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“Sed santos, porque yo soy santo”

(Lv 11,45; cf. 1 P 1,16)

La vocación es la invitación que Dios nos hace para ser Santos

La vocación

La vocación es una cierta manera de vivir la vida, comprenderla y ordenarla como un servicio.
Pero la llamada- origen de la vocación- no emana de la persona. Esta sólo puede recibirla y
aceptarla libremente.

El deseo de Dios está inscrito en el corazón del hombre, porque el hombre ha sido creado por
Dios; y Dios no cesa de atraer al hombre hacia sí, y solo en Dios encontrara el hombre la
verdad y la dicha que no cesa de buscar:

“La razón más alta de la dignidad humana consiste en la vocación del hombre a la
comunión con Dios. El hombre es invitado al dialogo con Dios desde su nacimiento;
pues no existe, no porque, creado por Dios por amor, es conservado siempre por
amor, y no vive plenamente según la verdad si no reconoce libremente aquel amor y
se entrega a su Creador” 1

La vocación es ser llamado, ser llamado por y ser llamado para. Esto requiere una
escucha, una respuesta.

Las maneras de servir son múltiples según los tiempos y los lugares y la forma de llevarla a
cabo.

Cualquiera que sea nuestra vocación, somos llamados a la santidad, a participar en la plenitud
del amor de Dios, a amar y a ser feliz y hacer felices a los demás.

Los tres momentos de la vocación

1. La vocación a la vida: Dios en su infinito amor, te regala el don de la vida.


2. La vocación a formar parte de la familia de Dios a través del bautizo: te purifica de
todo pecado para ser “sacerdote, profeta y rey”.
3. La vocación a la Santidad a través de un estado de vida: Matrimonio, Vida consagrada
o soltería.

1
CATECISMO DE LA IGLESIA CATOLICA #27
Estados de vida

1) El matrimonio: El matrimonio es una institución creada por Dios desde el principio. El


Génesis nos dice en forma alegórica y simbólica que el hombre estaba solo en el
paraíso y hasta que Dios le presentó a la mujer; el hombre emocionado dice “este sí es
hueso de mis huesos y carne de mi carne“, es decir hasta que se encontró con la
mujer, el paraíso fue realmente paraíso. El mismo Génesis nos dice “y por eso el
hombre deja a su padre y a su madre y se une a su mujer y los dos llegan a ser una sola
carne“2

Llegar a ser como la familia sagrada de Nazaret

2) El sacerdocio: El orden es el sacramento gracias al cual la misión confiada por Cristo a


sus Apóstoles sigue siendo ejercida en la Iglesia hasta el fin de los tiempos: es, pues, el
sacramento del ministerio apostólico.

“El sacerdocio es el amor del corazón de Jesús” Sto. Cura de Ars.

Discernimiento

La única forma es el discernimiento, que no supone solamente una buena capacidad de


razonar o un sentido común, es también un don que hay que pedir. Si lo pedimos
confiadamente al Espíritu Santo, y al mismo tiempo nos esforzamos por desarrollarlo con la
oración, la reflexión, la lectura y el buen consejo, seguramente podremos crecer en esta
capacidad espiritual.3

Toda llamada, a la vocación que sea, tiene como origen Dios y como fin la realización de la
persona dentro de los marcos en los cuales se puede realizar mejor su afán de ser feliz y hacer
felices a los demás.

2
Catholic.net
3
Gaudete et exsultate. Pag. 39

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