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Adorar a Dios en Espíritu y en verdad

“Dios es Espíritu, y los que lo adoran deben hacerlo de un modo verdadero, conforme
al Espíritu de Dios.” Juan 4:24 DHH

¿A quién le gusta adorar a Dios? ¿Qué es adoración? ¿Qué se necesita para ser un
verdadero adorador? ¿Es fácil adorar? Cantar es fácil, hasta tocar un instrumento es
fácil, adorar no lo es.
Abraham construyó muchos altares a Dios, él nació y creció en una nación pagana,
donde adoraban muchos dioses. Abraham era sin duda un hombre religioso. Veamos los
momentos de adoración a Jehová durante su peregrinación por Canaán:
 En Siquem (Ge. 12:7) construyó un altar porque Dios le hizo la promesa de darle
esa tierra.
 Nuevamente en Siquem adoró en gratitud después que regresó de Egipto (Ge.
13:4).
 En las encinas de Mamre (Ge. 13:18) construyó un altar cuando Dios le prometió
descendencia.
 En las encinas de Mamre cuando Dios le pidió que ofreciera algunos sacrificios
(Ge. 15:10).
Abraham llegó a conocer a Jehová durante los años en que esperó el hijo de la
promesa. Como hemos visto, tenía comunión con Dios y lo adoraba, pero en realidad
aún no era un verdadero adorador. No es lo mismo tener comunión que tener intimidad.
Abraham debía pasar la prueba que confirmaría si era un adorador en espíritu y en
verdad o sólo un creyente.
I. QUÉ PIDE DIOS EN LA ADORACIÓN: Gen. 22:1-2
1. Dios te pide lo mejor, lo único, lo que más amas. “Toma a Isaac, tu único
hijo, al que tanto amas…” Lo que Dios desea es enseñarte a amarlo más que a
nada, para dártelo todo. La verdadera adoración, la que Dios pide, es radical; es
muy diferente a nuestro cómodo concepto de relación personal con Dios. Adorar
implica poner en segundo plano nuestros propios intereses, es estar dispuesto
aún a renunciar a lo que más amamos por obediencia a Dios.
2. Dios te pide que te alejes y te prepares. “…y vete a la tierra de Moriah.” El
cerro probablemente fue el lugar donde después se construyera el Templo de
Jerusalén. Quedaba a 3 días de camino (v. 4). Debía estar preparado para la
prueba, 3 es el número de la preparación.
3. Dios pide que decidas renunciar a tu ofrenda. “Una vez allá, ofrécelo en
holocausto sobre el cerro que yo te señalaré”. El holocausto consistía en sacar el
corazón de la víctima y luego quemarlo sobre el altar. No existe verdadera
adoración si no estamos dispuestos a rendir en su altar nuestro corazón, aún
nuestra promesa, nuestra risa.
II. CUÁL DEBE SER LA RESPUESTA DEL ADORADOR: Gen. 22:3-8
1. Inmediata. ”Al día siguiente, muy temprano…” (v. 3a) La petición de Dios era
difícil de cumplir, ¿Por qué no se demoró Abraham en obedecerla? ¿Por qué no
esperó una confirmación? ¿Por qué no disfrutó un tiempo más con su hijito antes
de sacrificarlo? Adorar en espíritu y verdad va más allá de postrarse ante la
majestad de Dios o levantar las manos en gratitud a Él. Es obediencia pura, la
que en ocasiones va acompañada de dolor y desesperación porque Dios no
responde a nuestras inquietudes, no da explicaciones, sólo una orden.
2. Confiada. “…adoraremos a Dios y luego regresaremos” (v. 5) ¿Por qué no ir
con su esposa? ¿Por qué le pidió a sus siervos de confianza que lo dejaran solo,
después de que salió con ellos? Porque aprendes a adorar en Espíritu y en verdad
cuando te quedas a solas con Dios, cuando dejas de depender de otros. Además
no quería que nadie pudiese interferir. Igual lo hizo Cristo.
3. Decidida. “¿dónde está el cordero?… Dios proveerá para el holocausto” (vv. 7,
8) Quizás la pregunta de su hijo penetró en el pecho de Abraham más
profundamente de lo que podía hacerlo el cuchillo en el pecho de Isaac. ¿Por qué
Abraham no vaciló? ¿Será que sospechaba lo que Dios iba a hacer? Un
verdadero adorador conoce el corazón de Dios, sabe que Dios siempre proveerá
(He. 11:17-19). Así como proveyó el cordero a Abraham en lugar de su hijo, nos
dio a su Hijo Jesucristo. Cuando haya tratado con tu corazón, cuando te hayas
rendido, te dará la capacidad, la fuerza, los recursos, todo lo que necesites será
provisto por Jehová Jireh.

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