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¡Alabado sea el
pingüino!
FINALES DE PEONES
Ante la escasez de literatura subespecializada sobre los finales de partida, el
aficionado, el jugador medio y hasta el más elevado, encontrará en este libro la
solución al problema matemático de los finales de peones, porque si bien la fase
inicial del juego es rica hasta el absurdo en variantes y posibilidades, el final de la
partida pertenece al campo en que la imaginación debe ceder ante la técnica, en que
el talento es eclipsado por el estudio, la inspiración reemplazada por la transpiración
Intelectual. De ahí que la aparición de esta nueva edición abra un nuevo y amplísimo
campo de investigación al aficionado concienzudo así como al maestro, quien
necesita depender cada vez más del análisis de laboratorio para el remate de sus
partidas.
Desde que Philidor («los peones son el alma del ajedrez») revaluara el concepto
medieval del peón y lo democratizara hasta despertar al mundo ajedrecístico a la
realidad aplastante de su importancia, son muchos los autores que progresivamente
penetraron en los misterios de esta figura primaria del ajedrez. Berger, en su obra
monumental, y más tarde Euwe, Robinovich y Fine contribuyeron ampliamente a este
logro teórico. Maizelis, en el presente volumen, ofrece al aficionado un resumen de
estas tendencias, a veces diferentes, y aunando estos estudios a la clásica
investigación de Dedrle sobre la teoría de las casillas criticas, presenta el tema sobre
la base de una teoría única de finales de peón. He aquí su mérito.
Cubierta de G. Mari
PROEMIO
En realidad, este libro no necesita presentación de ninguna clase. Viene precedido del
suficiente prestigio internacional para que lo mismo el profesional que el aficionado,
que incluso aquel que por primera vez asoma su curiosidad al campo de batalla, tan
incruento como apasionante, del ajedrez, le dé no sólo como bueno sino como
ejemplar y único hasta ahora.
Pero me parece oportuno aducir aquí el argumento de que, entre los numerosos libros
que tratan de ajedrez, son pocos — por lo menos que yo conozca — los consagrados
a los finales de partida.
Yo sé de esa especie de angustia que se le presenta al ajedrecista cuando, previendo
ganada la partida, se ve en el trance de elegir. Muchas, muchísimas veces, la elección
llega a sus dedos como por divina inspiración. Pero no es eso. Dejar que el azar
intervenga, aunque sea para traerle el triunfo, no conjuga ni aún de lejos con lo que
constituye para el jugador la esencia misma de su personalidad: lo exacto. Lo que está
en sus manos evitar, o provocar.
Se hacía precisa una sistematización de la experiencia en esta materia, hasta — si ello
era posible — convertirla en sencilla, pura y simple teoría. Y tenía que ser un hombre
de la talla de un Maizelis quien consiguiese un propósito de tanta envergadura. Este
libro, FINALES DE PEONES, recoge y remata cuanto sobre ello se ha
experimentado.
Lo más difícil del propósito era conseguir una claridad de exposición tal que llegase a
la comprensión inmediata incluso del profano. En este sentido, la obra de Maizelis
puede presentarse como un modelo de la didáctica. Es clara, es eficaz; es poco menos
que exhaustiva.
La famosa expresión de Philidor «los peones son el alma del ajedrez» conserva toda
su actualidad, pero ahora se da una interpretación distinta — no del todo philidoriana
— y más profunda al papel de los peones en el juego. De ordinario, los peones
constituyen la base de la posición y determinan, en gran medida, sus peculiares
características. Tiene extraordinaria importancia el papel de los peones en la fase final
del juego, cuyo objetivo fundamental es la conversión del peón en Dama. La mayoría
de los finales son de peones, y hasta en los de figura es preciso calcular las
posibilidades de un final puramente de peones. Tras la aparente sencillez de los
finales de peón, suele ocultarse una gran profundidad. Sin embargo, su carácter
original, a veces incomprensible, se explica por las leyes generales por que se rigen y
a cuya comprensión se ha ido acercando poco a poco la teoría ajedrecística. El
desarrollo de la teoría de finales de peón es un proceso largo y complejo, de
particularidades difíciles o tal vez imposibles de precisar. Fue extremadamente largo
el período de acumulación inicial de materiales y su comprobación analítica. El libro
de J. Berger, que podemos considerar como la primera experiencia de sistematización
científica del ajedrez, significó un cierto resumen de esta labor. Más tarde, se
publicaron los trabajos de Rabinovich, Euwe, Fine y Cheron, pero cada uno de estos
autores estaba más o menos influido por sus antecesores. En las obras enumeradas no
se había intentado siquiera esbozar ni desarrollar los problemas generales de la teoría
de finales de peón. Para Berger, lo fundamental era el concepto de «oposición» y la
aplicación práctica de este método». Rabinovich, además de esto, aplicaba el método
de «casillas conjugadas». No obstante, sería vano buscar en las obras de ambos
autores una fundamentación teórica de los métodos indicados. Esta falta de
fundamentación teórica y de base única de exposición constituye un defecto de las
obras indicadas que, aparte de eso, son sumamente valiosas. Hoy día, la teoría
dispone de métodos que le permiten hacer una síntesis más amplia y sentar reglas que
facilitan, en cierto modo, el desarrollo práctico de muchos finales de peón. El
objetivo de este estudio es dar a conocer estos métodos a los lectores. Es el primer
intento que se hace de exponer el tema sobre la base de una teoría única de finales de
peón, en la medida que pueda considerarse establecida actualmente. La teoría de
finales de peón se formó sobre la base de la experiencia práctica de los maestros de
ajedrez y del estudio analítico de numerosos ejemplos. Fue también muy considerable
la aportación de los teóricos, a los que se deben artísticos análisis, tanto de algunos
aspectos de esta fase del juego, como de ciertas leyes generales. En este trabajo se
dan los nombres de los autores de las posiciones (o de su solución). Han contribuido
activamente al desarrollo de esta teoría general: F. Durand, que en 1860 y 1874
publicó unos ensayos sobre casillas críticas; Dedrle, que profundizó
considerablemente esta teoría en 1921 y 1925, y Grigóriev, que fue el primero en
estudiar la teoría de las casillas conjugadas (1922). Pero el mérito de Grigóriev no
En el primer caso, las blancas consiguen ocupar con su rey la casilla b7 (ó d7),
asegurando así la coronación del peón; en cambio, moviendo las negras esto resulta
imposible.
