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CUADRADOS MÁGICOS
CONCEPTO.-
Si el cuadrado mágico tiene tres filas y tres columnas, es decir nueve casillas y
por lo tanto nueve números, se denomina cuadrado mágico de orden tres.
El origen de los cuadrados mágicos es muy antiguo, anterior a la era cristiana. Una
leyenda china cuenta que alrededor del año 2200 a. C. el emperador Yu vio a las
orillas del río Amarillo un cuadrado mágico grabado en el caparazón de una
tortuga. Se denominó «LO-SHU» y se le atribuyeron propiedades mágicas y
religiosas.
En Occidente los cuadrados mágicos aparecen por primera vez en el año 130 d.C.
en los trabajos del astrónomo griego Teón de Esmirna.
Alrededor de 1300 d.C. los cuadrados mágicos se usaron en Europa para predecir
el futuro, curar enfermedades y como amuletos para prevenir plagas y maleficios.
Incluso en algunas cortes europeas se grabaron cuadrados mágicos en los platos
para prevenir posibles envenenamientos a los comensales.
En el Renacimiento, los cuadrados mágicos se estudiaron desde el punto de vista
matemático y varios científicos y artistas los usaron como ilustraciones para sus
obras.
Con el paso del tiempo científicos y matemáticos estudiaron sus propiedades
matemáticas. Benjamín Franklin dedicó mucho tiempo a estudiar y crear
cuadrados mágicos.
De orden cinco
De orden cuatro
De orden tres
3 16 9 22 15
16 3 2 13
2 9 4 20 8 21 14 2
5 10 11 8
7 5 3 7 25 13 1 19
9 6 7 12
6 1 8 24 12 5 18 6
4 15 14 1
11 4 17 10 23
16 3
9 2 4 8
5 11 8
3 10
9 6 12
8 1 12 16
15 1
ACERTIJOS
DE MATEMÁTICAS
Aquí tienes más acertijos, son todos de números. Te recomendamos que utilices la
lógica y el sentido del humor.
SOLUCIONES
01. El nueve.
02. El ocho.
03. Cuatro gatos.
04. Pesan lo mismo.
05. El segundo.
06. Dos picos y cuatro patas, porque sólo "metí dos" en el cajón.
07. Ninguna, porque las cinco perdices que quedan vivas se van todas volando.
08. Había dos manzanas y me comí una.
09. Verdad. 5 x 4,20 + 2 = 23
10. Verdad. 5 x 8,40 + 2 = 44
11. Siete reales y medio.
12. Cuatro panes (Enviado por Daniel Sardina de Málaga)
13. Dos panes y medio.
14. 3 kilos.
15. Seis medias moscas.
16. Una mosca, las medias moscas no vuelan.
17. En puré.
18. Setenta (30 dividido por 1/2 es igual a 60)
19. Solamente la primera vez.
20. Media docena.
21. Somos 3 hermanos y 4 hermanas.
22. Sí, porque jugaban con otras personas.
23. Son el abuelo, el hijo y el nieto. Total dos padres y dos hijos. (Enviado por Sandra
y Mireya, de Monterrey)
24. Sí, la conversación tiene lugar el uno de enero y el cumpleaños de su hijo es el
treinta y uno de diciembre.
25. 22 + 2 = 24.
26. Una hora.
27. Sí, con números romanos: I entre XX = XIX
28. El sobre (Enviado por Alba González)
29. Ninguna. El único que iba hacia Villavieja era yo.
30. 105 y 5 euros.
31. Uno.
32. Tres.
33. Dos días.
34. Un hombre.
35. Cuatrocientos cincuenta y cuatro (454) con 29 letras.
36. El 5, porque tiene cinco letras.
37. Porque gana el doble.
38. Dos días.
39. Ocho euros.
40. Sólo una. En cuanto se meta la primera bola la caja ya no estará vacía.
41. Un billete de 20 y otro billete de 10.
42. A dos camisas y a un par de medias.
43. Porque nació el 29 febrero de un año bisiesto.
44. La rueda de repuesto.
45. Porque tenía muchos problemas.
46. Una hora.
47. Dos horas.
48. Un día.
49. 100 gramos.
50. Siete minutos.
51. 3 (la mitad de 2 es 1; 1 + 2= 3).
52. 24.
53. Se coloca 1 terrón en la primera taza, 4 en la segunda taza y 5 en la tercera.
Luego se coloca la primera taza encima de la segunda taza.
ADIVINANZAS DE NÚMEROS
Las soluciones están escritas con tinta invisible al pie de cada adivinanza. Para poder verlas tienes
que pasar el ratón con el botón izquierdo apretado. Pero antes de leer la respuesta... ¡piensa un
poco!
Bonita niña,
De tres sílabas que cuento
mitad de abril,
puedes una eliminar
menos que Carmiña
y el todo no ha de cambiar.
y más que Valentín.
(Noveno-nono)
(El quince)
Bonita niña,
De tres sílabas que cuento
mitad de abril,
puedes una eliminar
menos que Carmiña
y el todo no ha de cambiar.
y más que Valentín.
(Noveno-nono)
(El quince)
Se pretende que sea la comprensión lectora la que determine el placer por la lectura y que, a
su vez, sea ésta la que revierta en la adquisición de los conocimientos.
El proyecto ofrece, además de los relatos en sí mismos, que sería el material de Estudiantes, el
Solucionario de las actividades y un material para Docentes que incluye una ficha resumen con
destrezas, contenidos y competencias trabajadas, una introducción general, una propuesta
metodológica y unas orientaciones para el desarrollo de las actividades.
Compañeros de curso de todos los rincones del mundo conviven, aprenden y se divierten juntos. Su particular
ONU en pequeñito nos desvela entre risas el mundo de los gráficos, la estadística, los mapas y la riqueza que
existe en una diversidad social y cultural.
Ficha
Orientaciones didácticas
Documento
Solucionario
Autoría: Liria Alonso
A LO LARGO Y ANCHO DE ESTE MUNDO
• Hora de salida del AVE:
6 menos 25 = 17.35
17.35 + 9 = 17.44
• Hora de llegada: b) 18.30
• Duración del viaje: d) 46 min.
• Distribución de los participantes:
• Número total de participantes: b) 56
• Atletas infantiles masculinos: c) 8
• Chicas del grupo (atletas alevines femeninas): a) 11
• Distribución de habitaciones:
Ficha
Orientaciones didácticas
Documento para estudiantes
Solucionario
Solucionario
Autoría: Liria Alonso
LA MEDIDA DE LAS COSAS
• Solución actividad 1
La solución es abierta. Depende de lo que ejercite el alumnado en la web que se
propone para la actividad.
• Solución actividad 2
La solución es abierta. Depende de lo que ejercite el alumnado en la web que se
propone para la actividad.
• Solución actividad 3
a) 16 dm2 f) 1600 cm2
• Solución actividad 4
Se aconseja trabajar la investigación cogiendo los decímetros cuadrados como
unidad de medida.
Las medidas de un cristal se suponen rectangulares o cuadradas, por lo que el
alumnado deberá buscar las distintas medidas posibles de los lados de esas figuras
cuya superficie se mantenga siempre constante en 16 dm2.
Con esta actividad podrá consolidarse la descomposición en factores para hallar
todas las posibles combinaciones del número 16.
Superficie Largo Ancho Perímetro= 2 x (Largo + Ancho)
16 dm2 1 dm 16 dm 2 x (1+16) = 34 dm
16 dm2 2 dm 8 dm 2 x (2+8) = 20 dm
16 dm2 4 dm 4 dm 2 x (4+4) = 16 dm
16 dm2 8 dm 2 dm 2 x (8+2) = 20 dm
16 dm2 16 dm 1 dm 2 x (16 +1) = 34 dm
A la vista de la tabla se deduce que, entre polígonos de la misma superficie, el
cuadrado es el que tiene menor perímetro, que es la solución buscada.
• Solución actividad 5
La solución pasa por encontrar 2 factores (largo y ancho del cristal) que,
multiplicados, den como resultado la superficie propuesta por la actividad de la web
en cada caso.
• Solución actividad 6
Dibujo libre, pero asegurándose de que el alumnado emplee las figuras del cilindro y
del triángulo mencionadas en la descripción.
• Solución actividad 7
Solución abierta. Se trata de estimar superficies de rectángulos.
LA TELARAÑA
El bloque de números y operaciones llega al mundo de la fantasía arrastrado por las vicisitudes de nuestro
protagonista. Serán los números, las investigaciones de nuestro alumnado y la Web las que se confabulen para
ayudarle en situaciones comprometidas.
Ficha
Orientaciones didácticas
Documento para estudiantes
Solucionario
Solucionario
Autoría: Liria Alonso
LA TELARAÑA
• Solución actividad 1:
• Solución actividad 2:
Solución: 9 semillas x 4 cuadrados = 36 semillas
• Solución actividad 4:
“Con la suma de los números impares consecutivos a partir del 1 se obtienen los
cuadrados perfectos.”
Escribe y explica con tus palabras qué quiere decir esta conclusión.
MATEMÁTICAS CASERAS
No hay que ir muy lejos para experimentar el mundo de la Geometría. Un grupo de escolares lo descubre y
fotografía en una de sus casas. Por unos ejes de coordenadas pasea una tortuga y en una página de la web
comprobarán los trucos de la ilusión óptica. Es un cóctel explosivo, aunque casero.
Ficha
Orientaciones didácticas
Documento para estudiantes
Solucionario
Selección de fotografías
Solucionario
Autoría: Liria Alonso
MATEMÁTICAS CASERAS
• Solución actividad 1: Triángulos
1
o Suma de triángulos: 16+7+3+1 = 27
• Solución actividad 4: Polígonos regulares que teselan el plano.
Los polígonos regulares que rellenan el plano son:
• El triángulo equilátero: el ángulo interior mide 60 grados, por eso, uniendo 6
triángulos equiláteros los ángulos interiores suman 360 grados.
El cuadrado: el ángulo interior mide 90 grados, por eso, uniendo cuatro cuadrados
los ángulos interiores suman 360 grados y rellenan el plano.
El hexágono: el ángulo interior mide 120 grados, por eso, uniendo tres hexágonos los
ángulos interiores suman 360 grados y rellenan el plano.
PATRONES
Modelización
Matematización
Es muy importante que los adultos que orienten a los niños en este trabajo cuiden sus
preguntas a lo largo de las actividades para potenciar la destreza de razonamiento de los
infantiles aprendices. Deben estimular a los niños a reforzar sus destrezas comunicativas,
mediante la descripción oral de los patrones y a enlazar las matemáticas y el resto de
materias.
Metodología
aaaaaaaaaaa
Se continuará con dos, tres dibujos, explicando los niños lo que han hecho y porqué.
El siguiente paso será la transferencia de patrones. Con ello pretendemos que los
niños identifiquen secuencias básicas en un medio y creen representaciones nuevas
en otro. Así, las canciones y cuentos serán pasadas a patrones y los patrones
evocarán posteriormente el cuento o canción para su lectura y comprensión.
Entre las canciones a utilizar destaca "En la granja de Pepito", "Estaba la rana
cantando debajo del agua...", siendo esta última idónea para introducir los patrones
acumulativos (modelo ababcabcd.....).
Cuentos como "La gallinita roja", "El pollito Pito", "El gallo Kiriko" también ofrecen
muy buenos ejemplos para patrones acumulativos.
Iremos poniendo en nuestra página Web los más interesantes por los contenidos que trabajan y
empezamos con Los panes-regleta que narra las desventuras de un pobre panadero hasta que
... fue al País de las Regletas. Actividades para después de narrar el cuento.
Si está interesado en conocer más a fondo este material puede consultar alguno de estos libros:
Mi abuelo siempre decía que yo tenía que ir a la escuela para aprender muchas
cosas y que por eso tenía que vivir en la ciudad y hacerme un hombre útil.
Yo era tan pequeño que aún no conocía los números bien, ni las regletas
Cuisènaire, pero lo que no sabía era que a lo largo de ese verano que iba a pasar
con mi abuelo en su pequeño pueblo, iba a aprender tantas cosas.
Deseaba que despuntara el día para irme a trabajar con mi abuelo al campo, algo
que nunca había hecho, y que, ¡estaba deseando hacer!.
Ves esa cuadra que hay allí, pues dentro hay 1 oveja
blanca, tendrás que echarle de comer.
Gracias hijo. Para combatir la sed, ve otra vez al huerto y de alguno de los
limoneros traete 5 limones bien amarillos.
Muy bien hijo, y ya por úlitma vez vuelve al huerto y de alguno de los naranjos
coge 10 naranjas para hacerte luego un zumo.
Cuento escrito por: Laura Cuerva Carrasco, Susana García Ocaña, Elena
García Muños de Morales, Mª Estela Jiménez Martínez, Isabel Laguna
Fernández y María Santos Sánchez.
La princesita egoista
Había una vez un país que tenía un palacio muy rico y majestuoso.
Al cumplir 15 años la
princesita, se hizo una gran fiesta en su honor.
Fueron invitados todos los personajes ilustres
del país, incluídas las cinco hadas, pero, la
princesita no quiso invitar a las brujas por ser
tan feas.
Aunque la princesita vivía muy feliz con sus amigos, en el fondo estaba triste
porque se acordaba de las brujas, que aún no habían roto sus hechizos.
Pero, una buena mañana, la princesita que, como todos los días, iba al bosque a recoger frutos
silvestres, encontró entre ellos una sífide que estaba herida. La princesita la llevó a casa de sus
amigos y allí, entre todos, la curaron y cuidaron.
Entonces, las brujas que habían visto a través de sus bolas de cristal como la princesita ya
tenía diez amigos, no tuvieron más remedio que romper el maleficio.
Y así, la guapa princesa regresó al palacio con todos sus amigos, y, su corazón se hizo grande
y generoso.
SINNUMEROLANDIA
Erase una vez un niño llamado Pedro al que no se le daban bien los números, le
costaba mucho aprenderlos y, además, no les encontraba ninguna utilidad. Por eso
su papá siempre le decía: "verás, verás .... un día van a venir a por ti los soldados de
Don Numérico, que es muy malvado con aquellos que no se aprenden su dinastía".
Y, así fue, una noche mientras Pedro dormía entraron por su ventana, lo enrollaron
en su sábana y se lo llevaron a SINNUMEROLANDIA dejándolo allí con un papel que
decía: "ve a ver a Sinnumeroso que vive en la calle Suma". Cuando Pedro despertó y
leyó la nota se puso manos a la obra, comenzó a andar y llegó al centro de la ciudad
buscando la calle Suma.
La ciudad era oscura, sucia y fea, y Pedro se dio cuenta de que los habitantes
eran muy raros ¡todos tenían forma de cifra! Los coches pasaban a mucha velocidad
sin que nadie dijese nada, de hecho parecía que no controlaban la velocidad, y
además veía que en cada coche viajaban muchos individuos.
Animoso Pedro empezó a recorrer la calle Suma, preguntando a unos y otros por
Sinnumeroso hasta conseguir encontrar su casa. Una vez hechas las presentaciones
y narrado Pedro la odisea sufrida para encontrarle por carecer la calle de referencias
claras, Sinnumeroso, con los ojos encendidos, le habló diciendo: "tú nos vas a salvar
del malvado Don Numérico".
-- Sí, tú.
-- ¿Y cómo?
-- Eso sólo lo sabes tú, y tendrás que darte cuenta de lo que es; nosotros, como no lo
sabemos, no te podemos ayudar. Dijo Sinnumeroso.
-- Bueno, me quedaré unos días en tu casa mientras lo pienso, ¿vale?.
No podían jugar a ningún deporte, pues las normas decían que jugaran muchos o
pocos y eso era un caos.
Ante estas y otras observaciones más, Pedro descubrió qué era lo que fallaba en
todas las situaciones: ¡¡el conocimiento del número!!, aunque todos los habitantes de
aquella extraña ciudad tuviesen forma de cifra, ¡no sabían lo que eran!, ¡no sabían
cómo combinarse! Entonces Pedro enseñó a Sinnumeroso la dinámica de los
números y sus operaciones con gran satisfacción de éste.
Después comenzaron entre los dos a enseñar a los demás habitantes y a explicarles
la importancia de los números para contar, ordenar, identificar, clasificar, operar,
medir, etc. Ante estos hechos y viendo que iba a perder el control de la ciudad y sus
habitantes, Don Numérico mandó atrapar a Pedro, pero ya era demasiado tarde
porque todos los habitantes conocían ya el valor y el significado de los números.
Objetivos:
Estrategia de aula:
Observaciones:
Una soleada tarde de primavera nuestros amiguitos estaban en el parque con sus
mamás. Acababan de merendar y se lo habían comido todo, todito, así que sus
contentas madres les dieron algunas monedas para comprar regaliz. Muy contentos
se fueron corriendo a la tienda de chuches a comprar. Pero una vez allí....
Pepito: ¡Qué bien! Con una moneda he comprado un regaliz blanco. ¡Qué rico!
Luis: ¡Mira! Yo tengo dos monedas Pepito, una más que tú y he comprado el rico
regaliz rojo.
Ana: Pues yo que tengo tres monedas, una más que Luis, me han dado el rico
regaliz verde de manzana. Ummmmmmmmmmmm!
María: Ay va!. Pues yo con mis cuatro monedas, una más que Ana, he comprado el
regaliz rosa. Está buenísimo!.
Juan: Pues mi madre me ha dado 5 monedas, una más que las que tiene María y he
comprado el regaliz amarillo.
Ana: ¿Sabéis lo que pienso? Que todos estos regalices tienen que estar buenísimos
y que deberíamos compartirlos para probarlos todos.
Por lo que además de pasar una agradable tarde en el parque habían descubierto
que:
Érase una vez un bosque en el que vivían muy felices unos animalitos un poco
especiales. Todos tenían forma de cuadrado y eran de color blanco.
No muy lejos de allí vivía su peor enemigo: una malvada urraca negra a la que le
encantaba comer animalitos de color blanco. Todos los días la urraca se paseaba por
el bosque para comerse a uno de ellos.
Su plan tuvo éxito durante unos días, hasta que la urraca, hambrienta y
acostumbrada al color rojo, los atacó de nuevo. Volvieron, entonces, a pensar en
camuflarse de tal manera que a cada animalito rojo se les subió encima uno blanco,
cambiando así su forma y color por un vestido verde claro. ¡Qué contentos estuvieron
durante unos días! Pero, de nuevo el plan fracasó y la urraca volvió a comerselos
una vez que se habituó a distinguirlos entre el verde follaje.
Erase una vez un país muy lejano llamado Globilandia. Este nombre era debido a
que todos sus habitantes eran globos de distintos colores, formas y tamaños. Todos
vivían muy felices salvo tres que eran conocidos por sus continuas peleas.
