido en tiempo hábil y oportuno, conforme
manda el Código de las Familias y del Procesal Familiar −Ley 603 de 19 de noviembre de 2014−, al
haberse verificado que la autoridad demandada cumplió con ordenar que se expida dicho
mandamiento el mismo día que se presentó el memorial de solicitud de libertad; es decir, el 11 de
octubre de 2017, entregándose el mandamiento al Penal de “San Pedro” el 12 del indicado mes y
año.
III.1. El derecho a la libertad personal y la posibilidad de su restricción limitada sólo a los casos
señalados por la ley
La SC 0011/2010-R de 6 de abril, estableció que: “La acción de libertad, es una acción jurisdiccional
de defensa que tiene por finalidad proteger y/o restablecer el derecho a la libertad física o humana,
y también el derecho a la vida, (…) sea disponiendo el cese de la persecución indebida, el
restablecimiento de las formalidades legales y/o la remisión del caso al juez competente, la
restitución del derecho a la libertad física, o la protección de la vida misma, motivo por el cual se
constituye en una acción tutelar preventiva, correctiva y reparadora de trascendental importancia
que garantiza como su nombre lo indica, la libertad, derecho consagrado por los arts. 22 y 23.I de la
CPE”. Respecto a la acción de libertad traslativa o de pronto despacho, la SCP 0791/2015-S3 de 10
de julio, estableció lo siguiente: “El entonces Tribunal Constitucional, mediante la SC 1579/2004-R
de 1 de octubre, realizó la clasificación doctrinal del recurso de hábeas corpus -ahora acción de
libertad, a saber: a) Reparador, si ataca una lesión que ya fue consumada; b) Preventivo, cuando
procura impedir una lesión a producirse; y, c) Correctivo, si intenta evitar que se agraven las
condiciones en que se mantiene a una persona detenida; posteriormente, a través de la SC
0044/2010-R de 20 de abril, se amplió dicha clasificación identificando al hábeas corpus: 1)
Restringido, ante limitaciones del ejercicio del derecho a la libertad; 2) Instructivo, que procede
cuando el derecho a la libertad se encuentra vinculado al derecho a la vida; y, 3) Traslativo o de
pronto despacho, a través del cual se busca acelerar los trámites judiciales o administrativos cuando
existen dilaciones indebidas, para resolver la situación jurídica de la persona privada de libertad.
Respecto a esta última -la ahora acción de libertad traslativa o de pronto despacho-, el Tribunal
Constitucional Plurinacional a través de la SCP 0011/2014 de 3 de enero, se pronunció señalando
que esta: ‘…busca acelerar los trámites judiciales o administrativos cuando existen dilaciones
indebidas para resolver la situación jurídica de la persona que se encuentra privada de libertad,
precisamente para la concreción del valor libertad, el principio de celeridad y el respeto a los
derechos’. Además enfatizó que: ‘…todo tipo de decisiones judiciales vinculadas al derecho a la
libertad personal, tienen que ser: tramitadas, resueltas (SC 0224/2004-R de 16 de febrero) y
efectivizadas (SC 0862/2005-R de 27 de julio) con la mayor celeridad (SCP 528/2013 de 3 de mayo)’”.
Por su parte, la SC 0465/2010-R de 5 de julio, concluyó que: “…los tipos de hábeas corpus
precedentemente aludidos, también pueden ser identificados en la nueva Ley Fundamental, e
inclusive ampliados. Así dentro de la tipología desarrollada por la jurisprudencia del Tribunal
Constitucional citada líneas precedentes, se agregó el hábeas corpus restringido, el hábeas corpus
instructivo y al hábeas corpus traslativo o de pronto despacho (SC 0044/2010-R de 20 de abril).
Conforme la doctrina constitucional sentada por este Tribunal, por medio del hábeas corpus
traslativo o de pronto despacho, se busca acelerar los trámites judiciales o administrativos cuando
existen dilaciones indebidas, para resolver la situación jurídica de la persona que se encuentra
privada de libertad” . En ese marco, resulta claro que la acción de libertad es también un medio
idóneo para lograr la celeridad en los trámites judiciales o administrativos destinados a resolver la
situación jurídica de la persona que se encuentra privada de libertad, evitando de esa manera
dilaciones indebidas; por cuanto la libertad de la persona no sólo se constituye en un derecho
fundamental sino en un deber del Estado que debe ser protegido.
POR TANTO
La Sala Civil Primera del Tribunal Departamental de Justicia de Cochabamba, constituida en Tribunal
de garantías, mediante Resolución de 20 de octubre de 2017, cursante de fs. 124 a 128, denegó la
tutela solicitada, en base a los siguientes fundamentos.
La SCP 0148/2017-S1 de 9 de marzo, al respecto señaló: “La SCP 0631/2016-S1 de 3 de junio, sobre
la teoría del hecho superado en la acción de amparo constitucional señaló que: ‘…para que se
aplique la teoría del hecho superado se debe cumplir con el presupuesto de que el acto reclamado
hubiese cesado antes de que la parte demandada hubiese sido notificada con la acción de amparo
constitucional; sin embargo, considerando aquellos casos en que el objeto de la demanda de tutela
hubiere desaparecido después de haber sido citados el o los demandados con dicha acción; empero,
antes de la realización de la audiencia pública señalada al efecto y que el accionante hubiera tenido
conocimiento de la reparación del acto reclamado, se debe aplicar la ‘teoría del hecho superado’;
debido a que, no tendría razón de ser que la jurisdicción constitucional se pronuncie en el fondo, si
la pretensión de la parte accionante fue reparada, correspondiendo en consecuencia, denegar la
tutela solicitada”’.
POR TANTO
Es médico con dieciocho años de servicio en el SEDES La Paz, pasó por el proceso de
institucionalización desde la gestión 2012, siendo transferido y destinado como Responsable
Médico del Centro de Salud “Juancito Pinto” de ese departamento. Posteriormente, mediante
Memorando CITE: RSNC/ALM/MEM/025/2017 de 6 de marzo, se pretendió su cambio al centro de
salud de Achachicala dispuesto por Silvia Olivares López, Coordinadora Técnica de la Red 3 Norte
Central del SEDES La Paz, supuestamente por un acuerdo sostenido días anteriores con su persona;
sin embargo, dicho memorando no tenía firma ni sello del Director Técnico de esa institución. En
ese contexto, se generaron dos notas por parte de la referida Coordinadora, que atribuyéndose
facultades que no le competen -como remover personal-, informó en el primer escrito a Freddy
Rolando Valle Calderón, Director Técnico del SEDES La Paz, que su persona no quería aceptar el
cambio dispuesto, y en el segundo oficio, comunicó que Elías Choque se hizo presente en el Centro
de Salud “Juancito Pinto”, en cumplimiento del Memorando MT-024/17 de 6 de febrero de 2017, y
que su persona instruyó a dicho profesional para que atienda el turno de la mañana, no obstante
dicho memorando indicaba que se le transfería a tiempo completo y que debía coordinar sus
funciones con el Coordinador de dicha red, comportamiento que significaría desacato a las
instrucciones superiores. Ante tales circunstancias, se le instauró proceso interno por contravención
al Reglamento Interno del Personal del SEDES, en el cual mediante Resolución Final Administrativa
019/2017-JEB de 2 de mayo -pronunciada por Jorge Fernández Bautista como Autoridad
Sumariante-, se le estableció responsabilidad administrativa, sancionándole con suspensión
temporal de sus actividades sin goce de haberes por veinticinco días; por este motivo, interpuso
recurso de revocatoria, debido a que: a) No se puede desconocer el art. 9 del Decreto Supremo (DS)
25233 de 27 de noviembre de 1998, que señala que el Director Técnico del SEDES constituye el nivel
superior de decisión, por tanto es la única autoridad que puede contratar, remunerar, promocionar
y retirar al personal, y no puede hacerlo la Coordinadora Técnica de la Red; b) El art. 6.6 del DS
28909 de 6 de noviembre de 2006, reconoce la carrera administrativa y la estabilidad laboral; y, c)
El Memorando MT-024/17 de transferencia de Elías Choque, no señala en qué turno trabajaría el
mismo, mencionando únicamente a tiempo completo, y menos señalaba que dicho médico debía
reemplazarle, no siendo dicho instrumento claro en su redacción. Pese a ello, sin considerar dichos
fundamentos, se emitió la Resolución de Recurso de Revocatoria 010/2017-JEFB de “25” (lo correcto
es 29) de mayo, confirmando la Resolución de primera instancia, manteniendo la sanción impuesta
en su contra, por lo que dicha decisión fue objeto de recurso jerárquico.
I.2.3. Resolución
El Juez Público Civil y Comercial Vigésimo Quinto del departamento de La Paz, constituido en Juez
de garantías, mediante Resolución 469/2017 de 13 de octubre, cursante de fs. 385 a 388, denegó la
tutela impetrada, en base a los siguientes fundamentos:
5) Por último, tampoco puede dejarse de lado que el accionante cumplió con la sanción de
suspensión ordenada por el sumariante, no realizando observaciones a la misma, por lo que dicha
actitud puede considerarse como acto consentido.
La SCP 0682/2014 de 10 de abril, estableció que: “El debido proceso previsto en el art. 115.II de
CPE, ha sido entendido por el Tribunal Constitucional, en la SC 2798/2010-R de 10 de diciembre,
acogiendo el entendimiento de la SC 0418/2000-R de 2 de mayo, como: ‘…el derecho de toda
persona a un proceso justo y equitativo, en el que sus derechos se acomoden a lo establecido por
disposiciones jurídicas generales aplicables a todos aquellos que se hallen en una situación similar,
comprende el conjunto de requisitos que deben observarse en las instancias procesales, a fin de
que las personas puedan defenderse adecuadamente ante cualquier tipo de acto emanado del
Estado que pueda afectar sus derechos´. Al respecto, el Tribunal Constitucional a través de la SC
1289/2010-R de 13 de septiembre, refirió: ´La jurisprudencia del Tribunal Constitucional, contenida
en la SC 0752/2002-R de 25 de junio, recogiendo lo señalado en la SC 1369/2001-R de 19 de
diciembre, ha establecido que el derecho al debido proceso ‘«…exige que toda Resolución sea
debidamente fundamentada. Es decir, que cada autoridad que dicte una Resolución debe
imprescindiblemente exponer los hechos, realizar la fundamentación legal y citar las normas que
sustenta la parte dispositiva de la misma. Que, consecuentemente cuando un Juez omite la
motivación de una Resolución, no sólo suprime una parte estructural de la misma, sino también en
los hechos toma una decisión de hecho no de derecho que vulnera de manera flagrante el citado
derecho que permite a las partes conocer cuáles son las razones para que se declare en tal o cual
sentido; o lo que es lo mismo cuál es la ratio decidendi que llevó al Juez a tomar la decisión»’. La
obligación de fundamentar las resoluciones también es aplicable a las resoluciones que resuelven
apelaciones así la SC 0040/2007-R de 31 de enero, haciendo referencia a la SC 0577/2004-R de 15
de abril, indicó: ‘«Esta exigencia de fundamentar las decisiones, se torna aún más relevante cuando
el Juez o Tribunal debe resolver en apelación la impugnación de las resoluciones pronunciadas por
las autoridades de primera instancia; (…), es imprescindible que dichas Resoluciones sean
suficientemente motivadas y expongan con claridad las razones y fundamentos legales que las
sustentan y que permitan concluir, que la determinación sobre la existencia o inexistencia del
agravio sufrido fue el resultado de una correcta y objetiva valoración de las pruebas, del mismo
modo que se exige al apelante cumplir con la obligación de fundamentar los agravios; por cuanto,
en la medida en que las resoluciones contengan, los fundamentos de hecho y de derecho, el
demandado tendrá la certeza de que la decisión adoptada es justa; por lo que no le esta permito a
un Juez o Tribunal, reemplazar la fundamentación por la relación de antecedentes, la mención de
los requerimientos de las partes o hacer alusión de que el Juez de instancia obró conforme a
derecho, (…); con mayor razón, si se tiene en cuenta que el contar con una Resolución debidamente
fundamentada y motivada es un derecho fundamental de la persona y forma parte del debido
proceso…»’. Por su parte, la SC 1326/2010-R de 20 de septiembre, dijo: ‘La jurisprudencia
constitucional ha establecido, que la garantía del debido proceso comprende entre uno de sus
elementos la exigencia de la motivación de las resoluciones, lo que significa, que toda autoridad que
conozca de un reclamo, solicitud o que dicte una resolución resolviendo una situación jurídica, debe
ineludiblemente exponer los motivos que sustentan su decisión, para lo cual, también es necesario
que exponga los hechos establecidos, si la problemática lo exige, de manera que el justiciable al
momento de conocer la decisión del juzgador lea y comprenda la misma, pues la estructura de una
resolución tanto en el fondo como en la forma, dejará pleno convencimiento a las partes de que se
ha actuado no sólo de acuerdo a las normas sustantivas y procesales aplicables al caso, sino que
también la decisión está regida por los principios y valores supremos rectores que rigen al juzgador,
eliminándose cualquier interés y parcialidad, dando al administrado el pleno convencimiento de que
no había otra forma de resolver los hechos juzgados sino de la forma en que se decidió. La
motivación no implicará la exposición ampulosa de consideraciones y citas legales, sino que exige
una estructura de forma y de fondo. En cuanto a esta segunda, la motivación puede ser concisa,
pero clara y satisfacer todos los puntos demandados, debiendo expresar el juez sus convicciones
determinativas que justifiquen razonablemente su decisión en cuyo caso las normas del debido
proceso se tendrán por fielmente cumplidas’. En ese entendido, siguiendo la línea jurisprudencial
sentada y desarrollada por las SSCC 0871/2010-R y 1365/2005-R, citadas por la SC 2227/2010-R 7
de 19 de noviembre, se señaló: ‘«Es imperante además precisar que toda resolución ya sea
jurisdiccional o administrativa, con la finalidad de garantizar el derecho a la motivación como
elemento configurativo del debido proceso debe contener los siguientes aspectos a saber: a) Debe
determinar con claridad los hechos atribuidos a las partes procesales, tener una exposición clara de
los aspectos fácticos pertinentes, c) Debe describir de manera expresa los supuestos de hecho
contenidos en la norma jurídica aplicable al caso concreto, d) Debe describir de forma
individualizada todos los medios de prueba aportados por las partes procesales, e) Debe valorar de
manera concreta y explícita todos y cada uno de los medios probatorios producidos, asignándoles
un valor probatorio específico a cada uno de ellos de forma motivada, f) Debe determinar el nexo
de causalidad entre las denuncias o pretensiones de las partes procesales, el supuesto de hecho
inserto en la norma aplicable, la valoración de las pruebas aportadas y la sanción o consecuencia
jurídica emergente de la determinación del nexo de causalidad antes señalado»’. De la
jurisprudencia glosada líneas supra, se concluye que la fundamentación y motivación de las
resoluciones judiciales no se traducen en una exigencia de extensión o simplemente de forma, sino
más bien esencialmente se refieren a los aspectos de fondo donde el Juez o Tribunal de una forma
imparcial, deben expresar en su resolución los hechos, pruebas y normas en función de las cuales
adopta su posición, además de explicar las razones por las cuales valora los hechos y pruebas de una
manera determinada y el sentido de aplicación de las normas” (las negrillas fueron agregadas).
De los antecedentes presentados en la causa, se tiene que a consecuencia del sumario instaurado
contra el ahora accionante, se emitió la Resolución Final Administrativa 019/2017 de 2 de mayo,
que estableció responsabilidad administrativa contra su persona por haber infringido el art. 10 incs.
a), p), u); e, y) del Reglamento Interno del Personal del SEDES La Paz, sancionándole con veinticinco
días de suspensión sin goce de haberes (Conclusión II.3.), por lo que éste interpuso recurso de
revocatoria contra la misma, pronunciándose la Resolución de Recurso de Revocatoria 010/2017-
JEFB de 29 de mayo, la cual confirmó la Resolución Final Administrativa (Conclusión II.5.), siendo
consiguientemente deducido por el accionante el recurso jerárquico contra la Resolución referida
impetrando su nulidad hasta el vicio más antiguo, para finalmente emitirse la Resolución de Recurso
Jerárquico DIR-SEDES 019/2017 de 22 de junio, confirmando en su totalidad la Resolución de
Revocatoria, quedando firme y subsistente su determinación (Conclusión II.7). De manera inicial
corresponde precisar que el análisis de la presente causa se realizara a partir de la última decisión
emitida en sede administrativa; toda vez que, este es el acto procesal a través del cual pudieron
restaurarse los derechos supuestamente lesionados, siendo en ese orden la Resolución de Recurso
Jerárquico DIR-SEDES 019/2017, emitida por el Director Técnico del SEDES La Paz, la cual confirmó
la Resolución de Recurso de Revocatoria. Ahora bien, el accionante reclama dos aspectos concretos
con relación a la Resolución referida supra: a) Ausencia de fundamentación, motivación y
congruencia; toda vez que, pretende la validación de un acto -Memorando CITE:
RSNC/ALM/MEM/025/2017 que dispuso su traslado- por autoridad sin competencia para el efecto;
y, b) No se efectuó una adecuada valoración probatoria. Con la finalidad de absolver el primer
cuestionamiento planteado, referido a que la Resolución de Recurso Jerárquico DIR-SEDES
019/2017, carece de fundamentación, motivación y congruencia, es pertinente proceder a un
examen de contrastación entre los agravios que el accionante expresa en su memorial de recurso
jerárquico y lo respondido por la autoridad demandada. En ese sentido, corresponde detallar los
agravios cuestionados en el recurso jerárquico cursante de fs. 27 a 30, los cuales se resumen de la
siguiente manera:
1) “Según el Estatuto Orgánico y reglamentos del Colegio Médico de Bolivia y Resolución Ministerial
Nº 0622 de 25 de julio de 2008, que en su artículo 14 establece los beneficios y derechos del
trabajador en salud en Bolivia, mismo que en su artículo 2, señala que “…De la inamovilidad en su
centro de trabajo, no pudiendo ser destituido, removido, alterado su horario o tiempo de trabajo,
ni traslado a otra localidad geográfica, sin previo consentimiento del médico o proceso que
justifique esa medida…” (sic).
2) “El Articulo 122 de nuestra Norma Suprema (…) prescribe (…) ‘…Son nulos los actos de las
personas que usurpen funciones que no le competen, así como los actos de las que ejercen
jurisdicción o potestad que no emane de la ley…’ (…) se pone en evidencia que la Dra. Silvia Olivares
López, en su calidad de Cordinadora Técnica Red 3, Norte Central – SEDES (…) no tienen la capacidad
legal, ni cuentan con las atribuciones suficientes para transferir personal…” (sic).
ii) “…El SEDES tiene como misión fundamental de ejercer como Autoridad de Salud en el ámbito
departamental y (…). Asimismo, el Art. 9 de la cita norma legal, establece que el Director Técnico
del SEDES, Constituye el nivel superior de decisión, responsable de dirigir las actividades…” (sic [las
negrillas fueron adicionadas]). iii) “Por todo lo (…) analizado, descrito, confrontado y valorado, se
evidencio que; 1ro. El Funcionario Wilfredo Conde Andrade (…) NO PRESENTA PRUEBA ALGUNA QUE
CORROBORE Y SUSTENTE SUS ACUSACIONES (…) porque aparentemente se vulnero sus derechos,
NO DEMOSTRANDO DICHA VULNERACION, evidenciándose que es reacio a obedecer órdenes
superiores y la susceptibilidad en cuanto al cargo que ocupa actualmente…” (sic). Ahora bien,
conforme a la jurisprudencia constitucional citada en el Fundamento Jurídico III.1. de la presente
Sentencia Constitucional Plurinacional, el debido proceso contiene como uno de sus componentes
el derecho a la fundamentación y motivación de las resoluciones, que debe ser entendido como la
obligación de las autoridades jurisdiccionales de motivar y fundamentar las razones de la decisión
contenida en una resolución, citando los motivos de hecho y derecho, base de sus decisiones, en la
que los mismos sean expuestos de forma clara y concisa, no siendo exigible una exposición amplia
de consideraciones y citas legales, ni tampoco ser una mera relación de los documentos o mención
de los requerimientos de las partes, sino contener una estructura de forma y de fondo que permita
la comprensión de los motivos de la decisión asumida. Bajo ese precedente jurisprudencial y
conocidos los argumentos sobre los cuales se sustentó la Resolución de Recurso Jerárquico,
corresponde referirnos a cada uno de los puntos planteados. Así respecto al primer apartado
referido a que el médico goza de “…inamovilidad en su centro de trabajo, no pudiendo ser
destituido, removido, alterado su horario o tiempo de trabajo, ni traslado a otra localidad
geográfica, sin previo consentimiento del médico o proceso que justifique esa medida…”, dicho
agravio fue respondido en el siguiente sentido, “…Capitulo IV subsistema de movilidad personal Art.
27 establece que la movilidad es el conjunto de cambios a los que se sujeta el servidor público desde
que ingresa a la administración pública hasta su retiro. Es importante aclarar al procesado que No
necesariamente debe existir consenso para la remoción o movilidad del personal, sino que está
supeditada a la decisión del superior jerárquico…” advirtiéndose del contenido una explicación de
las razones por las cuales procede su remoción y que por tanto su traslado obedece a normativa,
encontrándose respondido este punto de forma escueta.
Con relación al segundo punto cuestionado, respecto a “…que la Dra. Silvia Olivares López, en su
calidad de Coordinadora Técnica Red 3, Norte Central – SEDES (…) no tienen la capacidad legal, ni
cuentan con las atribuciones suficientes para transferir personal…”, del contenido de la Resolución
del Recurso Jerárquico DIR-SEDES 019/2017, no se advierte suficiente fundamentación que exponga
con claridad las razones legales que la sustentan y que permitan concluir dicha determinación; toda
vez que, el accionante cuestiona la competencia de la Coordinadora Técnica Red 3, Norte Central
del SEDES La Paz, quien pretende su traslado del Centro de Salud “Juancito Pinto” a Achachicala
mediante Memorando CITE: RSNC/ALM/MEM/025/2017, aspecto que pese a ser claramente
identificado y expresado de forma sistemática desde el inicio del proceso sumario, no fue atendido
por la autoridad demandada, ocasionando desconcierto e inseguridad en el sumariado -ahora
accionante-, por lo que es evidente que dicha determinación adolece de fundamentación, más
cuando en obrados cursa Memorando MT-024/17 de 6 de febrero de 2017 -de transferencia de Elías
Estanilao Choque en lugar del ahora accionante-, el cual sí firma del Director Técnico del SEDES La
Paz -Freddy Rolando Valle Calderón-, hecho que genera más susceptibilidad en el accionante, por lo
que corresponde conceder la tutela respecto a este punto. Asimismo, sobre el segundo
cuestionamiento, cabe referir que conforme lo establecido en el Fundamento Jurídico III.2. de esta
Sentencia Constitucional Plurinacional, la revisión de la actividad interpretativa de los jueces
ordinarios en la valoración probatoria es únicamente revisable por este Tribunal cuando el
accionante exprese de forma clara y precisa cómo dicha labor valorativa lesionó sus derechos
fundamentales, advirtiéndose en el caso que nos ocupa la ausencia de carga argumentativa para
que la jurisdicción constitucional ingrese al análisis de la valoración probatoria desplegada por la
autoridad demandada. En consecuencia, el Juez de garantías, al haber denegado la tutela
impetrada, no adoptó una decisión correcta.
POR TANTO
2º DENEGAR la tutela con relación a los demás derechos denunciados como lesionados.
En noviembre de 2009 ingresó a prestar sus servicios laborales en el Gobierno Autónomo Municipal
de La Paz, suscribiendo desde entonces doce contratos a plazo fijo de forma continua y permanente,
en ese entendido, en su calidad de Encargado de Recursos Humanos (RR.HH.) del Programa Gestor
del Instituto de la Juventud descubrió durante su último contrato un ítem fantasma, situación que
denunció ante la máxima autoridad ejecutiva (MAE) de la entidad y la unidad de transparencia,
actuaciones por las que fue víctima de hostigamiento laboral de parte de la codemandada y
finalmente en un acto de venganza “…se ha procedido a mi desvinculación laboral después del
ultimo contrato que fue hasta el 31 de diciembre de 2016…” (sic).
I.3.4. Resolución
1) En el presente caso se debió tener en cuenta que por Ley 321 de 18 de diciembre de 2012, se
incorporó al ámbito de la Ley General del Trabajo a los trabajadores municipales asalariados de los
gobiernos autónomos municipales y el DL 16187 determinó el principio de continuidad, por lo que,
la firma de dos o más contratos determina una relación laboral de carácter indefinido.
III.1. Protección constitucional a la orden de reincorporación laboral, dispuesta por las Jefaturas
Departamentales de Trabajo
Al respecto, la SCP 0237/2017-S3 de 27 de marzo que a su vez cita a la SCP 0438/2016-S3 de 13 de
abril, sostuvo que: «“El derecho a la estabilidad laboral, consagrado por el art. 46.I.2 de la CPE,
prohíbe toda forma de despido injustificado y de acoso laboral, medidas extremas que solo pueden
ser adoptadas, de comprobarse la existencia de una causa o móvil justificado, toda vez que nuestra
economía jurídica en materia laboral, busca que el trabajador para su seguridad, tranquilidad y el
bienestar íntegro de su familia, pueda conservar su fuente de empleo.
Constituye así para el Estado, una obligación y responsabilidad, generar políticas que aseguren dicha
estabilidad laboral, por lo que el 1 de mayo de 2010, se promulgó el Decreto Supremo (DS) 0495,
que conjuntamente con la Resolución Ministerial (RM) 868/2010 de 26 de octubre, regulan un
procedimiento que deben observar las Jefaturas Departamentales de Trabajo, cuando asuman el
conocimiento de retiros o despidos injustificados y tras verificar la certeza de tales extremos,
mediante conminatoria ordenar la reincorporación del trabajador al mismo puesto que ocupaba
(Artículo Único del DS 0495). El mismo DS 0495, a tiempo de incluir el parágrafo IV en el art. 10 del
DS 28699 de 1 de mayo de 2006, establece la naturaleza de la referida conminatoria, al señalar que:
‘La conminatoria es obligatoria en su cumplimiento a partir de su notificación y únicamente podrá
ser impugnada en la vía judicial, cuya interposición no implica la suspensión de su ejecución’ (el
subrayado es nuestro), por lo que la decisión de la autoridad administrativa laboral, es de
cumplimiento obligatorio para el empleador, al constituir una disposición laboral, amparada por
normativa constitucional. …la SCP 0177/2012 de 14 de mayo, enfatizando la vigencia plena del
principio protector y de la estabilidad laboral, desarrolló un razonamiento jurisprudencial, destinado
a hacer efectivo el cumplimiento de las conminatorias de reincorporación laboral, estableciendo
que: ‘… a efecto de consolidar la protección de la estabilidad laboral que rige en el Estado
Plurinacional de Bolivia, a partir de la vigencia de la Constitución, se hace necesaria la modulación
sobre el tema.
En consecuencia, aplicando las normas legales relativas a la estabilidad laboral descritas, se debe
considerar los siguientes supuestos:
1) En caso de que una trabajadora o un trabajador, ante un eventual retiro intempestivo sin causa
legal justificada opte por su reincorporación, deberá denunciar este hecho ante las Jefaturas
Departamentales de Trabajo; entidades que deberán asumir el trámite previsto por el DS 0495,
emitiendo si corresponde la conminatoria de restitución en los términos previstos en esta norma, y
en caso de que el empleador incumpla la conminatoria, el trabajador o trabajadora podrá interponer
la acción de amparo constitucional, misma que resulta más idónea en estos casos por las razones
antes expuestas.
2) Aclarando que la conminatoria dispuesta por el Ministerio de Trabajo Empleo y Previsión Social,
en los alcances del DS 0495, no constituye una resolución que defina la situación laboral de la
trabajadora o el trabajador, por cuanto el empleador puede impugnar esta determinación en la
justicia ordinaria, conforme previene el referido Decreto Supremo; vale decir, interponiendo una
acción laboral dentro los alcances establecidos por el art. 65 del CPT, precepto que otorga la
posibilidad al empleador de constituirse en parte demandante en una acción social, instancia en la
que en definitiva se establecerá si el despido fue o no justificado, esto debido a que la justicia
constitucional sólo viabiliza la tutela inmediata ante la decisión unilateral del empleador que opta
por un despido intempestivo sin causa legal justificada.
3) En aquellos casos en que la trabajadora o trabajador, fuera sometido a un proceso interno dentro
el cual se determine su despido por una de las causales establecidas en el art. 16 del Código antes
referido y art. 9 del Decreto Reglamentario (DR), en su caso por vulneración a su Reglamento
Interno, el procedimiento previsto por el DS 0495, no será aplicable; debiendo la trabajadora o
trabajador, que estime que su destitución fue ilegal o injustificada, incoar la correspondiente
demanda de reincorporación ante la judicatura laboral’”» (las negrillas fueron agregadas).
El accionante denuncia la vulneración de sus derechos invocados en esta acción tutelar, puesto que,
habiendo denunciado su despido injustificado por parte del Gobierno Autónomo Municipal de La
Paz ante la Jefatura Departamental de Trabajo La Paz, pese a la emisión de la Conminatoria
J.D.T.L.P./48-VI-CPE/D.S.0495/EVG/27/2017 que ordenó su inmediata reincorporación a su fuente
de trabajo, las autoridades demandadas no dieron cumplimiento a lo dispuesto. De la revisión de la
documentación cursante en obrados, se tiene los contratos de trabajo a plazo fijo suscritos entre el
Gobierno Autónomo Municipal de La Paz y el ahora accionante en diferentes funciones, y el estado
de ahorro previsional de aportaciones al sistema integral de pensiones en el que consta los aportes
efectivizados por dicha entidad edil entre el 2009 y 2016 (Conclusión II.1), asimismo, se tiene la
denuncia de despido injustificado realizada por el accionante ante la Jefatura Departamental de
Trabajo La Paz (Conclusión II.2), misma que tras su tramitación dio lugar a la emisión de la
Conminatoria J.D.T.L.P./48-VI-CPE/D.S.0495/EVG/27/2017 de reincorporación a favor del
accionante (Conclusión II.3), la cual tras ser impugnada, fue confirmada por RA 096-17 de 18 de
mayo de 2017 y ante la presentación del recurso jerárquico, dicha determinación quedó incólume
por RM 974/17 de 18 de octubre del mismo año (Conclusión II.4) Conforme lo transcrito en el
Fundamento Jurídico III.1 de esta Sentencia Constitucional Plurinacional, se tiene claramente
establecido que, ante la existencia de un despido intempestivo que de forma injustificada desvincula
al trabajador de su fuente laboral, éste puede acudir ante la Jefatura Departamental de Trabajo a
objeto de denunciar este hecho, teniendo dicha instancia la atribución de emitir una conminatoria
de reincorporación que deberá ser observada por el empleador de forma obligatoria, abriéndose la
competencia de este Tribunal en caso de renuencia del empleador al cumplimiento de la
conminatoria dispuesta, a través de la acción de amparo constitucional en razón a la inmediata
protección que amerita el derecho constitucional de estabilidad laboral. En ese entendido, en el
caso que nos ocupa, se advierte que tras la denuncia de despido intempestivo realizada por el ahora
accionante ante la Jefatura Departamental de Trabajo La Paz, dicha instancia procedió con la
emisión de la Conminatoria J.D.T.L.P./48-VI-CPE/D.S.0495/EVG/27/2017 de reincorporación tras
constatar la existencia de un despido injustificado, explicando de forma clara que ante la existencia
de varios contratos a plazo fijo, en aplicación de lo previsto por el DL 16187 se considera que la
relación laboral del accionante fue de carácter indefinido, valorando asimismo que las funciones
desempeñadas por este son propias y permanentes de la entidad municipal, y que conforme lo
prescrito en la Ley 321, se incorpora al ámbito de aplicación de la Ley General del Trabajo a las
trabajadoras y los trabajadores que desempeñen funciones en servicios manuales y técnico
operativo administrativo de los gobiernos autónomos municipales, aspecto que refuerza la
justificación de la aplicación de la norma laboral referida en el caso del accionante, por lo que se
concluyó que la relación laboral fue disuelta por el empleador sin una causal o justificativo legal. De
lo referido, se advierte que ante la constatación del despido injustificado del accionante por parte
del Gobierno Autónomo Municipal de La Paz, la Jefatura Departamental de Trabajo La Paz pronunció
una resolución coherente y debidamente justificada, considerando de forma precisa el vínculo
laboral de carácter indefinido existente entre las partes a partir de la existencia de contratos
sucesivos en tareas propias y permanentes de la entidad, así como la aplicación de la Ley General
del Trabajo en virtud a lo establecido en la Ley 321, aspectos que ameritan a que este Tribunal
disponga el cumplimiento inmediato de la Conminatoria J.D.T.L.P./48-VI-
CPE/D.S.0495/EVG/27/2017 de reincorporación, correspondiendo la concesión de tutela impetrada,
debiendo en consecuencia darse estricto cumplimiento a lo dispuesto por la aludida Conminatoria
de reincorporación emitida con la aclaración que conforme la “...SCP 0583/2012 de 20 de julio, que
refirió que las CONMINATORIAS DE REINCORPORACIÓN tiene[n] carácter provisional en favor del
accionante, puesto que si el empleador considera que tal determinación es ilegal o injusta se
encuentra en la posibilidad de impugnar la misma en la justicia ordinaria laboral, por cuanto la
reincorporación únicamente tiene carácter provisional tendiente a resguardar el derecho al trabajo”
(sic). En consecuencia, el Tribunal de garantías, al haber denegado la tutela solicitada, no actuó de
forma correcta.
POR TANTO
Suscribió contrato a plazo fijo del 8 de agosto al 8 de noviembre de 2016 (noventa días), fecha en
la que le hicieron conocer que estaba contratada indefinidamente como personal de servicio,
empero fue informada por el Administrador de Recursos Humanos (RR.HH.) del Hospital
Cochabamba, Freddy Barrón, que no figuraba en la lista de recontrataciones, no obstante de cumplir
con los requisitos, debido a su embarazo de doce semanas. Ante esta situación acudió a la Jefatura
Departamental de Trabajo Cochabamba, instancia administrativa que emitió la Conminatoria de
Reincorporación MTEPS/JDTCBBA/ 20/2017 de 6 de febrero, constriñendo al empleador, le restituya
en su fuente de trabajo en el último cargo que desempeñaba, así como el pago de sus salarios
devengados y la restitución del seguro a corto y largo plazo. Contra esta determinación, su
empleador –ahora demandado–, interpuso recurso de revocatoria, resuelto por la Resolución
Administrativa (RA) 77/2017 de 6 de marzo, confirmando la Resolución impugnada. Ante el
incumplimiento de la indicada conminatoria de reincorporación por parte de su empleador, es que
acudió a esta vía para la defensa de sus derechos.
I.2.3. Resolución
La accionante alega la vulneración de sus derechos al trabajo y al empleo, a una fuente laboral
estable, a la protección como trabajadora y fuerza productiva de la sociedad, a la inamovilidad
laboral de la mujer en estado de embarazo, y a su ”derecho a la reincorporación a su fuente laboral”
(sic); y, a la garantía a la jerarquía normativa, “violencia laboral y discriminación”; toda vez que, no
obstante la Jefatura Departamental de Trabajo Cochabamba, emitió a su favor una Conminatoria de
Reincorporación, misma que fue ratificada en grado de recurso de revocatoria; sin embargo, su
empleador –ahora demandado– no ha dado cumplimiento y efectividad a la misma. En
consecuencia, corresponde en revisión, verificar si tales extremos son evidentes a fin de conceder
o denegar la tutela solicitada.
