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EUGENIO ZNOSKO - BOROVSKY

T r a d u c c ió n del i n g l és

de la Tercera E d i c ió n

por MAXIMO V. PODESTA

la. Edicion

EDICIONES HACHE - EFE


MAIPU 359 • BUENOS AIRES
Prefacio de la Tercera Edición en 1

Un artista en el verdadero sentido de la palabra, el aut or


no se conforma con una simple reimpresión de su obra, ni sÍ/­
quiera ante el éxito logrado por ella. En lugar de seguir esta
línea de menor resistencia, se empeña en escribir un libro
totalmente nuevo, donde su experiencia y atesoramiento de
nuevas ideas durante los últimos doce años se expresan cla­
ramente.

Mantiene aquí las posiciones realmente sobresalientes


del primer libro, pero ellas son tratadas de una manera mu­
cho más concisa y fácil de comprender. Al mismo tiempo,
nuevas y profundas ideas son ilustradas con posiciones ex­
traídas de la más moderna práctica magistral.

Demostrando su espíritu emprendedor, que constituye


quizás el aspecto más notable de su carácter, el autor pre­
senta en la Parte Il, Capítulo J, una brillante exposición del
momento crítico de la mayoría de los jugadores medianos;
los estados de transición entre la apertura y el medio juego,
y entre este último y el final. Por vez primera en la historia
de la literatura ajedrecística este importante aspecto de la
partida encuentra un tratamiento adecuado por una auto­
ridad didáctica.
J. Du MONT
Introducción a la Edición Castellana

Este libro apareció por primera vez en el año 1922,


en Londres. Fué saludado entonces como la primera obra
consagrada a esta delicada fase de la lucha ajedrecística,
que es el medio juego, esencia misma del ajedrez, y de
la que no se sospechaba que pudiera ser estudiada.
Se reconoció también la novedad del método emplea­
do, que toma como base para los análisis los elementos
esenciales del juego el tiempo y el espacio que en
aquella época se hallaban totalmente ignorados y olvi­
dados.
Un estudio tal, estrictamente científico, no podía me­
nos que conferir al libro un tono severo, llegando a la
austeridad, tornando su lectura un poco difícil y haciendo
del juego mismo algo mecánico y automático.
Puesto que estas nociones esenciales están ya arrai­
gadas en la conciencia general, y figuran para su difusión
en numerosos manuales, decidí modificar algo el texto de
mi obra. suavizando su tono grave, volviéndolo más asi­
milable, y especialmente introduciendo todas las ideas
específicamente ajedrecísticas, haciendo también del libro
un tratado completo.
Esta versión obtuvo un éxito inmediato, mayor aún
que la primera, y su traducción es presentada ahora a los
aficionados de habla española. Me siento dichoso de que
así una nueva legión de lectores pueda conocer mi trabajo.
Aunque después varios otros autores Euwe, Fine,
Romanowsky han profundizado el estudio del medio
juego, estimo que es siempre bueno recurrir a la fuente
misma; comenzar por el principio. Así los aficionados
tendrán una base sólida, y luego podrán a su voluntad
ampliar y profundizar sus conocimientos.

Eugenio Znosko Borovsky

Bligny (Francia), Noviembre de 1954.


PRIMERA PARTE

CONSIDERACIONES GENERALES

CA P I T U L O I

BASES MATERIALES DE LA PARTIDA

1 LOS ELEMENTOS se encuentran a igual distan­


cia de las esquinas del table­
al ESPACIO. ro; en consecuencia, es fácil
apreciar que desde allí podrá
Una partida de ajedrez se ser protegido un punto ataca­
desarrolla dentro de un espa­ do, o también iniciar un ata­
cio estrictamente geométrico que cuando se presente la
subdividido en 64 casillas de oportunidad. En la práctica.
igual tamaño. No existe dife­ quien controla el centro posee
rencia física entre estas casi­ el dominio de todo el tablero.
llas, pues el color es simple­ Estando rodeadas las casi·
mente una cuestión de conve­ llas centrales por otras casi­
niencia para facilitar la visua­ llas, cualquier pieza apostada
lización. Pero su respectiva en aquéllas irradia su poten­
ubicación en el tablero afecta cia en todas direcciones, mien­
su importancia individual. Esta tras que su efectividad resul­
distinción se hace evidente tará considerablemente dismi­
cuando comparamos las casi­ nuída si es ubicada cerca del
llas situadas en los bordes del borde del tablero, pues por lo
tablero con las ubicadas en el menos le faltará un costado
centro. para dirigir su acción; en la
Las casillas centrales, para esquina se verá limitada por
todos los propósitos prácticos, dos costados.
8 EUGENIO ZNOSKO-BOROVSKY

Cuanto menos irradia su ac- ocupación por una unidad hos­


.
Clan una pIeza, menor es su til. Su ocupación será única­
, .

potencia. Por ello, las piezas mente de valor si es más o me­


acrecientan su fuerza al apro­ nos permanente.
ximarse al centro y cuando se Además del pequeño cen­
ubican en éste adquieren la tro de cuatro casillas, podemos
plenitud de su potencia. mencionar el centro amplio
Cada pieza posee teórica­ que comprende las dieciséis
mente un valor absoluto y casillas en el medio del table­
constante, pero en la práctica ro. Se podría hacer una valua­
su valor efectivo varía de ción de cada casilla, partien­
acuerdo a la casilla que ocu­ do del pequeño centro, donde
pa. Es entonces realmente ven­ su valor sería 36, hacia las es­
tajoso obtener el control del quinas, donde disminuye a 23.
centro. Sin embargo, esta valuación
No debe suponerse que el podrá ser quizá de interés a
mejor plan táctico es ubicar las los matemáticos; el jugador
piezas en el centro para ha­ práctico sólo estima las ideas.
cerlas tan poderosas como sea Las líneas que están forma­
posible. Esto sólo llevaría a das por una secuencia de ca­
las fuerzas a afrontar cuatro sillas, pueden ser clasificadas
-

frentes en lugar de uno como en dos grupos principales:


ocurre en su posición inicial. 1 Verticales (columnas) y
Además, muchas piezas acu­ horizontales (filas).
muladas en un pequeño espa­ 2 Diagonales.
cio se estorbarían entre ellas y Estas últimas se caracterizan
disminuiría su potencia en lu­ en que comprenden casillas de
gar de aumentar. Finalmente, un solo color, y por este moti­
nuestro objetivo no es sola­ vo un alfil, que acciona dia­
mente ocupar casillas fuertes, gonalmente, no podrá contro­
sino también proteger nuestras lar todo el tablero, sino la mi­
casillas débiles contra la in­ tad de él; ésta es la causa de
trusión enemiga. su poder limitado. Las diago­
Puede agregarse que la ocu­ nales son de variada longitud;
pación de una casilla central las mayores abarcan ocho ca­
ubicando una pieza en ella no sillas y las más cortas sola­
siempre es necesaria; es sufi­ mente dos.
ciente algunas veces controlar­ Las restantes líneas, vertica­
la simplemente, impidiendo su les y horizontales, contienen
EL �fEDIO JUEGO EN AJEDREZ
9

siempre el mismo número de y por ello es importante ocu­


casillas, es decir, ocho. Desde par tales líneas.
cualquier casilla, sea en el Es evidente que las líneas
centro u otro lugar, sobre lí­ más débiles son las columnas
neas del grupo 1. hay catorce y filas de los bordes, pero des­
casillas disponibles en ambas de un punto de vista práctico
direcciones. las que forman el cuadrilátero
La cantidad máxima de ca­ 2CD-2CR-7CR-7CD d e b e n s e r
sillas sobre diagonales es tre­ consideradas las más vulne­
ce, partiendo desde una de las rables; la razón reside en el
casillas centrales. Este número hecho de que las filas y colum­
disminuye a medida que se nas exteriores están protegidas
aleja del centro, siendo el mí­ por los bordes, debido a la au­
nimo siete, desde una casilla sencia de casillas fuera del lí­
en el borde del tablero. mite, lo que las inmuniza con­
Llegamos entonces a la con­ tra una maniobra envolvente.
clusión de que la diagonal es Las columnas y filas difieren
la línea más débil del tablero. principalmente por su orienta­
Es de importancia práctica es­ ción. Tal distinción es de gran
timar la fuerza de una diago­ importancia, pues en la parti­
nal que habrá de ser ocupada. da de ajedrez hay solamente
Una línea influye en la poten­ dos adversarios.
cia de una pieza de igual ma­ Como las fuerzas son orde­
nera en que lo hace una ca­ nadas sobre líneas horizonta­
silla. les, el frente de cada ejército
Si la importancia de una lí­ está preparado para sostener y
nea depende necesariamente repeler asaltos sobre líneas
de su longitud, dependerá aún verticales, las cuales forman
más de la zona del tablero que las líneas de ataque. De esta
ella atraviesa. Es la fuerza de manera un número de líneas
las casillas que la componen horizontales pertenecen total­
lo que determina su valor, mente a uno u otro adversario,
pues una línea en el borde del mientras que otras constituyen
tablero no tiene la misma im­ el motivo de la lucha.
portancia que otra cercana al El caso de las columnas es
centro. Aumentaremos la po­ enteramente diferente; en cada
tencia de nuestras piezas ubi­ una de ellas existen casillas
cándolas sobre líneas fuertes, que se encuentran próximas a
10 E{;GE�IO ZXOSKO·BOROWSKY

uno u otro enemigo y por ello de la disposición de los dos


su carácter es diametralmente ejércitos; ya veremos cuales
opuesto al de las filas. En cier­ variaciones ocurren de acuer­
to sentido 3R y 6R son idén­ do a la posición relativa de las
ticos, pero 3R pertenece a las piezas en cualquier momento
blancas y 6 R a las negras. dado. Así como las casillas in­
Desde el punto de vista del ju­ fluyen sobre las piezas, en la
gador, uno es neutral y el otro misma fOlma las piezas afec­
activo; protege el propio mien­ tan al valor de las casillas cu­
tras ataca al del enemigo. La ya importancia, en consecuen­
columna es activa mientras cia. varía con cada movi­
que la fila es neutral. Con cada miento.
casilla que avanzamos sobre Debemos adquirir una clara
una columna la actividad va percepción de la dilerencia en­
en aumento, pero al llegar a tre el valor constante y el valor
la quinta casilla asumimos la variable de las casillas, lo cual
iniciativa e iniciamos el ataque es de gran importancia para
con todos los riesgos corres­ la conducción exacta de la par­
pondientes. tida de ajedrez. Es bastante fá­
No podemos permitir que cil recordar lo primero. pero
una pieza enemiga se instale es mucho más düícil estimar
dentro de nuestras líneas, co­ correctamente los cambios que
mo ser, por ejemplo, en la ter­ se producen continuamente. Si
cera fila; al mismo tiempo in­ se concede insuficiente aten­
tentaremos ocupar las corres­ ción a este detalle. ciñéndose
pondientes casillas en el cam­ ciegamente a la constante y
po enemigo. Será ventajoso preconcebida valuación. no se
para nosotros si una de nues­ apreciará a tiempo cuándo 10
tras piezas ha alcanzado una usualmente fuerte y profundo
posición avanzada y puede se torna en débil y precario.
ser mantenida allí; pero si es Aunque nuestro tablero es
expulsada. en la mayoría de un cuadro ideal y sus líneas
los casos habremos perdido son perfectamente regulares.
tiempo. este espacio en que combaten
Apreciamos así que. además las piezas no es totalmente si­
del valor de cada casilla en un milar a los espacios que halla­
tablero vacío, existe otra va­ mos en geometría. o en la vida
luación dilerente dependiendo diaria. Es un mundo extraño
EL MEDIO JCf;GO EX AJF.DREZ 11

sujeto a sus propias leyes pe­ N91


culiares.
Suponiendo que deseamos
viajar con el rey desde 1 TR
hasta 7TR recordemos lo que
hemos aprendido en la escue­
la. es decir. que la línea recta
es la distancia más corta en­
tre dos puntos dados. y si se­
guimos por la columna de to­
rre cumpliremos el viaje en
seis movimientos. Pero si nues­
tro rey escoge un camino dia­
gonal con una línea quebrada
R IT-4R -7TR , también arribará ESTUDIO POR Ud
a su destino en seis movimien­
tos. El número de casillas es el Las negras han jugado ...
factor decisivo. no el largo del P4TR ; ¿cómo es posible alcan­
cammo. zar este peón? Ello parece im­

Los teoremas geométricos posible. puesto que el rey blan­


( tales como el cuadrado de la co está a dos casillas detrás de
hipotenusa) no son válidos sO­ él. y el final parece irremisi­
bre el tablero. T omemos el án­ blemente perdido. Sin embar­
gulo recto 4TD-4D-ID- y vere­ go el resultado es tablas; in­
mos que cada lado del trián­ creíble pero es así.
gulo 4TD-4D. 4D-lD Y lD-4TD. En lugar de jugar 1. R n.
comprende cuatro casillas. persiguiendo al peón sobre la
La posibilidad de emplear misma columna, el rey blanco
con el mismo grado de efecti­ marcha sobre la diagonal: l.
vidad líneas visiblemente dile­ R 7C. PST; 2. R6 A . Si ahora
rentes en longitud. es de gran 2. . P6T; 3. R 7R , protegiendo
. .•

importancia. pues en conse­ su PAD en el siguiente movi­


cuencia. se hace posible diri­ miento y coronándolo en dos
girse a varios puntos al mis­ jugadas más. Si, en cambio,
mo tiempo. lo cual constituye las negras replican 2 ... R3C; .

la base de numerosas combi- entonces 3. R5R. amenazando


nacIones.

R6D apoyando nuevamente a


Examinemos la siguiente po­ su peón, y por ello sigue 3 ....
sición (Diagrama N9 1): R xP; después de lo cual 4.
12 EUGENIO ZNOSKO-BOROVSKY

R4A. P6T: 5. R3C. interceptan­ dar emergiendo subconsciente­


do al peón negro. mente cuando son necesarios.
La diagonal permitió al rey
N'? 2
blanco alcanzar al peón ene­
migo. lo cual no hubiera lo­
grado persiguiéndolo sobre la
columna. pues sobre aquélla
se aproximaba s i m u l t ánea-
mente a su propIo peon.
. ,

En este estudio. la importan­


cia de la diagonal es demos­
trada claramente. pero tam­
bién es evidente la importan­
cia del centro. desde el cual
ambos flancos pueden s e r
amenazados simultáneamente.
En esta fonna calificamos en
Blancas: Yates Neqras: MarshaU
cierta extensión lo expresado
TORNEO DE CARLSBAD 1929
acerca de la debilidad de una
diagonal. Por lo menos en el
En la posición del diagrama
caso del rey y la dama (que
N9 2. las blancas en lugar de
pueden moverse sobre una co­
escoger el camino más corto
lumna. fila o diagonal) la dia­ del triunfo. es decir: 1. D2A: se
gonal en cierta forma ensam­ decidieron por otra línea de
bla las características de las juego que les pareció igual­
líneas verticales y horizonta­ mente segura: 1. R4A. P8C ID):
les. 2. DxDj. RxD: 3-. R4C. El PT ne­
Es esencial estar al tanto gro caerá y el PA blanco no
y perfectamente familiarizados podrá ser alcanzado pues el
con estas peculiaridades del rey negro no está dentro del
tablero. No sólo poseen inte­ "cuadrado".
rés teórico. sino también im­ Grande fué la sorpresa de
portancia práctica. ¡Cuántas las blancas cuando su rival, en
partidas perdidas se deben a lugar del esperado 3. '" R7A:
la ignorancia de tales detalles! replicó 3. . . R7C: ocupando
.•

¡Cuántas otras a su negligen­ otra diagonal desde donde po­


cia! Ellos deben constituir una drán alcanzar al PA puesto
segunda naturaleza del juga- que las blancas deberán pero
EL MEDIú JUEGO EN AJEDREZ 13

der un movimiento para captu­ gularidad entre ambos adver­


rar al PT que, de otra manera, sarios. Sin embargo aún al
avanzaría protegido por su rey efectuar una movida es posi­
hasta coronar. ble perder tiempo, lo que pue­
Un jugador no puede espe­ de resultar de enorme impor­
rar en todo momento encontrar tancia. Para perder "un tiem­
la correcta línea de juego; de­ po" es suficiente emplear dos
berá tener un sentido especial movimientos para realizar una
para ello. A este efecto el ta­ maniobra que podía ser ejecu­
blero y todas sus peculiarida­ tada en una sola jugada.
des deben serle perfectamente Avanzar y retroceder una pie­
familiares y no presentarle se­ za inútilmente también es una
cretos. Es interesante que el pérdida de tiempo. Es equiva­
aficionado pueda, sin mirar el lente a perder una fuerte casi­
tablero, visualizar todas sus lí­ lla cediéndola al enemigo.
neas y ángulos con una clari­ Hay otra diferencia: algunas
dad y precisión que le permita, movidas son voluntarias, otras
sin pensar, detenninar el color son forzosos. Si existe libertad
de cada casilla y la columna, perfecta para la elección de la
fila y diagonal en que ella se jugada y un número amplio
encuentra. para escoger, es más probable
que las movidas resulten más
b) TIEMPO.
fuertes. Si los movimientos son
No es fácil tarea hablar de compulsivos, es un signo de
cosas que no son visibles ni debilidad de la posición en ge­
tangibles. neral y de las piezas en parti­
Respecto al espacio, tene­ cular. Partiendo de la posición
mos el tablero, pero el tiempo inicial, con un número limitado
en realidad representa una de movidas posibles, el objeto
idea, y teóricamente es ilimi­ de la movilización es lograr
tado. Sobre el restringido es­ posiciones diferentes con una
pacio del tablero esto conduce cantidad siempre creciente de
a extraños acontecimientos. jugadas disponibles. Cuando
Si en ajedrez la unidad del esta cantidad comienza a dis­
espacio es la casilla, la unidad minuir ello es un seguro índice
del tiempo es la movida. Co­ de que la posición comienza a
mo en el caso de las casillas, desmejorar y que las piezas se
las movidas son siempre igua­ están tornando cada vez me­
les, alternando con estricta re- nos efectivas.
14 E1JG t::s1O Z:SOSKO-BOROW SKY

Aunque las movidas son activas o pasivas. Una ofensi­


iguales en cuanto al tiempo. va comienza realmente cuan­
es importante que sean reali­ do nuestras amenazas se ade­
zadas en el momento exacto. lantan a las maniobras defen­
La misma jugada, ejecutada sivas del adversario.
en oportunidades distintas, po­ La partida de ajedrez, en tér­
see valores enteramente dile­ minos generales, puede ser di­
rentes. El orden de las movi­ vidida en tres fases principa­
das es de máxima importan­ les: la apertura, el medio juego
cia. Así como las líneas están y el final.
formadas por series de casi­ Nuestro objeto primordial es
llas, tenemos también series de arribar al medio juego, que es
movidas. la verdadera vida del ajedrez,
El ajedrez no se juega movi­ sin quedar retrasado respecto
da tras movida, sino con una a nuestro adversClrio. Si entra­
serie bien considerada de mo­ mos en el medio juego sin ha­
vimientos que respondan a to­ ber desarrollado todas las fuer­
das las exigencias, es decir: zas, la pmtida será dominada
libertad de acción para el ju­ por el adversario y. en conse­
gador, restricción para el ad­ cuencia, nuestras piezas resul­
versario. Ejecútese en el instan­ tarán más débiles que las del
te exacto cada jugada, usando enemigo, y su libertad de ac­
al máximo la potencia de ca­ ción se verá restringida. Como
da pieza en todo momento. ocurre en una batalla real, la
Cuanto más numerosas S011 falta de movilización puede ser
las movidas concebidas como subsanada muy raras veces, y
una serie, más amplia es la ello solamente con dificultad.
cantidad de sus posibles va­ Quien inicia el medio juego
riaciones y mayor su fuerza con ventaja en el desarrollo y
efectiva. Una movida que ini­ dominio del centro, posee fun­
cia tal secuencia es una ju­ dadas razones pe Ita aspirar al
gada de un maestro. Si esta éxito.
serie no conduce a alguna fi­ El triunfo será obtenido por
nalidad, no tiene valor, y de­ quien logre en el final la cris­
bemos conformamos con que talización de la ventaja acu­
ello no arwine nuestra partida. mulada en el medio juego. Sin
Debemos conceder atención embargo, es en esta última eta­
a otro detalle, es decir, apre­ pa donde el factor tiempo al­
ciar si nuestras movidas son canza su mayor importancia;
EL MEDIO JUEGO EN AJEDREZ 15

la rapidez juega su parte deci­ en dama. Pero la diferencia


siva pues se necesita coronar entre las piezas reside en su
un peón. En el medio juego el manera particular de moverse;
tiempo tiene tanto valor como puede afirmarse que esta es
el espacio. la única diferencia entre ellas.
La potencia de una pieza de­
el FUERZA.
pende de su rapidez, o en otros
El tiempo y el espacio cons­ términos, de su poder para
tituyen las condiciones en que controlar o amenazar cierto es­
se juega el ajedrez; los ele­ pacio en determinado tiempo.
mentos activos son las Cuanto mayor sea el espacio
Estas se revelan en el espacio y más breve el tiempo, mayor
y el tiempo, combinándolos en es la agilidad de la pieza y,
sus movimientos, y para su en consecuencia, su fuerza.
aplicación efectiva están supe­ La fuerza, como es aplicada
ditadas a ambos. en ajedrez, es por ello expre­
Hemos establecido una uni­ sada en términos de tiempo y
dad del tiempo y otra del es­ espacio. ¿Puede haber una
pacio. ¿Existe igualmente una demostración más elocuente
unidad de la fuerza? Siendo de la consistencia lógica que
así. ¿está ella subordinada a forma las bases del ajedrez?
algún principio particular? Si Como hemos visto, la unidad
la respuesta fuera negativa la
del espacio es la casilla; la del
partida perdería en equilibrio
tiempo es la movida. En la
y sus leyes resultarían arbi­
misma forma tenemos una uni­
trarias.
dad de fuerza, es decir, el mo­
Examinando las piezas que
vimiento de una pieza de una
representan el elemento de la
casilla a la próxima en una so­
fuerza en ajedrez, hallaremos
esta unidad. Estas piezas, to­ la jugada; en principio esta
das y cada una, obedecen al unidad es el peón, aunque de­
mismo principio; sobre todo ben hacerse salvedades por
son esenciales. Es verdad que las peculiaridades del mismo,
ofrecen algunas extrañas va­ o sea su inicial avance doble,
riaciones, por ejemplo: el rey la captura en diagonal y la
no puede ser capturado, pues coronaClOn.
. ,

la partida está perdida cuando La diferencia real entre las


no puede evitar su captura: piezas, como hemos expresa­
un peón llega a transformarse do, reside en su respectiva ra-
16 EUGENIO ZNORKO·BOROYRKY

pidez, y hallamos en el ajedrez centurias de historia ajedrecís­


un hecho curioso que es pecu­ tica. Se podrían imaginar mo­
liar de este juego. Si una pieza vidas absurdas y fantásticas,
ataca a otra no es la más dé­ independientes de cualquiera
bil sino la más fuerte quien de las leyes establecidas; in­
debe alejarse. Una bola livia­ dudablemente tales movidas
na siempre será expulsada por han sido intentadas en la his­
otra más pesada; también en toria del ajedrez. Pero en la
la guerra un avión fuertemente forma definitiva del juego la
armado obligará a otro menos uniformidad y lógica de sus
afortunado a huir. movimientos no puede ser
Otra de las peculiaridades puesta en tela de juicio. La
.
del peón es que no puede re­ umca pIeza que parece con-
, .

troceder, y como cada bando servar cierta fantasía en su ac­


posee ocho peones, éstos for­ ción es el caballo, pero un
man un ejército distinto de las atento análisis demostraría
demás fuerzas. que el salto de esta pieza está
Como unidad entre las pie­ basado en los mismos princi­
zas podría adoptarse al rey pios que el movimiento de las
que, en una movida, puede demás piezas.
ocupar cualquier casilla adya­ Hemos visto la relación que
cente; el movimiento del rey es existe entre los movimientos
la raíz del movimiento de las del rey y la dama. La acción
demás piezas que dominan co­ de la dama combina los movi­
lumnas, filas y diagonales en mientos de la torre y el alfil;
cualquier dirección. El movi­ en otros términos, ella cubre
miento de la pieza más fuerte todas las líneas sobre el table­
del tablero, la dama, es sim­ ro, vertical. horizontal y dia­
plemente una extensión del gonal.
movimiento del rey, la pieza Respecto al movimiento del
más débil del ajedrez. caballo, que a primera vista
Para su movimiento las pie­ parece completamente arbitra­
zas utilizan solamente líneas rio. es muy interesante notar
existentes sobre el tablero, que después de un examen razo­
en su variedad resultan estric­ nado, que conforma al esque­
tamente lógicas como conse· ma general de cosas. Recono·
cuencia de la evolución del cer este hecho no carece de
ajedrez en el curso de muchas cierta utilidad práctica.
EL MEDIO JUEGO EN AJEDREZ 17

Fiqura A Figura B

Si examinamos la figura A, La figura B muestra al alfil


veremos que el movimiento de que sobre la gran diagonal bi­
secta el ángulo formado por
la torre ilustrado allí geomé­
dos caballos trasladándose de
tricamente, bisecta el ángulo
1 TD a 7D y 4CR respectiva­
fonnado por la marcha del ca­ mente.
ballo: 2-R-4AR-6CR-8TR y 2R- Los dos ángulos formados
4 D-6 AD-8CD. Así pues la simi­ por la marcha del alfil sobre
litud del caballo a las demás la gran diagonal (lTD-8TR) y
piezas es manifiesta como tam­ los movimientos de la torre
(lTD-8TD Y 1 TD-l TR) respecti­
bién la regularidad de su mo­
vamente, están nuevamente
vimiento por el cual, a inter­
subdivididos, aunque no en
valos establecidos se traslada partes iguales en este caso,
a una casilla, después de atra­ por las movidas de ambos ca­
vesar dos casillas intenlledias. ballos (lTD-3CD-SAD-7D y 1TD-
Resulta así evidente que el mo­ 2AD-3R- 4CR).
vimiento del caballo no es del No existe duda alguna de
que la marcha del caballo está
todo sinuoso, pues puede se­
estrechamente relacionada con
guir una línea recta a cual­
los movimientos de las piezas
quier distancia deseada a tra­ restantes y se halla fundada
vés del tablero. en principios similares.
18 EUGENIO ZNOSKO-BOROWSKY

2 LAS PIEZAS Y SU penetrar libremente en sus lí­


MANEJO neas interiores. Si el adversa­
rio logra perforar nuestra línea
Existen en ajedrez dos gru­
de peones ya no se verá obli­
pos distintos de fuerzas, es de­
gado a maniobrar verticalmen­
cir, los peones y las piezas
te, como en el caso de la posi­
propiamente dicho.
ción inicial; puede atacar en
Las piezas representan el todas direcciones, lo cual es
elemento dinámico del juego, muy peligroso pues tales ata­
mientras que normalmente los ques son muy dilíciles de re­
peones mantienen una tenden­ sistir y repeler.
cia estática. Ambas fuerzas
Por estas razones, los peo­
cumplen dilerentes tareas de
nes, u s a d o s colectivamente.
acuerdo a su potencia y ca­
constituyen la fuerza defensiva
pacidad individual.
por excelencia. La ruptura de
su línea, o su desaparición, lo
al LOS PEONES.
cual es parte del plan enemi­
Dilieren los peones de las go, debe ser de fatales conse­
piezas en dos puntos esencia­ cuencias; por ello. su defensa
les: uno es su debilidad, o en es la primera consideración.
otros términos. su falta de agi­ Con este objeto la mejor ubi­
lidad, y la otra su incapacidad cación de los peones es en lí­
para retroceder. nea horizontal. pues en este
Mientras las piezas pueden caso toda la línea delante de
siempre retomar a una casilla ellos está vigilada tomando di­
que han abandonado, un fícil un ataque enemigo. Los
peón, una vez iniciado su via­ peones se encuentran de esta
je, nunca podrá volver sobre manera en una posición de
sus pasos. Por este motivo el protegerse fácilmente unos a
jugador debe ser extremada­ otros; cualquier peón que se
mente cuidadoso en el avance vea atacado avanza simple­
de sus peones. Los ocho peo­ mente una casilla. Si el rey.
nes ocupan inicialmente una como en el caso de la posición
misma fila, sobre todas las co­ de enroque, se encuentra de­
lumnas, y presentan al enemi­ trás de ellos, antes de que se
go nn frente sólido, pero una sienta realmente amenazado
vez que se ponen en marcha tendrá que ser atacado dos ve­
su frente original es desarticu­ ces un peón delante de él.
lado pennitiendo al enemigo Por otra parte, un avance de
EL MEDIO JUEGO EN AJEDREZ 19

peones debilita la posición de explotar la debilidad de un


los mismos, por varias razones, peón retrasado. Para propósi­
de las cuales la más importan­ tos defensivos también es de
te es que ello debilita las dos gran importancia diagnosticar
casillas vecinas a un peón ya exactamente las debilidades
que han perdido pelmanente­ de la posición de peones, y lo­
mente la protección de este calizar las más serias, tanto
peón. Estas casillas represen­ para el ataque como para la
tan debilidades que pueden defensa.
ser explotadas por el enemigo; La disposición de peones so­
el punto más vulnerable es un bre una diagonal, donde se
"hole" (agujero), como ocurre protegen unos a otros, es tam­
por ejemplo con 3CR cuando bién ventajosa siempre que la
los peones están ubicados en base de esta cadena de peo­
3AR, 2CR y 3TR. Los peones nes se encuentre lo más aleja­
cuando están apostados en la da posible de las fuerzas hos­
misma fila pueden evadir la tiles, pues es esta base lo que
mayoría de los ataques por debe ser atacado, y si es vul­
mutua protección, que se efec­ nerable, es posible destruirla
túa simplemente avanzando provocando el derrumbe de
una casilla uno de los peones. toda la cadena.
Entretanto un peón, cuando Lo mismo se aplica a las for­
avanza, debilita al peón que lo maciones de peones sobre dos
protege al dejarlo retrasado, diagonales formando un ángu­
pues este peón no podrá ser lo: el ataque contra el vértice
protegido fácilmente por otro. de la cadena también resulta
Si el peón así avanzado es serio y puede llegar a destruir
uno de los del sector del rey una posición fortificada. En el
(en la posición del enroque) y caso de una formación "coli­
se debilita, entonces es suscep­ na" sobre dos diagonales (2TD-
tible de ser atacado; un peón 3CD - 4AD - 5D-4R - 3AR-2CR) la
en 3TR puede ser atacado en ruptura del vértice divide la
dos movidas por el PCR ene- formación dejando dos cade­
mIgo. nas cortas de peones.

Muchos y variados son los Sin embargo, la debilidad


tipos de ataques desarrollados mayor es el peón aislado, par­
sobre peones. El objeto puede ticulannente cuando está do­
ser crear una casilla débil, o blado: la protección de otros
debilitar un peón avanzado, o peones ha sido descartada per-
20 EUGENIO ZNOSKO·BOROVSKY

manentemente y los peones Siendo esencialmente una


aislados hállanse a merced de unidad defensiva, el peón, de­
los ataques enemigos. Al mis­ bido principalmente a su debi­
mo tiempo un peón doblado lidad, puede hacerse peligroso
puede poseer un alto valor de­ en el ataque. Como es una
fensivo, pues apostado en una desventaja cambiar un peón
columna importante domina por una pieza, ésta debe retro­
las casillas vecinas impidien­ ceder ante el ataque del peón.
do la ocupación de cuatro ca­ La dama posee una potencia
sillas importantes por las pie­ equivalente a ocho peones,
zas hostiles, a la vez que ase­ pero normalmente debe alejar­
gura estas casillas para sus se cuando es atacada por uno
propias piezas. Por otra parte, de ellos. Cuando los peones
al doblarse un peón se abre comienzan a avanzar, las pie­
una columna que puede resul­ zas enemigas deben conservar
tar de gran valor si es ocupada discretamente la mejor parte
por nuestras torres antes que de su valor y simplemente re­
el adversario. Sin embargo, la tirarse. Tal retroceso debe ser
debilidad del peón doblado decidido lo más temprano po­
persiste y solamente puede in­ sible. para evitar que los peo­
tentarse compensarla obtenien­ nes atacantes ganen demasia­
do ventajas en otra dirección. do tiempo.
Uno de los aspectos destaca­ Tan pronto como un ataque
dos del ajedrez es la combina­ de peones pueda ser previsto,
ción de los varios elementos la zona frente a ellos debe ser
que concede gran interés al despojada de piezas. tan rá­
juego y cierta dificultad; por pido como sea posible; enton­
ello es un arte estimar correc­ ces los peones sólo hallarán a
tamente las ventajas como los peones oponentes como ob·
también las correspondientes jetivo de su ataque. Aunque
debilidades. Pero en ajedrez. este método es difícil e insume
como hemos expresado, es im­ tiempo. permite al defensor es­
posible, excepto contra malos tar preparado.
jugadores, lograr algo gratui­ Ocurre, aunque raramente.
tamente; un triunfo casi siem­ que los peones pueden debili­
pre se debe a alguna falla de tar la posición de peones ene­
una especie u otra. La cues­ migos. siendo similares las
tión es cual resulta de mayor fuerzas de ambos bandos en
importancia. todos los aspectos. Es preferi-
EL MEDIO JFEGO E!Ii AJEDREZ 21

ble desorganizar la posición el peón es indicado para este


enemiga de peones por medio propósito.
de hábiles maniobras con las Un peón pasado, aunque
piezas, y luego avanzar los sea aislado, es de gran valor
peones al asalto de la posición potencial, especialmente si es­
debilitada. Este asalto puede tá apoyado desde atrás por
tener variados objetivos. Pri­ una torre, que lo ayuda en su
meramente es la ruptura y des­ avance. Con cada avance del
trucción de las defensas ene­ peón el campo de acción de
migas; o simplemente la ocu­ la torre se extiende y a la vez
pación de casillas débiles; o se restringe la libertad de ac­
puede ser la apertura de líneas ción de las piezas enemigas.
por medio de sacrificios de Es imposible afirmar en qué
peon. preciso momento un peón ais­
,

Debido a su pequeño campo lado cambia su debilidad en


de acción, los peones son me­ fortaleza; nuevamente aquí es
nos convenientes que las pie­ una cuestión de correcta apre­
zas para la ocupación de una ciación posicional.
No es suficiente saber que
casilla débil enemiga. Por otra
las casillas centrales son más
parte la ocupación efectiva por
fuertes que las circundantes,
peones es irrefutable y perma­
ni qué determinada pieza es
nente; por este motivo ellos son
más fuerte que otra; todo esto
particularmente útiles para "fi­
puede cambiar en el curso del
jar" una debilidad, tal como un
juego. De acuerdo a las pecu­
peón retrasado. El jugador que liaridades de la posición, ca­
posea un peón retrasado debe­ sillas normalmente fuertes pue­
rá hacer lo posible por reme­ den resultar débiles y piezas
diar este mal; para ello el débiles pueden adquirir una
mejor medio es avanzarlo. La insospechada y anormal dosis
mejor forma de impedirlo es de potencia. Si no aprovecha­
ubicando un peón delante del mos nuestras oportunidades.
peón retrasado, haciendo im­ ellas desaparecerán, y un
posible su avance. peón pasado en el que había­
Si es importante fijar una de­ mos depositado nuestras espe­
bilidad, también es necesario ranzas, se tornará gradual­
bloquear un peón fuerte; cuan­ mente en un penoso e infeliz
to más pequeño sea el valor peón aislado.
del bloqueador será mejor, y Debemos reconocer siempre
22 EUGE�IO ZXOSKO-BOROWSKY

las debilidades como así tam­ propia debilidad hace inhábil


bién los p u nt o s fuertes de al rey cuando la dama enemi­
nuestra posición; cómo se pro­ ga está en acecho.
ducen y de qué manera pue­ ¿ Qué puede esperarse de un
den ser reforzados. Pero sería rey en el medio juego? No de­
de poca utilidad saber simple­ be estorbar la marcha de sus
mente que nuestra posición es fuerzas ni exigirles una protec­
inferior y adoptar las medidas ción indebida que disminuiría
para defenderla; debemos in­ su valor ofensivo. Este es el
tentar a todo costo transformar motivo porque el enroque se
la posición. de modo que las produce temprano en la parti­
debilidades p u e d a n resultar da; el rey se coloca en situa­
puntos fuertes. Ello depende ción segura. lejos de las casi­
en cierta extensión de nosotros llas fuertes <que interesan a
mismos cuando. por ejemplo. las demás piezas) y asi ya no
tenemos un caballo débil con­ interrumpe la unión entre am­
tra un fuerte alfil enemigo. pro­ bas torres. En general el enro­
curando alterar la posición de que hacia el flanco rey es pre­
manera que el caballo resulte ferible y es el procedimiento
más efectivo que el alfil. Pre­ normal. mientras que el enro­
cisamente en esto consiste la que hacia el flanco dama tiene
real lucha en ajedrez. algún significado especial; en
este caso el rey. no solamente
b) E L R E Y.
deberá efectuar una movida
Poco es lo que puede decirse adicional para ponerse en se­
respecto al rey en un tratado guridad. sino que también la
sobre el medio juego. pues dama tendrá que haber efec­
aquí es más o menos inactivo. tuado un movimiento. y por
En el final, por el contrario ello el enroque largo ocurre en
quedando solamente escasas un estado más avanzado del
piezas sobre el tablero y las juego. En condiciones norma­
amenazas de mate no son ya les el enroque corto es prefe­
temibles. donde un peón puede rible.
coronarse en dama. entonces En cualquier sitio en que se
el rey puede y debe tomar par­ ubique el rey. la zona vecina
te activa en la lucha. En el automáticamente se torna dé­
medio juego es una inútil y bil pues su presencia atrae los
mala táctica exponer al rey a ataques enemigos_ Si en el
los peligros del combate; su mismo sector el rey no estuvie-
EL MEDIO JUEGO E N AJEDREZ
23

ro presente, un ataque allí no gen al rey, sino que también


tendría el mismo vigor, pues podrán tomar parte activa en
el objeto. de la lucha natural­ el juego. Un caballo en lAR
mente sería de menor impor­ es, defensivamente, tan efecti­
tancia, como ser, por ejemplo, vo como en 3AR, especialmen­
la ganancia de un peón. Pero te contra un ataque sobre el
con el rey allí puede producir­ flanco rey, pero generalmente
se un mate, y para lograrlo tiene la desventaja que el ca­
ningún sacrificio es demasiado ballo deberá permanecer ente­
grande. ramente pasivo; n o tomaría
En ajedrez, una pérdida en parte activa en las operacio­
un sentido rara vez no está nes, demostrando así la infe­
compensada por una ganancia rioridad de la posición del de­
en otro. En el enroque, por fensor.
ejemplo, el rey ubicado detrás El mate implica l a termina­
de sus peones, generalmente ción de la partida, pero una
no requiere ulterior protección posición de ahogado es el pre­
para éstos. Aquí puede desem­ ludio. No debe consentirse que
peñar un definido rol activo, el rey se encuentre en situa­
pues aún llega a apoyar su ción de ahogado, es decir, sin
avance, o puede fortalecer un movidas disponibles, pues en­
"hole" formado por un avance tonces un jaque causaría el
de peón; por ejemplo después desastre. Sólo un espíritu op­
de P3CR puede ubicarse en timista distraería al adversario
2CR y después de P3TR puede impidiéndole hallar un camino,
mover a 2TR, apoyando los por medio de un inesperado
peones y liberando a una pie- sacrificio, para infligir este ja­
za para otra tarea mas Impor- que fatal. Aún una posición
, .

