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1. RECAUDACIÓN TRIBUTARIA
Este grupo recaudatorio se halla constituido por las normas relativas a las
potestades, a la organización, y a sus correspondientes relaciones tributarias
no dinerarias. Se puede decir que estas normas son aquellas que pueden de-
nominarse orgánicas de apoderamiento’, referentes a las relaciones entre
entes públicos y órganos administrativos, en las que no están presentes los
obligados al pago del tributo de un tuodo directo.
En efecto, se trata de normas y relaciones no dinerarias porque no pertene-
cen al pago de la obligación tributaria principal, ni al pago de las demás obli-
gaciones dinerarias, dependientes de la principal. Antes bien, atañen a las
normas de atribución de potestades de recaudación tributaria, de competen-
cias delegadas y orgánicas, entre otras: y, por tanto, corresponden a las rela-
ciones jurídicas existentes entre entes públicos y entre órganos de recauda-
ción, como por ejemplo, las que se producen entre el Estado, las Comunida-
des Autónomas, las Entidades Locales y las Entidades Colaboradoras en la
recaudación de tributos.
En consecuencia, estas relaciones entre Organizaciones no son dinerarias,
en el sentido de que no consisten en el pago de un tributo. Lo que no quiere
decir que no sean dinerarias, pero en un sentido diverso al afirmado, como
por ejemplo, un eventual premio de cobranza entre entes públicos, que no es
posible calificarlo de entrega dincraria de un obligado al pago tributario.
Por tanto, creo que se puede ver claramente que este tipo de relaciones re-
caudatorias no tiene como fin directo la cobranza de los tributos, sino la for-
mación de la estructura y distribución de funciones, así como el estableci-
miento de los derechos y obligaciones entre esas entidades respecto de la rea-
lización de la función recaudatoria. Sin embargo, esas relaciones no dinera-
rias permiten hacer posible la obtención de los tributos. De ahí que, en este
sentido, su finalidad es indirecta porque carecen de conexión con el obligado
al pago del tributo.
Las cuales son distintas, según se ha dicho, de las anteriores relativas a las
potestades, órganos y competencias, en las que no aparece el obligado al
pago.
Estas normas y relaciones dinerarias se singularizan por un contenido
esencial: tener como misión el cumplimiento de la obligación tributaria prin-
cipal, y de las demás obligaciones dinerarias dependientes de ella, como son
las retenciones y otros pagos a cuenta, intereses, multas, recargos, entre otras.
Se las puede llamar, entonces, normas y relaciones de cumplimiento.
En la relación de cumplimiento voluntario, por ejemplo, se aprecia, por un
lado, la existencia del derecho de la Administración tributaria a exigir y perci-
bir el pago dentro del plazo establecido; y por otro lado, el correlativo deber
del obligado a realizar el pago. Y en la relación de cumplimiento forzoso se
advierte, por ejemplo, de una parte, el derecho de la Administración tributaria
de ejecutar fuera del plazo voluntario el derecho anterior exigido pero no per-
cibido; y de otra parte, el correspondiente deber del obligado al pago de res-
ponder con su patrimonio en el llamado procedimiento de apremio.
El arriendo tuvo un gran arraigo hasta el siglo XIX, y se tiene noticia del
auge que experimentó en la Hacienda pública de la antigua Roma. El Estado
carecía, entonces, de organización suficiente para esta función, por lo que
confiaba la recaudación a terceros, especialmente a sociedades de publicanos.
Fue tal su influencia, que los arrendatarios constituyeron un cuasi monopolio,
llegando a convertirse, según afirma Duverger, «en un Estado dentro de otro
Estado».
El profesor Sáinz de Bujanda ha entendido que el vocablo aniendo, no
tiene en este contexto el significado que le asigna el Derecho civil. No obs-
tante, parece claro que consistía en la cntrcga de la gestión recaudatoria me-
diante subasta por tiempo determinado y por precio fijo, calculado natural-
mente según el rendimiento presunto de los tributos previstos.
1) Normativa
2, ROk.
“Oír. arí.
Cfr. art.
9, LGP.
‘“Cfr. art.
31, LGP.
“Cfr. art.
32, LGP, en relación con el art. ¡26,2, LOT.
‘“Oír, art.
90. LOT.
“Oír, art.
91, LOT.
“‘Cfr.CORRALGUERRERO,L.: n.c.,p. 151.
Potestad trihuta¡ia de recaudación 65
E) Las normas reglamentarias son las emanadas del poder Ejecutivo, que
desarrolla, conforme a las citadas normas de cobertura, la descripción de las
potestades recaudatorias. El arquetipo de aquellas normas lo constituye el Re-
glamento General de Recaudación, el cual establece que «la gestión recauda-
toria del Estado y sus Organismos Autónomos esta atribuida al Ministerio de
Economía y Hacienda y se llevará a cabo:
a) En período voluntario: Por los órganos del Estado y de sus Organis-
mos Autónomos que tengan atribuida la gestión de los correspondientes re-
cursos.
