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DERECHO AL TRABAJO EN EL PERÚ

Con la independización y la creación de la República del Perú, en nuestra historia se dio lugar a
uno de los Estados más maravillosos, cuya historia es rica e inmensa, y esto básicamente se debe a
que ello se asienta sobre la base de las distintas perspectivas que se le pueden dar, siendo una de
ellas la jurídica, y dentro de ella la referente al Derecho del trabajo.

DERECHO AL TRABAJO EN LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL PERÚ

Con la aparición de la Constitución de 1993, el contexto de nuestro país empieza por establecer
que “el trabajo es un deber y un derecho. Es base del bienestar social y un medio de realización de
la persona”. Asimismo, prevé que “el trabajo, en sus diversas modalidades, es objeto de atención
prioritaria del Estado, el cual protege especialmente a la madre, al menor de edad y al impedido
que trabajan. El Estado promueve condiciones para el progreso social y económico, en especial
mediante políticas de fomento del empleo productivo y de educación para el trabajo. Ninguna
relación laboral puede limitar el ejercicio de los derechos constitucionales, ni desconocer o rebajar
la dignidad del trabajador. Nadie está obligado a prestar trabajo sin retribución o sin su libre
consentimiento”.

Por otra parte, la Constitución Política del Perú consagra expresamente tres principios
fundamentales, que son el de igualdad de oportunidades sin discriminación, el carácter
irrenunciable de los derechos reconocidos por la Constitución y la ley, y el de la interpretación
favorable al trabajador en caso de duda insalvable sobre el sentido de una norma.

En esa línea, resulta pertinente realizar una revisión de acuerdo a cada uno de los preceptos
laborales antes mencionados y protegidos por nuestra carta magna. Así, tenemos por ejemplo:

TODA PERSONA TIENE DERECHO A TRABAJAR

El Art. 2° prescribe que: Toda persona tiene derecho a trabajar libremente, con sujeción a ley.

EL TRABAJO ES UN DEBER Y UN DERECHO.

El Art.22° señala que el acceso al trabajo no solo es un derecho, sino un deber, ya que es la base
del bienestar social de las peruanas y peruanos, así como un medio de realización de la persona.

 El deber al trabajo: Descrito por este articulo 22 viene a ser como una obligación general a
los ciudadanos pero sin sanción concreta, es una suerte de “llamada a la participación en
el interés general de la sociedad a evoluciona, vinculando el deber como una obligación a
colaborar con el bienestar social.

 El derecho al trabajo: En primer lugar el concepto de derecho de trabajo aparece recogido


en las normas internacionales sobre los derechos humanos por cuanto la Declaración
Universal de los Derechos Humanos comprende la libertad de elección del trabajo en
condiciones equitativas y satisfactorias, así como la protección contra el desempleo, El
Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales prevé que el Estado
debe tomar las medidas adecuadas para garantizar el trabajo, orientar y formar
profesionalmente, la ocupación plena y productiva; y el Protocolo Adicional a la
Convención Americana sobre derechos Humanos en materia de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales indica que el derecho del trabajo incluye la oportunidad de obtener
los medios para llevar una vida digna, que importa orientación vocacional para alcanzar un
empleo pleno, proyectos de capacitación y programas de atención familiar. Este derecho
también conlleva la LIBERTAD AL TRABAJO recogido en el artículo 15 de la Constitución,
derecho que da a toda persona la posibilidad de determinar con su empleador la forma,
modalidad y lugar de trabajo (por cuenta propia o por cuenta ajena), así como el
compromiso del Estado de no tener injerencia sobre la libre determinación de las personas
(¨el derecho a la libertad de trabajo comprende de manera enunciativa: el derecho de
todo trabajador a seguir su vocación y a dedicarse a la actividad que mejor responda a sus
expectativas, la libre elección del trabajo, la libertad para aceptar o no un trabajo y la
libertad para cambiar de empleo¨). Pero el Estado debe de brindar y garantizar las
condiciones de trabajo mínimas para que las personas puedan trabajar.

PROTECCIÓN A LA MADRE, MENOR DE EDAD, DISCAPACITADO

El Art. 23° señala que es de atención prioritaria las condiciones de trabajo y de acceso a este de las
madres durante el embarazo y después del embarazo. Asimismo, el respeto de los derechos
fundamentales del menor de edad frente a las condiciones de trabajos y la explotación laboral
infantil.

 Protección a la mujer o madre trabajadora: La existencia de una legislación protectora a


favor de la mujer, tiene su origen histórico, paralelo al surgimiento del Derecho del
Trabajo.
Fue “(...) la máquina la que facilitó y produjo el acceso ocupacional de la mujer (...)
por los abusos iniciales (...) fue surgiendo una legislación protectora (...) con cuatro
manifestaciones: a) la duración máxima de la jornada de trabajo; b) los trabajos
nocturnos, peligrosos o insalubres; c) el descanso semanal; d) su situación, en caso
de ser madres”.