tante. Pero muy raras veces del rey simplemente restringi­


ocurre que la protección del da causaría ansiedad, cuando
terreno del rey por una pieza las casillas en torno al rey es­
pueda ser ahorrada, y nosotros tán amenazadas por las piezas
debemos decidir que pieza em­ hostiles; por ello en tales casos
plearemos para este propósito, la apertura de columnas y, qui­
con la idea de limitar tal pro­ zás más aún, de diagonales,
tección a un mínimo estricto. deberá ser evitado a cualquier
Desde este punto de vista costo.
C3AR o A2CR son indicados, Debemos graduar la expan­
pues no solamente ellos prote- sión de las fuerzas en la de-
24 EUGENIO ZNOSKO-BOROVSKY

fensa de este débil personaje. las columnas conducen hacia


pero cuanto mas segura es su la posición enemiga y estas co­
,

posición. mejor podremos lan­ lumnas están obstruídas por


zar nuestras fuerzas disponi­ nuestros propios peones. El pro­
bles. sin recelos, en un ataque blema es entonces eliminar al­
decisivo. No olvidemos que guno de ellos. Si un peón o pie­
más tarde el rey entrará en za enemiga cierra la columna.
acción y decidirá el destino de usualmente es posible cam­
la batalla; entonces ya no ten­ biarla. o atacar la unidad obs­
drá el complejo de inferioridad taculizadora con una de menor
y actuará igual a otra pieza. valor; en el caso de ser un
reclamando espacio. ocupando peón hostil podemos atacarlo
casillas fuertes. y participc:ndo con uno de los nuestros y for­
en el juego en el centro. En zarlo a abandonar la columna.
el final d e b e m o s llevar al o ser capturado. Pero cuando
nuestro lo más rápidamente se trata de uno de nuestros
posible hacia el centro del ta­ peones. que además puede ser
blero; generalmente el triunfo bloqueado. el problema a ve­
sonríe al conductor del rey que ces esquiva la solución. y fre­
arriba primero al centro. cuentemente solo un sacrificio
puede lograr la finalidad de­
el LAS DEMAS PIEZAS.
seada.
Dos de las piezas que restan Por ello siempre debemos
ser examinadas. la torre y el estar atentos a una línea que
alfil. actúan sobre columnas y pueda ser abierta. recordando
líneas. la primera, y sobre dia­ que ella deberá ser importan­
gonales la segunda. Para per­ te, que la apertura de una lí­
mitirles desplegar toda su po­ nea es ventajosa para el ban­
tencia es necesario abrirles ca­ do más fuerte y que deberá
mino. Una torre en una colum­ producirse en el sitio en que
na cerrada es casi inútil y fre­ el jugador posea mayor supe­
cuentemente merece realizarse rioridad. Si en ese lugar la
un sacrificio para permitir a es­ posición es arriesgada o nues­
ta poderosa unidad entrar en tra situación es inferior. mejor
el campo de batalla. es mantenerla cerrada. Lo que
Pero no siempre es fácil abrir será más alarmante es descu­
una línea cerrada. especial­ brir que. tras de haber hecho
mente una columna. El ajedrez muchos esfuerzos para abrir
está dispuesto de manera que una línea. el único beneficiado
EL MEDIO JUEGO EN AJEDREZ 25

es el adversario. Por este mo­ sidad de efectuar complicadas


tivo, al abrir una línea, debe­ maniobras. Infortunadamente,
mos asegurarnos de que será ubicar una torre delante de los
para ventaja nuestra. peones la expondrá a serios
Si la columna en cuestión se peligros; cuando es atacada,
encuentra cerrada por un peón con sus propios peones detrás
pasado nuestro, el asunto es de ella, encontrará dificulta­
diferente. La torre detrás de él des para volver a su propio
se hace poderosa en extremo; campo. El alfil no encuentra
bajo su protección el peón tales inconvenientes en su la­
avanza irresistible, y con cada bor; es suficiente avanzar un
movida del peón el campo de peón para abrirle una diago­
acción de la torre crece junto nal. Si el alfil está en 3CR, con
con su poder. P3AR se le brinda una fácil re­
El caso del alfil es distinto: tirada. Lo contrario ocurre en
si la diagonal está cerrada por el caso de una torre; cualquier
un peón pasado, éste sola­ avance de peón hará más pre­
mente obstaculiza al alfil, y si caria aún su situación. Sobre
avanza pierde la protección de la misma casilla 3CR la torre
la pieza. En tales circunstan­ em peoraría si un peón fuera
cias el alfil resulta una pieza avanzado a la tercera fila.
pobremente defensiva; el peón Otro detalle que debe ser re­
puede ser perdido fácilmente, cordado es que la fuerza de la
aunque esto no siempre es una torre no aumenta avanzándola.
desventaja, porque libera al Una torre en IR posee la mis­
alfil que así ejercerá toda su ma potencia que en 4R; en es­
fuerza, y una pieza adicional to también el alfil difiere de la
puede decidir la lucha. En torre pues la fuerza de aquél
efecto, a cambio de un peón crece mientras avanza además
perdido, quizás contra nuestra de que su efecto cambia en
voluntad, hemos ganado el uso carácter. Un alfil en IR no tie­
de un alfil; un cambio favora­ ne influencia en el campo ad­
ble. versario, mientras que desde
Como la apertura de colum­ 4D puede atacar a ambos flan­
nas para las torres es tan cos. Desde 2CR el alfil contro­
engorrosa, podemos pregun­ la únicamente la gran diago­
tarnos si no es mejor ubicar nal, en tanto que desde 4R do­
estas piezas delante de los mina dos diagonales. Por ello
peones, evitando así la nece- es una maniobra segura ubi-
26 EUGENIO Z�OSKO·BOROWSKY

car el alfil delante de sus peo­ te, y por ello una posición de
nes, pues siendo de menos va­ peones está mal preparada
lor que la torre temerá menos para soportar un ataque desde
a los ataques enemigos. el costado. Esto explica tam­
Mientras la torre, cuando es­ bién porqué la torre incremen­
tá apostada sobre una casilla ta en poder cuando las piezas
fuerte en una columna central. sobre el tablero comienzan a
ataca al centro enemigo, el al­ disminuir en número, hacia el
fil sólo podrá hacerlo desde un final de partida. La torre actúa
flanco; esta pieza, sin embar­ mejor cuando ataca los peones
go, es más efectiva cuando es­ en un final; allí procede cómo­
tá sobre una casilla fuerte cen­ damente, mientras un alfil, en
traL atacando a ambos flancos general desempeña un papel
o, por ejemplo, a la posición pobre. Esto puede explicarse
del enroque adversario. por el hecho de que las líneas
La torre puede ejercer su po­ de la torre (filas y columnas),
tencia en las filas tan bien co­ forman una barrera insalvable
mo en las columnas, pero rara para el rey adverso o los peo­
vez tiene oportunidad de ha­ nes, mientras que las líneas
cerlo en el medio juego. Den­ del alfil (las diagonales), pue­
tro de sus propias líneas, o en den ser cruzadas fácilmente.
el centro, usualmente tiene po­ Una diagonal no puede blo­
cas perspectivas sobre una lí­ quear al rey, pero una colum­
nea, pues uno o dos avances na o fila lo detiene completa­
de peón la tornan ineficaz. mente. En el medio juego, y
Solamente un ataque lateral sobre una diagonal abierta, el
sobre una fila detrás de las alfil es muy poderoso, y a ve­
líneas enemigas ofrecerá pro­ ces tanto como la torre; pero
mesas de éxito; esto se refiere en el finaL para ser realmente
particularmente a la séptima fuerte, deberá estar acompa­
fila. Allí la torre ataca todos ñado del otro alfil. El par de
los peones, y si éstos avanzan alfiles son más fuertes que dos
el rey quedará en peligro. caballos y a menudo equili­
Una vez que la torre se esta­ bran la potencia de la pareja
blece en la séptima fila, des­ torre y alfil.
arrolla allí el máximo de su Como pieza defensiva en el
potencia; la razón reside en el finaL el alfil es casi siempre
hecho de que los peones ac­ más fuerte que el caballo, ya
túan únicamente hacia adelan- que está facultado para defen-
EL MEDIO JUEGO EN AJEDREZ 27

der un peón desde larga dis· a menudo su fuerza, porque


tancia, mientras el caballo na ejercerá su potencia en posi­
puede hacerlo. ciones donde otras piezas no
Para ilustrar la importancia pueden desplegar la suya. El
de las líneas en el juego prác­ caballo está particularmente
tico, y el uso que las torres y en su medio en situaciones res­
alfiles pueden y deben hacer tringidas, con muchos peones
de ellas, en el diagrama NI? 3 que obstaculizan la acción de
se presenta una posición don­ la torre y el alfil, pero no pue­
de la casilla crítica 3R de las den interferir con las cabrio­
blancas (punto de intersección las indómitas del caballo. Es­
de la columna I R-8R y las dia­ te procura ocupar una casilla
gonales ICR-7TD y l AD-STR), fuerte, si es posible apoyado
sucumbe bajo el qsalto com­ por un peón, cerca de las lí­
binado de la dama, torres y al­ neas enemigas. Contrariamen­
fil de las negras. te a la torre y el alfil, el
caballo solo puede atacar al
Diagrama N'? 3 enemigo acercándose a él; su
mejor fila de ubicación es la
quinta. Como ataca en ocho
direcciones, ocurre frecuente­
mente que dos o tres de éstas,
dirigidas hacia el enemigo son
de uso práctica, mientras que
la torre y el alfil usualmente
disponen de una sola dirección
de ataque. Así pues, el caba­
llo puede atacar el centro y un
flanco al mismo tiempo; ubi­
cado en SR. ataca SAD, 7D,
7AR Y SCR. Desde SAR pre­
Blan.: Collins - N eqr.: Z nosko-Borovsky siona sobre SD, 7R, 7CR y STR.
todas ellas importantes casi­
TORNEO INTERCLUB
París 1937 llas.
Debido a su valor compara­
Referente al caballo, prime­ tivamente pequeño, el caballo
ramente debemos recordar que solo teme el ataque de los peo­
esta pieza no puede controlar nes y por esta razón es, de to­
línea alguna. Esta debilidad es das las piezas, la mejor adap-
28 EUGENIO ZNOSKO-BOROVSKY

tada para provocar un avance Se puede agregar que, por


de peones enemigos; para im­ regla general, si el alfil tiene
pedirle establecerse en la quin­ poca libertad, el caballo dis­
ta fila, el adversario a menudo pondrá, en consecuencia, de
debe recurrir a un avance de mayores posibilidades. Es en­
peón poco a g r a d a b l e, por tonces cuestión de cliterio de­
ejemplo P 3CR, para prevenir cidir, para cada posición, que
C5AR. pieza debe tratar de conservar­
Colocado delante de sus se y, a la inversa, que tipo de
peones el caballo no necesita posición debemos procurar ob­
temer el ataque enemigo ni tener, para conceder perspec­
preocuparse nonnalmente res­ tivas a deteI'minada pieza.
pecto a las posibilidades de Para telminar diremos algu­
retirada, pero deberá evitar las nas pocas palabras acerca de
ubicaciones sobre los bordes la dama. No se puede decir
del tablero que le privan de la mucho, puesto que ella combi­
mitad de su fuerza: en 3T dis­ na los movimientos de la torre
pone de solamente cuatro casi­ y el alfil. Solo es necesado se­
llas utilizables y en 1 T cuenta ñalar algunas peculimidades
con dos únicamente. Sobre para indicar el manejo correcto
una casilla fuerte en el centro, de esta pieza.
apoyado por un peón, el ca­ Pudiendo moverse diagonal­
ballo frecuentemente equivale mente, la dama no debe temer,
a una torre. Es claramente su­ como la torre, salir en la aper­
perior a un alfil siempre que tura; ella puede actuar libre­
éste actúe sobre casillas de co­ mente fuera de la formación
lor distinto a la que ocupa el de peones. Pero esto no debe
caballo. hacerse demasiado prematura­
Como hemos expresado, el mente, pues si no dispone de
alfil generalmente es superior un objetivo real, la dama po­
al caballo en un final; pero con drá ser acosada por las piezas
los peones hostiles ubicados menores enemigas; sin embar­
en casillas de color opuesto, go, debemos convenir en que
inmunes al ataque del alfil, y la mejor ubicación de la dama
con un caballo ubicado sobre es delante de los peones en el
una casilla igualmente inmu­ centro del tablero, igual que el
ne, entonces el alfil es de poco caballo, pues toda su potencia
valor y la partida está proba­ se despliega ampliamente en
blemente perdida. esa situación. Desde allí la da-
EL MEDIO JUEGO E� AJEDREZ 29

ma es efectiva en tres direccio­ es raro que un jugador posea


nes hacia el enemigo; pero es ventaja en los tres elementos
necesario que el tablero se en­ y no logre imponerse en el fi­
cuentre. en cierta extensión. nal; tales casos son excepcio­
desprovisto de piezas. De la nales. Sólo debe esperarse
misma manera que un barco que el triunfo dependa de las
en el océano. la dama necesi­ ventajas obtenidas en estos
ta espacios abiertos; no son elementos y. sea o no nuestro
para ella los pasos estrechos deseo. cada movida produce
y restringidos. donde sólo el algún cambio en ellos. Debe­
caballo puede atravesar. mos procurar que estos cam­
Apostada lejos del centro. la bios sean en ventaja nuestra;
dama sólo actúa en una co­ si no vigilamos esta circuns­
lumna o sobre una diagonal tancia podemos caer fácilmen­
lo cual. evidentemente. es un te en una posición manifesta­
derroche de potencia; tal si­ mente inferior a pesar de las
tuación será una pobre demos­ brillantes ideas que podamos
tración de nuestra habilidad haber tenido.
para emplear plenamente la Hay siempre señales exterio­
potencia latente en nuestras res que marcan el peligro o la
piezas. salvación; si no los interpreta­
Hasta ahora hemos habla­ mos O no atendemos su aviso.
do de las distintas piezas de ellos se tomarán su revancha;
ajedrez respecto a sus movi­ es entonces que la lógica y las
das; luego veremos su efecto matemáticas del juego ocupan
en vanas posIcIones y apren-
• • •
su lugar contra las ideas abs­
deremos cómo hacer mejor uso tractas.
de su potencia y sus peculia­ Es deseable poseer ventaja
ridades. en los tres elementos. pues ello
origina un sentimiento de tran­
quila confianza favorable al
3 LA COORDINACION DE
pleno uso de nuestra imagina­
LOS E L E ME N T O S COMO
ción. Pero aunque ésta es nues­
BASE DEL AJEDREZ
tra intención. ello ocurre raras
El juego de ajedrez com­ veces. Podemos agregar que
prende tres elementos: fuerza. tal ventaja aplastante difícil­
tiempo y espacio. y la ventaja mente se logra aún en el mo­
en alguno de ellos decide la mento del triunfo. donde usual­
suerte de la partida. Sin duda mente algún detalle decisivo
30 ¡,; n a ; :\ I O Z:\OSKO-BORO\\'SKY

pesa más que todo el planteo mente el valor real de la po-


de la posición. SlClon.
. . ,

Los diferentes elementos casí La esencia del tiempo es me­


siempre se hallan en estado nos obvia. En la apertura es
variable; una ventaja en un todavía fácil percibir qué ban
elemento es, probablemente, do se ha desarrollado mejor,
compensada por una desven­ pero en el medio juego, donde
taja en otro. Su justa aprecia­ las movidas efectuadas son co­
ción es esencial. pues sólo así sas del pasado, semi olvida­
podemos llegar a una valua­ das, ¿de qué uso es una ven­
ción exacta de la posición y taja en tiempo y cómo pode­
decidir qué bando está mejor. mos cuidarnos de ella?
Con este fin debemos apren­ Sin embargo, también aquÍ
der a distinguir ventajas en ca­ un simple cálculo puede guiar­
da uno de estos elementos. nos; es digno de efectuarlo
Esto no es difícil en el caso con especial cuidado. Cuanto
más obscura es una ventaja
de las fuerzas; las piezas están
en tiempo más importante es
contadas y quien posea más
realizarla.
que el otro tiene ventaja. Si
disponemos de una dama con­ Diagrama NI? 4
tra un caballo, nuestra supe­
rioridad es evidente y si tene­
mos una torre contra un alfil
podemos estar satisfechos, sal­
vo que se trate de un sacrifi­
cio del adversario.
En la misma forma no es di­
fícil decidir qué bando está su­
perior en espacio; el que ocu­
pa todas las castillas impor­
tantes en el centro domina ma­
yor cantidad de terreno, y
puede estar conforme el juga­
dor cuyas piezas disponen de Blancas: Capablanca - Negras: Chaies
mayor libertad de acción. Es Nueva York 1913
casi una suma aritmética y de­
ja poco lugar a discusiones; un Si examinamos la posición
simple cálculo revela clara- del Diagrama N9 4 , vemos que
EL MEDIO J U E G O E N AJEDREZ 31

las blancas han efectuado tres Diagrama NI? S

movidas con los peones, dos - =,----,,; .".,..,.-....,.".,,=

con los caballos, tres con los


alfiles, una con el rey (enro­
que), o sea nueve movimientos
en total. Mientras tanto las ne­
gras han realizado cuatro mo­
vidas con los peones, tres con
los caballos. dos con los alfi­
les. una con el rey (enroque).
y una con la torre; en total
once movidas. En otros térmi­
nos. las negras han ganado
dos tiempos .
Un jugador que posea tal
ventaja en un elemento procu­ mas que las blancas han rea­
rará realizarla e intentará au­ lizado catorce movimientos y
mentarla, o por lo menos tra­ las negras solamente doce, es­
tará de no perder terreno en tando ahora las blancas con
este aspecto, seleccionando las dos tiempos de ventaja des­
movidas de acuerdo a la si­ pués de haber estado en des­
tuación_ ventaja diez jugadas antes. En
Si. por el contrario. un juga­ este período de alguna mane­
dor no es consciente de esta ra han ganado cuatro tiempos.
ventaja. que de hecho es algo Si es fácil estimar ganancias
concreto y tangible. corre el o pérdidas en un elemento par­
riesgo de ser despojado de ticular, es a veces bastante di­
ella, y ver que su posición le­ fícil apreciar correctamente la
vemente superior va cambián­ diferencia entre los varios ele­
dose en otra de marcada infe­ mentos, cuando ha existido
rioridad. ganancia en uno de ellos y
Examinemos la misma parti­ pérdida en otro.
da entre Capablanca y Cha­ En el caso de la "fuerza" no
jes, diez movimientos después hay dificultad pues conocemos
y veremos con extrañeza que muy bien el valor de las dife­
la posición del diagrama n'? 5 rentes piezas.
presenta un cambio radical. Un gambito solo significa
Analizando las movidas efec­ ceder material a cambio de un
tuadas fácilmente apreciare- rápido desarrollo; un sacrificio
:32 ¡,; [ ' t : E :\ I O Z :\ U S K O IlOJWYRKY

de concepción profunda es el movida de la Defensa France-


que produce ventaja suficiente sa, como SIgue:

en otro elemento, y resultará 1 . P4R, P3R: 2. P4D, P4D; 3.


erróneo cuando la ventaja no C3AD, C3AR; 4. A5C, A2R; 5.
es compensatoria. P5R, CR2D; 6 . AxA, DxA.
No sería incorrecto afirmar Inmediatamente percibimos
que un sacrificio profundo no que las blancas han ganado
es del todo un sacrificio. Es espacIo; en consecuenCIa, ¿su
• •

un cambio muy provechoso, o posición es superior? Nadie


transacción, algo así como las puede afirmarlo, pues éstas
operaciones de trueque con 103 tienen c o m o compensación
salvajes efectuadas en otras ventaja en tiempo, representa­
épocas; ofrecemos objetos bri· da por una movida.
llantes, de poco valor, a cam­ Se puede expresar que las
bio de valiosas comodidades. blancas han ganado espacio,
La misma relación existe en­ pero han perdido tiempo, o que
tre el tiempo y el espacio, y han sacrificado tiempo para
podremos apreciar mejor una ganar espacio o, finalmente,
posición si se hace destacar que han efectuado un trueque
ese hecho. entre estos dos elementos. Si
la ganancia compensa la pér­
Diagrama N° 6 dida, es difícil afirmarlo; a ve­
ces es posible encontrar claras
indicaciones para estimarlos,
otras veces es cuestión de in­
tuición y criterio posicional;
pero en cualquier caso es
esencial grabar en la mente
estas circunstancias, apreciar
su valor, pues entonces se ofre­
cerán bases definidas para el
conductor de la partida.
La principal dificultad no es
tanto estimar el valor de la
ventaja obtenida como distin­
guir el hecho de que existe una
Como un ejemplo tomemos ventaja real, lo mismo que
la posición del diagrama nO 6, apreciar las que son decepcio-
producida después de la sexta nantes y espureas.
,
EL MEDIO JUEGO EN AJEDREZ 33

S u p o n g a m o s que hemos dado sobre bases realmente


avanzado PST; hemos ganado profundas y no solamente en el
espacio sin perder tiempo, pe­ criterio posicional, que gene­
ro este avance quizás no lleve ralmente nos engaña y nos
a nada y el peón resulte débil. conduce a grandes errores.
Las ventajas visibles a menu­ Por el momento es suficiente
do son desilusiones. Un análi­
llamar la atención del aficiona­
sis de actualidades es clara­
do hacia el hecho de que los
mente insuficiente, aunque es
elementos en discusión no son
una necesidad; él forma las
simples concepciones abstrac­
bases para un análisis más
profundo al que nos referire­ tas y teóric-:Is, sino que consti­
mos después. De hecho, debe­ tuyen las verdaderas bases del
rá ser efectuado con el cuidado ajedrez y su conocimiento será
más minucioso, de manera que de gran ayuda para la con­
el verdadero análisis sea fun- ducción de la partida.
C A P I T U L O II

I DEAS E N AJ E D R EZ

1 OBJETIVOS A SEGUIR Y COMO ALCANZARLOS

El objeto de una partida de quince movimientos. Por otra


ajedrez es administrar jaque parte, no tiene importancia si
mate al rey enemigo. Esto muy ello sucede en la 65<;1 movida.
rara vez sucede que pueda ser o si es efectuado por una or­
efectuado en las primeras ac­ gullosa dama o un modesto
ciones de la partida, pues pa­ peón, el último sobreviviente
ra forzar un mate es a menudo del tablero.
necesario una ardua lucha y En esta cuestión de superio­
frecuentemente se produce una ridad, es inmaterial para nos­
larga batalla. En el curso de otros en cual de los tres ele­
este combate debemos proce­ mentos se produce. A veces de­
der paso a paso, aumentando bemos realizar movidas pru­
gradualmente cualquier venta­ dentes, cuyo solo objeto es ga­
ja que podamos obtener, has­ nar un tiempo o controlar una
ta que se produzca el jaque casilla fuerte. y no procedere­
mate, como lógica conclusión mos, sin el cuidado debido, a
de nuestros esfuerzos. capturar un peón dejado como
Sería fútil pensar en un ja­ cebo por un astuto adversario.
que mate todo el tiempo si Pero no olvidemos que una
previamente no puede amena­ ventaja en un elemento repre­
zarse un ataque contra el rey senta ventaja en posición y de­
enemigo. Contra un fuerte ad­ termina el carácter del juego;
versario o entre oponentes de una ventaja en espacio no pue­
fuerza equilibrada, sería pre­ de ser explotada en la misma
suntuoso en circunstancias nor­ forma que una ventaja en
males esperar el mate dentro tiempo.
de. por ejemplo, los primeros La partida de ajedrez. sin
EL MEDIO JUEGO EN AJEDREZ 35

embargo, no es mecánica; el taremos de aumentar nuestra


intelecto predomina. Es una ventaja hasta que se tome de­
lucha de ideas dentro de la es­ cisiva, pero, sea o no nuestro
tructura del tiempo y el espa­ deseo, cualquier ventaja que
cio, en sentido ajedrecístico. obtengamos se referirá a uno
En el siglo XVI Damiano de los tres elementos. Pode-
aconsejó a los jugadores de mos ganar un peon o mmOVI-
, . .

ajedrez no efectuar una movi­ lizar una pieza hostil; podemos


da sin objeto. Para jugar bien ocupar una casilla fuerte o re­
es necesario saber qué objeti­ ducir a nuestro adversario a
vo es digno de ser perseguido casillas o líneas sin importan­
y por qué medios puede ser cia. Debemos alcanzar la me­
alcanzado. ta deseada antes que nuestro
En la segunda parte de esta adversario. Pero además es­
obra haremos un exhaustivo tán los sacrificios en los cua­
estudio de los secretos del me­ les, para salvar un importante
dio juego y examinaremos con obstáculo, cedemos cualquier
mayores detalles tanto los ob­ cosa, y entonces es posible es­
jetivos en cuestión como los tar en situación de inferioridad
medios de tratarlos de acuerdo en los tres elementos y sin em­
a las peculiaridades de cada bargo ganar la partida.
tipo de posición. Por el mo­ Es a la vez imposible e inútil
mento solamente podemos ge­ enumerar todos los medios por
neralizar, y sin afirmar que sea los cuales puede ser alcanza­
completa, haremos una inspec­ do nuestro objetivo (apertura y
ción general y sucinta de las cierre de líneas, intercepción,
vanas posICIones. aislamiento y doblado de peo­
• • •

Cada plan de ajedrez tiende nes, etc.). Será suficiente men­


a obtener alguna ventaja bien cionar aquí los casos más im­
definida. Cuando las posicio­ portantes y frecuentes.
nes son iguales trataremos de 1) Jaque descubierto. Algu­
inclinar la balanza en favor nos jugadores sienten atrac­
nuestro; si nuestra posición es ción por los jaques siguiendo
inferior, procuraremos equili­ sin duda al pie de la letra la
brarla y si estamos perdidos frase: "Nunca pierda un jaque;
intentaremos plantear a nues­ puede ser mate". Para que sea
tro oponente múltiples proble­ efectivo, un jaque debe obligar
mas para hacer más difícil su al adversario a efectuar algu­
tarea. En posición superior tra- na movida sin valor, si no per-
36 EUGENIO ZNOSKO-BOROVSKY

judicial. Por otra parte, un ja­ te jaque no es ni doble ni des­


que casi siempre encuentra al­ cubierto, aunque posee algu­
gún punto importante para ata­ nas características de ambos.
car. A veces ocurre que un Elimínese el PR y tendremos
jaque descubierto provoca una un jaque doble; como está la
decisión inmediata. Un ejem­ posición, el PR está clavado y
plo muy conocido se produce el resultado es el mismo. La
en la Defensa Petroff: l . P4R, amenaza es !nenas evidente y
P4R; 2. C3AR, C3AR; 3. CxP, por ello con más probabilida­
CxP; 4. D2R, C3AR; 5. C 6Aj d.
. des de tener éxito. Sin el PR
ganando la dama. las negras se habrían antici­
2) Jaque doble. Raras veces pado al jaque doble, pero con
ocurre un jaque doble, pero el PR no se molestaron en
cuando ello sucede general­ atender a la amenaza.
mente posee un poder tremen­ Incidentalmente, puede agre­
do. pues la doble amenaza no garse que el jaque doble siem­
puede ser parada, excepto con pre es un jaque descubierto; a
la huída del rey amenazado. la inversa no ocurre lo mismo.
No debe maravillarnos enton­ 3) El doble. Este es un ata­
ces que tal jaque frecuente­ que simultáneo a dos piezas;
mente decida la partida; he el más simple y frecuente es
aquí un ejemplo contundente: el doble efectuado por un
1. P4R, P4R; 2. C3AR, C3AD; 3. peon.
,

ASC, C3AR; 4. O-O, P3D; 5. Si una de las unidades ata­


P4D, CxP; 6. PSD, P3TD; 7. A3D, cadas es el rey, ¿podemos ha­
C3A; 8. PXC. PSR; 9. T I R, P4D; blar de un doble o llamarlo
10. A2R, PxC; 1 1 . PXPC, AxP; jaque doble? En Asia, en tiem­
1 2. ASC mate. pos antiguos, la amenaza si­
El jaque descubierto lo mis­ !nultánea al rey y una torre
mo que el jaque doble pueden -entonces la pieza más pode­
ser previstos, y usualmente rosa del tablero era llamada
existen formas y medios para "shakrukh" (jaque y torre). He
tomar medidas preventivas con aquí un ejemplo decisivo de
tiempo. un doble, tomado de un ma­
Más insidioso es el jaque nual de ajedrez: 1 . P4R, P4R;
ocurrido en la siguiente partida 2. C3AR, P3AR; 3. CxP. PxC; 4.
breve: 1. P4R P3AD; 2. C3AD, DSTj., P3C; 5. DxPRj., ganando
P4D; 3. C3A. PxP; 4. CxP, C2D; la torre.
5. D2R, C3AR; 6. C6D mate. Es- El doble de caballo conslitu-
EL MEDIO JUEGO E N A.TEDREZ 37

ye un caso especial; ninguna nación está basada en la posi­


pieza ejecuta esta maniobra ción vulnerable de la dama
con la misma discreción y, has­ negra que será atacada des­
ta nos sentimos tentados a de­ pués de CxA. El "modus ope­
cirlo, con secreto. Cuando el randi" fué simplemente forzar
doble de caballo está asociado al rey negro a ubicarse en
con un jaque, sea una simple cualquier casilla negra donde
celada o una omisión, a menu­ se encontrará en jaque des­
do conduce a un brillante jue­ pués de CxA, efectuando así
go combinativo. Examinemos el doble. Incidentalmente, el
la posición del diagrama n9 7. rey negro tiene que emprendér
un desagradable viaje circular.
Diagrama N9 7
4) La clavada. Es este un
poderoso medio de atar al ad­
versario y restringir la libertad
de acción de sus piezas. La
clavada es efectiva solamente
si la pieza elavadora es de me­
nor valor que la pieza encu­
bierta, particulounente si ésta
no protege a la pieza elavada.
Si la pieza encubierta es una
torre, la elavada es buena; ;si
es el rey, es la mejor de todas.
El caso más favorable es cuan­
do la pieza elavada está insu­
Estudio por Herbstman (1935) ficientemente protegida, pues
entonces todas las piezas del
Aquí las blancas ganan por atacante serán llevadas a pre­
medio de una e n c a n t a d o r a sionar sobre aquélla.
combinación: 1. D lRj., R7A, (si En todos los casos es bueno
1 . . . . RxD; 2. CxAj. seguido de para el defensor desclavar la
3. CxD); 2. DIAj., R6C; 3. D20;., pieza en cuestión lo antes po­
RSA: (si 3. . . . , RST; 4. D4Cj.); sible tanto para devolverle li­
4. D4Cj., R4D; 5. D6Dj., RSA; 6. bertad de acción como para
DSAj., R6C; 7. D4Cj., R7A (o liberar la pieza encubierta.
7T); 8. D2Cj., RxD; 9. CxAj. Y Aún en el caso más inocuo
10. CxD. donde la pieza clavada goza
Observemos que la combi- de suficiente proteccion, es im-
38 ElJGE'('IO ZNOSKO -BOROWSKY

portc.nte desclavarla para po­ interpuesto en 2R, como hemos


der utilizarla libremente, pero indicado, el caso es aún más
es esencial hacerlo enseguida claro; si el atacante jugara un
cuando la pieza clavada posee caballo a SD, entonces seguiría
una insuficiente o defectuosa ." CxC, y el alfil clavador
protección, como por ejemplo estaría doblemente a t a c a d o.
en el tipo más frecuente de cla­ Aunque una clavada es en sí
vada: un ASCR atacando al misma una estratagema simple
C3AR protegido por el P2CR y directa, el juego y contra­
cubriendo a la dama en I D, en juego que se produce entre la
la misma diagonal del alfil pieza clavadora y la encubier­
clavador. Para evitar el dobla­ ta da origen a maniobras de
do de peones, la pieza encu­ extrema sutileza y conduce a
bierta, la dama, deberá mover­ las combinaciones más intere­
se sin restar protección al ca­ santes, particularmente cuan­
ballo, por ejemplo a 3D. Las do existe una doble clavada
desventajas de la clavada fre­ como en la posición del Dia­
cuentemente son tan serias que grama NI> 7a.
en muchos casos es preferible
consentir el doblado de peo­ Diagrama N9 7a.

nes, en base al principio de


que "de dos males elíjase el
menO! ". La pieza clavada en
este caso puede ser parcial­
mente desclavada si podemos
interponer un alfil entre ella y
la pieza encubierta.
. .

Sin embargo, debemos re­ fj


cordar que si la pieza clava­
dora apunta en cierta exten­
sión a la pieza encubierta, ella
misma está en peligro. Por
ejemplo, en el caso descripto
anteriormente, si el caballo Blancas: Travin Neqras: Zeclt
clavado puede moverse con Leningrado 1933
jaq ue. el alfil, de hallarse sin
protección, podrá ser captura­ Aquí después de 1 . T7Cj; _ _ _

do por la dama. Con un alfil 2. T2D, D8D; las negras gana-


EL MEDIO JUEGO EN AJEDREZ
39

ron. La torre blanca de 2D está 2 AMENAZAS


doblemente clavada primero
por la torre y luego por la da­ Casi todas las maniobras
ma de las negras y está recar­ que se emprenden para alcan­
cargada por la doble tarea de zar nuestro objetivo pertenecen
proteger simultáneamente al a la naturaleza de las amena­
rey y la da ma blancos. zas. y éstas en sí mismas a ve­
Después de hacer las conce­ ces llegan a representar un
siones debidas por posibles objetivo por el cual lucha­
riesgos. se puede afirmar que mos. En todos los casos. una
amenaza es el medio más se­
la pieza clavadora es una pie­
za activa. y siempre es mejor guro de mantener. si no de au­
mentar. cualquier ventaja que
poseer piezas activas antes
podamos poseer. y esta es la
que pasivas. Al atacar un pun­
razón porque las blancas. te­
to determinado obtenemos una
niendo la salida. pueden siem­
cierta ventaja aún si nuestro
pre elaborar amenazas que les
adversario dispone de fuerzas permitirán mantener la inicia­
suficientes para una defensa tiva. Seguramente que las
adecuada. pues todas las pie­ blancas no tienen una movida
zas que él utilice resultarán extra; solamente cuentan con
pasivas y estarán privadas de una pequeña fracción de una
libertad de acción. mientras movida. que consiste en el de­
que. normalmente. n u e s t r a s recho de jugar primero. Pero
piezas pueden abandonar el esto es suficiente para adelan­
ataque en cualquier momento. tarse a su oponente; las blan­
de acuerdo a nuestra libre y cas son las primeras en ame­
oportuna decisión. nazar y las negras deben de­
Además de los menciona­ fenderse. perdiendo con ello
dos. existen otros medios. más cierta libertad de acción por­
toscos o más profundos. de que sus piezas se tomarán pa­
conducir un ataque ;tendremos sivas y asÍ. a la pequeña ven­
ocasión de estudiarlos más ex­ taja de la salida se agregará.
haustivamente en la parte se­ otra mayor: la ventaja en po-
gunda de este libro. Pero ellos SIClon.
. . ,

pertenecen a la categoría de Existen numerosas amena­


amenazas y de esto debemos zas posibles; para estudiarlas
tomar conocimiento en este ca­ con más facilidad necesitamos
pítulo. dividirlas en grupos.
40 EUGENIO ZNOSKO-BOROVSKY

En primer lugar están las Examinemos la posición del


amenazas d i r e c t a s, por las diagrama n9 8. Las blancas
cuales el enemigo es atacado juegan PSC, con la amenaza
inmediatamente, y luego las directa de capturar el PAR ne­
amenazas distantes o diferidas, gro, y la más distante de ganar
cuyos efectos solo se manifies­ la dama, o si ésta se mueve,
tan después de una serie de de capturar una de las torres
movimientos. con 2. PxPj. seguido de P7C.
Es imposible afirmar cuál de Las negras paran fácilmente la
ambas especies es la más po­ amenaza inmediata capturan­
derosa, y su efecto varía. La do el peón, pero entonces las
amenaza inmediata restringe blancas replican 2. DxTj., TxD;
al enemigo y llega a privarle 3. TxT, cambiando la dama por
de toda libertad de acción; la las dos torres, pero mantenien­
otra especie es menos eviden­ do la amenaza de ganar la da­
te y por ello más difícil de des­ ma negra con T7Aj. Si la da­
cubrir, pues requiere tiempo ma se aleja entonces sigue
para organizar una defensa T l -7Aj y T8TR mate; por ello
adecuada y puede afirmarse las negras están forzadas a de­
que en general es la más deci­ volver la dama con 3 . . . . DxT;
siva y en cualquier caso la pero si las blancas capturaran
más peligrosa de las dos. la dama ahora, entonces las
negras con dos peones pasa­
Diagrama NI? B
dos, contra dos peones pasa­
dos blancos, pueden empatar
la partida. Después de 3. . . .
DxT; las blancas juegan 4.
P6Tj. Y las negras abandona­
ron después de la siguiente
continuación: 4. . . . RIC; 5.
P7Tj., R2C; 6. TxD, RxT; 7.
P8TDj. Así pues, la amenaza
distante, ha decidido la par­
tida.
En este ejemplo hemos visto
una serie de amenazas que
surgen por turno sin respiro al­
Blancas: Tarrasch N eqras: Janowsky guno. Las negras se arreglan
Ostande 1907 pena defenderse de cada ame-
E T, MEDIO JUEGO EN AJEDREZ
41

naza simple, directa e inmedia­ Siendo menos visible que la


ta, pero al final sucumben ba­ directa, la amenaza indirecta
jo la más distante. Es una es más peligrosa; pero como es
ilustración perfecta de la me­ menos apremiante por ser so­
jor explotación posible de la lamente circunstancial, c a s i
amenaza distante; una cadena siempre se disponen de medios
ininterrumpida de amenazas para evadirla.
directas no concede al adver­ Otro grupo contiene amena­
sario ocasión de precaverse zas reales y aparentes; aque­
contra el peligro que acecha llas que constituyen una ver­
en la oscuridad. El momento dadera amenaza para el ad­
llegará cuando se unan dos versario y las que sólo pare­
amenazas; la directa y la dis­ cen tales.
tante que también ahora se Parecerá extraño que una
hará inmediata. Es posible pa­ movida que nada amenaza
rar una de ellas, pero no am­ pueda llamarse en realidad
bas simultáneamente. una amenaza y ser tomada en
También podemos observar serio. Es perfectamente cierto
aquí la amenaza indirecta, expresar que una amenaza es
aunque actual. que difiere de a menudo más fuerte que su
la amenaza directa en que es ejecución. Una amenaza in­
circunstancial. En la tercera significante que persiste duran­
movida hay una amenaza de te cierto tiempo y estorba
ganar la dama (una amenaza nuestro juego, nos fuerza a vi­
inmediata y directa); si la da­ gilarla tratando de prever en
ma se aleja está la amenaza qué momento el adversario
de mate en dos (una amenaza procurará ponerla en práctica.
indirecta, pero inmediata). Es­ Será inútil insistir en que la
te es un ejemplo de doble ame­ amenaza no es sena, SInO apa-
• •

naza, pero una amenaza indi­ rente; las circunstancias pue­


recta también puede ocurrir den cambiar y súbitamente la
por sí sola, sin ser acompaña­ misma amenaza se toma en la
da de una directa. Por ejem­ más aguda y embarazosa.
plo, en la Variante Cambridge Ya en la apertura hemos tra­
Springs del Gambito Dama, la tado con casos similares, pues
movida negra . . . D4T no con­ C3AR del enemigo no signifi­
tiene una amenaza directa, si­ ca realmente una amenaza de
no que amenaza indirectamen­ capturar el PR, pero si nos des­
te al alfil blanco de SCR. cuidamos en cierto momento,
42 EUGEXlO ZKOSKO-BOROWSKY

perderemos nuestro PRo En el Sin embargo. si este avance


Ruy López 3. A5CR no amena­ es efectuado sin ninguna pre­
za realmente ganar el PR ne­ paración puede causar moles­
gro. pero aquí también sucede tias a las negras. como sigue:
que una negligencia momen­ 1 . . P4A; 2. PxP y si ahora
. .

tánea en el curso de las ope­ 2 . . . . CDxP; 3. CxP. AxC; 4 .


raciones puede costar el PR a A4AD. Pero para hacer posi­
las negras. o por lo menos ble esta variante deberá ser
causar muchas molestias para prevenida la captura del alfil
. blanco (CxA) con jaque; por
su recuperaClOn.
,

ello contra . . . T I A Y . . P4A


.