Si les hubiese tocado jugar a las negras la partida sería nula, ya que el rey negro no
habría permitido la ocupación de las casillas clave; la posición del rey negro frente al
blanco se llama, en términos ajedrecísticos, «oposición».
En la posición 1 vemos que la conversión del peón en dama se reduce a la lucha por
la posesión de casillas particularmente importantes y decisivas.
Ahora bien, en el 2 las casillas b6, c6 y d6 son también «clave», pues su posesión
asegura la posibilidad de ocupar la b7 y la d7, y coronar, por lo tanto, el peón.
Resultado de ello es que el peón en c5, que se encuentra en la mitad del tablero del
negro, obtiene un sistema de casillas clave indicados en el ejemplo 3, tan pronto
como el rey blanco ocupe uno de estos 6 puntos, queda asegurada la conversión del
peón en dama, independientemente de la posición del rey negro y de a quién le toque
jugar (a excepción, claro está, de que las negras puedan capturar al peón en la primera
movida).
La única razón de que las casillas b6, c6 y d6 sean críticas para las negras se debe a
que su rey está limitado en sus movimientos por su proximidad a la banda del tablero.
En el 2, donde el peón ha pasado ya de la mitad del tablero, las negras pierden
después de 1.nb6 Nb8, 2.c6 Nc8, 3.c7, las negras pierden por Zugzwang, ya que no
tienen casillas para retroceder.
Si en el cuadro 4 les toca jugar a las negras, se ven obligadas a ceder inmediatamente
al rey blanco uno de los puntos de invasión a la fila siguiente, es decir, la casilla b6 ó
d6 (movimiento envolvente), después de lo cual toda resistencia es vana. Si salen las
blancas, no pueden ocupar ninguna casilla clave, ya que el rey negro toma la
oposición y no deja paso al rey blanco.
Examinaremos con más detalle estos finales en el capítulo 1. Por ahora nos
limitaremos a formular los resultados obtenidos:
Examinemos el cuadro 5.
Es evidente que si el rey blanco consigue ocupar alguna de las casillas e5, f5 ó g5, el
peón negro en d5 está irremisiblemente perdido. Por lo tanto, este peón también tiene
sus puntos críticos(e5, f5 ó g5 ). La realización del primer objetivo (captura del peón)
no significa que la otra parte del plan se consiga. Las negras pueden impedir que las
blancas coronen su peón.
La verdad es que el sistema de casillas clave del peón d5 es mucho más complejo.
Forma un rectángulo a5, a7, g7 y g5. Lo veremos claramente en el cuadro 5a. Las
casillas marcadas con una cruz en los cuadros 5 y 5a, señalan el límite de la «zona
crítica» del peón d5, la «primera línea», por decirlo así, de la defensa de las negras.
Como es natural, el peligro máximo para el peón negro d5 emana del rey blanco
situado e5 ó e6 (que son las casillas clave fundamentales), pero, como hemos visto ya
en el cuadro 5, la ocupación de la casilla g5 (invasión de la zona crítica), asegura el
dominio de las casillas e5 y e6.
Conviene recordar que en la lucha por tres puntos clave, situados en fila o en
columna, el rey consigue triunfar solamente si consigue tomar la oposición. Este es su
único medio de lucha.
Pero si solo hay dos casillas clave, como ocurre en el cuadro 6, la defensa por medio
de la oposición deja de ser obligatoria, ya que las blancas no pueden realizar el
movimiento envolvente.
En los capítulos siguientes (principalmente en el 7), veremos que los campos clave
pueden estar en distintas filas o columnas y separados unos de otros.
En los ejemplos arriba examinados las negras estaban condenadas a una defensa
pasiva y luchaban sólo por conseguir tablas, para lo cual su máximo esfuerzo
consistía en no dejar pasar el rey contrario a las casillas clave. Pero las negras
disponen con frecuencia de posibilidades de contraataque, es decir, que a su vez
pueden atacar a los peones blancos. En estos casos se hace preciso calcular la
distancia que media entre los reyes y los peones o los escaques clave, así como la que
hay entre los peones y la fila de coronación.
