Porque el consumo de las frutas que fueron sometidos a fumigación, deberán ser

consumidos 15 días después de su tratamiento.

Las razones son:

 Porque los fungicidas que se rocían sobre las frutas y verduras se

acumulan en la capa externa, pero la cáscara no es una barrera
impermeable y algunas sustancias están especialmente diseñadas
para que se absorban en la pulpa de la fruta o verdura para protegerla
de las plagas que penetran la piel y succionan el líquido interno; y es
entonces que si estas frutas se consumen antes de los 15 días podría
causar y generar intoxicaciones y daños mortales en la salud del que
lo consume debido al efecto del compuesto químico impregnado en
el alimento.

 Porque estudios han demostrado que además de las intoxicaciones

crónicas que se puedan generar por la ingesta antes de los 15 días
también se asocian los problemas respiratorios, trastornos de
memoria, depresión, abortos, defectos de nacimiento, cáncer y
enfermedades neurológicas tales como Enfermedad de Parkinson.
Dentro de ello resalta un estudio con una muestra representativa a
nivel nacional mostró aumento de probabilidad de ADD / ADHD
(Déficit de Atención e Hiperactividad) en niños de 8-15 años en los
que se encontró residuos de estos plaguicidas en su orina.

 Porque durante la ingesta antes de los 15 días los niños corren mucho
más riesgo que los adultos porque ellos comen más en relación a su
peso corporal. Exposiciones durante los períodos vulnerables del
desarrollo pueden ser especialmente peligrosas. Estos periodos
incluyen el desarrollo embrionario, la infancia, la niñez temprana y
pubertad. Los fetos también se ven expuestos a través de la dieta de
la madre. Los bebés se ven expuestos a través de la leche materna.

 Y finalmente para estos daños colaterales solo es cuestión de esperar,

porque durante el tratamiento de frutas se aplican una serie de
compuestos químicos para su conservación y para consumirlos se
debe esperar que pase el efecto en un promedio de 15 días mínimo;
después de ello las frutas deben someterse a un lavado respectivo y
minucioso para recién ser consumido con toda confianza.