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Universidad de Zaragoza

CENTRO INTERNACIONAL DE ALTOS ESTUDIOS


AGRONÓMICOS MEDITERRÁNEO
INSTITUTO AGRONÓMICO MEDITERRÁNEO DE ZARAGOZA

“COMPARACION DE DOS SISTEMAS DE MANEJO (convencional o ecológico)


EN LA EVOLUCION DEL CULTIVO DE MAIZ FORRAJERO. EVALUACION
DE POSIBLES DIFERECIAS EN DEGRADABILIDAD RUMINAL DE LOS
ENSILADOS RESULTANTES”

Tesis que presenta como requisito, para


aspirar al grado académico de Máster of
Science en Nutrición animal:

JORGE LEONARDO VANEGAS RUIZ

Zaragoza – España
2011
AGRADECIMIENTOS

Agradezco a Dios, por ser mi continua fortaleza en cada meta que me propongo e
iluminado mi pensamiento y en especial por darme valor en los momentos más difíciles
de mi vida.

A mi querida familia mi refugio, que siempre me ha apoyado y animado. Mis


padres Leonardo y Celia, ejemplos de determinación, paciencia, amabilidad y confianza.
Mis hermanos Leonardo, Alex Javier, Wendy, mis cuñados Verónica y Jonathan y mis
sobrinas Ariana y Verónica, a mis abuelos y demás familiares gracias por su eterno
cariño, oraciones y ayuda que han significado mucho para mí. Al igual que a mi novia
Vanessa, gracias por tu apoyo incondicional, amor y compañerismo en todo momento.

A la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia y Tecnología


(SENESCYT) por el financiamiento para la realización de los estudios de la Maestría.

A la Universidad Técnica Estatal de Quevedo (UTEQ), y al talento humano de


esta institución, por el apoyo proporcionado en los momentos que lo he necesitado.

A quien en vida fue el Dr. Manuel Haz Rector de la Universidad Técnica Estatal
de Quevedo (UTEQ), por su confianza y apoyado brindado para realizar los estudios de
esta Maestría.

A Armando Occon, coordinador del Máster, por la ayuda brindada, durante todo
el tiempo, que he tenido el gusto de conocerlo.

Al Dr. Koldo Osoro, Gerente del SERIDA, por darme la oportunidad de realizar el
trabajo de esta investigación, utilizando las instalaciones y medios técnicos del centro.

Un especial agradecimiento a la Dra. Adela Martínez Fernández y al Dr. Fernando


Vicente Mainar por ese invalorable apoyo, a su tiempo y dedicación empleado al dirigir
la investigación durante el desarrollo de esta investigación.

II
Al Dr. Manuel Fondevila por permitir realizar parte del trabajo de investigación
bajo su tutela en el Laboratorio de Producción Animal de la Universidad de Zaragoza.

Al Dr. Alejandro Argamentería, por sus comentarios tras la lectura de este trabajo,
lo cual ha contribuido a mejorar la presentación del mismo.

A Consuelo González y María Antonia Cueto por su contribución prestada en la


fase de campo de la investigación.

A todos y cada una de las personas que conforman el área de Nutrición, Pastos y
Forrajes del SERIDA: Begoña, Ana, Mara, Alfonso, Sagrario, Isabel, Cristina, Roxana,
José y Tito gracias por su amabilidad, colaboración y enseñanza durante el desarrollo de
este trabajo de investigación.

A mi gran amiga Myriam, que desde la distancia siempre has estado dispuesta a
ayudarme en lo que sea y a la hora que sea.

A mis amigos de toda la vida y, a los buenos amigos que he podido conocer
durante el tiempo que he estado en España, gracias por nuestra amistad.

A todos y cada uno de ustedes mis más sinceros agradecimientos.

III
RESUMEN

El presente trabajo de investigación se realizó con el objetivo de determinar la


incidencia del tipo de manejo (ecológico (ME) vs. convencional (MC)) sobre la
producción y la calidad nutritiva del maíz forrajero „cv‟ Crazy y de sus ensilados
resultantes, así como la degradabilidad ruminal.

Sobre una superficie de 3,4 ha divididas en dos parcelas semejantes y colindantes


se estableció en la primavera del 2010 un cultivo de maíz forrajero de una variedad de
ciclo corto bien adaptada a las condiciones edafoclimatícas de la Cornisa Cantábrica,
para comparar su evolución según manejo: ecológico y convencional. Para ello, se
consideraron cinco fechas de muestreo desde el inicio de formación de la mazorca (68 ±
2 días) hasta la fecha de cosecha (105 ± 2 días) en que el grano alcanzó el estado
pastoso-vítreo. Los resultados mostraron una evolución similar en cuanto a parámetros
nutritivos entre ambos manejos, alcanzando porcentajes finales de almidón en torno al
30% sobre MS, para un contenido de MS en el momento de la cosecha de 32 y 37%,
para el forraje ecológico y convencional, respectivamente. A igualdad de estado de
maduración de la mazorca, las plantas de maíz cultivadas en ME presentaron mayor
porcentaje de mazorca en el total de forraje cosechado. Sin embargo, con este sistema se
recogieron menos plantas por hectárea y de menor altura. La producción fue menor en
ME que el MC influenciada por la menor fertilización N y la competencia de las malas
hierbas (14,6 vs. 16,3 t MS ha-1).

Con el forraje cosechado en ambos manejos se elaboraron microsilos


experimentales. Estos fueron muestreados para cada manejo, considerando 6 tiempos de
estabilización desde el cierre hasta la apertura (3, 8, 15, 25, 35 y 45 días) con tres
repeticiones por manejo y tiempo de estabilización. La evolución del proceso
fermentativo fue similar en ambos manejos. La fermentación fue muy intensa durante
los tres días siguientes al cierre de los silos, atenuándose el proceso hasta alcanzar la
estabilidad, transcurridos 15 días desde la elaboración. Para ambos manejos y para
todos los tiempos considerados los ensilados presentaron características típicas de
fermentación anaeróbica homofermentativa con pH adecuado al contenido de MS,

IV
producción de ácido láctico y escasa proteólisis. La estabilidad aeróbica fue superior en
ME.

Paralelamente a la realización de los microsilos se realizaron 2 silos trinchera de


cada manejo que fueron muestreados tras 45 días de estabilización y que se utilizaron
para la determinación de la degradabilidad ruminal en dos vacas Holstein canuladas en
rumen. La degradabilidad efectiva (DE) de la MS en ME fue inferior a la de MC (48,42
vs. 53,79% respectivamente; p<0,05). Aunque la degradabilidad potencial de la PB del
ensilado de maíz ME fue inferior al del MC (72,0 vs. 82,6 % respectivamente), la DE de
la PB fue similar en ambos sistemas de manejo (60,36 vs. 65,03 % para ME y MC
respectivamente).

Una vez establecido que el proceso de fermentación de los ensilados se estabilizó


tras 15 días, se evaluaron las diferencias en producción de gas para los tiempos iguales o
superiores al de estabilización (15, 25, 35 y 45 días), así como en los ensilados trinchera
tras 45 días de estabilización. Los resultados muestran que la producción de gas en ME
fue inferior a la de MC en los microsilos abiertos a los 15 y 25 días (171,14 vs. 184,54
ml g-1 MS para ME y MC, respectivamente), desapareciendo las diferencias en ambos
manejos para tiempos de estabilización más prolongados. En el MC se observó un
aumento progresivo en la producción de los ácido acético y propiónico conforme
aumentaron los días de estabilización de los ensilados, mientras que en ME la
producción del ácido propiónico evolucionó en sentido contrario siendo inferior en los
periodos más largos de estabilización.

V
SUMMARY

The aim of the present research work has been to determine the effect of two
manamegent systems (organic (OM) vs. conventional (CM)) on yield and evolution of
nutritive parameters in maize 'cv' Crazy, and in its resulting silages as well as the
ruminal degradability.

A short cycle forage maize variety well adapted to soil and weather conditions of
the Cantabrian coast, was cultivated in the spring of 2010 over a surface of 3.4 ha
divided into two similar and adjacent plots, in order to compare the crop phonological
evolution depending on the management system growing: organic and conventional. For
this purpose, five sampling dates were considered from the beginning of cob formation
(68 ± 2 days of growth from sowing) until the harvest date (105 ± 2 days of growth)
with the grain in dough-vitreous state. The results obtained show a similar trend in
terms of nutritive parameters between the two managements systems with final amounts
of starch reaching around 30% of DM and dry matter content at harvest time between
32 and 37% for OM and CM, respectively. With the same state of maturation of the
grain, maize plants growing organically had a greater percentage of cob in the total
harvested forage. However, in this system less plants per hectare were collected and
with lower height. The yield for OM was lower than for CM due to the influence of
lower N fertilization and the competition from weeds (14.6 vs. 16.3 t DM ha-1).

A total of 36 experimental microsilos were made using the forage harvested from
the both management systems. For each forage type, samples were identified
considering six stabilization times from the silage closure until the opening date (3, 8,
15, 25, 35 and 45 days) with three replicates per management and stabilization time.
The evolution of the fermentation process was similar for both management systems.
The fermentation pattern was very intense during the three days following the closure of
the silos. The process was attenuated to achieve stability, within 15 days after
elaboration. For both managements and for all considering times, the silages were well
preserved, showing characteristics of a typical anaerobic homofermentative
fermentation, with an appropriate final pH related to the DM content, lactic acid
production and limited proteolysis. Aerobic stability was higher in OM.

VI
At harvest time, also two trench silos of each management were made. The trench
silos were sampled after 45 days of stabilization and were used to determine the in situ
degradability in two Holstein cows cannulated in the rumen. The effective degradability
(ED) of the DM in OM was lower than in CM (48.42 vs. 53.79% respectively, p <0.05).
Although the potential degradability of crude protein (CP) in OM was lower than in CM
maize silage (72.0 vs. 82.6% respectively), the ED for CP was similar in both
management systems (60.36 vs. 65.03% for OM and CM respectively).

VII
RÉSUMÉ

Cette recherche a été menée avec l'objectif de déterminer l'impact du type de


gestion (écologique (ME) vs. conventionnelle (MC)) sur la production, la qualité
nutritive du maïs fourrager «cv» Crazy, les ensilages résultants ainsi que la
dégradabilité ruminale.

Couvrant une superficie de 3,4 ha divisée en deux parcelles adjacentes et


similaires, une variété de maïs fourrager de cycle court bien adapté aux conditions
pédologiques et climatiques de la côte cantabrique été semée au printemps de 2010 pour
comparer son évolution en fonction de la gestion : biologique et conventionnelle. Pour
cela, cinq dates d'échantillonnage étaient définies depuis le début de la formation des
épis (68 ± 2 jours) jusqu'à la récolte (105 ± 2 jours) oú le grain atteint le stade pâteux-
vitreux. Les résultats ont montré une tendance similaire en termes de paramètres
nutritionnels entre les deux systèmes étudiés, les pourcentages finaux de l'amidon ont
été aux environs de 30% de MS pour une teneur en MS à la récolte des 32 et 37% pour
les fourrages écologiques et conventionnels, respectivement. Au même état de maturité
de l'épi, des plants de maïs du système écologique avaient un pourcentage plus élevé en
épi par rapport au total. Cependant, avec ce système ont été récoltées des plantes plus
basses et à une faible densité par hectare. Le rendement ME a été plus faible que celui
du MC pour l‟influence de la faible fertilisation azotée et la concurrence des mauvaises
herbes (14,6 vs 16,3 t MS ha-1).

Des micro-ensilages ont été élaborés à partir des fourrages récoltés dans les deux
systèmes. Les échantillons ont été prélevés pour chaque système, en considérant 6
temps de stabilisation de la fermeture jusqu‟à l'ouverture (3, 8, 15, 25, 35 et 45 jours)
avec trois répétitions par système et par temps de stabilisation. L'évolution du processus
de fermentation a été similaire pour les deux modes de gestion (ME et MC). La
fermentation a été très intense durant les trois jours suivant la fermeture des silos, le
processus s‟atténuait pour atteindre la stabilité dans les 15 jours après le
traitement. Pour les deux systèmes de culture utilisés et pour tous les temps considérés,
les ensilages ont montré des caractéristiques typiques de fermentation anaérobie

VIII
homofermentaire avec un pH approprié au contenu de DM, une production d'acide
lactique et une protéolyse limitée. La stabilité aérobie était plus élevée chez ME.

Parallèlement à la mise en œuvre des micro-ensilages; 2 tranchées de silo ont été


élaborées de chaque système, ont été échantillonnées après 45 jours de stabilisation et
ont été utilisées pour déterminer la dégradabilité ruminale en utilisant deux vaches
Holstein cannulées. La dégradabilité efficace (DE) de la MS du système ME était
inférieure à celle de MC (48,42 vs 53,79% respectivement, p <0,05).Bien que la
dégradabilité potentielle de PB du maïs d'ensilage ME a été inférieure à celle de MC
(72,0 vs 82,6% respectivement), la DE de PB a été similaire dans les deux systèmes de
gestion (60,36 vs. 65, 03% pour ME et MC, respectivement).

Ayant établi que la fermentation des ensilages se stabilise après 15 jours, nous
avons évalué les différences dans la production de gaz pour les temps égal et supérieurs
à la stabilisation (15, 25, 35 et 45 jours) et dans l'ensilage tranchée après 45 jours de
stabilisation. Les résultats montrent que la production de gaz ME a été inférieure à celle
de MC dans les micro-ensilages ouverts à 15 et 25 jours (171,14 vs. 184,54 ml g-1 DM
pour ME et MC, respectivement), tandis que les différences dans les deux systèmes de
cultures disparaissent pour des temps de stabilisation plus longs. Pour le MC, on a
observé une augmentation progressive de la production d'acide acétique et propionique
au fil des jours de stabilisation de l'ensilage; tandis que pour ME, la production d'acide
propionique diminuait durant le processus de stabilisation de l‟ensilage.

IX
ABREVIATURAS MÁS UTILIZADAS

AC: Agricultura convencional


AE: Agricultura ecológica
AGV´s: Acido grasos volátiles
ALM: Almidón
AZUC SOL: Azucares solubles
DE: Degradabilidad efectiva
DMOinvivo: Digestibilidad in vivo de la materia orgánica estimada
EM: Energía metabolizable
EN: Energía neta
FAD: Fibra ácido detergente
FADNONCEN: Fibra ácido detergente libre de cenizas
FND: Fibra neutro detergente
FNDNOCEN: Fibra neutro detergente libre de cenizas
MC: Manejo convencional
ME: Manejo ecológico
MS: Materia seca
MV: Materia verde
N-NH3: Nitrógeno amoniacal referido a N total
N-SOL: Nitrógeno soluble referido a N total
UE: Unión europea

Nomenclatura según propuesta de Maroto et al. (2008)

X
INDICE

Capítulo Página

AGRADECIMIENTOS ................................................................................................ II
RESUMEN .................................................................................................................... IV
SUMMARY ................................................................................................................... VI
RÉSUMÉ .................................................................................................................... VIII
ABREVIATURAS MÁS UTILIZADAS ......................................................................X
INDICE .......................................................................................................................... XI
INDICE DE TABLAS ............................................................................................... XIV
INDICE DE FIGURAS ............................................................................................. XVI
I. INTRODUCCION Y OBJETIVOS........................................................................... 1
1.1. Importancia del cultivo del maíz en la alimentación de rumiantes ................. 1
1.2. Evolución de la agricultura ecológica ................................................................ 3
1.3. Cultivo ecológico del maíz ................................................................................... 5
II. REVISIÓN DE LITERATURA ............................................................................... 7
2.1. Agricultura ecológica vs. convencional ............................................................. 7
2.1.1. Principios básicos de la agricultura ecológica ................................................. 8
2.1.2. Purines de vacuno y su utilización como fertilizante orgánico en agricultura
ecológica ........................................................................................................ 10
2.2. El maíz (Zea mayz L.)........................................................................................ 13
2.2.1. Valoración nutritiva del forraje de maíz .................................................... 17
2.3. El ensilado como método de conservación de forrajes ................................... 19
2.3.1. Proceso de ensilado ....................................................................................... 24
2.3.2. Parámetros de calidad del ensilado ............................................................... 24
2.3.2.1. Espectroscopia de Reflectancia en el Infrarrojo Cercano (NIRS) .......... 24
2.3.2.2. El pH del jugo ......................................................................................... 26
2.3.2.3. La materia seca (MS).............................................................................. 27
2.3.2.4. Cenizas (CEN) ........................................................................................ 28
2.3.2.5. La proteína bruta (PB) ............................................................................ 29
2.3.2.6. Almidón (ALM) ..................................................................................... 29
2.3.2.7. Fibra neutro detergente (FND) ............................................................... 30
2.3.2.8. Digestibilidad in vivo de la materia orgánica ......................................... 31
2.3.2.9. Energía metabolizable (EM) ................................................................... 32

XI
2.3.3. Metabolitos de fermentación de los ensilados. Significado e importancia ....... 32
2.3.3.1. Nitrógeno amoniacal (N-NH3)................................................................ 33
2.3.3.2. Otros metabolitos relacionados con la fermentación de ensilados ......... 33
2.3.4. Estabilidad aeróbica de los ensilados ............................................................ 34
2.4. Degradabilidad y fermentación de los ensilados en el rumen ........................ 36
2.4.1. Degradabilidad in situ.................................................................................... 38
2.4.2. Técnica de producción de gas in vitro ........................................................... 40
III. MATERIALES Y MÉTODOS ............................................................................. 43
3.1. Localización y duración de las experiencias .................................................... 43
3.2. Diseño experimental .......................................................................................... 43
3.2.1. Primera parte. Efecto del tipo de manejo (convencional vs. ecológico) en la
producción y principios nutritivos del maíz forrajero para ensilar .............. 43
3.2.1.1. Localización y planteamiento del ensayo ............................................... 43
3.2.1.2. Muestreos y controles realizados en las parcelas de maíz forrajero ....... 44
3.2.1.3. Determinaciones analíticas ..................................................................... 45
3.2.1.4. Análisis estadístico de los resultados ..................................................... 47
3.2.2. Segunda Parte. Efecto del tipo de manejo (convencional vs. ecológico) en la
evolución de la calidad nutritiva, del proceso fermentativo y de la estabilidad
aeróbica de los ensilados de maíz forrajero. ................................................. 47
3.2.2.1. Muestras representativas del maíz por parcela ....................................... 47
3.2.2.2. Modelo de microsilos utilizados en el ensayo ........................................ 47
3.2.2.3. Elaboración y muestreo de los microsilos .............................................. 48
3.2.2.4. Determinaciones analíticas sobre los microsilos .................................... 49
3.2.2.4.1. Determinación de principios nutritivos y estimación del contenido
energético ........................................................................................... 49
3.2.2.4.2. Determinación de parámetros fermentativos .................................... 50
3.2.2.5. Análisis estadístico de los resultados ..................................................... 51
3.2.3. Tercera Parte. Efecto del tipo de manejo convencional vs. ecológico sobre la
degradabilidad ruminal del ensilado de maíz en vacuno lechero ................. 52
3.2.3.1. Animales y dieta basal ............................................................................ 52
3.2.3.2. Características de los alimentos a ensayar .............................................. 53
3.2.3.3. Metodología de la determinación de degradabilidad in situ ................... 54
3.2.3.4. Análisis de las muestras de degradabilidad in situ ................................. 56
3.2.3.5. Modelización de la degradabilidad in situ de la materia seca y proteína
bruta ........................................................................................................ 57

XII
3.2.4. Cuarta Parte. Efecto del tipo de manejo convencional vs. ecológico y de los
diferentes tiempos de estabilización de los ensilados de maíz sobre la
producción de gas in vitro ............................................................................. 58
3.2.4.1. Obtención del líquido ruminal ................................................................ 59
3.2.4.2. Determinación de los valores de producción de gas............................... 59
3.2.4.3. Determinación de ácidos grasos volátiles (AGV‟s) por cromatografía de
alta resolución ......................................................................................... 61
3.2.4.4. Análisis estadístico de los resultados ..................................................... 61
IV. RESULTADOS Y DISCUSIONES ................................................................... 63
4.1. Primera parte. Efecto del tipo de manejo (convencional vs. ecológico) en la
producción y principios nutritivos del maíz forrajero para ensilar ............. 63
4.1.1. Producción de maíz ....................................................................................... 63
4.1.2. Principios nutritivos y contenido energético ................................................. 64
4.1.3. Ensilabilidad del maíz forrajero .................................................................... 66
4.2. Segunda Parte. Efecto del tipo de manejo (convencional vs. ecológico) en la
evolución de la calidad nutritiva, del proceso fermentativo y de la
estabilidad aeróbica de los ensilados de maíz forrajero ................................ 68
4.2.1. Calidad de fermentación de los ensilados ..................................................... 68
4.2.2. Principios nutritivos, digestibilidad y contenido energético de los ensilados 70
4.2.3. Estabilidad aeróbica....................................................................................... 74
4.3. Tercera Parte. Efecto del tipo de manejo convencional vs. ecológico sobre la
degradabilidad ruminal del ensilado de maíz en vacuno lechero ................. 77
4.4. Cuarta Parte. Efecto del tipo de manejo convencional vs. ecológico y de los
diferentes tiempos de estabilización de los ensilados de maíz sobre la
producción de gas in vitro ................................................................................ 79
4.4.1. Producción de gas .......................................................................................... 79
4.4.2 Producción de ácidos grasos volátiles (AGV´s) ............................................. 82
V. CONCLUSIONES ................................................................................................... 85
REVISIÓN DE LITERATURA .................................................................................. 87

XIII
INDICE DE TABLAS

Tabla Página

Tabla 1. Principales diferencias entre agricultura convencional y ecológica .................. 9


Tabla 2. Valores de referencia de las características de los purines de vacuno............. 11
Tabla 3. Producción de materia seca de cultivares de maíz con diferentes marcos de
plantación (distancia entre líneas 70 cm) ....................................................... 14
Tabla 4. Producción de materia verde y seca de la planta de maíz según días desde la
siembra ........................................................................................................... 16
Tabla 5. Distribución de la materia seca de la planta completa de maíz en el momento
de la cosecha contenido en materia seca y digestibilidad de las fracciones .. 17
Tabla 6. Medias de los parámetros nutritivos y de producción de en los tres sistemas de
manejo ............................................................................................................ 18
Tabla 7. Relación entre digestibilidad del ensilado ofrecido como único alimento y
producción de leche ....................................................................................... 22
Tabla 8. Comparación de diferentes ensilados de maíz ................................................. 23
Tabla 9. Aporte nutricional promedio de ensilado de maíz ........................................... 23
Tabla 10. Contenido de nitrógeno amoniacal en ensilados y su relación con la calidad
de fermentación y consumo animal ............................................................... 33
Tabla 11. Factores que afectan la estabilidad aeróbica de los ensilados ....................... 36
Tabla 12. Comparación de los datos de degradabilidad de la materia seca de ensilados
de maíz con alta o baja MS, inoculados o no, por los métodos de digestión in
vitro por la técnica de gas, in vivo e in situ en 48 horas................................. 38
Tabla 13. Variables de la degradabilidad in situ de la materia de ensilado de maíz en
diferentes ambientes ruminales ...................................................................... 40
Tabla 14. Producción de gas (PG), degradación de la materia seca (DMS) y factor de
participación (F) de la fermentación de los ensilados de maíz durante 96
horas, utilizando material con y sin hidratos de carbono solubles ................. 42
Tabla 15. Principios nutritivos, energía metabolizable estimada de la mezcla unifeed
que constituyó la ración de los animales ........................................................ 53
Tabla 16. Principios nutritivos, energía metabolizable estimada y parámetros
fermentativos de los ensilados de maíz ensayados ........................................ 54
Tabla 17. Evolución de la calidad nutritiva y contenido energético del maíz forrajero
desde el inicio de la formación de la mazorca hasta la fecha de cosecha en
dos sistemas de manejo convencional vs. ecológico ...................................... 67
Tabla 18. Evolución de los parámetros de fermentación de los microensilados de
laboratorio según sistema de manejo convencional vs. ecológico ................. 69