Globomé, era mediano, más tranquilo que Globuchón, pero muy alegre.
Globito:
Vaya dos vanidosos, esas globas están pensando que como soy el más
pequeño, soy el globo más salao que vuela por este cielo.
LLegó el gran día y los tres se arreglaron pensando que solo él era el mejor: su
belleza, única, y su tamaño, el perfecto, siendo estas las razones por las que sólo él
se ganaría la amistad de la Princesa.
Una vez en Palacio y comenzado el baile, los tres globos se peleaban por resaltar su
aspecto ante la Princesa, pensando que su tamaño era lo más importante para
impresionarla y así conseguir su amistad.
Erase una vez un país muy lejano llamado Globilandia. Este nombre era debido a
que todos sus habitantes eran globos de distintos colores, formas y tamaños. Todos
vivían muy felices salvo tres que eran conocidos por sus continuas peleas.
Globomé, era mediano, más tranquilo que Globuchón, pero muy alegre.
Globito:
Vaya dos vanidosos, esas globas están pensando que como soy el más
pequeño, soy el globo más salao que vuela por este cielo.
LLegó el gran día y los tres se arreglaron pensando que solo él era el mejor: su
belleza, única, y su tamaño, el perfecto, siendo estas las razones por las que sólo él
se ganaría la amistad de la Princesa.
Una vez en Palacio y comenzado el baile, los tres globos se peleaban por resaltar su
aspecto ante la Princesa, pensando que su tamaño era lo más importante para
impresionarla y así conseguir su amistad.
Pero entonces, la Princesita, que había observado el comportamiento de nuestros
amiguitos, interrumpió el baile algo molesta, dirigiéndose a todos con estas
palabras:
Así, nuestros amigos aprendieron la lección que les dió la Princesa, viviendo para
siempre todos felices y sin volver a discutir nunca más por su tamaño, forma o
color.
Autoras: María Almagro Ramos, Ana Belén Calvo León, Gema Isabel Martín
Rodrigo, alumnas de la
Escuela de Magisterio, especialidad de Educación Infanti, curso
99/00
Érase una vez la historia de 3 pajaritos: uno grandote, otro pequeñito y otro ni
grandote ni pequeñito, sino que era de tamaño mediano. En un bosque había un
árbol donde vivía un pajarito al que le ocurrió la siguiente historia:
Poquito a poquito
aprendió a volar
un pequeño pajarito.
Había una vez un conejo llamado Pepe que era muy, muy listo. El otro día su
maestra le contó en el colegio que en otoño se caían las hojas de los árboles.
Pero…. en la ciudad había muy pocos árboles para observar el fenómeno por lo que
decidió ir de excursión al campo y, de paso, visitar a sus primos.
¡Qué sorpresa! Allí si que había árboles y tantas, tantas hojas en el suelo que
parecía una alfombra amarilla.
Llegaron a sus madrigueras y la de Pepón era tan grande que había que saltar para
llegar a la cerradura. La de Pepito era tan pequeñita que para abrirla había que
agacharse. Entonces Pepe pensó:
Como el viaje había sido muy largo, Pepe tenía mucha hambre y decidieron
preparar la cena. Pero cuando llegaron al comedor con Pepón, la mesa era tan
grande que no llegaba al plato.
Pero en su madriguera la mesa era muy pequeña, tanto que sus rodillas chocaban
con ella. Por eso decidieron comer en el bosque tres hermosas zanahorias. Una era
muy grande y se la comió Pepón; otra, que era mediana, se la comió Pepe, y la más
pequeñita se la comió Pepito.
Con la barriguita llena les entró mucho, mucho sueño y pensaron en echarse la
siesta. ¡Qué problema! La cama de Pepito era muy pequeña y Pepe no cabía en ella,
y la de Pepón era tan grande que Pepe no podía subir a ella.
Pepe se acordó de su cama mediana, que no era ni muy grande ni muy pequeña.
Así que, un poco triste por dejar el bosque que era tan bonito en otoño, Pepe decidió
volver a su casa en la ciudad, donde todo era mediano, ni grande ni pequeño.
En un bosque muy lejano, vivían muy felices y contentos diez leones, dos
panteras, tres elefantes, una cigüeña... y una vieja lechuza. Además de todos ellos,
se encontraba en esta selva un chiquito muy pequeño, que cuidaban las panteras.
Allí tenían de todo, compartían su comida y bebían agua del río. Y nunca estaban
tristes, porque siempre alguien cantaba.
Todas las noches veo las estrellas -decía- Todas las noches las veo brillar, bailan
felices por el universo, bajan a verme con su traje de gala y siempre conmigo quieren
bailar. Pero yo ya no puedo bailar, porque estoy muy vieja y del cansancio me puedo
asfixiar...
El niño quedó tan asombrado que aquella noche él quiso volar. Quería bailar con
las estrellas y poderles contar lo bien que se lo pasaban en su selva tropical. El niño
pensaba:
Claro que sé -respondió el niño- Ahora moveré mis brazos y volaré como tú.
Tú eres pesado como una roca y por eso no puedes volar. Si fueras ligero como
una pluma, entonces sí que podrías volar -le comentó la lechuza-. Nosotros, los
pájaros somos menos pesados que tú, y por eso podemos volar.
El niño se quedó un poco triste: Y entonces, ¿si no soy tan ligero como una
pluma, no puedo volar?
Me gustaría ser ligero como un pájaro y así poder bailar con las estrellas.
En aquel momento llegaron las panteras, preocupadas por su hijo. El niño lloraba
sin descanso, y sus padres le intentaron consolar con caricias.
Tranquilo -le decía su madre- no estés triste por no poder volar, piensa que no
eres el único. El elefante o el león son más pesados que tú y tampoco pueden volar.
Aquella noche el niño lloró tanto que cayó dormido en la cama, y en su sueño con
las estrellas bailaba. Estaba feliz y contento y volaba sin descanso, ligero como una
pluma sonreía sin parar. Y nunca más sintió pena por no poder volar, porque sabía
que en sus sueños, tan ligero se sentía, que con las estrellas bailaba... y todo le daba
igual.
Este libro está también disponible en Inglés, véase Fables and Tales, Book I, en Brother
Veritus' Website-English. Véase también Cuentos y Fábulas, Segundo Libro, en esta
Sección.
Este libro electrónico en forma de página web tiene 101 historias cortas para niños
de todas las edades. Éste será un buen comienzo para que su niño entre al reino de
la espiritualidad.
(Entre Ud. y yo: Yo nunca crecí, ¡por eso es que disfruto tanto de esta colección! Además, si
realmente tuviera la mente de un adulto en lugar de la de un niño yo no hubiera creado este sitio Web,
ya que consume demasiado tiempo el producirlo y no genera ganancia monetaria. Yo realmente estoy
jugando.)
Índice
¿Cómo Sabes?
Autor Desconocido
Hace muchos años, en una pobre aldea china vivía un labrador con su hijo. Su único bien material,
aparte de la tierra y de la pequeña casa de paja, era un caballo que había heredado de su padre. Un
buen día el caballo se escapó, dejando al hombre sin animal para labrar la tierra. Sus vecinos —que lo
respetaban mucho por su honestidad y diligencia— acudieron a su casa para decirle cuánto
lamentaban lo ocurrido. Él les agradeció la visita, pero preguntó:
—¿Cómo podéis saber que lo que ocurrió ha sido una desgracia en mi vida? Alguien comentó en voz
baja con un amigo:
«Él no quiere aceptar la realidad, dejemos que piense lo que quiera, con tal que no se entristezca por
lo ocurrido».
Y los vecinos se marcharon, fingiendo estar de acuerdo con lo que habían escuchado.
Una semana después, el caballo retornó al establo, pero no venía solo: traía una hermosa yegua
como compañía. Al saber eso los habitantes de la aldea alborozados, porque sólo ahora entendían la
respuesta que el hombre les había dado, retornaron a casa del labrador para felicitarlo por su suerte.
—Antes tenías sólo un caballo, y ahora tienes dos. ¡Felicitaciones!—dijeron.
—Muchas gracias por la visita y por vuestra solidaridad —respondió el labrador. ¿Pero cómo podéis
saber que lo que ocurrió es una bendición en mi vida?
Desconcertados, y pensando que el hombre se estaba volviendo loco, los vecinos se marcharon,
comentando por el camino:
«¿Será posible que este hombre no entienda que Dios le ha enviado un regalo?».
Pasado un mes, el hijo del labrador decidió domesticar la yegua. Pero el animal saltó de una manera
inesperada, y el muchacho tuvo una mala caída rompiéndose una pierna. Los vecinos retornaron a la
casa del labrador, llevando obsequios para el joven herido. El alcalde de la aldea, solemnemente,
presentó sus condolencias al padre diciendo que todos estaban muy tristes por lo que había
sucedido. El hombre agradeció la visita y el cariño de todos. Pero preguntó:
—¿Cómo podéis vosotros saber si lo ocurrido ha sido una desgracia en mi vida?
Esta frase dejó a todos estupefactos, pues nadie puede tener la menor duda de que un accidente con
un hijo es una verdadera tragedia. Al salir de la casa del labrador, comentaban entre sí:
«Realmente se ha vuelto loco; su único hijo se puede quedar cojo para siempre y aún tiene dudas de
que lo ocurrido es una desgracia».
Transcurrieron algunos meses y el Japón declaró la guerra a China. Los emisarios del emperador
recorrieron todo el país en busca de jóvenes saludables para ser enviados al frente de batalla. Al
llegar a la aldea, reclutaron a todos los jóvenes excepto al hijo del labrador que estaba con la pierna
rota. Ninguno de los muchachos retornó vivo. El hijo se recuperó, los dos animales dieron crías que
fueron vendidas y rindieron un buen dinero. El labrador pasó a visitar a sus vecinos para consolarlos y
ayudarlos ya que se habían mostrado solidarios con él en todos los momentos. Siempre que alguno
de ellos se quejaba el labrador decía:
—¿Cómo sabes si esto es una desgracia? Si alguien se alegraba mucho, él preguntaba:
—¿Cómo sabes si eso es una bendición?
Y los hombres de aquella aldea entendieron que, más allá de las apariencias, la vida tiene otros
significados.
Índice
El Cuento de la Fresa
Jorge Bucay
Un rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles, arbustos y flores se estaban muriendo. El
Roble le dijo que se moría porque no podía ser tan alto como el Pino. Volviéndose al Pino, lo halló
caído porque no podía dar uvas como la Vid. Y la Vid se moría porque no podía florecer como la
Rosa. La Rosa lloraba porque no podía ser alta y sólida como el Roble.
Entonces encontró una planta, una Fresa, floreciendo y más fresca que nunca. El rey preguntó:
—¿Cómo es que creces saludable en medio de este jardín mustio y sombrío?
—No lo sé. Quizás sea porque siempre supuse que cuando me plantaste, querías fresas. Si hubieras
querido un Roble o una Rosa, los habrías plantado. En aquel momento me dije: "Intentaré ser Fresa
de la mejor manera que pueda."
Ahora es tu turno. Estás aquí para contribuir con tu fragancia. Simplemente mírate a vos mismo. No
hay posibilidad de que seas otra persona. Podéis disfrutarlo y florecer regado con tu propio amor por
vos, o podéis marchitarte en tu propia condena...
Índice
La Vasija de Agua Desvencijada
Autor Desconocido. Original en Inglés, traducción
Un aguatero en la India tenía dos grandes vasijas, cada una colgaba de cada extremo de un palo que
llevaba a través del cuello. Una de las vasijas tenía una rajadura en ella, y mientras que la otra estaba
perfecta y siempre entregaba una porción completa de agua al final de una larga caminata desde el
arroyo a la casa del patrón, la vasija desvencijada llegaba solamente medio llena. Por dos años
enteros esto pasó diariamente, con el aguatero entregando solamente una vasija y media de agua al
patrón de la casa. De hecho, la vasija perfecta estaba orgullosa de sus logros, perfectos para el final
al cual había sido hecha. Pero la pobre vasija desvencijada estaba avergonzada de su propia
imperfección, y miserable de que era capaz de solo lograr la mitad para lo que había sido hecha.
Después de dos años de lo que percibió como una amarga falla, habló al aguatero un día por el
arroyo. "Yo estoy avergonzada de mi misma, y quiero disculparme con Usted." "¿Por qué?," preguntó
el aguatero. "¿De qué está avergonzada?" "He sido capaz, por estos dos años pasados, de entregar
solamente la mitad de mi carga porque esta rajadura en mi costado causa que el agua se fugue hacia
afuera a lo largo de la vía hasta el regreso a la casa de su patrón. A causa de mis fallas Usted ha
tenido que hacer todo este trabajo y no consigue el valor completo de sus esfuerzos," la vasija dijo. El
aguatero se sintió triste por la vieja vasija desvencijada, y en su compasión dijo, "Como retorne a la
casa de mi patrón, quiero que note las hermosas flores a lo largo del camino."
Evidentemente, a medida que fueron escalando el monte la vieja vasija desportillada notó al sol
calentando las hermosas flores silvestres al lado del sendero, y esto la alegró algo. Pero al final de la
senda, aún se sintió mal porque estaba fugándose la mitad de su carga, y de nuevo se disculpó ante
el aguatero por su falla. El aguatero dijo a la vasija, "¿Notó que había flores solamente en su lado de
la vía, pero no en el lado de la otra vasija? Eso era porque yo siempre he sabido de su falla, y saqué
provecho de ella. He plantado semillas de flores en su lado del camino, y cada día mientras que
caminamos de regreso del arroyo, Usted las ha regado. Por dos años he estado recogiendo estas
hermosas flores para decorar la mesa de mi patrón. Sin ser de la forma como es, él no hubiera tenido
esta belleza para agraciar su casa."
Moraleja: Cada uno de nosotros tenemos nuestra propias y únicas fallas. Todos somos vasijas
desportilladas. Pero son las rajaduras y fallas que cada uno de nosotros tenemos las que hacen las
vidas juntas muy interesantes y remuneradoras. Solo tienes que tomar a cada persona por lo que ella
es, y mirar lo bueno en ella. Hay cantidad de bondad allá. ¡Hay cantidad de bondad en nosotros!
Bienaventurados los flexibles, por que ellos no se doblan fuera de forma. ¡Recuerda apreciar a todas
las diferentes personas en tu vida! O como nos gustaría pensarlo ——si no hubiera sido por las
vasijas desvencijadas en nuestras vidas hubieran sido muy aburridas y nada tan interesantes ...
Gracias a Ustedes, todas mis vasijas desvencijadas amigas.
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El discípulo le pidió que se explicara, y el Maestro prosiguió: "Tú centras toda tu atención en el
insignificante conocimiento que adquieres de los libros y de los maestros. Sería mejor que le prestaras
más atención a la vasija en la que lo guardas".
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La Ermita
Autor Desconocido
El viejo Haakon cuidaba cierta Ermita. En ella se veneraba un crucifijo de mucha devoción. Este
crucifijo recibía el nombre, bien significativo, de "Cristo de los Favores". Todos acudían allí para
pedirle al Santo Cristo. Un día el ermitaño Haakon quiso pedirle un favor. Lo impulsaba un sentimiento
generoso. Se arrodilló ante la imagen y le dijo:
—"Señor, quiero padecer por ti. Déjame ocupar tu puesto. Quiero reemplazarte en La Cruz." Y se
quedó fijo con la mirada puesta en la Sagrada Efigie, como esperando la respuesta. El Crucificado
abrió sus labios y habló. Sus palabras cayeron de lo alto, susurrantes y amonestadoras:
—"Siervo mío, accedo a tu deseo, pero ha de ser con una condición."
—"¿Cuál, Señor?", preguntó con acento suplicante Haakon.
—"Es una condición difícil", dijo el Señor.
—"Estoy dispuesto a cumplirla con tu ayuda, Señor", respondió el viejo ermitaño.
—"Escucha: suceda lo que suceda y veas lo que veas, has de guardar siempre silencio". Haakon
contestó:
—"Os, lo prometo, Señor". Y se efectuó el cambio. Nadie advirtió el trueque. Nadie reconoció al
ermitaño colgado de cuatro clavos en la Cruz.
El Señor ocupaba el puesto de Haakon. Y éste por largo tiempo cumplió el compromiso. A nadie dijo
nada. Los devotos seguían desfilando pidiendo favores. Pero un día llegó un rico, después de haber
orado dejó allí olvidada su cartera. Haakon lo vio y calló. Tampoco dijo nada cuando un pobre, que
vino dos horas después, se apropió de la cartera del rico. Ni tampoco dijo nada cuando un muchacho
se postró ante él poco después para pedirle su gracia antes de emprender un largo viaje. Pero en ese
momento volvió a entrar el rico en busca de la bolsa. Al no hallarla pensó que el muchacho se a había
apropiado. El rico se volvió al joven y le dijo iracundo:
¡Cuántas veces pretendemos dirigir nuestro destino creyendo que es lo mejor para nosotros!. Sólo
Dios sabe lo que es mejor para nosotros. Hay que aprender a aceptar su Santa voluntad, aunque a
veces no la comprendamos.
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El Muro
Autor Desconocido
Dicen que una vez un hombre era perseguido por varios malhechores que querían matarlo. El hombre
ingresó a una cueva. Los malhechores empezaron a buscarlo por las cuevas anteriores de la que él se
encontraba. Con tal desesperación elevó una plegaria a Dios de la siguiente manera:
"Dios todopoderoso, haz que dos ángeles bajen y tapen la entrada para que no entren a matarme".
En ese momento escuchó a los hombres acercándose a la cueva en la que él se encontraba, y vio
que apareció una arañita. La arañita empezó a tejer una telaraña en la entrada. El hombre volvió a
elevar otra plegaria, esta vez más angustiado:
"Señor, te pedí ángeles, no una araña." Y continuó: "Señor, por favor, con tu mano poderosa coloca
un muro fuerte en la entrada para que los hombres no puedan entrar a matarme". Abrió los ojos
esperando ver el muro tapando la entrada, y observo a la arañita tejiendo la telaraña. Estaban ya los
malhechores ingresando en la cueva anterior de la que se encontraba el hombre y éste quedó
esperando su muerte. Cuando los malhechores estuvieron frente a la cueva en la que se encontraba
el hombre ya la arañita había tapado toda la entrada, entonces se escucho esta conversación:
Primer hombre: "Vamos, entremos a esta cueva." Segundo hombre: "No. ¿No ves que hasta hay
telarañas?, nadie ha entrado en ésta."