El medio juego ofrece ejem­


de las negras. la primera mo­
plos más complicados; exami­ vida de las blancas deberá ser
nemos la posición del diagra­ R I C, un movimento de espera
ma n9 9. Aquí como es bien y sabia precaución. Si ahora
conocido, el desarrollo normal las negras avanzaran ensegui­
de las negras es . . . P4A; lo da 2. . . . P4A; después de 3.
cual es muy peligroso pues las PxP deberán recapturar con el
blancas han enrocado en el PC; pero entonces la continua­
flanco dama. ción sería 3. PxP. PxP; 4. CxC.
PAxC; 5. AxP, PxA; 7. DxA,
Diagrama N9 9 PxC; 8. TxC. Se deduce enton­
ces que las negras deberán
precaverse contra 6. D3Cj. de
las blancas antes de avanzar
. . . P4A. Las blancas. con su
movida preventiva han evitado
la real amenaza de su adver­
sario tornándola inoperante; el
hecho de que las negras omi­
tieran la movida preparatoria
1 . . . . R l T; ha transformado en
un peligro serio y real lo que
originariamente era una ame­
naza ficticia.
Esta posición ilustra el juego
Blancas: Rubinslein y contrajuego de amenazas.
Neg'l'as: Znosko.Borovsky que aquí es sutil y profundo.
San Petersburgo 1909 Ocurre frecuentemente que
\';L M.EDIO JUEGO EN AJEDR E Z 43

las amenazas ficticias tienen cambiar las circunstancias de


solamente un motivo psicoló­ manera que el alfil aún ataca­
gico, que es el de intimidar a do puede ser capturado; una
un rival nervioso, quien pierde amenaza ficticia se ha cambia­
su fe en las propias amenazas do ante nuestra vista en una
legítimas y siente ansiedad por amenaza real. La falta de aten­
las imaginarias amenazas del ción debida significa la pérdi­
adversario. Sin embargo, este da del alfil.
tipo de juego es aborrecible y Es imposible enumerar todas
contrario al espíritu del aje­ las amenazas posibles, desde
drez. la más simple hasta la más
Imaginemos que en la mis­ complicada; desde la grosera
ma posición, las negras dispo­ captura de una dama hasta la
nen de un peón en 3TH. en lu­ sutil ocupación de una casilla
gar de 2TR. Es evidente que no en la lucha por el centro. Todo
puede capturarse al alfil blan­ se encamina hacia un norte;
co pues se abriría la columna la reducción de la libertad de
de TH. y ello sería demasiado acción del oponente, pues para
peligroso para las negras; las ello sirven restringir sus pie­
blancas entonces podrían de­ zas, crear debilidades en su
jar allí su alfil en perfecta se­ posición, e impedirle ocupar
guridad, aunque atacado. Es casillas fuertes y líneas abier­
fácil imaginar cómo, después tas, mientras procuramos ha­
de algunas movidas, lleguen a cerlo para ventaja nuestra.
CAPITULO III

ESTRATEGIA Y TACTICA

I ANALISIS PRELIMINAR E INTERNO DE UNA POSICION

Hemos visto que el análisis Diagrama NC? 10

de la estructura de una posi­


ción no es suficiente para su
total conocimiento, aunque es
un requerimiento esencial y
debe ser efectuado con extre­
mo cuidado. Sin él. un análi­
sis profundo es mucho más di­
fícil y muchos detalles impor­
tantes pueden escapar a nues­
tra atención; además, este aná­
lisis preliminar nos ofrece una
impresión general de la posi­
ción, que llega a infundimos
Blancas: Leonhaldl Neqraa: Marahall
confianza o crear alarma, y en _

cualquier caso sabremos don­ Es fácil contar las piezas, las


de estamos. No debemos omi­ casillas y las movidas, apre­
tir el hecho de que efectuando ciando que las blancas poseen
este análisis aprendemos a ventaja en los tres elementos.
apreciar integralmente una po­ Tienen un peón extra, ocupan
sición, y haciéndolo muy fre­ el centro con sus peones en SD
cuentemente aprenderemos a y 4AR Y la dama en 4D, y
estimar rápidamente el valor cuentan con una movida más
exacto de cualquier posición. en su desarrollo (8 movimien­
Tomemos la posición del dia­ tos contra 7). Hay razones, por
:¡rama n9 10. ello, para estar satisfechos con
EL M EDIO JUEGO EN AJEDREZ 45

esta posición y aún antes de mas que las blancas han efec­
efectuar el necesario análisis tuado 1 4 movidas y las negras
suplementario cabe anticipar solamente 1 1 . En consecuen­
el triunfo. cia las blancas se hallan ade­
Pero en ajedrez, los hechos lantadas en tres tiempos y se
raramente son tan simples y hace necesario pesar el ver­
difinidos; la combinación de dadero valor de las respectivas
los elementos entra en juego, y ventajas y desventajas en los
ocurre más frecuentemente que diferentes elementos. Ellos pue-
una ventaja en un elemento es den compensarse entre SI, pero
,

contrarrestada por una desveno también es probable que las


taja en otro. ventajas de un lado sean de
importancia decisiva mientras
Diagrama N'? 1 1
que las del oponente, aunque
importantes, tienen poca in­
fluencia en la actual situación.
Es bastante fácil comprender
que el instinto de posición, esa
misteriosa intuición que los
alemanes llaman "Positionsge­
fühl" ("instinto de posición" es­
casamente sea la traducción
exacta), es el único arbitrio en
esta materia y que nada pue­
de hacer el jugador que no lo
posee. No debemos empeque­
ñecer la parte que en el aje­
Blancas: Verqani - Neqras: Teichmann drez juega este instinto posi­
Hastings 1895 cional; olla equivaldría a dis­
minuir el mérito del talento.
La posición del diagrama n9 Pero ¿quién p u e d e sostener
1 1 nos convencerá de esto. que, debido a que este instinto
Con un número igual de peo­ desempeña una gran parte en
nes y piezas las negras evi­ el arte de la combinación, el
dentemente poseen ventaja en análisis exacto de una varian­
espacio gracias a sus peones te es superfluo o aún imposi­
avanzados en SR y 4AR. Y al ble?
caballo de 4R. Pero si conta­ Cuanto más complicada es
mos los movimientos en contra- la posición mayor es la parti-
46

cipación de este instinto posi­ solo para desarrollar una 00-


cionaL que a veces parece des­ rrecta apreciación de las posi­
cubrir lo que dificilmente sos­ ciones, sino también para crear
pecharíamos que existiera. En el "instinto de posición" en
detalles pequeños, de los cua­ quien no lo posea.
les algunos jugadores apenas Tomemos nuestro análisis en
tendrían una idea, el feliz po­ un grado más avanzado. Ob­
seedor de ese "instinto de po­ servemos el mismo diagrama
sición" se ingenia para elabo­ n9 1 1 . y para nosotros un a ra-
,

rar un imponente plan estra­ pida mirada será suficiente pa­


tégico; en la estructura de una ra apreciar que las negras tie­
poslclon, sm que a veces pue- nen ventaja. ¿Cómo se explica,
. . , .

da explicarse porqué; constru­ entonces, que las blancas po­


ye una línea de juego que tras sean ventaja en tiempo? ¿Es
algunos movimientos presenta real o imaginaria? ¿Cómo po­
problemas cuya e x i s t e n c i a demos establecerlo?
nunca se le hubiera ocurrido Primeramente debemos dis­
a su oponente menos dotado. cernir un número de movidas
Sin embargo, ¿puede afir­ de peones, que son de poca
marse que e s t o s problemas importancia, aunque en cuanto
ocultos no son inherentes a la a tiempo no hay diferencia en­
posición? ¿Que aquellos he­ tre ellas y las movidas de real
chos dificilmente no participan significado. Dos peones han
de ella? ¿No se trata quizás avanzado en el flanco dama,
de que el promedio de aficio­ el cual es realmente pasivo en
nados se conforma con una rá­ esta posición; existe un avan­
pida y superficial apreciación ce del PTR que en nada con­
de la posición, de modo que tribuye al desarrollo de las
vcr¡ios detalles importantes es blancas, y finalmente, su PR
probable escapen a su aten­ ha avanzado solamente una
ción? Nos abstendremos en casilla, por lo cual el centro ha
responder a esta cuestión, pero sido cedido a las negras, aun­
en cambio expresaremos fir­ que en cuanto a tiempo este
memente que, mientras tanto, avance cuenta igual que una
es digno de hacer una tenta­ doble movida de peón. Lo
tiva sistemática. Ella nunca ha mismo se aplica a las piezas.
sido realizada, pero cultivar el El caballo ha empleado dos
hábito del análisis es, en nues­ movidas para ocupar una ca­
tro sentido, el único camino, no silla desfavorable que a nin-
EL M �; D IO J l' EGO E !' AJEDREZ 47

guna parte conduce. El alfil análisis interior, podremos {'tO­


dama utilizó dos movimientos ceder a la tercera fase del aná­
para ocupar una diagonal, que lisis completo, es decir, al aná­
podía ser alcanzada en uno, y lisis individual: los puntos par­
donde aproximadamente des­ ticulares que caracterizan una
empeña la parte de un peó n determinada posición.
previniendo la pérdida de la
Diagrama N9 12
calidad. El segundo alfil ha
efectuado una movida modes­
ta; está apostado sobre dos
diagonales, de las cuales una
está bloqueada por su propio
peón, mientras la otra apunta
al vacío.
De este modo es enteramen­
te simple establecer el hecho
de que en realidad las blan­
cas, en suma, no tienen ven­
taja de tiempo, y que las ne­
gras se hallan mejor desarro­
lladas. Poco tiempo y cierto
sentido común, es a menudo Blancas: Charousek . Neqras: Siichlinq
todo lo que se Iequiere para B:nlin 1897
estimar correctamente tales ga­
nanadas y pérdidas. Pero es­ El análisis estructural de la
te análisis no penetra tan pro­ posición del diagrama n9 12
fundamente como es necesa­ muestra igualdad en fuerzas y
rio; todavía es solamente un espacio, y una ventaja leve en
análisis externo aunque algo tiempo para las blancas (una
más amplio. Sería un error movida). Un análisis más pro­
aceptarlo así, pues para jugar fundo nos conducirá a una va­
una partida correctamente es luación muy diferente y nos de­
imprescindible captar los de­ mostrará que las blancas po­
talles más pequeños, y una seen una gran ventaja.
inspección g e n e r a l como la El primer hecho que surge
mencionada pronto fracasaría ante el observador es que to­
ante los requerimientos. Cuan­ das las piezas blancas están
do se ha ejecutado consciente­ desarrolladas mientras dos de
mente lo que llamaremos el las negras aún están en su ca-
48 1<:UGENIO ZNOSKO·BOROVSKY

silla inicial y requeriría por lo está bloqueado por su propio


menos tres tiempos para pa­ peón en una de las diagonales
nerlas en juego. La ubicación que ocupa, pero su influencia
de las restantes piezas negras se siente más allá del peón.
es igualmente desfavorable; la Por ejemplo, la dama negra no
TR está bloqueada por un puede moverse a 2AO, ni la
peón blanco avanzado y el AR TO a l CO, debido a la amena­
está ocupado en proteger a un za del avance P6R en el mo­
peón, la dama no se ha movi­ mento propicio. Además este
lizado y un caballo encierra al alfil controla SCR, una casilla
AO; solamente el caballo de útil para un ataque en el flan­
3AO está bien colocado, ata­ co rey para el cual ya contri­
cando a un peón blanco y de­ buye el AR desde 30. La da­
fendiendo uno propio, aunque ma blanca está pasiva por el
puede afirmarse que el caba­ momento; ella completa la ocu­
llo blanco equilibra sus efec­ pación de las columnas cen­
tos. trales y dispone de dos diago­
En comparación, el desarro­ nales semi-abiertas, de las cua­
llo de las piezas blancas es les una es particularmente im­
muy superior. Ambas torres es­ portante en caso de un ataque
tán bien ubicadas, una de ellas en el flanco rey.
protegiendo a un peón avan­ En el curso de este análisis
zado y la otra dominando una estructural hemos mencionado
columna abierta. Ambos caba­ tres veces la posibilidad de un
llos ocupan puestos excelen­ ataque en el flanco rey. Esto
tes, incluso el C3CO usual­ tiende a probar que un simple
mente un lugar indiferente pa­ análisis semejante puede ori­
ra un caballo pues aquí ata­ ginar el nacimiento de un pa­
ca al peón negro avanzado y sible plon de campaña.
pasado; por otra parte contro­ Más adelante veremos cómo
la STO y SAO, limitando la ac­ deberá ser elucidada tal idea
ción de las unidades adversas, para decidir cómo será ejecu­
pues por allí es más probable tada. Por el momento es sufi­
que busquen salida. Los alfi­ ciente expresar que la posi­
les se hallan aún mejor ubica­ ción de las piezas blancas es
dos; el AR en 30 sobre dos dia­ tal que un ataque contra el
gonales abiertas, la más im­ rey enemigo está justificado, y
portante apuntando hacia el si observamos la posición de
campo del rey enemigo; el AO las negras vemos que el flan-
E L M E D IO J IJ E U U E � AJ EDj(¡';¿ 49

co rey carece de piezas defen­ ataca dos casillas importantes


soras; por todo ello en esta ala dentro del campo negro, de las
la situación está madura para cuales 3D no cuenta con pro­
el ataque. tección de peón y puede ser
Retrocedamos en n u e s t r o así fácilmente ocupada por las
análisis. La ventaja en tiempo blancas; la otra casilla negra
de las blancas es obvia. pero (3AR) es aún más importante
también es fácil discernir su por ser una casilla esencial
preponderancia en e s p a c i o; para la defensa del campo del
sólo es necesario apreciar cuál rey. Las dos casillas atacadas
de ambos adversarios controla por el PD no poseen la misma
las casillas más importantes. importancia pues ambas están
Resumiendo: la ventaja enor­ protegidas por peones blan­
me en posición de las blancas cos. El PR no puede avanzar
es indudable. y hasta podría por impedírselo el PAR, y si­
afirmarse que. t e n i e n d o en milarmente el PD está bloquea­
cuenta las dos piezas negras do por el AR que al mismo
sin desarrollo. también poseen tiempo permanece muy activo.
ventaja en fuerza. Finalmente, si agregamos que
Un punto. sin embargo. que­ el PR se encuentra muy próxi­
da por ser aclarado: el valor mo al activo flanco rey. mien­
comparativo de los dos peones tras que el PD se halla cerca
centrales. es decir. el PR blan­ del pasivo flanco dama. nada
co y el PD negro. Ambos tie­ más cabe agregar al tema.
nen detalles comunes y des­ Habiendo así analizado cui­
pliegan una influencia similar dadosamente la posición sus
en el juego de las piezas. posibilidades se tornan mucho
El PD negro presenta la gran más claras para n o s o t r o s.
ventaja de ser pasado. mien­ ¿Podemos ahora decidir lo que
tras que el PR blanco se halla haremos? ¿Se puede afirmar
obstaculizado por el PAR ene­ que ya no estamos en la si­
migo. pero no se encuentra tuación del jugador que sabe
que posee ventaja. pero esta
,

aislado como el primero. Esto


.

denota una cierta debilidad en a ciegas respecto a cómo ex­


el PD negro que. sin embargo. plotarla?
puede resultar una fuerza si es Para arribar a una solución
más avanzado. La diferencia final del problema. debemos
posicional entre ambos peones terminar en lo que podemos
es más notable aún. 1.:1 PR llamar un análisis individual.
50 EGGE,UO ZXOSKO·BOROWSKY

que consiste en un cuidadoso al PD moviendo el alfil. Sin


examen concentrado sobre uno embargo no debe olvidarse
o dos puntos particulares de que si éstas simplemente reti­
los cuales la posición deriva ran el alfil a 1 CD las negras
su caracter. pueden replicar C I A una
,

Las características han sido movida útil contra otra pobre.


reveladas por el análisis más pues ahora el PD está prote­
profundo y los tres puntos prin· gido por la dama y luego
cipales fueron: dos piezas neo clavan el caballo con ASCR.
gras sin desarrollar; el valor saliendo de las dificultades
relativo de los opuestos pea· pues han desarrollado una de
nes centrales y la posibilidad sus dos piezas encerradas. Se
de un ataque directo al flanco deduce entonces que el ata­
rey. El primer punto nos dice que de las blancas al PD de­
que no sería sabio dilatar el berá ser acompañado por una
asunto. pues si concedemos amenaza; la movida ASCD es
al adversario tiempo suficien· indicada. pues no sólo se ata­
te. desarrollará las piezas en ca tres veces al PD. sino tam­
cuestión. para lo cual solo re· bién a uno de los caballos que
querirá dos movidas. Los otros lo apoyan que quedará clava­
dos puntos indican la línea de do si el otro caballo se mueve.
juego que deberá ser adop· Así caerá el PD y la ventaja
tada. posicional se cambia en ven­
¿ Cuál de ambos peones ceno taja de material.
trales es el más débil; cuál es. Sin embargo. surgen algu­
o puede ser atacado efectiva· nas o b j e c i o n e s. Las negras
mente? Las negras no pueden simplemente a b a n d o n a n su
ocuparse muy bien en este PD. abriendo una diagonal pa­
asunto hasta que hayan como ra su AR; quedan entonces con
pletado su desarrollo; si les too dos alfiles. ocupando el AD la
cara mover a ellas podrían gran diagonal con la amenaza
jugar . . . A2A; atacando al PR de un posible ataque sobre el
mientras ceden su PD. Aún flanco rey. A falta de algo me­
más lógica sería la maniobra jor, puede ser aceptable por
C I A-3C, después de la cual la las blancas este resultado ¿o
posición de las negras será sa­ podemos preguntarnos si su
Hsfacforio. Pero eslo requiere ventaja posicional no es dema­
tiempo; contra ella las blancas siado substancial como para
pueden atacar ventajosamente ser cambiada por una ganan-
El, MEDIO JUEGO EN AJEDREZ 51

cia en material tan pequeña? nes. Es esencial proceder por


La idea de un ataque contra medio de amenazas. Automá­
el flanco rey aparece muy na­ ticamente surge la m o v i d a
turalmente. Todo está listo pa­ CSC; Si . . . P3TR. con DST se
ra el sacrificio de un alfil en gana fácilmente, y contra . . .
7TR; las piezas esenciales es­ P3C, sigue P6R. Finalmente
tán prontas y no existe caba­ después de . " CI A; la conti­
llo defensor en 3AR o l AR de nuación DST, P3C; D6T, ame­
las negras. Pero después de nazando C4R y C6A, o C6D, es
AxPj., RxA; CSCj., R I C; DST, muy molesta para las negras.
C IA; DxPj., R I T; las blancas La única desventaja de la
no pueden traer sus torres en movida CSC reside en el hecho
juego, pues el PD les impide de que deja sin protección al
ocupar la tercera fila, ni el otro PR y las negras obtendrían
caballo dispone de tiempo su­ ventaja inmediatamente jugan­
ficiente para efectuar el mate. do CRxP; abriendo la diagonal
Otro punto que debe ser para el AD. Entonces sigue:
considerado: el rey negro tam­ 2. DST, P3TR; 3. A7Tj., R I A (si
bién podría buscar refugio en 3. ' " R l T; 4. CxPj., CxC; S.
3CR. Esta combinación puede A6C); 4. A4R. ASC; S. D4T,
ser satisfactoria para las blan­ PxC; 6. D8Tj., R2R; 7. AxPj . .
cas, pues quedan con dos peo­ R2D; 8. DxP, ganando.
nes por la pieza y un fuerte En esta encrucijada no ne­
ataque. cesitamos p r o c u r a r decidir
En vista de que esta conti­ cuál de las tres continuaciones
nuación tampoco es clara, de­ (ASCD atacando el PD; AxPj.
bemos preguntarnos si no hay o CSCR atacando el flanco rey)
otro medio de explotar la ven­ es la más profunda y decisiva
taja posicional de las blancas, (en la partida se jugó CSC); es
pero no por largos preparati­ suficiente establecer el hecho
vos tales como traer el caba­ de que el análisis completo,
llo o avanzar los peones del elaborado paso a paso, desde
flanco rey, pues entonces las las características e x t e r n a s
negras t e n d r í a n tiempo sufi­ hasta las más profundas de la
ciente para completar su des­ posición, nos permite apreciar
arrollo; t e n i e n d o ventaja en el íntimo significado de la si­
tiempo, con esto las blancas tuación, indicando así el cami­
irían contra uno de los princi­ no a seguir.
pios básicos en tales posicio- Puede afirmarse que ello po-
52 .J<:UG ¡,: �IO Z � O S T\ O -BOR O V 8KY

drá ser percibido sin la ayuda Diagrama N<? 13


,.----
de este análisis; si es así sólo
se deberá a que es suficiente­
mente evidente. Pero esto ocu­
rre en muy pocas posiciones;
en todos los casos restantes
este tipo de análisis resulta va­
lioso. Dificilmente es posible
que, después de examinar cui­
dadosamente la potencialidad
de cada pieza una por una,
sometiéndola de la misma ma­
nera en que hemos procedido
aqUl, no nos compenetremos
,

de las ideas básicas inheren­ Blancas: Morphy . Negras: Mc Connell


tes a determinada p o s i c i ó n. Nueva Orleans 1849
Necesariamente d e b e r e m o s
ver con la mayor claridad las Las negras poseen dos peo­
ventajas y desventajas que se nes extras y aún perdiendo el
producen. las Iíneaa caracterís­ PR quedarán todavía con ma­
ticas de juego y con cuanta yoría de peones. Tienen 1 4 mo­
nitidez están definidas. Sobre vimientos en su crédito contra
esto dependerá el grado de in­ 10 del adversario; han ganado,
tensidad de nuestro juego y en consecuencia, cuatro movi­
aún determinará la dirección das. Finalmente cuentan con
.
exacta de nuestro ataque. Más mas espaCIO, gracIas a sus
, .

no es necesano. peones avanzados en el flanco


rey, con un peón en la sexta


2 LA POSICION EN
fila, ventaja que será levemen­
CONJUNTO
te contrabalanceada por la pér­
Hemos expresado que ocu' dida del PR. Sin embargo, a
rren raramente algunos casos pesar de todas estas ventajas,
donde las ventajas de tiempo. la situación de las negras
espacio y fuerzas se encuen· es manifiestamente inferior y
tran en poder de un bando, abandonaron después de algu­
mientras que la ventaja gene­ nas movidas más. La fuerza de
ral y real están en el lado la posición en conjunto es aquí
opuesto. Veamos, por ejemplo. decisiva y ello no es una cues­
el diagrama N° 1 3. tión de sumar automáticamen-
EL MEDIO JUEGO E N AJEDREZ 53

te los varios elementos separa­ complemente del primero, es


dos. Una vez que hemos efec­ que en el medio juego, cuando
tuado un a n á l i s i s d e una está en consideración determi­
posición debemos saber co· nado plan, los principios gene­
mo complementarlo con una rales (ocupación del centro, lí­
síntesis. neas abiertas, casillas fuertes
Dos puntos se destacan aquí y débiles) son de menor cuan­
particularmente. El primero es tía que la selección de un ob­
la acciún concentrada de las jetivo de ataque, contra el cual
fuerzas; una pieza puede ocu­ deberán ser concentradas too
par una casilla fuerte y no te­ das las fuerzas utilizables. So­
ner perspectivas careciendo en­ bre este tema Alekhine iba
tonces de fuerza efectiva, o más lejos al afirmar que "todas
peor todavía, puede tener fuer­ las consideraciones generales
za y no ser una ayuda para deberán ser enteramente olvi­
las demás piezas. Por consi­ dadas", y "sólo aquello que
guiente, ella resulta un inútil contribuya a la ejecución del
peso muerto. Si poseemos un plan elegido tiene algún va-
caballo muy bien ubicado en loro "
3AD, pero estamos empeñados En esta afirmación, en si mis­
en un ataque en el flanco rey, ma tan general y categórica,
el caballo será de poco uso existe una cierta dosis de exa­
para nosotros. Podemos tener geración. Si desdeñamos los
ventaja en tiempo y espacio, verdaderos fundamentos de la
pero si las piezas del adversa­ estrategia razonada, la retribu­
rio son utilizables para la de­ ción está destinada a sorpren­
fensa del flanco rey atacado, dernos. Un ataque, exitoso en
jugamos con una pieza menos si mismo, puede ser compro­
y el ataque está condenado al metido por una posición infe­
fracaso. La mayoría de los s::t­ fiar de peones. Es bien sabido,
crüicios están basados en esta repetimos, que un ataque en el
circunstancia; entregamos una flanco es mejor contrarrestado
pieza, y quizás dos, porque el por una amenaza en el centro;
oponente aún no ha desarro­ si el centro es olvidado, un
llado alguna de las suyas y ataque aparentemente gana­
está impedido para llevarlas al dor se tornará en desastre.
lugar amenazado. Al mismo tiempo, es verdad
El segundo p u n t o , lógico que aquellos "primeros prin·
54 EUGENIO Z�OSKO ·BORO\YSKY

cipios" no deben dominar ne­ 3 --CONSTRUCCION y


cesariamente en todo momento EJECUCION DE UN
nuestro j u e g o . No podemos PLAN
concebir un plan, comenzar un
ataque y mirar siempre para En las páginas anteriores he­
atrás. Cada decisión implica mos examinado todas las ideas
un cierto riesgo; si todos los fundamentales sobre las cua·
riesgos deben ser eliminados, les puede ser basada la elabo­
es mejor no jugar ajedrez del ración de un plan. Sin embargo
todo, pues seremos individuos hay dos puntos que deberán
apabullados desde el comien­ ser tenidos en cuenta. No debe
zo, y todas nuestras movidas creerse que un plan se nos
serán t í m i d a s e inofensivas. ocurrirá plenamente elaborado
"Audaces fortuna juvat". en todos sus detalles en un mo­
Al juzgar en conjunto una mento dado, igual que Pallas
posición, es necesario determi­ Atenea s u r g i e n d o completa.
nar si existe algún punto de mente armada de la cabeza de
ataque que es decisivo para Zeuss. Paso a paso, después
toda la partida; si hubiera al­ de las maniobras de la aper­
guno, entonces es el momento tura, el plan adquiere forma en
nuestra mente, primero en lí­
de concentrar todas las fuer­
neas difusas, ganando gra­
zas, evacuando las tropas de
dualmente en definición y ca
los puntos sin importancia. La
­

rácter. Cuando la posición es


rrlternativa, o sea jugar sobre
simple y la ventaja bien defi­
todo el tablero, requiere una
nida, no existe dificultad en
juiciosa distribución de fuerzas
formular inmediatamente un
y origina una partida a la vez
plan estratégico, pero no es po­
más difícil y complicada. El sible hacerlo en posiciones os­
primer tipo mencionado de po­ curas y complicadas sin carác­
sición conduce a un rápido jue­ t e r definido, donde a m b o s
go combinativo, el segundo es bandos cuentan con chances
típico del juego posicional con iguales, o peor aun, las forma­
sus maniobras numerosas y ciones son simétricas. Entonces
lentas. Cuando el último mo­ no debe ser suficiente elabo­
tivo del juego, es decir, el ja­ rar una idea, sin determinar la
que mate se halla a la vista, manera de ejecutarla, o aun
entonces puede garantizarse el saber a donde conduce.
máximo de coraje. En segundo lugar, no debe-
EL MEDIO JUEGO EN AJEDREZ 55

mas imaginar que un simple sario intentará desviamos de


plan es todo lo que será reque­ nuestra senda con cebos atra­
rido en el curso de toda la yentes y otras veces sus erro­
partida. Aún el plan estratégi­ res nos tentarán a abandonar
co más general, basado en am­ la idea estratégica a cambio de
plias concepciones, no podría una ventaja táctica inmediata
abarcar todas las fases varia­ y real. O sinó su tenaz resis­
das de una partida. Muy posi­ tencia disipa nuestro objetivo y
blemente puede ocurrir que nos tienta, o nos fuerza a bus­
una simple idea forme las ba­ car otro rumbo. Una partida de
ses de una partida de ajedrez, ajedrez a menudo no es exac­
si ésta no es demasiada larga, tamente como una simple ba­
y sea de simplicidad conve­ talla, sino toda una campaña.
nientemente u n i fo r m e. Pero Podemos llevar la peor parte
usualmente varios planes de en un punto pero dominar en
líneas más o menos definidas otro; una serie de combates se
se siguen unos a otros, cubrien­ desarrolla sobre el tablero en
do series de movidas más o el espacio de una docena de
menos extensas. No solamente movidas o algo así.
el cerebro humano dificilmente Aunque ocurre que una idea
pueda concebir una partida en­ guía aparece constantemente
tera, ni aun una breve de sólo y a intervalos. igual a un "leit­
treinta movimientos, o que la motiv" y tales partidas fre­
resistencia del adversario po­ cuentemente son de belleza
drá ser de una fuerza y varie­ clásica sería un error tomar­
dad imposible de prever, sino lo como regla; unicamente re­
también. y ante todo, que la sultaría perjudicial a nuestra
generalidad de los planes es­ partida, pues se debe edificar
casamente producen un resul­ sobre lógica e imaginación, so­
tado inmediato decisivo. bre todo rica en posibilidades
Habiendo logrado temprana y en variedad.
mente un objetivo, registrando Pero, teniendo esto presente.
un punto de mira, percibimos es imposible jugar una partida
que el camino hacia el triunfo satisfactoria sin seguir un plan
es largo todavía y que otros estratégico, que tarde o tem­
problemas deberán ser afront::1- prano tendrá que ser revisado.
dos y resueltos i Y cuántos ca­ Establecer un plan demasiado
minos desviados serán segui­ tarde significa una ventaja pa­
dos ! Al mismo tiempo el adver- ra el adversario, quien se no¡¡
56 EUGE�IO ZNOSKO·BOROVSKY

adelanta con sus amenazas: tras el PR negro está en la ter­


proceder sin plan tornaría in­ cera, las negras poseen el con­
consistente a nuestro juego, sin trol del mayor número de casi­
lógica, y en consecuencia, sin llas centrales. Otro detalle pe­
fuerza. co usual, que es revelado por
el análisis del elemento tiem­
Dia(Jrama N'? 14
po, es que las blancas, que
cuentan con una movida de
de ventaja (9 contra 8) no
-, han desarrollado aun, todas
sus piezas mientras que todas
las negras se hallan en juego y
prontas a ser utilizadas.
Entrando en detalles, vemos
que el AD blanco todavía está
en su casilla original, ence­
r r a n d o su TD; observamos
también la extraña ubicación
de la TR en la tercera fila y la
mala situación de un caballo
Blancas: Lasker . NegTQs: Capablanca en 3CD, mientras que el otro
Match 1921 en 3AD, usualmente una bue­
na casilla para un caballo, se
Examinemos la posición del encuentra bajo la amenaza del
diagrama NI? 1 4, que es com­ avance PSC, una seria amena­
parativamente simple y donde za pues el caballo no dispone
el objetivo perseguido es de de buenas casillas. En el otro
naturaleza restringida. Esto fa­ bando la situación de todas las
cilita considerablemente la ela­ fuerzas negras es notablemen­
boración de un plan, punto im­ te favorable, pues con dos mo­
portante en el examen preli­ vimientos más para las torres,
minar de la posición. completarán su desarrollo, que
Los juegos son aproximada­ será muy superior al de las
mente equilibrados, e s t a n d o blancas.
iguales en fuerza y espacio, Los objetos esenciales para
pero con la circunstancia algo ambos jugadores son: para las
extraña, que da motivo para negras completar su desarrollo
pensar, de que estando el PR y para las blancas salvar su
blanco en la cuarta fila mien- PR que está amenazado por el
EL �[ F n rO . J l " E(;() E X A J E D R E 7. 57

avance del PCD negro. Si las cada, antes de retrocederla con


blancas intentan hacerlo por el la pérdida de un tiempo im­
medio más simple, es decir, 1 . portante, debemos procurar ex­
P3A, entonces sigue, l . . . PSC; traer alguna ventaja de esta
2. C I D, P4TD; con la amenaza supuesta situación desfavora­
de ' " A3T. Actualmente casi ble En este caso ¿por qué no
todas las piezas blancas están presumir que la torre fué colo­
mal ubicadas. Ensayemos otro cada en 3D anticipándose a al­
c a m i n o : 1 . P3TD, P4TD; 2. guna acción en el flanco rey?
CxPC, D3C; ganando el PR. Así pues, toma forma el pri­
Queda solamente por exami­ mer plan de las blancas: avan­
nar el avance PSR; esto abre l a ce del PR segu ido de T3C y
gran diagonal y entonces el A6T, con cuya movida com­
PCR blanco quedará bajo los pleta su desarrollo. Es fácil
fuegos del AD y la dama ne­ aprecinr que el avance P3CR
gros. La amenaza de un alfil de las negras no obstruye este
enemigo moviéndose a 4AD plan en lo más mínimo; el AD
previene la movida defensiva blanco puede dirigirse a 6TR
P3A de las blancas. ¿Cómo y además se ofrece una apete­
puede ser parada esta futura cible casilla en 6AR para un
amenaza? Vemos que el pro­ caballo.
blema ha cambiado aun antes Sin examinar en detalle el
de que la primera movida ha­ punto de vista de las negras,
ya sido decidida. La razón está veamos ahora cómo puede ser
en que quizás sea demasiado elaborado este plan de las
tarde para buscar un remedio blancas.
después de haberse compro­ Después de 1 . P5R. C4D; 2.
metido en cierta línea de juego; T3C, las negras juegan 2. . . .
las eventualidades deben ser CxC; forzando la recaptura con
previstas y c o n t e m p l a d a s la torre, que se aleja así de su
antes. puesto de ataque: 3. TxC, D2D.
La torre en 3D puede ahora Si ahora las blancas retornan
rendir un valioso servicio ubi­ a su plan original con 4. T3C,
cándola en 3CR, protegiendo al las negras juegan primeramen­
PCR y además permite al re­ te 4. . . . TR ID (amenazando
trasado AD desarrollarse a 6TR D8Dj.l y después de 5. A6T,
sin pérdida de tiempo. Esta es P3C; las blancas han alcanza­
una regla de aplicación gene­ do su primer objetivo, pero no
ral: si una pieza está mal ubi- han obtenido todavía una posi-
58 EUGEXIO Z !\ O SKO ·BOROWSKY

ción satisfactoria, pues su ca­ Diagrama N'? 1 5


ballo aún se halla mal ubicado
y la TD todavía no está en
juego. Ahora deben ser produ-.
cidas nuevas ideas, y una nue­
va serie de movidas es esen­
cial para salvar estas varias
dificultades. Es imposible pre­
ver todas las futuras movidas
en una partida de ajedrez; de­
bemos conformarnos si pode­
mos concebir una serie más o
menos extensa de movimientos
que representen una plan lógi­
co. Ello sería un gran paso ade­
lante en el juego del promedio La posición 6stá ahora sim­
de aficionados, de forma des­ plificada (ver diagrama N9 1 5).
conectada que consist.-:. en mo­ pero las blano:::as todavía deben
vimientos separados, carentes afrontar algunas dificultades;
de toda secuencia y conexión su TD aun está sin desarrollar,
lógica. su PR es débil, su TR se en­
Volviendo a la posición que cuentra más o menos fuera de
estamos examinando, después juego por el momento; pero
de 5. . . P3C; el caballo blan­
,

existen pocas piezas y pueden


co estará bien ubicado en 4D ó esperar i g u a 1 a r la partida;
SAD, por cuya razón las blan­
aunque no sin dificultades.
cas juegan 6. A3R. Las negras
Recapitulemos: hemos visto
procuran desbaratar el plan
que el análisis completo de
del adversario con 6. . D4D .

una posición, seguido por una


.

llevando un ataque directo al


rey, pero ahora con 7. C5T, el síntesis de la misma en conjun­
blanco ataca al AD, cambian­ to, nos revela su carácter y nos
do así un débil caballo por un permite encontrar la idea prin­
fuerte alfil y al mismo tiempo cipal contenida en ella. En
eliminando la amenaza de la concordancia, nuestro plan to­
"pareja de alfiles". Basadas en ma forma; no sólo apreciamos
su ventaja en tiempo, las ne­ en qué dirección debemos pro­
gras siguen ahora con 7 , . . . . ceder y qué objetivos tenemos
TD IA; 8. CxA; DxC . que alcanzar. sino también con
59

qué rapidez éstos deberán ser te existen caminos y medios


logrados. para resolverlo.
El hecho principal es ver cla­
Diagrama N\' 1 6
ramente la esencia de la po­
sición. pOlo no malgastar tiem­
po y esfuerzos en alcaT'zar ob­
jetivos sin importancia. y es
prudente observar primero las
movidas del oponente hasta
que nuestras propias ideas se
aclaren en nuestra mente. per­
mitiéndonos realizarlas a nues­
tra voluntad y no de manera
obligada. Teniendo una noción
muy precisa de lo que desea­
mos hacer. debemos pregun­
tarnos cómo podrá el adversa­
rio interferir o p r e v e n ir la Blancas: Reti - Negras: Alekhine
la ejecución de nuestro plan. Baden-Baden 1925
Muy frecuentemente la dUi­
cultad real consiste en el he­ En la posición mostrada en
cho de que el adversario. ob­ el diagrama N9 1 6 se efectua­
servando nuestras m o v i d a s, ron las siguientes movidas: 1 .
quizás prevea nuestras inten­ . . . A6T; 2. A3A. ASC; 3. A2C,
ciones y encuentre una réplica A6T; 4. A3A, ASC; y sola­
adecuada con tiempo. Por ello mente después que las blan­
la cuestión es cómo ocultar cas retiraron su alfil a 1 TR
nuestras intenciones y cómo las negras con 5. _ P4TR ini­
. _

mantener retrasado a nuestro ciaron un ataque que les ase­


adversario con respecto a las guró el triunfo. ¿Por qué es­
mismas. Es bastante cierto que ta repetición de movidas? He
después de las movidas inicia­ aquí la respuesta. Para el ata­
les. no siempre estamos segu­ que en cuestión, dirigido con­
ros de que nuestro oponente tra el P3CR blanco, era inopor­
tiende sus redes, pero debemos tuno que estuviera el alfil blan­
estar también atentos para esta co en 3AR o 2CR; sólo después
eventualidad. Mantener nues­ que las blancas prescindieron
tras intenciones ocultas es un de la ocupación de estas casi­
problema en ajedrez; por suer- llas las negras procedieron
60 Jo; un BN 10 lINOSJ(O · BOROVSK y

con su ataque proyectado. Sin indujeron a hacerlo así. Pero


duda que esta repetición de esto en realidad sólo es un
jugadas engañó a las blancas. "riesgo de guerra". pues con
quienes. viendo la indecisión el alejamiento de su propio
de su adversario y la aparente campo de la artillería pesada
resignación a aceptar tablas. negra. las blancas pueden ini­
fueron inducidas a sobreesti­ ciar un ataque decisivo. for­
mar sus propias perspectivas zando al enemigo a abandonar
y jugar en procura de la vic­ en pocos movimientos: 4. C6A.
toria. T8T; 5. D7C. C2C; 6. D7AR.
Diagmma N9 17 T8Cj.; 7. R3A.
En ambos casos los medios
empleados fueron más bien
rústicos; tuvieron éxito debido
a los errores del oponente. Pe­
ro hay maniobras más sutiles
que mantienen la duda en el
adversario respecto a nuestras
-

intenciones; amenazas ni di-


rectas ni demasiado inmedia­
tas. Sería erróneo pretender
que tales métodos estén siem­
pre a nuestra disposición. pero
es de cierto valor. al escoger
Blancas: Lasker - Neqras: Showalter entre varias continuaciones. te­
Cambridge Springs 1904 ner en cuenta cuál de ellas es
la menos evidente y en conse­
Otro ejemplo. quizás más no­ cuencia la más difícil de parar.
table. es mostrado en el dia­
grama N9 17. Aquí la continua­
4 POSIBILIDADES
ción fué como sigue: 1 . T3D.
.

TACTICAS
T7CD; 2. A I C. D8T; 3. A2A.
T8C. Vemos que las blancas En los párrafos precedentes
han efectuado tres movidas hemos tratado principalmente
perfectamente inútiles sin nin­ sobre ideas generales y pla­
gún significado. que no sólo nes estratégicos pero en casi
permitieron la entrada en su todas las partidas existen po­
campo de la dama y la torre sibilidades tácticas en gran
adversas. sino que también las número. y es importante saber
EL MEDIO JUEGO E N AJEDREZ
61

cómo extraer ventaja de tales posibles. el plan estratégico to­


oportunidades. Un jugador as­ davía puede continuar siendo
tuto, gracias a su habilidad la base de nuestro juego. Pero
táctica, logrará salvar muchas será amargo el destino del es­
partidas perdidas. Es muy fá­ tratega que, habiendo formu­
cil ceñirse a una idea precon­ lado su plan, piense que pue­
cebida y, mientras se la sigue de dormirse confiado creyendo
metódicamnte, pasar por alto que nada más será requerido
un jaque mate clandestino, su­ para este.
,

tilmente ingeniado por el opo­ Las oportunidades tácticas


nente. Un pedante, un ciego pueden implicar simples ma­
cultor de la lógica, es a veces niobras, pero existen las que
cazado tontamente por un es­ originan las más sorprenden­
quema aparentemente fantás­ tes combinaCiones. Por ello las
t i c o. Persiguiendo pacient e­ tácticas requieren atención es­
mente un borroso y distante pecial en cualquier libro rela­
objetivo, a menudo un jugador tivo . al tema de las combina­
sucumbe en una trampa, espe­ ciones. Será suficiente en la
cialmente si ha omitido tomar presente obra dar algunos po­
oportunas precauciones y se cos ejemplos ilustrativos.
ha adherido estrictamente a la Diagrama NQ l B
línea de juego elegida. ¡Y
c u á n t a s oportunidades son
perdidas y quedan sin explo­
tar!
Una omisión del oponente,
un error, una movida débil, ta­
les oportunidades deben ser
apreciadas al instante; una
movida más tarde y la opor­
tunidad se ha esfumado. A ve­
ces surge una cuestión de prin­
cipio: si debemos abandonar
nuestro plan estratégico en fa­
...or de una diversión táctica,
Blancas: Alekhine - Neqras: Tylor
¿cuál será más lucrativa? Aun­
Margate 1937
que tales oportunidades, tanto
en ataque como en defensa, En el diagrama N9 1 8, las
serán utilizadas cuando sean blancas conducen un vigoroso
62 }; tG ENIO Z X O S K O -BOROWSKY

ataque en el flanco rey, estan­ Diagrama N9 1 9


do seriamente comprometida
la posición del rey de las ne­
gras.
La partida continuó como si­
gue: 1 . CXP, AxP; (la captura
del caballo produce la pérdida
de la dama) 2. D3 Aj. , T l -3A; 3.
C4Rj.d., AxT; 4. TxAj., R l T; S.
DxTj., TxD; 6. T8Cj., RxT; 7.
CxTj., seguido de CxD. Tene­
mos aquí un magnífico ejem­
plo de la "combinación del ca­
ballo" cuyo fundamento es la
desguarnecida situación de la Blanc.: Andreiev - Negr.: Dolookhanow
dama negra en 4TR. La con­ Leningrado 1935
cepción estratégica sigue sien­
do la misma: ataque contra el damento para discernir sobre
campo del rey por medio de la qué bases edificarla.
apertura de la columna CH. pe­ Es fácil apreciar que las ne­
ro la infortunada colocación de gras deben atacar la posición
la dama negra permite la opor­ del rey, pero su adversario
tunidad táctica de una súbita igualmente puede hacerlo y
y bonita conclusión. aparentemente c o n mejores
Obsérvese que tales giros probabilidades, pues la situa­
tácticos no desvían necesaria­ ción del rey negro es expues­
mente al jugador de su plan ta y la movida A I C del blanco
estratégico original, y que a implica u n a desagradable
veces, como ocurre en este amenaza. Existen, sin embar­
ejemplo, se adelanta en su eje- go, dos debilidades en el cam­
CUClOn. po de las blancas: el rey no
. ,

Su concepción, sin embargo, está bien ubicado y la dama


es frecuentemente mucho más se halla sin protección. En con­
complicada. La posición del secuencia, la siguiente combi­
diagrama NI? 1 9 es un ejemplo nación es comparativamente
del mismo tema. fácil de encontrar: 1 . . . . DxP;
A primera vista no parece 2. PxD, AxPj.; 3. R l C, C6Aj.; 4.
posible ninguna combinación R 1T, Y el rey está en una per­
de caballo, pues no hay fun- fecta situación de ahogado. El
EL MEDIO JUEGO EN AJEDREZ 63

problema es ahora extraer tica estratégica, y más aun


ventaja de esta situación; un cuando el plan general es
jugador sin imaginación nunca abandonado en favor de una
habría hallado la astuta conti­ combinación sin forzosa ga­
nuación: 4 . . . , A7Cj.; 5. RxA,
. nancia material.
CxTj., atacando la dama. ¡He Muchas partidas han resul­
aquí, entonces, la combinación tado tablas, o también perdi­
que estamos buscando! La úni­ das, debido a que un oponen­
ca falla es que la torre está te, afrontando un ataque qana­
protegida por su compañera; dor, ofreció oportunamente un
en cuanto ello se hace eviden­ pequeño peón como un cebo
te, toda la combinación resul­ conciliador; el atacante se con­
ta impracticable. E n conse­ forma con este "pájaro en ma­
cuencia, la movida inicial de­ no" y abandona su ataque o
berá ser 1 . . . , TRxA; y des­
. un plan estratégico que debió
pués de 2. TxT, la combinación aplastar a su adversario, para
que hemos examinado puede apercibirse más tarde que esta
ser realizada. pequeña ganancia en material
Cualquier aficionado, obser­ es insuficiente para asegurar
vando esta combinación por el triunfo, o peor aun, que la
vez primera, con su sacrificio iniciativa pasa a poder del
inicial de la calidad en apa­ enemigo y pierde la partida,
riencia enteramente desconec­ que debió ganar.
tado del procedimiento en el El caso donde hay una ga­
otro flanco, pensará en un mi­ nancia en material es el más
lagro y en la obra de un genio. fácil de estimar, pues existe
El análisis retrospectivo a que poca dificultad en calcular si
hemos sometido la posición la ganancia es mayor o me­
nos revela el trabajo interno nor que la ventaja que podría
de la combinación y, prescin­ esperarse de la normal ejecu­
diendo del talento del jugador ción del plan original. Como
que la concibió, no hay duda expresara Alekhine, una ga­
que el razonamiento lógico y nancia en material sólo puede
un poco de imaginación serán ser un medio de mejorar una
suficientes para su creación. ventaja posicional. ¿Pero si en
Un problema mucho más di­ cualquier caso resultara una
fícil se presenta cuando una ventaja posicional, cómo pode­
posibilidad táctica implica una mos estimar la diferencia? Su­
reversión completa de la polí- poniendo que estamos reali-
84 EUGENIO ZNOSKO-BOROVSKY

zando sutiles maniobras en un ciente poder del PD justifica


flanco con el objeto de parali­ por sí sólo el avance. Contra
zar las fuerzas enemigas, y en­ este peligro. después de la pri­
contramos un fácil camino tác­ mera movida de las blancas:
tico para asegurarnos ventaja 1 . D3A, las negras jugaron co­
en otra zona, ¿renunciaremos mo sigue: 1 . .PxP; 2. PxP,
. . •

a nuestras intenciones estraté­ y ahora ofrecieron el primer


gicas? ¿Ha omitido esto nues­ cebo con 2 . . P4CD. Así pues
. .

tro oponente. o se trata de una las blancas deben afrontar el


celada? Nuestras fuerzas se
Diagrama NI' 20
encuentran idealmente ubica­
das para la realización de
nuestro plan original; ¿ellas
serán igualmente activas en
las nuevas circunstancias? Es­
ta inesperada ganancia, ¿será
suficiente para triunfar? Si todo
nuestro trabajo preliminar e
imaginativo resulta fútil; nues­
tros deseos de ganar, nuestro
poder creador, ¿prevalecerán
bajo las nuevas condiciones?
Hay así muchas difíciles cues­
tiones de naturaleza técnica,
deportiva y psicológica para Blancas: Kostitsch
responder. Negras: Znosko-Borovsky
En la posición del diagrama Niza 1930
N9 20 las blancas ejercen una
vigorosa presión en el centro p r i m e r problema: ¿pueden
con amenazas de ataque con­ aceptar este sacrificio táctico
tra el rey. Si las negras no relafando su presión en el cen­
cambian PRxP, las blancas tro? Por ejemplo: 3. PxP, PxP;
continuarán con P5A y P4CR. 4. CxP. D3C; 5. C3A, P5Aj.d.
con un arrollador avance de recobrando el peón y obtenien­
todos los peones. Pero después do una activa y promisora par­
del cambio las blancas ame­ ticipación en el juego. Por ello,
nazan avanzar su PR y des­ las blancas correctamente ig­
pués de ' " PxPR; P6D. ame­ noran esta diversión jugando
nazando ganar el AD; el cre- 3. P5R. Y entonces las negras
E L �I E D l O J L' Ef: O E X A.T E l l H E Z 65

ofrecieron un segundo cebo do a las negras a seguir esta


con 3 . . . . , P5C. Nuevamente variante pero dejando una pie,
las blancas podrían ganar un za fuera de juego. Ahora 4 . . . .
peón aquí con 4. PxC, PxC; 5. PxP; 5. P6D, DxP; 6. DxA, P5R;
PxP, PxA (si 5. . . . , ARxP; 6. y la dama blanca está ence­
AxP); 6. PxA(D)j., RxD; 7. T IC. rrada, lo cual concede a las ne­
Confiando en la superioridad gras una ventaja decisiva.
posicional y profundidad de su Después de haber resistido
estrategia, las blancas ignora­ en dos ocasiones a la tenta­
ron también esta nueva tenta­ ción táctica de una ganancia
tiva, pero cometieron el error de material, las blancas peca-
-

de procurar la ganancia de un ron cediendo la tercera vez; la


alfil en lugar de mantener la captura del alfil se realizó a
presión existente. En vez de se­ costa de la esencia de su plan
guir con 4. C4R. CxC; 5. DxC, de arrollar al enemigo en el
P3C; 6. C3D, A2C; 7. TD IR, las centro. En este aspecto este
blancas jugaron 4. C4T, forzan- ejemplo es más instructivo.
SEGUNDA PARTE

EL MEDIO J UEGO

CAPITULO 1

LAS TRA N SICIONES DE L MEDIO J UEGO

El medio juego forma un 1 ENTRE LA APERTURA Y


conjunto completo, diferente de EL MEDIO JUEGO
la apertura y el final que es­
a) CARACTERISTICAS ESPECIALES.
tán sujetos a leyes propias.
A pesar de su unidad fun­ Teóricamente la apertura ha
damental, el medio juego está sido completada cuando han.
dividido en tres partes bien de­ sido desarrolladas todas las
finidas. Ellas son: el medio piezas y están prontas para
juego propiamente dicho, y los una acción concertada. En la
estados de transición de la práctica, termina cuando el '1i­
apertura al medio juego, y de bro" nos suelta de la mano.
éste al final. En el primero de Así pues, ocurre a menudo que
estos pasajes transitorios, las abandonando la huella marca­
da, todavía tenemos que pen­
tribulaciones de la fase prece­
sar en completar nuestro des­
dente pesan gravemente toda­
arrollo, mientras que algunas
vía, y en el último los cuida­
piezas ya están empeñadas en
dos y precauciones para el fu­
el combate. Este estado de co·
turo final deberán ser tenidos sos plantea a cualquier juga­
en cuenta. El sentido común dor un problema que requiere
nos aconseja que estas manio­ un tratamiento delicado y elás­
bras intennedias tendrán que tico. Para aumentar las dificul­
ser estudiadas antes de con­ tades, es un hecho que en este
centrarnos en el completo aná­ preciso estado de la apertura
lisis del medio juego. la posición aún no se ha acIa-
68 EUGEXIO ZXOSKO-BOROVSKY

rado. y es difícil elaborar un una movida aislada difícilmen­


definido plan de acción. Aun te pueda alterar una profunda
los maestros más experimen­ idea estratégica. en la fase de
tados, en este estado tienen sus transición que estamos consi­
momentos de hesitación, an­ derando, cada movida puede
.
dando a tientas; entonces efec­ lmClar una concepclOn estra-
. . . ,

túan movidas de espera o des­ tégica distinta, y si no nos


arrollo, mejorando su posición apercibimos de ello en el mo­
SIn lncurrlr en compromlsos.
• • • •

mento oportuno, seguiremos


Para un aficionado menos ma­ sin sospechar la senda que he­
duro es aun mucho más difícil. mos escogido, la cual resulta­
No debe sorprender que ésta rá un callejón que no conduce
sea la fase en que, sin saber a parte alguna.
qué hacer, el promedio de los
Es fácil entonces comprender
jugadores cometa pequeños
cuán difícil es la tarea que nos
errores que les cuestan la par­
aguarda en este estado de la
tida. Su situación desmejora
gradualmente y la iniciativa partida y no sorprenderá que
pasa a manos del adversario. los jugadores no siempre coin­
Si tuviérmos que tratar so­ cidan en el procedimiento. Po­
lamente con posiciones igua­ demos agregar que la pérdida
les sin carácter pronunciado, de un tiempo en la apertura
podremos estudiarlas p a r a muy rara vez será bueno, de
cuando se presenten y no ha­ manera que las movidas de es­
bría motivo para un análisis pera o un desarrollo mecánico
separado. Pero lo que aumen­ pueden conducirnos a la pér­
ta la dificultad de tales posi­ dida de la partida.
ciones es el hecho de que cual­ En este estado del juego ten­
quier movido que efectuemos dremos que ser doblemente
puede conducirnos contra el cuidadosos, pues sin duda es
deseo nuestro hacia concep­ en extremo difícil; más difícil
ciones estratégicas cuyo valor que la apertura, que conoce­
no conocemos; no solo esto, si­ mos a través de los análisis de
no que cada movida de nues­ los teóricos, o el medio juego
tro oponente nos plantea pro­ en el cual podremos por lo
blemas tácticos, y también es­ menos hallar nuestro camino
tratégicos, que debemos procu­ gracias al objetivo, más o me­
rar resolver en nuestro falfor. nos claro, que tenemos en
Mientras en el medio juego vista.
EL MEDIO JUEGO E N AJEDREZ 69

b) EJEMPLO DE VARIAS APERTURAS PxP; cerrando la diagonal por


Y SU TRANSICION EN EL MEDIO largo tiempo. si no definitiva­
JUEGO. mente. Otra característica de
la movida en cuestión se hace
Diagrama N'? 2 1
evidente: la aparente debilidad
de las casillas blancas en el
flanco dama de las negras.
Entonces. surge el interrogan­
te: ¿cómo pueden las blancas
extraer ventajas de este esta­
do de cosas? Si ellas no pre­
ceden inmediatamente las ne­
gras ubicarán su alfil en 2CD
y luego avanzarán P4AD, que
es el motivo secundado de 7 .