XIV
Tabla 19. Evolución de la calidad nutritiva y contenido energético los microsilos de
maíz desde la elaboración (día 0) hasta la fecha de apertura (45 días) en dos
sistemas de manejo convencional vs. ecológico ............................................ 73
Tabla 20. Estabilidad aeróbica de los ensilados de maíz según manejo y periodo de
fermentación .................................................................................................. 75
Tabla 21. Degradabilidad in situ de los ensilados de maíz en los sistemas de manejo
convencional vs. ecológico ............................................................................ 78
Tabla 22. Evolución de la producción acumulada de gas y parámetros de cinética de
fermentación de los microsilos de maíz en los sistemas de manejo
convencional vs. ecológico según días de estabilización ............................... 81
Tabla 23. Evolución de la producción de ácidos grasos volátiles por la técnica de
producción de gas in vitro de los microsilos de maíz en manejo convencional
vs. ecológico según días de estabilización ..................................................... 82
Tabla 24. Comparación de la producción de ácidos grasos volátiles por la técnica de
producción de gas in vitro de los microsilos y silos trinchera en manejo
convencional vs. ecológico ............................................................................ 84

XV
INDICE DE FIGURAS

Figura Página

Figura 1. Evolución de la producción agraria ecológica en España (1991-2008) ........... 7


Figura 2. Factores que determinan la calidad de un ensilado ........................................ 21
Figura 3. Estabilidad de un ensilado en función de su contenido en materia seca (%MS)
y el pH de su jugo obtenido por prensado o por maceración en agua ............ 26
Figura 4. Calidad de fermentación en relación con el contenido de materia seca y pH de
los ensilados ................................................................................................... 28
Figura 5. Efecto dominó de la exposición del ensilado al aire ...................................... 35
Figura 6. Fertilización en manejo convencional con abonos de síntesis y en manejo
eclógico con purín de vacuno......................................................................... 45
Figura 7. Esquema de los microsilos utilizado .............................................................. 48
Figura 8. Detalle de los componentes del microsilo y vista general de la batería de
microsilos elaborados en manejo convencional vs. ecológico ....................... 49
Figura 9. Detalle de la determinación de estabilidad aeróbica de los microsilos .......... 51
Figura 10. Vaca con cánula ruminal .............................................................................. 53
Figura 11. Sistemas de suspensión de las bolsas de nylon en el rumen ........................ 55
Figura 12. Detalle de la extracción de las bolsas del rumen ......................................... 55
Figura 13. Proceso de las muestras para su desecación................................................. 56
Figura 14. Curva de degradación exponencial típica para proteína .............................. 58
Figura 15. Fases de la técnica de producción de gas in vitro ........................................ 60
Figura 16. Producción de maíz y malas hierbas asociadas al cultivo ............................ 64
Figura 17. Evolución de la temperatura y el pH en los ensilados de maíz en los diez
días siguientes a su apaertura, según manejo y periodo de estabilizacion ..... 76

XVI
I. INTRODUCCION Y OBJETIVOS

1.1. Importancia del cultivo del maíz en la alimentación de rumiantes

El maíz (Zea mays, L.) puede ser utilizado tanto en alimentación humana como
animal, desde aves hasta vacunos de leche y carne. Es una fuente importante de forraje,
con altos rendimientos de materia seca por ha y un elevado potencial de producción de
carbohidratos por unidad de superficie y día. Puede ser cultivado en gran diversidad de
ambientes, posee mejores características nutritivas que otras gramíneas y puede ser
utilizado como alimento en distintas etapas de desarrollo de la planta. En la
alimentación animal, puede ser utilizado de muchas maneras, siendo una de las mejores
y más importantes en el mundo, sobre todo en países desarrollados, el ensilado (Lauer,
1997; Paliwal et al., 2001).

En las condiciones de cultivo europeas, el maíz ha resultado ser muy eficiente


para producir alimentos de alta energía para rumiantes mediante la recolección de toda
su masa forrajera y su conservación mediante ensilado. Esto se debe: -a la alta eficiencia
de su metabolismo C4, que permite una síntesis muy eficiente de hidratos de carbono
con ahorro de agua en las condiciones estivales de las zonas templadas; -a que el
proceso continuo de mejora genética al que ha sido sometido el maíz durante más de 80
años, ha generado híbridos cada vez más productivos y adaptados a diferentes
ambientes; -a la mejora en las técnicas de su cultivo (rotaciones, fertilización racional,
control de malas hierbas, control de estreses y sistemas de recolección y ensilado). No
obstante es un cultivo muy exigente en fertilización y sensible a la competencia con
malas hierbas

En Europa, los agricultores de países como Alemania, Dinamarca y los Países


Bajos almacenan más del 90% de sus forrajes como ensilado. Incluso en países con
buenas condiciones climáticas para henificación, como Francia e Italia, cerca de la
mitad su forraje es ensilado. En España, la mayoría de su territorio está afectado de
forma recurrente por periodos de sequía, lluvias o inviernos rigurosos, que dificultan la
disponibilidad de forrajes verdes para alimentar a los animales de forma homogénea a lo
largo del año. Por este motivo, una gran parte de sus forrajes deben conservarlos para

1
poder utilizarlos durante estos periodos (Domenech, citado por Mier, 2009; Garcés et
al., 2004).

El ensilado de maíz, además de su alto rendimiento energético y su alta


palatabilidad es una mezcla única de grano y fibra digestible que constituye una de las
principales fuentes para la alimentación animal. Es considerado una materia prima ideal
para ensilar por su elevado valor nutritivo (Lauer, 1997; Paliwal et al., 2001), porque su
cosecha es rápida, porque puede producir mayor cantidad de materia seca (MS) por ha
que la misma superficie sembrada con otros pastos y, no requiere de ningún tratamiento
anterior para ser ensilado (Oramas y Vivas 2007; Ruiz et al., 2009). Además,
actualmente, se mantiene la tendencia en alza del empleo de este forraje conservado en
las explotaciones lecheras del norte de España, por su facilidad para integrarlo en los
sistemas de alimentación unifeed (Martínez et al., 2004).

Pormenorizando en sus características, cabe destacar que es un alimento de alto


contenido energético debido a su elevado contenido en almidón y buena digestibilidad
de sus partes verdes. La digestibilidad del almidón es elevada, con una baja tasa de
degradación ruminal lo que permite una mejor actividad de la microflora ruminal y
posibilita un incremento en la eficacia de síntesis de proteína microbiana (Argamentería
et al., 1997). Otra ventaja es su gran facilidad para ensilar. Si bien el contenido en
azúcares solubles del maíz forrajero no es excesivo, su capacidad tampón es tan baja
(Martínez et al., 2000) que basta una mínima fermentación de los azúcares para reducir
el pH lo suficiente para garantizar la estabilidad, consiguiendo como productos finales
un adecuado contenido de ácido láctico, poco ácido acético y trazas o ausencia de
ácidos propiónico y butírico. De hecho, la cantidad de ácido láctico que es necesario
producir para alcanzar la estabilidad, es dos o tres veces inferior para el maíz que para
las otras gramíneas y leguminosas (Cañeque y Sancha, 1998).

En contrapartida, es un alimento pobre en proteína bruta. Además, los ensilados


de maíz forrajero son muy sensibles al deterioro aeróbico, asociado con la infiltración
de aire en la masa ensilada por un deficiente sellado o falta de compactación y con el
crecimiento de microorganismos indeseables como levaduras, hongos e incluso
bacterias que elevan la temperatura del ensilado, provocando serias pérdidas de MS y

2
gran disminución de la digestibilidad de la proteína, unido a elevados valores de pH (de
la Roza et al., 2003). Estos hechos, están directamente relacionados con la escasa
síntesis de compuestos antifúngicos como los ácidos acético y propiónico, que tiene
lugar en los procesos fermentativos desarrollados en los forrajes de alta ensilabilidad
como el maíz forrajero y que, consecuentemente, ocasiona los problemas de estabilidad
en los ensilados durante el almacenamiento y posteriormente en el transcurso de su
utilización en la fase de alimentación (Kung et al., 2000).

1.2. Evolución de la agricultura ecológica

Desde los inicios de la revolución verde, más conocida como agricultura


tradicional o convencional, se impulsó la tecnificación progresiva de la agricultura
utilizando abonos químicos y pesticidas como base del incremento de los rendimientos
agrarios. Esto llevó a explotar el suelo al límite de sus posibilidades, con la suposición
de los agricultores de que los efectos conseguidos se mantendrían con el tiempo. Sin
embargo, la necesidad continuada de aumentar el uso de fertilizantes químicos y de
productos fitosanitarios, ha inducido una degradación de los ecosistemas, alterándose
como consecuencia la composición de los alimentos destinados a la alimentación animal
(Espinosa, 2004).

Ante esta realidad, la perspectiva ha cambiado en la actualidad, debido a que la


Unión Europea (UE), desea una agricultura de conservación y respetuosa con el
medioambiente. Esto, implica que se investigue más sobre la agricultura ecológica
(AE), como alternativa viable para evitar pérdidas de biodiversidad y producir alimentos
suficientes, sanos y de alto valor nutritivo (COM, 2000).

Hoy en día, la AE ha crecido significativamente. Esto se debe a la conciencia


tomada por los consumidores, quienes se han visto en la necesidad de mejorar su
calidad de vida consumiendo alimentos sanos, producidos a partir del cuidado de los
recursos naturales. En los últimos quince años, el incremento de la superficie destinada
a AE se ha situado entre el 25 y 30% anual, convirtiéndose en uno de los sectores
agrarios más dinámicos dentro de la UE. En España, la superficie destinada a AE,
presentó un incremento de casi un 50% anual desde 1996 hasta 1999, disminuyendo

3
ligeramente este incremento a partir del año 2000 (Torre, 2001). Del total de superficie
destinada a AE en España, (1 317 752 ha en 2008), más de la mitad se encuentra en
Andalucía (54,1%). Los pastos, forrajes y cultivos forrajeros ocupan un 60% del total
(MAPA, 2008). Sin embargo, a pesar de esta creciente evolución, en Asturias, la
superficie destinada a producción ecológica en el 2008 solo representaba el 5% de la
superficie agrícola útil ampliada (SADEI, 2010).

Ahora bien, un cambio hacía la producción de forrajes no agresiva con el medio


ambiente y/o de acuerdo con la normativa de producción ecológica, ¿produciría en los
forrajes ensilados un cambio notable y sujeto a variaciones en su valor nutritivo? Es
decir, ¿podría modificar sus características de ingestibilidad, digestibilidad y
degradabilidad ruminal, de forma que deba de ser tenido en cuenta a la hora de formular
las raciones alimenticias?

Algunos de estos factores han sido estudiados en forrajes frescos (Peyraud y


Astigarraga, 1998) y desecados (Blaxter et al., 1971). Sin embargo, existe muy poca
información de estos cambios cuando el forraje es ensilado. La complejidad de los
procesos digestivos y metabólicos que sufrirá dentro del rumiante se suma a la de las
previas fermentaciones que transformaron el forraje verde en un ensilado.

En lo que concierne a la alimentación nitrogenada, se requiere medir o predecir la


proporción en que el nitrógeno (N) del alimento es degradado en el rumen y la
digestibilidad posterior del N no degradado. La determinación de la degradabilidad
resulta básica (González et al., 1994). En primer lugar, condiciona la disponibilidad de
N degradable para el crecimiento de los microorganismos y, por tanto, la síntesis de
proteína microbiana. En segundo lugar, determina la cantidad de proteína dietética que
pasa inalterada hacia el intestino. La digestibilidad de esta última fracción presenta una
alta significación nutricional, al depender el nivel de producción del animal, a partir de
un cierto límite, de la cantidad de aminoácidos absorbidos de origen alimentario.

A pesar de la importancia de la inclusión de ensilados de forrajes ecológicos en


dietas para rumiantes en zonas húmedas, así como la necesidad de que sus materias
nitrogenadas se utilicen eficientemente, minimizando la excreción de N al

4
medioambiente, la información publicada acerca de sus características degradativas y
posterior digestibilidad intestinal, es aún muy limitada. La investigación en forrajes
ecológicos debe, por tanto, encaminarse hacia nuevas formas de producción, que
aseguren el autoabastecimiento de nutrientes para el ganado, y que minimicen en lo
posible la inversión económica y el tiempo de dedicación del ganadero a la explotación
forrajera.

1.3. Cultivo ecológico del maíz

Cabe destacar que, a pesar de la evolución de la AE en España, las producciones


ganaderas ecológicas en zonas húmedas de la Cornisa Cantábrica no acaban de
despegar, como cabría esperar de acuerdo al potencial de producción de forrajes de estas
zonas. En este contexto, los ganaderos que han tomado la decisión de convertir sus
granjas a ecológicas, muestran a menudo su preocupación por encontrar la forma de
conseguir forrajes propios cuyo contenido energético permite formular raciones
alimenticias con solo el 40% de concentrado sobre MS, aún en periodos tan críticos
como la fase creciente de lactación en vacas de leche o el acabado en el cebo de
terneros.

La metodología del cultivo del maíz en condiciones ecológicas no difiere


esencialmente del cultivo convencional, excepto en las variedades y los productos
aceptados. No permite el uso de organismos modificados genéticamente ni de
fertilizantes y fitosanitarios sintéticos (Reglamentos CE, 2007 y 2008). La fertilización,
se señala a menudo como uno de los problemas básicos a la hora de afrontar la puesta
en marcha de sistemas de producción animal de manera ecológica. Ello deriva en gran
medida del cambio de visión que supone el mantener la fertilidad de los suelos sin el
uso sistemático de abonos de síntesis, como ocurre en la producción convencional.

Autores como Dumont (1999), recomiendan el uso de fertilizantes orgánicos


producidos en explotaciones ganaderas, como los purines, que además de materia
orgánica, aportan nutrientes como nitrógeno, fósforo, potasio y calcio. Su utilización
debería realizarse principalmente en sectores destinados a cultivos como maíz, cebada,
remolachas forrajeras, etc., debido a la gran extracción de nutrientes que realizan estos

5
cultivos. Por todo ello, autores como Andrade et al. (1993) y Lauer (1997) recomiendan
el uso de purines en cultivos que tengan mucha capacidad para asimilar sus elementos
fertilizantes como es el caso del maíz.

1.4. Objetivos

Con este preámbulo, el objetivo general del presente trabajo ha sido determinar la
incidencia del tipo de manejo (convencional y ecológico) sobre la producción y la
calidad nutritiva del maíz forrajero „cv‟ Crazy y de sus ensilados resultantes, así como
las posibles diferencias en degradabilidad ruminal de estos últimos.

En cada uno de las cuatro partes en los que se ha dividido el trabajo, se abordan los
siguientes objetivos específicos:

Primera Parte.- Determinar la incidencia del tipo de manejo (convencional y


ecológico) sobre la producción y calidad nutritiva del maíz forrajero „cv‟ Crazy en
diferentes edades al corte.

Segunda Parte.- Determinar la incidencia del tipo de manejo (convencional y


ecológico) sobre los principios nutritivos, características fermentativas y estabilidad
aeróbica de los microensilados sometidos a diferentes tiempos de estabilización.

Tercera Parte.- Determinar la incidencia del tipo de manejo (convencional y


ecológico) en la degradabilidad ruminal de ensilados de maíz.

Cuarta Parte.- Determinar la incidencia del tipo de manejo (convencional y ecológico)


y de los diferentes tiempos de estabilización sobre la producción de gas in vitro de los
ensilados de maíz.

6
II. REVISIÓN DE LITERATURA

2.1. Agricultura ecológica vs. convencional

La comisión del Codex Alimentarius considera a la agricultura ecológica (AE)


("Organic farming", incluyendo los conceptos "biological" y "ecological") en su
documento: Guidelines for the Production, Processing, Labelling and Marketing of
Organically Produced Foods, Codex Alimentarius Commission, CAC/GL32, 1999,
point 7, como un sistema de producción holístico, que promueve y estimula la salud del
agroecosistema, incluyendo la biodiversidad, los ciclos biológicos y la actividad
biológica del suelo. Enfatiza el uso de buenas prácticas de manejo y oposición en la
utilización de productos químicos (Torre, 2001).

La AE consiste en obtener alimentos de máxima calidad sin utilizar sustancias


químicas como plaguicidas sintéticos, abonos químicos y semillas modificadas
genéticamente. Estos alimentos, pueden mejorar las características de las producciones
animales, siempre que en la explotación ganadera no se hayan suministrado productos
no autorizados (Hovi y Baars, 2002: COPAE, 2007).

Fuente: MAPA (2008)


Figura 1. Evolución de la producción agraria ecológica en España (1991-2008)

7
En la actualidad la AE, aunque está menos consolidada que la convencional, se
está consolidando como una de las alternativas a la crisis del sector agrario, debido al
valor añadido que aporta a sus productos y a que son poco vulnerables frente a las
variaciones de los precios de los insumos (MAPA, 2008). En España, la AE ha
presentado un incremento de casi un 50% anual desde el año 1996 hasta 1999,
reduciéndose a un 9% a partir del año 2000 (Figura 1). En concreto, la producción de
pastos y forrajes ecológicos de España representa un 43% de la producción ecológica
total (Torre, 2001).

2.1.1. Principios básicos de la agricultura ecológica

En términos generales, la AE permite mejorar la estructura y las propiedades


químicas del suelo y que se recuperen los microorganismos presentes en él, y que se han
ido destruyendo con el tiempo por el uso de la agricultura convencional (AC). La
disminución de los niveles de materia orgánica (MO) en el suelo implica la reducción de
los nutrientes disponibles para las plantas, ya que esta, constituye una gran reserva de
elementos fertilizantes que es liberada poco a poco para su captación por las raíces e
impide su lixiviación (Kolmans y Vásquez, 1996).

Para una buena agricultura respetuosa con la naturaleza, existen cuatro principios
básicos a seguir (IFOAM, 1996).
1. Producir alimentos en suficiente cantidad y de alta calidad alimenticia.
2. Interactuar con todos los sistemas naturales de forma constructiva y promotora de
vida.
3. Promover y mejorar los ciclos biológicos en el sistema productivo de la
explotación, involucrando los microorganismos, flora y fauna del suelo, animales y
plantas.
4. Mantener y aumentar la fertilidad de los suelos a largo plazo.

La nutrición unilateral y forzada de las plantas causa bloqueos y carencias en su


metabolismo. Dentro de la cadena alimentaria, esas carencias afectarán al animal o al
hombre y finalmente al suelo --cuando se cierra el ciclo-- lo cual incrementa la

8
vulnerabilidad del ecosistema. Por ello, la AE busca depender lo menos posible de
insumos extralocales y costosos.

Las diferencias más sobresalientes entre la AC y AE se muestran en la Tabla 1


(Kolmans y Vásquez, 1996).

Tabla 1. Principales diferencias entre agricultura convencional y ecológica


Agricultura convencional Agricultura ecológica
Modelo de producción lo más cerrado
Modelo de producción abierto
posible.
Nutrición vegetal directa Nutrición vegetal indirecta
Alimenta al edafón para que sea éste el que
Nutre a la planta directamente con
suministre los nutrientes a la planta en
fertilizantes fácilmente solubles
forma apropiada
Emplea fertilizantes de baja solubilidad
Emplea fertilizantes fácilmente solubles
(efecto lento)
Estimula la actividad del edafón,
Desprecia y desactiva conscientemente
convirtiéndolo en un ayudante confiable y
la actividad del edafón
económico.
Utiliza métodos de producción Trata de imitar, en lo posible, a la
incompatibles con los ciclos naturales. naturaleza
En los análisis de suelos da sólo Considera como indicador de la fertilidad
importancia a los nutrientes químicos la cantidad/calidad de los nutrientes,
solubles actividad biológica, estructura, etc.
Evalúa el rendimiento en términos Evalúa el rendimiento en términos
cuantitativos cuantitativos y cualitativos
Alto consumo energético Bajo consumo energético
Fuente: Kolmans y Vásquez (1996)

Lo que la AE busca es que el crecimiento de la planta no sea acelerado, sino


armónico y uniforme, ya que los cultivos crecen con más rapidez y, desarrollan tallos y
hojas de mayor vigor, gracias a una nutrición armónica. Esto, sólo puede ser garantizado
por un suelo sano. Por eso, es importante que los abonos orgánicos, sirvan de alimento
primero a los microorganismos del suelo y no directamente a las plantas, (Kolmans y
Vásquez, 1996).

Worthington (1998), evaluó el efecto de los sistemas de manejo convencional vs.


manejo ecológico (MC vs. ME) sobre la composición química de los forrajes
manifestando que la calidad obtenida en el ME es superior.

9
Campo et al. (2010), comparó un sistema de producción convencional utilizando
fertilizantes de síntesis, frente otros más sostenibles que utilizaban fertilizantes
orgánicos (purín de vaca o purín de cerdo). Observó que el crecimiento vegetativo y la
MS eran similares entre el manejo convencional y el orgánico con purín de vaca.

Según Kolmans y Vásquez (1996), el uso de compuestos químicos en la AC ha


provocado que la leche y sus derivados pierdan gran parte de sus cualidades biológicas
y gustativas. Por otra parte, la leche concentra con facilidad residuos de pesticidas por
encima de los límites permisibles. Por ello, la importancia de la alimentación del animal
no radica en la cantidad de alimento que se le proporcione, sino más bien en su calidad,
ya que no está destinada a maximizar la producción sino a garantizar la seguridad
alimentaria.

2.1.2. Purines de vacuno y su utilización como fertilizante orgánico en agricultura


ecológica

Los purines son deyecciones sólidas y líquidas excretadas por el ganado (heces y
orina) que suelen estar diluidas con agua procedente de la limpieza de las instalaciones
junto a materiales utilizados en la explotación (paja, tierra, serrín y restos de alimentos),
quedando el conjunto como un líquido más o menos espeso.

Con frecuencia se les denomina “residuos”, ya que representan un gran problema


de contaminación. Este término es despectivo y parece sugerir algo sin valor, de lo que
es preciso deshacerse como se pueda. Sin embargo, se trata de un recurso adicional del
que pueden disponer las explotaciones ganaderas, ya que, además de MO, aportan
nitrógeno (N), fósforo (P), potasio (K ) y calcio (Martínez et al., 2011a). Santana (1999)
y Dumont (2006) consideran al purín como un “subproducto”, que supone una gran
pérdida de nutrientes que salen de los sistemas de producción ganadera si no son
aprovechados, pudiendo ser utilizados en la fertilización de los suelos.

Autores como Balesdenta et al. (2000) y Dumont (2004) consideran que una
forma de minimizar el exceso de purines es incorporándolos en los suelos, a través de
buenas prácticas agrícolas. Consideran a los purines como una fuente importante de

10
nutrientes, que no fueron aprovechados por los animales, ya que estos solamente
utilizan para su metabolismo, ganancia de peso y/o producción de leche una pequeña
proporción de los elementos ingeridos. Por su elevado contenido en MO son buenos
activadores de los microorganismos del suelo agrícola. También aportan inóculos de
levaduras, hongos, protozoos y bacterias, los cuales son los responsables de digerir,
metabolizar y contribuir a la mejora de las propiedades físico-químicas y biológicas del
suelo, disminuyendo el efecto de la compactación y la densidad aparente, y aumentando
la infiltración y la macroporosidad del suelo. Todo esto facilita el desarrollo de las
plantas.