La fe es creer que se tiene lo que no se ve, perseverar en lo imposible. Hay una frase muy bella que
dice: " Si le pides a Dios un árbol te lo dará en forma de semilla". Pedimos cosas que desde nuestra
perspectiva humana son lo que necesitamos, pero Dios nos da aquellas con las cuales nos muestra
que con cosas muy sencillas Él puede hacer mucho más. Como en esta lectura a veces pedimos
muros para estar seguros, pero no tendría ningún mérito pues sabríamos y tendríamos la certeza de
que estamos protegidos, Dios en cambio nos pide además confianza en Él para dejarlo que su Gloria
se manifieste y haga que algo como una telaraña nos dé la misma protección que una muralla. Si has
pedido un muro y no ves mas que una telaraña, recuerda que Dios puede convertir las cosas... y
confía en Él.
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Autor Desconocido
Tomado de: http://www.thewavesight.net/shareinfo.htm. Original en
Inglés, traducción
Sus enseñanzas cambiaron. Cada joven persona que caminaba por su aula de clase se convertía,
para él, en un futuro líder del mundo. Vio en cada uno, no como eran, sino como podían ser.
Esperaba lo mejor de sus estudiantes, sin embargo lo temperaba con compasión. Le enseñaba a
cada uno como si el futuro del mundo dependiera de su instrucción. Después de muchos años, una
mujer que él conocía se elevó a una posición de prominencia mundial. Se dio cuenta que ella con
seguridad debe haber sido la niña descrita en su sueño. Solamente que ella no era uno de sus
estudiantes, sino en lugar de esto su hija. De todos los varios maestros en su vida, su padre era el
mejor. He escuchado decir que "Los niños son los mensajes vivientes que enviamos a un tiempo y
lugar que nosotros nunca veremos." Pero ésta no es simplemente una parábola acerca de un maestro
de escuela no nombrado. Es una parábola acerca de Usted y yo —ya sea que seamos padres o aún
profesores. Y la historia, NUESTRA historia, realmente empieza así:
"A Usted se le dará un hijo quien crecerá para llegar a ser...." Usted termine la frase. Si no un líder
mundial, ¿entonces un padre magnífico? ¿Un excelente maestro? ¿Un talentoso curandero? ¿Un
innovador solucionador de problemas? ¿Un artista inspirado? ¿Un filántropo generoso? En dónde y
cómo Usted encontrará a este niño es un misterio. Pero crea que el futuro de un niño puede depender
de la influencia que solo Usted puede suministrar, y algo maravilloso sucederá. Porque ninguna
persona joven será nunca ordinaria para Usted de nuevo. Y Usted nunca será el(la) mismo(a).
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Autor Desconocido
¿Cómo se escribió uno de los libros más importantes del mundo? En el año vigésimo
tercero del reinado de Zhao, Lao Tse percibió que la guerra terminaría por destruir el lugar
donde vivía. Como había pasado años meditando sobre la naturaleza de la vida, sabía que
en ciertos momentos es preciso ser práctico. Decidió, entonces, tomar la decisión más
simple: mudarse.
Tomó sus pocas pertenencias, y partió en dirección a Han Keou; en la puerta de salida de la ciudad,
encontró un guardia.
Nada más que para librarse del guardia, Lao Tse escribió ahí mismo un pequeño librito, cuya única
copia le entregó. Después, continuó su viaje, y nunca más se oyó hablar de él.
El texto de Lao Tse fue copiado y recopiado, atravesó siglos, atravesó milenios, y llegó hasta nuestro
tiempo. Se llama Tao Te King, está publicado en portugués por varias editoriales, y es una lectura
obligada. Aquí va una de sus páginas:
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La Asamblea de la Carpintería
Autor Desconocido
Cuentan que en la carpintería hubo una vez una extraña asamblea. Fue una reunión de herramientas
para arreglar sus diferencias. El Martillo fue nombrado Director de Debates, pero la asamblea le
notificó que tenía que renunciar: La causa, ¡hacía demasiado ruido! Y se la pasaba el tiempo
golpeando. El Martillo aceptó la culpa, pero pidió que también fuera expulsado El Tornillo, dijo que
había que darle muchas vueltas para que sirviera de algo. Ante el ataque El Tornillo aceptó también,
pero a su vez pidió la expulsión del Papel de Lija. Hizo ver que era muy áspera en el trato y siempre
tenía fricciones con los demás. Y La Lija estuvo de acuerdo, a condición de que fuera expulsado El
Metro que siempre se la pasaba midiendo a los demás según su medida, como si fuera el único
perfecto.
En ese momento entró el carpintero, se colocó el delantal e inició su trabajo. Utilizó El Martillo, El
Papel de Lija, El Metro, y al Tornillo. Finalmente, la tosca madera inicial se transformó en un lindo
mueble.
Cuando la carpintería quedó nuevamente sola, la asamblea reanudó su deliberación, fue entonces
cuando tomó la palabra el Serrucho y dijo: Señores ha quedado demostrado que tenemos defectos,
pero el carpintero trabaja con nuestras cualidades. Eso nos hace valiosos. Así que no pensemos ya
en nuestros puntos malos y concentrémonos en la utilidad de nuestros puntos buenos. La asamblea
encontró entonces que El Martillo era fuerte, El Tornillo unía y daba fuerza, La Lija era especial para
afinar y limar asperezas y observaron que El Metro era preciso y exacto.
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El Auto
Autor Desconocido
Una vez había joven muchacho que estaba a punto de graduarse en sus estudios. Hacia muchos
meses admiraba un hermoso auto deportivo en una agencia de autos.
Sabiendo que su padre podría comprárselo le dijo que ese auto era todo lo que quería, así, como se
acercaba el día de graduación, el joven esperaba por ver alguna señal de que su padre hubiese
comprado el auto. Finalmente en la mañana del día de graduación su padre le llamó para que fuera a
su habitación. Le dijo lo orgulloso que se sentía de tener un hijo tan bueno y lo mucho que lo amaba.
El padre tenía en sus manos una hermosa caja de regalo. Curioso y algo decepcionado el joven abrió
la caja y encontró una hermosa Biblia de cubiertas de piel y con su nombre escrito con letras de oro.
Enojado le gritó a su padre diciendo: — ¿Con todo el dinero que tienes y lo que me das es esta Biblia?
Salió de la casa y no regreso más. Pasaron muchos años y el joven se convirtió un exitoso hombre de
negocios. Tenía una hermosa casa y una bonita familia, pero cuando supo que su padre, que ya era
anciano, estaba muy enfermo pensó visitarlo. No lo había vuelto a ver desde el día de su graduación.
Antes de que pudiera partir para verlo recibió un telegrama donde decía que su padre había muerto, y
le había heredado todas sus posesiones por lo cual necesitaba urgentemente ir a la casa de su padre
para arreglar todos los trámites de inmediato.
Cuando llegó una tristeza y arrepentimiento lleno su corazón. Pronto empezó a ver todos los
documentos importantes que su padre tenía y encontró la Biblia que en aquella ocasión su padre le
había dado.
Con lágrimas la abrió y empezó a hojear sus páginas. Su padre cuidadosamente había subrayado un
verso en Mateo 7:11: "Y si vosotros siendo malos, sabéis dar buenas guías a vuestros hijos, cuanto
más nuestro Padre dará a sus hijos aquello que le pidan." Mientras leía esas palabras unas llaves de
auto cayeron de la Biblia. Tenía una tarjeta de la agencia de autos donde había visto ese auto
deportivo que había deseado tanto. En la tarjeta estaba la fecha del día de su graduación y las
palabras: "TOTALMENTE PAGADO"
¿Cuantas veces hemos rechazado o perdido la oportunidad de disfrutar o vivir algo porque no viene
envuelto en paquetes hermosos como nosotros esperamos?
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El Verde dijo, "Claramente yo soy el más importante. Soy el signo de vida y de esperanza. Fui
escogido para el pasto, los árboles y las hojas. Sin mí, todos los animales morirían. Miren el campo y
verán que yo estoy en la mayoría."
El Azul interrumpió, "Ustedes solo piensan de la tierra, pero consideren los cielos y el mar. Es el
agua la que es la base de la vida y es elevada por las nubes del mar profundo. El cielo da espacio y
paz y serenidad, sin mi paz Ustedes todos serían nada."
El Amarillo se rió, "Ustedes son todos tan serios. Yo traigo risa, regocijo, y calor al mundo. El sol
es amarillo, la luna es amarilla, las estrellas son amarillas. Cada vez que mire un girasol el mundo
entero empieza a reír. Sin mí no habría diversión."
El Naranja próximo empezó a tocar su trompeta. "Yo soy el color de la salud y la fortaleza. Puedo
ser escaso, pero soy precioso porque sirvo las necesidades de la vida humana. Llevo las más
importantes vitaminas. Piensen en las zanahorias, las calabazas, naranjas, mangos, y papayas. Yo
no ando rondando por ahí todo el tiempo, sino cuando lleno el cielo a la salida y puesta del sol, mi
belleza es tan notable que ninguno da otro pensamiento a ninguno de Ustedes."
El Rojo no podía aguantar por más tiempo, gritó, "Yo soy el regente de todos Ustedes! Soy
sangre — la sangre de la vida! Soy el color de la valentía. estoy dispuesto a pelear por una causa.
Traigo fuego en la sangre. Sin mí, la tierra estaría tan vacía como la luna. Soy el color de la pasión y
del amor, la rosa roja, la poinsetia y la amapola."
El Púrpura se levantó a su plena altura. Era muy alto y habló con gran pompa. "Soy el color de la
realeza y del poder. Los reyes, jefes, y obispos me han siempre escogido a mí, porque soy el signo de
autoridad y sabiduría. La gente no me cuestiona! ellos
escuchan y obedecen."
Lección de Amor
Autor Desconocido.
"El amor es como una cajita, donde se coloca y se saca... Cuando se da amor, se saca de nuestra
cajita y se coloca en la cajita del otro. Cuando se recibe amor, se saca de la cajita del otro y se coloca
en la nuestra."
Creo que esa fue la mejor explicación que recibí hasta hoy del amor ... Si solo se recibe y no se da, la
cajita se llena y nadie mas consigue darte amor. Si solo se da, llega un momento que se acaba el
tuyo. Por eso en la vida es importante dar y recibir amor. No siempre aquel que recibe de nosotros es
quien nos lo da. Ni siempre damos de quien recibimos. Pero siempre estamos haciendo cambios y
reciclando nuestro stock de amor.
No dejes que tu cajita se vacíe, ni dejes que tu cajita se llene. Sepa dar y sepa recibir. Coloca amor en
todo lo que haces, desde que te levantas hasta que te acuestas, en el trabajo, en el tránsito, en casa...
Las cosas, los detalles hechos con amor tienen otro sabor, tanto para quien lo hace como para quien
recibe. Coloca amor en tu sonrisa por la mañana. Coloca amor en el Buen Día. Coloca amor en los
detalles del día. Coloca amor en las pequeñas cosas, y en las grandes también. Y verás que tu vida
estará llena de realizaciones, suceso, alegrías, cosas buenas y amor. Recuerda que la felicidad solo
depende de nosotros y vive mejor!!!
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Una vez un grupo de tres hombres se perdieron en la montaña y había solamente una fruta para
alimentarlos a los tres, quienes casi desfallecían de hambre. Se les apareció entonces Dios y les dijo
que probaría su sabiduría y que dependiendo de lo que mostraran les salvaría. Les preguntó entonces
Dios qué podían pedirle para arreglar aquel problema y que todos se alimentaran.
El primero dijo: "Pues aparece mas comida", Dios contestó que era una respuesta sin sabiduría, pues
no se debe pedir a Dios que aparezca mágicamente la solución a los problemas sino trabajar con lo
que se tiene.
Dijo el segundo entonces: "Entonces haz que la fruta crezca para que sea suficiente", a lo que Dios
contestó que no, pues la solución no es pedir siempre multiplicación de lo que se tiene para arreglar el
problema, pues el ser humano nunca queda satisfecho y por ende nunca sería suficiente.
El tercero dijo entonces: "Mi buen Dios, aunque tenemos hambre y somos orgullosos, haznos
pequeños a nosotros para que la fruta nos alcance". Dios dijo: "Has contestado bien, pues cuando el
hombre se hace humilde y se empequeñece delante de mis ojos, verá la prosperidad".
Saben, se nos enseña siempre a que otros arreglen los problemas o a buscar la salida fácil, siempre
pidiendo a Dios que arregle todo sin nosotros cambiar o sacrificar nada. Por eso muchas veces parece
que Dios no nos escucha pues pedimos sin dejar nada de lado y queriendo siempre salir ganando.
Muchas veces somos egoístas y siempre queremos de todo para nosotros.
Seremos felices el día que aprendamos que la forma de pedir a Dios es reconocernos débiles, y ser
humildes dejando de lado nuestro orgullo. Y veremos que al empequeñecernos en lujos y ser mansos
de corazón veremos la prosperidad de Dios y la forma como Él sí escucha.
Pídele a Dios que te haga pequeño...Haz la prueba!!!!
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Parábola de la Vida
Anthony de Mello
Autor Desconocido.
Siempre que tengas una actitud positiva hallarás la verdadera riqueza de la vida. Si miras dentro de ti
sabrás que posees una gran fortaleza para entregar y para descubrir todas las cosas buenas en los
demás. ¡Qué siempre encuentres un oasis de paz!
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La Verdad Fragmentada
Dicen que el hombre un día quiso saber la VERDAD y se la preguntó a Dios. Dios la escribió en un
gran disco de piedra y vio que era demasiado grande para que el hombre la comprendiera. Pero,
respondiendo a su pedido, arrojó el disco a la Tierra el que se rompió en muchos pedazos.
Cada hombre que recogió uno fundó una religión, o una Iglesia, o una filosofía, o ....... Por lo cual,
todas ellas tienen una parte de la Verdad, la que va a estar en manos de la humanidad en el momento
en que todos se unan. ¡Todos juntos un día!
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Estamos de Paso
El despego es una cualidad de los que saben que estamos acá de paso y son libres sin aferrarse a las
cosas. Si aprecias más la riqueza interior que la exterior vives sencillamente y vives profundamente.
Somos peregrinos. Avanzamos mucho cuando caminamos ligeros de equipaje.
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Cuando Noé estaba plantando una viña, se apareció Satán y pidió permiso para ayudarlo.
Satán trajo primero un cordero, lo mató y vertió su sangre sobre los surcos. Después empapó la tierra
con sangre de león. A continuación atrapó un mono y usó su sangre del mismo modo. Y finalmente le
tocó el turno a un cerdo. Entonces Satán le explicó a Noé sus intenciones:
Cuando el hombre tome la primera copa de vino se volverá dulce y alegre como el cordero. Con la
segunda copa, será valiente y peleador como el león, jactándose de su poder. Después de la tercera
copa, se pondrá en ridículo como un mono. Pero si toma cuatro o más copas se convertirá en un
cerdo repugnante, sucio y bestial, capaz de revolcarse en el barro.
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Comparte Tu Maíz
Autor Desconocido
En cierta ocasión un reportero le preguntó a un agricultor si podía divulgar el secreto de su maíz, que
ganaba el concurso al mejor producto, año tras año. El agricultor confesó que se debía a que
compartía su semilla con los
vecinos.
Lo mismo es con otras situaciones de nuestra vida. Quienes quieran lograr el éxito deben ayudar a
que sus vecinos también tengan éxito. Quienes decidan vivir bien, deben ayudar a que los demás
vivan bien, porque el valor de una vida se mide por las vidas que toca. Y quienes optan por ser felices,
deben ayudar a que otros encuentren la felicidad, porque el bienestar de cada uno se halla unido al
bienestar de todos.
Que Dios les conceda la gracia del éxito en sus vidas compartiendo lo que Dios les da.
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Viéndose a Sí Mismo
Autor Desconocido
— Cuando mires a tus compañeros procura mirarte a ti mismo, dijo el maestro al discípulo.
— Pero, ¿no es una actitud egoísta?, cuestionó el discípulo. Si nos preocupamos por nosotros
mismos jamás veremos lo que los otros tienen de bueno para ofrecer.
— Ojalá siempre consiguiéramos ver las cosas buenas que están a nuestro alrededor —contestó el
maestro— pero, en verdad, cuando miramos al prójimo estamos sólo buscando defectos. Intentamos
descubrir una maldad, porque deseamos que sea peor que nosotros. Nunca lo perdonamos si nos
hiere porque creemos que jamás seríamos perdonados por él. Conseguimos herirlo con palabras
duras afirmando que decimos la verdad, cuando apenas estamos intentando ocultarla de nosotros
mismos. Fingimos que somos importantes para que nadie pueda ver nuestra fragilidad. Por eso
siempre que estés juzgando a tu hermano ten conciencia de que eres tú quien está en el tribunal.
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Contemplando el Peligro
Autor Desconocido
—He pasado gran parte de mi vida viendo cosas que no debía ver, deseando cosas que no debía
desear, haciendo planes que no debía hacer.
El maestro invitó al discípulo a dar un paseo. Por el camino señaló una planta y preguntó al discípulo
si sabía lo que era.
— Pero no puede matar a quien se limite a contemplarla. De la misma manera los deseos negativos
no pueden causar ningún mal, si tú no te dejas seducir por ellos.
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El Diamante
Anthony de Mello
El hombre se quedó mirando la piedra con asombro. ¡Era un diamante! Tal vez el mayor diamante del
mundo, pues, era tan grande como la mano de un hombre. Tomó el diamante y se marchó.
Pasó la noche dando vueltas en la cama, totalmente incapaz de dormir. Al día siguiente, al amanecer,
fue a despertar al sanyasi y le dijo:
— Dame la riqueza que te permite desprenderte con tanta facilidad de este diamante.
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Autor Desconocido
Una mujer salió de su casa y vio a tres viejos de largas barbas sentados frente a su jardín. Ella no los
conocía y les dijo:
—No creo conocerlos, pero deben tener hambre. Por favor entren a mi casa para que coman algo.
Ellos preguntaron:
—No podemos entrar a una casa los tres juntos, explicaron los viejitos.
— ¿Por qué?, quiso saber ella.
La mujer entró a su casa y le contó a su marido lo que ellos le dijeron. El hombre se puso feliz:
— ¡Qué bueno! Y ya que así es el asunto entonces invitemos a Riqueza, que entre y llene nuestra
casa.
La hija del matrimonio estaba escuchando desde la otra esquina de la casa y vino corriendo:
— ¿No sería mejor invitar a Amor? Nuestro hogar estaría entonces lleno de amor.
— Hagamos caso del consejo de nuestra hija, dijo el esposo a su mujer. Ve afuera e invita a Amor a
que sea nuestro huésped.
— ¿Cuál de ustedes es Amor? Por favor que venga y que sea nuestro invitado.