. . . , P3CD. Quizás una acción


concertada entre nuestro AR y
la dama brindará la solucián;
entonces: 9. D4T, P4A; 10. ASC.
Examinemos la posición del A2C; 1 1 . ASA, AxA; 12. DxA,
Diagrama N9 2 1 , que es cono­ TIA; 13. D4T, CSR; y las blan­
cida por todos los jugadores. cas no han obtenido nada pues
especialmente p o r aquéllos su AR, que podría haber ex­
que practican el Gambito Da­ plotado la debilidad de las ca­
ma. La movida usual es aquí sillas blancas. ha desapare­
7. . . . P3A; después de lo cual cido.
1 a s posibles continuaciones Hagamos otra tentativa: 9.
son suficientemente bien cono­ ASC, A2C; 10. D4T, P3TD; 1 1 .
cidas. AxCD. CxA; 1 2. AxA, DxA; 13.
Supongamos que las negras D3C. D3D; 14. O-O. TD l R ; Y
ejecutan un movida diferente y nuevamente las negras han lo­
veremos con qué problemas grado la igualdad.
las blancas inmediatamente se Aparentemente 7. . . . , P3CD;
encuentran encaradas. Exami­ no concede a las blancas opor­
nemos primeramente 7. . . . • tunidad alguna de obtener una
P3CD. Esta movida descubre la ventaja inmediata. Por ello de­
intención de desarrollar el al­ berán continuar su descliXol1o,
fil a 2CD. y por ello, nuestra aunque sin perder de vista el
réplica inmediata es 8. PXP. hecho de que, después de . . ,
70 EUGENIO ZNOSKO·BOROVSKY

P4AD, habrá una mayoría de ro previamente debemos esti­


peones negros en el flanco da­ mar si podemos derivar algu­
ma. Entonces las blancas bus­ na ventaja táctica de la movi­
carán compensaciones en otra da de las negras. Si por ejem­
parte, y un ataque al flanco plo, jugamos 8. P5A, las ne­
rey es indicado. Así pues con­ gras replicarán con 8. . . P3A.
.

tinuamos con: 9. A3D, A2C; 1 0. Y se hace sentir una cierta de­


O-O, P4A; 1 1 . C5R, P3TD; 1 2. bilidad en 3CD. Pero, ¿podre­
P4A, P5A; 1 3. A I C, P4C; 14. mos beneficiarnos con ello?
P3A, etc. Ahora las líneas de Intentemos: 9. A3D, P3CD; 10.
juego para ambos bandos se P4CD " P4TD; 1 1 . P3TD, PTxP;
hacen evidentes. Puede afir­ 1 2. PTxP, PxP; 13. PCxP, O-O;
marse que el plan estratégico 14. O-O, D4T; después de lo
de las blancas fué forzado por cual las negras poseen l a ini­
las maniobras de las negras en ciativa en el flanco dama, y
el flanco dama. Las movidas nuestro PAD avanzado es de
C5R y P4AR fueron la secuela poco valor.
lógica, no sólo de su propia Entonces tendremos q u e
9<;1 movida, sino de la movida abandonar este esquema tac-
,

precedente de las negras. Ve­ tico, que no promete ventaja


mos así que una simple mo­ real alguna, y retornar a nues­
vida de penn puede producir tra anterior idea estratégica; 8.
un súbito cambio en los planes PxP, PxP; 9. A3D, P4A; (si en
estratégicos si se le presta in­ cambio las negras juegan 9.
suficiente atención. . . . , P3A; entonces su anterior
Supongamos que las negras, 7. . . , P3TD; demuestra ser a
.

en lugar de 7. . . , P3CD; jue­


. la vez mala e inútil); 1 0. PxP,
gan 7. . . , P3TD; una movida
. CxP; 1 1 . O-O, C3R; 12. A4T, Y
aparentemente s i n importan­ las blancas mantienen la ini­
cia, otro simple avance de ciativa sin conceder a las ne­
peón exento de amenazas di­ gras las compensaciones que
rectas, y sin embargo, ¡ cómo habían obtenido en la variante
cambia inmediatamente la si­ precedente.
tuación! Sin mucha dificultad Observemos como pueden
percibimos que las negras in­ cambiar las ideas en un estado
tentan . . . PxP; seguido de . . ' avanzado de la apertura, y có­
P4CD Y P4AD movilizando el mo el razonamiento lógico pue­
flanco dama. Podemos evitar de mostrarnos el curso exacto
este peligro replicando PxP, pe- a segulr.

EL MEDIO JUEGO EN AJEDREZ 71

Presentamos ahora a nues­ PCD blanco y la amenaza de


tros lectores algunos ejemplos las negras en abrir la columna
de este avanzado estado en AD, han sido eliminadas por
varias aperturas, sin mayores el avance del PAD.
comentarios. Ellos ilustrarán el
correcto manejo de esta fase Diagrama N'? 23
-��-.:
intermedia de la partida.
El diagrama N9 22 presenta
una posición familiar de la va­
riante "Dragón" en la Defensa
Siciliana.

Diagrama N'-' 22

Sin entrar en discusión sobre


los méritos relativos del juego
de ambos adversarios, diremos
al pasar que la ventaja de las
blancas se debe a la errónea
segunda movida de las negras.
Blancas: Heilmann - Negras: Vidmar Si éstas hubieran jugado 2 . . . .
Barmen 1905 C4TD; (en lugar de 2 . . . . A3R);
3. CxC, DxC; 4. TR l D, P5C
Después de 1 . A3A, T I A; 2. (Lowenfisch - Cohn; Carlsbad,
C3C, A3R; 3. C5D, C2D; 4. 1 9 1 1 ) habrían evitado el peli­
P3A, T I R; 5. P4TD, arribamos gro. Pero 2. . . . , D2A; no hu·
a la posición del diagrama N9 biera sido de utilidad; por
23, en el cual está tomando ejemplo: 3. C5D, CxC; 4. PxC,
fauna un plan definido, y don­ C I D; 5. P3A, C2C; 6. TR IR, con
de el blanco ha obtenido una ventaja para las blancas (Mar·
ventaja real, pues el flanco da­ co-Weiss, Match, Viena 1 895).
ma negro se halla en peligro, Más que en cualquiera otra
mientras que la debilidad del parte del juego, una simple
72 rT G E :\ ¡ O Z :\ O é' K O - B O R O \-é'KY

movida inexacta en este esta­ de peones, procurando aqué­


do es capaz de alterar todo el llas romper la formación de
aspecto de una posición. peones, mientras que las ne­
gras apuntan hacia el flanco
Diagrama N° 24
rey y el centro.

Diagrama N'? 25

Blancas: Capablanca-Negras: Alekhine


Nottingham 1936

En el ejemplo del Diagrama Una extraña movida de las


N" 24, de una Defensa Holan­ blancas, 7. C3A, perdiendo
desa, las blancas se hallan en otro tiempo, resulta benéfica
la incertidumbre respecto al para ellas, pues las negras se
curso a seguir y conceden a sienten tentadas a entrar en
las negras tiempo y oportuni­ una combinación táctica: 7. . . .

dad para completar su des­ C6A; 8. T3D, P5A?; 9. PxP, A4A


arrollo y tomar la iniciativa. para ganar la calidad. El re­
El juego se desarrolló como sultado es una mala partida
sigue: 1 . . , A3A; 2. C5CD,
. . para las negras; otro ejemplo
D2R; 3. A3R, P3TD; 4. C4D. donde una diversión táctica
A2D; 5. TD lA, TD IR; 6. P4CD, fracasa y la renuncia al plan
P3CD; (ver diagrama N9 25) Y estratégico conduce a la pér­
ahora los respectivos planes dida de la partida.
de ambos jugadores resultan El Diagrama N" 26 muestra
evidentes; las blancas desean una posición resultante de la
operar en el flanco dama, don­ variante Cambridge Springs
de las negras poseen mayoría del Gambito de la Dama. Des-
EL M E D IO .Tt' EG O EX AJEDREZ 73

pués de las movidas iniciales: Diagrama N<? 27


1 . P4D, P4D; 2. P4AD. P3R; 3.
C3AD. C3AR; 4. ASC. CD2D;
S. P3R. P3A; 6. C3A. D4T; 7.
C2D. ASC; 8. D2A. PxP; 9. AxC.
CxA; 1 0. CxP. D2A; 1 1 . P3TD.
A2R; las blancas gradualmen­
te inician una lucha en torno a
los peones del flanco dama ne- llJ
gro. principalmente para impe­
dirles liberarse con . . . P4A.

Diagrama N<? 26

o-o; 1 4. P4CD. P3CD; 1 5. O-O.


i • P4TD; 1 6. CSR. PxP; 1 7. PxP •

TxT; 1 8. TxT. TI A; 1 9. CxA.


DxC; 20. C4T. D lD; 21. D3C.
C4D; 22. P5C. PxP; 23. DxPC.

Diagrama N<? 28

Blancas: Capablanca-Neqras: Alekhine


Match 1927

Las negras. deseando aliviar


la presión. efectúan la movida.
mal considerada. 1 5. . . . P4TD;
después de la cual sus peones
en 3CD y 3AD resultan muy
débiles. y uno de ellos está
irremediablemente perdido. La Otro ejemplo presenta el dia­
continuación que conduce a la grama NI? 28 de la Defensa In­
posición del Diagrama NI? 27 dia. Después de 1. P4D. C3AR;
es: 12. P3CD. A2D; 13. A2C, 2. P4AD. P3R; 3. C3AR. P3CD;
74 EUGENIO ZNOSKO-BOROVSKY

4. P3CR, A2C; 5. A2C, ASCj.; Diagrama N9 29


6. A2D, AxAj.; 7. DxA, P3D; 8.
PSD, P4R; se arriba a la posi­
ción mostrada en el diagrama,
que ocurre frecuentemente en
esta apertura.
El avance del PR negro in­
dica claramente la línea de
juego que deben seguir las
blancas: avanzar P4AR y ocu­
par SAR con su CR. Para impe­
dirlo las negras deberán efec­
tuar . . P3CR; brindando a las
_

blancas otro objetivo, puesto


que entonces las negras pro­ Blancas: Euwe - Neqras: Floh.
curarán ubicar su CD en 4AD, Match 1932
desde donde será desalojado
por el avance P4CD blanco. siciones que hemos examina­
He aquí las movidas reali­ do nos enseñan el mismo prin­
zadas en una partida magis­ cipio, es decir, que en este es­
tral: 9. C3A, CD2D; 1 0. O-O,
tado de la partida, en mayor
O-O; 1 1 . ClR, D2R; 12. P4R,
grado aun que en el medio
P3C; 13. C2A, P4TD; 14. C3R,
juego, la idea estratégica es de
C4A; 15. D2A, A lA; 16. P3C,
mucha mayor importancia que
A2D; 17. P3TD, C4T; 18. P4CD,
las eventualidades tácticas o el
CD2C; 1 9. TD lR, C2C; 20. D2D,
C ID; 2 1 . P4A, P3AR (Diagrama desarrollo de piezas retrasa­
N9 29). das. Al mismo tiempo, no esta­
Vemos que las blancas han mos todavía comprometidos a
iniciado un enérgico ataque, un plan en particular; pode­
contra el cual las negras han mos hacer nuestra elección, o
preparado una porfiada defen­ aun cambiar nuestra idea ori­
sa, que es una reminiscencia ginal. Esta es una ventaja pues
de una variante del Ruy López confiere cierta libertad a nues­
con dos peones en 3AR y 3CR, tro juego, pero es una desven­
y dos caballos en 2AR y 2CR. taja en el hecho de que si nos
Por razones de espacio nO embarcamos en un plan erró­
presentamos mayor cantidad neo ello puede arruinar toda
de ejemplos, pero todas las po- nuestra partida.
EL MEDIO JUEGO EN AJEDREZ
711

2 ENTRE EL MEDIO JUEGO marcha sin obstáculos hacia la


y EL FINAL coronación!
¿ Qué es lo que debe hacerse
al CARAC'fERISTICAS ESPECIALES.
en tales casos? ¿Cuál es el re­
Enteramente distintas son las medio? Ciertamente no una
preocupaciones d e l jugador precaución exagerada que nos
cuando el final está a la vista. preocupará en todo momento,
Con seguridad, si hemos obte­ desde la misma apertura hasta
nido una ventaja substancial un posible final. Ello sería in­
en material, por ejemplo una aceptable; ningún ataque ten­
pieza, podemos embarcarnos dría éxito, pues para conducir
en el final con entera confian­ un medio juego con probabili­
za, si no con un sentimiento de dades todas nuestras fuerzas
certeza. Pero si la ventaja ob­ deberán participar sin restric­
tenida no es grande, digamos ciones ni ocuparse del final.
solamente un peón, o una ven­ Pero un sabio consejo es el
taja en posición, el panorama siguiente: tan pronto como el
es diferente. Podemos apreciar juego presenta signos de arri­
a menudo demasiado tarde, bar al final, reconsideremos la
que lo que parecía en el medio posición desde este punto de
juego una indudable fortaleza, vista. Si siente ansiedad acer­
en el final resulta una debili­ ca del final, difiéralo tanto co­
dad, y la posición del adversa­ mo pueda y utilice el tiempo
rio presenta algo que no ha ganado en mejorar sus posibi­
merecido nuestra atención y lidades para el mismo. Si, por
resulta un arma de primera el contrario, sus probabilida­
clase en sus manos. Imagine­ des son buenas, provoque 10
mos que hemos estado condu­ más rápidamente posible el fi­
ciendo un violento ataque en el nal.
flanco rey y que el oponente Encontrándose en la defensi­
posee un peón pasado y aisla­ va, en una situación difícil, es­
do en la columna TD. En estas ta transición del medio juego
circunstancias no se piensa en al final puede traer la salva­
él y más bien se le considera ción si se sabe cómo organi­
como una debilidad. P e r o zar la defensa en el final. Si
nuestro ataque fracasa en lo­ poseemos la iniciativa y la
grar el mate, o producir algu­ ventaja en el medio juego es
na otra ventaja, y vemos que pequeña, lo cual significa que
el peón despreciado inicia su nuestro ataque directo tiene
76 EUGENIO ZNOSKO-BOROVSKY

pocas probabilidades de triun­ Diagrama NC? 30


far, entonces se requiere la
mayor precaución. Deben evi­
tarse todas las debilidades que
puedan pesar en la balanza
del final, y cuanto antes co­
miencen los preparativos para
éste, mejor.
Es una estrategia profunda,
provocar el final tan pronto co­
mo la ventaja en el medio jue­
go se demuestre insuficiente
para ganar por ataque directo;
sin embargo, esta ventaja de­
berá ser conservada en la si­
Blancas: Capablanca
guiente fase, donde puede con­
Neqrqll: Reshevsky
ducir a la victoria.
Nottingham 1936

b) EJEMPLOS DE VARIOS FINALES Y


son quizás levemente superio­
COMO SURGEN DEL MEDIO JUEGO
res debido al avance de los
Es imposible revisar aquí los peones negros del flanco da­
varios elementos de posiciones ma. Por ello las blancas pro­
favorables en el final, opues­ vocan una sucesión de cam­
tos a aquellos del medio juego. bios, intentando crear alguna
Debemos tomar por garantido debilidad en la posición de las
que ellos son familiares a nues­ negras. Estas, por otra parte,
tros lectores. Será suficiente estiman que tendrían pocas
presentar unos pocos ejemplos probabilidades en un final, y
para ilustrar los diferentes as­ en vano procuran preparar un
pectos de estas dos fases de la ataque; al hacerlo crean debi­
partida. lidades en su propio campo
El desarrollo de las negras (un PD aislado sobre una ca­
en el diagrama N9 30 es cla­ silla blanca con un alfil de es­
ramente superior: tienen en su te color) dejando a las blancas
crédito catorce movidas contra con un fuerte caballo sobre
siete de las blancas. Al mismo una firme casilla negra, que
tiempo no existen debilidades será ventaja suficiente para el
en el campo de las blancas y final.
sus posibilidades para el final El juego se desarrolló como
EL MEDIO JUEGO EN AJEDREZ 77

sigue: 1 . P3C, C2D; 2. TxT, TxT; mayoría de los casos el juga­


3. AxA, CxA; 4. D4D, C4D; 5. dor sabrá la respuesta perfec­
T l D, P3A; 6. C l R, A2C; 7. AxC, tamente, y sin embargo se que­
PxA; 8. P3R, DsR; 9. P4TR, dará con la pieza "errónea"
P4TD; 10. P3A, DxD; 1 1 . TxD, porque ello debió ser conside­
T8A; 1 2. R2A, T8T; 13. T2D, rado antes del final.
PsT; 14. C3D, T8CD; 1 5. T2C,
Diagrama N'? 32
TxTj.; 1 6 . CxT, arribando a la
posición del diagrama N9 3 1 .

Diagrama N'? 31

Blancas: Bolvinnik - Neqras: Winler


Nottingham 1936

En la posición mostrada en
Las negras tienen una par­ el diagrama N9 32, que fué da­
tida perdida a causa de la de­ da como tablas, el caballo ne­
bilidad de su alfil y de los peo­ gro es claramente superior al
nes de D y CD. Es evidente que alfil blanco, y si esta partida
ellas debieron evitar a toda no hubiera sido disputada en
costa los cambios de piezas, la última rueda del torneo, es
especialmente de la dama y muy probable que las negras
su segunda torre. habrían triunfado trayendo su
Es muy difícil estimar correc­ rey al flanco dama y apostan­
tamente el valor de las piezas do el caballo en sAD.
menores en el final; ¿cuál de La posición es particular­
los dos alfiles es preferible con­ mente interesante porque el al­
servar, qué es más fuerte, un fil de las blancas parece muy
alfil o un caballo?, etc. En la fuerte; todos los peones negros
'18 EUGENIO ZNOSKO· BOROV8KY

se encuentran sobre casillas Diagrama NI? 33

blancas, y los peones centra­


les blancos sobre casillas ne­
gras, la mejor disposición po­
sible para las blancas. Sin
embargo el alfil no tiene cam­
po de acción y está reducido
a la defensiva; lo mismo se
aplica a la torre blanca. Por
otra parte las piezas negras
poseen completa libertad de
acción; disponen de más es­
pacio, son agresivas, y el rey
puede cooperar fácilmente en
Blancas: Capablanca-Neqras: Alekhine
la lucha.
Match 1927
Lo que se ha expre , ado
acerca de las piezas se aplica Por medio de un hábil juego
en igual medida a los peones; las negras provocaron varios
ya hemos visto la parte impor­ cambios entrando en el final,
tante que desempeñan en una con el resultado de que las
partida de ajedrez. Sin embar­ blancas quedaron con un peón
go, frecuentemente su función doblado requiriendo constante
en el final es totalmente dife­ atención. Sólo con grandes di­
rente. ficultades las blancas podrían
Examinemos la posición del lograr tablas contra los fuertes
diagrama N9 33. Las blancas peones pasados negros; pero
tienen una marcada ventaja y la tarea requirió tal precisión
posibilidades de ataque, pero que el problema demostró ser
no extrajeron lo mejor de la demasiado para las blancas,
posición y fallaron en explo­ quienes perdieron una partida
tar su ventaja o transformarla que en el medio juego pareció
en una decisiva; finalmente co· ser un probable triunfo para
metieron el error de llevar un ellas.
peón a 6AR. A primera vista Las siguientes fueron las
este peón puede parecer por­ movidas realizadas a partir de
tador de muchos peligros, in­ la posición del diagrama N9
cluso varias amenazas de ja­ 33: 1 . CSR, P3C; 2. C4C, A2C;
que mate. 3. PSR, P4TR; 4. C3R, P4AD; 5.
EL MEDIO JUEGO EN AJEDREZ 79

PCxP, PxP; 6. P5D, PxP; 7. CXP, u otro oponente provoca deli­


D3R; 8. C6Aj., AxC; 9. PxA, beradamente un final. ya sea
TxTj.; 10. TxT. A3A; llegando para aumentar su ventaja o, a
a la posición del diagrama 34. la inversa, para atenuar algu­
nos males de su situación. Es
Diagrama N'? 34
bueno repetir que. aun antes
de que tal decisión se tome
en consideración. llega un mo­
mento en que la posición de­
berá ser revisada desde el pun­
to de vista de las posibilida­
des para el final. Si ponemos
en práctica este consejo, indu­
dablemente salvaremos u n
buen número de partidas que.
de otro modo, estarían perdi­
das. No hay duda que fre­
cuentemente debemos soportar
derrotas a causa de haber omi­
En el curso de nuestros estu­ tido negligentemente e s I a
dios tendremos ocasión de exa­ eventualidad e n n u e s t r o s
minar posiciones donde unO cálculos.
CAPIT ULO 11

SU PERIORIDAD EN POSICION

1 SUPERIORIDAD EN LOS Diagrama N'? 35


VARIOS ELEMENTOS
Conocemos lo que significa
una superioridad en posición y
sabemos que tal superioridad
puede existir aún cuando haya
una inferioridad en algunos
elementos. Es deseable poseer
ventaja en los tres elementos,
pero sucede con más frecuen­
cia que la ventaja en un ele­
mento está acompañada por
una desventaja en otro. Como
hemos visto, también puede
ocurrir que la ventaja en los Blancas: MIss Menchik
tres elementos fracasa en ase­ Neqras: Znosko-Borovsky
gurar una superioridad posi­ Londres 1937
cional. Para grabar este hecho
en la mente del lector presen­ y no hay defensa contra el
tamos un ejemplo adicional en mate amenazado; si 3. A3A,
el diagrama N9 35. AxTj., etc.
Aquí las blancas poseen Tales casos, sin embargo.
ventaja en material (dos peo­ son excepcionales y normal­
nes), en tiempo (15 movimien­ mente una ventaja en todos los
tos contra 1 0), y en espacio elementos representa una su·
(peones en SR y 6AR). Pero a perioridad real en posición. Pe­
pesar de las amenazas de ma­ ro, un análisis externo no es
te, la partida de las blancas suficiente para revelarnos el
está perdida. Las negras jue­ significado interior de una po­
gan: 1 .
. .TxCj.; 2. PxT, D3A;
. sición y su carácter.
EL lIEDIO JUEGO EN ¿JEDBJCZ 81

Sería poco prud(,nte deposi­ Un estudio de posiciones


tar mucha fe en ventajas en donde existe ventaja en varios
uno o más elementos y con­ elementos servirá como una
centrarse en su incremento. Lo introducción a un análisis de
que es realidad para nosotros la línea de pensamiento a ser
es la ventaja en la posición en seguida en situaciones superio­
conjunto. Esto, sin embargo, res y sobre los medios utiliza­
sólo puede ser estimado por bles para explotar tal superio­
medio de un análisis de todos ridad. Esto nos permitirá redu­
sus elementos. cir nuestras observaciones a
Además, no es suficiente un mínimo y citar simplemen­
apreciar que la posición es su­ te las movidas efectuadas, con
perior; es esencial determinar pocas variantes, y así podre-
el grado exacto de superiori­ mas presentar mayor numero
,

dad y en qué consiste. Si la de ejemplos.


ventaja es leve, es necesario Se podrían ignorar posicio­
proceder lentamente, sin forzar nes donde existe ventaja en
los acontecimientos ni afrontar material, pues parecería que
riesgos, pero si la ventaja es poco puede decirse acerca de
abrumadora e s t á justificado una posición donde un jugador
.
(hasta se podría decir que es posee una pIeza o un peon
,

una obligación) iniciar un vi­ más, pero tales posiciones fre­


goroso ataque, pues una ven­ cuentemente presentan una ca­
taja que no es explotada se es­ racterística común.
fuma y hasta es probable que El jugador que ha obtenido
pase a poder del adversario. ventaja en material se siente
Esta es una obligación moral inclinado a asumir la defensa,
en ajedrez, si creemos a Stei· conduciendo una partida pasi­
nitz y Lasker. va o procurando provocar el
Finalmente debemos asegu­ final. Frecuentemente esta tác­
rarnos con la mayor claridad tica lleva al desastre o, por lo
en qué elemento particular menos, a tablas. El adversario
existe la superioridad, puesto toma la iniciativa y logra ob­
que la forma de tratamiento tener una ventaja posicional
varía en cada uno de los tres que compensa el material per­
elementos; una ventaja en es­ dido. Sería igualmente fútil pa­
pacio no puede ser aumentada ra el bando más fuerte em­
de la misma manera que una barcarse en riesgos y empre­
ventaja en tiempo. sas azarosas: "solamente el
EUGEN'IO ZNOS:S::O·BOBOVS:S::Y

débil deberá tentar la suerte". piezas fuera de juego en el


Pero no hay duda que una flanco dama. mientras que en
ventaja en material, aunque el flanco rey las blancas están
sea sólo de un peón, justifica conduciendo un peligroso ata­
medidas más audaces, tanto que. Además las blancas cuen­
en ataque o defensa, que lo tan con un tiempo de ventaja.
que sería peunisible en una Suponiendo por un momento
posición perfectamente igual. que las negras no tuvieron el
La dificultad en estos casos PTD, entonces. con fuerzas
consiste precisamente en el he­ iguales. las blancas serían
cho de que muy a menudo una dueñas de toda la ventaja. Con
ventaja posicional más o me­ un peón pasado y el ataque
nos marcada compensa la fal­ las blancas podrían encami­
ta de material. Tenemos que narse en seguida a forzar el
explotar un peón extra a pesar triunfo. Pero aquí éstas tienen
de una ventaja posicional ad­ que proceder lenta y metódica­
versa. mente, pues así lo demanda la
pequeña ventaja que poseen.
Diagrama NC? 36
ya que ella se perdería en
cuanto. los peones adversos del
flanco dama puedan iniciar su
avance. El inobstruíble PTD de
las negras afecta el juego blan­
co y aun influye en su ataque
contra el flanco rey. Por ello
las blancas juegan:

l. CST. P3C.; 2. P6D.


Las negras no pueden captu­
rar este peón pues perderían
su TD.

2• . . . D3R:
llaca.: Morahall.N89ra.: Capablanca .
Match 1909 Sin su peón extra la defen­
sa de las negras sería total­
En la posición mostrada en mente inadecuada. pues las
el diagrama N9 3 6 las negras blancas cambiarían las damas
poseen un peon extra, su um- doblando y aislcxndo los pea·
' .
,

ca ventaja. pues tienen dos nes en la columna de rey. a la


EL ME'DIO JUEGO E N AJEDREZ
83

vez que amenazarí'namn ganar un sideraciones posicionales son


peón por medio de CSAj. Pero muy importantes; esta es la
como está la situación, el peón idea fundamental de los gcun­
extra de las negras, aunque in­ bitos. Debemos cuidarnos, sin
activo por el momento, resulta­ embargo, de tal entrega si es
rá una amenaza real en cuan­ hecha sin una idea exacta o
to cese el ataque blanco o és­ como una cuestión de rutina.
tas consientan los cambios de En ajedrez ningún esfuerzo se­
piezas. Ello demuestra que el rá realizado en vano, y ningu­
jugador que posee una venta­ na ventaja deberá ser cedida
ja en material puede afrontar antes de que haya sido, en lo
una cierta dosis de riesgo y posible, transfOrmada en otra.
permitir que su posición sea Concentrando nuestra aten-
debilitada hasta un límite don­ Clon en pOSIciones que mues-
.. , .. ..

de, sin su material extra, fá­ tran una ventaja ya sea en


cilmente podría resultarle fa­ tiempo o espacio, inmediata­
tal. mente notaremos una gran di­
ferencia. Tal ventaja es defini­
3. DSe. B I T:
damente posicional, y se dis­
El peón todavía es inmune tingue de la ventaja en mate­
a la captura: si 3. . . . , TxP; 4. rial en que confiere una carac­
TxT, OxT; 5. OST, OlA; 6. C6Aj terística especial a la posición.
y 7. OxP mate. Examinemos primero la ven­
taja en tiempo. Como ya he­
4. CSA, TxP: 5. TxT, DxT:
mos establecido, este es el ca­
y así las negras han ganado so más difícil de diagnosticar,
un segundo peón y aun pue­ y es aún más difícil de conser­
den sostenerse contra el ata­ var. Es una característica cu­
que de las blancas. riosa de este elemento que la
Otra manera de transformar ventaja no puede ser aumen­
una ventaja material es ceder­ tada indefinidamente; llegará
la en el momento exacto a un momento en que nuestro
cambio de una substancial oponente compensará la dife­
ventaja en posición. Esto se rencia. Tampoco puede ser
aplica en particular a la aper­ mantenida en un nivel estable,
tura, donde es mala política pues cada movida que no lo·
intentar a todo costo mantener gra incrementarla permite al
alguna ventaja material. En adversario dar un paso en su
esta fase de la partida las con- desarrollo y mejorar así su si-
84 EUGENIO ZNOSKO-BOROVSKY

tuación con respecto al tiempo. como base únicamente a esta


Además una ventaja en tiem­ ventaja en tiempo.
po e s en sí misma insuficiente
para forzar el triunfo; ella de­ Diag rama N'I 37
....

berá ser transformada en una


ventaja en otro elemento. Este
es el momento más crítico que
frecuentemente decide el desti­
no de la partida y donde siem­
pre corremos el riesgo de per­
der nuestra ventaja.
El motivo principal del aje­
drez. como se ha expresado
antes, es la lucha de las ideas
ajedrecísticas. Pero aún así es
siempre importante establecer
claramente las exigencias de
los tres elementos. pues de ello Blanc.: Nimzowltsch . Neq. Capablanca
depende muy frecuentemente San Petersburgo 1914
nuestra conducción del juego.
Si omitimos determinar en qué Como es usual, las caracte­
elemento p a r t i c u l a r reside rísticas de la situación serán
nuestra ventaja. podremos te­ determinadas después de com­
ner las ideas más brillantes. parar ambas posiciones. En
pero necesariamente ellas re­ este caso, la diferencia entre
sultarán inocuas y no podre­ los alfiles es importante. El al­
mos s e l e c c i o n a r el método fil blanco aún está sin desuna­
exacto de realizarlas. Exami­ llar mientras que su oponente
nemos el diagrama n9 37. ocupa la gran diagonal abier­
Esta posición ilustra nuestro ta, apuntando al caballo y al
tema particularmente bien: las PCD detrás de éste. Además
negras sólo tienen ventaja en si el caballo se mueve, el PTD
tiempo, mientras que las blan­ estará en peligro. Por ello las
cas han ganado un peó n y pa­ blancas n e c e s it a r á n algún
seen superioridad en espacio. tiempo para completar su des­
Estas, por otra parte. no pre­ arrollo. Antes de que el caba­
sentan la menor debilidad, y llo pueda moverse es preciso
cualquier tentativa de las ne­ proteger el PTD, defender el ca­
gras para obtener algo tendrá ballo con el alfil y mover la
EL MEDIO JFEGO EX AJEDREZ

TD; sólo entonces el alfil ob­ 1. . . . TRIR:


tendrá cierta libertad de ac­
Atacando el PR, lo cual in­
ción. Así pues, la ventaja en
moviliza al caballo de las blan­
tiempo de las negras puede
cas y las compele a realizar
resultar aún más considerable.
una movida defensiva.
Pero si las negras se confor­
maran con observar los esfuer­ 2. D3D.
zos del adversario para des­
Las blancas retroceden su
congestionar su flanco dama
dama a sus líneas, pero al ha­
inactivo, sin proceder activa­
cerlo alivian la presión sobre
mente las blancas podrían eje­
el PAD negro restituyendo a la
cutar su plan y, habiendo lo­
dama negra su libertad de ac­
grado por fin movilizar su alfil
ción. Sería preferible una mo­
compensando, incidentalmente,
vida tal como 2. P3AR, que tar­
el tiempo perdido en la ganan­
de o temprano será realizada.
cia de un peón, llegmían pro­
El jugador que se encuentre en
bablemente a ganar la partida
desventaja en cuanto a tiem­
por la fuerza de su peón extra.
po, deberá procurar mantener
¿ Qué deberán hacer las ne­
cualquier amenaza utilizable.
gras? Otra característica de la
posic ión aparece ahora: las 2 . . . . , D3R:
dos columnas abiertas en el
flanco dama. Sobre ellas las Una amenaza fresca.
negras pued en atacar los peo­
3. P3A.
nes, V el peón extra del bIan-

co requenra protecclon contI- El primer a taq u e de las ne­


- , . , .

nuamente. Pero si las negras gras ha llegado a su fin; evi­


simplemente llevan su torre al dentemente que sólo ha te­
ataque perderán tiempo sin nido significado como demos'
realizar ninguna amenaza real tración. ¡ Q u é d e b e n hacer

y la dama blanca pod rá re­ ahora? La mo vid a de la torre


tornar al terreno. Deberán en­ ha liberado a la dama, y ésta
tonces desplegar un juego más se ha movido para hacer h:gar
sutil. limitando la libertad de al caballo. Como el ataque al
acc ió n de las bl a nc as por me­ PR ha terminado, el caballo
dio de constantes at a q u es y vía 2D-4R-SAD atacará el flan­
variadas amenazas. Por con­ co dama y al PCD, impidiendo
siguiente su pr im era movida aún más el desarrollo del alfil
fué: blanco. El caballo negro re-
86 EUGEXIO ZNOSKO·BOROVSKY

trocede tempoIUliamente, pero 8 . DxC, D5A:


abre el camino . al alfil, que
Nuevamente no es factible
también ataca el flanco dama.
9. P3CD por la amenaza al ca­
3. . . . C2D: ballo. Incidentalmente las ne­
gras amenazan ganar el PTD
Las blancas intentan parar por medio de . . . AxC; Y si 9.
la amenaza desarrollando sus C2R. el PTD estará perdido. En
pIezas.

estas circunstancias el mejor


curso sería 9. CID, devolvien­
4. A2D, C4R: 5. D2R, C5A:
do el peón extra, pero librán­
Ahora el PCD está amenaza­ dose de la presión enemiga.
do. Si 6. P3CD, CxA; 7. DxC, 9. TRIO, TRIC:
D4R; etc.
Diagrama NI? 38
G. TD I C, T I T: �

Nuevamente una amenaza.


Como puede apreciarse fácil­
mente las negras se han inge­
niado para colocar su torre en
esta columna por medio de
continuas amenazas y, en con­
secuencia, sin pérdida de tiem­
po. Todas sus piezas están
ahora dirigidas contra el flan­
co dama donde tiene lugar el
combate principal; combinan­
do una amenaza con cada mo­
vida impiden a su oponente Arribando a la posición del
desarrollar sus piezas mientras diagrama n9 38. Aquí las ne­
se protege de estas amena­ gras podían recobrar el peón
zas. Hasta ahora lo han logra­ con 9. . . . AxC; pero la del
do admirablemente; aquí. por texto amenaza ganar dos peo­
ejemplo, amenazan ganar un nes con . . . TxPC; TxT, AxC;
peón después de 7. P3CD, CxA. DI A, AxT; DxA, DxPT; aunque
7. P4TD, CxA:
entonces las blancas podrían
replicar D7C, atacando desde
Para p o n e r la d a m a en la retaguardia a los peones en
Juego. la columna AD.