Estudiando la situación de los reyes en un tablero sin peones, vemos que solamente la
oposición vertical u horizontal es la verdadera y efectiva; la oposición diagonal es tan
sólo una posición virtual, que permite pasar a la oposición real (por ejemplo, si
examinamos la posición nb1-Nd3, entonces a la jugada c3 ó d2, responden las
blancas con c1 ó b2); la oposición diagonal es incapaz de impedir el avance de un rey
contrario activo.
La distancia entre los reyes se determina con las cifras 1, 3, 5; cuando los dos
reyes se aproximan ganando una casilla cada uno, la oposición sigue en pie. Esto
que, al parecer, no supone ninguna novedad, se convierte en un principio
importante, que se aplica en la práctica durante las complejas maniobras en las
posiciones bloqueadas (capítulo 7).
En la posición que reproduce el diagrama 15, las blancas deben jugar 1.ng2! con el
propósito de impedirle a las negras llegar a la casilla e6 (no permitiendo de ese
modo conseguir la oposición rectangular 3x5=15). A este mismo objetivo les
conduce también 1.ng1, pero se pierde tiempo; cualquier otra jugada (1.ne1, 1.ne2,
1.nf2) sería un error irreparable que les haría perder la partida. La jugada 1.ng1 es
una típica maniobra de rodeo. La mejor respuesta de las negras sería 1...Nf8 (o Nf6).
Precisamente ahora, cuando las negras entran en la columna principal, las blancas
ocupan la oposición mediante 2.nf2!
Es muy importante señalar que las negras no pueden, ni ahora ni en ningún momento
después, pasar a la columna de g, ya que el rey blanco se precipitaría a la casilla a5
(para ello necesitaría 5 jugadas), y, en cambio, el rey negro no le daría tiempo de
llegar a la casilla a7 (necesita 6 jugadas); sólo llegaría a b7; pero entonces ganaría la
jugada (na5) b5.
El intento de contraataque de las negras en el flanco del rey es rechazado por las
blancas, en su avance a la casilla a5 a través de d3, por nd3-d4 y luego c4-c5.
1.ng2 Nf8, 2.nf2 Ne7 (Ne8), 3.ng3 Nf7, 4.nf3 Ne7 (e8), 5.ng4 Nf6, 6.nf4 Ne7,
7.ng5 Nf7, 8.nf5 y ganan.
La partida es nula, porque saliendo el rey blanco a la columna principal, las negras
pueden siempre tomar la precisa oposición vertical. Por eso, en la posición inicial
jugar 1.ne1 (ne2) sería un error irreparable, ya que las negras responderían 1...Ne8,
alcanzando fácilmente tablas, igual que en la variante recién reproducida. El concepto
«fila principal» es análogo al concepto «columna principal». En la posición 8, la
séptima fila es la principal.
Después de 2.nd4, el rey blanco puede ocupar una de las casillas decisivas de la zona
principal c5 ó d5; por ello las negras deben jugar 2...Nb8 o Nd8, véase 17a,
conservando la posibilidad de ocupar, a su vez, la casilla equivalente en su zona
crítica, la c7 ó c8. Hasta ahora las negras han tenido siempre casillas conjugadas (en
este último caso son conjugadas las casillas d4 y b8).
En el 17b, las casillas b8 y d8 están marcadas con la cifra 2, ya que estas dos casillas,
aunque no colindantes, son afines por su significación. Equivale a estas casillas la d4
de las blancas, pero en la designación de esta última se señala que se trata de un
escaque nuevo para las blancas, tomado de la «retaguardia»; las negras carecen de un
campo análogo y se ven obligadas a buscar su: equivalencia en una de las casillas de
la zona «principal».
Así pues, la parte pasiva pierde cuando sólo una casilla suya es la conjugada de dos
colindantes del adversario (Grigóriev, 1922). Repetimos brevemente la solución:
1.nd5 Nc8, 2.nd4 Nb8, 3.nc4! Nc8 (pierde la conjugación); 4.nd5 (las blancas
toman la conjugación en la zona principal), Nc7, 5.nc5, y ganan. Se había obtenido
la posición inicial, pero con la salida de las negras. Para ganar tiempo (dejar la salida
al adversario), las blancas han utilizado el triángulo formado por las casillas d5, d4 y
c4. La razón de este procedimiento, prácticamente importante, reside en la necesidad
de una mayor libertad de maniobra del rey activo que conduce al adversario a la
pérdida de la conjugación. Hemos visto que el juego en el 17 no se atenía a las reglas
de la oposición. Algunas casillas conjugadas (1, 2) respondían a los requerimientos de
la «oposición vertical»; otras, la d4 y la b8, a los de «oposición rectangular», y las
casillas d5 y c8 se encontraban a larga distancia de caballo. La jugada 3 de las
negras, Nc8 (en respuesta a 3.nc4), con la cual habían tomado la oposición distante,
significó el desmoronamiento de la defensa. Resulta evidente que el concepto de
casillas conjugadas es más amplio y supone un método más general de juego que el
concepto de oposición; cabe decir que éste viene a ser su parte integrante.