Amor se puso de pie y comenzó a caminar hacia la casa. Los otros dos también se levantaron y le
siguieron. Sorprendida, la dama les preguntó a Riqueza y a Éxito:
—Si hubieras invitado a Riqueza o a Éxito los otros dos habrían permanecido afuera, pero ya que
invitaste a Amor, donde vaya él, nosotros vamos con él. Donde quiera que hay amor, hay también
riqueza y éxito.
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MI DESEO PARA TI ES... Donde haya dolor, te deseo paz y misericordia. Donde hay falta de fe en ti
mismo, te deseo una confianza renovada en tu capacidad para superarla. Donde haya temor, te
deseo amor y valor.
A un sabio hindú estaban leyéndole la Vida de Jesús. Cuando supo cómo Jesús había sido
rechazado por su propia gente en Nazaret, exclamó: "Un rabino cuya congregación no desee
expulsarlo de la ciudad no es un rabino."
Y cuando oyó cómo los sacerdotes condenaron a muerte a Jesús, suspiró y dijo: "Que difícil le resulta
a Satán engañar a todo el mundo... Por eso escoge a destacados eclesiásticos en las diferentes
partes del globo."
El lamento de un obispo: "Dondequiera que Jesús estuvo, hubo una revolución; dondequiera que voy
yo, me sirven té."
Índice
El Ratón Preocupado
Anthony de Mello
(El texto no es verbatim)
Cuenta una antigua fábula india que había un ratón que estaba siempre angustiado porque tenía
miedo del gato. Un mago se compadeció de él y lo convirtió... en un gato.
Pero entonces empezó a sentir miedo del perro. De modo que el mago lo convirtió en perro. Luego
empezó a sentir miedo de la pantera, y el mago lo convirtió en pantera. Con lo cual comenzó a temer
al cazador.
Llegado a este punto el mago se dio por vencido y volvió a convertirlo en ratón, diciéndole: "Nada de
lo que haga por ti va a servirte de ayuda, porque siempre tendrás el corazón de un ratón."
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Mónica Barbagallo
Días después el Buda se cruzó con su primo y lo saludó afectuosamente. Muy sorprendido Devadatta
preguntó:
— ¿No estás enfadado, señor?
—No, claro que no.
Sin salir de su asombro, inquirió:
— ¿Por qué?
Y el Buda dijo:
—Porque ni tú eres ya el que arrojó la roca, ni yo soy ya el que estaba allí cuando fue arrojada.
El Maestro dice: Para el que sabe ver, todo es transitorio; para el que sabe amar, todo es
perdonable. Repite a diario: Perdono a todo el que necesite mi perdón y me perdono a mi mismo, tres
veces al levantarte, tres veces al acostarte —por lo menos— y siente que perdonas desde el fondo de
tu corazón.
Cuando perdonamos actuamos con la energía de nuestra Presencia de Dios interior... y ten en cuenta
que con perdonar te quitas una mochila pesada.
Índice
Lo cogió contra su pecho, lo besó en la cabeza y le preguntó qué le había dicho el Maestro.
—¿Cómo se llama mi padre? -dijo el niño. Porque me ha dicho el Señor Gautama que sólo un
Brahmín puede aspirar a la suprema sabiduría.
La mujer bajó los ojos y le habló dulcemente:
—Cuando joven yo era pobre y conocí muchos amos. Sólo puedo decirte que tú viniste a los brazos
de tu madre Jabala, que no tuvo marido.
Los primeros rayos del sol ardían en la copa de los árboles de la ermita del bosque. Los niños, aún
mojado el revuelto pelo del baño de la mañana, estaban sentados ante su Maestro, bajo un árbol
viejo. Llegó Satyakama, le hizo una profunda reverencia al Maestro y se quedó de pie en silencio.
Entonces se levantó un rumor como el zumbido iracundo de las abejas hostigadas en su colmena. Y
los estudiantes murmuraban entre dientes de la desvergonzada insolencia del niño sin padre.
Pero el Maestro Gautama se levantó, trajo al niño con sus brazos hasta su pecho y le dijo:
—Tú eres el mejor de todos los brahmines, hijo mío, porque tienes la herencia más noble que es de la
verdad.
Índice
Samadhi
Autor Desconocido
El viento paró. Las aves callaron respetuosas. El cielo entero pareció detenerse
a escuchar mientras dentro del alma del santo ermitaño una voz silenciosa
parecía elevarlo a otros mundos: Solo cuando el Alma habla las palabras viven.
Solo cuando el corazón es libre puede el amor ser expresado. Solo cuando el
oído escucha, el verbo actúa. Solo si los ojos son puestos en la luz pueden los
pasos ser dirigidos correctamente. Solo si el pensamiento calla, el Maestro
habla. Solo en la ausencia de deseos puede la paz florecer. Solo cuando los
ídolos caen puede ser encendida la antorcha de la libertad. Solo trascendiendo
la pequeñez del ser se llega al santuario interior. Solo en la ausencia de la
personalidad, Dios revela su plan. Solo disolviendo la ilusión del tiempo y el espacio se comprende al
espíritu...
... Las horas pasaron y el sol brilló nuevamente en el horizonte. Y el santo anciano se sumergió en el
Samadhi para despertar en los reinos de Dios.
La Conversión
Y vio un destello repentino que alumbró la noche oscura que lo envolvía y sus ojos no volvieron a
mirar como antes. Vio el dolor de los enfermos y supo que necesitaban amor. Que muchas de sus
enfermedades eran producto de la falta de amor. Vio al rostro de los delincuentes y supo que en sus
actos estaban pidiendo amor porque buscaban protestar por la soledad y la incomprensión que
sentían. Vio la angustia de los hambrientos y percibió la falta de amor. Vio la cara de los malvados y
crueles y comprendió la soledad y el temor que rodeaban sus corazones y entendió su imperiosa
necesidad de amor. Vio los ríos contaminados, las tierras resecas, los valles desiertos y supo que el
mundo necesitaba amor. Y entonces pensó: "HOY CANTARÉ AL AMOR, Y MI VIDA SERÁ UN
ETERNO ARPEGIO DE AMOR".
Índice
Había una vez un rey que tenía cuatro esposas. Él amaba a su cuarta esposa más que a las demás y
la adornaba con ricas vestiduras y la complacía con las delicadezas más finas. Sólo le daba lo mejor.
También amaba mucho a su tercera esposa y siempre la exhibía en los reinos vecinos. Sin embargo,
temía que algún día ella se fuera con otro.
También amaba a su segunda esposa. Ella era su confidente y siempre se mostraba bondadosa,
considerada y paciente con él. Cada vez que el rey tenía un problema, confiaba en ella para ayudarle
a salir de los tiempos difíciles.
La primera esposa del rey era una compañera muy leal y había hecho grandes contribuciones para
mantener tanto la riqueza como el reino del monarca. Sin embargo, él no amaba a su primera esposa
y aunque ella le amaba profundamente, apenas si él se fijaba en ella.
Un día el rey enfermó y se dio cuenta que le quedaba poco tiempo. Pensó acerca de su vida de lujo y
caviló: "Ahora tengo cuatro esposas conmigo pero, cuando muera, estaré solo." Así que le preguntó a
su cuarta esposa: "Te he amado más que a las demás, te he dotado con las mejores vestimentas y te
he cuidado con esmero. Ahora que estoy muriendo, ¿estarías dispuesta a seguirme y ser mi
compañía?" "¡Ni pensarlo!", contestó la cuarta esposa y se alejó sin decir más palabras. Su respuesta
penetró en su corazón como un cuchillo filoso.
El entristecido monarca le preguntó a su tercera esposa: "Te he amado toda mi vida. Ahora que estoy
muriendo, ¿estarías dispuesta a seguirme y ser mi compañía?" "¡No!", contestó su tercera esposa.
"¡La vida es demasiado buena! Cuando mueras, pienso volverme a casar!" Su corazón experimentó
una fuerte sacudida y se puso frío.
Entonces preguntó a su segunda esposa: "Siempre he venido a ti por ayuda y siempre has estado allí
para mí. Cuando muera, ¿estarías dispuesta a seguirme y ser mi compañía?" "Lo siento, ¡no puedo
ayudarte esta vez!", contestó la segunda esposa. "Lo más que puedo hacer por ti es enterrarte". Su
respuesta vino como un relámpago estruendoso que devastó al rey.
Entonces escuchó una voz: "Me iré contigo y te seguiré doquiera tus vayas". El rey dirigió la mirada en
dirección de la voz y allí estaba su primera esposa. Se veía tan delgaducha, sufría de desnutrición.
Profundamente afectado, el monarca dijo: "Debí haberte atendido mejor ¡cuando tuve la oportunidad
de hacerlo!"
En realidad, todos tenemos cuatro esposas en nuestras vidas. Nuestra cuarta esposa es nuestro
cuerpo. No importa cuanto tiempo y esfuerzo invirtamos en hacerlo lucir bien, nos dejara cuando
muramos.
Nuestra tercera esposa es nuestras posesiones, condición social y riqueza. Cuando muramos, irán a
parar a otros.
Nuestra segunda esposa es nuestra familia y amigos. No importa cuanto nos hayan sido de apoyo a
nosotros aquí, lo más que podrán hacer es acompañarnos hasta el sepulcro.
Y nuestra primera esposa es nuestro espíritu, frecuentemente ignorado en la búsqueda de la fortuna,
el poder y los placeres del ego. Sin embargo, nuestro espíritu es lo único que nos acompañará
doquiera que vayamos.
Comentario
Así que, ¡despierta ahora! Es el más grande regalo que te puedes ofrecer. Deja salir a tu espíritu
libremente! Que él sea quien te guíe.
Una forma muy práctica para empezar la búsqueda del espíritu (tu despertar) es la Aceptación de
nuestra condición divina y fue amorosamente dejada a nosotros por Nuestro Señor Jesucristo.
Ahora, si así lo quieres, envíala [esta historia] a aquellas personas que quieren liberarse de la ficción
(Maya) y gozar el espíritu. ¿Sabes por qué? Porque tontamente nos dedicamos a adorar a nuestro
cuerpo, a nuestra riqueza y a nuestros parientes y amigos, y no dejamos tiempo para la única
posesión valiosa: El Espíritu. Sin embargo, yo sé que cualquier descripción es vana ante la realidad:
solo quien a probado un caramelo conoce su sabor. ¡Te deseo un feliz despertar!
Índice
El Secreto de la Felicidad
Paulo Coelho
Cierto mercader envió a su hijo con el más sabio de todos los hombres para que aprendiera el Secreto
de la Felicidad. El joven anduvo durante cuarenta días por el desierto, hasta que llegó a un hermoso
castillo, en lo alto de la montaña. Allí vivía el sabio que buscaba.
Sin embargo, en vez de encontrar a un hombre santo, nuestro héroe entró en una sala y vio una
actividad inmensa; mercaderes que entraban y salían, personas conversando en los rincones, una
pequeña orquesta que tocaba melodías suaves y una mesa repleta de los más deliciosos manjares de
aquella región del mundo.
El sabio conversaba con todos, y el joven tuvo que esperar dos horas para que lo atendiera. El sabio
escuchó atentamente el motivo de su visita, pero le dijo que en aquel momento no tenía tiempo de
explicarle el Secreto de la Felicidad. Le sugirió que diese un paseo por su palacio y volviese dos horas
más tarde.
—Pero quiero pedirte un favor —añadió el sabio entregándole una cucharita de té en la que dejó caer
dos gotas de aceite—. Mientras caminas, lleva esta cucharita y cuida que el aceite no se derrame.
El joven comenzó a subir y bajar las escalinatas del palacio manteniendo siempre los ojos fijos en la
cuchara. Pasadas las dos horas, retornó a la presencia del sabio.
—¿Qué tal? —preguntó el sabio— ¿Viste los tapices de Persia que hay en mi comedor? ¿Viste el
jardín que el Maestro de los Jardineros tardó diez años en crear? ¿Reparaste en los bellos
pergaminos de mi biblioteca?
El joven avergonzado, confesó que no había visto nada. Su única preocupación había sido no
derramar las gotas de aceite que el Sabio le había confiado.
—Pues entonces vuelve y conoce las maravillas de mi mundo, dijo el Sabio. No puedes confiar en un
hombre si no conoces su casa.
Ya más tranquilo, el joven tomó nuevamente la cuchara y volvió a pasear por el palacio, esta vez
mirando con atención todas las obras de arte que adornaban el techo y las paredes.
Vio los jardines, las montañas a su alrededor, la delicadeza de las flores, el esmero con que cada
obra de arte estaba colocada en su lugar. De regreso a la presencia del Sabio, le relató
detalladamente todo lo que había visto.
—¿Pero dónde están las dos gotas de aceite que te confié?, preguntó el Sabio. El joven miró la
cuchara y se dio cuenta de que las había derramado.
—Pues éste es el único consejo que puedo darte —le dijo el más Sabio de todos los Sabios—. El
Secreto de la Felicidad está en mirar todas las maravillas del mundo, pero sin olvidarse nunca de las
dos gotas de aceite en la cuchara.
“El Secreto de la Felicidad está en saber disfrutar de los grandes placeres de la vida sin olvidar las
pequeñas cosas que tenemos a nuestro alcance"...
Índice
Autor Desconocido
Esta es la historia de un muchachito que tenía muy mal carácter. Su padre le dio una bolsa de clavos
y le dijo que cada vez que perdiera la paciencia, debería clavar un clavo detrás de la puerta. El primer
día, el muchacho clavo 37 clavos detrás de la puerta. Las semanas que siguieron, a medida que él
aprendía a controlar su genio, clavaba cada vez menos clavos detrás de la puerta. Descubrió que era
más fácil controlar su genio que clavar clavos detrás de la puerta.
Llegó el día en que pudo controlar su carácter durante todo el día. Después de informar a su padre,
éste le sugirió que retirara un clavo cada día que lograra controlar su carácter. Los días pasaron y el
joven pudo anunciar a su padre que no quedaban más clavos para retirar de la puerta.
—Has trabajado duro, hijo mío, pero mira todos esos hoyos en la puerta. Nunca más será la misma.
Cada vez que tú pierdes la paciencia, dejas cicatrices exactamente como las que aquí ves.
Tú puedes insultar a alguien y retirar lo dicho, pero del modo como se lo digas lo devastara, y la
cicatriz perdurara para siempre. Una ofensa verbal es tan dañina como una ofensa física.
Los amigos son en verdad una joya rara. Ellos te hacen reír y te animan a que tengas éxito. Ellos te
prestan todo, comparten palabras de elogio y siempre quieren abrirnos sus corazones. Muestra a tus
conocidos y amigos cuanto te importan y envía este mensaje a quien consideres tu AMIGO, incluso si
al final terminas enviándolo a quien te lo mando primero. Si es que este mensaje regresa a ti,
entonces tu sabrás que tienes un circulo de amigos.
TÚ ERES MI AMIGO/A. Ahora envía este mensaje a cada conocido que tengas!! Y a tus amigo(a)s.
Este mensaje me lo envió un amigo y ahora lo comparto contigo. Por favor si alguna vez deje una
cicatriz en tu puerta, discúlpame y gracias por ser mi amigo/a.
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Autor Desconocido
Un grupo de estudiantes de Geografía estudiaba las siete maravillas del mundo. Al término de la
clase se les pidió hacer una lista de las que ellos consideraban deberían ser realmente las Siete
Maravillas del Mundo.
A pesar de algunos desacuerdos, la mayoría votó por lo siguiente: Las Pirámides de Egipto, El Taj
Mahal, El Gran cañón, El Canal de Panamá, El Empire State, La Basílica de San Pedro, La Muralla
China.
Mientras se hacía la votación el maestro notó que una estudiante permanecía aún callada y no había
entregado aún su lista. Así que le preguntó si tenía problema para hacer aún su elección. La
muchacha tímidamente respondió:
El maestro dijo:
—Bueno, dinos lo que haz escrito y tal vez podamos ayudarte.
Es muy sencillo para nosotros poder ver muchas de las hazañas del hombre y referirnos a ellas como
maravillas, cuando a veces pasan desapercibidas las maravillas que Dios hizo por nosotros y que son
sencillamente “comunes”.
¡Que hoy te acuerdes de aquellas cosas que son realmente maravillosas!
Índice
A un individuo dotado de auténtico espíritu emprendedor pero al que desalentaban las frecuentes
críticas que se le hacían, le dijo el Maestro: "Escucha las palabras del crítico que te revelarán lo que
tus amigos tratan de ocultarte".
Y añadió: "Pero no te dejes abrumar por lo que el crítico diga. Nunca se ha erigido una estatua en
homenaje a un crítico. Las estatuas son para los criticados".
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El Niño y el Yogui
Autor Desconocido
—Tú eres mi maestro. Ojalá que cada vez que me siente a meditar pueda estar tan concentrado como
tú dirigiendo mis pensamientos al Ser Supremo y que, como te sucede a ti, nada pueda distraerme.
Dice el Maestro: Que durante la meditación todo tu ser esté dirigido hacia el objeto de introspección.
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Había una vez un hombre que calumnió grandemente a un amigo suyo, todo por
la envidia que le tuvo al ver el éxito que éste había alcanzado.
Tiempo después se arrepintió de la ruina que trajo con sus calumnias a ese
amigo, y visitó a un hombre muy sabio a quien le dijo:
—Quiero arreglar todo el mal que hice a mi amigo, ¿cómo puedo hacerlo?
A lo que el hombre respondió:
—Toma un saco lleno de plumas ligeras y pequeñas y suelta una en cada lugar donde vayas.
El hombre muy contento por aquello tan fácil tomó el saco lleno de plumas y al cabo de un día las
había soltado todas.
El hombre se sintió muy triste, pues sabía lo que eso significaba y no pudo juntar casi ninguna. Al
volver, el hombre sabio le dijo:
—Así como no pudiste juntar de nuevo las plumas que volaron con el viento, así mismo el mal que
hiciste voló de boca en boca y el daño ya está hecho.
Por lo cual el perdón es lo único que hará ¡que tu saco se llene de plumas nuevamente!
Índice
Autor Desconocido
Había una vez un chico que nació enfermo. Una enfermedad que no tenía cura. Con 17 años y
podría morir en cualquier momento. Siempre vivió en su casa, bajo el cuidado de su madre. Ya
estaba harto y decidió salir sólo por una vez. Le pidió permiso a su madre y ella aceptó. Caminando
por su manzana vio muchas tiendas. Al pasar por una tienda de música y ver el aparador, notó la
presencia de una niña muy tierna de su edad.
Fue amor a primera vista.
Abrió la puerta y entró sin
mirar nada que no fuera
ella. Acercándose poco a
poco llegó al mostrador
donde se encontraba ella.