III.1. Sustracción de objeto del amparo constitucional por haberse extinguido la causa que motivó
su interposición
POR TANTO
Acción de libertad
Dentro del proceso penal seguido contra Juan Franz Pari Mamani y “otros” por el Ministerio Público,
presentó dos memoriales ante la mencionada institución, a través de los cuales se apersonó e hizo
su presentación espontanea en el mismo, caso LPZ 1711474; sin embargo, después de
aproximadamente dos semanas, no existe respuesta al primero de los escritos; y con relación al
segundo, tampoco hay pronunciamiento desde el 25 de octubre de 2017; situación que la dejó en
un estado de incertidumbre e indefensión, al no saber sobre su situación jurídica procesal.
I.2.3. Resolución
El Juez de Sentencia Penal Sexto del departamento de La Paz, constituido en Juez de garantías,
mediante Resolución 34/2017 de 1 de noviembre, cursante de fs. 11 a 12, denegó la tutela solicitada,
en virtud de los siguientes fundamentos:
b) Marihela Ximena Esther Valdés Romero, tampoco llegó a demostrar de manera objetiva y
fehaciente que las autoridades demandadas hubieran suprimido o restringido su derecho a la
libertad.
Dentro del proceso penal seguido contra Juan Franz Pari Mamani por los presuntos ilícitos de
peculado, apropiación indebida, incumplimiento de deberes y daño económico al Estado, la
accionante manifiesta haber presentado dos memoriales ante el Ministerio Público, a través de los
cuales se apersonó e hizo su presentación espontanea (caso LPZ 1711474); pese a ello, y después
de aproximadamente dos semanas, no obtuvo respuesta a ninguno de los escritos, situación que la
deja en estado de incertidumbre e indefensión, al no saber sobre su situación jurídica procesal. En
observancia del principio de comprensión efectiva que rige a la jurisdicción constitucional y a efectos
de resolver la problemática puesta a conocimiento, consideramos fundamental efectuar una
valoración jurídica de los dos escritos presentados por la accionante ante el Ministerio Público, y
que a la fecha son de conocimiento de este Tribunal. Dicho esto, se tiene que, en ejercicio de su
derecho a la defensa, conforme acredita la Conclusión II.2. de la presente Sentencia Constitucional
Plurinacional, la accionante se apersonó e hizo su presentación espontanea ante el Ministerio
Publico, dentro de una investigación abierta -caso LPZ1711474-, solicitando se señale día y hora para
prestar su declaración informativa. Dicha petición, fue realizada al amparo de lo dispuesto por el
art. 223 del CPP, disposición legal que en su segundo párrafo, en concordancia con el art. 54 de la
misma disposición legal, hace un claro y efectivo reconocimiento a las facultades y competencias
que tiene el juez de instrucción penal dentro de la etapa preparatoria. La norma de referencia,
establece respecto al supuesto de presentación espontánea, que: “Si el fiscal no se pronuncia dentro
de las cuarenta y ocho horas, el imputado acudirá ante el juez de la instrucción para que resuelva
sobre la procedencia de su libertad o de algunas de las medidas cautelares”. De lo expuesto, se
evidencia que al momento de la presentación espontanea realizada por la accionante, la causa ya
estaba bajo control jurisdiccional de la autoridad judicial, quien ejerce facultades y competencias
contraloras en virtud a la disposición legal establecida por el art. 54 de la CPP, dichas facultades
fueron desarrolladas por la jurisprudencia constitucional, reconociendo entre otras cosas, que: “En
el caso de la etapa preparatoria, los arts. 54 inc 1) y 279 del CPP, atribuyen al juez de instrucción en
lo penal la función de ejercer control jurisdiccional respecto a las actuaciones de la Fiscalía y la
Policía Nacional, es por eso que la misma norma legal en su art. 289 y en la parte in fine del art. 298
obliga al fiscal a dar aviso de la investigación dentro de las veinticuatro horas de iniciada la misma,
pues es el juez el encargado de precautelar que la fase de la investigación se desarrolle en
correspondencia con el sistema de garantías reconocido por la Constitución Política del Estado, las
convenciones y tratados internacionales vigentes y las normas del Código de Procedimiento Penal
pudiendo asumir las medidas que el caso aconseje…” (SC 0848/2007-R de 12 de diciembre). En el
mismo orden, el memorial de 16 de octubre de 2017 y la Conclusión II.1. del presente fallo,
documentan, que dentro de la investigación en la cual la impetrante de tutela realizó su
“apersonamiento espontaneo”, se había dictado contra el principal acusado una medida cautelar
de carácter personal, extremos que demuestran todo lo expuesto precedentemente; es decir, que
al momento de la presentación de los escritos de 16 y 25 de octubre del indicado año, ya existía un
informe de inicio de investigación y la causa se encontraba sujeta al control jurisdiccional del Juez
de Instrucción Penal. En virtud de lo hasta aquí expuesto, corresponde mencionar que las facultades
contraloras del juez de instrucción penal, están establecidas en el art. 54 inc. 1) del CPP, norma
adjetiva que determina que las indicadas autoridades son competentes para el control de la
investigación, conforme a las facultades y deberes previstos en el Código de Procedimiento Penal.
De manera aclarativa, y considerando que la acción de libertad presentada es de carácter traslativo
o de pronto despacho; evidentemente y como refiere la peticionante de tutela, dicho mecanismo
de defensa fue instituido con el objetivo de dar celeridad a trámites administrativos y judiciales,
cuando existan dilaciones indebidas para resolver la situación jurídica de una persona. Sin embargo,
de la acción tutelar presentada se puede colegir, que la demandante no ha considerado que la
misma, está reservada para personas que se encuentran privadas de libertad, conforme se entiende
del Fundamento Jurídico III.1. del presente Fallo; extremo que desnaturaliza la tutela solicitada,
tomando en cuenta que, no se ha demostrado, que al momento de la presentación de la acción de
libertad que nos ocupa, la ahora accionante se encontraba privada de su libertad personal El
Fundamento Jurídico III.2. precedente, establece que ante la existencia de medios de defensa
procesales específicos: idóneos, eficientes y oportunos para restituir el derecho a la libertad, estos
deben ser necesariamente agotados por los afectados como requisito previo para la activación de
la justicia constitucional; así mismo, el precedente constitucional dispuesto mediante la SCP
0482/2013, que se adecua a la problemática bajo análisis, estableció que no es posible ingresar al
fondo de la acción de libertad: “2. Cuando el fiscal da aviso del inicio de la investigación al Juez
cautelar y ante la denuncia de una supuesta ilegal aprehensión, arresto u otra forma de restricción
de la libertad personal o física por parte de un Fiscal o de la Policía, el accionante, previo a acudir a
la jurisdicción constitucional debe en principio, denunciar todos los actos restrictivos de su libertad
personal o física ante la autoridad que ejerce el control jurisdiccional”. Del análisis y valoración de
los antecedentes, esta Sala concluye, que ante la falta de pronunciamiento del Ministerio Público
respecto a la presentación espontanea realizada por la ahora accionante; la interesada debió activar
ante el Juez contralor, el mecanismo dispuesto en el segundo párrafo del art. 223 del CPP; razón por
la cual en el presente caso, no se agotaron los mecanismos intraprocesales dispuestos en la norma
adjetiva ordinaria penal, razón jurídica suficiente para denegar la tutela por subsidiariedad. En
consecuencia, el Juez de garantías, al denegar la tutela, aunque con otros argumentos, efectuó un
análisis correcto de los antecedentes cursantes en obrados.
POR TANTO
Acción de libertad
No obstante, de la existencia de error en la identidad de las personas desde el inicio de los actos
jurisdiccionales, hecho que se demuestra por las actas de suspensión de audiencias y edictos; el 12
de octubre de 2017, el Juez de Instrucción Penal Tercero de la Capital, en la respectiva audiencia de
medidas cautelares, dispuso medidas sustitutivas a la detención preventiva; sin embargo, en el
mismo actuado procesal, la víctima interpuso recurso de apelación; instancia en la cual, la Sala Penal
y Administrativa revocó la Resolución del inferior y determinó mantener su detención preventiva,
al considerar que existía riesgo procesal, sin considerar que la aprehensión responde al objeto de
poner al sindicado a disposición de la autoridad jurisdiccional, la que concluye una vez cumplida su
finalidad y que no puede ser sustento para negar la libertad del imputado encontradose de manera
indebida privado de libertad.
I.2.3. Resolución
La Jueza de Ejecución Penal Primera del departamento de Pando, constituida en Jueza de garantías,
mediante Resolución de 24 de octubre de 2017, cursante de fs. 27 a 29, concedió la tutela
impetrada, anulando el Auto de Vista de 19 de octubre de 2017, emitido por los Vocales
demandados, debiendo dictar uno nuevo, debidamente fundamentado y motivado en el plazo de
veinticuatro horas, considerando de manera integral la prueba y argumentos expuestos por el
imputado con el fundamento que el Auto de Vista emitido, se circunscribe a determinar el peligro
procesal de fuga -art. 234.4 del Código de Procedimiento Penal (CPP)-, referido al comportamiento
del imputado, al haber sido declarado rebelde y trasladado a la fuerza desde La Paz; sosteniendo
que si bien, este riesgo no puede permanecer en todo el desarrollo del proceso, tampoco puede
desparecer en tan poco tiempo, no constituyendo solo un certificado (de buena conducta del
Director del Penal) la prueba suficiente para desvirtuar dicho riesgo, sin que las autoridades
jurisdiccionales fundamenten, motiven y expliquen la compulsa que efectuaron de ese riesgo para
determinar que no se desvirtuó.
El accionante alega que las autoridades judiciales demandadas vulneraron sus derechos al debido
proceso, a la libertad y a la defensa; toda vez, que dentro del proceso penal seguido en su contra,
por la presunta comisión de los delitos de estafa y estelionato, mediante el Auto de Vista de 19 de
octubre de 2017, que carece de fundamentación y motivación, revocaron el Auto Interlocutorio que
dispuso la aplicación de medidas sustitutivas a su favor, manteniendo su detención preventiva,
amparando esa decisión, en su inicial declaratoria de rebeldía y sin compulsar las certificaciones
presentadas que desvirtúan dicho riesgo procesal contenido en el art. 234.4 del CPP. En
consecuencia, corresponde determinar si los extremos demandados son evidentes para conceder o
denegar la tutela solicitada.
Con relación a la exigencia ineludible por parte de las autoridades jurisdiccionales de emitir
resoluciones debidamente motivadas y fundamentadas al tiempo de la imposición o modificación
de una medida cautelar más aun cuando se trata de la detención preventiva; el extinto Tribunal
Constitucional, sentó la línea jurisprudencial sobre esta obligación que no solo le alcanza al juez
cautelar, sino también al tribunal de alzada al momento de conocer el recurso de apelación
incidental previsto por el art. 251 del CPP, al señalar en la SC 0782/2005-R de 13 de julio, que: “Ahora
bien, la exigencia de pronunciar una resolución motivada en la que se establezca la concurrencia de
los requisitos de validez para determinar la detención preventiva, entendiendo por motivo fundado
a aquél conjunto articulado de hechos que permiten inferir de manera objetiva que la persona
imputada es probablemente autora de una infracción o partícipe de la misma y que existe riesgo de
fuga y/u obstaculización de la averiguación de la verdad no sólo alcanza al juez cautelar, sino
también al tribunal que conozca en apelación la resolución que disponga, modifique o rechace las
medidas cautelares, toda vez que si bien de conformidad con el art. 251 del CPP, las medidas
cautelares dispuestas por el juez cautelar, pueden ser apeladas y, por lo mismo, modificadas, ello
no significa que el tribunal de apelación cuando determine disponer la detención preventiva, esté
exento de pronunciar una resolución lo suficientemente motivada, en la que se exprese la
concurrencia de los dos requisitos que la ley impone para la procedencia de esa medida cautelar”.
Entendimiento jurisprudencial que fue reiterado en la SCP 0339/2012 de 18 de junio, entre otras.
De lo que se concluye que la fundamentación de las resoluciones judiciales no sólo es exigible al
momento de disponer la detención preventiva, sino también cuando se rechaza la solicitud de
cesación de la detención preventiva, se determine la sustitución o modificación de esa medida o,
finalmente, cuando se la revoca; aclarándose que la fundamentación se exige tanto en las
resoluciones pronunciadas en primera instancia, como aquellas emitidas en apelación y en toda
decisión judicial conforme establece el art. 124 del CPP.
III.2. La declaratoria de rebeldía por sí sola, no constituye un presupuesto para determinar el
riesgo procesal de fuga
Ingresando al examen del problema jurídico constitucional planteado a través de la presente acción
de libertad, cabe puntualizar que de la revisión de los antecedentes procesales, se constata que
dentro del proceso penal seguido por el Ministerio Público a instancia de Marisol Huanaco contra
Gabriel Huañapaco Mamani y otra, por la presunta comisión de los delitos de estafa y estelionato,
inicialmente por Resolución 58/2017, se lo declaró rebelde; a cuyo efecto, se emitieron los
respectivos mandamientos de arraigo y aprehensión en su contra previa citación por edictos de ley;
aprehensión que se ejecutó en La Paz, el 16 de agosto del mismo año, para luego ser trasladado a
Cobija del departamento de Pando; lugar en el cual, se realizó la audiencia de medidas cautelares,
y a su conclusión, el Juez de Instrucción Penal Tercero de la Capital, dispuso su detención preventiva
como medida cautelar de carácter personal, cuya cesación fue negada en dos oportunidades;
empero, ante una nueva petición, mediante Auto Interlocutorio de 12 de octubre de 2017, la
autoridad jurisdiccional, dispuso la aplicación de medidas sustitutivas en favor del ahora accionante,
consistentes en la obligación de presentarse ante el Fiscal de Materia asignado al caso cada quince
días, arraigo, prohibición de comunicarse con la víctima y presentación de dos garantes personales
fiables y solventes. Contra esa decisión judicial, la víctima planteó recurso de apelación incidental;
instancia en la cual, la Sala Penal y Administrativa del Tribunal Departamental de Justicia de Pando,
emitió el Auto de Vista de 19 de octubre de 2017; determinando la revocatoria de la Resolución
apelada, y en consecuencia, subsistente la medida de detención preventiva del imputado,
argumentando: “El riesgo procesal por el que está detenido Gabriel Huañapaco, es por su
comportamiento dentro de este proceso al haber sido declarado rebelde, traído a la fuerza desde
La Paz, y si bien este riesgo no puede permanecer en todo el desarrollo del proceso, (…) no
desaparece en tan poco tiempo, de ahí que el certificado de buena conducta emitido por el Director
del Penal de “Villa Busch”, no es prueba suficiente para enervar el mencionado riesgo, previsto en
el art. 234.4 del CPP” (sic). Por el fundamento transcrito, contenido en la Resolución impugnada, se
evidencia con claridad el actuar ilegal de las autoridades jurisdiccionales que no cumplieron con la
exigida e ineludible fundamentación y motivación, en el caso concreto, a la que están impelidos
como operadores de justicia, omitiendo efectuar una ponderación integral de los elementos
probatorios presentados por el impetrante de tutela ni analizar si concurrían los presupuestos que
hacen procedente la cesación de la detención preventiva; como se advierte, la autoridades judiciales
demandadas se circunscribieron exclusivamente en la rebeldía declarada inicialmente en su contra,
sin considerar que la misma concluye con la presentación del rebelde ante la autoridad, cuyo
llamamiento es omitido, garantizando de esa manera su presencia en el proceso, como ocurrió en
el caso de autos, hecho que no constituye un óbice para acceder a la cesación de la detención
preventiva. En este sentido, se ha pronunciado la jurisdicción constitucional sobre el particular, a
través de sus fallos uniformes, como el entendimiento jurisprudencial citado en el Fundamento
Jurídico III.2. de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional, al establecer que: “…es
necesario dejar sentado que tampoco la declaración de rebeldía por sí sola puede constituirse en el
fundamento razonable de la imposición de una medida cautelar de detención preventiva…”; es
decir, no es posible fundamentar un supuesto riesgo procesal de fuga del imputado en la declaración
de rebeldía generada en el contexto de inicio de proceso, jurisprudencia aplicable y vinculante al
caso concreto. Lo expuesto precedentemente, determina que se conceda la tutela solicitada, por
constituir la acción de libertad el medio idóneo, inmediato y eficaz para conocer y restituir cualquier
lesión o vulneración que atente contra el derecho a la libertad, como en el caso presente. En
consecuencia, la situación planteada se encuentra dentro de las previsiones del art. 125 de la CPE,
por lo que la Jueza de garantías, al conceder la tutela pretendida evaluó en forma correcta los datos
del proceso y las normas aplicables al mismo.
POR TANTO
En el interdicto de recobrar la posesión interpuesto por Betzabe Leonor Poma Mayta contra sus
personas como herederas de Mamerto Merlo Galarza, el Juez Público Mixto Primero de Caranavi
del departamento de La Paz, emitió mandamiento de lanzamiento, pese a la ilegal Sentencia
152/2015 de 16 de octubre, pronunciada por el anterior titular de ese despacho judicial (Javier
Vargas Arancibia), confirmada por Auto de Vista 258/2016 de 30 de mayo y su complementario de
10 de agosto del mismo año, emitido por los Vocales de la Sala Civil Tercera del Tribunal
Departamental de Justicia de La Paz, Resolución con la que nunca fueron notificados de manera
idónea. Añade, que solicitaron al Juez del indicado despacho judicial, la nulidad de la diligencia y
complementación, autoridad que en lugar de devolver el expediente a dicha Sala, ha venido
ocultando el mismo manteniéndolo en su despacho, dictando la Resolución 12/2017 de 29 de
marzo, que tampoco les ha sido legalmente notificada. Demostrando así, que al expedir el
mandamiento de lanzamiento por disposición de 25 de mayo de 2017, notificado a sus personas el
20 de septiembre de igual año, el Juez demandando ha cometido el delito de Resoluciones
contrarias a la Constitución y las Leyes (por lo que se lo denunció en la vía penal ante el Ministerio
Público), ya que la Sentencia no tiene calidad de cosa juzgada, al haberse impedido su
complementación y enmienda. Aducen igualmente, que respecto a Brenda Arleth Merlo Gutiérrez,
recién se llegó a enterar que parte del inmueble, donde tiene su vivienda, será objeto de
lanzamiento, de esta manera el Juez a cargo del referido proceso, con su accionar viene vulnerando
sus derechos, ya que se pretende privarlos de su derecho a la vivienda mediante un mandamiento
de lanzamiento ordenado con las normas de la Ley 439 de 19 de noviembre de 2013, cuando el
proceso se tramitó con el Código de Procedimiento Civil abrogado, vigente por ultractividad para el
caso, aspectos éstos que ponen en riesgo la salud y la vida de sus hijos, pues no todos los herederos
fueron notificados con la demanda y las resoluciones mencionadas.
I.2.4. Resolución
El Juez Público Mixto e Instrucción Penal Primero de Coroico del departamento de La Paz,
constituido en Juez de garantías, a través de la Resolución 587/2017 de 5 de octubre, cursante de
fs. 311 a 314, denegó la tutela solicitada, con base en los siguientes fundamentos:
b) De la prueba adjunta se evidencia que con el Auto de Vista 258/2016, se notificó el 9 de agosto
de 2016 a Betzabe Leonor Poma Mayta;y, el 15 de igual mes y año a Nélida Gutierrez Chacapacha
de Merlo, Nélida Gabriela y Rosalía de Gutiérrez Merlo, así como a Nazario Alejo Paty Defensor de
Oficio de los coherederos de Mamerto Merlo Galarza, habiendo transcurrido desde entonces un
año y dos meses de no haber reclamado este derecho.
c) El art. 129.II de la CPE y la jurisprudencia constitucional, establecen el plazo máximo de seis meses
para la interposición de esta acción tutelar, que se computa a partir de la comisión de los actos
denunciados, o de notificada la última decisión administrativa o judicial; toda vez que, cuando se
reclama ante instancias no competentes o por medios no idóneos, éstos no interrumpen el plazo de
seis meses de caducidad de la acción de amparo constitucional, que en el presente caso se inició el
15 de agosto de 2016, citando al efecto la SC 0521/2010-R de 5 de julio, entre otras.
En este momento el abogado del tercer interesado, pidió la complementación y enmienda de la
Resolución emitida por el Juez de garantías, en sentido que, por una parte deniega la tutela y por
otra prohíbe al Juez –hoy demandado– ejecutar una Resolución que se encuentra ejecutoriada,
incongruencia que pide sea explicada en la vía de complementación; del mismo modo el abogado
de la parte accionante, solicitó la complementación y enmienda, respecto al cumplimiento
obligatorio de la presente Resolución que no puede ser modificada por este mecanismo. Con el uso
de la palabra el Juez de garantías, expresó: que la tutela fue denegada y que recomendó al Juez
demandado que en ejercicio del derecho al debido proceso puede dar curso a las solicitudes de la
parte accionante, recomendación que puede ser acogida o no por la indicada autoridad; motivo por
el cual, no dio lugar a lo solicitado por las partes.
Las accionantes alegan la vulneración de sus derechos al debido proceso, a la petición, al acceso a
la justicia, a la defensa, a la impugnación, a la vivienda y a la salud, toda vez que la autoridad
demandada, negó el pedido de una de ellas, de anular la diligencia de notificación y de remitir el
expediente a la Sala Civil Tercera del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz; ello dentro del
interdicto de retener la posesión instaurado en su contra, en el que se emitió una ilegal Sentencia
en primera instancia, confirmada por Auto de Vista 258/2016 pronunciado por la indicada Sala, con
la que no fueron idóneamente notificadas, privándolas así de su vivienda de donde pretenden
sacarlas a ellas y a su familia. En consecuencia, corresponde examinar en revisión, conforme a los
antecedentes, actuados que cursan en el expediente, las disposiciones constitucionales y legales
vigentes, si tales extremos son evidentes, a fin de conceder o denegar la tutela impetrada.
La Constitución Política del Estado, en la Sección II del Capítulo Segundo (Acciones de Defensa) del
Título IV (Garantías Jurisdiccionales y Acciones de Defensa) de la Primera Parte (Bases
fundamentales del Estado, Derechos, Deberes y Garantías), ha instituido la acción de amparo
constitucional. El art. 128 de la CPE, establece que: “La Acción de Amparo Constitucional tendrá
lugar contra actos u omisiones ilegales o indebidos de los servidores públicos, o de persona
individual o colectiva, que restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir los derechos
reconocidos por la Constitución y la ley”; a su vez el art. 129.I de la CPE, determina que: “La Acción
de Amparo Constitucional se interpondrá por la persona que se crea afectada, por otra a su nombre
con poder suficiente o por la autoridad correspondiente de acuerdo con la Constitución, ante
cualquier juez o tribunal competente, siempre que no exista otro medio o recurso legal para la
protección inmediata de los derechos y garantías restringidos, suprimidos o amenazados”; esta
misma disposición en el parágrafo II, sobre el principio de inmediatez, señaló que la acción de
amparo constitucional podrá ser interpuesta en el plazo de seis meses, computables desde el
momento en que ocurrió la vulneración alegada, de notificada la última decisión administrativa o
judicial o desde el conocimiento de la parte afectada del acto u omisión que provocó la lesión a sus
derechos y garantías constitucionales. A su turno el art. 51 del Código Procesal Constitucional
(CPCo), al referirse al objeto de la acción de amparo constitucional, establece: “…de garantizar los
derechos de toda persona natural o jurídica, reconocidos por la Constitución Política del Estado y la
Ley, contra los actos ilegales o las omisiones indebidas de las y los servidores públicos o particulares
que los restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir”; por su parte el art. 54 del citado
Código, con referencia a la subsidiariedad e inmediatez, prevé: “I. La Acción de Amparo
Constitucional no procederá cuando exista otro medio o recurso legal para la protección inmediata
de los derechos y garantías restringidos, suprimidos o amenazados de serlo.
II. Excepcionalmente, previa justificación fundada, dicha acción será viable cuando:
Las accionantes alegan, que la autoridad demandada ha infringido sus derechos al debido proceso,
a la petición, al acceso a la justicia, a la defensa, a la impugnación, a la vivienda y a la salud, toda vez
que en el proceso interdicto de retener la posesión que se les siguió en su contra, se emitió una
ilegal Sentencia, confirmada por Auto de Vista 258/2016 emitido por la Sala Civil Tercera del Tribunal
Departamental de Justicia de La Paz, Resolución con la que no fueron notificadas idóneamente, ante
lo cual solicitaron al Juez Público Mixto Primero de Caranavi del departamento de La Paz, la nulidad
de dicha diligencia y la remisión del expediente a la indicada Sala, petitorio que fue rechazado,
impidiendo así que los Vocales, se pronuncien al respecto, por el contrario, la indicada autoridad ha
ordenado se expida el mandamiento de lanzamiento, dejándolas sin su vivienda familiar. Conforme
a los datos del proceso, se advierte que la presente acción de defensa fue interpuesta
extemporáneamente, por cuanto la Sala Civil Tercera del Tribunal Departamental de Justicia de La
Paz, emitió el Auto de Vista 258/2016, confirmando la Sentencia 152/2015, ahora cuestionada de
ilegal y lesiva a los derechos de la parte accionante; decisión que fue notificada a las demandadas
ahora impetrantes de tutela, el 15 de agosto de 2016 (Conclusión II.2. última parte) mediante cédula
fijada en el tablero de dicha Sala. Posteriormente, la coaccionante Rosalba Merlo Gutiérrez,
conforme se tiene descrito en el acápite de la Conclusión II.4 de la presente Sentencia Constitucional
Plurinacional, en la vía incidental solicitó la nulidad de la diligencia y la complementación;
emitiéndose la Resolución 12/2017 de 29 de marzo, rechazando tal incidente. Ahora bien, el art.
55.I del CPCo, refiriendo el plazo para la interposición de la acción de amparo constitucional,
estableció que: “La Acción de Amparo Constitucional podrá interponerse en el plazo máximo de seis
meses, computables a partir de la comisión de la vulneración alegada o de conocido el hecho”; de
acuerdo a dicha previsión normativa, y toda vez que los Vocales de la Sala Civil Tercera del Tribunal
Departamental de Justicia de La Paz, pronunciaron el Auto de Vista 258/2016, con el que la parte
demandada fue notificada el 15 de agosto de 2016, en la Secretaría de esa Sala, conforme dispone
la norma (Conclusión II.2), sin que éstas (las demandadas), pese a que fueron las que interpusieron
el recurso de alzada, hubieran planteado la complementación y enmienda en su oportunidad ante
dicha Sala.
Consiguientemente, es a partir de dicha notificación que corre el cómputo del plazo de los seis
meses para la interposición de la presente acción tutelar; ello en razón a que el –incidente de
nulidad y complementación– formulado por Rosalba Merlo Gutiérrez, conforme se tiene descrito
en el acápite de la Conclusión II.4, no constituye un medio idóneo ni fue planteado conforme a
procedimiento (art. 226 del CPP), es decir, que si la solicitud de enmienda y complementación
estaba referida al Auto de Vista pronunciado en alzada por los Vocales de la Sala Civil Tercera del
Tribunal Departamental de Justicia de la Paz, ésta debió presentarse en la Secretaría de ese
despacho judicial, de ahí que el Juez demandado rechazó el mismo a través de la Resolución
12/2017, conforme se desarrolló en el Fundamento Jurídico III.1 de la presente Sentencia
Constitucional Plurinacional, lo que no puede considerarse como último actuado procesal a partir
del cual se efectuaría el cómputo del plazo de los seis meses, dado que el rechazo no fue respecto
al fondo de la solicitud de complementación y enmienda referida, sino por la errónea presentación
de la misma. Tómese en cuenta igualmente, que no obstante que la complementación y enmienda
del Auto de Vista 258/2016, hubiera sido planteada oportunamente por las demandadas, ello no
hubiera afectado a la decisión de fondo asumida por el Tribunal de alzada y por ende la Sentencia
de primera instancia, de donde en definitiva emanó la orden de desalojo de las ahora accionantes,
la que únicamente es ejecutada por la autoridad ahora demandada. Consecuentemente, el cómputo
de los seis meses debe realizarse a partir de producida la omisión o lesión que desconoce derechos
y garantías constitucionales, o desde el agotamiento de las vías legales ordinarias idóneas y
efectivas; y en el caso, al no constituir el incidente de nulidad un acto procesal vinculado a la
Sentencia en cuestión, no se puede a partir de éste realizarse el cómputo de los seis meses, sino
desde la notificación con el Auto de Vista pronunciado en alzada, conforme lo prevé la norma; en
ese entendido, la presente acción de defensa fue presentada fuera del plazo de los seis meses,
provocando que en el caso en cuestión concurra un presupuesto de inactivación reglada de la acción
de amparo constitucional, como lo es la inmediatez con la que debe presentarse esta acción tutelar,
debiendo por consiguiente y de acuerdo al razonamiento realizado precedentemente, denegar la
tutela solicitada. En consecuencia, el Juez de garantías al denegar la tutela impetrada, actuó
correctamente.
POR TANTO
Mediante memorial presentado el 17 de octubre de 2017, cursante de fs. 298 a 299, María Choré
Oliz, Primera Cacique de la Asamblea Autonómica Indígena de la Nación Monkóxi refiere que, a fin
de dar cumplimiento a lo dispuesto por la DCP 0077/2017 de 25 de septiembre, se convocó a sesión
de Concejo Consultivo Autonómico para el 13 de octubre de 2017.
Por decreto de 18 de octubre de 2017, cursante a fs. 300, el Magistrado Presidente de la Comisión
de Admisión, ordenó que la causa pase a conocimiento del Magistrado Relator, a objeto de que se
realice el control previo de constitucionalidad al proyecto de Estatuto Autonómico Indígena de la
Nación Monkóxi del Territorio de Lomerío, provincia Ñuflo de Chávez del departamento de Santa
Cruz. No obstante, en mérito al Acuerdo Jurisdiccional 004/2017 de 31 de agosto, emitido por la
Sala Plena del Tribunal Constitucional Plurinacional 2012-2017, se elaboró el cronograma de cierre
de gestión, determinando como último sorteo de la Comisión de Admisión el 10 de noviembre de
2017; declarándose receso de fin de año del 14 al 29 de diciembre de igual gestión, disponiendo la
suspensión de plazos procesales del 14 al 27 de dicho mes y año, reanudándose los mismos el 28
del precitado mes y año. Ahora bien, en mérito a la Nota Interna TCP-SG-540/2017 de 27 de
diciembre, emitida por Secretaría General del Tribunal Constitucional Plurinacional, se remitieron a
la Comisión de Admisión, para su custodia, los expedientes que quedaron para su resolución por las
nuevas autoridades, entre los cuales consta la presente causa (fs. 302 y vta.). Asimismo, de
conformidad con el Acuerdo Jurisdiccional 03 de 15 de enero de 2018, y en consideración a la nueva
conformación del Tribunal Constitucional Plurinacional; y la suspensión de plazos desde el 4 al 18
de enero de 2018, dispuesta en el Acuerdo Jurisdiccional 02 de 4 de enero de 2018; la presente
causa fue sorteada el 30 de enero de 2018, conforme consta en el sello cursante a fs. 305,
asumiéndose el expediente en el estado que se encuentra para efectos de su resolución,
computándose el plazo conforme al Código Procesal Constitucional.
III.1. El control previo de constitucionalidad de las normas institucionales básicas de las Entidades
Territoriales Autónomas (ETA)
El proceso de elaboración y puesta en vigencia de los estatutos autonómicos y cartas orgánicas se
reviste de un elevado grado de complejidad, esto en razón a sus características intrínsecas y su
finalidad en el marco de la estructuración y funcionamiento de la estructura de gobierno a nivel
subnacional, elementos que le otorgan una naturaleza política y jurídica especial, distinta del resto
de la normativa nacional clasificada en el parágrafo II del art. 410 de la CPE. Es esta la razón que
llevó a que el constituyente introduzca en el proceso de elaboración y aprobación de las normas
institucionales básicas de las ETA, la figura del control previo de constitucionalidad a cargo del
Tribunal Constitucional Plurinacional (art. 275 de la CPE), como un mecanismo para garantizar la
coherencia del ordenamiento jurídico en su integridad y la primacía constitucional en el marco de
la implementación de la institucionalidad autonómica, confrontando “…el contenido de dichos
instrumentos dispositivos con la Constitución Política del Estado y garantizar la supremacía
constitucional” (art. 116 del Código Procesal Constitucional [CPCo]). En este orden de ideas, el art.
53.II de la Ley Marco de Autonomías y Descentralización “Andrés Ibáñez” (LMAD) establece que: “El
órgano deliberativo correspondiente remitirá el proyecto de estatuto al Tribunal Constitucional
Plurinacional, que deberá pronunciarse sobre su constitucionalidad. En caso que existan
observaciones, el Tribunal Constitucional Plurinacional lo devolverá para su corrección”,
coligiéndose que el procedimiento de control previo de constitucionalidad de las normas
institucionales básicas de las ETA, puede extenderse en el tiempo, debiendo ser devuelto a sus
autores el número de veces que sea necesario para su modificación y/o corrección hasta lograr una
adecuación efectiva del texto del proyecto normativo en cuestión a los preceptos constitucionales,
garantizando su supremacía.
III.2. Sobre el alcance del control previo de constitucionalidad las modificaciones o correcciones
de normas institucionales básicas de las ETA, como emergencia de una o más declaraciones
constitucionales previas
POR TANTO
La Sala Plena del Tribunal Constitucional Plurinacional; en virtud de la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Estado y el art. 116 y ss. del Código Procesal Constitucional; resuelve,
declarar:
1º La COMPATIBILIDAD del Preámbulo y los arts. 5; 12.II. y III.9; 14.I.9; 15.I.4, 5, 14 y 16; 16; 17.X;
18.II y III; 20; 21; 50; 62.VI; y, epígrafe de la “Sección III”, del proyecto de Estatuto Autonómico
Indígena de la Nación Monkóxi del Territorio de Lomerío, provincia Ñuflo de Chávez del
departamento de Santa Cruz, con la Constitución Política del Estado.
3° En cumplimiento del art. 275 de la Constitución Política del Estado, el estatuyente deberá
elaborar el texto ordenado del proyecto de Estatuto Autonómico Indígena de la Nación Monkóxɨ del
Territorio de Lomerío, en los
DECLARACIÓN CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0006/2018
Mediante memorial presentado el 7 de febrero de 2018, cursante de fs. 799 a 800 vta., el
consultante, acreditando su calidad de Presidente del Concejo del Gobierno Autónomo Municipal
de Azurduy, refiere que: a) A objeto de dar cumplimiento a lo dispuesto por la DCP 0019/2017 de
24 de marzo, en sesión extraordinaria 06/2017 de 27 de noviembre, el Concejo Municipal procedió
al análisis y ajuste del texto del proyecto de Carta Orgánica Municipal (COM), conforme a lo
dispuesto en la merituada Resolución; y, b) Con los ajustes efectuados, el citado ente deliberante
emitió la Ley Municipal 086/2017 de 27 de igual mes y año, de ajuste y aprobación del proyecto de
la referida Carta. Con tales antecedentes, solicita a este Tribunal proceda a realizar el control previo
de constitucionalidad del proyecto de COM adecuado, y como consecuencia, declare su
constitucionalidad.
La solicitud fue admitida en este Tribunal, mediante decreto de 9 de febrero de 2018, y sorteada el
14 del mismo mes y año, para su correspondiente resolución; por lo que, la presente Declaración
Constitucional Plurinacional, se pronuncia dentro del plazo establecido.