Por Orden Ministerial, los órganos de recaudación del Ministerio de Eco-
nomía y Hacienda podrán asumir, previa solicitud del Ministerio u Organis-
mo interesado, la recaudación de tributos y otros recursos de Derecho públi-
co gestionados por los mismos.
b) En período ejecutivo: Por los órganos de recaudación del Ministerio de
Economía y Hacienda cuando se trate de recursos del Estado y sus Organis-
mos Autónomas exigibles en vía de apremio”». De lo que se deducen das
cosas:
1” Que la potestad de recaudación ejecutiva corresponde siempre al
Ministerio de Economía y Hacienda.
2” Que la potestad de recaudación voluntaria no corresponde necesa-
riamente a dicho Ministerio, sino a otros «que tengan atribuida la
gestión de los correspondientes recursos». En este caso, se sigue es-
tando dentro de la recaudación del Estado.
C) Las normas orgánicas son las relativas a la estructura y funcionamien-
to de la gestión recaudatoria del Estado. Suelen ir unidas a las que regulan la
potestad de recaudación, puesto que Ja atribución de ésta requiere la existen-
cia de los órganos recaudatorios, que tienen el encargo de ejercitar ese poder
conferido. Es decir, la organización recaudatoria es la destinataria de la po-
testad otorgada, según se deduce de las normas de cobertura y reglamentaria
expuestas. Esta organización puede ser denominada Administración recauda-
toria, que se halla integrada en la Administración tributaria. En efecto, el Re-
glamento General de Recaudación dedica un capítulo a las normas orgánicas,
titulado ~<Organosrecaudadores de la Hacienda Pública”». Más adelante se
trata esta cuestión en el epígrafe de la «Organización ircaudatoria».
Del examen de la normativa precedente se desprende la existencia de una
potestad plena. Sin embargo, la normativa que en seguida expongo presenta,
además, dos grupos de potestades de ejercicio: la conferida por el Estado y la
conferida al Estado. Los cuales requieren la siguiente explicación.
La gestión recaudatoria de los tributos del Estado puede ser atribuida por
éste a terceros, otorgando una potestad de ejercicio para recaudar por cuenta
ajena. Como es conocido, aquí no coinciden en la misma persona la titulan-
dad del tributo y la gestión de su recaudación, sino que se hallan separadas.
Se pueden citar, a su vez, das casos significativos de esta potestad de ejerel-
cío: la atribuida a las Comunidades Autónomas, y a las llamadas Entidades
Colaboradoras.
A) Se sabe que la gestión recaudatoria de los tributos del Estado, no cedi-
dos a las Comunidades Autónomas, está atribuida a aquél. Sin embargo, la
ley de financiación de esas entidades regionales prevé das posibilidades, res-
pecto de los tributos estatales recaudados en cada Comunidad Autónoma:
1” Que el Estado e/cIegue la recaudación en las Comunidades Autóno-
mas correspondientes.
2” Que el Estado establezca un régimen de colaboración con las Co-
munidades Autónomas, cuando así lo exija la naturaleza del tribu-
to’t
Esta potestad de ejercicio conferida por el Estado a las Comunidades Au-
tónomas, tiene su fundamento en un precepto constitucional que dice así:
~<LasComunidades Autónomas podrán actuar como delegadas o colaborado-
res del Estado para la recaudacion... de los recursos t,-ibutarios de aquél, de
acuerdo con las leyes y los Estatutos’4». De lo que se deduce que tanto la de-
legación como la colaboración, debe otorgarse según ley, es decir «de acuer-
do con las leyes y los Estatutos». Más adelante explico los conceptos de la
delegación y de la colaboración’5.
B) Por lo que se refiere a las Entidades Colaboradoras, el Reglamento
General de Recaudación dispone que ~<soncolaboradores en la recaudación
las Entidades de Depósito autorizadas pata ejetcer dicha colaboración. El
Ministerio de Economía y Hacienda podrá conferir aquella condición a otras
Entidades o agrupaciones de contribuyentes. En ningún caso la autorización
atribuirá el carácter de órganos de recaudación del Ministerio de Economía
y Hacienda a las Entidades de Depósito y demás colaboradores’6». Cuyo
texto da ocasión para señalar las siguientes consideraciones:
recaudación. «Comentarios al Real Decreto 1684/1990», Ed. CISS, Valencia, 1993, 2~ cd.. p.
50.
‘“Cír. Real Decreto 1068/1988, de 16 de septiembre (BOF, n. 228, de 22 siguiente>, por el
que se desarrollan determinadas Directivas comunitarias sobre asistencia mutua en materia de
recaudacion.