Ella lo miró y le dijo
sonriente:
—¿Quieres que te lo
envuelva?, preguntó la
niña sonriendo de nuevo.
Él respondió que sí, moviendo la cabeza; y ella fue al almacén para volver con el paquete envuelto y
entregárselo. Él lo tomó y salió de la tienda. Se fue a su casa, y desde ese día en adelante visitó la
tienda todos los días para comprar un CD. Siempre se los envolvía la niña para luego llevárselos a su
casa y meterlos en su armario.
Él era muy tímido para invitarla a salir y aunque trataba, no podía. Su mamá se enteró de esto e
intentó animarlo a que se atreviera, así que al siguiente día se armó de coraje y se dirigió a la tienda.
Como todos los días compró otra vez un CD, y como siempre, ella se fue atrás para envolverlo. Él
tomó el CD; y mientras ella no estaba viendo, rápidamente dejo su teléfono en el mostrador y salió
corriendo de la tienda.
—¿Bueno? Era la niña, pregunto por su hijo, y la madre desconsolada comenzó a llorar mientras
decía:
Hubo un silencio prolongado, excepto los lamentos de la madre. Más tarde; la mamá entró en el
cuarto de su hijo para recordarlo. Ella decidió empezar por ver su ropa, así que abrió su armario.
Para su sorpresa se topó con montones de CDs envueltos. Ni uno estaba abierto.
Le causó curiosidad ver tantos y no se resistió; tomó uno y se sentó sobre la cama para verlo; al hacer
esto, un pequeño pedazo de papel salió de la cajita plástica. La mamá lo recogió para leerlo y decía:
De tanta emoción la madre abrió otros y otros pedazos de papel en varios CD; y estos decían lo
mismo....
Moraleja:
Así es la vida, no esperes demasiado para decirle a ese alguien especial lo que sientes. Díselo hoy.
Mañana puede ser muy tarde.
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Autor Desconocido
Una niñita le estaba hablando de las ballenas a su maestra. La profesora dijo que era físicamente
imposible que una ballena se tragara a un ser humano porque aunque era un mamífero muy grande
su garganta era muy pequeña. La niña afirmó que Jonás había sido tragado por una ballena.
Irritada, la profesora le repitió que una ballena no podía tragarse ningún humano; físicamente era
imposible. La niñita dijo:
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Una honesta niña de siete años admitió calmadamente a sus papás que Luis Miguel la había besado
después de la clase.
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Un niñito de tres años fue con su papá a ver una camilla de gatitos recién nacidos. De regreso a casa,
le informó apresuradamente a su mamá que había dos gatitos y dos gatitas.
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—Imagínense qué bonito será cuando ya sean grandes todos y digan: allí está
Catalina, es abogada; o también ese es Miguel, ahora es doctor.
Cultivo
El Maestro le dijo:
—El bueno propone prácticas; el mal maestro propone teorías.
—Pero, ¿cómo podré distinguir entre una práctica buena y una práctica mala?
—Del mismo modo que un agricultor distingue entre un cultivo bueno y un cultivo malo.
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El Valor de la Mujer
Autor Desconocido
Cuenta la leyenda que al principio del mundo cuando Dios decidió crear a la mujer encontró que había
agotado todos los materiales sólidos en el hombre y no tenía más de que disponer. Ante este dilema
y después de profunda meditación, hizo esto:
El Paquete de Galletas
Autor Desconocido
Una noche estaba una mujer en un aeropuerto esperando varias horas antes de que partiera su propio
vuelo. Mientras esperaba compró un libro y un paquete de galletas para pasar el tiempo. Buscó
asiento y se sentó a esperar. Estaba muy absorta leyendo su libro, cuando de repente notó que el
joven que se había sentado a su lado estiraba la mano, con mucha frescura agarraba
despreocupadamente del paquete de galletas que estaba entre ellos y comenzaba a comerlas, una a
una. No queriendo hacer una escena ella trató de ignorarlo. Un poco molesta la señora comía las
galletas y miraba el reloj, mientras que el joven ladrón de galletas, sin vergüenza casi también se las
estaba acabando. La señora se empezó a irritar más y pensaba para sí misma:
"Si no fuese yo tan buena y educada, ya le hubiera dejado un moretón en el ojo a este atrevido".
Cada vez que ella comía una galleta, él también se comía otra. El diálogo de sus miradas continuaba
cuando se quedaba una, se preguntaban quién lo haría. Con suavidad y con una sonrisa nerviosa, el
joven alargó la mano, tomó la última galleta, la partió en dos y le ofreció la mitad a la señora mientras
se comía la otra mitad. Ella tomó media galleta bruscamente de su mano y pensaba:
"¡Qué hombre más insolente! ¡Qué mal educado! ¡Ni siquiera me dio las gracias! Nunca antes había
conocido a alguien tan fresco..."
Suspiró con ansias cuando su vuelo fue anunciado. Tomó sus maletas y se dirigió a la puerta de
embarque rehusándose a mirar en dirección en donde estaba sentado aquel ladrón ingrato. Después
de haber abordado el avión y de estar sentada confortablemente, buscó otra vez su libro que ya casi
había terminado de leer. Al buscar su libro dentro su bolsa se quedó talmente sorprendida cuando
encontró el paquete de galletas casi intacto.
"Si mis galletas están aquí", ella pensó y apesadumbrada, "las otras eran suyas, y trató de
compartirlas conmigo."
Demasiado tarde para pedirle disculpas al joven, se dijo lenta con mucho pesar, que ella había sido la
insolente, la mal educada, la ladrona y no lo sabía.
¿Cuantas veces en nuestras vidas, hemos sabido con certeza que algo era de cierta forma solo para
luego descubrir que lo que creímos era la verdad. . . no lo era? Cuántas veces la desconfianza
instigada en nosotros hace que juzguemos injustamente a otras personas con ideas preconcebidas,
muchas veces alejadas de la realidad.
Por eso pensemos muy bien antes de juzgar a otros. Demos siempre el beneficio de la duda antes de
pensar mal de los demás.
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Autor Desconocido
Lynell Waterman cuenta la historia del herrero que, después de una juventud llena de excesos, decidió
entregar su alma a Dios. Durante muchos años trabajando ahincadamente, practicaba la caridad,
pero, a pesar de todas su dedicaciones nada perecía andar bien en su vida, muy por el contrario, sus
problemas y sus deudas se acumulaban día a día. Una hermosa tarde un amigo que lo visitaba, y que
sintió compasión por su situación, le comentó:
—Realmente es muy extraordinario que justamente después de haber decidido volverte un hombre
temeroso de Dios, tu vida haya comenzado a empeorar. No deseo debilitar tu fe, pero a pesar de tus
creencias en el mundo espiritual, nada ha mejorado.
El herrero no respondió en seguida pues ya había pensando en eso muchas veces, sin entender lo
que acontecía con su vida, sin embargo, como no deseaba dejar al amigo sin respuesta, comenzó a
hablar, y terminó por encontrar la explicación que buscaba. He aquí lo que dijo el herrero:
—En este taller yo recibo el acero así, sin trabajar, y debo transformarlo en espadas.
—¿Sabes tú cómo se hace esto?
—Primero, caliento la chapa de acero a un calor infernal, hasta que se pone al rojo vivo. Enseguida,
sin ninguna piedad, tomo el martillo muy pesado y le aplico varios golpes, hasta que la pieza adquiere
la forma deseada. Luego la sumerjo en un balde de agua fría y el taller entero se llena con el ruido el
vapor, porque la pieza estalla y grita a causa del violento cambio de temperatura. Tengo que repetir
este proceso hasta obtener la espada perfecta: una sola vez no es suficiente.
Autor Desconocido
—Señor, visité toda tu creación. Fui a todos los cantos. Estuve en todos los
lugares. Vi que eres parte de todas las cosas. Y por eso vine hasta Ti, Señor, para
tratar de entender ¿por qué cada una de las personas sobre a tierra tiene apenas un
ala? Los ángeles tenemos dos. Podemos ir hasta el Amor que el Señor representa
siempre que lo deseamos. Podemos volar hacia la libertad siempre que queramos.
Pero los humanos con su única ala no pueden volar. No podrán volar con apenas
un ala...
Dios respondió:
—Sí, Yo sé eso. Sé que hice a los humanos solamente con un ala...
Que Usted, si aún no ha encontrado su otra ala, que un día muy cercano, la encuentre. Y se alcen los
dos en magnífico vuelo.
Índice
Autor Desconocido
El cuento de Pinocho es la historia del alma humana en su viaje de evolución
espiritual. Pinocho es creado bajo la influencia de dos
personajes, uno masculino y otro femenino (que simbolizan los
dos aspectos de Dios.)
El mayor deseo de Geppetto es que Pinocho llegue a ser un niño de verdad. Y sabe que su deseo
sólo puede hacerse realidad si Pinocho aprende y crece, por lo que lo envía a la escuela, (nuestro
desenvolvimiento es un proceso de aprendizaje permanente.)
En su representación teatral Pinocho recibe grandes aplausos, y está muy contento, pero después de
la actuación lo encierran en una jaula (El dejarnos llevar por el orgullo, por el "yo", puede darnos
placer, pero a la larga siempre produce dolor, porque esclaviza el alma.)
El Hada Azul acude junto a él, preguntándole la causa de su encierro, y Pinocho intenta justificarse
ante ella diciendo mentiras; pero con cada mentira que dice le crece la nariz. Entonces Pinocho
descubre que el mal no puede ocultarse, y reconoce sus errores con honestidad, arrepintiéndose de
ellos (lo mismo ocurre con nosotros; mientras nos auto justificamos y no reconocemos nuestros
errores ante Dios y ante nosotros mismos, no podemos aprender.)
El Hada entonces le libera y recibe otra
oportunidad. Pepito Grillo está decidido
ayudar a Pinocho a no salirse del buen
camino, pero tardan poco en presentarse
nuevas tentaciones. Vuelve aparecer Juan
el Honrado, que le invita a la Isla del Placer,
un lugar donde los niños pueden divertirse
todo el día y satisfacer todos sus deseos.
Pinocho no puede resistir la atracción de
viajar a la Isla y se une al grupo. (Nuestra
gran tentación es no tener que esforzarnos,
recibirlo todo a cambio de nada.)
Pero Pinocho se da cuenta a tiempo. Cuando descubre que les están saliendo orejas y rabo de burro,
se dirige a Pepito Grillo para pedirle ayuda. Esto le salva, porque Pepito Grillo sabe cómo puede
escaparse de la Isla. En cuanto están libres empiezan a buscar a Geppetto. Pero vuelven a su casa y
descubren que ha desaparecido; ha ido a buscar a Pinocho. (Esta imagen tiene una importancia
fundamental, pues nos da a entender que no sólo buscamos nosotros a Dios, sino que Dios nos busca
a nosotros también.)
Pinocho recibe indicaciones sobre el paradero de su padre. Podrá encontrarlo en el fondo del mar, en
el vientre de una gran ballena que se tragó la barca de Geppetto. (El animal marino es un antiguo
símbolo de la reconciliación del espíritu y la materia. El mar es un símbolo del inconsciente. Así, el
cuento nos dice que encontraremos nuestra inspiración espiritual, nuestra verdadera naturaleza, en
nuestro propio yo inconsciente, en el fondo de nosotros mismos.)
Cuando Pinocho y Pepito Grillo buscan a Geppetto en el mar, los traga la misma ballena. En el vientre
de ésta tiene lugar una alegre reunión de Pinocho con su padre, pero pronto se dan cuenta que deben
escaparse para seguir juntos a la luz del día y en tierra firme. (Dicho de otro modo, nuestro viaje
espiritual no termina cuando empezamos a reencontrarnos con nuestras profundidades espirituales en
nuestros sueños, en nuestras oraciones, o en nuestras meditaciones. El paso siguiente es llevar este
estado superior de la conciencia a la vida diaria, y eso suele ser lo más difícil.)
En el cuento, Pinocho tiene un plan. Se le ocurre un modo de escapar que requiere mucha fuerza y
valor, y lo consigue. Pero cuando están en medio del mar, Geppetto parece que se va ahogar y
Pinocho se sacrifica para salvarle. (Y esta es precisamente la clave, lo que le va hacer merecedor de
ser un niño de verdad; el amor desinteresado. Cuando la necesidad del otro es más importante que la
mía, cuando "yo" dejo de ser yo y el centro de mi vida, se abre la puerta que deja paso al milagro.)
Al volver Geppetto en sí en la playa, se encuentra a su lado el cuerpo sin vida de su hijo. Muy
afectado se lo lleva a casa y lo deposita en la cama. Pero la acción de amor del niño, dando su vida
por su padre, le ha hecho merecedor de ser un niño de verdad. Este resucita y se cumple así su
destino; ser un niño verdadero. (Este cuento es el símbolo de nuestro propio viaje de
desenvolvimiento espiritual.)
El significado de la vida es que seguimos el proceso de reconocer nuestra verdadera naturaleza en
Dios: Conscientes y co-creadores. Toda la clave para ello es el amor, la ofrenda desinteresada, que
significa a su vez la renuncia al "yo" personal y egoísta. El propósito de la vida que compartimos
todos los hombres es manifestar en lo finito lo infinito, llevar lo divino a lo humano, dar expresión
individual a nuestras cualidades espirituales.
Índice
Una vez que aquel hombre se hubo ido, el Maestro, a modo de indirecta, dijo
una sola frase: "Los que duermen en el suelo nunca se caen de la cama."
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Cuando siento el viento sobre mi cara, me tenso contra él. Siento que me despeina y me hace
retroceder cuando camino. Mis niños cierran los ojos, abren sus brazos y vuelan con él, hasta que
caen en tierra riéndose.
Cuando rezo, yo digo a Ti y Tú y otórgame esto, dame eso. Mis niños dicen, "Hola, Dios! Gracias por
mis juguetes y mis amigos. Por favor aléjeme de los malos sueños esta noche. Discúlpeme pero no
quiero ir al Cielo todavía. Extrañaría a mi Mami y Papi."
Cuando veo un charco de fango, me paro a un lado de él. Veo zapatos enlodados y alfombras
sucias. Mis niños se sientan en él. Ellos ven represas para construir, ríos para cruzar y gusanos con
los cuales jugar.
¿Me pregunto si se nos dan niños para que les enseñemos o para que aprendamos de ellos?
¡¡No sorprende que Dios ame a los niñitos!! Disfrute las pequeñas cosas de la vida, porque un día Ud.
puede mirar hacia atrás y darse cuenta que eran ellas las cosas grandes.
Autor Desconocido
Cuando observo el campo sin arar, cuando los aperos de labranza están olvidados, cuando la tierra
está quebrada, me pregunto: ¿Dónde estarán las manos de Dios?
Cuando observo la injusticia, la corrupción, el que explota al débil; cuando veo al prepotente
pedante enriquecerse del ignorante y del pobre, del obrero y del campesino carente de recursos para
defender sus derechos, me pregunto: ¿Dónde estarán las manos de Dios?
Cuando contemplo a esta anciana olvidada, cuando su mirada es nostalgia y balbucea todavía
algunas palabras de amor por el hijo que la abandonó, me pregunto: ¿Dónde estarán las manos de
Dios?
Cuando veo al moribundo en su agonía llena de dolor, cuando observo a su pareja y a sus hijos
deseando no verle sufrir; cuando el sufrimiento es intolerable y su lecho se convierte en un grito de
súplica de paz, me pregunto: ¿Dónde estarán las manos de Dios?
Cuando miro a ese joven antes fuerte y decidido, ahora embrutecido por la droga y el alcohol,
cuando veo titubeante lo que antes era una inteligencia brillante y ahora harapos sin rumbo ni destino,
me pregunto: ¿Dónde estarán las manos de Dios?
Cuando a esa chiquilla, que debería soñar en fantasías, la veo arrastrar su existencia y en su rostro
se refleja ya el hastío de vivir, y buscando sobrevivir se pinta la boca y se ciñe el vestido y sale a
vender su cuerpo, me pregunto: ¿Dónde estarán las manos de Dios?
Cuando aquel pequeño a las tres de la madrugada me ofrece su periódico, su miserable cajita de
dulces sin vender, cuando lo veo dormir en la puerta de un zaguán titiritando de frío, con unos cuantos
periódicos que cubren su frágil cuerpecito, cuando su mirada me reclama una caricia, cuando lo veo
sin esperanzas vagar con la única compañía de un perro callejero, me pregunto: ¿Dónde estarán las
manos de Dios?
""""""""""""""""""""""""""""""""""""""
Y me enfrento a Él y le pregunto:
—Señor, ahora me doy cuenta que mis manos están sin llenar, que no han dado lo que deberían dar,
te pido perdón por el amor que me distes y que no he sabido compartir, las debo de usar para amar y
conquistar la grandeza de la Creación.
El mundo necesita esas manos, llenas de ideales y estrellas, cuya obra magna sea contribuir día a
día, a forjar una nueva civilización, que busquen valores superiores, que compartan generosamente lo
que Dios nos ha dado y puedan al final llegar vacías porque entregaron todo el amor para lo que
fueron creadas y Dios seguramente dirá:
“Cuando era niño yo solía rezar con mi padre, mis tíos y primos. Todas las noches nos juntábamos
para escuchar un trozo del Corán.
"Una de esas noches, cuando mi tío leía, me di cuenta que la mayoría de los presentes estaba
dormitando. Entonces le comenté a mi padre:
—Ninguno de estos dormilones es capaz de permanecer atento a las palabras del profeta. ¡Jamás
llegarán a Dios!
"Y mi padre respondió:
—Hijo querido, busca tu camino con fe y deja que cada uno se preocupe de sí. Tal vez en sus sueños
ellos están conversando con Dios. Para mí sería mil veces preferible que hubieras estado durmiendo
con ellos a tener que escuchar este duro juicio y esta condena”.
Índice
El rabino Elimelekh había hecho una hermosa prédica y ahora volvía a tierra natal. Para
homenajearlo y mostrar gratitud, los fieles decidieron seguir el carruaje de Elimelekh hasta que saliera
de la ciudad.
En determinado momento el rabino paró el carruaje, le pidió al cochero que siguiera adelante sin él y
pasó a acompañar al pueblo.
El Buscador de la Verdad
Autor Desconocido
Cuentan que un Buscador de la Verdad salió en cierta ocasión a los caminos del mundo. Y allí, en el
gran cruce del mundo, interrogó a sus hermanos:
Confundido aquel humano se dejó caer sobre el polvo del camino, mientras aquella multitud se alejaba
cantando y reivindicando "su" verdad.
El Falso Místico
Autor Desconocido
Existe una anécdota del gran pintor, escultor e inventor, Leonardo Da Vinci, acerca de su pintura "La
Última Cena", una de sus obras
más copiadas y vendidas en la
actualidad.