El Presidente del Concejo del Gobierno Autónomo Municipal de Azurduy, remitió en consulta el
proyecto de Carta Orgánica del citado Municipio, modificado según lo dispuesto por la DCP
0019/2017, con la finalidad de someter el mismo al respectivo control previo de constitucionalidad.
En consecuencia, corresponde al Tribunal Constitucional Plurinacional realizar en esta etapa, el
correspondiente test de compatibilidad constitucional solo en lo concerniente a la modificación
efectuada al texto del artículo observado en la citada Resolución constitucional, remitiéndose en lo
restante al contenido del texto original del proyecto de COM cursante en la merituada DCP
0019/2017.
III.1. El control previo de constitucionalidad de las normas institucionales básicas de las Entidades
Territoriales Autónomas (ETA)
III.2. Sobre el alcance del control previo de constitucionalidad, las modificaciones o correcciones
de normas institucionales básicas de las ETA, como emergencia de una o más declaraciones
constitucionales previas
III.3. Control previo de constitucionalidad al texto del artículo reformulado en el proyecto de Carta
Orgánica del Gobierno Autónomo Municipal de Azurduy
POR TANTO
La Sala Plena del Tribunal Constitucional Plurinacional; en virtud de la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Estado y el art. 116 y ss. del Código Procesal Constitucional; resuelve
declarar:
1º La COMPATIBILIDAD del art. 91.I del proyecto de Carta Orgánica del Gobierno Autónomo
Municipal de Azurduy, con la Constitución Política del Estado.
4° En cumplimiento del art. 275 de la Constitución Política del Estado, el estatuyente deberá
elaborar el texto ordenado del proyecto de Carta Orgánica del Gobierno Autónomo Municipal de
Azurduy, de acuerdo a los términos de las Declaraciones Constitucionales Plurinacionales
0007/2015, 0175/2015 de 11 de agosto, 0019/2017 y la presente Resolución, para que en
coordinación con el Órgano Electoral sea sometido a Referendo.
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0033/2018-S3
Acción de libertad
a) No tomaron en cuenta la documentación que presentó y formó convicción en la Jueza a quo para
disponer la medida sustitutiva.
c) No se tomó en cuenta que suscribió un acta de garantías en favor de la víctima; por lo que, ya no
se constituía en un peligro para la misma.
d) No analizaron que la parte apelante no expuso de forma clara los agravios que le ocasionó la
Resolución 384/2017
El accionante, alegó la lesión de sus derechos a la libertad, al debido proceso en sus vertientes de
debida fundamentación de las resoluciones, “seguridad jurídica” y el principio de presunción de
inocencia, citando al efecto los arts. 116.I, 178 y 180 de la Constitución Política del Estado (CPE); y,
8.2 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
I.1.3. Petitorio
I.3.3. Resolución
Sobre este aspecto el Tribunal Constitucional Plurinacional, determinó a través de la SCP 0860/2012
de 20 de agosto, citando a la SC 1093/2011-R de 16 de agosto, que: ‘“…Las resoluciones que
resuelven una solicitud o reclamo, deben contener una motivación coherente con el ordenamiento
jurídico, exponiendo de forma clara y precisa los fundamentos que llevaron a la autoridad a resolver
el caso de una u otra forma, satisfaciendo todos los aspectos demandados; caso contrario, se estaría
vulnerando el derecho y garantía del debido proceso. Cabe aclarar, no obstante, que no se puede
exigir como fundamentación una argumentación retórica intrascendente, sino más bien la
adecuación de los hechos a la norma jurídica…'. Asimismo la SC 0089/2010-R de 4 de mayo, en
relación a la obligación de fundamentar la resoluciones refiere que: 'En los casos en que un Tribunal
de apelación decida revocar las medidas sustitutivas y a la par disponer la aplicación de la detención
preventiva de un imputado, está obligado igualmente a dictar una resolución debidamente
fundamentada sobre la necesidad de aplicar dicha medida cautelar de carácter personal, explicando
la concurrencia de los dos requisitos determinados en el art. 233 del CPP. En ese sentido, se ha
establecido que el Tribunal de apelación, está obligado a motivar y fundamentar su resolución,
precisando los elementos de convicción que le permiten concluir en la necesidad de revocar las
medidas sustitutivas y aplicar la detención preventiva; a cuyo efecto, debe también justificar la
concurrencia de los presupuestos jurídicos exigidos por el art. 233 del CPP y una o varias de las
circunstancias señaladas por los arts. 234 y 235 del CPP, mediante una resolución debidamente
fundamentada, conforme exige el art. 236 del CPP, puesto que sólo cuando se han fundamentado
debidamente estas dos situaciones, se puede disponer la detención preventiva. Asimismo, la
fundamentación de las resoluciones judiciales no sólo es exigible al momento de imponer la
detención preventiva, sino también cuando se rechaza la solicitud de cesación de la detención
preventiva, se dispone la sustitución o modificación de esa medida o, finalmente, cuando se la
revoca; aclarándose que la fundamentación se exige tanto en las resoluciones pronunciadas en
primera instancia, como aquellas emitidas en apelación y en toda decisión judicial. Ahora bien, por
regla general, las resoluciones pronunciadas en apelación, en virtud a lo establecido por el art. 398
del CPP, deben circunscribirse a los aspectos cuestionados en la resolución. Sin embargo, esta
limitación no significa que las autoridades judiciales, en apelación, deban abstenerse de realizar el
análisis sobre los supuestos previstos en el art. 233 del CPP, pues esa obligación les es exigible
cuando tengan que revocar la resolución del inferior que impuso medidas sustitutivas; es decir, los
Vocales deben precisar los elementos de convicción que les permitan concluir en la necesidad de
revocar las medidas sustitutivas y aplicar la detención preventiva, debiendo justificar la concurrencia
de los presupuestos jurídicos exigidos en el art. 233 del CPP”’ (las negrillas son nuestras).
Entre otras, la SCP 0037/2012 de 26 de marzo, señaló: “De la delimitación de la naturaleza jurídica
de la acción de libertad, se desprenden los siguientes presupuestos de activación de este mecanismo
de defensa: 1) Cuando considere que su vida está en peligro; 2) Que es ilegalmente perseguida; 3)
Que es indebidamente procesada; y, 4) O privada de libertad personal o de locomoción. Respecto a
las denuncias referidas a procesamiento indebido, la jurisprudencia constitucional ha sido uniforme
al señalar que la vía idónea para su impugnación es el amparo constitucional; sin embargo, cuando
se demuestre que esas vulneraciones afectaron directamente al derecho a la libertad física o
libertad de locomoción del accionante, dicha protección se verá materializada a través de la acción
de libertad, en aquellos casos en los cuales, el procesamiento indebido constituya la causa directa
que originó la restricción o supresión de los antes citados derechos previo cumplimiento de la
subsidiariedad excepcional que rige a este tipo de acciones. Con relación a este tema, la doctrina
desarrollada por este Tribunal Constitucional, estableció que la protección otorgada por la acción
de libertad cuando se refiere al debido proceso, no abarca a todas las formas que puede ser
vulnerado, sino, queda reservada para aquellos entornos que conciernen directamente al derecho
a la libertad física y de locomoción; caso contrario, deberá ser tutelado mediante la acción de
amparo constitucional, dado que mediante ésta no es posible analizar actos o decisiones
demandados como ilegales que no guarden vinculación con los derechos citados. Además de este
requisito, debe tenerse presente que opera igualmente el principio de subsidiariedad, de modo que
previo a su interposición, deberán agotarse los medios idóneos dentro de la jurisdicción ordinaria
donde se tramita la causa, y no pretender su tutela en el ámbito constitucional, cuando los reclamos
no fueron activados oportunamente, habida cuenta que no puede utilizarse para salvar la
negligencia de la parte demandante. En similar sentido se pronunció este Tribunal en las SSCC
0200/2002-R, 0414/2002-R, 1865/2004-R, 0619/2005-R y 0057/2010-R, entre otras. En esa línea, la
SC 0619/2005-R de 7 de junio, asumiendo los entendimientos contenidos en la SC 1865/2004-R de
1 de diciembre, precisó lo siguiente: '…en los procesos instaurados de acuerdo al ordenamiento
jurídico boliviano, en el sentido del orden constitucional, las lesiones al debido proceso están
llamadas a ser reparadas por los mismos órganos jurisdiccionales que conocen la causa, lo que
implica que quien ha sido objeto de esa lesión, debe pedir la reparación a los jueces y tribunales
ordinarios, asumiendo activamente su rol dentro del proceso, a través de los medios y recursos que
prevé la ley, y sólo agotados éstos, se podrá acudir ante la jurisdicción constitucional a través del
recurso de amparo constitucional, que, como se ha señalado, es el recurso idóneo para precautelar
las lesiones a la garantía del debido proceso; a no ser que se constate que a consecuencia de las
violaciones al debido proceso invocadas, se colocó al recurrente en absoluto estado de indefensión,
lo que no le permitió impugnar los supuestos actos ilegales y que recién tuvo conocimiento del
proceso al momento de la persecución o la privación de la libertad. Un entendimiento contrario,
determinaría que los jueces y tribunales de hábeas corpus, y el propio Tribunal Constitucional,
asuman una atribución que el orden constitucional no les otorga, posibilitando que toda
reclamación por supuestas lesiones al debido proceso por quien se encuentre privado de libertad,
prospere a través del recurso de hábeas corpus, desnaturalizando la actuación de los jueces y
tribunales ordinarios, que son los que tienen competencia, primariamente, para ejercer el control
del proceso, y sólo si la infracción no es reparada se abre la tutela constitucional (…) para que la
garantía de la libertad personal o de locomoción pueda ejercerse mediante el recurso de hábeas
corpus cuando se denuncia procesamiento ilegal o indebido deben presentarse, en forma
concurrente, los siguientes presupuestos: a) el acto lesivo, entendido como los actos ilegales, las
omisiones indebidas o las amenazas de la autoridad pública, denunciados, deben estar vinculados
con la libertad por operar como causa directa para su restricción o supresión; b) debe existir
absoluto estado de indefensión, es decir, que el recurrente no tuvo la oportunidad de impugnar los
supuestos actos lesivos dentro del proceso y que recién tuvo conocimiento del mismo al momento
de la persecución o la privación de la libertad…”’ .
En el presente caso, el accionante denuncia que los Vocales de la Sala Penal Tercera del Tribunal
Departamental de Justicia de La Paz, emitieron el Auto de Vista 262/2017 de 30 de agosto, que
revocó la Resolución 384/2017 de 10 de agosto, por la que se le otorgó medidas sustitutivas sin
realizar la debida fundamentación de la Resolución cuestionada, pues:
1) Ignoraron los documentos -a su criterio- idóneos que presentó y formaron convicción en la Jueza
a quo para disponer la medida sustitutivo.
3) No se tomó en cuenta que suscribió un acta de garantías en favor de la víctima; por lo que, ya no
se constituía en un peligro para la misma.
4) No analizaron que la parte apelante no expuso de forma clara los agravios que le ocasionó la
Resolución 384/2017.
De forma previa, es necesario hacer notar al accionante que esta acción de defensa procede cuando
es evidente la lesión de los derechos a la vida, a la integridad física, a la libertad personal y a la
libertad de circulación de toda persona, constituyéndose en el medio idóneo, efectivo y oportuno
para resguardarlos, sea a través de la tutela a la vida, el restablecimiento de las formalidades legales,
el cese de la persecución ilegal o indebida y la restitución de la libertad cuando fuere suprimida a
consecuencia de actos ilegales u omisiones indebidas, en ese sentido, los hechos que reclama con
respecto a estas autoridades, al mantener su detención preventiva de forma infundada -de ser
ciertos-, son elementos constitutivos de una afectación directa al derecho a la libertad, razón por la
cual; se prosigue con el siguiente análisis, sobre las lesiones al debido proceso, en apego a lo que
refiere el Fundamento Jurídico III.2 de esta Sentencia Constitucional Plurinacional, que señala de
manera clara que ”…la protección otorgada por la acción de libertad cuando se refiere al debido
proceso, no abarca a todas las formas que puede ser vulnerado, sino, queda reservada para aquellos
entornos que conciernen directamente al derecho a la libertad física y de locomoción; caso
contrario, deberá ser tutelado mediante la acción de amparo constitucional, dado que mediante
ésta no es posible analizar actos o decisiones demandados como ilegales que no guarden vinculación
con los derechos citados…” (SCP 0037/2012).
Con los datos expuestos precedentemente, debemos remitirnos al Fundamento Jurídico III.1 de la
presente Sentencia Constitucional Plurinacional, que refiere de manera general a la obligación que
tienen los juzgadores de motivar sus resoluciones exponiendo de forma clara y precisa los
fundamentos que llevaron a la autoridad a resolver el caso de una u otra forma; asimismo, dicho
fundamento señala en otra de sus partes que la motivación o fundamentación de una resolución no
implica que esta deba ser ampulosa, sino que adecúe los hechos a la norma jurídica; en ese sentido
en cuanto a la denuncia que realiza el accionante respecto al Auto de Vista 262/2017, que revocó la
Resolución 384/2017 con la cual se otorgó medidas sustitutivas a favor del accionante, habría
vulnerado el debido proceso en cuanto a su fundamentación, contradiciendo el art. 124 del CPP; de
la revisión de dicha Resolución se puede establecer que la misma cumple con los parámetros
establecidos en el fundamento jurídico referido, ya que señala de manera clara cuáles son los
motivos por los que se revoca la alusiva Resolución, no siendo evidente que tal resolución atente
contra lo establecido por el art. 124 del CPP, que establece en una de sus partes que: “…La
fundamentación no podrá ser reemplazada por la simple relación de los documentos o la mención
de los requerimientos de las partes”, más bien en contrapartida se puede evidenciar que en la
Resolución observada, los Vocales de la Sala Penal Tercera del Tribunal Departamental de Justicia
de La Paz, en uso de su sana critica expusieron de manera clara y detallada cuales eran los motivos
por los cuales consideraba que seguían latentes ciertos peligros procesales, en ese sentido la
denuncia respecto a la falta de fundamentación de la Resolución indicada, no tiene el asidero
correspondiente para conceder la tutela respecto a este punto. En cuanto a la falta de valoración de
la suscripción del acta de garantía a favor de la víctima, se debe señalar que revisados los
antecedentes del proceso, en el punto cuarto y en la solicitud de complementación y enmienda del
Auto de Vista 262/2017 de 30 de agosto, los Vocales demandados realizaron esta labor; sin que
exista apartamiento de los marcos legales de equidad y razonabilidad. Asimismo el accionante
reclama que con esta actuación, los demandados no tomaron en cuenta lo contenido en el art. 250
del CPP, omitiendo de esa forma resguardar la libertad; sin embargo, es necesario hacer notar al
impetrante de tutela que esta acción de defensa procede cuando es evidente la lesión de los
derechos a la vida, a la integridad física, a la libertad personal y a la libertad de circulación de toda
persona, constituyéndose en el medio idóneo, efectivo y oportuno para resguardarlos, sea a través
de la tutela a la vida, el restablecimiento de las formalidades legales, el cese de la persecución ilegal
o indebida y la restitución de la libertad cuando fuere suprimida a consecuencia de actos ilegales u
omisiones indebidas; y revisados los datos del proceso se puede advertir que las autoridades
demandadas no lesionaron los derechos invocados por el accionante, limitándose a realizar la
valoración de todos los datos aportados en el proceso así como las pruebas presentadas, arribando
finalmente a la conclusión de que no se desvirtuó en su totalidad algunos peligros procesales, por
lo que, el accionante debía mantener detención preventiva.
Consecuentemente, en virtud a los argumentos expuestos, se evidencia que el Tribunal de garantías,
al haber denegado la tutela impetrada, evaluó en forma correcta los datos del proceso y las normas
aplicables al mismo.
POR TANTO
Acción de libertad
El accionante, alega la lesión de su derecho a la libertad, señalando al efecto los arts. 22 y 23.I de la
Constitución Política del Estado (CPE).
I.1.3. Petitorio
I.2.4.Resolución
El accionante considera vulnerado su derecho a la libertad; toda vez que, se lo pretende vincular en
la sindicación del delito de lesiones graves y gravísimas seguido en contra de su presunta pareja
sentimental, por cuanto estaría siendo perseguido con mandamiento de aprehensión. Aspecto que
fue puesto a conocimiento del Juez de Instrucción Penal Sexto del departamento de La Paz; empero
esta autoridad no habría dado respuesta alguna al reclamo ocasionando una dilación indebida. Por
lo expuesto, corresponde ahora analizar en revisión, si en el caso concreto se debe conceder o no
la tutela solicitada.
En el presente caso, el accionante alega como lesionado su derecho a la libertad, en vista que; la
autoridad demandada no emitió pronunciamiento alguno respecto a la solicitud efectuada en
resguardo de su derecho, por cuanto se considera perseguido ilegalmente, en virtud a la emisión de
mandamiento de aprehensión dentro de un proceso penal que desconoce. Del memorial de acción
de libertad se advierte que el accionante dirigió su demanda contra Hugo Huacani Chambi, Juez de
Instrucción Penal Decimoprimero del departamento de La Paz, considerando la posibilidad de que
dicha autoridad judicial habría conocido el caso, empero de acuerdo a informe presentado
Conclusión II.2, se tiene que la autoridad accionada asumió funciones de suplencia legal del 25 de
julio del 2017 hasta el 29 de septiembre del mismo año, en el Juzgado de Instrucción Penal Sexto
del departamento de La Paz; así mismo, por informe del Secretario Abogado del Juzgado referido
Conclusión II.3 y el Memorándum 1142/17-P.TDJ de 25 de julio de 2017, ratifican lo aseverado por
la autoridad demandada y confirman que la misma no pudo lesionar el derecho del accionante en
los términos que este mismo manifiesta en su acción de libertad. Conforme al Fundamento Jurídico
III.1. de la presente Sentencia Constitucional, la acción de libertad debe ser interpuesta contra la
autoridad que se presume lesionó el derecho del accionante, es así que la legitimación pasiva se
traduce en un requisito de procedencia en la acción de libertad, cuya inobservancia neutraliza su
tutela e impide a este Tribunal ingresar al análisis de fondo de los hechos, puesto que si bien la
acción de libertad está exenta de formalismos en su presentación; sin embargo, no libera al
accionante de la responsabilidad de señalar o identificar a quien se demanda. A lo referido
precedentemente corresponde delimitar que el accionante, en audiencia, hizo retiro de su
demanda, al evidenciar falta de legitimación pasiva de la autoridad demandada.
Consiguientemente, el Tribunal de garantías, al denegar la tutela solicitada, evaluó en forma
correcta los datos del proceso y las normas aplicables al mismo.
POR TANTO
Dentro del proceso contencioso administrativo contra la Resolución Administrativa (RA) RA-ST
0066/2014 de 31 de julio, emitida por el Director Nacional del Instituto Nacional de Reforma Agraria
(INRA) que declaró la ilegalidad de su posesión y por ende, Tierra Fiscal a su predio denominado “EL
LETRERO” ubicado en el municipio de San Matías, provincia Ángel Sandoval del departamento de
Santa Cruz; Gabriela Cinthia Armijo Paz y Paty Yola Paucara Paco, Magistradas de la Sala Primera del
Tribunal Agroambiental -ahora demandadas-, emitieron la Sentencia Agroambiental Nacional S1ª
116/2016 de 16 de noviembre, declarando improbada la demanda omitiendo realizar una adecuada
compulsa de los antecedentes, hechos, fundamentos jurídicos y prueba ofrecida que hubiera
permitido arribar a una verdad material; en especial, el hecho de que el predio referido cumple con
la Función Económico Social (FES) producto del esfuerzo de veintiséis años de actividad ganadera;
toda vez que, en el relevamiento de la información en campo mediante verificación se realizó el
conteo de ganado, llegando a registrarse mil sesenta y cuatro cabezas de ganado bovino y diez de
ganado equino con sus respectivas marcas acreditadas y la georreferenciación de mejoras
realizadas, la construcción de alambrados, caminos, vivienda, toma de agua y otros, además de estar
documentado su derecho propietario y posesión legal, tal como establecen los arts. 166 y 167.IV del
Decreto Supremo (DS) 29215 de 2 de agosto de 2007 -Reglamento de la Ley del Servicio Nacional
de Reforma Agraria modificada por la Ley de Reconducción Comunitaria de la Reforma Agraria-,
donde indica expresamente que el cálculo del área efectivamente aprovechada es la sumatoria de
la carga animal por cabeza de ganado mayor existente en el predio que es de 5 ha; no obstante de
ello, las autoridades demandadas no consideraron los argumentos referidos a que la RA-ST
0066/2014, se basó en el Informe en Conclusiones de 20 de diciembre de 2010 donde se refirió la
inexistencia de actividad antrópica en el predio, sustentado en informes de gabinete que no
sustituyen la verificación directa en campo, conforme prevé el art. 159 del DS 29215 por tratarse de
instrumentos complementarios; de igual manera, la planilla de Informe de Cierre -que no contaba
con firma alguna- no les fue notificada, restringiéndoles la posibilidad de efectuar observaciones a
los resultados, con la consecuente indefensión. Asimismo, alegan que en el numeral 1 del
Considerando IV de la Sentencia Agroambiental Nacional cuestionada, sólo se tomó en cuenta el
legajo del saneamiento aludiendo al Informe en Conclusiones que sugirió la declaratoria de tierra
fiscal bajo la premisa de temporalidad, refiriendo que aparentemente no se demostró la posesión
anterior a la vigencia de la Ley del Servicio Nacional de Reforma Agraria y al Decreto Supremo 24734
de 31 de julio de 1997, sin otorgar valor a los certificados de posesión emitidos por el corregidor de
la zona, de registro de marca, de vacunas y de asociado emitido por la Asociación de Ganaderos San
Matías, que si bien menciona que el propietario es asociado desde el 17 de febrero de 2010, no
significa que la actividad ganadera inició en la citada fecha como sostuvo la Sentencia Agroambiental
Nacional S1ª 116/2016 con una inadecuada, irrazonable, incongruente e insuficiente motivación,
limitándose a efectuar una relación genérica y formalista de los actuados del folio de saneamiento
sin realizar una adecuada subsunción de los hechos al art. 166 del DS 29215 en referencia al
cumplimiento de la FES que fue verificada en el campo, ni la correcta aplicación objetiva de las
normas agrarias, además de ingresar en contradicción al exigir que el propietario demuestre pastos
cultivados y sistemas silvopastoriales cuando la zona es un área inundadiza y se encuentra dentro
del Área Natural de Manejo Integrado (ANMI) San Matías con las correspondientes restricciones de
uso de suelos.
Los accionantes señalan como lesionados sus derechos y garantías a la propiedad, a la defensa, al
trabajo y al debido proceso en sus vertientes de motivación, congruencia y razonabilidad, vinculados
con los principios de seguridad jurídica, verdad material, prevalencia del derecho sustancial e
interdicción de la arbitrariedad, citando al efecto los arts. 46, 56, 115.II, 117.I, 119.II, 178 y 180.I de
la Constitución Política del Estado (CPE); y, 8 y 21 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos.
I.1.3. Petitorio
La Jueza Pública de la Niñez y Adolescencia Segunda de la Capital del departamento de Santa Cruz,
constituida en Jueza de garantías, mediante Resolución 10/17 de 27 de octubre de 2017, cursante
de fs. 148 a 156, concedió la tutela solicitada, disponiendo la anulación de la Sentencia
Agroambiental Nacional S1a 116/2016 de 16 de noviembre y la emisión de nueva resolución
siguiendo la jurisprudencia contenida en las Sentencias Agroambientales Nacionales S2a 117/2016
de 21 de octubre y S1a 19/2017 de 7 de marzo; determinación asumida bajo los siguientes
fundamentos:
b) Los derechos adquiridos o constituidos son aquellos que ingresan en el patrimonio de una
persona bajo el imperio de una ley, no pudiendo ser arrebatados o vulnerados.
d) Dentro del proceso de saneamiento, el único requisito para la verificación de la FES era
comprobar en campo la actividad productiva y el ganado bovino del interesado, aspecto
corroborado por funcionarios del INRA que no está reflejado en el Informe en Conclusiones.
e) De acuerdo con los arts. 263 y 295 del DS 29215 el proceso de saneamiento tiene tres etapas; y,
según el art. 66.I.1 de la LSNRA, su finalidad es la titulación de la tierra que cumple una Función
Social (FS) o Función Económica Social (FES), por lo menos dos años antes de la publicación de la
norma referida.
f) Los arts. 303 al 305 del DS 29215 refieren que los resultados del informe en conclusiones serán
registrados en un informe final en un plazo determinado y serán puestos en conocimiento de los
propietarios, beneficiarios, poseedores, terceros interesados y representantes o delegados de
organizaciones sociales o sectoriales acreditados para la socialización de sus resultados a objeto de
alguna observación o denuncia.
g) El art. 2 de la Ley 80 de 5 de enero de 1961 prevé la obligación de registrar la marca o señal para
la filiación de rebaños.
h) La verificación de la FES, según el art. 166 del DS 29215, debe efectuarse en el terreno durante
la etapa de pericias de campo, utilizándose complementariamente planes de ordenamiento predial
e imágenes satelitales.
Los accionantes alegan que las autoridades demandadas emitieron la Sentencia Agroambiental
Nacional S1a 116/2016 de 16 de noviembre, lesionando sus derechos a la propiedad, a la defensa,
al trabajo y al debido proceso en sus vertientes de motivación, congruencia y razonabilidad,
vinculados con los principios de seguridad jurídica, verdad material, prevalencia del derecho
sustancial e interdicción de la arbitrariedad, en razón a que no realizaron una aplicación objetiva de
la normativa agraria y la adecuada compulsa de los antecedentes que demostraron su posesión del
predio denominado “EL LETRERO” de forma anterior a la vigencia de la Ley del Servicio Nacional de
Reforma Agraria; así como, el cumplimiento de la FES, omitiendo considerar los argumentos
referidos a que en el proceso de saneamiento se tomaron en cuenta sólo los informes de gabinete
que no sustituyen la verificación en campo, al margen de que el Informe de Cierre -que no contaba
con firma alguna- nunca les fue notificado a objeto de que presenten las observaciones pertinentes.
En consecuencia, corresponde determinar en revisión, si se debe conceder o denegar la tutela
solicitada.
La SCP 0512/2015-S2 de 21 de mayo, concluyó que: “Sobre el tema y tomando en cuenta que tanto
la valoración de la prueba como la omisión de la misma, se constituyen en componentes del debido
proceso, los cuales han sido invocados por la accionante, en la presente acción tutelar, corresponde
su análisis a partir de la jurisprudencia constitucional que al respecto marca línea, cuando establece:
‘…La jurisprudencia del Tribunal Constitucional señaló que cuando se impugnen actos y resoluciones
de los jueces y tribunales ordinarios, la jurisdicción constitucional no puede ingresar a valorar la
prueba producida durante el proceso, por cuanto esa labor corresponde exclusivamente a las
autoridades jurisdiccionales ordinarias y no así al Tribunal Constitucional dada su finalidad
protectora de derechos fundamentales y no de instancia de apelación o casación.
Consecuentemente, la acción de amparo constitucional no puede constituirse en una instancia más
de revisión de resoluciones, a menos que dentro de esa valoración exista apartamiento de los
marcos legales de razonabilidad y equidad previsible para decidir o cuando se haya omitido
arbitrariamente valorar la prueba y su lógica consecuencia sea la lesión de derechos fundamentales
y garantías constitucionales’, entendimiento recogido por las SSCC 2536/2010-R de 19 de
noviembre, 0939/2011-R de 22 de junio, entre otras. De lo anotado, se puede colegir que para que
este Tribunal ingrese a examinar, si realmente se lesionaron los derechos fundamentales invocados
por la accionante, a partir de la valoración efectuada dentro del proceso judicial de origen,
únicamente podrá efectuarse con base en los siguientes presupuestos: i) Cuales son las pruebas que
fueron valoradas por las autoridades demandadas, apartándose de los marcos legales de
razonabilidad, equidad, y cuales no han sido valoradas; y, ii) En qué medida, incide en el resultado
de la resolución final, y si ésta hubiera sido diferente si se hubiera compulsado razonablemente la
prueba existente en el caso. Consecuentemente, y sólo cuando se adviertan estos aspectos la
jurisdicción constitucional podrá realizar la labor de contrastación y verificación de la valoración de
la prueba efectuada por la jurisdicción agroambiental” (las negrillas nos pertenecen).
De la revisión de los antecedentes que informan el expediente se tiene que dentro del proceso
contencioso administrativo seguido por los accionantes impugnando la Resolución RA-ST 0066/2014
se dictó la Sentencia Agroambiental Nacional S1a 116/2016, que denuncian como lesiva a sus
derechos al debido proceso y a la defensa, por existir a su entender, omisión en la consideración y
valoración de la prueba de cargo; así también, acusan la conculcación del debido proceso en sus
vertientes de congruencia, motivación y razonabilidad vinculado con los principios de seguridad
jurídica, verdad material, prevalencia del derecho sustancial e interdicción de la arbitrariedad; por
cuanto, la referida Sentencia Agroambiental Nacional, sustentó su decisión en:
1) El contenido del legajo del proceso de saneamiento, en cuyo informe conclusivo se estableció la
inexistencia de actividad antrópica respaldado en informes de gabinete y que no se demostró el
cumplimiento de la FES así como la posesión anterior a la vigencia de la Ley del Servicio Nacional
Reforma Agraria de 18 de octubre de 1996.
2) Omitió considerar las verificaciones de campo donde se evidenció la existencia de ganado bovino
en un total de mil setenta y cuatro cabezas y diez de ganado equino con sus respectivas marcas.
4) No siendo factible realizar mayores mejoras como cultivo de pastizales o sistemas silvopastoriles
del predio debido a las restricciones de uso de suelos por constituir la zona un ANMI. Finalmente,
señalan la incorrecta aplicación objetiva de la normativa agraria.
En otros términos, antes de revisar una resolución judicial o administrativa que se acusa de
vulneradora de derechos fundamentales y garantías constitucionales por haber incurrido en errónea
interpretación y/o aplicación de la legalidad ordinaria y defectuosa valoración de la prueba, se
deberá cumplir con los presupuestos que exige la jurisprudencia constitucional (Fundamentos
Jurídicos III.1 y III.2). Una vez cumplidos dichos requisitos, en caso de denunciarse también la lesión
a los derechos a la fundamentación, motivación y congruencia como parte del debido proceso,
recién podrá realizarse la labor de revisión de estos componentes del debido proceso, por cuanto
no sería coherente que este Tribunal se pronuncie sobre los mismos cuando no se aperturó la vía
para efectuar una reinterpretación de la legalidad ordinaria y/o valoración de la prueba sobre los
cuales se acusa la ausencia de fundamentación, motivación y congruencia. Consiguientemente,
valga la reiteración, no habiendo los accionantes cumplido con los presupuestos exigidos por la
jurisprudencia constitucional para revisar si las autoridades demandadas efectuaron una correcta
interpretación y/o aplicación de la legalidad ordinaria, ni tampoco con las exigencias para
excepcionalmente revisar la labor de valoración de la prueba, no corresponde emitir criterio alguno
en relación a la ausencia de fundamentación, motivación y congruencia de la Sentencia
Agroambiental Nacional cuestionada en la presente acción tutelar, de ahí que amerita denegar la
tutela impetrada sin ingresar al análisis de fondo de los problemas jurídicos planteados. En tal
sentido, tampoco corresponde pronunciarse sobre los demás derechos y principios invocados en
esta acción de defensa.
Acción de libertad
Dentro del proceso penal seguido por el Ministerio Público a denuncia de María Reyes Flores en su
contra, por la presunta comisión del delito de robo previsto por el art. 331 del Código Penal (CP); en
audiencia de 13 de septiembre de 2017 se sometió a procedimiento abreviado y fue condenado a
pena privativa de libertad de tres años mediante Sentencia de 13 del referido mes y año, emitida
por el Juez de Instrucción Penal Tercero del departamento de Santa Cruz en suplencia legal, a
cumplirse en el Centro de Rehabilitación Santa Cruz “Palmasola”; en la citada audiencia solicitó la
suspensión condicional de la pena, cumpliendo con los requisitos regulados por el art. 366 del
Código Procedimiento Penal (CPP) adjuntó su certificado de Registro Judicial de Antecedentes
Penales (REJAP), y en completa infracción de la ley Martin Camacho, Juez en suplencia dejó en
suspensión lo solicitado, disponiendo con carácter previo se notifique a la víctima con la Sentencia
señalada para su posterior consideración.
Por memorial de 4 de octubre de 2017, presentado a Carla Lorena Añez Méndez, Jueza de
Instrucción Penal y contra la Violencia hacia la Mujer Segunda del departamento Santa Cruz; reiteró
considerar el beneficio de la suspensión condicional de la pena, habiendo sido sentenciado a tres
años de reclusión, sin condena en los últimos cinco años por delito doloso, extremo que acreditó
con el certificado de REJAP, razón por la que solicitó priorizar el ejercicio y goce del derecho a la
libertad, pues nada justifica que continúe privado de libertad hasta la ejecutoria de la sentencia
condenatoria. Por providencia de 6 de octubre 2017, al ordenar la Jueza demandada la notificación
a la víctima en el domicilio procesal establecido, incurrió en un acto dilatorio, a cuyo proceder el
accionante reiteró se conceda el beneficio de suspensión condicional de la pena y se libere el
mandamiento de libertad, siendo que la víctima fue legalmente notificada con la sentencia;
debiendo la autoridad judicial demandada en cumplimiento a la jurisprudencia contenida en la SCP
0801/2016-S2 de 25 de agosto; previa verificación de lo determinado en el art. 336 del CPP; otorgar
el beneficio de la suspensión condicional de la pena, a solo cumplimiento de los requisitos exigidos,
sin que este otorgamiento dependa de otro procedimiento.
I.1.3. Petitorio
I.2.3. Resolución
El Tribunal de Sentencia Penal Séptimo del departamento de Santa Cruz, constituido en Tribunal
garantías, mediante Resolución 54/2017 de 25 de octubre, cursante de fs. 13 a 16, concedió la
tutela, disponiendo que la Jueza ahora demandada una vez sea notificada con la Sentencia
Constitucional Plurinacional señale audiencia para considerar la suspensión condicional de la pena,
en el plazo de setenta y dos horas, en base a los siguientes fundamentos:
1) Que las autoridades jurisdiccionales tienen el deber de resolver las solicitudes y requerimientos
de las personas privadas de libertad, con la mayor celeridad posible o cuando menos dentro de los
plazos razonables, pues no hacerlo podría provocar una restricción indebida del derecho.
2) Si la solicitud es negada de acuerdo a una compulsa conforme a ley no es ilegal, siempre que esta
negativa se la resuelva con la celeridad que exige la norma.
El accionante señala como lesionado su derecho a la libertad; puesto que cuando solicitó la
suspensión condicional de la pena cumpliendo con los requisitos exigidos por el art. 366 del CPP, la
autoridad demandada, dispuso que previamente se notifique a la víctima con la sentencia
condenatoria y una vez ejecutoriada la misma, se atendería su solicitud, acción asumida que vulnera
su derecho en virtud a la SCP 0801/2016-S2 de 25 de agosto. En ese contexto corresponde en
revisión establecer si tales extremos son evidentes y merecen la tutela solicitada por el accionante.