Sin embargo, la composición de purín es muy variable. Depende de muchos


factores que están directamente relacionados con la cantidad de estiércol producido y su
composición. Estos factores son tipo y edad del animal, estado fenológico del forraje de
la dieta, características y dosis del concentrado, forma de alimentación del rebaño, la
estación del año, sistema de limpieza de los corrales y manejo de la fosa de purines
(Demanet et al., 1999). Con estos antecedentes, Salazar et al. (2004), consideran que la
media óptima para las características de un purín de vacuno debería ser la que se
observa en Tabla 2.

Tabla 2. Valores de referencia de las características de los purines de vacuno


Parámetros Promedio (%) Mínimo (%) Máximo (%)
Materia seca (MS) (%) 3,90 0,20 13,70
Acidez (pH) 7,70 6,00 8,80
Nitrógeno total (N) 2,20 0,23 5,25
Nitrógeno amoniacal (N-NH3) 0,65 0,05 2,11
Fosforo (P2O5) 0,66 0,04 2,17
Potasio (K2O) 1,31 0,13 4,86
Calcio (CaO) 0,89 0,03 2,77
Magnesio (MgO) 0,38 0,02 1,49
Sodio (Na) 0,24 0,03 0,95
Valores en % sobre materia seca salvo especificaciones Fuente: Salazar et al. (2004)

En la actualidad, las explotaciones lecheras se asocian a una gran generación de


residuos, debido al confinamiento de una gran cantidad de animales, teniendo como
principal residuo las deyecciones de los mismos. Salazar et al. (2007) consideran que
puede haber serios problemas medio ambientales si no hay un manejo adecuado de
todos los residuos agroganaderos.
11
En Asturias, el principal problema a causa de los purines es la contaminación de
los cauces, que se debe en la mayoría de los casos a la falta de capacidad de
almacenamiento de las fosas, no pudiendo aprovecharse el exceso como abono de los
cultivos forrajeros. Esto está siendo controlado por la Ley de Aguas española (de la
Roza y Argamentería, 2005).

El uso de los purines debería realizarse principalmente en prados y praderas para


ensilar, y en cultivos como maíz, cebada, remolachas forrajeras, etc., debido a la gran
extracción de nutrientes que realizan (Dumont, 1999). El cultivo de maíz es muy
apropiado para la utilización de purín de vacuno. Su siembra a mediados de primavera
permite la aplicación dicho abono orgánico cuando la temperatura ambiente no es
demasiado alta y el suelo está mullido, evitándose así la perdida de nutrientes y la
contaminación.

Al utilizar purines como única fuente de fertilización del maíz forrajero, se


obtienen resultados de producción interesantes (Martínez et al., 2004). Con dosis de
hasta 70 m3 ha-1, la producción de forraje de maíz puede estar en torno a 12 t MS ha-1
(Elizalde, 1994). Para Dumont y Salazar (2001), la aplicación de purines con las
características químicas mostradas en la Tabla 2, en dosis de hasta 120 m3 ha-1, puede
permitir alcanzar las 15 t MS ha-1. Dumont (2004), menciona que la dosis recomendada
de purín, se encuentra determinada por su contenido de MS. A mayor porcentaje de la
misma la dosis de aplicación debe disminuir.

La mayoría de los productores desconocen las dosis de purines adecuadas a usar


en la fertilización. Las que utilizan, varían entre 30 y 300 m3 ha-1. Desde el punto de
vista ambiental y de eficiencia, el manejo de los purines es inadecuado en muchos
casos. Las dosis a aplicar se deben calcular teniendo como punto de referencia el N, P y
K necesarios para mantener el balance de nutrientes (Santana, 1999).

No todos los nutrientes contenidos en los purines son asimilables inmediatamente


por las plantas. El P y el K se encuentran retenidos y sólo tras su liberación pueden ser
asimilados. Para el caso del N el proceso es más complejo, debido a que las plantas solo
pueden utilizar el N que se encuentra en forma mineral. Dado que el N del purín se

12
encuentra tanto en forma mineral como orgánica, los cultivos no podrán utilizarlo en su
totalidad inmediatamente, sino que se deberá esperar a que la fracción orgánica se
mineralice (Iglesias, 1995).

Con lo expuesto anteriormente, la UE está regulando la utilización de purines


cuando estos son utilizados en condiciones de ME. Permite que se utilicen hasta 45 m3
ha-1 año-1 de purín de vacuno (equivalente a una carga ganadera de 2 UGM ha-1), según
se indica en los reglamentos CE, 2007 y 2008.

2.2. El maíz (Zea mayz L.)

El maíz es un cultivo de alta producción, requiere de 120 a 150 días para


producción de grano y se puede cultivar en una amplia variedad de climas. Se encuentra
distribuido en todo el mundo, pero no hay estadísticas seguras de la superficie destinada
a producción de planta entera para la alimentación de ganado. Los tipos de maíz más
importantes al respecto son los de tipo dentado, duro y harinoso. Se usan para forraje
debido a su alta digestibilidad y palatabilidad, lo que induce una elevada ingestión
voluntaria por el ganado, si se cosechan cuando las hojas están todavía verdes y el grano
se encuentra en estado pastoso-vítreo, obteniéndose solo una cosecha por siembra.

El principal uso que se le da al maíz forrajero es como ensilado, ya que fermenta


correctamente sin necesidad de aditivos, siendo el cultivo que genera mejor ensilado
dentro de la familia de las gramíneas (Amador y Boschini, 2000; Skerman, 1992 citado
por Elizondo y Boschini, 2001). El estado de la planta de maíz más adecuado para
ensilar es el de gran pastoso-vítreo, en el que contiene más MS y principios nutritivos
digestibles por hectárea que cualquier otro cultivo. El maíz para ensilar se usa
principalmente en los países templados, donde no es posible la siembra y crecimiento en
el invierno. No es común el ensilado de maíz en países tropicales, donde su cultivo
puede ser continuo o, por lo menos, sembrado en más de una estación. (Paliwal et al.,
2001; Martínez et al., 2003).

Un buen cultivo de maíz forrajero puede producir entre 40 y 95 t MV ha-1 Wang-


Yeong et al. (1997). Depende de la variedad, edad del corte, densidad de siembra,

13
manejo del cultivo y otros factores. Cuando el maíz es utilizado para grano, el forraje
remanente se suele usar para alimentar al ganado, aunque su calidad es baja. Todas las
variedades de maíz existentes son susceptibles de uso forrajero, pero las de mayor
rendimiento y calidad son las de porte alto (Bernal, 1991; Reta et al., 2000).

Según Reta et al. (2000) y Elizondo y Boschini (2002), se puede incrementar el


rendimiento de MS y grano por hectárea aumentando la densidad de plantas, hasta un
cierto límite. Esto es debido a que se reduce la producción de tallo y aumenta la de hojas
sin que repercuta en el valor nutritivo de la planta (Tabla 3).

Tabla 3. Producción de materia seca de cultivares de maíz con diferentes marcos


de plantación (distancia entre líneas 70 cm)

Distancia entre Producción de materia seca (kg ha-1)


Variedad
plantas (cm) Hoja Tallo Planta entera
H 8 2885 5151 9274
H 16 2700 5849 10136
H 25 2538 4912 9197

C2 8 4344 7074 12798


C2 16 4637 7633 13436
C2 25 4526 7595 13008
Fuente: Elizondo y Boschini (2002)
H: Maíz híbrido, C2: Maíz criollo con igual estado fisiológico que el hibrido

En países de Asia y en Egipto, donde se parte de muy altas densidades de siembra


y se ralea progresivamente usando las plantas como forraje, la mayoría de productores
siembra el maíz con el doble propósito, forraje y grano. En América, se cortan los tallos
por encima de la mazorca cuando estas están bien desarrolladas, para alimentar el
ganado, y los tallos verdes que quedan después de la cosecha son usados como forraje
(Paliwal et al., 2001).

Del total de maíz producido, cerca del 40% es usado para la alimentación animal.
Es debido a que la tasa de conversión a carne y leche es mayor con el maíz que con
otros cereales usados con el mismo propósito. La planta es usada como forraje en varias
etapas de su crecimiento, En especial, a partir de la emisión de la panoja y desde el
momento que el grano se encuentre en estado pastoso-vítreo. En este estado fenológico,

14
los altos contenidos en MS (30 - 40%) y almidón (ALM) y los bajos niveles en fibra,
hacen que sea una excelente fuente de energía para el ganado (Gutiérrez, 1996).

El valor nutritivo del maíz forrajero puede variar de bueno a excelente


dependiendo de la etapa de crecimiento en que se encuentre el cultivo. Núñez et al.
(2003), mencionan que en algunos países, en la selección de líneas para híbridos
forrajeros, se ha dado mayor énfasis al rendimiento de forraje por unidad de superficie,
que a la digestibilidad y aporte energético que pueda tener el mismo. Esto implica por
ejemplo, que en México los ensilados de maíz tengan menos EN de lactación que en
Estados Unidos o Europa. Por ello, es primordial evaluar los principios nutritivos ya que
existen importantes diferencias entre los híbridos de maíz forrajero existentes.

En una experiencia realizada por Amador y Boschini (2000), la producción total


de MS aprovechable en la alimentación animal aumento con la edad de la planta. Antes
de los 65 días de edad, el rendimiento de MS de las hojas era superior al del tallo. Con
posterioridad aumentó la velocidad de crecimiento del tallo, superando cerca de tres
veces la producción de MS de la hoja. Transcurridos 90 ± 2 días desde la siembra del
maíz, emergieron los primeros brotes de flores y dos semanas después se observaron las
primeras mazorcas. La fecha de mayor producción de materia verde y seca fue a los 120
± 2 días. Despues, el rendimiento disminuyó (Tabla 4). Este patrón de crecimiento se
puede generalizar sólo en términos relativos; depende de la precocidad de la variedad de
maíz y de las características edafoclimáticas de la explotación.

15
Tabla 4. Producción de materia verde y seca de la planta de maíz según días desde
la siembra
Materia verde
Edad en días
Hoja Tallo Flor Mazorca Planta completa
35 ± 2 1042,86 742,86 1785,71
50 ± 2 4350,00 5350,00 9700,00
65 ± 2 11285,71 35428,57 46714,29
77 ± 2 10714,29 37142,86 47857,14
90 ± 2 14964,29 51571,43 1007,14 67542,86
105 ± 2 11857,14 66785,71 1571,43 7785,71 88000,00
120 ± 2 10185,71 54285,71 1285,71 26500,00 92257,14
135 ± 2 11671,43 52285,71 785,71 14500,00 79242,86
147 ± 2 11028,57 48428,57 671,43 8728,57 68857,14
Materia seca
Edad en días
Hoja Tallo Flor Mazorca Planta completa
35 ± 2 97,14 35,71 132,86
50 ± 2 657,14 292,86 950,00
65 ± 2 1628,57 1607,14 3235,71
77 ± 2 1785,71 2121,40 3907,14
90 ± 2 2857,14 5392,86 150,00 8400,00
105 ± 2 3442,86 6457,14 528,57 814,29 11242,86
120 ± 2 2474,29 8794,29 391,43 3524,29 15184,29
135 ± 2 2757,14 9150,00 267,14 2697,14 14871,43
147 ± 2 3341,43 8959,29 294,29 1684,29 14279,29
Valores en kg ha-1 Fuente: Amador y Boschini (2000)

Campo et al. (2010), trataron de medir el potencial forrajero del maíz en un


sistema de MC frente a ME con purín de cerdo o de vacuno en Galicia. Se observó que
el número de plantas cosechadas fue ligeramente inferior al de plantas sembradas en los
tres sistemas comparados. La producción fue significativamente más alta en MC que en
ME con dé purín vacuno y de cerdo (14,2 t MS ha-1 vs. 13,1 t MS ha-1 vs. 12,1 t MS ha-1,
respectivamente). Martínez et al. (2009), indican que el número de plantas cosechadas
en ME fue ligeramente inferior y con menor tamaño por planta que en MC, mientras
que el porcentaje de mazorca resultó superior en ME. Campo (1999), estudió la
competencia de las plantas según rendimiento, caracteres agronómicos y estimación de
los parámetros genéticos del maíz. Observó que, al incrementar el número de plantas, la
competencia entre ellas aumentaba, y que, al contar con una menor densidad, estas
podían desarrollar un mayor número de mazorcas. En el mismo sentido, Núñez et al.
(1994), manifiestan que al elevar la densidad de las plantas, aumenta la competencia
entre ellas por la absorción de los nutrientes, impidiendo así que la participación de la
mazorca sea alta.

16
2.2.1. Valoración nutritiva del forraje de maíz

En las últimas décadas se ha producido un rápido progreso en las ciencias de la


nutrición. La expansión de los conocimientos y un adecuado entendimiento de las
necesidades de nutrición y del metabolismo de los nutrientes, son en parte posibles,
debido a los métodos de laboratorio que evalúan cuantitativamente el contenido de
nutrientes presentes en un alimento (Dumont, 1994; Pond et al., 1995).

El maíz se compone de diferentes fracciones morfológicas, cuya composición


química y proporción total en la planta se ve afectada mientras avanza la madurez.
Ambos factores influyen en la digestibilidad de la planta completa, según se observa en
la Tabla 5.

Tabla 5. Distribución de la materia seca de la planta completa de maíz en el


momento de la cosecha contenido en materia seca y digestibilidad de las fracciones
Contribución al rendimiento Contenido en Digestibilidad
Parte
de materia seca (%) materia seca (%) (%)
Penacho 1,3 53,8 47,6
Grano 43,5 43,1 88,6
Corteza del tallo 13,2 18,3 54,4
Medula del tallo 4,3 12,2 73,6
Planta completa 100 29,3 75,4
Fuente: Struik (1985)

En la selección de maíz forrajero para ensilar, se deben tener en cuenta el


rendimiento en grano y la digestibilidad de la parte verde, dado que el grano tiene una
gran densidad energética y la parte verde representa el 45-60% del rendimiento en MS.
Por lo que esta fracción tiene gran influencia en el valor nutricional de la planta (Verbic
et al., 1995).

Amador y Boschini (2000) indican que, con el cultivo de maíz se consigue


obtener elevados rendimientos de forraje de buena calidad y en corto espacio de tiempo.
Por otra parte Weiss (1993), indica que la EN de lactación del maíz aumenta tanto con
el contenido de MS como con la proporción de mazorcas. St.-Pierre et al. (1983),
afirman que la tendencia de la digestibilidad de la MS y de la energía siguen la misma
tendencia.

17
Campo et al. (2010), determinaron los principios nutritivos del maíz según
diferentes sistemas de manejo (Tabla 6). Observaron que los valores más altos de
proteína bruta (PB) y digestibilidad in vitro de la materia orgánica (IVMOD), se dieron
con MC, y los de ALM fueron similares entre el MC y ME con purín de vacuno. Para
Martínez et al. (2009), el contenido en ALM con ME fue superior al observado en MC,
ocurriendo lo contrario para la fibra neutro detergente (FND), concluyendo que el
aporte energético es superior en el forraje obtenido bajo condiciones de ME. La FND es
la fracción del forraje que corresponde a las paredes celulares y, está asociada
negativamente con la ingestión de MS. Su porcentaje se incrementa con el estado de
madurez de los forrajes.

Tabla 6. Medias de los parámetros nutritivos y de producción de en los tres


sistemas de manejo
Sistemas de manejo
ME ME LSD
MC
purín de cerdo purín de vacuno (5%)
MS (%) 35,17 38,87 33,95 2,59
MO (%) 96,34 96,81 96,41 0,35
PB (%) 6,00 4,85 4,49 0,41
FND (%) 48,11 45,67 47,97 1,18
FAD (%) 24,26 23,16 25,14 1,04
IVMOD (%) 69,22 67,66 67,72 0,59
CNET (%) 38,81 44,83 42,35 1,92
ALM (%) 30,93 36,11 31,60 2,73
PMS (t MS ha-1) 14,22 12,10 13,08 0,88
Fuente: Campo et al. (2010)
MS: materia seca, MO: materia orgánica, PB: proteína bruta, FND: fibra neutro detergente, FAD: fibra acído
detergente, IVMOD: digestibilidad in vitro de la materia orgánica, CNET: carbohidratos no estructurales, ALM:
Almidón, PMS: producción de materia seca, LSD (5%): mínima diferencia significativa al 5%.

Para Mier (2009), la PB es un parámetro importante debido a su influencia directa


en la producción animal, por lo que menciona que el nivel óptimo en un forraje de maíz
ha de estar comprendido entre 7 y 10 %. Valores superiores, significan que el corte fue
demasiado temprano, con pérdida potencial de producción y bajo contenido de ALM.

Oramas y Vivas (2007) determinaron la evolución de la composición nutritiva de


tres variedades de maíz y observaron que el contenido de proteína utilizando
fertilización nitrogenada de síntesis osciló de 6,41 a 7,31%, indicando que este
contenido en proteína es el adecuado, debido a que muestras con contenidos de proteína
18
inferiores no garantizan N suficiente para una fermentación microbiana efectiva en el
rumen.

2.3. El ensilado como método de conservación de forrajes

Para contrarrestar la falta de regularidad en la producción de forrajes, resulta


imprescindible utilizar métodos de conservación adecuados. Se trata de que, a partir de
forraje cosechado en el momento óptimo de producción, y calidad puedan subsanarse
las carencias debidas a la sequía estival y a la parada de producción del invierno,
contribuyendo así a disminuir el consumo de piensos por los animales en estas épocas
(Cañeque y Sancha, 1998; Merry et al., 2000).

El principio de todo método de conservación es el de transformar, lo más


rápidamente posible y con las mínimas pérdidas, el estado inestable del forraje verde
que acaba de segarse, a un estado estable que permita una conservación prolongada sin
degradación suplementaria. Requiere preservar, tan eficientemente como sea posible,
los nutrientes digestibles del forraje. Por otra parte, la técnica utilizada al respecto debe
ser compatible con los resultados económicos de la explotación, así como estar adaptada
a las características de la misma (Martínez, 2003).

Los dos métodos de conservación más utilizados son, sin duda alguna, la
henificación y el ensilado. Con temperaturas por debajo de los 15ºC y una humedad
relativa superior al 65%, el henificado está muy comprometido. En estas condiciones,
resulta más aconsejable una técnica de conservación de forrajes en estado húmedo, que
permita una mayor independencia de las condiciones climáticas. En esto consiste
precisamente el ensilado.

Como definición, podemos decir que el ensilado es una técnica de conservación


de los excedentes forrajeros en estado húmedo, basada en la inhibición de procesos
enzimáticos y microbianos no deseables por disminución del pH. Dicha acidificación es
producida fundamentalmente por fermentación láctica de los azúcares presentes en el
forraje en condiciones de anaerobiosis (Pitt et al., 1985; Reiber et al., 2005).

19
Durante el proceso de ensilado se desea reducir el pH y así lograr la estabilización
y conservación del forraje con mínima perdida de nutrientes y MS manteniendo una
buena apetecibilidad para los animales y sin que se produzcan durante el proceso
sustancias que puedan ser tóxicas para la salud animal.

El ensilado de maíz es una práctica común en muchos países europeos, así como
en Estados Unidos, que ha venido tomando fuerza en los últimos años. Contribuye a
resolver los problemas que plantea la estacionalidad de producción forrajera y la
necesidad de formular raciones con elevada concentración energética y alto contenido
de hidratos de carbono no estructurales (Campa, 2009).

El ensilado de maíz puede ser utilizado en los periodos críticos (Korevaar, 1992)
en casi todos los animales. debido, a que una mezcla única de grano y fibra digestible, y
es una de las principales fuentes energéticas para la alimentación de rumiantes (Ruiz et
al., 2009). Es un excelente recurso invernal para la alimentación animal, que puede ser
aprovechado por los vacunos tanto de carne como de leche, a excepción de los terneros
recién destetados (Manterola et al., 1999; Phipps et al., 2000).

En España, el cultivo de maíz forrajero, con una producción anual de 265 056 t, se
considera como una materia prima ideal para ensilar por su alto valor nutritivo (MAPA,
2008). Por otra parte, en el Reino Unido los ensilados de pradera están siendo
sustituidos en las producciones de leche y carne, por ensilados de cereales y maíz, para
disminuir la cantidad de efluentes y aumentar la eficiencia en el uso del N.

Hay diversos factores que pueden condicionar el valor nutritivo de los ensilados.
Hay que tener en cuenta que la calidad del forraje fresco siempre será superior a la de
los ensilados resultantes. La magnitud de las pérdidas de calidad durante el proceso de
ensilado dependerá de las medidas que se adopten para conducir un proceso de
conservación técnicamente adecuado (Garcés et al., 2006). Las características y calidad
del ensilado se verán influidas también por la diversidad de microorganismos que
participen en el proceso de conservación (Anrique, 1994, Barber et al., 1996; Cherney,
2000). La composición química, digestibilidad y cantidad consumida por el animal,

20
siempre serán factores que determinan la importancia del ensilado (Arreaza et al.,
2002).

Con respecto al nivel productivo de los animales, un sistema eficiente de


producción de carne y leche de vacuno en base a forrajes exige la utilización de
ensilados de elevado valor nutricional. Por lo que, para obtener ensilados de calidad se
debe realizar el corte en el momento óptimo ya que con la edad aumenta el rendimiento,
pero disminuye su valor nutritivo. No solo se debe obtener suficiente producción, sino
también ensilar forrajes de alto valor nutritivo y, minimizar las perdidas ocurridas en la
recogida y almacenamiento del forraje (Bernal, 1991; Chaverra y Bernal 2000; Garcés
et al., 2006).

Balocchi y Lopez (1991), mencionan que la calidad de un forraje verde y su


ensilado, dependen de los factores, expuestos en la Figura 2.

Calidad del ensilaje

Técnica de ensilado Forraje original

Contenido de
Picado Aptitud fermentativa
nutrientes

Sellado Especie Carbohidratos solubles


Premarchitamiento Variedad Capacidad tampón
Aditivos Estado fenológico Contenido de humedad

Fuente: Balocchi y Lopez (1991)

Figura 2. Factores que determinan la calidad de un ensilado

El estado de madurez de la planta al momento de la cosecha es uno de los factores


más importantes que pueden afectar el valor nutritivo de los ensilados de maíz, junto a
otros factores como contenido en MS, ALM y el proceso fermentativo que haya tenido
lugar. Todo esto debido a que un bajo contenido en MS, restringe la fermentación
dilatándose más el tiempo necesario para que el ensilado se estabilice, afectando
negativamente al contenido celular final y a la digestibilidad del ensilado (Siebald,
1994; van Vuuren et al., 1995).

21
A través de los años se ha demostrado que mejorando la calidad de los ensilados,
se pueden reducir en forma importante los costes de producción (Siebald, 1994). El
menor coste de kilogramo de peso vivo producido al alimentar con ensilado de calidad,
está relacionado con las mayores ganancias de peso que se logran, y con el ahorro de
más del 50% del concentrado requerido para raciones de cebo en ganado vacuno (Steen,
1991). En este sentido, Murray (1997) indica que, a mayor la digestibilidad de un
ensilado, mayor ingesta de energía metabolizable, lo que se traduce en una mayor
producción de leche por día (Tabla 7).