Sin embargo, con la evolución de la legislación social en general la mayoría de estos


derechos fueron recogidos como mejores condiciones de trabajo sin distinción de sexo; es
decir, se extendió a todos, dado que derechos como la duración máxima de la jornada,
descansos, condiciones, protección y seguridad en trabajos penosos, son aplicables a todo
trabajador.
REMUNERACIÓN EQUITATIVA Y SUFICIENTE

El Art. 24° señala que toda persona tiene derecho a un pago que le procure a esta y a su familia,
bienestar material y espiritual.

Además toda persona tiene derecho al pago de beneficios sociales y a una remuneración mínima
regulada por el Estado y por las organizaciones que representen a los trabajadores y empleadores.

IGUALDAD DE OPORTUNIDADES

El Art. 26° señala que no debe existir discriminación de ninguna índole la relación laboral; es decir,
la discriminación de género, de raza, de condición económica o de otro tipo.

LOS DERECHOS LABORALES EN LOS INSTRUMENTOS JURÍDICOS SUPRANACIONALES

La Constitución Política de 1993 ha previsto que los tratados internacionales suscritos o a los que
haya adherido el Perú forman parte de nuestro ordenamiento nacional, disponiendo además que
las normas relativas a los derechos fundamentales se interpretan de conformidad con la
Declaración Universal de Derechos Humanos y con los tratados y acuerdos internacionales sobre
las mismas materias ratificados por el Perú.

Es decir, “los tratados internacionales a los cuales alude la Cuarta Disposición Final y Transitoria,
exigen la interpretación de los derechos fundamentales por parte de los órganos judiciales
nacionales; ya sea directamente o en función de los tratados internacionales, como a través de las
sentencias, opiniones y recomendaciones, que la justicia internacional haya establecido para la
tutela de los derechos humanos.

En materia laboral, sin duda alguna, los más importantes son aquellos recogidos por la
Organización Internacional del Trabajo, los cuales versan sobre diversas materias, como la libertad
sindical, la abolición del trabajo forzoso, las formas de trabajo infantil, entre otros.

No obstante, existen diversos tratados y acuerdos internacionales que reconocen la importancia


que tiene el derecho del trabajo y promueven su protección de manera prioritaria.

Entre ellos tenemos:

DECLARACIÓN UNIVERSAL DE DERECHOS HUMANOS

Artículo 23°
1. Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones
equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo.
2. Toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna, a igual salario por trabajo igual.
3. Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria, que le
asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana y que será
completada, en caso necesario, por cualesquiera otros medios de protección social.
4. Toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de sus intereses

Artículo 24°

Toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a una limitación razonable
de la duración del trabajo y a vacaciones periódicas pagadas.

PACTO INTERNACIONAL DE DERECHOS ECONÓMICOS, SOCIALES Y CULTURALES

Artículo 7°

Los Estados Partes reconocen el derecho de toda persona al goce de condiciones de trabajo
equitativa y satisfactoria que le aseguren en especial:

a) Una remuneración que proporcione como mínimo a todos los trabajadores:

i) Un salario equitativo e igual por trabajo de igual valor, sin distinciones de ninguna especie; en
particular, debe asegurarse a las mujeres condiciones de trabajo no inferiores a las de los
hombres, con salario igual por trabajo igual;

ii) Condiciones de existencia dignas para ellos y para sus familias conforme a las disposiciones del
presente Pacto;

b) La seguridad y la higiene en el trabajo;

c) Igual oportunidad para todos de ser promovidos, dentro de su trabajo, a la categoría superior
que les corresponda, sin más consideraciones que los factores de tiempo de servicio y capacidad;

d) El descanso, el disfrute del tiempo libre, la limitación razonable de las horas de trabajo y las
variaciones periódicas pagadas, así como la remuneración de los días festivos.

PROTOCOLO DE SAN SALVADOR

Artículo 6°.- Derecho al Trabajo


1. Toda persona tiene derecho al trabajo, el cual incluye la oportunidad de obtener los medios
para llevar una vida digna y decorosa a través del desempeño de una actividad lícita libremente
escogida o aceptada.

2. Los Estados partes se comprometen a adoptar las medidas que garanticen plena efectividad al
derecho al trabajo, en especial las referidas al logro del pleno empleo, a la orientación vocacional y
al desarrollo de proyectos de capacitación técnico-profesional, particularmente aquellos
destinados a los minusválidos. Los Estados partes se comprometen también a ejecutar y a
fortalecer programas que coadyuven a una adecuada atención familiar, encaminados a que la
mujer pueda contar con una efectiva posibilidad de ejercer el derecho al trabajo.

ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL DEL TRABAJO (OIT)

La OIT fue fundada en 1919, se convirtió en la primera agencia de las Naciones Unidas en 1946.

Los objetivos principales de la OIT son promover los derechos laborales, fomentar oportunidades
de trabajo decente, mejorar la protección social y fortalecer el diálogo al abordar los temas
relacionados con el trabajo.

Como parte del cumplimiento de sus objetivos, la OIT emite diversos instrumentos como
convenciones y recomendaciones a los estados miembros y en general, a todos aquellos que
adopten sus medidas en pro del avance progresivo de la protección del derecho al trabajo.

Entre los instrumentos adoptados por el Perú, tenemos:

A) Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo.