Los ejemplos citados 16-19 explican con suficiente plenitud, para comenzar, la
esencia del método de casillas conjugadas. Una explicación más amplia la hallará el
lector en el capítulo 7.
Queremos hacer constar que la teoría de las casillas conjugadas ha dado origen y ha
fundamentado con lógica irrefutable la siguiente tesis:
Para resumir, diremos que el método de conjugación es parte integrante de una teoría
más amplia (que, tal vez, deba ser considerada como teoría única para toda clase de
finales) de lucha por los puntos clave de una posición. La teoría de los puntos clave
no es más que un gran paso en la creación de una teoría general de finales de peón;
no lega a la categoría de teoría general, pues no establece con exactitud en qué
condiciones y límites rigen sus tesis y métodos; tampoco ha podido precisar ni
formular definitivamente la esfera y los métodos de su aplicación práctica. Es cierto
que en el capítulo 7, que se titula «Desarrollo de la teoría de las casillas conjugadas»,
el lector verá lo mucho que se ha hecho en el terreno del desarrollo del método de
equivalencia, esa arma fundamental de la teoría de puntos clave, pero, al mismo
tiempo, se dará cuenta de los muchos problemas todavía pendientes de solución y del
camino en que debe orientarse su estudio. Por las causas arriba expuestas, la teoría de
los puntos clave y el método de conjugación se aplican con ciertas limitaciones en los
capítulos que siguen. Sin embargo, el lector encontrará en el capítulo VII
explicaciones complementarias para ejemplos más complicados.
35b.
5k2/8/8/8/3KP3/8/8/8 w - - 0 1
Ganan blancas. 1.nd5.
Esta superioridad suele asegurar una victoria fácil. Pero la situación cambia si se
pierden ambos peones o uno de ellos y el otro carece del debido apoyo por parte de su
rey. La partida nula depende en ocasiones de las posibilidades de llegar a la situación
de rey ahogado (con peones de torre o peones doblados y en posición muy avanzada).
55a.
k7/8/1p6/8/1P6/6K1/8/8 w - - 0 1
Las blancas ganan si son las primeras en
jugar; si lo hacen las negras es tablas.
Después de 1.b5, las blancas se
posesionan de las casillas críticas del Si salen las negras consiguen, utilizando
peón negro b6 y lo capturan, y como el el método de la oposición corriente,
peón de las blancas se encuentra en la defender las casillas de invasión;
fila quinta, la partida se puede considerar 1...Nf8!, así, por ejemplo, 2.ng5 Ng7 ó
ganada. Si juegan las negras, entonces 2.nf5 Nf7. Se ve claramente que en este
después de 1...b5! siempre podrán caso no se trata de la oposición, sino de
responder a nxb5, con Nb7 y tablas. la defensa de las casillas de invasión,
Pese a lo elemental de este pues si trasladamos el rey blanco a h4,
procedimiento, no se tiene en cuenta moviendo las negras son igualmente
muchas veces. buenas las jugadas 1...Nf8 como 1...Nf7.
55b. 8/8/8/2p5/8/8/1kP5/3K4 w - - 0 1
Tablas. En una partida jugada 1.nd2 hizo
perder a las blancas después de 1...c4. Se
hacen tablas jugando 1.c4!
59d.
4k3/4p3/4K3/8/8/8/4P3/8 w - - 0 1 veces, resulta muy difícil hacer cálculos
Pertenece al tipo de posiciones que previos.
analizamos el antiguo final de Horwitz y 1.ng5, es evidente que no conviene
Klitig (1851). Las blancas no pueden mover el peón b2, ya que el rey negro,
ganar. 1.e4 Nf8, 2.nd7 e5!, tablas (55b). después de capturarlo, tiene tiempo de
Son inútiles todas las tentativas de ganar dominar las posiciones clave del peón b7.
tiempos: 1.e3 Nd8, 2.e4 Ne8, 3.e5 Nd8, (Por regla general, a la parte atacada no
4.nf7 Nd7 (en esta posición habrían le conviene, en estas posiciones,
ganado las blancas, en caso de jugar el aproximar los peones, ya que así facilita
adversario, pero saliendo las blancas no la doble misión del atacante, que consiste
les queda más remedio que hacer partida en ganar el peón del adversario y en
nula, teniendo en cuenta que 5.e6+? les defender el suyo.) Sólo queda la
hace perder); 5.nf8 Ne6, 6.ne8 y tablas. posibilidad de rodear el peón negro por la
Si los peones no están bloqueados, su retaguardia.
movilidad equivale a una reserva de 1...Ne4 2.nf6 Nd5 3.ne7
tiempos no gastada, que se puede utilizar Las negras se encuentran ahora ante un
en cualquier momento y dar por resultado dilema: o bien seguir desplazando al rey
sensibles modificaciones de la posición. blanco, o bien avanzar el peón b7.
Si, además, los peones se encuentran 3...Nc6 Si 3...b5, entonces 4.nd7 b4,
7...Na2
8.g4! y ganan.