Cfr. Orden de 9 de octubre dc 1989 (BOE, ti. 245, de ¶2 siguientes, por la que se desarrolla
cl Real Decreto 1068/1988, de 16 de septiembre, que incorpora al ordenamiento jurídico espa-
Aol determinadas Directivas comunitarias sobre asistencia mutua en materia de recaudacion.
68 Luis Coiral Guerrero
se expresa de este modo: «La gestión recaudatoria que deba realizarse por el
Estado español en virtud de las normas sobre asistencia mutua entre los Es-
tados miembros de las Comunidades Europeas se realizará por la Direc:ción
General de Recaudación a través de los órganos de recaudación del Ministe-
rio de Economía y Hacienda3’».
Respecto de los Estados no comunitarios, y también de Entidades supía-
nacionales, la potestad recaudatoria de ejercicio es conferida al Estado espa-
ñol por normas internacionales. Se considera entidad supranacional, por
ejemplo, la Unión Europea. La fórmula reglamentaria dispone ~<Iagestión re-
caudatoria de los recursos propios de las Comunidades Europeas y otras En-
tidades supranacionales, internacionales o Estados extranjeros que deba ¡ea-
lizarse por el Estado español se llevará a cabo:
a) En pci-lodo voluntario: Por los Ministerios u Organismos a los que les
sea atribuida por sus normas reguladoras y, en su det=’cto.por los órganos de
recaudación del Ministerio de Economía y Hacienda.
b) En período ejecutivo: Por los órganos de recaudación del Ministerio de
Economía y Hacienda cuando sean exigibles por la vía administrativa de
apremio” ».
33
ró los procedimientos para llevar a cabo dichas actuaciones ». Aquí, sin
embargo, la potestad es conferida no por vía reglamentaria, sino legislativa.
4) Organización recaudatoria
gan y de aquellos otros respecto de los que así lo disponga el Ministerio de Economía y Ha-
cienda». Cts, art. 9, 1. ROk.
70 Luis Corral Guerrem
V. POTESTAD RECAUDATORIA
DE LAS COMUNIDADES AUTÓNOMAS
poníbles:
1. T,-ansrnisianes onerosas par actos mier vivos de toda clase de bienes y dereclíos que in-
tegren el patrimonio de las personas físicas ojurídicas.
2. Constitución de derechos reales, préstamos, fianzas, arrendamientos, pensiones y con-
cesiones adm inLstrativas.
3. Constitución, aumento y disminución de capital, fusión, transjhrmación y disolución de
Sociedades.>’. Cfr. art. 1. 1, e). LCT.
~‘ Cfa art. II, 1, LCT.
B) Fonmdación de l~ potestad
1) Normativa
do con lo prevenido en la Ley General flibutaria y en las demás leyes del Es-
tado reguladoras de la materia, así como en las disposiciones dictadas para
su desarrollo<’~». Cuyas leyes más representativas son, precisamente, las de
cobertura antes indicadas.
Entre las normas reglamentarias, la norma por antonomasia está constitui-
da por el Reglamento General de Recaudación, que desarrolla las anteriores
normas de cobertura, el cual «es aplicable directamente a las Entidades Lo-
cales63». Lo que aporta sencillez y claridad para el ciudadano, evitando parti-
cularismos perturbadores. No obstante, hay una excepción respecto del apIa-
tamiento de pago66. Por tanto, la norma reglamentaria estatal tiene carácter
principal como regla general. Excepcionalmente, es norma supletoria en la
materia de aplazamiento. Entonces, en esta materia, la eventual norma regla-
mentaria local tiene carácter principal.
Las normas orgánicas son aquellas elaboradas por cada Entidad Local
para determinar «los órganos, servicios o Entidades» a quienes se les atribu-
ye la competencia para la gestión recaudatoria”7.
De las indicadas normas de cobertura, y de la norma reglamentaria que
desarrolla Las anteriores, se derivan las conocidas categorías de las potestades
plena y de ejercicio.
2) Potestad plena
Esta potestad está incluida en la ley de régimen local con estas palabras:
«Es competencia de las Entidades Locales la... recaudación... de sus tributos
propios66». Cuya fórmula es desarrollada por el Reglamento de Recaudación
de este modo: «La gestión recaudatoria de estas Entidades está atribuida a
las mismas y se llevará a cabo: a) Directamente por las propias Entidades’»».
Lo que quiere decir que se trata de la atribución de una potestad plena, puesto
que siendo las Entidades Locales titulares de los tributos, se les confiere la
gestión recaudatoria de un modo directo, es decir, por cuenta propia.
3) Potestad de ejercicio
A) Por delegación
B) Por colaboración
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