EL MEDIO JUEGO EN AJEDREZ 87

Resumiendo los puntes prin­ ventaja en espacio. como lo


cipales. vemos que las negras veremos después.
sólo han ganado una movida. No es esencial, naturalmen­
pero. por otra parte. han logra­ te. que cada amenaza sea di­
do mucho espacio. Todas sus recta e inmediata; pueden ser
piezas ocupan líneas abiertas amenazas distantes. quizás in­
y su dama domina el tablero. dicadas simplemente por las
Su ventaja en tiempo es ahora movidas como futuras contin­
transferida en el elemento es­ gencias. Esto es fácil de com­
pacio. Unicamente les resta prender. El jugador que se ha­
cambiarlo por una ganancia lla retrasado en tiempo. sólo
en material y la partida signi­ tiene que completar su des­
ficará un triunfo para ellas. arrollo para eliminar toda pre­
sión. y dos o tres movidas
1 0. D3R. TSe: tranquilas son a menudo sufi­
Amenazando A5D. cientes para este propósito; es­
to es lo que el oponente. a to­
1 1. D5e. A5Di.: 1 2. R I T, da costa. debe procurar impe­
TI T-I e: dir. Para este fin. las amenazas
constantes constituyen el me­
Amenazadas con la pérdida jor medio. aunque es claro que
de una pieza. las blancas se cada movimiento deberá estar
ven compelidas a entregar la subordinado a un plan ge­
calidad. neral.
13. TxA. DxT: Un momento difícil se pro­
duce en estas maniobras cuan·
y la partida fué ganada por do una pieza tiene que ser
las negras. transferida a otro campo. lo
El aspecto más sorprendente cual ne.:esariamente concede
en este ejemplo es la admira­ al adversario un breve respi­
ble conducción del juego por ro. En el ejemplo precedente
las negras; la manera en que esta dificultad ha sido salvada
han explotado su ventaja en con maestría consumada. Otra
tiempo supera todo elogio. Ca­ pieza es desenmascarada en
si cada movimiento contenía el momento crítico con una
una amenaza. lo cual consti­ nueva e inmediata amenaza.
tuye el método correcto de ha­ Otro problema delicado sur­
cer valer una ventaja en tiem­ ge cuando la ventaja en tiem­
po cuando es opuesta a una po debe ser cambiada a otro
88 EUGENIO ZNOSKO-BOROVSKY

elemento. Este proceso tam­ ce en la explotación de las


bién es ejecutado con notable ventajas en tiempo.
perfección en este ejemplo; el Por otra parte, existe otro
acto de transformación es ape­ instante igualmente de ansie­
nas visible. El aficionado pro­ dad, cuando el oponente, cuya
cedería sabiamente estudian­ situación se torna cada vez
do cuidadosamente esta parti­ más oprimida se decide a en­
da, pues es instruétiva en el tregar algún material para eli­
más alto grado. minar la presión; entonces
Todos estos procesos apare­ ocurre con frecuencia que lle­
cen aún más claramente cuan­ ga a asumir la iniciativa, cuan­
do los comparamos con los do nuestras fuerzas avanzadas
empleados en posiciones don­ están malamente ubicadas pa­
de la ventaja a ser explotada ra resistir esta súbita e inespe­
es en espacio. Cuando existe rada embestida.
una ventaja en espacio, ello
Diagrama N'? 39
significa que los movimientos
del adversario están restrinqi­
das; a sus piezas les falto es­ .

pacio para irradiar todo su po­ i


der. Por este motivo es inne­
cesario amenazar al adversa­
rio; es suficiente impedir a sus
piezas salir de su estrecho te­
rreno controlando las casillas
frente a su posición.
La ventaja en espacio es
menos fácil de perder y puede
ser aumentada casi indefinida­
mente. Frecuentemente es per­
misible perder tiempo mientras Blanc.: Dr. Lasker - Neqr.: Capablanca
las piezas no están mal ubica­ San Petersburgo 1 9 1 4
das, y las fuerzas adversas se
ven aún más restringidas por Esto es mostrado más clura­
una maniobra tranquila. No mente en la posición del dia­
es necesario transformar esta grama nQ 39. Aquí tiempo y
ventaja en otra material. y así fuerzas son iguales para am­
es que no aparece aquí el mo­ bos bandos, pero las blancas
mento tan crítico que se produ- poseen ventaja en espacio con
EL MEDIO JUEGO EN AJEDREZ 89

dos peones centrales sobre la posibilidad de crear algunas


cuarta fila y dos caballos bien amenazas. En el caso presen­
ubicados. Las fuerzas negras te el caballo blanco priva al
ocupan las tres primeras filas alfil enemigo de su 4AD, a la
con poca esperanzas de ex­ vez que evita ser clavado.
tender su acción. Su mayor
1. C3C, P3A;
preocupación es la situación
de su AD sin desarrollar; una El objeto de esta movida no
ubicación útil sería en 2C des­ sólo es prevenirse contra el
de donde atacaría el PR ayu­ avance PSA-6A sino principal­
dado por la torre. Si este peón mente hacer posible el des­
avanzara se ofrecería a las ne­ arrollo del AD a 2C abriendo
gras una espléndida casilla en la gran diagonal con . . . P4AD.
4AR para su caballo. lo cual por el momento no es
Como las blancas no tienen factible a causa de la amena­
amenazas a su disposición. ex­ za al AR después de PSR. Ade­
cepto un posible PSA-SA que más las blancas deben contar
no puede ser intentado por al­ con la posibilidad de que el
gún tiempo. deberán proceder AD negro sea desarrollado a
cautelosamente y m a n t e n e r 3R (o también a SCR) y ahOla
una política restrictiva. éste dispondría de un refugio
Las negras tienen una ame­ en 2AR.
naza inmediata con . . . A4AD;
2. PSA.
clavando el caballo y ocupan­
do una buena diagonal. Ahora Las blancas se anticipan a
las blancas juegan C3C. Sin dicha amenaza inmediatamen­
duda una movida extraña pues te. sin amenazar a su vez na­
no sólo no contiene amenazas da particular. salvo en un fu­
sino que así retroceden una turo distante el posible esta­
pieza desarrollada. Un proce­ blecimiento de un caballo en
dimiento enteramente distinto SR. Incidentalmente. crean una
del mostrado en el ejemplo debilidad para ellas en SR a
precedente (ventaja en tiem­ cambio de mantener la pre­
po). La explicación reside en sión y preservar su ventaja en
que. con una ventaja en espa­ espacIo.

cio es menos importante ame­


2 P3CD;
nazar al enemigo que impedir­
...

le desahogarse de una posi­ Las negras preparan el des­


ción oprimida y privarle de la arrollo de su alfil a 2CD ahora
90 EUGENIO ZNOSKO -BOROVSKY

que ya no es practicable SCR. aumentado la presión. Las úni­


Su situación es de gran difi­ cas posibilidades que restan a
cultad; si mantienen el alfil so­ las negras se fundan en su
bre la diagonal 1 AD-STR para ataque al PR y no pueden con­
proteger su 3R. su posición sentir que el caballo enemigo
permanecerá restringida y las se establezca de manera per­
blancas, después de A4A y manente en SR; por ello surge
TD ID, tienen una espléndida la necesidad de avanzar el PD
y libre partida, sin contra­ y el PAD. No pudiendo impe­
chances para las negras. Por dirle al caballo ubicarse en
otra parte, después de . . , SR. amenazando 8D, deben
A2C; la casilla 3R de las ne­ mover enseguida la TD para
gras queda indefensa y resul­ ponerla en juego de una vez.
ta un punto expuesto a un vio­
5. . TD lD: 6. C6Ri T2D:
lento asalto como lo muestra
. .

la continuación. Obsérvese que para realizar


su proyecto las blancas han
3. A4A.
empleado tres movidas menos
Para comenzar, el AR negro que su adversario. En verdad
debe ser eliminado, y como el que la ganancia de tiempo de
cambio es inevitable, las ne­ las negras, en el avance de los
gras podían ganar un tiempo peones del flanco dama, no
evitando la creación de una tiene valor. Pero un hecho se
debilidad en su 3D. Sin embar­ destaca: hemos notado en el
go, se deciden a perseverar en ejemplo precedente un caso si­
su desarrollo como lo han pla­ milar, donde a medida que
neado, y al final tendrán que aumenta la ventaja en tiempo
defender dos debilidades en ésta fué acompañada por una
lugar de una sola. pérdida en espacio. Es obvio
que las blancas deberán ata­
3. . A2C: 4. AxA, PxA: 5.
car ahora el punto débil en 3D
C4D.
de las negras.
La primera amenaza des­
7. TD l D.
pués de cuatro movidas tran­
quilas. ¿ Y cuál es la amenaza? ¿ Cómo puede ser parado el
Simplemente apostar el caba­ ataque al PD? Sea protegién­
llo en S R. La maniobra de las dolo o a v a n z á n d o l o; este
blancas les ha costado un avance no puede efectuarse
tiempo, pero en cambio han enseguida pues el peón será
EL MEDIO JUEGO EN AJEDREZ 91

aislado y pronto se perderá. PxTj., TxP), y con el ataque al


Para ello es necesario . . . P4A PR obtendrían posibilidades in­
para mantener su 4D bajo el esperadas.
control del alfil; las blancas Para probar la profundidad
entonces deberán proteger su de este sacrüicio, o lo contra­
PAR con P4CR; por ejemplo: rio. seria necesazio jugar de
7. . . . P4A; 8. P4CR, P4D; 9. nuevo la partida; pero puede
PxP, AxP; 1 0. CxA, TxC; 1 1 . establecerse que las negras
C7A, TxT; 1 2. TxT, T l AD; 1 3 . quedan con alfil, peón y tres
T7D, ganando. Se deduce, por tiempos a cambio de una to­
consiguiente, que el PD no rre, mientras que la ventaja en
puede avanzar y las negras espacio de las blancas ha des­
están reducidas a una defen­ aparecido en forma súbita y
sa pasiva; tal es el resultado milagrosa. No hay duda, sin
de la estrategia de las blancas. embargo, que habiendo deja­
do pasar esta oportunidad, las
7. . . . CIA: 8. T2A. P4CD:
negras se han puesto en ma­
9. TR2D, TD2R: lO. P4CD.
nos del enemigo, quien ahora
Anticipándose a la amenaza puede imponer su voluntad .
. . . P4A.
1 1 . . . . A l T: 12. R2A, T2T:
lO• . . . R2A: 1 1 . P3TD. 1 3. P4C.

Existe una diferencia básica El asalto decisivo comienza


entre esta partida y la ante­ ahora. La ventaja de las blan­
rior. No hay aquí amenazas cas es aplastante y la defensa
de las blancas quienes simple­ se quebrará en alguna parte.
mente continúan fortaleciendo
1 3 . . . . , P3T: 1 4. T3D, P4TD:
su posición, oprimiendo al ad­
versario cada vez más y anu­ Tan inútil como perjudicial.
lando sus tentativas de liberar La apertura de líneas sólo be­
su juego. Tales tácticas sólo neficia al bando más fuerte.
son posibles cuando existe una
15. P4TR, PXP; 1 6. PxP, T2T-
ventaja en espacio y no en
2R: 1 7. R3A, T I C: 1 8. R4A,
tiempo.
P3C: 1 9. T3C, P4Cj.: 20. R3A,
Hemos arribado ahora al
C3C: 2 1 . PXP, PTxP:
momento crítico ya menciona­
do. Las negras tienen la opor­ La continuación no es de
tunidad de ceder la calidad real interés para nuestro pro­
por un peón ( 1 1 . TxC; 1 2.
' " pósito, pues las negras, ha-
92 EUGENIO ZNOSKO.BOROVSKY

biendo perdido su ventaja en guiente sección a tratar sobre


tiempo. nada tienen que ju­ la evolución de una idea cuan­
gar. Las blancas proceden do se explota una posición su-
simplemente a demoler la po­ penar.

sición de su adversario.

22. T3T. T2D; 23. R3C. R IR: 2 DIFERENTES MEDIOS DE


24. TD 1 TR. A2C; 25. P5R. EXPLOTAR UNA VEN'l'AJA

¡Al fin la ruptura decisiva! Cuando un análisis comple­


Las blancas e l i m i n a n este to nos ha revelado que posee­
peón débil con la idea de ubi­ mos una cierta ventaja. aún
car en su lugar al caballo. quedan pendientes una buena
amenazando al rey y a ambas cantidad de interrogantes. No
torres. es suficiente saber que tene­
mos ventaja. ni en qué consis­
25. ' " PDxP: 26. C4R. C4D:
te. ni cuán amplia es. Nume­
27. C6R-5A. A l A: 28. CxT.
rosos problemas requieren so­
AxC: 29. T7T.
lución. y usualmente el mismo
y las blancas ganaron. análisis los resuelve.
Esta partida demuestra ad­ Por cierto es muy satisfacto­
mirablemente cómo una ven­ rio si el destino de la partida
taja en espacio puede ser au­ puede ser decidido por una
mentada sin recurrir a ame­ brillante combinación. y debe­
nazas. las cuales constituyen mos aseguramos de la posibi­
la base de operaciones cuan­ bilidad táctica. Pero tales ca­
do se refiere a una ventaja en sos ocurren raramente. y sa­
tiempo. bemos que muy a menudo es
Este tema no puede ser ago­ necesaria una larga y ardua
tado con dos ejemplos; es po­ lucha para asegurar el triun­
sible hallar otros donde el fo. ¿Acaso no ha expresado el
triunfo es logrado de manera Dr: Tarrasch que la tarea más
diferente. Pero los aspectos difícil es ganar una partida
característicos de la forma de ganada?
tratamiento son ilustrados con La disposición de nuestras
claridad suficiente en estos dos piezas y las enemigas debe­
casos como para que el aficio­ rá ser cuidadosamente exa­
nado pueda manejar estas di­ minada y comparada; gene­
ficultades en su propio juego. ralmente esto indicará el ca­
y ahor,:, pasaremos en la si- rácter y dirección de la acción
EL MEDIO JUEGO EN AJEDREZ 93

que tendremos que empren­ da debilidad. Un peón ene­


der. Podemos así determinar migo en su 2TR puede ser dé­
si contamos con posibilidades bil. pero nos faIta un alfil sobre
de ataque, inmediatas o futu­ casillas blancas. Un peón en
ras, y si un ataque puede o no su 2CR está a punto de caer
conducir al mate. Hay una y nos encontramos con que no
cuestión de mucha importan­ podemos apostar un caballo
cia, pues si existe un orobable en SAR o STR.
mate ningún sacrificio es de­ No podemos resolver todos
masiado grande y todos los estos problemas tan pronto co­
recursos serán empleados pa­ mo un ataque parece a la vez
ra lograrlo, aún abandonando factible y ventajoso. pero la
todo el resto del tablero no im- solución puede surgir gradual·
porta a que azar. mente en el curso del juego.
,

Cuando no hay posibilida­ En esto reside la diferencia en·


des de mate lo cual ocurre tre el jugador fuerte y el me­
aún en el caso de un ataque diano. El promedio de los ju­
en el flanco rey es necesa­ gadores omite considerar todas
rio tomar precauciones; pode­ estas cuestiones. mientras que
mos conducir un ataque enér­ el experto las atiende tempra­
gico. pero si el resultado no es namente. aún a veces sub­
más que la ganancia de un conscientemente.
peón, no es posible realizar un
Diaarama NI? 40
sacrificio ni sometemos a una
-

desventaja posicional en otra


parte del tablero.
Determinada la principal de­
bilidad de nuestro oponente,
que constituirá nuestro objeti­
vo. debemos establecer los
medios de alcanzarlo. ¿Son su·
ficientes las piezas solas? ¿Se­
rá indispensable un asalto de
peones? ¿ Debemos sacrificar
algo para abrir una columna?
etcétera. Hay muchos casos e n
que nuestras fuerzas utilizable,,:
no están dispuestas para el Blanc.: Capa blanca . Negr. Janowsl4
ataque contra una determina· San PetCIsburgo 1914
94 EUGENIO ZNOSKO·BOROVSKY

Examinemos la posición del fuerzo que se haga para lo­


diagrama n9 40. Hay a dispo­ grar una clara concepción del
sición de las blancas numero­ ataque intentado, será recom­
sas buenas movidas y planes pensado por el rápido y enér­
posibles. gico desenrollo del ataque mis­
Las blancas jugaron 1. T IC, mo.
'f el Dr. Tarrasch señaló en el Cuestiones similares se plan­
libro del torneo: "Revelando tean en el caso de maniobras
con brutal franqueza el plan posicionales, aunque aquí el
de ataque, contra el cual nada mismo grado de precisión no
puede hacerse. El PCD, apo­ es necesario ni asequible, pues
yado por el PTD, asalta los las movidas de los jugadores
bastiones del rey enemigo por no son compulsivas; no hay
más inexpugnables que ellos amenazas directas y frecuen­
parezcan." Siguió 1 . . . P3A;
. temente no existe un objetivo
2. P4C, C2A; 3. P4TD, AxC; 4. clcualllente definido.
TxA, P3CD; 5. P5C, PAxP; 6. Siempre debemos realizar
PxP, P4TD; 7. C5D, D4A; 8. cualquier esfuerzo para lograr
P4A, Y el eminente comenta­ algún grado de claridad en
rista agrega: "Nuevamente ju­ nuestras ideas; he aquí un
gado con gran precisión. El consejo enteramente práctico.
ataque será continuado con Así como el plan general es
D3A y P4D." Lo que ha sido usualmente ejecutado paso a
logrado aquí con tan aparente paso, y un ataque es realiza­
facilidad, en posiciones difíci­ do en oleadas sucesivas, po­
les depende de una concep­ demos facilitar nuestra tarea
ción de máxima exactitud. En concentrándonos por tumo so­
clIlo ll nía con un plan general bre objetivos inmediatos, tales
de nuestro juego, debemos te­ como la ocupación de cierta
ner un plan de ataque igual­ casilla, apertura de una línea,
mente claro. El jugador me­ clavada de una pieza o cam­
diano se conforma con efec­ bio de otra, etc. Sin embargo,
tuar movidas más o menos el plan básico debe subsistir
plausibles, avanzando sus pie­ pues, de otro modo ¿cómo po­
zas en la dirección general de dremos beneficiml10s con es­
su objetivo, sin preocuparse tas vmiadas maniobras? Los
mayormente de los fundamen­ asuntos son más fáciles cuan­
tos de su ataque. Esto es la­ do, teniendo ventaja, posee­
mentable, pues cualquier es- mos un exacto
EL MEDIO ,JUEfW }:X A J E DRF;Z 95

de la ubicación y extensión de cual la ventaja desaparece o


una debilidad en el campo pierde todo significado. El ju­
enemigo; es entonces el caso gador mediano está propenso
de decidir los métodos a em­ a decir, "tuvo que ser", "así
plear para alcanzarla y explo­ sucedió"; cuando debiera ex­
tarla. presar: "quise hacerlo"; "está
Además de las maniobras hecho".
ordinarias de ataque existen
a) El ataque.
otros medios de establecer y
aumentar una ventaja, es de­ Los métodos de ataque son
cir, combinaciones o, a la in­ numerosos y variados; difícil­
versa, simplificación de una mente podamos enumerarlos
posición cambiando material. todos. Un libro separado sobre
pero estos deben ser contem­ el tema sería necesario para
plados como casos especiales. estudiarlos en detalle. Es sufi­
No olvidemos el estado de ciente para nuestro propósito
transición entre el medio jue­ destacar sus características
go y el final. al cual nos he­ esenciales.
mos referido. Como los ataques más inte­
Este es de particular actua­ resantes y decisivos son los
lidad en el momento del me­ dirigidos contra el rey. signifi­
dio juego en que nuestra po­ ca una gran diferencia el he­
sición se vea amenazada, a cho de que el rey se encuentre
pesar de nuestra ventaja. Por en el centro o en uno de los
otra parte una ventaja (supon­ flancos; comparativamente es
gamos, un peón), es por la na­ de poca diferencia si el rey es­
turaleza de las cosas inútil en tá enrocado en el flanco rey o
el medio juego, pero de gran en el flanco dama. Pero su si­
valor en el final. Teniendo pre­ tuación en el centro es siem­
sente todo lo que hemos ex­ pre azarosa hasta que logre
presado sobre el tema, es im­ ponerse en seguridad en un
portante que la entrada en el flanco. Por ello, el atacante
final de partida sea delibera­ tiene interés en mantener al
damente y por la libre volun­ rey enemigo en el centro, pues
tad del jugador que posea la cuando éste haya enrocado se
ventaja, y para quien será pro­ hallará comparativamente se­
vechoso. y no simplemente co­ guro; aunque en cualquier ca­
mo un suceso fortuito o una so, no existe ningún lugar se­
desagradable sorpresa, por lo guro. Las peones son maneja-
96 EUGENIO ZNOSKO-BOROVSKY

dos de manera diferente de tes. las cuales de otra manera


acuerdo a la ubicación del rey quedarían obstruídas.
atacado. en el centro o en un Algunos pocos e j e m p l o s
flanco. Por regla general. los mostrados a continuación ilus­
peones centrales están avan­ trarán estas varias formas de
zados y deberán ser cambia­ ataque.
dos para abrir columnas para
Diagrama N<? 4 1
las torres. Los peones latera­
les. por el contrario. permane­
cen generalmente en sus ca­
sillas originales y tanto pue­
den ser desdeñados como uti­
lizados a c t i v a m e n t e en un
asalto.
Tenemos una segunda di­
ferencia básica: los peones
pueden tomar parte activa en
el ataque. o éste puede ser
enteramente realizado por las
piezas. Esto último logrará éxi­
to solamente si nuestras piezas
en el sector crítico son más Blancas: Forqacz • Neqras: Tartakower
numerosas que las del adver­ San Petersburgo 1909
sario. tanto como para que.
además de superar la resis­ En el diagrama n9 4 1 . las
tencia de las piezas defenso­ blancas están conduciendo un
ras. puedan luchar también ataque en el flanco rey y las
contra los peones que prote­ negras están atacando en el
gen la posición. flanco dama. El ataque blan­
Cuando los peones del ata­ co es con miras al mate. lo
cante desempeñan un rol ac­ cual es por el momento de la
tivo. deberán ser lanzados vio­ mayor importancia. y los sa­
lentamente contra la posición crificios son indicados para lo­
enemiga; ellos expulsan en su grar esta finalidad. La posi­
marcha todas las piezas defen­ ción de las blancas parece ad­
soras y destruyen la barrera mirable y plena de promesas.
de peones enemigos. sacrifi­ pero su cadena de peones
cándose a su vez para abrir mantiene cerradas todas las
camino a las piezas atacan- líneas de manera que sus pie-
EL MEDIO JUEGO EN AJEDREZ 9 °1

zas no pueden tomar parte ac­ 4• R2C: 5. TDIAR, A I R:


. . .

tiva en el ataque. Por otra 6. 04A, CI D: 7. P6R.


parte su inferioridad consiste
en realidad en la ausencia de Un tercer peón es ofrecido
piezas defensoras cercanas al en sacrificio, pero evidente­
rey. Se deduce entonces que mente no puede ser tomado.
las blancas, por algún medio Las piezas blancas se hallan
deben forzar la intervención perfectamente segura!'! sobre
de algunas de sus piezas en las casillas negras.
el ataque para decidir la lu­ 7. . . . , T3T: 8. 05R, R3T: 9.
cha. Sin embargo, cualquier TDSA, PAxP: ID. C7Aj., DxC:
pérdida de tiempo concedería 1 1 . TSTj., R2C: 12. TxP mate.
a las negras posibilidades de
consolidar su posición con . . . Examinemos ahora una po­
P4A; y . . . P3C; después de lo sición donde los peones tienen
cual la TO ubicada en 2TD po­ parte activa en el ataque.
dría participar en la defensa
Diagrama NI? 42
de su flanco rey. Por ello es
de urgente necesidad una ac-
Clon energlca.
. , , .

l . PSA, PRxP: 2. P4C, PAxP:


3. CSC.

Esta maniobra provoca un


debilitamiento en la posición
de peones negros. Si 3. . . .
P3T; 4. C7T y después que la
torre se ha movido, sigue 5.
C6Aj., etc.

3. . . . P3C; 4. T6A.
Blancas: Tarraseh • Negias: Schlechter
Inmediatamente las blancas Match 1 9 1 1

ocupan el "hole" recientemen­


te creado, con una múltiple En el diagrama n9 4 2 las
amenaza contra el PAR negro blancas sólo cuentan con tres
a la vez que se cierne una piezas para realizar la mani­
amenaza de CxPT en coopera­ obra necesaria. pero disponen
ción con la dama. de cuatro peones contra dos en
98 EUGENIO ZNOSKO-BOROVSKY

el flanco rey donde, además, cada en IR, desde donde ame­


la posición de peones negros nazmÍa un jaque en 4R des­
se halla debilitada. Existen al­ pués del avance PSA de las
files de colores opuestos, de blancas. Pero no hay movidas
modo que sobre las casillas buenas contra la avalancha de
negras, los peones negros son peones; cualquier movida hu­
invulnerables. La tarea de eli­ biera sido refutada inmediata­
minar el alfil negro correspon­ mente.
de a los peones blancos que
4. TIA, P3T:
están avanzando al asalto; el
PAR debe moverse a SA, y por El objeto de esta movida no
ello la ruptura de los peones es abrir la columna TR, pues
adversos del flanco rey debe en una situación inferior es
ser confiada al PTR. una gran imprudencia del de­
fensor permitir la apertura de
l . P4C, TlAR: 2. P5C, A2C:
líneas. P e r o e n e s t e caso,
3. R3C.
cuando las blancas tomen el
PTR, el alfil negro recaptura­
Una movida sutil con un do­
ble objeto: proteger el PAR y rá entrando en juego; la estra­
tegia de las blancas sería así
apoyar el avance del PTR sin
anulada. Por medio del avan­
que la dama negra pueda in­
ce del texto, las negras más
troducirse en 4CR. Esto es, sin
bien desean cerrar la columna
embargo, un error, pues las
TR contra el avance del PTR
negras podrían obtener tablas
blanco. La desventaja está en
por jaque perpetuo como si­
gue: 3 . . . , TxP; 4. RxT, A4Rj., que el PCR negro se halla aho­
ra débil y sin protección.
.

etcétera. Este es un buen ejem­


plo de la negligencia ante una 5. P4T, P4T:
posibilidad táctica.
Ahora e s t á asegurado el
3. . ... . D2T: avance del PAR blanco.

Una mala jugada que aleja 6. P5A, PxP: 7. PxP, TIR:


a la dama del principal cam­
Aunque 7. . . A4Rj. libera
po de batalla. En 2D ella re­
.

al alfil, no sería mejor que la


tenía la opción de apoyar en
movida del texto, pues el PTR
el momento oportuno el avan­
no puede ser defendido.
ce del PD o, alternativamente,
hubiera estado aún mejor ubi- 8. P6A, AxP;
El, M E DIO .J C E G O E N AJEDREZ 99

Si 8. . . . , T6Rj.; 9. DxT, PxD; Diagrama N<? 43


1 0. T8Aj. seguido de A2A, ma·
te. Una simple combinación
estrateglca.
, .

9. PxA. D2D:

Nuevamente no es factible
9. .T6Rj.; a causa del mis­
. . •

mo sacrificio con mate una mo­


vida más tarde.

1 0. D6C.

Las negras abandonaron.

Donde los peones no tienen Blanc.: Capablanca Neqr.: Bernslein


-

parte activa en el ataque. la San Sebastián 1 9 1 1


pesada tarea de soportar el
choque de la lucha recae so­ des en el campo de las negras,
bre las piezas. quienes tienen particularmente los peones de
que debilitar la posición ene­ CR y TR. y la casilla 4CR. To-
miga y preparar la acción de- . das estas debilidades se ha­
ClSlva.
• •

llan sobre casillas negras que


Este tipo de ataque es mu­ son controladas por la dama
cho más difícil de conducir. pe­ blanca, apoyada por ambos
ro también es menos azaroso, caballos, quienes permanecen
que cuando cooperan los peo­ en consecuencia, sobre casillas
nes, porque las maniobras de blancas. Un nuevo ataque con­
las piezas no debilitan una po­ tra el PCR haría peligrar la si­
sición de la misma. forma per­ tuación de las negras, pues es­
manente c o m o lo h a c e un te peón no puede avanzar de­
avance de peones. bido a que el PTR quedaría
La posición del diagrama n9 atacado. y si es capturado. la
43 es de particular interés a casilla 3AR de las negras pron­
causa de que ambos caballos to sería ocupada por el caba­
blancos son las piezas más ac­ llo blanco.
tivas. y un ataque por dos ca­
1 . C2R-3C. DxPA:
ballos prácticamente sin apo­
yo es algo muy raro. Amenazando cambiar las
Existen ya algunas debilida- damas con . . . D4A.
100 EUGENIO ZNOSKO-BOROVSKY

2. T I AD, D7C: lIante combinación, que es el


prototipo de otras de la misma
Esperando utilizar la dama
especie.
para la defensa de 2CR y de
las casillas negras en general Diagrama N'? 44
del flanco rey, lo cual impiden
las blancas enseguida.

3. CST, TITR: 4. T2R, D4R: 5.


P4A, D4C: 6. C5AxPC.

Amenazando ganar la cali­


dad. El caballo no puede ser
capturado a causa de 7. C6Aj.
Si 6 . . . . , TID; 7. CxC; y no hay
defensa contra D4D o D3AD.
La política sobre casillas ne­
gras triunfa.
6. "C4A: 7. CxT, AxC: 8.
"

Blancas: Lasker - Neqras: Bauer


D3AD, P3A: 9. CxPj" qanm.do.
Amsterdam 1889

Tanto las piezas como los


l. AxPj" RxA: 2. DxCj" RIC:
peones pueden ser sacrificados
3. AxP, RxA: 4. D4Cj .. R2T: 5.
para dislocar la posición ene­
T3A, P4R: 6. T3Ti., D3T: 7.
miga, pero esto ocurre sola­
TxDj" RxT: 8. D7D, ganando.
mente c u a n d o e x i s t e una
aplastante superioridad de pie. Los ataques en el centro no
zas atacantes sobre las defen­ son menos interesantes, aun­
soras. En tales casos tendrá que por regla general son más
que disponerse de un adecua­ fáciles de ·manejar. Examine­
do número de piezas para for­ mos el diagrama NQ 45.
zar el mate, con tal que ellas Los detalles esenciales de la
tengan un acceso suficiente­ posición son los siguientes: el
mente rápido a la posición del rey negro se encuentra aun en
,

rey hostil. su casilla original en el cen­


La posición del diagrama nQ tro: su PD es el pilar de su de­
4 1 e s demasiado bien conoci­ fensa, y con su caída el cen­
rkr poro requerir algún comen­ tro de peones blancos decidi­
tario. Será suficiente mencio­ ría la partida. Podría salvarse
nar las movidas de esta brí- el rey negro enrocándose en el
EL MEDIO JUEGO EN A.JEbREZ 101

flanco dama; esto debe ser bimÍclU los peones y renova­


impedido. Antes de que pue­ rían el ataque con el peón de
da enrocar el AD debe mover­ 2AD. En cualquier caso éstas
se, con preferencia a 3R pw a obtendrían una diagonal abier­
apoyar el PD; esta movida ta para atacar al rey con
también será impedida, o por ASCD.
lo menos obstaculizada en su
eJecucIon.
. . ,
4. A4R.

No sólo ataco"do el PCD, si­


Diagwma N9 45
- no wnenazando tCll i1bién avan­
zar el PD, macando al alfil que
había logrado descurollarse y
resulta UD punto de ataque
pena las fuerzas blancas.

4. . . . • P3AD: 5. P5D.

Aquí las blancas podían ha­


ber sacrificado la calidad con
5. TxP, con un fácil triunfo.

5 • ... . .• A4AD:

Prolongando la agonía con


el sOClificio de una pieza.
Blancas: Splelmalin • Nec;rras: BetI
Abbuzla 1912 6. RIT. AxC: 7. PxA. CXP:

ResumIendo, el objetivo es el Las blancas amenazan D7Dj.


avance de los peones centra­
8. AxA. DxP: 9. AxP¡'R. TIT:
les y la apertura de las colmn­
ID. TRxP. TID: 1 1. DxPC. DxA:
nas del centro enfrentando al
12. A6C.
rey, y los caminos para ello
son la columna CD abierta y Todas estas maniobras de
las diagonales de los alfiles. ataque son comporativomente
l . T I C; C ID: 2. P4A,' simples. Existen ejemplos mu­
3.
cho más complicados en los
C3R, PXP:
cuales el juego es extremada­
En lugar de esto las negras mente difícil. donde el plan bá­
debieron proteger su PD con sico intentando la ruptura de
3. . P3AD¡ las blaJlcas Cam-
• • la defensa, requiere una minu-
102 EUGE�IO ZNOSKO-BOROVSKY

ciosa investigación. Una con­ 1 . D3R. P3A: 2. A4T. C2R: 3.


tinua búsqueda de nuevos A3C, P3A: 4. D3C, P4T:
puntos tácticos es necesaria y
El objeto de esta movida no
debe extraerse ventaja en ca­
es atacar al AR blanco. sino
da oportunidad y de toda de­
defender el flanco rey con la
bilidad en el campo enemigo,
TD desde 2TD. Para ello de­
para aumentar la presión.
ben desalojarse las piezas de
El ejemplo del diagrama n9
la segunda fila.
46 es mucho más complejo.
5. P4T. C2A: 6. A3R. P3C; 1.
Diagrama NI' 46
T4T. R I A: 8. TDI T. C I C:

Las blancas han anibado a


la posición deseada. Casi to­
das sus piezas pueden parti­
cipar en el ataque. Ahora es
cuestión de quebrar la resis­
tencia de las negras, forzando
el cambio del alfil y poniendo
en actividad su propio AD, que
hasta ahora sólo mantuvo una
situación vigilante.

9. D3A, AxC: 1 0. PCxA, T3D:


1 1 . DST. T2T: 1 2. D6C.
Blanc.: Capablanca • Neqr. Marshall
Match 1909
Con la eliminación del alfil
negro las casillas blancas son
Los puntos principales ha
inmediatamente ocupadas por
hacer notar son: la columna
las fuerzas atacantes. Ahora
TR; la d e b i l i ta d a diagonal
las blancas amenazan T7T.
2TD-8CR; y la ubicación del
caballo en 5AR. Forzando el 1 2. . . . , C2A-3T: 1 3. TxC.
cambio del AD negro las blan­ PxT: 14. AxPi.
cas debilitan todas las casillas
blancas en el campo enemigo Sacrificando la calidad las
instalando su dama allí. La blancas han puesto en activi­
presión de ésta, unido a las dad su AD y ahora su su­
dos líneas abiertas son sufi­ perioridad material resultará
cientes para triunfar. aplastante.
1 03

14• .R2R: 15. D7Tj


. . • •• RIR: entonces como crean casillas
1 6. DxCj R2D: 1 7. D7Tj
•• .• D2R: fuertes en 6D y 4AD. a las cua­
1 8. A8A. DxD: 1 9. TxDj •• RIR: les poco después se agregará
20. TxT. 5AR. todas las cuales serán
ocupadas sucesivamente por
Las negras abandonaron.
los caballos. La tarea de las
Todavía más difícil es el blancas resulta más fácil por
ataque cuando es conducido. el hecho de que las negras
no como aquí en una zona de­ han debilitado su flanco rey
terminada. sino sobre todo el con . . . P4CR; pero este avan­
tablero. Pero el ejemplo del ce fué realizado en réplica a
diagrama nI? 47 es suficiente­ la amenaza P4AR de las blan­
mente complicado. cas. que es precisamente la
manera en que una debilidad
Diagrama N'1 47 debe ser explotada en el cur­
so de un ataque_

1 . P4A. PCxP: 2. PCxP. R2C:


3. PxPR. PDxP: 4. PSA, PxP: 5.
CxP. D3A: 6 . C4AD. C3C: 7.
C6D.

Este caballo no puede ser


capturado a causa de 8. CxC.
ganando una pieza. Todas las
maniobras blancas fueron eje­
cutadas con la mayor preci­
sión y rapidez.
7. . . . • A3R: 8. CxA.
Blanc.: Boh'innlk - Negras: Tarlakower
Nottingham 1936 Las blancas desdeñan la
ganancia de O la éalidad; están
Como en los otros ejemplos. jugando en procura del mate.
los puntos esenciales son: la
8. . CxC; 9. TxC.
apertura de líneas y la crea­
. . •

ción de puntos fuertes. Nótese. y ahora son las blancas


por ejemplo. cómo las blancas quienes entregan la calidad.
abren aquí dos líneas para su El rey negro es privado de to­
TR y AD: la columna AR y la das las fuerzas defensoras. y
diagonal lAD-6TH. Obsérvese las piezas blancas (dama. to-
104 EUGENIO ZNOSKO·BOROVSKY

rre. alfil y caballo} fuerzcm el Cuando se inicia el ataque, el


triunfo. adversario no se resigna a
una defensa pasiva; por el
9• . . . • RxT: I D. DST.
contrario. inicia un contraata­
Una importante movida que que en el otro flanco. En esta
no sólo amenaza DxPTj y ASC .• forma las negras deben con­
mate, sino que también allana ducir su ataque y protegerse
el camino para la torre restan­ al mismo tiempo de los asal­
te. Las negras están impedidas tos de su oponente en otro
de proteger el PTR a causa de sector.
TIAj. y el PAR cae.
Diugluma NI? 48
ID • . . . • CSC: l l. CSA. T I CR: --.=

El caballo no puede ser to­


mado a causa de que si 1 1 .
AxC; 1 2. PxA. ataca la
. . .•

dama.

1 2. DxP. AxP: IS. TID.

Súbitamente. y quizás ines­


peradamente, la columna de
dama abierta decide la parti­
da. Pero en este momento las
blancas podían ganar por va-
nos caminos.
• •

Blancas: Alekhlne _ Neqras: L6vltdd


IS. . . . , TDlD: 14. DSCJ., Vilnu 1912
RSR: 15. TxT, PSA: 1 6. TxT,
CSA: 1 7. D7C. Primeramente veamos como
las negras asumen la iniciati­
Las negras abandonaron. va paralizando las fuerzas ene-
mIgas.

F i n a 1 m e n t e presentaremos
un ejemplo aún más compli­ 1. . . . CxC:
cado.
El aspecto más notable en Allanando el camino para
la posición del diagro illa n9 48 su PAR.
es que. por el momento, no hay
2. AxC. CSD:
signos de un ataque; éste debe
ser creado en el lugar elegido. Atacando al PR blanco.
EL MI!lDIO JUEGO E N AJEDREZ
105

3. D l D. A5CR: 1 2. D3A.

A t a c a n d o nuevamente al El PAD debe ser protegido.


mlsmo peon.
. ,

12 • . . . P4TR:
4. TIR.
Una nueva ola en el ata­
El PAR ahora se toma débil;
que. Si las blancas capturan
un blanco para el ataque con­
el peón. el alfil nuevamente
centrado de las negras.
volverá a actuar. y se amena­
4 • . ... . • P3AD: zará . . . P6A. Por otra parte.
el PCR no puede ser protegi­
Para permitir el avance del
do; por ello las blancas toman
PAR.
medidas para traer la dama al
5. A2C. P4A: flanco rey. con propósitos de­
fensivos.
Amenazando ... PSA; abrien­
do la columna AR. con el ata­ 13. P4D. PTxP:
que de la torre sobre el PAR
blanco. Las negras. por consiguien­
te. se abstienen de capturar el
6. P3T. A4T: 1. P4CD. A2T: PD. pues entonces las blancas
8. C3C. PSA: 9. P4C. dispondrían de una excelente
Cerrando la diagonal para diagonal (I TD-7CR) y amena­
el alfil. sin abrir la columna zarían al PAR.
para la torre; pero esto crea
1 4. PTxP. A4D:
una nueva debilidad y permi­
te a la dama enemiga partici­ Mejor que 1 4 . DxP; des­ . . .

par en la lucha. pués de lo cual las blancas


todavía sostendrían la situa­
9 DST: I D. PSA.
ción con PDxP. P3A. etc. Co­
• . . . •

Cerrando la diagonal del mo ésta es la única pieza que


otro alfil; la batalla ruge en protege al rey blanco. es eli­
tomo a las líneas abiertas. minada.

ID • . . . • CxC: 1 1 . DxCi •• A2A: 15. PDxP. AxA: 16_ RxA.


DxPCi.: 17. RIA. PxPA.
El alfil se ha retirado per­
diendo un tiempo y ahora Amenazando a v a n z a r este
amenaza tomar parte en el peón. abriendo así una diago­
ataque sobre otra diagonal. nal para el alfil.
106 E C GE�IO ZXO S K O · BOROVSKY

18. PxP, AxP: 1 9. DxA, D6Tj.: bando posee una cierta venta­
20. RIC, T4A: 2 1 . D4Ai R I T:
•. ja y el interrogante es: ¿cómo
podemos explotar y aumentar
Las blancas están perdidas.
nuestra ventaja cuando por
Se encuentran amenazadas de
uno u otro motivo un ataque
mate o las negras doblarán las
no es posible?
torres. Si 22. AxP, DSCj., ga­
Ello requiere un método más
nando el alfil.
sutil y difícil que un mero ata­
22. DxPAR, TxD: 23. AxT, que, y esto por varias razo­
T I AR, qanando. nes. Primeramente en un ata­
que el objetivo es más claro,
y en cansecuenca, mucho más
b) Maniobras.
fácil decidir dónde ubicare-
En p o s i c i o n e s manifiesta­ mas nuestras fuerzas y que
,

me!lte superiores un ataque es unidades en particular son in­


a veces imposible a causa de dispensables. Por otra parte,
que la ventaja no es suficien­ los medios de conducir un ata­
temente amplia, o porque un que son bien conocidos: líneas
posible objetivo no es bastante abiertas, ruptura de la cadena
importante, o debido a que no de peones, avance de nues­
se disponen de fuerzas nece­ tros peones al asalto y concen­
sarias. También con frecuen­ tración de nuestras fuerzas so­
cia las características de una bre una evidente debilidad. Fi­
posición no son favorables pa­ nalmente, las amenazas son
ra un ataque; las posiciones mucho más directas y las pa­
cerradas raras veces son so­ sibilidades defensivas bastan­
metidas a un vivaz. ataque. Por te más fácilmente visibles.
esta razon encontramos a me- La primera dificultad que
,

nudo los estados iniciales del surge de este tipo de manio­


medio juego ocupados por ma­ bras consiste en que el adver-
niobras preparatorias. E s t o sarlO cuenta con un gran nu-
. ,

ocurre, por ejemplo, inmediata­ mero de posibles réplicas. im­


mente después de la apertura. posibles de prever aún en la
cuando las posiciones son siguiente movida. Para no per­
iguales, antes que el equilibrio der nuestro camino en una
entre ambas partes haya sido multitud de variantes, en lo
turbado. posible debemos tener el más
Por el momento estamos tra­ claro concepto de lo que nece­
tando con posiciones donde un sitamos lograr. Una noción ge-
E L MEDIO JUEGO E N A.JEDREZ 107

neral no será suficiente. Como Diagrama N9 49


punto de partida primero debe­
mos establecer en qué consis­
te nuestra superioridad. y lue­
go determinaremos en dónde
puede ser descubierta la real
debilidad de nuestro oponen­
te. Es mucho mejor tener un
objetivo restringido. pero bien
definido (por ejemplo: crea­
ción y ocupación de un pun­
to fuerte. asedio de una ca­
silla débil en el campo ene­
migo. apertura de una colum­
na. etc.). que explorar en un Blanc.: Bolwinnik - Negr.: Capablanca
laberinto de generalidades sin Moscú 1936
un propósito fijo. La dificultad
real puede ser hallada aún en aunque no prevenga futuros
posiciones bien equilibradas; ataques. concederá inmediata­
donde existe una ventaja es mente libertad de acción a las
solamente cuestión de un jue­ fuerzas negras. En la actual si­
go cuidadoso y perseverante. tuación todas las piezas ne­
tanto para ver el objetivo bajo gras permanecen confinadas
una luz más clara como para en dos filas para la protección
discernir los medios para al­ de su importante peón. Sin em­
canzarlo. bargo. puesto que el peón po­
Examinemos p r i m e r o una drá ser defendido tantas veces
ilustración muy simple en el como puede ser atacado. ¿có­
diagrama n9 49. Aquí las ne- mo podrán las blancas au­
gras henen un peon muy re- mentar su v e n t a j a? La res­
- ,

trasado s o b r e u n a columna puesta se encontrará en el he­


abierta; ésta es su debilidad y cho de que la mencionada
allí radica la ventaja de las ventaja es de espacio. Las
blancas. blancas no deben buscar ame­
Estas concentrarán todas sus nazas; más bien tratarán de
fuerzas contra este peón y. en restringir a su oponente cada
primer lugar. i m p e d i r á n su vez más y. finalmente. forzar a
avance. Ello es de gran im­ sus piezas en una situación
portancia. pues dicho avance, aproximada de ahogado.
108 EUGENIO ZNOSKO·BOROVSKY

I . P4R, TD ID: 2. TDID. D2C: 1 5. T I AD, D2C:


3. P3A. CI R: 4. T2D, P4A: 5.
El caballo no puede mover­
TR l D, A4C:
se a causa de que sería ame­
El peón no puede ser cap­ nazado CxP nuevamente. Aho­
turado: si S. . . . , PxP; 6. DxPR, ra es claro el motivo porque
DxD; 7. CxD. P3D; 8. A3T. se movió el caballo a 4AR:
con una torre en 1 0 negro. el
6. T3D, A3A: 7. PSR, A2R:
PD está clavado y el PR tam­
8. D2A.
bién se torna débil e insufi­
Para ubicar la dama detrás cientemente protegido.
de la torre.
1 6. TxC.
8 , T2A: 9. D2D, A5C: 1 0.
Esto gana un peón, y con
• . . .

P3TD, A l A:
ello la partida. La estrategia
Si 1 0. . . . , AxC. las negras de las blancas queda así jus­
perderían su única pieza acti­ tificada. pero posiblemente hu­
va. Tarde o temprano el alfil biera sido mejor mantener la
blanco atacará la TD y el PD presión en lugar de conformar-
se con una pequena ganancla
- .

caera.
,

en material. Continuando con


1 1 . C2R. C2A: 1 2. C4A. P3C: 1 6 DST y después de 1 6. . . . ,
.