En algunos casos el rey maniobra A 3...a5, sigue 4.c5 a4, 5.c6 y las blancas
teniendo en cuenta el final futuro. Estos coronan su peón y dan jaque.
finales los estudiaremos en el Apéndice.
4.nd6 Nf7
En el diagrama 67 las blancas necesitan Si ahora 4...a5, sigue 5.c5 a4, 6.c6 y las
abrir el camino que conduce a su peón a blancas hacen dama en la diagonal c8-h3.
la octava fila, pero se debe meditar muy
bien la jugada del rey: el objetivo que se 5.c5 Ne8 6.nc7 a5 7.c6 a4 8.nb7 y las
3.ne6, Tablas.
1. PEONES LIGADOS
Si todos los peones son pasados, el único problema que se plantea es si podrá el rey
de la parte más fuerte detener el peón pasado del adversario en su camino hacia la
casilla de promoción. En caso afirmativo, el juego se reduce al sencillo final de (rey y
dos peones ligados contra rey). Si es imposible detener el peón, la superioridad
material, como es lógico, pierde su importancia y gana la partida quien primero
corona el peón.
Los ejemplos que damos a continuación ilustran tanto el proceso normal del juego,
como ciertas excepciones debidas, fundamentalmente, a la proximidad del extremo
del tablero.
75a. jacliek.
7K/8/4p3/7k/7P/8/6P1/8 w - - 0 1
Tablas. 1.ng7! (no 1.g4+?? Nxh4, 2.ng7
Ng5) e5, 2.g4+ Nxg4, 3.ng6 ó
2...Nxh4, 3.nf6.
82b.
8/8/8/4k3/Pp6/1P4K1/8/8 w - - 0 1
Ganan blancas en el caso de que salgan
las negras.
82c.
8/8/4k3/8/Pp4K1/1P6/8/8 w - - 0 1
Ganan blancas, independientemente de la
salida ( casilla crítica e4 )
Se ve fácilmente que en las posiciones de
los diagramas 82 y 83 ni el carácter ni el
82d.
resultado del juego se modifican si se las
8/8/2k3K1/8/Pp6/1P6/8/8 w - - 0 1
desplaza a la columna de la derecha.
Ganan blancas, independientemente de la
En la posición 82, donde el peón pasado
salida. 1.ng5! Nc5, 2.ng4!
y defendido no ha llegado a la fila quinta,
el resultado del juego, como hemos visto,
El último ejemplo muestra que si en el
dependía de la situación de los reyes.
82, después de 1...Nd6!, 2.nh3 Nd5!, las
Cuando resulta imposible invadir la zona
blancas avanzan su rey por la columna h,
critica, las tablas son inevitables.
las negras deberán mantener el suyo en la
columna de la d, conservando siempre la
En el 84, después de 1.nd2 Nd4, 2.ne2
posibilidad de tomar la oposición
Ne4, 3.nf2, las negras pueden continuar
inmediata, por ejemplo 3.nh4 Nd4!,
3….Nf4, o bien 3...Nd3, capturando el
4.ng4 Ne4!, 5.nh5 Nd5!, 6.nh6 Nd6!,
peón b2.
7.ng6 Ne7!, etc.
4.ne2 h5
5.ne3 Nxg3
97a.
8/4k3/1p6/1P2K3/P7/8/8/8 w - - 0 1
Decide el resultado el turno de salida. En
esta posición de los reyes o más
distanciados entre sí, la lucha se lleva por
los escaques críticos del peón b6. Es
innegable que las posiciones de este tipo,
en comparación con el 82, son mucho
menos peligrosas para las negras.
97b.
Analicemos ahora las posiciones en que 8/8/1p2k3/1P6/3K4/P7/8/8 w - - 0 1
el peón rezagado (que se defiende) se Tablas. Ni siquiera la reserva de tiempos
encuentra próximo al extremo del de las blancas modifica este resultado.
tablero. Esta estructura de peones es, en 1.nc4 Nd6 ó Ne5, 2.nb4, las negras
cierto grado, aún menos favorable para la pueden jugar 2...Nd7 para replicar a 3.a4
parte más fuerte. Se explica, en lo con 3...Nc7. Pero también pueden
fundamental, por el hecho de que el rey 2...Nc7, 3.a4 Nb7, ya que después de
no esté al lado de su peón rezagado y por 4.nc4 Nc2, 5.nd5 Nd7), las negras
eso el avance, a veces posible, de este llegan a tiempo de defender las casillas
último, pierde eficacia. críticas y la reserva de tiempos de las
blancas ya está agotada. Pero otro
En el 96 es imposible sacar el rey negro resultado se obtiene en esta posición
de su rincón: 1...Nc8, 2.nd6 Nb8, 3.nd7 desplazada a la fila inmediata inferior
Na8, 4.a6 Nb8! y tablas. (98). Esto se debe a que el peón “a2”
conserva la opción a la jugada doble.
100a.
8/4k3/2p5/2P5/1P6/4K3/8/8 b - - 0 1
En el 94 se consiguen tablas con la única
jugada 1...Nf7! En cambio, en este caso
cualquier primera jugada de las negras
basta para hacer tablas. (Sin embargo,
cuando el rey negro esté en f8 ó e8 y las
blancas tengan la salida, la defensa debe
ser muy exacta; su índole se deduce de
las variantes más arriba expuestas.
