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El documento resume la llegada de Doña Jimena y sus hijas a Valencia, escoltadas por caballeros. Minaya Álvar Fáñez había enviado mensajeros al Cid para informarle que Doña Jimena y sus hijas estaban en Medinaceli. El Cid envió a caballeros, incluyendo a Muño Gustioz, Pero Bermúdez y el obispo Jerónimo, a buscarlas y escoltarlas hasta Valencia. Llegaron sanas y salvas, y el Cid las recibió con gran alegría, abrazando y besando a Do
El documento resume la llegada de Doña Jimena y sus hijas a Valencia, escoltadas por caballeros. Minaya Álvar Fáñez había enviado mensajeros al Cid para informarle que Doña Jimena y sus hijas estaban en Medinaceli. El Cid envió a caballeros, incluyendo a Muño Gustioz, Pero Bermúdez y el obispo Jerónimo, a buscarlas y escoltarlas hasta Valencia. Llegaron sanas y salvas, y el Cid las recibió con gran alegría, abrazando y besando a Do
El documento resume la llegada de Doña Jimena y sus hijas a Valencia, escoltadas por caballeros. Minaya Álvar Fáñez había enviado mensajeros al Cid para informarle que Doña Jimena y sus hijas estaban en Medinaceli. El Cid envió a caballeros, incluyendo a Muño Gustioz, Pero Bermúdez y el obispo Jerónimo, a buscarlas y escoltarlas hasta Valencia. Llegaron sanas y salvas, y el Cid las recibió con gran alegría, abrazando y besando a Do
Universidad de Buenos Aires - Facultad de Filosofía y Letras
Segundo cuatrimestre de 2019 Historia de la lengua Cantar de Mio Cid Folio 30v - vv. 1458-1484 Tú, Muño Gustioz, e Pero Vermúez delant e Martín Antolínez, un burgalés leal, el obispo don Jerónimo, coronado de prestar, cavalguedes con ciento guisados pora huebos de lidiar. Por Santa María vós vayades passar, vayades a Molina, que yaze más adelant, tiénela Avegalvón, mio amigo es de paz, con otros ciento cavalleros bien vos consigrá. Id pora Medina cuanto lo pudiéredes far, mi mugier e mis fijas con Minaya Álbar Fáñez así commo a mí dixieron ý los podredes fallar; con grand ondra aduzídmelas delant. E yo fincaré en Valencia, que mucho costado·m ha, grand locura serié si la desemparás; yo fincaré en Valencia, ca la tengo por heredad.» Esto era dicho, piensan de cavalgar e cuanto que pueden non fincan de andar; trocieron a Santa María e vinieron albergar a Frontael e el otro día vinieron a Molina posar. El moro Avegalvón, cuando sopo el mensaje, saliólos recebir con grant gozo que faze: «¡Venides los vassallos de mio amigo natural! A mí non me pesa, sabet, mucho me plaze.» Fabló Muño Gustioz, non speró a nadi: «Mio Cid vos saludava e mandólo recabdar con ciento cavalleros que privado l’acorrades; su mugier e sus fijas en Medina están, Historia de la lengua Cantar de Mio Cid Folio 31r - vv. 1485-1511 que vayades por ellas, adugádesgelas acá e fata en Valencia d’ellas non vos partades.» Dixo Avegalvón: «Fer lo he de veluntad.» Essa noch conducho les dio grand, a la mañana piensan de cavalgar; ciento le pidieron, mas él con dozientos va. Passan las montañas, que son fieras e grandes, passaron Mata de Toranz de tal guisa que ningún miedo non han, por el val de Arbuxedo piensan a deprunar. E en Medina todo el recabdo está, envió dos cavalleros Minaya Álbar Fáñez que sopiessen la verdad, esto non detardan, ca de coraçón lo han; el uno fincó con ellos e el otro tornó a Álbar Fáñez: «Virtos del Campeador a nós vienen buscar, afevos aquí Pero Vermúez e Muño Gustioz que vos quieren sin art, e Martín Antolínez, el burgalés natural, e el obispo don Jerónimo, coranado leal, e el alcáyaz Avegalvón con sus fuerças que trae por sabor de mio Cid, de grand ondra·l dar; todos vienen en uno, agora llegarán.» Essora dixo Minaya: «¡Vaimos cavalgar!» Esso fue apriessa fecho, que no·s quieren detardar, bien salieron den ciento que non parecen mal, en buenos cavallos a petrales e a cascaveles, e a cuberturas de cendales e escudos a los cuellos, e en las manos lanças que pendones traen, que sopiessen los otros de qué seso era Álbar Fáñez. Historia de la lengua Primera Crónica General 924. Capitulo de commo llegaron a Valencia donna Ximena et sus fijas, et de commo las resçebio el Çid. En todo esto, los tres caualleros que Minaya enbiara al Çid, eran ya llegados a Valencia, et contaron al Çid todo lo que les fuera mandado. Et quando el Çid lo oyo, ouo grant plazer et dixo: «quien a buenos mandaderos enbia, tal mandado espera!; bendicto sea el nombre de Dios, quando a mi sennor el rey don Alfonso plaze con el mi bien». Desi mando llamar a Munno Guztios et a Pero Bermudez et al obispo don Ieronimo, et dixoles las muy nobles nueuas quel auien llegadas, et de commo Aluar Fannez et Martin Antolinez et dona Ximena et sus fijas eran ya en Medinacelim; et quando ellos esto oyeron, ouieron muy grant plazer. Desi el Çid mandoles dar C caualleros, et que fuessen luego pora Molina, et que dixiessen a Abencanon, que era su tributario, que fuesse con ellos con otros C caualleros, et que se fuessen todos pora Medinacelim; et que ellos et Aluar Fannez aduxiessen a donna Ximena et a sus fijas fasta alli do el estaua. Et ellos mouieron luego, et fueronse pora Molina, et mucho plogo a Abencanon con ellos; et maguer quel mandara el Çid yr con çient caualleros, el mouio luego otro dia con CC caualleros. Et todos en vno passaron la montanna de Taranço, et por el val de Arbuxuelo aiuso, fasta que llegaron a Medinacelim. Et mucho plogo a Aluar Fannez con ellos. Et luego otro dia mouieron de Medina, et passaron el rio de Xalon, et Arbuxuelo arriba, et començaron a enderesçar el campo de Taranço, et llegaron a Molina. Et diz la estoria que tan abondadamiente les dio lo que ouieron mester aquel Abencanon, que avn las ferraduras pora las bestias les mando dar. Et diz la estoria que luego otro dia mouieron de Molina, et el moro Abencanon con ellos, fasta que llegaron a tres leguas de Valencia. Et quando lo sopo el Çid, salliolos a recebir mucho apuestamiente. Et quando se encontraron en vno ¿quién uos podrie contar las muy grandes alegrias que alli fueron fechas? Et quando donna Ximena et sus fijas vieron al Çid, descendieron de las bestias; et el Çid otrossi descendio; et ellas dexaronse caer a sus pies. Et tan grant era el plazer que auien en vno, que non podien fablar. Et el Çid leuantolas, et abraço a donna Ximena et a sus fijas, et besaualas mucho a menudo assy commo padre a fijas, et auie grant plazer porque las veye ya huuiadas. Et ellos en esto estando, el mucho onrrado don Ieronimo adelantrosse a la cibdat de Valencia, et saliolos a rescebir con muy grant procession; et desta guysa entraron en la muy noble cibdat de Valencia. (…)
Extraído de: RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL Primera Crónica General de Espana … Madrid: Gredos, 1958, t. II, pág. 595.