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Ciencia entre Todxs es un libro que presenta una propuesta educativa enfocada en

promover la participación social y priorizar la enseñanza de un saber situado, que


básicamente significa tener en cuenta el contexto social, las temáticas relevantes en un
espacio/tiempo determinado y a quiénes les estoy enseñando. En una primera parte se
presentan las consideraciones teóricas y, posteriormente, se presentan distintas
herramientas para trabajar casos de problemáticas socioambientales.

La relación con la materia es clara. En sus primeras páginas se define tecnociencia y se


hace mención principalmente a aspectos de los siglos XIX y XX que hemos visto en la
segunda parte de la materia. Introduce distintas maneras de entender la relación entre
ciencia y sociedad, hace una caracterización de las problemáticas sociales y tiene una
sección de ciencia y ética, escrita por Guille, en donde se presentan los cuatro escenarios
vistos en la materia. Tiene un capítulo que aborda “la mirada desde el sur”, introduce el
pensamiento latinoamericano en ciencia y tecnología, que viene a romper un una serie de
mitos asociadas al pensamiento hegemónico de principios y mediados del SXX (neutralidad
de la ciencia, libre investigación, autoridad) y resalta la necesidad de hacer una reflexión
crítica sobre el quehacer científico y considerar las consecuencias políticas implicadas. En
ese marco se explican los estudios de ciencia, tecnología y sociedad (CTS) que
comenzaron en los ‘60, los interrogantes que potenciaron estos movimientos que persiguen
la idea de una ciencia que contribuya a una sociedad más igualitaria y que no puede
desligarse de las necesidades de la gente y, en particular, de los pueblos latinoamericanos.

La Naturaleza. Nos hemos acostumbrado tanto a ella que vivimos sin mirarla y cuando nos
fijamos en ella casi siempre es para quejarnos. Vivimos creyendo que podemos controlar la
Naturaleza, que hemos “avanzado” tanto que no hay nada misterioso en ella y que está al
servicio del hombre. Cuando nos sorprende, casi siempre por alguna desgracia de la que
somos más culpables que víctimas aunque sólo sea por imprudencia, nos impresiona
darnos cuenta de su poder y magnificencia.

Durante el Romanticismo y al tratar de conseguir una ciencia “pura y desinteresada”


sugirieron varias controversias en las que seguimos inmersos en el siglo XXI: ¿Sería la
ciencia un instrumento del Estado por sus posibles aplicaciones en la guerra? ¿Había que
compartir los descubrimientos con científicos de otro país que era rival o posible rival en una
guerra?

La ciencia romántica, al contrario que la ciencia de la época de la Ilustración que se


transmitía en latín y sólo a un reducido círculo de sabios, “tenía un nuevo compromiso: el de
explicar, educar y comunicar al gran público. Esta fue la primera gran época de las
conferencias científicas públicas, de las demostraciones del trabajo en los laboratorios y de
los libros divulgativos, a menudo escritos por mujeres.

Necesitamos comprender cómo se hace la ciencia de verdad, cómo piensan y sienten,


cómo especulan los propios científicos. Necesitamos explorar lo que hace que los
científicos, al igual que los poetas o los pintores o los músicos, sean creativos.”

De la misma forma que los románticos reaccionaron en contra del racionalismo imperante
en el siglo XVIII, los partidarios de la Np reaccionaron contra las ideas que ellos veían como
herederas de Francis Bacon e Isaac Newton, a saber, que el universo estaba compuesto
por átomos, que una metodología empiricista e inductivista era la mejor forma de explorarlo
y que las matemáticas es el lenguaje de la naturaleza.

Uno de los tantos desafíos que tiene la escuela a la hora de enseñar la ciencia es desterrar
de los niños el estereotipo

El menemismo profundizó el deterioro del sistema educativo que llevó a que algunas
escuelas estén muy bien, otras muy mal; a que haya diferencias entre lo privado y lo
público, lo urbano y lo rural, la clase media respecto de los sectores vulnerables, las
provincias ricas respecto de las pobres. Es decir, hay una serie de inequidades que hace
que si bien la enseñanza de la ciencia no está muy mal en el país, todavía hay muchas
cosas por revisar.

Hay que hacer una profunda reflexión acerca de lo que los chicos piensan que son la
ciencia y los científicos para desinstalar la imagen estereotipada que ellos traen de la casa,
el barrio, de años anteriores.

o hay verdades reveladas sobre el mundo ocultas debajo de las piedras, esperando ser
descubiertas, sino que en general la ciencia es una mirada creativa, heurística, hipotética,
diferencial, cargada de teoría sobre los fenómenos del mundo.

El experimento es una forma particular de interrogación, creada en un contexto político,


ideológico, económico y social, en la reducción científica del siglo XVI y XVII. Se puede
intervenir también con observación, simulación, maquetando, analogando, emulando,
construyendo teoría, generando nuevos fenómenos.

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