Tabla 7. Relación entre digestibilidad del ensilado ofrecido como único alimento y
producción de leche
Digestibilidad de la materia orgánica (%)
65,6 69,4 72,9 76,7
Ingesta MS, kg día-1 13,6 14,2 16,0 16,0
Ingesta EM, MJ día-1 129 148 168 176
Producción de leche, kg día-1 13,0 16,8 20,8 22,7
MS: materia seca; EM: energía metabolizable. Fuente: Murray (1997)

El valor nutritivo del ensilado de maíz depende de la digestibilidad de las


fracciones mazorca y planta, que están a su vez influenciadas por factores genéticos y
ambientales y por el estado de madurez en la cosecha, siendo este ultimo el factor que
condiciona más estrechamente el valor nutritivo del ensilado (Bolsen, 1995).

Klein (1994), menciona que la calidad del ensilado de maíz, variará en forma
importante, dependiendo del estado de madurez de la planta y de las condiciones
climáticas durante el periodo de desarrollo del cultivo, como se puede observar en el
Tabla 8.

22
Tabla 8. Comparación de diferentes ensilados de maíz
Ensilado
Nº 1 Nº 2 Nº 3
Materia seca (%) 30,3 27,3 25,0
Proteína total (%) 6,7 6,8 7,2
Fibra neutro detergente (%) 62,0 50,3 43,2
Fibra ácido detergente (%) 39,1 30,6 23,8
Energía metabolizable (MJ kg-1 MS) 9,58 10,82 11,46
Carbohidratos no estructurales (%) 22,3 35,9 40,0
Ca (%) 0,18 0,11 0,13
P (%) 0,12 0,14 0.14
Valores en materia seca. Fuente: Klein (1994)
Nº 1 Elaborado con forraje de maíz sometido a condiciones extremas de sequia
Nº 2 Elaborado con forraje de maíz de granos ¼ y ½ en línea de leche
Nº 3 Elaborado con forraje de maíz apto para el ensilado

En la Tabla 9, podemos observar las variaciones en composición y aporte


energético de, ensilados de maíz según diferentes autores. En términos generales se
puede decir que poseen un bajo contenido proteína y moderado en energía
(Argamentería et al. 1997).. Por otra parte, generalmente están bien fermentados, con
valores de pH inferiores a 4 y porcentajes de nitrógenos amoniacal referido a N total
inferiores al 10% (INRA, 1979).

Tabla 9. Aporte nutricional promedio de ensilado de maíz


MS PB EM pH N-NH3 Ca P FUENTE
26,70 8,50 10,75 3,9 7,6 0,22 0,17 Klein (1992)
28,10 8,10 10,00 3,9 7,3 0,20 0,16 Dumont (1994)
23,70 8,10 10,75 3,9 9,6 0,26 0,17 Anrique et al. (1995)
30,00 7,60 10,88 3,9 8,2 0,23 0,15 Anrique et al. (1995)
21,80 9,20 10,38 3,8 7,9 -- -- Klein et al. (1996)
25,50 8,50 10,71 3,9 11,1 -- -- Klein et al. (1996)
27,50 7,30 10,71 3,8 2,6 -- -- Klein (1998)
38,93 7,96 9,33 3,95 -- -- -- Martínez et al. (2001)
32,31 7,75 10,77 3,87 -- -- -- Martínez et al. (2004)
37,63 6,03 12,42 -- 6,8 -- -- Restle et al. (2006)
31,88 7,09 10,46 -- -- -- -- Pereira et al. (2008)
MS: matéria seca (%); PB: proteína bruta; EM: energía metabolizable (MJ kg-1 MS), N-NH3. nitrógeno
amoniacal/Ntotal (%); Ca: cálcio (%), P (%): fósforo. Valores en materia seca

23
2.3.1. Proceso de ensilado

A partir del momento en que se inicia el corte de los forrajes, se producen


cambios en la planta (fase enzimática) que continuarán a lo largo del proceso de la
estabilización del ensilado.

La oxidación de los azúcares de la planta por procesos respiratorios afecta


negativamente a las características de fermentación en el silo. Los azúcares solubles
sirven como sustratos primarios para las bacterias productoras de ácido láctico que
deben predominar durante la fermentación del ensilado. La actividad de dichos
microorganismos reduce el pH de la masa forrajera y es un factor clave en la estabilidad
y la conservación a largo plazo del ensilado. La respiración excesiva o prolongada
puede limitar la capacidad de hacer uso de este sustrato primario necesario para la
producción de de acido láctico, lo que disminuye las posibilidades de una buena
fermentación (Coblentz, 1998).

2.3.2. Parámetros de calidad del ensilado

Las determinaciones analíticas mínimas que el Laboratorio de Nutrición Animal


del SERIDA considera necesarias para poder valorar un ensilado de maíz desde el punto
de vista nutricional son: pH y su contenido en principios nutritivos (MS, cenizas, PB,
ALM, FND y digestibilidad con celulasa de la misma), así como la estimación del
contenido energético.

Habitualmente, en el Laboratorio de Nutrición Animal del SERIDA, estos


parámetros se estiman por Espectroscopia de Reflectancia en el Infrarrojo Cercano
(NIRS). Cuando no es posible utilizar esta tecnología, la valoración se realiza por
métodos convencionales de vía humedad

2.3.2.1. Espectroscopia de Reflectancia en el Infrarrojo Cercano (NIRS)

Es una tecnología analítica de carácter físico, rápida, no destructiva y no


contaminante, lo que permite recuperar las muestras analizadas para otros fines. Esta

24
tecnología es una alternativa a las técnicas convencionales de análisis para determinar
de manera rápida y precisa los principios nutritivos de los forrajes y ensilados e incluso
los metabolitos de fermentación y predicción de la ingestibilidad y la digestibilidad in
vivo. Las ventajas de esta técnica incluyen proveer información en segundos, requerir un
mínimo o ningún tratamiento de la muestra, minimizar el daño ambiental y ser una
técnica multíparamétrica de alta precisión que permite predecir varios factores
simultáneamente.

Simplificando al máximo los principios de la absorción NIRS, diremos que esta


tecnología consiste esencialmente en la emisión de un haz de luz sobre la muestra, la
cual en función de su composición, o mejor aún, de la naturaleza de los enlaces
presentes en sus moléculas, absorberá una determinada cantidad de energía. La forma
más usual de cuantificar la absorción en el infrarrojo cercano es a través de la medida de
la energía reflejada a diferentes longitudes de onda y expresada como log (1/R), en cuyo
caso se habla de Espectroscopía NIRS o bien la transmitida a través de la muestra y
expresada como log (1/T) o Espectroscopía NIT.

Se basa en la ley de Lambert-Beer, de forma que el valor de absorbancia


resultante de una muestra que contenga una sustancia con capacidad de absorber
radiación NIRS es directamente proporcional a la concentración de la sustancia que
absorba dicha radiación (Osborne y Fearn, 1986; Bertrand y Dufour, 2000; Williams y
Norris, 2001; Burns y Ciurczak, 2008). Por ello, los valores de absorbancia obtenidos de
una muestra se pueden relacionar con los componentes de misma, siempre y cuando
absorban radiación NIRS. El espectro NIRS de una muestra tiene un perfil de absorción
único y característico para esa muestra, similar a la huella dactilar que define a cada
persona y puede estar formado por más de 700 valores de absorbancia.

Actualmente, la tecnología NIRS es considerada a nivel mundial un potente


sensor para el análisis cualitativo y cuantitativo en la industria agroalimentaria,
farmacéutica, química, y para determinadas aplicaciones en medicina, medio ambiente,
etc. (Davies y Williams, 1996). En concreto, el análisis químico de los forrajes por
NIRS tiene por objeto determinar su contenido en nutrientes y otros componentes que
favorecen o inhiben la utilización de los mismos por el animal para, a través de

25
ecuaciones de regresión, estimar su composición y valor nutritivo (Burns y Ciurczak,
2008). Definido, éste último, como la respuesta obtenida, en términos de producción
animal, por unidad de alimento ingerido (van Soest, 1982).

2.3.2.2. El pH del jugo

Dumont (1994), manifiesta que el pH es un indicador de la extensión de la


fermentación, dependiente del contenido de MS que contiene la muestra ensilada. La
relación entre estos dos parámetros, y su significado respecto a la calidad fermentativa
se presentan en la Figura 3. Cuanto más bajo sea el valor del pH, mayor será la acidez
presente en el ensilado. Puede indicarnos la calidad de preservación del ensilado, pero
no tan fidedignamente como el nitrógeno amoniacal (INRA, 1981).

% MS

45,0

Ensilado
estable

Ensilado
inestable

15,0
3,8 5,0 pH

Fuente: INRA (1981)


Figura 3. Estabilidad de un ensilado en función de su contenido en materia seca
(%MS) y el pH de su jugo obtenido por prensado o por maceración en agua

El valor de pH final, normalmente será más alto cuando se incrementa el


contenido de MS (Haigh, 1987). Refleja el hecho de que en forrajes con menor nivel
acuoso la actividad bacterial está más limitada, debido a la carencia de agua disponible
para sus funciones vitales (Pichard y Cussen, 1994).

Bergen (1974), citado por Fernández (1999), menciona que ensilados con pH
superiores a 5 pueden actuar bacterias indeseables, como el Clostridium tyrobutricum

26
que fermenta los carbohidratos solubles y ácidos orgánicos produciendo ácido butírico,
dióxido de carbono e hidrógeno dando ensilados de color negro y olor a rancio. Incluso,
otros microorganismos proteolíticos fermentan a los aminoácidos y generan,
especialmente, amonio (olor a amoníaco o a orina) y aminas (olor a pútrido). Esto puede
ocasionar en los animales una reducción del consumo voluntario. En el momento en que
el pH de un ensilado es inferior a 4 las bacterias indeseables se inhiben, siendo
remplazadas por las bacterias lácticas. Estas bacterias serán menos abundantes al inicio,
aumentando paulatinamente siempre que los carbohidratos solubles existan en
abundancia. Su actividad ira acumulando ácido láctico, que es el responsable de la
conservación del forraje ensilado (Fernández, 1999).

Alaniz (2008), manifiesta que forrajes con contenidos superiores al 70% de


humedad son indeseables, dado que el crecimiento de los Clostridium no se inhibe aún
cuando el pH baje a 4. Además de las pérdidas de nutrientes a través del efluente, se
generan metabolitos indeseables que reducen la ingestión voluntaria por los animales.

2.3.2.3. La materia seca (MS)

Se define como el porcentaje del forraje que no es agua. Es importante de por sí y


porque los demás componentes (excepto digestibilidad) están expresados sobre MS.

Pond et al. (1995) y Cherney (2000), afirman que el análisis de MS es el más


realizado en los laboratorios de nutrición, debido a que los alimentos pueden poseer un
contenido de agua bastante variable y no aporta ni nutrientes ni energía. Usualmente nos
indica el grado de premarchitamiento, reflejado en un valor de MS alto. Haigh (1987) y
Dumont (1994) consideran a la MS como un indicador de calidad fermentativa en
función de su relación con el valor final del pH alcanzado por los ensilados (Figura 4).

27
Fuente: Thomas et al. (1987) citado por Dumont (1994)
Figura 4. Calidad de fermentación en relación con el contenido de materia seca y
pH de los ensilados

El contenido de MS de una planta antes de ensilar debe oscilar entre 30 y 35%. Es


un factor importante para el éxito de la fermentación (McDonald et al., 1991; Ashbell y
Weinberg, 2001), ya que en estas condiciones la degradación del ácido láctico y la
producción de amoníaco por las bacterias butíricas se verán considerablemente
atenuadas. Klein (1994), menciona que para asegurar una buena fermentación y poder
maximizar el consumo de MS y la digestibilidad del ensilado de maíz, es recomendable
que el forraje inicial cuente en el momento de la cosecha con un contenido de MS de
entre 27 y 32 %.

Forrajes con contenidos superiores al 70-75% de humedad al momento de ensilar,


dan origen a ensilados de baja calidad nutritiva debido a pérdidas por efluentes
(Cañeque y Sancha, 1998; Martínez et al., 2003). Rotz y Muck (1994) mencionan que,
al momento de cosechar un forraje, con una concentración de MS baja, habrá pérdidas
por efluentes y riesgos de fermentaciones secundarias o degradativas, requiriéndose un
menor pH para su control debido al exceso de agua.

2.3.2.4. Cenizas (CEN)

Las CEN indican el contenido mineral. El contenido de CEN totales de un forraje


se determina por ignición a altas temperaturas. Desaparecen así los compuestos

28
orgánicos, quedando únicamente los inorgánicos que son capaces de resistir altas
temperaturas (salvo algunas excepciones). Nutricionalmente el valor de las CEN tiene
poca importancia, aunque valores excesivamente altos pueden indicar una
contaminación con tierra o dilución de los alimentos con materiales inorgánicos.
Ensilados que estén contaminados con tierra pueden presentar valores de CEN
superiores a 15% sobre MS (Pond et al., 1995; Argamentería et al., 1997; Cherney,
2000).

2.3.2.5. La proteína bruta (PB)

Es un parámetro importante por su influencia directa en la producción de leche.


Para ensilados de hierba, un valor por debajo de un 12% sobre MS debe considerarse
escaso. Para ensilados de maíz, el contenido debe estar comprendido entre 8 y 10 %
sobre MS. Si los valores son superiores y no hubo adición de urea, puede obedecer a un
corte demasiado temprano con pérdida de potencial de producción y bajo contenido en
ALM.

Se determina a partir del contenido en N Kjeldahl de la muestra. No todo el N


procede de proteína verdadera; hay formas de N no proteico. Como las proteínas
contienen un 16 % de nitrógeno aproximadamente, el contenido de PB se calcula
convencionalmente multiplicando el valor de N por 6,25. Y, el resultado se expresa
como un valor porcentual respecto a la MS (Cheney, 2000).

Pond et al. (1995), reparan en que el análisis de la PB no establece distinciones


entre diferentes formas de N, según expusimos en el párrafo anterior. Es por ello que,
desde un punto de vista nutricional los datos obtenidos son aplicables a los rumiantes,
que son capaces de utilizar eficientemente casi todas las formas de N.

2.3.2.6. Almidón (ALM)

El elevado aporte energético del ensilado de maíz deriva de su alto contenido en


carbohidratos de reserva (azúcares solubles y almidón). El ALM del maíz forrajero, es
degradado en el rumen en menor medida (70 %) y más lentamente que el procedente de

29
otros cereales: 13,7 % h-1 para el ALM del maíz, frente al 21,1 % h-1 para el ALM de
cebada (Tamminga et al., 1989). El ALM no degradado en el rumen genera en el
intestino un aporte de glucosa útil para economizar otros nutrientes glucogénicos y
prevenir trastornos por exceso de la cetogénesis. Además, la degradación lenta favorece
el mantenimiento del pH ruminal, el crecimiento de la microflora allí establecida y
estimula la ingestión. Estas características adquieren especial relevancia en dietas con
alto porcentaje de hierba o ensilado de hierba en la ración (Geerts y Den Kamp, 1993).
De ahí que, el contenido en ALM del maíz forrajero en verde o ensilado, sea un
parámetro importante a determinar en este tipo de forrajes

2.3.2.7. Fibra neutro detergente (FND)

Es la fracción de forraje que corresponde a las paredes celulares, y está asociada


negativamente con la ingestión voluntaria de MS. El porcentaje de FND se incrementa
con el estado de madurez de los forrajes. van Soest (1994), indica que la FDN
representa el total de la pared celular, integrada por celulosa, hemicelulosa y lignina.
Pero, también puede contener fracciones de proteína, minerales y cutina. Esta fibra es
sólo parcialmente digestible. La utilizan más eficientemente los rumiantes, quienes
dependen de la digestión microbiana en el rumen para la utilización de los componentes
más fibrosos de las plantas.

Para la determinación del contenido de FDN (van Soest et al., 1991) se emplea
una solución neutro detergente que disuelve las pectinas de la pared celular, fácilmente
digestibles y los contenidos celulares (proteínas, azúcares y lípidos), resultando un
residuo que representa el contenido en paredes celulares (celulosa, hemicelulosas y
lignina). El detergente solubiliza las proteínas, contribuyendo el sulfito sódico (si se
añade) a eliminar la materia nitrogenada al romper los enlaces disulfuro. El ácido
etilendiamintetracético (EDTA) es empleado como quelante del calcio y para eliminar
las pectinas a la temperatura de ebullición. El trietilenglicol ayuda a eliminar parte de la
materia no fibrosa de los alimentos concentrados y la amilasa termoestable es usada
para eliminar el ALM. Dos adiciones de amilasa ayudan a mejorar la precisión de la
determinación y, sobre todo, facilita la filtración. Debido a la posibilidad de
contaminación de la muestra con tierra, se recomienda tener en cuenta el contenido en

30
CEN y excluir éste del valor de FND. van Soest et al. (1991) dan como opcional el uso
de sulfito sódico. Dicho compuesto reduce el contenido proteico de la muestra y elimina
los residuos de queratina de origen animal, pero es fuente de errores en el
procedimiento; de ahí la opcionalidad. Sin embargo, Mertens (2002) al describir la
determinación de la FND con amilasa incluye, sin alternativa, al sulfito sódico en el
procedimiento.

2.3.2.8. Digestibilidad in vivo de la materia orgánica

La determinación de la digestibilidad in vivo, implica el empleo de animales


experimentales a los que se da una cantidad determinada del alimento que se investiga y se
determina la excreción fecal, durante un periodo mínimo de 7 días tras otros 7-15 de
adaptación. Estos ensayos son tan laboriosos que no pueden constituir una rutina de
valoración de alimentos. Por ello, frecuentemente, lo que se hace es una estimación con
métodos de laboratorio más rápidos y económicos mediante análisis de regresión
utilizando alimentos patrón con digestibilidad in vivo conocida.

Esta estimación de la digestibilidad puede llevarse a cabo utilizando diferentes


metodologías:
 A partir de la composición químico-bromatológica (INRA, 1981; Reeves, 1987;
de la Roza, 1990; Phillips y Loughlin, 1994, entre otros muchos trabajos).
 Por el método de la digestibilidad in vitro desarrollado por Tilley y Terry (1963).
 Por técnicas enzimáticas diversas. Se basan en simular el proceso de digestión
ruminal mediante complejos enzimáticos denominados “celulasas” y otras
enzimas o tratamientos (Goto y Minson, 1977; Dowman y Collins, 1982; de la
Roza y Argamentería, 1992).
Bughara y Sleper (1986) compararon la eficacia de los tratamientos con
solución ácida de pepsina o neutro detergente antes o después de la acción de la
celulasa, concluyendo que como pretratamientos aproximan más los valores de
laboratorio a los in vivo. Varios trabajos sobre digestibilidad enzimática recogen
técnicas en las que se efectúa un tratamiento multienzimático, uniendo a la acción
de la celulasa la de otras enzimas pectinolíticas, amilolíticas, proteolíticas y
hemicelulolíticas (van Der Meer, 1982; de la Roza y Argamentería, 1992a).

31
 Por Reflectancia en el infrarrojo cercano (NIRS). Esta espectroscopia permite
la estimación de digestibilidad in vivo, entre otras múltiples aplicaciones.

2.3.2.9. Energía metabolizable (EM)

Representa la energía química disponible para las diversas funciones fisiológicas,


deducidas de la energía bruta ingerida las pérdidas en heces, gases y orina. Se mide en
megajulios por kilogramos de materia seca (MJ kg MS-1) y se estima en función de la
digestibilidad, según (MAFF, 1984)

Los ensilados de hierba cuyo contenido en EM no supere los 8,5 MJ kg MS-1, se


consideran mediocres o malos. La calidad es buena a partir de 10 MJ kg MS-1, y muy
buena a partir de 11 MJ kg MS-1. Para ensilados de maíz se requiere ≥ 11 MJ kg MS-1
(Argamentería et al., 1997).

El mayor contenido en EM debe estar asociado a menor pH final, es decir, a mejor


fermentación.

La composición químico-bromatológica antes descrita y la digestibilidad no


bastan para predecir si el ensilado será bien aceptado por los animales o no. Es preciso
evaluar si el proceso fermentativo que tuvo lugar fue correcto y si la masa ensilada
alcanzó las debidas condiciones de acidez. Se requieren al respecto unos análisis
específicos que reseñaremos a continuación.

2.3.3. Metabolitos de fermentación de los ensilados. Significado e importancia

La determinación de una serie de solutos en el jugo de un ensilado, obtenido por


prensado o por su maceración en agua si está muy prehenificado, se denomina análisis
fermentativo. Tiene como principales objetivos, conocer la calidad de la conservación
del forraje y si las técnicas utilizadas han sido suficientes para permitir una acidificación
de la masa forrajera hasta alcanzar un producto estable. También permite estimar el
valor nitrogenado del ensilado, su ingestibilidad y si puede ser distribuido sin peligro
para los animales (INRA, 1979 y 1981).

32
2.3.3.1. Nitrógeno amoniacal (N-NH3)

Es una medida de la degradación de la proteína que tuvo lugar durante el proceso


de ensilado. Según Wilkinson (1987), Pichard y Rybertt (1993), Dumont (1994) y
Beever (1996), el N-NH3 es uno de los indicadores principales de la calidad de
fermentación. Se expresa como porcentaje del N total. La relación entre N-NH3, calidad
de fermentación y consumo en ganado bovino se puede apreciar en laTabla 10.

Tabla 10. Contenido de nitrógeno amoniacal en ensilados y su relación con la


calidad de fermentación y consumo animal
Nitrógeno amoniacal
Calidad de fermentación Consumo relativo (%)
(% del nitrógeno total)
0-5 Excelente 100
5-10 Buena 98
10-15 Moderada 95
>15 Deficiente 90
Fuente: Wilkinson (1987)

2.3.3.2. Otros metabolitos relacionados con la fermentación de ensilados

 Azúcares solubles residuales (AZUC SOL), cuya relación con los del forraje de
partida indica si hubo suficiente sustrato para la fermentación láctica.

 Ácido láctico, como medida de la transformación de los azúcares iniciales en


éste ácido, que contribuirá de manera fundamental a la reducción del pH y a la
estabilidad del ensilado.

 Ácidos grasos volátiles totales (AGV´s), como productos procedentes de otras


fermentaciones distintas de la láctica y que contribuyen al deterioro o inestabilidad
del ensilado. Entre ellos, el acético y el propiónico deben aparecer en poca cantidad
y el butírico debe estar ausente o en cantidad despreciable. Son el resultado de
procesos no deseables inducidos por la presencia de bacterias coliformes y
gérmenes butíricos presentes en la tierra y que degradan el nitrógeno protídico del
forraje.

33
 Alcoholes, que son indicadores de fermentaciones alcohólicas producidas por
hongos y levaduras, tampoco deseables.

2.3.4. Estabilidad aeróbica de los ensilados

Es un término utilizado para definir el tiempo durante el cual el ensilado


permanece estable durante el almacenamiento o después de exponerse al aire, una vez
que el proceso fermentativo se ha completado. También puede ser definida como la
resistencia al aumento de pH y de la temperatura del ensilado (Kung, 2005; Mier, 2009).
Para Moran et al. (1996), O´Kiely et al. (2001) y Kung (2005), la estabilidad aeróbica
es el tiempo transcurrido para la elevación de la temperatura del ensilado en 2 ºC por
encima de la temperatura ambiente.

Para Jobim (2007), la inestabilidad del ensilado se produce por la oxidación de los
sustratos después de la apertura del silo. La concentración de oxígeno y la profundidad
que penetra el aire en el silo son factores críticos, demostrando que la densidad del
ensilado (kg ensilado m-3) determina la porosidad del mismo y, por tanto, la
concentración de oxígeno que entra una vez abierto. Parámetros como temperatura,
población de hongos y levaduras, concentración de carbohidratos solubles y de ácidos
orgánicos en interacción con el pH, afectan la estabilidad de ensilado durante la fase de
alimentación. Al evaluar un alimento conservado por fermentación, interesa incluir la
estabilidad una vez expuesto al aire, ya que ésta determina su vida útil durante la fase de
alimentación. La estabilidad aeróbica, es de suma importancia sobre todo en clima
tropical, caracterizado por un ambiente cálido y húmedo, que favorece el desarrollo de
microorganismos asociados al deterioro aeróbico de alimentos fermentados. Estos
ensilados deteriorados adquieren color pardo oscuro e incluso negro, y aunque no sean
totalmente rechazados por los animales, su valor nutritivo es bajo (Pagán, 2006).