3.ng5 Ne5
1...Nf4!
5...Nf5!
6.ne2 Ne4
7.f3+ y ganan.
3.ng4! Ng6
1.nh5
3.ng4 Ne6
ó 3...g6, 4.nf3!
4.nf4
La posición 140 (Lolli, 1763) suscitaba, White, con sus análisis, demostró, en
al principio, lo mismo que la 124, 1873, que en esta posición (141) se podía
apreciaciones contradictorias. ganar.
Saliendo las negras, las tablas son 1.ne6 Ng6
sencillas: 1...Nf4, 2.g3+ (2.h3 h6!, 3.g3+
Nf5, 4.nf3 h5); 2...Ng4, 3.ng2 h5, Chéron observó en 1952, que si 1...h5 (a
4.h3+ Ng5!, 5.nf3 (5.h4+ Ng6!);
5...Nf5. 1...N ᱻ a excepción de g6, sigue 2.nf6, ó
Se tardó en hallar una defensa correcta 1...h6, 2.nf7 h5, 3.h3 h4, 4.ng7),
saliendo las blancas : 1.nf3 (1.ng3 Ng5, entonces 2.ne5! (pero no 2.nf7?, por
2.h4+ Nf5 ó 2.h3 h6!); 1...h5! 2...h4! con amenaza de h3, 3.h3 Nf5! y
(Reichhelrn, 1873); 2.ne3 (2.ng3 Ng5, tablas); 2...Ng4, 3.nf6 3...h4 y 4.h3+.
2.h3 h4+, 2.h4 Ne5, 3.g3 Nf5); 2...Ne5,
3.g3 Nf5, 4. h3 Ne5, etc. 2.h3 Ng7
Las blancas tendrían probabilidad de
ganar si hubieran conseguido ocupar con ó 2...h6 (2...h5, 3.h4); 3.g3. Si 2...Ng5,
el rey la casilla h6 (131) o atacar el peón entonces 3.nf7 Nh6 (3...h5, 4.g3 Nf5,
h7 por la retaguardia. 5.h4 Ng4, 6.ng6); 4.nf6 Nh5, 5.ng7 h6,
6.g3 Ng5, 7.h4+ Nh5, 8.nh7.
La posición 141 se originó en la 140 en
3.nd7!
8/8/3pk3/8/2P2P2/3K4/8/8 b - - 0 1
Ganan blancas, independientemente de la
salida. La tentativa del cambio 1...d5 se
impide jugando 2.c5.
2.nb3 163a.
8/8/1k3p2/3P1P2/8/8/2K5/8 w - - 0 1
ó 2.nb2, pero no 2.nc3. Ganan blancas. 1.nd3 Nc5, 2.ne4 Nb6,
3.d6! Nc6, 4.d7 Nxd7, 5.nd5 y gana.
2...Nf3
En el ejemplo 168 (Walker, 1841) la dama (1.nd5?, etc.), a las blancas les
posición crítica es la de nd3-Nb4 y la falta un tiempo, y 1.nf6? también pierde,
solución es análoga en todo al 167. Sin debido a 1...Ng4, 2.nxf7 Nf5. Por eso,
embargo, antes de empezar la maniobra, 1.nf5!, ya que crea una situación aguda
es preciso obligar al rey negro a que para ambos bandos y las negras, en caso
retroceda a la fila sexta (de otro modo el de cometer alguna inexactitud, pierden.
rey negro se aproximaría demasiado al 1...Nh4, 2.nf4 Nh3, 3.nf3 Nh2, 4.nf2.
peón a2). Para ceder la salida a las Es fácil de comprender que las blancas
negras, se utiliza el triángulo a3-b2-b3. no podían en ningún momento ir a la
1.na3 Nb6, 2.nb2! Na5 (ó 2...Na6, captura del peón de alfil, ya que las
3.nc2! Na5, 4.nd2); 3.nb3! Nb6, negras, dando un rodeo por la
4.nc3 Na5, 5.nd2! (señalada por Kling; retaguardia, llegarían al peón b5 y lo
Walker continuó 5.a3? Na4, 6.nd3 Nxa3 tomarían. Las negras intentan ahora
y tablas); 5...Na4, 6.ne3 Nb4, 7.nd3 liberar a su rey.
Na3, 8.ne4 Na4, 9.nd5 Nb4, 10.a3+ y
ganan.
170b.
8/6K1/7p/4p3/4P3/8/2k5/8 w - - 0 1
Las blancas no pueden ganar. 1.nf6!
Nd3 (también 1...Nc3 o Nb3, pero no
1...h5?, 2.nxe5 Nd3, 3.nf4 Nd4, 4.e5
Nd5, 5.nf5 y ganan); 2.nxe5 Nc4!,
3.nf4 Nc5! ó 3.nf5 h5 y tablas.
1...Nc5
casillas para retroceder: 2.nc5 Nc7, ó
2.nc4 Nb6, ó 2.na5 Na7 y tablas. O 1...c6, 2.d4 ó 1...c5, 2.nc3 c4, 3.b3 y
Se gana sólo con 1.nc5! c6 (de otro ganan.
modo, 2.nc6), 2.b5!
