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“PRODUCCION DE CABRA NUBIA PARA LA COMERCIALIZACION DE CARNE Y

LECHE EN EL INSTITUTO TECNOLOGICO DE ALTAMIRA”


Instituto Tecnológico de Altamira.
Francisco Orozco Chávez
Yesenia Verónica Chávez Ramos
Adrián
Área de estudio:
El proyecto se desarrollara en el área llamada rancho “LOS POTROS” dentro de las
instalaciones del Instituto Tecnológico de Altamira ubicado en Carretera Tampico-Mante
Km 245
Fecha de presentación: 03 de diciembre del 2019
Objetivo del poryecto:
Obtener una alta producción de leche y carne así como mejorar el rendimiento mediante
el buen manejo de la cabra nubia
Introducción.
Las cabras se pueden considerar un animal multiproductivo, es decir que de ellas se
obtiene una variedad productos como carne, leche, piel, pelo, estiércol entre otros. La
producción de caprinos, al igual que cualquier otra empresa de producción animal,
requiere que se sigan buenas prácticas de manejo en las áreas de higiene, salud,
alimentación, agua y refugio, todo esto con la finalidad de obtener mayores y mejores
resultados en la producción.
Donde los recursos son limitados, un pequeño rebaño caprino puede ser el único ganado
que un pequeño agricultor a tiempo parcial pueda mantener para lograr la auto-
suficiencia.
El éxito es un reflejo de lo bien que un productor atiende a todos los aspectos de la
reproducción, la salud, la gestión y la comercialización. Todos estos factores tienen sus
respectivas funciones en la producción y comercialización de un producto de calidad. El
mercado de la producción caprina esta sin aprovechar debidamente en el municipio de
Altamira, Tamaulipas y pueden ofrecer oportunidades reales, especialmente para los
pequeños productores o bien aquellos que quieren iniciar en la producción animal.
Es importante conocer a detalle el buen manejo de la cabra para poder desarrollar su
potencial, obtener un alto rendimiento procurando siempre abaratar los costos de
producción.
Antecedentes.
La cabra ha sido deificada por diversas culturas a lo largo de la historia, entre otras la
griega, en cuya mitología se habla de una cabra llamada Amaltea que amamantó a Zeus
(Júpiter), el padre de los dioses. Asimismo existían otros personajes mitológicos
denominados sátiros, que eran individuos con el cuerpo de la cabra y la cabeza y tronco
de
humano. Por otro lado, es importante mencionar que en la Biblia, esta especie animal es
citada con frecuencia junto con el ovino.
Sin embargo, a pesar de la importancia que tuvo la cabra en la antigüedad, su
popularidad empezó a disminuir en el hemisferio occidental a partir de la edad media, ya
que debido a interpretaciones inadecuadas de la Biblia este animal empezó a ser
relacionado
con el pecado y el mal, atribuyéndole como consecuencia poderes malignos.
En el transcurso de la historia de la humanidad, el ganado caprino, a pesar del papel
tan importante que ha ocupado en el desarrollo de las civilizaciones humanas, ha sido en
términos generales, relegado y destinado a ocupar las zonas áridas y semiáridas con baja
capacidad desde el punto de vista vegetativo del mundo, llevándose a cabo su
aprovechamiento bajo condiciones de tipo extensivo fundamentalmente. Por tal razón,
esta
especie ha desarrollado gran capacidad de supervivencia y selectividad alimenticia ante el
aporte vegetativo que se le ofrece, siendo culpada por ello, del deterioro ecológico que se
produce debido al pastoreo irracional que se lleva a cabo en tales regiones, en sistemas
que
muchas veces incluyen las otras dos especies de rumiantes domésticos (bovinos y
ovinos).
Actualmente, gracias a la profundización en el estudio de las características de esta
especie,
se ha puesto a discusión su papel como erosionador de terrenos y se ha planteado por
muchas personas que el depredador real es el ser humano, quien por una actitud
irracional,
sitúa al caprino en zonas donde no se pueden desarrollar otras especies de herbívoros, y
éste
gracias a su gran rusticidad, sobrevive en tales lugares consumiendo el escaso
componente
vegetal que existe en ellos.
La caprinocultura a nivel mundial se ha desarrollado paralelamente a la historia de la
humanidad y actualmente existen más de 450 millones de cabras en el planeta. La
población
caprina se distribuye prácticamente en todo el mundo y bajo una gran variedad de
condiciones agroecológicas, sin embargo, la mayor proporción de caprinos se encuentra a
lo largo de una franja comprendida entre los Trópicos de Cáncer y Capricornio, en donde
confluyen por un lado, la mayor parte de las zonas áridas y semiáridas del planeta, y por
otro, gran cantidad de países subdesarrollados, quienes coincidentemente poseen el
mayor
número de cabras a nivel mundial (China, India, Pakistán, Nigeria y Turquía). En estos
países, los niveles de producción de los caprinos son muy bajos en comparación con los
países desarrollados, como Francia, España y Estados Unidos de Norteamérica, quienes
a
pesar de tener poblaciones caprinas comparativamente bajas, han logrado altos niveles
de
productividad en la especie. México se ubica en el décimo tercer lugar dentro de los
países
con mayor población caprina, compitiendo únicamente con Brasil en el continente
Americano y con una población de alrededor de 9 millones de cabezas.
La leche de cabra es consumida por más del 50 % de la población mundial
Desde tiempos remotos de la humanidad, la leche de cabra aparece como alimento.
Registros muy antiguos -en el texto bíblico o en los murales egipcios- hablan de su
consumo. La mayoría de nosotros debe pensar que el uso de esta leche quedó en
aquellas épocas, pero mucho nos sorprendería saber que algo más del 50 % de la
población mundial bebe leche de cabra.