III.1. La resolución que concede la suspensión condicional de la pena, debe disponer también la
libertad del beneficiado y no se requiere ejecutoria de la sentencia condenatoria
Al respecto la SCP 1642/2014 de 21 de agosto, precisó: «El art. 366 del CPP, establece que: “La jueza
o el juez o tribunal, previo los informes necesarios y tomando en cuenta los móviles o causas que
hayan inducido al delito, la naturaleza y modalidad del hecho, podrá suspender de modo condicional
el cumplimiento de la pena cuando concurran los siguientes requisitos: 1. Que la persona haya sido
condenada a pena privativa de libertad que no exceda de tres años de duración; 2. Que el
condenado no haya sido objeto de condena anterior por delito doloso, en los últimos cinco años.
En tal sentido, la exigencia de la ejecutoria previa de la sentencia dispuesta por el Juez demandado,
para recién dar curso al pedido de suspensión condicional de la pena realizada por el accionante, se
traduce en un requerimiento realizado al margen de la Ley; es decir, de una condición no prevista
en norma procedimental alguna, la misma que al incidir directamente en la continuidad de la
restricción del derecho a la libertad del accionante, por encontrarse detenido preventivamente en
la Cárcel de ‘San Pablo’ de Quillacollo, viabiliza la concesión de la tutela solicitada a través de este
medio de defensa constitucional.
Por otro lado, es importante señalar que el argumento de la autoridad demandada, referido a que
previamente debiera ejecutoriarse la sentencia condenatoria para recién considerarse la solicitud
de suspensión condicional de la pena, no se ajusta a derecho y contraviene los principios de
razonabilidad, celeridad y favorabilidad, ya que la querellante tenía expedita la vía del recurso de
apelación restringida contra la sentencia condenatoria, conforme manda el art. 370 del CPP; sin
embargo, el hacer uso de ese derecho no justifica de ninguna manera que la autoridad ahora
demandada no resuelva en tiempo oportuno la solicitud de suspensión condicional de la pena, más
aun si consideramos que la querellante fue notificada para la audiencia del procedimiento abreviado
y no presentó oposición fundamentada al requerimiento conclusivo de procedimiento abreviado,
previsto por el art. 373 del CPP, en consecuencia lo que correspondía era aplicar el art. 366 del
referido Código, al haber cumplido el accionante con los requisitos de procedencia para la
suspensión condicional de la pena. Por los fundamentos expuestos, el Tribunal de garantías al haber
concedido la tutela demandada, actuó correctamente.
POR TANTO
Acción de libertad
El accionante alega la lesión de sus derechos a la defensa, al debido proceso, y a la libertad, citando
al efecto los arts. 24, 116 y 117 de la Constitución Política del Estado (CPE).
I.1.3. Petitorio
El accionante alega como vulnerados sus derechos a la defensa, al debido proceso y a la libertad,
señalando que de manera precipitada la autoridad demandada declaró improcedente la apelación
incidental interpuesta, por no encontrarse presente en la audiencia, habiendo asistido con demora
en compañía de su custodio y sin considerar que la salida de un recinto penitenciario no depende
de un privado de libertad; sino que, está sujeta a la voluntad de sus “carceleros”, por lo que planteó
en la misma audiencia recurso de “corrección”, que también fue denegado y considera ilegal e
injusto declararse improcedente una apelación por razones que no son atribuibles de modo alguno
a su persona. En ese contexto corresponde en revisión, establecer si tales argumentos son evidentes
a fin de conceder o denegar la tutela impetrada.
Al respecto, este Tribunal Constitucional Plurinacional, tiene sentada jurisprudencia como la SCP
2311/2012 de 16 de noviembre, refiere:
“‘…Toda persona que considere que su vida está en peligro, que es ilegalmente perseguida, o que
es indebidamente procesada o privada de libertad personal, podrá interponer Acción de Libertad y
acudir, de manera oral o escrita, por sí o por cualquiera a su nombre y sin ninguna formalidad
procesal ante cualquier juez o tribunal competente en materia penal, y solicitará que se guarde
tutela a su vida, cese la persecución indebida, se restablezcan las formalidades legales o se restituya
su derecho a la libertad’. El art. 46 del Código Procesal Constitucional (CPCo) al respecto ha
dispuesto: ‘La Acción de Libertad tiene por objeto garantizar, proteger o tutelar los derechos a la
vida, integridad física, libertad personal y libertad de circulación, de toda persona que crea estar
indebida o ilegalmente perseguida, detenida, procesada, presa o que considere que su vida o
integridad física está en peligro’. Asimismo, su art. 47 indica: ‘La Acción de Libertad procede cuando
cualquier persona crea que: 1. Su vida está en peligro; 2. Está ilegalmente perseguida; 3. Está
indebidamente procesada; 4. Está indebidamente privada de libertad personal’. El Tribunal
Constitucional a través de la SC 0888/2011-R de 6 de junio, ha establecido el siguiente
entendimiento: ‘En efecto, se enfatiza el triple carácter tutelar de esta acción: preventivo, correctivo
y reparador, reforzándose como acción de defensa oportuna y eficaz, cuya finalidad es resguardar
y proteger los derechos a la vida y la libertad, tanto física como de locomoción, en favor de toda
persona que creyere estar ilegalmente perseguida o indebidamente procesada o privada de
libertad; en ese marco, su carácter preventivo responde a frenar una lesión ante una inminente
detención indebida o ilegal, impidiendo que se materialice la privación o restricción de libertad; el
carácter correctivo, tiene por objeto evitar se agraven las condiciones de una persona detenida, sea
en virtud de una medida cautelar o en cumplimiento de una pena impuesta en su contra; y el
carácter reparador, pretende reparar una lesión ya consumada, es decir, opera ante la verificación
de una detención ilegal o indebida, como consecuencia de la inobservancia de las formalidades
legales’’”.
POR TANTO
Acción de libertad
Dentro del proceso penal seguido en su contra por la presunta comisión de los delitos de estafa y
estelionato, se pronunció la Sentencia 03/2011 de 17 de junio, que fue confirmada en apelación;
por lo que, interpuso el recurso de casación de 11 de noviembre de 2011, que al declararse probado
originó el Auto de Vista de 10 de junio de 2014 y su complementario 256 de 4 de septiembre del
mismo año, contra los cuales presentó nuevamente recurso de casación -al considerarlos lesivos-.
Encontrándose pendiente de pronunciamiento su recurso, el 6 de marzo de 2015, interpuso la
excepción de extinción de la acción penal por duración máxima del proceso, que se declaró probada
por el Auto Interlocutorio 17/2015 de 16 de marzo -pronunciado por el Juez ahora demandado-,
determinación que se mantuvo incólume mediante el Auto de Vista 121 de 15 de mayo de 2015,
(que declaró la improcedencia del recurso de apelación incidental, presentado por la contraparte).
En tal contexto, la entonces querellante, interpuso la acción de amparo constitucional, resuelta por
la SCP 1418/2015-S2 de 23 de diciembre, que dispuso la emisión de un nuevo pronunciamiento
sobre la impugnación (dejando sin efecto el Auto de Vista 121); por lo que, se dictó el Auto de Vista
490 de 18 de noviembre de 2015, que -ampliando la fundamentación de su predecesor- declaró la
improcedencia del recurso de apelación incidental; consecuentemente, el expediente fue devuelto
al Juez ahora demandado mediante Oficio 37/2016 de 20 de enero. El 25 de enero de 2017, solicitó
a la autoridad demandada, la emisión de una certificación -que le fue otorgada- donde constaba
que el proceso penal seguido en su contra estaba concluido y ejecutoriado; sin embargo, el Juez
demandado, incumplió con su deber de informar sobre la interposición de la excepción al Tribunal
Supremo de Justicia (que conocía el trámite del recurso de casación presentado contra la Sentencia
Condenatoria), causando que, el 27 de marzo de 2015, -de forma anómala- se pronuncie el Auto
Supremo 208/2015-RRC de 27 de marzo declaró improbado el recurso de casación. En tal contexto,
el 24 de febrero de 2017, la querellante del proceso penal –ahora tercera interesada- solicitó la
emisión del mandamiento de condena en su contra, que fue dispuesto y emitido indebidamente por
el Juez demandado (no obstante a haber sido la misma autoridad quien previamente declaró la
extinción de la acción penal), ignorando la existencia de la excepción de previo y especial
pronunciamiento.
I.1.3. Petitorio
Solicitó se conceda la tutela impetrada, dejando sin efecto el Auto Supremo 208/2015-RRC de 27 de
marzo; el Decreto de 24 de febrero de 2017; el Oficio 86/17 de 30 de marzo del mismo año; y, el
Mandamiento de Condena de 1 de marzo de 2017, emitido por el Juez de Sentencia Penal Sexto del
departamento de Santa Cruz.
I.2.4. Resolución
La Jueza de Sentencia Penal Séptima del departamento de Santa Cruz, constituida en Jueza de
garantías, mediante Resolución 09 de 10 de octubre 2017, cursante de fs. 1418 a 1419, concedió la
tutela solicitada, dejando sin efecto el mandamiento de condena y disponiendo el archivo de
obrados; bajo los siguientes fundamentos: i) El 16 de marzo de 2015, el Juez demandado, declaró
probada la excepción de extinción de la acción penal por duración máxima del proceso; y, en igual
sentido existía un certificado de ejecutoria, emitido por la Secretaria del Juzgado de Sentencia Penal
Sexto del departamento de Santa Cruz, que hacía referencia a que, el Auto Interlocutorio 17/2015,
-que declaró la extinción- se encontraba debidamente ejecutoriado; incluso, tal aspecto fue objeto
de una acción de amparo constitucional; y, ii) No obstante a que, se concedió la tutela dentro de la
acción tutelar citada, “…ordena de que se le deje sin efecto el auto de vista de fecha 15 de mayo de
2015…” (sic), disponiéndose el pronunciamiento de una nueva resolución que responda con la
debida fundamentación y motivación a cada uno de los agravios expuestos en el recurso de
apelación; empero, no se dejó sin efecto en ningún momento la extinción de la acción penal,
“…mediante auto de vista 490 se declara admisible e improcedente la apelación incidental…” (sic),
más cuando la misma quedo ejecutoriada tras el pronunciamiento del Auto de Vista 490, que
declaró admisible e improcedente el recurso de apelación incidental interpuesto por la querellante;
extremos que resultaban igualmente reflejados en la certificación referida precedentemente.
La acción de libertad, concebida por el constituyente como una garantía procesal, se consagra en el
art. 125 de la CPE, como un mecanismo procesal constitucional de naturaleza tutelar, que tiene la
finalidad de brindar protección inmediata y efectiva a los derechos fundamentales a la vida y a la
libertad; en los casos en que estos derechos, sean ilegal o indebidamente restringidos, suprimidos
o amenazados por actos u omisiones ilegales o indebidas de autoridades públicas o particulares;
asimismo, puede oponerse contra actos que constituyan un indebido procesamiento, solicitando el
restablecimiento de las formalidades procesales; sin embargo, para tal efecto, basta jurisprudencia
constitucional -de forma reiterativa- estableció y diferenció los casos en los cuales, la protección del
debido proceso corresponderán al ámbito tutelar de la acción de libertad. Es en ese entendido que
la SC 0577/2010-R de 12 de julio, estableció: “Respecto a las lesiones al debido proceso, la
jurisprudencia constitucional ha sido reiterada y uniforme al señalar que la protección que brinda el
habeas corpus, ahora acción de libertad no comprende todas las formas en que el mismo puede ser
infringido, sino sólo aquellos supuestos en los que está directamente vinculado al derecho a la
libertad personal o de locomoción, por operar como causa directa para su restricción o supresión,
quedando los demás supuestos bajo la protección del recurso de amparo constitucional (SSCC
0200/2002-R, 0414/2002-R, 0250/2003- R, 0619/2005-R, entre otras)” (las negrillas son nuestras).
Reforzando dicho entendimiento, la SC 0619/2005-R de 7 de junio, precisó que: “…las lesiones al
debido proceso están llamadas a ser reparadas por los mismos órganos jurisdiccionales que conocen
la causa (...) a través de los medios y recursos que prevé la ley, y sólo agotados éstos, se podrá acudir
ante la jurisdicción constitucional a través del recurso de amparo constitucional, que, como se ha
señalado, es el recurso idóneo para precautelar las lesiones a la garantía del debido proceso; a no
ser que se constate que a consecuencia de las violaciones al debido proceso invocadas, se colocó al
recurrente en absoluto estado de indefensión, lo que no le permitió impugnar los supuestos actos
ilegales y que recién tuvo conocimiento del proceso al momento de la persecución o la privación de
la libertad. Un entendimiento contrario, determinaría que los jueces y tribunales de hábeas corpus,
y el propio Tribunal Constitucional, asuman una atribución que el orden constitucional no les otorga,
posibilitando que toda reclamación por supuestas lesiones al debido proceso por quien se encuentre
privado de libertad, prospere a través del recurso de hábeas corpus, desnaturalizando la actuación
de los jueces y tribunales ordinarios, que son los que tienen competencia, primariamente, para
ejercer el control del proceso, y sólo si la infracción no es reparada se abre la tutela constitucional.
…para que la garantía de la libertad personal o de locomoción pueda ejercerse mediante el recurso
de hábeas corpus cuando se denuncia procesamiento ilegal o indebido deben presentarse, en forma
concurrente, los siguientes presupuestos: a) el acto lesivo, entendido como los actos ilegales, las
omisiones indebidas o las amenazas de la autoridad pública, denunciados, deben estar vinculados
con la libertad por operar como causa directa para su restricción o supresión; b) debe existir
absoluto estado de indefensión, es decir, que el recurrente no tuvo la oportunidad de impugnar los
supuestos actos lesivos dentro del proceso y que recién tuvo conocimiento del mismo al momento
de la persecución o la privación de la libertad” (las negrillas nos pertenecen). En igual razonamiento,
la SCP 1806/2014 de 19 de septiembre, con relación a la activación del derecho al debido proceso,
mediante acción de libertad, haciendo mención a la SC 0024/2001-R de 16 de enero, estableció el
siguiente entendimiento: “‘…la protección que brinda el art. 18 de la Constitución Política en cuanto
al debido proceso se refiere, no abarca a todas las formas en que el mismo puede ser infringido,
sino sólo a aquellos supuestos en los que está directamente vinculado al derecho a la libertad
personal o de locomoción, por operar como causa para su restricción o supresión, quedando por
tanto las demás bajo la tutela que brinda el art. 19 constitucional, que a diferencia del Hábeas
Corpus, exige para su procedencia el agotamiento de otras vías o recursos idóneos para lograr la
reparación inmediata del acto o la omisión ilegal ’” (las negrillas nos corresponden).
III.2. Sobre la persecución indebida y su tutela a través de la acción de libertad
POR TANTO
1º La nulidad del decreto de 24 de febrero de 2017, el Oficio 86/17 de 30 de marzo del mismo año;
y, del mandamiento de condena de 1 de igual mes y año.
Por memorial de 30 de mayo de 2017 cursante de fs. 543 a 548 vta. Angel Juan Avalos Sumoya,
reiteró una vez más su denuncia de incumplimiento; señalando que, el 22 de marzo de 2016, las
autoridades demandadas fueron notificadas con la SCP 0854/2015-S2 de 25 de agosto y el decreto
de “CUMPLASE” de 8 de marzo del mismo año; sin embargo, hasta la fecha de presentación del
memorial de queja no dieron cumplimiento. Señala que con anterioridad, el 27 de mayo de 2016,
presentó denuncia ante el Tribunal de garantías por retardación de justicia e incumplimiento, el cual
se declaró incompetente para conocer la misma. Ante esa circunstancia, el 15 de julio de 2016,
presentó recurso de queja directamente ante el Tribunal Constitucional Plurinacional, que mediante
ACP 0033/2017-O de 11 de agosto, dispuso la devolución de obrados a la Sala Penal Primera del
Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz, constituida en Tribunal de garantías, a objeto de
que se pronuncie de manera expresa respecto a la denuncia de incumplimiento. Por otra parte,
Angel Juan Avalos Sumoya señala que el incumplimiento de la SCP 0854/2015-S2 está comprobado,
debido a que el 30 de marzo de 2016, Alain Nuñez Rojas, Vocal de la Sala Civil y Comercial Segunda
del Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz, informó que en cumplimiento de la Resolución
4 de 16 de enero de 2015, se dictó el Auto de Vista 108/2015 de 13 de mayo, sin embargo a criterio
del impetrante, no toma en cuenta la Resolución del Tribunal de garantías ni la SCP 0854/2015-S2.
Debido a esto formuló incidente de nulidad contra el referido Auto de Vista 108/2015, que fue
rechazado por Auto de Vista 149/2015 de 31 de julio y notificado recién el 25 de mayo de 2016, por
ese motivo, dos días despues presentó queja ante el Tribunal de garantías, alegando que el
incumplimiento de la SCP 0854/2015-S2 vulnera la seguridad jurídica, la cosa juzgada, la propiedad
privada de su inmueble que se adjudicó en remante dentro del fenecido proceso ejecutivo.
I.1.1. Petitorio
Solicita:
a) Se anule y deje sin efecto los Autos de Vista 108/2015; y, 149/2015, dictados por los Vocales de
la Sala Civil y Comercial Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz;.
b) Se conmine a Alain Nuñez Rojas y Erwin Jiménez Paredes actuales Vocales de la Sala Civil,
Comercial, Familiar, Niñez y Adolescencia, Violencia Intrafamiliar o Doméstica y Pública Segunda del
mismo Tribunal, a emitir nueva resolución en estricto cumplimiento de la SCP 0854/2015- S2.
La Sala Penal Primera del Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz, constituida en Tribunal
de garantías, mediante Auto 02 de 2 de agosto de 2017, cursante de fs. 566 a 568, resolvió
RECHAZAR el Recurso de queja, bajo el fundamento que las autoridades demandas cumplieron con
la SCP 0854/2015-S2 al emitir el Auto 192/17, en el cual se toma en cuenta los parámetros y ordenes
emitidas por el Tribunal de garantías en la Resolución de 16 de enero de 2015.
III.1. Competencia del Tribunal Constitucional Plurinacional en la resolución de las denuncias por
incumplimiento a Sentencias Constitucionales
El art. 203 de la Constitucion Politica del Estado (CPE), señala que: “Las decisiones y sentencias del
Tribunal Constitucional Plurinacional son de carácter vinculante y de cumplimiento obligatorio, y
contra ellas no cabe recurso ordinario ulterior alguno”. Por su parte el ACP 0006/2012-O de 5 de
noviembre, estableció que: “…frente a un eventual incumplimiento o demora en la ejecución de una
decisión constitucional, el legislador ha dispuesto para la etapa de ejecución de fallos, un
mecanismo procesal idóneo para la denuncia por incumplimiento de decisiones emergentes de
acciones tutelares, destinado a consolidar una real materialización y por ende un efectivo
cumplimiento a sentencias constitucionales con calidad de cosa juzgada. El art. 16 del CPCo
concordante con la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional, expresamente señala: ‘I. La
ejecución de una Resolución Constitucional con calidad de cosa juzgada, corresponde al juzgado o
tribunal que inicialmente conoció la acción. II. Corresponderá al Tribunal Constitucional
Plurinacional, conocer y resolver las quejas por demora o incumplimiento en la ejecución antes
referida; asimismo…’. Por lo expresado, corresponde, a través de la labor hermenéutica y a la luz de
una interpretación ‘de y conforme a la Constitución’, determinar las reglas de un debido proceso
aplicables a la etapa de ejecución de fallos por denuncias referentes a quejas por demora o
incumplimiento en la ejecución de sentencias emanadas de acciones tutelares. En este contexto, en
esta etapa procesal, el juez o tribunal de garantías que conoció la acción tutelar, una vez conocida
la queja por demora o incumplimiento en la ejecución de sentencias emanadas de acciones
tutelares, con la finalidad de asegurar un debido proceso, en el plazo de veinte cuatro horas desde
el conocimiento de este mecanismo, solicitará informe y demás medidas o documentación
pertinente a la autoridad o particular obligado a cumplir una decisión emergente del control tutelar
de constitucionalidad, quien deberá remitir lo solicitado ante el juez o tribunal de garantías, en un
plazo no mayor a tres días, para que en primera instancia, el juez o tribunal de garantías, establezca
la demora o incumplimiento en la ejecución de una decisión emergente del control tutelar de
constitucionalidad, si fuera el caso. El juez o tribunal de garantías, en el plazo máximo de cuarenta
y ocho horas, mediante auto expreso, rechazará la queja o la concederá, asumiendo en este último
supuesto las medidas necesarias para el cumplimiento de estas resoluciones, entre las cuales puede
requerir la intervención de la fuerza pública, la remisión de antecedentes al Ministerio Público o la
imposición de multas progresivas, entre otras. Con la resolución pronunciada por el juez o tribunal
de garantías, se notificará a las partes procesales, estando facultado el activante de la queja, en caso
de estimar dilación o incumplimiento de la resolución emergente de una acción tutelar, a presentar
la misma ante el Tribunal Constitucional Plurinacional, en los términos establecidos por el art. 16.II
del CPCo, queja que deberá ser presentada en el plazo de tres días computables a partir de la
notificación con la resolución emitida por el juez o tribunal de garantías. En este supuesto, el juez o
tribunal de garantías, en el plazo de veinte cuatro horas, deberá remitir todos los antecedentes
relevantes a la queja ante el Tribunal Constitucional Plurinacional. Por su parte, el Tribunal
Constitucional Plurinacional, mediante la sala que emitió la sentencia con calidad de cosa juzgada,
resolverá mediante Auto Constitucional la queja interpuesta por demora o incumplimiento a
resolución constitucional con calidad de cosa juzgada, debiendo confirmar total o parcialmente o
en su caso revocar, la decisión del juez o tribunal de garantías que conoció inicialmente la queja por
mora o incumplimiento a decisiones constitucionales con calidad de cosa juzgada constitucional,
decisión que deberá ser cumplida de manera inmediata”.
POR TANTO
Acción de libertad
Dentro del proceso de asistencia familiar instaurado en su contra a instancia de Aida Mamani
Titirico, la precitada mediante memorial, solicitó liquidación de asistencia familiar respecto de sus
hijos Roly Rober, Wilder Moisés, Deymar Deyvith y Brayan Guiver, todos ellos Aruquipa Mamani,
quienes a la fecha, cuentan con treinta y uno, veintisiete, veinticuatro y veinte años de edad,
respectivamente, quienes al ser mayores de edad, podían actuar por sí mismos o mediante
apoderado; extremo que no fue observado por la Jueza Pública de Familia Décima del departamento
de La Paz; quién mediante providencia de 16 de marzo de 2017, dispuso su notificación con la
liquidación indicada, lesionando así sus derechos y obviando lo establecido en el art. 4 del Código
Civil (CC), en lo concerniente a la mayoría de edad y capacidad de obrar; posterior a ello, el 7 de
abril del mismo año, la demandante pidió que se apruebe la planilla de liquidación de asistencia
familiar sin contar con el consentimiento de sus hijos; por lo que, la Jueza referida mediante Auto
de 10 de abril de igual año, le conminó para que pague el monto adeudado al tercer día; nuevamente
y sin contar con el consentimiento de sus descendientes el 23 de junio de 2017, la demandante
solicitó que se expida mandamiento de apremio en su contra y la autoridad jurisdiccional, sin
observar el defecto de fondo pronunció el Auto de 26 del señalado mes y año, ordenando se expida
mandamiento de apremio correspondiente, fallo en base al cual el 12 del mencionado mes y año se
hizo efectiva la emisión de dicho mandamiento, siendo ejecutado el mismo el 13 de septiembre de
dicho año; emergente de ello, fue trasladado al Recinto Penitenciario de San Pedro de la ciudad
Nuestra Señora de La Paz, lugar donde se encuentra indebidamente detenido.
Denunció la lesión de sus derechos a la libertad y al debido proceso, sin hacer cita de norma
constitucional alguna.
I.1.3. Petitorio
I.2.4. Resolución
El Juez de Sentencia Penal Tercero del departamento de La Paz, en suplencia legal de su similar
Segundo, por Resolución 17/2017 de 17 de octubre, cursante de fs. 66 a 69, denegó la tutela
solicitada bajo los siguientes fundamentos: i) Por el carácter sumario de una acción de libertad y el
principio de celeridad, se pronunciará únicamente respecto a la detención indebida; ii) El acto lesivo
entendido como los actos ilegales, las omisiones indebidas o las amenazas de la autoridad pública,
deben estar vinculados con la libertad para operar como causa directa para su restricción; además
de ello, debe existir absoluto estado de indefensión; es decir, que el accionante no haya tenido la
oportunidad de impugnar los supuestos actos lesivos y que se hubiera enterado de los mismos a
momento de la persecución o la privación de libertad; iii) El impetrante de tutela, fue notificado con
la liquidación; sin embargo, no realizó impugnación alguna; iv) En cuanto a la edad de los
beneficiarios se tiene que ese aspecto debió haber sido considerado por la autoridad jurisdiccional
demandada; y, v) El monto por concepto de asistencia familiar devengada debió ser observado en
su momento; es así, que la parte peticionante de tutela no puede alegar estar ilegalmente detenido,
puesto que, al haberse cumplido con todas las formalidades establecidas por ley y por no haber
solicitado oportunamente la cesación de asistencia familiar, queda subsistente la obligación
asumida en su momento.
III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO
El accionante alega la vulneración de sus derechos a la libertad y al debido proceso; toda vez que,
se encuentra indebidamente detenido, puesto que dentro del proceso de asistencia familiar
instaurado en su contra, la autoridad jurisdiccional demandada previo trámite de rigor, dispuso que
se expida mandamiento de apremio en su contra, sin haber revisado los antecedentes procesales,
por lo que no se percató que los beneficiarios son mayores de edad y que la demandante actuó por
voluntad propia, sin contar con poder especial y suficiente que la faculte para dicho cometido;
motivo por el cual, considera que al no existir un mecanismo procesal idóneo, queda expedita la
instancia constitucional a fin que sus derechos le sean restablecidos. Identificado el problema
jurídico planteado por el accionante, corresponde analizar en revisión si los argumentos esgrimidos
son evidentes, a efectos de conceder o denegar la tutela reconocida por este medio de defensa.
En alusión a la temática la SCP 1100/2017-S1 de 3 de octubre, se manifestó así: "En ese entendido,
la SC 2199/2010-R de 19 de noviembre, que cita a la SC 0436/2003-R de 7 de abril, estableció que:
ʽ...la obligación de cumplir con la asistencia familiar es inexcusable bajo prevención de expedirse
mandamiento de apremio, esto porque está vinculada a derechos fundamentales cuyos titulares
son menores de edad, a quienes la Constitución Política del Estado en su art. 193, les otorga especial
protección. Bajo este entendimiento, la tutela no puede ser otorgada para esquivar dicha
obligación. Que sin embargo, cuando aquélla es solicitada y se practica la liquidación por los pagos
devengados, la autoridad competente debe necesariamente notificar al obligado, conminándolo
para que cumpla dentro del plazo legal con su obligación previniéndolo de que si no cumple se
procederá conforme a los artículos citados. Esta formalidad, no es potestativa sino obligatoria para
el juez, pues la notificación con la conminatoria tiene la finalidad de dar oportunidad al obligado,
para pagar la obligación pendiente, o en su caso formular las observaciones a la liquidación o
presentar pruebas de eventuales pagos directos, por ello el legislador ha previsto su legal
notificación que debe cumplir con el objetivo de que el obligado se entere de la obligación (…) por
lo que, el juez a tiempo de conocer la solicitud del pago de asistencia familiar devengada, debe exigir
que la parte demandante señale el domicilio actual del obligado conforme a lo previsto por el art.
101 del CPC, y en caso de desconocimiento de dicho domicilio, previo juramento como manda el
art. 124.III del referido Código, antes de emitir el mandamiento de apremio, debe realizar las
notificaciones a través de edictos, conforme a las normas contenidas en el mencionado Código de
Procedimiento Civilʼ. De lo cual se concluye que el ordenamiento jurídico vigente y la jurisprudencia
constitucional establecen que una vez solicitada la liquidación de la asistencia familiar devengada,
se debe poner a conocimiento de la parte obligada, quien podrá observarla dentro del plazo de tres
días; vencido el mismo, ya sea de oficio o a petición de la parte beneficiaria, la autoridad judicial a
cargo de la causa aprobará la liquidación, intimando al pago dentro del tercer día; es decir, que la
autoridad jurisdiccional una vez cumplido el término referido para que la parte obligada presente
su observación a la liquidación, luego de la respectiva compulsa de las observaciones efectuadas en
el caso de haberlas y ser comprobadas, o en su defecto sin la observación, debe efectuar la
aprobación correspondiente de la liquidación practicada e intimar al pago dentro de tercer día" (las
negrillas son nuestras). De lo dicho anteriormente se entiende que una vez solicitada la liquidación
se debe correr en traslado a la parte contraria, para que la misma en plazo de tres días pueda
observarla, con o sin observación una vez vencido el plazo quedará aprobada dicha liquidación.
II.2. Con relación a la acción de libertad y los alcances de protección respecto al procesamiento
indebido
De lo glosado ut supra se colige que para la activación de la acción de libertad por procesamiento
indebido, deben de forma indefectible concurrir los dos presupuestos; que el acto lesivo sea la causa
directa a la restricción o supresión al derecho a la libertad o de locomoción y que el impetrante de
tutela haya estado en absoluto estado de indefensión, el último requisito no es exigible si quien
interpone la acción tutelar se encuentra sometido a una medida cautelar de carácter personal.
El impetrante de tutela refiere estar indebidamente detenido por lo que invocó la vulneración de
sus derechos a la libertad y al debido proceso; habida cuenta, que dentro del proceso de asistencia
familiar instaurado en su contra, Aida Mamani Titirico solicitó liquidación de asistencia familiar a
favor de sus hijos, mismos que a la fecha son mayores de edad, consecuentemente, capaces de
obrar; es así, que la demandante de asistencia familiar al haber solicitado la liquidación sin poder
especial y suficiente, obró de forma unilateral y sin el consentimiento expreso de los beneficiarios;
extremo ante el cual, la Jueza demandada no sólo admitió y corrió en traslado dicho petitorio, sino
que sin revisar antecedentes y percatarse de la mayoría de edad de los beneficiarios y la ausencia
de poder que faculte a la actora para actuar, emitió el Auto de 10 de abril de 2017, conminándolo a
pagar el monto total adeudado al tercer día; de la misma forma, pronunció el Auto de 26 del mismo
mes y año, disponiendo que se expida mandamiento de apremio en su contra. Dentro de este
contexto y de lo referido tanto en el memorial de interposición de la presente acción, así como de
lo alegado en audiencia instalada para el efecto se puede colegir, que la problemática traída en
cuestión versa respecto a la supuesta falta de poder especial y suficiente de la actora, dentro de la
demanda por asistencia familiar sustanciada contra el impetrante de tutela, extremo no advertido
mucho menos observado por la autoridad jurisdiccional; por lo que, afirma que se habría producido
su detención indebida. Una vez establecida la problemática que hace al caso en análisis, resulta
preciso realizar la compulsa de la documental cursante en obrados a fin de establecer los actuados
procesales, que forman parte del proceso de asistencia familiar teniendo en consideración que:
mediante memorial de 15 de marzo de 2017, Aida Mamani Titirico, señalando nuevo domicilio de
Moisés Aruquipa, presentó liquidación de asistencia familiar ante Fabiola Merced Álvarez Apaza,
Jueza Pública Décima de Familia del departamento de La Paz; quien por decreto de 16 del mismo
mes y año, dispuso poner a conocimiento de parte contraria la liquidación faccionada por la parte
actora; por memorial de 7 de abril del señalado año, presentado por la demandante, se solicitó
aprobación de liquidación de asistencia familiar; emergente de ello se emitió el Auto de 10 de abril
de 2017, pronunciado por la citada Jueza, aprobando la liquidación presentada por la demandante
y conminando al pago del monto total adeudado a tercer día de su legal notificación; por memorial
de 2 de mayo del citado año, interpuesto por Aida Mamani Titirico, se pidió se expida mandamiento
de apremio contra el obligado —ahora accionante—; mediante Auto de 3 de mayo del citado año,
la Jueza de la causa dispuso se expida mandamiento de apremio contra Moisés Aruquipa Flores; por
Auto de 26 de junio de 2017, se ordenó se libre mandamiento de apremio que cursa en obrados,
contra el impetrante de tutela pronunciado por Fabiola Merced Álvarez Apaza, Jueza Pública de
Familia Décima del departamento de La Paz. Ahora bien, corresponde remitirnos a lo establecido en
el art. 415 del Código de Familias y del Proceso Familiar que dice: “I. La parte beneficiaria presentará
la liquidación de pago de la asistencia devengada que será puesta a conocimiento de la otra parte,
quien podrá observar en el plazo de tres (3) días. II. Vencido el plazo, de oficio o a instancia de parte,
la autoridad judicial aprobará la liquidación de la asistencia familiar, intimando al pago dentro del
tercer día. III. La autoridad judicial, a instancia de parte o de oficio y sin otra substanciación,
dispondrá el embargo y la venta de los bienes de la o el obligado en la medida necesaria para cubrir
el importe de las pensiones devengadas, todo sin perjuicio de emitir el mandamiento de apremio
respectivo con facultades de allanamiento y de ser necesario con rotura de candados o chapas de
puertas. La vigencia del mandamiento es indefinida y podrá ejecutarse por cualquier autoridad”.
(las negrillas nos corresponden). De la norma precedentemente referida, se puede razonar que el
accionante tenía la posibilidad de observar la liquidación de asistencia familiar en el plazo de tres
días a partir de su legal notificación; sin embargo, no lo hizo, siendo que ésta es la instancia ordinaria
que le permitía impugnar dicha liquidación; por otra parte, el peticionante de tutela aduce que
algunos de sus hijos beneficiarios son mayores de edad –hecho que es de su pleno conocimiento–,
no obstante a ello, no se evidencia que hubiere solicitado la cesación de la obligación de asistencia
familiar respecto a sus descendientes ahora mayores de edad. En lo referente a la falta de poder
notarial de la actora respecto de sus hijos mayores de edad, tenía expedita la vía incidental para
invocar sus argumentos y observar la falta de dicho poder, mecanismos intraprocesales que la ley
le franquea; empero, no fueron activados, es así que evidenciándose que el ahora accionante, no
acudió a los medios que el ordenamiento jurídico prevé, no se puede conceder la tutela puesto que
se verificó que su detención no es indebida porque emerge de un mandamiento de apremio emitido
por una autoridad competente, y que el impetrante de tutela habiendo tenido los mecanismos
ordinarios intraprocesales no los activó, sino que, ahora pretende subsanar su propia omisión con
la interposición de la presente acción de libertad. Lo referido es concordante con lo expresado en el
Fundamento Jurídico III.1 de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional; toda vez que, la
Norma Suprema en su art. 125, establece que: “Toda persona que considere que su vida está en
peligro, que es ilegalmente perseguida, o que es indebidamente procesada o privada de libertad
personal, podrá interponer Acción de Libertad y acudir, de manera oral o escrita, por sí o por
cualquiera a su nombre y sin ninguna formalidad procesal, ante cualquier juez o tribunal
competente en materia penal, y solicitará que se guarde tutela a su vida, cese la persecución
indebida, se restablezcan las formalidades legales o se restituya su derecho a la libertad”, facultando
así a cualquier estante y habitante del territorio nacional para que pueda invocar esta acción tutelar
en caso de encontrarse en cualquiera de los supuestos señalados precedentemente. En correlación
con ello, el art. 46 del Código Procesal Constitucional (CPCo), al establecer el objeto de la acción de
libertad, indica lo siguiente: “La Acción de Libertad tiene por objeto garantizar, proteger o tutelar
los derechos a la vida, integridad física, libertad personal y libertad de circulación, de toda persona
que crea estar indebida o ilegalmente perseguida, detenida, procesada, presa o que considere que
su vida o integridad física está en peligro”. En ese entendimiento, esta acción de defensa, se
configura en un mecanismo tutelar por el cual la Constitución Política del Estado y el ordenamiento
jurídico, prevén un procedimiento de protección inmediata del derecho a la vida y de aquellas
circunstancias en las que el derecho a la libertad física de las personas se encuentra vulnerado por
causa de una ilegal persecución, indebido procesamiento o indebida privación de libertad; en este
último supuesto, siempre que el procedimiento jurídico ordinario no señale un mecanismo
intraprocesal idóneo y expedito, para lograr la restitución de los derechos alegados como
vulnerados; es de esa previsión que se puede colegir que de existir dicho procedimiento de
impugnación, que no fue activado oportunamente, luego no se podrá acudir a la instancia
constitucional a través de la presente acción tutelar, al no haberse agotado previamente los medios
idóneos de reclamo. Con relación a la acción de libertad y los alcances de protección respecto al
procesamiento indebido, corresponde manifestar que las lesiones al debido proceso deben ser
subsanadas por los mismos órganos jurisdiccionales; toda vez que, la presente acción de defensa
únicamente podrá ser activada para restituir las lesiones a la garantía del debido proceso, si se
verifica que emergente de las vulneraciones referidas, el impetrante de tutela fue puesto en
absoluto estado de indefensión, por lo que no pudo ejercer su derecho a la impugnación; extremos
no advertidosen el caso que nos ocupa, lo referido es en sujeción al Fundamento Jurídico III.2 del
presente Fallo Constitucional. Por lo expuesto, se concluye que el Juez de garantías al haber
denegado la tutela impetrada, evaluó de forma correcta los datos del proceso aplicando
adecuadamente las normas procesales.