Siendo mano las negras, Fine propuso en 2.nc3 c6
1941, en posición análoga, 1...Nc6, que
en caso de 2.b5+ Nb6, conduce a tablas De lo anterior se deduce que si 2...Nd5,
sin grandes complicaciones. Ciertas sigue 3.b4!, ó 2...Nb5, 3.d4! (En la
dificultades produce 2.nc3, por ejemplo, exposición ulterior omitimos las
2...Nb5, 3.d5, y si las negras jugasen variantes simétricas.)
despreocupadamente 3...Nb6? (3...c6?,
4.d6), entonces 4.nc4 y ganan; la única 3.b4+ Nb5 4.nb3
salvación es 3...Na6!, 4.nc4 Nb6.
En vista de eso, saliendo las negras, lo y las blancas ganan; por ejemplo:
más sencillo es continuar 1...c6!, 2.nc5 4...Na6, 5.nc4 Nb6, 6.d3! Nc7, 7.nc5
Nc7 (171), ó 2.b5 Nb6! y tablas. Nd7 (7...Nb7, 8.b5); 8.nb6 Nd6, 9.nb7
Nd7, 10.d4 Nd6, 11.nc8 Ne6, 12.nc7
El ejemplo 183 es un viejo problema Nd5, 13.Nd7.
teórico (1843), en cuyas complejas Si son mano las negras, las tablas se
peripecias es fácil orientarse, conociendo aseguran con 1...Nb4, 2.d3 (ó ib3),
los análisis anteriores. Ic5!, pero se puede también 1...Nc4,
Lo fundamental en él es la lucha por la 2.b3+ Nb4, 3.d4 (o de otro modo 3...c5);
casilla c4. Ganan las blancas, si son 3...c6, 4.nb2 Na5!, 5.nc3 Nb5 y tablas.
mano, tomando la oposición.
1...Na4 2.ne3 b5
3.ne4!! Nb4
Esta jugada parece la indicada, pero es
mejor la 1...Na4, que analizamos más A 3...b4 se puede responder con 4.nd5 y
adelante. 4.nd4, y si 3...b6 ó 3...Nb3, entonces
4.nd5!
2.ne3 Nb3
4.nd4!
Si 2...Nc4, entonces 3.nd2! Nb3, 4.nc1!
(pero no 4.nd3? b5!, 5.nd4 b6); 4...Na2, A 4...b6 ó Nb3, sigue 5.nd5 y tablas.
5.nc2 b5 (para ganar haría falta la jugada
Ib4; 6.nc3 y tablas. La jugada 2...Na4 197a. Grigóriev, 1935.
tiene el carácter de una celada, pero tanto 8/1p6/8/1p2K3/k7/8/1P6/8 w - - 0 1
206b.
8/6kP/6P1/2p5/p7/2K5/8/8 w - - 0 1
(1.nc4 Nh8, 2.nc3 1.Ng7) tablas. Gana
la posición: Blancas: nc4, ig6, ih7; En este ejemplo se gana avanzando
Negras: Nh8, Ia5, Ic6 (1.nc5 Ng7, sucesivamente los peones blancos: 1.f4!
2.nd6 a4, 3.ne7 a3, 4.h8=m+, etc.). Son (no 1.ng2? Nb6 o Id5, tablas) 1...Nb4,
impotentes los peones centrales ligados 2.h4! (2.ng2? a5!, 3.h4 a4, 4.f5 Nc5,
contra los aislados de los flancos en la 5.h5 a3, 6.f6 Nd6, 7.h6 a2, 8.h7 a1=M,
posición: Blancas: ng4, id4, ie4; 9h8=m y tablas según esta variante que
Negras: Nd7, Ib5, Ig5. da el módulo, en el libro original dice
que es tablas después de la jugada 2...a5);
206c. 2...d5, 3.f5 Nc5, 4.h5 (a la jugada
8/5p2/5k1P/7P/8/p1p5/8/1K6 w - - 0 1 4.ng2? Nd6!, conduce a tablas); 4...d4,
Ambas partes se encuentran en 5.f6 (también gana 5.ng2 Nc4, 6.f6 d3,
zugzwang: el que empieza, pierde. Si 7.f7 d2, 8.f8=m d1=M, 9.mf1+, etc);
trasladamos el Ic3 a c4 y el n a c3, gana 5...Nd6, 6.h6 d3, 7.f7 Ne7, 8.h7 d2,
la jugada, 1.nc2. 9.f8=m+ Nxf8, 10.h8=m + y ganan.
208c.
2k5/3p4/P7/Pp6/8/4K3/8/8 w - - 0 1
Tablas. 1.nd4 d6!, 2.nc3! (obligando la
jugada de las negras y liberando la casilla
c5); 2...d5; 3.nd4! b4, 4.nxd5 b3, 5.nc6 En el ejemplo didáctico 209, las blancas
Nb8 (ó 6.a7); 6.nb6 b2, 7.a7+ Na8, tienen un peón pasado a5 que distrae al
8.na6 b1=M y tablas. rey negro de la defensa del suyo en c6. El
bloqueo de este peón por el rey blanco es
208d. Gorguiev, 1950. también un factor favorable para las
8/4k3/5p2/7P/4K1pP/8/8/8 w - - 0 1 blancas.