Durante todo el tiempo que posó el reo no dio muestra de emoción alguna por haber sido elegido
como modelo, mostrándose demasiado callado y distante. Al final, Da Vinci, satisfecho del resultado,
llamó al reo y le mostró la obra; cuando el reo la vio, sumamente impresionado, cayó de rodillas,
llorando.
La moraleja de esta historia es que por más belleza física que se posea, es la belleza interna la que
finalmente sale a relucir a través del tiempo en nosotros quedando inevitablemente marcada en
nuestro rostro.
Índice
Autor Desconocido
Apocalipsis 3, 20: "He aquí, yo estoy a la puerta y llamo: si alguno oyere mi voz y abriere la puerta,
entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.”
—Así es —respondió el pintor—. Ésta es la puerta del corazón del hombre. Solo se abre por dentro.
Índice
El Roble y la Hiedra
Un hombre edificó su casa. Y la embelleció con un jardín interno. En el centro plantó un roble. Y el
roble creció lentamente. Día a día echaba raíces y fortalecía su tallo, para convertirlo en tronco, capaz
de resistir los vientos y las tormentas.
Y el tiempo siguió su marcha. El roble creció con su ritmo firme y lento. Las paredes de la casa
envejecieron.
Una fuerte tormenta sacudió con un ciclón la casa y su jardín. Fue una noche terrible. El roble se
aferró con sus raíces para mantenerse erguido. La hiedra se aferró con sus ventosas al viejo muro
para no ser derribada. La lucha fue dura y prolongada.
Al amanecer, el dueño de la casa recorrió su jardín, y vio que la hiedra había sido desprendida de la
pared, y estaba enredada sobre sí misma, en el suelo, al pie del roble. Y el hombre arrancó la hiedra,
y la quemó.
—Es mejor crecer sobre raíces propias y crear un tronco fuerte, que ganar altura con rapidez,
colgados de la seguridad de otros.
Índice
Autor Desconocido
Al oír estas palabras el corazón del hombre se sintió lleno de júbilo. A duras penas podía esperar a
que llegase el momento de servir al maestro y expresarle el amor que sentía por él. Sería el día más
importante de su vida: el maestro estaría con él. Compró la mejor comida y el mejor vino y buscó las
ropas más preciosas para ofrecérselas como regalo. Después corrió hacia su casa a fin de llevar a
cabo todos los preparativos para recibir al maestro. Lo limpió todo, preparó una comida deliciosa y
decoró bellamente la mesa. Su corazón estaba rebosante de alegría porque el maestro pronto estaría
allí.
El hombre esperaba ansioso cuando alguien llamó a la puerta. La abrió con afán pero, en lugar del
maestro, se encontró con una anciana. Ésta le miró a los ojos y le dijo:
—Estoy hambrienta. ¿Podrás darme un trozo de pan?
Él se sintió un poco decepcionado al ver que no se trataba del maestro. Miró a la mujer y le dijo:
—Por favor entre a mi casa.
La sentó en el lugar que había preparado para el maestro y le ofreció la comida que había preparado
para él. Pero estaba ansioso y esperaba que la mujer se diese prisa en acabar de comer. La anciana
se sintió conmovida por la generosidad de este hombre. Le dio las gracias y se marchó.
Apenas hubo acabado de preparar de nuevo la mesa para el maestro cuando alguien volvió a llamar a
su puerta. Esta vez se trataba de un desconocido que había viajado a través del desierto. El forastero
le miró y le dijo:
—Estoy sediento. ¿Podrías darme algo de beber?
De nuevo se sintió un poco decepcionado porque no se trataba del maestro, pero aún así, invitó al
desconocido a entrar a su casa, hizo que se sentase en el lugar que había preparado para el maestro
y le sirvió el vino que quería ofrecerle a él. Cuando se marchó volvió a preparar de nuevo todas las
cosas.
Por tercera vez, alguien llamó a la puerta y cuando la abrió, se encontró con un niño. Éste elevó su
mirada hacia él y le dijo:
—Estoy congelado. ¿Podría darme una manta para cubrir mi cuerpo?
Estaba un poco decepcionado porque no se trataba del maestro, pero miró al niño a los ojos y sintió
amor en su corazón. Rápidamente cogió las ropas que había comprado para el maestro y le cubrió
con ellas. El niño le dio las gracias y se marchó.
Volvió a prepararlo todo de nuevo para el maestro y después se dispuso a esperarle hasta que se hizo
muy tarde. Cuando comprendió que no acudiría se sintió decepcionado, pero lo perdonó de
inmediato. Se dijo a sí mismo: “Sabía que no podía esperar que el maestro viniese a esta humilde
casa. Me dijo que lo haría, pero algún asunto de mayor importancia lo habrá llevado a cualquier otra
parte. No ha venido, pero al menos aceptó la invitación y eso es suficiente para que mi corazón se
sienta feliz.”
Entonces guardó la comida y el vino y se acostó. Aquella noche soñó que el maestro le hacía una
visita. Al verlo se sintió feliz sin saber que se trataba de un sueño. “¡Ha venido maestro! Ha
mantenido su palabra.”
El maestro le contestó:
—Sí, estoy aquí, pero estuve aquí antes. Estaba hambriento y me diste de comer. Estaba sediento y
me ofreciste vino. Tenía frío y me cubriste con ropas. Todo lo que haces por los demás, lo haces por
mí.
El hombre se despertó con el corazón rebosante de dicha porque había comprendido la enseñanza
del maestro. Lo amaba tanto que había enviado a tres personas para que le transmitiesen la lección
más grande: que él vive en el interior de todas las personas. Cuando das de comer al hambriento, de
beber al sediento y cubres al que tiene frío, ofreces tu amor al MAESTRO.
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Autor Desconocido
Ellos siguieron caminando hasta que llegaron a la siguiente sección y San Pedro le dijo:
—Esta es la sección de empaque y entrega. Aquí las gracias y bendiciones que la gente pide son
empacadas y enviadas a las personas que las solicitaron.
El alma vio cuán ocupada estaba. Había tantos ángeles trabajando en ella como tantas bendiciones
estaban siendo empacadas y enviadas a la tierra.
Finalmente, en la esquina más lejana del cuarto, el alma se detuvo en la última sección. Para su
sorpresa, sólo un ángel permanecía en ella ocioso haciendo muy poca cosa.
—Ésta es la sección del agradecimiento —dijo San Pedro al alma.
— ¿Cómo es que hay tan poco trabajo aquí? —preguntó el alma.
—Esto es lo peor —contestó San Pedro—. Después que las personas reciben las bendiciones que
pidieron, muy pocas envían su agradecimiento.
— ¿Cómo uno agradece a las bendiciones de Dios?
—Simple —contestó San Pedro—. Solo tienes que decir: Gracias, Señor.
Siempre agradezcamos las bendiciones materiales o espirituales que recibamos y colaboremos con
donaciones por el favor recibido en la medida de nuestros medios porque es en dando que recibimos.
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Totalmente Pagado
Autor Desconocido
Cuando el hijo terminó de leer lo que había escrito su madre, tenia los ojos llenos de lagrimas. La
miro a los ojos y le dijo:
—TE QUIERO MUCHO, MAMÁ... —luego tomó el lápiz y escribió:
—TOTALMENTE PAGADO
Es tan grande la figura de una MADRE, que hasta Dios quiso tener una.....
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Animarse a Volar
Jorge Bucay
El joven escuchó el consejo de quienes lo querían. Subió a la copa de un árbol y con coraje saltó...
Desplegó las alas. Las agitó en el aire con todas sus fuerzas... pero igual... se precipitó a tierra... Con
un gran chichón en la frente se cruzó con su padre:
— ¡Me mentiste! No puedo volar. Probé, ¡y mira el golpe que me di! No soy como tú. Mis alas sólo
son de adorno... —lloriqueó.
—Hijo mío —dijo el padre— para volar hay que crear el espacio de aire libre necesario para que las
alas se desplieguen. Es como para tirarse en un paracaídas... necesitas cierta altura antes de saltar.
Para aprender a volar siempre hay que empezar corriendo un riesgo.
Si uno no quiere correr riesgos, lo mejor será resignarse y seguir caminando para siempre...
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Sabio Pescador
Autor Desconocido
Un banquero de inversión
americano estaba en el muelle de
un pueblito costero mexicano
cuando llegó un botecito con un
solo pescador. Dentro del bote
había varios atunes amarillos de
buen tamaño.
Autor Desconocido
Un científico vivía preocupado con los problemas del mundo y estaba resuelto a encontrar medios
para disminuirlos. Pasaba días encerrado en su laboratorio en busca de respuestas para sus dudas.
Cierto día, su hijo, de siete años, invadió su santuario decidido a ayudarlo a trabajar. El científico,
nervioso por la interrupción, intentó hacer que el hijo fuera a jugar a otro sitio. Viendo que sería
imposible sacarlo de allí el padre procuró algo para darle al hijo con el objetivo de distraer su
atención...
De repente tomó un planisferio de una revista, y, con una tijera, recortó el mapa en varios pedazos.
Junto con un rollo de cinta adhesiva lo entregó al hijo diciendo:
— ¿A ti te gustan los rompecabezas? Entonces voy a darte el mundo para arreglarlo. Aquí está el
mundo todo roto. ¡Mira si puedes arreglarlo bien! Hazlo todo solo.
Calculó que al niño le llevaría días para recomponer el mapa. Algunas horas después, oyó la voz del
hijo que le llamaba calmamente:
—Padre, padre, ya he hecho todo. ¡Conseguí terminar todo!
Al principio el padre no dio crédito a las palabras del hijo: "¿Sería imposible a su edad haber
conseguido recomponer un mapa que jamás había visto?" Entonces el científico levantó los ojos de
sus anotaciones seguro que vería un trabajo digno de un niño. Para su sorpresa el mapa estaba
completo. Todos los pedazos habían sido colocados en sus sitios. ¿Cómo sería posible? ¿Cómo el
niño había sido capaz?
—Tú no sabías cómo era el mundo, hijo mío. ¿Cómo lo conseguiste?
—...Padre, yo no sabía cómo era el mundo, pero cuando tú quitaste el papel de la revista para
recortar, yo vi que del otro lado había la figura de un hombre... Cuando tú me diste el mundo para
arreglarlo, yo lo intenté pero no lo conseguí. Fue entonces que me acordé del hombre, di vuelta a los
recortes y empecé a arreglar el hombre, que yo sabía cómo era. Cuando conseguí arreglar el hombre,
di vuelta a la hoja y encontré que había arreglado al mundo...
El Maestro Desterrado
Autor Desconocido
Dar de Corazón
Autor Desconocido
Una vez un limosnero que estaba tendido a un lado de la calle, vio venir, a lo lejos, a la Reina del
lugar. Y éste pensó: "Le voy a pedir, ella es buena y seguro me dará algo". Y cuando la Reina se
acercó, le dijo:
—Majestad podría, por favor, regalarme una moneda? —¡y en su interior pensaba que ella le daría
mucho! La Reina lo miró y le respondió:
—¿Por qué no me das algo tú? Acaso, ¿no soy tu Reina?
El mendigo no sabía que responder y sólo atinó a balbucear:
—Pero, Majestad... Yo no tengo nada! La Reina le contestó:
—Algo debes tener... ¡busca!...
Entre asombro y enojo, el mendigo buscó entre sus cosas y vio que tenía una naranja, un pan y unos
granos de arroz. Pensó que la naranja y el pan eran mucho para darlos, así que, en su molestia, tomó
cinco granos de arroz y se los dio a la Reina. Complacida ella le dijo:
—¡Ves, como sí tenías!... Y le acercó cinco monedas de oro: Una por cada grano de arroz. El hombre
dijo entonces:
—Majestad... creo que acá tengo otras cosas. La Reina lo miró fijamente a los ojos y con dulzura le
comentó:
—Solamente de lo que has dado de corazón te puedo retribuir.
Reflexión: Es fácil reconocer en esta historia el acto de dar y recibir. ¿Cuántas veces, en nuestras
acciones, que decimos son de servicio, entran en juego el egoísmo y nuestros propios intereses?
¿Cuántas veces realizamos una misión sólo pensando en la ganancia personal que nos reportará?
Procuremos dar de corazón, sin sacar cuentas, sin pensar en lo que recibiremos a cambio... Y la
mayor ganancia será la felicidad que sentimos al dar.
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Cerca de la madrugada, el anciano falleció. Luego que murió, el marino le preguntó a la enfermera:
—¿Quién era ese hombre?
La enfermera le dijo,
—¿No era ese su padre?
—No —dijo el marino— pero vi que se estaba muriendo y en ese momento él necesitaba a un hijo
desesperadamente y por eso me quedé.
¿Cuándo fue la última vez que hice algo extraordinario para acompañar a alguien, simplemente
porque esa persona me necesitaba?
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Vida Inútil
Un granjero se puso tan viejo que no podía trabajar ya más en los campos. Así que
se pasaba el día solo sentado en el porche. Su hijo, aún trabajando en la granja,
miraba arriba de vez en cuando y veía a su padre sentado allá. "No es de ningún
uso ya más", el hijo pensaba para sí, "¡no hace nada!"
Un día el hijo se puso tan frustrado por esto, que construyó un ataúd de madera, lo
arrastró hasta el porche, y le dijo a su padre que se metiera adentro. Sin decir
nada, el padre se encaramó y entró. Después de cerrar la tapa, el hijo arrastró al
ataúd hasta el borde de la granja en donde había un alto risco. Cuando se
acercaba a la caída, escuchó un ligero golpeteo en la tapa desde adentro del
ataúd. Lo abrió. Aún yaciendo allí pacíficamente, el padre miró a su hijo. "Sé que me vas a lanzar al
peñasco, pero antes de que lo hagas, puedo sugerirte algo?" "¿Qué es?", replicó el hijo. "Lánzame
sobre el peñasco, si lo quieres," dijo el padre, "pero salva este ataúd de buena madera. Tus hijos
podrían necesitar usarlo."
Aquí vemos una sutil sugerencia de la Ley del Karma: Si lanzas al peñasco a tu padre en un ataúd,
pueda ser que en ese mismo ataúd tus hijos te lancen a ti también.
Un comentario de un lector de esta historia: "Esta historia me recuerda cuando mi padre estaba en
una depresión. Pero nosotros no lo lanzamos sobre un risco. La familia se unía y lo ayudaba a
recuperarse."
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El Día y la Noche
Autor Desconocido
Autor Desconocido
(Texto original en Inglés, traducción.)
El hombre susurró, "Dios, háblame" y una alondra de las praderas cantó. Pero el hombre no oyó.
Así que el hombre gritó, "Dios, háblame" y el trueno retumbó en el cielo. Pero el hombre no escuchó.
El hombre miró a su alrededor y dijo, "Dios, permíteme verte." Y una estrella resplandeció
brillantemente. Pero el hombre no vio.
Y el hombre vociferó, "Dios, muéstrame un milagro." Y una vida nació. Pero el hombre no notó.
Así pues el hombre gritó en desesperación, "Tócame, Dios, y permíteme saber que estás aquí."
Después de lo cual Dios bajó y tocó al hombre. Pero el hombre quitó a la mariposa... y caminó.
He encontrado esto ser un gran recordatorio de que Dios está siempre alrededor nuestro en las
pequeñas y simples cosas que tomamos por hecho ... aún en nuestra era electrónica ... así que me
gustaría adicionar una más:
El hombre lloró, "Dios, ¡necesito tu ayuda!" Y un correo electrónico llegó con buenas noticias y
ánimo. Pero el hombre lo suprimió y continuó llorando…
Autor Desconocido
Habitamos un universo espléndido en el que todo y todos tienen algo que ofrecer. Los árboles dan,
los ríos dan, la tierra da, el sol y la luna y las estrellas dan. ¿De dónde, pues, esa ansiedad por tomar,
recibir, amasar, juntar, acumular, sin dar nada a cambio? Todos podemos dar algo, por pobres que
seamos. Podemos ofrecer pensamientos agradables, dulces palabras, sonrisas radiantes,
conmovedoras canciones, una mano firme y tantas otras cosas que alivian a un corazón herido.
Escucha el Silencio
El Buda de Oro
Autor Desconocido
La estatua del Buda de barro alcanzaba casi tres metros de altura. Durante generaciones había sido
considerada sagrada por los habitantes del lugar. Un día, debido al crecimiento de la ciudad,
decidieron trasladarla a un sitio más apropiado. Esta delicada tarea le fue encomendada a un
reconocido monje, quien, después de planificar detenidamente, comenzó su misión. Fue tan mala su
fortuna que, al mover la estatua, ésta se deslizó y cayó, agrietándose en varias partes.
Compungidos, el monje y su equipo decidieron pasar la noche meditando sobre las alternativas.
Fueron unas horas largas, oscuras y lluviosas. El monje, en vez de desesperarse, se enfocó en
encontrar una salida. De repente, al observar la escultura resquebrajada, cayó en cuenta que la luz
de su vela se reflejaba a través de las grietas de la estatua. Pensó que eran las gotas de lluvia. Se
acercó a la grieta y observó que detrás del barro había algo, pero no estaba seguro qué.
Lo consultó con sus colegas y decidió tomar un riesgo que parecía una locura: Pidió un martillo y
comenzó a romper el barro, descubriendo que debajo se escondía un Buda de oro sólido de casi tres
metros de altura. Durante siglos este hermoso tesoro había sido cubierto por el ordinario barro. Los
historiadores hallaron pruebas que demostraban que, en una época, el pueblo iba a ser atacado por
bandidos. Los pobladores, para proteger su tesoro, lo cubrieron con barro para que pareciera común
y ordinario. El pueblo fue atacado y saqueado, pero el Buda fue ignorado por los bandidos. Después,
los sobrevivientes pensaron que era mejor seguir ocultándolo detrás del barro. Con el tiempo, la
gente comenzó a pensar que el Buda de Oro era una leyenda o un invento de los viejos.
Hasta que, finalmente, todos olvidaron el verdadero tesoro porque pensaron que algo tan hermoso no
podía ser cierto.
Pero, nuestros tesoros son nuestra capacidad de dar, disfrutar, agradecer, reír; de perdonar, de soñar
en grande, de pasar por encima de las pequeñeces y de valorar en uno mismo y en otros lo que
verdaderamente es importante. Arriésgate a ver tu vida a través del barro y te darás cuenta de que
eres un tesoro rodeado de riquezas.
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Autor Desconocido
Cuatro devotos se reunieron para peregrinar juntos a la India: un persa, un turco, griego y un árabe.
Estaban descansando los cuatro peregrinos a orillas de un río cuando pasó por allí un hombre
religioso que, viendo que se trataba de peregrinos, les obsequió con unas rupias para que pudieran
desayunar.
