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ESCRIBAS

El escriba era el copista o amanuense de la Antigüedad. En la civilización


del Antiguo Egipto, era un personaje fundamental, culto, experto en la escritura
jeroglífica y pictográfica, y conocedor de los secretos del cálculo, siendo el único
capaz de evaluar los impuestos, asegurar los trabajos de construcción y transcribir
las órdenes del faraón. Para los hebreos era el copista de las Sagradas
Escrituras y, posteriormente, incluso el doctor e intérprete de la ley.

Los escribas, que se mencionan con mucha frecuencia en los Evangelios,


formaban un grupo de eruditos, a veces, allegados a los Fariseos y, otras, a los
Seduceos, o a altos dignatarios religiosos. Esta denominación varió con el
transcurso del tiempo, pero en los tres siglos iniciales del cristianismo, los escribas
se mantuvieron como intérpretes profesionales y profesores de las leyes y de la
ética bíblica.
Sin embargo, las leyes mosaicas para ajustarse a los tiempos, necesitaban de
interpretaciones y ampliaciones.

Los dos partidos religiosos más importantes, Fariseos y Seduceos, tenían sus
propios escribas y eruditos.
Los fariseos poseían una mayor influencia, por lo que las interpretaciones de sus
escribas eran las que los judíos consideraban más autorizadas. Por esta razón, los
fariseos son mencionados más veces en los Evangelios, aunque en estos textos el
escriba era más bien un jurista.

Pero, en el Gran Sanedrín, que acogía las reuniones legislativas y judiciales,


desde el año 200 a.C. hasta el 70 d.C., éstas eran convocadas tanto por los
fariseos como por los seduceos.
Los escribas interpretaban las leyes bíblicas o redactaban nuevos textos,
basándose en las tradiciones de las leyes orales de sus mayores; debían dar
cuenta de todos los conocimientos revelados por el estudio de las Escrituras y, por
último, tenían que actuar como consejeros de los jueces y de quienes
administraran las leyes.
LEVITAS
La Tribu de Leví, cuyos integrantes son los llamados levitas, es una de las Doce
Tribus de Israel. Se trata de los descendientes de Leví (‫)לֵ וִי‬, el tercer hijo de Jacob.
Los levitas fueron consagrados por Dios, por medio de Moisés, para el servicio
del Tabernáculo y luego del Templo de Jerusalén.5 Eran los únicos designados
para el servicio del Tabérnaculo donde ejercían ministerio desde los veinticinco
hasta los cincuenta años. En otra edad no podían hacerlo, excepto para ser
guardia junto a sus hermanos.
Fueron tomados para el servicio de Dios en lugar de los primogénitos, y fueron
dados a los sacerdotes para ayuda.
Moisés y su hermano, Aarón, fueron levitas. Según la Biblia,
Aarón fue consagrado como el primer Sumo Sacerdote de Israel (Cohen Gadol) y
sus decendientes, también levitas todos ellos, constituyeron una auténtica clase
sacerdotal conocida como "Cohanim". La clase sacerdotal de
los cohanim compone una familia dinástica dentro de la Tribu de Leví y, debido a
ello, a todos los cohanim tradicionalmente se los considera ser levitas, pero no
todos los levitas son cohanim.
Luego que el sacerdocio se convirtió en prerrogativa de los descendientes
de Aarón (cohanim), los demás levitas asumieron una función secundaria en las
ceremonias. Mas la posición de los levitas en el campamento de las Doce Tribus
de Israel fue siempre estratégica, ya que el Señor les ordenó que vivir alrededor
del Tabernáculo y solicitó que solo los miembros de esa tribu se dedicase a su
servicio en exclusividad Dada su condición sacerdotal y responsabilidades en lo
concerniente a decisiones de naturaleza política, los miembros de la Tribu de Leví
constituían un grupo diferenciado del pueblo de Israel pero a su vez respetado por
el mismo.
Una vez que Josué condujera a los israelitas a la Tierra Prometida,6 los levitas
fueron la única tribu que recibió ciudades pero a la que no se le permitió ser dueña
de tierras "dado que el Señor, Dios de Israel, es su herencia".
Los levitas no poseían tierra ni heredad dado que su única función era la de
encargarse de todo lo relacionado con el Templo de Jerusalén: adoración,
alabanza, sacrificios, ofrendas, y otros. Aunque no poseían tierras, los levitas
vivían de las ofrendas que el pueblo de Israel presentaba en el Templo. Una parte
de ellas era destinada a los levitas, quienes las tomaban para sus propias
necesidades.
Históricamente, los levitas constituyeron la clase sacerdotal del judaísmo y
poseían derechos exclusivos para aprender y enseñar la Torá a las demás tribus.
Luego de la destrucción del Templo de Jerusalén, los privilegios y
responsabilidades de los levitas se resumieron en la lectura de la Torá en las
sinagogas y otras varias actividades rituales.

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