POR TANTO
Acción de libertad
A las 6:00 del 18 de agosto de 2017, Roberto Vaca Yorge, -̶ hoy accionante representado‒fue
aprehendido en cumplimiento a un mandamiento de aprehensión emitido por el Juez de Instrucción
Penal Tercero del departamento de Santa Cruz; mandamiento librado en virtud a una declaratoria
de rebeldía dispuesta por la misma autoridad el 8 del mismo mes y año, por no haberse presentado
a una audiencia de medidas cautelares, señalada dentro de un proceso penal seguido por la
presunta comisión de los delitos de falsedad material e ideológica. Agregó que el mencionado
mandamiento de aprehensión fue dispuesto y ejecutado, a pesar de que anteriormente, mediante
memorial expreso, puso en conocimiento de la autoridad jurisdiccional que la emitió, la existencia
de una determinación de aplicación de medida cautelar dispuesta dentro de una acción de amparo
constitucional planteada por su parte, la cual disponía la suspensión de la audiencia de medidas
cautelares dentro del proceso penal referido precedentemente. Arguyó que el Juez que declaró su
rebeldía –ahora demandado‒desestimó su memorial y desacató lo determinado por el Tribunal de
garantías, bajo el argumento de que dicho escrito no se encontraba firmado por Roberto Vaca Yorge,
que la fotocopia de la resolución que se adjuntó era simple, que no se encontraba clara la medida
precautoria dispuesta y que debió disponerse su notificación personal con dicha resolución. Finalizó
señalando que lo determinado por el Juez hoy demandado resulta ilegal, puesto que su persona se
encontraba cumpliendo detención domiciliaria en Puerto Suárez del departamento de Santa Cruz,
medida aplicada dentro de otro proceso; sosteniendo que su abogado patrocinante, bien podía
firmar por su parte el memorial presentado, en vista de que él se encontraba ausente, además que
la fotocopia simple presentada tenía valor legal en aplicación del principio de libertad probatoria
dispuesto mediante Auto Supremo 181/2016-RRC de 8 de marzo, y que aunque la autoridad no
hubiera sido notificada con la medida cautelar dispuesta por el Tribunal de garantías dentro de la
acción de amparo constitucional, la misma tenía todo el valor legal; por lo que, considera que la
autoridad demandada vulneró su derecho a la libertad, al no haber suspendido la audiencia como
se tenía ordenado, por aspectos formales, y al haberlo declarado rebelde y librado mandamiento
de aprehensión en su contra, actuación ejecutada en desconocimiento del principio de verdad
material.
I.1.3 Petitorio
Solicitó que la presente acción de libertad sea declarada procedente y se conceda la tutela,
disponiendo se deje sin efecto la “resolución de 8 de agosto de 2017” (sic) y se ordene su inmediata
libertad. Asimismo, como medida cautelar pidió la paralización del proceso del cual deriva la
presente acción de libertad hasta que se resuelva la misma.
El Tribunal de Sentencia Penal Octavo del departamento de Santa Cruz, constituido en Tribunal de
garantías, mediante resolución 11 de 21 de agosto de 2017, cursante de fs. 56 a 59 vta., concedió la
tutela solicitada; declarando nula la audiencia de medidas cautelares celebrada el 8 de agosto de
2017, por el “Juez cautelar”, dejando sin efecto el mandamiento de aprehensión librado contra el
accionante y ordenando que se libre mandamiento de libertad de forma inmediata para que sea
restituido su derecho conculcado; decisión asumida en base a los siguientes fundamentos:
b) La Resolución que emergió del Tribunal de garantías pudo ser verificada por otros medios y darse
por notificado, al tratarse de la libertad de una persona; toda vez que, la determinación de
suspensión de audiencia, fue pronunciada el 8 de agosto de 2017; es decir, tres días antes de la
celebración del verificativo oral, lo que dificultó la notificación oportuna al Juez demandado con
dicho actuado.
Sobre los casos en los que procede la declaratoria de rebeldía, de acuerdo al procedimiento penal y
a los efectos que dichas actuaciones conllevan, el art. 87 del CPP, regula los casos en los que procede
la misma, estableciendo que el imputado será declarado rebelde cuando: “1) No comparezca sin
causa justificada a una citación de conformidad a lo previsto en este Código; 2) Se haya evadido del
establecimiento o lugar donde se encontraba detenido; 3) No cumpla un mandamiento de
aprehensión emitido por autoridad competente; y, 4) Se ausente sin licencia del juez o tribunal del
lugar asignado para residir”. Instituyendo el art. 88 del mismo Código, que: “El imputado o
cualquiera a su nombre, podrá justificar ante el juez o tribunal su impedimento; caso en el que se
concederá al impedido un plazo prudencial para que comparezca”. En ese mismo sentido normativo,
cabe referir que, la rebeldía es la situación procesal en la que se encuentra quien, existiendo o
mediando proceso en su contra, evita o rehúye someterse al mismo, ya sea no compareciendo,
evadiéndose, incumpliendo un llamado judicial o ausentándose sin justa causa del lugar asignado
para residir; es decir, que asume una actitud pasiva e indiferente en el proceso, con estos
antecedentes, el juez mediante resolución expresa y fundamentada puede declarar la rebeldía,
dando lugar a la aplicación de medidas cautelares personales y reales de carácter precautorio, como
ser la disposición de expedirse mandamiento de aprehensión, arraigo y otros. En consecuencia, se
puede concluir que el objetivo de la declaratoria de rebeldía es lograr la comparecencia del
imputado para la continuación del proceso penal en el que asuma defensa; así en el caso de
comparecencia voluntaria del rebelde, o que sea aprehendido y puesto a disposición de la autoridad,
el proceso continúa dejándose sin efectos las órdenes e instrucciones dispuestas salvo las medidas
cautelares de carácter real. En cuanto a la finalidad del mandamiento de aprehensión, la SC
0170/2006-R de 13 de febrero, señaló lo siguiente: “…de la interpretación armónica de las
disposiciones contenidas en los arts. 89 y 91 del CPP, se tiene que la emisión del mandamiento de
aprehensión librado por la autoridad recurrida respecto a un imputado declarado rebelde, tiene por
única finalidad que el mismo una vez ejecutado permita que el imputado sea aprehendido a efecto
de ser conducido ante la autoridad que lo requiera, lo que implica que dicho mandamiento,
obviamente por orden de la autoridad judicial, deja de surtir sus efectos en dos situaciones: a)
cuando el imputado rebelde comparezca; b) cuando sea puesto a disposición de la autoridad que lo
requiera; pues no existe razón de que el mandamiento de aprehensión subsista en sus efectos
cuando cumplió con su finalidad o resulte innecesario por la comparecencia del imputado”. A dicho
entendimiento jurisprudencial, la SCP 0730/2012 de 13 de agosto, complementó que: “Del
entendimiento expresado en la Sentencia citada, se tiene que la única finalidad del mandamiento
de aprehensión, es que el desobediente a la resolución judicial sea presentado ante la autoridad
para realizar el acto para el que fue inicialmente convocado y no así con otros fines; en
consecuencia, en el instante en que comparezca o sea puesto a disposición de la autoridad que lo
requiera, el mandamiento deja de tener subsistencia”. Por último, la SCP 0027/2014 de 3 de enero,
determinó lo que sigue: “Una vez comparecido el encausado ante la autoridad jurisdiccional, cesan
los efectos de la declaratoria de rebeldía, entre ellos, el mandamiento de aprehensión y, en
consecuencia, es ante dicha autoridad que debe acudir el accionante solicitando que el proceso siga
su trámite y se dejen sin efecto las órdenes dispuestas para su comparecencia, por ser una vía idónea
e inmediata para la restitución del derecho a la libertad física o personal; sin embargo, esta vía no
resulta idónea cuando: a) La autoridad jurisdiccional dispone la rebeldía del imputado, no obstante
que éste justificó oportunamente su incomparecencia ante dicha autoridad; o, b) El imputado
declarado rebelde comparece ante la autoridad judicial y ésta incumple lo dispuesto por el art. 91
del CPP, lesionando derechos y garantías del imputado….” (las negrillas son nuestras).
Entre los principios de la jurisdicción ordinaria consagrados en la Constitución Política del Estado,
en el art. 180.I, se encuentra el de verdad material, cuyo contenido constitucional implica la
superación de la dependencia de la verdad formal o la que emerge de los procedimientos judiciales,
por eso es aquella verdad que corresponde a la realidad, superando cualquier limitación formal que
restrinja o distorsione la percepción de los hechos a la persona encargada de juzgar a otro ser
humano, o de definir sus derechos y obligaciones, dando lugar a una decisión injusta que no
responda a los principios, valores y valores éticos consagrados en la Norma Suprema de nuestro
país, a los que, todas las autoridades del Órgano Judicial y de otras instancias, se encuentran
impelidos a dar aplicación, entre ellas, al principio de verdad material, por sobre la limitada verdad
formal. Acorde con dicho criterio, la SCP 0144/2012 de 14 de mayo, estableció lo siguiente: “…la
estructura del sistema de administración de justicia boliviano, no pueda concebirse como un fin en
sí mismo, sino como un medio para obtener el logro y realización de los valores constitucionales,
por otra parte, impele a reconocer la prevalencia del derecho sustantivo sobre el derecho adjetivo
o sobre las formas procesales, que a su vez y en el marco del caso analizado obliga a los
administradores de justicia entre otros a procurar la resolución del fondo de las problemáticas
sometidas a su jurisdicción y competencia dejando de lado toda nulidad deducida de formalismos o
ritualismos procesales que impidan alcanzar un orden social justo en un tiempo razonable”. Sobre
la justicia material frente a la formal, en la SC 2769/2010-R de 10 de diciembre, se sostuvo lo
siguiente: “El principio de prevalencia de las normas sustanciales implica un verdadero cambio de
paradigma con el derecho constitucional y ordinario anterior, antes se consideraba el procedimiento
como un fin en sí mismo, desvinculado de su nexo con las normas sustanciales, en cambio, en el
nuevo derecho constitucional, las garantías del derecho procesal se vinculan imprescindiblemente
a la efectividad del derecho sustancial, puesto que no se trata de agotar ritualismos vacíos de
contenido o de realizar las normas de derecho sustancial de cualquier manera. ‘Lo que persigue el
principio de prevalencia del derecho sustancial es el reconocimiento de que las finalidades
superiores de la justicia no puedan resultar sacrificadas por razones consistentes en el culto ciego a
reglas procesales o a consideraciones de forma, que no son estrictamente indispensables para
resolver el fondo de los casos que se somete a la competencia del juez’ (BERNAL PULIDO Carlos, El
Derecho de los derechos, Universidad Externado de Colombia, pág. 376). La Corte Constitucional de
Colombia, en la S-131 de 2002, afirmó que ‘…las disposiciones que integran el ordenamiento jurídico
en lo que atañe a trámites y procedimientos están puestas al servicio del propósito estatal de
realizar materialmente los supremos valores del derecho, y no a la inversa. O, en otros términos, las
formas procesales no se justifican en sí mismas sino en razón del cometido sustancial al que
pretende la administración de justicia’. En efecto, el derecho procesal también constituye una
garantía democrática del Estado de Derecho para la obtención de eficacia de los derechos
sustanciales y de los principios básicos del ordenamiento jurídico, puesto que todos los elementos
del proceso integran la plenitud de las formas propias de cada juicio, y no constituyen simplemente
reglas formales vacías de contenido, sino instrumentos para que el derecho material se realice
objetivamente en su oportunidad; no obstante ello, éste y sólo éste es su sentido, de tal manera
que el extremo ritualismo supone también una violación del debido proceso, que hace sucumbir al
derecho sustancial en medio de una fragosidad de formas procesales. Dicho de otro modo, el
derecho sustancial consagra en abstracto los derechos, mientras que el derecho formal o adjetivo
establece la forma de la actividad jurisdiccional cuya finalidad es la realización de tales derechos.
Uno es procesal porque regula la forma de la actividad jurisdiccional, por ello se denomina derecho
formal, es la mejor garantía del cumplimiento del principio de igualdad ante la ley y un freno eficaz
contra la arbitrariedad; y el otro, es derecho material o sustancial, determina el contenido, la
materia, la sustancia, es la finalidad de la actividad o función jurisdiccional”.
En caso de omisión de parte de las autoridades demandadas de presentar su informe, ya sea escrito
u oral, dentro de las acciones tutelares, la SC 0181/2010-R de 24 de mayo, determinó lo siguiente:
“…en los supuestos en los que la autoridad demandada no desvirtúa ni niega los extremos
denunciados en el hábeas corpus, ya sea por no asistir a la audiencia, ni prestar su informe de ley, o
cuando asiste a la audiencia y/o presta el informe y confirma los actos ilegales demandados, el
recurso, ahora acción de libertad, debe ser concedido”. El mismo entendimiento asumió la
jurisprudencia contenida en la SC 0785/2010-R de 2 de agosto, al expresar que: “…se tendrán por
probados los extremos denunciados cuando las autoridades denunciadas, no desvirtúen los hechos
demandados, situación que concurre cuando no obstante su legal notificación no comparecen a la
audiencia ni presten su informe de ley".
No se debe perder de vista que por más defectuosa que resultare ser una notificación, pues si esta
cumple con su objetivo, cual es hacer conocer el contenido de la determinación judicial, entonces
debe darse por válida. De otro lado, tampoco resulta razonable que se hubiera desestimado el
contenido del Auto 373 por el hecho de encontrarse en fotocopia simple, pues en prevalencia de la
verdad material contenida en el art. 180.I de la CPE, las pruebas documentales tienen valor legal,
mientras no se demuestre su falsedad, lo que denota contrariedad en la decisión del Juez, y en
cuanto a la falta de claridad en su contenido, cuestionando la determinación asumida dentro de la
acción de amparo constitucional, cabe aclarar que las medidas cautelares en materia constitucional,
se encuentran consagradas por el art. 34 del CPCo, en cuyo texto dispone que: “En todo momento,
la Jueza, Juez o Tribunal podrá determinar de oficio o a petición de parte, las medidas cautelares
necesarias para evitar la consumación de la restricción, supresión o amenaza de restricción, del
derecho o garantía constitucional que, a su juicio, pueda crear una situación irreparable”. Siendo en
aplicación de dicha normativa, que el Tribunal de garantías dispuso en una Resolución
independiente, con carácter previo a la realización de la audiencia de la acción tutelar, la viabilidad
de la petición que hubiera realizado el propio imputado de suspensión de la audiencia cautelar de
8 de agosto de 2017, estableciendo en virtud a ello, de manera clara, que “…el Juez 3ro. de
Instrucción Penal SUSPENDA provisionalmente la audiencia señalada para el día martes 08 de agosto
del presente a horas 8:30, mediante Acta de fecha 03 de agosto de 2017, dentro del proceso penal
que sigue el Ministerio Público contra ROBERTO VACA YORGE por la presunta comisión del delito de
Falsedad Material, toda vez que la presente acción se resolverá el día miércoles 09 de Agosto del
presente año” (sic) determinando a dicho efecto, la notificación a la referida autoridad mediante
orden instruida. De lo expuesto, se puede colegir que la disposición constitucional contenida en el
por tanto del Auto 373, resulta clara y sin lugar a la comprensión de una interpretación distinta,
ajena al proceso penal que se venía tramitando en el Juzgado señalado, y en cuanto a la exigencia
de una notificación formal a su persona con el precitado Auto, tampoco podía ser óbice para la
consideración de la Resolución, tomando en cuenta que la misma fue emitida el 4 de agosto de
2017, que caía en día viernes, y a continuación sobrevenían días inhábiles y el tercero feriado, como
son el sábado 5, domingo 6 y lunes 7 de dicho mes y año, y para el 8 de agosto de 2017, la audiencia
cautelar se encontraba señalada para las 8:30, hora en la que efectivamente se instaló la misma.
Todos los aspectos mencionados, debieron haber sido considerados y valorados de manera integral,
en su momento por parte del Juez de Instrucción Penal Tercero del departamento de Santa Cruz,
previo a disponer la medida excepcional restrictiva de libertad, y no actuar como lo hizo, escudado
en formalismos arbitrarios e irrazonables, decidiendo instalar la audiencia de medidas cautelares
dentro del proceso penal tramitado en su despacho; y, declarar rebelde al ahora accionante,
disponiendo la emisión del mandamiento de aprehensión en su contra, sin compulsar
adecuadamente los hechos y documentos presentados, anulando cualquier posibilidad de
prevalencia de verdad material ante la verdad formal, sin considerar que los ritualismos y
formalismos deben ser flexibilizados, cuando de por medio se encuentra en juego el derecho a la
libertad de las personas, el cual debe sustentarse también en la aplicación de los principios y valores
que informan el Estado Constitucional Plurinacional de Derecho así como aquellos que rigen la
administración de justicia, para que, en base a la sana crítica del juzgador, se alcance un equilibrio
y se materialice una verdadera justicia; en este sentido, uno de los principios fundantes de la
jurisdicción ordinaria, lo constituye el principio de verdad material que, conforme a lo señalado en
el Fundamento Jurídico precedente, impele al juzgador a efectuar una correcta apreciación de los
hechos y elementos de prueba, conforme a la realidad de su ocurrencia, con la finalidad de dar lugar
a la justicia material y efectiva, velando por la aplicación y respeto de los derechos fundamentales
y de las garantías constitucionales de las personas, debiendo observarse los hechos tal como se
presentaron y analizarlos dentro de los acontecimientos en los cuáles encuentran explicación o que
los generaron; lo que implica a su vez el reconocimiento de la prevalencia del derecho sustantivo
sobre el derecho adjetivo o sobre las formas procesales, constriñendo a los administradores de
justicia a procurar la resolución de fondo de las problemáticas sometidas a su conocimiento en
prescindencia de formalismos o ritualismos procesales que impidan alcanzar un orden social justo,
lo que no implica que las formas del proceso no sean cumplidas, sino que estas no pueden ser
aplicadas para inobservar el derecho sustancial que hace a la justicia material.
POR TANTO
El 7 de octubre de 2008, Evaristo Limachi Esquivel, interpuso demanda ordinaria de mejor derecho
propietario, acción negatoria y reivindicación de inmueble contra la Dirección General de
Aeronáutica Civil (DGAC), Catalina Quispe Quispe, Juana Luque de Huanca, Basilia Felicidad Quispe
de Ramos y Pedro Titirico Apaza, que radicó en el entonces Juzgado Segundo de Partido en lo Civil
de El Alto del departamento de La Paz, solicitando se reconozca el derecho propietario sobre la
superficie de 10 000 m², ubicado en el ayllu Yunguyo de El Alto del departamento antes mencionada;
que fueron desposeídos por la DGAC y falsos ex trabajadores. Por memorial de “Fs. 36” Evaristo
Limachi Esquivel modifica la demanda, retirando la pretensión de acción negatoria, la que fue
admitida por providencia de 7 de noviembre de 2008, disponiendo el traslado a los demandados.
Mediante escrito de “Fs. 73” se amplió la demanda contra Walter Juvenal Delgadillo, entonces
Ministro de Obras Públicas Servicios y Vivienda; y, Félix Quispe y Marcos Antonio Vargas Quiñones
que, por memorial de “Fs. 122-123”, el último mencionado, opuso excepción perentoria de falta de
legitimación pasiva; debido a que, solo era cuidador y la demanda debió ser dirigida a Leonor
Sandoval Mostacedo, por ser la adjudicataria del terreno 6 del manzano H-18 de Villa Loreto del
ayllu Yunguyo de El Alto del departamento de La Paz, de acuerdo a la Ley 3123 de 2 de agosto de
2005. No obstante, por Sentencia 182/2010 de 21 de mayo, se declararon improbadas las
excepciones perentorias de compensación de pagos y prescripción, así como de legitimación pasiva
y usucapión decenal y quinquenal; y probada la demanda con relación al mejor derecho propietario
e improbada en relación a la reivindicación y a las reconvenciones presentadas. Dicha determinación
fue apelada por Marcos Antonio Vargas Quiñones y otros; razón por la que, la Sala Civil y Comercial
Primera de la entonces Corte Superior de Justicia de La Paz, anuló obrados hasta “fojas 429 vlta.”,
en cuyo mérito se emitió la Sentencia 013/2012 de 13 de enero. Por Auto de Vista S-88/13 de 28 de
febrero de 2013, la Sala Civil y Comercial Segunda de la antes Corte Superior de Justicia de La Paz ya
referida, anuló obrados hasta el oficio de remisión “Fs. 732”; razón por la que, el demandante
interpuso recurso de casación en el fondo, que fue resuelto por Auto Supremo 456/2013 de 30 de
agosto, declarando la improcedencia del recurso. Previo cumplimiento del “Auto de Vista”, por
parte del Juez de la causa, se notificó al entonces Gobierno Municipal de El Alto, con la resolución y
memoriales de apelación; posteriormente la Sala Civil Cuarta del Tribunal Departamental de Justicia
de La Paz, por Auto de Vista S-443/2014 de 8 de diciembre, confirmó la Sentencia impugnada; la
que, luego fue objeto de casación y resuelta por la Sala Civil del Tribunal Supremo de Justicia,
mediante Auto Supremo 360/2017 de 11 de abril, declarando infundado el recurso. Antecedentes
de los que se advierte que, en los memoriales de demanda y modificación; así como, en el de
ampliación, no se mencionó a la ahora accionante, ni mucho menos se dirigió la acción en su contra
y tampoco se le citó para que asuma defensa; cuando el juez y los vocales debieron exigir que se le
notifique legalmente, por tener interés legítimo. El Juez Segundo de Partido en lo Civil y Comercial
del Alto de la entonces Corte Superior de Justicia de La Paz - ahora Juez Público Civil y Comercial
Segundo de El Alto del departamento de La Paz-, se limitó a disponer el traslado de la excepción de
falta de legitimación pasiva presentada por Marcos Antonio Vargas Quiñones, sin que la misma se
haya cumplido, para que se emita sentencia sin expresar fundamentos que justifiquen la
improcedencia de la misma. El Tribunal de alzada, ante la apelación presentada por este último, a
través de Auto de Vista 192/2011 de 9 de junio, señaló que el juez no revisó de oficio el proceso; sin
embargo, debió observarse la falta de motivación sobre la indicada excepción, de donde se hubiera
puesto en evidencia que la accionante era beneficiaria y adjudicataria. La Sentencia 013/2012, fue
una copia fiel de la primera sentencia; por lo que, mantuvo su indefensión, afectando su interés
legítimo, sobre el lote de terreno 6 del manzano H-18 de Villa Loreto del ayllu Yunguyo de El Alto
del departamento de La Paz, con superficie de 450 m²; no obstante, fue confirmada por Auto de
Vista S-443/2014 de 8 de diciembre, sin revisar el proceso respecto a los vicios procesales que
contenía la Sentencia. La DGAC interpuso recurso de casación el 3 de febrero de 2015; sin embargo
el AS 360/2017, declaró infundado el recurso sin pronunciarse sobre los agravios reclamados y sin
analizar la legitimación pasiva, cuando era su deber revisar el proceso respecto a los vicios
procesales. Finaliza indicando que, el demandante, su familia y otros, mediante amenazas le
indicaron que tiene que desalojar y perder la posesión del terreno mencionado; por esta razón
acudió a la vía constitucional, por el inminente daño irremediable e irreparable.
Denuncia la lesión de sus derechos al debido proceso y a la defensa, citando al efecto los arts. 115.II
y 119 de la Constitución Política del Estado (CPE).
I.1.3. Petitorio
I.2.4. Resolución
El Juez Público Civil y Comercial Sexto del departamento de La Paz, constituido en Juez de garantías,
mediante la Resolución 427/2017 de 23 de octubre, cursante de fs. 1230 a 1237, concediendo la
tutela solicitada, y dispuso “…la Nulidad de todo el proceso civil caratulado ‘Limachi c/ Dirección de
Aeronáutica Civil’ tramitado ante el Juzgado Público Civil y Comercial 2° de la ciudad de El Alto (…)
y declara sin competencia a la nombrada autoridad para conocer la presente causa y se salvan
derechos del Sr. Evaristo Limachi Esquivel…” (sic) a la vía legal administrativa correspondiente;
habida cuenta que, el Juez “…accionando, no sólo no regularizó el procedimiento de incluir (…) [a la
accionante] a la Litis (…) sino que no tramitó la excepción perentoria de ‘falta de legitimación’
interpuesto por Marcos Antonio Vargas Quiñonez, ni se fundamentó su excepción en la Sentencia,
lo que afecta al debido proceso y la seguridad jurídica sino que no reparó esencialmente en su
incompetencia para repulsar la acción interpuesta, ya que la ‘expropiación’ emerge de la potestad
administrativa estatal, constituyéndose en una decisión que genera efectos o consecuencias jurídico
administrativas directas o inmediatas, cuyas decisiones no pueden ser demandadas o dejadas sin
efecto por los jueces ordinarios civiles más aún si se trata de bienes de patrimonio del Estado que
constituye propiedad del pueblo boliviano, correspondiendo en todo caso al accionado Evaristo
Limachi Esquivel acudir a la jurisdicción especializada del contencioso administrativo” (sic).
III. FUNDAMENTOS JURIDÍCOS DEL FALLO
La SCP 1057/2014 de 9 de junio, respecto a este derecho fundamental, precisó: «La Constitución
Política del Estado en su art. 115.II, garantiza el derecho al debido proceso cuando señala lo
siguiente: ”El Estado garantiza el derecho al debido proceso, a la defensa y a una justicia plural,
pronta, oportuna, gratuita, transparente y sin dilaciones”. En ese concepto la jurisdicción
constitucional ha desarrollado los elementos que comprenden al debido proceso, así la SC
0119/2003-R de 28 de enero, señaló lo siguiente: ‘…comprende el conjunto de requisitos que deben
observarse en las instancias procesales, a fin de que las personas puedan defenderse
adecuadamente ante cualquier tipo de acto emanado del Estado que pueda afectar sus derechos,
(…) Se entiende que el derecho al debido proceso es de aplicación inmediata, vincula a todas las
autoridades judiciales o administrativas y constituye una garantía de legalidad procesal que ha
previsto el Constituyente para proteger la libertad, la seguridad jurídica y la fundamentación o
motivación de las resoluciones judiciales…’. Siguiendo la línea jurisprudencial, la SC 0299/2011 de
29 de marzo, señaló que: “Con relación al debido proceso, la SC 0316/2010-R de 15 de junio, señaló
lo siguiente: 'La Constitución Política del Estado en consideración a la naturaleza y los elementos
constitutivos del debido proceso como instituto jurídico y mecanismo de protección de los derechos
fundamentales, lo consagra como un principio, un derecho y una garantía, es decir, la naturaleza del
debido proceso es reconocida por la Constitución en su triple dimensión: como derecho
fundamental de los justiciables, de quien accede reclamando justicia, la víctima y de quien se
defiende el imputado. A la vez es un principio procesal, que involucra la igualdad de las partes art.
119.I CPE y una garantía de la administración de justicia, previniendo que los actos del proceso se
ceñirán estrictamente a reglas formales de incuestionable cumplimiento. De esa triple dimensión,
se desprende el debido proceso como derecho fundamental autónomo y como derecho
fundamental indirecto o garantía…’”.
Agregando más adelante que: ‘Esa doble naturaleza de aplicación y ejercicio del debido proceso, es
parte inherente de la actividad procesal, tanto judicial como administrativa, pues nuestra Ley
Fundamental instituye al debido proceso como:
1) Derecho fundamental: Como un derecho para proteger al ciudadano en primer orden de acceso
a la justicia oportuna y eficaz, como así de protección de los posibles abusos de las autoridades
originadas no sólo en actuaciones u omisiones procesales, sino también en las decisiones que
adopten a través de las distintas resoluciones dictadas para dirimir situaciones jurídicas o
administrativas y que afecten derechos fundamentales, constituyéndose en el instrumento de
sujeción de las autoridades a las reglas establecidas por el ordenamiento jurídico.
2) Garantía jurisdiccional: Asimismo, constituye una garantía al ser un medio de protección de otros
derechos fundamentales que se encuentran contenidos como elementos del debido proceso como
la motivación de las resoluciones, la defensa, la pertinencia, la congruencia, de recurrir, entre otras,
y que se aplican toda clase de actuaciones judiciales y administrativas, constituyendo las distintas
garantías jurisdiccionales inherentes al debido proceso, normas rectoras a las cuales deben
sujetarse las autoridades pero también las partes intervinientes en el proceso en aplicación y
resguardo del principio de igualdad'.
La SCP 0057/2017-S2 6 de febrero, sobre este derecho fundamental, precisó: “El derecho a la
defensa se configura como la facultad reconocida a toda persona en cualquier proceso o actuación
judicial o administrativa, de ser oída, de hacer valer las propias razones y argumentos, de
controvertir, contradecir, presentar pruebas y objetar las de contrario así como solicitar la
producción y valoración del acervo probatorio que se considere favorable; en consecuencia, hacer
uso de todos los recursos previstos en el ordenamiento jurídico para lograr establecer la verdad de
los hechos; por lo que, en mérito a esta naturaleza se configura en un elemento esencial del derecho
al debido proceso; así lo ha expresado la SCP 0052/2014-S1 de 11 de noviembre citando a si vez a
la SCP 1881/2012 de 12 octubre, al señalar que: ‘…el derecho a la defensa está configurado como
un derecho fundamental de las personas, a través del cual se exige que dentro de cualquier proceso
en el que intervenga, tiene la facultad de exigir ser escuchada antes de que se establezca una
determinación o se pronuncie un fallo; además, implica el cumplimiento de requisitos procesales
que deben ser debidamente observados en cada instancia procesal dentro de los procesos
ordinarios, administrativos y disciplinarios, donde se afecten sus derechos’. En este contexto, y
efectuando un análisis profundo de esta libertad, a través de la SC 1842/2003-R de 12 de diciembre,
se identificaron dos connotaciones respecto al derecho a la defensa: ‘La primera es el derecho que
tienen las personas, cuando se encuentran sometidas a un proceso con formalidades específicas, a
tener una persona idónea que pueda patrocinarle y defenderle oportunamente, mientras que la
segunda es el derecho que precautela a las personas para que en los procesos que se les inicia,
tengan conocimiento y acceso de los actuados e impugnen los mismos con igualdad de condiciones
conforme a procedimiento preestablecido y por ello mismo es inviolable por las personas o
autoridad que impidan o restrinjan su ejercicio’. En ese sentido, se establece que toda persona que
esté siendo juzgada ya sea en la jurisdicción administrativa, ordinaria o disciplinarias, donde se
afecten sus derechos, éstas deben ser escuchadas por las autoridades a cargo de la investigación o
desarrollo del proceso, toda vez que tienen el derecho de interponer los recursos que les franquea
la ley, por ser un derecho fundamental de toda persona” (las negrillas pertenecen al texto original).
III.3. La nulidad de los actos procesales y los principios que la rigen como presupuestos o
antecedentes para su procedencia
Para que opere una declaratoria de nulidad, aun de oficio, deben presentarse los elementos
consignados en la SCP 0332/2012 de 18 de junio, que reiterando el razonamiento asumido en la SC
0731/2010-R de 20 de julio, señaló que son: “…a) Principio de especificidad o legalidad, referida a
que el acto procesal se haya realizado en violación de prescripciones legales, sancionadas con
nulidad, es decir, que no basta que la ley prescriba una determinada formalidad para que su omisión
o defecto origine la nulidad del acto o procedimiento, por cuanto ella debe ser expresa, específica,
porque ningún trámite o acto judicial será declarado nulo si la nulidad no está expresamente
determinada por la ley, en otros términos ‘No hay nulidad, sin ley específica que la establezca’
(Eduardo Cuoture, ‘Fundamentos de Derecho Procesal Civil’, p. 386); b) Principio de finalidad del
acto, 'la finalidad del acto no debe interpretarse desde un punto de vista subjetivo, referido al
cumplimiento del acto, sino en su aspecto objetivo, o sea, apuntando a la función del acto’ (Palacio,
Lino Enrique, 'Derecho Procesal Civil', T. IV p. 145), dando a entender que no basta la sanción legal
específica para declarar la nulidad de un acto, ya que ésta no se podrá declarar, si el acto, no
obstante su irregularidad, ha logrado la finalidad a la que estaba destinada; c) Principio de
trascendencia, este presupuesto nos indica que no puede admitirse el pronunciamiento de la
nulidad por la nulidad misma, o para satisfacer pruritos formales, como señala Couture (op. cit. p.
390), esto significa que quien solicita nulidad debe probar que la misma le ocasionó perjuicio cierto
e irreparable, que solo puede subsanarse mediante la declaración de nulidad, es decir demostrar
cuál es el agravio que le causa el acto irregularmente cumplido y si éste es cierto e irreparable; y, d)
Principio de convalidación, ‘en principio, en derecho procesal civil, toda nulidad se convalida por el
consentimiento’ (Couture op. cit., p. 391), dando a conocer que aún en el supuesto de concurrir en
un determinado caso los otros presupuestos de la nulidad, ésta no podrá ser declarada si es que el
interesado consintió expresa o tácitamente el acto defectuoso, la primera cuando la parte que se
cree perjudicada se presenta al proceso ratificando el acto viciado, y la segunda cuando en
conocimiento del acto defectuoso, no lo impugna por los medios idóneos (incidentes, recursos,
etc.), dentro del plazo legal (Antezana Palacios Alfredo, ‘Nulidades Procesales’)” (las negrillas nos
pertenecen).