La exposición al aire es la primera ficha de dominó en caída (Figura 5) que


provoca una reacción en cadena, dando como resultado un deterioro del ensilado,
debido a que las levaduras que degradan el acido láctico en presencia del aire son los
principales microorganismos que causan el deterioro del ensilado.

34
Ensilado expuesto al aire

Las levaduras que degradan el


acido láctico se activan

Estas levaduras degradan ácido láctico a


CO2 y agua, generando calor

Aumenta el número de levaduras en


la masa de ensilado

El pH del ensilado aumenta por causa del


metabolismo del ácido láctico

Mohos y bacterias aerobias se activan y


degradan aún más el ensilado

Deterioro masivo

Fuente: Kung (2005)


Figura 5. Efecto dominó de la exposición del ensilado al aire

Kung (2005) observó que, las muestras de ensilado de maíz comienzan con un
rango normal de 105 ufc de levaduras g-1 y que en condiciones apropiadas esta cifra
puede duplicarse en menos de dos horas. Estas muestras, en ocho horas pueden llegar a
contener 1,6*106 ufc levaduras g-1, de forma que el ensilado se puede echar a perder
rápidamente cuando entra en contacto con el aire bajo condiciones cálidas. Algunas
relaciones generales entre variables hacen que un cultivo sea más o menos propenso a la
inestabilidad aeróbica de sus ensilados. Por ejemplo (Tabla 11), los cultivos con una alta
concentración de ALM y azúcar tienen una tendencia a tener más levaduras. Por tanto,
el maíz con alta humedad utilizado para ensilado puede ser muy propenso a la
inestabilidad aeróbica. Algunos de los productos finales de fermentación como el ácido
acético, inhiben más el crecimiento de levaduras y mohos que otros. Debido a ello es
deseable su presencia, aunque en cantidades inferiores a la del ácido láctico (Kung et
al., 2003; Kleinschmit y Kung, 2006).

35
Tabla 11. Factores que afectan la estabilidad aeróbica de los ensilados
Tema Efectos Ejemplos
Alto contenido de Las levaduras usan azúcar y Maíz con alta humedad y tiende
almidón o azúcar. almidón como fuentes de a producir un ensilado más
energía durante la fermentación. propensos al deterioro aeróbico
Alto contenido de MS. MS alta restringe la a) Ensilado muy prehenificado
fermentación y reduce los ácidos (> 50% MS)
que podrían impedir el b) Ensilados de maíz muy
crecimiento de las levaduras. maduro (> 40% MS)
Escasa densidad del Permite la penetración del aire a) Llenado demasiado rápido
forraje en el silo. en la masa de ensilaje. b) Peso insuficiente del tractor.
Mal manejo de la Permite la penetración del aire a) Lenta extracción del
distribución del ensilado en la masa de ensilada. ensilado.
al ganado. b) Ensilado poco presionado e
de irregular calidad.
Mala gestión de plástico Permite la penetración del aire a) Roturas en el plástico o
y compactación. en la masa de ensilaje. encintado de rotopacas.
b) Rotura en las láminas de
cobertura de silos trinchera
plataforma.
c) peso insuficiente sobre el
plástico.
Temperatura ambiente Deterioro por los organismos Más deterioro en el verano que
alta. más rápido en clima más cálido. en invierno.
Adición de alimentos Las raciones completas Granos húmedos de destilería
estropeados en raciones mezcladas contienen deteriorados echan a perder
completas mezcladas que microorganismos indeseables. ensilados de una ración
incluyen ensilados. completa mezclada.
Fermentación Altas concentraciones de ácido Una fermentación homoláctica
homoláctica láctico y muy bajas de otros muy dominante causada por
excesivamente ácidos orgánicos que tienen exceso de adición de un
dominante propiedades antifúngicas, como inoculante
el acido acético.
Fuente: Kung (2005)

2.4. Degradabilidad y fermentación de los ensilados en el rumen

Más del 65% de la MO digerida es degradada en el rumen (ARC, 1984). La


fermentación en el rumen, es el resultado de las actividades físicas y microbiológicas
que transforman los componentes de la dieta en productos útiles (AGV´s y proteína
microbiana) o inútiles (metano y CO2) para el animal. Los carbohidratos del alimento
constituyen en la principal fuente energética para la microbiota ruminal y de AGV´s
para el animal hospedador.

Para Posada y Noguera (2005), las características de fermentación de los


alimentos en el rumen pueden ser estudiadas por métodos in vivo, in vitro e in situ.

36
Debido a que en los estudios in vivo los alimentos sólo pueden ser evaluados como
raciones completas y requieren el empleo de animales canulados en diferentes tramos
del tubo digestivo y de técnicas de laboratorio complejas que requieren considerables
recursos y son difíciles de estandarizar, varias técnicas in vitro e in situ han sido
desarrolladas. Dentro de las técnicas in vitro, la más clásica es la descrita por Tilley y
Terry (1963), para estimar la digestibilidad verdadera de la MS. Utiliza inoculo de
liquido ruminal obtenido de un animal donante. Otras técnicas de laboratorio utilizan
enzimas en lugar de microorganismos (Aùfrere y Cartailler, 1988). Su principal ventaja
es que no se requieren animales como donadores de inóculo. Estas técnicas in vitro y
enzimáticas permiten estimar la degradabilidad final, pero no proveen información
sobre la cinética de degradación. El método in situ supera esta limitante al proporcionar
estimaciones de la dinámica de la degradación de los constituyentes del alimento
(Ørskov y McDonald, 1979). Esta técnica consiste en la incubación del alimento en
bolsas de nylon suspendidas en el rumen que permite el paso de microorganismos y de
los productos solubles y gas formados durante la fermentación. Theodorou et al. (1994)
describen una técnica de producción de gas in vitro que permite determinar la extensión
de la cinética de degradación del alimento a través del volumen de gas producido
durante la fermentación. Este procedimiento tiene la ventaja de que el curso de la
fermentación y el papel de los componentes solubles del sustrato pueden ser
cuantificados.

Estudios realizados por Campos et al. (2000) compararon los métodos anteriores
en ensilados de maíz con alta y baja MS y con utilización o no de un aditivo comercial
para ensilar. Observaron pequeñas variaciones no significativas entre métodos (Tabla
12). Sin embargo, en la evaluación en términos numéricos, pudieron observar que la
estimación de la degradabilidad de la MS por el método in vitro fue inferior a la
obtenida por Pereira (1995) (78,3%), mientras que no encontraron diferencias con
respecto a los valores aportados por este mismo autor respecto al método in situ
(68,9%). Estos autores indican que esta diferencia se debió al hecho de que en el
método in vitro, la parte soluble e insoluble de los alimentos está incluido en la
digestibilidad de la MS, mientras que en el método in situ la parte soluble fue lavada
inicialmente y por tanto, no fue evaluada en el proceso de degradación.

37
Tabla 12. Comparación de los datos de degradabilidad de la materia seca de
ensilados de maíz con alta o baja MS, inoculados o no, por los métodos de digestión
in vitro por la técnica de gas, in vivo e in situ en 48 horas
Forraje in vitro (%) in vivo (%) in situ (%)
Alta MS inoculada 65,0 67,2 66,4
Baja MS inoculada 66,6 68,0 67,6
Alta MS no inoculada 65,5 65,5 68,9
Baja MS no inoculada 68,2 65,7 72,3
Coeficiente de variación (%) 3,5 7,4 3,6
Valores reportados por Pereira
78,3 68,9
(1995) para ensilados de maíz
Fuente: Campos et al. (2000)

En los siguientes apartados se describirán con más detalle las metodologías


utilizadas en el presente trabajo.

2.4.1. Degradabilidad in situ

Esta técnica consiste en colocar bolsas de nylon con el alimento a evaluar en el


interior del rumen, con el fin de medir el grado de degradación de sus componentes. En
los resultados obtenidos influyen diversos factores, entre los que destacan el tratamiento
de la muestra de alimento, el tiempo de incubación y la dieta del animal. Una de las
ventajas del método de la digestibilidad in situ es que requiere poca cantidad de
muestra, pero precisa de animales provistos de cánula en el rumen. Las muestras no
están sujetas a los acontecimientos digestivos de masticación, rumia y paso a posteriores
tramos del aparato digestivo, que junto a otros procesos afectan la degradación del
alimento. Esto, determina la necesidad de estandarizar la técnica, tipificando la
porosidad de la bolsa, el tamaño de la muestra, la relación peso de la muestra-superficie
de la bolsa, la dieta del animal y la frecuencia de la alimentación (Vanzant, 1998).

Los modelos de evaluación para la dieta de los rumiantes han incorporado las
relaciones dinámicas presentes en el proceso digestivo y requieren un conocimiento de
las tasas de degradación ruminal de los alimentos para predecir su consumo y
utilización por los animales (NRC, 1996). La técnica in situ fue inicialmente propuesta
por Mehrez y Ørskov (1977), para estimar la degradabilidad de la proteína de los
concentrados proteicos. Posteriormente se utilizó para la globalidad de los alimentos

38
para rumiantes y fue adoptada por los diversos sistemas de alimentación para evaluar la
cantidad de nutrientes disponibles para los microorganismos del rumen y resultó útil
para mejorar la comprensión de la digestión (Vanzant et al., 1998; Ørskov, 2000).

La degradabilidad ruminal depende no solo de su potencial de degradación y de la


actividad enzimática, sino también del tiempo de permanencia en rumen. Autores como
Sampaio (1994) y Thiago (1994) mencionan que el tiempo de incubación debe de ser de
6 a 96 horas, además del valor inicial a 0 horas, a fin de definir la expresión matemática
que describe la cantidad de alimento que desaparece del interior de la bolsa en el
tiempo. En principio, cuantas más horas de incubación, mejorará la exactitud del
resultado. Sin embargo, esto generará un gran número de muestras, que, además de
aumentar el trabajo experimental, interferirá en el proceso digestivo por la retirada
continua de bolsas del rumen, que sin duda incrementa el error experimental y el estrés
del animal. Los modelos matemáticos habituales requieren retiradas de bolsas a las 0, 2,
4, 8, 12, 16, 24, 48 y 72 horas y 96 horas en caso de forrajes con alta proporción de
FND. Se han desarrollado modelos matemáticos con un mínimo de horas de incubación
(Broderick et al., 1991), pero no está evaluada su exactitud.

El comportamiento del alimento ante su degradación en el rumen permite


diferenciar distintas fracciones. Van Straalen y Tamminga (1990) distinguen una
fracción soluble (a), que es la fracción desaparecida de las bolsas sin ser incubadas en
rumen (solo por lavado en agua), una fracción no degradable (u) que es aquella que no
desaparece de las bolsas a tiempo infinito de permanencia en el rumen, y una
potencialmente degradable (b) que sería la restante. Los modelos matemáticos
consideran también la velocidad (c) a la que la fracción (b) se degrada. Estos parámetros
han sido usados en un intento de desarrollar un sistema que permita predecir no
solamente la cinética de degradación ruminal sino también el consumo voluntario. La
integración de la cinética de degradación ruminal y de la tasa de flujo de salida de la
fase solida del rumen permite estimar la degradabilidad efectiva de los diferentes
componentes nutricionales de los alimentos (Ørskov, 2000). Para López et al. (1998)
estas cinéticas se calculan mediante el ajuste de modelos adecuados a los datos que
surgen de la medición tanto de los residuos no digeridos, como de los productos finales
de fermentación, después de la exposición a la digestión de los alimentos en el rumen.

39
En la Tabla 13, se puede observar una recopilación de los valores de
degradabilidad in situ, obtenidos por diversos autores para los ensilados de maíz. Los
parámetros demostraron una extensa variabilidad debida posiblemente a multitud de
factores.

Tabla 13. Variables de la degradabilidad in situ de la materia de ensilado de maíz


en diferentes ambientes ruminales
Materia seca
a (%) b (%) c (%) u (%) DE 8%h
Martins et al. (1999) 45,20 54,80 1,10 -- 51,70
Santos (2006) 34,79 43,07 2,63 22,15 45,22
Reis (2006) 39,38 49,74 6,70 10,88 66,28
Silva et al. 2006 23,00 49,60 4,20 27,30 40,30
Marcondes et al. (2009) 28,96 56,93 2,80 -- 43,82
Pires et al. (2010) 38,50 43,60 3,60 17,90 52,00
Proteína
Martins et al. (1999) 61,50 22,60 7,20 -- 68,80
Reis (2006) 57,19 36,95 6,18 5,85 75,50
Silva et al. 2006 43,30 45,00 5,00, 11,80 60,70
Martínez (2008) 59,46 38,47 2,29 4,64 80,69
Marcondes et al. (2009) 59,10 22,52 3,00 -- 65,30
Pires et al. (2010) 38,40 48,60 4,00 13,00 40,07
Variables: a: fracción soluble, b: fracción potencialmente degradable, c: tasa de degradación, u: fracción no
degradable, DE: degradación efectiva, 8% h tasa de flujo de salida de la fase solida del rumen para vacuno lechero de
alta producción

2.4.2. Técnica de producción de gas in vitro

Un problema inherente al método in situ, es que al tratarse de un procedimiento


gravimétrico no es lo suficientemente sensible como para medir los pequeños cambios
de peso del sustrato en las primeras horas de fermentación. Esto se ha tratado de
solucionar a través de la técnica de producción de gas (Rosero, 2002). La cantidad de
gas producido en la fermentación de un alimento, es producto de la degradación ruminal
de sus principios nutritivos, y está constituido por dióxido de carbono (CO2), metano
(CH4), amoniaco (NH3) y ácidos grasos volátiles (AGV‟s), especialmente acético,
propiónico y butírico, y en menor grado, los AGV‟s de cadena ramificada y
ocasionalmente láctico (Kohn y Boston, 2000).

40
Al igual que otras técnicas de bioensayo, la técnica de producción de gas emplea
sustratos molidos, medio anaeróbico, temperatura de 39ºC e inóculo ruminal. Mide el
volumen de gas producido a presión constante, a un volumen fijo, o una combinación de
ambos procedimientos, disponiendo para tal efecto de metodologías manuales,
semiautomáticas y automáticas. Los perfiles de producción de gas obtenidos pueden
ajustarse a diferentes ecuaciones para predecir la cinética de fermentación, permitiendo
la comparación de los sustratos, la evaluación de diferentes ambientes de fermentación
y la obtención de las tasas de fermentación de los constituyentes solubles y
estructurales. Si se realizan determinaciones gravimétricas en conjuntamente a
determinados intervalos de tiempo, la producción de gas por unidad de MS o de MO
puede ser cuantificada (Posada y Noguera, 2005).

Para Beuvink y Spoelstra (1992), la producción de gas in vitro como índice de


fermentación de un alimento, se basa en la relación proporcional entre su digestión
microbiana y la producción de AGV‟s, con la consecuente producción de gas derivada
de la fermentación (CO2 y CH4, gas directo), o de la liberación de CO2 por la relación
entre el tampón del medio y el ácido (gas indirecto). Este gas producido durante la
fermentación del inóculo se libera tras ser medido a ciertos intervalos de tiempo, porque
tanto estos autores como Theodorou et al. (1994) han sugerido que la presión de gas
producido podría reducir la producción total de gas como resultado de la perturbación
de los microorganismos.

La principal hipótesis en las ecuaciones que definen la producción de gas en el


tiempo, es que la velocidad a la que se produce el gas, es directamente proporcional a la
velocidad a la que el sustrato se degrada con un factor de crecimiento bacteriano
constante. Sin embargo, el fraccionamiento del sustrato ruminal disponible entre la
fermentación (la producción de gas) y la incorporación directa a la biomasa microbiana
puede variar, dependiendo entre otras cosas del tamaño del inoculó microbiano y del
equilibrio del contenido de energía y N de los sustratos. Esta fragmentación influirá en
el suministro de energía a la biomasa y en la composición de los sustratos productores
de energía (López et al., 2000).

41
Los resultados de ésta técnica van a depender del tipo y de la calidad de los
pastos, henos y ensilados que sean estudiados, estado de madurez de la planta y de las
condiciones de crecimiento (Stefanon et al., 1996). Existen diferentes estudios que
evalúan la efectividad de esta técnica y su relación con la degradabilidad ruminal in situ,
a pesar de que la degradación de forrajes en el rumen es un proceso verdaderamente
complejo, que incluye la interacción de todos los microorganismos ruminales y con el
animal hospedador (Huntington y Givens, 1995).

Blümmel et al. (1997), observan que los alimentos ricos en ALM, como el
ensilado de maíz, producen principalmente propiónico y dan lugar a una menor cantidad
de gas que los alimentos con mayor concentración de carbohidratos estructurales.
Nogueira et al. (2006), observan valores de producción de gas al término de las 96 horas
de la fermentación en ensilados con y sin hidratos de carbono solubles de 263 y 278 ml
respectivamente (Tabla 14). La producción de gas más baja es la del ensilado de maíz,
que contiene apreciable cantidad de ALM, en comparación con los ensilados sin
hidratos de carbono no estructurales. Se debe a la mayor génesis de propiónico, que
tiende a producir menos cantidad de gas total, en especial en los últimos días de
fermentación, que es cuando los carbohidratos estructurales se fermentan, con un
aumento de la producción del acético. Groot et al. (1996), manifiestan que para
comparar los datos de producción de gas, es necesario tener en cuenta las diferencias en
la relación del acético-propiónico en las muestras analizadas.

Tabla 14. Producción de gas (PG), degradación de la materia seca (DMS) y factor
de participación (F) de la fermentación de los ensilados de maíz durante 96 horas,
utilizando material con y sin hidratos de carbono solubles
Con hidratos de carbono Sin hidratos de carbono
Hora
PG DMS FP PG DMS FP
96 263 77 3,4 278 68 4,1
48 233 72 3,2 236 60 4,0
24 174 60 2,9 172 42 4,1
15 91 41 2,2 85 27 3,2
6 46 38 1,2 35 20 1,7
4 26 26 1,0 19 11 1,8
2 11 23 0,5 8 10 0,9
PG: en mL, DMS (%), FB: PG/DMS Fuente: Nogueira et al. (2006)

42
III. MATERIALES Y MÉTODOS

3.1. Localización y duración de las experiencias

El presente trabajo se llevó a cabo en el Área de Nutrición Animal, Pastos y


Forrajes del Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario
(SERIDA) de Villaviciosa (Asturias), con la colaboración del Instituto Universitario de
Investigación en Ciencias Ambientales (IUICA), Departamento de Producción Animal
y Ciencia de los Alimentos, de la Universidad de Zaragoza. La investigación tuvo una
duración de 10 meses, desde la siembra de las parcelas destinadas al cultivo del maíz
forrajero a principios de junio de 2010, hasta la finalización del proceso de análisis de
resultados a finales de abril de 2011.

3.2. Diseño experimental


3.2.1. Primera parte. Efecto del tipo de manejo (convencional vs. ecológico) en la
producción y principios nutritivos del maíz forrajero para ensilar

3.2.1.1. Localización y planteamiento del ensayo

El ensayo se llevó a cabo en la finca experimental del SERIDA de Villaviciosa,


situada en la rasa marítima oriental de Asturias (43º 28‟ 50‟‟ lat., 5º 26‟ 27‟‟ long., y 16
msnm). Para las labores del cultivo se seleccionó una variedad de maíz forrajero (Zea
mays L. „cv‟ Crazy), previamente contrastada en los ensayos de evaluación de
variedades comerciales de maíz que realiza el SERIDA desde 1996 (Argamentería et
al., 2010).

El maíz se sembró la primera semana de junio de 2010 en dos parcelas


experimentales semejantes, colindantes y fácilmente mecanizables con una superficie de
1,7 ha cada una, en manejo convencional (MC) y manejo ecológico (ME)
respectivamente. La siembra se realizó en líneas separadas a 0,75 m entre surcos y 0,15
m entre plantas, con una densidad de siembra aproximada de 89 000 semillas ha-1.

43
En la parcela de MC se realizaron dos fertilizaciones. La primera, en presiembra,
a razón de 125 kg ha-1 de N, 150 kg ha-1 de P2O5 y 250 kg ha-1 de K2O y, la segunda en
cobertera, cuando las plantas de maíz tenían una altura de 20 cm, a razón de 75 kg ha-1
de N, con nitrato amónico cálcico del 27 %, con un 2% de Mg. En él ME se fertilizó
con 45 m3 ha-1 año-1 de purín de vacuno, máximo permitido para una carga de 2 UGM
ha-1 según reglamentos de producción ecológica (CE, 2007 y 2008), procedentes de la
estabulación del SERIDA, con una concentración de 2,7; 1,4; 5,5 y 0,7 kg m-3 de N,
P2O5, K2O y MgO respectivamente. Se distribuyó en tres aplicaciones, la primera en
otoño en el momento de la siembra del cultivo de invierno precedente y las dos restantes
previo a los cortes para ensilado del mismo en primavera.

Para el control de plagas y malas hierbas, en el MC, se aplicó un insecticida


(piretrinas) y un herbicida selectivo para el maíz (acetocloro a razón de 2 L ha-1). En
ME, las semillas fueron tratadas inmediatamente antes de la siembra con aceite de
NEEN al 90% para prevenir los ataques de la mosca de siembra y rosquilla negra.
Posteriormente, se realizaron dos pases de grada-binadora en post-emergencia, con las
plantas con cuatro y seis hojas desplegadas respectivamente para el control de malas
hierbas

3.2.1.2. Muestreos y controles realizados en las parcelas de maíz forrajero

En la parcela destinada a cada manejo (convencional vs. ecológico), se


delimitaron tres zonas de muestreo en la parte alta, media y baja, con la distancia entre
ellas necesaria para ser considerada `como tres repeticiones. Estas, se muestrearon en
cinco ocasiones desde el inicio de la formación de la mazorca (68 ± 2 días desde la
siembra) hasta la fecha de cosecha (105 ± 2 días) cuando la mazorca alcanzó el estado
pastoso-vítreo (momento óptimo para ensilar).

En cada fecha y zona de muestreo se cortaron las plantas a 5 cm sobre el nivel del
suelo y se obtuvo su peso total en verde. A continuación se homogenizaron, picaron y
desecaron en estufa de aire forzado a 60ºC durante 24 h, para posteriormente registrar
su peso seco. Finalmente las muestras se molieron a 0,75 mm para poder determinar el

44
contenido en principios nutritivos del maíz forrajero en sus diferentes estados de
desarrollo (Figura 6).

Distribución de abono mineral Distribución de purín


Figura 6. Fertilización en manejo convencional con abonos de síntesis y en manejo
eclógico con purín de vacuno

Para los controles finales (momento de cosecha), se tomaron las plantas existentes
en dos líneas a lo largo de dos metros lineales por cada área de muestreo. Se determinó
el número de plantas y mazorcas por metro cuadro y altura de las plantas.

Posteriormente, fueron separados forraje y mazorca, pesándose por separado cada


fracción para obtener el peso verde de ambas fracciones, el porcentaje de MS de cada
fracción y finalmente la producción total de MS por hectárea. Para el análisis de las
muestras se mezclaron para cada repetición la parte verde y mazorcas secas en la misma
proporción en que estaban sobre planta completa y se molieron conjuntamente a 0,75
mm para constituir la muestra a analizar.