Cuando el hombre hubo partido el persa dijo: "Con este dinero voy a comprar angur para que todos lo
comamos". El turco protestó: "Ni hablar, compraremos unzum", pero el griego replicó
contundentemente: "De eso nada; compraremos stafyllia", en tanto que intervino el árabe para afirmar:
"Vamos a comprar inab".
En esos momentos todos comenzaron a regañar e incluso llegaron a darse encolerizados golpes.
Pero otro apacible peregrino pasó por allí y trato de apaciguarlos y reconciliarlos. "Qué os ocurre,
buenos amigos?" Cuando le explicaron lo que sucedía, el hombre dijo: "Dadme el dinero. Iré al
mercado y os complaceré a todos." Partió y, al poco tiempo, volvió trayendo un paquete con gran
cantidad de uvas. Al verlas, el persa exclamó: "Mi angur!", y el turco: "Mi unzum!", y el griego: "Mi
stafyllia!", y el árabe: "Mi inab!"
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Autor Desconocido
"En un deseo repentino de salvarse comenzó a aletear con fuerza para emprender el vuelo, le costó
mucho trabajo porque había olvidado cómo volar pero enfrentó el dolor del entumecimiento hasta que
logró levantarse y cruzar el ancho cielo llegando finalmente a un bosque fértil y hermoso."
Los problemas son como el ventarrón que ha destruido tu guarida y te está obligando a levantar el
vuelo o a morir.
Nunca es tarde. No importa lo que se haya vivido, no importa los errores que se hayan cometido, no
importa las oportunidades que se hayan dejado pasar, no importa la edad, siempre estamos a tiempo
para decir BASTA, para oír el llamado que tenemos de buscar la perfección, para sacudirnos el cieno
y volar alto y muy lejos del pantano.
Abandona la vida segura y cómoda. Lánzate a la ruta incierta, llena de enigmas e inseguridades, y
hazlo solitariamente.
Autor Desconocido
Pasaron unos minutos...se escuchó la voz del pastor llamando a su hija y ambos se acercaron y el
rudo guerrillero vio como se abrazaban y cubrían de besos.
Regresó a su casa con lágrimas en los ojos y se dijo: "La llamaré Heoma-nae-san ["Amor en el
Dolor"]."
Si amigos, éste es el amor más grande, el que se da cuando la persona no tiene nada material,
cuando se está enfermo de cuerpo o de alma, cuando sentimos la necesidad imperiosa de aliviar el
sufrimiento de un ser querido aún a riesgo de nuestra propia vida.
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Diamantes
Autor Desconocido
Una noche un grupo de nómadas se prestaban a retirarse a dormir cuando de repente los rodeó una
luz. Comprendieron que estaban en presencia de un ser celestial y con gran ansiedad esperaban un
mensaje divino de gran importancia que sabían habría de ser especial para ellos.
Viajaron durante todo el día y esa noche, mientras armaban el campamento, revisaron sus alforjas y
descubrieron que cada guijarro recogido se había convertido en un diamante. Estaban contentos por
tener diamantes pero estaban tristes por no haber recogido muchos más guijarros.
Así es: La vida está llena de tantas cosas "carentes de sentido" que no le damos la importancia que
ellas tienen. Una palabra, un abrazo, un beso, una sonrisa, un apretón de manos, una caricia, una flor,
un saludo, un te quiero, un guiño, unas gracias, parecen guijarros, ¡pero realmente son diamantes!
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Perdonar y Agradecer
Autor Desconocido
Dos amigos caminaban y en un determinado punto del viaje discutieron fuerte, y por la ira uno ofendió
al otro, con insultos injustificados. El otro, ofendido, sin nada que decir, escribió en la arena: "Hoy, mi
mejor amigo me ofendió". Siguieron adelante y llegaron a un oasis donde resolvieron bañarse. El que
había sido ofendido comenzó a ahogarse, y le salvó su amigo.
Al recuperarse tomó un estilete y escribió en una piedra: "Hoy, mi mejor amigo me salvó la vida".
Intrigado, el amigo preguntó: "¿Por qué después que te insulte escribiste en la arena y ahora en
cambio escribes en una piedra?".
Sonriendo, el otro amigo respondió: "Cuando un amigo nos ofende, debemos escribir en la arena,
donde el viento del olvido y el perdón se encargarán de borrarlo y apagarlo. Pero cuando nos ayuda,
debemos grabarlo en la piedra de la memoria del corazón, donde ningún viento podrá borrarlo".
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Discípulo Limitado
—Naturalmente que eres limitado. Pero ¿no has caído en la cuenta de que hoy
puedes hacer cosas que hace quince años te habrían parecido imposibles?
¿Qué es lo que ha cambiado?
—Han cambiado mis talentos.
—No. Has cambiado tú.
— ¿Y no es lo mismo?
—No. Tú eres lo que piensas que eres. Cuando cambia tu forma de pensar, cambias tú.
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¿Qué Es el Amor?
— ¿Qué es el amor?
—La ausencia total de miedo —dijo el Maestro.
— ¿Y qué es a lo que tenemos miedo?
—Al amor —respondió el Maestro.
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Autor Desconocido
Moraleja: Respetar las opiniones del otro es una de las mayores virtudes que un ser humano puede
tener. Las personas son diferentes, actúan diferente y piensan diferente. No juzgues, solamente
intenta comprender.
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Autor Desconocido
(Original en Inglés, traducción)
El acondicionamiento físico de nuestros placeres sensuales no amarra a este plano terrenal. Hemos
olvidado que no somos físicos sino Cuerpos de Luz. Podemos volar. Podemos escapar nuestra
existencia condicionada, nuestro estado hipnótico.
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Las Cosas No Son Siempre Lo Que Parecen
Autor Desconocido
Nota del Editor: El principio espiritual contenido en esta historia está también en otra historia diferente que encontrarás en: ¿Cómo
Sabes?
Dos Ángeles viajeros se pararon para pasar la noche en el hogar de una familia muy
adinerada. La familia era ruda y no quiso permitirle a los Ángeles que se quedaran
en la habitación de huéspedes de la mansión. En vez de ser así, a los Ángeles le
dieron un espacio pequeño en el frío sótano de la casa. A medida que ellos
preparaban sus camas en el duro piso, el Ángel más viejo vio un hueco en la pared y
lo reparó. Cuando el Ángel más joven preguntó ¿por qué?, el Ángel más viejo le
respondió, "Las cosas no siempre son lo que parecen."
Cuando amaneció, al siguiente día, los Ángeles encontraron bañados en lágrimas al Señor y a su
esposa. La única vaca que tenían, cuya leche había sido su única entrada de dinero, yacía muerta en
el campo. El Ángel más joven estaba furioso y preguntó al Ángel más viejo: "¿Cómo pudiste permitir
que esto hubiera pasado? El primer hombre lo tenía todo, sin embargo tú lo ayudaste"; el Ángel más
joven le acusaba. "La segunda familia tenía muy poco, pero estaba dispuesta a compartirlo todo, y tú
permitiste que la vaca muriera."
" 'Las cosas no siempre son lo que parecen,' " le replicó el Ángel más viejo. "Cuando estábamos en
aquel sótano de la inmensa mansión, yo noté que había oro almacenado en aquel hueco de la pared.
Debido a que el propietario estaba tan obsesionado con avaricia y no dispuesto a compartir su buena
fortuna, yo sellé el hueco, de manera tal que nunca lo encontraría."
"Luego, anoche mientras dormíamos en la cama de la familia pobre, el ángel de la muerte vino en
busca de la esposa del agricultor. Y yo le di a la vaca en su lugar. 'Las cosas no siempre son lo que
parecen.' "
Algunas veces, eso es exactamente lo que pasa cuando las cosas no salen como uno espera que
salgan. Si tú tienes fe, solamente necesitas confiar en que cualesquiera que fueran las cosas que
vengan, serán siempre para tu ventaja. Y podrías no saber esto hasta un poco más tarde.
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Angelluz 2003
Extracto.
Un experto estaba dando una conferencia a un grupo de profesionales. Para dejar en claro un punto,
utilizó un ejemplo que los profesionales jamás olvidaron. Parado frente al auditorio de gente muy
exitosa dijo:
—Quisiera hacerles un pequeño examen...
De abajo de la mesa sacó un jarro de vidrio, de boca ancha y lo puso sobre la mesa frente a él.
Luego sacó una docena de rocas del tamaño de un puño y empezó a colocarlas una por una en el
jarro. Cuando el jarro estaba lleno hasta el tope y no podía colocar más piedras preguntó al auditorio:
— ¿Está lleno este jarro?
Todos los asistentes dijeron: ¡Sí!
Entonces dijo:
— ¿Están seguros?, y sacó de abajo de la mesa un balde de piedras pequeñas. Echó un poco de
piedras en el jarro y lo movió haciendo que las piedras pequeñas se acomoden en el espacio vacío
entre las grandes.
Cuando hubo hecho esto preguntó una vez más:
— ¿Está lleno este jarro?
Esta vez el auditorio ya suponía lo que vendría y uno de los asistentes dijo en voz alta:
—Probablemente no.
—Muy bien, contesto el expositor.
Sacó de debajo de la mesa un balde lleno de arena y empezó a echarlo en el jarro. La arena se
acomodó en el espacio entre las piedras grandes y las pequeñas. Una vez más preguntó al grupo:
— ¿Está lleno el jarro?
Esta vez varias personas respondieron a coro:
— ¡No!
Una vez más el expositor dijo:
—¡Muy bien!, luego se sacó una jarra llena de agua y echó agua al jarro hasta llenarlo. Cuando
terminó, miro al auditorio y preguntó:
— ¿Cuál creen que es la enseñanza de esta pequeña demostración?
Uno de los espectadores levantó la mano y dijo:
—La enseñanza es que no importa qué tan lleno esté tu horario, si de verdad lo intentas, siempre
podrás incluir más cosas...
—No, replicó el expositor, ésa no es la enseñanza. La verdad que esta demostración nos enseña es
que si no pones las piedras grandes primero, no podrás ponerlas en ningún otro momento. ¿Cuáles
son las piedras grandes en tu vida?,... tu familia, tu fe, tu educación o tus finanzas?, ¿alguna causa
que desees apoyar?, ¿enseñar lo que sabes a otros? Recuerda poner esas piedras grandes primero
o no encontrarás un lugar para ellas. Tómate el tiempo para clarificar cuales son tus prioridades y
revisa cómo usas tu tiempo para que no se te quede ninguna afuera, o lo que es peor, que te veas
obligado a sacar una piedra grande para poder meter arena.
Cuando acomodas las prioridades en tu vida y les dedicas un tiempo de tu tiempo, éstas alcanzan
para todo.
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El Violín Desafinado
Autor Desconocido
Esta historia es sobre
un hombre que
reflejaba en su forma de
vestir la derrota, y en su
forma de actuar la
mediocridad total.
Ocurrió en París, en
una calle céntrica
aunque secundaria.
Este hombre, sucio y
maloliente, tocaba un
viejo violín. Frente a él y
sobre el suelo colocaba
su boina, con la
esperanza de que los
transeúntes se
apiadaran de su
condición y le arrojaran
algunas monedas para
llevar a casa.
El pobre hombre trataba
de sacar una melodía, pero era del todo imposible identificarla debido a lo desafinado del instrumento,
y a la forma displicente y aburrida con que tocaba ese violín.
Un famoso concertista, que junto con su esposa y unos amigos salía de un teatro cercano, pasó
frente al mendigo musical. Todos arrugaron la cara al oír aquellos sonidos tan discordantes. Y no
pudieron menos que reír de buena gana.
La esposa le pidió, al concertista, que tocara algo. El hombre echó una mirada a las pocas monedas
en el interior de la boina del mendigo, y decidió hacer algo.
Lo primero que hizo el concertista fue afinar sus cuerdas. Y entonces, vigorosamente y con gran
maestría arrancó una melodía fascinante del viejo instrumento. Los amigos comenzaron a aplaudir y
los transeúntes comenzaron a arremolinarse para ver el improvisado espectáculo.
Al escuchar la música, la gente de la cercana calle principal acudió también y pronto había una
pequeña multitud escuchando arrobada el extraño concierto. La boina se llenó no solamente de
monedas, sino de muchos billetes de todas las denominaciones, mientras el maestro sacaba una
melodía tras otra, con tanta alegría.
El mendigo musical estaba aún más feliz por ver lo que ocurría, y no cesaba de dar saltos de
contento y repetir orgulloso a todos: "¡¡Ese es mi violín!!, ¡¡Ese es mi violín!!". Lo cual, por supuesto,
era rigurosamente cierto.
En la vida todos tenemos "un violín": Son nuestros conocimientos, nuestras habilidades y nuestras
actitudes. Y tenemos libertad absoluta de tocar "ese violín" como nos plazca.
Se nos ha dicho que Dios nos concede libre albedrío, es decir, la facultad de decidir lo que haremos
de nuestra vida. Y esto, claro, es tanto un maravilloso derecho, como una formidable responsabilidad.
Algunos, por pereza, ni siquiera afinan ese violín. No perciben que en el mundo actual hay que
prepararse, aprender, desarrollar habilidades y mejorar constantemente actitudes si queremos
ejecutar un buen concierto.
Pretenden una boina llena de dinero, y lo que entregan es una discordante melodía que no gusta a
nadie. Esa es la gente que hace su trabajo de la forma: "ahí te va...", Que piensa en términos de "me
vale...", y que cree que la humanidad tiene la obligación de retribuirle su pésima ejecución, cubriendo
sus necesidades. Es la gente que piensa solamente en sus derechos, pero no siente ninguna
obligación de ganárselos.
La verdad, por dura que pueda parecernos, es otra. Tú y yo, y cualquier otra persona, tenemos que
aprender tarde o temprano, que los mejores lugares son para aquellos que no solamente afinan bien
ese violín, sino que aprenden con el tiempo también a tocarlo con maestría. Por eso debemos estar
dispuestos a hacer bien nuestro trabajo diario, sea cual sea. Y aspirar siempre a prepararnos para ser
capaces de realizar otras cosas que nos gustarían.
La historia está llena de ejemplos de gente que aún con dificultades iniciales llegaron a ser buenos
concertistas con sus violines (sus vidas). Y también, por desgracia, registra los casos de muchos
otros, que teniendo grandes oportunidades, decidieron con ese violín, ser mendigos musicales.
La verdad es que Dios nos concedió "libre albedrío". Tú puedes hacer algo grande de tu vida, o hacer
de ella una miseria. Esa es tu decisión personal.
Y para agregar algo más a esta historia, quiero dar una buena noticia: Si alguien, por razones
diversas, sean cuales sean, ya no es capaz de afinar su propio "violín", yo le aseguro que al igual que
ese famoso violinista afinó el violín del mendigo, Dios está en la mejor disposición de afinar y sacar
armoniosas melodías de tu vida. ÉL está tan cerca de ti como una palabra salida por tu boca, pero de
lo profundo de tu corazón, expresando tu necesidad, y deseo de cambiar.
Autor Desconocido
En una de las salas de un colegio había varios niños. Uno de ellos preguntó:
—Maestra, ¿qué es el amor?
La maestra sintió que la criatura merecía una respuesta que estuviese a la altura de la pregunta
inteligente que había formulado. Como ya estaban en hora de recreo, pidió a sus alumnos que dieran
una vuelta por el patio de la escuela y trajesen lo que más despertase en ellos el sentimiento del
amor.
La maestra agradeció a la alumna y le dio la nota máxima, considerando que había sido la única que
logró percibir que "sólo podemos traer el amor en el corazón."
Sabes, esto me lo envió quien me enseñó que el amor no es: Tomar, Arrancar, Capturar, Forzar,
Ganar o Perder.
Amar es llevar en el alma, ...es Recordar, ...es Disfrutar. Amar es ... ser Libre y... dejar ser Libre.
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Autor Desconocido
Este se detuvo, respiró hondo, y experimentó un sentimiento de compasión por la dueña del puesto de
manzanas. Le dijo a sus amigos que siguieran sin él y le pidió a uno de ellos que al llegar llamara a
su esposa y le explicara que iba a llegar en un vuelo más tarde. Luego se regresó a la terminal y se
encontró con todas las manzanas tiradas por el suelo. Su sorpresa fue enorme, al darse cuenta de
que la dueña del puesto era una niña ciega. La encontró llorando, con enormes lágrimas corriendo
por sus mejillas. Tanteaba el piso, tratando, en vano, de recoger las manzanas, mientras la multitud
pasaba, vertiginosa, sin detenerse, sin importarle su desdicha.
El hombre se arrodilló con ella, juntó las manzanas, las metió a la
canasta y le ayudó a montar el puesto nuevamente. Mientras lo
hacía, se dio cuenta de que muchas se habían golpeado y
estaban magulladas. Las tomó y las puso en otra
canasta. Cuando terminó, sacó su cartera y le dijo a la niña:
"Toma, por favor, estos cien pesos por el daño que
hicimos. ¿Estás bien?". Ella, llorando, asintió con la cabeza. El
continuó diciéndole: "Espero no haber arruinado tu día". Conforme
el vendedor empezó a alejarse, la niña le gritó: "Señor..." Él se
detuvo y volteó a mirar esos ojos ciegos. Ella continuó: "¿Es
usted Jesús...?"
... Y a ti, ¿la gente te confunde con Jesús? Porque ese es nuestro destino, ¿no es así? Parecernos
tanto a Jesús que la gente no pueda distinguir la diferencia. Parecernos tanto a Jesús, conforme
vivimos en un mundo que está ciego a Su Amor, Su Vida y Su Gracia. Si decimos que conocemos a
Jesús, deberíamos vivir y actuar como lo haría Él. Conocerlo es mucho más que citar los Evangelios
e ir a la Iglesia. Es, en realidad, vivir Su palabra cada día.
Tú eres la niña de Sus ojos, aun cuando hayas sido golpeado por las caídas. Él dejó todo y nos
recogió a ti y a mí en el Calvario; Él pagó por nuestra fruta dañada. ¡Empecemos a vivir como si
valiéramos el precio que Él pagó!
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Caminaba con mi padre cuando él se detuvo en una curva y después de un pequeño silencio me
preguntó:
— ¿Además del cantar de los pájaros, escuchas alguna cosa más?
Agudicé mis oídos y algunos segundos después le respondí:
—Estoy escuchando el ruido de una carreta.
—Eso es —dijo mi padre—. Es una carreta vacía.
Pregunté a mi padre:
— ¿Cómo sabes que es una carreta vacía, si aún no la vemos?
Entonces mi padre respondió:
—Es muy fácil saber cuándo una carreta está vacía,... por el ruido. Cuanto más vacía la carreta,
mayor es el ruido que hace.