La accionante, denuncia que dentro el referido proceso civil, las autoridades judiciales demandadas,
no observaron ni se pronunciaron sobre la falta de citación de su persona con la demanda ordinaria
de mejor derecho propietario, acción negatoria y reivindicación de inmueble; así como, su
ampliación; no obstante que, la accionante resultaría ser propietaria del lote de terreno que estuvo
en litigio; aspecto que hizo conocer Marcos Antonio Vargas Quiñones, a tiempo de interponer la
excepción de falta de legitimación; pero aun así no fue resuelto de manera fundamentada, lo cual
le ocasionó lesión a sus derechos a la defensa y al debido proceso, puesto que, no pudo participar
en el proceso y asumir defensa en las instancias procesales. De los datos adjuntos a la presente
acción tutelar, se tiene que Evaristo Limachi Esquivel, el 6 de octubre de 2008, interpuso demanda
ordinaria de mejor derecho propietario, acción negatoria y reivindicación de inmueble, contra la
DGAC, Catalina Quispe Quispe, Juana Luque de Huanca, Basilia Felicidad Quispe de Ramos y Pedro
Titirico Apaza “falsos ex trabajadores de AASANA”, respecto a la superficie de 10 000 m² ubicados
en el ayllu Yunguyo de la ciudad de El Alto del departamento de La Paz; demanda que fue modificada
el 6 de noviembre de 2008, retirando la acción negatoria; y luego ampliada el 2 de junio de 2009,
contra Walter Juvenal Delgadillo Terceros, entonces Ministro de Obras Públicas, Servicios y
Vivienda, Félix Quispe y Marcos Antonio Vargas Quiñones. Asimismo, se advierte que este último,
por memorial presentado el 5 de agosto de 2009, interpuso excepción perentoria de falta de
legitimación pasiva, con el argumento que era solo cuidador y que la propietaria del terreno 6
manzano H-18 de Villa Loreto del ayllu Yunguyo de El Alto del departamento de La Paz, era Leonor
Sandoval Mostacedo, misma que debió ser demandada; memorial que mereció el decreto de 7 del
mismo mes y año, por el que el entonces Juez Segundo de Partido en lo Civil y Comercial de El Alto
del departamento de La Paz, dispuso traslado a las partes. Posteriormente, el Juez referido supra,
mediante Sentencia 182/2010, declaró probada la demanda en relación a mejor derecho,
improbada respecto a reivindicación y reconvenciones, así como también improbadas las
excepciones perentorias de compensación de pago, prescripción, falta de legitimación pasiva y
usucapión; la que luego, fue apelada por algunos de los demandados y por Marcos Antonio Vargas
Quiñones, mediante escrito presentado el 11 de septiembre de 2010, con el fundamento que Leonor
Sandoval Mostacedo, tenía que ser la demandada y no su persona; y, llama la atención que en la
Sentencia 182/2010, se haya declarado improbada la excepción de falta de legitimación pasiva, sin
efectuar ninguna fundamentación. Impugnaciones, que fueron resueltas por la Sala Civil y Comercial
Primera de la entonces Corte Superior de Justicia de La Paz, mediante Auto de Vista 192/2011,
anulando obrados hasta “Fs. 429 vlta. inclusive”, pero sin pronunciarse expresamente sobre los
argumentos vertidos en la apelación de Marcos Antonio Vargas Quiñones. En mérito a esta
determinación, el Juez Segundo de Partido en lo Civil y Comercial de El Alto del departamento de La
Paz, emitió la Sentencia 013/2012, declarando improbadas las excepciones de compensación de
pago, prescripción, falta de legitimación pasiva y usucapión; probada en parte la demanda, por
mejor derecho propietario e improbada por reivindicación y las demandas reconvencionales;
incurriendo nuevamente en falta de fundamentación, que explique las razones y motivos que
sustentaron la decisión de declarar improbada la falta excepción de legitimación pasiva.
Posteriormente, ante las apelaciones efectuadas por Félix Quispe Copana, Juana Luque de Huanca
y Basilia Felicidad Quispe de Ramos, por escrito de 30 de marzo de 2012; y por la DGAC, mediante
escrito de 19 de agosto de 2012, se emitió Auto de Vista S-433/2014, por la Sala Civil Cuarta del
Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, confirmando la Sentencia 013/2012 y su
complementario de “Fs. 69 vlta.”; Resolución de alzada que habiendo sido recurrida de casación por
la DGAC, fue declarada infundada por Auto Supremo 360/2017, emitido por la Sala Civil del Tribunal
Supremo de Justicia, sin pronunciarse en ambas instancias de oficio sobre la presunta falta de
notificación de la ahora accionante, ni sobre la falta de fundamentación de la Sentencia, respecto a
la excepción de falta de legitimación pasiva interpuesta por Marcos Antonio Vargas Quiñones. De
dichos antecedentes, se puede advertir que Evaristo Limachi Esquivel, a tiempo de interponer
demanda civil, modificarla y ampliarla, no mencionó a Leonor Sandoval Mostacedo, como probable
propietaria del lote de terreno en litigio, no obstante ésta figuraba en la Ley 3123 de 2 de agosto de
2005, como beneficiaria de adjudicación de un lote de terreno de 450 m² en el Manzano H-18, de
un área que tiene como colindancias “al Norte con la AV. Juan Pablo II – Empresa Petricevich, al Sur
con el Aeropuerto, al Este con el Aeropuerto y al Oeste con el Río Pospononi – Tunari FAB de la
ciudad de El Alto” (sic). De igual manera, se evidenció que la excepción de falta de legitimación
pasiva, interpuesta por Marcos Antonio Vargas Quiñones, en la que expresó que solo era cuidador
del terreno 6 manzano H-18, y que la propietaria era Leonor Sandoval Mostacedo; fue declarada
improbada mediante Sentencia 182/2010, sin efectuar fundamentación alguna que sustente dicha
determinación; posteriormente, el Tribunal de alzada ante las apelaciones formuladas determinó
anular obrados, pero sin pronunciarse expresamente sobre la falta de fundamentación de la referida
excepción a pesar que Marcos Antonio Vargas Quiñones cuestionó dicho aspecto en su apelación.
Una vez emitida la Sentencia 013/2012, se volvió a declarar improbada la excepción entre otros
aspectos, sin efectuar fundamentación alguna que sustente su decisión; falencia procesal, que no
fue observada ni corregida de oficio por la Sala Civil Cuarta del Tribunal Departamental de Justicia
de La Paz, a tiempo de emitir el Auto de Vista S-443/2014; por el que, se confirmó la Sentencia
013/2012 y su complementario de “Fs. 69 vlta.”; tampoco por la Sala Civil del Tribunal Supremo de
Justicia, a tiempo de emitir el Auto Supremo 360/2017 de 11 de abril, en mérito al recurso de
casación presentado por la DGAC; tomando en cuenta que, de acuerdo al art. 15 de la Ley del
Organización Judicial abrogada; y, el art. 17 de la Ley del Órgano Judicial (LOJ), es obligación de los
tribunales de impugnación revisar de oficio las actuaciones e identificar irregularidades procesales,
como la falta de fundamentación en la excepción de falta de legitimación pasiva de Marcos Antonio
Vargas Quiñones, que fue reclamada oportunamente con la interposición de recurso de apelación
contra la Sentencia 182/2010. Cabe aclarar, la observación que realizamos sobre a la falta de
fundamentación de la Sentencia 013/2012, respecto a la excepción de legitimación pasiva, no tiene
por finalidad verificar la lesión de derechos de Marcos Antonio Vargas Quiñones (por no ser la parte
accionante); sino que a raíz de dicha omisión, se pudieron afectar los derechos de la accionante.
Consecuentemente; si bien, es cierto que Marcos Antonio Vargas Quiñones, ya no interpuso recurso
de apelación contra la Sentencia 013/2012, ello no justifica que las autoridades judiciales puedan
omitir efectuar su labor revisora de oficio, más aún si dicho aspecto fue reclamado oportunamente
en la tramitación del proceso; razón por la que, era deber entonces del Juez Segundo de Partido en
lo Civil y Comercial de El Alto del departamento de La Paz, a tiempo de emitir la Sentencia 013/2012,
subsanar dicho error procedimental expresando los motivos que sustentaron su decisión de declarar
improbada la excepción; luego del Tribunal de alzada, a tiempo de emitir el Auto de Vista S-
433/2014, en resguardo de los derechos del apelante y de Leonor Sandoval Mostacedo; puesto que,
por esta omisión se desconocen actualmente las razones o motivos por los que el Juez a quo declaró
improbada la excepción y por lo tanto -en los hechos- se dio lugar a que no se cite a la accionante
para que asuma defensa en el proceso civil indicado, a pesar que las autoridades demandadas
estaban anoticiadas de su posible participación como codemandada, con la interposición de dicha
excepción; y finalmente era también obligación del Tribunal de casación, realizar dicha labor
revisora, con la finalidad de que no se lesionen derechos y garantías fundamentales de las partes o
terceros interesados con interés legítimo como el caso de la actual accionante.
Consiguientemente, las autoridades demandadas, al no haber revisado de oficio esta omisión, en
la que incurrió el Juez a quo respecto excepción de falta de legitimación pasiva, lesionaron
inicialmente el derecho al debido proceso en su elemento de fundamentación de Marcos Antonio
Vargas Quiñones, y colateralmente el derecho al debido proceso en su elemento a la defensa de la
accionante, ya que al no haberse expresado los argumentos que sustentaron la decisión de declarar
improbada la excepción mencionada, se decidió de facto su apartamiento dentro el proceso civil
indicado. En tal sentido, corresponde conceder la tutela solicitada, dejando sin efecto el Auto
Supremo 360/2017, emitido por la Sala Civil del Tribunal Supremo de Justicia y disponer se emita
uno nuevo, previa revisión de oficio de los antecedentes del proceso civil mencionado, respecto a
la falta de fundamentación de la Sentencia 013/2012, en torno a la decisión de declarar improbada
la excepción de falta de legitimación pasiva de Marcos Antonio Vargas Quiñones, que repercute en
la participación y defensa de la accionante dentro el proceso; para luego anular obrados hasta la
Sentencia 013/2012, y determinar que el Juez Público en lo Civil y Comercial Segundo de El Alto del
departamento de La Paz, previo los traslados que correspondan emita nueva resolución que
resuelva la excepción de falta de legitimación pasiva interpuesta por Marcos Antonio Vargas
Quiñones, y de esa manera determine si Leonor Sandoval Mostacedo, cuenta o no con legitimación
pasiva, previa valoración de los datos adjuntos al proceso civil y una debida fundamentación; siendo
que, la determinación de que sea tomada o no como parte en el proceso civil a Leonor Sandoval
Mostacedo, no corresponde hacerla al Tribunal Constitucional Plurinacional, por no constituirse en
un tribunal de la jurisdicción ordinaria. La nulidad de obrados, deberá realizársela en razón a que se
cumple con el principio de especificidad; ya que, la falta de una fundamentación de la decisión de
declarar improbada la excepción de falta de legitimación pasiva, violó el derecho al debido proceso
en su elemento de fundamentación de las resoluciones de Marcos Antonio Vargas Quiñones y por
ende el derecho a la defensa de la accionante, debido a que por dicha omisión, se desconoce si la
accionante cuenta o no con legitimación pasiva dentro el referido proceso civil. El principio de
finalidad, se encuentra afectado; ya que, la determinación de declarar improbada la excepción sin
fundamentación alguna, no logró la finalidad de que la ahora accionante, conozca los motivos o
razones por las que debe formar o no parte de la litis del proceso civil. Se tiene por cumplido el
principio de trascendencia; puesto que, la accionante acreditó que la falta de resolución de dicha
excepción, le ocasionó indefensión absoluta y perjuicio cierto e irreparable, al encontrarse ante un
posible desalojo de su terreno, lo que fue afirmado en la demanda de amparo y no fue negado por
la parte demandada, lo que evidentemente no puede ser subsanado en el presente, sino es con la
declaratoria de nulidad de obrados; por último no se presentó el principio de convalidación; siendo
que, la accionante al no haber participado en el proceso civil, no pudo convalidar ninguna actuación
procesal realizada. En tal sentido, corresponde que la jurisdicción ordinaria, sea quien previa
valoración de la prueba adjunta al proceso, determine si la accionante debe ser incorporada o no
en el proceso civil como codemandada.
POR TANTO
Acción de libertad
En agosto de 2015, se amplió un proceso penal en su contra por la presunta comisión del delito de
homicidio, dentro del cual, por Resolución 338/2015 de 7 de agosto (fs. 5-10), pronunciada por el
Juez de Instrucción Penal Quinto del departamento de La Paz, se le impuso la medida extrema de
detención preventiva; misma que por la tramitación de un incidente de recusación, a la fecha radica
en el Juzgado Instrucción Penal Sexto del mismo departamento. No obstante de haber presentado
el 9 de octubre de 2017, su solicitud de cesación a la detención preventiva, hasta la fecha de
interposición de este medio de defensa, no fue providenciada por el Juez de Instrucción Penal
Décimo del departamento de La Paz, quien actuó en suplencia legal de su similar Sexto, conforme
lo dispuesto en el art. 123.1 del Código de Procedimiento Penal (CPP), incumpliendo su obligación
de responder el memorial de solicitud de modificación de medida cautelar dentro de las veinticuatro
horas de presentado el mismo y señalar audiencia al efecto.
I.1.3. Petitorio
a) Al no haber dado cumplimento la autoridad demandada a lo dispuesto por el art. 132.1 del CPP,
y toda vez que, el Informe del Secretario del Juzgado no afirmó ni negó este aspecto, surge la figura
de la acción traslativa o de pronto despacho, como el medio procesal idóneo para otorgar a las
partes la celeridad en sus trámites judiciales, tal como el caso particular en el que, se presentó una
dilación innecesaria que restringe el derecho a la libertad del accionante.
b) Si bien la autoridad demandada ejerció una suplencia legal, esto no constituye un argumento
para postergar indefinidamente una solicitud relativa a la libertad del accionante, más aun cuando
dicha autoridad se encuentra en ejercicio del control jurisdiccional del proceso.
c) Considerando que la causa fue devuelta por el Tribunal de Sentencia Octavo del departamento
de La Paz, observando fallas en la foliación del cuaderno jurisdiccional, correspondía que en
aplicación de los valores que sustentan al Estado boliviano, el memorial de solicitud de cesación a
la detención preventiva del accionante sea ingresado a despacho en el mismo día, al tratarse de una
solicitud relacionada con su libertad.
Conforme la doctrina constitucional sentada por este Tribunal, por medio del hábeas corpus
traslativo o de pronto despacho, se busca acelerar los trámites judiciales o administrativos cuando
existen dilaciones indebidas, para resolver la situación jurídica de la persona que se encuentra
privada de libertad”. (las negrillas y subrayados agregados son nuestras). Siguiendo con el
entendimiento jurisprudencial desarrollado por la citada SC 0465/2010-R, en su Fundamento
Jurídico III.4, señaló: “Para la concreción del valor libertad, el principio celeridad y el respeto a los
derechos, se ha previsto una acción de defensa específica que coadyuve para que los mismos no se
vean afectados por actos lesivos y en caso de que así fuera, se puedan restituir a su estado natural,
en especial tratándose de derechos fundamentales…” Bajo este parámetro, en dicho Fundamento
Jurídico se agregó a la tipología, el hábeas corpus –ahora acción de libertad– traslativo o de pronto
despacho: “…el cual se constituye en el mecanismo procesal idóneo para operar en caso de existir
vulneración a la celeridad cuando esté relacionada a la libertad y devenga de dilaciones indebidas,
que retardan o evitan resolver la situación jurídica de la persona que se encuentra privada de
libertad” (entendimientos asumidos y reiterados en la SCP 1449/2012 y la SCP 2511/2012, entre
otras).
POR TANTO
Acción de libertad
A raíz de la denuncia presentada por Maribel Sharon Lazo Jiménez, se inició un proceso penal contra
Yerko Gabriel e Yan Rafael, ambos Quintana García, Geraldine Panamá Linares y su persona, por la
supuesta comisión del delito de estafa, caso LPZ1614153, en el cual se presentó en su contra, la
Resolución de Imputación Formal RES CORP 884/2017 de 27 de marzo. Asimismo, dentro de la etapa
investigativa, prestó su declaración informativa el 27 de diciembre de 2016, una posterior
declaración ampliatoria el 26 de abril de 2017; y así también, colaboró en el allanamiento realizado
en la oficina 101-B, Piso 1, del edificio Centro Comercial Peatonal, ubicado en la Calle Murillo 1028,
inmueble en el cual desarrollaba sus labores la Empresa de Remesas y Giros “EUROENVIOS S.R.L.”.
Alega también, que posteriormente a la realización de los actos investigativos referidos, el
investigador asignado al caso, Juan Flores Mancilla –funcionario policial demandado–, emitió el
informe de 15 de septiembre de 2017, mediante el cual, solicitó a Omar Alcides Mejillones Copana,
Fiscal de Materia, emita una orden de aprehensión en su contra, bajo el argumento de que “La
norma vigente regula que nadie puede eludir responsabilidad o culpa de un ilícito (...) que
supuestamente mi persona tendría pleno conocimiento” (sic); solicitud que fue aceptada mediante
decreto fiscal de 20 del mismo mes y año. Refiere que, efectivamente el Fiscal en ejercicio de sus
potestades y atribuciones, puede ordenar en caso de ser necesario, la aprehensión de las personas
que legalmente notificadas se resistan a comparecer a la Fiscalía o de realizar algún acto ordenado
en la investigación. Sin embargo, al haber una imputación formal dictada en su contra y tener la
calidad de imputado, la orden de aprehensión librada por el Fiscal, es un acto lesivo de sus derechos
y garantías constitucionales.
I.1.3. Petitorio
Solicita se conceda la tutela, “se declare procedente la acción constitucional por el peligro y riesgo
inminente contra su libertad” (sic) y se ordene que la autoridad fiscal demandada deje sin efecto el
mandamiento de aprehensión emitido en su contra; sea con las formalidades de ley y con costas
por no ser excusable.
I.2.3. Resolución
a) Se argumentó que los demandados pusieron en riesgo la libertad del accionante al estar
ilegalmente perseguido e indebidamente procesado y emitir una orden de aprehensión, amparada
en el art. 226 del CPP, extremo que constituye un acto transgresor de sus derechos y garantías
constitucionales y del debido proceso. De la misma forma, el accionante manifiesta que, la
jurisprudencia del Tribunal Constitucional es clara respecto a la imposibilidad de emitir una orden
de aprehensión contra una persona que ya fue imputada.
2. Cuando el fiscal da aviso del inicio de la investigación al Juez cautelar y ante la denuncia de una
supuesta ilegal aprehensión, arresto u otra forma de restricción de la libertad personal o física por
parte de un Fiscal o de la Policía, el accionante, previo a acudir a la jurisdicción constitucional debe
en principio, denunciar todos los actos restrictivos de su libertad personal o física ante la autoridad
que ejerce el control jurisdiccional.
3. Cuando el accionante hubiera denunciado los actos restrictivos de su libertad personal o física
ante el Juez cautelar, como también, paralela o simultáneamente a la jurisdicción constitucional a
través de la acción de libertad, sobreviene también la subsidiaridad.
4. Cuando existe imputación y/o acusación formal, y se impugna una resolución judicial de medida
cautelar que por ende, afecta al derecho a la libertad física o de locomoción, con carácter previo a
interponer la acción de libertad, se debe apelar la misma, para que el superior en grado tenga la
posibilidad de corregir la arbitrariedad denunciada.
Ahora bien, con la finalidad de otorgar certeza y seguridad jurídica, es necesario modular la SCP
0185/2012 y el primer supuesto de las subreglas anotadas por la Sentencia Constitucional
Plurinacional antes glosada y, en ese sentido, debe señalarse que es posible la presentación directa
de la acción de libertad, prescindiendo de la subsidiariedad excepcional, cuando: i) La supuesta
lesión o amenaza al derecho a la libertad física o personal no esté vinculada a un delito o, ii) Cuando,
existiendo dicha vinculación, no se ha informado al juez cautelar sobre el inicio de las
investigaciones, no obstante haber transcurrido los plazos establecidos para el efecto en el Código
de procedimiento penal; no siendo exigible, en ninguno de los dos supuestos anotados, acudir ante
el juez cautelar de turno con carácter previo; pues se entiende que, en el primer caso, no se está
ante la comisión de un delito y, por lo mismo, el juez cautelar no tiene competencia para el
conocimiento del supuesto acto ilegal, y en el segundo, existe una dilación e incumplimiento de los
plazos procesales por parte de la autoridad fiscal o, en su caso, policial, que bajo ninguna
circunstancia puede ser un obstáculo para el acceso a la justicia constitucional”.
En el presente caso, el accionante ha manifestado, que a raíz de la denuncia presentada por Maribel
Sharon Lazo Jiménez, se inició un proceso penal contra Yerko Gabriel e Yan Rafael Quintana García,
Geraldine Panamá Linares y su persona, por la supuesta comisión del delito de estafa, caso LPZ
1614153, proceso en el cual, fue imputado mediante la Resolución RE CORP 884/2017. Dentro del
desarrollo de la etapa de investigación, prestó su declaración informativa el 27 de diciembre de
2016, una posterior declaración ampliatoria, el 26 de abril de 2017; colaborando también, en el
allanamiento llevado a cabo en la oficina de la empresa de Remesas y Giros EUROENVIOS S.R.L. El
accionante, refiere que, posteriormente a la realización de los actos investigativos mencionados, el
investigador policial asignado Juan Flores Mancilla, elaboró un informe el 15 de septiembre de 2017,
mediante el cual solicitó al Fiscal de Materia, se emita una orden de aprehensión en su contra; que
efectivamente fue librada. Reclama que, al haber una imputación formal dictada en su contra, la
orden de aprehensión emitida por el Fiscal asignado, es un acto lesivo de sus derechos y garantías
constitucionales. Del análisis y valoración de todo lo obrado y señalado en el apartado de
Conclusiones, se infiere; que contra el accionante existiría un proceso penal por la supuesta
comisión del delito de estafa, el cual estaría; siempre en consideración a los datos cursantes en
antecedentes, bajo el control jurisdiccional del Juez de Instrucción Penal Decimoprimero de la
Capital del departamento de La Paz. Resulta oportuno en consideración a la problemática bajo
análisis, referirnos acerca de las funciones y competencias del juez de instrucción penal; en ese
orden, el art. 54.1 del CPP, establece como una de ellas, el control de la investigación; lo que implica,
que todas las actividades investigativas desarrolladas bajo la dirección del Fiscal de Materia por el
investigador asignado, están bajo observación y vigilancia del juez de instrucción penal, a quien
previamente se informó sobre el inicio de la investigación. Dicho esto, la finalidad de dicho control,
es que, la investigación desarrollada en la etapa preparatoria, sea llevada a cabo en estricto apego,
observancia y respeto de los derechos y garantías constitucionales reconocidos a toda persona que
sea parte de un proceso penal; en ese entendido, es el juez de instrucción penal, vía control
jurisdiccional, la autoridad judicial llamada por ley, para conocer, sustanciar y resolver, toda
denuncia de actos lesivos de derechos y garantías constitucionales, que puedan ser realizados por
el fiscal de materia o el investigador asignado. Conforme a lo señalado, la norma adjetiva penal
ordinaria, claramente ha establecido medios y mecanismos de defensa específicos, idóneos y
oportunos para precautelar derechos y garantías constitucionales, cuando estos sean, lesionados,
restringidos y vulnerados.
Del Fundamento Jurídico III.1. del presente Fallo, se establece que el criterio precedentemente
expuesto, fue asumido por el extinto Tribunal Constitucional mediante la SC 0008/2010-R de 6 de
abril, que estableció: “En coherencia con la modulación a la línea jurisprudencial realizada en el
punto anterior y a la luz del caso concreto, debe determinarse que la Ley 1970 de 25 de marzo de
1999, referente al Código de Procedimiento Penal, en su Art. 54, establece las atribuciones del juez
de instrucción, entre las cuales, en el inciso 1) se establece que tiene por misión controlar la
investigación conforme a las facultades y deberes previstos en esta norma. Por lo tanto, a partir de
esta previsión normativa se debe establecer que esta autoridad es el guardián del respeto a los
derechos fundamentales del denunciado, del imputado y de la víctima en el recurso de la etapa
preparatoria”. De la Conclusión II.4. del presente Fallo Constitucional, se acredita que el accionante,
en uso y reconocimiento de los medios de defensa específicos e intraprocesales establecidos por la
norma adjetiva penal; previamente a la interposición de la acción tutelar que nos ocupa, presentó
ante el Juez de Instrucción Penal, en razón de otros motivos, un incidente de nulidad por falta de
fundamentación de la imputación formal; situación que demostraría que el ahora accionante, es
consiente del rol exacto que cumple el juez de instrucción penal dentro de una investigación y de
sus competencias establecidas en el art. 54 del CPP.
El Fundamento Jurídico III.1. de este Fallo constitucional determina que ante la existencia de medios
de defensa procesales específicos; idóneos, eficientes y oportunos para restituir derechos
constitucionales, estos deben ser necesariamente agotados por los afectados, como requisito previo
para la activación de la justicia constitucional; así mismo, el precedente constitucional en vigor,
dispuesto mediante la SCP 0482/2013, que se adecua a la problemática bajo análisis, estableció que
no es posible ingresar al fondo de la acción de libertad, en el supuesto que: “2. Cuando el Fiscal da
aviso del inicio de la investigación al Juez cautelar y ante la denuncia de una supuesta ilegal
aprehensión, arresto u otra forma de restricción de la libertad personal o física por parte de un Fiscal
o de la Policía, el accionante, previo a acudir a la jurisdicción constitucional debe en principio,
denunciar todos los actos restrictivos de su libertad personal o física ante la autoridad que ejerce el
control jurisdiccional”.
Mediante memorial presentado el 14 de octubre de 2016, Juliana Quispe Vda. de Quispe; Andrés,
Felipe, Juan Lucio, Juan Manuel, Lucía y Juana todos Quispe Quispe; Julio Quispe Gutiérrez y
Candelaria Rivas Vda. de Gutiérrez, interpusieron ante el Juez Público Mixto y de Sentencia Penal
Primero de Pucarani del departamento de La Paz, demanda de nulidad de minuta y escritura pública.
Por Auto 114/2016 de 17 de octubre, el Juez Público Mixto y de Sentencia Penal Primero de Pucarani
del departamento de La Paz se declaró sin competencia en razón a la materia para conocer la
demanda antes referida, por lo que dispuso la remisión de obrados a la jurisdicción agroambiental
-Juzgado Agroambiental de Pucarani del citado departamento-, en base a los siguientes
fundamentos:
b) La Ley 1715 “(Ley INRA)” -lo correcto es Ley del Servicio Nacional de Reforma Agraria- de 18 de
octubre de 1996, así como la Ley de Reconducción Comunitaria de la Reforma Agraria -Ley 3545 de
28 de noviembre de 2006- reconocen competencia a los jueces agrarios para el conocimiento de las
acciones personales, reales y mixtas que deriven de la propiedad, posesión y actividad agraria y
rural.
c) Se estableció que la demanda interpuesta se encontraría dirigida a proteger una propiedad rural
donde se realizan actividades agrícolas, aspecto que se tuvoen cuenta a tiempo de determinar la
incompetencia.
1) Del informe de inspección y levantamiento geodésico de 30 de mayo de igual año, se tuvo que
los lotes de terreno referidos por los demandantes del proceso de nulidad de minuta y escritura
pública tienen características netamente urbanas y no existió actividad agraria o función social que
se manifiesta por el trabajo de la tierra para la manutención de la familia.
2) Se evidenció que los predios referidos se encuentran en una área poblada que cuenta con
servicios básicos como luz y agua, así como cordones de acera y otros, existiendo varias
urbanizaciones en el lugar.
I.3. Admisión
Tras presentarse demanda de nulidad de minuta y escritura pública por parte de Juliana Quispe
Vda. de Quispe; Andrés, Felipe, Juan Lucio, Juan Manuel, Lucía y Juana todos Quispe Quispe; Julio
Quispe Gutiérrez y Candelaria Rivas Vda. de Gutiérrez, el Juez Público Mixto y de Sentencia Penal
Primero de Pucarani del departamento de La Paz se declaró sin competencia en razón a la materia,
motivo por el cual remitió obrados ante la jurisdicción agroambiental, en la que tras la presentación
de incompetencia por el territorio y la excusa de otras autoridades, la causa recayó finalmente ante
la Jueza Agroambiental del citado departamento, quien al declararse igualmente incompetente en
razón a la materia suscitó conflicto de competencias jurisdiccionales ordenando la remisión del caso
ante el Tribunal Constitucional Plurinacional a objeto de resolver dicho conflicto. En consecuencia,
corresponde a este Tribunal resolver el conflicto de competencias jurisdiccionales planteado.
competencia en acciones reales, personales y mixtas sobre bienes inmuebles en el área urbana o en
el área rural, sostuvo: “La competencia para conocer las acciones reales, personales y mixtas sobre
bienes inmuebles puede ser de los jueces y tribunales en materia civil o de jueces y tribunales en
materia agroambiental dependiendo del régimen propietario, sea éste de naturaleza urbana o rural.
En efecto conforme al art. 179.I de la Constitución Política del Estado (CPE) 'La función judicial es
única. La jurisdicción ordinaria se ejerce por el Tribunal Supremo de Justicia, los tribunales
departamentales de justicia, los tribunales de sentencia y los jueces la jurisdicción agroambiental
por el Tribunal y jueces agroambientales; la jurisdicción indígena originaria campesinas se ejerce por
sus propias autoridades; existirán jurisdicciones especializadas reguladas por la ley'; en este sentido,
el art. 134.1 de la Ley de Organización Judicial (LOJ.1993) dispone que los jueces de partido en
materia civil-comercial tienen competencia para 'Conocer en primera instancia, de las acciones
personales, reales y mixtas sobre bienes inmuebles, muebles, dinero y valores cuya cuantía será
determinada por la reunión de Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia cada dos años'; por su
parte, el art. 69.2 en concordancia con el art. 69.3 de la Ley del Órgano Judicial (LOJ), otorga
competencia a los juzgados públicos en materia civil y comercial para conocer: '…demandas orales
o escritas en pretensiones personales, reales y mixtas sobre bienes inmuebles, muebles, dinero y
valores…'; en cambio, el art. 39.8 de la Ley del Servicio Nacional de Reforma Agraria (LSNRA),
modificado por el art. 23 de la Ley 3545 de 28 de noviembre de 2006, otorga a los jueces agrarios -
ahora agroambientales- la competencia de 'Conocer otras acciones reales, personales y mixtas
derivadas de la propiedad, posesión y actividad agraria'. Ahora bien, la delimitación entre lo urbano
y lo rural se determinaba mediante ordenanzas municipales que delimitaban el área urbana mismas
que conforme al art. 8 de la Ley 1669 de 30 de octubre de 1995, debían ser homologadas por el
Poder Ejecutivo -ahora Órgano Ejecutivo- a través de Resolución Suprema, pese a ello, esta forma
de diferenciar los referidos ámbitos se observó y complementó en la SC 0378/2006-R de 18 de abril,
que estableció que era necesario que: '…el régimen legal de la tierra y en especial la jurisdicción a
aplicarse, no puede quedar librada única y exclusivamente a lo que dispongan los Gobiernos
Municipales en cuanto al uso del suelo y menos aún cambiar automáticamente por el solo hecho de
ampliarse la mancha urbana según lo que dispongan los Gobiernos Municipales en sus respectivas
Ordenanzas, máxime cuando a partir de la vigencia de la Ley de Participación Popular y desde la
perspectiva de éstos, el concepto de propiedad urbana y propiedad rural ha dejado de tener
vigencia, toda vez que la jurisdicción municipal que daba origen a ese concepto se aplica a todo el
territorio de la sección de provincia, incluyendo o si se quiere fusionando lo urbano y lo rural', y se
concluyó en que además de considerar las resoluciones municipales, toda autoridad judicial: '…a los
efectos de determinar la jurisdicción aplicable debe partir del concepto de si la propiedad inmueble
está destinada al uso de vivienda en centros poblados o urbanos, en cuyo caso se aplicarán las
normas del Código Civil y la competencia será de los jueces ordinarios; o si por el contrario, se trata
de la propiedad inmueble destinada a la producción agrícola y/o pecuaria sujeta al régimen de la
Ley del Servicio Nacional de Reforma Agraria, en cuyo caso la competencia será de los jueces y
tribunales agrarios…'. Por su parte, la SCP 2140/2012 de 8 de noviembre, estableció que: `…la
definición de la jurisdicción por razón de materia a aplicarse sobre las acciones reales de bienes
inmuebles cuando se produce el cambio de uso de suelo de propiedad rural a urbana, no puede
quedar simplemente librada exclusivamente a lo que dispongan los Gobiernos Municipales, sino
también debe considerarse otros elementos como el destino de la propiedad y de las actividades
desarrolladas; razonamiento que si bien fue efectuado por el extinto Tribunal Constitucional, sin
embargo este resulta plenamente aplicable y coherente por cuanto no contradice a los nuevos
postulados de la actual Constitución Política del Estado cuando en el art. 397.I establece que: 'El
trabajo es la fuente fundamental para la adquisición y conservación de la propiedad agraria. Las
propiedades deberán cumplir con la función social o con la función económica social para
salvaguardar su derecho, de acuerdo a la naturaleza de la propiedad'. En este sentido la función
social está definida en el art. 397.II de la norma fundamental '…como el aprovechamiento
sustentable de la tierra por parte de pueblos y comunidades indígena originario campesinos, así
como el que se realiza en pequeñas propiedades, y constituye la fuente de subsistencia y bienestar
y desarrollo sociocultural de sus titulares. En el cumplimiento de la función social se reconocen las
normas propias de las comunidades'. Y la función económica social está definida a su vez en el art.