Se muestreó también la flora arvense presente en ambos manejos para determinar


las especies adventicias más invasivas en el cultivo del maíz.

3.2.1.3. Determinaciones analíticas

Los métodos utilizados para las determinaciones analíticas, son los utilizados
habitualmente en el Laboratorio de Nutrición Animal de SERIDA, y están acreditados
por la Entidad Nacional de Acreditación (ENAC) (Acreditación Nº LE 430/930).

45
Se procedió a efectuar análisis de las muestras secas y molidas por Espectroscopía
en Infrarrojo Cercano (NIRS) de acuerdo con las ecuaciones desarrolladas en el
Laboratorio de Nutrición Animal del SERIDA. Los parámetros a evaluar por NIRS para
las muestras de maíz forrajero, fueron MS, cenizas (CEN), proteína bruta (PB), fibra
neutro detergente (FND), fibra ácido detergente (FAD) y digestibilidad enzimática
neutro detergente celulasa de la MO.

El contenido en almidón (ALM), se determinó por vía húmeda siguiendo un


método enzimático electroquímico, según la propuesta de Soldado et al. (2003),
adaptada de Salomonsson et al. (1984). Según la cual, para la cuantificación del
contenido total de ALM presente en una muestra se realiza una hidrólisis enzimática
previa del ALM a glucosa con amiloglucoxidasa. El hidrólizado se lleva a un analizador
electroquímico, (YSI 2000) donde es inyectado en el reservorio de muestreo, en el cual
la -D-glucosa difunde a través de una membrana que contiene el enzima glucosa-
oxidasa, siendo inmediatamente oxidada a peróxido de hidrógeno y D-glucono--
lactona. El peróxido de hidrógeno generado se detecta amperométricamente en la
superficie de un electrodo de platino; la corriente que pasa a través del electrodo es
proporcional a la concentración de peróxido de hidrógeno, y por tanto, proporcional
también a la de dextrosa.

En el maíz destinado a la elaboración de los ensilados en ambos manejos, se


determinaron como parámetros que definen la ensilabilidad, además de la MS en el
momento de la cosecha, los azúcares (AZUC SOL) presentes en la muestra (Hoffman,
1937) y la capacidad tampón, utilizando para esta determinación una alícuota de la
muestra recién cortada en su estado natural (Playne y McDolnald, 1966).

En función de la digestibilidad con celulasa, se estimó la digestibilidad in vivo de


la MO.

La energía metabolizable se estimó según ARC (1984) a partir de la estimación


anterior.

46
3.2.1.4. Análisis estadístico de los resultados

Los datos obtenidos fueron contrastados mediante análisis de varianza (SAS,


1999), según modelo lineal:
Yijk= μ + αi + ρj + αρij + Єijk
Donde: Yijk= Valor de la variable respuesta; μ = Media general; αi= Efecto del
manejo (MC vs. ME); ρj = Efecto de la edad de corte; αρij= interacción manejo y edad
de corte; Єijk= Error experimental.

El contraste entre MC vs. ME es inmediato

3.2.2. Segunda Parte. Efecto del tipo de manejo (convencional vs. ecológico) en la
evolución de la calidad nutritiva, del proceso fermentativo y de la estabilidad
aeróbica de los ensilados de maíz forrajero.

3.2.2.1. Muestras representativas del maíz por parcela

Las muestras de forraje de la parte alta, media y baja de cada parcela se redujeron
a una sola, mezclando partes proporcionales a la producción de cada zona.

La nueva unidad experimental (repetición) no es ahora el forraje verde sino el


microsilo.

3.2.2.2. Modelo de microsilos utilizados en el ensayo

El modelo de microsilo utilizado en la presente Tesis, se estableció en base al


propuesto por Martínez y de la Roza (1997), validado posteriormente por Martínez
(2003).

Inmediatamente después de la cosecha del maíz forrajero, se procedió a picar el


material de los dos sistemas de manejo a una longitud de 2 cm con una picadora
(ORGO, Agro ORGA, S.A, Tarragona, España). Una vez picado, el maíz se introdujo
en bolsas de plástico de 700 galgas cerradas en uno de sus extremos y alojadas a su vez

47
en tubos de cloruro de polivinilo (PVC) de 50 cm de altura y 9 cm de diámetro,
ajustándose bien a la superficie interior de éste. El extremo abierto de la bolsa se colocó
en la parte inferior del tubo de PVC y se colocaron dos rejillas de diferente paso de luz a
modo de filtro, justo antes de cerrar el microsilo, con un tapón de goma provisto de un
dispositivo para la evacuación de efluente y gases (Figura 7). En la parte superior de
cada microsilo se colocó un peso de 2 kg para ayudar a crear las condiciones de
anaerobiosis y ejercer una presión vertical sobre el forraje.

El efluente se recogió en un recipiente de vidrio color ámbar, para evitar posibles


alteraciones por la incidencia de la luz, provisto de válvulas para permitir las pérdidas
de gas.

Martínez y de la Roza (1997)


Figura 7. Esquema de los microsilos utilizado

3.2.2.3. Elaboración y muestreo de los microsilos

Se elaboraron 18 microsilos con el forraje de maíz procedente de MC y otros 18


con el de ME. La cantidad de material vegetal alojado en cada microsilo fue de 2,5 ±
0,25 kg según humedad, para igualar densidad. Se consideraron 6 periodos de
fermentación para cada manejo (3, 8, 15, 25, 35 y 45 días desde el cierre) considerando
tres repeticiones (microsilos) por cada tiempo (Figura 8).

48
Figura 8. Detalle de los componentes del microsilo y vista general de la batería de
microsilos elaborados en manejo convencional vs. ecológico

En el momento de apertura de los microsilos (para cada uno de los periodos


considerados), se pesaron estos para establecer las pérdidas durante el periodo de
fermentación considerado y posteriormente, se abrieron y se tomaron diferentes
alícuotas.

De la primera se extrajo el jugo por prensado, utilizando una prensa de émbolo.


La segunda se desecó por duplicado durante 24 horas a 102 ºC en estufa de aire forzado,
para determinar el porcentaje de MS no corregida. La tercera fue liofilizada y
posteriormente molida con diferentes pasos de luz (0,75 y 1,00 mm) para la
determinación de principios nutritivos y el ensayo de producción de gas in vitro. Por
último, una cuarta submuestra se reservó en estado natural para realizar los ensayos de
estabilidad aeróbica.

3.2.2.4. Determinaciones analíticas sobre los microsilos


3.2.2.4.1. Determinación de principios nutritivos y estimación del contenido
energético

El análisis de las muestras de ensilados de maíz liofilizadas y molidas se


determinó por NIRS de acuerdo con las ecuaciones desarrolladas en el Laboratorio de
Nutrición Animal del SERIDA para ensilados de maíz desecados y molidos (0,75 mm)
y acreditadas por ENAC (Acreditación N LE 430/930).

Las muestras que resultaron „outliers‟ en el análisis NIRS, fueron analizadas por
vía húmeda, utilizando procedimientos analíticos acreditados.
49
En función de la digestibilidad con celulasa, se estimó la digestibilidad in vivo de
la MO.

La energía metabolizable se estimó según ARC (1984) a partir de la estimación


anterior.

3.2.2.4.2. Determinación de parámetros fermentativos

En el jugo de los microsilos, se determinó el pH por potenciometría y


posteriormente se centrifugó (8500 rpm; 10 minutos; 5ºC) reservando el sobrenadante
para el análisis de los productos finales de fermentación (nitrógeno amoniacal,
nitrógeno soluble, azúcares solubles, acido láctico y AGV´s).

La concentración de nitrógeno soluble en el jugo de los ensilado se determinó


por método macro Kjeldahl empleando 5 ml del jugo una vez centrifugado a los que se
añadieron 12 ml de H2SO4, + 6 ml de H2O2 al 30 % y dos pastillas de catalizador
(CuSO4–K2SO4 3,5 TECATOR). Las muestras fueron digeridas a 400ºC durante 1 hora.
Una vez diluidas las muestras, se utilizó un equipo de la misma firma para la destilación
y valoración del nitrógeno (TECATOR, 1995).

Se entiende por nitrógeno amoniacal (N-NH3) el que se encuentra en forma


NH4+ ó NH3 dentro del equilibrio NH3 + H+ <=> NH4+. Para cuantificarlo, la muestra
de jugo es alcalinizadá con óxido de magnesio al 10% y el amoniaco presente fue
destilado y valorado (TECATOR, 1995).

Se determinaron los azúcares solubles totales por extracción mediante agitación


en agua caliente y conversión de los no reductores en reductores. Finalmente, se
determinaron colorimétricamente por reducción del ferrocianuro. (Hoffman, 1937).

El ácido láctico y los AGV´s (acético, propiónico y butírico), se determinaron por


cromatografía liquida de alta resolución. Para ello, el jugo de los ensilados fue
desproteinizado con ácido sulfosalicílico al 20% (20 l ml-1 de jugo). Se utilizó un
equipo WATERS Alliance 2690 con detector de fotodiodo 996 de la misma marca,

50
provisto de una columna Shodex RSpack KC-811, que utiliza como fase móvil ácido
fosfórico al 0,025 % en peso y con unas condiciones de trabajo de 40ºC y un flujo de 1
ml min-1 en régimen isocrático.

Tras la apertura de los microsilos se evaluó su estabilidad aeróbica. Para ello los
ensilados fueron expuestos al aire en una habitación de temperatura controlada a 20 ±
1ºC. Se colocaron en cajas de poliestireno expandido (60 x 40 x 15 cm), provistas de
tapas no herméticas y almacenadas durante 10 días. La temperatura y el pH de los
ensilados abiertos fueron tomados diariamente según el procedimiento descrito por de la
Roza et al. (1999) (Figura 9).

Figura 9. Detalle de la determinación de estabilidad aeróbica de los microsilos

3.2.2.5. Análisis estadístico de los resultados

El diseño experimental incluye dos factores cruzados de efecto fijo. El primero es


el tipo de manejo (MC vs. ME) y, el segundo los 6 diferentes periodos de fermentación
considerados.

Se efectuó un análisis de la varianza con el paquete estadístico (SAS, 1999),


según modelo lineal:
Yijk= μ + αi + ρj + αρij + Єijk

Donde: Yijk= Valor de la variable respuesta; μ = Media general; αi= Efecto del
manejo; ρj = Efecto del tiempo de fermentación; αρij= interacción manejo y periodo de
fermentación; Єijk= Error experimental.
51
Los posteriores contrastes para cada variable se efectuaron según significación de
ambos efectos y de su interacción.

Los datos diarios obtenidos para el control de estabilidad aeróbica (temperatura y


pH), fueron contrastados mediante un análisis de varianza de medidas repetidas en el
tiempo a lo largo de 10 días considerando como efectos fijos el tipo de manejo y los
diferentes periodos de fermentación considerados. Los análisis se realizaron con la
ayuda del paquete estadístico (SAS, 1999) según modelo MIXED:

Yijk= μ + T + T*αi + T*ßj + T*α ßij + Єijk

Donde: Yijk= Valor de la variable respuesta; μ = Media general; T (T1-T10) = días


de exposición al aire; T*αi, T*ßj, T*α ßij = interacciones de los efectos fijos con los días
de exposición al aire; Єijk= Error experimental.

3.2.3. Tercera Parte. Efecto del tipo de manejo convencional vs. ecológico sobre la
degradabilidad ruminal del ensilado de maíz en vacuno lechero

Se evaluó la degradabilidad de los ensilados de maíz producidos bajo MC y ME,


elaborados en silos trinchera de 30 m3 de capacidad abiertos tras 45 días de
fermentación para cada tipo de manejo con dos repeticiones por manejo. Para ello, se
utilizó el método in situ siguiendo la metodología propuesta por Cottrill y Evans (1984)
y el modelo no lineal de Ørskov y McDonald (1979), empleando bolsas de nylon, a
tiempos de incubación de 0, 2, 4, 8, 16, 24, 48, 72 y 96 horas.

3.2.3.1. Animales y dieta basal

El ensayo se realizó en dos vacas de raza Frisona canuladas en rumen de 620 kg


de peso vivo medio (Figura 10), que recibían una mezcla unifeed ad libitum constituida,
en porcentaje de materia fresca, por ensilado de maíz (54,7%), ensilado de hierba
(34,7%), paja de cebada (4,5 %) y mezcla de concentrados (6,1%).

52
Figura 10. Vaca con cánula ruminal

La composición nutritiva y energética media de la mezcla unifeed se muestra en


la Tabla 15.

Tabla 15. Principios nutritivos, energía metabolizable estimada de la mezcla


unifeed que constituyó la ración de los animales
Matéria seca (%) 36,30
Cenizas (% MS) 7,87
Proteína bruta (% MS) 11,27
Fibra bruta (% MS) 22,25
FNDNOCEN (% MS) 60,23
FADNOCEN (% MS) 26,35
Extracto etéreo (% MS) 3,31
Almidón (% MS) 21,58
Energía metabolizable (MJ kg-1 MS) 10,25
FNDNOCEN: Fibra neutro detergente libre de cenizas FADNOCEN: Fibra ácido detergente
libre de cenizas; % MS: valores referidos a materia seca residual

3.2.3.2. Características de los alimentos a ensayar

Los ensilados a ensayar fueron muestreados en varios puntos tras 45 días de


fermentación, para tener un muestra representativa de cada uno de los manejos. Las
muestras fueron liofilizadas y molidas a 2 mm. Una alícuota de cada muestra fue molida
a 0,75 mm para determinar sus características nutritivas y fermentativas según las
procedimientos descritos por Vicente et al. (2006a). Ver tabla 16.

53
Tabla 16. Principios nutritivos, energía metabolizable estimada y parámetros
fermentativos de los ensilados de maíz ensayados
Ensilados de maíz
Ecológico Convencional
Repetición A Repetición B Repetición A Repetición B
Materia Seca (%) 32,61 32,88 35,61 36,23
Cenizas (%MS) 6,48 8,73 3,88 3,25
Proteína Bruta (%MS) 7,90 8,07 5,54 5,64
FND (%MS) 43,65 42,08 39,95 40,96
FADNOCEN (%MS) 27,47 27,25 24,12 24,14
Almidón (%MS) 24,38 25,72 33,11 33,20
Digestibilidad in vivo de la
72,54 74,08 75,78 74,93
MO(%)
EM (MJ Kg-1MS) 10,85 10,82 11,65 11,60
Ph 3,50 3,50 3,51 3,50
N-NH3 (g kg-1 N total) 32,2 34,9 27,7 23,8
Nitrógeno soluble (g kg-1 N total) 310 326 278 281
Azúcares residuales (g kg-1 MS) 2,10 2,10 2,80 2,40
Ácido láctico (g kg-1 MS) 45,6 49,9 38,5 38,2
Ácido acético (g kg-1 MS) 13,3 13,7 11,9 12,0
Relación láctico/acético 3,43 3,64 3,24 3,18
MO: Materia orgánica; FND: Fibra neutro detergente; FADNOCEN: FADNOCEN: Fibra ácido detergente libre
de cenizas; EM: Energía metabolizable; MS: materia seca.; LD: Límite de detección; (%MS) valores referidos a
materia seca residual

3.2.3.3. Metodología de la determinación de degradabilidad in situ

Se evaluaron un total de cuatro alimentos (dos repeticiones por dos manejos) en


dos tandas consecutivas de incubación, con una semana de diferencia y con dos
repeticiones por tiempo de incubación y tanda. Se realizaron incubaciones de cada
muestra a 0, 2, 4, 8, 16, 24, 48, 72 y 96 horas empleando bolsas de nylon de 21,5 x 10,5
cm, con un tamaño de poro de 50 ± 14 µm (Gomensoro, Ref. Nº 1020). Se pesaron 5 g
de muestra de ensilado en cada bolsa de nylon, las cuales habían sido previamente
taradas, registradas e identificadas con el tipo de ensilado a ensayar, para controlar cada
momento del proceso. Una vez introducido el alimento en las bolsas, se procedió a un
doble termosellado y pesado (Tara+muestra).

Las bolsas de cada tiempo de incubación se cocieron con hilo de nylon a una
cadena metálica de 30 cm a sumergir en el rumen y anclada en el otro extremo a la parte
interna del tapón de la cánula ruminal. No se realizó la prehumidificacion de las bolsas,
asegurándose que quedasen sumergidas en el fluido ruminal.

54
La introducción de las bolsas con las muestras a ensayar en el rumen se hizo una
hora después de la oferta de alimento de las 8.00 am. En la Figura 11, se detalla el
esquema del sistema de suspensión de las bolsas.

Figura 11. Sistemas de suspensión de las bolsas de nylon en el rumen

Las bolsas fueron retiradas en cada hora de incubación contemplada (Figura 12) y
se introdujeron en agua helada con el fin de detener la fermentación bacteriana. Tras la
extracción, se desataron e identificaron inequívocamente. Las bolsas fueron lavadas en
un chorro de agua fría sin escurrir, hasta haber eliminado los restos de líquido ruminal y
que el agua saliese limpia. El lavado final se realizó con una lavadora domestica común,
utilizando un programa suave y corto durante 12-15 minutos, seguido de un
centrifugado. El valor de las 0 horas se obtuvo aplicando el proceso de lavado final a
dos bolsas por alimento, vaca y tanda no incubadas en el rumen.

Figura 12. Detalle de la extracción de las bolsas del rumen


55
Las bolsas fueron secadas en una estufa de aire forzado a 60 ± 2ºC durante 24h y
pesadas nuevamente para obtener los valores del residuo de incubación (Tara+ residuo).
De esta forma se calculó el peso del alimento obtenido tras haber sido degradado en el
rumen como diferencia entre (Tara + muestra) y (Tara + residuo). Una vez pesadas las
bolsas, se clasificaron de nuevo y se procedió a su registro informático, atendiendo a los
criterios de alimento, hora de incubación y vaca (Figura 13).

Figura 13. Proceso de las muestras para su desecación

3.2.3.4. Análisis de las muestras de degradabilidad in situ

Los residuos obtenidos tras el ensayo de degradabilidad ruminal fueron analizados


para determinar los porcentajes de MS y PB de los distintos tiempos de incubación. En
base a los valores obtenidos se determino la desaparición ruminal y se construyeron las
curvas de degradabilidad correspondientes a los alimentos ensayados.

Los análisis de MS se llevaron a cabo siguiendo dos métodos diferentes


dependiendo de la cantidad de residuo disponible. En todas aquellas muestras cuyo
residuo disponible superaba 0,5 g se utilizo para la determinación de la materia seca una
balanza halógena (Mettler Toledo HB43 Halogen). Esta balanza deseca la muestra a 103
± 1ºC mediante el calor producido por una lámpara halógena hasta peso constante. Una
vez alcanzado este el equipo indica automáticamente el porcentaje de MS. Para los
residuos inferiores a 0,5 g se empleó un analizador termogravimétrico modelo LECO
TGA 601 del Laboratorio de Nutrición Animal del SERIDA, con un programa de
desecación a 103 ± 1ºC en atmosfera de N2 durante 3 horas. Este equipo dispone de una
balanza integrada y permite analizar muestras con peso superior a los 0,01 g.

56
La determinación del contenido en PB de los alimentos y de los residuos de
incubación, se realizó por el método de combustión Dumas, que proporciona una
medida de proteína altamente correlacionada con el valor obtenido por el método
tradicional Kjeldalh (Vicente et al., 2006a), salvo presencia de nitratos, nitritos y
cianuros, ausentes en este caso. El método Dumas tiene interés por su fácil
automatización, excelentes resultados, seguridad e higiene en la ejecución y
repetabilidad y reproducibilidad de los resultados cuando se dispone de cantidades de
muestras inferiores a 0,1g.

Este método está basado en la conservación de los gases de combustión. La


liberación de nitrógeno se lleva a cabo mediante pirólisis en una cámara de combustión.
El N es transportado por la ayuda de un gas inerte (helio) hacia la zona donde se realiza
la medición. Este proceso se realizó en el equipo LECO modelo FP-528 del Laboratorio
de Nutrición Animal del SERIDA, que consta de una cámara de oxigeno donde se lleva
a cabo la combustión a una temperatura de 850ºC, una celda de termoconductividad y
un microprocesador para llevar a cabo los cálculos y controlar los parámetros
operativos. El tiempo de análisis para una muestra es de aproximadamente 3 minutos y
los resultados se expresan como porcentaje de proteína (de acuerdo al factor de
conversión 6,25).

3.2.3.5. Modelización de la degradabilidad in situ de la materia seca y proteína


bruta

Para determinar la degradabilidad ruminal de la MS y PB se empleo el modelo no


lineal de Ørskov y McDonald (1979), Y= a + b (1 – e-ct), mediante SAS (1999), donde
“Y” es la cantidad degradada a un tiempo “t” de incubación en el rumen, “a” la fracción
soluble, “b” la fracción potencialmente degradable y “c” la tasa de degradación (% h-1).
Con este modelo se puede medir la desaparición del sustrato incubado en la bolsa y se
asume que desaparición es igual a degradación. La degradación de la MS y de la PB
describe una curva como la que se observa en la Figura 14.

57
Figura 14. Curva de degradación exponencial típica para proteína

La degradabilidad efectiva (DE) se estimó mediante un modelo matemático de


integración, DE = a + [(b * c) / (c + k)], donde “a”, “b” y “c” son los parámetros del
modelo de degradabilidad ruminal y “k” el ritmo de paso de partículas solidas de
alimento a través del rumen, asumiendo en nuestro caso un valor constante de 0,08% h-1
(NRC, 2001).

El efecto del tipo de manejo sobre los valores de a”, “b”, “c” y de DE fueron
analizados según un análisis de la varianza (SAS, 1999). Que se corresponde con un
diseño en cuadrado latino con los factores de efecto fijo manejo (convencional vs.
ecológico), tanda y vaca.

3.2.4. Cuarta Parte. Efecto del tipo de manejo convencional vs. ecológico y de los
diferentes tiempos de estabilización de los ensilados de maíz sobre la
producción de gas in vitro

Se procedió a determinar la producción de gas in vitro, en los microsilos en todos


los tiempos iguales o superiores al considerado como mínimo de estabilización (15, 25,
35 y 45 días) según los resultados obtenidos en el subapartado 3.2.2, así como en las
muestras procedentes de los silos trinchera elaborados simultáneamente con los
microsilos y muestreados a los 45 días desde su elaboración.

Para realizar este ensayo, los ensilados fueron liofilizados y posteriormente una
alícuota de cada muestra fue molida a 1 mm para la determinación de la producción de

58
gas in vitro en el Laboratorio de Nutrición Animal del IUICA (Universidad de
Zaragoza), con la técnica descrita por Fondevila y Pérez (2008).

La producción de gas in vitro procede de la actividad de un inóculo de líquido


ruminal sobre la muestra de alimento y está estrechamente relacionada con la
degradabilidad ruminal del mismo. Parte del gas que se forma viene del tamponamiento
de los AGV‟s producidos (gas indirecto), que se estima como 25,27 ml gas mMol-1
AGV‟s (Menke y Steingass, 1988). Además, la producción de acético, propiónico y
butírico rinde distintas cantidades de CO2 y de CH4 (la relación de estos dos no afecta al
volumen de gas).

3.2.4.1. Obtención del líquido ruminal

Para la obtención del líquido ruminal fueron utilizados dos ovinos, con un peso
vivo de 60 kg, canulados en el rumen y confinados en jaulas individuales para un mejor
manejo. Los animales recibieron una dieta que contenía 60% de alfalfa y 40% de
concentrado comercial y que les fue proporcionada individualmente a las 09:00 h y
16:00 h diariamente ad libitum y con acceso libre al agua.