Dónde se consume
La mayor parte de ese consumo sea en el continente asiático, con India en primer lugar.
Esto no sorprende teniendo en cuenta que el ganado caprino siempre se asocia a zonas
marginales, donde alimentándose de forrajes pobres se ofrece al hombre como fuente de
proteínas, con su carne y su leche. En segundo lugar, sigue el continente africano
coincidiendo con las estadísticas de población caprina. Europa es el que sigue en
producción de leche, pero esta vez con el menor número de cabezas, porque es allí
donde se encuentra la especialización. En este continente es Francia quien está a la
vanguardia de la intensificación de esta producción, seguida por Grecia, España e Italia.
También hay grandes diferencias en el hábito de consumo entre los continentes. Mientras
que en los países asiáticos y africanos se acostumbra a beber leche fluida de cabra, en
Europa y América se consume como quesos, en una gran diversidad de tipos.
Actualmente los países asiáticos con mayor poder adquisitivo, están demandando quesos
de cabra refinados, al estilo europeo.
Una leche más digestible
Como todo producto natural, la composición de la leche de cabra puede variar según la
raza, la zona de producción, la estación del año, la etapa de lactancia, la alimentación, el
manejo, la sanidad, etc.
Se puede hacer una breve comparación entre la caprina con la que más conocemos, la de
vaca, y con la humana como punto de referencia nutricional.
Una particularidad de la leche de cabra es la ausencia de caroteno, lo que le da su color
completamente blanco (A diferencia de la vaca que el caroteno le confiere color a su
grasa). El caroteno es el promotor de la vitamina A que debe ser convertido por el
organismo en la glándula tiroides. En la leche de cabra no encontramos caroteno sino
directamente vitamina A completamente disponible para su asimilación, sin intervención
de dicha glándula. Esto es muy importante para los bebés, porque su actividad tiroidea
está apenas desarrollada.
Si bien el contenido de vitaminas B6 y B12 es más bajo que la leche de vaca, comparado
con la leche humana es similar, por lo que es adecuada para la nutrición de infantes. Al
igual que casi todas las leches, el contenido de hierro es levemente deficiente, pero
actualmente la tecnología industrial permite agregarlo a niveles adecuados.
Vale señalar que los niveles de aminoácidos esenciales son similares, para la leche de
cabra y la leche de vaca, y ambas igualan o superan los requerimientos señalados por
FAO para los niños. Asimismo, ocurre en forma similar con los ácidos grasos esenciales.
La gran ventaja de la leche de cabra es su mayor digestibilidad, debido a características
propias de la grasa, la proteína y del coágulo que se forma en el estómago.
♦ Glóbulos de grasa más chicos. La grasa de la leche se presenta en glóbulos, que
en el caso de la leche de cabra son más pequeños. Prácticamente un 30% de ellos tienen
un diámetro entre los 2 y 4 micrones, cuando en la leche de vaca esos valores son de 10
a 20 micrones. Los glóbulos grasos, al ser más pequeños, permanecen más tiempo
dispersos en la leche, lo que facilita la actividad de las enzimas digestivas intestinales,
resultando una digestión más liviana. También contribuye a la digestión que cerca del 20%
de los ácidos grasos de la leche caprina sean de cadena corta (C4 y C6).

♦ Un coágulo más suave. La caseína es la principal proteína de la leche y es la que


forma la cuajada cuando se hace queso; algo similar ocurre en nuestro estómago cuando
bebemos leche y toma contacto con el jugo gástrico. El coágulo que forma la leche de
cabra es más suave y se rompe más fácilmente, lo que facilita la digestión enzimática.
Este coágulo se divide en partículas muy pequeñas que se disuelven más rápidamente
ante la acción de las enzimas proteolíticas en el intestino.
La leche de cabra es recomendable para aquellas personas que tienen problemas
digestivos como úlceras, gastritis, trastornos hepáticos y no pueden consumir leche de
vaca. En cuanto a las alergias, en particular aquellas debidas a alguna proteína láctea
bovina, la leche de cabra se puede tolerar.
Si bien es cierto que la caprina como otras leches puede transmitir una cantidad de
enfermedades al hombre, como tuberculosis, linfoadentitis, leptospirosis, brucelosis, todas
ellas se pueden evitar con una simple pasteurización de la leche. De allí la importancia de
asegurarse que el producto que se consuma proceda de elaboraciones con leche
pasteurizada, o si son de elaboración casera con unos minutos de hervor.
Un mercado interesante
Hoy la oferta de la leche caprina en el mercado nacional es restringida por lo que se
destina en su totalidad a la elaboración de quesos, tanto de tipos locales como europeos
a un precio en relación a la leche de vaca elevado. Esta situación lo ubica en categoría de
producto especial, con interesantes perspectivas para el productor como la diversificación
y para el industrial como producto con sobreprecio. De esta condición se puede generar el
desarrollo de pequeñas cuencas caprinas y el aumento gradual de su oferta.
Ings. Roxana Páez* y Andrea Maggio**. 1997. Infortambo, Bs.As., 07.1997

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