1 3. P4TR, P4CD:: T I A; 1 7. T3D 3A , las blancas


-

habría forzado a abandonar a


Las negras están sofocadas;
su oponente.
ahora intentan una diversión
que les costará un peón, pero 16 . . . . , DxT: 1 7. CxPR, PxC:
les concederá algo de espacio 1 8. TxT, etc.
par<;r respirar. La continuación
El siguiente ejemplo muestra
lóqica hubiera sido 1 3. . . ,
la manera de extraer ventaja
.
J

A3T; pero las blancas gana-


de una columna abierta (dia­
rían un peón con la combina­
grama n9 50,.
ción siguiente: 1 4. CxPR, AxD.
(14. . . . , CxC; 1 5. DxA); 15. Habiendo las blancas debi­
CxT. D . . . . ; 1 6. CxT, RxC; 1 7. litado las casillas negras en el
TxA, y el PD ya no puede ser flanco rey del enemigo. con el
defendido. avance de su PTR. han creado
do también puntos muy fuer­
1 4. PxP, DxP:
tes en SR y SAD, Y ahora tien­
Si 1 4 . . . . , CxP; 15. CxPR. den a ocuparlos. Un ataque
EL M E D I O JVEGO E N A.JEDREZ 109

Diagrama N9 50 4. ARxC, PxA: 5. C5R.


Ahora las blancas atacan al
alfil dos veces y al PAD al
mismo tiempo. Si S. . . . , AxC
(4A); se pierde una pieza des­
pués de 6. PxA.
5. . . . , AxC (4R): 6. AxC,
A3D:
Si 6. . . . , T 1R; las blancas
continúan con 7. PxA, TxA; 8.
C4R. con la doble amenaza
C6Aj. y D6D.
7. AxT, AxA: 8. CxA, TxC:
Blancas: Alekhine - Neqras: Rublnstein
La Haya 1921
y las blancas ganan. con la
calidad de ventaja.
en el flanco rey parece opor­ El siguiente ejemplo (diagra­
tuno, y muchos jugadores en ma n9 5 1 ) es más complejo y.
esta situación se habrían em­ al mismo tiempo. muy bonito;
barcado en él sin hesitar. Pero su juego posicional es de la
en tal caso las negras obten­ más alta calidad.
drían contrachances en el flan­
co dama, después de ocupar Diagrama N9 51

su fuerte casilla en 4AR y uti­


lizando ampliamente la colum­
na AD abierta.
1 . C I A, T2A: 2. C3C, C4T: 3.
CSA, CSA:
El caballo no puede ser to­
mado a causa de 3. . . . , AxC;
4. PxA, DxP; S. A4D, D3A; 6.
C5R. D. . . . ; 7. C4C, amena­
zando C6Aj., y el ataque con­
tra el rey está en ejecución.
¡Cuántos ataques se produ­
cen simultáneamente en varias
partes del tablero! ¡ Este es el Blancas: Botvinnik - Ncqras: Flohr
gran ajedrez! Moscú 1936
1 10

Esta posición puede servir La maniobra que comenzara


como lección respecto a la fa­ en la primera movida. se ha
se intermedia entre la apertu­ completado ahora. Las torres.
ra y el medio juego. así como han sido dobladas sobre la co­
también en el tratamiento de lumna de dama.
una ventaja en espacio. Es evi­
7 . . . CIAR; 8. C3A. D2A; 9.
dente que tal ventaja existe
C5R.
aquí y no sorprenderá ver al
atacante proceder lentamente La maniobra del caballo es
y sin amenazas directas. Re­ pintoresca; ha empleado cua­
querirá mucho tiempo aumen­ tro movimientos para comple­
tar esta pequeña ventaja y tar un círculo. solamente para
conducir al éxito la partida. retornar a la casilla desde don­
de partió ! Pero ahora las ne­
1 . T3A.
gras no pueden cambiarlo pues
Un simple anuncio que las las blancas obte!ldrían el do­
negras. después de todo. tie­ minio permanente de la colum­
nen que encarar un ataque. cu­ na de dama.
yo aviso no pueden desaten­ 9 C3C - 2D; 1 0. D2D.
der. Pero la verdadera inten­
. . . . . •

A2R;
ción de las blancas es doblar
las torres y operar en el centro. Las negras nuevamente ame­
nazan cambiar los caballos.
1 . " . D l R: 2. T lD. T 1 D: 3.
P3CD. 1 1 . C3A. C3A;

Las blancas liberan su da­ Al mismo tiempo han abier­


ma; de hecho. existen ahora to el camino de SR para su
posibilidades de ataque. caballo.

3 . . . . . • P4AR; 4. C3D. 12. D I A. C5R; 1 3. C5R. CxA;


1 4. RxC. C2D; 1 5. D3R. CxC;
Evitando ahora el cambio de
caballos que cerraría la colum ­ Puesto que las blancas ya
na de rey para las blancas. no pueden monopolizar la co­
Solamente cuando la columna lumna de dama. entonces las
de dama se encuentre bajo su negras cambian el terrible ca­
entero control, éstas consenti­ ballo blanco.
rán el cambio. 1 6. PAxC. D4T: 17. P4TD.
4. A3A: 5. A2A. D2A;
. . . • T2D: 1 8 P3C. D lD; 1 9. R2C A4C
6. CI R. TR IR: 7. TR3D: 20. D3A. D2R; 2 1 . P5A.
EL :r.I EDIO JUEGO E N AJEDREZ 111

El plan de las blancas pare­ 29. PRxA,


cía ser el avance del PD, y las
Nótese que todas las captu­
negras se dedicaron principal­
ras de peón son efectuadas ha­
mente a prepararse para tal
cia el flanco dama, mientras
eventualidad. Pero ahora las
que el flanco rey es olvidado.
blancas se embarcan en otro
Esto muestra una verdadera
esquema que no hubiera sido
visión de la situación.
factible si las negras tuvieran
todavía un caballo (éste, apos­ 29 •, D4T: 30. T3D-3C, TIR
. . .

tado en 4D, hubiera sido un 31. D2R. D I T:


Olma d e m a s i a d o poderosa.)
Con la movida del texto las La amenaza de las blancas
blancas amenazan P4CD - SC. es D4A, T6C, D4C, ganando un
peon.
,

Las negras detienen este avan­


ce, pero surge otra amenaza:
32. T3R, R2A: 33. D4A,
la penetración del c a b a 1 1 o
blanco en 6D. Ahora que las blancas te­
nían más o menos ganada la
2 1 . . . . P4TD: 22. C I C, DIA: partida, cometen un pequeño
23. C3T, AlD: 24. C4A, A2A: error que concede al oponente
25. C6D, una oportunidad táctica ines­
perada. ¡Una notable demos­
Otro extraño viaje del caba­
tración de la necesidad de
llo desde 3AD a 6D en cuatro
mantener una constante y fir­
movidas.
me atención!
25 . . . . , T I C: 26. T I CD, 33 . . . . , P4CD:

Amenazando P4CD. Las ne­ Este peón no puede ser cap­


gras siempre se ingenian para turado a causa de 34. . . . , PxP
hallar movidas defensivas que j. d.; ganando la dama. Así las
les permitan justamente soste­ negras se desembarazan de su
ner la posición. Pero las juga­ débil y retrasado PCD.
das, están escaseando para
34. D2A, TxP:
ellas.
Las negras creen que, gra­
26 . . . . , DlD: 27. P4CD, PxP:
cias al leve error de su adver­
28. TxP, AxC:
sario, pueden librarse de la
La única manera de preser­ presión con un juego combina­
var el PCD. tivo. Algo mejor hubiera sido
1 12 EUGENIO ?:NOSKO-BOROVSKY

34 . . . . T2T; aunque en este juego. Aún con una ventaja


caso las blancas disponen de numérica, en el medio juego a
una combinación, como sigue: veces debemos afrontar una
35. P5D, Y si 35 . . . PAxA; 36. pérdida debido a consideracio­
TxPC, o si 35 . . . , PRxP; 36. nes posicionales; si entonces.
DxPJ. podemos provocar un final, nos
será posible explotar al máxi­
85. PxT, P4AI.d.:
mo nuestro m a t e r i a l extra ,
Es evidente que en su 33<;1 siempre que estemos suficien­
movida las blancas debieron temente familimizados con las
alejar primero su rey de la dia­ condiciones del final de parti­
gonal y de la distante amena­ da, sabiendo si este cambio es
za de la dama negra. en cualquier caso deseable o
no.
36. R3T, PxT: 37. D7Aj., R I C:
Diagrama NC? 52
38. P7D, ;4UlCiJldo.

El conocedor apreciará cuán­


to más contiene un juego de
este tipo que una simple com­
binación, aunque brillante. El
estudioso que haya analizado
esta pOltida con suficiente cui­
dado, no sólo interpretará el
sentido de cada movida indivi­
dual. sino también el de las
vmias series de maniobras. Se
encontrará así mejor armado
para sus propias luchas.

Blancas: Tchigorin·Neqras: Blackbume


e) PIlOVOCACION DEL FINAL
Hastings 1895

Hemos examinado ya algu­


nos ejemplos de la tIansición En la posición mostrada en
entre el medio juego y el final. el diagrama N9 52, las blancas
Debemos siempre tener presen­ poseen una substancial venta­
te que esta transición frecuen­ ja en los tres elementos. mien­
temente resulta un método de tras que las negras ocupon la
acentuar algunas ventajas que columna AR abierta, con su ar­
son de poco valor en el medio tillería pesada, clluenozclildo al
EL MEDIO JUEGO EN AJEDREZ 113

PAR. La protección de éste ata­ Más decisivo hubiera sido,


ría al total de las fuerzas blcm­ quizá, 4. R4R.
caso La ventaja real de las
4. . . . , AxA, s. TxA, TxPDj.:
blancas consiste en un peón
6. TIR-3R, TxTj; 7. RxT, T IA:
extra, el PD, que se halla re­
8. T6R, TI CD: 9. R4R,
trasado y no puede ser apro­
vechado en el medio juego; si y el triunfo para las blan­
ellas solamente pudieran arri­ cas es fácil pues, además del
bar a un final facilmente po­ peon extra. su poslclon es muy
, .. .. ,

drían explotar a este peón, y superior, con el rey en el cen­


con los alfiles del mismo color, tro y una torre activa contra
y los peones negros del flanco una paSlva.

dallla sobre casillas del mismo En este ejemplo. las blancas.


color del alfil, la victoria pre­ después de los cambios se han
slUuiblemente les será favora­ ingeniado para mantener el
ble. No sorprenderá, por estas peón de ventaja; todavlCl es
razones, ver a las blancas efec­ más provechoso c u a n d o la
tuar lIna serie de cambios pa­ ventaja original aumenta du­
ra provocar el final. Su método rante la transición entre el me­
es de amenazas directas, pero dio juego y el final. Mucho
podemos imaginar otro proce­ más difíciles, y no poco fre­
dimiento: protección gradual, cuentes, son los casos donde
contra todos los ataques ene­ la ventaja existente antes de
migos, realizando todos los la transformación, cambia: en
cambios posibles en el proceso. carácter o en valor durante es­
ta fase de la partida. Es cues­
l. PU" D3A: 2. D3A, DxDj.:
tión entonces de juzgar cuida­
3. RxD, TID:
dosamente si no es mejor man­
Si 3 . . . . PXP; la gran diago­ tener la ventaja existente y
nal del alfil y la columna de continuar el combate del me­
rey son abiertas simultánea­ dio juego.
mente, concediendo a las blan­ En el diagrama N9 53 las
cas oportunidad para un ata­ blancas poseen una marcada
que decisivo: 4. T7R, (amena­ ventaja en tiempo. habiendo
zando TxA y AxPj.), PxPj.d.; desarrollado ambos caballos,
S. R2C, T7Aj.; 6. R I C. A l D; 7. mientras que el eH de las ne ­

AxPj., ganandc. J a calidad. gras aún no se ha movido. y


su eD se encuentra en uno
4. AxP, cesfavorable ubicación en 3TD
1 14 EUGENIO ZNOSKO-BOROVSKY

Diagrama NI? 53 neza". Si después de 1 . . . .

O-O-O; las blancas siguen


con 2. CxPTj., la continuación
es: 2. . . ., RIC; 3. C7T-SC,
P3AD y el caballo deberá ale­
jarse dejando a su compañero
bajo los fuegos de la torre.
Las blancas deben hallar
una defensa contra esta ame­
naza pues de otro modo las ne­
gras completarán su desarrollo
y la ventaja en tiempo de las
blancas desaparecerá por com­
pleto. Como sabemos, una ven­
taja en tiempo no puede ser
Blancas: Tarrasch Negras: Mieses
mantenido, excepto por medio
-

Golcborg 1920
de amenazas constantes. Aho­
Además el enroque en el flan­ ra es el instante crucial; las
co rey requerirá tiempo, mien­ blancas han arxibado a la
tras que el enroque largo cos­ cumbre de su ventaja y, a me­
tará un peón. Las negras no nos que encuentren "algo", co­
pueden expulsar el caballo menzarán a descender. Este es
avanzado con . . . P3AD a cau­ también el momento de cam­
sa de C6Dj. Entretanto las blan­ biar la ventaja en tiempo por
cas juegan TR IR Y si las ne­ una en otro elemento o, alter­
gras replican . . . C2R; el rey nativamente, intentar pasar al
blanco sale de la columna de final de partida. La padida,
rey y el caballo negro queda­ continuó como sigue:
rá clavado. Si en lugar de . . ,
l . TRIR, 0-0-0; 2. CxPj.,
C2R; las negras juegan ... C3A;
RIC; 3. C7T·6Aj.; PXC; 4. CxPj.,
nuevamente el rey blanco sale
RIA; 5. CxT, RxC;
de la columna, esta vez con
jaque y al obligar a moverse y hemos arribado al final,
al rey negro éste interrumpirá donde las blancas tienen una
la conexión entre ambas to­ torre y dos peones pasados
rres. Así pues, la ventaja de unidos contra dos caballos;
las blancas parece abrumado­ ¿Será suficiente para vencer?
ra. Pero en una de las varian­ Probablemente lo es (en la par­
tes mencionadas hay una "fi- tida ganaron realmente las
EL MEDIO JUEGO EN AJEDREZ
115

blancas), pero la ventaja ori­ entonces, estaría su ventaja?


ginal era muy pequeña y ge­ Por ello formulan un plan en el
neralmente, después de estos que el sacrificio de este peón
cambios, no puede garantizar­ las conducirá a un final que,
se un triunfo para las blancas, pOSicionalmente estará ganado
para las negras. Es obvio que
Diagrama N9 54 esta clase de juego requiere
un profundo conocimiento del
final y la facultad de visuali­
zar la posición deseada con
muchas jugadas de anticipa-
Clono
- ,

1. D2A; 2. D5C. TD lD; 3.


. . . •

P4TR, TxT; 4. TxT, C5D;

Este es el sacrificio de peón


que fuerza el cambio de todas
las piezas.

5. AxC, PxA; 6. TxP, AxC; 7.


T4AR, D4T; 8. TxTj" RxT; 9.
Blancas: Euwe - Negras: Alekhine
D4Aj" D2A; 10. DxA, DxD; 1 1 .
Match 1935
PxD, P4R; 1 2 R I A, P4CD; 1 3.
R2R.
Otro caso de la misma espe­
cie ilustra el diagrama N9 54. y ahora las negras obtienen
Las negras poseen un peón ex­ una ventaja ganadora con 1 3 .

tra mientras el oponente dispo­ . . . P4T. En la partida real las


ne de un ataque bastante fuer­ negras, sintiéndose seguras del
te; aquellas, naturalmente, de­ triunfo, jugaron negligentemen­
sean arribar al final lo más te . . . P4A; y solamente pudie­
pronto posible, donde su ven­ ron lograr tablas. Es lamenta­
taja será de mayor efectividad, ble que un plan tan profundo
pero no pueden lograrlo sin haya sido arruinado por una
perder su peón extra. ¿Dónde, simple omisión.
CAPITULO In

POS I C I ONES I NFERI ORES

El lector sagaz se sorprende­ Se puede suponer que todo


rá del título de este Capítulo y lo que se ha expresado acerca
dirá, con toda razón, que las de las posiciones superiores,
posiciones inferiores sólo pue­ puede ser también aplicado a
den ser de los mismos tipos las inferiores, y el defensor so­
ya examinados, pero conside­ lo necesita hacer lo contIaxio
rados desde el opuesto punto de lo que se aconseja hacer al
de vista. Esto es verdad, y nos atacante. Hay, sin embargo,
permitirá restringir el número muchos detalles y problemas
de ejemplos y mucho de lo que sobre los cuales el defensor
se ha expresado puede servir­ tiene que reflexionar y que son
nos aquí. Sin embargo existe típicos de la defensa unica­
una distinción: en muchas de mente; los elucidaremos en el
las posiciones mostradas la curso de nuestras explicacio­
nes en relación con las posicio­
ventaja lleva al triunfo porque
nes ilustradas, y especialmente
ella es suficientemente amplia,
cuando tratemos respecto a:
o a causa de que el ataque fué
"Ideas en ajedrez". Previamen­
conducido de manera superla­
te examinaremos las caracte­
tiva, o finalmente, debido a que
rísticas conectadas con las de­
el defensor no procedió igual
bilidades en cada elemento.
en su tarea . Examinaremos
ahora posiciones donde la des­
I INFERIORIDAD EN
ventaja no significa la pérdida
DIFERENTES ELEMENTOS
de la partida en razón de que
no es bastante importante, o el En primer lugar, existe la in­
atacante fracasó en extraer el ferioridad en material, el caso
máximo de sus posibilidades, más simple, acerca del cual
o finalmente, porque el defen­ poco puede agregarse. La des­
sor se ingenió para descubrir ventaja en fuerza no significa
recursos inesperados, necesariamente la péxdida de
EL MEDIO JUEGO EN AJEDREZ 117

la partida, pues si fuera así Diagrama N9 55

ningún gambito o combinaci6n


sería practicable. Pero aún si
el oponente ha ganado una
pieza o peón, no siendo por
una omisión nuestra. tiene que
haber realizado algún esfuerzo
y empleado algún tiempo para
lograrlo. Por ello. casi siempre
h a y a l g u n a compensación.
También psicológicamente. de­
be ser considerado un punto:
el jugador que. tras un soste­
nido esfuerzo. ha ganado al­
gún material. se siente natural­
Blancas: Mieses. Neqras: Capablanw.
mente inclinado a relajar su
Berlín 1 9 1 3
atención. pues habiendo reali­
zado sus intenciones no está
en las mejores condiciones pa­ una torre es más poderosa que
ra la concepción inmediata de alfil y peón. de modo que las
otro plan requiriendo nuevos negras deben evitar anibar a
esfuerzos. Este es el momento un final y tratarán de lograr el
en que intentaremos asumir la máximo de su peón extra en
iniciativa y crear tantas difi­ el medio juego. mientras se cu­
cultades como sea posible. La bren del ataque blanco. Ata­
aceptación pasiva de la situa- que y defensa están mezclados
Clan casI con certeza conduce
. , .
en su primera movida. que ini­
al desastre. cia el esquema de las negras.

En la posición del diagrama 1. . . . • A2R: 2. TD2R. A3A:


NI? 55 las blancas poseen una 3. DST.
ventaja material de torre con­
tra alfil y peón; además ame­ Una movida débil. la dama
nazan iniciar un ataque contra está ahora fuera de juego. De­
el flanco rey. ¿Qué pueden ha· bieron continuar su ataque con
cer las negras para contrarres­ P4CR, D3C, P4TR. PSC. etc.
tar estas circunstancias desfa­
3. . P3TR: 4. P4CR. R2T:
vorables? Algún plan será con­
. •

veniente para intentar utilizar En vista de la amenaza P4CR


el peón extra; pero en el final que ahora sería replicada con
118 EUGENIO ZNOSKO·BOROVSKY

. . . P3CR, ganando la dama. El momento crítico. Las ne­


Así las negras han asegurado gras podían obtener aquí un
enteramente su posición contra peón pasado con 1 0 . . PSD;
.

cualquier ataque en el flanco que en un estado anterior ha­


rey y pueden ahora concentrar bría satisfecho sus ambiciones.
todas sus fuerzas en el otro Pero ahora juegan por algo
flanco, pues estando la dama más. Como este avance habría
blanca fuera de juego sus po­ bloqueado su alfil, y el peón
sibilidades de ataque no son sería facilmente detenido por
despreciables. Incidentalmen­ una torre hostil, emplean todos
te, pelmanecer pasivas sería sus recursos y con la movida
poco juicioso, pues cuando la del texto amenazan ' " P5C;
dama de las blancas logre vol­ que también les concedería un
ver al juego, éstas reiniciarán peón pasado pero sin bloquear
su ataque y jugarán en procu­ al alfil.
ra del final. Cuatro movidas
10. D2C, D5T; 1 1 . R I C, P5C;
antes, las negras quizás pensa­
ron en obtener únicamente un No necesitamos ir más lejos;
peón pasado apoyado por el es evidente que las negras tie­
alfil, pero ahora, gracias al nen ahora una partida activa,
error del adversario, pueden y y que su ataque compensa la
"deben" jugar por un enérgico desventaja material; p o s e e n
ataque. una considerable ventaja po­
sicional suficiente para ganar,
5. RlC, TID; 6. TlD, P4A; 7.
lo cual sin duda lograrán en
D3T, D5T;
breve plazo.
Las negras extraen ventaja, Examinemos ahora el caso
del hecho de que las blancas de la desventaja en espacio.
han abandonado su ataque Aquí es de gran importancia
estImar exactamente en que
.
,

contra el PAR, para poner en


juego su dama y liberar sus consiste nuestra debilidad, y
peones para el avance. Tam­ cuál es la principal amenaza
bién la dama negra ataca la del adversario. Sólo entonces,
TD y el PCR, con 10 cual la será posible remediar la debi­
dama blanca es mantenida to­ lidad y parar la amenaza.
davía fuera de juego. En la posición mostrada en
el diagrama N9 56, que tam­
8. T2R-2D, D5Rj.; 9. R l T, bién ilustra la transición de la
P4CD;; apertura al medio juego, las
EL MElDIO JUEGO EN AJEDREZ 119

negras poseen ventaja en es­ Previniendo la m a n i o br a


pacio. Los análisis demuestran mencionada y también la ame­
que la debilidad de las blancas naza menor AST. Pero el peón
reside en su AD que tiene una mismo es debilitado por este
acción muy restringida; ellas avance. lo mismo que la casi­
podrían comprometer su posi­ lla SAD donde podía estable­
ción con P4R, pero la réplica cerse un caballo .
. . . C4R; de las negras, segui­
3. C2R-4D, C4R: 3. D2R.
do de . . . CSA; apuntando si­
multaneamente al alfil y al Impidiendo . . . CSA; e indi­
PCD es quizás la más seria rectamente protegiendo el PCD
amenaza de éstas. Las negras deberán traer más
piezas y ct::entuar la presión.
Diagrama N9 56
3 • . . . CSR: 4. A lR,

El alfil se halla más restrin­


gido to.iavÍa; pero ahora perci­
bimos las int"'nciones de las
blancas. Como no p u e d e n
abrir una diagonal para su al­
fil con P4R. encuentran una
oportunidad de abrir otra dia­
gonal por medio del avance
del PAR.

4 • . . . , T I A: 5. TDIA, C3D: 6.
C2D,
Blancas: Tarrasch. NegTas: Duras
Una severa lucha se produ­
Hamburgo 1910
ce por el control de SAD de las
negras.
l . C2R,
6 • . . . A3A:
Proyectando desarrollar el
Ocupando la gran diagonal.
alfil a 3AD y con ello eliminan­
con un ataque contra el PCD.
do ambas debilidades al mis­
m o tiempo. puesto que enton­ 7. P3A,
ces el PCD quedaría protegido.
Por fin se ha hecho posible
l . . . . PSC; esta movida. Ahora la fuerza
120 �;UGENIO ZNOSKO- BOROVSKY

de la posición negra radica en ser considerados los planea ul­


la ubicación del caballo en 40, teriores. La partida de este
de donde no puede ser des­ ejemplo terminó en tablas; la
alojado. observación final del doctor
Tarrasch nos da motivo para
7 CSA: 8. CxC, TxC: 9.
pensar: "Las blancas estiman
• . . . ,

TxT, DxT: 10. CSC.


que han realizado bien su ta­
Con vo rios objetivos: defen­ rea, cuando han logrado la
sa del PCD, ataque al PCD hos iqualdad en circunstancias di­
til y retorno de un caballo a fíciles y después de una pobre
4D. apertura".

10 • . . . , DSC: 1 1.A2A, En este ejemplo las dificulta­


des de una desventaja en es­
El principal objetivo de las pacio fueron salvadas por una
blancas ha sido logrado; han defensa pasiva; en casos raros
desarrollado su aUil y las posi­ ello puede ser realizado por
ciones se han equilibrado. La medio de un contra ataque.
partida se encamina hacia un Examinaremos a continua­
vivaz final. ción una posición donde existe
11 • , D4C: 12. DxD, CxD:
. _ .
una desventaja en tiempo.
lS. T2D, etc.
Diagrama N9 57
Dificilmente s e encontrará
una mejor ilustración del m{!­
todo de igualar una posición
contra una ventaja en espacio,
ejemplo muy instructivo pues­
to que tales posiciones se pro­
ducen frecuentemente después
de una apertura jugada de ma­
nera indiferente ya sea estando
las blancas o las negras en
desventaja. En casos similares,
debe realizarse cualquier es­
fuerzo para restablecer el equi­
librio, sin ninguna intención de
Blancas: Capablanca. Neqras: Znollko­
asumir la iniciativa; inmedia­
Borovski
tamente que esto ha sido lo­
grado, y solo entonces, pueden San Petershur90 1913
EL MEDIO JUEGO EN AJEDREZ 121

En el Diagrama NI? 57 las presentan debilidades en 3D y


blancas poseen ventaja en es­ en las columnas AD y TD; allí
pacio y en tiempo, siendo esta se desarrollará el ataque de
última de mayor importancia las blancas.
aquí, pues la dama y la TR ne­
gras están ausentes del flanco 5. C2D, PXP:
dama, donde un ataque se ha­ Es necesario impedir que el
lla en preparación. Por ello, la caballo blanco llegue a 6D.
primera tarea de las negras es
llevar allí estas piezas con la 6. C4A, C3C:
mayor rapidez y, mientras fre­
nan el rápido desarrollo del Con igual motivo que la mo­
ataque de su oponente, prepa­ vida anterior. Veamos cómo
rar su propio contra-ataque. el las negras protegen su punto
cual por la naturaleza de las más débil.
cosas. deberá ser emprendido
en el centro. 7. C5Ti., H I T: 8. PxP,

1 . A3A, Si 8. CxP. entonces 8. . . .

C4D seguido de . . . PSA. Co­


Eliminando el vigoroso alfil m o estamos tratando respecto
negro. su mejor unidad defen­ a la defensa omitiremos el
siva. que al desaparecer crea­ análisis de todas las posibili­
rá además debilidades en 3TD dades de ataque.
y 3AD de las negras. Estas no
pueden impedirlo y entonces, 8 . . . . , C4D: 9. D4D, TI A:
aprovechan el tiempo para
maniobrar sus tropas. Las negras han logrado pro­
teger todos sus puntos débiles
l . . . . TRIR: 8. AxA. RxA: 3. y alcanzaron la igualdad en
P5AD, P3A: tiempo. Las blancas aún po­
seen ventaja en espacio, pero
Previniendo P6Aj. el caballo negro está muy bien
apostado en el centro. Este es
4. C3A, D I A:
el momento crítico. cuando
Las piezas negras están aho­ una ventaja en un elemento es
ra mejor colocadas; disponen convertida en una ventaja en
de más espacio y casi han al­ otro. o cuando el defensor de­
canzado al adversario e n be considerar la posibilidad de
cuanto a tiempo. Pero todavía un contra-ataque.
122 EUGENIO ZNOSKO·BOROVSKY

Dlaqrama N� 58 12. PxC, PxT; 1 3. P6D, T7R:

Podemos llegar a la conclu­


sión de que las negras. no sólo
han conseguido eliminar su in­
ferioridad en tiempo, sino que
también han encontrado una
defensa adecuada contra el
ataque de las blancas. Por otra
parte han ganado la calidad y
en compensación de la peligro­
sa amenaza blanca P7D. dispo­
nen de algunas amenazas que
no pueden ser despreciadas.
Abandonaremos el tema de
1 0. P4A los elementos y pasaremos al
estudio de las "ideas en aje­
El caballo de 4D de las ne­ drez" relativas. en primer lu­
gras es la verdadera base de gar, a las posiciones inferiores.
su defensa; si fuera desaloja­
do ello significaría el colapso
2 VARIOS MEDIOS DE
total de su estrategia. Este es
REMEDIAR LA INFERIORI­
el momento (ver diagrama N9
DAD EN POSICION
58) de iniciar un contra-ataque;
en caso de fracasar. la partida Cuando hemos estimado que
estará perdida. pero también nuestra posición es inferior, el
se perderá si el caballo sim­ procedimiento es determinar si
plemente se retirara. la ventaja de nuestro oponente
10 , P4R; 1 1 . D I C, P5R; es tal que puede aspirar a un
pronto triunfo sin tener que re­
• . . .

Si la torre se aleja. las ne­ currir a medidas extremas. En


gras siguen con 12. . . . P6R; caso contrario. puede ser su
amenazando . . . P7R; o mejor ventaja tan pequeña que de­
aún . . . DxP. Por ello las blan­ berá contar con la probabili­
cas se deciden a convertir su dad de una larga y ardua lu­
ventaja. sacrificando la calidad cha. en el curso de la cual.
para obtener un peón pasado; tendrá que aumentar su venta­
no es muy claro si es con pro­ j a antes de que llegue a pen­
pósitos defensivos o de ataque. sar en forzar el triunfo, o aún
E L MEDIO JUEGO E� AJEDREZ
123

sea necesario para él confiar mos aguardar nuestra ocasión.


en el final. Cuando el ataque es rechaza­
Nuestra estrategia depende do, y la posición enemiga está
de la naturaleza de las res­ debilitada y sus piezas mal
puestas a e s t a s cuestiones. dispuestas para la defensa, en­
Aunque el jugador que posea tonces aparecen nuestras posi­
la ventaja deberá saber ante bilidades. Es en estos casos,
todo lo qué necesita, su adver­ donde los preceptos ordinarios
sario está reducido a conjetu­ de la defensa profunda son
rar sobre los planes e inten­ particulannente v a J i o s o s; el
ciones del atacante; ;pero el el bando débil no deberá abrir
motivo del defensor será no so­ líneas, especialmente donde se
meterse a la voluntad del ata­ encuentran sus debilidades, lo
cante sino tratar de escapar a cual solo beneficiaría al adver­
la presión; de ello surge la sario. Es esencial determinar
necesidad de estar siempre si el oponente está atento a ta­
atentos a la posibilidad de un les preceptos, y si no está
contra-ataque. Esta es una ne­ creando sus propias debilida­
cesidad aún más urgente cuan­ des. Por ejemplo, un ataque en
do estamos en verdadero peli­ el flanco no es admisible, si el
gro; en ello puede estar nues­
centro no está bloqueado o por
tra única salvación. Si, por el
lo menos es fuerte. Cualquier
contrario nuestra posición no
negligencia en este respecto
muestra n i n g u n a debilidad
d e b e r á s e r inmediatamente
real, podemos confiar en una
aprovechada por el defensor y
defensa pasiva que, sin em­
explotada al máximo.
bargo, tratará de mantener
El jugador que se encuentra
comprometidas tantas piezas
en posición inferior, se siente
enemigas como sea posible, y
por cuyo medio podemos obte­ inclinado en todo momento a
ner oportunidades favorables. adoptar una línea de juego en­
Todo ataque implica una teramente opuesta a la que de­
cierta dosis de riesgo, pues sea seguir su adversario. Co­
produce debilidades en uno u mo el oponente es el más fuer­
otro punto, especialmente en el te, no siempre es esto posible,
caso de los peones o donde y en cualquier caso, ello ayu­
existe una congestión de pie­ da frecuentemente a sus inten­
zas sobre un deteIlninado sec­ ciones. Un plan más sutil, que
tor del tablero; entonces debe- no pocas veces tiene éxito, es
124 E UGENIO ZNOSKO-BOROVSKY

aparentar sumisión a los dicta­ troceder y se verá arrastrado


dos del oponente; si él juega por el torbellino hasta que su
buscando el final, permitirle partida estará perdida.
obtenerlo, pero tratar de hallar Entre los varios medios de
alguna "fineza" que anule su contrarrestar una ventaja ene­
ventaja. Un punto puramente miga, los más usuales son: re­
psicológico aparece aquí; con­ sistencia pasiva, contra-ataque
sintiendo al adversario que y transición en un final. Exis­
escoja su propio camino, ello ten algunos casos especiales
probablemente le hará creer por un número de cambios o
que nuestra resistencia ha sido combinaciones cruzadas. Los
quebrada y no podemos soste­ examinaremos con la ayuda
nemos más, y luego es proba­ de ejemplos apropiados.
ble que su esfuerzo se relaje o,
alternativamente, se embarque al DEFENSA PASIVA
en arriesgadas aventuras.
En una situación inferior, en Es imposible promulgar una
circunstancias normales, es fu­ firme y rápida regla deteIlni­
til jugar para vencer mientras nando cuándo una defensa pa­
no se haya logrado la igual­ siva es preferible a un contra­
dad. Pero en la práctica, fre­ ataque; todo lo que puede ex­
cuentemente ocurre que un ju­ presarse es que la resistencia
gador en una posición inferior pasiva debe adoptarse cuando
pasa directamente a una situa­ un contraataque es imposible o
ción de ventaja decisiva, sin su preparaclOn requIere tIem-
.. , . ..

atravesar por un estado inter­ po. Naturalmente ambos pue­


medio. Esto puede resultar de den combinarse y no es raro,
un oportuno contra - ataque y que una defensa pasiva se va­
también de las ocasiones que ya transfoxmando impercepti·
son propensas a presentarse, blemente en un contra-ataque.
cuando el oponente es obstina­ Pero el hecho de que estemos
damente agresivo. Una tenaz reducidos a una defensa pasi­
defensa es probable que induz­ va no es motivo de desespera­
ca al atacante a contraer com­ ción; este procedimiento actúa
promisos indebidos; aún si se satisfactoriamente en un núme­
apercibe que su ventaja está ro de casos sorprendentemen­
desapareciendo gradualmente, te grande; los recursos del jue­
es demasiado tarde para re- go son en verdad infinitos.
EL MEDIO JUEGO E N AJEDREZ 125

Diagmma N9 59 en el ataque a todas las piezas


de las blancas, incluso los peo­
nes. Cuando el ataque sea re­
chazado, el final resultará des­
favorable para las blancas a
causa de la debilidad de los
peones.

l . C5A, P3A: 2. P4C, PXP: 9.


AxPB, C3A:

Es evidente que las negras


desean establecer su caballo
en SR, desde donde ejercerá
una fuerte presión sobre el jue­
go blanco con la amenaza
Blancas: Alekhine. Ne;la8: EUW8
Match
constante de . C7Aj.
1937
. .

4. 030. BIT:
Las blancas en la posición
Las últimas dos movidas pro­
mostrada en el diagrama N9
nostican el sacrificio de las
59, poseen una espléndida par­
blancas CxPTR s e gu i d o d e
tida de ataque, empañada uni­
D6Cj. al cual se anticipan in­
camente por el hecho de que
mediatamente las negras eli­
su PR está precnriwnente apos­
minando el jaque.
tado en SR. Pero sus peones del
flanco rey amenazan avanzar 5. TICB:
"en masa" y, abriendo col1l!o­
Otro ataque más azaroso po­
nas para sus torres, superar la
dría ser iniciado aquí con 5.
resistencia enemigo. Las ne­
PSC, sacrificflndo un peon.
,

gras, por su parte, no disponen


de oportUnidades por el mo­ 5 • . . . • A2A:
mento para un contra-ataque,
Con esta movida las negras
pues . . . P4TD; no será jugable
no intentan actualmente avan­
por largo tiempo, y a lo sumo,
zar su PAD; su deseo es aliviar
conducirÍa al aislamiento del
. . la presión cambiando su alfil
PD. Sin embargo, su pOSlclon
,

pasivo por el alfil blanco, en


no presenta debilidades y ello
extremo agresIvo.

les peIInite esperar, y con \1�a


defensa tenaz comprometeran 6. P4A.
126 EUGENIO ZNOSKO-BOROVSKY

Nuevamente las blancas pu­ Los objetivos y planes estraté­


dieron intentar un súbito asal­ gicos, por su naturaleza. son
to con 6. PSC. La movida del permanentes. Si el jugador los
texto tiene la desventaja de mantiene "in mente", entonces
que las negras pueden, aun­ en el momento oportuno, y con
que no en la próxima movida, más frecuencia que de manera
ubicar su caballo en SR. inesperada, se toman practica­
bles con resultado decisivo. De­
s. . . . , D2A:
jaremos esta posición donde la
Con vistas a realizar ... AxA defensa ha probado su mérito
y . . . CSR; !:on fuerza persuasiva.

7. TD I AR Diagrama NI? 60

El sacrificio del caballo en


7CR nada produciría después
de . . . , TxA; y . . . CSR.

7. . . . , AxA: 8. PAxA, C5R:

Después de esta movida el


ataque de las blancas pierde
intensidad y la ventaja pasa al
oponente; el deseo de mante­
ner el ataque contra viento y
marea costará la partida a las
blancas.