El contenido ruminal fue extraído de cada ovino en diferentes partes del rumen
inmediatamente antes de la primera toma de alimento. Se mezcló las aportación de cada
animal donante, haciendo una muestra común de los dos animales.

3.2.4.2. Determinación de los valores de producción de gas

El líquido ruminal filtrado a través de dos capas de gasa, se trasladó al laboratorio


en un recipiente térmico a 39°C para su inmediata utilización. La incubación se realizó
de acuerdo a la técnica descrita por Menke y Steingass (1988), utilizando para la
degradación frascos de vidrio de 100 ml, considerando cada frasco como una unidad
experimental. A cada frasco se le agregaron 800 mg de muestra liofilizada y molida a
1mm. Adicionalmente se incluyeron en el ensayo 3 frascos sin muestra considerados
como blancos. Cada ensilado o microensilado se incubó por duplicado para disminuir la
variabilidad entre tandas.

59
Se preparó una solución de macrominerales constituida por 11,4 g de Na2HPO4,
12,4 g de KH2PO4, y 1,2 g de Mg SO4.7H2O en dos litros de agua destilada. La solución
tampón se elaboró con 70,0 g de NaHCO3 y 8,0 g de (NH4) HCO3 diluidos en dos litros
de agua destilada. La solución reductora fue elaborada, mezclando por orden 165 ml de
agua destilada, 7 ml de NaOH 1N y 1,75 g de cisteína HCl. Las soluciones de
macrominerales y tampón se prepararon el día previo al comienzo de la etapa de análisis
y se mantuvieron en refrigeración, mientras que la solución reductora se preparó
minutos antes de empezar los análisis.

En un matraz de 4 litros se preparó la saliva artificial, constituida a partir de 1866


ml de agua destilada a la que se añadieron 742 ml de la solución de macrominerales,
742 ml de la, solución tampón y 165 ml de solución reductora. Se utilizó CO2 durante la
preparación de los medios (30 minutos), para asegurar un ambiente anaerobio en el
tiempo de incubación. Una vez transcurridos, a esta saliva artificial se le agregaron 390
ml de contenido ruminal, previamente filtrado a través de dos capas de gasas y
mantenido a 39ºC.

Una vez preparado el inóculo, se agregaron 80 ml del mismo a cada frasco,


incluidos los blancos. Se sellaron los frascos y se colocaron en un baño maría a 39ºC
durante las 96 horas de duración del ensayo. La presión dentro de los frascos se midió
con un transductor de presión, extrayendo a las 2, 4, 6, 8, 12, 19, 24, 36, 48, 72 y 96
horas de incubación establecidos (Figura 15), en función del ritmo de transito teórico.

Extracción de líquido ruminal Medida de la producción de gas


Figura 15. Fases de la técnica de producción de gas in vitro

60
Los datos de producción de gas in vitro se ajustaron al modelo no lineal propuesto
por Ørskov y McDonald (1979): P = b (1 – e-ct), donde: “P” es la producción de gas al
tiempo t, “b” el gas producido (ml) por la fracción insoluble, pero de lenta fermentación
y “c” la tasa constante de producción de gas.

3.2.4.3. Determinación de ácidos grasos volátiles (AGV’s) por cromatografía de


alta resolución

Para la obtención de las muestras para analizar los AGV‟s, se realizó otra tanda de
incubación in vitro durante 24 horas, con la misma metodología realizada en la
producción de gas.

Transcurrido este tiempo, se extrajeron los frascos y se introdujeron 24 horas en


un congelador a -15ºC para detener la fermentación. Posteriormente, se descongelaron y
centrifugaron a 10000 rpm durante 10 minutos a 5ºC. Del líquido sobrenadante, se
tomaron 3 ml a los cuales se agregó 1 ml de solución desproteinizante y se congelaron
para la posterior determinación de los AGV‟s por cromatografía líquida de alta
resolución (Ver subapartado 2.3.3.2).

3.2.4.4. Análisis estadístico de los resultados

Los datos obtenidos para cada parámetro en la producción de gas in vitro se


analizaron mediante análisis de varianza para un diseño de dos factores cruzados de
efecto fijo, con el paquete estadístico SAS (1999), según modelo lineal:

Yijk= μ + αi + ρj + αρij + Єijk

Donde: Yijk= Valor de la variable respuesta; μ = Media general; αi= Efecto del
días de fermentación; ρj = Efecto del manejo; αρij= interacción días y manejo; Єijk=
Error experimental.

Las medias se compararon mediante el test de Tukey, en general o para cada nivel
del otro factor, según que la interacción resultase estadísticamente significativa o no.

61
En cuanto a la génesis de AGV´s, se siguió un modelo idéntico el anterior. La
única diferencia es que en este caso αi= Efecto del tamaño del silo (silo plataforma o
microsilo experimental).

62
IV. RESULTADOS Y DISCUSIONES

4.1. Primera parte. Efecto del tipo de manejo (convencional vs. ecológico) en la
producción y principios nutritivos del maíz forrajero para ensilar

4.1.1. Producción de maíz

Al comparar la producción de maíz en los sistemas de manejo estudiados, se


observó que el5 manejo ecológico (ME) presentó menor densidad de plantas a la
recolección (5,6 vs. 7,1 plantas m-2), aunque sin diferencia significativa (p>0,05) y una
menor altura (225 vs. 255 cm; p<0,05) que con manejo convencional (MC). Concuerda
con Martínez et al. (2009) y Campo et al. (2010), quienes manifiestan que en zonas
húmedas (Asturias y Galicia), en ME se obtienen un menor número de plantas de maíz
ha-1 y de menor tamaño. Por el contrario, el número de mazorcas por metro cuadrado
fue superior en ME que en MC, aunque sin diferencias significativas (1,32 vs. 1,06;
p>0,05).

El porcentaje de participación total de la mazorca en la producción de maíz


forrajero fue significativamente superior en el ME (39,68 vs. 35,08 %; p<0,05); esto
puede deberse a que la menor densidad de plantas en el ME implica menor competencia
por la disponibilidad de nutrientes (Núñez et al., 1994). Los datos obtenidos concuerdan
con los de Campo (1999) y Martínez et al. (2009), quienes mencionan que, al
incrementar el número de plantas aumenta la competencia entre ellas, reduciéndose el
número de mazorcas. La participación del forraje en la producción de maíz fue
complementaria a la participación de la mazorca, pero en sentido contrario a la referida
para las mazorcas, con un 64,92 % en el MC y 60,32% en el ME (p<0,05).

El rendimiento final de materia seca (MS) del cultivo de maíz resultó un 8%


inferior en ME (16,3 vs. 14,5 t MS ha-1 para MC y ME respectivamente), aunque las
diferencias no llegaron a ser significativas. Esta menor producción, puede imputarse (al
menos parcialmente) al menor aporte de N recibido en ME como consecuencia de las
limitaciones establecidas por los reglamentos de producción ecológica con respecto a la
dosis máxima de purín permitido por ha y año. Estos valores coincidieron también con

63
los obtenidos por Campo et al. (2010), cuando comparan la producción de maíz
obtenida en MC con ME utilizando purín de vacuno como fertilizante orgánico,
obteniendo diferencias de un 8% en la producción (14,2 y 13,1 t MS ha-1)
respectivamente.

Cabe destacar que, así como en MC el herbicida controló bien el nacimiento de


malas hierbas, los medios mecánicos utilizados en ME no resultaron totalmente
efectivos, detectándose presencia significativa de especies como Echinochloa crus gali,
Amaranthus rotroflexus, Chenopodium album, Digitaria sanguinalis y Stellaria media,
que compitieron con el maíz por la disponibilidad de nutrientes (Figura 16). Este hecho
también pudo influir en el menor rendimiento del cultivo en ME

Figura 16. Producción de maíz y malas hierbas asociadas al cultivo

4.1.2. Principios nutritivos y contenido energético

Como puede observarse en la Tabla 17, la evolución del contenido en principios


nutritivos tanto en MC como en ME fue la esperada para el maíz forrajero. Se encontró
un aumento progresivo de materia seca (MS) y almidón (ALM) con la consecuente
disminución de cenizas (CEN), proteína bruta (PB) y fibras neutro y ácido detergente
(FND y FAD). El balance se tradujo en un incremento de las estimaciones de
digestibilidad in vivo de la MO y energía metabolizable (EM) al avanzar el estado
fenológico (días de crecimiento=E). Atendiendo al tipo de manejo (M), el ME presentó
menor porcentaje de MS que el MC (p<0,001). La interacción M*E, resulto

64
significativa para la mayoría de las variables, lo que implica que, la evolución del
contenido en principios nutritivos, aún siendo la habitual tanto en MC como ME, no
tuvo la misma forma ni intensidad.

La velocidad inicial de incremento de MS y ALM fue mayor en el MC. Esto se


puso de manifiesto en las diferentes fechas consideradas hasta el momento de la
cosecha: 18,08 a 37,47 vs. 16,95 a 32,40 % de MS (M*E, p<0,05) y 1,27 a 29,55 vs.
1,41 a 28,59 % de ALM referido a MS (M*E, p<0,05), para MC y ME respectivamente.
Sin embargo, en el momento de la cosecha, el contenido en ALM resultó similar para
ambos manejos, de forma concordante con lo observado por Campo et al. (2010),
utilizando también purín de vacuno como fertilizante orgánico.

Lo mismo ocurrió para el descenso de FND, FAD y CEN. Sus contenidos


disminuyeron al avanzar el estado vegetativo (M*E, p<0,05), sin apreciarse diferencias
en los contenidos finales entre manejos. Estos resultados no concuerdan con los de
Martínez et al. (2009) y Campo et al. (2010) en ensayos en pequeña parcela, ya que
ambos autores encuentran niveles de FDN inferiores en ME.

El contenido final de PB resultó superior en ME (7,30 vs. 6,59 % de PB sobre


MS; M*E, p<0,01). Estos valores muestran una tendencia opuesta a los encontrados por
Martínez et al. (2009) en Asturias y por Campo et al. (2010) en Galicia. En concreto,
estos fueron de 7,8 y 6,0% de PB sobre MS para MC y ME respectivamente en Asturias
y de 6,0 y 4,5% de PB sobre MS en Galicia. Según Mier (2009), el nivel óptimo de PB
en un forraje de maíz ha de estar entre 7 y 10 % sobre MS, y si lo superan significa que
el corte fue demasiado temprano. Oramas y Vivas (2007), encontraron contenidos de
PB de 7,31% sobre MS con fertilización nitrogenada de síntesis y afirman que un
alimento con contenidos inferiores a un 7% sobre MS de PB no garantiza el N suficiente
para una fermentación microbiana efectiva en el rumen. Según esta afirmación, el
contenido final de PB en MC, resultaría limitante, pero no así el obtenido en ME.

Para el resto de parámetros considerados (digestibilidad de la materia orgánica in


vivo y EM) estimados no se apreciaron diferencias estadísticas entre manejos (p>0,05).
Incluso cabe decir que son valores numéricamente iguales. Estos resultados no nos

65
permiten reafirmar lo expuesto por Whortington (1998), quien concluye que la calidad
de los forrajes en MC es inferior a los del ME.

4.1.3. Ensilabilidad del maíz forrajero

En cuanto a los parámetros que definen la ensilabilidad del maíz, los valores de
MS en el momento de la cosecha fueron de 35,15 y 31,18 % para MC y ME
respectivamente. Los azúcares solubles (AZUC SOL), considerados como el sustrato
necesario para la fermentación láctica, arrojaron valores de 12,05 y 11,83 % sobre MS
para MC y ME y la capacidad tampón (CT), relacionada directamente con la resistencia
a cambios en el pH, resulto de 12,4 y 11,7 meq NaOH 100 g-1 MS para MC y ME.

Si consideramos el índice de ensilabilidad (IE) propuesto por Martínez et al.


(2011b) según el cual IE= 152,29 - 1,97* MS + 0,85 * AZUC SOL – 3,75 * CT,
obtenemos unos valores de 46,8 y 57,0 para el forraje de maíz obtenido bajo
condiciones de MC y ME respectivamente. En ambos casos el valor de IE es superior a
28, que es el límite a partir del cual estos autores consideran a un forraje como de alta
ensilabilidad. A pesar del menor contenido de MS del ME, los valores de ensilabilidad
evaluados en su conjunto muestran una tendencia hacia mejor ensilabilidad en este
manejo.

66
Tabla 17. Evolución de la calidad nutritiva y contenido energético del maíz forrajero desde el inicio de la formación de la mazorca
hasta la fecha de cosecha en dos sistemas de manejo convencional vs. ecológico

Días de
Manejo MS CEN PB FND FAD ALM DMOinvivo EM
crecimiento
Convencional 68 ± 2 18,08 a 5,55 a 7,40 a 59,78 a 32,49 a 1,27 a 68,6 a 10,4 a
81 ± 2 22,84 a 4,09 a 6,37 a 59,85 a 31,54 a 4,94 a 67,0 a 10,3 a
93 ± 2 30,13 a 3,27 a 6,09 a 48,86 b 26,30 b 21,41 a 72,7 a 11,3 a
97 ± 2 30,53 a 3,35 a 5,57 a 50,67 a 26,98 a 19,96 a 71,4 a 11,0 a
105 ± 2 37,47 a 3,30 a 6,59 a 42,56 a 22,88 a 29,55 a 74,9 a 11,6 a
Ecológico 68 ± 2 16,95 a 4,99 b 5,36 b 61,92 a 31,45 a 1,41 a 68,0 a 10,3 a
81 ± 2 17,66 b 4,98 b 7,67 b 58,72 a 32,55 a 1,30 a 68,6 a 10,4 a
93 ± 2 23,43 b 3,68 a 6,31 a 56,86 a 31,03 a 8,75 b 69,1 b 10,7 b
97 ± 2 27,08 b 3,03 a 6,30 a 48,46 a 25,18 a 19,07 a 72,9 a 11,3 a
105 ± 2 32,40 b 3,27 a 7,30 a 43,67 a 23,68 a 28,59 a 75,0 a 11,6 a
Manejo (M) *** NS NS NS NS ** NS NS
Días de crecimiento (E) *** *** * *** *** *** *** ***
M*E * ** ** * NS * NS NS
Eem 0,26 0,06 0,12 0,48 0,42 0,57 0,28 0,05
*p < 0,05; ** p < 0,01; *** p < 0,001; NS: No Significativo (P ≥ 0,05). Letras diferentes dentro del mismo corte según manejo indican diferencias significativas.
MS: Materia seca; CEN: Cenizas; PB: Proteína bruta; FND y FAD: Fibra neutro y ácido detergente; ALM: almidón; DMOinvivo: Digestibilidad in vivo de la materia orgánica estimada;
EM: Energía metabolizable (MJ kg MS-1). eem: error estándar de la media; valores referidos a materia seca residual (% MS), salvo especificaciones

67
4.2. Segunda Parte. Efecto del tipo de manejo (convencional vs. ecológico) en la
evolución de la calidad nutritiva, del proceso fermentativo y de la estabilidad
aeróbica de los ensilados de maíz forrajero

4.2.1. Calidad de fermentación de los ensilados

En la Tabla 18 se puede observar la calidad de la fermentación de los microsilos


de maíz abiertos tras diferentes periodos de estabilización. Se observa una acidificación
creciente en ambos manejos a medida que se extiende el periodo de estabilización (T;
p<0,001), alcanzándose el pH de estabilidad para ambos manejos de acuerdo con los
criterios establecidos por Haigh (1987) en relación con el contenido de MS del forraje
de partida, tan solo 3 días después de la elaboración y cierre de los ensilados. Este
descenso del pH se va atenuando a medida que se prolonga el periodo de fermentación,
no apareciendo diferencias significativas dentro de cada manejo para tiempos superiores
a 25 días. Los valores de pH alcanzados tras 45 días de fermentación (pH=3,50), son
similares e incluso inferiores a los obtenidos por autores como Klein (1992, 1996,
1998), Anrique et al. (1995) o Martínez et al. (2001 y 2004), quienes obtuvieron valores
de pH entre 3,8 y 4,0.

Los azúcares solubles actuaron como sustrato para la microflora epifita, de


manera que su contenido descendió progresivamente en ambos manejos a medida que
avanzó el proceso de fermentación láctica y estabilización del ensilado (T; p<0,001).
Los valores de la tabla 18 reflejan que más del 90% de los azúcares presentes en el maíz
en el momento de la cosecha, fueron fermentados en los 3 días siguientes a la
elaboración de los ensilados. Paralelamente en ambos manejos, se observó un aumento
progresivo de los contenidos en ácido láctico y ácido acético como consecuencia de la
fermentación láctica y fermentaciones secundarias. Estos procesos fueron más intensos
en el ME (M; p<0,001)

También se puede observar un aumento progresivo de los contenidos en nitrógeno


amoniacal (N-NH3) y soluble (N-Sol), lo que nos indica un proceso de degradación de
la proteína presente en el forraje de maíz (T; p<0,001). No obstante estos incrementos

68
se van atenuando a medida que se prolonga el periodo de fermentación, de manera que,
dentro de cada manejo, no aparecen diferencias para tiempos superiores a 25 días.

De acuerdo con los resultados de la comparación de medias para los contenidos en


N-NH3 y N-Sol, la proteólisis fue algo más intensa en ME (M; p<0,001), quizás
relacionado con el mayor contenido en PB del forraje de partida en este manejo. Sin
embargo, teniendo en cuenta el baremo del INRA (1979), los ensilados obtenidos con
ambos manejos presentan una calidad fermentativa excelente, con contenidos en N-
NH3N y N-Sol inferiores al 5% y al 50% respectivamente. En este sentido, Beever
(1996) manifiesta que ensilados con un porcentaje de 0% a 5% N-NH3 son ensilajes de
excelente calidad fermentativa.

Tabla 18. Evolución de los parámetros de fermentación de los microensilados de


laboratorio según sistema de manejo convencional vs. ecológico
Manejo T pH N-NH3 N-Sol AZUC SOL Láctico Acético
Convencional 05,45 b 0,49 b 16,38 b 10,82 a 0,96 b 0,25 a
3 4,03 a 0,78 a 18,06 a 0,46 a 2,23 a 0,72 b
8 3,74 a 1,52 b 26,35 a 0,26 b 3,00 b 0,78 b
15 3,69 a 1,95 b 24,13 a 0,26 b 3,43 b 0,91 a
25 3,66 a 2,30 b 25,51 b 0,21 b 3,69 b 1,11 a
35 3,58 a 2,47 a 28,22 a 0,21 a 3,82 b 1,11 b
45 3,50 a 2,66 b 27,70 b 0,25 a 3,90 b 1,21 b
Ecológico 0 5,59 a 0,80 a 21,27 a 9,25 b 1,37 a 0,27 a
33,89 b 0,87 a 19,86 a 0,46 a 2,41 a 0,81 a
8 3,74 a 1,88 a 27,51 a 0,31 a 3,50 a 0,91 a
15 3,66 a 2,26 a 25,75 a 0,30 a 3,80 a 0,99 a
25 3,64 a 2,56 a 28,07 a 0,24 a 4,05 a 1,11 a
353,53 b 2,70 a 30,27 a 0,22 a 4,12 a 1,23 a
45 3,50 a 3,21 a 31,10 a 0,21 b 4,58 a 1,31 a
Manejo (M) * *** *** *** *** ***
Días de estabilización (T) *** *** *** *** *** ***
M*T *** NS NS *** NS NS
Eem 3,44 0,02 0,2 2,2 0,03 8,01

T: días desde la elaboración hasta la apertura: *p < 0,05; ** p < 0,01; *** p < 0,001; NS: No Significativo (P ≥ 0,05).
Letras diferentes dentro del mismo corte según manejo indican diferencias significativas. N-NH3N: Nitrógeno
amoniacal sobre N total; N-Sol: Nitrógeno soluble sobre N total; AZUC SOL: Azucares solubles residuales; eem:
error estándar de la media. Datos referidos a materia seca residual (% MS), salvo pH

Este hecho también se pone de manifiesto en la relación láctico/acético, superior a


2,5 en ambos manejos para todos los periodos de fermentación evaluados. Indica que el
69
proceso fue mayoritariamente homofermentativo, y encaminado a la producción de
ácido láctico, con escasa presencia de fermentaciones secundarias, y ausencia total de
fermentación butírica (Woolford, 1984). Estos resultados son los esperados en forrajes
de alta ensilabilidad, como es el caso del maíz forrajero.

Al observar en conjunto los resultados de la evolución de los diferentes


parámetros fermentativos, se puede determinar que dicho proceso fue muy intenso
durante los 3 días siguientes al cierre del microsilo, atenuándose progresivamente las
diferencias hasta alcanzar la estabilidad transcurridos los 15-25 días desde su
elaboración y cierre. Los ensilados pueden considerarse estables y aptos para el
consumo animal tras 25 días de fermentación, sin diferencias entre los dos manejos
considerados. En este sentido, Mustafa y Seguin (2003), encontraron una evolución
similar en el proceso fermentativo de ensilados de gramíneas (avena), elaborados en
diferentes estados de madurez del cultivo. Estos autores encuentran que
independientemente del estado de madurez, el proceso de fermentación en los dos
primeros días es muy intenso, atenuándose progresivamente hasta que las diferencias
dejan de ser significativas para tiempos superiores a 15 días.

4.2.2. Principios nutritivos, digestibilidad y contenido energético de los ensilados

En la Tabla 19 se presentan los resultados relativos a la evolución de los


principios nutritivos y contenido energético de los microensilados tanto en MC como en
ME, abiertos tras diferentes días de fermentación. Cabe destacar que los valores medios
de los parámetros que definen la calidad nutritiva de los ensilados de maíz, coinciden
con los que figuran en las tablas publicadas con relación a los sistemas de alimentación
más utilizados (INRA, 1987; AFRC, 1990; NRC, 2001). Asimismo, estos valores
también concuerdan, con los de los ensayos llevados a cabo para la evaluación de
diferentes aditivos comerciales (Martínez et al., 2001), con los datos promedio
obtenidos en el SERIDA (Martínez et al., 2004) y con los publicados en las tablas de
valoración de alimentos (FEDNA, 2004).

El contenido de MS fue superior en MC (p<0,001) para todos los tiempos de


fermentación considerados, conforme a lo observado sobre los forrajes verdes de

70
partida. No se encontraron diferencias significativas entre los diferentes tiempos de
fermentación considerados en ninguno de los manejos (p>0,05). El contenido en CEN
fue superior en el ME (p<0,001), para todos los tiempos de fermentación considerados y
se incrementó con respecto al contenido mineral del forraje verde de maíz de partida
(T=0). La PB fue también superior en ME (p<0,001) igual que ocurría en el forraje de
partida. Respecto al MC, el contenido en PB se incrementó respecto al forraje original,
aunque tras 45 días de fermentación los incrementos observados en los tiempos
intermedios desaparecen. Estos resultados, concuerdan con los obtenidos por autores
como Klein (1992 y 1998), Anrique et al. (1995) y Pereira et al. (2008). Cuando los
microsilos en MC se abrieron tras un periodo de estabilización de 45 días, el contenido
de PB resultó inferior al inicial, con valores inferiores al indicado por Oramas y Vivas
(2007), como necesario para garantizar el N suficiente para una fermentación
microbiana efectiva en el rumen.

En lo que concierne a los niveles de FND y FAD, estos disminuyen ligeramente


hasta transcurridos 35 días desde su elaboración en ambos manejos. Los contenidos
iniciales en ME fueron superiores al MC, manteniéndose estas diferencias hasta los 35
días de fermentación, no apareciendo diferencias entre manejos por encima de este
tiempo. Los valores de FND fueron inferiores y los de FAD superiores a los obtenidos
por Klein (1994).