Declaración aprobada en junio de 1998 por los representantes de los gobiernos, los
empleadores y los trabajadores, reunidos en la Conferencia Internacional del Trabajo.

Los derechos laborales incluidos en la Declaración de la Organización Internacional del


Trabajo (OIT) relativo a los principios y derechos fundamentales en el trabajo son:
“Declara que todos los Miembros, aun cuando no hayan ratificado los convenios aludidos,
tienen un compromiso que se deriva de su mera pertenencia a la Organización de
respetar, promover y hacer realidad, de buena fe y de conformidad con la Constitución,
los principios relativos a los derechos fundamentales que son objeto de esos convenios, es
decir:
a) La libertad de asociación y la libertad sindical y el reconocimiento efectivo del derecho
de negociación colectiva;
b) La eliminación de todas las formas de trabajo forzoso u obligatorio;
c) La abolición efectiva del trabajo infantil; y
d) La eliminación de la discriminación en materia de empleo y ocupación.”
Respecto al punto d) “Eliminación de la discriminación en materia de empleo y
ocupación”, la OIT emitió el Convenio 111.

Convenio 111:

Art. 1°: A los efectos de este Convenio, el término discriminación comprende:

(a) cualquier distinción, exclusión o preferencia basada en motivos de raza, color, sexo,
religión, opinión política, ascendencia nacional u origen social que tenga por efecto anular
o alterar la igualdad de oportunidades o de trato en el empleo y la ocupación;

(b) cualquier otra distinción, exclusión o preferencia que tenga por efecto anular o alterar
la igualdad de oportunidades o de trato en el empleo u ocupación que podrá ser
especificada por el Miembro interesado previa consulta con las organizaciones
representativas de empleadores y de trabajadores, cuando dichas organizaciones existan,
y con otros organismos apropiados.

CONVENCIÓN SOBRE LA ELIMINACIÓN DE TODAS LAS FORMAS DE DISCRIMINACIÓN CONTRA LA


MUJER

Instrumento emitido por las Naciones Unidas, entró en vigencia en el Perú a partir de la
Resolución Legislativa 23432, publicada el 5 de junio de 1982 en el Diario Oficial “El Peruano”.

Art. 11°

1. Los Estados Partes adoptarán todas las medidas apropiadas para eliminar la discriminación
contra la mujer en la esfera del empleo a fin de asegurar, en condiciones de igualdad entre
hombres y mujeres, los mismos derechos, en particular:

a. El derecho al trabajo como derecho inalienable de todo ser humano;

b. El derecho a las mismas oportunidades de empleo, inclusive a la aplicación de los mismos


criterios de selección de cuestiones de empleo;

c. El derecho a elegir libremente profesión y empleo, el derecho al ascenso, a la estabilidad en el


empleo y a todas las prestaciones y otras condiciones de servicio, y el derecho al acceso a la
formación profesional y al readiestramiento, incluido el aprendizaje, la formación profesional y el
adiestramiento periódico;

d. El derecho a igual remuneración, inclusive prestaciones, y a igualdad de trato con respecto a un


trabajo de igual valor, así como a igualdad de trato con respecto a la evaluación de la calidad de
trabajo;
e. El derecho a la seguridad social, en particular en casos de jubilación, desempleo, enfermedad,
invalidez, vejez u otra incapacidad para trabajar, así como el derecho a vacaciones pagadas;

f. El derecho a la protección de la salud y a la seguridad en las condiciones de trabajo, incluso la


salvaguardia de la función de reproducción.

CONCLUSIONES:

En nuestro modelo de Estado Social y Democrático de Derecho, los derechos fundamentales se


constituyen como el medio idóneo para defender a la persona humana y a su dignidad. Dentro de
la gama de derechos fundamentales que se reconocen en nuestra Constitución Política, los
derechos sociales, como los del Derecho del Trabajo, cobran una especial relevancia, toda vez que
se considera que el trabajo es una forma de permitir el desarrollo de las personas.

No sólo se debe brindar adecuada protección a la mujer, sino que deben brindarse todas las
herramientas jurídicas posibles para ponerle fin a una situación de discriminación que muchas
veces es fomentada no solo por el Estado, sino también por los particulares.

Finalmente, no podemos olvidar que, en un Estado Social y Democrático de Derecho, se hace


necesario que los derechos fundamentales se involucren activamente en el bienestar y desarrollo
de las personas, pues éste no puede permanecer como un testigo de piedra frente a la
desigualdad material en la que viven sus ciudadanos. Dicha tarea se irradia no sólo al Estado
cuando ejerce sus funciones, sino también a toda la comunidad, en tanto nos corresponde cumplir
y defender lo señalado por nuestra Constitución Política también en el ámbito privado.

Por ello, es nuestro deber lograr que las cláusulas de nuestra Constitución Política sean efectivas y
vigentes en el ámbito de la realidad, brindando la tutela necesaria y justa para todas las personas,
en concordancia con el modelo de Estado Social y Democrático de Derecho. Y, en el marco de las
relaciones laborales, con un especial énfasis en las mujeres trabajadoras.

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