El Estado moderno se encuentra sancionado por un sistema legal a través de la Constitución
y los códigos de leyes mediante los cuales se solucionan los problemas en el seno de la sociedad, entendida dicha sociedad como democrática, donde existen instituciones estatales compuestas por partidos políticos que compiten entre sí a fin de ganar acceso a los principales puestos del gobierno durante un determinado tiempo , esta democracia tiene como finalidad principal el bienestar del ciudadano y el cumplimiento de sus derechos , sin embrago detrás de estas formalidades se tejen ciertas redes de clientelismo y corrupción , así en Estados débiles como Colombia los ocupantes de los puestos del gobierno quienes han ganado las elecciones se encargan de dar lineamiento a las políticas públicas , donde se toman decisiones que pueden resultar arbitrarias para sectores de la población en beneficio de su interés opuesto al colectivo , lo que conlleva a una mayor desigualdad . Las relaciones del clientelismo se entienden como aquellas practicas en las que existe un patrón y un cliente , donde el patrón es quien proporciona bienes materiales , protección o acceso a recursos diversos , y el cliente ofrece a cambio servicios personales , lealtad , apoyos políticos o votos, estas prácticas tienden a fracturar y debilitar la institucionalidad estatal , vinculadas a estas se encuentran los fenómenos de corrupción , donde influyen los interés privados y excluyentes , asociándolo con el soborno y la interacción entre individuos , grupos privados y funcionarios públicos que buscan obtener beneficios económicos . sin embargo, en Estados como el colombiano la existencia e intervención de grupos armados ilegales, narcotraficantes y el uso de métodos de coerción que sustituyen o complementan el soborno son características que justifican los calificativos de corrupción violenta. En conclusión, todos estos fenómenos van en contravía de la posibilidad de consolidar un verdadero Estado social de derecho.