9. P5C, Blancas: KohnIein. NeqraB: TarraBch

El sacrificio 9. CxPT no re­ Nuremberg 1907

sulta a causa de 9. C7Aj.;


Otro ejemplo del mismo tipo
. . . •

1 0. R2C, TxC; 1 1 . TxC, TxPj. etc.


presenta el diagrama N9 60.
9. . . . , PxP; 1 0. CSD, C7 Aj.: Las blancas amenazan atacar
1 1 . R2C, CxD; 12. CxDj., R I C; el PCD. que no puede avan­
13. CxP, T3C; 1 4. P4TR, P4A: zar debido a que entonces po­
drá ser atacado por el PTD.
Con este avance, cuya Además las negras deben pro­
oportunidad estratégica estaba teger su dama que se encuen­
pendiente desde el principio-o, tra sobre la columna CD abier­
las negras obtienen la ventaja. ta; en cualquier caso las blan-
EL MEDIO JUEGO EN AJEDREZ 127

cas le impedirán ubicarse en blancas la oportunidad para


4TD desde donde clavarían al atacar al PTD y PAD.
caballo. La situación de las ne­
9. CSC, R2A; lO. T I C.
gras parece precaria, a pesar
de su peón extra. Sin embargo, No había necesidad de trans­
tienen cierta esperanza futura ferir el ataque al otro flanco.
de obtener un final favorable Debieron jugar C4T para se­
con . , . P3CR; lo cual les con­ guir con T6C. TDICD, CxP,
cedería oportunidades aún en amenazando C6Rj. etc.
el medio juego.
lO • . . . , TD I CR; 1 1 . D2CD,
l. P4TD, D5C; 2. P5T. R IC; 3.
TR I CD. D4A; 4. C4T, D2T; ¡ M a r c h a y contramarcha !
Han perdido un tiempo, pues
Una infeliz ubicación para la la dama no puede amenazar
dama. pero 3D debe permane­ 06C, y sólo queda su ataque
cer libre para el caballo. sobre el PAD.
5. P4A, 11 . . . . • D I C; 1 2. C4T, P3CR;
Amenazando. con P5A, man Con esta movida las negras
tener al caballo alejado de 3D obtienen posibilidades en el
negro. otro flanco. Obsérvese cuántas
5. . . P4A; S. C3A. C I A; 7. movidas han sido realizadas.
C5D. C3D; antes de que sea factible este
a v a n c e. i Qué paciencia y
Las negras han logrado su cuánta seguridad! La principal
objetivo; ahora amenazan ex­ dificultad de tales posiciones,
pulsar al caballo blanco y ga­ consiste en que estas cualida­
nar uno de los peones de 4AD des puramente humanas son
o 4R blancos. Inmediatamente más requeridas que el genio
las blancas se anticipan a es­ del jugador.
ta amenaza.
13. CxP. D2T: 14. D3T. PxP;
I S. TD I C,
8. R3A, P3A;
No había objeción para re­
Las negras se encuentran en
capturar el peón primero.
una situación difícil. Después
de esta movida esperan libe­ I S. . PxP: IS. CxPC, CxC:
. . •

rar su dama, pero su 3CD re­ 17. D7Ri., R I C; 18. DxPA. RIT;
sulta débil y concede a las 19. Tx Ti., TxT; 20. DxPA.
128 EUO E N ro ZNOSKO - D OROVSKY

Amenazando TSC y TxP; pe­ cesidad, de parte del defensor,


ro las negras cuentan con una de comprender exactamente,

defensa que demostrará que el dónde se encuentra su mayor


ataque de las blancas fué con­ debilidad, pues allí debe espe­
ducido sin suficiente cuidado, rarse el ataque más peligro­
descuidando su c e n t r o de so. Careciendo de este conoci­
peones. miento, difícilmente puede es­
perar defenderse con éxito .
20 . . . . , PxP: 2 1 . T6C, P7D: 22.
Hallará réplicas a las amena­
RxP, TlDi.: 23. R3A, T3D: 24.
zas inmediatas, pero inevita­
D7A, TxT: 25. PxT, D IC:
blemente sucumbirá a los "gol­
El doctor Tarrasch observa pes" largamente preparados,
con toda exactitud que las bajo la forma de una extensa
blancas en este momento aún y elaborada m a n i o b r a de
podían lograr tablas con P5A. ataque.
En esta posición las blancas
26. DxPT, C4A: y las negras
poseen una ventaja substan­
ganaron.
cial y un fuerte ataque contra
Diagrama N'? 6 1 el rey enemigo. Las piezas ne­
gras están desfavorablemente
ubicadas; sus alfiles no cuen­
tan con diagonales abiertas y
sus caballos no disponen de
buenas casillas utilizables. Por
el momento tienen a elección
dos movidas : 1 . . . . P5A, con
la cual obtendrían una mayo­
ría de peones en el flanco da­
ma, y 1 . . . . PxP, ganando
un peón, aunque doblado, y
abriendo una diagonal para
uno de sus alfiles. Después de
esta captura, el camino correc­
Blancas: Znosko-Borovsky. Naqras: to de las blancas es abstenerse
Euwe a recapturar el peón, lo que
Broadstairs 1 9 2 1 expondría a sus piezas a cla­
vadas, y concentrarse sobre el
El ejemplo del diagrama N9 peón rival en su 5D (4D ne­
S I nuevamente destaca la ne- gro) combinado con el avance
ÉL MEDIO JUEG O E N AJEDREZ 129

de su PCR. sin omitir, natural­ capturado. Por este motivo las


mente, retirar su rey de un po­ negras necesitan utilizar otra
sible jaque sobre la diagonal pieza para proteger las casillas
negra. amenazadas.
Es ahora evidente que toda
1. ' " PxP: 2. D2C, P6D: 3.
H I T, la segunda fila de las negras
requiere protección; la tercera
Un momento importante para fila está vigilada por la torre
las negras. Deberá prevenirse de 3AD y la primera por la da­
contra las numerosas amena­ ma; allí está también la segun­
zas de las blancas, siendo las da torre para buscar luego la
más importantes el avance del segunda fila. Pero para que
PCR. y el ataque contra el P4D esta protección resulte efectiva
Las negras pueden parar este se hace necesario desalojar de
ataque entregando la calidad la segunda fila todas las pie­
con . . . TSA; pero este sacrifi­ zas que actualmente la ocupan.
cio unicamente facilitaría el Bajo esta luz todas las movi­
avance del PCR blanco. Ade­ das de las negras se aclaran
más las blancas amenazan ju­ facilmente.
gar C4D con un ataque sobre
En un ejemplo anterior (dia·
el PD: si 3. ' " T3D; 4. A4AR.
Si anticipándose a esta amena­ grama N9 46) las negras rea­
lizaron la misma idea defensi­
za, juegan 3. . . . , C IA; enton­
ces 4. CSR, ganando. Por ello va con una torre en 2TD, pero
deberán primeramente contra­ la idea fundamental del ataque
rrestar estas amenazas, pero, siguió por caminos diferentes.
al mismo tiempo, tendrán que y así aquella torre en 2TD no
prever y tomar medidas contra sólo fracasó en su tarea, sino
las futuras amenazas de las que también causó la pérdida
blancas. Si para prevenir C4D de la partida pues fué mereci­
realizan la movida obvia 3 . . . . damente capturada. En el pre­
A4A; renuncian al control de sente caso, los hechos son muy
su SCR que podrá ser ocupado diferentes; las negras han pre­
por el caballo blanco, con una visto las intenciones del ad­
doble amenaza (al alfil y a versario y armonizan su de­
7TR) y perspectivas de futuros
fensa de acuerdo a ellas.
ataques. Esto puede ser con­
trarrestado con... C3A; pero el 3. " " A4A: 4. P6C, PxP: 5.
caballo podrá ser atacado y C5C, C3A: 6. CxA, HxC: 7.
130 lWGENIO ZNOSKO-BOROVSKY

PxPi RI C: 8. TxC, TxT: 9. AxPj


.. tuando a través de todo el ta­
RIA: l O. ASC. blero. Ahora las blancas no
pueden hacer nada mejor que
C o m o estamos estudiando recobrar la calidad, quedando
aquí los métodos de defensa, con alfiles de color opuesto
no nos detendremos a consi­ Una observación más instruc­
derar si las blancas han adop­ tiva no sería contentarse con
tado siempre las mejores mo­
decir vagamente: "La pieza
vidas. Por ejemplo, aquí pu­
que he atacado deberá irse a
dieron ganar una pieza jugan­
alguna parte", sino determinar
do simplemente 1 0. AxT, pero claramente a qué parte deberá
las negras habrían obtenido
ir. Al atacar a la TD las blan­
un fuerte peón pasando des­ cas pensaron que ella tenía
pués de 10. . . . , T7A; 1 1. ASC,
que moverse a otro lugar, y
TxD; 12. AxD, TxPCD; etc. Las
eso es todo. Hemos visto que,
blancas esperan mejores frutos
por el contrario, un retroceso
con un ataque directo. Su idea
bien meditado puede ser de
consiste en que, teniendo que
inestimable valor.
alejarse la TD, pueden conti­
nuar como sigue: 1 1 . AxT, PxA; 1 I . AxT, PxA:
(si 1 1 . . . . , DxA; 1 2. T l AR, ga­
La defensa ha tenido un éxi­
nando la dama); 1 2. P7Cj., R2R;
to brillante.
13. P8C (D). Esta es la combina­
Esto ciena el comentario so­
ción preparada por las blancas
bre defensa pasiva, y ahora
1 0 movidas antes ¿ Tienen las
pasaremos a la defensa activa
negras una defensa válida con­
que conduce al contraataque ...
tra ella?

lO • . . . , T2T b) CONTRAATAQUE

Esta es la defensa. La torre Hemos establecido que todo


domina toda la segunda fila y esquema defensivo debe ser
previene P7C. La tercera fila apto para un posible contraata­
estaba protegida por una to­ que, el cual será preparado en
ne; esta barrera ha sido rota y el momento oportuno. Para ob­
ahora las negras establecen tener éxito, el objetivo básico
otra más fuerte sobre la segun­ de un contraataque, lo mismo
da línea. Ello brinda una mag­ que los medios utilizables pa­
nífica ilustración de los pode­ ra ejecutarlos, deberán ser bien
res defensivos de una tone, ac- conocidos. PeTO la gran difi-
EL MEDIO JUEGO E " AJEDREZ 131

cultad es apreciar el momento molestias, pues la dama negra


exacto para embarcarse en tal se encuentra sobre la misma
contraataque, y aún este es el diagonal que, aún estando ce­
punto más importante. Un con­ rrada, puede ser abierta en
traataque p r e m a t u r o usual· cualquier momento. Descubri­
mente esta destinado al fraca­ mos así el núcleo de un con­
so, tanto como uno que se ini­ traataque para las negras.
cia demasiado tarde. P e r o
cuando se produce oportuna­ 1 . P4C. P3C: 2. C6Tj., R2C; 3.
P5C, A lD;: 4. D3C.
mente y es dirigido hacia ob­
jetivos importantes con fuerzas Con m ú l t i p l e s amenazaE
suficientes, frecuentemente tie­ contra el caballo, el PD y la TD
ne éxito. Se amenaza también transfe
rir la dama a STR via 4T.
Diagrama NI? 62

4• . . . , P3A:

¡ Correctamente jugado ! Las


negras no solamente se deIi.ell­
den sino que procuran abrir la
columna AR, que presiona a
2AR blanco, la casilla crítica
contra la cual deberá ser diri­
gido el contraataque de las ne­
gras. Si las blancas se defien­
den con 5. P4TR, la continua­
ción será 5. . . , PxP: S. PxP,
.

TxA; 7. DxT, AxP; y si 8. DxA.


entonces sigue 8. . . , CSAJ. .

Blancas: Lasker. Neqras: Tarrasch


Match 1908 5. C5Aj., B I T: 6. C4T, PxP : 7.
AxP, AxA: 8. DxA, P6D:
En el diagrama N9 S2. las
blancas se han embarcado en Ahora ha sido abierta la dia­
un violento ataque contra el gonal apuntando hacia 2AR
rey enemigo. La desventaja en blanco; el contraataque de las
su posición consiste en que no negras ha comenzado.
pueden avanzar el PTR y el
9. R I T. T7A:
PAR con la rapidez necesaria.
En particular el PAR causaría La otra torre entra en juego
132 E U G E NIO Z.\"OSKO- BOROVSKY

Una torre en la séptima fila es cesidad puesto que una defen­


siempre peligrosa. Del ataque sa pasiva casi con certeza
original de las blancas nada hubiera conducido al desastre
ha quedado. El caballo blanco de 4D está
clavado y tampoco la dama
10. T3B. TlAxP: 1 1 . C2C. P7D:
puede abandonar la columna
1 2. T I CB. T8AD: 13. D7B. TxTl.:
para desclavarlo pues enton­
14. BxT. P8D(D)j.:
ces el caballo estaría perdido.
y las negras dan mate en Como las negras también mne­
pocas jugadas. nazan ganar esta pieza con . . .

C4A; las blancas se ven impe­


Durante la batalla del Mar­ didas para hacer los prepara­
neo el general Foch escribió: tivos necesarios para el enro·
"Mi frente está roto. mi ala de­ que. Así. pués. el rey deberá
recha está retrocediendo. mi permanecer en el centro; en
ala izquierda está volando: yo tales circunstancias la mayo­
contraataco." ría de los jugadores se desani­
marían. Pero con admirable
Diagrama N9 63
calma las blancas se zafan de
esta comprometida situación y.
ayudadas por algunas movi­
das tímidas del adversario. lo­
gran ganar brillantemente la
partida.
La princIpal debilidad de las
blancas. es la expuesta ubica­
ción de su rey en el centro. y
por ello deberán hacer posi­
ble a toda costa el enroque.
Luego tendrá que atender a su
caballo en 4D; aquí entran en
juego las contraamenazas
Blancas: Lasker. Neqras: Janowskl
l . P4CD. D4R:
Match 1910
Es extraño que Janowski. un
El diagrama N9 63 nos pre­ jugador muy emprendedor. ha­
senta un magnífico ejemplo de ya omitido la continuación l . . .
un contraataque. el cual prac· AxP; 2. PxA. DxP; 3. T I A. C4A:
ticamente se ha hecho una ne- o mejor todavía, la réplica más
EL MEDIO J l' E G O EN AJEDREZ
133

sutil: 1 . . . . , CxP; 2. PxC, AxP; continuar el ataque con 3 . . . . ,


3. TxD, AxCj.; 4. R2R, (si 4. A2R;
A2D, TxC), 4. . . . , AxT, etc.
4. PxC, DxPi.: 5. A2R, A2R:
2. C(3A)5C,
¡ Bien jugado! La TD está
Una defensa muy ingeniosa ahora protegida y otra pieza
del caballo en 4D. Las blancas entra en juego. Si hubieran ju­
podían protegerlo con 2. C(3A) gado 5. . . . , A6C; como se ha
2R, pero su alfil quedaría en­ sugerido, los peligros de la po­
cerrado y se desvanecería toda sición hubieran aparecido cla­
esperanza de enroque. Ahora ramente después de 6. CxPj.,
tienen posibilidades de ata­ R2A; (si 6 . . . . , R IC; 7. C4DxCj.)
que. Por ejemplo, contra 2 . • . . 7. C)4D5Cj., R3C, (si 7. . . . ,
P3T; pueden jugar 3. D IA, cla­ R I C, 8. DxTj., seguido de 9.
vando al CD enemigo, con un T8A mate); 8. TxCj., PxT; 9.
fuerte ataque: 3. DIA, PxC; 4. DxTj., ganando.
CxC, PxC; 5. DxPj, D2A, 6. D6Tj
etc. Más fuerte aún sería 3. 6. T3A,
CxC, TxDj.; 4. TxT, y es difícil
Si la dama se mueve las
para las negras defenderse
blancas podrán enrocar, man­
contra las múltiples amenazas
teniendo su ataque contra el
de las blancas. La posición es
rey enemigo. ¿Deberán las ne­
plena de combinaciones poten­
gras ceder su ventaja o conti­
ciales.
nuar el ataque? En este último
2. . . C4A: caso tendrían una combina­
El rey no puede alejarse a ción interesante, como sigue: 6.
causa de 3. CxCj. que tornaría . . . , DxTj.; 7. CxD, CxC; con
fácil el juego de las blancas. muchas perspectivas. Pero una
vez más no contaron con la de-
3. TIA, . . .
ClSlon necesana.
,

Clavando el caballo enemi­


6 , A5Tí.: 7. P3C, D5R:
go las blancas se aseguran el
• . . .

suyo, y entregan un peón pa­ Si las negras hubieran repli­


ra aliviar la presión. cado anteriormente 3. ... A2R;;
su dama aún estaría en 4R y
3 . . CxA:
ahora podrían continuar con 7.
. o ,

Aceptar la oferta es dudosa • .AxPj.; demoliendo el flan­


o ,

política. Las n e gr o s podían co rey de las blancas.


134 EUGENIO ZNOSKO-BOROVSKY

8. O-O, A3A: 9. TxA, sus piezas están mal ubicadas.


También amenazan las blan­
Las blancas, por el contrario
cas iniciar un ataque en el
contraatacan con vigor, elimi­
flanco rey con 1 . P4CR, o al­
nan una de las piezas que ata­
ternativamente, comenzar una
can su caballo y como la TR
acción en el otro flanco apun­
enemiga está fuera de juego,
tando a las casillas débiles
cuentan con una pieza extra
6AD, 6D Y 6R. Por ello las ne­
para participar en el ataque.
gras conceden al oponente la
9. . . . , PxT: 10. A3A, D4R: oportunidad de realizar una
combinación que, sin embar­
Tres piezas blancas están go, elimina al agresivo alfil
ahora atacando al caballo, que blanco.
solo está protegida por una.
Diagrama N<? 64
1 1 . CxPi .. R2A: 1 2. C(7T)xC,
PxC: 13. TxPj .. R IC: 1 4. T6Cj ..
RIA: 1 5. D I Al .. R2D: 1 6. CxA,

y las blancas ganaron en po­


cos movimientos.
El jugador que adolece de
una desventaja posicional qui-
zas tenga que recurrIr a un
, .

ataque p a r a restablecer el
equilibrio, aún cuando el ad­
versario no está conduciendo
un ataque, fracasando en su
tentativa por simples manio­
bras posicionales. Esto no pue­ Blancas: Euwe. Neqras: Alekhine
de ser denominado un contra­ Match 1935
ataque desde el momento que
no existe ningún ataque. Sin 1 . CxP, AxA: 2. CxPD. D IC:
embargo, una ilustración de tal 3. CxP, A3A: 4. C2D,
caso es aquí apropiado.
Las blancás poseen una evi­ Las negras tienen ahora una
dente ventaja en la posición pieza a cambio de tres peones
del diagrama N9 64. La p:>si­ unidos, de los cuales dos están
ción de las negras presenta un pasados en el centro, lo que
cierto número de debilidades y no es un cambio particular-
n, M f: D I O Jl'EGO E :'\" AJElJHEZ 13 5

mente favorable. Pero conce­ Estos son los medios deses­


diendo al adversario esta opor­ perados a que deben recurrir
tunidad, las negras también las blancas para salvar la par­
tienen algo en vista, como lo tida. Entregan la calidad con
demuestra la continuación. el fin de eliminar el alfil negro
muy bien apostado; entonces.
4 P4CR;
aspiran a recobrar la iniciati­
• . . .

Habiendo eliminado al alfil va, ocupando la gran diago­


hostil y dominando la gran nal con su dam a y ubicando
diagonal con el suyo, las ne­ una torre en la columna CH.
gras inician un ataque en el
1 0. AxT: 1 1 . TxA,
flanco rey que compensa el
' "

avance de los peones en el Hipnotizadas por la gran dia­


centro. gonal. las negras jugaron aquí
1 1. . , D3 A; Y finalmente per­
. .

5. P4R, PxP: 6. PxP, ASD;


dieron la partida. Probable­
Evidentemente, no pueden mente pudieron hacer tablas
consentir el encierro de este con 1 1 . , D4A; cerrando la
. . .

alfil. diagonal con 1 2 . . . , C3A ; o .

si 1 2. PxC, TxTj.; con jaque


7 PSR, D IR; 8. P6R, T l CR : perpétuo.
Resta expresar que cuando
i Realizando ya una combi­
nos embarcamos en un ataque
nación! Si 9. PxC, D7R; captu­
en una situación inferior, no se
rando el caballo, y · los peones
debe necesariamente realizar
blancos desarticulados son im­
un juego en pos del triunfo; un
potentes.
resultado tablas es satisfacto­
9. C3A, D3C: rio. Podemos agregar que si
tal ataque conduce a complica­
Las negras probablemente ciones donde el oponente pue­
visualizaron esta combinación de perder su ruta, es esto pre­
cuando efectuaron su primera ferible a una lenta y segura
movida. Es claro que han obte­ derrota.
nido una posición de ataque Es tarea difícil combinar una
muy fuerte y las blancas ne­ defensa pasiva con un futuro
cesitarían cierta ingenuidad, ataque. pero a veces esta polí­
para no vislumbrar el desastre. tica produce resultados sor­
prendentes. Para elaborar tal
1 0. TlCR, sistema de defensa, donde un
136 EUGENIO ZNOSKO-BOROYSKY

ataque en perspectiva desem­ Con la idea de una defensa


peña un rol importante. es pasiva del AD y de ubicar el
esencial no solo captar los de­ eR en SR después de D I T;
' "

talles salientes del ataque ene­ cerrando así la diagonal del


migo. sino también prever. por peligroso AR blanco. Inciden­
lo menos en líneas generales. talmente. este plan intenta con­
los medios de defensa y las ducir a un contraataque en el
perspectivas del contraataque. flanco rey. en algun momento
futuro e indeterminado. por
Diagrama N9 65 medio de .P4A; y. si es
. . •

oportuno. con el avance de los


otros peones del flanco rey.
Antes de que los peones so­
bre el flanco atacado puedan
avanzar con seguridad. detrás
de ellos deberá ser apostada
una torre. Hemos visto ya a
una torre participar en la de­
fensa del flanco rey ubicándo­
se en la segunda fila; en este
ejemplo la idea de un contra­
ataque en perspectiva está
unida a este esquema defen-
SlVO.

Blancas: Colle. Neqras: Znosko­


Borovakl 2. PSC. AxC: 3. PAxA. CSR:

Níza 1930 Como el PCR blanco ya no


está protegido. esta movida.
En el diagrama N9 65 las puede ser realizada sin perder
un peon.
,

blancas ya han iniciado un


asalto contra el flanco rey ene­ 4. P4TR. P4A:
migo. a u n q u e escasamente
Con dos piezas blancas fue­
han concluído la apertura. Las
ra de juego. las negras inician
negras deberán tomar medidas
su contraataque. Por el mo­
contra el ataque. y si es posi­
mento defienden su caballo.
ble repelerlo. Su primera mo­
pero ya ofrecen un peón en
vida es:
sacrificio.
1 • . . . T2A; 5. PRxP. a. p.,
EL MEDIO JUEGO E N AJEDREZ 137

Se podía ganar un peón con de concebir simplemente la


5. PCxP a. p., PCxP; 6. D4Cj., idea les permitió hallar la mo­
pero el ataque de las negras vida correcta en la cual está
sobre las columnas TR y CR basado su juego subsiguiente.
sería demasiado fuerte. A veces, en lugar de un com­
S. . . . • PCxP: 6. P6C. plicado y largo contraataque,
una breve y simple combina­
Las blancas apuran el ata­ ción es suficiente para salvar
que antes que retenerlo. Me­ la partida, y si es el caso de
jor hubiera sido 6. CxC. una oportunidad táctica y no
6 • . . . • P4A: 7. AxC. de un simple error de parte del
atacante, la partida puede cul­
Después de 7. PxPj., R l T; las
minar en una brillante conclu­
negras ocupan inmediatamen­
sión. Pero por regla gene­
te la columna abierta.
ral puede observarse un cierto
7. . . . , PDxA: 8. D3C, T3AR: grado de desatención por par­
Sería más simple jugar 8 . ... te del agresor quien, sumergi­
C3A; para introducir en el do en sus propios planes es­
juego más rapidamente a la t r a t é g i c o s y combinaciones,
TD. paga la insuficiente vigilancia
a las intenciones de su opo­
9. PST, PxPC: 1 0. T2A, C I A: nente.
1 1 . C4A, PxPD: 1 2. CSR, PxPA:
DiagraI'lo N'? 66
1 3. PxPA, T2TR:
Por fin, después de doce mo­
vimientos, la idea de las ne­
gras triunfa. Con la entrada en
juego de la TD, en el flanco
rey, donde las blancas esta­
ban atacando, la marea ha
cambiado y las negras arreba­
tan al adversario la iniciativa.
1 4. A3T, PXP:
y finalmente las negras qa­
naron. No debe creerse que las
negras, al efectuar su primera
movida, previeron todo el des­ Blancas: Land\la. Neqras: Reshevaky

arrollo subsiguiente; el hecho Kom.,ry 1937


138 EUGENIO ZNOSKO-BOROVSKY

En el diagrama N9 66. las peón con la dama amenazan


blancas conducen lo que pare­ mate. Por ello la próxima mo­
ce ser un ataque ganador. Pro­ vida de las blancas es forzada
bablemente hubieran causado y su asalto, de escasa vida.
al adversario muy serias difi­ toca a su fin.
cultades siguiendo con 1 . CSD.
4. C3A, AxC: S. PxA, DxPl.:
pero en lugar de esto continua­
6. R I C, TSA:
ron de manera directa y torpe:
El ataque se halla ahora de­
l. CSC,
finitivamente en manos de las
Esta movida de corto alcance negras y, como es frecuente en
concede a las negras la opor­ el caso de los contraataques.
tunidad táctica de la cual no logran un éxito inmediato es­
demoran en sacar provecho. tando debilitada la posición
del oponente. Ahora amenazan
l. . . . , P3A:
mate, y no hay defensa.
Aunque obligada. esta movi­
7. DxT, CxD: 8. A I A, T4A:
da brinda a las negras posibi­
lidades i n e s p e r a d a s. pues y las negras ganaron fácil­
abriendo la columna AR ame­ mente.
nazan al PAR enemigo y el po­
der de los dos alfiles resulta el CAMBIOS
desvastador.
Hemos visto que el jugador
2. PXP, que posee la ventaja a menu­
El sacrificio del alfil con 2. do desea provocar el final por­
AxP, etc. a nada conduce y que allí su ventaja será com­
puede ser fácilmente contra­ parativamente de mayor valor.
rrestado. De manera similar, existen ca­
sos donde la parte más débil
2. . AxPi.:
. .

procede con el mismo deseo,


Es posible que las blancas no cuando su desventaja es pro­
hayan previsto este sacrificio y bablemente menos decisiva en
solamente contaron con la sim­ el final. Una partida aparente­
ple re captura 2 . TxP: . . . mente perdida puede salvarse
en esta forma. La clave de la
3. RxA, DxPj.:
cuestión es decidir qué tipo de
Como resultado del sacrificio final será más ventajoso y sa­
las negras. re capturando el ber cómo arribar a él.
I<:r, M E DI O J U E G O E X AJEIlREZ 139

Diagrama NO? 67 3. P4Ti .. R3T: 4.C7R,


Ha llegado el momento en
que las negras deben decidir el
camino a escoger. Tienen tres
peones aislados, de los cuales
uno se halla atacado y el otro
(3D) será amenazado en la si­
guiente movida. No pueden
proteger a ambos y deben de­
cidir a cuál abandonarán y en
qué momento preciso. El pro­
blema no es difícil pero es ins­
tructivo; Es evidente que no
pueden consentir la pérdida de
Blancas: Schlechter. Neqras: La�ker su PAR pues las blancas que­
Match 1 9 1 1 darían entonces con dos peo­
nes pasados unidos. En otras
En el diagrama NO? 67 las ne­ palabras, d e b e r á n mantener
gras tienen una partida muy este peón a todo costo.
mala; están por perder un peón
4 TIAR: 5. T l D,
mientras que las blancas po­
• . . .

seen dos peones unidos en el Otro peón es atacado y éste


flanco rey, y sus piezas se ha­ no puede ser defendido. Las
llan tan bien ubicadas que ca­ negras procuran arribar al fi­
si pueden amenazar mate. El nal, en el cual es más proba­
final parece inevitable. ¿Cómo ble que tengan su parte, es de­
pueden las negras salvarse en cir un final de torre y peón des
tal posición? pués de cambiar los caballos.
5. . . . , T2A: 6. TxPi .. R2T: 7.
1 . T7 Aj., R3A:
T6R, C3C: 8. TxC, TxC: 9� T(6C)
El rey deberá evitar la pri­ 6AD, TxT: 1 0. TxTj, 11.
mera fila a causa de T8Aj., o T6Aj. R2A:
C6Cj. Este es exactamente el final
que las negras deseaban. Pe­
2. C5Dj., R4C::
ro, ¿qué diremos cuando las
Si 2. . . , R3R: 3. P4A (ame­
. veamos entregar deliberada­
nazando mate), T l R : 4.T7TR. mente un segundo peón para
ganando. asegurar las tablas?
140 E U G ENIO ZNOSKO-BOROVSKY

12. R3A. T5R: 1 3. T5A. R3A: peón es casi lIna conclusión


1 4. TxP. previsible. Nada remedilliía el
enroque, pues inmediatamente
¡ y este final terminó en un perderían un peón en el centro,
forzoso empate! Gracias a su después del cambio de las pie­
comprensión d e l o s puntos zas menores, y luego su labor
esenciales de la situación, las gravada por la incapacidad en
negras lograron sostener el el flanco dama conduciría a la
pAH a la vez que también su derrota. Su plan de defensa se
posIcIono
. ,

desarrolla como sigue: prote­


.

gerán su alfil mientras sea po­


Diagrama NI? 68
sible. y aprovecharán el tiem­
po que el adversario emplee
en atacarlo para mejorar su
posición de peones, dejando
perder finalmente al peón me­
nos importante.

1. . . . R2A: 2. T5R.

Atacando el PAD con una


amenaza de doblar las torres.
2. P4AR no contiene amenaza
real alguna, porque después
de 2. . . . , P3C; 3. P4C, la ame­
naza de 4. PSA no es peligro­
Blancas: Maroczy. Negras: Tarraseh
sa; por ejemplo: 4 . . . . PXP; 5.
San Sebastián 1 9 1 1
PxP, T I CR; amenazando al ca­
ballo que ahora está clavado.
En el diagrama NI> 68 la po­
sición de las negras es mani­ 2
• . TD I AD: 3. TDIR. T3A:
. .

fiestamente inferior; no sólo su 4. P4AR. P3C: 5. P4C.


alfil está clavado, sino que, co­
mo consecuencia, están ame­ ¡ El momento decisivo! Las
nazadas con la pérdida de un blancas amenazan simultánea­
peón. Al mismo tiempo sus mente PSA y C4R. atacando ya
peones del flanco dama se ha­ sea al alfil o al PAD. Si las ne­
llan debilitados en tal exten­ gras replican 5 . . . , TR IAD;
.

sión que resulta muy difícil de­ ambas torres quedarán atadas
fenderlos, y la pérdida de otro a la defensa de los peones.
EL MEDIO JUEGO EN AJEDREZ
141

5. . . . P5A: que. mientras sea posible, es


Contrariando las intenciones ventajoso para éste cambiar
enemigas y amenazando toda- sus piezas pasivas por las más
VIa un nuevo avance.
,
activas de su oponente. Existen
numerosos ejemplos, pero sólo
G. P4T, presentaremos uno. muy bien
Preparando el avance del conocido de las aperturas. Es
PAR. pero R2A sería aún mejor. una variante del Gambito Da­
ma declinado. Defensa Ortodo­
G P3T: 7. CxA, TxC: 8.
xa. en la cual. por medio de
• . . .

TxT;., PxT: 9. P5A, PXP: 1 0 .


una sutil maniobra. las negras
PxP, R3A: 1 1 . TxP;., RxP: 1 2.
provocan el cambio de tres de
TxPTD,
sus piezas y, puesto que el ata­
Las blancas han ganado un que de las blancas ha perdido
peón. pero a consecuencia de gran parte de su agudeza. las
las hábiles maniobras de las negras emergen i n d e m n e s .
negras. se trata unicamente de después de lo cual sus perspec­
un pr. Las blancas quedan con tivas para el final. con tres
cuatro peones solamente. de peones contra dos en el flanco
los cuales el PTR se halla ame­ dama. les serán favorables.
nazado por el rey enemigo
Diagrama NI? 69
muy bien ubicado; además los
dos peones negros del ,flanco
dama son muy fuertes y su to­
rre se encuentra admirable­
mente apostada. La partida ter­
minó en tablas.

dI PROVOCANDO EL FINAL

En cierto sentido. la transi·


ción hacia e l final es un ejem­
plo de simplificación por me·
dio de cambios. El atacante.
cambia aquellas piezas suyas
que no contribuyen a su supe­
rioridad contra las piezas bien 1. ' "PxP: 2. AxP. C4D: 3.
desarrolladas del · adversario . AxA, DxA: 4. O-O, C:¡¡:C: 5
El defensor actúa de manera TxC, P4R: G. Cx� CxC: 7. PxC,
similar siguiendo el precepto DxC, etc.
C A P I T U L O I V

POS I C I O N ES EQU I LI B RADAS

1 COMBINACION DE LOS ELEMENTOS

Llegamos ahora a la parte pueda conceder al adversario


más importante, a la vez que una ventaja que lo lleve al
la más difícil, de nuestros es­ triunfo.
tudios: posiciones iguales. Son No debe creerse que en tales
muy importantes porque ellas posiciones exista igualdad en
pueden ocurrir siempre que ju­ todos los aspectos; puede ha­
guemos ajedrez, siendo igual ber pérdida en un elemento y
la posición inidal y permane­ ganancia en otro, los cuales se
ciendo así después de una equilibran entre sí produciendo
apertura correctamente condu­
una igualdad en la posición e n
cida; y muy difíciles porque el
conjunto.
objetivo es menos claro que en
cualquiera otra etapa de la Diagrama NI? 70
partida.
Es fácil atacar cuando sabe­
mos qué es lo que procuramos
obtener, y no es difícil decidir
respecto a una defensa cuando
conocemos dónde se encuentra
nuestra debilidad. Pero en una
situación de igualdad frecuen­
temente los jugadores se ha­
llan en la incertidumbre, sin
saber qué hacer o por dónde
buscar, y por otra parte cohi­
bidos por el temor bien funda­
do de que una movida insufi­
cientemente considerada, o por Blancas: Lasker. Neg'fas: Marahall

incomprensión de la posición, Match 1907


143

Veamos, por ejemplo, la po­ ma negra defiende su 4CR, y


sición del diagrama N9 70. Las si 9 DxPD, A4A.
situaciones de los adversarios
8. C5C, TxPi.: 9. RIR. TxC.
son enteramente distintas; ca­
da uno tiene sus propias posi­ La única defensa contra DxP
bilidades y dificultades. Las mate. Si ahora las blancas,
blancas, no pueden enrocar en capturan la torre, las negras
el flanco rey, ni desarrollar su amenazan . . . A3T Y DxPj.
. , .

alfil sin perder un peón. Entre


I D. D8Di.. R2C; 11. DxTi
tanto, las negras tienen un
.•

R I A:
peón aislado y otro doblado,
su alfil se encuentra encerrado y esta vivaz partida finalizó
y no les será fácil enrocar. en tablas.
Las posiciones equilibradas
1 . 0-0-0.
pueden mostrar todavía mayor
Una movida arriesgada pro­ discrepancia en varios elemen­
curando, a costa de un peón, tos que lo ilustrado en el ejem­
extraer ventaja de la situación plo precedente. Cada bando,
del rey negro en el centro, ini­ puede estar conduciendo un
ciando un ataque directo. . . .
ataque en distinto flanco; en
tales casos es necesaria gran
l DxPT: .
precauclOn, pues slempre eXlS-
.
.
. . . . • ,

Vemos q u e u n a posición te solamente una pequeña ven­


equilibrada no conduce nece­ taja. Pero cuando un ataque es
sariamente a un juego lento y emprendido donde el atacante
sin interés. posee una marcada ventaja en
un lado y una desventaja en
2. P5D, PxP: 3. A5C. R IA: 4. el otro (donde está atacando a
AxC. PxA: 5. DxPAR, su vez el adversario), es a me­
nudo esencial lanzar t o d b S
Amenazando a la vez CSC y nuestros recursos para llegar
TR IR, mientras la dama conti­ primeros en la conquista del
núa protegiendo al PD débil. objetivo.
Este estado de cosas se
5. . . . D8Ti.: 6. R2D, D4T¡.: 7.
P3A, T I C: aprecia en la posición del dia­
grama N9 7 1 . La continuación
En vista de que el PCD es un extraordinario ejemplo
blanco está ahora sin protec­ de ajedrez de la más alta ca­
ción. Si 8. TDIC, PSD, y la da- lidad.
144 E UO J<:NIO ZNOSKO - ROROVSKY

Diagrama N<? 71 bable. pues las piezas negras


se encuentran tan bien aposta­
das como las blancas. aunque
son menos activas. Pero sus to­
rres están admirablemente ubi­
cadas y pueden apoyar el
avance de los peones. Las ne­
gras poseen una mayoría de
peones en el flanco dama. que
es de considerable importancia
especialmente en vista del he­
cho de que el peón extra blan­
co del flanco rey (el PR) está
retrasado y desempeña (siem­
pre lo tendrá) un rol secun­
Blancas: PiIIsbury. Neqras: Tarrasch
dario.
Hastings 1895
Así pués. la única esperanza
de las blancas está cifrada en
Un análisis completo desde
su ataque mientras que las ne­
el punto de vista de nuestros
gras siempre tienen incentivos
tres elementos nos demuestra
para provocar un final. La pri­
que la posición es equilibrada; mera preocupación de éstas
la diferencia radica en que las será precaverse de la tormenta
blancas son más activas y. en que ahora se desencadenará.
particular. cuentan- con un ata­ La situación es extremadamen-
que en el flanco rey. mientras te cntIca. como se apreCiara
, a _ ,

que las negras disponen de por la siguiente variante: si las


amenazas en e l flanco dama . negras jugaran 1 . . C3R; per­
.

El ataque de las blancas es el derían inmediatamente como


más peligroso. tanto más que sigue: 2. AxC. AxA; 3. AxPj .•

puede conducir al mate. pero RxA; 4. D5Tj R IC; 5. DxPj. se­


.•

no hay debilidades en el cam­ guido de 6. DxAD. La defensa


po de las negras y el plan de requiere claramente la mayor
éstas será soportar el ataque precaución. Pero las negras. a
blanco y adquirir preponderan­ menos que efectúen una movi­
cia en el flanco dama. con la da descuidada. están por el
finalidad de lograr un peón momento suficientemente bien
pasado avanzado y coronarlo. protegidas. mientras que las
Este resultado no es impro- blancas. para obtener éxito en
El. M E D I O JUEGO EN AJEDREZ 145

su ataque, deberán traer otra bio es for ado a causa del


pieza. La cuestión es cuál de avance amenazado . . . P3AR.
ellas. Pueden ser tanto el CD,
2. AxA, TxA: 3. AxC, PxA: · 4.
como la TR, abriendo la colum­
D3C,
na CR por medio de P4CR 10
que significaría una larga y L a primera escaramuza ha
arriesgada maniobra. Entretan­ pasado y podemos hacer ba­
to las negras avanzarán sus lance de la nueva posición.
peones del flanco dama, pero Las blancas han obtenido un
sin ninguna prisa, donde debe­ peón pasado y han debilitado
rán lograr un peón pasado, los peones negros del flanco
aUnque aislado, que será dete­ dama. ·Ahora amenazan PSAR
nido facilmente. Las ú n i c a s sequido de C4A, trayendo una
-

piezas disponibles para apoyar pieza adicional necesaria para


los avances de peón son las el ataque; su PR se ha fortale­
torres, pues las demás piezas cido por el hecho de que la
son requeridas para la defensa columna de rey está ahora ce­
del rey aunque podría ser po­ rrada y de esta manera ningún
sible para alguna de ellas es­ ataque deberá temerse por el
momento. ¿Qué es lo que han
pecialmente la dama, combi­
logrado las negras? Han eli­
nar ambas tareas; la defensa
minado la pareja de alfiles
del flanco rey y el apoyo a los
blancos y liberado su 4D; des­
peones del flanco dama. Así
de este punto tanto la dama,
pués la amenaza de las ne­
como el alfil pueden asumir la
gras demanda también mucho
doble tarea que hemos mencio­
tiempo, por cuyo motivo puede
nado, es decir, defensa del
afirmarse que las posiciones flanco rey y apoyo a los peo­
son iguales. nes del flanco dama. Nueva­
mente las posiciones son más
1 . C2R, CSR:
o menos equilibradas. La parte
Todo cambio es favorable a interesante de esta partida con­
las negras, puesto que facilita­ siste precisamente en el hecho
ría su defensa, al disminuir en de que hasta el final es jugada
número las fuerzas atacantes y por ambos partes con gran
también acercándose al final. maestría, de modo que cual­
La movida del texto además, quier ventaja obtenida por un
deshace la pareja de alfiles del j u g a d o r es inmediatamente
adversario puesto que el cam- neutralizcrda por la corres pon-
146

diente ganancia del rival. Esta D3D; 9. D4T, TDIR; 10. C3A,
es la razón porque presenta­ A4D; 1 1 . C2A, D3A;
mos un análisis más completo
de esta i m p o r t a n t e partida. Así es completada una nue­
Consideraciones d e e s p o c io va serie de maniobras, que
nos impiden tratar otras pro­ abarcan la siguiente maniobra
ducciones en la misma forma, y nuevamente ha resultado
pero el lector podrá hacer ésto una posición de equilibrio es­
. table. Sin embargo, debemos
por SI mIsmo.
,

¿ Cuál es la amenaza actual hacer notar que las negras,


de las blancas? Pueden avan­ con algunas movidas economi­
zar el PAR y atacar al PR ne­ zadas han pasado el tiempo y
gro aislado; para ello se reque­ nada han hecho con sus peo­
rirán 7 movidas(PSA,D4T, T I A, nes del flanco dama; por aho­
T4A, C4C, C2A, C3C o C3A) y ra este vaivén no tiene serias
las negras para defender su consecuencias, pero c u a n d o
. llegue la crisis es posible que
peon no necesltan mas que 5
, ,

movimientos (P3A, A4D, D2D, una simple movida pueda sal­


D3A, TD IR). En consecuencia, var o ganar la partida.
éstas disponen de amplio tiem­ Todas las piezas negras son
po, lo cual justifica los cambios ahora utilizables para la de­
realizados; además pueden uti­ fensa y en el flanco dama na­
lizar su tiem po e x t r a para da se halla en el comienzo del
avanzar sus peOnes del flanco camino de su avance . Su
dama. En cualquier caso ten­ plan es claro: . . . PSC; y des­
drán que efectuar una movida pués que el CD blanco se ale­
defensiva suplementaria, y a je, sigue . . . DST: atacando el
que después de C4C, las blan­ PTD con el objeto de debilitar
cas amenazan CxPj. o C6Tj., lo la formación de peones blan­
cual fuerza a jugar . . . R 1 T. cos o sinó restar algunas de
Las exigencias de la defensa las piezas al ataque de las
son de primordial importancia blancas. Las negras se sienten
para las negras y sus movida.; justificadas para comenzar su
en el flanco dama sólo podrán avance; han efectuado 1 8 mo­
ser decididas cuando su flanco vidas útiles contra 1 2 de las
rey se encuentre seguro. blancas o sea que, en otros
términos. tienen 6 movidas de
4. . . . , P3A: SC4C, Rl T ; 6. ventaja. Es difícil apreciar có­
PSA, D2D; 7. T I A. T I O 8 . T4A, mo las blancas. que sólo han
EL MEDIO JVEGO E� AJEDREZ 1 17

realizado buenas m o v i d a s, tan bien calculada como atra­


pueden haber perdido tanto yente.
tiempo ! Es un hecho curioso y
14. C4C,
observado frecuentemente que
para obtener una posición de Amenazando CxP. Tan pron­
ataque, es a menudo necesa­ to como una pieza negra ha si­
rio sacrüicar tiempo, y en la do restada a la defensa, su au­
presente p a r t i d a tendremos sencia se hace sentir.
ocasión de notar que las ne­
14 , C2D:
gras también se encontrarán
• . . .

en la misma situación tan pron­ Es penoso tener que despla­


to como comiencen a ejecutar zar este caballo que se hallaba
sus amenazas en el flanco tan bien ubicado para la de­
dama. fensa del PTR y las casillas 3R
El primer problema de las y 3CR de las negras. Pero, a
blancas es llevar otra pieza al menos que las negras se resig­
ataque, esta vez la TD des­ nen a una partida puramente
pués de P4CR, avance éste que defensiva, olvidando toda ten­
puede ejecutarse con seguri­ tativa de triunfo, ellas deberán
dad ahora que el PR negro in­ correr un cierto riesgo.
tercepta la diagonal del alfil. 15. T4A-2A,

12. T I A, PSC: 13. C2R, DST: Una sutil defensa del PTD.
La torre deja lugar al caballo,

Un inmediato avance del y si 1 5 . . . . , DxP;; entonces 16.