En concordancia con los contenidos de ALM del forraje de partida, los resultados
para este parámetro fueron significativamente superiores en MC (p<0,001). El
contenido en ALM se incrementó al aumentar los días de fermentación en ambos
manejos, aunque siguiendo un patrón diferente (M*E, p<0,01). La digestibilidad de la
MO in vivo estimada, aumentó en ambos manejos de manera inversamente proporcional
a la disminución de los contenidos en fibra. Los niveles de EM obtenidos para ambos
manejos nos indica que la calidad de los microensilados de maíz es buena, concordando
con lo mencionado por Argamentería et al. (1997) quienes manifiestan que los ensilados
de maíz de muy buena calidad deben poseer niveles de EM ≥ 11 MJ kg MS-1. No
obstante, los aportes energéticos resultan superiores en MC.

71
Cabe destacar que en MC, la calidad nutritiva, digestibilidad y aporte energético
de los microensilados, disminuyen a partir de los 35 de fermentación, no observándose
este efecto en el ME.

72
Tabla 19. Evolución de la calidad nutritiva y contenido energético los microsilos de maíz desde la elaboración (día 0) hasta la fecha
de apertura (45 días) en dos sistemas de manejo convencional vs. ecológico
Días de
Manejo MS (%) CEN PB FND FAD ALM DMOinvivo EM
fermentación
Convencional 0 35,15 a 2,73 b 6,53 b 40,85 b 22,88 b 36,24 a 74,6 a 11,6 a
3 34,95 a 3,65 b 7,07 b 40,22 b 22,71 b 37,73 a 75,8 a 11,7 a
8 36,51 a 3,56 b 7,02 b 40,49 b 23,21 b 37,47 a 75,3 a 11,6 a
15 35,93 a 3,40 b 7,20 b 38,55 b 21,43 b 40,11 a 77,2 a 11,9 a
25 34,77 a 3,64 b 7,25 b 39,54 b 22,14 b 37,68 a 76,2 a 11,8 a
35 34,98 a 3,58 b 7,22 b 38,80 b 21,70 b 38,08 a 76,8 a 11,9 a
45 35,23 a 3,99 b 6,37 b 42,02 a 24,10 a 34,33 a 73,9 a 11,4 a
Ecológico 0 31,18 b 4,15 a 7,83 a 47,16 a 26,38 a 26,25 b 69,1 b 10,6 b
3 31,08 b 5,24 a 8,30 a 44,88 a 26,24 a 29,55 b 71,3 b 10,8 b
8 31,17 b 5,16 a 8,50 a 42,47 a 24,93 a 31,73 b 73,5 b 11,6 b
15 32,38 b 4,76 a 8,20 a 41,93 a 24,33 a 33,63 b 74,0 b 11,3 b
25 31,63 b 4,60 a 7,94 a 42,59 a 24,58 a 31,53 b 73,2 b 11,2 b
35 31,72 b 4,57 a 8,33 a 42,37 a 24,16 a 32,35 b 73,4 b 11,2 b
45 31,88 b 4,73 a 8,70 a 41,99 a 24,03 a 34,50 a 73,7 a 11,2 a
Manejo (M) *** *** *** *** *** *** *** ***
Días de estabilización (T) NS *** ** *** ** *** *** ***
M*T NS ** *** ** ** ** ** **
,eem 0,11 0,03 0,04 0,18 0,12 0,19 0,22 0,03
p < 0,05; ** p < 0,01; *** p < 0,001; NS: No Significativo (P ≥ 0,05). Letras diferentes dentro del mismo corte según manejo indican diferencias significativas
MS: Materia seca liofilizada; CEN: Cenizas; PB: Proteína bruta; FND y FAD: Fibra neutro y ácido detergente; ALM: Almidón; DMOinvivo: Digestibilidad in vivo de la materia
orgánica estimada; EM: Energía metabolizable (MJ kg MS-1). eem: error estándar de la media; valores referidos a materia seca residual (% MS), salvo especificaciones

73
4.2.3. Estabilidad aeróbica.

Al contrastar la estabilidad aeróbica de los distintos microensilados, se pueden


observar diferencias significativas entre manejos (M; p<0,001), entre días de
fermentación (T; p<0,001) y en la interacción entre ambos factores (M*T; p<0,001).

Estas diferencias quedan reflejadas en la tabla 20. Los ensilados elaborados en


ME, permanecen estables durante más tiempo y acumulan menos incrementos de
temperatura que los elaborados en MC. El calentamiento, considerando el número de
días necesarios para elevar la temperatura de la masa ensilada 2ºC por encima de la
temperatura ambiente, no se puso de manifiesto hasta los días 6 y 4 para ME y MC
respectivamente, en los microsilos abiertos tras 3, 8, 15 y 25 días de fermentación. En
los dos últimos tiempo de fermentación (35 y 45 días), la temperatura aumentó a los 4 y
3 días de exposición al aire para ME y MC, respectivamente.

Los máximos incrementos respecto a la temperatura de partida, en MC, se dieron


para los ensilados fermentados durante 15 días (11ºC). En ME, se produjo tras 35 días
de fermentación (8,30ºC), alcanzando temperaturas de 29,2 y 27,1 ºC respectivamente.
La suma de los incrementos diarios de temperatura para los 5 primeros días de
exposición al aire fue superior en MC para los tiempos de fermentación inferiores a 35
días. Estos resultados concuerdan con los encontrados por Martínez et al. (2001) en
microsilos de maíz „cv‟ Clarica, cultivado en MC.

La evolución del pH muestra un comportamiento similar a la temperatura,


manteniéndose estable por más tiempo en los microsilos elaborados en ME.

Las variaciones en temperatura y pH en los diez días siguientes a la apertura de


los ensilados para los dos tipos de manejo considerados y los diferentes periodos de
fermentación, se detallan en la figura 17.

74
Tabla 20. Estabilidad aeróbica de los ensilados de maíz según manejo y periodo de fermentación

Convencional Ecológico
3 8 15 25 35 45 3 8 15 25 35 45
Máximo pH alcanzado 5,96 6,36 6,55 6,64 6,10 5,77 5,65 6,48 4,19 6,46 6,98 6,62
Día de pH máximo 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10
Días transcurridos hasta un
incremento > 2ºC, respecto a la 4 4 4 4 3 3 6 6 6 6 4 4
temperatura
Máximo incremento de
temperatura (ºC), respecto a la 4,15 6,65 11,00 7,45 5,50 4,60 3,45 3,90 3,80 3,50 8,30 4,75
inicial
Suma total del incremento diario
de temperatura (ºC), para los 5 2,00 5,60 12,00 4,10 1,70 1,90 1,50 1,40 1,10 1,20 9,40 1,60
primeros días

75
MANEJO
Convencional Ecológico
Tª pH
28 6,5

24 5,5
3
20 4,5

16 3,5
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Tª pH
28 6,5

24 5,5

8
20 4,5

16 3,5
Período de fermentación de los ensilados (Días)

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Tª pH
28 6,5

24 5,5

15
20 4,5

16 3,5
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Tª pH
28 6,5

24 5,5

25 20 4,5

16 3,5
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Tª pH
28 6,5

24 5,5

35 20 4,5

16 3,5
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Tª pH
28 6,5

24 5,5
45
20 4,5

16 3,5
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Días transcurridos desde la apertura del ensilado
Tª sala: Tª 1: Tª 2: pH 1: pH 2:

Figura 17. Evolución de la temperatura y el pH en los ensilados de maíz en los diez


días siguientes a su apaertura, según manejo y periodo de estabilizacion
76
4.3. Tercera Parte. Efecto del tipo de manejo convencional vs. ecológico sobre la
degradabilidad ruminal del ensilado de maíz en vacuno lechero

Los valores de fracción soluble (a), potencialmente degradable (b), ritmo


fraccional de degradación (c) y la degradabilidad efectiva (DE) de la MS y la PB de los
ensilados de maíz en MC y ME, se muestran en Tabla 21.

No se observaron diferencias significativas entre MC vs. ME para los valores de


a, b y c de la MS. La DE de la MS si presentó un valor significativamente superior con
MC (53,79 vs. 48,42 % respectivamente; p<0,05). También hay que señalar que la DE
de la MS en MC resultó más elevada que la obtenida por Martins et al. (1999); Santos
(2006); Silva et al. (2006) y Marcondes et al. (2009) e inferior a la obtenida por Reis
(2006) en ensilados de maíz en MC. La degradabilidad potencial (a+b) de la MS
también fue superior con MC (86,7 vs. 80,1%; p>0,05). Estos valores son superiores a
77,07% encontrados por von Keyserlingk et al. (1996), aunque estos autores, consideran
que puede haber un amplio rango de valores para la degradabilidad potencial de la MS
de los ensilados de maíz, debido a las diferencias en el contenido en carbohidratos no
estructurales.

No se observaron diferencias entre las fracciones a y b de la PB según manejo.


Pero, si para el valor c, que resulto significativamente mayor con ME (0,0599 vs. 0,0384
%h-1; p<0,001). Sin embargo, la DE de la PB no fue significativamente diferente entre
ambos sistemas de manejo. Los valores de DE de la PB son superiores a los
encontrados por Pires et al. (2010) e inferiores a los observados por Martins et al.
(1999); Reiz (2006); Silva et al. (2006); Martínez et al. (2009) y Marcondes et al.
(2009). Es de destacar que el ensilado de maíz cultivado en MC tiene 10 puntos
porcentuales más de degradabilidad potencial de la PB que el cultivado en ME (82,6 vs.
72,0 % respectivamente), pero esta sensible diferencia no llega a ser estadísticamente
significativa. Ambos valores se sitúan dentro del rango obtenido por von Keyserlingk et
al. (1996).

77
Las diferencias observadas en los valores de degradabilidad entre ambas
modalidades de cultivo pueden ser resultado de diferencias en la relación grano:hoja o
densidad de plantación (Russel et al., 1992).

Tabla 21. Degradabilidad in situ de los ensilados de maíz en los sistemas de manejo
convencional vs. ecológico
Materia seca
Convencional Ecológico rsd. eem
a 0,3196 0,2697 0,00520 NS
b 0,5475 0,5314 0,00260 NS
c 0,0398 0,0407 0,00260 NS
DE 0,5379 0,4842 0,00202 *
Proteína Bruta
Convencional Ecológico rsd. Eem
a 0,5381 0,4873 0,03811 NS
b 0,2876 0,2328 0,03666 NS
c 0,0384 0,0599 0,01078 ***
DE 0,6503 0,6036 0,01666 NS
p < 0,05; ** p < 0,01; *** p < 0,001; NS: No Significativo (P ≥ 0,05); eem: error estándar de la media
Valores en tanto por uno salvo c (tanto por uno h-1)

78
4.4. Cuarta Parte. Efecto del tipo de manejo convencional vs. ecológico y de los
diferentes tiempos de estabilización de los ensilados de maíz sobre la
producción de gas in vitro

4.4.1. Producción de gas

Según los resultados obtenidos en apartado 4.2.1, la evolución del patrón de


fermentación de los microsilos de maíz, mostró que dicho proceso comienza a
estabilizarse transcurridos 15 días desde el cierre de los microsilos. Transcurrido este
tiempo, no se observaron diferencias en los parámetros fermentativos de los microsilos
resultantes. El ensayo de producción de gas in vitro se planteó para evaluar diferencias
entre manejos una vez estabilizados los microensilados. Por ello solo se incluyeron los
abiertos a partir de los 15 días de estabilización (T15, T25, T35 y T45 días desde el
cierre).

En la tabla 22 se presentan los valores medios de la producción de gas (ml g-1 MS)
acumulada según hora de incubación y los parámetros de la cinética de degradación de
los microensilados, según su tipo de manejo, para los diferentes tiempos considerados.
La producción de gas hasta las 8 horas fue igual en ambos tipos de ensilado. Cuando el
tiempo de incubación fue superior, el MC presentó una mayor producción de gas
(p<0,05) hasta el final de la incubación a 96 horas. El ajuste de la curva de producción
de gas mostró una tendencia estadística a un valor de producción potencial de gas (b)
superior en el MC (p=0,07). La tasa fraccional de producción de gas (c) no se vio
afectada por el sistema de manejo.

La producción de gas disminuyó para ambos manejos al aumentar los días de


fermentación de los ensilados microensilados a partir de las 12 horas de incubación.
Este descenso fue más acusado para MC tras 15 días desde el cierre del silo. Para ME,
el descenso en la producción de gas se observó a partir de los 25 días de fermentación
del ensilado. La producción potencial de gas estimada según el modelo de Ørskov y
McDonald (1979) evolucionó de modo similar cuando se comparó la producción de gas
según el tiempo de fermentación de los microsilos. Los días de fermentación no
afectaron a la tasa fraccional de producción de gas.

79
Cuando se compara la producción de gas de los ensilados tras 45 días desde el
cierre de los microsilos, según procedan de microsilos o de silos trinchera, observamos
que no existen diferencias significativas entre ambos tipos de silo (152,12 vs. 156,14 ml
g-1 MS a 96 h de incubación para silos trinchera de 30 t y microsilos de 2,5 kg
respectivamente, p>0,05), ni entre manejos (155,41 vs. 152,85 ml g-1 MS a 96 h de
incubación para MC y ME respectivamente, p>0,05). Esto ocurre en todas las horas de
incubación in vitro consideradas. Este hecho nos permite ampliar la validación del
modelo de microsilos efectuada por Martínez (2003) a ensayos in vitro e in situ.

80
Tabla 22. Evolución de la producción acumulada de gas y parámetros de cinética de fermentación de los microsilos de maíz en los
sistemas de manejo convencional vs. ecológico según días de estabilización

Días de estabilización de los microsilos (T)


Horas de Día Manejo
Manejo convencional Manejo ecológico rsd. M*T
incubación (T) (M)
15 25 35 45 15 25 35 45
2H 10,52 9,95 9,41 8,44 11,06 11,09 9,28 8,11 0,207 * NS NS
4H 27,18 23,66 23,06 20,95 24,95 25,45 22,45 20,63 0,781 NS NS NS
6H 45,22 41,26 38,15 35,19 41,00 40,92 37,56 35,87 0,995 NS NS NS
8H 62,55 58,26 55,55 51,96 57,97 58,05 54,26 52,37 1,294 NS NS NS
12 H 87,66 84,40 80,21 75,01 81,05 81,18 77,66 74,00 1,247 * * NS
19 H 115,03 114,12 106,83 99,82 106,33 107,22 102,69 97,34 1,348 ** * NS
24 H 134,15 133,35 123,96 114,59 123,20 124,18 119,63 112,17 1,297 *** * NS
36 H 152,50 150,58 140,67 129,80 140,72 141,38 136,00 127,85 1,516 *** * NS
48 H 167,08 163,38 153,56 141,51 154,61 154,92 148,97 141,11 1,358 *** * NS
72 H 176,26 171,38 161,15 148,91 163,17 163,64 157,07 149,64 1,395 *** * NS
96 H 184,54 178,33 167,90 155,43 170,52 171,14 164,37 156,86 1,343 *** * NS
b 183,85 179,80 168,65 155,65 170,10 170,65 164,55 155,65 1,668 ** 0,07 NS
c 0,05115 0,05095 0,05070 0,05120 0,05085 0,05105 0,05005 0,04945 0,001 NS NS NS

* p < 0,05; ** p < 0,01; *** p < 0,001; NS: No Significativo (p ≥ 0,05). rsd: desviación estándar de los residuales; datos de producción de gas expresados en ml g-1 MS
Días de estabilización: periodo transcurrido entre el cierre y la apertura de los microensilados

81
4.4.2 Producción de ácidos grasos volátiles (AGV´s)

La producción de AGV´s (acético, propiónico y butírico) de los microsilos según


MC y ME tras 24 de incubación, se muestran en la Tabla 23. Se observó un aumento
progresivo de los ácidos acético y propiónico en MC conforme aumentaban los días de
fermentación del forraje, mientras que el ácido propiónico producido por la
fermentación del ME evolucionó en sentido contrario, siendo inferior en los periodos
largos de fermentación. Ahora bien, la relación acético/propiónico fue la misma para
ambos manejos en todos los periodos considerados. La producción de ácido butírico no
se vio afectada por los días de fermentación de los forrajes.

No se observaron diferencias entre los tipos de manejo en la concentración de los


ácidos acético y propiónico, ni en la relación acético/propiónico. Sin embargo, la
producción de ácido butírico fue superior en el MC (29,64 vs. 27,48 mg g-1 MS
respectivamente; p<0,05).

Tabla 23. Evolución de la producción de ácidos grasos volátiles por la técnica de


producción de gas in vitro de los microsilos de maíz en manejo convencional vs.
ecológico según días de estabilización
Días de
Manejo Acético Propiónico Butírico
estabilización (T)
Convencional 15 99,19 43,10 25,45
25 111,01 44,86 30,77
35 114,83 45,3 32,21
45 112,47 46,63 30,13
Ecológico 15 106,95 48,80 29,47
25 106,46 45,55 27,71
35 108,70 41,65 25,25
45 111,21 44,32 27,50
Día de estabilización (T) * NS NS
Manejo (M) NS NS *
M*T * ** **
eem 0,8 0,4 0,46
* p < 0,05; ** p < 0,01; *** p < 0,001; NS: No Significativo (p ≥ 0,05).
Datos de AVG´s en expresados en mg g-1 MS
Días de estabilización: periodo transcurrido entre el cierre y la apertura de los microensilados

82
La diferente evolución en la concentración de AGV´s según el tipo de manejo
dentro de cada tiempo de apertura del microsilo origina las interacciones M*T
mostradas en la Tabla 23. La concentración máxima de ácido acético en el MC se
observó a partir de los 15 días de apertura del microsilo mientras que en ME fue a los
45 días.

Los resultados obtenidos para los niveles de propiónico y la producción de gas en


los MC y ME, concuerdan con lo expuesto por Blümmel et al. (1997) y Nogueira et al.
(2006). Según estos autores, a mayor producción de propiónico en un ensilado, la
cantidad de gas total tiende a disminuir, en especial en los últimos momentos de la
incubación in vitro (fermentación).

Considerando los valores de producción de gas y las concentraciones de AGV´s


obtenidas in vitro, podemos decir que, en las condiciones de este trabajo, el ensilado de
maíz cultivado en MC presenta su máxima capacidad de degradabilidad ruminal tras 15
días de estabilización de los microsilos, disminuyendo la capacidad degradativa cuando
dicho tiempo es superior. El ensilado de maíz cultivado en ME mantiene su máxima
capacidad de degradación hasta transcurridos 25 días entre la elaboración y apertura de
los ensilados, disminuyendo cuando el tiempo de estabilización se prolonga.

Al igual que se observó con la producción de gas in vitro, cuando se compara la


concentración de AGV´s de los ensilados fermentados en microsilos experimentales y
en silos trinchera, tampoco se observan diferencias entre ambos transcurridos 45 días
entre la elaboración y la apertura (Tabla 24). También observamos que no existen
diferencias significativas entre manejos en la concentración de los ácidos acético y
propiónico. Sin embargo, la producción de ácido butírico en el MC fue superior
(p<0,05).

83
Tabla 24. Comparación de la producción de ácidos grasos volátiles por la técnica
de producción de gas in vitro de los microsilos y silos trinchera en manejo
convencional vs. ecológico

Manejo Tamaño de silo Acético Propiónico Butírico


Convencional Trinchera 118,28 44,48 30,30
Microsilo 112,47 46,63 30,13
Ecológico Trinchera 112,45 41,77 24,78
Microsilo 111,21 44,32 27,50
Tamaño (S) NS NS NS
Manejo (M) NS NS **
M*S NS NS NS
rsd 1,83 0,96 0,59
p < 0,05; ** p < 0,01; *** p < 0,001; NS: No Significativo (p ≥ 0,05).
Datos de AVG´s en expresados en mg g-1 MS

84
V. CONCLUSIONES

A partir de los resultados obtenidos en la presente investigación, en la que se


evaluó la incidencia del tipo de manejo (convencional vs. ecológico) sobre la
producción y la calidad del maíz forrajero „cv‟ Crazy y de sus ensilados resultantes, así
como la degradabilidad ruminal de estos últimos se puede concluir que:

1. El rendimiento del cultivo resultó inferior en manejo ecológico, influenciado por


el menor aporte de nitrógeno y la competencia de las malas hierbas.

2. La menor densidad a la recolección en manejo ecológico, se tradujo en un mayor


número de mazorcas por metro cuadrado y mayor participación de las mismas en
el forraje de maíz a ensilar que en manejo convencional.

3. En manejo ecológico, a la recolección, hubo menor contenido en materia seca y


mayor en proteína bruta. Aunque la evolución de los parámetros que definen la
calidad nutritiva del maíz fue diferente según manejos, en el momento de
cosecha con el grano en estado pastoso vítreo, no se apreciaron más diferencias
entre manejos que las indicadas.

4. No se observaron diferencias entre los dos manejos considerados en relación con


la ensilabilidad del maíz, calculada como combinación lineal del contenido en
materia seca en el momento de la recolección, los azúcares solubles y la
capacidad tampón. En ambos casos, el maíz se clasificó como forraje de alta
ensilabilidad.

5. La calidad fermentativa de los ensilados elaborados con maíz procedente de


ambos manejos, según indicadores de la fermentación de los azúcares y de la
degradación de la proteína, se puede clasificar como excelente. Los ensilados
presentaron características típicas de fermentaciones anaeróbicas
homofermentatívas, con pH de estabilidad adecuados al contenido en materia
seca, ácido láctico como principal producto de la fermentación y escasa
proteólisis.

85
6. El proceso fermentativo fue similar en ambos manejos. La fermentación fue muy
intensa durante los tres días siguientes al cierre de los silos, atenuándose el
proceso hasta alcanzar la estabilidad, transcurridos 15 días desde la elaboración.

7. La calidad nutritiva final de los ensilados resultó similar a la de los forrajes de


partida, en ambos manejos, produciéndose pocas pérdidas durante el proceso de
fermentación. Con manejo ecológico, las pérdidas de calidad tardaron más en
ponerse de manifiesto.

8. Tras la exposición al aire, los ensilados procedentes de manejo ecológico,


permanecieron estables durante más tiempo, con menores incrementos de
temperatura y pH.

9. La cinética de degradación de la materia seca de los ensilados de maíz mostró


diferencias según el manejo del cultivo. La degradabilidad efectiva fue inferior
con manejo ecológico.

10. En cuanto a la cinética de degradación ruminal de la proteína bruta de los


ensilados de maíz, no hubo diferencias para la fracción soluble, potencialmente
degradable y degradabilidad efectiva entre manejos La velocidad de degradación
fue superior en los ensilados elaborados con maíz procedente de manejo
ecológico.

11. La producción potencial de gas in vitro resultó inferior con manejo ecológico,
aunque la tasa fraccional de producción de gas no se vio afectada por el tipo de
manejo. La máxima capacidad de degradación in vitro de los ensilados de maíz
en manejo ecológico se mantuvo hasta los 25 días de estabilización del ensilado,
mientras que en el manejo convencional la máxima capacidad de degradación se
produjo a los 15 días de estabilización. Posteriormente la capacidad de
degradación disminuye en ambos manejos.

12. No hubo diferencias entre microsilos y silos trinchera en la producción


acumulada de gas, ni en la síntesis de AGV´s tras 45 días de estabilización. Esto,
nos permite validar el modelo de microsilo experimental utilizado en este
ensayo, para la realización de ensayos in vitro e in situ.

86
REVISIÓN DE LITERATURA

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