Tablas: 1.h6 Nf8, 2.h5 Nf7!, 3.ne3! (no
3.nf4? f5, 4.ng3 Ng8 y ganan); Sin embargo, sería prematuro 1.a6+?
3...Nf8!, 4.nf4! f5, 5.nxf5 g3, 6.nf6! Nxa6, 2.nxc6 por 2...Na5 y tablas (véase
Ng8, 7.ng6 g2, 8.h7+ Nh8, 9.nh6 y 65; el peón está en g2 y no en g3).
tablas. Valiéndose de que el rey negro se
encuentra clavado, las blancas avanzan
su peón por el otro flanco: 1.g4! h6 (ó
b) Un peón pasado 1...Nc7, 2.a6 h6); 2.a6+ y ganan.
1.nd5 Nf8!
O 5...Ne8, 6.f6.
1.ne4 Ng4
3.nc6!
1.nd3 Nb8
284g.
8/1k6/1P6/P4pp1/7p/5K2/2P5/8 w - - 0 1
Esta posición es todavía más favorable
para las blancas que la 284e.
2.ng3 b5 3.nf4 e3
4.nxe3 b4
5.nd4 f5
El 292 es una típica «comedia de las
En caso de 5...b3, las negras, después de
equivocaciones». Las blancas no tenían
6.nc3 f5, 7.nxb3, pierden ambos
más que parar el movimiento del peón f5;
peones, pero ahora el peón f5 crea la
sin embargo, en el momento culminante
valla precisa.
no supieron encontrar la jugada correcta.
Se produjo una posición de tablas, pero
6.ne5 ó nd5 y ganan.
Grunfeld consideró que no tenía salida y
se entregó.
4.ne3
303.
8/1p6/pk6/8/P1P5/1K6/1P6/8 w - - 0 1
1.nc3 Na5 (1...Nc5, 2.b4+ Nc6, 3.nd4
b6, 4.c5 y ganan. 1...a5, 2.nd4 Nc6, 3.c5
Nd7, 4.nc4 Nc6, 5.b3 b6, 6.cxb6 Nxb6,
7.nd5 y ganan); 2.b3 b6 3.nd4! Nb4,
4.a5! Nxa5 (4...bxa5, 5.c5); 5.nc3 b5,
6.c5 b4+, 7.nd4y ganan.
304.
8/8/8/pp6/k7/P1p5/1P6/K7 w - - 0 1
A 3.ne5? hubiese seguido 3...g5, 4.hxg5 El 317, junto con las posiciones que se
Nxg5, y tablas después de 3.nd5!; pierde señalan en 317a, b y c, comprende todas
3...g5?, a causa de 4.hxg5 Nxg5, 5.ne6 las disposiciones imaginables de dos
Ng6, 6.ne6 Ng5, 7.nf7 y 8.nf6. peones contra otros dos contrarios,
cuando unos y otros se encuentran
4.ne6 Nh5! 5.ne7!! todavía en sus casillas iniciales.
320b.
8/ppp2p2/8/4k3/8/4K3/PPP4P/8 w - - 0 1
Las blancas tienen ventaja. 1.a4 a5, 2.c4
c5, 3.b3 b6, 4.h4 Nf5, 5.nf3 Ne5, 6.ng4
Ne4, 7.h5 f5+, 8.nh3!, etc.
«Creo que esta combinación no es
nueva», señala Nedelkóvich. Esta
suposición es cierta; véase, por ejemplo, En el 321 se ve claramente que deberá
el estudio de Grigóriev 68, el cuarto darse una posición final análoga, con la
movimiento de las blancas (1928), así diferencia de que los peones negros en el
como el 333d, 1926). flanco de dama son mucho más débiles y
La interesante y difícil posición del 321 las blancas necesitan bastante menos
ha sido hasta la fecha poco conocida, ya tiempo para alcanzar dama.
que su solución no ha sido nunca Es evidente que el rey blanco deberá
publicada. Para hacerla más asequible ocupar el centro del tablero, manteniendo
examinaremos en primer lugar el final, la oposición. Por eso: 1.nf2! Nf7 (es
bastante más sencillo, que damos a claro que no se debe jugar 1...Ng7?,
continuación: 2.ne3; en caso de 1...Ne7, sigue 2.ne3;
y la tarea de las blancas queda resuelta al
ocupar la oposición en la columna «e»;
4...a5
333b.
8/6p1/3k1p2/5P2/2p3P1/2P2K2/8/8 w - - 0 1
Tablas. Es inútil 1.nf4 ó 1.ne4, ya que
En el 334, después de un interesante
las casillas e5 y c5 son inaccesibles a las
juego en los flancos, resuelve la lucha la
blancas. Los escaques críticos aquí son
ocupación del escaque de ataque.
d5 y d4, y las negras pueden defenderlas
El peón de más y pasado Id5 («orgullo»
con éxito.
de la posición de las negras) deberá a
1.nf3 Nc6
5. ALGUNAS OBSERVACIONES Y
CONCLUSIONES