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Un emprendedor es aquel cuyos sueños son más grandes que sus recursos. Son personas que sueñan con
dejar una marca en la sociedad. Toman riesgos, desafían el status quo y no tienen miedo de levantarse
cuando caen de espaldas. Se limpian la ropa y siguen caminando como si nada hubiera pasado.
Existen infinidad de tipos de trabajos, a tiempo completo, a tiempo parcial y las opciones de freelance. La
conectividad y la aceptación del teletrabajo (trabajo usando medios tecnológicos e Internet) están
dejando a mucha gente sumergir sus pies en la piscina del mundo del emprendimiento con riesgos
relativamente pequeños.
Incluso existen un número creciente de alumnos de áreas económicas, financieras y negocios que
comienzan sus emprendimientos antes de finalizar la carrera. Con la noción de que el empleo de toda la
vida es una cosa del pasado, muchas personas están descubriendo e implementando un espíritu
empresarial en sus planes de futuro. En los tiempos actuales y en muchos casos se puede combinar el
empleo fijo con las actividades emprendedoras debido a las facilidades que brinda la tecnología,
facilitando la ubicuidad virtual.
La mentalidad emprendedora.
Algunos sueñan con alejarse del trabajo automatizado y mecánico realizado en “un cubículo”. Podría ser
la libertad que proporciona este tipo de trabajo y sobre todo, el permitir perseguir un sueño para cambiar
el mundo o una parte de él. Y por supuesto, la posibilidad de poder llegar a convertirse en los exitosos
emprendedores actuales.
Los emprendedores deben de ser capaces de resolver problemas y hacer el mundo más conveniente y
fácil. Deben tener en cuenta los cambios tecnológicos, las tendencias sociales y las situaciones de
oportunidad.
El mundo analógico también tenía grandes empresarios, solo hay que recordar a Henry Ford a Thomas
Alva Edison. En ese mundo, aparte de la empresa, los otros tres factores de producción -la tierra, el trabajo
y el capital- eran difíciles.
Las empresas digitales se basan en la experiencia y la innovación como oferta hacia el cliente.
Peter Drucker (Padre del desarrollo del concepto de las sociedades de la información y el conocimiento)
define el espíritu emprendedor como el uso de la herramienta de la innovación para explotar el cambio.
Usando tus redes sociales –gente que tienes en tu correo, Facebook o WhatsApp- logras que un alto
porcentaje de la gente tenga la posibilidad de conocer buenas ofertas de tecnología, educación, formación
y conseguir y de esta manera vender un infoproducto (producto formativo que se distribuye a través de
internet).
La digitalización ha redefinido las posibilidades del emprendimiento. Las barreras del mundo analógico
están desapareciendo. El fracaso está llegando a ser menos que un tabú, una señal segura de que una
sociedad está dispuesta a ver el surgimiento de empresarios preparados para dejar su marca en la
sociedad.