PAD sería de poca utilidad; C4A (amenazando C6Cj.), A2A
por ejemplo: 1 3 . . . . , P6A; 14. 17. C6Cj., AxC; 1 8. PxA, P3T;
PxP, PxP; 1 5. CID, P7 A; 16. 1 9. CxPT, ganando facilmente.
CR3A, ASA; 17. PSD, AxPD; 1 8 De nuevo el retiro de una pieza
T I A , Y el PAD caerá. Pero aho­ de su posición defensiva ha
ra las blancas deben afrontar originado toda suerte de difi­
un serio problema: ¿cómo pro­ cultades, incluso amenazas de
teger su PTD? Si 1 4 C IA, en­ mate. Es claro que el PTD to­
tonces 1 4 . . . . D7A; atacando davía no puede ser capturado.
el PCD, seguido de . . . D6D,
15 . . . . , R I C: 1 6. C I A:
atacando el PRo La solución es
combinar el ataque con la de­ y ahora la casilla 2AD está
fensa y ésto es ejecutado por tan bien protegida como el
las blancas de una manera PTD.
148 E U G E .'l I O Z N O S K O -BORO YSKY

. . 1 6. , P6A: 1 7. P3CO, 03A: posible: la apertura de la co­


lumna CH. Ello también requie­
Si ahora contamos las movi­
re cuatro movidas, pero en la
das, veremos que las negras
cuarta jugada ya el PAR esta­
tienen el mismo número ( 1 8)
rá atacado. Si las negras no
como antes de su crédito, mien­
hubieran perdido una o dos
tras que las blancas ti�nen 1 6
movidas en sus maniobras an­
en lugar de 1 2 ; éstas han ga­
teriores, su amenaza habría
nado 4 movidas, confirmando
madurado primero.
así lo que hemos expresado
antes. 18. P3TR, P4TO: 19. C2T, P5T:
20. P4C.
La partida se aproxima aho­
ra a su fin; las amenazas son
. Ahora las negras se deciden
menos numerosas pero mas 10- entre dos caminos: ya se a de­
,

tensas. Las blancas han lanza­ be n continuar arriesgadamente


do todas sus fuerzas al ataque, con el avance de su flanco da­
excepto el CO, que está aten­ ma o adoptar alguna medida
diendo la defensa; una esplén­ defensiva para d e t e n e r el
dida estrategia. Todas las pie­ avance de las blancas en el
zas negras están coperando e n flanco rey. Esto pueden lograr­
la defensa, pero si desean ob­ lo con 20 . . . . , P3T ; después de
tener éxito con su propio ata­ lo cual las blancas tendrían
que tendrán que destinar por que seguir con 2 1 . D3C (prepa­
lo menos una pieza con este rándose para P4T) y las ne­
propósito. ¿Cuál es su plan de gras tendrían tiempo para de­
ataque en las presentes cir­ fenderse con 2 1 . . . . , C I A; 22.
cunstancias? El único posible, P4T, C2T; 23. P5C, PTRxP; 24.
es avanzar el PTO y cambiarlo C4C, PxPT; 25. DxP, C4C; ame­
por el PCO; entonces ocuparán nazando 26. . . . , C6Aj .. Si 25.
la columna TO con la torre y T2T, entonces 25 . . . , R I A; con­
atacarán el PCD con torre y fiando al alfil la misión de pro­
alfil. E s posible calcular exac­ teger 1 CR de las neqras. Así.
tamente el número de movidas aún contra una defensa pasiva
requeridas en este proceso; la las blancas no hallan fácil uti­
cantidad es cuatro movidas, en lizar la columna abierta y lle­
la quinta jugada el PCD será var la pieza errante( la torre)
atacado dos veces. ¿ Qué ha­ al ataque. Pero las negras pre­
cen ahora las blancas? Tam­ fieren atacar ellas también, en
bién disponen de un solo plan la creencia de que alcanzarán
EL MEDIO JUEGO EN AJEDREZ 149

su objetivo antes que el adver- mo adelanto para su propIO


sano.

ataque.
20 . . . . , PxP: 2 1 . PxP, T I T: 22. 23. . . . 'f6T: 24. C4C.
P5C,
Nada ganarían las blancas
Diagrama N9 72 capturando el PAR inmediata­
mente, pues las negras recap­
turarÍan con el peón, o aún la
dama, y después de D3C segui­
rían con . . . P4T, impidiendo
C4C. Por tal razón las blancas
adoptan la movida del texto,
amenazando PxP y cediendo
el PCD. Hemos arribado ahora
al punto crucial de la batalla.
Ambos jugadores habían anti­
cipado esta posición muchas
movidas antes y la analizaron
ampliamente.
Si contamos las movidas, en­
Examinemos las respectivas contramos que las negras tie­
amenazas (Diagrama N<? 72). Si nen 1 7 contra 1 9 de las blan­
las negras cambian peones, cas. A cambio de este déficit
entonces 23. DxPC, (amenazan­ de dos movimientos aquéllas
do P6A), D3A; 24. D3C, amena­ pueden ganar un peón; pero
zando C4C y no hay defensa este peón pertenece al flanco
contra P6A y CSR. S i en luga r dama y solamente será de va­
de 23. . . . D3A; las negras jue­ lor si las blancas fracasan en
gan 23. . . . , C3A; entonces su ataque. Pero las blancas es·
n u e v a m e n t e sigue 24. C4C, tán a punto de abrir la colum­
amenazando simultáneamente na CH y llevar al juego la pie­
CSR y T2CR (el caballo no pue· za adicíonal requerida; su ob·
de ser capturado a causa de jetivo será entonces logrado
DxT). Por estos motivos las ne­ La crisis de la partida se acer­
gras no pueden tomar el peón, ca; el resultado pende de un
sino que deben dejar en ma­ hilo. Las próximas pocas mo­
nos de las blancas la opción a vidas decidirán la batalla, y
efectuar el cambio. Ellas pue­ confirmarán o refutarán los
den así emplear la movida co- cálculos de los jugadores.
150 EUGENIO ZNOSKO -BOROVSKY

Las negras no pueden cap­ atraer la atención del lector.


turar el PCR (si 23. . . PxP;
. • La partida se ha perdido por­
24. DxP. C3A; 25. T2CR. con un que a las negras les ha faltado
ataque ganador). y por ello de­ la ayuda de su alfil. Si hubie­
berán tomar el PCD. objetivo ran capturado el PCD con su
de su ataque y esperanza de torre, entregando la calidad,
mejora. Después de 23. . . , • habrían conservado el alfil que
AxP; las blancas no pueden ju­ era tan esencial para la de­
gar 24. CxA. TxC. a causa de fensa, y los dos peones pasa­
. . . T7C; que anularía los efec­ dos unidos. apoyados por el
tos de la torre blanca en 2CR. alfil, serían amplia compensa­
Por este motivo las blancas ción por una torre. Las negras
juegan primero su torre a 2CR. tuvieron su oportunidad tácti­
forzando al rey negro a mo­ ca y omitieron aprovecharla.
verse. Sea que no la vieron, o me­
nospreciaron los peligros de
23. ' " AxP: 24. T2CR. R 1 T: la situación, o les falto resolu­
25. PxP, PxP: ción para realizar el sacrificio.
Las blancas, por otra parte, no
Si 25 . . . ' . CxP; 26. C5R. ame­ vacilaron en sacrificar un ca­
nazando 27. C6Cj. ballo íntegro. Las negras no
perdieron a causa de su erró­
26. CxA, TxC: 27. C6T.
nea concepción; su falla tácti­
Una terrible amenaza de ca en la ejecución fué el moti­
mate de las blancas, con T8C. vo de su derrota.
Si 27 . . . . TIR; 28. C7A, mate. 27 . . . . T2C: 28. TxT, RxT: 29.
Dos casillas blancas se hallan D3Cj .. RxC: 30. R I T.
sin defensa. a causa de que el
alfil ha desaparecido. La pieza La continuación plausible 30.
extra que las blancas han lo­ T4A sería mala a causa de los
grado agregar al ataque. deci­ jaques de la torre negra en la
de la partida. El rey negro. 7� y 8� filas.
despojado de piezas. está in­
30 . .... D4D: 3 1 . T I CR, DxPA:
defenso contra las poderosas
32. D4Tj .. D4T: 33. D4AJ., D4C:
amenazas adversas. Así. pues.
34. TxD, PxT: 35. D6DJ.. R4T: 36.
la estrategia de las blancas ha
DxC:
triunfado.
Sin embargo, existe un pun­ Ganando en vista de la ame­
to hacia el cual deseamos naza DxP mate.
EL MEDIO JUEGO E N AJEDREZ
151

Nada puede ser más instruc­ del todo algún detalle distinti­
tivo que el análisis de esta par­ vo. Este podrá no ser muy pro­
tida. nunciado. puede ser sutil y di­
fícil para descubrir, pero casi
2 P O S IC I O N E S SIN siempre existe. y requiere cui­
ASPECTOS DESTACADOS dadosas consideraciones. En
el caso de posiciones simétri­
Las posiciones iguales que cas, es bien sabido que no es
no muestran ninguna caracte­ practicable para un jugador
rística particular son las más copiar indefinidamente las mo­
difíciles de tratar. Tales posi­ vidas del oponente; llegará un
ciones se producen más fre­ momento, aún en tales casos.
cuentemente cuando el estado donde se produzca alguna di­
de la apertura ha pasado, y ferencia que puede dar origen
los ejemplos que presentare­ a un plan.
mos igualmente sirven como
Diagrama N'? 73
ilustraciones del período de
transición entre la apertura y
el medio juego; pero la misma
especie de hechos pueden ocu­
rrir también en el medio juego
propiamente dicho.
Si no existen debilidades,
con las fuerzas de ambos ban­
dos igualmente bien desarro­
lladas y "nada por lograr", un
punzante problema surge in­
mediatamente respecto a lo
que corresponde hacer. Mayor
aún es la dificultad cuando las
posiciones son casi idénticas; Blancas: Riqa - Neqras Berlin
parecería que nada puede ha­ Por correspondencia, 1905
cerse sino esperar, para ver lo
que hará el oponente y obser­ Las posiciones en el diagra­
var si efectúa alguna movida ma nI? 73 son casi simétricas,
débil. Pero, con la excepción siendo la única diferencia que
de las posiciones enteramente el AH blanco se halla en 2AD
simétricas, es raro sin duda y el negro en 3CD. ¿Será es­
que una posición no muestre to suficiente como para servir
152 EUGENIO ZNOSKO-BOROVSKY

de base a un plan de campa­ PAR blanco que se halla con


ña? Las blancas sólo necesi­ e s c a s a protección. mientras
tan ubicar su alfil en 3CD o las que el AR blanco apunta al
negras llevar el suyo a 2AD pa­ PTR. siempre susceptible a un
ra restablecer la simetría. y es­ súbito ataque. Por tal causa la
to es lo que harían no pocos · diagonal de este alfil no debe
jugadores devotos de las ta­ ser abierta y las movidas ob­
blas. Pero si el objeto es ex­ vias tales como ' " P4D; . , .
traer ventaja de las respecti­ P4AR; y . . . CSA; de las ne­
vas posiciones de los alfiles. gras no son recomendables.
surgen varias consideraciones pues contra éstas las blancas
i n t e r e s a n te s y posiblemente pueden permitirse realizar al­
concluyentes. Parece que el gunas movidas que les facili­
AR negro es el mejor ubicado; tará un profundo desarrollo.
controla una diagonal abierta ofreciéndoles perspectivas de
y si las blancas efectúan la ataque. Si agregamos que és­
plausible movida P4D. este tas tienen la salida percibimos
peón quedará en la línea del claramente que ellas poseen
alfil. Además el AR blanco es­ la ventaja. Ahora tienen la op­
tá bloqueado por su propio ción entre varias líneas de jue­
centro de peones. go; después de su primera mo­
Analizando la situación más vida. P4D. pueden continuar
minuciosamente ciertos deta­ con ASC. amenazando CST. o
lles se hacen visibles. los cua­ sino con CSA. En este caso. si
les alteran nuestra primera im­ las negras juegan . . . AxC;
presión. En primer lugar. las PxA. el peón de SAR quedará
blancas al avanzar P4D cierran bajo la protección del AH. Pe­
la diagonal del alfil negro. que ro si las negras juegan '" ASC;
no puede ser reabierta. mien­ las blancas no necesitan se­
tras que las negras no pueden guir con P3TR. y pueden jugar
realizar la movida igualmente D3D. permitiendo doblar sus
natural . . . P4D; a causa de peones. Las negras no pueden
que su PR se halla insuficien­ sacar ventaja fácilmente de es ­
temente protegido y por otra to replicando . . . CSA; debido
parte las blancas podrían abrir a que. después de AxC. PxA;
la diagonal para su propio AR este peón quedara sin protec­
cambiando peones. Otra dife­ ción. De esta manera. cuanto
rencia consiste en que el AR más detenidamente examina­
negro está dirigido contra el mos la posición mayor es nues-
153

tro convencimiento de que el Una vana tentativa para es­


AR blanco es más efectivo que tablecer su caballo en 5AR.
el del adversario de 3CR.
3. CxC, AxC (4T); 4. ASC,
Todo esto tiende a demos­
D2A: S. C2D:
trar que la partida de las blan­
cas es más agresiva y que las
Ambos alfiles de las negras
negras deben conformarse con
han quedado fuera de juego y
completar tranquilamente su no disuonen de movidas. Ellas
desarrollo, siendo el curso más persisten en intentar asumir la
natural . . . T l R; . . . A3R; . . . iniciativa cuando una acción
P3TR; . . . D2A; . . . TD l D; Y defensiva era el curso natu­
contra las perspectivas de ata­ ral , con vistas a poner en
que en el flanco rey por las juego nuevamente a sus alfi­
blancas, adoptar un contra­ les, por ejemplo con . . . C2R;
juego en el centro. La alterna­ . . . P3A; . . . A2A; después de
tiva, tratar de restablecer la lo cual el caballo retornaría a
simetría con . . . A2A; signifi­ 3CR.
caría para las negras una des­
S. . . . , P3TR: 6. A3R. TD IR:
ventaja en tiempo de dos mo·
7. P3A,
vimientos.
Pero las negras, habiendo Defendiendo el PR y amena·
ubicado deliberadamente su zando al mismo tiempo ganar
AR en 3CD, desean extraer la el AD. Sin la menor preocupa­
mayor ventaja posible de esta ción por su propia seguridad,
situación, en su opinión favo­ las negras mantienen su ata­
rable, e inician un ataque. No que. Puede notarse que las
debemos sorprendernos que blancas desdeñan al AR hos­
éste fracase; ¡ es justo! La con­ til y casi han abierto su dia­
tinuación muestra de manera gonal, dirigida contra el rey
instructiva las consecuencias blanco.
de una acción que no confor­
m a la naturaleza de l a posi­ 7. . . P4D; 8. P4CR, PRxP: 9.
.

ción, y de un plan estratégico PAxP, P4AD: 10. D3A, CSA:


basado en una suposición 1 1 . AxC, DxA: 1 2 PxA, PAxP:
errónea, o una equivocada 13. D3D.
apreciación de la situación.
y el ataque de las negras se
1 . P4D, ASC: 2. D3D, C 4T: ha esfumado.
1 54 EUGENIO Z N O S K O - BOROVSKY

Este ejemplo nos ha mostra­ manecen pasivamente en sus


do como puede edificarse un casillas originales, aunque son
plan sobre una pequeña dife­ capaces de iniciar una acción
rencia posicional. Sin embar­ en el centro o en cualquier
go la idea fué errónea y el flanco. No es cuestión de un
ataque fracasó. Examinemos ataque, sino de maniobras len­
otro ejemplo donde la diferen­ tas y bien consideradas. El
cia en la posición es igualmen­ primer objetivo de las blancas
te insignificante. Pero aquí no es claro: avanzar P4D, con lo
hay error de concepción y la que previenen una res'�)Uesta
partida se desarrolla lenta­ similar de las negras fijando
mente, como debe s u c e d e r el PD negro en su 3D, retrasa­
cuando la posición no muestra do y aislado. Naturalmente,
caractersticas pronunciadas. las blancas no capturarán el
PR, lo cual solamente mejora­
Diagrama NI? 74 ría la posición adversa, ni de­
sean dejar su propio PD en 4D,
amenazado por las negras de s­
pués de . . . ASe; su intención
real es avanzar posteriormen­
te PSD.
Ahora el PD negro retrasado
impide cualquier acción de las
torres negras en la columna de
dama, además de obstaculizar
la libre circulación de sus pie­
zas dividiendo en dos la po­
sición de las negras.
Para realizar su ataque las
Blancas: Rubinstein - Neqras: Duras
blancas tendrán que quebrar
Carlsbad 1 9 1 1
el flanco dama negro y pene­
trar con sus torres y, especial­
En el diagrama n9 74, la di­ mente, con caballo y alfil. Las
ferencia entre los dos campos negras pueden replicar con el
consiste en la ubicación de los bien conocido avance '" P4AR;
respectivos alfiles; los alfiles aunque éste debilita al PR.
blancos están bien desarrolla­ También disponen de la posi­
dos y presionan el centro, bilidad de atacar al AR blan­
mientras que los negros per- co por medio de la igualmente
EL :mmIO J U E G O E X AJEDREZ 155

popular maniobra A6TR, pero masiado tarde y el tiempo así


ello implicaría jugar en el flan­ ganado por las blancas les
co rey. Y ahora el problema es: otorgará una v e n t a j a ma­
¿emprenderán las negras una nifiesta.
acción en el flanco rey sobre
5. P4T,
las líneas indicadas o, por el
contrario, deberán extraer ven­ El objeto de esta movida es
taja de las debilidades creadas ubicar su caballo en 4AD don­
por el avance P4D blanco, con­ de estará libre de molestias.
traatacando en el flanco da­ Al mismo tiempo inicia un
ma? Para decidir el valor res­ avance de peones en el flanco
pectivo de ambos planes de dama.
campana casI sena necesano
..... � , .

jugar dos partidas y ensayar­ 5. . . . AxA: 6. RxA, TRIC:


los. En el caso presente las ne­
Por fin las negras conceden
gras se decidieron por una ac­
atención al flanco dama; in­
ción en el flanco rey; fracasa­
tentan aislar y debilitar el peón
ron y no hay mérito en afirmar
adverso, una empresa errónea
que debieron intentar el otro
que va c o n t r a el principio:
método.
"Nunca debe. abrirse una línea
I . P4D, A5C: 2. P5D, C2R: donde estamos débiles". Pero
De acuerdo con lo que he­ la real dificultad de su caballo
mos expresado, este caballo es su infeliz ubicación. Por
hubiera movido con preferen­ otra parte no puede volver al
cia a l e y desde allí a 3T o flanco dama ni encuentra una
2D, amenazando 4A o se res­ buena casilla si quiere perma­
pectivamente. necer allí.

3. D3D, D2D: 4. C2D, A6T: 7. C4A, P4CD: 8. PxP, DxP:

Las blancas maniobran sus La posición se está aclaran­


piezas hacia el flanco dama y do. Las blancas atacan el PTD
las negras dirigen sus fuerzas y el PD mientras que las ne­
al flanco opuesto. Estas verán gras apuntan al peDo
más tarde que su presión no es 9. T3T, C3e: I D. TRI TD, P3T:
igual a la del adversario e in­ 1 1 . AlA,
tentarán remediar el defecto
volviendo sus fuerzas al lugar Desde 2e este alfil no puede
exacto, pero entonces será de- participar en la acción contra
156 L UO ":-';10 Z� O S K O - BOROYSKY

el flanco dama y se abre ca­ Se ha arribado a la posición


mino hacia una casilla desde deseada y el peón negro está
donde pueda atacar al PTD perdido.
enemigo. La caída de este peón
1 5 . . . . , 05C: 1 6. 04A,
es una conclusión prevista; es­
tá defendido por la dama y dos Las blancas fuerzan el cam·
torres, pero A3R le privaría del bio de las damas y previenen
apoyo de una de las torres. cualquier ataque hostil; ellas
Por otra parte, las blancas pue­ confían en su peón extra para
den atacarlo tres veces, mien­ asegurarse el triunfo.
tras protegen su propio PCD
1 6. . . . , DxO: 17. CxO, TO IC:
con C2D. Obsérvese que el ca­
1 8. C20,
ballo negro requiere por lo me­
nos tres movimientos ( l A, 2D, Protegiendo el PCD; el peón
1 Cl para llegar en su ayuda, y rival no puede ser salvado.
tanto tiempo no hay disponi­
1 8. . . T2AO: 1 9. TxP, T7A:
ble. Como hemos expresado,
20. T6T-2T, TxT, 2 1 . TxT
una equivocada movilización
raras veces puede ser rectifi­ y las blancas ganaron sin
cada. dificultad.
Las partidas se pierden por
1 1. ' " T2C: 12. A3R, P3A :
grandes o pequeños errores;
1 3. P3A,
Las últimas dos partidas, par­
j Bien jugado! Se previenen tiendo de posiciones iguales,
contra la amenaza ' " P4A; fueron perdidas a causa de
antes de embarcarse en sus i d e a s estratégicas erróneas.
propios e s q ue m a s . Si, por Como los planos estratégicos,
ejemplo, 1 3. D IA, P4A; 1 4 P3A, solo pueden ser elaborados en
PxP; 15. PxP, T2AR; las negras base a un completo análisis de
poseen un fuerte ataque. Des­ la posición, este análisis es abo
pués de la movida del texto solutamente esencial en posi­
las negras no pueden todavía ciones que, no presentan un
efectuar 13. . . . P4A; Y las carácter definido. Unicamente
blancas, tendrán tiempo para un minucioso análisis ayuda­
realizar la movida necesaria ría a descubrir estos pequeños
C2D. detalles, a primera vista insig­
nificantes, que servirán como
13 . . . . , C2R: 1 4. Ol A, C I A: punto de partida para un ela­
15. C20, borado plan de campaña.
EL Mj·;[)[O J 1 T EW) E N A J E I > j ( E Z 167

3 RUPTURA DEL posee una mayoría de cuatro


EQUILIBRIO peones contra tres en flancos
opuestos, pero como el PR con­
De enorme importancia en trarresta al PD. este detalle
posiciones iguales es el mo­ tampoco tiene importancia. In­
mento en que el equilibrio está dudablemente la posición pue­
por ser turbado_ Esto no ocurre de ser estimad.a igual, y en
necesariamente, como conse­ cualquier caso las blancas na­
cuencia de un ataque; manio­ da tienen que temer; una de­
bras lentas y simples inevita­ claración de tablas sería justi-
blemente conducen a ello. Es
un momento de ansiedad pues Diagrama N<? 75

significa tomar por una senda


en la cual no se puede retroce­
der. ni se puede estar seguro
a donde conduce. Pero los ru­
sos tienen un proverbio que di­
ce : "Si se teme a los lobos.
nunca se debe ir al bosque";
el ajedrecista debe afrontar
ciertos riesgos o dejar de jugar
ajedrez. ¿No cabe afirmar que
ya la movida inicial rompe el
equilibrio de la posición?
La posición del diagrama N9
75 es perfectamente equilibra­
Blancas: Schlechter. Neqras: Lasker
da y casi se ha arribado al fi­
Match 1 9 1 1
nal. y si bien las blancas po­
seen un tiempo extra y un peón ficada. Pero si la partida debe
en el centro, ello cuenta poco ser continuada. la línea de jue­
en esta situación. Aún los peo­ go de cada jugador es bastan­
nes negros doblados no repre­ te evidente. Si las blancas de­
sentan una debilidad real. pues sean explotar su mayoría de
a las blancas les faltan las pie­ peones en el flanco rey tendrán
zas menores necesarias para que desviar al PD enemigo,
extraer ventaja de tal circuns­ lo cual significa que tendrán
tancia, y estos peones pueden que avanzar su propio PAD y
contener facilmente a los tres esto acentuará aún más la ma­
peones enemigos. Cada bando yoría de peones negros en el
1 58 l·: Pf: EX 10 7. X O f1 KO nOllO YSKY
-

flanco dama. Por ello, las blan­ donde permanece un peón re­
cas comienzan efectuando ma­ trasado. El rey ha relevado a
niobras con las cuales procu­ sus piezas de la tarea de pro­
ran debilitar la formación de teger al PD, y la dama y la
peones adversos. torre pueden embarcarse en
una línea de juego más em­
1 . D4C, P3AD: 2. D3T, P3T:
prendedora.
3. D3C, TID: 4. P4AD,

Para impedir el avance del 1 2. P3C, P4C: 13. R2C, TI R:


PD negro, que se ha debilitado. 1 4. D I D,

4. . . . , T2D: 5. D ID, D4R: 6. Las blancas amenazan si­


D4C, RIR: 7. D2R, R I D: 8. D2D, multáneamente P4TD y D5T.
R2A: Vemos cuántas precauciones
Como las blancas han fraca­ se requieren en una partida
sado en aumentar su ventaja o de este tipo; un pequeño avan­
hallar una línea de acción más ce crea debilidades en el pro­
o menos directa. las negras. pio campo. Así pues la amena­
muestran ahora signos de ac­ za de las negras de ocupar la
tividad; su rey ya no se con­ columna TD es contrarrestada
forma con defender el flanco y ello puede ofrecer una idea
más débil, sino que intenta de su propia seguridad.
asumir la iniciativa y desea 14 . . . . P3A : 15. D3C,
apoyar los fuertes peones del
flanco dama. Evidentemente, Las blancas dejan en sus­
procuran obtener allí un peón penso la ejecución de sus ame­
pasado. El problema es como nazas. Es verdad que después
lograrlo sin cambiar peones, de 15. D5T, D3R; es una de­
por la perspectiva de quedar fensa suficiente, pero por lo
con un peón aislado. Se re­ menos debieron continuar con
quiere gran precaución; las 1 5. P4TD. Evidentemente, pre­
piezas tendrán que colaborar fieren una defensa pasiva pa­
con los peones en estas opera- ra determinar primero los pla­
ClOnes. nes del adversario .

9. P3T. T2R: la. P4CD, P4CD: 1 5 . . . . D3R: 16. D ID,


1 1 . PxP. PTxP:
Probablemente piensan que
Por fin un objetivo es logra­ un final de dama y torre con­
do; se ha abierto una columna cede mejores posibilidades de
EJ. llEDIO JUEGO E N AJEDREZ 159

tablas que 11D simple final de bemos agregar que. gracias a


torres. algunas finezas tácticas de las
blancas, y a algunos errores
16 T I TR: 17. P4C.
tácticos de su adversario, las
• . . . •

Los peones blancos del flan­ blancas ganaron finalmente es­


co rey están paralizados; el se­ ta partida que pudo ser una
gundo objetivo de las negras obra maestra de las negras.
ha sido logrado. Estas pueden En situaciones más compli­
ahora proceder con la tercera cadas, y con más piezas sobre
etapa de su plan; acción con­ el tablero, el equilibrio puede
tra los peones del flollco doma. ser deshecho más rápidamen­
te, de manera más súbita y
17 • . • . • D5A: más decisivamente que en el
ejemplo precedente. Puede pro­
Las negras han adquirido así
ducirse un ataque, aunque, co­
una posición dominante, en la
mo hemos visto, un ataque solo
cual sus piezas están mejor
puede ser realizado en una po-
ubicadas y sus peones son su­
SlClon supenor; sena mas co-
. . , . , ,

periores a los del adversario.


rrecto expresar que el ataque
En pnrticu1ar, el PTD bJl'mco es
deberá ser conducido donde se
casi despreciable; así lo consi­
está más fuerte, pues podemos
deran claramente las blancas,
atacar en el flanco rey, quizás
e intentan eliminarlo sacruicán­
con una inferioridad en el flan­
dolo pc:ua recobrar cierta canti­
co dama. Igualmente es ello
dad de iniciativa. Ellas debie­
una necesidad pues de otra
ron pensarlo cmtes.
manera significo1ía que se con­
18. P4TD. DxP: 1 9. PsP. DxP: cede al oponente pleno domi­
20. T3CD. D3T: 21. D4D. T IR: nio. El contraataque como me­
22. RIC. T4R: dio de defensa es del mismo
tipo.
La ventaja de las negras es­ La posición del diagrama N9
tá clOlamente definida y el 76 se halla todavía en la aper­
ataque de las blancas no es tura y correspondería proceder
compensación suficiente por la con un tranquilo des(llfollo. Las
pérdida de un peón. Las ne­ blancas, por el contrario, co­
gras han demostrado de una mienzan sin demora una ac­
manera sorprendente lo que ción agresiva que fuerza al
puede hacerse con una posi­ oponente a combinar el des­
ción de tablas. Sin embargo de- arrollo con la defensa.
160 EUGEXIO Z�OSKO·BOROYSKY

Diagrama Ne? 76 acción en el flanco dama, que


es mucho más justificada que
la agresión de las blancas e n
el sector opuesto.

8. C4A. CxC: 9. AxC. PxP:


l O. PxP. C3A: 1 1 . A3R. 0-0.

El desarrollo de las negras,


ha sido completado, mientras
que las blancas no han enro­
cado todava y uno de sus ca­
ballos aún se encuentra en su
casilla original.

1 2. P6T, P3C: 1 3. C3A. P3A:


Blancos: Spielman. Neqras: Tartakower
Match Viena 1913 ¡ Bien jugado! Las negras co­
mienzan ahora una acción en
lo P5A. PxP: 2. DxP. C2R; el flanco rey donde la posición
de las blancas está debilitada
Las negras previenen D8Aj. como consecuencia de su ata­
desarrollando una pieza. que prematuro.
3. D2A. C3C; 4. P4TR. 1 4. PxP. TxP: 1 5. D2D. A5C:
Tales ataques. sin un obje­ Anticipándose al e n r o q u e
tivo bien definido. no son acon­ largo d e las blancas (éstas no
sejables. Ellos solamente debi­ tienen elección). las negras
litan la posición sin ninguna paran un ataque.
compensación apreciable.
1 6. 0-0-0, C4T: 1 7. R I C,
4 A2R: 5. P5T. C IA; 6.
C5A:
• . . . •

C2R. C3R:

Como consecuencia del ata­ y las negras pueden esperar


que de las bloucas este caba­ buenos frutos de su oportuno
llo se encuentra ahora en una ataque, pues las blancas han
casilla muy superior. roto el equilibrio en su propio
perjuicio.
7. P3A, P4AD:
La destrucción del equilibrio
Estando desanollado el flan­ puede ser causada también por
co rey, las negras inician una una simple combinación, la
j': L :\[ E I > I O J I- EGO E X A J E I)JI EZ 161

cual puede ser replicada por 1 . D4C, P4TO:: 2. PxP, OXP:


u n a contra-combinación d e l 3. CXP,
o p o n e n t e . Esto también de­
Este sacrüicio infunde cierta
muestra, que las posiciones
vida a una posición mas bien
iguales no implican necesaria­
incolora. El caballo no puede
mente un juego pesado y sin
ser tomado pues entonces las
lmagmaclOn.
.. .. .. ,

negras perderían uno de sus


Diagrama N9 77 alfiles.

3. . . . , TxT: 4. TxT, P4T:

Ambas piezas. dama y ca­


ballo. están ahora comprome­
tidas, y las negras amenazan
. . 040; atacando simultánea­
.

mente al caballo y la torre con


amenazas de mate.

S. D3C, D70:
El caballo aún está a salvo
de la captura.
6. TIAR, T8A: 7. A30, TxTj.:
Blancas: Gunsberg. Neqras: Przepierka 8. AxT, 07A:
San Remo 1 9 1 1 L a s b l a n c a s amenazabcllI
DaCj.
En el diagrama N9 77 las ne­
gras, después de eliminar sus 9. 08Cj., AlA: 10. C7A,
peones doblados, quedan en Por fin el caballo pudo mo­
situación favorable con el par verse, pero con una poderosa
de alfiles y ambas torres bien amenaza.
desarrolladas. Contra esto las
10 , A4R: 1 1. DxAj., R2C:
blancas tienen un esquema de
• . . .

12. 070, OxC: 13. DxD, AxD:


ataque, de modo que puede
afirmarse que la partida es
14. ASC, A30: lS, AxP, AxPT:
equilibrada con una leve düe­ y la partida es tablas. Sin
rencia en favor de las negras. embargo, la lucha ha sido há­
Por ello no sorprende ver que bil Y vivaz, y por ello la com­
las blancas se embarcan en binación de las blancas resul­
una combinación. tó justilicada.
162 NUGI'; N I O 7.NOSKO-BOROVSKY

4 ACCIONES OPUESTAS ba severa para los comba­


tientes!
El término "posición igual". No sería correcto afinnar
nos conjura la visión de posi­ que en todos estos casos las
ciones lóbregas. cllxastrándose posiciones iniciales son equili­
inteullinablemente en la expec­ bradas; unicamente las posi­
tación de alguna Ínfima debili­ ciones simétricas son entera­
dad o un gran error. Puede mente iguales. Pero nosotros,
ocurrir lo contrario y entonces solmuente nos debemos ocu­
apreciCllllos el arte del ajedrez par ahora de la lucha actual.
en su máxima expresión. Si en y pasaremos por alto peque­
una posición desigual hemos ñas diferencias.
visto que los
contraataques
Diagrama N'? 78
producen juegos del carácter
más excittJute ¿qué podemos
esperar cuando, en posiciones
equilibradas, ambos jugadores
en forma onimosa y empren­
dedora se atacan mutuamente
con toda la maplitud de sus
fuerzas? Hemos visto ya un
ejemplo de este tipo y ex... !IÜ-
naremos otros mas.

Sin detenernos a analizar las


maniobras posicionales, con
las cuales ya nos hemos fanü­
liarizado, estudiaremos casos.
en que ambos jugadores si­ Carlabad 1911
multan eam ente e m p r e n d e n
una acción directa. Esto puede En la posición del diagrama
ocurrir de dos mOlleras; ya sea N9 78 las negras poseen un
que los respectivos ataques peón fuerte, pasado y apoya­
convergen en el mismo lugar. do. Infolhmadamente está blo­
o que se desenrollan en flancos queado y las blancas pueden
opuestos. Pero cuando el com­ atacarlo tantas veces como
bate se desata por todos los puede ser defendido. En este
ámbitos del tablero ¡qué fiesta caso. todas las piezas negras
para el espectador. y que proe- se veran comprometidas en la
163

defensa pasiva de este peón y 1 6. T(3D)xP, OST: 1 7. T8Aj.,


las blancas pueden aVl"Il)zar R2C:
P4CD. Si las negras avanzan
Las negras, creyendo que es­
su PAD, el PD quedará debili­
tado y las blancas concentra­ tán en las puertas del triunfo
rán todas sus fuerzas contra cometen aquí un error. Con 17.
este.
,
. . , C IA; probablemente se
.

habrían asegurado tablas. Des­


l. ' D5T: 2. P3C, D4T: 3-
"
pués de la movida del texto,
R2C, P5A: 4. C4A, D4R: 5. AxA, las blancas se ingenian para
P6A: 6. D3D: CxA: 7. C5D, asumir la iniciativa, aunque
sin descuidar su defensa, y así
Amenazando C7Rj. a la vez
la combinación final resulta fa­
que TR lD y P4A. Las negras
vorable para ellas.
se deciden a avanzar su peón
sacrificando la calidad. 1 8. D5Rj P3A: 19. T(l A)7Aj.,
••

H3T: 20. D3Ri.. P4C: 21. PxPj ..


7. . . . , TxC: 8. PxT, DxP: 9.
CxP:
TRlD, C3R;
Algo mejor hubiera sido 2 1 .
Protegiendo a la vez el PD
PxP . 22. DxC j., DxD ; 23.
Y el PAD, pues si las blancas
. . .

T6A Y las blancas tienen un


capturan a éste último, enton­
peón extra. Pero las negras
ces, tras los cambios necesa­
juegan en pos del mate, y
rios, P7A gana.
pierden.
1 0. DxPT, T I T: 1 1 . D2R, P6D: 22. TxPj., RxT: 23. D7Ri., R3C
24. TSCj. R4A: 25. TxCi..
Con las torres amenazando
ocupar la séptima fila, apoya­ y la dama negra está per­
das por los peones avanzados, dida.
las negras emprenden un ata­
En el ejemplo del diagrama
que directo contra el rey.
N9 79, las blancas tienen un
1 2. TxPD, D4CR: 1 3. poderoso ataque contra el rey,
TxPi. 1 4. R IC, D4TR; 15. PoiT. y como su alfil está encerrado
D4AR: intentan abrirle una diagonal.
Su propio rey no está muy se·
Amenazando . . . D6T. Si 16. guro y deberán conducir su
.
P4CR, D5A; 17 DxD, CxD; con atal"JUe con precCluclOn y con
,

la amenaza de . . . , C7Rj. la r.1ayor precisión.


164 EUGENIO ZNOSKO-BOROY>!KY

Diagrama N9 79 6. D6A, DSDi.: 7. T2A D8Dj.:


8. R2T, P5R:
Sacrificando la torre, las ne­
gras cierran la diagonal del
alfil y obtienen así alguna li­
bertad . Un sacrificio las ayu­
da a pasar de la ofensiva al
contra ataque.

9. DxT, T3Tj.: 10 R3C. D8R:

L a s blancas amenazab::m
TxPj . Si 1 0 . . . . , DxPj.; 1 1 . T3A,
.

con la misma amenaza.


1 I . DxA. D6Rj.: 1 2. R4C,
Blancas: Duras. Neqras: Teichmann

0stande 1906 Las blancas no temen avan­


zar su rey, puesto que su ata­
l . TSA, D6A: que es más potente que las
amenazas enemigas.
Si 1 . . . , PxT; 2. CxPj., R2T;
P4Aj.; 1 3. T(5C)xP,
.
1 2.
3. CxT(6T), RxC; 4. D 4Tj . , R2C;
. . . •

T3Cj.:
5. T5A, etc.
Amenazando mate en dos,
2. P5R, PxP: pero . . .
Obligatoria, a causa de P6R. 1 4. DxTj.,

3. TSC, R2T: Con un bonito sacrificio las


blancas por fin se apoderan de
Se amenazaba D6Aj . . , . . " la iniciativa, que decidirá el
4. CSA, PxC: destino de la batalla.

De otra manera las blancas 1 4. . . . , RxD: 15. T6A)., R2C:


ganarían la calidad. Veamos 1 6. T7Aj., R I C: 1 7. T8Aj. R2C:
que las blancas, por medio de 1 8. T)2A)7Aj R3e: 1 9. T6Aj.,
••

R2C; 20, T(8A)7Aj., R IC; 2 1 .


dos sacrificios, han abierto la
R5T,
diagonal para su alfil.

5. DxPj .. T3C ; Excelente juego. No hay de­


fensa contra el mate amen::x­
Si 5 . . . . . R IT; 6. T5T. zado.
EL )f l'; I J ! O JUEGO EX AJEIlREZ lC;;

21. . . . , D7Rj.: 22. P4C, l . ASC, A3T: 2. AxC, DxA: 3.


DSTj., R2D: 4. C6C,
Las n e g r a s abandonaron.
j Una partida de ajedrez puede Prácticamente forzado; su ca­
ser muy atrayente cuando es ballo está atacado y se amena­
jugada en esta fOIDla! za . . . A2R; atacando el ca­
No menos excitante es el ballo.
ejemplo del diagrama N9 80
Habiendo sacxificado las ne­ 4 • . . . , DxPD:
gras un peón en la apel tnra,
Las negras perseveran en la
tienen una partida excelente.
idea de mantener su rey en el
Su AD sobre una diagonal
centro. Su SQcxificio de una to­
abierta previene el enroque de
rre es menos substancial de lo
las blancas en el flanco rey y
que parece, en vista de la cir­
hacen lo posible por impedirles
Cl1nstC'lllcia de que ambas to­
tmubién enrocar en el otro
nes blancas estém fuera de
flanco. Sin embcngo, no de­ juego.
seando las blollcas someterse
a una pasiva, condu­ 5. CxT, A4A: 6. D4T, TxC: 7.
cen una partida activa e inten­ TID. DSC:
tan aumentar su ventaja en
Amenaz"'udo ' " PSD.
material.
8. D4C, BID: 9. DxPC. TIR:
Diagrama NQ 8.!
lO. D6Aj.: B2D: 1 1. P3TD.

Expulsando al caballo cune­


nazan CxPD en respuesta a . . .
DxPC .

11 , D3C: 1 2. T2O, P6R: 1 3


• . . .

PXP, AxPR:

En esta forma las negras po­


nen en juego su torre y. en
consecuencia, cuentan con una
pieza extra. Las blancas bus­
can salvación en un ataque.

1 4. CXP, AxTj.d.; 1 5. RxA,


Blancas: Pillsbury. Ne9'1'as: Tanasch D7Aj.; 1 6. R lD. D 7Rj ; 1 7. RIA. .

Monte CarIo 1903 PxC: 1 8. TID.


166 EUG ENIO ZNOSKO-BOROVSKY

Oe nuevo, como en la parti­ 07Ti., R I R: 25. OXP, D5Ai.: 26.


da precedente, las blancas lo­ R I e, DxP:
gran la iniciativa sacrificando
una pieza, a cambio de ella, y las negras ganan, teniendo
obtienen dos peones y libertad un alfil a cambio de un peón.
de acción. No podía haber una conclu­
sión más sobresaliente para
18 • , P3A: 1 9. D4T. DxP:
. . . este libro que estos ejemplos
20. DxPj.. T2R: 2 1 . D4T. D IR: notablemente hermosos del ar­
22. D8T, DxP: 23. D8T, A lA: 24. te del ajedrez.
CONCLUSIONES

Nuestras investigaciones llegan a su fin; hemos examina­


do los tipos más importantes de posiciones y analizado su
tratamiento, y hemos demostrado cómo se aumenta una ven­
taja explotando las debilidades enemigas mientras se protege
la posición propia.
La primera edición de este libro otorgaba particular impor­
tancia a las bases objetivas de nuestro juego los tres elemen­
tos: espacio, tiempo y fuerza y aún insistimos en la necesidad
de concederles las más serias consideraciones. Por un hecho
su mérito es indiscutible, y nunca nos arrepentiremos de haber
confiado en su validez: ciñéndonos a sus principios iremos ad·
quiriendo una infalible certeza. Su omisión es la falla principal
en el juego de la generalidad de los aficionados; los que se
familiarizan con estos principios inevitablemente avanzan un
paso importante en la fuerza de su juego.

Pero ello no es suficiente. El ajedrez no es un juego mecá­


nico; apela a nuestro intelecto y depende de él. Por este motivo
las "ideas en ajedrez" constituyen la parte más importante, a
la vez que la más interesante del juego. Esta es la razón porque
jugamos ajedrez, y es la causa porque la mayor parte de este
libro está dedicado a "ideas en a]"drez".

Utilizando la técnica como punto de partida, por el análi­


sis de cada posición arribamos a la interpretación de su idea
principal y sus distintos aspectos. Ello nos permite formular un
plan estratégico. Al ejecutar este plan deberemos extraer ven­
tajas de cualquier posibilidad táctica que pueda ocurrir; así es
168 Er(; ¡.: x l O ZXOS K O - BOROY S K Y

como llD jugador de ajedrez debe pensar y proceder en el cur­


so de cada partida que conduce.
Consideraciones de espacio me han forzado a seguir más
bien líneas generales, sin entrar en todos los detalles; éstos de­
ben ser tratados en monografías especiales.
Los ejemplos más importantes presentados en la primera
edición han sido retenidos aquí, pero muchos nuevos ejemplos,
tomados de la práctica en los últimos torneos, han sido agrega­
dos con el objeto de hacer que este estudio del medio juego
resulte tan completo y moderno como sea posible.
I N D I C E

P R I M E R A P A R T E

CONSIDERACIONES GENERALES

PREFACIO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Pág.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
CAP. I BASES MATERIALES DE LA PARTIDA . . . . . . . . . . . . . . . . . , .
7
1 Los elementos: Espacio, Tiempo, Fuerza . . . . . . . . . . . . . . .
" 7
2 Las piezas y su manejo: Los peones, el rey. Las demás
pIezas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18

. ..

3 La coordinación de los elementos como base del ajedrez ., 29


CAP. n lEAS EN AJEDREZ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . " 34
1 Objetivos a seguir y como alcanzarlos . . . . . . . . . . . . . . . . . " 34
2 Amenazas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . " 39
CAP. m ESTRATEGIA y TACTICA ......................... ,
. . 44
1 Análisis preliminar e interno de una posición . . . . . . . . . . . 44
. ., .
..

2 La pOSlClon en con)unto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 52
3 Construcción y ejecución de un plan . . . . . . . . . . . . . . . . . .
,. 54
4 Posibilidades tácticas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 60

S EG U N D A P A R T E

EL MEDIO JUEGO

CAP. I LAS TRANSICIONES DEL MEDIO JUEGO . . . . . . . . . . . . . . Fág. . 67


1 Entre la apertura y el medio juego . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67
2 Entre el medio juego y el final . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . " 75
CAP. n SUPERIORIDAD EN POSICION . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 80
1 Superioridad en los varios elementos . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . 80
2 Diferentes medios de explotar una ventaja . . . . . . . . . . . . . . . " 92
CAP. nI POSICIONES INFERIIORES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • • 1 16
1 Inferioridad en difarentes elementos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
" 1 16
2 Varios medios de remediar una inferioridad en posición . . . " 122
CAP. IV POSICIONES EQUILIBRADAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • • 142
1 Combinación de los elementos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • • 142
2 Posiciones sin aspectos destacados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 151
3 Ruptura del equilibrio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • 157
4 Acciones opuestas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . " 1 62
CONCLUSION . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • •
167
OTROS LIB ROS DE AJEDREZ
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j'cqueña obra r:�Jicual {hU.' pr r.;(jrIUS Ij ue deseen
aprender d (J jet/tu: SÚl wcc-sidud de maestro,

Como no debe jugarse al ajedrez


por EUGENIO ZNOSKO BOROWSKY
Método simple, claro y lógico de dirigir las
partidas.

Tratado elemental de aperturas


Por la Subcomisión de Ajedrez de la Edítoria/
Cultura Física y Turismo de Rusia, baJo 111
dirección del maestro P. A Romanowsky.

C l a v e d e l a s a p er t u r a s
por MAX EUWE y REUBEN FINE
Innecesario es destacar la excelencia de un traz,o)o
en común de ]J,[ax Euwe 1/ Reuben Fine, do::;
. -
1';1--

tüantes estrellas en el firmamento del IlJI:dre,


mundial. La sola mención de sus nombre� ba.�la
para que este pequeiío ie:tfo se recomíendc por s í
mIsmo.

Esta edición de 3.000 ejemf\lare. se �ermíl16 de im primIr
:11 los Talleres Gratwos DULAD S. R.L., Rauch 1849.
Buenos Aires. en el mes -ir setiembre de 1973

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