397.III, la que deberá entenderse como '…el empleo sustentable de la tierra en el desarrollo de
actividades productivas, conforme a su capacidad de uso mayor, en beneficio de la sociedad, del
interés colectivo y de su propietario. La propiedad empresarial está sujeta a revisión de acuerdo con
la ley, para verificar el cumplimiento de la función económica y social'. De estos preceptos
constitucionales advertimos, que la propiedad agraria esta siempre definida sobre la base de
criterios vinculados a la actividad que se desarrolla en la propiedad o en su caso al destino que se le
otorga'. Es decir, que la SC 0378/2006-R, amplió los criterios de valoración que distinguen la
propiedad urbana de la rural, justamente para proteger la actividad agropecuaria que en el texto
constitucional y la ley tiene un trato específico y de la cual pueden depender diferentes políticas
públicas de estímulo de forma que la ampliación geográfica de lo considerado urbano por parte de
los gobiernos municipales debe ser ordenada, con salvaguardas de protección, y en su caso,
asegurar las respectivas indemnizaciones aspectos que también deben observarse por las
autoridades judiciales”. De la línea jurisprudencial glosada [SC 0378/2006-R, que moduló la SC
0362/2003-R, que fue ratificada por la SCP 2140/2012], es posible concluir que para dirimir la
controversia competencial entre la jurisdicción ordinaria y jurisdicción agroambiental en razón de
materia sobre la delimitación de la competencia en acciones reales, personales y mixtas sobre
bienes inmuebles en el área urbana o rural; y, por ende, la autoridad jurisdiccional competente para
la resolución de la problemática a efectos de ordenarse la remisión de antecedentes a la autoridad
que sea definida como competente, deberá tenerse como criterios rectores no excluyentes y por el
contrario concurrentes y complementarios que merezcan una valoración integral, hasta tanto no se
pronuncie una ley expresa que regule el cambio del régimen del derecho propietario sobre la tierra
agraria de rural a urbana, los desarrollados a continuación: Antes, es preciso aclarar que se llega a
esta conclusión jurisprudencial, en razón a que es la propia SC 0378/2006-R, que aclara
expresamente que sólo se constituye en `…una modulación de la línea sentada a través de la SC
0362/2003-R de 25 de marzo…”; por lo mismo, dicho fallo, no es un cambio o mutación total de
línea. Al respecto, corresponde recordar que la SC 0362/2003-R, sostuvo que el criterio que para
definir si un predio es urbano y por ende delimitar la jurisdicción entre la ordinaria y la entonces
agraria es la existencia de una ordenanza municipal homologada por resolución suprema en el
marco de lo previsto por los arts. 8.III.6 de la LM, 31 del DS 24447 de 20 de diciembre de 1996
(Reglamento de la Ley de Participación Popular), por lo mismo, este entendimiento se mantiene
firme, claro está, complementado y modulado con el asumido en la SC 0378/2006-R. Entonces, los
criterios señalados a tenerse en cuenta en el conflicto competencial jurisdiccional entre la
jurisdicción ordinaria y la jurisdicción agroambiental en razón de materia, son:
En el caso que nos ocupa, a través de este conflicto de competencias entre las jurisdicciones
ordinaria y agroambiental, se deberá resolver cuál es la autoridad jurisdiccional competente en
razón de materia para tramitar y resolver la demanda de nulidad de minuta y escritura pública
incoada por Juliana Quispe Vda. de Quispe; Andrés, Felipe, Juan Lucio, Juan Manuel, Lucía y Juana
todos Quispe Quispe; Julio Quispe Gutiérrez y Candelaria Rivas Vda. de Gutiérrez, siendo el objeto
del litigio la nulidad de minuta y escritura pública de la venta de los predios ubicados en el ex fundo
Puchocollo Alto, cantón Laja, provincia Los Andes del departamento de La Paz. De la documentación
cursante en el expediente se advierte que tras la presentación de la demanda de nulidad de minuta
y escritura pública, el Juez Público Mixto y de Sentencia Penal Primero de Pucarani del
departamento de La Paz, por Auto 114/2016 de 17 de octubre se declaró sin competencia en razón
a la materia al considerar que el objeto del litigio recayó en propiedades agrarias rurales, por lo que
la causa debió ser atendida por la jurisdicción agroambiental. En consecuencia tras ordenarse la
remisión de la causa ante el Juzgado Agroambiental de Pucarani del mencionado departamento, su
titular determinó su incompetencia en razón al territorio, recayendo la causa ante su similar de El
Alto del citado departamento, quien tras excusarse derivó la causa ante la Jueza Agroambiental del
mismo departamento, autoridad judicial que mediante Auto 14/2017 de 22 de junio se declaró
incompetente en razón a la materia, al concluir que el objeto de la litis se encontró en un centro
poblado sin que exista en ellos actividad agraria alguna, promoviendo así el presente conflicto de
competencias jurisdiccionales. En consecuencia, del memorial de demanda de nulidad de minuta y
escritura pública, se desprende que el objeto de la misma es la nulidad de la Minuta de 30 de junio
de 1983 y la Escritura Pública 211/1983 a través de las cuales se transfirió el derecho propietario de
los bienes inmuebles objeto del litigio, ubicados en el ex fundo Puchucollo Alto, cantón Laja,
provincia Los Andes del departamento de La Paz, debiendo considerarse que si bien constan
certificados de emisión de títulos ejecutoriales del INRA (Conclusión II.6) así como certificación de
la Dirección Técnica del Gobierno Autónomo Municipal de Laja del departamento de La Paz que
refirió que los predios de la comunidad Puchucollo Alto se encuentran en el área rural (Conclusión
II.8), no es menos cierto que conforme el Informe MPD/VPC/DGPT/UOT 208/2014 de 2 de junio
emitido por el Director General de Planificación Territorial, no se tiene ningún trámite de
homologación de delimitación del radio urbano del municipio de Laja (Conclusión II.9), siendo este
uno de los elementos coadyuvantes para delimitar la competencia por razón de materia. Por el
contrario, del Informe de Inspección y Levantamiento Geodésico emitido por René Huaynoca,
Apoyo Técnico del Juzgado Agroambiental del departamento de La Paz, referido en la (Conclusión
II.10) de este fallo constitucional, consta que “De acuerdo al levantamiento geodésico realizado de
manera consensuada con los poseedores y se evidencia que los predios tienen características
urbanas tal como se puede observar en las imágenes satelitales del lugar en cuestión…” (sic), en
consecuencia, del contenido de ese informe se puede evidenciar la existencia de fotos de los
terrenos objeto del litigio constatando la presencia de construcciones de viviendas, aspecto que fue
igualmente observado en dicho informe refiriendo que “…de acuerdo a las características del lugar
se evidencia que el área se encuentra todo urbanizado con características netamente urbanas ya
que los mismos cuentan con los servicios básicos…” (sic). De tal forma, conforme se tiene
establecido en el último párrafo del Fundamento Jurídico III.1 de esta Sentencia Constitucional
Plurinacional para la determinación de la competencia entre la jurisdicción ordinaria y la jurisdicción
agroambiental en el conocimiento del asunto no solo debe tomarse en consideración la ubicación
del inmueble objeto del litigio sino también otros elementos imprescindibles para determinar la
jurisdicción aplicable, como es el uso que se destina a la propiedad, advirtiéndose en el caso que
nos ocupa que los bienes inmuebles cuya venta dieron origen a la demanda de nulidad de minuta y
escritura pública están destinados al uso de vivienda en un centro poblado de características
urbanas y no así a la producción agrícola y/o pecuaria, por lo que corresponde declarar la
competencia del Juez Público Mixto y de Sentencia Penal Primero de Pucarani del departamento de
La Paz para el conocimiento y resolución de la demanda antes referida.
POR TANTO
Dentro del proceso penal seguido en su contra por Pedro Basaure Forgues, por la supuesta comisión
de los delitos de apropiación indebida y abuso de confianza, se le condenó en primera instancia a
dos años de reclusión, apelada la resolución el Tribunal de alzada amplió su condena a dos años y
ocho meses por tratarse de un delito agravado; planteado el recurso de casación la Sala Penal del
Tribunal Supremo de Justicia, mediante Auto Supremo 293/2017-RRC de 20 de abril, declaró
infundado el mismo. Durante la tramitación del recurso de casación inicialmente planteó solicitud
de extinción de la acción penal por duración máxima del proceso, que se resolvió por Auto Supremo
626/2016 de 23 de agosto, que declaró infundado el incidente; con posterioridad, opuso excepción
de prescripción de la acción penal, declarado infundado mediante Auto Supremo 949/2016 de 30
de noviembre, que es objeto de amparo constitucional; debido a que, se vulneró derechos y
garantías constitucionales, al carecer de fundamentación, motivación y congruencia, se efectuó una
errada valoración de lo solicitado; debido a que, se consideró dos excepciones cuando en realidad
sólo la prescripción debió ser atendida; siendo que, el incidente de extinción fue resuelto con
anterioridad. La resolución impugnada, reiteró los fundamentos vertidos en el incidente de
extinción de la acción penal, haciendo notoria la contradicción y falta de congruencia, habiéndose
ingresado al análisis en detalle respecto a la extinción por duración máxima del proceso, siendo lo
principal la prescripción de la acción penal. Por tanto, solicitó expresamente la prescripción de la
acción penal, al no haberse pronunciado sentencia ejecutoriada por más de cinco años a partir de
que cesó el supuesto delito; vale decir, desde el 13 de mayo de 2011; en razón de que, la
jurisprudencia constitucional señala que el inicio de la acción penal o querella particular no
interrumpe la prescripción. Asimismo, arguyó que el Auto Supremo de referencia no señala la
procedencia o improcedencia de la excepción de prescripción, tampoco refiere los motivos de
rechazo en los que basó su decisión al declarar infundada la excepción, desconociendo su derecho
a una resolución fundamentada y dictada en apego a la norma legal vigente.
El accionante señala como lesionados sus derechos a la defensa, “seguridad jurídica” tutela judicial
efectiva, y, debido proceso en sus vertientes de fundamentación, motivación y congruencia, sin
hacer cita expresa de los artículos que los contienen.
I.1.3. Petitorio
Solicita se conceda la tutela, dejando sin efecto el Auto Supremo 949/2016, debiendo pronunciarse
nueva resolución conforme a derecho.
I.2.3. Resolución
La Jueza Pública de la Niñez y Adolescencia Primera del departamento de Santa Cruz, constituida en
Jueza de garantías, mediante Resolución 6/2017 de 29 de septiembre, cursante de fs. 821 vta. a 830,
concedió la tutela, anulando el Auto Supremo 949/2016, y disponiendo que las autoridades
demandadas emitan un nuevo auto supremo resolviendo la excepción planteada, en base a los
siguientes fundamentos:
a) Revisados los antecedentes y razonamientos del Auto Supremo 949/2016, se evidenció que es
contradictorio en cuanto a lo solicitado y resuelto, además carente de explicación por los cuales
declaró infundada la excepción opuesta; debido a que, solo señala la confusión en la que incurrió el
accionante en su solicitud, omitiendo pronunciarse respecto a lo solicitado, vulnerándose de esta
forma, derechos del impetrante de tutela.
b) El contenido del art. 29 inc. 2) del CPP, en cuanto al art. 27 inc. 8) del mismo cuerpo legal, señala
que la prescripción de la acción opera a los cinco años, en delitos cuya pena privativa de libertad sea
menor a seis meses y mayor a dos años, bajo dicha normativa se evidenció que los hechos que se
juzgaron fueron cometidos entre el 21 de septiembre de 2010 y 13 de mayo de 2011.
c) Las autoridades demandadas sostienen en su informe que, la excepción fue planteada de forma
confusa, al haberse invocado la extinción de la acción penal por prescripción y por duración máxima
del proceso; empero, dichas autoridades debieron haber fundamentado las razones por las cuales
no resolvieron el fondo de la excepción de prescripción de la acción penal; dado que, sostienen que
la fundamentación se encontraría contenida en el Fundamento Jurídico III.1 del Auto Supremo ahora
impugnado, no siendo evidente tal extremo; toda vez que, el mismo contendría argumentos
respecto a la competencia del Tribunal Supremo de Justicia para conocer cuestiones incidentales
referidas a la extinción de la acción penal; por lo que, el fallo emitido por las autoridades
demandadas vulneró el debido proceso, la tutela judicial efectiva, y la “seguridad jurídica”;
habiéndose cometido inclusive un exceso al emitir Auto Supremo de fondo.
El accionante señala lesionados sus derechos a la defensa, “seguridad jurídica”, tutela judicial
efectiva, y debido proceso en sus vertientes de fundamentación, motivación y congruencia; en vista
que, formuló excepción de prescripción de la acción penal ante la Sala Penal del Tribunal Supremo
de Justicia, declarada infundada mediante Auto Supremo 949 /2016 de 30 de noviembre; Resolución
que a su criterio efectuó una errada valoración de lo solicitado, al considerar dos excepciones,
cuando solo fue planteada la prescripción de la acción penal, por cuanto dicha resolución sería
carente de fundamentación, motivación y congruencia. En consecuencia corresponde verificar en
revisión si los argumentos son evidentes con el fin de conceder o denegar la tutela solicitada.
III.1.El deber de fundamentación y motivación de las resoluciones como elementos del debido
proceso y el principio de pertinencia
Del análisis de los antecedentes cursantes en obrados, conforme las Conclusiones de la presente
Sentencia Constitucional Plurinacional, se evidencia que el accionante, por Sentencia 01/2015 de 15
de enero, fue sentenciado en primera instancia a la pena privativa de libertad de dos años,
declarándole autor de los delitos de apropiación indebida y abuso de confianza. Planteada la
apelación, se emitió la Resolución 35 de 20 de noviembre de 2015, que declaró improcedente su
recurso y procedente en parte el recurso de apelación presentado por la acusación particular,
dictándose nueva sentencia condenatoria en aplicación al art. 365 del CPP, inculpándolo
nuevamente autor de los delitos de apropiación indebida y abuso de confianza, condenándole a una
pena privativa de libertad de dos años y ocho meses. Interpuesto el recurso de casación ante el
Tribunal Supremo de Justicia, el accionante planteó incidente de extinción de la acción penal por
duración máxima del proceso, declarado infundado mediante Auto Supremo 626/2016 de 23 de
agosto; posteriormente, se formuló excepción de extinción de la acción penal, por prescripción y
por duración máxima del proceso la misma que se resolvió por Auto Supremo 949/2016, que declaró
infundada.
En ese sentido, encontrándose identificados los actos lesivos denunciados, corresponde el análisis
de fondo de la problemática a fin de determinar si las autoridades ahora demandadas en su labor
jurisdiccional conculcaron o no derechos del accionante; por lo que, en primer término es necesario
efectuar una minuciosa revisión de los fundamentos expuestos en el Auto Supremo 949/2016. En
principio, las autoridades demandadas identificaron los argumentos de la excepción de extinción de
la acción penal por prescripción y por duración máxima del proceso, planteada y la respuesta por
parte de Pedro Ignacio Basaure Forgues, acusador particular.
En forma posterior, ingresando al análisis del caso concreto señalaron: “…el excepcionista de una
forma por demás confusa y contradictoria formula inicialmente prescripción de la acción penal bajo
la previsión del art. 29. Inc. 2) del CPP, expresando que de acuerdo a las fechas en las que se realizó
el cobro de dineros del acusador particular (21 de septiembre de 2010 y 13 de mayo de 2011), ya
habrían transcurrido más de cinco años; en consecuencia, la acción penal por los delitos de
Apropiación Indebida y Abuso de Confianza por los que se le condenó, habrían prescrito; para luego
referirse a la extinción de la acción penal por duración máxima del proceso, citando al efecto el art.
133 del Código citado y específicamente en cuanto al inicio de cómputo del plazo, el art. 5 del mismo
cuerpo legal, afirmando que en el presente caso, la denuncia en sede judicial o administrativa, debe
computarse desde el requerimiento de cobro mediante carta notariada, siendo a criterio suyo, la
intervención pública concluyendo con su petición, al finalizar su memorial, que se declare la
extinción del proceso por la última figura, amparándose en el art. 27 inc. 10 del CPP ” (sic), en ese
contexto es que advirtieron que el incidentista incurrió en confusión en relación a dos institutos
jurídicos distintos, (prescripción de la acción penal y la extinción de la acción penal por duración
máxima del proceso); que se encontrarían regulados legalmente de manera independiente, debido
a su naturaleza jurídica distinta y la forma del cómputo de su vencimiento; enfatizando respecto al
incidente de prescripción, que el accionante soslayó su deber de exponer y demostrar
objetivamente a través de prueba idónea y pertinente de qué modo se produjo la prescripción de
la acción penal, omisión que no pudo ser salvada de oficio. Respecto a la extinción de la acción penal
por duración máxima del proceso, las autoridades demandadas refirieron que el accionante de
manera incompleta reiteró los fundamentos en los que basó un anterior incidente, que fue
declarado infundado por la misma Sala mediante Auto Supremo 626/2016, por no haberse
encontrado nuevos fundamentos a los expuestos en la anterior excepción, no se ingresó a un
pronunciamiento de fondo.
En tal sentido, se advierte que las autoridades demandadas emitieron el referido Auto Supremo,
dentro del marco del derecho al debido proceso en sus elementos fundamentación, motivación y
congruencia, tal como señala la jurisprudencia constitucional glosada en el Fundamento Jurídico
III.1. del presente fallo constitucional; fundamentación, que si bien no es ampulosa sí es clara y
precisa al explicar las razones de su decisión, concretamente en cuanto a la prescripción, señala que
el accionante omitió su deber de exponer fundadamente de qué modo se produjo la prescripción
de la acción penal y demostrarla con prueba idónea y pertinente que no concurrían causales de
interrupción del término de la prescripción conforme exige el art. 314 del CPP, que dispone que las
excepciones se tramitarán por la vía incidental por una sola vez, estableciendo como carga procesal
para quien las oponga, la obligatoriedad de ofrecer prueba idónea y pertinente; lo que implicaría
que no sería suficiente el planteamiento de la excepción, sino que deberá necesariamente ofrecer
prueba idónea y pertinente que acredite los argumentos en los que se base la pretensión, se
entiende encaminada a demostrar que la excepción resulte fundada; aspectos en base a los cuales
declaró infundada dicha excepción, además de considerarla manifiestamente dilatoria y temeraria
en aplicación del art. 315.III del CPP, modificado por el art. 8 de la Ley de Descongestionamiento y
Efectivización del Sistema Procesal Penal (LDEP); que señala: “III. En caso de que las excepciones y/o
incidentes sean declaradas manifiestamente dilatorias, maliciosas y/o temerarias, interrumpirán los
plazos de la prescripción de la acción penal, de la duración de la etapa preparatoria y de duración
máxima del proceso, computándose nuevamente los plazos. Consecuentemente, la o el Juez o
Tribunal, previa advertencia en uso de su poder coercitivo y moderador, impondrá a la o el abogado
una sanción pecuniaria equivalente a dos salarios mínimos nacionales, monto de dinero que será
depositado en la cuenta del Órgano Judicial y en caso de continuar con la actitud dilatoria, la o el
Juez o Tribunal apartará a la o el abogado de la actuación del proceso en particular, designando a
un defensor público o de oficio”.
En ese contexto, se evidencia que las autoridades demandadas al declarar infundada la excepción
de prescripción y la alusión a la extinción de la acción penal por duración máxima del proceso, no
vulneraron derechos y garantías constitucionales del accionante; puesto que, pronunciaron y
fundamentaron su fallo respecto a ambos institutos jurídicos, tratados en forma autónoma en
cuanto a su análisis. Finalmente, es menester aclarar que la Jueza de garantías respecto al contenido
del fundamento jurídico III.1 del Auto Supremo impugnado, puntualizó que el mismo contendría
fundamentación de las razones por las cuales no se resolvió el fondo de la excepción de prescripción;
empero, contradictoriamente estaría referida a la competencia del Tribunal Supremo de Justicia
para resolver cuestiones incidentales concernientes a la extinción de la acción penal; en ese
entendido, cabe señalar que el Auto Supremo indicado, precisó: “…por cuanto la normativa procesal
descrita en el fundamento jurídico III.1 de este Auto Supremo, establece una carga procesal al
impugnante con la finalidad que éste demuestre los extremos aducidos en su excepción”(sic);
acápite que refiere a la obligatoriedad en el ofrecimiento de prueba destinada a acreditar los
argumentos o fundamentos en los que se base una pretensión, aspecto que entre otros fue
considerado para declarar infundada la excepción de prescripción de la acción penal formulada por
el accionante; mismo que, se encontraría plasmado en el fundamento jurídico III.2 del referido Auto
Supremo, error que no afecta lo sustancial del fallo.
POR TANTO
El 15 de agosto de 2016, René Rubén Ramos Marín, interpuso denuncia en su contra por supuestas
faltas graves según los arts. 186.9 y 14 de la Ley del Órgano Judicial (LOJ), a cuyo efecto el Juez
Disciplinario Segundo de la Oficina Departamental de La Paz del Consejo de la Magistratura, emitió
Auto de inicio de sumario -Auto de 16 de agosto de 2016-, sin describir los hechos que serían la base
de la denuncia así como la calificación de la falta disciplinaria. El proceso disciplinario, concluyó con
la emisión de la Sentencia Disciplinaria 150/2016 de 14 de octubre, en la que se declaró probada la
denuncia por la comisión de falta disciplinaria grave prevista en el art. 187.14 de la LOJ, e improbada
la denuncia respecto a la falta disciplinaria prevista en el art. 187.9 de la misma Ley, suspendiéndole
del ejercicio de sus funciones como Juez Público Civil y Comercial Decimoprimero del departamento
de La Paz, por el lapso de un mes sin goce de haberes.
El accionante considera lesionados sus derechos al debido proceso en sus vertientes derecho a la
defensa y a la debida fundamentación de las resoluciones; sin citar disposición alguna de la
Constitución Política del Estado.
I.1.3. Petitorio
I.2.3. Resolución
La Sala Penal Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz; constituida en Tribunal de
garantías, mediante Resolución 24/2017 de 2 de octubre, cursante de fs. 227 a 229, determinó la
“procedencia” de la tutela solicitada disponiendo dejar sin efecto la Resolución SD-AP 111/2017
instruyendo que las autoridades demandadas se pronuncien sobre los agravios expuestos; decisión
asumida en base a los siguientes fundamentos:
El accionante denuncia que dentro de proceso disciplinario seguido en su contra, interpuso recurso
de apelación contra la Sentencia Disciplinaria 150/2016 de 14 de octubre, emitida por el Juez
Disciplinario Segundo de la Oficina Departamental de La Paz del Consejo de la Magistratura,
expresando los siguientes agravios: i) La Resolución apelada citó artículos que no son parte de las
normas que constituyen tipos sancionadores disciplinarios; ii) Se omitió convocarle para prestar su
declaración a efectos de que ejerza su derecho a la defensa; y iii) El Auto de 16 de agosto de 2016,
no estableció los hechos que se subsume a los tipos administrativos disciplinarios sancionadores;
agravios que no fueron resueltos por la Sala Disciplinaria de la referida institución al momento de
emitir la Resolución SD-AP 111/2017 de 22 de marzo, vulnerando de esta forma su derecho al debido
proceso en sus vertientes a la defensa y a la debida fundamentación de las resoluciones. Por
consiguiente, corresponde en revisión verificar, si tales extremos son evidentes a fin de conceder o
denegar la tutela solicitada.
En relación a los elementos esenciales que componen el derecho al debido proceso, se encuentran
la motivación, fundamentación, congruencia y pertinencia, entre otros, que deben ser observados
por las y los juzgadores al momento de emitir sus resoluciones. En este sentido, el razonamiento
consolidado a través de la jurisprudencia reiterada tanto por el extinto Tribunal Constitucional como
de este Tribunal, estableció que:“…la garantía del debido proceso, comprende entre uno de sus
elementos la exigencia de la motivación de las resoluciones, lo que significa, que toda autoridad que
conozca de un reclamo, solicitud o que dicte una resolución resolviendo una situación jurídica, debe
ineludiblemente exponer los motivos que sustentan su decisión, para lo cual, también es necesario
que exponga los hechos establecidos, si la problemática lo exige, de manera que el justiciable al
momento de conocer la decisión del juzgador lea y comprenda la misma, pues la estructura de una
resolución tanto en el fondo como en la forma, dejará pleno convencimiento a las partes de que se
ha actuado no sólo de acuerdo a las normas sustantivas y procesales aplicables al caso, sino que
también la decisión está regida por los principios y valores supremos rectores que rigen al juzgador,
eliminándose cualquier interés y parcialidad, dando al administrado el pleno convencimiento de que
no había otra forma de resolver los hechos juzgados sino de la forma en que se decidió. Al contrario,
cuando aquella motivación no existe y se emite únicamente la conclusión a la que ha arribado el
juzgador, son razonables las dudas del justiciable en sentido de que los hechos no fueron juzgados
conforme a los principios y valores supremos, vale decir, no se le convence que ha actuado con
apego a la justicia… Finalmente, cabe señalar que la motivación no implicará la exposición ampulosa
de consideraciones y citas legales, sino que exige una estructura de forma y de fondo. En cuanto a
esta segunda, la motivación puede ser concisa, pero clara y satisfacer todos los puntos demandados,
debiendo expresar el Juez sus convicciones determinativas que justifiquen razonablemente su
decisión en cuyo caso las normas del debido proceso se tendrán por fielmente cumplidas. En sentido
contrario, cuando la resolución aun siendo extensa no traduce las razones o motivos por los cuales
se toma una decisión, dichas normas se tendrán por vulneradas” (las negrillas fueron agregadas [SC
1365/2005-R de 31 de octubre, citada y reiterada por las SSCC 0871/2010-R, 2017/2010-R,
1810/2011-R y Sentencias Constitucionales Plurinacionales 0405/2012, 0666/2012, 2039/2012,
0527/2015-S3, entre otras]).
El accionante alega que la Sala Disciplinaria del Consejo de la Magistratura, mediante Resolución
SD-AP 111/2017, vulneró su derecho al debido proceso en su vertiente a la defensa y a la debida
fundamentación de las resoluciones, por cuanto la Resolución que resuelve el recurso de apelación
interpuesto contra la Sentencia Disciplinaria 150/2016, no se pronuncia sobre tres agravios que se
encontraban contenidos en el citado recurso de apelación.
En este sentido, tomando en cuenta que el accionante interpone la presente acción tutelar,
alegando que las autoridades hoy demandadas no se pronunciaron sobre los agravios expresados
en su apelación; corresponde observar el contenido del recurso de apelación de 28 de noviembre
de 2016 formulado por el accionante, así como de la Resolución SD-AP 111/2017, que resuelve el
mismo.
En este sentido del contenido del memorial de apelación del ahora accionante, entre otros
aspectos, expresó lo siguiente:
a) La Sentencia Disciplinaria 150/2016 prevé una conducta que no coincide con la conducta
sancionable en ese proceso, por cuanto no se omitió la tramitación del asunto solicitando o la
prestación del servicio, como tampoco se negó ni retrasó la petición del denunciante; asimismo, la
conclusión de la supuesta retardación refiere una norma que no es parte de la conducta prevista en
el art. 187.14 de la LOJ, sino de la combinación de dos normas genéricas insertas en los arts. 26 y
128 de la LOJ, que no contienen tipificación de conducta alguna, y no están en el elenco de faltas
disciplinarias, por ello no pueden ser usadas para explicar un comportamiento específico
sancionable, contraviniendo así el principio de legalidad y tipicidad.
c) El Auto de Inicio de Sumario no precisa cuáles son los hechos por los que sería juzgado
disciplinariamente, por lo cual no cumpliría con el art. 47.2 del Reglamento de Procesos
Disciplinarios para la Jurisdicción Ordinaria y Agroambiental.
Por su parte, la Resolución SD-AP 111/2017, emitida por las autoridades demandadas, profirió los
siguientes pronunciamientos con respecto a la apelación en proceso disciplinario.
1) Sobre el agravio concerniente a los arts. 26 y 128 de la LOJ que no contendrían tipificación
alguna, la Resolución SD-AP 111/2017, hace referencia a que el apelante indicó que la falta
disciplinaria contenida en el art. 187.14 de la LOJ, no sancionaría la emisión de providencia,
sobre lo cual la Resolución analizada establece que “…se evidencia y tal cual señala el Juez
de primera instancia, que habiendo transcurrido más de dos meses no existía un
pronunciamiento valedero, aspecto que si se encuentra tipificado en el art. 128 de la Ley
025…” (sic), concluyendo que “…la norma que se cita en la Resolución de primera instancia,
condice con la conducta sancionada” (sic).
2) 2) Sobre la falta de precisión de hechos en el Auto de Inicio de Sumario, la Resolución SD-
AP 111/2017, se pronuncia expresando que: “…es un aspecto subjetivo por parte del
apelante, pues se evidencia con claridad que los hechos del cual emerge el presente proceso
disciplinario, fueron claramente demandados, aspecto que se constata de la denuncia
formulada en contra del ahora apelante (…), razón por la que se le sancionó por la falta
contenida en el art. 187.14 de la Ley 025; en consecuencia, se desestima dicho agravio” (sic).
I.2.4. Resolución
c) La Sentencia 370/2016, emitida por la Sala Plena del Tribunal Supremo de Justicia, dejó
sin efecto los fallos dictados en sede administrativa, que determinaron el comiso definitivo
del vehículo de la empresa “NORDICBUSS S.R.L.”, generando una obligación de “dar”, que
debe cumplir la Gerencia Regional de La Paz, de la ANB; lo que denota que, la entidad
precitada, debía ser notificada como tercera interesada, siendo que los efectos del fallo
repercuten en sus intereses; aspectos que deben ser tomados en cuenta y considerados por
el Tribunal del proceso (Sala Plena del Tribunal Supremo de Justicia), a fin de emitir una
debida resolución de fondo sobre el particular, otorgando previamente a la institución
aduanera, la posibilidad de defenderse dentro del proceso contencioso de autos.
III.1. Sobre la nulidad de los actos procesales y los principios que la rigen, como
presupuestos o antecedentes para su procedencia
I.1.3. Petitorio
Solicita se conceda la tutela, disponiendo:
a) La revocatoria del Auto de Vista 201/2017, pronunciado por la Sala Penal Primera del
Tribunal Departamental de Justicia de La Paz.
b) Ordenar a los Vocales demandados emitan una nueva decisión, bajo los principios
procesales de favorabilidad en medidas cautelares para el grupo vulnerable de las mujeres.
I.2.3. Resolución
El art. 239.1 del CPP señala que “La detención preventiva cesará: 1. cuando nuevos
elementos demuestren que no concurren los motivos que la fundaron o tornen conveniente
que sea sustituida por otra medida”. A partir de dicha causal el Tribunal Constitucional, por
SC 0320/2004-R de 10 de marzo, determinó: que la resolución de las solicitudes de cesación
de la detención preventiva que se amparen en dicha causal, deben ser el resultado del
análisis ponderado de dos elementos: “El art. 233 CPP determina que para la procedencia
de la detención preventiva, luego de realizada la imputación formal y el pedido
fundamentado del Fiscal o del querellante, deben concurrir los siguientes requisitos:
Por su parte, el art. 239.1) CPP, determina que la detención preventiva cesará cuando
nuevos elementos de juicio demuestren que no concurren los motivos que la fundaron o
tornen conveniente que sea sustituida por otra medida. De las disposiciones glosadas se
establece claramente que la resolución judicial que resuelva la solicitud de la cesación de la
detención preventiva, por la causal prevista en el art. 239.1) CPP, debe ser el resultado del
análisis ponderado de dos elementos: 1) cuáles fueron los motivos que determinaron la
imposición de la detención preventiva y 2) cuáles los nuevos elementos de convicción que
aportó el imputado para demostrar que ya no concurren los motivos que la determinaron
o en su caso demuestren la conveniencia de que la medida sea sustituida por otra” (las
negrillas son nuestras). Seguidamente la SC 1249/2005-R de 10 de octubre, complementó
el razonamiento precedentemente descrito, haciendo referencia a la necesidad de analizar
y compulsar de forma integral todos los nuevos elementos y circunstancias presentados,
labor que comprende tanto al Juez de instrucción penal como al tribunal de alzada, de la
siguiente manera: “Consecuentemente, es el imputado el que debe demostrar, con los
elementos de convicción necesarios, que los motivos que fundaron su detención preventiva
han sido modificados o ya no existen, para que sea el juez quien, analizando en forma
integral todos esos nuevos elementos, determine si su situación jurídica se ha modificado,
y si, en consecuencia, ya no se presentan los supuestos que hicieron posible su detención,
dado que esos nuevos elementos deben estar orientados a desvirtuar las causas que
determinaron la detención preventiva, de no ocurrir ello, no podrá otorgarse la cesación de
la detención; por lo mismo, el juzgador debe analizar o compulsar en su integridad todos
esos nuevos elementos y circunstancias que existan y que deben ser considerados para
adoptar la decisión final. Ahora bien, el análisis integral de los nuevos elementos
presentados por el imputado para obtener la cesación de la detención preventiva, no sólo
alcanza al juez cautelar, sino también al tribunal que conozca en apelación la resolución que
conceda o rechace la cesación de la detención preventiva, toda vez que si bien de
conformidad con el art. 251 del CPP, las medidas cautelares dispuestas por el juez cautelar,
pueden ser apeladas y, por lo mismo, modificadas, ello no significa que el tribunal de
apelación cuando determine revocar la concesión o rechazo de la cesación de la detención
preventiva, esté exento de pronunciar una resolución lo suficientemente motivada y de la
necesidad de realizar una valoración integral de los nuevos elementos presentados por el
imputado, expresando si los mismos destruyen o no los motivos que fundaron la detención
preventiva” (el marcado nos corresponde). Por su parte, la SC 0012/2006-R de 4 de enero,
recoge los entendimientos precedentemente señalados, y añade que además de la
valoración integral de todas las circunstancias existentes, deben considerar también los
elementos de prueba de la parte acusadora y de la víctima. En esa línea, posteriormente la
SC 1147/2006-R de 16 de noviembre, reiterando la jurisprudencia señalada estableció:“…la
resolución que resuelva la solicitud de cesación de la detención preventiva debe reunir las
condiciones de validez, para ello la autoridad judicial competente a tiempo de contrastar
los nuevos elementos presentados por el imputado, deberá fundamentar la decisión de
conceder o rechazar la solicitud de cesación de la detención expresando los motivos de
hecho y de derecho en que funda su determinación, los cuales deben obedecer a criterios
objetivos, exponiendo el valor otorgado a los medios de prueba presentados y sujetando su
análisis a los presupuestos que fundaron la detención preventiva del imputado,
fundamentación que no puede ser reemplazada por la simple relación de los documentos o
la mención de los requerimientos de las partes, sino las razones jurídicas que justifican la
decisión adoptada” .
A su turno la SCP 0014/2012 de 16 de marzo, contextualiza los entendimientos asumidos
por este Tribunal que deben ser considerados al resolver problemáticas relativas a la
cesación de la detención preventiva, subrayando el deber del juez y del tribunal de alzada
de considerar de forma integral los nuevos elementos de juicio aportados por la defensa
que demuestren que no concurren los motivos que fundaron dicha medida o existen otros
que tornen conveniente sustituirla por otra; así como los elementos aportados por la parte
acusadora o victima que acrediten que tales motivos subsisten.