Me convertí en adulto y hasta hoy cuando veo a una persona hablando demasiado, interrumpiendo la
conversación de todos, siendo inoportuna o violenta, presumiendo de lo que tiene, sintiéndose
prepotente y haciendo de menos a la gente, tengo la impresión de oír la voz de mi padre diciendo:
"Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace".
Autor Desconocido
Los hombres dieron algunas otras respuestas pero ninguna de ellas satisfacía al sabio. Finalmente él
explicó:
—Cuando dos personas están enojadas, sus corazones se alejan mucho. Para cubrir esa distancia
deben gritar, para poder escucharse. Mientras más enojados estén, más fuerte tendrán que gritar para
escucharse uno a otro a través de esa gran distancia.
Pero volvieron a sentir frío y tuvieron que tomar una decisión: o desaparecían de la faz de la tierra o
aceptaban las espinas de sus vecinos. Con sabiduría, decidieron volver y vivir juntos.
Aprendieron así a vivir con las pequeñas heridas que una relación muy cercana les podía ocasionar,
porque lo realmente importante era el calor del otro. Y así sobrevivieron.
La mejor relación no es aquella que une a personas perfectas, sino aquella en donde cada uno acepta
los defectos del otro y consigue perdón para los suyos propios. Quiero vivir cada día con optimismo y
bondad llevando a todas partes un corazón lleno de comprensión, amor y paz; y aún si cometo
errores, quiero saber que estos son enmendables… saber que me perdonas y me perdono, pero no
superficialmente, más bien desde lo más profundo.
Somos humanos y tendemos a equivocarnos en ocasiones, mas lo que importa es superar estos y
todos los demás obstáculos que se nos presentan a cada paso en la vida. Si nos cerramos al
completo olvido de las faltas (es decir aquellos /as que afirman que perdonan, pero no olvidan)
estamos permitiéndole al orgullo que tome las riendas de nuestras vidas y con él estamos abriéndole
las puertas al resentimiento ya que cada vez que recordemos el incidente volveremos a sentir las
bajas vibraciones que éste nos produjo cuando ocurrió. Es por eso que el perdón y el olvido son
hermanos siameses, es imposible que uno exista sin el otro.
Muchas cosas en nuestro entorno sanarían más rápido si nosotros, verdaderamente, soltáramos el
resentimiento, el odio, el orgullo, la ira y el egoísmo. Cada uno de ellos nos detiene en nuestra
evolución silenciosamente. El Principito repetía sin cesar: "Soy responsable por mi Flor" y nosotros
somos ese príncipe que Saint Exuprey describe en su famosa obra…. También somos responsables
de nuestra propia flor y para cuidarla debemos superar esos obstáculos llamados odio, ira, egoísmo,
orgullo y resentimiento. Tal vez pienses que es difícil, nadie ha dicho que no lo será, pero Confucio
dijo que mil pasos empezaban por el primero y ciertamente andar tanto tampoco es fácil; lo importante
es comenzar y luego, sin mirar atrás, continuar no importando si el camino se torna escabroso en
ocasiones. Los tropiezos nos hacen fuertes y hay un refrán que dice que no hay mal que dure mil años
ni cuerpo que lo resista; es decir que todos tenemos la capacidad interna de superarnos a nosotros
mismos y de Ser mejores cada vez. Sabiendo esto debemos ser consecuentes en nuestro empeño
por mejorar, por perdonar y por superar esas “pequeñas” o “grandes” cosas que a diario nos suceden;
después de todo, la vida sería muy aburrida si no tuviéramos qué hacer en ella.
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Autor Desconocido
Un estudiante universitario salió un día a dar un paseo con un profesor, a quien los alumnos
consideraban su amigo debido a su bondad para quienes seguían sus instrucciones. Mientras
caminaban, vieron en el camino un par de zapatos viejos y supusieron que pertenecían a un anciano
que trabajaba en el campo de al lado y que estaba por terminar sus labores diarias.
Eso hizo y ambos se ocultaron entre los arbustos cercanos. El hombre pobre terminó sus tareas y
cruzó el terreno en busca de sus zapatos y su abrigo. Al ponerse el abrigo deslizó el pie en el zapato,
pero al sentir algo adentro se agachó para ver qué era y encontró la moneda. Pasmado se preguntó
qué podía haber pasado. Miró la moneda, le dio vuelta y la volvió a mirar. Luego miró a su
alrededor, para todos lados, pero no se veía a nadie. La guardó en el bolsillo y se puso el otro zapato;
su sorpresa fue doble al encontrar la otra moneda.
—Ahora —dijo el profesor— ¿no estás más complacido que si le hubieras hecho una broma?
El joven respondió:
—Usted me ha enseñado una lección que jamás olvidaré. Ahora entiendo algo que antes no
entendía: ES MEJOR DAR QUE RECIBIR.
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Autor Desconocido
El anciano se llevó el cofre a casa, lo llenó hasta el tope de vidrios rotos, le echó llave y
lo puso bajo la mesa de la cocina. Cuando sus hijos fueron a cenar, lo tocaron con los
pies.
—¿Qué hay en ese cofre?, preguntaron mirando bajo la mesa.
—Oh, nada —respondió el anciano—, sólo algunas cosillas que he ahorrado.
Sus hijos lo empujaron y vieron que era muy pesado. Lo patearon y oyeron un tintineo.
—Debe estar lleno con el oro que ahorró a lo largo de los años —susurraron.
Deliberaron y comprendieron que debían custodiar el tesoro. Decidieron turnarse para vivir con el
viejo, y así podrían cuidar también de él. La primera semana el hijo menor se mudó a la casa del
padre, y lo cuidó y le cocinó. A la semana siguiente lo reemplazó el segundo hijo, y la semana
siguiente acudió el mayor. Así siguieron por un tiempo.
Los hijos le hicieron un bonito funeral, pues sabían que una fortuna los aguardaba bajo la mesa de la
cocina, y podían costearse un gasto grande con el viejo. Cuando terminó la ceremonia, buscaron en
toda la casa hasta encontrar la llave, y abrieron el cofre. Por cierto, lo encontraron lleno de vidrios
rotos.
—¡Qué triquiñuela infame! —exclamó el hijo mayor—. ¡Qué crueldad hacia sus hijos!
—Pero, ¿qué podía hacer? —preguntó tristemente el segundo hijo—. Seamos francos. De no haber
sido por el cofre, lo habríamos descuidado hasta el final de sus días.
—Estoy avergonzado de mí mismo —sollozó el hijo menor—. Obligamos a nuestro padre a rebajarse
al engaño, porque no observamos el mandamiento que él nos enseñó cuando éramos pequeños. Pero
el hijo mayor volcó el cofre para asegurarse de que no hubiera ningún objeto valioso oculto entre los
vidrios. Desparramó los vidrios en el suelo hasta vaciar el cofre.
Los tres hermanos miraron silenciosamente dentro, donde leyeron una inscripción que el padre les
había dejado en el fondo:
El Origen de Un Templo
Autor Desconocido
Dos hermanos, el uno soltero y el otro casado, poseían una granja cuyo fértil suelo producía
abundante grano que los dos hermanos se repartían a partes iguales.
Al principio todo iba perfectamente. Pero llegó un momento en que el hermano casado empezó a
despertarse sobresaltado todas las noches pensando: "No es justo. Mi hermano no está casado y se
lleva la mitad de la cosecha; pero yo tengo mujer y cinco hijos, de modo que en mi ancianidad tendré
todo cuanto necesite. Quién cuidará de mi pobre hermano cuando sea viejo? Necesita ahorrar para el
futuro más de lo que actualmente ahorra porque su necesidad es, evidentemente, mayor que la mía".
Un día se levantaron de la cama al mismo tiempo y tropezaron uno con otro, cada cual con un saco de
grano a la espalda.
Muchos años más tarde, cuando ya habían muerto los dos, el hecho se divulgó. Y cuando los
ciudadanos decidieron erigir un templo, escogieron para ello el lugar en el que ambos hermanos se
habían encontrado porque no creían que hubiera en toda la ciudad un lugar más santo que aquel.
La verdadera diferencia religiosa no es la diferencia entre quienes dan culto y quienes no lo dan, sino
entre quienes aman y quienes no.
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Autor Desconocido
Un campesino muy inculto, de edad avanzada, llega a las puertas de un monasterio. Cuando le
abren, se explica así:
—Amigos monjes, soy un hombre con mucha fe. Quiero recibir enseñanzas.
Los monjes hablan entre sí, al margen del recién llegado. Al comprobar su incultura, piensan que no
está capacitado para recibir enseñanzas y mucho menos métodos de auto-desarrollo, pero como
parece un hombre de fe, le dicen:
—Mira, buen hombre, te vas a hacer cargo de barrer todos los días el monasterio. Puedes quedarte
aquí y tendrás sustentos y alojamiento.
Meses después, los monjes comienzan a ver que cada día el campesino se encuentra más tranquilo,
con una semi-sonrisa siempre dibujada en sus labios y un brillo especial en los ojos. Exhala
verdadero sosiego y se le ve muy contento y equilibrado. Tanto es así que los monjes, extrañados, le
preguntan:
—Buen hombre, parece que en estos meses has sufrido una gran evolución espiritual. ¿Estás
practicando algún método especial?
Y el hombre contesta:
—Hermanos, lo único que hago, con mucha atención, lucidez y amor, es barrer el monasterio. Pongo
toda mi vigilancia y precisión en ello también, al barrer la basura pienso que estoy barriendo de mí los
rencores, los engaños, la codicia y el odio. Y cada día soy más feliz.
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El Maestro no dijo una palabra más. Cuando, más tarde, le preguntaron a este respecto, el Maestro
se limitó a citar las palabras que un vagabundo le había dirigido a un rico terrateniente:
— Tú posees la propiedad. Otros disfrutan del paisaje.
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Roger Walsh, "Espiritualidad Esencial" ("Essential Spirituality"), John Wiley & Sons, 1.999
(Original en Inglés, traducción)
La Paz Perfecta
Autor Desconocido
Había una vez un rey que ofreció un gran premio a aquel artista que pudiera captar en una pintura la
paz perfecta.
Muchos artistas intentaron. El rey observo y admiró todas las pinturas, pero solamente hubo dos que a
él realmente le gustaron y tuvo que escoger entre ellas.
La primera era un lago muy tranquilo. Este lago era un espejo perfecto donde se reflejaban unas
placidas montañas que lo rodeaban. Sobre éstas se encontraba un cielo muy azul con tenues nubes
blancas. Todos los que miraron esta pintura pensaron que ésta reflejaba la paz perfecta.
La segunda pintura también tenía montañas. Pero éstas eran escabrosas y descubiertas. Sobre ellas
había un cielo furioso del cual caía un impetuoso aguacero con rayos y truenos. Montaña abajo
parecía retumbar un espumoso torrente de agua. Todo esto no se revelaba para nada lo pacífico.
Pero cuando el rey observo cuidadosamente, el miro tras la cascada un delicado arbusto creciendo en
una grieta de la roca. En este arbusto se encontraba un nido. Allí, en medio del rugir de la violenta
caída de agua, estaba sentado placidamente un pajarito en el medio de su nido... paz perfecta.
El rey escogió la segunda. ¿Sabes por qué? porque, explicaba el rey, "Paz no significa estar en un
lugar sin ruidos, sin problemas, sin trabajo duro o sin dolor. Paz significa que a pesar de estar en
medio de todas estas cosas permanezcamos calmados dentro de nuestro corazón. Éste es el
verdadero significado de la paz.
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La Vida Explicada
Autor Desconocido
(Original en Inglés, traducción)
En el cuarto día Dios creó al hombre. Dios dijo, "Coma, duerma, juegue, cásese y
goce la vida. Le daré a usted veinte años."
El hombre dijo, "¿Qué? ¡Solamente veinte años! Déjeme decirle, tomaré mis
veinte años, y los cuarenta que la vaca le regresó y los diez que le regresó el mono
y los diez que le regresó el perro, eso hace ochenta, ¿está bien?" "Está bien," dijo
Dios. "Trato hecho."
Así es que por los primeros veinte años nosotros comemos, dormimos, jugamos, y disfrutamos de
nosotros mismos; por los siguientes cuarenta años nos esclavizamos al sol para mantener a nuestra
familia; por los siguiente diez años hacemos monerías de mico para entretener a nuestros nietos; y
por los últimos diez años nos sentamos en el porche del frente y le ladramos a todos.
Autor Desconocido
Un profesor universitario retó a sus alumnos con esta pregunta: "¿Dios creó todo lo que existe?"
Un estudiante contestó
valientemente: "Sí, lo
hizo".
Puesto simplemente: El frío es la ausencia del calor, la oscuridad es la ausencia de la luz, el odio es
la ausencia del amor, la incredulidad es la ausencia de la fe, el pesimismo es la ausencia de la
esperanza, el mal es la ausencia de Dios. Solo Dios existe quien contiene el amor, la fe, la
esperanza, el calor y la luz. El frío, la oscuridad, el odio, la incredulidad, el pesimismo, la maldad y
todas las cualidades negativas de la naturaleza humana no existen, ellos son solamente términos
relativos para representar cuánto de lo que sí existe está presente. —Luis Prada
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Elefantes al Rescate
Autor Desconocido
(Original en Inglés, traducción)
Del increíble caos del desastre del Tsunami llega un increíble cuento de Jim France del Grupo de
Hoteles Pavilion en Bangkok.
En el sitio vacacional en Phuket, una de las atracciones más populares es (era) la cabalgata a
elefante. Tantas como ocho personas en un elefante, primero se iba al bosque de los alrededores,
luego se bajaba a la playa para almorzar en una laguna de agua fresca, luego de regreso al hotel. Los
elefantes (nueve) eran mantenidos encadenados a postes en tierra, no porque necesitaran serlo, sino
porque hacían que las madres se sintieran mejor al ver que sus hijos parecían seguros del peligro de
una trompada cuando se alimentaban a las bestias.
Cerca de veinte minutos antes de que la primera ola golpeara, los elefantes se pusieron
extremadamente agitados e indisciplinados. Cuatro había justo retornado de un viaje y sus
manejadores no los habían encadenado todavía. Ellos les ayudaron a los otros cinco a romper sus
cadenas y a liberarse. Luego todos treparon un monte y empezaron a bramar. Muchas personas les
siguieron al monte. Entonces las olas golpearon. Después de que las olas bajaron, los elefantes
arremetieron bajando el cerro y empezaron a alzar a los niños con sus trompas y llevarlos corriendo
de regreso al monte; cuando todos los niños estaban bajo cuidado, empezaron a ayudar a los adultos.
Rescataron cuarenta y dos personas. Luego, regresaron a la playa y llevaron cuatro cadáveres, uno
de un niño. No hasta que la tarea fuera hecha permitieron que sus manejadores los montaran.
Entonces con los manejadores encima, ellos empezaron a mover las ruinas.
Para mí, es ésta otra señal de que finalmente nos despertaremos a reconocer a los animales como
nuestros compañeros y co-creadores concientes de la vida en la tierra, en lugar de bestias para carga,
alimento y vestido.
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Autor Desconocido
En las cercanías de la localidad vivía un eremita. Era un hombre huraño, que pasaba el día en
profunda contemplación y no quería ser molestado. Pero había adquirido fama de saber leer los
pensamientos ajenos. El alcalde mismo fue a visitarlo y le rogó que fuera a ver al durmiente por si
lograba saber la causa de tan largo y profundo sueño. El eremita era muy noble y, a pesar de su
aparente adustez, se prestó a tratar de colaborar en el esclarecimiento del hecho.
--Amigos, he llegado, sí, hasta la concavidad central del cerebro de este hombre que lleva más de un
cuarto de siglo durmiendo. También he penetrado en el tabernáculo de su corazón. He buscado la
causa. Y, para vuestra satisfacción, debo deciros que la he hallado. Este hombre sueña de continuo
que está despierto y, por tanto, no se propone despertar.
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Autor Desconocido
Cuenta la historia que hubo un cuarto Rey Mago que llegó tarde
a la cita con los otros tres por ayudar a un anciano. Por sus
medios se desplazó a Belén, pero la Sagrada Familia había
partido a Egipto, en donde intentó buscarlos
infructuosamente, pero siempre se enredaba ayudando a algún
necesitado.
Mateo 25:40 "En verdad os digo que cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a
mi me lo hicisteis".
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Perdón Por No Estar Aquí
Autor Desconocido
Había una vez una mujer muy piadosa que sin falta acudía todas las mañanas a rezar a la capilla de
su barrio. Día tras día, lloviese o hiciese sol, estuviera sana o enferma, pasase lo que pasase, como
un reloj, a las siete en punto de la mañana era la primera persona en llegar a la capilla, empujar la
puerta y entrar a rezar.
Una mañana despertó sobresaltada. ¡Se había dormido! ¡Eran las siete menos diez y no llegaría a
horario a su cita diaria! A toda carrera se levantó, se peinó a las apuradas y se vistió como pudo. Con
la ropa medio arrugada y los cabellos medio desordenados salió velozmente de su casa y enfiló
rumbo a la capilla. Apenas hubo salido, casi tropieza con un viejito que venía a penas en una
bicicleta, y al cruzarse con ella perdió el control del vehículo y cayó de boca al suelo.
Lamentablemente la mujer iba muy apurada como para detenerse, así que apenas logró esbozar una
disculpa y continuar en su carrera.
Una cuadra después se le cruzó una mujer que le pidió una ayuda para poder pagar una consulta en
el hospital. "Perdone, estoy apurada" alcanzó a decir sin detenerse y continuó su veloz marcha.
Apenas hubo logrado zafarse de la mujer se le cruzó un niñito que le pidió un poco de pan. "Disculpa,
hijito, pero tengo una cita con Dios y no puedo llegar tarde. Otra vez será", y siguió su interrumpido
camino.
Cuando por fin llegó a la capilla miró de reojo el reloj. ¡Eran las siete en punto! ¡¡Lo había logrado!!
Embargada por la emoción de no haber fallado a su cita empujó como de costumbre la puerta de la
capilla, pero... no se abrió. Volvió a empujar con más fuerza, y nada. ¡Qué extraño! Jamás en los doce
años que llevaba con su diaria rutina, había encontrado la puerta cerrada. De pronto notó que había
una nota clavada con una chinche en la puerta de la capilla. Desconcertada, la desclavó y la leyó. La
nota, garrapateada como con apuro, decía:
"Perdón por no estar aquí. Esta mañana tuve un accidente en la bicicleta, y encima, después no pude
conseguir plata para ir al hospital, ni un poco de pan para desayunar, así que es probable que llegue
un poco tarde. Firma: Dios".
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