III.2. Análisis del caso concreto
La accionante alega que dentro del proceso penal seguido en su contra por el Ministerio
Público, por la supuesta comisión del delito de legitimación de ganancias ilícitas, el Juez a
quo dictó el Auto Interlocutorio 256/2017, rechazando su pedido de cesación de la
detención preventiva, habiendo interpuesto recurso de apelación incidental, en cuyo mérito
los Vocales demandados dictaron el Auto de Vista 201/2017 confirmando dicho rechazo,
Resoluciones que vulneran sus derechos y garantías constitucionales cuya tutela solicita;
por cuanto no consideraron en su análisis, la prueba presentada referida a la acreditación
de su domicilio en la ciudad de Nuestra Señora de La Paz, la actividad informal que
desempeñaba como comerciante, omitiendo recoger las recomendaciones de la normativa
internacional relativa a la situación de madre de un niño menor y la aplicación racionalizada
de las medidas restrictivas de la libertad. De los antecedentes se tiene que el 4 de
septiembre de 2017, se llevó a cabo la audiencia de cesación de la detención preventiva de
la hoy accionante en la cual, el Juez de Instrucción Anticorrupción y contra la Violencia hacia
la Mujer Segundo de la Capital del departamento de La Paz, por el Auto Interlocutorio
256/2017, rechazó la solicitud de cesación de la detención preventiva; en grado de
apelación la Sala Penal Primera dictó el Auto de Vista 201/2017, que confirmó la Resolución
256/2017, conforme se tiene descrito en las Conclusiones II.1 y 2 de la presente Sentencia
Constitucional Plurinacional. Cabe establecer que, el análisis del caso concreto se
circunscribirá a la última Resolución pronunciada, en razón a que la hoy accionante tuvo la
oportunidad de reclamar, impugnar y procurar la protección de sus derechos e intereses
procesales, y que las autoridades judiciales que resolvieron en alzada, tuvieron la posibilidad
de corregir, enmendar y/o anular la determinación de la autoridad de menor jerarquía. En
ese sentido, se procederá al examen del caso, de acuerdo al contenido del Auto de Vista
201/2017, del cual también se extraerán los supuestos agravios sufridos por la parte
apelante ̶ ahora accionante ,̶ ya que no se cuenta con el recurso de alzada que debió
presentar la parte procesada, conforme lo anunció al momento de interponer el mismo. En
ese contexto, en el CONSIDERANDO III: concretamente en el inciso 1), se identifica como
primer agravio de la defensa la alusión a la probabilidad de autoría, que fue absuelto con
los siguientes argumentos: “…a momento que se emite una imputación formal, el Ministerio
Público establece la existencia del hecho y la posible participación de la imputada en el
ilícito, esta sindicación tiene un grado de probabilidad y no así de certeza, por lo mismo no
se requiere prueba plena, sino únicamente indiciaria, es decir, que el estándar para la
probabilidad de autoría es mínimo toda vez que el proceso no se encuentra en la etapa de
juicio oral, público y contradictorio en el cual evidentemente se debe demostrar modo,
tiempo y lugar (…) De la revisión del cuaderno de apelación se tiene que la resolución
apelada resuelve la solicitud de cesación a la detención preventiva, por lo que se infiere que
la parte imputada tenía la obligación de presentar nuevos elementos de convicción para
enervar la probabilidad de autoría como ser una resolución de rechazo, o una resolución de
sobreseimiento para que genere duda en el tribunal en cuanto a la probabilidad de autoría,
sin embargo de ello no se ha presentado nuevos elementos, sino únicamente son
fundamentos, en consecuencia no se ha cumplido con el numeral 1) del art. 239 del Código
de Procedimiento Penal” (sic). Del mismo modo en el inciso 2), se identifica como segundo
agravio la alusión al domicilio de la imputada, que fue también respondido expresando:
“…por los antecedentes por la fundamentación realizada por ambas partes se coligee que
en un inicio la ahora imputada se encontraba viviendo en la ciudad Sucre, los motivos o
razones por los cuales se encontraba viviendo allí no son motivo de análisis en esta
audiencia. Luego, el Juez a quo observa cómo es que hubiera realizado el cambio de
domicilio, en audiencia se ha señalado que tendría un hijo menor de edad, el cual tendría
registrado su actividad escolar en la ciudad de La Paz, entonces estos elementos que dan
lugar al cambio de domicilio también van a dar lugar presumimos al cambio de la sede
escolar del menor, estos son los elementos de convicción que le está pidiendo el juez
cautelar, toda vez que la misma defensa ha aportado estos datos al Juez al momento de
señalar que la misma tendría su domicilio en Sucre y ahora señalan que vive en la ciudad de
La Paz, y evidentemente toda persona tiene movilidad en cuanto a su domicilio, sin
embargo, de ello se deben presentar los elementos de convicción objetivos (…) El otro
argumento que tiene el juez cautelar en cuanto al domicilio está referido a que tiene que
acreditar en qué condición la imputada habitaba en el inmueble, evidentemente por los
antecedes que se tiene el coacusado vendría a ser su esposo, sin embargo de ello los
documentos que se han presentado como de testimonio de propiedad y folio real se tiene
que los mismos se encuentran a nombre del Sr. Humberto Quispe, es decir, el Juez cautelar
al tratarse de una cesación a la detención preventiva no puede presumir que se trata de un
domicilio conyugal, ya que si se tratara de un domicilio conyugal, el domicilio estaría
constituido donde se encontraría detenido el Sr. Humberto Quispe, la parte imputada tiene
que brindar fundamentos lógicos y razonables para que se pueda tener por enervado este
riesgo procesal…” (sic).
Razonamiento del Tribunal de alzada, que en este punto, se aparta de un examen integral,
en el que el juzgador debe analizar o compulsar en su integridad todos esos nuevos
elementos y circunstancias que existan y que deben ser considerados para adoptar una
decisión, toda vez que la documental a través de la cual la imputada pretende enervar este
riesgo (testimonio de propiedad así como el folio real sobre el inmueble de propiedad de
Humberto Quispe Poma, las certificaciones sobre verificación policial domiciliaria, informe
policial y acta de verificación del puesto de venta que fueron presentados), no fue valorada
a cabalidad, y en su verdadera dimensión, advirtiéndose sesgo de género, al hacer depender
el domicilio de la mujer del lugar de detención del esposo; motivo por el cual, este Tribunal
deberá rever lo determinado al respecto. En el inciso 3), se aborda el agravio referido a la
actividad lícita de la accionante, el mismo que fue absuelto por el Tribunal de alzada
conforme a los siguientes argumentos: “… el certificado que ha presentado que hubiese sido
emitido por parte de una asociación de comerciantes que establecen una fecha y señala que
la imputada aun tendría la condición de comerciante y ésta información hubiera sido
emitida en fecha 06 de julio de 2017, por el contrario se tiene un informe del investigador
asignado al caso que señala que el puesto de venta si bien pertenece a la ahora imputada,
sin embargo de ello en ese puesto de venta se encuentra otra persona (…)
En este caso no nos podríamos remitir a materia laboral porque la actividad informal no se
encuentra contemplada por el Derecho Laboral, pero los elementos de convicción que
tendría que presentar, tendría que ser relativo a un informe o certificación del dirigente que
corresponda donde señale que la imputada tiene un puesto de venta, que es propietaria
(aunque se tiene que nadie puede ser propietario de una vereda) y que en el caso que
recupere su libertad podrá ejercer su actividad lícita; pero esos aspectos no constan en los
elementos presentados al juez a quo, por ello se infiere que estos son documentos
contradictorios, que otorgan una información incongruente, entonces este tribunal no
encuentra agravio a reparar al respecto” (sic). Consideraciones, que de igual forma, esta
Sala entiende no responden a una apreciación real, por parte de las autoridades
demandadas, toda vez que, si bien no se desconoció la propiedad del puesto de venta de la
imputada, quien se dedica a la actividad informal como comerciante, debió tomarse en
cuenta la naturaleza y condiciones de esta actividad, que responde a parámetros más
flexibles, aspecto que también deberá ser revisto por las autoridades demandadas. De igual
forma, se identifica como cuarto agravio, la concurrencia del inciso 2) del art. 234 del CPP,
que es resuelto en el inciso 4) del Auto de Vista que se examina en los siguientes términos:
“… este argumento va vinculado al numeral 1) del mismo artículo, así ha sido configurado
en la resolución primigenia y al no contar con elementos como ser domicilio y trabajo, este
tribunal no encuentra agravio a reparar toda vez que esta vinculación ha sido ya efectuada
en la resolución primigenia y este Tribunal no va analizar esta Resolución” (sic). Por un
último se identifica como quinto agravio la alusión al inciso 2) del art. 235 de la norma
adjetiva penal, el que es respondiendo arguyendo en el punto 5) de la resolución de alzada,
que sostiene: “…en primer lugar debe quedar claramente establecido que la norma prevé
que el imputado pueda influir, obstaculizar sobre posibles testigos o participes, entones nos
remite a una interpretación de la prueba y la prueba va a tener tal calidad una vez que sea
sometida al contradictorio, es decir, conforme al art. 333 de la Ley 1970, consiguientemente
dar una interpretación contraria implicaría vulnerar lo previsto en el Art. 280 de la misma
ley que refiere que todos los elementos de convicción recabados en la etapa preparatoria
no son prueba, es decir, así hubieran prestado su declaración todos los supuestos testigos
o participes este riesgo procesal no quedaría enervado (…) Sin embargo de ello, este
Tribunal no puede limitar el actuar del Juez a quo ya que conforme lo previsto en el Art. 250
del Código de Procedimiento Penal las medidas cautelares no son permanente, o sea no van
a durar permanentemente, el Juez a quo incluso podría determinar un plazo, es decir darle
un término al Ministerio Público para que efectúe los actos de investigación faltantes; pero
esos son argumentos y elementos que lo tienen que realizar ambas partes ante el juez
cautelar pues así como puede desaparecer un riesgo procesal, también pueden
incrementarse nuevos riesgos procesales, entonces este tribunal concluye que el actuar del
Juez Cautelar se encuentra dentro y acorde a los márgenes de razonabilidad, no se tiene
motivo para modificar o en su caso revocar dicha decisión” (sic). Ahora bien, conforme a la
jurisprudencia constitucional referida en el Fundamento Jurídico III.1 del presente Fallo
Constitucional, se tiene que, toda resolución que disponga, modifique o mantenga una
medida cautelar tiene la obligación de ser motivada y fundamentada, exigencia que debe
ser cumplida por las autoridades judiciales al tiempo de emitir sus fallos, citando los motivos
de hecho y derecho, base de sus decisiones, y el valor otorgado a los medios de prueba, no
siendo exigible una exposición amplia de consideraciones y citas legales ni tampoco hacer
una mera relación de los documentos o mención de los requerimientos de las partes, sino
una estructura de forma y de fondo en la que los motivos sean expuestos, de manera
concisa y clara, satisfaciendo todos los puntos demandados.
Entendimiento a partir del cual las autoridades judiciales en alzada, deben expresar sus
convicciones determinativas que justifiquen razonablemente su decisión, siendo necesario
que sus fallos sean suficientemente motivados y expongan con claridad las razones y
fundamentos legales que sustenten y permitan concluir su determinación respecto a la
existencia o no de los agravios alegados en el recurso de apelación, referido expresamente
al presupuesto previsto por el art. 233 del CPP y los riesgos procesales de fuga y de
obstaculización establecidos en los arts. 234 y 235 del mismo cuerpo normativo, de
conformidad a lo establecido en el Fundamento Jurídico III.2. de la presente Sentencia
Constitucional Plurinacional, en sentido que su análisis debe responder a una ponderación
integral de los elementos aportados, razonamientos a los que debe añadirse la situación
concreta de mujer de la imputada y de su hijo menor de cuatro años, cuyo cuidado se
encuentra a su cargo y del trabajo en el comercio informal que ejerce para su manutención,
debiendo considerar que su esposo también guarda detención preventiva, pero en otro
recinto penitenciario del país.
En ese entendido, en el presente caso los Vocales demandados al emitir la Resolución
cuestionada a través de esta acción tutelar, si bien identificaron los agravios planteados en
el recurso de apelación por la accionante, no efectuaron una adecuada valoración de las
pruebas presentadas, del mismo modo, no obstante haber dado respuesta a cada uno de
sus cuestionamientos, conforme se tiene expuesto en el contenido de la referida
Resolución, éstos no responde a una examen integral de los mismos y tampoco toman en
cuenta la Recomendación General 33 de 3 de agosto de 2015 del Comité para la Eliminación
de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW), que establece de manera expresa, que los
Estados deben eliminar cualquier tipo de discriminación contra la mujer en las sanciones
prescritas para delitos particulares, graves o leves y cuando se determine la posibilidad de
aplicar la libertad bajo fianza o la liberación temprana de la detención. Asimismo, se señala
de manera expresa, que el uso de la detención preventiva debe ser como último recurso y
por el periodo más corto posible, debiéndose evitar la misma. Criterios que responden al
Protocolo para Juzgar con Perspectiva de Género, aprobado por el Órgano Judicial a ser
aplicado por los jueces y tribunales del país.
En consecuencia, el Tribunal de garantías al denegar la tutela solicitada, no evaluó de forma
correcta los datos del proceso.
POR TANTO
El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Segunda; en virtud de la autoridad que
le confieren la Constitución Política del Estado y el art. 12.7 de la Ley del Tribunal
Constitucional Plurinacional; en revisión, resuelve: REVOCAR la Resolución 113/2017 de 13
de octubre, cursante de fs. 185 a 186 vta., pronunciada por el Tribunal de Sentencia Penal
Primero de la Capital del departamento de La Paz; y en consecuencia:
Asimismo, la referida DCP 0020/2017 señaló que: “La AIOC adquiere características
singulares y propias, puesto que es la manifestación institucional de una realidad indígena
por largo tiempo postergada y alejada del acceso al poder político formal, adquiriendo por
esta razón un carácter emancipatorio y liberador. Se constituye, como establece el
preámbulo constitucional, en un componente sustancial del proceso de construcción de una
nueva estatalidad basada en la pluralidad ‘…económica, social, jurídica, política y cultural
de los habitantes de esta tierra’ y en la libre determinación de las Naciones y Pueblos
Indígena Originario Campesinos (NPIOC) como una forma de reconocimiento a su existencia
precolonial y el dominio ancestral sobre sus territorios, reconociéndosele, en el marco de la
unidad del Estado, sus derechos a la autonomía, al autogobierno, a su cultura, al
reconocimiento de sus instituciones y a la consolidación de sus ETA, conforme a la
Constitución Política del Estado y la ley, como se expresa textualmente en el art. 2 de la
Norma Suprema. En esta línea de pensamiento, el art. 289 de la CPE, dispone que: ‘La
autonomía indígena originaria campesina consiste en el autogobierno como ejercicio de la
libre determinación de las naciones y los pueblos indígena originario campesinos, cuya
población comparte territorio, cultura, historia, lenguas, y organización o instituciones
jurídicas, políticas, sociales y económicas propias’. Esta disposición constitucional confirma
la configuración sustancialmente distinta que asiste a las AIOC en razón a que sus propias
peculiaridades, estén constituidas a partir de los Territorios Indígena Originario Campesinos
(TIOC) o de las circunscripciones municipales en caso de conversión y cuyo correlato
organizativo formal, les es propio y especial, distinto a los restantes tipos de autonomía. En
este caso se aplica, como se tiene expresado, el principio de autogobierno en un sentido
extensivo, incluyendo todas las áreas funcionales del Estado (legislativa, ejecutiva y judicial)
más el conjunto de órganos de gobierno que se ocupan de ellas (ETA) que ejercen fracciones
del poder público por delegación soberano/pueblo a través del proceso de asignación
primario (proceso electoral), sea mediante la emisión de las preferencias de los ciudadanos
a través del voto individual, esto en la lógica de la democracia liberal de corte individual (un
ciudadano un voto) o mediante la lógica de la democracia comunitaria, que engloba un
número variable de mecanismos por los cuales los mandantes deciden y delegan
colectivamente el poder a los sujetos que se harán cargo de sus instituciones de gobierno.
POR TANTO
Dentro del proceso penal seguido en su contra por la presunta comisión del delito de
lesiones graves y leves, previsto en el art. 271 del Código Penal (CP), en audiencia de
aplicación de medidas cautelares realizada el 20 de septiembre de 2017, el Juez de
Instrucción Penal y contra la Violencia hacia la Mujer Primero, ubicado en la EPI-SUR de la
Capital del departamento de Cochabamba -ahora demandado-, dispuso su detención
preventiva, en el Centro de Rehabilitación San Antonio del mismo departamento; frente a
ello, interpuso recurso de apelación oralmente en la misma audiencia, no habiendo sido
remitido ante el Tribunal de alzada dentro del plazo de veinticuatro horas, previsto por el
art. 251 del Código de Procedimiento Penal (CPP), permitiendo que transcurran dos
semanas hasta la fecha de interposición de la presente acción tutelar, incurriendo en
dilación injustificada, no obstante las reiteradas insistencias de sus familiares y de su
abogado; tratándose de temas vinculados con la libertad de la persona que requieren
celeridad y prontitud, presentaron la acción de libertad traslativa o de pronto despacho.
Fundamenta su solicitud de tutela, señalando jurisprudencia constitucional establecida en
la SC 0542/2010-R de 12 de julio, que dispone que se puede esperar un plazo prudencial en
la remisión de la apelación cuando existan recargadas labores o suplencias etc.,
debidamente justificadas sin exceder el plazo de tres días, lo contrario implica un
procedimiento dilatorio.
I Petitorio.1.3.
I.2.3. Resolución
3) Para efectos de aplicación de sustracción de la materia, aduce que debe cumplirse los
requisitos de procedimiento para ello, y no solo el hecho que al momento de celebrarse la
audiencia, se sortee el recurso de apelación; sino que, el mismo debió ser remitido antes de
la notificación con la demanda de acción libertad; al respecto evidencia que la autoridad
demandada fue notificada a horas 15:02 de 5 de octubre de 2017; vale decir, dos horas
antes que la apelación se ponga en conocimiento del Tribunal Superior.
La parte accionante estiman como vulnerados sus derechos a la libertad, al debido proceso
en sus elementos de defensa, igualdad, tutela judicial efectiva; y, el principio de celeridad;
toda vez que, la autoridad demandada, hasta la fecha de interposición de la presente acción
tutelar, no remitió al Tribunal de alzada, antecedentes correspondientes al recurso de
apelación interpuesto contra la Resolución de 20 de septiembre de 2017, que dispuso su
detención preventiva, incurriendo en dilaciones indebidas; por lo que, solicitó se conceda la
tutela, disponiendo que la autoridad demandada, de manera inmediata, remita la apelación
de medidas cautelares ante el Tribunal superior. En consecuencia, corresponde dilucidar en
revisión, si tales argumentos son evidentes a fin de conceder o denegar la tutela solicitada;
para el efecto se analizarán los siguientes aspectos: i) La acción de libertad traslativa o de
pronto despacho y el plazo para la remisión de antecedentes ante el tribunal de alzada,
frente a una apelación incidental; y, ii) Análisis del caso concreto.
De dichos datos, se colige que la autoridad demandada envió dicho recurso al Tribunal
de alzada el 5 de octubre de 2017, permitiendo que transcurran quince días desde su
interposición y después de haber sido notificado con la presente acción tutelar, recién
procedieron al sorteo de la apelación mencionada; es decir, que no la remitió dentro
del plazo de veinticuatro horas, previsto por el art. 251 del CPP.
Asimismo cabe precisar, que los fundamentos expuestos por la autoridad demandada
para explicar su demora no son razonables; toda vez que, no acreditó la envergadura
de la recarga laboral que anuncia y en cuanto a la falta de personal de apoyo, en este
caso específicamente de Secretario o Secretaria del juzgado, la misma autoridad señaló
que en tres oportunidades solicitó la designación urgente de Secretario suplente al
Presidente de la Sala Plena del Tribunal Departamental de Justicia de Cochabamba e
inclusive envió una terna para efectuar la respectiva designación, situación que en
principio es necesario aclarar que según lo previsto por el art. 84 de la Ley del Órgano
Judicial (LOJ), la designación de las servidoras o servidores de apoyo judicial,
corresponde al Consejo de la Magistratura, en base al concurso de méritos y examen de
competencia; en razón a las necesidades y al requerimiento de trabajo, el Consejo de la
Magistratura en coordinación con el Tribunal Supremo y Tribunales Departamentales,
designará más de una servidora o un servidor de apoyo judicial, extremo que debió ser
tomado en cuenta por la autoridad demandada, quien al no haber obtenido una
respuesta inmediata y favorable a su petición, es más conforme el principio de
inmediación y lo determinado por el art. 93 de la citada norma, que señala: “I. En caso
de impedimento o cesación de una secretaria o secretario de sala, tribunal de sentencia
o juzgado, será suplido por la secretaria o secretario siguiente en número; y, II.
Tratándose de tribunales de sentencia o juzgados públicos alejados de otros tribunales
y juzgados, el juez habilitará temporalmente a un funcionario de su despacho para que
cumpla las labores de secretaria”; ante la falta de Secretaria o Secretario en su Juzgado,
debió designar a los funcionarios con los que contaba en ese momento, habilitándolo
de forma provisional, con el fin de suplir esa acefalía y no incurrir en dilaciones en el
proceso.
Por lo mencionado, siendo que el plazo de veinticuatro horas para la remisión del
recurso de apelación incidental fue sobrepasado, la autoridad judicial demandada
provocó una demora excesiva e injustificada respecto a la tramitación de un recurso
directamente vinculado con el ejercicio de la libertad física del demandante de tutela -
entre estas el recurso de apelación que debe ser tramitado con la debida celeridad
procesal-, incurriendo en una dilación indebida, por ello concierne la aplicación del
entendimiento establecido en la jurisprudencia glosada en el Fundamento Jurídico III.1
del presente fallo constitucional; y en consecuencia, corresponde conceder la tutela
solicitada con relación a la dilación en la remisión del mencionado recurso, bajo la
modalidad de pronto despacho.
En consecuencia, el Juez de garantías al conceder la tutela impetrada, actuó en forma
correcta.
POR TANTO
En el proceso penal seguido por el Ministerio Público y María Roxana Villarroel Rios
contra Freddy Ardaya Arispe, Antonio y Patricia ambos Villarroel Rios, por la presunta
comisión del delito de violencia familiar y doméstica, se llevó a cabo la audiencia de
medidas cautelares el 26 de octubre de 2017, en la cual, la Jueza Pública Mixta Civil e
Instrucción Penal Primera (Plan 3000) del departamento de Santa Cruz -ahora
demandada- en virtud del Auto Interlocutorio de la misma fecha, dispuso ilegal e
indebidamente su detención preventiva en el Centro de Rehabilitación Palmasola de
Santa Cruz, debido a que la autoridad jurisdiccional no se percató que el proceso ya se
había extinguido por duración máxima. Sostienen que no obstante de demostrarse que
se les imputó por tercera vez, por la presunta comisión de los delitos de allanamiento
de domicilio, tentativa de homicidio, lesiones graves y violencia familiar que tienen
como supuesto hecho lo sucedido el 10 de febrero de 2014, la autoridad demandada
no obstante de conocer las tres imputaciones, contraviniendo el debido proceso y la
seguridad jurídica, establecidos en los arts. 115, 116 y 117 de la Constitución Política del
Estado (CPE), señalo que nadie será procesado ni condenado más de una vez por el
mismo hecho, concordante con los arts. 4 y 45 del Código de Procedimiento Penal (CPP),
emitió resolución de detención preventiva. No obstante de presentarse documentación
original respecto a su familia, domicilio y trabajo; la autoridad demandada habiendo
tenido conocimiento de los referidos documentos en anteriores imputaciones, no
fueron valorados correctamente, desnaturalizando el principio de verdad material.
Finalmente, adujeron que la autoridad demandada al emitir la resolución de medidas
cautelares, y sustentar el primer requisito del art. 233.1 del CPP, valoró indicios que
fueron anulados por Resolución de 30 de septiembre de 2015, olvidándose de lo que
establecen los arts. 7 y 221 del mismo cuerpo normativo.
I.2.3. Resolución
1) Los accionantes no agotaron los recursos ordinarios e idóneos que les proporciona el
procedimiento penal, para impugnar la resolución de detención preventiva conforme
dispone el art. 251 del CPP, mecanismo que le hubiese permitido de forma oportuna,
que las supuestas vulneraciones al debido proceso denunciados; como la falta de
fundamentación a lo resuelto en cuanto a la excepción de falta de acción, a la violación
de la prohibición del non bis in ídem, a los defectos procesales absolutos, a no reconocer
el arraigo natural de los accionantes al momento de valorar la imposición de la
detención preventiva, y que la autoridad -ahora demandada basó su Resolución en
indicios previamente anulados; sean atendidas por el superior en grado.
III.2. Con relación a los medios de impugnación ante una resolución que dispone la
detención preventiva
De la compulsa de los antecedentes procesales; se tiene que existe denuncia por violencia
familiar o doméstica de 10 de febrero de 2014, sobre la supuesta agresión física y psicológica
en contra de cuatro menores de edad, interpuesta por María Roxana Villarroel Rios.
Presentada imputación formal de 13 de julio de 2017, se realizó la audiencia cautelar el 26
de octubre de igual año, en la cual la Jueza demandada, dispuso la aplicación de la medida
cautelar de detención preventiva para los accionantes en el Centro de Rehabilitación
Palmasola de Santa Cruz, al haberse establecido suficientes indicios de la existencia del
hecho y la probable participación de los imputados en grado de autoría, así como el riesgo
procesal previsto en el art. 234 incs. 1) y 2) del CPP; determinación que motivó que los
accionantes, interpongan apelación incidental prevista en los arts. 251 y 394 del mismo
cuerpo normativo.
POR TANTO
Hace más de diez años tienen su vivienda en un terreno ubicado en la calle 3 de la zona Kaliri
(Bolognia) ex fundo Irpavi de la ciudad de La Paz, propiedad que perteneció a Samuel Pérez
Mamani, ante su fallecimiento por derecho sucesorio, pasó a sus hijos Esteban, Tomasa y
Paulina todos Pérez Quispe; por parte de la familia Pérez Quispe se tuvo autorización, para
construir cuartitos para poder habitarlos, en calidad de cuidadores del terreno. Hasta el 30
de agosto de 2017, nunca fueron perturbados en la posesión, gozando de los servicios
básicos instalados; sin embargo, el 31 del mismo mes y año, desconocidos con maquinaria
avasallaron los predios, construyendo un muro perimetral sobre la totalidad del terreno, se
identificaron a Reynaldo Villafuerte Ponce, quien indicó ser apoderado legal de Guido
Crespo Vallejos, a Alfred Aneiva Jenio quien aseguró estar a cargo de la maquinaria, y Valeria
Soto de Huanca, esta última que incitó a gritos que se demolieran las construcciones e indicó
que los lotes no tienen folios. Pese a todo ello, ingresaron libremente a sus viviendas.
El 29 de septiembre de 2017, luego de retornar de sus jornadas laborales y trabajos
comunitarios, encontraron la puerta principal de su vivienda con cadenas y resguardada por
un agente de seguridad privada, ante ello Mauricia Mita Leiva - accionante-, suplicó para
que la dejaran entrar a su vivienda, para que pueda recoger alimentos que preparaba para
vender y subsistir, a lo que “…el seguridad se mofo y me refirió en un tono burlesco que
esas porquerías serán tiradas al basurero…” (sic), luego de manera sorpresiva apareció un
oficial policial de radio patrulla 110, las aprehendió sin ninguna explicación y las trasladó a
la Fiscalía, donde le informaron que fueron denunciadas por la presunta comisión del delito
de avasallamiento por Guido Simón Crespo Vallejos, a través de su apoderado Reynaldo
Villafuerte Ponce; siendo liberadas recién al día siguiente, porque no se demostró la
denuncia, y como no tenían donde ir, volvieron a su vivienda; encontrándose nuevamente
con el agente de seguridad privada; quien les indicó que, se retiren y no vuelvan, por ser
ordenes de Guido Simón Crespo Vallejos. Por su parte Santusa Torrez Condori -accionante-
el 2 de octubre de 2017, se constituyó ante la Defensoría de la Niñez y Adolescencia a
denunciar el abuso que sufrían sus hijas pequeñas por estos hechos, los mismos indicaron
que nada podían hacer y solamente le proporcionaron una citación de conciliación; aspecto
que, denotó que no velaron por los derechos de los menores y se estaría avalando los
hechos denunciados.
Las accionantes denuncian la lesión de sus derechos a la vivienda, a los servicios básicos
como al agua y energía eléctrica, la vida, dignidad, salud, integridad física y psicológica,
citando al efecto los arts. 15.I y II, 16.I, 18.I, 19.I, 20.I y 22 de la Constitución Política del
Estado (CPE).
I.1.3. Petitorio
4. Se instruya al accionado nos otorgue el libre ingreso y salida de nuestras viviendas…” (sic)
sea dentro de las veinticuatro horas siguientes a su notificación.
I.2.4. Resolución
Las accionantes denuncian la lesión de sus derechos a la vida, dignidad, salud, integridad
física y psicológica, a la vivienda y a los servicios básicos como al agua y energía eléctrica;
puesto que, los demandados conjuntamente otras personas, procedieron a construir un
muro perimetral, cercando la vivienda donde viven hace más de diez años, con autorización
de sus propietarios; en ese sentido, luego de retornar de sus jornadas laborales y trabajos
comunitarios se encontraron con la puerta principal asegurada con cadena y un efectivo de
seguridad privada que no les dejo ingresar a su vivienda; luego fueron aprehendidos por
funcionarios de la FELCC, por ser denunciados de incurrir en el supuesto delito de
avasallamiento, después de ser liberados, el efectivo de seguridad privada no les dejó
ingresar a su vivienda, pese a las súplicas; ya que, sus pertenencias se encuentran en el
lugar; asimismo, teniendo dos menores afectadas, el hecho fue denunciado ante la
Defensoría de la Niñez y Adolescencia, instancia que solo emitió una citación, actos con los
que se estaría avalando los actos temerarios de los demandados.
Las accionantes sostienen que, se vulneraron los derechos que invocan a través de esta
acción constitucional; puesto que, mediante medidas de hecho los demandados
conjuntamente otras personas, procedieron a construir un muro perimetral cercando
la vivienda donde viven hace más de diez años, con autorización de sus propietarios, en
ese sentido, luego de retornar de su jornada laboral, se encontraron con la puerta
principal asegurada con cadena y un efectivo de seguridad privada que no les dejo
ingresar; posteriormente, fueron aprehendidas por funcionarios de la FELCC por ser
denunciadas de incurrir en el supuesto delito de avasallamiento, después de ser
liberadas, nuevamente el efectivo de seguridad privada no les dejó ingresar a su
vivienda, pese a las súplicas; ya que, sus pertenencias se encuentran en el lugar;
asimismo, teniendo dos menores afectados, el hecho fue denunciado ante la Defensoría
de la Niñez y Adolescencia -dependiente del Gobierno Autónomo Municipal de La Paz-,
instancia que solo emitió una citación, actos con los que se estaría avalando los actos
temerarios de los demandados.
Corresponde tener presente que si bien en denuncias de medidas de hecho, puede ser
flexibilizada el principio de subsidiariedad; sin embargo, para que ello ocurra, todo
accionante debe demostrar el riesgo de grave daño y su irreparabilidad que podría
generarse, si la tutela no es activada de manera inmediata, en ese sentido la SC
1191/2010-R de 6 de septiembre, sostuvo: “Es imperante establecer que la parte
accionante que solicita tutela alegando la causal antes descrita, tiene la obligación de
probar mediante medios objetivos el riesgo de daño grave e irreparable que pueda
ocasionarse en caso de no operar la tutela constitucional de manera inmediata, no
siendo suficiente invocar la aplicación de la excepción al principio de subsidiaridad
simplemente describiendo hechos que en criterio del accionante puedan ocasionar
daños graves e irreparables” (las negrillas son nuestras); observando además, que la
carga de la prueba sobre los hechos que se sostiene le corresponde al demandante -
Fundamento Jurídico III.1 del presente fallo constitucional-.
Ahora bien, en el caso que nos ocupa las accionantes no acompaña acervo probatorio
respecto a las supuestas medidas de hecho que acusan, limitándose a invocar
únicamente en su demanda que tendría construida una vivienda y contaría con servicios
básicos, mismos a los que estarían impedidas por las señaladas medidas de hecho, a
más de ello se advierte en el fondo controversia respecto a derecho propietario sobre
un bien inmueble que sería objeto de procesos en la vía judicial ordinaria (Conclusiones
II.4, II.5, II.6 y II.7); dentro del cual, las ahora accionantes se encontrarían involucradas;
en ese sentido, debemos entender que las acciones tutelares activadas en la jurisdicción
constitucional no pueden ser tenidas como coadyuvantes de alguna de las partes,
dentro los procesos contenciosos jurisdiccionales como se pretende con la presente
acción de tutela; por lo que, se puede concluir que las cuestiones planteadas contienen
en el fondo derechos controvertidos que no pueden ser definidas por este Tribunal; en
efecto, en el caso sub judice ante la presencia de derechos controvertidos concurre el
entendimiento jurisprudencial citado en el Fundamento Jurídico III.2 de la presente
Sentencia Constitucional Plurinacional, correspondiendo que la tutela impetrada sea
denegada.
Finalmente, respecto a los actos denunciados por las accionantes contra la Defensoría
de la Niñez y Adolescencia, este Tribunal no advierte lesión alguna a derechos
fundamentales, más al contrario la señalada institución enmarcó su actuar en los
alcances de sus atribuciones; por lo que, sobre este aspecto, corresponde también
denegar la tutela solicitada.
Conforme al art. 66 de la LPA, planteó recurso jerárquico, que fue resuelto a través de
la Resolución de Recurso Jerárquico 052/2017 de 30 de marzo, el cual determinó
confirmar las Resoluciones Administrativas 037/2017 y 459/2017, por ende su baja.
Empero, tal Resolución no contiene fundamentación técnica ni jurídica que responda a
todos los puntos planteados siendo carente de motivación y fundamentación.
I.1.2. Derechos y garantías supuestamente vulnerados
I.1.3. Petitorio
I.2.3. Resolución
Por último, indica que la RA 037/2017 emitida por el Consejo de la ANAPOL está
debidamente motivada y fundamentada, debido a que se determinó que el
procedimiento establecido fue desarrollado adecuadamente y en cuya
sustanciación el ex cadete tuvo la oportunidad de hacer uso de sus atribuciones
conferidas en los reglamentos internos; empero, se verificó que lamentablemente
no cumplió con la normativa vigente por lo que no corresponde efectuar una
valoración de las pruebas presentadas a través de pericias o de pruebas anteriores
correspondiente al primer, segundo y tercer parcial de la materia de “Legislación
Nacional I”, ya que estas no fueron planteadas en ningún momento para su revisión,
renunciando implícitamente a este su derecho de revisión habiendo precluido esta
solicitud de revisión.
POR TANTO
I.2.3.Resolución
a) La Jueza y los Fiscales son las autoridades llamadas por ley, para imponer las
medidas de protección a favor de la mujer en situación de violencia, y estas pueden
ser impuestas dentro del desarrollo del proceso.
Uno de los elementos del debido proceso es el juez natural, cuyo núcleo está
compuesto por tres elementos a saber: La competencia, la imparcialidad y la
independencia.
Ahora bien, el art. 72 bis de la Ley 348, respecto a las medidas de protección señala
que, estas pueden ser impuestas de oficio, permitiendo la prevención de nuevas
agresiones y cualquier otra destinada a resguardar los derechos de la víctima; es
decir, que la Jueza codemandada, tiene competencia para homologar la Resolución
Fiscal cuestionada y dispuesta por los Fiscales demandados; además, la finalidad es
proteger a la víctima, impidiendo e interrumpiendo un hecho de violencia; esta
medida de protección de ninguna manera, estaría afectando la cuestión cautelar o
agravando la situación jurídica del accionante; ya que, con referencia a la situación
de riesgos procesales -mediante la modificación de medidas cautelares- a la que
hace alusión (Conclusión II.2), no se tiene en antecedentes su determinación
mediante una Resolución que la Jueza demandada hubiera dictado, para acusar tal
situación, conforme documentación adjunta, consistente en: informe psicológico,
entrevista informativa y social, acta de declaración, documento privado de
préstamo de dinero, misma que no fue objeto de valoración por la Jueza (fs. 6 a 17
vta.).
Para que se considere probable, que se hubiera agravado la situación de riesgos
procesales del accionante (Resolución que no es objeto de la presente acción); así,
las medidas de protección dispuestas a favor de la madre de la víctima, no son causa
directa para la supresión o restricción de la libertad, presupuesto establecido por la
jurisprudencia constitucional; por lo mismo, no se evidencia que el accionante se
encuentre en absoluto estado de indefensión; por ende y conforme lo expuesto en
el Fundamento Jurídico III.1 de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional,
la Jueza y los Fiscales de Materia demandados, al emitir la Resolución Fiscal de
Medidas de Protección, no cometieron actos lesivos dentro el caso concreto; por lo
que las presuntas irregularidades al debido proceso que ahora denuncia, por la
emisión de dicha Resolución de Medidas de Protección pronunciadas, no se
evidencian. Respecto a que se hubiera ignorado y transgredido el derecho a un juez
natural, imparcial e igualdad de las partes; debe considerarse el ejercicio activo
efectuado por el accionante, en los actos procesales y las diferentes etapas del
proceso, teniendo conocimiento de las resoluciones expuestas a fin de que pueda
asumir defensa, no estableciéndose de manera objetiva el supuesto interés dentro
de la causa por parte de la Jueza demandada, para que aluda que actuó de manera
imparcial; máxime acorde a la revisión de los antecedentes, se evidencia la
presentación de memorial de solicitud de complementación y enmienda
(Conclusión II.5), mismo que tuvo el pronunciamiento respectivo por la Jueza
demandada; en consecuencia prevaleciendo lo expuesto en el Fundamento Jurídico
III.2, se establece que la misma actuó de manera objetiva a momento de adoptar la
decisión de homologar la Resolución Fiscal de Medidas de Protección a favor de la
madre de la víctima, mediante Auto Interlocutorio 854/2017; conforme lo establece
la Ley 348.
POR TANTO